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Poesias

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Poesias de Cesar Vallejo - Heraldos negros

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,

la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.

Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma de alguna fe adorable que el Destino blasfema. Esos golpes sangrientos son las crepitaciones

de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;

vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé

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Poesia de William Shakespeare - Derrpchador de Encanto Derrochador de encanto, ¿por qué gastasen ti mismo tu herencia de hermosura?

Naturaleza presta y no regala,y, generosa, presta al generoso.

Luego, bello egoísta, ¿por qué abusasde lo que se te dio para que dieras?

Avaro sin provecho, ¿por qué empleassuma tan grande, si vivir no logras?

Al comerciar así sólo contigo,defraudas de ti mismo a lo más dulce.Cuando te llamen a partir, ¿qué saldo

podrás dejar que sea tolerable?Tu belleza sin uso irá a la tumba;usada, hubiera sido tu albacea.

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Poesia de Ricardo Palma¿Es arte del demonio o brujería

Esto de escribir versos? – le decía,No se si a Campomar o a Víctor HugoUn mozo de chirumen muy sin jugo.

Enséñame maestro, a hacer siquieraUna oda chapucera.

“Es preciso no estar en sus cabales,Para que un hombre aspire a ser poeta,

Pero en fin, es sencilla la receta.

Forme usted líneas de medidas igualesLuego en fila las junta

Poniendo consonantes en la punta”.

-¿Y en el medio?- “¿en el medio?¡Ese es el cuento!

Hay que poner talento”

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Poesia de Abraham ValdelomarAbre el pozo su boca, como vieja pupila

sin lágrimas. El ñorbo se envejeció trepando.El horno que en la pascua cociera el bollo blando,

como una gran tortuga, silenciosa, vigila.

La araña en los rincones, nerviosa y pulcra, hilala artera geometría de su malla enredando.Las abejas no vienen de libar, como cuando

miel destilaba el pecho que ahora dolor destila.

Los restos de mi dulce niñez busco en la oscurasoledad de las salas, en el viejo granero,

y sólo encuentro la honda tristeza del pasado.

El corazón me lleva por el viejo graneroy encuentro en los despojos, viejo, decapitado

el caballo de pino del que fui caballero.