Click here to load reader
Upload
alexis-lopez-tapia
View
92
Download
1
Embed Size (px)
Citation preview
1
PIÑERA Y LA ESTRATEGIA DEL PICARÓN O de cómo buscar crecer hacia un Centro que no existe
Por Alexis López Tapia
En junio de 2015 publicamos el análisis “¿Existe el “Centro” político en Chile?” (1), a propósito de
varias columnas y artículos que habían venido debatiendo sobre el tema en diversos medios
nacionales. La conclusión que allí sostuvimos fue la siguiente:
“En Chile no existe un “Centro Político”, tanto por su ubicuidad, por su relativismo, por la
ausencia de criterios que nos permitan identificarlo de manera efectiva, así como por el
notable “desbalance” entre ambos extremos del “continuo izquierda-derecha”.
La polarización “hacia los extremos” que ha venido instalándose en la política chilena, es
en realidad, la expresión de Fuerza y de transferencia de Poder hacia sectores de la
“Izquierda Extraparlamentaria” y “No Institucionalizada”, y también hacia el
Antisistemismo y el Asistemismo.
Por su parte, la “Derecha” ha visto desplazadas sus coordenadas ideológicas, no hacia un
supuesto “Centro”, sino directamente a categorías propias del Neo-Comunismo, por la vía
del Neo-Liberalismo en términos valóricos.
A partir de este diagnóstico, es posible pronosticar una polarización creciente e
incremento del uso de la fuerza en las demandas políticas y sociales, surgidas desde
sectores no institucionalizados, horizontales, en desmedro de soluciones
institucionalizadas, verticales.
En ese escenario, el supuesto “Centro” político, no sólo no existe, sino que no tiene cabida
alguna”.
La elección presidencial realizada ayer, no sólo confirmó lo que señalamos dos años atrás, sino que
finalmente alertó de este hecho a diversos “analistas profesionales”, que hoy salieron a comunicar
en masa lo que ya habíamos anticipado.
Esos mismos “analistas profesionales” y “expertos electorales” –amén de las correspondientes
encuestas-, hasta ayer proyectaban un escaso porcentaje de votos para José Antonio Kast y Beatriz
Sánchez, señalando respecto del primero que su representación era marginal y de carácter
testimonial, y de la segunda, que el Frente Amplio al que representaba, era un conglomerado sin
capacidad de generar adhesión electoral relevante.
Respecto de este último, en abril de 2016 publicamos el análisis “El proceso político del Frente
Amplio: de la Revolución Democrática a la Democracia Dictatorial” (2), donde concluíamos
señalando que:
“Cuando el “Frente Amplio” llegue al poder –y tienen tiempo más que suficiente para
lograrlo–, mediante el Proceso que aquí hemos expuesto resumidamente, será como
pasaremos de la “Revolución Democrática”, a la “Democracia Dictatorial”.
No importa quien gane en la próxima elección. Mientras no haya verdadera oposición,
contra-discurso y contra-proceso, el “Frente Amplio” terminará por ganar... y le sobra
tiempo para hacerlo”.
Y nuevamente, la elección confirmó lo que veníamos anticipando: el proceso político del Frente
Amplio es la verdadera vanguardia del “proceso central” (Demian, 2017, [3]), que redoblará,
acelerará y radicalizará las reformas impulsadas por Bachelet en esta administración, tanto bajo un
gobierno de Alejandro Guiller –dada la capacidad hegemónica de su discurso–, como bajo un
gobierno de Sebastián Piñera, vía la transferencia de poder desde la institucionalidad vertical, al
modelo horizontal, llamado “ciudadano”, que este realizará gracias a la “agudización de las
contradicciones” que este último régimen supondrá.
Así, en cualquiera de estos dos escenarios de segunda vuelta, el Frente Amplio ganará, sin
importar quién gobierne, tal como lo señalamos en el artículo en comento.
Señalado lo anterior, no es de extrañar que aquellos “analistas profesionales”, que aún creen que
existe el “centro político”, hayan salido de inmediato a sugerir que la estrategia de la candidatura
de Sebastián Piñera para la segunda vuelta, debería ser precisamente “Crecer hacia el Centro”, y así
ya lo ha asumido el propio candidato (4), (5), (6), (7), (8).
De allí que no resulte extraño que en su primera rueda de prensa post elección, acompañado por
todos los diputados y senadores electos, uno de los invitados principales fuese el ex candidato
presidencial Felipe Kast, fundador de “Evopolí”, a quien Piñera brindó grandes elogios por el cupo
obtenido en la Araucanía.
Así, el llamado sector de “centro” de la derecha, fue destacado por Piñera desde un comienzo.
De igual modo, el integrante del comité ejecutivo del comando de Piñera, senador Alberto Espina,
señaló hoy explícitamente que “a nosotros nos interesa lograr conquistar la mayor adhesión de
quienes se sienten […] de quienes votan tradicionalmente por el centro, por el partido Demócrata
Cristiano” (9).
Esta última afirmación de Espina, es totalmente coherente con los lazos genealógicos e ideológicos
que el propio Sebastián Piñera ha reconocido reiteradamente con la Democracia Cristiana, y como
puede entenderse, es simplemente una reiteración más de la aspiración fundamental que el
candidato ha venido deseando concretar desde el llamado “retorno a la democracia”, cuando
públicamente votó “No” en el Plebiscito. Sin calificar esta aspiración en términos psicológicos, es
posible sostener que Piñera y su círculo más cercano, están completamente obsesionados con
obtener el voto del sector de “derecha” de la Democracia Cristiana, como lo evidenció ya en su
primer gobierno al nombrar a ex DC –para entonces independiente–, Jaime Ravinet como Ministro
de Defensa, cargo que alcanzó a ocupar menos de un año.
Pese a ese simbólico nombramiento, el legado neto de la primera administración de Sebastián
Piñera fue el segundo gobierno de Michelle Bachelet, y la formación de la “Nueva Mayoría”, donde
la Democracia Cristiana –por primera vez en toda su historia política-, aceptó integrar una coalición
con el Partido Comunista, en una estrategia diseñada por este último, precisamente para radicalizar
el proceso de contradicción interna que llevaría al partido a su colapso.
Así, la candidatura de Carolina Goic, fue un último intento testimonial para intentar contener
electoralmente, lo que políticamente era un hecho evidente desde hace décadas: la DC no sólo
dejó de representar al “centro” político –hoy “cuantitativamente” ejercido por el propio Partido
Comunista–, sino que renunció progresivamente y sin retorno, a su ideario fundacional como
Falange Nacional, a su misión histórica como freno al Marxismo, y a su trascendente fundamento
filosófico cristiano, por una cuota cada vez más exigua, inmanente, mezquina y banal de poder.
Lo anterior quedó en plena evidencia con las primeras declaraciones del recién electo senador por
La Araucanía, Francisco Huenchumilla, quien además de pedir “la cabeza” de Goic –que acaba de
renunciar a la presidencia del partido y que cuestionaba la candidatura de Guiller por estar
“secuestrada” por el PC-, afirmó: “Siempre escucho esas críticas respecto del Partido Comunista y
las encuentro obsoletas completamente” (10), agregando que “inmediatamente he tomado la
decisión de apoyar la candidatura de Alejandro Guillier” (11). Y, significativamente, llamó a
acercar posiciones con el Frente Amplio.
Señalado todo lo anterior, volvemos al inicio para preguntar:
¿Hacia qué “centro político”, espera crecer la candidatura de Sebastián Piñera en segunda vuelta?
¿Hacia los votos de la derrotada, renunciada y exigua candidatura de la DC?
¿Hacia los votos ya comprometidos y contabilizados de EVOPOLI?
¿Hacia los escasos electores de AMPLITUD y CIUDADANOS, partidos próximos a extinguirse?
De este modo, “La estrategia del Picarón”, es decir, crecer hacia un centro que no existe, es un
error garrafal de Piñera y su comando, no sólo porque allí no hay nada que realmente signifique un
aumento significativo en su votación, sino además, porque el eje político del país está
completamente desplazado hacia la izquierda, y por ello, la única alternativa realista y
electoralmente significativa, es crecer más allá de la derecha: un sector que no ha tenido
representación política formal en más 50 años, y que en buena medida, llevó a José Antonio Kast a
lograr un 8% del electorado, partiendo desde cero, en menos de un año.
Notas
(1) https://www.slideshare.net/AlexisTapia1/existe-el-centro-poltico-en-chile
(2) https://www.slideshare.net/AlexisTapia1/de-la-revolucin-democrtica-a-la-democracia-dictatorial
(3) https://juancridemian.wordpress.com/2017/11/16/ultimo-analisis-presidencial-ideologia-y-trascendencia/
(4) http://www.quepasa.cl/articulo/opinion-posteos/2017/03/hacia-donde-crecer.shtml/
(5) http://www.pulso.cl/actualidad-politica/hacia-donde-crecer-pinera/
(6) http://www.latercera.com/noticia/sebastian-pinera-trabajar-buscar-alcance-la-proyeccion-nuestra-candidatura-hacia-mundo-del-centro/
(7) http://ellibero.cl/opinion/crecer-hacia-el-centro/
(8) http://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2017/11/20/el-camino-al-centro-de-sebastian-pinera-tras-su-inesperado-resultado-en-primera-vuelta.shtml
(9) http://lanacion.cl/2017/11/20/comando-de-pinera-apunta-al-voto-dc-de-cara-a-la-segunda-vuelta/
(10) http://www.cooperativa.cl/noticias/pais/politica/presidenciales/huenchumilla-la-dc-debe-dar-apoyo-inmediato-y-sin-condiciones-a/2017-11-20/102130.html
(11) http://www.latercera.com/noticia/huenchumilla-arremete-directiva-dc-derrota-carecen-legitimidad-conducirme/
(12) http://www.latercera.com/voces/una-nueva-eleccion/