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NOMBRE DE LA MADRE DE RAFAEL POMBO Ana Maria Rebolled Profesión de la madre mujer también de alta alcurnia. Profesión del padre Lino de Pombo O'Donnell, fue un destacado político, militar y diplomático cartagenero, que entre otras cosas firmó el tratado Pombo-Michelena de límites con Venezuela y se casó en Popayán con Ana Rebolledo, mujer también de alta alcurnia. CUENTOS El gato bandido El renacuajo paseador La pobre viejecita Pastorcita Simón el bobito POESIA Poemas de Rafael Pombo Cutufato y su gato De noche Decíamos ayer El gato bandido El niño y la mariposa El renacuajo paseador La pobre viejecita Mirringa Mirronga

Nombre de la madre de rafael pombo

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Page 1: Nombre de la madre de rafael pombo

NOMBRE DE LA MADRE DE RAFAEL POMBO

Ana Maria Rebolled

Profesión de la madre

mujer también de alta alcurnia.

Profesión del padre

Lino de Pombo O'Donnell, fue un destacado político, militar y diplomático

cartagenero, que entre otras cosas firmó el tratado Pombo-Michelena de límites

con Venezuela y se casó en Popayán con Ana Rebolledo, mujer también de alta

alcurnia.

CUENTOS

El gato bandido

El renacuajo paseador La pobre viejecita

Pastorcita

Simón el bobito POESIA

Poemas de Rafael Pombo

Cutufato y su gato

De noche

Decíamos ayer

El gato bandido

El niño y la mariposa

El renacuajo paseador

La pobre viejecita

Mirringa Mirronga

Page 2: Nombre de la madre de rafael pombo

Fecha lugar de nacimiento y fallecimiento de Rafael Pombo

Fecha de nacimiento: 7 de noviembre de 1833, Bogotá Fallecimiento: 5 de mayo de 1912, Bogotá

Cuento

La pobre viejecita

Érase una viejecita

Sin nadita que comer

Sino carnes, frutas, dulces, Tortas, huevos, pan y pez.

Bebía caldo, chocolate,

Leche, vino, té y café,

Y la pobre no encontraba

Qué comer ni qué beber.

Y esta vieja no tenía

Ni un ranchito en que vivir

Fuera de una casa grande Con su huerta y su jardín.

Nadie, nadie la cuidaba

Sino Andrés y Juan y Gil

Y ocho criados y dos pajes De librea y corbatín.

A la poesía

Vicio divino, que a groseros vicios Me hiciste despreciar, Y las mil vanidades y artificios Del tráfico vulgar; Sacro elixir que al corazón y al alma Das juventud sin fin, Y entre abrojos y fango, etérea calma

Y alas de serafín, Con que volver al aire primitivo, Al gusto primicial Y juicio puro, y al entero activo Ser todo personal. Libre del yugo de años mil, y de hombres, Y de hábito y refrán, Para llamar las cosas por sus nombres