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Perros digitales 1 la literatura (noviembre 09)

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No hay caso, che...Y eso que lo intentamos.

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...Queremos escribir...

...Pero nos sale espuma...

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La revista literaria y moronense

Tiene el agrado de presentar, en su primera edición digital…

Yes, Michael, y me preguntou siSeguirán castigando a laLiteratura durante los

Veraniegos días próximos

Pardiez, Guille! Que ya casi terminado es el 2009y estos muchachos la edición digitalPrimera lanzado han, finalmente…

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¿Se supone que meterse en el asunto de las letras da algún tipo de prestigio?  Todos aseguran no creérselo, pero se sigue sacando número para asistir a alguna conferencia, se invierte más de lo que se tiene en cursos y posgrados, se sigue viendo a los escritores relamerse ante la posibilidad de una edición. ¿Pero cuál es el verdadero valor de escribir, de leer literatura? Desesperados algunos por ganar un concurso. Otros, por inscribirse en un taller.  Unos cuantos, por encontrar a quien alguna vez le publique algo. La mayoría pretendemos sólo leer algún textito a los amigos sin que se burlen. O llegar al final de la lectura sin que se aburran. Entre todo esto, el más auténtico sabor de la literatura es el más íntimo.  El que se goza y se genera adentro de uno. Simplemente leer.  Simplemente escribir. Sin promesas de sanación ni de éxito. 

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El Escritor de Vanguardia*Por Ma. Cristina Hisijos

“La literatura no existe, yo la maté”     (Roberto Arlt)Yo soy un escritor de vanguardia. A mi no me va eso de la introducción, nudo y ya sabemos.Yo busco innovar, marcar un nuevo camino. Porque ya sabemos, que más o menos, como ya está todo dicho, también está todo escrito. Y yo soy el futuro de la lengua escrita.A ver si nos entendemos: el lector de hoy necesita interactuar

con el texto. Ya no es un lector pasivo, que sólo abre la boca y traga lo que sea. Entonces, yo puedo escribir por ejemplo, arenam atse ed, y confío en que usted entenderá. No sólo entenderá, sino que se relamerá de placer ante aeníl adac.Ya demasiado se ha escrito sobre el lunfardo, la mezcla de

estilos, y hasta jergas. Son exploraciones trilladas... Y yo estoy para otra cosa. La exploración es lo mío. Noches de insomnio y de estudio al máximo me llevaron a un perfecto dominio del lenguaje jeringozo. Con exquisito don, escribí el año pasado upunapa nopovepelapa (y se lo escribo así, para que vaya familiarizándose con el lenguaje, porque planeo enviarle en breve mis trabajos en su totalidad) depe abpabopoluputapavapanguapardiapa. Cuando la presenté a los editores (un grupo de jóvenes supuestamente modernos y creativos) me la rechazaron. Ya se imaginará usted lo que pienso (mientras sonrío con magnanimidad y meneo la cabeza). Evidentemente nuestro ambiente está rodeado de ignorancia y pacatería.La literatura nos espera. Está en constante cambio y evolución.

Necesita nutrirse de estudiosos entusiastas como nosotros. No en vano hemos recorrido tantos años de cátedras, tantas pestañas quemadas en cursos, tantas sillas gastadas en conferencias, dinero invertido en talleres y postgrados; hagamos valer nuestros vastos conocimientos y enarbolemos nuestra bandera de erudición ante tanta cultura popular que avanzó ya en tantos terrenos, y pretende seguir haciéndolo hasta conquistar nuestra literatura. Nuestra. La que nos pertenece por derecho, por cuna, por ilustración y por años de tragar y sobaquear libros. Y asentir contenidos aunque nunca pudiéramos llegar a entenderlos. Nosotros nos esforzamos por estar de acuerdo hasta con lo inconcebible y lo logramos. Perdone que me ofusque, licenciado, pero verdaderamente nos rompimos el alma, para mantener bajo el alero que corresponde lo que intrínsecamente nos pertenece. Y la única salida posible ante

los desislutrados que avanzan, es un constante perfeccionamiento y actualización. Si nos quedamos de brazos cru-zados corremos riesgos. Y la pruebas están a la vista. Sólo dese una vuelta por algún tallercito literario cercano de su barrio y verá qué estofado se está cocinando actualmente. Y ni traigamos a la memoria a autores que ya pretendieron hacer estragos con lo nuestro, o apoderarse del buen nombre de la innovación bien entendida.Estuve tratando de escribir una novela brevísima, en la cual

la tercera persona , pasaba luego a una tercera plural colectiva, más tarde a segunda, para concluir leyendo el lector mi propio texto no escrito... porque un texto bien llevado, lo conduciría naturalmente a leer su propia elaboración, pensando lo que se debe pensar y hasta -un texto bien construido puede lograrlo- seguir manteniendo la respiración, la pose, el gesto de tomar el libro de un lector adecuadamente decente que lee palabras invisibles para los vulgares ojos.(Y se me acaba de presentar la ocurrencia de trabajar, en un futuro cercano, con la elaboración de un libro-no libro, que presente las posibilidades de ser leído en las circunstancias menos verosímiles. Imaginemos sus virtudes. Desde el poco lugar que ocuparía en las estanterías de una biblioteca, hasta lo liviano de llevarlo en el bolso o su capacidad de entrar en cualquier bolsillo. Hasta la facilidad de leerlo en los lugares más inhóspitos para nosotros, donde la lectura no es bien recibida. ¡Y ni pensar en su reducido costo de edición!)Aunque traté de hacer una novedosa incursión en la óptica

del narrador, ahora estoy inmerso, específicamente, en el estudio de la alteración de la cronología narrativa.

¡Qué son esas nimiedades, esas convenciones del tiempo para un escritor como yo, un lector como usted!. Si ambos estamos para aspirar a más, estimado licenciado. Sí, yo soy un escritor de vanguardia. Confío en su sano buen gusto y aprobación, si yo le digo que éste es el final de mi cuento. Cuyo comienzo, usted, nunca llegará a leer. Porque, por

supuesto, todavía no lo he comenzado a escribir.

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Un Poeta en ParticularLuis Barroso

Qué gran poeta dice el muchacho sobre Rimbaudque retorció el lenguaje hasta hacerlo temblarpuso alas en él / construyó cataclismos / hizo señales de la eternidadlo mismo dice de Mallarmé / de Dylan Thomas / otros grandes poetasque hicieron tiritar la palabra en plena arteria / en cambio Paco Urondonunca se consagró / sólo se desangró / del alma para afuera / del mundo para adentropoco hizo con sus versos / escarbó bajo capas y capas de tristeza hasta encontrar elhuesono asesinó burgueses / los amó simplemente / combatió su sistemaUrondo amó los ruidos que venían del pueblo y a mujeres concretasPaco una noche tomó la decisión / libres o muertos dijo seguramentecuando venían por él / pasarán años / sus pelotas seguirán alumbrandojamás hará milagros como hacer delirar a las palabras / Urondono será recordado como Artaud Dylan Thomas Mallarmé Apollinaire.

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La Casa de las Palabras•Eduardo Galeano

A la casa de las palabras, soñó Helena Villagra, acudían los poetas. Las palabras,guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas y se les ofrecían, locasde ganas de ser elegidas: ellas rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran,que las tocaran, que las lamieran. Los poetas abrían los frascos, probaban palabrascon el dedo y entonces se relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban enbusca de palabras que no conocían, y también buscaban palabras que conocían yhabían perdido. En la casa de las palabras había una mesa de los colores. Engrandes fuentes se ofrecían los colores y cada poeta se servía del color que le hacíafalta: amarillo limón o amarillo sol, azul de mar o de humo, rojo lacre, rojo sangre,rojo vino...

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TALLER LITERARIONora Perusin

*a los del taller Mario J. de Lellis

Fuimos viajantes del transiberianoentre la noche y el vértigo de amanecer, casi niños.Poesía, déjanos hablar,llegar hasta el fondo.Escribir poesía erael paso de Gerard Philipe bajo la lluvia.Fotos y sombras disipándose entre los dedos,el retumbe de una avellaneda tristeen su marcha hacia plaza de mayoel resplandor de la palabra socialismoagitándose en el agua.La memoria traiciona detallesdel rostro de esos jóvenes.

Alguien se parece a nosotros.Alguien se parece a lo que fuimosQueríamos llegar hasta el fondo del viaje de Cendrars,tomar ese tren de estaciones ardientesy atravesar el mundo como un cuchillo filoso.No teníamos más que la poesía.Después de todo, comprobamosque podía arder como fogata.Arder sola, no ser relámpago, ni avispaNi nada.

EL POETA Ivana Szac

Desespera frente a fotos antiguas, escupe sus grandes espejos,destroza copas vacías mientras vuelcasu dolor

en los papeles.*   *   *

Escribiréhasta quedarme, sin llanto,sin salivasin manoshasta que la mañana no me despierte. 

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El Duende, el Ángel y la MusaFederico García Lorca, 1933

El duende de que hablo, oscuro y estremecido, es descendiente de aquel alegrísimo demonio de Sócrates, mármol y sal que lo arañó indignado el día en que tomó la cicuta, y del otro melancólico demonillo de Descartes, pequeño como almendra verde que, harto de círculos y líneas, salió por los canales para oír cantar a los marineros borrachos. Todo hombre, todo artista llamará Nietzsche, cada escala que sube en la torre de su perfección es a costa de la lucha que sostiene con un duende, no con un ángel, como se ha dicho, ni con su musa. Es preciso hacer esa distinción fundamental para la raíz de la obra. El ángel guía y regala como San Rafael, defiende y evita como San Miguel,y previene como San Gabriel. El ángel deslumbra, pero vuela sobre la cabeza del hombre, está por encima, derrama su gracia, y el hombre, sin ningún esfuerzo, realiza su obra o su simpatía o su danza. El ángel del camino de Damasco y el que entró por las rendijas del balconcillo de Asís, o el que sigue los pasos de Susson, ordena y no hay modo de oponerse a sus luces, porque agita sus alas de acero en el ambiente del predestinado. La musa dicta, y, en algunas ocasiones, sopla. Puede relativamente poco, porque ya está lejana y tan cansada. Los poetas de musa oyen voces y no saben dónde, pero son de la musa que los alienta y a veces se los merienda. Como en el caso de Apollinaire, gran poeta destruido por la horrible musa con que lo pintó el divino angélico Rousseau. La musa despierta la inteligencia, trae paisaje de columnas y falso sabor de laureles, y la inteligencia es muchas veces la enemiga de la poesía porque imita demasiado, porque eleva al poeta en un bono de agudas aristas y le hace ol-vidar que de pronto se lo pueden comer las hor-migas o le puede caer en la

cabeza una gran langosta de arsénico, contra la cual no pueden las musas que hay en los monóculos o en la rosa de tibia laca del pequeño salón. Ángel y musa vienen de fuera; el ángel da luces y la musa da formas (Hesíodo aprendió de ellas). Pan de oro o pliegue de túnicas, el poeta recibe normas en su bosquecillo de laureles. En cambio, al duende hay que despertarlo en las últimas habitaciones de la sangre. Y rechazar al ángel y dar un puntapié a la musa, y perder el miedo a la fragancia de violetas que exhale la poesía y al gran telescopio en cuyos cristales se duerme la musa enferma de límites. La verdadera lucha es con el duende. Se saben los caminos para buscar a Dios, desde el modo bárbaro del eremita al modo sutil del místico.Y aunque tengamos que clamar al fin y al cabo Dios manda al que lo busca sus primeras espinas de fuego. Para buscar al duende no hay mapa ni ejercicio. Solo se sabe que quema la sangre como un tópico de vidrios, que agota, que rechaza toda la dulce geometría aprendida, que rompe los estilos, que hace que Goya, maestro en los grises, en los platas y en los rosas, pinte con las rodillas y los puños con horribles negros de betún; o que desnuda a Mosén Cinto Verdaguer con el frío de los Pirineos, o lleva a Jorge Manrique a esperar a la muerte en el páramo de Ocaña, o viste con un traje verde de saltimbanqui el cuerpo delicado de Rimbaud, o pone ojos de pez muerto al conde Lautréamont en la madrugada del boulevard.

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LA LITERATURA ES ALGO QUE DUELE ACÁ1Aparte de buscar lleno de esperanza, uno se  maneja con ciertos recaudos y miedos, y con el bolsillo jugando en contra a la hora de comprar un libro, mira de reojo los best sellers. ¿Cómo desprenderse del prejuicio de que el asunto, si viene con tanto bombo, huele feo? ¿Desconfiar del negocio editorial, del nombre archiconocido, o del gusto popular en general que lo compra y lo aclama? Fontanarrosa fue best seller, sí, pero Jorge Bucaytambién. Y también algunos libros de autoayuda. ¿Manejarse con cautela es la clave?, ¿Confiar en el propio buen gusto?. ¿Prestar el oído a las recomendaciones?, ¿o despojarse de todo preconcepto y tirarse a la pileta?     2Un poco apoyado en la falta de espiritualidad de la humanidad actual, y otro poco en la psicología, llegó un tal Stamateas y la rompió. O por lo menos esto es lo que se percibe parando la oreja en el trabajo o en el almacén. Es cierto. La libertad es libre, decía mi abuela, y que cada uno lea lo que quiera o pueda leer. El tema es que debería saberse que ‐por lo menos, en este caso‐ no se lee literatura. Y eso sería lo de menos. Lo peligroso es tomar estas lecturas como los mandamientos actuales; o el decálogo del sano proceder. Tendríamos que apelar al buen criterio de la población, que no es poca cosa. 3 «A los niños y adolescentes les gustan los cuentos de terror». Este y otros preconceptos, ya hartan. Fueron creados, tal vez, con el mismo criterio uniforme con que los diseñadores inventan vestuarios para los más pequeños, o la televisión promociona series o programas de entretenimiento. De tanto oírlo, lo incorporamos y terminamos comprándole al pibe alguna anto‐logía de bonita en‐cuadernación, que mezcla todo desde Poe hasta Lugones, pasando por adaptaciones

(a veces poco respetuosas). Lo cierto también es que hasta que el libro llega a las manos del pibe, pasó por los censores dictámenes de los padres, psicólogos, consejos publicitarios, docentes...y los prejuicios editoriales. Y es tan probable que los chicos nunca exploren las diversidades literarias, como que nunca sabremos (ni ellos descubrirán) sus gustos en ese terreno. Todo esto alumbrando el consabido lema: «no importa qué: lo importante es que lean».Quién sabe cuál es el esquema a seguir, o desde cuando gobierna los designios de los que seleccionan «literatura femenina». Se basan, seguramente, en los supuestos gustos de mujeres que conocen y más bien prejuzgan. Suponen que el reducido mundo de la mujer tiene que ver sólo con hijos, astrología, belleza, moda, cocina, test de diversas categorías, y modos de conseguir pareja o de no perder la que se tiene. Frente a tales parámetros la literatura «para la mujer» estaría contenida en un marco bastante preciso. Y angosto.Siguiendo estas reglas, el hombre leería sólo temáticas ligadas al fútbol, box, desnudos femeninos o pesca. Y no existirían para ellos «Final del juego», porque su voz narradora es la de una niña, o aquella Novela Ejemplar donde dos perros discrepan.5Coincidimos: hay que fomentar las diversas expresiones culturales, la integración de todas las ramas del arte; y a todos nos duele el cuello de tanto subir y bajar la cabeza en señal de aprobación: la cosa es promover la literatura, acercarla a las masas, manosearla, incorporarla a la vida cotidiana. Pero hay un punto en donde uno se traba y empieza a sospechar (además del olor a movida publicitaria, el negocio, o los intereses particulares que uno husmea escondidos entre tanta parafernalia y aplauso).Nos nace un hormigueo si acompañamos la cosa sin chistar. Partir de la mentira para promover la lectura, o al libro. El gran circo de una feria promete alegría, espectáculo, personalidades, glamour…cuando el acercarse así a la literatura es buscar lo que no hay, o comprar una verdad a medias. Es tomar como pun‐to de partida una estafa. Es casi el mismo mecanismo con que el casino

Por M

a. Cristina Hisijo

s

(sigue)

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promete fortuna, la belleza, felicidad, o la droga bienestar. No es fiesta, popularidad, estruendos, ni fama, lo que llegará a usted al acercarse a un libro y amarlo. Probablemente, será todo lo contrario. Usted leerá en soledad, leerá y se apartará del mundo, se conmoverá, despertará sus fantasmas más íntimos, y se quedará en silencio. Se sentirá, quizá incomprendido, encontrará introspección, reflexión, lágrimas o risas inentendibles para los demás. Y bienvenidas sean esas emociones, tan apartadas y lejanas a una feria. 6De uno u otro lado del mostrador sigue siendo maravilloso descubrirnos en algún personaje de una novela. O descubrir a alguien, que leyó lo mismo que uno, gustoso o no. O pelearse con un amigo, discutiendo a un autor, o a una corriente. Sentirse embelesado con el olor de un libro. Comérselo con los ojos,

leerlo, releerlo, marcarlo, encomendarlo, prestarlo, contarlo. Andar como un loco por la calle, metido en la historia que terminamos de leer. Encontrarse a la mañana con el libro abierto en la cama, por haberse dormido leyendo. Verse tratando de imitar a un escritor admirado. Soñar con él. Abrir el libro y encontrarlo con miguitas, o manchas de mate cocido, sucio de vida. Descubrir en una plaza a un desconocido, leyendo muestro libro favorito y saberse menos solo. Matar, morir, amar, sentirse por una vez parte de algo grosso. Sentirse el héroe o el protagonista. Simplemente leer. Sin promesas de sanaciones ni triunfos. Leer. Para no matar. Para no morir.Seguimos siendo muchos los infectados con la locura de las letras. Y ojo, que podemos ser más.

G. o los viajes de la imaginaciónAlberto Ramponelli

¿Por qué todos los camellos pueden pasar la frontera, menos yo? Esto se pregunta G.mientras regresa cabizbajo a su oasis, luego de un nuevo intento fallido. Un cartelitohumillante cuelga de su joroba: «declarado indeseable». Más tarde, recostado en laarena, masticando con desgano unos pastitos, encuentra la posible respuesta. Alguien,mucho tiempo atrás, también esperó inútilmente ante las puertas de la Ley. Descubre,así, su estirpe kafkiana. Se dice, con lógica sencilla pero inapelable, que si Cortázar fuesu padre, Kafka sería su abuelo. Comprensivo, como todo camello, entiende que estamarca de familia despierte el recelo de los guardias de fronteras. Pero no está dispuestoa desistir de su viaje (los camellos suelen ser también muy tozudos). Sabe, ahora, quehay un modo de sortear cualquier frontera, aunque tenga la consistencia inhumana de unmuro de hierro y cemento. Acicateado por esta revelación, G. se levanta y camina haciala modesta pero suficiente biblioteca del oasis. Cuando entra, el bibliotecario sonríe y leguiña un ojo, como una contraseña, al leer el cartelito que cuelga de la joroba de G.Bienvenido, le dice, y con un ademán que es una invitación abarca las estanteríasrebosantes de libros. A partir de ese día, G., luego de cumplir las tareas concernientes ala vida cotidiana de los camellos, se dirige por las tardes a la biblioteca. Allí, a la luz delas lámparas estudiosas (como dijo Borges que dijo Milton) abre un libro y deja que suimaginación inicie un nuevo viaje. Ahora sí todas las fronteras se abren a su paso, porqueG. lleva colgando de su joroba el cartelito de siempre, ante el cual se inclinanrespetuosos y ligeramente avergonzados hasta los guardias más severos.a la memoria de J. C.

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POESÍA Charles Bukowski

se requiere de mucha desesperaciónpara escribir unos pocos buenos poemas. no es para todo mundo ya sea para escribirlos 

o siquiera para leerlos

Premios ClarínEduardo Espósito

Escribo un poema en un grano de arrozEs un haiku creo y sublime ademásLo pongo a cocinar a fuego lentoLas palabras se hinchan hasta pegotearseDesbordado apago las hornallasSobredimensionado el grano sigue hirviendoQuién sabe cuántos comerán de esta novela.

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(Por Miguel Angel Córdoba) - Si algo debiera significar la poesía es libertad. Algo tiene que ver el verso libre que adopta y elige el poeta contemporáneo para su trabajo creativo. Y por supuesto, no es esta técnica garantía de calidad ni mucho menos. Si el poeta no escribe con la profundidad espiritual que requiere este quehacer, pobres serán sus resultados. Y esto se nota, en particular, cuando se trabaja por compromiso económico o para cumplir con un trabajo en publicaciones pasatistas y con la liviandad que utilizaría en la venta de un producto de consumo masivo. Así, vemos engendros literarios que se presumen «poemas» en posters, revistas de actualidad, dirigidas a un público poco exigente. Allí se utilizan golpes bajos, sensiblería barata y recursos mercantilistas que provocan lágrimas fáciles, superficiales.La poesía es otra cosa...Es el íntimo compromiso del yo poético del autor con su poema. Es la imagen o metáfora que nos deja pensando. Una reflexión sobre la vida y sus direcciones inesperadas. Nos hace bajar la velocidad cotidiana para ver o sospechar otras cosas importantes esperando para trascender la pelea diaria por la ropa o la comida. Es un viaje a nuestro ser profundo y verdadero, la posible comunicación con el absoluto que nos crea y abarca. La poesía son las alas que nos faltan. La luz para ese viaje a nuestro prójimo que sufre con nosotros y se ríe de nuestra finitud.Es, en definitiva, la última puerta de nuestra intuición para saber que aún estamos a tiempo para ser humanos.

Sobre la PoesíaI.. No busquen ser originales. El ser distinto es inevitable cuando uno no se preocupa de serlo. II. No intenten deslumbrar al burgués. Ya no resulta. Éste sólo se asusta cuando le amenazan el bolsillo. III. No traten de complicar al lector, ni buscar ni reclamar su ayuda. IV. No escriban jamás pensando en la crítica, en los amigos o parientes, en la dulce novia o esposa. Ni siquiera en el lector hipotético. V. No sacrifiquen la sinceridad literaria a nada. Ni a la política ni al triunfo. Escriban siempre para ese otro, silencioso e implacable, que llevamos dentro y no es posible engañar. VI. No sigan modas, abjuren del maestro sagrado antes del tercer canto del gallo. VII. No se limiten a leer los libros ya consagrados. Proust y Joyce fueron despreciados cuando asomaron la nariz, hoy son genios. VIII. No olviden la frase, justamente famosa: 2 más dos son cuatro; pero ¿y si fueran 5? IX. No desdeñen temas con extraña narrativa, cualquiera sea su origen. Roben si es necesario. 

X. Mientan siempre. 

DecálogoJuan Carlos Onetti

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A LOS POETAS PUROSRubén Derlis

No sirven los versitos a la luna cuando están estaqueando a la Patria.No es lícito cantarle al propio ombligomientras buitres foráneos y caranchos autóctonos a picotazo y garra celebran su festín.En tanto el poeta puro, mirando hacia otro lado,cree que esto no le incumbe,porque él debe seguir buscando la palabra inconsútil,etérea, prístinamente alada (...)Travestirá palabras, que no digan ni alerten,apenas que sugieran lo intangible,que esotéricas se abran sólo a los que posean la llave liminar.Por eso pontifica muy ufano y orondoque la Poesía elige a aquellos a quienes debe llegar (...)El poeta puro es un montón de escombros,de palabras vacías sin tiempo ni lugar.No le faltan alas para emprender el vuelo,pero como nunca caminó junto a los hombresjamás podrá volar.

Hemos venido siguiendo tu carrera durante las últimas décadas y tenemos algo importante que comunicarte. Descontamos que será de provecho no solamente para ti y los tuyos, sino para mantener el sano equilibrio existente dentro del rico espectro de formas, géneros y estilos que articulan el vasto mundo de la literatura. Sabemos que tienes talento, pero ¡cuidado! Utilízalo con tacto. No intentes incursionar en roles que no te han sido asignados. No van‐guardices, porque te vamos a boicotear. No vamos a avalar tus inventos. Debes usar tus dones en la tarea de aplicar las

tropical los hace ser un poco más remolones, y bueno, en la economía de mercado el que no se apura va al muere. Así que tratá de escribir bien, idiota. Escribí cosas que nosotros podamos entender. Color local sí, podés ponerle todo lo que quieras, giros idiomáticos característicos, voces indígenas, porque ya sabés eso de «pinta tu aldea y pintarás el mun‐do». Pero pintalo con el pincel que nosotros te damos. (...)Sí escribís co‐sas raras, nosotros no nos vamos a esforzar en lo mas mínimo por desci‐frarlas, y tus coterráneos, aunque les vean cualidades, igual van a hacer la vista gorda ante ellas y van a des‐confiar, porque no van a estar seguros de que son buenas, a menos que nosotros así lo decretemos. (...)Tenés que ser la voz de la conciencia culpable de Europa. Si nos hacés caso, te prometemos para siempre un lugar allá abajo en nuestra lista de lo más vendidos, y te vamos a pasear de una ciudad a otra del primer mundo, para que des charlas sobre tu literatura y las desgracias de tu gente. Y en las revis‐tas literarias europeas van a salír artíCarta a un escritor culos sobre vos, escritos por nosotros. Reservá tu ejemplar con anticipación.Firmado:Asociación de Críticos 

Literarios de Europa y Tribunal de Geopolítica Literaria

técnicas poéticas y narrativas que nuestros escritores consagraron como válidas. Sólo que ellos se valieron de esas herramientas para describir nuestra realidad, y tú debes describir la tuya. Hay por aquí un grupo de intelectuales que asumen, en nombre de toda Europa occidental, la culpa que ella tiene de que en tu país la gente viva mal. Y esta gente necesita documentación. (...)Y que esos testimonios estén bien escritos, para demostrar su tesis de que los la‐tinoamericanos no son criaturas inferiores, anormales bastardos nacidos ilegítimamente del cruce de dos especies no compatibles (...). Es sólo que el clima 

Carta a un escritor latinoamericanoRoberto Bolaños

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(…) Para poner dique a preguntas indiscretas o insinuaciones irónicas, me revestí de la tiesura del espectador que ha superado las pobrezas de las actividades humanas. Tuve que defenderme y comencé a desperdigar frases: -La vida no es literatura. Hay que vivir…después escribir. No inútilmente se finge el fantasma. Llega un día en que se termina por serlo.Así, insensiblemente, fui impregnándome de cierta acidez que in-filtró en todas mis palabras un resabio de ironía agria, cierto hedor de leche cortada. La gente me huía instintivamente. Tuve renombre de cáustico. Mis chistes, los mejor intencionados, resultaban siempre de doble sentido, perversos, y los papanatas me cobraron un miedo terrible(…)Tampoco sé por qué les gasté bromas tan tremendas a los que tomaban la vida en serio, e incluso sostuve que únicamente los badulaques profundos le concedían importancia a lo que nacía de ellos. Lo cual no impedía que de continuo se formaran en la superficie de mi conciencia, grietas que rezumaban amargo salitre de envidia. Nada me ofendió más profundamente que el éxito de un compañero a quien despreciaba en mi fuero interno. Cierto es que el éxito era una bagatela comparado con los que podía obtener yo explotando las posibilidades encerradas en mí.(…) Yo era una esperanza. Y una esperanza sin proporciones es siempre superior a una realidad mensurable. Espoloneado por mi amor propio, juré ir muy lejos, sin cavilar por un instante que mi «muy lejos» pertenecía al pasado. ¡Es tan fácil, por otra parte, enunciar propósitos sin pro-porción!(…) Me indigné contra mi intelecto, hice tentativas de intimidar a la inspiración, de infiltrarme en mi propio subconsciente. Era indispensable que él obedeciera y trabajara a mi servicio, pero fue todo inútil. No olvidaré nunca que me encerré entre cuatro paredes a la espera de la maravillosa fuerza que debía inspirarme páginas inmortales, pero el único fenómeno que provocó tal encierro consistió en una violente intoxicación tabacosa y, aburrido de hacer el ermitaño, me lancé a la calle a buscar la vida.

Escritor Fracasado

Roberto Arlt

Una sola palabragolpeando

soladestruye mi torre

de naipes.Valeria Lombardía

Los artificiosEdgardo Allan Poe

Muchos escritores, especialmente los poetas, prefieren dejar creer a la gente que escriben gracias a una especie de sutil frenesí o de intuición extática; experimentarían verdaderos escalofríos si tuvieran que permitir al público echar una ojeada tras el telón, para contemplar los trabajosos y vacilantes embriones de pensamientos. La verdadera decisión se adopta en el último momento, ¡a tanta idea entrevista!, a veces sólo como en un relámpago y que durante tanto tiempo se resiste a mostrarse a plena luz, el pensamiento plenamente maduro pero desechado por ser de índole inabordable, la elección prudente y los arrepentimientos, las dolorosas raspaduras y las interpolación. Es, en suma, los rodamientos y las cadenas, los artificios para los cambios de decoración, las escaleras y los escotillones, las plumas de gallo, el colorete, los lunares y todos los aceites que en el noventa y nueve por ciento de los casos son lo peculiar del histrión literario.

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La experiencia era interesante. En plena reunión de «Perros», Diego González arrojó la preguntita del título. Todos ladraron al mismo tiempo. Luego, se escribieron las respuestas.«Para recordar o inventar mi vida», dijo Mercedes Rondán, «para que salga lo que no quiero decir, mi lado oscuro. Tengo duendes para escribir, algunos me ignoran, pero otros me susurran palabras obscenas».Le preguntaron por las palabras obscenas, pero se negó a revelarlas. “Uuuh…”, dijo.Ni lerdo ni perezoso, Diego reveló que lo hacía «para plagiar a los grandes escritores y que ellos no se aviven». Ante la protesta general, dijo más serio. «Escribir es dulce, embriagador y necesario como una botella de vino», y añadió que «pasan los amigos, las mujeres, los trabajos, los gobiernos, pero las palabras quedan y uno se vuelve más humano».

Con cara de importante, Luis Barroso dijo lo obvio: «Lo hago porque no tengo la guita de De Narváez, el talento de Maradona, el caradurismo de Tinellini la garganta de Pavarotti». Y siguió: «Y también porque Arlt, Cervantes, Manzi y Onetti se murieron sin dejar reemplazo».«De noche -siguió- cuando la soledad muerde y vienen los fantasmas, uno aprendió a exorcizarlos a palabrazo limpio. Y además -concluyó, en un tono más bajo- a los malos escritores no nos abuchea nadie y podemos levantar minas como los que escriben bien».Cristina Hisijos estaba dibujando la tapa, y sin levar la mirada del papel señaló que escribir «es un modo de buscar la inmortalidad y otras veces es una manera de ocultar tus fantasmas secretos, tus crímenes más íntimos creando un personaje salame que tendrá que cargar con tus miserias y vergüenzas». Dejó el dibujo y, más seria, encaró: «es una gran mandada de parte, algo como un ‘mirá qué bien lo hago, no seré capaz de otra cosa, pero esto lo hago bien’».«Aún no te multan por escribir mal ni por decir pavadas -siguió- ...y aún es muy poco probable por ahora que te rajen a patadas de los talleres literarios». Entusiasmada, concluyó que ella seguía escribiendo «porque papel y lápiz en casa nunca faltan», logrando los abucheos de los otros perros.La noche estaba avanzada y hacía frío. Alguien propuso calentar el agua del mate, y los demás aceptaron, gustosos…

POR QUÉ ESCRIBIMOSRoque Dalton

Uno hace versos y ama la extraña risa de los niños,el subsuelo del hombre que en las ciudades ácidas disfraza su leyenda,la instauración de la alegría que profetiza el humo de las fábricas.Uno tiene en las manos un pequeño país,horribles fechas, muertos como cuchillos exigentes,obispos venenosos,inmensos jóvenes de pie sin más edad que la esperanza,rebeldes panaderas con más poder que un lirio,sastres como la vida,páginas, novias,esporádico pan, hijos enfermos,abogados traidoresnietos de la sentencia y lo que fueron,bodas desperdiciadas de impotente varón,madre, pupilas, puentes,rotas fotografías y programas.Uno se va a morir; disperso va a quedar bajo la tierray vendrán nuevos hombres pidiendo panoramas.Preguntarán qué fuimos,quienes con llamas puras les antecedieron,a quiénes maldecir con el recuerdo.Bien. Eso hacemos:custodiamos para ellos el tiempo que nos toca. 

¡Eso, che…! ¿Por qué escribimos?

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Al final, che, nos quedamos sin saber para qué sirvela literatura

Eso……Y encima se nos terminóla revista…

Por lo menos salimosen Internet…

A mí me gusta másen papel… ¡Rajá, troglodita,

perro de las cavernas…!

No es por amargarlos, pero todavía nos falta volver al programa de Radio…

¿Y a la tele, cuándo…? Me parece que se les vala mano, che…

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En fin: al cierre de nuestra primera revista digital,sólo podemos decir que lo intentamos. Y que pudo salir mucho peor de lo que realmente salió.Y que ‐como además de porfiados somos optimistas‐en un par de semanas más tendremos en la calle la segunda edición digital de Perros Sueltos. Y que,con toda seguridad, será mejor que la primera...Por supuesto: estamos agradecidos a todos los que figuran y a los que no figuran en esta edición,porque gracias a ellos podemos seguir ladrando.Chau y guau.

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Hicieron posible esta edición...

Jauría Editora: Ma. Cristina Hisijos y Luis Barroso

Jauría de Fierro: Ivana Szac, Miguel Córdoba y Mercedes Rondán

Jauría que rempuja: Diego González, Osvaldo Hueso, Estrella López Forn,                                   Gisella Aronson y Anabela Orona

Y también:Eduardo GaleanoRepNora PerusinFederico García LorcaHoracio SaccoCharles BukowskiRoberto BolañosMario MeléndezEduardo EspósitoJuan Carlos OnettiRubén DerlisAlberto RamponelliCésar Guillermo SarmientoRoberto ArltEdgardo Allan PoeValeria LombardíaRoque Dalton

Para colaboraciones, felicitaciones, amenazas, cartas de amor,

sobornos, puteadas, propuestas deshonestas y otras zarandajas,

nuestro mail es éste:[email protected]