El Plátano de Canarias es el cultivo más importante de las Islas y,

durante décadas, su industria fue protagonista del crecimiento

económico del Archipiélago. A Canarias llegó procedente de Guinea

Ecuatorial introducido por expedicionarios portugueses.

La Historia considera que, una vez el cultivo se asentó con éxito en

las islas, los españoles lo introdujeron en tierras americanas en los

viajes de colonización al Nuevo Mundo.

Familia: Musácea

Origen: Asia meridional

Planta: No es un árbol, sino una planta herbácea gigante, con tallo

subterráneo rizomatoso del que parten sus grandes hojas, cuyas

vainas están dispuestas en espiral fuertemente apretadas unas a

otras, constituyendo el falso tronco, terminado en una corona de

hojas.

Hojas: Muy grandes, de 2-4 m de largo y hasta 1,5 m de ancho,

con un peciolo de 1 m o más de longitud y limbo elíptico. Se

forman en el interior del falso tallo y emerge enrollada en forma de

cigarro.

Flores: flores amarillentas, irregulares y con seis estambres, de los

cuales uno es estéril.

Cada grupo de flores reunidas en cada bráctea forma una reunión

de frutos llamada “mano”, que contiene de 3 a 20 frutos.

Frutos: es una baya más larga que ancha. Durante el desarrollo

del fruto éstos se doblan, según el peso de este, determinando

esta reacción la forma del racimo.

El Plátano de Canarias

Posee mayor grado de madurez y permanencia en la planta

que la banana tropical debido a la menor distancia entre la

producción y el mercado consumidor.

Tiene mayor índice de humedad por lo que es más sabroso que

la banana.

En la banana los valores de carbohidratos, azúcares solubles y

sacarosa son ligeramente mayores, lo que le confiere una

textura más harinosa que la del Plátano de Canarias que,

además, tiene niveles más altos de contenido en potasio.

Tamaño

• Plátano: Más pequeño

• Banana: Más grande y alargado

Color

• Plátano: Amarillo con manchas negras

• Banana: Amarillo brillante

Sabor

• Plátano: Jugoso y saciante

• Banana: Más pastoso y seco

CUENTO

En una conocida aldea al sur de la ciudad vivía un niño llamado

Gregorio, el cual a sus cinco años de edad, ya mostraba cierta

inclinación a las labores del campo. Gregorio era capaz de diferenciar

una guayaba de una parchita, una calabaza de un melón, y hasta los

limones de las naranjas pequeñas; pero había un pequeño problema

que Gregorio no había podido superar, y era precisamente el de

diferenciar los plátanos de las bananas. Más difícil se le hacía la

tarea, si consideramos que su papá cultivaba cambures de gran

tamaño y a veces plátanos pequeños.

En no pocas ocasiones, su mamá lo mandaba a buscar en los

cajones del patio plátanos para los tostones de la cena, y Gregorio en

un acto de confusión le llevaba inmensos cambures. Otras veces al

solicitarle las bananas para el postre del almuerzo, Gregorio

inocentemente le llevaba plátanos maduros.

Fueron tantos los contratiempos que tuvo Gregorio por ésta falta de

pericia, que los plátanos y cambures, queriendo ayudarlo,

establecieron un plan a ejecutar cada vez que el niño fuera a

buscarlos en el patio.

Las bananas se quedaban inmóviles, mientras los plátanos tiraban

con fuerza de sus extremos, logrando arquear su cuerpo, de manera

que su forma curvada sirviera de orientación al pequeño Gregorio a fin

de que pudiera diferenciar ambos frutos.

Así pues, gracias a ésta pequeña diferencia, Gregorio pudo

exitosamente distinguir los plátanos y las bananas y ya nunca volvió a

confundirse, aunque debo decir que en escasas ocasiones, algunos

cambures para echarle broma al niño, curvaban su cuerpo como lo

hacían los plátanos para confundir a Gregorio y evitar que los sacara

del cajón a la hora del postre.

RECETA

Batido de Plátano de Canarias con muesli de chocolate

4 personas

Dificultad: baja

Tiempo estimado: 10 minutos

Ingredientes

400 gr. de Plátano de Canarias (ya pelado),

400 ml. de leche semidesnatada

100 ml. de nata

10 gr. de azúcar moreno

16 cucharas soperas de muesli de chocolate

Elaboración:

Pelar los Plátanos de Canarias y trocearlos.

Ponerlos en el vaso de la batidora o robot y triturar. Añadir la

leche, la nata sin montar y el azúcar.

Volver a triturar hasta obtener un batido fino y homogéneo.

Meterlo en el frigorífico hasta que esté bien frío antes de servir.

Presentación:

Poner el batido de plátano en vasos altos o copas y añadir

encima 4 cucharadas soperas de muesli de chocolate por

vaso.

Este batido es ideal para las meriendas o incluso como postre

para sorprender.