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Paul Bercherie 4 Capítulo I: Pinel Pinel tiene un espíritu claro y sintético muy dotado para la observación. Funda una tradición: la de la Clínica como camino consiente y sistemático. Representa a Francia del siglo XVIII donde consideraban que el conocimiento es un proceso cuya base es la observación empírica de los fenómenos que constituyen la realidad. A esos fenómenos debe agruparlos en función de sus analogías y de sus diferencias; constituirá clases, géneros, especies... se dedicó a la aplicación rigurosa de la doctrina en el campo completo de la práctica médica: medicina clínica, nosografía filosófica y el tratamiento médico-filosófico de la alienación mental. Sydenham es uno de los iniciadores del retorno a Hipócrates, le transmitirá a Locke confianza en la observación y desconfianza en la teoría que volvemos a encontrar en Pinel, vía Condillac y los ideólogos. Pinel abre la exploración sistemática de un campo y el ordenamiento de los fenómenos que lo constituyen. Camino sobre el cual se constituye después el saber positivo de la psiquiatría. La psiquiatría seguirá con un retrasos de medio siglo la evolución de la medicina: Pinel fue de los que constituyeron la clínica médica como observación y análisis sistemático de los fenómenos perceptibles de la enfermedad; resultado: su Nosografía. Allí aisló las grandes clases sintomáticas donde la anatomía patológica juega un papel secundario en la clasificación: las flegmasías o hemorragias son clasificadas según el lugar donde se producen en el cuerpo. Esto constituye uno de los síntomas del proceso mórbido. 10 años más tarde, Bichat planteará el ppio de base del método anatomo-clinico: la lesión local explica el cuadro clínico y este la manifiesta en el exterior. Falret y su descendencia desborda y conmociona la clínica de Pinel y Esquirol. Pinel considera la alienación mental como una enfermedad en el sentido de las enfermedades orgánicas, una perturbación de las funciones intelectuales del SN. Las ubica en la clase de las neurosis, de as afecciones del SN “sin inflamación ni lesión de estructura”, y por ello no entran ni en la clase de las flegmasías ni en las de las hemorragias o de las lesiones orgánicas: son tamb afecciones sin fiebre. Lo importante es que la lesión no es constante y por lo tanto representa un elemento contingente. La alienación mental forma parte de las neurosis cerebrales, que pueden ser de dos tipos 1

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Paul Bercherie 4Capítulo I: Pinel

Pinel tiene un espíritu claro y sintético muy dotado para la observación. Funda una tradición: la de la Clínica como camino consiente y sistemático.

Representa a Francia del siglo XVIII donde consideraban que el conocimiento es un proceso cuya base es la observación empírica de los fenómenos que constituyen la realidad. A esos fenómenos debe agruparlos en función de sus analogías y de sus diferencias; constituirá clases, géneros, especies... se dedicó a la aplicación rigurosa de la doctrina en el campo completo de la práctica médica: medicina clínica, nosografía filosófica y el tratamiento médico-filosófico de la alienación mental.

Sydenham es uno de los iniciadores del retorno a Hipócrates, le transmitirá a Locke confianza en la observación y desconfianza en la teoría que volvemos a encontrar en Pinel, vía Condillac y los ideólogos.

Pinel abre la exploración sistemática de un campo y el ordenamiento de los fenómenos que lo constituyen. Camino sobre el cual se constituye después el saber positivo de la psiquiatría.

La psiquiatría seguirá con un retrasos de medio siglo la evolución de la medicina: Pinel fue de los que constituyeron la clínica médica como observación y análisis sistemático de los fenómenos perceptibles de la enfermedad; resultado: su Nosografía.

Allí aisló las grandes clases sintomáticas donde la anatomía patológica juega un papel secundario en la clasificación: las flegmasías o hemorragias son clasificadas según el lugar donde se producen en el cuerpo. Esto constituye uno de los síntomas del proceso mórbido. 10 años más tarde, Bichat planteará el ppio de base del método anatomo-clinico: la lesión local explica el cuadro clínico y este la manifiesta en el exterior.

Falret y su descendencia desborda y conmociona la clínica de Pinel y Esquirol. Pinel considera la alienación mental como una enfermedad en el sentido de las enfermedades orgánicas, una perturbación de las funciones intelectuales del SN. Las ubica en la clase de las neurosis, de as afecciones del SN “sin inflamación ni lesión de estructura”, y por ello no entran ni en la clase de las flegmasías ni en las de las hemorragias o de las lesiones orgánicas: son tamb afecciones sin fiebre.

Lo importante es que la lesión no es constante y por lo tanto representa un elemento contingente.

La alienación mental forma parte de las neurosis cerebrales, que pueden ser de dos tipos

1. Abolición de la función (afecciones comatosas)2. Perturbación de la función (vesanías), que comprenden la alienación mental, la locura propiamente dicha y

algunas otras “enfermedades mentales que no hacen del sujeto un alienado en sentido estricto:2.1. Hipocondría2.2. Sonambulismo2.3. Hidrofobia

La alienación mental no forma una clase en la nosografía, no es una categoría empírica, social (la enfermedades mentales crónicas justifican la internación).

Estudio de la locura: las grandes clases en las que se reparten las manifestaciones mórbidas:

1. Manía propiamente dicha: delirio general, lesionadas muchas de las funciones del entendimiento (percepción, memoria, juicio, afectividad, imaginación, etc.) acompañada de viva agitación. Pinel distingue una subvariedad: manía sin delirio o manía razonante.

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Paul Bercherie 42. Melancolía: delirio limitado a objeto o serie particular de objetos, las facultades mentales intactas fuera de ese

núcleo delirante y el comportamiento coherente y comprensible teniendo en cta las ideas delirantes. Estado afectivo y el tema del delirio pueden ser de naturaleza triste o alegre y exaltada.

3. Demencia o abolición del pensamiento: el juicio. Es la incoherencia en la manifestación de las facultades mentales, el desorden y la movilidad, la existencia automática; la destrucción de la función de síntesis.

4. Idiotismo: supresión más o menos completa de la actividad mental, el sujeto reducido a existencia vegetativa, con restos esporádicos de actividad psíquica (ensoñaciones dulces, sonidos semiarticulados, crisis de excitación). Puede ser congénita o adquirida, y a menudo transitoria.

Pinel con su nosología apunta a crear grandes clases fenoménicas. Nosotros pensamos con categorías muy diferentes: son los pequeños signos los que importan y los que definen el fenómeno.

La manía de Pinel incluye los estados de agitación maniacos o epilépticos, confusionales, esquizofrénicos, delirantes, ansiosos, histéricos. Estas categorías pueden complicarse.

La nosografía clasifica enfermedades mentales en grandes categorías sirviéndose de los síntomas más notorios. Pinel comienza su trabajo de separación de las locuras sintomáticas y de las locuras idiopáticas o esenciales que continuara por el S XIX con Georget, Baillarger, Magnan y Kraepelin.

Se examinan las perturbaciones de las diversas facultades del entendimiento: sensibilidad, percepción, pensamiento, memoria, juicio, emociones y afecciones morales, imaginación, carácter. La mente es una manifestación del funcionamiento del cerebro y las “relaciones de lo físico y de lo moral del hombre” le parecen fundamentales y permanentes. La locura la concibe un desarreglo de las facultades cerebrales y propondrá cierto n° de causas:

1. Físicas primero:a) Directamente cerebrales: golpe violento en la cabeza, conformación viciosa del cráneo(tamb casos de

idiotismo congénito)b) Simpáticas: que alcanzan el cerebro como consecuencia de sus lazos con los otros órganos del cpo: afección

cutánea, herpes, gota, diversas fiebres.2. Herencia3. Causas morales: ordenadas en dos rubricas:

3.1. Pasiones intensas y fuertemente contrariadas o prolongadas3.2. Excesos de todo tipo, irregularidades de las costumbres y del modo de vida y la “institución” viciosa.

Pinel comprende la acción de las causas morales como las más numerosas y más importantes en la producción de la alienación mental. Actúan por la acción que ejercen sobre el organismo considerado como un todo funcional, perturbándolos. Cita a Crichton que elaboró un catalogo de los efectos diversos ejercidos por las pasiones como alegría, cólera, miedo, tristeza sobre el estado de las vísceras y de las grandes funciones: circulación y respiración. Una vez< adquirida esta perturbación visceral, el cerebro se altera por vía simpática, siendo las causas morales una rúbrica de las causas físicas simpáticas. Las perturbaciones de los sentimientos afectivos y del carácter constituyen uno de los síntomas más importantes de la locura con rasgos de una exaltación pasional.

Las causas no son específicas para los diferentes tipos de locura, exceptuando el idiotismo congénito. Pinel tiende a atribuir la forma del acceso a la “constitución” del individuo, al tipo físico (color cabello, ojos, sexo, etc).

Pinel condena a los empíricos y a su búsqueda de un remedio “especifico” por vía del azar. Las purgas y os vomitivos sistemáticos de los antiguos habían sido suplantados por la sangría. Si escapaban al tratamiento, a menudo quedaban dementes e incurables. La idea de que la enfermedad tal como se nos presenta es esencialmente una

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Paul Bercherie 4reacción saludable del organismo contra la acción de causas que perturban su equilibrio, cuya terminación natural es la cura.

El método expectante de Hipócrates, donde el médico debe abstenerse al máximo de toda intervención que fuera a perturbar el desarrollo del ciclo vital de la enfermedad. Cdo el organismo haya desarrollado su reacción sobrevendrá la “crisis”, la enfermedad finalizará, por eliminación de la “materia mórbida”. El tratamiento moral cuenta con su apoyo, si se debe dejar el cpo liberado a su reacción mental, la mente alterada puede ser conducida nuevamente a la razón con ayuda de la institución curativa. Los contenidos de la mente dependen de las percepciones y de las sensaciones y modificando éstas, se modifica, por intermedio de la afectividad, único motor humano, todo el estado mental. El medio ambiente del alienado jugará un papel capital en la cura. Es necesario aislarlo en institución especial para retirarlo de sus percepciones habituales, de las que engendraron la enfermedad o al menos acompañado en el inicio. Sometido a una disciplina severa y paternal, en un mundo regulado por la ley medica. Por el juego dosificado de las amenazas, recompensas y consuelos, gran cuidado y firmeza, se lo someterá progresivamente a tutela médica y a la ley colectiva de la institución, al trabajo mecánico y a la policía interior que la reglan. El objetivo es subyugar y domar al alienado poniéndolo en estrecha dependencia de un hombre que sea adecuado para ejercer sobre él un poder irresistible y cambiar el círculo vicioso de sus ideas. Para obtener esa transferencia paternal es necesario intimidar al alienado con demostraciones de fuerza, nunca con violencia ni métodos degradantes, los furiosos y agitados no serán encadenados, se los dejara divagar muñidos del chaleco de fuerza, o en el peor de los casos encerrados en celdas. El asilo debe ser un centro de reeducación modelo y panóptico en el que la sumisión es el primer paso hacia la cura; una educación mal hecha predispone a la locura. El sujeto adquirirá una educación que se prolongará en los consejos profilácticos para evitar una recaída.

El movimiento de los Ideologos es filantrópico y social, apunta a una reforma de las costumbres, de la sociedad sana y reglada.

La posición de Pinel en relación a la anatomía patológica de la alienación mental está determinada por su desconfianza hacia los sistemas explicativos. Rechaza las teorías que dan cuenta de la locura por un daño material en el cerebro. Las autopsias que practicó no le mostraron nada contrastante ni especifico. Encontró lesiones en personas que no habían presentado manifestaciones delirantes, a mayoría de las veces ninguna lesión perceptible en la locura. En la mayoría de los casos, exceptuando el idiotismo congénito en los que una deformación cráneo-encefálica parece frecuente, la locura está exenta de daño material del cerebro. Esta toma de posición tiene una consecuencia, la de proporcionar a la idea de la curabilidad de la locura una base teórica: el cerebro no está dañado, la mente solamente está alterada en su funcionamiento, de donde surge la acción posible del tratamiento moral y la curabilidad potencial de la locura en una proporción muy elevada, al menos para la manía y la melancolía. En la demencia y el idiotismo las curas son raras. Pinel se yergue contra el dogma de la incurabilidad de la locura. Lo que hace que le otorgue tanta importancia a la manía intermitente. La intermitencia es el modelo y la prueba de la curabilidad. La manía intermitente tiene sentido tiene el sentido amplio de la alienación metal, aun Pinel no separó sus categorías nosológicas. En el caso de idiotismo adquirido lo da como ejemplo de manía intermitente.

La desconfianza a la anatomía patológica tendrá una consecuencia más importante a mediano plazo: colocar a Pinel contra la corriente del gran mov anatomico-patologico que Bichat inauguró. En relación a las neurosis y a la locura será atacado y abandonado por parte de sus alumnos; pero su posición seguirá sólida, pues se corresponde mas con la realidad objetiva.

Se produce un hiato entre Pinel y su escuela psiquiátrica, por un lado, y el resto de la medicina de la época por el otro.

Pinel introduce una distancia entre la observación de los fenómenos y el ensayo de presentar una teoría explicativa sobre los mismos, que oriente al comportamiento del practicante. Esa distancia y la jerarquía entre observación y

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Paul Bercherie 4explicación es la que funda la clínica y la que constituye la ruptura que opera Pinel rompiendo con la unidad sincrética.

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