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USA te usa, PISA te pisa. No es la última palabra e acerca el día del Maestro o Educador, (aquí asumido indistintamente) y muchos estarán esperando ese momento para agradecer a los suyos por tan magnánime labor; pero hay otros que no cesan en tratarlos indiscriminadamente como un haragán. En los últimos días he escuchado cosas como: “Los maestros tiene la culpa”, “La Calidad de la educación es responsabilidad del Maestro”, “Maestros de Calidad, Educación de Calidad”, “La mala educación es culpa de los malos maestros”, y muchas otras palabras insulsas, que el sistema y sus lazarillos utilizan para construir a pedazos una falsa “verdad”. Nadie puede negar que como en todos los oficios, hay unos mejores que otros, pero en definitiva no hay maestro malo; y aquí me refiero a los maestros; otra cosa es, los delincuentes que se hacen nombrar como maestros, como también puede suceder en cualquier otra profesión. Pero aquellos hombres y mujeres que pese a sus alcances y limitaciones deciden dedicar su vida a la formación y educación de las personas, jamás podrán ser malos. Y quien lo diga, no sabe lo que es intentar educar a un sujeto que proviene de una sociedad como la colombiana, que se está cayendo a pedazos, sobre todo, cuando se hace parte de esa sociedad. El país podrá hacer un escándalo por los resultados de una prueba forastera como la prueba PISA (La prueba de la OTAN), que si bien puede medir algunos aspectos de cierta parte de la población colombiana, que no es para nada representativa, resulta hasta extravagante si de lo que se trata es de evaluar la realidad de la educación que ofrece el estado colombiano. Cuando la clase dirigente (Termino muy ´hifueputa´ que se ha trivializado) le devuelva a la educación todo el billete que le han quitado; cuando gran parte del presupuesto que se invierte en ese ubérrimo negocio de la guerra contra la guerrilla, sea invertido en educación; cuando los sindicatos se ajuicien y vuelvan a hacer protestas serias a la mitad de los mandatos y no al final del periodo presidencial; cuando los padres de familia podamos dedicar suficiente tiempo a nuestros hijos y participar como se debe del proceso de co-educación; entonces sí tendremos criterios para sentarnos a dialogar con los maestros sobre sus responsabilidades. Hasta hoy, gran parte de los maestros y maestras de este país, siguen trabajando con las uñas y contra un sistema que hace todo lo contrario a lo que ellos intentan. Por adelantado, un feliz día a todos los educadores y educadoras responsables de este país, permítanme decirles, que mientras las clases dirigentes no hagan hemorroides para construir una prueba tan compleja que pueda aproximarse a la violenta realidad que vivimos en nuestras aulas; ninguna prueba por gringa que sea, podrá tener la última palabra para calificar a un maestro. Jorge Cotera S

Se acerca el día de maestro o educador

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Page 1: Se acerca el día de maestro o educador

USA te usa, PISA te pisa. No es la última palabra

e acerca el día del Maestro o Educador, (aquí asumido indistintamente) y muchos estarán esperando ese momento para agradecer a los suyos por tan magnánime labor; pero hay otros

que no cesan en tratarlos indiscriminadamente como un haragán. En los últimos días he escuchado cosas como: “Los maestros tiene la culpa”, “La Calidad de la educación es responsabilidad del Maestro”, “Maestros de Calidad, Educación de Calidad”, “La mala educación es culpa de los malos maestros”, y muchas otras palabras insulsas, que el sistema y sus lazarillos utilizan para construir a pedazos una falsa “verdad”. Nadie puede negar que como en todos los oficios, hay unos mejores que otros, pero en definitiva no hay maestro malo; y aquí me refiero a los maestros; otra cosa es, los delincuentes que se hacen nombrar como maestros, como también puede suceder en cualquier otra profesión. Pero aquellos hombres y mujeres que pese a sus alcances y limitaciones deciden dedicar su vida a la formación y educación de las personas, jamás podrán ser malos. Y quien lo diga, no sabe lo que es intentar educar a un sujeto que proviene de una sociedad como la colombiana, que se está cayendo a pedazos, sobre todo, cuando se hace parte de esa sociedad. El país podrá hacer un escándalo por los resultados de una prueba forastera como la prueba PISA (La prueba de la OTAN), que si bien puede medir algunos aspectos de cierta parte de la población colombiana, que no es para nada representativa, resulta hasta extravagante si de lo que se trata es de evaluar la realidad de la educación que ofrece el estado colombiano. Cuando la clase dirigente (Termino muy ´hifueputa´ que se ha trivializado) le devuelva a la educación todo el billete que le han quitado; cuando gran parte del presupuesto que se invierte en ese ubérrimo negocio de la guerra contra la guerrilla, sea invertido en educación; cuando los sindicatos se ajuicien y vuelvan a hacer protestas serias a la mitad de los mandatos y no al final del periodo presidencial; cuando los padres de familia podamos dedicar suficiente tiempo a nuestros hijos y participar como se debe del proceso de co-educación; entonces sí tendremos criterios para sentarnos a dialogar con los maestros sobre sus responsabilidades. Hasta hoy, gran parte de los maestros y maestras de este país, siguen trabajando con las uñas y contra un sistema que hace todo lo contrario a lo que ellos intentan. Por adelantado, un feliz día a todos los educadores y educadoras responsables de este país, permítanme decirles, que mientras las clases dirigentes no hagan hemorroides para construir una prueba tan compleja que pueda aproximarse a la violenta realidad que vivimos en nuestras aulas; ninguna prueba por gringa que sea, podrá tener la última palabra para calificar a un maestro. Jorge Cotera

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