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FRASES CHILANGAS
A continuación, te presentamos una serie de frases que se
usan a diario en la Ciudad de México, también conocida
como Chilangolandia, el D.F., la capirucha, el Defectuoso.
Los habitantes (chilangos) de esta ciudad, tienen una
«particular» manera de expresarse. Entre su amplio léxico,
se han registrado las siguientes frases. ¡échales un ojo!
«ANDAR ECHO LA MOCHA»
Situémonos en los tiempos en que los ferrocarriles acababan de
llegar a México. Las locomotoras eran enormes e imponentes,
pero quien diga que el tamaño no importa está muy equivocado.
Su peso era su talón de Aquiles, pues las volvía lentas y poco prácticas
para ciertas labores. Poco tiempo después llegaron locomotoras más
pequeñas, destinadas a cumplir labores locales dentro de las
estaciones. No tenían las filas enormes de vagones como las otras, por
lo que eran mucho más rápidas. Estas locomotoras “mochas”
dieron origen a la frase “ir hecho la mocha”, o sea, ir de prisa.
¡ÉCOLE CUA!
Sabes que eres barrio y retro cuando en lugar de
decir “¡exacto!” dices “¡école cua!”. A pensar de que
esta expresión suena bastante ñera, tiene un
origen culto. Esta interjección que denota que
hemos dado en el clavo tiene origen italiano, y es la
mexicanización de la expresión “eccolo qua”, que
podría ser traducido como “aquí está”. Lo que
significa que al fin encontramos la solución a un
problema gordo, expresando sorpresa y beneplácito.
¡SEPA LA BOLA!
Esta frase surgió en los tiempos de la Revolución Mexicana. Aunque los
ideólogos de este movimiento eran en su mayoría clasemedieros, en los
levantamientos callejeros había de todo, campesinos, mujeres encabritadas,
militares... A este grupo tan dispar se le conocía como “la bola”, una bola
de gente bien diferente que lo único que tenía en común era querer tirar la
dictadura de Porfirio Díaz (Don Porfis, pa’ los cuates).
Cuando había destrozos o saqueos y no había a quién echarle la culpa,
la gente simplemente decía que había sido “la bola”. Desde entonces decir
“sepa la bola” es una manera de expresar “a mí ni me veas, yo qué” cuando
alguien pregunta quién es el responsable de algo.
¡AGUAS!
En los tiempos de la Colonia era muy común no
tener un sistema de drenaje en casa, así que la
manera más práctica de deshacerse del agua puerca
era tirarla por los balcones. Esta agua era el
producto del aseo de los trastes, la ropa y por
supuesto, de las bacinicas. Para avisar que esta agua
iba a ser arrojada y no le cayera a algún pobre
incauto, se gritaba “aguas”. Qué bueno que en
aquel entonces no existían los audífonos.
«ANDAR DEL TINGO AL TANGO»
Tingo, conocido también como Villa de Tingo, es un poblado
peruano que pertenece a Arequipa. Geográficamente, Perú se
ubica al noroeste de Argentina, país originario del tango.
Andar del tingo al tango significa entonces, literalmente,
andar de arriba para abajo, de Perú a Argentina.
Los chilangos usamos una variante local con el mismo
significado: andar como calzón de ****. Bueno, dejémoslo en
"andar como prenda íntima de mujer de la vida galante".
¡LA TERCERA ES LA VENCIDA!
Existen dos teorías acerca del origen de esta frase: la primera es en la
lucha cuerpo a cuerpo, donde al derribar tres veces al oponente, el
contendiente salía victorioso. La tercera caída a la lona se convierte
entonces en la victoria segura, el fin de la lucha.
Sin embargo, la teoría más aceptada (y también la más oscura) se remonta
al ejercicio del derecho en los siglos XVI y XVII. En aquellos tiempos, si
un ladronzuelo reincidía y se le encontraba culpable de hurto tres
veces, se le colgaba en plazas públicas como muestra de que la
autoridad no se andaba con jueguitos. Para el pobre caco, la tercera era la
vencida.
¡ERES UN CULERO!
La palabra “culero” tiene diferentes significados dependiendo de la
latitud geográfica. Mientras en España es un adjetivo que se le da a
los huevones que dejan todo al último, en México lo utilizamos para
designar a una persona mal intencionada. Ser culero es ser malo
como carne de puerco con cisticercos. ¿Pero de dónde viene la
palabra?
En Cuba, culero es un sinónimo de pañal. O sea, lo que se le pone al
bebé en el culo. Al adoptar el término en México lo hicimos en el sentido
más literal: un culero es una persona llena de mier...coles. Ahora
todo tiene sentido.
«DARLE VUELO A LA HILACHA»
Esta frase la usaban nuestras abuelas para decir que alguien
andaba en malos pasos. La palabra “hilacha” literalmente
significa “pedazo de hilo que se desprende de la tela”. La RAE
también lo señala como “residuo o vestigio”. Así, darle vuelo a
la hilacha significa cometer actos que terminarán por
destruir o desgastar el tejido sin medir las consecuencias.
Un equivalente más actual sería “irse como hilo de media”. O
dejarse ir como chivo en cristalería. O como gorda en
tobogán. No si para frases, los mexicanos somos finos.
«YA SE ARMÓ LA GORDA»
Aunque la primera imagen que nos viene a la cabeza es una suegra
tomando un cuerno de chivo, el origen de esta frase es totalmente
diferente. “La Gorda” era el nombre con el que los andaluces
conocieron a la Revolución Española de 1868, que puso en tela de
juicio el reinado de Isabel II.
Hubo muchos intentos de levantamiento, pero sólo la Gran Revolución, La
Gorda, fue capaz de tumbar al régimen monárquico. Decir que se armó
la gorda es decir que se armó la revolución, pero la grandota, la
chida, la mera mera.
«UN OJO AL GATO Y OTRO AL GARABATO»
En los viejos tiempos no habían refris, mucho menos las maravillas de
hoy que hasta hielitos hacen. ¿Cómo conservaba la gente sus alimentos
frescos? En el caso de las carnes, se preparaban embutidos que
aguantaban más el proceso de descomposición. Estos embutidos se
colgaban en fierros conocidos como “garabatos”
Antiguamente todas las casas contaban con al menos un gato, que era
la manera más sencilla de mantener a raya a los ratones. Sin embargo
los felinos solían treparse a los garabatos para atascarse los chorizos de
la casa, por lo que había que estar con un ojo al gato y otro al garabato.
EL QUE QUIERA AZUL CELESTE, ¡QUE LE CUESTE!
Antiguamente, el lapislázuli era un mineral casi tan
preciado como el oro por el costo de su extracción y
transportación. El azul celeste ocupado para los cielos de los
retablos de las iglesias se obtenía mezclado lapislázuli con blanco.
Ya se pueden imaginar: ponerle azul a los cuadros era carísimo.
Los jerarcas de la Iglesia terminaron adoptando esta frase como
analogía y se la aplicaban a sus feligreses: “¿quieren entrar al
azul reino de los cielos? Pues órale, paguen el precio”.
«DAR GATO POR LIEBRE»
Aunque Tepito se pinte solo para la piratería, este fenómeno no nació en el Barrio
Bravo ni es exclusivo de nuestros tiempos. La frase “dar gato por liebre” es una
referencia constante en las obras literarias del Siglo de Oro en España, siendo
Quevedo uno de los autores que más la usaban. Esta frase se empleaba porque en las
hospederías o mesones, con tal de ahorrarse un dinerito, a veces se usaba carne de
dudosa procedencia, llegando a reemplazar el conejo o el cabrito por carne de gato.
Para tranquilizar a sus comensales, los dueños de los establecimientos recitaban en
la mesa el siguiente conjuro: “si eres cabrito, mantente frito; si eres gato, salta
al plato”. Y como la carne nunca saltaba, se daba por sentado que no era carne de
gato. ¿Cómo la ven desde ahí?
¡AQUÍ HAY GATO ENCERRADO!
Ya que andamos gatunos, la frase “aquí hay gato encerrado” tiene un
origen curioso. Aunque nos imaginemos a un simpático felino siendo
víctima de encierro, la palabra “gato” en ese dicho se refiere a un
bolso donde se guarda dinero, el clásico costalito de monedas que
vemos en las películas que retratan la Edad Media. Cuando la gente
quería viajar con un dinerito sin ser asaltados en los caminos, cosían
estos bolsitos con dinero en alguna parte oculta de la
ropa. Cuando este bolso secreto era descubierto se decía “aquí hay
gato encerrado" y el pobre dueño era despelucado de sus moneditas.
¡ERES UN AVE DE MAL AGÜERO!
El pájaro de mal agüero (primo del pájaro meaplacas y el pájaro con
suelas) tiene un origen que se remonta a la antigua Roma. Aunque
los romanitos parecían muy civilizados, realmenteeran muy
supersticiosos y tomaban todas sus decisiones importantes
consultandooráculos. Uno de los ritos de adivinación más comunes
era predecir acontecimientos basados en el vuelo de buitres o
cuervos. Si el ave era portadora de malas noticias, se decía
que era un ave de mal agüero. Desde entonces y hasta ahora, se
usa esta frase para designar a las personas que están saladas.
¡EN UN SANTIAMEN!
Todos (o casi) hemos estado en una misa y hemos
experimentado las ganas de picarnos los ojos una y
otra vez gracias al aburrimiento. Esto no es nada
nuevo. Desde que las misas se oficiaban en latín,
la gente esperaba la bendición del padre para
huir del recinto. La expresión en un “santiamén” se
refiere a decir la última parte de la expresión “In
nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti,
Amén” a toda prisa, todo para huir lo más rápido
posible de la iglesia.