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Propuestas recreativas para la introducción de los juegos
modificados en la clase de educación física
Roberto García Antolin y Vicente Valls Martínez
Libro: La Educación Física cambia (Capítulo 7). Ediciones Novedades
Educativas
1. Conceptualización de los juegos modificados
¿Qué son los juegos modificados?
No es una nueva idea, ni la solución a los problemas de la iniciación deportiva
escolar; es una experiencia abierta sobre la enseñanza-aprendizaje tanto de los juegos en
general, como de los deportivos, en particular.
Podemos decir que lo que caracteriza a estos juegos son las intenciones, lo que
pretendemos alcanzar y la estructura básica, es decir la esencia de cualquier juego o
actividad.
Lo que se pretende con esta propuesta es:
Una aproximación a la comprensión práctico-reflexiva de los juegos. Saber por qué
realizamos una determinada acción.
Mejorar la participación activa y socializante, facilitando la coeducación y evitando
la discriminación. Uno de los elementos importantes de los juegos es el compañero:
lo necesitamos para conseguir el objetivo.
Fomentar la creatividad (en el uso de los materiales, puesta en escena, etcétera).
Cuando los participantes son conscientes de la resolución de los problemas, se les
facilita un modelo para resolver nuevas situaciones con nuevos materiales y
espacios.
Y vamos a conseguirlo ganando la voluntad del alumno, potenciando su interés y
motivación. Éste es un elemento importante en el juego, ya no sólo como jugador sino como
responsable del “rumbo”. Por ello debemos:
Conservar la finalidad lúdica del juego.
Potenciar la reflexión, sí, pero sin perder la espontaneidad-disfrute-diversión. Evitar
realizar muchas interrupciones.
Facilitar situaciones psicológicas que creen desinhibición (no sentirse torpe, evitar
los materiales sexistas o discriminatorios, o el pedir un sofisticado gesto técnico,
etcétera).
Crear condiciones que faciliten su asimilación y puesta en práctica.
Clasificación de los juegos modificados
Juegos de blanco y diana (precisión). No tienen dificultad táctica (únicamente con blancos
móviles). Golf, tiro con arco, etc., donde el factor psicológico es fundamental.
Juegos de bateo o bate y campo. Son los que siguen en el escalafón, ya que cuando se ataca
solamente se ataca, y cuando se defiende sólo se defiende. Los cambios son pactados y el
cambio de esquema mental de ataque a defensa se hace tranquilamente. Béisbol, pic i pala
(boli-dali), etcétera.
Juegos de cancha dividida o red y muro. Van a continuación ya que los cambios de ataque
a defensa se dan de forma alternativa. Cuando se posee el balón se ataca y cuando no se
tiene, se defiende. Voleibol, trinquet, tenis, frontón, etcétera.
Juegos de invasión. Son los más complejos, que los cambios de defensa a ataque se
producen en forma constante, únicamente definidos por la posesión del balón en cada
momento. Las situaciones tácticas son mayores que en otros pliegos, porque además se
invade y evoluciona por el campo contrario para alcanzar la meta.
Implicaciones en el proceso de modificación
- Sencillez en las normas y reglas.
- Excluir en principio cualquier factor técnico que dificulte la puesta en acción.
- Incluir siempre algún objetivo táctico común a varias actividades o deportes, con la
opción abierta a diferentes posibilidades y variaciones que puedan derivar de
propuestas o ideas lanzadas al aire por el profesor y/o realicen los alumnos, por
mutuo acuerdo de los equipos o grupos participantes, y que permita que
evoluciones también hacia donde ellos deseen (creatividad), porque no siempre
nuestras propuestas provocan “un efecto motivante” y ante todo, en este tipo de
juegos deben preponderar las características lúdico-recreativas.
Directrices didácticas para su aplicación práctica
a) Actuación y estrategias
Tender a pasar de lo individual a lo colectivo (trabajo en equipos reducidos).
Trabajar del 1:1 al 2:2, 3:3 y así sucesivamente hasta como mucho el 5:5 (en el
1:1 el alumno se implica totalmente, en el 2:2 se implica al 50%) y evitar los
juegos de gran grupo porque pueden servir para cobijarse y perderse en la masa.
Con ello nos podemos encontrar con estudiantes que no se impliquen en las
“modificaciones” de los juegos, y no asuman ninguna decisión.
Progresión de lo sencillo a lo complejo, de lo fácil a lo difícil (materiales,
espacios). Comenzar de lo conocido a lo desconocido; si el planteamiento es
sencillo, los estudiantes tendrán éxito en sus propuestas y resultará motivador
tanto para seguir participando como para realizar nuevos planteos.
Se variarán los materiales, espacios de juego y normas para que puedan
encontrarse y trabajarse todos los aspectos tácticos posibles. Si se jugara en
situaciones ya estandarizadas, el estudiante podría acomodarse sin implicarse
en la búsqueda de nuevas soluciones. Al plantearle situaciones “no conocidas”,
puede desarrollarse más su aspecto creativo y resultar más enriquecedoras sus
aportaciones.
De la asignación de tareas hacia la investigación-acción. En un principio podemos
marcar varias consignas, pero luego deben ser los propios participantes los que
a partir de nuevas situaciones -propuestas por el profesor o por ellos mismos-
deben buscar qué hacer para resolver de forma adecuada el problema
planteado.
Se dará el mayor grado de libertad de expresión a cada alumno (aprendizaje por
ensayo-error). Debemos dejar tiempo para que los jugadores experimenten,
evitando emitir un juicio de valor sobre las propuestas que realizan. Deben ser
ellos quienes una vez que prueben su solución, consideren si se ajusta a lo que
se buscaba o no.
b) Papel del profesor
Establece los objetivos del juego, su forma inicial y el espacio.
Prevé el material y la organización básica que exijan los juegos (trabajo de
intendencia).
Expone la forma de jugada o juego sólo mediante las reglas necesarias.
Observa, valora e interviene sólo con instrucciones que aclaren o corrijan lo que
no haya sido entendido correctamente.
En caso de atascos, sugiere con frases del estilo de “se puede intentar…”, o a
través de preguntas que hagan pensar al alumno, del tipo “por qué se ha hecho
tal cosa, dónde hay que colocarse, cómo ocupar el espacio, cómo defender”,
etcétera.
Puede intervenir en las reflexiones finales de los grupos.
Tiene responsabilidad pedagógica por encima de cualquier aprendizaje motor.
c) Papel del alumno
El juego presupone la asimilación mental del objeto del juego; por lo tanto, debe
tener claras las condiciones de partida.
Creada la situación, se trata de probar formas que ayuden a solucionar el
problema adecuadamente (tanto en lo individual como en lo colectivo). Se crea
la posibilidad del “minuto de reflexión” para que los alumnos sepan lo que están
haciendo.
Los alumnos aplicarán el nivel que tienen hasta ese momento y tratarán de
corregir desde un principio (conocimiento táctico). Aunque en el plano lúdico se
presupone que todas las soluciones son correctas, eventualmente podemos
decir que puede haber otras mejores.
Podrá observar y comprobar sus propios conocimientos, tendrá la opción de
buscar alternativas y elegir soluciones, se enterará de las valoraciones de sus
compañeros y quizás avance hacia otras formas.
Tiene capacidad para formar los grupos, organizarlos y distribuir roles.
Tiene capacidad para hacer evolucionar el juego hacia otras formas (establecer
normas de juego, alternativas, pudiendo aparecer dentro de la misma clase de
juegos diferentes que tuvieron un mismo punto de inicio). Cuando surge la
necesidad de alguna regla, son ellos quienes la establecen.
Tienen capacidad para crear. Se les presentarán nuevos materiales (no
convencionales) y se les pedirá que creen, desarrollen y evolucionen con ellos
en la búsqueda de sus posibilidades de uso. Finalmente, se les pedirá que creen
un juego o actividad partiendo de objetos no estandarizados que serán
enseñados y practicados por el resto de grupos – para que participen en la
elaboración del juego y en su desarrollo-.
Ejemplo de aspectos susceptibles de modificación
El cambio de material de los balones.
El lanzamiento de los balones.
El lanzamiento de los balones lo puede realizar un alumno(a) o varios a la vez.
La carrera del grupo atacante no tienen que realizarla forzosamente el/los que
lanzan.
La caja o zona de recogida de balones puede aumentar de número.
Modificarse, añadirse o quitarse reglas para favorecer algún principio táctico o la
creación de nuevas situaciones de juego.
Así pues;
1. Tienen muy pocas reglas. Y si surge la necesidad de alguna, pueden ponerla los
alumnos/as.
2. Los alumnos/as deben pensar cómo resolver los distintos problemas que surgen.
¿Cómo colocarse?, ¿cómo defender?, ¿cómo atacar?, por medio de una actuación
activa, inteligente y el dominio de la habilidad suficiente en la realización del juego.
El juego presupone la asimilación mental del objeto del mismo; por lo tanto, deben
ser muy claras las condiciones de partida.
Creada la situación, se trata de probar formas que ayuden a solucionar el problema
adecuadamente (tanto en lo individual como en lo colectivo).
Los alumnos aplicarán el nivel que tengan hasta ese momento, tratando de corregir
desde un principio, aunque siempre se realizará una reflexión final en grupo para
analizar todo lo acontecido y buscar mejores alternativas.
3. El profesor puede plantear preguntas y soluciones sobre los juegos (normalmente
sobre la táctica), pero procurará no intervenir. Su trabajo principal es prever y tener
preparado el material que necesitará cada grupo para los juegos, de modo qu
rápidamente se pase a la acción y dé tiempo a probar distintas tácticas.
Aspectos tácticos: la orientación del cuerpo en el juego; visión periférica;
trayectorias útiles; ocupar, atacar y defender espacios; defender a oponentes;
desmarcarse; ayudar: ¿cómo defender y cómo atacar en equipo?; etcétera.
Juego de la baraja modificada
A la hora de hacer partícipes a nuestros alumnos en el proceso de aprendizaje, encontramos un
aporte importantísimo de Devis, J. con su planteamiento de juegos modificados. Esta dinámica de
juego que describimos a continuación puede facilitar al docente y al alumno la posibilidad de
trabajar con los juegos modificados de forma sencilla, divertida y motivante. Se trata en definitiva
de una fórmula recreativa para llegar a la invención de un “juego deportivo”, conscientes de las
modificaciones que se lleven a cabo durante el proceso.
Elaboración de la baraja
La baraja consta de seis colores que corresponden a las diferentes posibilidades de modificación.
Color de la baraja Modificaciones
Azul Del móvil
Roja Sobre el terreno de juego
Amarilla De las normas
Violeta Sobre la táctica
Gris Sobre la técnica
Verde Sobre el tiempo
Un total de 60 cartas de seis colores diferentes conformarán nuestra baraja modificada. El material
con el que se elaboren es indistinto (cartulinas o papel de colores), al igual que el tamaño, pero es
preciso considerar algunas pautas para el contenido y la redacción.
Deben:
Ser sencillas, claras y concretas.
Estar redactadas a partir de verbos de acción.
Marcar una progresión de dificultad.
Si es necesario, incluir algún dibujo aclaratorio.
Como observación y de acuerdo con las características del grupo al que dirigimos la clase, podemos
hacer partícipes de la elaboración de la baraja a los propios alumnos.