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Nidia Duarte

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Page 1: Nidia Duarte

REFLEXIÓN SOBRE MI PRÁCTICA DOCENTE

NIDIA CARMENZA DUARTE PARDO

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMIBA

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN

COHORTE 18

2015

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REFLEXIÓN SOBRE MI PRÁCTICA DOCENTE

La educación supone la existencia del ser humano ya sea niño, adolescente

o adulto, todos ellos conforman una sociedad la cual a través del tiempo

evoluciona a pasos gigantescos, de igual manera mi labor como docente. Me

remonto a los años 90 tiempo en el cual tenia los primeros acercamientos con mis

profesores de primaria, ellos se caracterizaban por su metodología pasiva y la falta

de ayudas didácticas dentro del aula de clases. Colombia iniciaba esta década con

muchas expectativas tanto en el desarrollo social como humano. La apertura

económica auguraba buen presagio en la aceleración del desarrollo

socioeconómico, sin embargo, la corrupción, el conflicto armado y la violencia

acabaron con esas expectativas. Al finalizar esta década muy joven e inexperta

pero con la mejor intención y propósito de ser una excelente docente iniciaba mi

carrera; recordando a todos esos profesores que me hacían pensar en una nueva

metodología en la cual el estudiante pasaria de ser agente pasivo y se convertiría

en un agente activo en su proceso de aprendizaje.

Luego llegaría el siglo XXI cargado de recursos, los cuales permitirían que

el conocimiento estuviera al alcance de todos en tan solo unos segundos, a demás

llegaría la necesidad de evidenciar la calidad en los procesos educativos, de

renovar en la formación y perfeccionamiento de los docentes y de cambiar el

paradigma tradicional con el cual fui educada. Un buen augurio para mis

propósitos con relación a la educación. De igual manera cada país de acuerdo a

sus necesidades contextuales, plantearían individualmente y de diferentes formas

un conjunto de saberes competencias y habilidades para configurar los perfiles del

docente, y que en sumatoria vinieran a conformar el ideario de lo que debe ser un

docente en si. En términos generales, el buen docente debe mostrar dominio en la

disciplina que enseña, no es cuestión de saber mucho de todo, ni mucho de un

tema, sino el conocer como se genera y difunde el conocimiento en el campo

disciplinar en el que se inserta la enseñanza, ser reflexivo e investigar sobre su

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propia práctica docente, propiciar el trabajo colaborativo y colegiado, estar

motivado por la innovación docente, y saber ser facilitador del aprendizaje (Madrid,

1997; Rodríguez-Espinar, 2003; Martínez, 2007).

Las competencias de los docentes del siglo XXI se estructurarían en torno

a cuatro aprendizajes fundamentales que en el transcurso de la vida, estos serán

para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento: aprender a

conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer,

para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y

cooperar con los demás en todas las actividades humanas; por ultimo, aprender a

ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores. Por

supuesto, estas cuatro vías del saber convergen en una sola, ya que hay entre

ellas múltiples puntos de contacto, coincidencia e intercambio. A demás es

importante que el docente dentro de las habilidades que desarrolle se relacionen

con el trabajo cooperativo, así lo muestra Hernández Requena (2008):

El contexto social da a los estudiantes la oportunidad de llevar a cabo, de una manera más exitosa, habilidades más complejas que lo que pueden realizar por sí mismos. En los individuos, el componente social es muy importante, tener amigos y compartir con ellos. Las nuevas tecnologías se enfocan en este tema, aportando las herramientas necesarias para que las personas que accedan a ellas puedan compartir con los demás sus conocimientos, intereses, ideas, gustos… Llevar a cabo tareas entre un grupo de estudiantes les proporciona una oportunidad en la que no sólo empiezan a comprender y adoptar ideas de los demás, sino también empiezan a discutir sus actividades y hacen que sus pensamientos sean visibles.

Finalmente el docente debe estar orientado a reflexionar

constantemente sobre su práctica educativa, es un intento de hacer

planeada, organizada y eficaz la educación convirtiéndose así en una

práctica efectiva, coherente con sus propósitos. Esto permitiría que tanto

estudiante como docente crezcan, fortalezcan sus habilidades y aprendan

cada vez algo nuevo.

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