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FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALESMAESTRÍA EN EDUCACIÓN: ÁREA DE GESTIÓN EDUCATIVA
GESTIÓN DIRECTIVADRA. ESTHER CALDIÑO MÉRIDA
MAESTRANTE: ALBA GUADALUPE GUZMÁN ESTÉVEZ
LAS REFORMAS ADMINISTRATIVAS REVESTIDAS DE EDUCATIVAS EN
AMÉRICA LATINA
Hace unos meses por televisión abierta, mientras manejaba de forma lúdrica1 el
control de la televisión, me encontré con un spot publicitario en donde una
maestra aceptaba la evaluación docente hacia su trabajo, el cual, devenía por
la Reforma Educativa encaminada por el Poder Ejecutivo y Legislativo de
nuestra nación; más allá de la banalidad del tema en cuestión u opiniones
vertidas sobre la propia maestra, llamaron poderosamente mi atención algunos
vocablos que utilizó, como lo son la calidad, la educación y la evaluación en sí.
Sin lugar a dudas, desde la perspectiva posmodernista2, la calidad dentro de la
educación es un necesario proceso por el cual debemos pasar, aunado al
enfoque por Competencias, los cuales no pueden negar sus orígenes
eminentemente productivos3.
Se habla de la existencia de una gestión educativa con cobertura de calidad y
equidad; abierta y dinámica, que da como resultado la formación integral del
sistema educativo, pero ¿Qué es lo que en realidad sucede?
1 Quintiliano hace referencia a lúdrico para conceptualizar al entretenimiento, mientras que lúdico es diversión; situaciones parecidas, pero abismalmente diferentes.
2 Lyotard, Jean-François (1985). "El posmodernismo es acostumbrarse a pensar sin moldes ni criterios", El País.
3 Los procesos poscapitalistas arguyen por la globalización mediática de todos los procesos; una de las situaciones que ejemplifican a la perfección esta situación que vivimos actualmente son los valores, los cuales no pertenecen a la sociedad, sino a la empresa Coca- Cola: felicidad, hermandad, esperanza son los que aparecen como por arte de magia por consumir un refresco de cola. Dentro de la educación con la misma perspectiva, al hablar de calidad se cree que en automático haremos de nuestro país uno de los más preparados y adecuados a las necesidades sociales, políticas, económicas y emocionales a las que se enfrenta el individuo posmoderno.
Durante décadas la gestión educativa ha sido vista y efectuada como una
administración escolar en donde las acciones administrativas han sido
separadas de las pedagógicas, dándole mayor enfoque a las primeras por
parte de los directivos y autoridades de la enseñanza. Es por ello que la
transformación educativa ha quedado en segundo término, lo primordial es la
prestación de servicios, la subordinación funcional y la previsibilidad de
resultados.
En América Latina, el factor económico ha sido determinante de todo lo que se
dice y se hace en materia educativa, el principal problema que enfrenta la
educación es “la ideología misma que subyace en la política educativa y que no
presenta oposición alguna ante la carencia de una ideología movilizadora del
magisterio en la construcción de un proyecto educativo” (Caballero, Froylán,
1998. Lux Pax Vis, p. 16). Las reformas que se han llevado a cabo en países
como Brasil, Colombia, Argentina y hasta México han estado enfocadas a los
intereses de unos cuantos, lo importante es la competitividad y el eficientismo,
por eso las reformas se realizan al mismo tiempo que se llevan a cabo políticas
de ajuste económico, y por ende, quedan supeditadas generalmente a una
reducción presupuestaria.
Las Reformas Educativas deberían enfocarse al desarrollo de proyectos que
permitan la equidad, en donde todos los actores de la sociedad (desde el
gobierno hasta los niños) sean copartícipes en propuestas y toma de
decisiones, así, las reformas serían de fondo y no de forma.