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Tema 7 Hume

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TEMA 7 DAVID HUME 2ª EVALUACIÓN NOMBRE APELLIDOS He aquí, pues, que podemos dividir todas las percepciones de la mente en dos clases o especies, que se distinguen por sus distintos grados de fuerza o vivacidad. Las menos fuertes e intensas comúnmente son llamadas pensamientos o ideas; la otra especie carece de un nombre en nuestro idioma, como en la mayoría de los demás, según creo, porque solamente con fines filosóficos era necesario encuadrarlos bajo un término o denominación general. Concedámonos, pues, a nosotros mismos un poco de libertad, y llamémoslas impresiones, empleando este término en una acepción un poco distinta de la usual. Con el término impresión, pues, quiero denotar nuestras percepciones más intensas: cuando oímos, o vemos, o sentimos, o amamos, u odiamos, o deseamos, o queremos. Y las impresiones se distinguen de las ideas que son percepciones menos intensas de las que tenemos conciencia, cuando reflexionamos sobre las sensaciones o movimientos arriba mencionados. Nada puede parecer, a primera vista, más ilimitado que el pensamiento del hombre que no sólo escapa a todo poder y autoridad humanos, sino que ni siquiera está encerrado dentro de los límites de la naturaleza y de la realidad. Formar monstruos y unir formas y apariencias incongruentes, no requiere de la imaginación más esfuerzo que el concebir objetos más naturales y familiares. Y mientras que el cuerpo está confinado a un planeta a lo largo del cual se arrastra con dolor y dificultad, el pensamiento, en un instante, puede transportarnos a las regiones más distantes del universo; o incluso más allá del universo, al caos ilimitado, donde según se cree, la naturaleza se halla en confusión total. Lo que nunca se vio o se ha oído contar, puede, sin embargo, concebirse. Nada está más allá del poder del pensamiento, salvo lo que implica contradicción absoluta. Pero, aunque nuestro pensamiento aparenta poseer esta libertad ilimitada, encontraremos en un examen más detenido que, en realidad, está reducido a límites muy estrechos, y que todo este poder creativo de la mente no viene a ser más que la facultad de mezclar, trasponer, aumentar, o disminuir los materiales suministrados por los sentidos y la experiencia. Cuando pensamos en una montaña de oro, unimos dos ideas compatibles: oro y montaña, que conocíamos previamente. Podemos representarnos un caballo virtuoso, pues de nuestra propia experiencia interna (feeling) podemos concebir la virtud, y ésta la podemos unir a la forma y figura de un caballo, que es un animal que nos es familiar. En resumen, todos los materiales del pensar se derivan de nuestra percepción interna o externa. La mezcla y composición de ésta corresponde sólo a nuestra mente y voluntad. 0, para expresarme en un lenguaje filosófico, todas nuestras ideas, o percepciones más endebles, son copias de nuestras impresiones o percepciones más intensas. Para demostrar esto, creo que serán suficientes los dos argumentos siguientes. Primero, cuando analizamos nuestros pensamientos o ideas, por muy compuestas o sublimes que sean, encontramos siempre que se resuelven en ideas tan simples como las copiadas de un sentimiento o estado de ánimo precedente. Incluso aquellas ideas que, a primera vista, parecen las más alejadas de este origen, resultan, tras un estudio más detenido, derivarse de él. La idea de Dios, en tanto que significa un ser infinitamente inteligente, sabio y bueno, surge al reflexionar sobre las operaciones de nuestra propia mente y al aumentar indefinidamente aquellas cualidades de bondad y sabiduría. Podemos dar a esta investigación la extensión que queramos, y seguiremos encontrando que toda idea que examinamos es copia de una impresión similar. Aquellos que quisieran afirmar que esta posición no es universalmente válida ni carente de excepción, tienen un solo y sencillo método de refutación: mostrar aquella idea que, en su opinión, no se deriva de esta fuente. Entonces nos correspondería, si queremos mantener nuestra doctrina, producir la impresión o percepción vivaz que le corresponde. En segundo lugar, si se da el caso de que el hombre, a causa de algún defecto en sus órganos, no es capaz de alguna clase de sensación, encontramos siempre que es igualmente incapaz de las ideas correspondientes. Un ciego no puede formarse idea alguna de los colores, ni un hombre sordo de los sonidos. Devuélvase a cualquiera de estos dos el sentido que les falta; al abrir este nuevo cauce para sus sensaciones, se abre también un nuevo cauce para sus ideas y no encuentra dificultad alguna en concebir estos objetos. El caso es el mismo cuando el objeto capaz de excitar una sensación nunca ha sido aplicado al órgano. Un negro o un lapón no tienen noción alguna del gusto del vino. Y, aunque hay pocos o ningún ejemplo de una deficiencia de la mente que consistiera en que una persona nunca ha sentido y es enteramente incapaz de un sentimiento o pasión propios de su especie, sin embargo, encontramos que el mismo hecho tiene lugar en menor grado: un hombre de conducta moderada no puede hacerse idea del deseo inveterado de venganza o de crueldad, ni puede un corazón egoísta vislumbrar las cimas de l a amistad y generosidad. Es fácil aceptar que otros seres pueden poseer muchas facultades (senses) que nosotros ni siquiera concebimos, puesto que las ideas de éstas nunca se nos han presentado de la única manera en que una idea puede

tener acceso a la mente, a saber, por la experiencia inmediata (actual feeling) y la sensación. HUME, Investigación sobre el conocimiento humano, sección 2, “Sobre el origen de las ideas”. Trad. J. Salas Ortueta, Madrid,

Alianza, 1997, pp. 32-37.

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RESUMEN DEL TEXTO (3 PUNTOS) 1º) ¿Cuál es el tema del texto? _______________________________________________.

Señala las ideas más importantes: 1ª) _________________________________________________________________________________ 2ª) _________________________________________________________________________________

3ª) _________________________________________________________________________________ 4º) _________________________________________________________________________________ 5º) _________________________________________________________________________________

Explica esas ideas: 1º) Hume distingue dos tipos de percepciones. Impresiones e ideas. ¿Qué quiere decir Hume con esto? __ ______________________________________________.

2º) Nada está más allá del pensamiento salvo lo que implica contradicción absoluta. ¿Qué q uiere decir? ¿Te suena de algo? ¿Cuáles son los dos pilares que sostienen la filosofía de Occam? 1º) __________________

Y 2º) _______________________________________________. 3º) Las ideas son copias de las impresiones. ¿Cómo lo explica Hume? ______________________________ Recuerda la distinción de ideas que hacía Descartes. ¿Encuentras alguna diferencia? _________________

______________________________________________. 4º) Las ideas complejas se derivan de las simples: _____________________________________________. 5º) La forma de probarlo es que un hombre que careciera de algún sentido sería incapaz de producir la idea

asociada a la impresión correspondiente ¿por qué? ____________________________________________. 2º) EXPLICACIÓN DE DOS NOCIONES PRESENTES EN EL FRAGMENTO (2 PUNTOS) LA EXPERIENCIA COMO ORIGEN DEL CONOCIMIENTO: En El Ensayo sobre el entendimiento humano de 1690, Locke manifiesta que “la mente es, como nosotros decirnos, un papel en blanco, vacío de caracteres, sin ideas. ¿Cómo se llena? ¿De dónde procede el vasto acopio que la ilimitada y activa imaginación del ser humano ha grabado en ella con una variedad casi infinita? A esto respondo yo con una sola palabra: la experiencia. En ella está basado todo nuestro conocimiento y de ella se deriva en último término”. Recordad aquella sentencia: “El empirismo es un hecho empírico”. Locke daba por sentado que nuestra experiencia quedaba confinada a las ideas, los contenidos de la mente. Las ideas eran, para él, entidades mentales experimentadas y advertidas por la persona cuya mente las contenía. Sobre las ideas de primer orden o ideas de sensación podían formarse las ideas de segundo orden o ideas de reflexión. No hay ideas innatas. “Es opinión establecida entre los seres humanos que en el entendimiento existen ciertos principios innatos, ciertas nociones primarias, como si estuvieran estampadas en la mente humana y que el alma los tiene desde su origen, trayéndolos al mundo con ella. Para convencer al lector carente de prejuicios de la falsedad de esta suposición, bastaría mostrar cómo los seres humanos, por el simple uso de sus facultades pueden obtener todo el c onocimiento que poseen sin ayuda de ninguna impresión innata”. En todos los ámbitos del conocimiento, el interés de Hume es mostrar los límites de la razón y en explicar cómo nos formamos nuestros juicios. Para Hume la mente consiste nada más que en percepciones y éstas son de dos clases: impresiones e ideas. Las impresiones son sensaciones, sentimientos, emociones; las ideas son lo que llamamos pensamientos. Las ideas son de dos tipos: simples y complejas. Las ideas simples son copias de las impresiones, las ideas complejas son combinaciones de ideas simples y no necesitan reflejar ninguna combinación verdadera de impresiones, si lo hacen son recuerdos. Nunca tenemos una idea simple que no se derive de una impresión correspondiente y todas nuestras ideas complejas son construidas a partir de las ideas más simples derivadas de las impresiones. Esto es lo mismo que decir que no tenemos ideas innatas. Todas nuestras ideas se derivan de la experiencia. El empirismo es un hecho empírico. Con este punto de partida y con las leyes que conforman “el cemento del universo”: semejanza, contigüidad y causa y efecto, Hume se propone bombardear la línea de flotación de la Metafísica y hundir sus tres principales baluartes: Dios, Alma y Mundo.

LA CRÍTICA A LOS CONCEPTOS METAFÍSICOS: Hume distingue dos tipos de razonamiento: demostrativo (deductivo) y probable. Ni uno ni otro pueden establecer la uniformidad de la naturaleza, para el primero porque la no uniformidad es concebible y por lo tanto “posible”; el segundo, no obstante, parte de esta premisa y por lo tanto, intenta probar lo que se presupone. Además, la relación de la que dependen las inferencias acerca del “mundo” es siempre de causa y efecto. No hay ninguna otra relación. Pero la experiencia sustenta el principio de causalidad. Advertimos que el efecto sigue necesariamente a la causa. ¿Qué es esta conexión necesaria? La explicación de la inferencia causal es subsumida por Hume bajo el principio general de la asociación de ideas. La vivacidad de la impresión se transfiere a la idea asociada (fuego y calor) y la repetición frecuente de la transición de impresión a idea asociada, la da la facilidad de la costumbre. Estos dos rasgos

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forman lo que llamaos una creencia. En consecuencia, cualquier libro, tal como la mayoría de las obras de Metafísica y Teología que no contenga ni demostraciones matemáticas ni razonamientos relativos a cuestiones de hecho, no pueden contener nada más que “sofismas e ilusión” y debe ser “condenado a las llamas”. Siguiendo su particular Trafalgar, para Hume el yo es una quimera. No hay nada describible además de las impresiones y las ideas. Éstas son ocurrencias tan distintas y numerosas, como las fotografías sucesivas en una peli. Pero no hay ni pantalla ni auditorio. Las percepciones están relacionadas según las leyes de asociación de idas. No hay ningún otro vínculo real entre ellas. El yo es una quimera, un collar imaginario en el que se han ensartado las cuentas. “No soy más que un haz de percepciones", pero ¿quién o qué imagina el collar? F inalmente, de Dios no tenemos percepción sensible, no hay una idea de Dios asociada a la impresión de Dios. Por lo tanto, Dios no existe. Toda la metafísica cartesiana y su aparato racionalista se hunden a unas pocas millas náuticas de las costas de Cádiz.

ÉTICA DE LA SIMPATÍA En Ética, distinguió los juicios éticos de los otros dos tipos de razonar. Los juicios éticos dependen de nuestras experiencias placenteras y no placenteras (hedonismo). Nada influye más en la acción voluntaria que el placer y el dolor. La razón por sí sola no puede influir en la conducta, sólo lo hace oblicuamente. “La razón es y, sólo debe ser, una esclava de las pasiones y no puede pretender otro oficio que el de servirlas y obedecerlas”. Spinoza sostenía algo parecido: el hombre es un animal pasional. La razón no puede decidir las razones morales, la verdad y la falsedad sólo pertenecen a los juicios demostrativos y probables. No hay ningún argumento lógico que pase del “es” al “debe” de descripción a valoración. Nuestro interés por la felicidad crea una obligación moral de ser justo. Y nuestro interés por nuestra felicidad nos lleva a establecer leyes y castigos que crea una obligación natural de ser justos. Y por “obligación” sólo ve Hume una especie de motivo. La imparcialidad de la aprobación moral genuina para Hume está fundada en la “simpatía”. Podríamos preguntarnos ¿Por qué la virtud y el vicio son tan importantes independientemente de las recompensas y castigos que reciben? La moneda común es la simpatía, esa preferencia que tenemos por la felicidad de cualquiera quedando igual las otras. En Investigación sobre los principios de la moral (1749), Hume apunta que hay sentimientos comunes a todos los seres humanos. ¿Qué es, pues, la generalidad que los de nuestra especie considera virtuoso? Aquello que produce en los espectadores un sentimiento de alabanza y ¿cuál es el fundamento principal de esa alabanza moral? La utilidad de una cualidad o acción. Con la ayuda de la facultad racional, logramos discernir si tales cualidades son útiles y beneficiosas o inútiles o perniciosas pero la razón no se basta por sí sola para producir censura o aprobación. Es preciso que “un sentimiento se manifieste a fin de dar preferencia a las tendencias útiles sobre las perniciosas”. “Este sentimiento no puede ser otro que un sentimiento a favor de la felicidad del género humano y un resentimiento por su desdicha”. El sentimiento aprobatorio propio de la naturaleza humana es de un carácter eminentemente altruista, desinteresado, generoso. Hay una suerte de benevolencia universal “hay una benevolencia en la naturaleza humana, allí donde no hay un interés real que nos ligue al objeto” (esto es muy kantiano). Para Carlos Mellizo, tomado el sentimiento benevolente desde una perspectiva libre de intereses reales, llegamos a tener como sujeto abstracto de la simpatía un ecuánime espectador humano que se refiere a la sociabilidad de la especie. T odo hombre, nos dice, repara en la imposibilidad de subsistir en solitario. Hume destaca la condición superior de las virtudes sociales frente a las virtudes monacales que considera “vicios”: “el celibato, el ayuno, la mortificación, la negación de sí mismo, la humildad, el silencio, la soledad y toda la serie de virtudes monacales (…) embotan el entendimiento, endurecen el corazón, oscurecen la imaginación y agrían el carácter. Con justicia, las ponemos en el catálogo de vicios”. Para Hume “la paz de la mente, la conciencia de integridad y un examen de nuestra conducta con resultados satisfactorios (…) las circunstancias que se requieren para la felicidad”.

CONTRA EL CONTRATO SOCIAL De un cañonazo, Hume derriba también la teoría contractualista que enlaza a Maquiavelo, Hobbes, Spinoza y Locke. De modo que, razona Hume, los contratos (esto es, los intercambios de promesas) y los gobiernos son sólo artificios útiles y deben su poder obligatorio a la utilidad, no tiene objeto intentar basarlos unos en otros, aparte de que el contrato social es un mito. Prometer es operar con la maquinaria de una convención según la cual por la costumbre general, si yo, después de decir “prometo hacerlo” no lo hago, no se vuelve a tener confianza en mí.

3. CONTEXTUALIZACIÓN (2 PUNTOS) El término empirismo, en su uso ordinario (del griego empeiria = experiencia) significa el empleo de métodos basados en la experiencia práctica como un cuerpo de teoría aceptado. Pero en filosofía, la palabra se usa solamente en un sentido distinto y técnico para referirse a la teoría filosófica de que todo conocimiento se deriva de la experiencia. “Empirismo radical” fue el nombre que William James dio a su versión de esta teoría. El empirismo ha sido desarrollado por una serie de filósofos ingleses, de los cuales los más importantes son: Locke, Berkeley, Hume y J. S. Mill. Aunque movimientos como el enciclopedismo (Diderot y D´Alembert) en Francia se han inspirado en las ideas empiristas, el empirismo nunca ha conseguido arraigar en el continente, mientras que en Inglaterra ha sido la tradición dominante de la filosofía desde el siglo XVIII. Además los empiristas continentales como el francés Condillac siempre

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han estado directa o indirectamente influidos por la filosofía inglesa. Los principios generales del empirismo se oponen a los del racionalismo y fue por reacción contra los sistemas de Descartes, Spinoza y Leibniz como se originaron los empiristas modernos. Una cuestión está en pugna entre empiristas y racionalistas. Se refiere a los conceptos a priori (o “ideas innatas” como fueron erróneamente llamadas en el siglo XVII), esto es, ideas que según se afirm a no se derivan de la experiencia sensible sino que son producidas independientemente por la razón o intelecto. Los racionalistas admiten que algunos conceptos son empíricos (por ejemplo, que derivamos nuestra idea de rojo de nuestra experiencia de ver objetos rojos), pero mantienen que el conocimiento que tenemos del mundo implica conceptos a priori como los de causa y sustancia. Para el empirismo es fundamental negar la existencia de tales ideas. Los empiristas, por tanto, argumentan que o bien los pretendidos conceptos a priori pueden ser analizados o descompuestos en una combinación de conceptos más simples que se derivan de la experiencia, o bien, en ocasiones, de manera más radical, que no son conceptos genuinos (por ejemplo, que “sustancia” en cuanto que término metafísico, es simplemente una palabra a la que no se puede asignar ningún significado. Como resultado de su desacuerdo en estas cuestiones de principio, racionalistas y empiristas tienen actitudes distintas respecto a la ciencia natural y la metafísica. Los racionalistas se han inclinado a pensar que las creencias basadas en experiencia estaban infectadas por el error. Para ellos, no se puede obtener el entendimiento del mundo mediante la percepción sensible que es confusa, sino mediante la especulación metafísica. Pero precisamente porque la metafísica pretende proporcionar conocimiento de una realidad que trasciende la experiencia, la investigación metafísica depende que tengamos conceptos a priori. La tradición empirista ha sido antagonista de la metafísica y le ha dado a la ciencia un alto valor a la ciencia como medio de adquisición de conocimiento. No es ningún accidente que Hume describiera a Newton como “el genio más grande que surgiera nunca para ornamento e instrucción de la especie”.

4º) COMENTA UN FILÓSOFO RACIONALISTA: DESCARTES (2 PUNTOS) El criterio de verdad de Descartes (1596-1650) es el de evidencia racional que se caracteriza por dos notas esenciales: claridad y distinción. Su escepticismo radical le ha conducido a una verdad “p ienso, luego soy”. Con esta proposición y los dos instrumentos, Descartes se lanzará a la producción de sus sistema filosófico. Sólo sé que soy pero aun no sé qué cosa soy –dirá Descartes. ¿Qué cosa? Una cosa que piensa (res cogitans). Hemos pasado del pensamiento como actividad a la cosa que piensa. ¿Qué es una cosa que piensa? Una sustancia. Sustancia es el sujeto inmediato de todo atributo del que tenemos idea real. Hemos pasado del pensar como actividad al pensar como sustancia. ¿Cuál será la próxima etapa? ¿La existencia del mundo o de Dios? Descartes sustenta el mundo en el conocimiento de Dios. Se explica así que sea un pensador idealista. Distingue tres tipos de ideas: innatas, adventicias y ficticias. Descubriremos que la idea de “Dios” es una idea innata, como la de “Yo” y la de “Mundo”. Descartes presenta tres demostraciones de la existencia de Dios. Que resumiremos en una, la 3ª) La tercera prueba es la del argumento ontológico. La existencia de Dios es inseparable de su esencia, luego Dios existe . Es imposible concebir a Dios sin su existencia. Dios reúne en sí todas las perfecciones, la existencia es una perfección de la que Dios no puede carecer, pues en caso contrario, Dios sería incompleto, y esto no puede ser, concluimos pues que Dios existe. El último paso, es la existencia de las cosas materiales (mundo). Descartes echa mano de la doctrina de la veracidad divina. La existencia de cada una de las cosas y de la totalidad del mundo físico supone la prueba anterior de la existencia de Dios y la imposibilidad de que Dios me engañe, pues sería contradictorio. El orden que hemos seguido es el mismo que siguió Descartes en sus tres obras metafísicas: Discurso del Método, Meditaciones Metafísicas y Los principios de la filosofía. Tal orden es el siguiente: comienzo por la duda metódica, afirmación de la primera verdad “Pienso, luego soy” –derivación de la evidencia como criterio de verdad y demostración de la existencia de Dios y de las cosas materiales. Descartes ha cultivado desde su juventud las matemáticas. Las matemáticas son verdades de razón. Están inmunes a cualquier desmentido de la experiencia. Se las ha llamado “verdades de razón”. El Método cartesiano está inspirado en las matemáticas (aritmética y geometría), si se deja de lado la evidencia como criterio de verdad, obtenemos los siguientes pasos: 1º) dividir las dificultades hasta alcanzar los elementos o naturalezas simples, que se aprehenden por intuición (análisis); 2º) ascender por deducción de los elementos simples al conocimiento complejo (síntesis); 3º) examinar con todo cuidado la cadena deductiva para estar seguro de que no se ha omitido nada no se ha cometido ningún error (enumeración).

5. ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO DEL AUTOR (1 PUNTO) ¿Crees que todo nuestro conocimiento se reduce a impresiones e ideas? _________________________. ¿Te parecen la simpatía (afinidad de sentimientos), la utilidad y la común felicidad criterios válidos para el establecimiento de normas morales básicas universales? ______________________________________________ ¿Crees que efectivamente la razón está supeditada a las pasiones, que sólo influye oblicuamente en las cuestiones morales?___________________________________________ ¿Qué opinas del escepticismo radical de Hume? ¿A qué obedece? ¿Hay que destinar los libros de Metafísica y Teología a la hoguera? ¿Por qué?___________________.