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Teoría de la Bibliotecología

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Historia de la bibliotecas por periodos históricos

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Teoría de la Bibliotecología

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• Qué es la Bibliotecología?

– Primer acercamiento: Es el conjunto de actividades técnicas y científicas de la información y sus soportes, así como del lugar donde se hace uso de ellos, con el objeto de mejorar la calidad de los servicios y satisfacer de una mejor manera las demandas de la sociedad.

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Problemática de la bibliotecología

• Carencia de estudios informacionales para el estudio de la Bibliotecología como espacio de conocimiento autónomo

• Profundas confusiones en núcleos de profesionales entre el devenir histórico de la bibliotecas y el desarrollo de la propia Bibliotecología

• Surgimiento a partir del siglo XIX y hasta la tercera década del siglo XX con la conformación del nuevo saber: la Documentación.

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• La Bibliotecología ha experimentado un largo proceso de formación, con un marcado desarrollo de los procesos de carácter técnico, propios de su gestión, principalmente en las áreas del procesamiento analítico-sintético de la información, el almacenamiento, así como su recuperación y diseminación para garantizar la plena satisfacción de las necesidades de información de sus usuarios

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• la Bibliotecología , al transcurrir por un largo período de estancamiento en el desarrollo de su propio cuerpo teórico-epistemológico, se debate hoy en el centro de complejas discusiones que redundan en estos temas; ellas parten de los diferentes enfoques planteados en el marco de las ciencias sociales y que se manifiestan directamente en las disciplinas científico-informativas y en la Bibliotecología como parte de ellas

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Reflexión

¿Qué fundamentos disciplinares, por su sentido social y político, por la validez de sus fines y valores, y por la legitimidad de sus prácticas de intervención y transformación de la realidad sociocultural de las comunidades en que actúa construyen a la Bibliotecología?

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Para ello:

El objeto o los objetos de conocimiento de la Bibliotecología debe realizarse en el contexto de las luchas y de los problemas de la transmisión social del conocimiento y de la conservación de la tradición para posibilitar la transformación sociocultural y política de la colectividad.

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Tales objetos de conocimiento han de caracterizarse por su autonomía y especificidad en relación con las

demás disciplinas de las ciencias sociales y de la comunicación.

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CONSIDERACIONES

Las prácticas bibliotecarias tienen que ver con el mundo de la cultura, de las interacciones sociales, las que no pueden ser determinadas por la cibernética ni por la ingeniería de la información, puesto que el mundo de la vida, de las relaciones intersubjetivas, el mundo comunitario, se mueve por valores y cosmovisiones que constantemente cambian y se le escapan del control a las teorías deterministas.

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CONSIDERACIONES

El bibliotecario es un sujeto social, con sus valores y cosmovisión puestos en juego en contextos donde priman las relaciones intersubjetivas, y por lo tanto, sus acciones afectan a las comunidades y al mismo tiempo es afectado por ellas, en los procesos de intervención y transformación socio-cultural. Es decir, el bibliotecario no puede ser un agente externo y neutral en el ejercicio de su profesión.

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CONSIDERACIONES

Formar bibliotecólogos con el perfil de agentes promotores de cambio cultural y social, y como educadores que contribuyen a la formación de ciudadanos en una democracia participativa.

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La bibliotecología es una disciplina cuyas prácticas intelectuales y sociales contribuyen a la reorientación y reorganización del espacio político, mediante la preservación, el acceso y uso cultural del saber producido y acumulado por la humanidad, redimensionando la comunicación como unión de mentes humanas que se comunican por medio de registros gráficos, a la manera de Shera, sirviendo de puente y motor para la transformación social, el avance tecnológico y la formación de un espíritu investigativo, crítico, deliberativo y científico; a la vez que pugna por el desempeño de los profesionales como gestores culturales, sociales y políticos.

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La bibliotecología estudia el fenómeno comunicacional, concebido como un

proceso transformador de la sociedad, que tiene como centro la biblioteca,

entendida como institución social traductora de la interculturalidad, en la cual

el bibliotecólogo, al empoderarse de su saber, es un interventor cultural que

influye radicalmente en los procesos de construcción simbólica y

representación del mundo social o mundo de la vida, mediante la información

documental, definida como el conocimiento registrado que se organiza,

preserva y difunde.

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En consecuencia

El saber bibliotecológico se orienta a la comprensión del fenómeno comunicacional que ocurre en las complejas interacciones intersubjetivas de quienes habitan el espacio bibliotecario movidos por las necesidades de acceso al conocimiento y por las dinámicas luchas de poder por el control de los significados y de las representaciones simbólicas del mundo de la vida.

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Objeto de estudioDesde la perspectiva fenomenológica

La transferencia de información, entendida como un proceso activo de recuperación y comunicación de la información.

En la práctica profesional, la información registrada en cualquier soporte es el recurso fundamental de la bibliotecología, la cual debe ser transferida de acuerdo al contexto social en el que está inmersa y en un proceso de servicio, teniendo al usuario como sujeto

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Historia de las bibliotecas

Como afirman diversos estudios historiográficos, que señalan su génesis en las primeras sociedades clasistas, las bibliotecas son una de las instituciones más antiguas en la historia de las civilizaciones, y con ellas la práctica bibliotecaria

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Sin embargo, aquello que se entiende hoy por biblioteca en el plano conceptual, difiere de los primeros intentos por definirla.

Conceptualmente, se considera como aquel �lugar destinado al depósito de información registrada principalmente en forma de libros. �

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Y la Bibliotecología?

Por su parte, la Bibliotecología es la disciplina que aborda el estudio sistemático de las colecciones bibliográficas y la institución bibliotecaria, tanto en su aspecto histórico como técnico, así como en su proyección socio-cultural.

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Para Miguel Ángel Rendón la Bibliotecología se �ocupa de estudiar cómo ciertos documentos, por medio de una institución de información puede poner en contacto a los lectores con el mundo de la información �

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Estas definiciones muestran los tres elementos que estudia la Bibliotecología :

• la biblioteca, • las colecciones y • los usuarios.

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En la esfera bibliotecológica, se relacionan otras subdisciplinas:

• La bibliología: que se ocupa del estudio general del libro en sus aspectos histórico y técnico.

• La bibliografía: considerada como una disciplina autónoma, con fines bien delimitados, presenta sus productos generalmente en forma de listas de asientos bibliográficos que pueden ser de uno o varios autores; se basa fundamentalmente en la investigación, identificación, descripción y clasificación de los recursos recopilados para lograr una mejor orientación, tanto de los bibliotecarios como de los usuarios en general.

• La bibliotecnia: que aborda la industria del libro, así como los procesos relacionados con la confección y restauración del libro.

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No obstante, a este conjunto disciplinario y a los primeros atisbos de sistematizar la actividad bibliotecaria a partir del siglo III a.n.e. con la obra de Calímaco y, a pesar de existir trabajos, aunque, dispersos sobre catalogación y clasificación propios de aquel tiempo, no es hasta el siglo XIX, que puede hablarse de un comienzo de la ciencia de la biblioteca a partir de la obra de Martin Scherettinger

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Martin Scherettinger1772-1851

Con su publicación: “Versuch eines vollständigen lerbuchs der bibliotheswissenschaft oder Anleitung vollkomenen Geschäftfurung eines Bibliothekars in wissenschaftlicher Form abgesfaast” “Obras completas en Biblioteconomía o una guía de manejo para los bibliotecarios escrito científicamente”Estableció el núcleo de conocimientos para apuntalar a la Bibliotecología como una disciplina formal

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Bibliotecología es la disciplina que aborda el estudio sistemático de las colecciones bibliográficas y la institución bibliotecaria, tanto en su aspecto histórico como técnico, así como en su proyección socio-cultural.

ACTUALMENTE

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Historia de las Bibliotecas.

Edad antigua

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Bibliotecas orientales antiguas

• La inició el rey sargón II como un conjunto organizado de libros y documentos es la del rey Asirio Asurbanipal, descubierta al excavar Nínive.

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• En ella aparecieron 30.000 fragmentos de tablas de arcilla enterradas entre los restos del Palacio Real. Su descubrimiento aceleró el desciframiento de la escritura cuneiforme.

Tabla de arcilla

Escritura cuneiforme

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• En una de las tablillas se encontró el Poema de Gilgamesh, en el que se hablaba del diluvio. Una de sus aportaciones fue el Colofón, que aparecía en muchas tabletas y lo que en ellos aparece indica el elaborado esmero con el que Asurbanípal organizó la biblioteca. En ellos aparece el título de la obra y datos para su catalogación

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Antes

Ahora

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Bibliotecas egipcias• La primera noticia de una biblioteca egipcia se la debemos a Diodoro de Sicilia, que en su

biblioteca histórica (escrita en el siglo I a.C.) donde cita a Hecateo de Abdera que en su viaje a Egipto visito lo el monumento al rey Ozymandias, y en el sitúa “la biblioteca sagrada”.

• Es poca la información que tenemos de las bibliotecas egipcias a las que llamaron “casas de los libros” -los archivos- y “casas de la vida” -las bibliotecas-. Los libros, estaban escritos en papiro -en lugar de arcilla- por lo que todos han desaparecido. Lo que nos ha llegado es lo que está escrito en tumbas y monumentos como el Libro de los muertos, cuyo fin era facilitar el viaje a ultratumba.

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• En el templo de Horus, esta la evidencia mas clara de una biblioteca en un templo ya que en ella hay una sala con una inscripción en la que se relacionan los 37 títulos donados por el faraón. Detrás de una de la pétreas paredes divisorias de la fila interior de columnas esta alojada “la biblioteca”, y el catalogo de los rollos de papiro esta escrito en las paredes exteriores.

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Antes Ahora

Interiores

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Biblioteca de Alejandría• La Biblioteca Real de Alejandría o

Antigua Biblioteca de Alejandría, fue en su época la más grande del mundo. Situada en la ciudad egipcia de Alejandría, se estima que fue fundada a comienzos del siglo III a. C. por Ptolomeo I como complemento del Museo de Alejandria, y posteriormente ampliada por su hijo Ptolomeo II Filadelfo, llegando a albergar una enorme cantidad de manuscritos. Hay que recordar que Ptolomeo I fue general y amigo de Alejandro Magno que tras su muerte y descomposición del imperio, recaló en Egipto donde fundó su propia dinastía.

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• La Biblioteca creció durante el reinado de todos los Ptoloemo, que nunca se desentendieron de ella porque todos ellos eran cultos y aficcionados a las letras. Tras Ptolomeo VIII, comenzó su decadencia por las revueltas y persecuciones que forzaron la emigración de muchos sabios.

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• No hay demasiados datos en cuanto a la colección de libros que esta biblioteca conservaba. Nos quedan pequeñas crónicas como la que cuenta Galeno (médico, siglo II d.C.) que en sus comentarios a Hipócrates se refieren al embargo que efectuó Alejandría sobre los libros que se encontraban en los barcos en el puerto. Estos eran llevados a la biblioteca, copiados con rapidez y la copia (que no el original) entregada a su dueño.

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• También habla de la falsificación de obras que eran difíciles de conseguir. Cuando entraba un libro nuevo en la Biblioteca este se depositaba en unos almacenes, con la etiqueta donde constaba la procedencia, nombre del poseedor o vendedor, responsable del texto o el lugar.. No se sabe cuantas obras había pero su número impresionó a los antiguos. Se cree que pudo haber unas 90 obras repartidas en unos 400.000 volúmenes

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Biblioteca de PérgamoFue una de las grandes bibliotecas de la antigüedad que rivalizó con la Biblioteca de Alejandría. Los reyes de Pérgamo, fueron grandes protectores del arte.

En la Acrópolis estaba el altar de Zeus y el templo de Atenea. Junto a éste, había un patio cerrado con dos pórticos con columnas y adosada a uno de ellos una gran sala en la que parece estaba instalada la Biblioteca. Según narra Estrabón, fue fundada por Eumenes II

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En esta biblioteca se guardaron con gran celo y durante cien años los manuscritos de Aristóteles, sin hacer ediciones y sin publicarse. Sólo cuando llegaron a Roma y bajo la insistencia del político y escritor Cicerón se procedió a editarlos y darlos a conocer no sólo a los estudiosos de las bibliotecas sino a todo el que quisiera leerlos.

Manuscrito deArquímedes

Organón De

Aristóteles

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• Además, según narra Plinio el Viejo sobre el origen del pergamino, éste lo inventaron los reyes de Pérgamo porque los Ptolomeo, celosos de la nueva biblioteca habrían prohibido su exportación a Pérgamo. Según narra Plutarco en sus Vidas paralelas, más tarde, como recompensa por las pérdidas, Marco Antonio habría mandado al Serapeo de Alejandría 200.000 volúmenes de la biblioteca de Pérgamo, que ya había sido saqueada con anterioridad por causa de las luchas políticas que hubo en Asia Menor en aquellos años. Éste fue el fin de la segunda gran biblioteca de la Antigüedad

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Bibliotecas Romanas

• Las primeras bibliotecas romanas fueron privadas,

formadas por los libros traídos de oriente por los

generales victoriosos. El primero de todos ellos fue

Lucio Emilio Paulo que regaló a sus hijos (entre ellos,

Escipión el Africano) la biblioteca personal del último

rey macedonio, Perseo. A Macedonia siguió Atenas,

Pérgamo o la misma Alejandría. Estas primeras

bibliotecas, estaban constituídas por obras griegas

aunque poco a poco, el idioma latino fue adquiriendo

mayor importancia. Con el tiempo, las bibliotecas

romanas acostumbraron a tener una sección griega y

otra romana.

Lucio Emilio Paulo

Escipión el africano

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• Allí se fundó la primera biblioteca pública de la que hay constancia, por parte de Asinio Polión (general, historiador y poeta romano), aunque previamente se fundó el Tabularium o archivo central construído en el año 79 a.C. Posteriormente existieron grandes bibliotecas como la Octaviana y Palatina, creadas por Augusto, y la Biblioteca Ulpia, del Emperador Trajano

Biblioteca octaviana

Asinio Polión

Tabularium

Ulpia Trajano

Palatina

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• El tabularium estaba enclavado en uno de los mejores complejos arquitectónicos de Roma que ocupaba 18.000 metros cuadrados en cuyo centro se levantaban dos templos dedicados a Júpiter y Juno y dos amplias salas para las reuniones políticas y conversaciones. Su primer bibliotecario fue Gayo Meliso.

Tabularium

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En las bibliotecas de la antigua Roma los libros se colocaban en estanterías denominadas plutei; pegmata si los estantes se hallaban fijados a la pared

Pegmata

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Los espacios que formaban los elementos

verticales y horizontales eran llamados foruli y

nidi, nidos. Cuando el códice sustituyó al volumen,

se generalizó el uso del armaria, armario. Los

patricios y los romanos ricos solían disponer de su

propia biblioteca, tanto en sus casas de la ciudad

como en sus residencias campestres. Vitrubio

recomendaba destinar como biblioteca una sala

orientada hacia el este, que, además de biblioteca,

servía para recibir a los amigos Códice dresde

Códice Calixtino

foruli

Códice

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La Edad Media

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ConsideracionesFeudalización Los desequilibrios políticos provocaron una decadencia económica de las ciudades y sus habitantes se refugiaron en el campo bajo la protección de un señor. Se produjo así una ruralización.

Se inicia de este modo, el feudalismo, el sistema político, económico y social de la Edad Media.

El feudo era un conjunto de tierras que el rey o un noble laico o eclesiástico (el señor) entregaba a cambio de ayuda militar o servicios religiosos a otro noble de rango inferior (vasallo) el cual se sometía a ellos mediante un juramento de fidelidad. Estos feudos eran explotados por los siervos que debían entregar una parte de sus cosechas a su señor, lo que les obligaba a vivir en unas condiciones miserables.

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• ¿Cómo se organizaba la sociedad?La sociedad medieval estaba muy estratificada, encontrándose distintos escalafones dentro de una clase social. Tenía estructura piramidal y en general, se dividía en tres estamentos o grupos sociales

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Estructura de la sociedad medieval

EL REY

LA NOBLEZA Y ALTOS PRELADOS

LA IGLESIA Y LOS CABALLEROS

LOS SIERVOS / TRABAJADORES (+ CAMPESINOS)/ SOLDADOS

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• Pronto Bizancio se dio cuenta que la única forma de unir pueblos tan distintos era reforzando su herencia cultural, cuyo testimonio estaba escrito en los libros. En pocas culturas, el libro ha tenido tanta estima. En Bizancio las bibliotecas eran públicas. Los libros resultaban muy costosos por la escasez de materiales, por lo que las bibliotecas privadas fueron escasas y con poca cantidad de fondos. Había pocos copistas y escaso comercio.

Región de Bizancio

Cultura bizantina

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Resulta fundamental hablar de Focio, patriarca de Constantinopla y causante de la separación entre la Iglesia romana y la griega escribió la única obra literaria que se conserva de los bizantinos, la Myribiblion (o Bibliotheca). Por el número de autores que describe en ella, Focio debió poseer una biblioteca enorme (pues sus lecturas comprendían varios miles de obras), aunque con seguridad utilizaría las grandes bibliotecas de la capital. Otras bibliotecas privadas importantes fueron la de Aretas y Eustacio. Este último, una de las personas más cultas de su época enfurecía por el despego de los monjes hacia los libros y su inclinación a vender los de sus bibliotecas monacales Eustancio

Focio

Monasterios

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“¿Por que eres inculto debes vaciar la biblioteca de obras que transmiten la cultura?. Déjalas en sus

armarios, pues alguien vendrá detrás de ti que si no versado en letras, al menos las amará”.

De las públicas, las más importantes debieron estar en la capital y entre ellas destaca ala de los emperadores, aunque fueron sistemáticamente destruidas por los conquistadores otomanos y los saqueadores cristianos bajo la bandera de las cruzadas. Un español, Pedro Tafur visitó la ciudad en 1437 y en su obra “Andanzas y viajes de Pedro Tafur” cuenta su admiración por la biblioteca sin mencionar el número ni demasiadas características de la biblioteca. Pero no parece que estuvieran encadenados como en Europa sino guardados bajo llave en armarios. Aparte de la imperial, fueron también importantes la biblioteca de los patriarcas y la de los centros de enseñanza superior.

Cruzadas

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• Fuera de la capital, la más importante fue la del monasterio de San Juan de Patmos. En Bizancio, los monasterios no pertenecían a órdenes religiosas, así que cada uno tenía su propia regla. Su biblioteca comenzó con 50 libros donados por cincuenta libros enviados por el Patriarca de Constantinopla y de donaciones de personas que se sentían atraidas por la isla donde San Juan escribiera el Apocalipsis. En 1201 tenía 330 obras (267 en pergamino y el resto en papel). Aparte de esta, tenemos la de Lavra en el Monte Athos .

Monasterio de San Juan de Patmos

Lavra

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El mundo árabe

• Cuando los árabes constituyeron su extenso imperio que desde África Central comprendía India, Asia Menor, África del Norte y España, se inició un contacto fructífero entre las literaturas y las ciencias griegas y árabes. Pronto descubrieron que la escritura era imprescindible para mantener un gran Estado. Así que desde el primer califa que se estableció fuera del desierto (Muavia), todos contaron con colecciones de libros más o menos grandes., tanto públicas como privadas

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• Es probable que tradujeran las obras de muchos historiadores clásicos como Tucídices, Heredoto o Jenofonte pues tuvieron gran popularidad. Pronto existieron buenas bibliotecas ya que los califas omeyas y abassíes las propiciaroan. Existían en este imperio árabe grandes bibliotecas, dependencias tanto de centros de enseñanza como de mezquitas o de casas de príncipes, así como de notables bibliotecas particulares. La caligrafía gozaba de gran prestigio y adoptó muy pronto un carácter altamente decorativo. En la primera fase de la evolución, el centro de las versiones al árabe de la literatura griega se encontró en la biblioteca en Bagdad del famoso califa Harum Al-Raschid y su hijo Al-Mamun. Utilizaron manuscritos griegos como textos, más tarde también traducciones del griego al iranio y al sirio.

Tucídices

Herodoto

Jenofonte

Harum Al-Raschid

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• En España destaca el interés por los libros que tuvieron los califas omeyas, cuyo interés llegó incluso al oído del emperador de Bizancio (que le regaló un ejemplar de la obra de Discórides). La biblioteca que reunió en Córdoba el califa al-Hakam II puede considerarse como excepcional. El mismo escribió una Historia de al-andalus. Aunque puede que sea exagerado, se dice que su biblioteca almacenó más de 400.000 volúmenes y que él mismo escribió el nombre del autor y una pequeña sinopsis. En el resto de los posteriores reinos de taifas hubo importantes bibliotecas

Pedanio Discórides

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LA ALTA EDAD MEDIA EN EUROPA

• En los tiempos medievales, con las invasiones bárbaras y la caída del Imperio Romano de Occidente, la cultura retrocede y se refugia en los monasterios y escritorios catedralicios, únicos lugares que albergan bibliotecas dignas de tal nombre. Son centros donde se custodia la cultura cristiana y los restos de la clásica, al servicio de la Religión.

Monasterio Catedralicio

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• La España Visigoda vivió un renacimiento cultural en parte influida por Italia. Podemos suponer la existencia de una Biblioteca Real en Toledo, aunque desconocemos si era propiedad de los monarcas o de la corona.

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• En la España bajo el dominio visigodo se crearon escuelas episcopales, de donde nacieron las bibliotecas más importantes de este periodo. En Sevilla precisamente, consiguieron reunir los obispos San Leandro y posteriormente su hermano San Isidoro una voluminosa biblioteca familiar que serviría de base a este ultimo para escribir sus “Etimologías”, obra enciclopédica de importancia capital durante toda la Edad Media.

San Leandro

San Isidoro

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Una de las partes que componen esta obra está dedicada al libro y a las bibliotecas. La biblioteca estaría instalada en un local de hermosa apariencia, con el suelo y techo recubiertos de mármol verde como el de Caristo (Etimologías XI) para que la mirada descansara, con armarios de madera adosados en las paredes. Por otro lado, los monasterios visigodos, que solían tener una escuela añeja, contaron con pequeñas colecciones de libros de carácter religioso. En esta época, los libros seguían siendo carísimos así que sólo estaban al alcance de unos

Monasteriosvisigodos

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• En el resto de Europa se crearon en esta época monasterios con importantes bibliotecas, como el de Montecasino (Italia), fundado por San Benito, el de Vivarium (Italia), fundado por Casiodoro, y Luxeuil y Bobbio, fundados ambos por San Columbano. Un discípulo de éste, San Galo, fundó el monasterio de Saint Gall (Suiza). Los monjes irlandeses, en su afán misionero y evangelizador fundaron por ejemplo Lindisfarne (Inglaterra).

Montecasino

Bobbio

LindisfarneVivarium

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• En Saint Riquier, monasterio fundado por un discípulo de San Columbano se sabe que llegó a tener 100 monjes trabajando en el escritorio y se conoce un catálogo del año 831 con la descripción de 256 códices que suponen aproximadamente 500 obras. Estas bibliotecas no estaban al servicio de la población sino de los clérigos de la institución propietaria.

Saint Riquier

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• La dedicación a los libros en la vida monástica tiene en gran parte su explicación en que los monasterios seguían la regla de San Benito, que establecía la división de la jornada entre el trabajo manual, la oración y la lectura. Esta lectura podía ser en privado, en la celda o en el claustro, o también en forma de trabajo, traduciendo o copiando libros existentes

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Para ello, había en los monasterios importantes un escritorio, que consistía en una habitación aislada, con atriles y con luz natural, donde los monjes, en su mentalidad de autoabastecimiento a todos los niveles, producían libros para uso del propio monasterio. Así se iba conformando una colección de libros que normalmente cabían en un armario. De ahí, que el responsable y supervisor de los trabajos del escritorio fuera el armarius. Asimismo, todos los oficios relacionados con la confección de códices tienen sus denominaciones: copista (el que copiaba), rubricator (el que iluminaba y dibujaba las letras capitales) o ligator (el que encuadernaba).

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Una biblioteca monacal podía estar compuesta por varios centenares de libros. El libro por antonomasia era la Biblia, además de los libros necesarios para el culto y los textos de los Padres de la Iglesia. En mucha menor medida, se copiaban textos paganos de autores clásicos latinos y griegos para conservar las lenguas de la Antigüedad. Por entonces, ya existía el préstamo de libros entre monasterios para poder copiarlos

Copistas

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El Imperio Carolingio

Además de las bibliotecas de los monasterios, señalamos un foco de gran interés cultural en la Corte Imperial de Carlomagno en Aquisgrán. Éste, que fue coronado en el año 800, promovió un movimiento cultural que recibiría el nombre de Renacimiento Carolingio, cuyo núcleo residía en la Escuela Palatina, creada para el fomento de la instrucción y el estudio de ilustrados

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Mandó llamar a sabios extranjeros, entre los que es digno de mención Alcuino de York, un inglés de vasta cultura y con experiencia como bibliotecario. Éste consiguió traer textos de toda Europa y fundaría la Biblioteca Palatina, que haría las funciones de lo que hoy entendemos como biblioteca nacional, biblioteca universitaria, biblioteca pública y archivo.

Alcuino de York

Biblioteca palatina

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LA BAJA EDAD MEDIA EN EUROPA

Una vez superado el terror al fin del mundo que provocó el año 1000 y que marcó la Alta Edad Media, entramos en una época de recuperación económica, con más comercio, más profesiones y más población. Las ciudades empiezan a tomar fuerza y la actividad cultural pasa del aislamiento del monasterio en zonas rurales al bullicio de los núcleos urbanos, que responden mejor a las nuevas necesidades. Las instituciones por excelencia de la Baja Edad Media son la catedral y la universidad, que nace en estrecha conexión con la Iglesia.

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La vida monástica entra en decadencia en muchos lugares, donde sus bibliotecas y sus tesoros bibliográficos empiezan a ser descuidados y olvidados, aunque en algunos casos como la de Santa María de la Huerta o la de Poblet aumentaron sus fondos. El obispo inglés Richard Aungerville de Bury da fe de ello en su obra Philobiblion, donde se lamenta del trato que reciben los libros.

Sta. María de la Huerta

Poblet

Richard Angerville de Bury

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Los comisarios de Enrique VIII en Inglaterra destruyeron en sólo 3 años 800 monasterios con sus respectivas bibliotecas. No menos de 300.000 volúmenes. Igual hicieron los hugonotes en Francia o las rebeliones de los campesinos en Alemania. La guerra de los Treinta Años fue la puntilla a este triste espectáculo.

Enrique VIII

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Bibliotecas catedralicias

Las escuelas catedralicias que nacen en la Baja Edad Media suponen un aumento de la población estudiantil y son reflejo de las nuevas preocupaciones intelectuales. Muchas catedrales tendrán importantes bibliotecas, como la de Verona, la de York o la de Durham. En España, las catedrales de los territorios reconquistados tuvieron su biblioteca, como son Oviedo, León o Gerona. La más antigua de las existentes es la Catedral de Verona que ha funcionado ininterrumpidamente desde el siglo V y en ella se conservan 5 códices de esa centuria. En general estas bibliotecas quedaron rezagadas en comparación con las monacales aunque también se beneficiaron del renacimiento carolingio

Verona

York

Durham

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En el siglo XIII las universidades alcanzan su constitución definitiva cuya vida ha llegado hasta nuestros días. Son una derivación de las escuelas catedralicias, pero ahora tienen entidad propia, al margen de la catedral y de las órdenes religiosas. La universidad de Bolonia es la más antigua del mundo. También ven la luz en esta época la universidad de la Sorbona, Oxford, Cambridge o Toulouse.

U. De Bolonia

Sorbona

Oxford

Cambridge

Toulouse

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En España, las universidades no se hicieron esperar. La primera fue fundada en Palencia en 1212, a la que siguieron Salamanca y Valladolid. La biblioteca de la Universidad de Salamanca adquirió una gran importancia, que mantiene en la actualidad. Los libros, que a pesar de todo siguen teniendo un fuerte sesgo religioso, son considerados ahora un instrumento de trabajo y de conocimiento, de uso diario por parte de profesores y alumnos. Por tanto dejan de ser objetos de veneración y se convierten en instrumentos de trabajo.

U. De Palencia

U. De Salamanca

U. De Valladolid

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Las primeras bibliotecas universitarias son bibliotecas de escuela o facultad. Estas responden en muchas ocasiones al siguiente patrón, que procede de las órdenes mendicantes: sala de lectura de planta basilical con bancos (como en las iglesias) y libros encadenados colocados en atriles. Este modelo arquitectónico perdurará durante varios siglos. Existían además libros que no estaban encadenados y que descansaban normalmente en un baúl. Estos se prestaban bajo fianza si había más ejemplares de esa obra. Ya existían como vemos reglamentos internos de bibliotecas. El procedimiento de adquisición de los libros consistía básicamente en la donación, a menudo en forma de legados. El cargo de bibliotecario no era relevante, por lo que el responsable solía ser un profesor o un estudiante.

Planta catedralicia

Libros encadenados

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En España, el rey Alfonso X estableció en la universidad de Salamanca el cargo de estacionario que había de recibir un sueldo pagado por la universidad y a través de la pecia, debía resolver los problemas de los estudiantes en sus necesidades de libros.

Pecia

Volumen

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Las bibliotecas reales

Además de las bibliotecas universitarias, existen importantes colecciones reales. La biblioteca más importante en la Europa cristiana del s. XIII debió de ser la del rey Alfonso X el Sabio y su hijo Sancho IV. Para la elaboración de la obra “Las siete partidas” tuvo que haber en dicha biblioteca obras jurídicas y legislativas. La biblioteca debió contar también con obras históricas, científicas y recreativas, como por ejemplo de ajedrez. Otros reyes bibliófilos que destacaron son los franceses San Luis y Carlos el Sabio, considerado el auténtico fundador de la Biblioteca Real de Francia.

Alfonso X Sancho IV

Carlo V

Biblioteca real de Francia

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Las bibliotecas privadas

Por otro lado, muchos nobles y damas aristocráticas fueron creando sus propias bibliotecas, en gran parte a raíz de libros que encargaban para su lectura privada. Estos estaban tenían bellas ilustraciones y estaban escritos en su lengua vernácula. Buen ejemplo de ello son los libros de horas, género de gran difusión a finales de la Edad Media. El prototipo de biblioteca bajomedieval al servicio de la aristocracia es la de los Duques de Borgoña. También los nobles castellanos de esta época tuvieron sus bibliotecas, como la del Marqués de Santillana. Se conserva parte de ella en la Biblioteca Nacional de España.

Libros de horas

Luis XVDuque de Borgoña

Marqués de Santillana

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La Biblioteca de la universidad de Salamanca

La universidad de Salamanca fue creada en el año 1215. Paralelamente, puede considerarse también como fecha de nacimiento de la Biblioteca Universitaria el año 1254, puesto que la Carta Magna de Alfonso X ya recogía como antes hemos mencionado la creación del cargo de Estacionario.

En cuanto al local, en 1470 los libros abandonaron la casa del Estacionario y se trasladaron a una sala exclusiva para ellos, situada en la zona alta de la capilla. Sin embargo, a principios del siglo XVI, la instalación del retablo de Juan de Flandes obligó a derribar el techo que separaba la capilla y la Biblioteca, de modo que la Universidad debió quedar unos cinco o seis años sin sala para sus libros. En 1509 se abordó la construcción del local actual, en la planta alta del claustro. La falta de noticias hace creer que sus orígenes sus fondos fueron poco voluminosos. Se sabe que en 1471 contaba con 201 volúmenes.

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A mediados del siglo XV recibió un centenar de libros donado por el teólogo Juan de Segovia, Alonso Ortiz cedió 1.199 volúmenes y por otro lado, en 1548, la donación de Hernán Núñez de Toledo, el Comendador Griego, conocido también por El Pinciano: casi todos los ejemplares de esta donación llevan anotaciones manuscritas de su propietario y, aunque el número de obras transferidas es algo menor que en el caso anterior, se incorporaron a la Biblioteca, además de manuscritos, también incunables e impresos, la mayor parte clásicos latinos y griegos, así como libros de historia

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Siglos XV y XVI

El renacimiento

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Con la llegada del renacimiento, todo cambia. No se trata ahora de reunir libros de interés por su contenido o por el autor, sino de bibliófilos que se sienten inclinados por los ejemplares con características especiales. Los Medicis en Florencia son el más claro ejemplo. La biblioteca creada por ellos fue de las mejores de la época

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La Biblioteca Vaticana

Los papas debieron tener desde el principio una colección importante de libros a su disposición sin embargo la primera noticia que se tiene es la biblioteca que estaba instalada en el palacio de Letrán. Estos libros debieron desaparecer o dispersarse con el traslado en el siglo XIV a Aviñón. No obstante, allí crearon una importante biblioteca con 2400 volúmenes, donde se quedaron al regresar a Roma. Por fin, el Papa Nicolás V fundó la biblioteca Vaticana en 1448 reuniendo unos 350 códices griegos, latinos y hebreos heredados de su antecesor Eugenio IV así como con sus propias adquisiciones, entre las que estaban varios manuscritos de la biblioteca imperial de Constantinopla. La fundación propiamente dicha tuvo lugar cuando Sixto IV, con la bula Ad decorem militantis Ecclesiae (15 de junio de 1475), le asignó un presupuesto y nombró bibliotecario a Bartolomeo Platina, quien elaboró un primer catálogo en 1481. La biblioteca poseía entonces más de 3.500 manuscritos, lo que la convertía de lejos en la mayor del mundo occidental.

Biblioteca vaticana

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En 1527 sufrió el saqueo de Roma por los soldados de Carlos V quienes cometieron todo tipo de tropelías. Hacia 1587, el Papa Sixto V encargó al arquitecto Domenico Fontana que construyera un nuevo edificio para albergar la biblioteca, el que se utiliza todavía. A comienzos del siglo XVII se segregó de la biblioteca el Archivo Secreto Vaticano, así como la de Fulvio Orsini que había ofrecido su biblioteca a su muerte a cambio de una pensión vitalicia. Esta contenía códices incluso del siglo IV. En 1623, la Biblioteca Palatina de Heidelberg, que contenía unos 3.500 manuscritos y 5.000 libros impresos, fue donada a la Biblioteca Vaticana por Maximiliano I, duque de Baviera, en agradecimiento por el apoyo que le había prestado el Papa Gregorio XV durante la Guerra de los Treinta Años.

Saqueo por Carlos V

Capilla sixtina

Archivo secreto vaticanoFulvio Orsini

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Actualmente tiene más de 700.000 obras impresas (entre ellas 6.000 incunables) además de 60.000 manuscritos.

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La Biblioteca Colombina

Fue la primera biblioteca moderna española creada por el hijo de Cristóbal Colón, Fernando Colón. Hombre culto amante de las letras y las matemáticas, y muy aficionado a los libros, consiguió reunir una cantidad importante en sus viajes por toda Europa, gracias en parte a la ayuda económica concedida anualmente por el emperador. Intentó crear una biblioteca abierta a todos los eruditos de la época y que contuviese todos los libros de todas las lenguas y facultades o ciencias que se encontraran en todo el mundo. Tal fue el volumen de obras que adquirió que se vio obligado a construir un nuevo edificio en Sevilla para albergar su biblioteca. Debió tener cerca de 20.000 volúmenes. A pesar de todas las precauciones tomadas en su testamento, la biblioteca ha sufrido frecuentes robos a lo largo de los siglos, quedando ésta reducida a una tercera parte en la actualidad

Biblioteca Colombina

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La Biblioteca del Escorial

• La creación de una gran biblioteca en España la tuvo en mente Felipe II desde 1556, pero retrasó el proyecto la corte española. La biblioteca, pieza fundamental de cualquier monasterio, debería estar a la altura de la grandeza de éste y debería ser similar por la riqueza de sus fondos a las mejores bibliotecas europeas. La decisión real de elegir en 1559, con la corte ya establecida en Madrid, a San Lorenzo de El Escorial como lugar de construcción fue una decisión polémica, que contravino las indicaciones de sus asesores, los cuales se inclinaban por localidades como Salamanca, ya que contaban con una gran tradición universitaria y por tanto con mayor interés, a nivel general, por los libros. Además, lo apartado del lugar respecto de las plazas universitarias por excelencia de la época, como la propia Salamanca o Valladolid, fue considerado otro problema añadido.

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• Los primeros libros llegan en 1565. Eran sobre todo libros en castellano y de carácter religioso. Las primeras adquisiciones se corresponden con 42 duplicados de libros ya existentes en palacio. En 1566 llegó una segunda remesa de libros, entre los que se encontraban piezas de gran valor como el Códice Áureo, el Apocalipsis Figurado o, el más importante, un De baptismo parvulorum de San Agustín, supuestamente escrito de su puño y Felipe II reunió un grupo de personalidades destacadas de todo tipo de disciplinas para asesorarse en la adquisición de copias

Apocalipsis figurado

Códice áureo

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La tendencia en estos años será adquirir originales y volúmenes antiguos, pues según el criterio de la época esto era lo que hacía a una biblioteca «aventajada sobre otras». Envió emisarios a los poseedores de las mejores bibliotecas para solicitar su venta. Entre las colecciones más importantes adquiridas figura la de Diego de Mendoza, una de las personas más cultas de su época. Desterrado de la corte por Felipe II se asentó en Italia desde donde tuvo acceso a importantes obras cristianas y turcas. Aunque se negó a venderle la biblioteca en un principio, Felipe II fue nombrado heredero para sanear según decía en su testamento, su conciencia y lealtad. En 1671 sufrió un terrible incendio de 3 dias, perdiéndose 2.000 códices irremplazables. Actualmente cuenta con unos 40.000 volúmenes, incluidos 600 incunables y unos 4.000 manuscritos en latín, árabe, griego y hebreo

Diego de Mendoza

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La Biblioteca de la Universidad Complutense

Al comenzar el siglo XVI se crea la biblioteca de la universidad de Alcalá por el cardenal Francisco Jiménez Cisneros, arzobispo de Toledo y uno de los mecenas más importantes que ha tenido el libro en España. Gracias a su patrocinio de la Biblia Políglota Complutense, se reunió en Alcalá una gran colección de manuscritos -algunos requisados en Granada-, aunque en su contra figure la quema de 5.000 libros en la misma ciudad. La biblioteca alcanzó en el siglo XVII los 6.000 volúmenes y gracias a agregarse la biblioteca de la casa de los jesuitas al ser expulsados de España por Carlos III, su número creció enormemente. Fue también en este siglo cuando un colegial vendió varios códices árabes a un polvorista para fabricar cohetes. En el siglo XIX se reunieron las bibliotecas de los distintos colegios y posteriormente la universidad fue trasladada a Madrid donde en 1849 abrió sus puertas con 20.000 volúmenes. Actualmente hay 635 incunables.

Biblia políglota Complutense

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La Biblioteca Nacional Francesa

El núcleo de ella lo formó la llamada Biblioteca del Rey, que fue una gran biblioteca puesta a disposición del público durante el siglo XIII, quedando dispersa a principios del siglo XV. Francisco I la rehízo a finales de la centuria., uniendo su propia biblioteca con la de sus antecesores inmediatos y con la incautación de los fondos del condestable Borbón. Posteriormente recibe 800 volúmenes de la biblioteca de Catalina de Medici y a la muerte de Luis XIV que la protegió enormemente ya contaba con 70.000 volúmenes. Con la Revolución Francesa sus fondos sufren sus efectos ya que la Asamblea Nacional ordena la incautación de las posesiones de monasterios e iglesias así como la de los nobles emigrados. Según un informe del abate Grégorie (1794) se recogieron en total la sorprendente cifra de 8 millones. De ellos, algunos fueron subastados, otros pasaron a bibliotecas menores y 300.000 a la biblioteca nacional entre ellos 9.000 manuscritos Benedictinos de incalculable valor

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La Biblioteca Nacional de Austria

Su fundación se debe a Maximiliano II que en 1551 ordenó por decreto que los impresores entregaran 3 ejemplares de todo lo que produjeran. El aumento de la colección obligó a trasladarla en el siglo XVII al palacio imperial donde sus 10.000 volúmenes y 1.600 manuscritos ocuparon 8 salas. En el siglo XVII se adquirió la biblioteca de los Fugger (15.000 volúmenes), la del astrónomo Tycho Brahe, así como la de importantes coleccionistas privados. Otras incorporaciones importantes fueron la del príncipe de Saboya -1738- y las de los jesuitas al disolverse la orden

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Bibliotecas en Iberoamérica

Las bibliotecas de iberoamérica están compuestas, en su mayoría, por libros impresos que datan del siglo XV al XIX que se les denomina bibliotecas novohispanas. Su formación se debe a los religiosos de las distintas órdenes, para cumplir su misión evangelizadora y educativa. La iglesia a través de las distintas órdenes religiosas (franciscanos, dominicos, agustinos, jesuitas y mercedarios) ejerció un importante papel en el proceso civilizador de América. Desde sus orígenes, la instrucción, como en Europa, estuvo en manos de los religiosos; para ello se construyeron bibliotecas al amparo de los conventos, útiles a las escuelas dedicadas a la enseñanza de la lectura, escritura y doctrina de la santa fe. Más tarde los cabildos se interesaron por la apertura de colegios a cargo de maestros seglares y por la fundación de la Real y Pontificia Universidad; instituciones que también ostentaron bibliotecas de mayor o menor importancia.

Biblioteca Histórica de MedicinaNicolás León

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• De acuerdo con la obra Historia de las bibliotecas novohispanas, escrita por el doctor Ignacio Osorio Romero (siglo XVI), hubo bibliotecas en colegios y seminarios conformadas por las colecciones privadas de obispos, como la del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco cuyos libros pertenecieron al obispo Juan de Zumárraga; también existieron en el Colegio de San José de los naturales (1527); el Colegio de San Nicolás Obispo (1538); en la Real y Pontificia Universidad (1553); el Colegio Mayor de Santa María de Todos Santos (1573); el Colegio de San Pablo (1575) de los agustinos en la ciudad de México; el Colegio de Santa Cruz en Oaxaca, fundado en el último cuarto del siglo; el de San Luis Rey (1585) de los dominicos en Puebla.

Colegio de San Nicolás Obispo

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EL SIGLO XVII

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Este siglo trae consigo la desaparición de la unidad religiosa y política, por lo cual el latín fue perdiendo importancia como elemento de comunicación y cultura. La guerra de los 30 años trae consigo la destrucción de importantes bibliotecas y el saqueo de otras. La gran novedad del siglo es la aparición de las primeras bibliotecas públicas creadas no por el monarca o una institución pública sino por personas concretas, además de participar en ellas, bibliotecarios profesionales.

Guerra de los 30 años

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La biblioteca Bodleian,

Al iniciarse el siglo se inaugura la biblioteca de la universidad de Oxford, llamada Bodleian en honor de Thomas Bodley que fue su creador. Anteriormente había en armarios en la iglesia de Santa María una pequeña cantidad de libros que se podían prestar. Thomas Bodley trabajó como profesor de esta universidad y viendo el rápido desarrollo de la universidad de Leyden le ofreció a Oxford costear la instalación de la biblioteca. Se inauguró en 1602 con 300 manuscritos y 1700 volúmenes impresos, que se triplicaron en sólo 4 años. Curiosamente el idioma más común de los libros era el latín, seguido del italiano, francés, español, griego, hebreo e... inglés.

Biblioteca Bodleian

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Los libros estaban colocados en estantería perpendiculares a las paredes con un pasillo central. Los lectores estaban situados en unos bancos fijos frente a cada estantería, con unas tablas que hacían de mesas en la que descansaban los libros que estaban encadenados. Actualmente posee la cantidad de 40.000 manuscritos y 4 millones de libros impresos.

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College of Cambridge Mucho más modesta fue la biblioteca del College of Cambridge inaugurada en 1638 y que luego sería la universidad de Hardvard. La biblioteca comenzó con un donativo de 380 volúmenes por parte de John Harvard. Tras algunas donaciones más, sufrió en 1764 un incendio que destruyó la mayor parte de sus volúmenes. Se sobrepuso rápidamente alcanzando en 1895 los 300.000 volúmenes y en 1915 los 700.000. El edificio donde guarda actualmente la sección de libros raros -Houghton Library- conserva 3.500 incunables entre ellos, una Biblia de Gutenberg. En la actualidad, cuenta con 10 millones de volúmenes.

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Trinity CollegeAunque la universidad de Dublín fue creada en 1592, la biblioteca del Trinity College no comenzó hasta el siglo siguiente. Entre sus primeras adquisiciones figura la de James Ussher que disputaron con el cardenal Mazarino y el rey Federico III de Dinamarca. Sus fondos pasaron finalmente a Dublín y lo formaban 6.000 importantes libros impresos y 700 manuscritos. Su especialidad la constituyen los manuscritos irlandeses, algunos tan famosos como el libro de Kells. En la actualidad tiene más de un millón de volúmenes impresos y 2000 manuscritos Ussher

Libro de Kells

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La Biblioteca Ambrosiana de Milán

Creada por el cardenal y arzobispo de Milán, Federico Borromeo, éste ordenó a principios de siglo la construcción de un edificio en el centro de la ciudad entre las iglesias del Santo Sepulcro y la de Santa María de la Rosa. Tardó 6 años en reunir 30.000 libros impresos y 15.000 manuscritos que adquirió por todo el mundo. Convenció a los monjes de Bobbio de cambiar importantes códices precarolingios por libros modernos, consiguiendo así más de 70 códices entre ellos palimpsestos con discursos de Cicerón que se creían perdidos. En 1637 adquirió el Codex Atlanticus, álbum de dibujos de Leonardo da Vinci. Abrió sus puertas en 1609 y estuvo abierta 4 horas diarias -gran novedad en su tiempo-.

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En la actualidad tiene unos 800.000 volúmenes, 35.000 manuscritos y 3.000 incunables, entre los que destacan un palimpsesto con la traducción al gótico de la biblia hecha por Ulfila, un Virgilio anotado por el mismísimo Petrarca

Biblia de Ulfila

Page 103: Teorãa de la bibliotecologãa1

EspañaEn España la primera gran biblioteca del siglo XVII le corresponde a Don Diego Sarmiento de Acuña, embajador durante 8 años en Inglaterra durante el reinado de Jaime I del que se hizo un gran amigo. Allí adquirió numerosos libros pero también en España. Deseaba, según sus palabras, juntar el mayor número posibles de libros buenos y antiguos. A pesar de que deseaba retirarse de la vida pública para encerrarse en su palacio y disfrutar de sus libros, a su regreso a España fue nombrado consejero de estado y embajador en Alemania por Felipe IV. Moriría 3 años después de su deseado retiro. Tras su muerte se contabilizaron unos 15.000 volúmenes y permanecieron en Valladolid hasta 1785 que fueron vendidos a Carlos III donde pasaron a constituir la biblioteca particular de los reyes que hoy se denomina, de Palacio. Carlos III

Diego Sarmiento de Acuña

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Otras importantes fueron las de don Gaspar de Guzmán conde-duque de Olivares, la de don Juan Francisco Pacheco Téllez de Girón, Juan Lucas Cortés o Nicolás Antonio, llamado el príncipe de los bibliógrafos españoles, gastando todos sus ingresos en la adquisición de unos 30.000 volúmenes. Su importancia viene de la publicación en 1672 de la Bibliotheca Hispana Nova con la descripción de los escritores españoles desde 1500 hasta sus días.

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SIGLO XVIII

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En este siglo se da el triunfo definitivo de las lenguas vernáculas sobre el latín además de la cultura secular con respecto a la religiosa. A la vez que el latín, desciende la producción de libros religiosos. En Estados Unidos aparece un nuevo tipo de bibliotecas centradas en torno a las parroquias, las parroquiales. Destaca en este tipo de bibliotecas el reverendo Thomas Bray quien logró establecer con la ayuda de varias asociaciones 70 bibliotecas por todo el país aparte de fundar distintas sociedades para su mantenimiento, alguna de las cuales sobrevive hoy en día.

Thomas Bray

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El British MuseumLa Biblioteca Nacional Inglesa, fue creada por una oferta hecha al parlamento británico “en muerte” por Sir Hans Sloane, quien fuera presidente de la Royal Society que dejó en muerte casi 45.000 volúmenes y una extraordinaria colección de objetos curiosos. A su compra a los testamentarios, se le unió la de los condes de Oxford con 7.000 manuscritos, 40.000 documentos y 50.000 libros además de la de Robert Bruce Cotton, pequeña (700 volúmenes) pero muy valiosa. A pesar de esto, tardó más de un siglo en convertirse en una institución importante y la renovación se debió a un emigrante italiano que llegó a Inglaterra en 1823, Antonio Panizzi. En 1856 se convirtió en su director y gracias a los elevados recursos que obtuvo para la compra de libros la convirtió en una de las colecciones más voluminosas del mundo.

Sir Hans SloaneRobert Bruce Cotton

Museo Británico

Panizzi

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La Real Biblioteca(España)

La Real Biblioteca fue fundada por Felipe V, junto a palacio como la biblioteca necesaria para reparar la decadencia “de los antiguos estudios de las buenas letras y demás artes que son necesidad” aunque posiblemente influyera notablemente la existencia de la Biblioteca Real Francesa.

Fundada en 1711 empieza con 2.000 volúmenes y 6.000 que fueron comprados en Francia. Los inventarios conservados de época de Carlos III revelan el predominio del libro impreso en la biblioteca si bien se debe a la iniciativa de este monarca la incorporación a la Real Biblioteca de la colección de manuscritos de lenguas de América reunidos por Celestino Mutis en 1787. Los primeros 8 bibliotecarios fueron todos jesuitas (4 franceses, un escocés y 3 españoles), aunque los más famosos fueron Juan de Iriarte, Gregorio Mayans Siscar, autor de la primera biografía de Cervantes, y Tomás Antonio Sánchez

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Las adquisiciones de libros más notables corresponden al reinado de Carlos IV. Entre las colecciones que ingresaron entonces cabe destacar las bibliotecas particulares de ilustrados como Mayans y Siscar y Francisco de Bruna, además se añaden los numerosos libros procedentes de las bibliotecas particulares del conde de Mansilla y del conde de Gondomar. De este último conserva la Real Biblioteca no solo su magnífica colección de libros impresos y manuscritos sino una copiosa correspondencia que asciende a más de 20.000 cartas. Por su especial condición de Librería de la Corona, ingresaron también en la Real Biblioteca fondos de carácter archivístico procedentes del Archivo General de Simancas y de la Secretaría de Gracia y Justicia. Así llegaron en 1807, los manuscritos de Francisco de Zamora, Manuel José de Ayala Areche y la colección Muñoz.

Mayans y siscar

Francisco de Bruna

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SIGLO XIX

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El rasgo más característico del siglo es la aparición de las bibliotecas públicas en los países anglosajones, Estados Unidos e Inglaterra fundamentalmente con la intención de favorecer a las clases sociales menos pudientes, tanto para su formación profesional como moral. Aparecen nuevos lectores ajenos a las familias ricas, científicos y eclesiásticos. Las tiradas aumentan y se obligan a cambiar las máquinas de los viejos talleres de impresión. Frente a las bibliotecas parroquiales ahora se dan los mechanics institutes el primero de los cuales se funda en Glasgow donde se daban charlas a los obreros explicándoles nociones científicas de interés para los obreros, además de clases propiamente dichas. Gracias a esto, se fueron formando pequeñas colecciones de libros que en ocasiones fueron el germen de importantes bibliotecas.

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En Estados Unidos la primera biblioteca pública se fundo en Peterborough en 1833 y en 1854 en Boston se creó la primera gratuita. Hay que incidir en la escases de libros existentes en las colonias americanas, así que en ocasiones su creación no fue tarea fácil.

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El mayor benefactor de las bibliotecas fue Andrew Carnegie, dominador de la industria del acero que donó la cantidad de 56 millones de dólares (de la época, principios del siglo XX) para la construcción de 2.509 bibliotecas en países de habla inglesa. En la obra “El evangelio de la riqueza” expuso sus ideas, que a ojos de hoy, podrían parecer a muchos disparatada: “El hombre rico debía vivir sin lujos y el exceso de sus ganancias emplearlo en la promoción y felicidad del hombre común”. Se consideraba distribuidor de la riqueza, pero no su dueño.

A cambio de la biblioteca, la ciudad debía comprometerse a contribuir a su mantenimiento. Aunque el boom americano empezó después de la Guerra de Secesión (1861-65), este espectacular crecimiento no se entendería sin la figura de Andrew Carnegie

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La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica

La biblioteca surgió con el siglo XIX cuando el Congreso americano se estableció en la ciudad de Washington. Al comienzo en una habitación, contaba con 3.000 volúmenes en 1814. Tras su incendio por las tropas británicas, se rehizo con los fondos del presidente Jefferson a cambio de $23.950 -6.500 volúmenes-

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Durante la década de 1850 el bibliotecario Charles Coffin Jewett de la Smithsonian Institution's agresivamente trató de mover esa organización para convertirse en la "Biblioteca Nacional de los Estados Unidos". Sus esfuerzos fueron bloqueados por el Secretario del Smithsonian Joseph Henry, que abogó por un enfoque en la investigación científica y la publicación. Henry despidió a Jewett en julio de 1854, terminando con los intentos del Smithsonian de convertirse en la Biblioteca Nacional, y en 1866 Henry transfirió del Smithsonian's 40.000 volúmenes de la biblioteca a la Biblioteca del Congreso.

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• El 24 de diciembre de 1851 el mayor incendio de la Biblioteca en la historia destruyó 35.000 libros, aproximadamente dos tercios de sus fondos (colección de 55.000 libros), entre ellos dos terceras partes de la donación original de Jefferson. Rápidamente en 1852 el Congreso consignó $ 168.700 para reemplazar la pérdida de libros pero no para la adquisición de nuevos materiales.

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La Biblioteca del Congreso se reafirmó durante la segunda mitad del siglo XIX en virtud del Bibliotecario Ainsworth Rand Spofford, que dirigió la Biblioteca de 1865 a 1897. En 1865 contaba ya con 82.000 volúmenes 7 empleados y luego, ayudado por una expansión global del gobierno federal y un clima político favorable, Spofford construyó un amplio apoyo bipartidista para la biblioteca como una biblioteca nacional y con un recurso legislativo, se inició la recopilación exhaustiva de autores americanos de cualquier materia , y llevado a la construcción de un nuevo edificio para albergar a la Biblioteca, y transformó el puesto de bibliotecario del Congreso en una posición de fortaleza e independencia.

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Entre 1865 y 1870, el Congreso consignó fondos para la construcción del Edificio Thomas Jefferson. La Biblioteca adquirió también la gran biblioteca del Smithsoniano y del historiador Peter Force. En 1876, la Biblioteca del Congreso de 300.000 volúmenes, estaba vinculada con la Biblioteca Pública de Boston como la biblioteca más grande de la nación. Cuando la biblioteca se trasladó desde el edificio del Capitolio para su nueva sede en 1897, había más de 840.000 volúmenes, el 40% de las cuales habían sido adquiridos a través de depósito de derechos de autor.

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Actualmente, la colección de la Biblioteca del Congreso incluye más de 30 millones de libros en 470 idiomas, más de 61 millones de manuscritos y la colección más grande de libros raros y valiosos, incluyendo una de las únicas cuatro copias en perfecto estado de la Biblia de Gutenberg, y el borrador de la Declaración de Independencia.

Edificio MadisonEdificio Thomas Jefferson

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• A la vez que la Biblioteca del Congreso, existen dos bibliotecas complementarias que reciben el nombre de nacionales. Por un lado la Biblioteca Nacional de Medicina en Behesda fundada en 1836 que cuenta acutalmente con 2 millones de volúmenes y la National Agricultural Library fundada en 1862 con un fondo similar a la anterior especializada en materias agrarias y científicas

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Las bibliotecas en Rusia

Las más importantes son dos. Por un lado la Pública e Imperial de San Petersburgo, fundada a finales del XIX cuando Catalina la Grande quiso fundar una gran biblioteca a base de libros incautados por las tropas rusas en Varsovia. Pronto compraron distintas colecciones nacionales que se sumaron a los 250.000 que trajeron de Varsovia. Tras la Revolución Soviética, se sumaron a sus fondos varios millones de obras procedentes de bibliotecas incautadas. En la actualidad posee 20 millones de piezas entre las que figuran 5.000 incunables.

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• Por otro lado tenemos la Biblioteca Nacional de Moscú que abrió en 1862 como parte del museo fundado por el conde Rumiantsev. Gozó pronto de depósito legar lo cual le permitió aumentar sus fondos además de conseguir importantes donaciones de escritores y científicos rusos como Tolstoi, Dostoievski, Chejov o Medeleyev. Actualmente tiene 30 millones de libros

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Las bibliotecas en Iberoamérica

En Iberoamérica las bibliotecas se forman con fondos procedentes de las misiones jesuitas que abandonan la zona a finales del siglo XVIII. En Argentina La Biblioteca Nacional fue creada por un decreto de la Primera Junta el 13 de septiembre de 1810, bajo el nombre de Biblioteca Pública de Buenos Aires. En 1823 la biblioteca contaba con más de 17.000 volúmenes y en 1893 la Biblioteca ya contaba con 62.707 volúmenes, entre ellos 21 incunables.

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En Perú, en 1821 el general don José de San Martín y Matorras fundó en Lima la "Biblioteca Nacional del Perú" donando 700 libros de su propiedad. El 10 de marzo de 1881, tras la entrada y ocupación de Lima por parte del ejército chileno durante la Guerra del Pacífico, se saquea la Biblioteca, aunque muchos de sus libros se abandonan en el camino de regreso pasando a propiedad de particulares.

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La Biblioteca Nacional de México fue fundada el 30 de noviembre de 1867 por el entonces presidente Benito Juárez, quien por decreto estableció definitivamente su sede en el templo de San Agustín. La biblioteca fue inaugurada el 2 de abril de 1884 y abrió sus puertas con aproximadamente 91 mil volúmenes.

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Pero la más importante de iberoamérica es la de Brasil, que actualmente contiene unos 8 millones de títulos. Su historia comienza con el terremoto de Lisboa de 1755. Tras éste, el entonces rey de Portugal José I y el primer ministro, el Marqués de Pompal, comenzaron a juntar lo que quedó de la Real Biblioteca y lo llevaron para organizar, en el Palacio da Ajuda (Palacio de Ayuda), una nueva biblioteca que rápidamente se tornó importante por el acervo que recopiló, en 1807, de alrededor 60,000 piezas, entre libros, manuscritos, incunables, mapas, monedas y medallas. Este acervo fue traído a Brasil después de la llegada de la familia real en 1808 como resultado de la invasión a Portugal por parte del Ejército francés comandado por Napoleón Bonaparte.

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Tras la Independencia de Brasil en 1822, paso a ser propiedad del Imperio de Brasil, después de la compra que quedó constatada en el Tratado de Amizade e Aliança (Tratado de Amistad y Alianza) firmado entre Brasil e Portugal el 29 de agosto de 1825, Entonces pasó a ser nombrada como la Biblioteca Imperial e Pública da Corte

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La Biblioteca de CortesTras la Revolución Francesa y el consiguiente saqueo de las bibliotecas españolas por tropas francesas e inglesas (se cree que se destruyeron o desmantelaron 2.000 bibliotecas), entraron en España nuevas ideas sobre la redistribución de los fondos bibliográficos existentes en los viejos monasterios. Bartolomé José Gallardo es nombrado bibliotecario de la nueva Biblioteca de Cortes que empezó con fondos sacados de dos bibliotecas de Cádiz, la de Guardias Marinas y la de Medicina y Cirugía. Sus fondos se nutrían de incautaciones pues las Cortes no destinaron fondos para la adquisición de libros. Así, de los 2.000 iniciales pasaron a 10.000 la mayoría apresados a súbditos franceses o españoles afrancesados. Consiguió de las Cortes la aprobación del Reglamento de Bibliotecas Provinciales por la que cada capital debía contar con una de ellas.

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• En 1814, restablecido Fernando VII en el trono, la Biblioteca fue disuelta y Gallardo huyó de España junto a otros liberales y de Lisboa pasó a Bristol y desde allí a Londres. Allí compuso una durísima silva donde juzga a todos los reyes españoles, desde los Católicos hasta Fernando VII, denunciando su mediocridad, crueldad y poco valer y demostrando en esa tarea no escaso conocimiento de la historia de España. Le puso el mismo título que una obra de Manuel José Quintana, El panteón de El Escorial.

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• En 1820, la sublevación del general Riego implantaba de nuevo el régimen liberal. Se abrieron las Cortes y su Biblioteca a cuyo frente se puso de nuevo Gallardo. Intentó recuperar los antiguos fondos así como comprar nuevas obras. Tras la intervención de los Cien Mil Hijos de San Luis en 1823, finaliza el trienio liberal y la Biblioteca se cierra en 1834. Los fondos se dispersaron, unos quedaron en Cádiz, otros pasaron a la Biblioteca Nacional y otros a la Academia de Historia

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