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¿Qué es el asma? El asma es una enfermedad crónica de los pulmones que inflama y estrecha las vías respiratorias. (Las enfermedades crónicas son enfermedades que duran mucho tiempo). El asma causa períodos repetidos de sibilancias (silbidos al respirar), presión en el pecho, dificultad para respirar y tos . Con frecuencia la tos se presenta por la noche o en las primeras horas de la mañana. El asma afecta a personas de todas las edades, pero por lo general comienza durante la infancia. En los Estados Unidos hay más de 25 millones de personas con asma comprobada. De estas personas, cerca de 7 millones son niños. A quién afecta el asma Se estima que el asma afecta a alrededor del 5% de la población mundial, cerca de 300 millones de personas. En el caso de los niños es todavía más frecuente, con una prevalencia mayor del 10%. Aunque puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente que se inicie en la infancia, etapa en la que suele estar relacionada con un componente alérgico. Otros factores que influyen en el desarrollo del asma infantil son los antecedentes de asma y tabaquismo en los padres, especialmente en la madre. En los adultos es más frecuente la asociación con sinusitis (inflamación de la mucosa que tapiza las cavidades que hay en los huesos alrededor de la nariz, llamadas senos), pólipos nasales, y sensibilidad a la aspirina o anti-inflamatorios relacionados con la aspirina. También es habitual la relación con ciertas exposiciones ocupacionales (en el lugar de trabajo) como el polvo de madera, resinas plásticas o polvos orgánicos Causas del asma El aumento de sensibilidad de los bronquios se denomina hiperreactividad y hace que los bronquios se cierren ante determinados estímulos como el ejercicio, el aire frío, las infecciones víricas (Cuando un virus entra en su cuerpo y crece), el humo del tabaco, el olor a pintura, etc. Hay 2 factores de causa: 1. Factores etiológicos * Componente genético: muchos pacientes tienen familiares con asma. *Exposición a neumoalergenos: son sustancias que pueden producir alergia, en concreto, síntomas respiratorios. Los más importantes son: ácaros del polvo, pólenes de plantas (gramíneas, parietaria, olivo, platanero…), animales domésticos (pelo y escamas de su piel como el del perro, gato o hámster), hongos microscópicos (domésticos o no, crecen en lugares húmedos), factores ambientales y laborales (tabaco, polvo de madera, metales…). 2. Factores desencadenantes Los más importantes son los relacionados con el clima (frío, humedad, nieve…), el ejercicio físico intenso, los ambientes contaminados, especialmente por el humo del tabaco, las infecciones respiratorias, y algunos fármacos como la aspirina y derivados.

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¿Qué es el asma?

El asma es una enfermedad crónica de los pulmones que inflama y estrecha las vías respiratorias. (Las enfermedades crónicas son enfermedades que duran mucho tiempo). El asma causa períodos

repetidos de sibilancias (silbidos al respirar), presión en el pecho, dificultad para respirar y tos . Con frecuencia la tos se presenta por la noche o en las primeras horas de la mañana.

El asma afecta a personas de todas las edades, pero por lo general comienza durante la infancia. En los Estados Unidos hay más de 25 millones de personas con asma comprobada. De estas personas, cerca de 7 millones son niños.

A quién afecta el asma

Se estima que el asma afecta a alrededor del 5% de la población mundial, cerca de 300 millones de personas. En el caso de los niños es todavía más frecuente, con una prevalencia mayor del 10%.

Aunque puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente que se inicie en la infancia, etapa en la que suele estar relacionada con un componente alérgico. Otros factores que influyen en el desarrollo del asma infantil son los antecedentes de asma y tabaquismo en los padres, especialmente en la madre.

En los adultos es más frecuente la asociación con sinusitis (inflamación de la mucosa que tapiza

las cavidades que hay en los huesos alrededor de la nariz, llamadas senos), pólipos nasales, y sensibilidad a la aspirina o anti-inflamatorios relacionados con la aspirina. También es habitual la relación con ciertas exposiciones ocupacionales (en el lugar de trabajo) como el polvo de madera, resinas plásticas o polvos orgánicos

Causas del asma El aumento de sensibilidad de los bronquios se denomina hiperreactividad y hace que los

bronquios se cierren ante determinados estímulos como el ejercicio, el aire frío, las infecciones

víricas (Cuando un virus entra en su cuerpo y crece), el humo del tabaco, el olor a pintura, etc.

Hay 2 factores de causa:

1. Factores etiológicos

* Componente genético: muchos pacientes tienen familiares con asma. *Exposición a neumoalergenos: son sustancias que pueden producir alergia, en concreto, síntomas respiratorios. Los más importantes son: ácaros del polvo, pólenes de plantas (gramíneas, parietaria, olivo, platanero…), animales domésticos (pelo y escamas de su piel como el del perro, gato o hámster), hongos microscópicos (domésticos o no, crecen en lugares húmedos), factores ambientales y laborales (tabaco, polvo de madera, metales…).

2. Factores desencadenantes

Los más importantes son los relacionados con el clima (frío, humedad, nieve…), el ejercicio físico intenso, los ambientes contaminados, especialmente por el humo del tabaco, las infecciones respiratorias, y algunos fármacos como la aspirina y derivados.

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Tipos de asma

Tipos de asma en función de los factores desencadenantes

1. Asma alérgica: aparece en relación con la exposición a sustancias alérgicas o neumoalergenos como el polen de las plantas, ácaros del polvo, o pelo de animales como perros y gatos. Suelen existir antecedentes familiares o personales de alergia.

2. Asma estacional: su aparición está relacionada con el polen de las plantas; empeora en primavera o a finales de verano.

3. Asma no alérgica: las crisis se desencadenan por sustancias irritantes (como el humo del tabaco, el humo de leña, desodorantes, pintura, productos de limpieza, perfumes, contaminación ambiental…etc.), infecciones respiratorias (gripe, sinusitis…), aire frío, los cambios repentinos de temperatura, o el reflujo gastroesofágico.

4. Asma ocupacional: las crisis se desencadenan por la exposición a sustancias químicas del lugar de trabajo, como polvo de madera, metales, compuestos orgánicos, resinas plásticas…etc.

5. Asma inducida por el ejercicio: desencadenada por el ejercicio o la actividad física. Los síntomas se presentan mientras el paciente realiza ejercicio, o poco tiempo después de finalizar la actividad física.

6. Asma nocturna: se puede presentar en pacientes con cualquier tipo de asma. Los síntomas empeoran a media noche, especialmente de madrugada.

Tipos de asma en función del nivel de control

1. Asma controlado: sin síntomas diarios o nocturnos; no necesita medicación de rescate. Las reagudizaciones son muy poco frecuentes.

2. Asma parcialmente controlado: síntomas diurnos dos o más veces por semana, con algún síntoma nocturno. Es necesario el uso de medicación de rescate más de dos veces por semana, y las reagudizaciones son más frecuentes (una o más por año).

3. Asma no controlado: con tres o más características del asma parcialmente controlado, las reagudizaciones son semanales.

Tipos de asma en función de la gravedad y frecuencia

En función del grado de obstrucción de las vías respiratorias (medido con espirometríaes una

prueba que permite conocer el estado de los pulmones de una persona midiendo el aire que es capaz de inspirar y espirar.), y la gravedad y frecuencia de presentación de los síntomas, se clasifica en los siguientes tipos de asma.

1. Asma persistente: los síntomas aparecen durante todo el año, y asma intermitente si solo se presentan en momentos determinados.

2. Asma intermitente: los síntomas aparecen dos o menos veces por semana, y los síntomas nocturnos aparecen dos o menos veces al mes. Las crisis de asma o exacerbaciones suelen ser breves, y entre una crisis y la siguiente el paciente permanece asintomático. En las pruebas de función pulmonar, el FEM y/o FEV1 es mayor del 80% (se considera como normal el 100%), y la variabilidad es menor del 20% (los valores de las pruebas de función pulmonar o espirometría no cambian tras administrar medicación para dilatar los bronquios o broncodilatadores).

3. Asma persistente leve: los síntomas aparecen más de dos veces por semana, pero no a diario, y los síntomas nocturnos aparecen más de dos veces al mes, pero no todas las semanas. En las pruebas de función pulmonar, el FEV1 es mayor del 80%, y la variabilidad se encuentra entre el 20 y el 30%.

4. Asma persistente moderado: los síntomas aparecen todos los días, afectando la actividad normal y el sueño. Los síntomas nocturnos aparecen todas las semanas al menos una noche. El FEV1 está entre el 60 y 80%, y la variabilidad es mayor del 30%.

5. Asma crónico: los síntomas son continuos. Las crisis o reagudizaciones son muy frecuentes y graves. Los síntomas nocturnos son prácticamente diarios. El FEV1 es menor del 60%, y la

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variabilidad mayor del 30% (los valores de la espirometría mejoran mucho tras administrar medicación broncodilatadora).

Síntomas del asma 1. Tos: es generalmente irritativa, con pocas flemas, y en ocasiones absolutamente seca. Suele

cursar en forma de accesos de tos, sobre todo por la noche y con el esfuerzo físico. 2. Dificultad para respirar o disnea: generalmente al hacer ejercicio. En casos de reagudizaciones

graves puede aparecer al hablar, o incluso en reposo. 3. Sibilancias: silbidos en el pecho que se escuchan con el fonendoscopio al explorar al paciente, y

que son producidos por el paso del aire a través de las vías aéreas más estrechas. También puede producir sensación de opresión en el pecho, mucosidad espesa que cuesta expulsar, y síntomas nasales como picor, estornudos, taponamiento…

Tratamiento del asma El asma tiene dos tratamientos posibles: Ya que NO tiene cura esta la prevención para evitar su aparición, y el control de los síntomas cuando la prevención fracasa y es inevitable que se desencadene una crisis, más o menos intensa.

Tratamientos del asma: medidas no farmacológicas

El objetivo de estos tratamientos es evitar, en la medida de lo posible, las causas que producen o desencadenan la enfermedad.

1. Pólenes: los días de viento, secos y soleados, que es cuando hay una concentración mayor de polen, es mejor no salir, salvo que sea imprescindible, y en ese caso permanecer al aire libre el menor tiempo posible; evitar salir al campo y hacer ejercicio al aire libre, viajar con las ventanillas del coche cerradas y utilizar filtros antipolen en el aire acondicionado; usar gafas de sol con protección lateral para evitar el contacto del polen con los ojos; y ventilar la casa durante 15 minutos por las mañanas, para que el resto del día permanezca cerrada.

2. Ácaros del polvo: disminuir, siempre que sea posible, la humedad ambiental; evitar las alfombras, moquetas, cortinas, tapicerías, así como un exceso de objetos decorativos, ya que todos estos elementos acumulan polvo; escoger muebles que se limpien fácilmente con un paño húmedo; lavar la ropa de cama al menos dos veces por semana; utilizar aspirador controlando la limpieza de los filtros, y usar fundas antiácaros para el colchón y la almohada.

3. Hongos: no pasear por terrenos húmedos en otoño y en invierno tras la caída de la hoja, ventilar asiduamente las estancias oscuras y húmedas de la casa, eliminar las posibles manchas de humedad de las paredes, techos y ventanas y utilizar pinturas anti-moho, evitar el exceso de plantas dentro de la vivienda y no visitar graneros, bodegas, sótanos, o lugares similares donde puedan prosperar estos organismos.

4. Animales: sacar al animal de la vivienda y realizar después una limpieza exhaustiva. Si esto no es posible, impedir que el animal entre en el dormitorio, y lavarlo una vez por semana. Existen, además, productos que disminuyen la “carga alérgica” mejorando así los síntomas.

5. Fármacos: alrededor del 10% de las personas con asma tienen intolerancia al ácido acetil salicílico (aspirina) y sus derivados, por lo que debe evitarse su ingestión.

Tratamiento médico del asma

Los dos grandes grupos de medicamentos indicados para el asma son los antiinflamatorios y los broncodilatadores.

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1. Antiinflamatorios: los más utilizados son los corticoides (beclometasona, budesonida, fluticasona); disminuyen la inflamación de los bronquios. Existen formulaciones por vía inhalatoria o por vía oral o intravenosa en caso de reagudizaciones más graves. Otros medicamentos antiinflamatorios son las cromonas, que se utilizan por vía inhalada (cromoglicato y nedocromil sódico) y los antileucotrienos, que se toman en forma de pastillas (montelukast y zafirlukast).

2. Broncodilatadores: se utilizan agonistas beta 2 (salbutamol, terbutalina, salmeterol y formeterol), anticolinérgicos (bromuro de ipratropio) y metilxantinas, y su función consiste en aumentar el diámetro del bronquio. Se administran de forma inhalada (mediante spray), ya que así llega mayor cantidad de fármaco al pulmón, con menos efectos secundarios para el organismo. Existen varios tipos: cartucho presurizado, cámara de inhalación o polvo seco.

3. Inmunoterapia: se emplea únicamente en los pacientes sensibles a un alergeno, en los que no se ha conseguido una respuesta adecuada del asma, a pesar de seguir un tratamiento farmacológico y cumplir unas medidas de evitación apropiados. Se administra en el hospital por personal especializado.

4. Antihistamínicos: no controlan el asma pero sí son útiles para disminuir los síntomas alérgicos como picor en la nariz, estornudos, enrojecimiento de los ojos...

Recomendaciones para el asma Todos los pacientes asmáticos saben que el ejercicio les puede provocar una crisis, sin embargo, la actividad física es fundamental para llevar una vida sana y respirar mejor. Por eso es importante el ejercicio físico, pero adoptando una serie de precauciones: tomar la medicación (generalmente

broncodilatadores inhalados) antes de comenzar, realizar un calentamiento controlado y progresivo, dosificar el ejercicio a intervalos, evitar los ejercicios máximos en intensidad, y tener

siempre a mano la medicación. 1. Fisioterapia respiratoria: incluye una serie de ejercicios que ayudan a respirar mejor y mejoran

la mecánica respiratoria. Son muy útiles en las crisis o reagudizaciones. 2. Revisiones periódicas: los pacientes con asma deben acudir de forma periódica a la consulta de

neumología, donde les realizarán una espirometría para ver la evolución de la enfermedad y la

respuesta al tratamiento. 3. Medicación: es fundamental tomar la medicación todos los días (generalmente inhalada), aunque

el paciente se encuentre bien. De esta forma, la inflamación está controlada, evitando así la aparición de reagudizaciones.

Signos de alarma

Hay algunos signos de alarma que estos pacientes deben conocer y que aparecen en las crisis o reagudizaciones.

1. Sensación de ahogo al estar sentado o caminar despacio

2. Dificultad para hablar

3. Fatiga que no se alivia a pesar de utilizar el inhalador repetidas veces

4. Aparición de síntomas por la noche con frecuencia

5. Coloración azulada de los labios y las yemas de los dedos

En estos casos hay que acudir a urgencias para una correcta valoración por el médico y poder recibir el tratamiento adecuado. Puede ser necesario el ingreso en el hospital en situaciones graves

En Colombia, el 10 % de la población, 4.5millones de personas, sufre de asma,