Upload
ailaz
View
607
Download
1
Embed Size (px)
Citation preview
Orientaciones
Es una realidad incuestionable que la vida cambia cuando llegan los hijos, mucho más si su desarrollo no es como esperábamos. A partir de su nacimiento nos volcamos en su cuidado. Pero, esto no justifica que nos abandonemos , dejemos de cuidarnos y de cultivar la relación de pareja y de familia.
Es necesario compartir con la pareja este análisis; ver dónde y cómo estamos cada uno; cuales son los temores, las necesidades, los sentimientos,…y pensar los cambios que tenemos que hacer para rehacer nuestro proyecto de vida y de pareja.
Una actitud de confianza en nosotros mismos, en nuestros hijos y en la pareja es importante. Confiar en que somos capaces de hacer cambios...
Si pensamos cada uno en los cambios personales que tenemos que llevar a cabo, hay más posibilidades de éxito que si estamos pendiente de los cambios que tiene que hacer nuestra pareja. A su vez, es importante lograr que esos cambios sean compartidos y vividos con complicidad. Si por el contrario, nos quedamos en una lucha de quién tiene más razón, podemos tender a sacar lo peor de nosotros mismos. Con armonía es más fácil caminar juntos.
Las situaciones pueden ser muy diferentes; pero por muy complicado que sea el momento que estamos pasando siempre hay algo que se puede hacer para mejorarlo: organizarnos de otro modo, racionalizar los tiempos de trabajo, buscar momentos para hablar de nosotros o hacer cosas juntos, buscar ayuda,…
Tenemos que tener en cuenta las dificultades de los niños pero también las nuestras. Debemos confiar en nuestras posibilidades para ajustarnos a la nueva situación e introducir los cambios.
Aspectos en los que puede ser necesario hacer cambios:
- En las ideas (imagen) que tenemos de nuestra pareja, de los hijos o de nosotros mismos.
-En cómo vivamos las dificultades de nuestros hijos: debemos evitar darles un sentido dramático y fijarnos más en sus posibilidades.
-En los ratos compartidos con los hijos buscando un equilibrio entre la atención a sus necesidades (tratamientos, visitas médicas…) y los tiempos de disfrute con ellos.
-Cada cual tendrá que ver según sus circunstancias, qué respuestas dar a las necesidades familiares. Ser padres es un aprendizaje continuo que exige afrontar miedos, confiar en el otro, realizar ajustes y llegar a acuerdos.