Upload
adriana-dominzain
View
67
Download
3
Embed Size (px)
Citation preview
Se denomina Nativo Digital a todas aquellas
personas que nacieron durante las décadas de
los años 1980 y 1990, cuando ya existía
una tecnología digital bastante desarrollada y
la cual estaba al alcance de muchos. Por otra
parte, el término Inmigrante Digital se refiere
a todos aquellos nacidos entre los años 1940 y
1980, ya que se considera que han sido
espectadores y actores generalmente
privilegiados del proceso de cambio tecnológico.
La tecnología digital comenzó a desarrollarse con fuerza
alrededor del año 1978, y por lo tanto, se considera que
los que nacieron después de 1979 y tuvieron a su
alcance (en el hogar y/o en establecimientos de estudio y
de recreación) ordenadores y teléfonos móviles, podrían
considerarse nativos digitales: un ejemplo de esto son los
niños y los jóvenes que toman un móvil, un Tablet o un
ordenador, y lo utilizan bastante bien aún sin mucho
entrenamiento previo.
Este término fue acuñado por Marc Prensky, autor del libro
“Enseñanza nativos digitales”. Marc Prensky es conocido por
ser quien inventó y divulgó los términos Nativos
Digitales e Inmigrantes Digitales. Estos aparecieron por
primera vez en su libro Inmigrantes Digitales dado a difusión
en el año 2001. El uso de la palabra nativo surge a partir de
que estos podrían ser considerados como habitantes de otro
país o de otra civilización, ya que entre otras cosas pareciera
que han forjado su propio idioma.
Genis Roca refiriéndose a este tema, aporta que tomar como criterio la
edad para diferenciar a los nativos de los inmigrantes no es un elemento
muy acertado, ya que en realidad no es el elemento fundamental para
determinar las prácticas digitales que desarrolla una persona. Y propone
otra forma de categorizar a quienes manejan las nuevas tecnologías, no
en función de un franja etaria sino a partir del tiempo y uso de éstas. Y
cree también importante el hecho de que esta experiencia digital se
relacione con la resolución de problemas o el logro de objetivos. De esta
manera, dice Roca, podemos encontrar gente joven que tiene acceso a las
tecnologías digitales pero que no entraría en esta categoría, ya que no
cumple con las cualidades antes mencionadas. Y en cambio, hay otros
adultos, que por cierto se encuentran inmersos en las actividades
tecnológicas alejándose de la categoría de “inmigrante digital”. Es así que
lo que los define y marca la diferencia no es la fecha de nacimiento, sino
una actitud y el nivel de uso de lo digital para la resolución de
problemas.
Refiriéndonos a educación, los docentes se sienten abrumados con
tantas herramientas tecnológicas, pero lo que más les pesa es el falso
discurso de “la brecha generacional”, que los pone del lado de los
inmigrantes con pocas habilidades para lo tecnológico. También es
evidente que los jóvenes utilizan muy bien la tecnología para pasar el
tiempo en las redes sociales, así como para los juegos en línea, pero
no conocen la forma de utilizar sus habilidades tecnológicas en la
escuela. Edith Litwin plantea que las tecnologías bien utilizadas por
el docente permiten atraer la atención de los alumnos, ya que éstos
están inmersos en un mundo de imágenes. La tecnología ayuda a
expandir la comprensión, le da al maestro la posibilidad de trabajar
temas difíciles de explicar, y puede utilizar diferentes tipos de medios
para trabajar hechos y conceptos sin tener que estereotipar las
herramientas.
El docente en lugar de creerse un “Inmigrante Digital” debe asumir su
rol y comenzar a capacitarse para poder aprovechar todas las
posibilidades y herramientas que brindan las Tecnologías de la
Información y Comunicación.
Desde otro punto de vista, también podemos decir que la
generación de los nativos digitales no es homogénea, si bien
estos conocen y hacen uso de la tecnología, no todos
presentan el mismo nivel de conocimiento y habilidades
tecnológicas. Las diferencias dentro de la generación digital
son tan importantes como las diferencias entre
generaciones. Ahondando en lo que indica Genis Roca
indicar que efectivamente cuando se trabaja con niños en
riesgo de exclusión social te das cuenta que la edad no lo es
todo. Dicho colectivo no suele tener ni apoyo familiar ni
tampoco acceso a esas herramientas, aunque cuando esto
es subsanado ellos se ponen al día fácilmente por su rapidez
de asimilación y aprendizaje. Por otro lado Henry
Jenkins afirma que las nuevas culturas de participación han
sido construidas por jóvenes y adultos trabajando juntos.
Habla de una cultura participativa a través de los blog y
redes sociales, donde estos interactúan cotidianamente sin
tener en cuenta las edades.
Los Inmigrantes Digitales tienen cierta tendencia a guardar en secreto la
información; los Nativos Digitales comparten y distribuyen información con
toda naturalidad.
(Como la Gen C de la que habla Brian Solis)
Los procesos de actuación de los Inmigrantes Digitales suelen ser reflexivos y,
por lo tanto más lentos, mientras que los Nativos Digitales son capaces de
tomar decisiones de una forma rápida, sin pensarlo mucho.
En los juegos electrónicos, los utilizados por los Inmigrantes Digitales suelen
ser lineales en funcionamiento y objetivos, mientras que los de los Nativos
Digitales son más complejos, implicando la participación y coordinación de
más jugadores.
Si piensa que todo está a favor de los Nativos Digitales, reconsidérelo porque
este grupo suele pasar el menor tiempo posible en una labor determinada, por
lo que la información que manejan tiende a ser somera y superficial,
acompañada en ocasiones, de una ansiedad causada por abrir continuamente
el mayor número de frentes posibles, provocando pérdidas de productividad,
descensos en la capacidad de concentración y períodos de atención muy cortos
con una tendencia a cambiar rápidamente de un tema a otro.
Los Nativos Digitales aman la velocidad cuando de lidiar con la información se
trata. Les encanta hacer varias cosas al mismo tiempo. Todos ellos son
multitarea y en muchos casos multimedia. Prefieren el universo gráfico al
textual. Eligen el acceso aleatorio e hipertextual a la información en vez del lineal
propio de la secuencialidad, el libro, y la era analógica.
Los Inmigrantes Digitales no ven la TV, no valoran la capacidad de hacer varias cosas al
mismo tiempo propia de los milenaristas, detestan los videojuegos, tienen problemas de
todo tipo para fundirse en interfaz con la computadora, o para sacarle el jugo a sus
múltiples funcionalidades sin pedirles antes permiso a un dedo para usar el otro. Sin que
los docentes las escuchen, las protestas de los chicos son cada vez más explícitas y
concretas. Muchos docentes insisten en que los chicos tienen que desacelerarse cuando
están en clase. No es que los nativos digitales no prestan atención, directamente no se
interesan por ese entorno que les adviene como un túnel del tiempo.
La disyunción es clara: o los inmigrantes digitales aprenden a enseñar distinto, o los
nativos digitales deberán retrotraer sus capacidades cognitivas e intelectuales a las que
predominaban dos décadas o más atrás.