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Tango y cultura popular n° 162

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TANGOY C U L T U R A P O P U L A R

F E B R E R O 2 0 1 6 • N º 1 6 2 • A Ñ O X V I I

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Dirección:Ricardo Schoua

Tema musical de fondo: Uno (Mores-Discepolo) -

El último café (Stamponi-Castillo)Intérprete: Carlos “Tata” SantanaDe su CD A solas con mi guitarra

Colaboradores:María José Lavandera

Ángel Mario HerrerosAlberto Wainer

Diseño:Adriana Rolón

Ilustración tapa:Leonardo D’Aquila y Antonia Lema

Ilustración contratapa:Gardel, arte pop de Pablo Lobato

Las notas firmadas no reflejan necesariamente la opinión del editor.

Para comunicarte con [email protected]

www.tangoyculturapopular.comwww.tycp.com.ar

Tel: (0341) - 4355629Rosario - Santa Fe – Argentina

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Sumario

En este número:Editorial: Los burócratas de la milonga 4

Karina Romero: La pasión por el Tango a NY 8

Ciriaquito 11

Cabaret Chantecler 12

Conventillos de Mar del Plata 16

La Boca, el barrio de los sueños 20

¡Qué saben los pitucos! 21

Orquestas de Tango rosarinas 22

La sencillez 24

Quiero... 25

Nuevamente en México 26

Vos, amigo cantor 26

Milonga de la musa rea 27

Simplicidad 28

De la cuna hasta el cajón 30

Tango Escuela ACETA 31

Isabel de Grana 32

Tango Jazz Quartet 34

Pistas y Misterios 36

Discos - Libros 40

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En la época de auge masivo del tango, allá por los ‘40 y ‘50, la mayoría de los bailes se realizaban en clubes, con amplias pistas, y la música era básicamente en vivo, con dos orquestas: la

típica y la jazz, o la característica. Es decir que, aunque el tango era lo principal, se bailaba de todo. Esto era así no solo en Buenos Aires sino en muchos pueblos y ciudades de las provincias. Las orquestas tenían muchos integrantes, para poder hacerse escuchar, dado que los sistemas de amplificación eran precarios. Estos bailes eran verdaderas fiestas populares.

En las casas se solían armar bailes improvisados, aprovechando la música de los programas “bailables” de la radio.

El tango también se bailaba en cabarets de lujo, donde se vestía de gala. Por otra parte, existían lugares más pequeños, mayormente confiterías, donde se bailaba con “selectas grabaciones” (discos de pasta, de 78 rpm, que no permitían contar con una gran variedad de música), o algún trío. Como el espacio era reducido, se acudió al recurso de bailar en ronda y con pasos cortos. Esto es lo que hoy se conoce como “tango milonguero”.

Hoy en día tenemos un panorama bastante distinto: es difícil contar con espacios amplios para bailar. Esto no significa que el “tango milonguero” sea “la única y verdadera manera de bailar el tango argentino”, como tratan de imponer algunos, con reglamentos casi dogmáticos que no tienen en cuenta el espacio disponible, los cambios en la idiosincracia (y la vestimenta) de la gente y su necesidad de expresarse y divertirse.

Entonces, el ir a bailar a una milonga se transforma en un trámite burocrático. En todas las ocupaciones existen los tipos que realizan siempre la misma rutina, sin proponerse cambiar nada, y que reaccionan mal si aparece un “nuevo” que sugiere algún cambio. Se refugian en “esto siempre se hizo así” para ocultar su mediocridad, por miedo a ser desplazados. En el tango hay muchos de estos personajes, supuestamente defensores del “tango puro”, que en realidad defienden sus intereses.

A través de la historia, se han compuesto y grabado muchísimos tangos. La mayor parte no tuvo trascendencia, generalmente con justa razón. Por algo existen los clásicos y las orquestas preferidas. Pero últimamente se está dando un fenómeno muy particular.

Resulta que ahora se han puesto de moda los musicalizadores (DJ). Susana Miller comentaba hace poco en Facebook que hay quienes

Los burócratas de la milonga

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Hay algunos DJ que se creen Gardel...

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vienen de Europa y se compran todos los CD de tango que encuentran y, como consecuencia, en Europa se usan unos 5000 temas, cuando en Argentina serán unos 1500. Dice que más que musicalizadores son arqueólogos.Claro, en muchos lugares de Europa (no en todos) estos advenedizos explotan la necesidad de los que se acercan al tango de comprender nuestra idiosincracia, intentando imponer lo que ellos hacen como única verdad.

Pero lo preocupante es que se produce una especie de realimentación: con el cartel de “DJ internacional” ya hace un tiempo que se aplica un criterio parecido en algunas milongas de aquí. Y uno tiene que aguantar tangos insufribles, con orquestas aburridas y cantores intrascendentes (en el mejor de los casos), con el cuento de que eso es “tango milonguero”. Personalmente me quitan las ganas de bailar.

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Los burócratas de la milonga

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Para responder a esto que digo, viene de cajón el argumento de que “esto es lo que le gusta a la gente”, una falacia muy empleada y que no tiene sustento alguno. Entonces, ¿por qué se acepta este tipo de musicalización?

1. Primero, por la costumbre. Al no haber otra propuesta, se considera como válido lo que se difunde.

2. Las personas van a bailar y esto “es lo que hay”.

3. Si alguien cuestiona la música, es muy probable que sea estigmatizado, por atreverse a criticar a un supuesto conocedor profundo de su tarea. En esto participan los indolentes que defienden a rajatabla el “orden establecido”, para evitar que su desconocimiento quede al descubierto.

4. Tanto el supuesto DJ como sus aduladores hacen el suficiente barullo, en particular en las redes sociales. Los que van a bailar permanecen en silencio o dejan de concurrir a las milongas, como sucede con mucha gente joven, que se aburre.

5. Hay quienes creen que bailar es hacer pasos y no les importa la música.

La tarea del DJ no es imponer sus caprichos sino hacer que la gente se sienta bien, se divierta; crear un clima de emoción y energía positiva. Una condición necesaria, pero no suficiente, es que la pista esté llena. Pero además debe estar llena de gente contenta. Hoy no es posible reproducir las condiciones de los grandes bailes de antaño, pero el avance de la tecnología nos trae nuevos desafíos y nuevas posibilidades. Hay que tener la audacia de saberlas aprovechar para renovar saludablemente las milongas, dejando de lado a los burócratas, mediocres, soberbios, envidiosos y chismosos.

El DJ debería plantearse si su función es musicalizar la milonga o administrar un museo. Hay que ejercitar la sensibilidad, en lugar de dejarse llevar por los prejuicios y convencionalismos.

Estas reflexiones son producto de lo que aprendí como musicalizador en Rosario, observando a la gente y corrigiendo, en consecuencia, el contenido y organización de las tandas, lo que apliqué recientemente en México con mucha aceptación y alegría. En ese sentido, me parece que la tarea de DJ es complementaria de lo que hacemos con esta revista y otros elementos en materia de difusión, muchas veces remando contra la corriente, como saben los lectores. Por eso, pienso dedicar más tiempo a esa actividad.

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Aquellos a los que les interese la propuesta, cuenten conmigo.

Por otra parte, es importante y alentador que se organicen milongas con orquestas en vivo. Esta modalidad está en franco crecimiento y han surgido muchas orquestas nuevas.

Y, por supuesto, los que no estén de acuerdo están en todo su derecho de elegir lo que les guste y seguir adelante.

Como siempre, ¡muchas gracias y hasta el próximo número!

Ricardo Schoua

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Camila tiene alrededor de cinco años y está ansiosa por comer pizza. Son las 6 de la tarde. Es consistente con su demanda. Malena, que tiene diez años, le explica que es demasiado pronto para la pizza. Parece que está acostumbrada a las cenas tardías de estilo argentino. Lleva orgullosa su rodete. Viste rosa de pies a cabeza. Una verdadera bailarina en desarrollo. Su madre le explica que le encanta bailar, pero que también es una gran estudiante. “Se está preparando para la escuela media”, aclara.Y, con este pequeño comentario, sólo por un segundo revela cierta vulnerabilidad, quizás distante como aquella audaz mujer de 30 años que llegó a Nueva York hace 16 años como parte de un plan algo

alocado, junto a su amigo, el bailarín de tango Walter

Pérez, $ 1,000 en el bolsillo y el sueño de bailar “todos los días”.“Pasó de la noche a la mañana. S i m p l e m e n t e vinimos. Después

de cinco años de vivir en Buenos Aires,

quería un cambio”. Un amigo de Walter los llevó

al estudio de baile de Sandra Cameron, considerada uno de los principales estudios de baile de la ciudad durante los años ‘90 y la primera en programar clases de tango argentino. Sandra, tres veces campeona de salón profesional de los Estados Unidos

Karina Romero: Traer la pasión por el tango a Nueva YorkPor María José Lavandera

Hay un algo sobre Nueva York. Es Frank Sinatra. Es la Rhapsody in Blue de Gershwin.

Es Woody Allen. Es Tony Bennett. Y, para nosotros los argentinos, también es Astor Piazzolla. Su ciudad natal, en realidad. Vivió en el centro de la ciudad, en algún lugar de la calle 8, en un empobrecido barrio de Greenwich durante los decaídos años ‘30. Y también es Carlos Gardel, con su inolvidable, perfectamente afinado vibrato, cantando al amor perdido. Allí encontraron su éxito. Y, como dice la canción, lo lograron en todas partes. Son pilares de nuestra melancólica cultura inmigrante. Gritando una pérdida constante. Nueva York, como Buenos Aires, es una ciudad portuaria. Un lugar de constantes bienvenidas y despedidas. Una fragancia grisácea de tango conecta estos dos lugares aparentemente distantes.***

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en los años ‘70, se entusiasmó rápidamente con su calidad como bailarines e inmediatamente los contrató. “Aquí en Nueva York la naturaleza exótica del tango encaja perfectamente con el eclecticismo de la ciudad. Es el lugar para desarrollar profesionalmente esta pasión “, dice.Karina Romero, madre de Camila y Malena, es quien cuenta esta historia. Es una de las profesoras de tango más solicitadas de la viva escena que ha enriquecido la vida cultural de Nueva York desde mediados de los ‘80, cuando el musical “Tango Argentino” se convirtió en un éxito masivo y difundió un entusiasmo contagioso por esta danza. Según el sitio “Hoy Milonga New York”, hoy hay un promedio de 7 “milongas” por noche.Con el tiempo, llegó el estudio propio. Junto con su ex marido, el bailarín Dardo Galletto, Karina fundó Dardo Galletto Studios hace diez años. En medio de Times Square, tiene una brillante reputación en Manhattan, es el elegido de los seminarios de grandes maestros que visitan la ciudad -como Gabriel Missé- e incluso ha sido presentado por The New York Times. El último gran nombre que Romero entrenó fue el actor Liam Neeson, para una película que estrenará en enero de 2017. “Prometió que me iba a hacer sentir orgullosa”, dice ella, bromeando.*** Karina nació en Córdoba y sus comienzos estuvieron anclados en el ballet, que comenzó a los cinco años como consecuencia de

una recomendación médica para mejorar sus pies planos. Su primer intento en el tango fue durante su adolescencia. Corría el año 1983, cuando fue invitada a bailar en la Universidad Nacional de Córdoba en un festival que celebró el regreso de la democracia después de la dictadura militar iniciada en el ‘76. “Ese fue el punto en el que me enamoré de él”, asegura.A sus 20 años, se trasladó a Buenos Aires, donde anhelaba capturar la sensación de originalidad del tango en su lugar de nacimiento. Su padre la inspiró a profundizar y cumplir con su aspiración de convertirse en una bailarina profesional. “Quería realmente participar en este mundo, que sentía tan mágico”, dice. “Muchas personas importantes me ayudaron a dar mis primeros pasos: Graciela González, Luis Solana, Carlos Copello, Juan Carlos Copes, Mingo Pugliese. Tomaba clases todos los días. Estaba fascinada. E iba a bailar todas las noches a milongas”.***Buenos Aires tiene ojos llorosos y un estado de ánimo cambiante. Puede ser tan alegre como terrible. Tiene el poder de movilizarte hacia adelante, incluso cuando el cansancio y la desilusión consumen la voluntad. La improvisación encabeza su esquema de valores: uno cree “que conoce la coreografía”, pero en realidad no es así. No es de extrañar que el tango haya nacido allí.“Bailar tango es casi una terapia”, dice Romero. “A veces te hace parar y tratar de entender qué es lo que estás tratando de controlar. Una vez que había vivido el rigor de la coreografía,

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lo que más me gustó fue el poder de improvisación, de no saber “.Nueva York puede resultar solitaria. Yo misma he experimentado eso. Un hombre en un supermercado me dijo hace poco: “Esta es una ciudad de trabajo”. Sus palabras me ayudaron a entender el hechizo que el tango produce en los neoyorquinos. Según Romero, el tango puede ser necesario para tomar consciencia de las maravillas más sutiles de la vida; dulce bondad de enamorarse, por ejemplo. “Los argentinos somos físicamente cariñosos”, dice, agregando que es casi - pero no del todo- un cliché. “Es así”, afirma.A los estudiantes principiantes de Romero, entre 15 y 20 por clase, este tipo de afecto les es desconocido. Comienzan por tomarse de las manos tímidamente. Después de dos horas juntos, terminan en un abrazo. Ella explica: “Se trata de compartir y conectar: ¿qué es lo que una pareja va a crear durante ese baile?”, explica. “Les digo que para bailar tango uno no se puede acercar a alguien diciendo ‘hola, un gusto conocerte’. Tenés que ir más a decir ‘hola, ¿cómo estás’”, indica, entre risas contagiosas.Un par de hombres se entremezclan con el sonido de Calambre, de Piazzolla, en el fondo. Es llamativo y oscuro, como es Buenos Aires. Es pegadizo y sexy, como es Nueva York. Entiendo finalmente que tango es una identidad combinada de sonidos que se mezclan al borde de la supervivencia.

(Fotografías gentileza de María José Lavandera).

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Amigazo José María:Después del afectuoso saludo, me gustaría

dejar algunos conceptos con referencia a “Ciriaquito” que, a poco de su arribo a esta capital procedente de Córdoba, se sumó con prontitud al trío de los máximos estilistas de la época, es decir entre los creadores de un estilo, como lo fueron y lo son Pedro Maffia y Pedro Laurenz, los tres de mayor gravitación creadora en cuanto hace a la interpretación del bandoneón en el tango. En otras palabras ellos inventaron como se toca el bandoneón en el tango. “Ciriaquito” aportó al tango, y en particular al bandoneón, una modalidad distintiva y personalísima, definida por su fraseo entrecortado

y su marcada devoción por cantar con claridad la melodía como si se tratase de una voz humana, generando un

estilo “conversado”, una suerte de parloteo lírico, mucho más locuaz desde su teclado derecho que desde el izquierdo, por la menor riqueza armónica con respecto a los otros dos miembros de la trilogía señalada. Fue además Ciriaco junto a Laurenz y a Anselmo Aieta uno de los que impuso la utilización de fraseo octava, pulsando la misma nota con una y otra mano, pero en distintas octavas, recurso que provee a las interpretaciones de un legítimo acento tanguero envuelto en las gratas reminiscencias ancestrales del “fueye” de Arolas a quien oyó tocar de muchachito allá en “El abrojal” cordobés, habitado por negros, indios y mestizos (los europeos aún no habían llegado hasta allí). De esa pasta está hecho “Ciriaquito”: Ciriaco transmitió mucho de su estilo a “Pichuco” y aunque de similar velamen Ciriaco reconocía pícaramente los méritos del “Gordo”: en cierta oportunidad en que iban a tocar juntos, al sentarse le dice a “Pichuco”: --”Tocá tranquilo que yo voy a menos”.

Oscar D. Zucchi Publicado por José María Otero

Ciriaco Ortíz Bandoneonista, director y compositor (5 de agosto 1905 – 9 de julio 1970)

Nombre completo: Ángel Ciriaco Ortiz Barrionuevo. Apodo: “Ciriaquito”.

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Ciriaquito

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En la década del veinte, la llamada “Guardia Vieja”

había impuesto una nueva concepción en el género musical llamado tango, la evolución venía de la mano de músicos provenientes del conservatorio con sólidos conocimientos que le dieron al tango un nuevo perfil más cadencioso y elegante. Por fin la sociedad porteña aceptaba esta música que nació en los arrabales y ahora reinaba en el centro. Buenos Aires necesitaba un lugar de jerarquía, para ofrecer a un público cada día más pretencioso un espectáculo de varieté donde el tango fuese el centro de atracción. A tal efecto en 1924 se crea el cabaret Chantecler, ubicado en la calle Paraná 440, entre la avenida Corrientes y la calle Lavalle. Para su inauguración se convoca a la orquesta del maestro Julio De Caro, uno de los principales gestores de la nueva época en la historia del tango. La orquesta estaba compuesta por De Caro como primer violín, su hermano Emilio como segundo violín,

Francisco De Caro, el otro hermano, al piano, Ruperto Thompson en el contrabajo y dos bandoneones: Luis Petrocelli y Pedro Maffia, luego Luis Petrocelli sería remplazado por Pedro Laurenz, un sexteto de lujo.

En esta oportunidad De Caro, estrena el tango “Buen amigo” dedicado al doctor Enrique Finochietto, amigo personal y famoso profesional médico, además asiduo concurrente. Giovanna Ritana, también llamada Jeannete, estaba casada con un tal Juan o Amadeo Garesio, un inmigrante procedente de la isla de Córcega, que se decía, era dueño de una cadena de prostíbulos. Esta pareja era la dueña del Chantecler, quizá el cabaret más famoso de Buenos Aires. Ahí actuaban magos, malabaristas, transformistas, acróbatas y todo tipo de varietés, casi un espectáculo circense en un lugar de categoría. La sala, de un tamaño importante, con mesas donde se ubicaban los asistentes al espectáculo, el espacio destinado a

los bailarines, el bar con su correspondiente barra y el escenario donde actuaban los artistas; todo rodeado por palcos, similar a lo que se estilaba en los teatros. Un detalle que demostraba la jerarquía del lugar era la prestancia de los palcos, muy amplios, tanto que se podía comer y bailar en ellos, con absoluta privacidad. Las comidas y bebidas se solicitaban por teléfono y, para mayor recato, las rojas cortinas de pana se podían correr ocultando el interior. Otro detalle de fineza era una pileta de natación climatizada, donde jóvenes bañistas realizaban juegos acuáticos, para solaz de los concurrentes. Varias orquestas animaron las noches del Chantecler. Pero la figura descollante fue el maestro Juan D’Arienzo. Durante muchos años su orquesta fue la preferida del público, principalmente los amantes del tango bailado.

El Chantecler se vistió de tangocon pilchas de percal y perfume de glicinas,llegó D’Arienzo con su

Cabaret Chantecler

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música de rangoy las luces de farol que alumbran las esquinas.

En 1935 el maestro incorpora a su orquesta a Rodolfo Biagi, músico y pianista, deja el compás de 4x8 para volver al primitivo 2x4, marcando el compás con el piano de Biagi, que fue el creador de esta modalidad. Este cambio le significó un éxito total entre los amantes del baile que añoraban el 2x4. Alguien dijo: “D’Arienzo le puso alas a los pies de los bailarines”. Esto le valió que Angel Sánchez Carreño, el “Príncipe Cubano”, nombre puesto por Madame Ritana, le adjudicara el mote de “El Rey del Compás”.

¿Cómo Madame Ritana y su marido Garesio llegaron a ser dueños del Chantecler?. Se dice que un señor de origen francés llamado Charles Seguin que además del Chantecler era dueño del Tabarís y el Casino y de varios lugares más, como número para presentar en este establecimiento había contratado un grupo de trapecistas corsos. Garesio llegó al país con este grupo y lentamente se fue ganando la confianza de Seguin, colaborando en las tareas de administración de sus negocios. Al parecer, el empresario, que era un hombre bastante mayor y amante de la buena vida, se sintió muy cómodo con la

actuación de Garesio, quien terminó siendo el único mandante en la empresa y como el francés no tenía herederos, todo quedó en manos del matrimonio. Madame Ritana quedó regenteando el Chantecler, Enrique Cadícamo la recuerda en su poema Cita a medianoche con estos versos: Envuelta en una nube de gasa voluptuosacruzaba la alegre sala del Chantecler, Ritanamientras Gardel se asoma con su copa espumosade cliquot, en el palco de fina y roja pana.Madame Ritana fue uno de los tantos amores de Carlos Gardel, quizá este haya sido el más conflictivo, el hecho

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de ser una mujer muy poderosa y en estado de compromiso, le ocasionó a Gardel serios problemas que, según hechos que ocurrieron en 1915, casi le cuesta la vida.

La calidad artística de los números presentados en el cabaret, siempre fue acorde con los requerimientos de una concurrencia que se caracterizaba por sus gustos refinados. Por su escenario pasaron figuras memorables de la farándula, la música y distintos cultores actuantes en el varieté de esos tiempos. Entre los visitantes había políticos, intelectuales, artistas y el turismo, para quienes era una “obligación” conocer el Chantecler.

Oscar Alemán, que actuaba en la compañía de Pablo Palitos fue uno de los números de jerarquía, posiblemente Alemán haya sido el showman más grande que ha tenido el país, con su capacidad de multiplicarse en el escenario, alternando con distintos

instrumentos su actuación, tocando el cavaquinho, el ukelele, la guitarra y cantando en distintos idiomas: francés, portugués o castellano.

Juan Polito con la orquesta de su nombre en 1932.

La orquesta típica del maestro Joaquín Do Reyes, en 1935, uno de los animadores más reconocidos, durante un tiempo interpretó un tango del cual era autor y que no tenía nombre. El poeta Celedonio Flores, también habitué del lugar, a instancias del propio Do Reyes lo versificó, y fue bautizado con el nombre de Yo no se llorar. La sugerencia de este nombre se le adjudica a Pepita Avellaneda, figura esta de larga actuación en los albores de la guardia vieja en los cafés y lugares de tango, donde oficiaba de cupletista. Permaneció en el Chantecler como encargada del guardarropas, hasta su demolición.

Antonio Bonavena, en 1938, presentó su orquesta donde hizo su debut un joven cantor de solo 16 años que se llamaba Roberto Rufino, que tiempo más tarde volvería de la mano del maestro Carlos Di Sarli.

En 1941 la orquesta de Miguel Zabala (Zabalita) con el bandoneón de Domingo Rullo, uno de los grandes del bandoneón.

El legendario Agustín Irusta, también fue figura de este escenario memorable.

Margarita Silvestre (Luisa Russo) de dilatada actuación como solista en distintos lugares del país.El maestro Héctor Varela en 1950, presenta a Rodolfo Lesica como cantor estable, junto a Armando Laborde, luego, en 1952, reemplazado por Argentino Ledesma.

Oscar Ferrari, que fue cantor de las orquestas de Armando Pontier, José Basso.

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Y muchas figuras más que dieron brillo, con su aporte artístico a las noches del Chantecler.

Al promediar la década del cincuenta la actividad tanguera comenzó a languidecer, a tal punto que muchas orquestas debieron disminuir el número de sus componentes por no poder solventar los costos operativos. Algunas se convirtieron en cuartetos, actuando en lugares muy puntuales con público entendido. Otros dejaron la actividad disolviendo el conjunto.

El brillo obtenido en años anteriores se fue opacando y lo mismo ocurrió en los cabarets. El Chantecler no fue ajeno a este proceso: a causa de la crisis se decidió su caducidad como negocio y cerró sus puertas. Fue demolido en 1960.

La piqueta inexorable destruyó en poco tiempo cuarenta años de esplendor y cubrió a los amantes de las noches de tango con un manto de nostálgica tristeza. Enrique Cadícamo, conmovido

por el suceso y el hecho de haber sido protagonista, compuso como homenaje póstumo el tango “Adios Chantecler” que fue grabado por Juan D’Arienzo con la voz de Jorge Valdez.

Adiós Chantecler

Te redujo a escombros la fría piquetay, al pasar de noche mirando tus ruinas,este milonguero se siente poetay a un tango muy triste le pone sordina.Entre aquellas rojas cortinas de pana,de tus palcos altos que ahora no están,se asomaba siempre madama Ritanacubierta de alhajas, bebiendo champán.Entre risas alegres y chistes,siempre estaba apenada René,y de verla tan linda y tan tristefue por eso que me enamoré.Hoy ni ella está más en la sala,ni tampoco entro yo al cabaret,se vinieron abajo tus galasbullanguero y cordial Chantecler.

En la noches bravas que el tango era un rito,vibraba la sala con ritmo nervioso,porque en ese entonces estaba Juancitotallando en su orquesta su estilo famoso.Ya no queda nada y aquello no existe,ni tus bailarines ni tu varieté.Te veo muy triste pasar silencioso,Príncipe Cubano, frente al Chantecler. (Publicación del blog Tango siempre Tango.Enviado por Roberto Mancini)

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Contactamos con Sara Garfinkel en Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina, escritora, profesora de inglés y disertante. Desarrolló durante veinticinco años una intensiva tarea

educativa en el BUREAU de INGLES. Es escritora y disertante. Estos son sus libros: Garfinkeleando por Mar del Plata en colaboración con el Prof. Edgardo Samuel Berg: Del Pasaje Vaira a la Cortada del Tango y La Temporada (2003); La Señorita Edith: Historia de una Maestra (2004); Batones y Bigudíes Marplatenses (2007); Anécdotas de una calle corta de Mar del Plata (2009); Yo Soy Leonor de Aquitania – Autobiografía no Autorizada de una Reina Medieval (2012); Amores Diabólicos – El Diablo es el Embaucador del Hombre y de la Mujer (2014) e Historias de Conventillo (2010), del que publicamos esta selección de textos Historias de Conventillo en Mar del Plata (Argentina) Prólogo

Gracias a escritores como Alberto Vaccarezza, Manuel Gálvez y otros, siempre se asocia la palabra conventillo con la ciudad de Buenos Aires. Los que hemos nacido tan distantes de barrios porteños como San Telmo, Villa Crespo o La Boca, entre otros, y tan lejos en el tiempo del apogeo de esas viviendas colectivas, podemos contar ahora, ya en la primera década del siglo XXI, ciertas historias calientes del caldero marplatense que tuvieron epicentro en una de esas casas de vecindad conocida como “conventillo”. Según la definición de “conventillo” que da el joven Diccionario del habla de los Argentinos, editado por Espasa - Planeta, (año 2004 – p. 251) Conventillo es “Casa antigua en general con varios patios o con un gran patio interior, cuyas habitaciones se alquilaban a numerosas familias que compartían normalmente el baño y la cocina”.

En el ideario popular desde el punto de vista edilicio, el conventillo da la idea de un tipo de vivienda colectiva para personas de escasos recursos. El amontonamiento sin orden de grupos étnicos, que habían perdido los vínculos afectivos o culturales con su país y familias, con personas nativas del terruño, dio origen a una colectividad muy sui géneris, aunque ejemplar en muchos sentidos. Especialmente en el sentido comunitario y solidario, porque en esa confusión de razas, credos, idiomas y costumbres sin orden ni método, nadie estaba completamente solo. Enfermos, ancianos, huérfanos, todos por igual eran cuidados y protegidos. La solidaridad estaba en ver que a nadie le faltara de comer o el remedio necesario o la palabra de aliento. Además todos tenían, hacia esa casona vieja en donde se compartía el baño, la cocina y el patio, un sentido de ser parte de una familia numerosa viviendo en un hogar común. Aunque en esa colmena heterogénea no faltaban las noticias verdaderas o falsas ni los comentarios malintencionados que

Conventillos de Mar del Plata

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terminaban, muchas veces, indisponiendo a unos contra otros. De ahí el nacimiento de la palabra “conventillear”, que expresa la idea de chismorrear.

En Mar del Plata hubo muchos conventillos. Largo sería narrar las situaciones acaecidas en cada uno de ellos. Además no es idea cansar al lector con narraciones de situaciones que realmente serían repetitivas como repetitivas son las acciones y reacciones del ser humano. Por eso, está la decisión de narrar el conjunto de factores o circunstancias que afectaron a un grupo de personas en un determinado momento en un determinado sitio. Este sitio era una vivienda colectiva marplatense que se levantaba en lo que hoy es pleno centro de la ciudad. Sus frentes daban por dos calles, las que recuerdan el nombre de dos patriotas argentinos, no contemporáneos pero trascendentales en la historia de nuestro país: Belgrano y Mitre.

No era necesario ni el número de la puerta de entrada a la casa ni el nombre de las calles para identificar la locación del conventillo, morada de los personajes, verídicos tanto y cuanto a sus existencias, como a los sucesos prósperos y adversos que enfrentaron en sus vidas. Era fácil ubicarlo con sólo nombrarlo como el conventillo del “Bar de Constante”. Este bar, del que hablaremos renglones abajo, era un referente famoso por los parroquianos que a él concurrían.

La entrada a la casona colectiva se abría sobre la calle Mitre en un portón doble, a guisa de puerta cancel, que daba acceso a un patio enorme. A la derecha, a algunos metros del portón, se levantaba una higuera gigante que apoyaba su rugoso tronco contra la pared mientras que sus ramas cruzaban el grueso muro que daba hacia la calle, para regocijo de los pibes, quienes devoraban las blandas y dulzonas brevas que colgaban de ellas. A metros de la entrada, en medio del patio - que como ya dijimos era de grandes proporciones - estaban los baños y las duchas. La batería de duchas era a la derecha para las mujeres y a la izquierda para los hombres; los baños seguían esa misma distribución. Por supuesto que toda el agua que corría por las cañerías era fría. ¡Se tirita sólo al pensar lo que habrá sido transitar por allí para ir al baño en las noches de invierno, tan severas en Mar del Plata! A un costado, en el medio de la galería, estaban los tres piletones donde las familias lavaban la ropa. La suya y la de afuera, en muchos casos. Estaba

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prohibido colgar la ropa recién lavada en el patio de abajo. Ese menester se llevaba a cabo en los pasillos de la planta baja y en la pasarela del primer piso; a tal efecto, delante de la puerta de cada habitación, entre las columnas de material que sostenían la pasarela superior y los soportes que aguantaban el tinglado que servía de techo a la galería, se habían fijado unos alambres que servían para tender las húmedas prendas correspondientes a quienes ocupaban dichas piezas.

Los pajaritos de Don Iñaqui, el Bar de Constante...

La edificación era de dos plantas. En la planta baja había más habitaciones que en la superior. Todas las habitaciones estaban unas al lado de las otras, las de abajo cada una con su puerta hacia la galería, las de arriba con sus aberturas hacia la pasarela de madera, que servía de techo a la galería. A estas habitaciones se accedía por una escalera también de madera. Los techos de las habitaciones del primer piso eran de chapa y madera. Ninguna de ellas tenía ventanas a la calle. Estas salas, así podríamos llamarlas por sus generosas dimensiones, circundaban al patio en tres de sus lados. Al final de una de las galerías una de las habitaciones servía de cocina común para todos los habitantes de la vecindad. La nota de color la daban los pajaritos propiedad de don Iñaki, uno de los residentes más antiguos de la casona, quien los cuidaba con amor de padre y mimo de abuelo. Para ellos había comprado un jaulón que colocó en un lugar estratégico del gran patio. Era lógico su esmero hacia su alada prole de canto grato y melodioso, porque a don Iñaki, que siempre vivió solo, no se le conocía familia alguna. En chaflán, a modo de esquina de esa casa de inquilinato, se abrían las puertas del “Bar de Constante”, mezcla de comedero, despacho de bebidas y almacén de alimentos muy elementales como azúcar, yerba, algún que otro fiambre, café y, si había, algo de harina y fariña. El boliche estaba integrado a la edificación de esa casona que, con toda seguridad, había visto tiempos mejores. No todos los que frecuentaban el mostrador de Constante vivían en el conventillo, pero todos los habitantes de esa casa colectiva siempre,

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por algún que otro motivo, daban vueltas por el comercio dedicado al despacho y consumo de bebidas y comestibles. Por ello, esa taberna era de tremenda importancia en el entrecruce de ideas, sentimientos, opiniones, religiones, idiomas y costumbres que a diario sucedían entre sus visitantes. El dueño del lugar, Constante, reinaba en el sitio desde su trono, especie de mesa cerrada de madera pintada en su alzada y recubierta de estaño en la superficie superior, donde el tabernario soberano, en su calidad de autoridad suprema e independiente, atendía y despachaba los pedidos de sus clientes. En ese lugar la convivencia sin discriminación se ejercitaba con toda naturalidad. Si bien no había notables diferencias en las escalas sociales de las personas, éstas convivían sin supeditar sus valores morales ni sus identidades. Todos conocían horarios y costumbres de cada uno. Todos estaban involucrados en la causa común y hablaban de su domicilio con un sentido de pertenencia, de hogar comunitario y de ser miembro de una familia grande.

La vida en los conventillos

Evocaremos en estas páginas, no sin cierta tristeza melancólica, el recuerdo de la vida simple, dura, eso sí, pero dichosa de esas personas que tuvieron tantos aspectos positivos que dieron sentido a sus vidas Ellos llegaron, a su modo, a saber el por qué y el para qué de sus existencias, de su vivir cotidiano. Sin saberlo fueron felices porque, a pesar de los más y los menos que todos los seres humanos tenemos en nuestros destinos, ellos conocieron el sentido de sus vidas. Desde los nacimientos, pasando por los bautismos, cumpleaños, casamientos, todo se celebraba en el patio del conventillo. ¡Ni hablar del 25 de Mayo o el 9 de Julio o de las fiestas de Navidad y Año Nuevo! Además se celebraban todos los años nuevos de todos los que profesaban otra fe que no la católica. Todas eran lo que llamaríamos fiestas de la vecindad antes que de la familia.

Sara Garfinkel Mar del Plata - Argentina

Publicado por Eduardo Aldiser en Argentina Tango http://argentinatango.es/

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Más allá de los árboles, los techos, los balcones, las antenas y las grúas, está el río. Era un niño cuando caminaba por esas calles. Puertas, balcones, veredas en desnivel, él árbol cansado frente

a la vereda rota de la casa de inquilinato en que vivía mi abuela Emilia en la calle Ministro Brin del barrio de La Boca. En Boedo, en la casa de Teresa, mi otra abuela, hablábamos de los del fondo. En la de Emilia, de los de adelante. Ñata, Elda, Billy, Héctor, Guillermo, Lidia, Elsa, son algunos de los nombres de los vecinos de mi abuela que han quedado en mi memoria y no siempre logro que se encuentren con sus caras.

Ahora que miro la foto me doy cuenta que entonces yo no sabía que el río estaba tan cerca. Es más, me pregunto por qué nunca fui caminando con mi mamá o mi papá hasta el río. Supongo que no les interesaba. Para que ir hasta la orilla, si el río venía a buscarlos, se les metía en los sótanos de las casas en cada inundación.

Esas eran las calles de los recuerdos de infancia y juventud de mi viejo. ¡Si supiera contar esas anécdotas como él lo hacía! Pero no. Apenas un recuerdo vago de las andanzas de Oscar –Monte, le decían-, Jorge Pinchauva, Pedro, el Loco Arias, Manolo y Dionel, el de la trágica muerte joven. Los bailes del Carcarañá, los campeonatos de fútbol, las comparsas de carnaval, el pan de Ledo… Y el barrio en que conoció a Buby, mi mamá, cuyas tías vivían en una casa antigua de la Avenida Almirante Brown.

Era raro caminar allí. Era el escenario de un encanto que para nosotros se hacía presente en sus relatos pero que según aprendimos de su nostalgia resignada, no volvería nunca más. Íbamos de visita a un barrio al que se le había esfumado la magia y tratábamos de divertirnos igual.

Es un día gris en la foto campo de los sueños de mi papá que acabo de recibir. Veo un hombre parado en la vereda. Imagino que es mi abuelo y me pongo a esperar con él que Monte aparezca apurado en la esquina, regresando agitado y feliz de alguna travesura en Casa Amarilla o en las barrancas de Parque Lezama. No está tan mal el presente, Oscarcito. Ojalá estuvieras aquí.

Alfredo Luis Fernández

La Boca, el barrio de los sueños

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¡Qué saben los pitucos!“¡QUÉ SABEN LOS PITUCOS, LAMIDOS Y SHUSHETAS! ¡Qué saben lo que es tango ! ¡Qué saben de compás!” Así dijo (1942) Elizardo Martínez Vilas (Marvil) en la voz del inefable Alberto Castillo (con Tanturi).Poco antes (1928), el gran Carlos de la Púa, en su poemario, La crencha engrasada, se lamentaba: “Al tango lo ensucia cualquier caradura / con cueyo, corbata y traje ajustao” ¿Nada nuevo bajo el sol? Cajetilla. Petitero. Fifí. Tal es la imagen que da una cantidad de bailarines, tanto aficionados como profesionales, hoy por hoy.

Demasiado brillo para mi gusto. Demasiado lujo. Demasiadas lentejuelas, trajes brillosos, guarda en las solapas y tapas del bolsillo. Demasiado bailar con la cara, envarados, parando la colita (hasta la hiperlordosis). Demasiada pose. Demasiada coreografía, pasos intrincados, aprendidos de memoria. ¿Dónde quedó la originaria sencillez y sobriedad del gotán? ¿Dónde quedó la improvisación, la impronta personal, la repentinización?

Sentimiento no es afectación. Elegancia no es frivolidad en el vestir.Sinceramente no me molesta que haya “tangueros” así. Lo que me molesta es que se los tome como ejemplo a seguir.

Será que me estoy quedando fuera de época. Será que yo sí chapaleé barro, viví en un conventillo, vi a la muchachada cantando tangos en la esquina, bajo el farol familiar... y vivo de recuerdos. La verdad es que el paisaje ha cambiado y mucho no me gusta.

En fin, que hoy por hoy, viendo algunos/as en la milonga o el escenario, me parece estar, más bien, en un cabarute, antes que en la milonga barrial, entrañable, modesta, acogedora... o en el club multitudinario, pero también sobrio y “democrático” en los que el tango tuvo su época de gloria.

Ya lo he dicho: En el ambiente tanguero actual no están todos los que son ni son todos los que están. Una pena que muchos se queden en la orilla del océano bravío y rantifuso del gotán, sin osar sumergirse en sus aguas bautismales para, esta vez sí, emerger con la honrosa calidad de “milonguero”.

Estar en la “movida tanguera” no alcanza, aunque muchos crean que sí. Preferible que nos mueva el tango, en nuestro interior, no en la periferia. Menos apariencia y más contenido.

En fin. Tenía ganas de decirlo y lo dije. Sepan ustedes disculpar. No pretendo herir ninguna susceptibilidad. Que cada uno siga en la suya.

Abrazo milonguero pa’ todos.

Ángel Mario Herreros

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En Rosario brillan sus orquestas de Tango, con personalidad propia: No son clones de orquestas famosas.Más allá de nuestra costumbre, no pudimos resistir la tentación de publicar seis videos, pero vale la pena.Una pequeña muestra de la calidad de las orquestas de Rosario, gracias a la excelente realización de Asunto Tango.

Shusheta (Cobián) Furacero Tango Quintetohttps://www.youtube.com/watch?v=5RQZh4u7e5Q

Carreteando (Martín Tessa) Orquesta Utópicahttps://www.youtube.com/watch?v=64QpLfmqUh0

Adios Nonino (Astor Piazzolla) Orquesta El Mejunje Solista invitado: Pablo Agri

https://www.youtube.com/watch?v=a75ymHVJCWU

Orquestas de Tango rosarinas

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Negra María (Demare-Manzi) Orquesta La Biabahttps://www.youtube.com/watch?v=8rJs0dMiHO8

Que lo paren (Rovira) Orquesta de Señoritashttps://www.youtube.com/watch?v=Ks-fwmy62HQ

Fuimos (Dámes-Manzi) Orquesta de Cámara Municipal Rosario. Canta: Rubén Goldín.

Dirección: Javier Martínez Lo Re, gran impulsor del desarrollo de muchas de estas orquestas.

https://www.youtube.com/watch?v=qEy7HdaTRJw

...Y hay muchas más...La orquesta de Carlos Quílici, La Maleva, La 2x4, El Amarre...

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La sencillez

“Lo bello si además es sencillo es dos veces bello” (no se si tiene autoría esta frase que amo, pero, a mi me la dijo el Maestro Sebastián Piana hace muchos años). Viene a cuento, ya que un par de alumnos nuevos que tengo andan cantando cualquier verdura de letra, pero saben la música y son letras digamos “complicadas” de dos próceres del rock argentino. A muchos de nosotros nos encantan y entendemos de qué hablan o nos creamos nuestra propia interpretación. Pero cuántos y cuántos chicos que vienen sin lectura, sin base cultural escolar ni familiar serían mejor cobijados por letras poéticas pero más sencillas que tiendan un puente. No es igualar hacia abajo, eso sería cambiar los contenidos. No, hablo de poner esos mismos contenidos en envases mas aptos para todos.

El continente, las formas, no los mensajes. Escribir raro a veces me parece que da cool y otras me parece solamente eso, raro. Me quedo con la frase de mi Maestro, lo bello si es sencillo es doblemente bello.

Lina Avellaneda

Comentario de Rodolfo Haerle: Ese asunto lo vengo charlando con mis alumnos, músicos, periodistas. No hay caso: si hay referencia a algo concreto entonces no es “profundo”. Si se entiende de entrada (Por la vuelta o El último café o Tarde, por ejemplo) son obras “menores”. “In the roarin’ traffic’s boom, in the silence of my lonely room, I think of You, day and night” (Night and day). Obra “menor” de Cole Porter. Que me lleva a otra obrita menor: Soledad (Gardel - Le Pera).

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Quiero...

Me siento como aquella chica que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que

quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.-Ya no tengo tiempo para lidiar con cosas que no provengan del corazón.

No quiero estar con gente que desfila con su ego inflado, que separa y elige a las personas como si fueran cosas.

No apoyo a maniobreros y ventajeros..Ni a los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces,

para apropiarse de sus lugares, talentos y logros. No deseo ser parte de la lucha por un supuesto majestuoso cargo...

Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.Quiero la esencia, mi alma tiene prisa... Ya Sin muchas golosinas en el paquete...

Quiero vivir al lado de gente que no olvidó su humanidad.Que sepa reír, de sus errores.

Que no se envanezca, con sus triunfos...¡Que no huya, de sus responsabilidades!

Que se respete, ame...Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.

Lo esencial es lo que hace que la vida valga. Quiero rodearme de gente que sepa ver al corazón de las personas...

Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.

Sí... tengo prisa...por vivir con amor y en amor.

Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me quedan...

Estoy segura que serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido.

Mi meta es llegar satisfecha... llena de amor, y en paz con mi conciencia.

Alejandra Mantiñan

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Nuevamente en MéxicoLo pasé tan bien en la visita anterior que decidí volver.

Dí un par de charlas sobre musicalización y oficié de DJ invitado en cuatro milongas: La Quién con quién, Malena, La Morada y La Porteña.

¡Gracias Leonardo D’Aquila y Antonia Lema (foto) y toda la gente de Eneik Tango por tanta buena onda! ¡Gracias a los organizadores de las milongas!

Ricardo Schoua

Tango nuevoEstimado Ricardo:Aquí va mi tango.Se denomina VOS, AMIGO CANTOR y, como podrás deducir es un homenaje al cantor de tango (el torcan, bah).Lo escribí hace algún tiempo y se lo pasé a mi amigo cantor y músico cordobés, Marcelo Santos. El año pasado le puso música y lo terminó de grabar el 31 de diciembre pasado en Córdoba con Ariel Ardit (¡Nada menos!).

Para un modesto chapuceador de la rima como yo, es un gran logro, por eso lo comparto con los amigos que el tango me dio. Ustedes incluidos, por supuesto.

La orquesta que lo acompaña es de la ciudad de Rafaela y es una parte de la Orquesta Municipal de Tango de esa ciudad santafesina.El tema está incluido en un CD de pronta aparición denominado “Argentinos” que grabó Marcelo Santos.

En este momento está teniendo una gran difusión por Cadena 3 de Córdoba.Muchas gracias por tu atención. Luis Ángel NazziSan Francisco (Cba)

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Milonga de la musa reaNaciste en el arrabal

de un Olimpo bien porteño.Tu cuna fue un Conventillocon veleidad de Parnasodonde nacieron la santa,la mística y las demás

hermanas, que te hacen rondapor tu audacia y por tu empeño

de enfrentar al más pintadoque se atreva con tus sueños...

Sueños de mina tanguera,atrevida y compañera,

para dar más largo el pasollevás tajo en la pollera...Y acariciás con tu espaldala mano de algún varón,

cuando el acorde de un tangole marca un Re al bandoneón.

Re de nota, Re de reinatan rebelde como enteraque renace en el coraje

de otras muchas musas reas,al servirse de la gama

de colores que ya están,para pintar de otros grises,

negros, rojos y violetas,las ojeras de la nocheen el sol de la ciudad.

Musa rea es la María, María de Buenos Aires,es Rosita, es la Merello, es Simone y Nelly Omar...

Es la Tana, Eladia y todas las mujeres que bebieron,de las venas de algún tango, su sabor a libertad.

Nélida Puig

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Aunque suene a extravagancia o a conformismo, la sencillez de un tango bien bailado

revela al milonguero que se ha desprendido de toda carga de adornos superfluos, para lucir a cambio, su elegancia y savoir faire.

Más allá de la moda y los presentes imperativos, esos bailarines libres de los estereotipos y pirotecnia, que saben caminar la pista, fundirse con la pareja de turno y cohesionar su andar con la música, exhiben la belleza de lo esencial. Son los que han sabido eliminar el matorral de figuras que lucieron en sus primeras andaduras, para afirmarse en lo esencial: La elegancia, el porte, la comprensión de la música. Sabiduría, en suma. Así como hay bandoneonistas que tocan su instrumento con gran despliegue de movimientos, y logran un bello resultado, también hay/hubo otros como Maffia o Troilo que no necesitaban gran despliegue para emocionar, maravillando con la levedad de sus formas. La música es capaz de movilizar y hacer sonar nuestras emociones con una pureza que se diría superior a la de otras artes. Borges era capaz de describir en diez líneas lo que a muchos escritores les llevaría un par de páginas. Y aunque no se trate del baile, lo traigo como ejemplo de esa simplicidad creadora que tienen algunos milongueros, liberados del estigma de ser originales dibujando pasos al por mayor y privilegiando en cambio su fina interpretación de la música con

cápsulas de sabiduría intemporal y de prodigiosa exactitud emocional. Porque han sabido madurar la travesía que conduce del vuelo unitivo al quietismo ascético, del fervor hímnico a la cadencia elegíaca. Carlos Gavito era el mejor ejemplo en ese sentido. Él incorporó a su baile la pausa después de 50 años bailando y nos dejó esta frase sencilla pero real: “El tango está entre paso y paso y la pausa es necesaria para la buena marcha. Como para hablar, hay que hacer una pausa para pensar”. Y un grande como Juan Carlos Copes que atravesó todas las etapas del milonguero, antes de saltar a los escenarios, fue tajante: “Lo principal de un bailarín es la elegancia. Hay quienes por hacer pasos pierden la elegancia. En mis tiempos, del tipo que hacía muchos pasos, decíamos que arrugaba, perdía la apostura normal que siempre debe tener una pareja cuando está frente a frente”.

El azar del tiempo desvanece muchas cosas, pero yo tengo en mis retinas a los muchachos de la barra lontana que sabían desplegar su baile, sin aspavientos. El petiso Amador y el Gordo Agapito eran elegantes en cualquier momento del trance y de la noche, haciéndolo siempre con la misma simple tersura. Otros nos afanábamos en acumular pasos, figuras, dibujos, un tango de impulsos, impacientes por la lentitud. Y nos pasaba como a muchos jóvenes de cada época cuyos cuerpos desconfían de su imaginación,

Simplicidad

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que a su vez desconfía de sus cuerpos. En tantas pretéritas madrugadas que habitaron mis pasos, fueron macerándose los ecos de las milongas acontecidas y el tiempo trae los ecos de esas resonancias. Una serie de estímulos e impresiones que exacerban la sensibilidad adolescente y ese citius, altius, fortius (más rápido, más alto, más fuerte) inevitables en el proceso de exaltación. El proceso que se cumple como un rito de paso que implica transitar del orbe diurno y solar al mundo misterioso y enigmático de la noche, cargados de tanta vanidad. Las erupciones emocionales. Y

la evolución lógica absorbiendo ejemplos válidos. El beau Brummell nos enseñó que “la cumbre de la elegancia es la simplicidad absoluta”.

Y Enrique Campos nos lo recordaba cantando con Tanturi esos versos del representante y poeta José María Suñé:Si es tan humilde y tan sencillo en sus compases,porque anotarle un mal ejemplo en cada frase.

(De mi libro Perfiles milongueros)José María Otero

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Tango escuela ACETAHermosos recuerdos, grandes enseñanzas

Intervienen Pupi Castello, el Chino Perico, Carlos Gavito, la negra Margarita, Orlando Paiva, Nito y Elba, Gloria y Eduardo Arquimbau,

Osvaldo y Coca Cartery.

TANGO ESCUELA ACETA parte 1https://www.youtube.com/watch?v=6BP_eeRqgaE

TANGO ESCUELA ACETA parte 2https://www.youtube.com/watch?v=_rJnEHmVs8A&t=65s

Publicado por Sebastián Lanzi Sarrot

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Isabel de Grana UN POCO DE HISTORIA. Con su nombre real: Enriqueta Isabel Gay, la posterior cantante de tangos Isabel de Grana (nombre artístico sugerido por Canaro), nació en el barrio de Villa Crespo el 8 de agosto de 1930. Fue la mayor de seis hermanos (cinco mujeres). En casa de dos profesoras de color hizo estudio de danzas clásicas y populares. Siendo niña participó en espectáculos de zarzuelas, coro y ballet en el teatro Avenida. Entre los 14 y 27 años concurrió a vocalización y estudio de canto con un maestro del teatro Colón.

En 1944, el cantor uruguayo Carlos Roldán, a la sazón vocalista de Canaro y amigo de los padres de Isabel, la presentó a Pirincho. Y quedó incorporada al elenco de la compañía que representaba, en el teatro Alvear, la comedia Dos corazones, de Canaro y Pelay, que luego pasó por Montevideo. También actuó, generalmente como bailarina, con otras compañías teatrales integradas por Pepe Arias, Mario Fortuna, Sofía Bozán, Alberto Castillo, entre otros.

AL TANGO. Alentada por el actor cómico Mario Fortuna, inició su carrera como cancionista de tango, debutando en el Maipo en 1947. Pero se puso de novia, se casó y abandonó la actividad artística. En 1950 reapareció, esta vez como figura y media vedette, en el teatro Comedia en La Revista de los campeones, junto a Alberto Anchart, Pedro Quartuchi, Juan Verdaguer, Blanquita Amaro, Jovita Luna. Al año siguiente apareció en la pantalla grande con un papel en la película Locuras, tiros y mambos, con Los Cinco Grandes del Buen Humor, Verdaguer y Blanquita Amaro.

La labor artística de Isabel Gay no tuvo pausas. Tras una gira por Chile y Brasil con Alberto Castillo, se dedicó de lleno a cantar tangos: a la hora del té en el Bohemian Club con el pianista Lorenzini, en el cabaret Tibidabo de la calle Corrientes con orquesta, en la confitería L’Aiglon Noir y en el Tabarís, donde compartió escenario con Juan Carlos Copes, Verdaguer y Margarita Padín.

SALTO IMPORTANTE. En el año 1957 rindió una prueba decisiva con el fin de ser cantante de Francisco Canaro, y la expectativa que significaba vincularse a un nombre preponderante del espectáculo porteño. Cantó el tango Lo han visto con otra, acompañada por el pianista Oscar Sabino, siendo aprobada, Debutó con la orquesta en la comedia musical Tangolandia (de Canaro y Pelay) en el teatro Alvear. Allí fue cuando Pirincho la asignó el nombre: Isabel de Grana. Renombrados artistas integraban esa compañía: María Esther Gamas, Tito Lusiardo, Jorge Vidal, Alba Solís, Tono Andreu, Carmen Vallejos, Beba Bidart, el ballet de Copes y María Nieves. Isabel cantó a dúo con Juan Carlos Rolón el vals Noche deseada y sola el tango No te doy bolilla. Esa comedia tuvo enorme éxito y realizó muchísimas giras por el país.

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RADIO, GIRAS Y DISCO. En 1958/59 la orquesta de Canaro con Isabel de Grana actuaron en radios Libertad, El Mundo, Belgrano y Canal 7 de televisión. También animaron los carnavales del Club Rosario Central, mientras seguían las giras por el país, extendiéndose a Santiago de Chile y Uruguay. En 1960 se presentó Canaro en el emblemático Glostora Tango Club (cuando en el verano entraba en receso De Ángelis, la atracción central). Isabel de Grana y Eduardo Adrián eran los vocalistas. Al año siguiente, la cancionista integró el dúo vocal con Ernesto Herrera en el periplo que cumplió Canaro durante un mes en Japón.

Al fin Isabel llegó al disco, grabando entre 1961 y 1964 diez temas con Pirincho, entre ellos los tangos Bandoneón arrabalero y De mi barrio. Su figura atractiva volvió a la televisión, actuando en Canal 13 en los programas Casino Philips, el Show de Juan Carlos Mareco y Sábados circulares, de Pipo Mancera. A la vez, formó parte de la compañía que en el teatro El Nacional ofreció obras emblemáticas de Alberto Vaccarezza, junto a artistas de primera línea y la orquesta de Osvaldo Pugliese.Tras el fallecimiento de Canaro, ocurrido el 14 de diciembre de 1964, reinició Isabel su ciclo como solista. Actuó en programas radiales y televisivos, locales nocturnos y giras por ciudades del país, presentándose también en Uruguay, Chile y en una importante gira por Colombia, donde impuso éxitos como los tangos Ahora no me conocés, Gloria y Padre Nuestro. Luego de una gira por el sur y cantar en Radio Carve de Montevideo, en 1969 abandonó definitivamente la vida artística.

MÉRITOS. Una amplísima trayectoria en programas y escenarios de renombre, recorridas por el país y el exterior cantando con su voz suave y expresivo fraseo, avalan a la cancionista que evocamos. No estuvo entre las mejores, no fue diva como ilustres antecesoras y poco se sabe de su vida íntima, una faceta que suele otorgar repercusión. Pero dejó su sello y discos, a través de los cuales se puede escuchar a esta buena cantante que se llamó Isabel de Grana, en ediciones remasterizadas de la colección Reliquias. Falleció el 6 de abril de 1997 en su casa de la calle Agüero, de Barrio Norte.

DISCOGRAFÍA. Isabel de Grana registró 10 grabaciones con la orquesta de Francisco Canaro, cinco de ellas en Japón, teniendo como compañeros del rubro vocal a Ernesto Herrera y Francisco Amor. Además grabó tres tangos (Gloria, Garufa y De mi barrio) en Chile, en acetato, acompañada por la orquesta de Carlos Arci.

ANECDÓTICO. La vinculación de Isabel de Grana (nombre artístico) como cantante estable de Francisco Canaro resultó el canal por el cual Pirincho, bohemio y mujeriego empedernido, tuviera un amor clandestino. Estuvo casado legalmente, hasta su fallecimiento, con una francesa, Martha Gessaume, sin hijos. Esa otra mujer se llamó Irma Gay (hermana menor de la cancionista) y de esa unión nacieron dos hijas: Rafaela Emma y Argentina Irma Canaro, ambas muy bellas en su juventud.

Fuente: http://franciscocanaro.blogspot.com.ar/2009/12/isabel-de-grana.html

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TANGO JAZZ QUARTET

ALEJANDRO BEELMANN, BATERÍAFEDERICO HILAL, BAJOHORACIO ACOSTA, PIANOGUSTAVO FIRMENICH, SAXO TENOR Y CLARINETE

El conjunto mixtura las melodías y rítmica del tango con la armonía e improvisación del jazz dando por resultado un nuevo punto de vista sobre nuestro genero, esta novedosa propuesta ha cosechado innumerables elogios tanto en el ámbito local como en el plano internacional donde el grupo se ha instalado en los últimos años.

Gustavo Firmenich, líder del conjunto Tango Jazz Quartet, ha recreado en algunos de sus espectáculos las noches de Buenos Aires de hace unas décadas en las cuales se realizaban bailes con las orquesta de tango y de jazz, Típica y Jazz se anunciaban esas noches. En su investigación sobre ambos géneros que tienen muchos puntos en común en sus orígenes hay algo que claramente los diferencio con el paso de la evolución musical de cada estilo: la improvisación. Esto motivo a que desde el año 2000 GF se haya dedicado a estudiar e investigar como poder complementar ambas corrientes musicales.

Para conseguir esto realizo múltiples estudios, pruebas pilotos, formo dúos y tríos con músicos de tango con muchos años de trayectoria para aprender por transmisión oral los secretos del tango de quienes vivieron los años dorados del genero, se documenta con coleccionista de discos de tango sobre todos los antecedentes de fusiones similares, etc.Como consecuencia de estos estudios llega a la formación de Tango Jazz Quartet en el 2005 con el cual busca durante tres años a diferentes músicos que se adapten a esta propuesta novedosa consiguiendo en el año 2007 de consolidar el conjunto, obteniendo rápidamente la aprobación generalizada del publico y de la prensa especializada.

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GRABACIÓN DE VIDEOCLIPSDE TANGO para BAILARINES,ORQUESTAS, ESPECTÁCULOS,FESTIVALES, CURSOS, ETC. !

En la actualidad el grupo ha grabado cuatro discos, el primero de sus placas discográficas lo presento en un concierto en Buenos Aires junto al gran acordeonista Richard Galliano. Realizo giras internacionales que le han generado un gran reconocimiento en el ámbito internacional así como en el ámbito local en donde el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto declara ese trabajo como de interés artístico-cultural.

El grupo realizo Seis Giras por Europa, Una Gira por EEUU, Dos Giras por Sudáfrica, Una Gira por Rusia, Una Gira por China y Una Gira por Brasil.Países en donde ha tocado TJQ: Alemania, Inglaterra, Gales, Suiza, Francia, España, Italia, Bélgica, Rep Checa, Serbia, Hungría, Eslovaquia, Austria, Sudáfrica, Mozambique, Nigeria, China, EEUU, Hong Kong, Rusia, Brasil.Canal YouTube: tangojazzquartet: https://www.youtube.com/watch? v=O8rHLHTIEBw

Notas periodísticas gira Europea 2016: http://www.thejazzmann.com/ features/article/saturday-at- wall2wall-jazz-festival-the- melville-centre-abergavenny- 03-09-2/http://www.walesartsreview. org/live-wall2wall-jazz- festival-2/http://lance-bebopspokenhere.blogspot.co.uk/2016/08/the-globe-does-tango.html

http://lance-bebopspokenhere.blogspot.co.uk/2016/08/tango-jazz-quartet-globe-august-29.html

INFORMACION DETALLADA SOBRE TJQ: https://www.dropbox.com/sh/meudhy0tge7lbpo/AABvB7JvO5zUunXJHbsOAWYLa?dl=0

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Una nota del diario “El Siglo”, de Chile. Nos invitaron a la Feria del Libro que se realizaba junto al Mapocho. Salvador Allende acababa de perder su tercera postulación a la presidencia, pero ninguno de nuestros amigos dudaba que la próxima era la vencida. Conocimos a gentes inolvidables, Enrique Lihn, Jorge Teillier, Carlos Ossa, los Parra, Pablo de Rokha, Manuel del Cabral, el poeta dominicano que por entonces era cónsul en Chile, etc., y con muchos de ellos la relación se prolongó en el tiempo. Héctor , en su libro “La verdad sobre el Pan Duro” de 2007, abunda sobre esta gira mágica y maravillosa, en la que nos acompañó mi Alicia.

Héctor Negro (Buenos Aires, 27 de marzo de 1934 - 15 de septiembre de 2015): ¿La poesía? tengo algunas pistas para creer que puede ser algo más que un delirio que me obsesiona.

Juana Bignozzi (Buenos Aires, 1937 - 5 de agosto de 2015): En la poesía tiene que haber algún misterio, algo que el poeta ve y que el público no.

Pistas y misterios

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Héctor y Juanita –tesis y antítesis- se fueron. Por muy pocos días no viajaron

juntos. Juanita era la única de nosotros que quería, con sinceridad y fervor, hacer “una carrera literaria”, al resto nos ocupaba, con idéntica sinceridad, fervor e ingenuas expectativas, cambiar la vida a golpes de poesía. Tanto ella como el resto, lo comprobamos al final, estábamos equivocados. Eso sí: de una manera que se extraña, que valía la pena. Negro, paseaba, por entonces, con Mabel por el centro y, a la sombra de la magnolia amiga de la Plaza Lavalle, se exaltaba al comprobar “Cuánto día cabe aún en nuestros pulmones” y Bignozzi (en ocasiones, en broma, la llamaba por el apellido) se cuestionaba en su tierra de nadie: ¿Qué vas a hacer Juana/ con la juventud que aún te queda?. Y claro, todo esto sucedió antes de aprender. Y ya pasó. Ahora ya entendemos de qué se trata todo esto, la vida. Claro que algunos, la mayoría de los que éramos, ya olvidaron, lo que de ninguna manera quiere decir que los olvidamos a ellos, y mucho menos que ignoremos que el olvido, de todos modos, sigue allí, aguardándonos, para ser definitivo. Nos quedan por supuesto esas revelaciones con grandes imposibles y olvidos que no llegan, que infatigable, desde “Los límites” (1960) persiguió y a veces vislumbró Juanita, y aquel bandoneón de papel y las letras de milonga de Héctor que, lo mismo

que Manzi, logró con lo que algunos consideraron “un género menor”, una gran poesía, una poesía mayor. Felizmente toda esa armonía de palabras y paisajes suburbanos encontraron a otro gran músico que las descifró cabalmente, Osvaldo Avena, pero los que tuvimos la fortuna de escucharlas cantada por el poeta -que hacia percusión en una mesa del bar- sabemos que nunca volverán a sonar así de vívidas y auténticas. De pronto estallaba una fiesta ¿cómo olvidar la chispa feliz de los ojos del cantautor, la sonrisa pícara, la evocación traslúcida del vestido de azahar y cielo de la morena que se casaba, o los golpecitos en el empedrado de los cascos del caballo del lecherito, o la radiante hermosura de los domingos en los que ella era suya, entera de la blusa al beso. En ocasiones, los músicos de la orquesta de Pugliese, que terminaban el ensayo, se acercaban a escuchar y aplaudían, a veces, también el maestro. Esa, exacta, era la otra vida que recordaba Juanita, en la que “miraba desde la ventana de un bar…”. Y ese bar era el Callao 11(*) ¿cuál otro si no?. En él, en torno a una gran mesa (por abajo gateaba Alejandro, mi hijo, buscando tapitas de botellas) y en una foto que se va vaciando, alguna vez estuvimos todos: Juancito Gelman (con “Violín y otras cuestiones” rompimos fuego) Hugo Di Taranto, gruñón y tierno, Roberto Díaz (presenté su poemario inicial en 1966, en el Teatro de la Fábula), Rosario Masse (lo llamábamos “el

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viejo Vallejo reencarnado” ), Pipo Silvain, que hacía cantar a las calles, a los tranvías, a Caballito, su barrio, y a la lluvia, Juan Hierba, que un buen día cumplió con lo prometido en un poema, dejó absolutamente todo y se fue a una isla lejana (a vivir y a morir), Guillermo Harispe, y su pequeño inventario de aventuras, Carlos Somigliana, que nos dejó en el alma, grabado a fuego, el “Nunca más”, y Atilio J. Castelpoggi, otra mirada, la del 40, pero idéntica pasión joven. Naturalmente también los que duramos. Perdonen, por no nombrarlos, es por cábala. …Y, así, todos los miércoles, obligatoriamente, la foto se componía, abigarrada. Estaban los infaltables: Cacho Costantini, Julio Huasi, Miguel Ángel Bustos, Susana Vallés, Marcelo Ravoni, Quique Blaisten, José Portogalo, Rodolfo Campodónico, que se enojaba conmigo (y muy en serio) cuando elogiaba a su maestro por lograr que “Evita saliera fea” en los afiches, y también los otros, los visitantes intermitentes: José Luis Mangieri, Carlos Alberto Brocatto, Rubén Chihade, Luis Luchi (nos reencontramos en Barcelona y en Madrid) Mario Jorge De Lellis, Paco Urondo, David Álvarez Morgade, el negro Portantiero, Alejandra Pizarnik, Armando Tejada Gómez, César Fernández Moreno, Mercedes Sosa, Ramón Plaza, Piri Lugones, Roberto Santoro y todos los amigos de “El barrilete”, y también los del “Grillo”, o “Poesía Buenos

Aires”, con quienes peleábamos fuerte, y nos identificábamos y , desidentificábamos en Continuum, cada vez más fuerte las dos operaciones, pero no necesariamente en ese orden, y un etcétera interminable y gozoso. De repente me viene a la memoria una noche en la que, al enterarse que Raúl González Tuñón había prologado mi primer libro, alguien murmuró “y claro…Raúl no le niega un prologo a nadie”, cuando le pedí explicaciones me dijo que a él también lo había prologado. Raúl era uno de nuestros padres adoptivos, el otro era Tico Pisarello. En fin, Juana, Héctor, decíamos que la foto se va despoblando, es de inicio de los 60 y la tomó una noche de verano y lluvia entrecortada, Julio César “Guegué” Fumarola, amigo entrañable de mi infancia en Once, que fue secuestrado el 5 de febrero de 1974 por la Triple A y su cadáver, acribillado a balazos y con signos de tortura, hallado la mañana siguiente en un descampado de Ezeiza. ¡Que amables y consoladores suenan los eufemismos! Las gentes de teatro, por ejemplo, cuando alguno de los de ellos muere, dicen que salió de gira. Cómo me gustaría poseer ese talante (o esa capacidad de engaño y auto-engaño) e informarles que mis dos compañeros del Pan Duro, salieron, simplemente, por ahí, por las esferas, en busca de metáforas. …y abundando en eso de ir borrándose, tampoco existe ya el

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“Callao 11”. Cuando regresé del exilio sencillamente no estaba. Magia. Allí pasaron cosas importantes: Nosotros, nuestros sueños, por ejemplo, pero ¿puede a alguno sorprenderle que algo o alguien haya desaparecido en la Argentina?

Alberto Wainer

(*) El “Callao 11 (Café, bar, billares) estaba en la vereda de Callao, a muy pocos metros de Rivadavia, en diagonal al Congreso, Fue uno de los escenarios insoslayables de nuestra novela generacional, de educación sentimental, política y estética. Hay un tango en su homenaje de Javier Mazzea, lo grabaron las orquestas de Osvaldo Pugliese y de Ernesto Baffa.

‘’Yo no soy músico, yo soy tanguero. Me imaginas a mí tocando la flauta?’’Aníbal Troilo

Ilustración de Miguel Ferreiros

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DISCOS Y LIBROS

Orquesta El Arranque / 20 años, en vivo en Café ViniloCelebrando sus primeros 20 años, El Arranque presenta un nuevo disco lleno de novedades y dos invitados especiales. Este octavo trabajo discográfico incluye el repertorio con su cantor Juan Villarreal, nuevas composiciones y la participación de Lucas Martí y Fernando Cabrera, dos de los más originales y refinados creadores de canciones de la actualidad. Grabado en vivo en Café Vinilo.

Lidia Borda El disco “En vivo en el teatro Coliseo” fue grabado durante

el “Mestiza Festival 2015” y reúne obras de Homero

Manzi, Atahualpa Yupanqui, Cátulo Castillo, Gardel y el “Tata Cedrón”, entre otros

consumados compositores.

Pero también incluye dos obras que podríamos llamar “recientes” dentro de lo que

acostumbra interpretar Borda, son Crisantemo,

de Luis Alberto Spinetta y el fado Estranha forma de vida.

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Carlos “Tata” Santana

A solas con mi guitarraA este intérprete

pertenece la música de fondo que acompaña la

presente edición.

Tango. Ventanas del presente II

-La polémica sobre el tango electrónico en sus inicios -Las nuevas composiciones para orquesta típica -La producción musical en los 80 y 90-La estética actual: entre la noción de género y la hibridación -Mujeres bandoneonistas en la historia y su crecimiento actual-La ubicación del tango entre la cultura culta y la cultura popular: discusiones y políticas públicas-Los documentales sobre el tango de los últimos 15 años: la narración de la historia reciente-El tango barrial: la historia íntima

de la ciudad de Buenos Aires -Diálogos entre tango y murga: historia porteña y propuestas musicales actuales -Cantores con guitarras: continuidad histórica y matices contemporáneos

Se consigue en las siguientes librerías de la ciudad de Buenos Aires:Antígona (Corrientes 1543)Vivaldi Libros (Santiago del Estero 998).

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