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La Radio en la Literatura: CHE Juan Franco Crespo - España Página 1 LA RADIO EN LA LITERATU RA: CHE “La Revolución Cubana tuvo toda la apariencia del triunfo del heroísmo individual“ [Sebastián Balfour]

La radio en la literatura: CHE

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LA RADIO

EN LA

LITERATU

RA: CHE

“La Revolución Cubana tuvo toda la apariencia del triunfo

del heroísmo individual“

[Sebastián Balfour]

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Jon Lee Anderson. Emecé Editores,

Barcelona 1997, 704 páginas.

Leer te hace más libre, más realista, más

juicioso. Incluso, más feliz. Obras como esta

nos hacen creer que los seres humanos estamos

hechos de metales variados y sensibilidades

prodigiosas. Un trabajo donde, a pesar de la

controversia que provoca el personaje, a veces,

incluso lo humaniza. Lógico advertirlo, no es

una obra no apta para los idolatradores,

posiblemente sea la mejor que se hizo nunca

sobre el guerrillero argentino.

Se trata de un relato de extraordinaria

calidad [no sólo literaria] sino de profundidad

en el análisis. Personalmente me alegró mucho

más la parte humana, la de los viajes

introspectivos, no su agenda guerrillera. Pero

eso es algo que en nada tiene que ver con la

calidad del trabajo de Anderson. ¡Fabulosa!, y

como el tema radial es muy denso, como el

mismo libro, vayamos directos a lo que nos

concierne en La radio en la literatura.

“Sospechaban que el propietario alemán de

un hotel en otra localidad encubría a un grupo

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de espías nazis que se comunicaban

clandestinamente por radio con Berlín, pero

debido al fuerte dispositivo de seguridad no

pudieron obtener informes precisos”. [39]

“Ernesto regresó furtivamente a la pequeña

comunidad serrana de La Cumbre, el lugar de

recreo preferido por la aristocracia terrateniente

cordobesa, donde el grupo de su padre había

espiado un hotel fuertemente vigilado donde

sospechaban que se hallaba la sede de

operaciones nazis en el interior de Argentina,

equipada con un transmisor de radio

clandestino que utilizaban para comunicarse

con Berlín”. [46]

“Además, no estaba solo. Meses antes se

había casado con su amante, una joven rubia,

actriz de seriales radiofónicos, llamada Eva

Duarte. Aunque nadie lo sabía, la huella que

dejaría “Evita” en la conciencia popular

argentina sería al menos tan profunda como la

de su esposo”. [53]

“Hay una radio clandestina que incita a la

revuelta y los periódicos de oposición también

lo hacen, así que no sería extraño que con ayuda

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de la UF (United Fruit) nos manden una

pequeña revolución para no perder la

costumbre… Creo que si Estados Unidos no

interviene directamente (lo que no es probable

por ahora) Guatemala puede aguantar bien una

intentona de este tipo, y tiene las espaldas

cubiertas porque hay mucha gente en México

que simpatiza con el movimiento…” [140]

“Un grupo de militares pidió a Arbenz que

echara a los comunistas que ocupaban puestos

en el gobierno. El presidente respondió que los

temores eran infundados y que los comunistas

estaban controlados. Pero muchos oficiales

estaban inquietos. El 5 de junio, un jefe retirado

de las fuerzas aéreas se rebeló y poco después

su voz apareció en las emisiones de radio de

la CIA.

La emisora autodenominada La voz de la

Liberación, dirigida por el agente de la CIA

David Atlee Phillips, exhortaba a los

guatemaltecos a apoyar al “Ejército de

Liberación” y creaba la impresión de que éste

tenía miles de combatientes. Para azuzar los

temores de los militares, acusaba a Arbenz de

querer disolver las fuerzas armadas y entregar

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las armas a los sindicatos dirigidos por los

comunistas para formar “milicias campesinas”.

[143]

“El 24 de junio, los invasores tomaron el

pueblo de Chiquimula, donde Castillo Armas

instaló el cuartel general de su “gobierno

provisional”. La Voz de la Liberación hacía

sonar los tambores de guerra para crear la

impresión en sus oyentes de que el ejército

libertador era una fuerza avasalladora, que

obtenía victorias a diestro y siniestro mientras

los defensores del gobierno caían derrotados”.

[146]

“Fidel acusó públicamente al régimen de

maquinar su muerte y la de su hermano. El 16

de junio, tras haberle prohibido hablar por

radio, la policía clausuró el principal vehículo

de expresión que le quedaba, el periódico La

Calle”. [166]

“El clima político cubano se recalentaba.

En abril la policía descubrió una conspiración

de oficiales del ejército para derrocar a Batista.

Una célula del Directorio intentó asaltar una

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radio de La Habana, y uno de sus miembros

resultó muerto a tiros”. [183]

“Las noticias del mundo exterior llegaban

por radio a través de transistores o, más

frecuentemente, por el eficiente “boca a boca”

conocido como Radio Bemba!”. [207]

“Los rebeldes escuchaban ansiosamente

la radio, pero no difundían noticias sobre las

actividades del ejército”. [213]

“Fidel, a pesar de lo que aseguraba el

gobierno, estaba vivito y coleando. Su aparición

en el diario más influyente de Estados Unidos

era un triunfo publicitario mayúsculo para el

dirigente rebelde.

La batalla periodística continuó con todo

vigor durante varios días; los rebeldes la

seguían con regocijo por la radio. Alcanzó el

clímax el 28 de febrero, cuando el New York

Times publicó una foto de Matthews con Fidel,

desmintiendo drásticamente la afirmación

temeraria del gobierno de que todo era un

invento del periodista. Cuando el comandante

militar de Oriente se jactó de que era

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“físicamente imposible acceder al lugar donde

se produjo la entrevista imaginaria”, sólo dio

mayor credibilidad a la pretensión de Fidel de

ser invencible e inalcanzable.

Tras el gran triunfo en los medios de

comunicación llegó la mala noticia de que

Frank País y Armando Hart estaban en la

cárcel. El 13 de marzo, mientras esperaba a los

voluntarios rebeldes en casa de Díaz, el Che

escuchó los primeros boletines radiofónicos

sobre un atentado contra Batista en La

Habana. Grupos armados del Directorio

Revolucionario encabezados por José Antonio

Echevarría, juntamente con miembros del

Partido Auténtico de Carlos Prío, habían

asaltado temerariamente el Palacio Presidencial

a plena luz del día y tomado la emisora Radio

Reloj de La Habana, que transmitía durante

las veinticuatro horas. Pero los dos asaltos

fracasaron y en los tiroteos cayeron más de

cuarenta personas. Entre los muertos estaban

Echevarría y sus seguidores, cinco guardias del

palacio y un turista norteamericano que se

encontraba allí por casualidad. Batista, que

irónicamente en el momento del atentado estaba

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leyendo un libro sobre el asesinato de Lincoln

Abraham (sic), resultó ileso”. [228/229]

“Hombres y mulas llegaban a diario con

provisiones. Llegó la noticia de que los

periodistas gringos Robert Taber y Wendell

Hoffman, de la cadena CBS, irían a entrevistar

a Fidel, acompañados por Celia Sánchez y

Haydée Santamaría. Celia no había tardado en

conseguir periodistas dispuestos a ir a la sierra,

pues los artículos de Herbert Matthews en el

New York Times sobre Fidel y la rebelión en

Cuba habían despertado el interés de la prensa

norteamericana. Taber prepararía un programa

para la radio de la CBS, y además iría

acompañado por un cámara porque tenía

intención de filmar un documental para la

televisión”. [235]

“Mientras esperaban el aviso de dónde y

cuándo tendría lugar la entrega de armas, la

radio difundió la noticia de que la causa

rebelde había obtenido una importante victoria

simbólica.

La función de intermediario entre le

periodista y Fidel le resultaba cada vez más

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molesta: “He inventado cualquier cosa para

disculparle, pero la verdad es que la forma de

actuar [de Fidel] es muy chocante; a la hora de

la fotografía no se ha movido de la hamaca

donde estaba leyendo Bohemia con aire de

majestad ofendida y al final ha echado a todos

los miembros del Estado Mayor. La entrevista

para la radio ya está traducida y solamente

falta grabarla; por la noche seguía el mal humor

de Fidel, que no ha querido grabarla; lo ha

dejado para mañana y se ha negado a comer con

nosotros alegando lo mala que era la comida.

La situación mejoró cuando Fidel por fin se

dignó concederle la tan esperada entrevista.

Pero el 18 de mayo la radio informó que la

película de Taber, La historia de los

combatientes de la selva cubana, y la entrevista

con Fidel se difundirían al día siguiente en

Estados Unidos. Molesto por la noticia, St.

George partió sin despedirse”. [237/238]

“Los rebeldes partieron hacia el interior de

la sierra. Cuando estaban acampados en las

montañas, escucharon un informe alarmante

por la radio: una expedición rebelde armada

había desembarcado en Mayarí, en la costa

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norte de Oriente, y se había topado con una

patrulla militar; se decía que cinco de los

veintisiete hombres habían caído presos. Los

fidelistas no sabían que era el Corintia, un

buque que había zarpado de Miami cinco días

antes al mando de Calixto Sánchez, hombre del

Partido Auténtico y veterano del ejército de los

Estados Unidos”. [239]

“El 1 de julio fue un mal día para él (se

despertó con asma y pasó el día tendido en la

hamaca), pero interesante en cuanto a

novedades, ya que la radio informaba sobre

acciones de los rebeldes que tenían lugar en

toda la isla”. [244]

“Daba mucha importancia a los proyectos

periodísticos del Ejército Rebelde, ya que eran

el medio para violar la censura impuesta por el

gobierno y contrarrestar la desinformación

difundida por los militares. Había conseguido

una multicopista nueva para imprimir El

cubano libre, y uno de sus proyectos más

ambiciosos era la instalación de un pequeño

transmisor de radio. Radio Rebelde comenzó

a emitir en febrero”. [275]

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“Querido Chancho: El portador es un

periodista amigo que quiere hacer un programa

para Radio El Mundo de Buenos Aires. Por

favor, trátalo bien, es un buen hombre.” Rojo

firmó El Francotirador, el mote que había

intercambiado con Guevara durante las

correrías por Centroamérica, sin saber que su

joven amigo ya se lo había apropiado”. [282]

“Masetti volvió a Argentina con su

reportaje exclusivo: había entrevistado a Fidel y

al Che, y éste había hablado por primera vez a

una audiencia radiofónica internacional.

También regresó con un mensaje grabado del

Che para su familia. La visita de Masetti fue un

hecho excepcional para el clan Guevara, porque

durante el año anterior habían recibido pocas

cartas de su “Ernesto”. [283]

“La visita de Masetti fue para los Guevara

la consagración de la fama de su hijo

Escucharon la grabación que les había llevado

el admirador más reciente de Ernesto y las

entrevistas transmitidas por Radio El

Mundo”. [284]

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“Cuando la radio anunciara la

convocatoria de huelga, los rebeldes iniciarían

ataques armados en La Habana y en todo el

país. Faustino Pérez, recientemente liberado de

la prisión, organizaría la huelga en La Habana.

Mientras tanto, Fidel preparaba su ejército en

previsión de una insurrección a gran escala”.

[286]

“Como salvaguarda adicional, Fidel quería

consolidar la infraestructura del Ejército

Rebelde. Por eso trasladó Radio Rebelde y El

cubano libre de La Mesa a su cuartel en La

Plata”. [289]

“En mayo, Jules Dubois, el corresponsal

del Chicago Tribune, aprovechó el nuevo

transmisor más potente de Radio Rebelde

que le permitía el enlace con el mundo exterior

para entrevistar a Fidel desde Caracas. Sus

preguntas se centraron en las presuntas

relaciones del líder rebelde con el comunismo”.

[293]

“En medio de la ofensiva del ejército, el

Che recibió una carta de su madre desde

Buenos Aires. En vísperas de la batalla, había

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utilizado el nuevo transmisor de radio de

Sierra Maestra para llamarla, y ella le

escribía para felicitarle en su trigésimo

cumpleaños.” [297]

“Enterado de la crisis por la prensa, Fidel

replicó con una orden a Raúl transmitida por

Radio Rebelde, de liberar a los rehenes. En

unas declaraciones públicas muy mesuradas,

dijo que la captura de rehenes no era la política

del movimiento, pero tales acciones eran

comprensibles en vista del envío de cohetes

norteamericanos a Batista”. [300]

“Fidel ordenó a uno de sus hombres que se

hiciera pasar por soldado de comunicaciones

del ejército y transmitiera por radio a las

fuerzas aéreas que los rebeldes habían tomado

el campamento. El ardid surtió efecto: los

aviones bombardearon las fuerzas de Quevedo

y sembraron el pánico en sus hombres.

El día de la rendición de Quevedo, Radio

Rebelde anunció la firma del “Pacto de

Caracas”. Firmado previamente por Fidel en

nombre del Movimiento 26 de julio, el pacto

reunía a ocho grupos de oposición”. [301]

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“Fidel envió nuevas columnas al llano de

Oriente y Camagüey, y dio a Juan Almeida la

orden de empezar a rodear la ciudad de

Santiago. Asimismo soltó las riendas de los

grupos de acción urbana, los que en septiembre

habían realizado una serie de acciones

espectaculares, entre ellas la destrucción de dos

emisoras de radio del gobierno y el incendio

de Rancho Boyeros, el aeropuerto más

importante del país”. [311]

“En su última hazaña, de la que aún se

recuperaba, había asaltado una emisora de

radio en Pinar del Río en pleno día con un

cartucho de dinamita en una mano y una pistola

en la otra. Al encender la mecha, sin saber

cómo. Se prendió fuego. Tras quitarse la ropa

en llamas, en calzoncillos, y con graves

quemaduras en las piernas, salió a la calle en el

momento en que estallaba el edificio, y chocó

con un agente de policía. Por suerte, éste huyó

despavorido. Suárez Gayol corrió por la calle,

pistola en mano, y se metió en la casa de una

anciana”. [318/319]

“En el centro emisor de radio de la

CMQ, hizo detener la marcha; salió al aire para

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dirigirse a la ciudad y pedir el apoyo civil. Poco

después, los bombarderos B-26 y los nuevos

cazas británicos Sea Fury fueron a bombardear

y ametrallar las afueras de la ciudad en busca de

los guerrilleros”. [330]

“A primera hora del día siguiente, Radio

Rebelde anunció la toma del tren blindado y

desmintió la muerte del Che. “Para tranquilidad

de sus parientes en Sudamérica y de la

población cubana, les aseguramos que Ernesto

Guevara está vivo y en la línea de fuego y…

muy pronto tomará la ciudad de Santa Clara”.

[332]

“En Buenos Aires, los Guevara celebraban

el Año Nuevo cuando oyeron por la radio la

noticia de la fuga de Batista. Exactamente dos

años después de que una mano misteriosa

entregara la carta de “teté” con la confirmación

de que estaba vivo, los Guevara tenían nuevos

motivos de júbilo: las agencias internacionales

informaban de que las columnas rebeldes

conducidas por Che Guevara y Camilo

Cienfuegos avanzaban hacia La Habana”. [339]

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“El periodista Luis Orlando Rodríguez,

viejo amigo de Fidel que había ayudado a

instalar Radio Rebelde y publicar El Cubano

Libre, fue designado ministro del Interior”.

[346]

“Un incidente acabó por provocar la crisis.

Guevara Lynch fue a casa de un

radioaficionado para comunicarse con sus

amigos en Buenos Aires. Su “Comité de

Apoyo a Cuba” en Argentina había comprado

un transmisor de onda corta, pero no habían

podido utilizarlo para comunicarse con Radio

Rebelde porque la guerra ya estaba demasiado

avanzada. Guevara Lynch quería probar el

equipo, y pasó la tarde hablando con Buenos

Aires. Aquella noche su hijo le regañó. “Viejo,

has sido imprudente. Hablaste por onda corta

con Buenos Aires desde la casa de un

radioaficionado que es un

contrarrevolucionario”. Guevara Lynch se

disculpó, dijo que su conversación había

evitado los temas políticos, y no se volvió a

hablar del asunto. Sin embargo, más tarde

comentó: “Era evidente que los servicios de

información del incipiente gobierno

revolucionario [ya] funcionaban”.

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“El Che se tomó un breve descanso de sus

deberes revolucionarios para llevar a su familia

a conocer Santa Clara y sus antiguos refugios

en el Escambray, a la familia de Aleida y a los

campos de batalla donde había combatido. Pero

tuvo que volver a La Habana, de manera que en

Pedrero los dejó al cuidado de dos soldados

para que los condujeran a caballo a conocer su

antigua comandancia en el monte. Allí Guevara

Lynch provocó otro incidente cuando, movido

por la curiosidad, descolgó el teléfono de

campaña del antiguo cuartel general. Los guías

le dijeron que se usaba para comunicarse con el

transmisor de radio vecino y que estaba

desconectado. Por eso se quedó pasmado al

escuchar una voz en la línea. “¿Quién es

usted?”, preguntó Guevara Lynch. “¿Y quién es

usted?”, preguntó a su vez el otro. “Soy el padre

del Che”, replicó. El otro bufó, lo insultó con

tono amenazante y colgó.

Alarmados, los escoltas trataron de

reanudar la comunicación por radio, pero al

no recibir respuesta se fueron a investigar.

Durante su ausencia, el padre del Che se dejó

llevar por su imaginación excesivamente viva.

“Empecé a preocuparme. ¿Quiénes eran las

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personas que estaban al otro lado de la línea? Si

eran contrarrevolucionarios, podían atraparnos

fácilmente porque sólo teníamos dos soldados

de escolta y estábamos armados sólo con

pistolas. Hubiera sido un golpe magnífico para

los contrarrevolucionarios hacer prisioneros al

padre, la madre y los hermanos del Che.

Guevara Lynch condujo a su esposa, hija e

hijo menor al interior de una cueva fortificada.

“Si se acercaban extraños, mi yerno Luis y yo

resolvimos defender la entrada a tiros:” Pero

poco después regresaron los escoltas,

sonrientes. En la estación de radio habían

encontrado a unos milicianos que desmontaban

el transmisor en el precioso momento en que

llamó Guevara Lynch”. [362/363]

“Mientras esperaba su visado, Alexiev

estudiaba las noticias procedentes de Cuba; para

respaldar sus credenciales falsas de periodista,

hacía comentarios favorables a la revolución

cubana a través del servicio latinoamericano

de Radio Moscú. Pasaba el tiempo, llegaban

más noticias de la isla caribeña y el cinismo

inicial de Alexiev empezaba a disiparse; sentía

renacer el entusiasmo que había experimentado

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veinte años antes, cuando era un joven de

dieciocho, en la combativa República

Española”. [372]

“Pero Fidel tenía otros motivos. Pardo

Llada era un hombre inteligente, respetado

como periodista y como ex político de la

oposición; su programa diario de radio tenía

una audiencia enorme en la isla; en suma, sería

un factor peligroso en la inevitable ruptura que

se avecinaba y por eso debían encontrarle un

puesto desde el que no constituyera una

amenaza”. [382]

“El periodista reanudó su trabajo como

comentarista de radio, cada vez más

preocupado por el rumbo político del país”.

[383]

“El ministro del Interior, Luis Orlando

Rodríguez, era un viejo amigo de Fidel que

había ayudado a fundar Radio Rebelde en

Sierra Maestra, pero esto no le salvó de la

destitución”. [389]

“Casals era una actriz conocida, comunista,

fidelista leal y locutora de Radio Rebelde en

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Sierra Maestra. Alexiev, que la había

conocido el verano anterior en Moscú, le pidió

que lo presentara al Che. Violeta accedió a

concertar el encuentro. Mientras esperaba, la

actitud de Alexiev fue muy discreta y envió

algunos despachos para TASS con el fin de

guardar las apariencias”. [391/392]

“Sin prestar atención al escándalo público,

la CIA siguió adelante con sus planes; empezó

a transmitir propaganda anticastrista a

Cuba desde una emisora de radio instalada

en la diminuta isla de Swan, junto al

archipiélago de las Caymán (sic). El operador

de la emisora era David Atlee Philips [un viejo

conocido agente de la CIA en este campo, ya

actuó en las revueltas contra Arbenz a través de

La Voz de la Liberación], el mismo que seis

años antes, en Guatemala, había sido el primero

en alertar a la Agencia sobre Ernesto Guevara.”

[419]

“Horas después del desembarco, anunciado

con fanfarrias por el transmisor de Radio

Swan de la CIA, Fidel movilizó sus fuerzas

para atacar a los invasores. En lugar de avanzar

tierra adentro, éstos se atrincheraron en la playa

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a la espera de refuerzos. No los hubo. A media

mañana comenzaron los combates. Pero al alba

del día siguiente, Dulles informó a Kennedy

que los exiliados estaban inmovilizados; sin la

intervención de Estados Unidos, los

aniquilarían. Kennedy se negó a dar la orden y

sólo autorizó el apoyo aéreo mínimo”. [449]

“Federico Méndez fue a que le enseñaran a

utilizar la radio de campaña y Bustos a

realizar un curso intensivo sobre el arte de las

claves secretas y la criptografía que duró una

semana. Le enseñaron un sistema soviético de

claves basadas en diez números que jamás se

repetían. “Todo era estilo James Bond –

recordó-. Uno quemaba los papeles después de

usar las claves”. [481]

“En una cueva estaba instalada la radio,

que utilizaban para comunicarse por medio de

mensajes cifrados con La Habana, cuyo nombre

en clave era “Manila”. La red urbana de La Paz

empezaba a consolidarse; bolivianos como

Rodolfo Saldaña, “Coco” Peredo y “Loro”

Vázquez-Viaña” (propietario de la finca) iban y

venían con provisiones, mensajes, reclutas y

armas”. [607]

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“Otro problema muy grave, era que el

transmisor estaba estropeado: podían recibir

mensajes de “Manila”, pero no enviarlos”.

[614]

“Lo más apremiante era evitar la

aniquilación. Escuchando los informes que se

daban por radio, el Che llegó a la conclusión

de que el ejército conocía perfectamente la

posición de su grupo. Ordenó que se excavaran

cuevas para depositar las armas en un

campamento más pequeño que llamaron “El

Oso” por haber matado allí un oso

hormiguero”. [615]

“El ejército había descubierto el

campamento original y hallado las fotografías,

entre otros indicios de su presencia. Un grupo

de periodistas había visitado el lugar; el 11 de

abril escuchó a un reportero decir por la

radio que había visto la foto de un hombre “sin

barba y con una pipa”. [616]

“Pero no pudieron engañar a los soldados,

que los detuvieron en cuanto entraron en el

pueblo. Al enterarse, el Che anotó cuáles eran

las posibilidades de que sobrevivieran: la

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situación de Bustos “parece mala”, pero Debray

“probablemente” saldrá bien.

Al día siguiente, oyeron por la radio la

ominosa noticia de que “tres mercenarios

extranjeros” habían “muerto en la batalla”. El

Che escribió en su diario que tomaría

represalias si era cierto que el ejército los había

asesinado. Por suerte para los tres, el reportero

de un periódico local los había fotografiado

cuando estaban con vida. Posiblemente la

publicación de esa foto salvó sus vidas, porque

a fin de mes se dijo que estaban en la cárcel de

Camiri”. [617]

“Buscando en vano la patrulla de

retaguardia comandada por “Joaquín”, y

tratando de obtener agua y alimentos. Se

perdían, a veces se topaban con una patrulla

militar, y escuchaban Radio Habana, que era

su único contacto con el mundo exterior”. [622]

“Los dirigentes urbanos como Loyola

Guzmán, Rodolfo Saldaña y Humberto

Vázquez-Viaña no sabían qué hacer, y se

limitaban a escuchar los boletines de la radio

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comercial con la vana esperanza de recibir

algún mensaje del Che”. [623]

“Esta posibilidad quedó eliminada a

mediados de agosto, cuando escucharon por

radio la noticia de que el ejército había

encontrado los últimos depósitos de provisiones

de Ñancahuazú. “Ahora estoy condenado a

sufrir el asma por tiempo indefinido –escribió-.

También se llevaron todo tipo de documentos y

fotografías. Es el golpe más duro que nos han

dado. Alguien habló. ¿Quién? Eso es lo que no

sabemos”. [624]

“Radio Habana informó de que los checos

rechazaban su mensaje a la Tricontinental. “Los

amigos [checos] me llaman el nuevo Bakunin y

deploran la sangre que se ha derramado y que

será derramada si hay tres o cuatro Vietnams”.

Siempre atento a las noticias sobre

“Joaquín”, esperaba que la radio informara

sobre escaramuzas o actividad rebelde en otras

zonas. Buscaba la columna perdida al norte del

Río Grande porque daba por sentado que se

había dirigido hacia allí, pero en realidad

“Joaquín” había permanecido al sur del río”.

[625]

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“Radio Habana informó que la

conferencia de la Organización

Latinoamericana de Solidaridad reunida en la

capital cubana había “recibido un mensaje de

apoyo al ELN”; un mensaje, comentó, que sólo

pudo llegar por un “milagro de la telepatía”.

[628]

“La radio difundía noticias sobre la gran

movilización militar en curso; en un boletín se

hablaba de 1.800 soldados en la zona; otro

decía que “el Che Guevara estaba rodeado en

una quebrada”; otro, que sería “juzgado en

Santa Cruz”. [631/632]

“Después ató las manos del Che con su

propio cinturón. Envió un mensaje por radio

a Vallegrande y después de ordenar a los

soldados que vigilaran al Che y a Willy, volvió

al combate.

A las 15.15, el teniente coronel Selich

recibió por radio el informe sobre el “combate

sangriento” que libraban los Rangers con “el

grupo de Rojos comandados por CHE

GUEVARA!”. [633]

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“Selich no recibió con agrado al agente de

la CIA; lo vigiló estrechamente y observó que

llevaba, además de un potente

radiotransmisor de campaña, una cámara con

lente especial para fotografiar documentos”.

[634]

“Bajo la mirada suspicaz de Selich, “Mister

Félix Ramos [Rodríguez]… instaló su radio

portátil y transmitió un mensaje cifrado… a

un lugar desconocido”. [635]

Hasta aquí lo que dio de sí la voluminosa

obra sobre el CHE. Que cada uno extraiga las

consecuencias, evidentemente, una vez más,

alienados de izquierdas o fans del castrismo

deberían abstenerse de leerla. Aunque no estaría

de más darle unas cuantas horas de análisis para

anticiparnos a lo que el populismo depara no

sólo a los que “quedan atrapados en su tela de

araña momentáneamente”, sino a la totalidad de

la población que se ve engullida en ese delirio

colectivo que no tiene explicación. Para

muestra basta pensar en el drama de Grecia o el

de Venezuela que, parecen, no son suficientes

para abrir las mentes al resto del orbe.

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Esa facilidad que tiene nuestra sociedad de

culpar al otro [o como dicen en Ecuador: La

culpa es de la vaca, unos libritos bastante

esclarecedores y que la gente debería de leer

como hacen por allí, aunque parece que

tampoco les abre los ojos a juzgar por lo que

votan] de todos su males y, como decían en mi

pueblo “que cada palo aguante su vela”. En el

triángulo del Nordeste la palabra clave es

¡Pobret! (Pobrecito) y así se exonera al

individuo de su responsabilidad ante la

sociedad en la que está inmerso. Por supuesto:

la factura la pagamos todos, incluso los teóricos

beneficiados de unas medidas populistas que

todavía los acaban empobreciendo más. ¿Hasta

cuándo? Los empecinados todo lo fían al

referéndum, mientras la economía se hunde y

cada vez estamos más lejos de Ítaca.

JUAN FRANCO CRESPO

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