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Monterrey, N. L. México. Octubre de 1996. Por: Alma Leal Aroma de café en mi taza violines alegres en mi oído y en mi mente Monterrey 400, casi derruido Es el ayer, la gente hoy inexistente la calle bautizada de MORELOS, 4:30 de la tarde, relojes públicos MODERNOS, 1936 el año, Casa Cannavati, Emulsión Scott, y en Alemania, nosotros sin sospechar siquiera empezaba una guerra, que a millones de seres extinguiera. La gente pasa, los edificios quedan, Banco Mercantil, Tomás Mendirichaga Hernández Hotel Continental, el Gran Héroe Nacional Gral. Lázaro Cárdenas, que una nueva Patria nos ofreciera, Y el Norte, Sur, Oeste desde torres de Catedral. Monterrey 400 es una alegoría, Los últimos 100 años plasmados en fotografía, Nos muestran apenas una leve mejoría.

PoesíAs3

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Monterrey, N. L. México.

Octubre de 1996.

Por:

Alma Leal

Aroma de café en mi taza

violines alegres en mi oído

y en mi mente

Monterrey 400, casi derruido

Es el ayer, la gente hoy inexistente

la calle bautizada de MORELOS,

4:30 de la tarde, relojes públicos MODERNOS,

1936 el año, Casa Cannavati, Emulsión Scott,

y en Alemania, nosotros sin sospechar siquiera

empezaba una guerra, que a millones de seres extinguiera.

La gente pasa, los edificios quedan,

Banco Mercantil, Tomás Mendirichaga Hernández

Hotel Continental, el Gran Héroe Nacional

Gral. Lázaro Cárdenas, que una nueva Patria nos ofreciera,

Y el Norte, Sur, Oeste desde torres de Catedral.

Monterrey 400 es una alegoría,

Los últimos 100 años plasmados en fotografía,

Nos muestran apenas una leve mejoría.

Monterrey, N. L. , México.

20 de Septiembre de 1998.

Por:

Alma Leal.

Se entretejió mi alma, feliz y complacida,

entre las letras y palabras del canto silabario

Vagué por la negra marea que Octavio pasó en Claro,

y en Clara Alusión, formé mi propio río,

ese que se curva, avanza, retrocede, y da un rodeo,

para poder llegar alguna vez,

a tu pensamiento y a tu corazón.

Por:

Alma Leal

Limpios veneros de agua fresca en mi interior,

Se desplazan serenamente, pausadamente,

Sosegando magníficamente, benévolamente,

Mi dolor.

Monterrey, N. L. México.

Por:

Alma Leal.

Basta volver a ser niña y recordar.........

la brisa......y sentirla......y cantar...........

junto al ritmo del viento y del bambú,

y de los tules...........................................

Y volver a caminar despacio

por todo el bordo del lago,

en las tardes interminables,

de aquellos lejanos veranos.

Monterrey, N. L. México.

20 de Septiembre de 1998.

Por:

Alma Leal.

Tan cerca del sol, la Tierra. Tan lejos del recuerdo........mi memoria........

mi sentimiento fervoroso se une

a la clara gota de agua recorrida

hasta la última nervadura de la hoja.

Y allí, baluarte suspendido........

se adhiere ínclito,

como esperando..... que un viento suave

la estremezca y lo lleve consigo, en su memoria.

Monterrey, N. L. México.

20 de septiembre de 1998.

Por:

Alma Leal

Esta tarde, esta lluvia........

recordé los pasos de mi otoño,

hice el recuento de los años,

y el inventario inacabable de mis cosas.

Me acerqué al Diario secreto,

aquel en el que un día escribiera

y describiera, y descubriera,

que había dejado de ser adolescente................

y ahora.........era mujer, enamorada platónicamente

de mi primer amor.

Abierto el Diario, violada mi conciencia y mi corazón

expuesto al rojo vivo del escarnio,

levanté barricadas....pétreos muros....y vigías torres.

Hoy, derribado el miedo interno,

mi soledad pasea libremente, para tratar de edificar

el verdadero Amor.

Monterrey, N. L. México.

20 de Septiembre de 1998.

Por:

Alma Leal.

Mi espíritu insurrecto se desborda

en esta habitación encarcelada y fría,

sus lazos los desata.....

y en pos de la anhelada cercanía,

cruza fronteras y praderas amarillas.

Recuerdo tu sonrisa hermosa, imagino tu rostro,

acaricio las palmas de tus manos

y al pretender que me quieres y te amo,

nos estrechamos suavemente entre mis brazos.

Mi alma arrobada encuentra el cauce,

Latir y sentir acompasados,

se arrullan en las olas del piélago profundo,

ese mar hospitalario de lágrimas de sal,

como el sollozo.

Monterrey, N. L. México.

Por:

Alma Leal.

Remonto el vuelo hacia las cumbres

para tomar la inspiración en las alturas

ya que mis versos, que no son predecibles

afloran espontáneos por mis venas.

De algarabía plena, de desbordante dicha

surcando voy el infinito...........

aún sin comprender, sin sospechar siquiera

el principio ni el fin de la carrera.

Monterrey, N. L. México.

Por:

Alma Leal.

Un aroma delicioso, decantado ha

impregnado el aire que despierta mis sentidos,

amanecer de dicha, de sol, y de esperanza

por el mañana lejano que voltea y me mira...........

Y el ¡Ay ¡ del ayer,

furtivo escapa.

Unos pétalos de rosa, y una jalea de moras,

moras blancas, moras moradas,

y en el rubor de mi cara se adivina el juego, risas....

y más tarde , los amores de otros,

bajo la luna plateada.

En el jardín de mi Madre

Chismes, geranios, laureles,

y una que otra resedá

también palmeras y fresnos: una noria

y una troje, una cerca de madera,

y una puerta mosquitera, y otra de madera y vidrio,

ésta con chapa dorada, y adentro de nuestra casa,

blanca y roja pintada,

los 3 cuartos más hermosos

que mis ojos hayan visto.

Uno con cómoda y luna,

otro con mesa y lozero,

y en el de la iguana disecada,

una sala y un ropero.

Afuera en el corredor, con techo de teja roja,

con pisos de pasta azul,

con nubes desdibujadas

y la columna en la esquina, adornada de ladrillos,

y una vez, en una jaula, el perico habla y habla,

y nosotros en los juegos,

¿hay cerveza? .......... ¡en la otra mesa! .

Monterrey, N. L. México.

Agosto del 2002.

Por:

Alma Leal.

El cielo azul y claro nos mira levemente,

furtivamente, el pájaro, se acerca y canta,

las nubes blancas se mueven lentamente

y el alma llena de cariño, prodiga sus afectos,

su amor, su encanto,

su dicha toda de poder amarte tanto.

Madre, a Dios doy gracias

por tenerte todavía a mi lado.

(Mi queridísima madre murió el 4 de Septiembre del año 2,009) Descanse en Paz.

tu risa, tus palabras, tus manos tejedoras,

tu pelo blanco cano, tu inteligencia para saber

la medida de todas las cosas,

es un gozo infinito saber que soy tu hija,

que la hiciste de Padre, de Madre, de amiga, de hermana,

y que cada uno de tus hijos, es tu hijo predilecto, y tú......

mi Madre.

Hoy le cambiaría al original:

Y que yo soy tu hija Predilecta…y tú, mi Madre.

Monterrey, N. L., México.

Agosto del 2002.

Por;

Alma Leal.

Caducos pétalos suaves, de diversos colores,

al disonante oído caen sin previo aviso

al tallo solitario dejan, como sabiendo sin saber,

al nuevo hijo que paren.

De cúmulos de tálamos, de lisonjeras notas

que el viento lento prodiga en armonía

se envuelve el aire, y al olfato halaga,

que trémulo y gozoso sin esfuerzo, se llena levemente,

de la tranquila luz que el crepúsculo arrastra

hasta el confín lejano, invisible, que contiene

nuestro nido, y nuestras vidas.

Monterrey, N. L. México.

Agosto del 2002.

Por:

Alma Leal.

RENACIMIENTO.

En cada amanecer

la luz que da la vida; y en cada ocaso,

ardiente mi alma

en sus llamas ondeantes se consume........Consumación.

y al renacer, Renacimiento.

Ferviente, el paso al tiempo apremia,

como queriendo intensamente renovarse

y no perderse ni un instante

del incesante, etéreo, eterno fuego celestial

Monterrey, N. L. México.

Agosto del 2002.

Por:

Alma Leal.

De nostalgia pura se envuelve mi alma

recordando el pasado lejano y brumoso

y da pie a que recorra atrás en el tiempo,

las calles inciertas, el camino largo, las curvas extensas,

sinuosas, eternas; los mares y valles,

las selvas, los bosques, las islas.

Caminos y calles, veredas, derechos de paso, por donde

anduvieron gentes milenarias, desde los Romanos,

y los de Compostela, los Anglo-Sajones, el Mongol y el Tártaro.

Y de todos los mares.........el Negro, el Caspio, el Adriático,

el Pacífico, el Atlántico, el del Norte, el Caribe, el Mediterráneo.

Monterrey, N. L. México.

Por:

Alma Leal.

Cuando empieza la vida fulgurante y agorera

la luz cálida y celeste que el Universo crea

nos da la bienvenida, cascadas de dicha

a nuestro alrededor dispersa

y nuestros padres nos cobijan,

tarde nos enteramos que la vida no es eterna.

Cuando ellos mueren, ya nosotros

debimos traer al mundo vida nueva,

y así, cuando nos toque el turno,

ellos se quedan.

Monterrey, N. L. México.

Algún día de marzo de 2003.

Por:

Alma Leal.

Por una orilla, sin ser orilla,

nace el sol todos los días,

los días que no son días,

sólo tiempo, y tu me olvidas.

Con una luna de plata, sin ser de plata,

con su sonrisa y sus ojos, sin tener cara,

adorna con luz prestada,

mientras el sol se distancia.

En esta tierra de sombras,

mientras se dicen palabras,

palabras que no dicen nada,

mientras se libran batallas.

Monterrey, N. L. México.

Mes de Febrero del 2003.

Por:

Alma Leal.

Mide mis palabras por su solemnidad.

Los deseos que pongo a mis palabras son como las montañas,

como los ríos más grandes de la tierra,

como el limo de sus márgenes,

que ha legado Historia eterna.

Mis palabras hazlas tuyas,

son como el agua bendita,

sin ser agua dan vida,

sin ser benditas curan.

Mis palabras son pensadas,

no están hechas con el viento,

aunque no las escribo en piedra,

perdurarán en el tiempo.

Tú acucioso analista,

y crítico especialista,

usa mi ejemplo y ejerce tu razón,

los poetas escribimos también con el corazón.

Monterrey, N. L. México.

Algún mes del 2003.

Por:

Alma Leal.

Es el comienzo de los tiempos

y no hay nadie,

el estruendo imponente de las montañas gigantes,

el nacimiento del agua en los ríos y en los mares,

los glaciares con sus hielos,

los desiertos y las dunas,

prepararon lentamente, la tierra de nuestro hogar.

Nuestra conciencia se engrandece en dimensión,

derivada de materia, es cuna de la comprensión,

laboratorio de ideas, unas brillantes, otras pequeñas,

unas falsas, otras verdaderas,

como éstas que te digo yo.

Monterrey, N. L. México.

Septiembre del 2002.

Por:

Alma Leal.

Para un gran amor, ante su tumba.

Esto es lo que mi alma,

henchida de deseos y placeres

prodiga hasta tu morada.

Un macetón de piedra calcinada,

con crisantemos de miríadas de pétalos,

que al suave mecerse de la brisa,

parece que sonríen, alegremente.

Justo es pensar que a mitad de tanta pena,

el alma agobiada y quejumbrosa

busque solaz en tu mirada.

Construyo y me apropio de paisajes,

con ríos, lagos, flores y montañas,

escalando con alas a la cima,

portentoso es el dejo de mi alma,

que en la bruma pasajera se desliza,

como buscando acercarla con la tuya.

Tú me enseñaste lo sencillo de las cosas,

el renacer del alma, y a la vez,

el intrincado y conflictivo laberinto,

que a la par del agua desbordada

de los ríos, de los lagos, cae cual cascada,

que martilla a la piedra y la desgaja.

Así fue nuestro amor: platónico, sublime,

discreto, prohibido. Amor de olvido y de esperanza,

amor honesto y de enseñanza.

Amor, de un valor inapreciable,

con anhelos que los dos supimos siempre

que era inalcanzable. Juntos sufrimos, juntos reímos,

enlazamos nuestras manos, y al corazón le desatamos

esa mordaza que marchita,

fuimos libres, nos amamos,

así aprendimos que en el amor

hay mil formas sublimes de expresar

el sentimiento, sin herir a terceros,

sin agravio irreversible,

y sé que Dios al prodigar sus bendiciones,

su propia mano se posa ante tu tumba, acaricia tu frente,

le da serenidad a nuestras almas,

y si lo nuestro fue un pecado,

el habernos amado platónicamente sin medida,

El , nos perdona.

Descansa en paz.

Monterrey, N. L. México.

20 de Febrero del 2003.

Por:

Alma Leal.

Soñé contigo anhelosa. Inalcanzable, inaudible,

siempre vives en mi vela.............

mi vela vigía, vigilante.

Se quema...... lentamente.........en mi agonía.......

ardientemente...................fugazmente.

Yo velo por ti,

con el cirio de Damasco,

y en el incienso eterno

de fragancias mixtas,

se extingue mi vela, y mi desvelo,

y vuelvo a renacer,

acezante, incansable,

velando a la vela,

a tu vela, a mi vela,

desvelando, desvelada,

las velas reveladas, veladas, develadas.

Monterrey, N. L. México.

20 de Febrero del 2003.

Por:

Alma Leal.

Quiero que sin rodeos, sin mentiras, sin tapujos,

mis palabras,

nis sorucsbo, in soralc, nis adidem, nis res

nuevo lenguaje, se adhiera, eso sí, sin faltas de ortografía,

con gramática perfecta, con los debidos acentos,

los prosódicos y los ortográficos,

en los recónditos, íntimos, solitarios parajes de tu cerebro,

y de tu corazón, sigue estas líneas continuas

que asemejan los latidos de mi alma,

y en los picos sube conmigo,

y en el tobogán desliza tus ideas

y contéstale a mi corazón.

Monterrey, N. L. México.

20 de Noviembre del 2000.

Por:

Alma Leal.

Estos son secretos de mi corazón,

te los confío.

Porque son de dicha pletórica,

porque si así no fuera,

no desearía herir tu corazón con mis congojas,

ni mis llagas de amor, ni mis heridas leves.

Estas tribulaciones y tristezas,

mis llantos represados,

mis deseos contenidos,

mis recuerdos prohibidos,

los besos anhelados,

los abrazos compartidos,

los lavo en la lluvia de la tarde,

los hago renacer con los rayos del alba,

los vuelvo sublimes en el altar de mi memoria,

y los guardo para ti

en esta hoja.

Monterrey, N. L. México.

12 de Diciembre del 2,000.

Por:

Alma Leal.

Día,

veo tu claridad incolora y me parece hermosa,

y esta lluvia tranquila y perezosa,

cadente y armoniosa,

que predispone enteramente

mi ánimo gregario.

Escribo para hacerte compañía

describo el escenario que nos guía,

nos alienta, nos delinea, nos intelectualiza.

Un color que no es color,

una lluvia que al caer se gasta,

y el aire fresco, matinal, libre y puro,

y el ruido armonioso de un chorrito

que se alarga, que se acorta, que se calla.

Monterrey, N. L., México.

Mes de Luna de 1990.

Por:

Alma Leal.

INVITACIÓN

Vamos a ver a la Luna,

y a bañarnos con su luz,

a sentir la brisa fresca

y la total plenitud.

A imaginar que comemos

el algodón de las nubes, a poner puentes colgantes,

a mecernos, a reírnos,

a chapotear en la lluvia, mojarnos con la aguanieve,

bajar por un tobogán, subir por el arco iris,

y a envolvernos en el viento,

y a besarnos en los labios, y mirarnos a los ojos,

y asirnos de las manos,

y acariciar nuestro pelo,

y abrazarnos suavemente, y bailar toda la noche.

Monterrey, N. L. México.

Algún día, algún mes, algún año.

Por:

Alma Leal.

Palabras Dulces.

Moño de lunares,

crinolinas rojas

orla almidonada

perfume de rosas.

Lana cardada, colchón mullido

cazo de cobre.....y las conservas frutales.

De guayaba, de mora, de durazno.

Tortillitas recién hechas,

atolito de avena,

pan del buen muchacho,

cerezas , frambuesas.

Betún blanco de limón

el 10 de mayo, claveles rojos para festejar,

claveles blancos para recordar,

y en las tardes, mecedora en porche,

y abrazos, caricias y canciones de una Madre.

Amor chiquito acabado de nacer,

eres mi encanto, eres todo mi querer,

te doy la vida y todito el corazón, amor chiquito, eres toda mi ilusión.

Monterrey, N. L. México.

5 de Enero del 2001.

Por:

Alma Leal.

Mi corazón es sacro,

Y santo, como el del Dios

De las imágenes.

Y de cada gota que derrama,

Por cada espina que le clavan,

Se licua mi dicha, y se entristece mi alma.

Pero a la vez, por cada gota, un pétalo,

Que puede ser...........

Blanco.....morado......ó amarillo.....

Los colores, dirás,

No importan nada..............

.......pero he aquí el simbolismo.......

pureza, luto y esperanza.

Monterrey, N. L. México.

Enero del 2001. Para mi hermana Dora.

Por:

Alma Leal.

Por ti me acuerdo de

La ciudad extinguida Pompeya

Y de la Princesa Ana de Inglaterra, y del

Volcán Paricutín y del Dr. Atl.

Monterrey, N. L. México.

Enero del 2001.

Llueve que llueve

dentro de mí,

mi corazón se anega

y salen mis lágrimas.

Monterrey, N. L. México.

Enero del 2001.

Frío afuera,

frío adentro,

y un soplo de negrura

que trae el viento?

El Desamor.

Monterrey, N. L. México.

Junio del 2001.

Por:

Alma Leal.

Para Julio mi hermano.

Pensaba en ti,

y al buscar mi mirada el horizonte.....

me sentí feliz.

La luz del sol...las nubes.....

los colores brillantes,

rosáceo, anaranjado, amarillo, morado.

Y recordé las flores

que en mi pecho guardo,

por nuestro llanto, por nuestro luto,

por tu última mirada,

por tus palabras de esperanza,

que sosegaron mi ansia,

a la hora de tu muerte.....y de la mía.

Los colores del crepúsculo son casi iguales

que mis flores,...blancas.....rojas.......y amarillas.

Monterrey, N. L. México.

Julio del 2001.

Por Alma Leal.

Veo hacia atrás con mi memoria

y el tiempo transcurre lentamente,

el presente pasa fugazmente

y el futuro....inevitablemente.

Convoco los hechos de la Historia,

y en los siglos se pierden,

y las Eras se borran,

y las arenas se acumulan

enterrando pasados que nos pertenecen.

Monterrey, N. L. México.

Sin fecha.

Por:

Alma Leal.

¡Son tantos años!

Dos mil y uno, Cristianos,

y así contando,

negamos un pasado,

el de 3,000 antes de Cristo, i.e.,

y el de 5,000 millones

la edad de la Tierra.

Monterrey, N. L. México.

24 de Febrero del 2001.

Para Juan Bañuelos

De Alma Leal.

Para un poeta de una poetisa.

Mi mente recupera tus palabras escritas,

y tus palabras habladas y tus palabras pensadas.

y esas palabras se ensanchan, se alargan,

se enlazan y dicen cosas bonitas.

Son puntuales. Se adelantan.....se adentran

me gustan, me halagan.

Yo siento ser la flor blanca

que acompaña a la hierba del camino.

Monterrey, N. L. México.

Abril del 2,001.

Por:

Alma Leal.

Así nacen de mi alma

las palabras.

Así, sin pensarlas

ni apresarlas

como por arte de magia.

Tienen siempre la “N”

por necesidad,

y la “D” por dar,

y la A de amor,

y la B de besos,

y para qué digo más,

como las descubrí,

se fueron a descansar.

Monterrey, N. L. México.

Abril del 2,001

Por: Alma Leal

RECORDANDO MI NIÑEZ. (Una de mis favoritas)

De este manantial

hondo y profundo,

de sus orlados hilos de agua

cristalina y tintineante,

enhebro la aguja de mi pluma,

que en ráfagas de viento

eleva hacia la luz lejana,

mis plegarias.

Las nubes del ocaso

transitan suavemente.

Los colores de sus luces

rosadas, naranjas y amarillas

forman gajos, flores, casas,

rostros gigantes,

el Dios con barba blanca

un hijo navegando siempre

a su diestra.

De pronto, a lo lejos,

con el último rayo de la tarde

van cayendo en picada

los pájaros que emigran

para, en la penumbra,

en aquél abedul, salvaguardarse.

Se guarda el cencerro de las vacas,

se tibia la leche del infante,

y más allá, logro escuchar,

el chirriar de la leña,

el brillar de los cazos,

el olor de la hierba quemada,

y a la luz de la luna,

mi cuerpo y mi alma vuelven

a sentir sus rayos de plata.

Y logro sonreír al recordar

mis juegos de la infancia,

¡A la víbora, víbora de la mar, de la mar, de la mar!,

¿con quién te vas?, ¿con melón , o con sandía?

Monterrey, N. L. México.

17 de Abril de 2,001.

Por:

Alma Leal.

Perennes sombras intangibles hechas de hierro,

pasad por el tamiz de mi flagelo,

por mi luz que derrite tu estructura,

por mi deseo vengativo de mi alma contrita y marchita,

por mis nervios de acero,

Venid a traspasar

el umbral de mi otoño,

ocupad la noche, lo negro,

envolved el insondable cielo,

huid a los confines misteriosos,

revelados en luz incandescente, para que allí su rayo, te destierren.

Monterrey, N. L. México.

27 de Julio de 1998.

Por Alma Leal.

Esto se me ocurrió después de haber leído y memorizado el poema

Pasado en Claro, de Octavio Paz.

TU Y YO.

En las fragancias místicas

de las cotiledóneas

hallo la transmutación del eslabón

que me individualiza

Esporádicos ecos subcutáneos

me penetran la impermeabilidad

impermeable, por medio de

la ósmosis indemostrable y sostenible.

Te amo.

Monterrey, N. L. México.

27 de julio de 1998.

Por:

Alma Leal.

INTRASCENDENCIA.

Pabellones de amor,

atildado, emocionado, decantado, espaciado, agotado,

por las veredas longitudinales, florecientes,

con las frescas aguas perfumadas

escabullendo el paso y la caída

en la fuente más austral,

sube el arco iris de color,

baja la marea.

Monterrey, N. L. México.

27 de abril de 1998.

Por:

Alma Leal.

TARDE DE OPERA.

Kiri Te canasta

el archipiélago fosforescente,

por las cuestas interminables

vuelan miríadas de flores diminutas

las naranjas, las verdes con las rosas,

las lilas con las blancas.

Apabullante son incandescente,

cascada impertérrita,

madeja desmadejada, hilos vaporosos

para tejer sueños solubles, silabarios, sempiternos.

Monterrey, N. L. México.

Cualquier mes de 2002.

Por:

Alma Leal.

Poesía al estilo de Sor Juana Inés de la Cruz.

En el principio eras mi medio

para alcanzar mis fines.

Los principios, los medios y los fines

no es algo personal, sino algo externo,

que el humano utiliza sin medida,

sin entender los fines, sin empezar

por el principio.

En las inmediaciones de mi vida

tu fin ya no es como al principio,

cambié los medios de mis fines

que casi me hacen finalizar con mis principios.

Como al principio

me encuentro en medio

sin alcanzar los fines.

Principalmente medio para

finalizar con estos fines,

pero los fines mediatizan

mis principios, y al final

de la cuenta, mis principios

ya no rigen

ni medianamente, los medios

de alcanzar los fines,

y al fin, como al principio,

estoy en medio

sin entender porqué

con mis principios trato

de ponerle fin a tantos fines

que no era mi intención

desde el principio

usar como medio,

y aquí finalizo este cuento

que debía haberlo hecho

al principio,

pues ni medios, ni fines, ni principios,

valen la pena, tanto gasto de papel.

Monterrey, N. L. México.

Mayo de 1998.

Por:

Alma Leal.

CAMPO ALEGRE

Estas hojitas del árbol

que se mecen continuas

que parece que ríen

y están tan bonitas.

Esta brisa tan pura

de nuestra Sierra Madre

y este ritmo sabroso

del campo de fútbol.

Me quitan del alma

todos los sinsabores,

todos mis malestares, todos los rencores.

Se anuncia lluvia,

la hoja vuela,

quiéreme mucho,

te corresponderé.

Monterrey, N. L. México.

Agosto de 1996.

Por:

Alma Leal.

Y tú.....¿Quién quiero yo que seas?

Puedo convertirme en agua

y ser tu oasis,

o en fuego, y ser tu lava ardiente,

roja, lenta, aglutinada

en sus entrañas,

o en aire,

y tocar tu piel suavemente.

Puedo ser tu ángel celestial,

sin alas,

con los pies en la tierra,

y el pensamiento distante.

Y tú....

¿quién quiero yo que seas?

el Cartaginés primero,

el de la escritura de las consonantes,

ó el descubridor del átomo,

ó Miguel de Cervantes?

Tal vez, De Unamuno, o Ramón y Cajal,

O Einstein. O Newton, Copérnico o Kepler.

Monterrey, N. L. México.

Agosto de 1998.

Por:

Alma Leal.

Para Conquistarte.

En la seda suave y mullida de mis besos de amor,

quiero tenerte,

en la lánguida melancolía de mi alma,

estrecharte y guardarte,

con mi índice de fuego,

acariciar el borde de tus labios, y con mis manos, tocarte todo,

tus brazos, tu cara, tu pecho.

Con mis ojos envolver la mirada

triste y apartada de tus ojos,

con mi mirada corresponder y descifrar el brillo ausente

que me busca y me tiene de hinojos,

con mi alma, desdoblar esos pliegues

misteriosos de tu propia alma,

y con mil pétalos de flor perfumada,

preparar el preámbulo de nuestro eterno amor.

Monterrey, N. L., México.

2 de diciembre, 2001.

Por:

Alma Leal.

Madre, hoy.......caminando....pensé en ti.

Viendo los árboles añosos, sin hojas,

pero altos y erguidos hasta el cielo,

mutilados de sus ramas ancestrales,

pero con troncos firmes y de pié,

hoy, caminando........pensé en ti.

Hoy sigo caminando con tus

piernas prestadas,

y mi mirar amplio y agorero,

es herencia de tus bellas pupilas,

y la alegría de mi alma,

al gozar del claro cielo,

y del trinar de los pájaros,

y de oír el sonido de la caída

de agua limpia, en ese río constante

que acompaña a esos árboles tan viejos,

son tu misma manera de sentir ,

y tus pesares los llevo dentro,

porque yo soy tú, pero a destiempo

y como bien dijiste y tú lo sabes,

te llevo dentro de mi corazón.

Madre, hoy, caminando......pensé en ti.

Monterrey, N. L. México.

2 de diciembre del 2001.

Por:

Alma Leal.

Una tarde de domingo, el clima ideal,

el parque de Pipo, primoroso está,

y el niño, jugando con su mamá.

Atravieso el río en el puente grande,

cuatro patos gordos, jugando están

en la orilla del estero, salen a caminar,

se zambullen luego y se van a nadar.

Me siento en una banca, contemplando el paisaje

otros blancos patos, vienen y se van.

Camino hacia el teatro

recorro el parque Pipo

me encuentro a sus amigos

y en este homenaje, Pipo está vivo.

Otros cuatro patos

salen a pasear, se acercan al niño y a su mamá

y las golosinas le quieren quitar.

Dos se van corriendo, dos van a regresar. Gordos y juguetones,

graznando y terqueando, dan vueltas y vueltas,

y las golosinas le quieren quitar,

y el niño llore y llore, y su mamá enojada está,

y los dos patos gordos y traviesos,

¿cuándo se cansarán?

Patos bonitos, patos gorditos, patos traviesos

patos golosos, ¡a zambullirse al río!

¡a nadar río abajo!

¡a dejar en paz al niño, y a su mamá!

Monterrey, N. L. México.

Julio del 2001.

Por:

Alma Leal.

En las calmadas aguas cristalinas

se rompe el viento milenario

y nombro con palabras descifrables

el movimiento eterno de las cosas

lo sutil, lo invisible, lo lejano,

quiero decir, que en nuestro propio tiempo

nos volvemos también agua,

nos volvemos también río,

y viento y sombras.

Y somos poesía y rosas rojas,

que al desgajar sus pétalos al aire,

lanzamos nuestras liras cantarinas

para adornar los cielos, las estrellas y la luna.

Monterrey, N. L. México.

10 de julio del 2001.

Por:

Alma Leal.

POEMA EN INGLES.

Real Tales.

At the end of the prospecting light

The shadow of the willows flee

Captured the sadness of his smile, Ishi.

You said you would close the door

And follow to the sky,

We stayed behind,

But we had not yet been born.

Someone with your spirit of the Yahi tribe

Told me your story, and I could meet you

For I saw your eyes, and your hair,

And your hands with the arch and the arrow,

And you came back to life,

And I felt you were my brother.

Ishi, I only wish you would have known

The mixed feelings you aroused,

Joy and sadness,

And awareness of ourselves, of our past,

About the water, and the land, the air, the stars,

And above all, about the Yahi tribe.

I write these verses for all mankind,

And specially for the Yahi tribe.

Monterrey, N. L., México.

6 de mayo, 2003.

Por:

Alma Leal.

De pronto Abril. Y junté tus letras

y dije tu nombre en voz alta,

Abril, Abril, Abril, Abril

¡que nombre tan bonito!

y me envolví en tus alas,

y tu calor quemó mis poros

y tu luz incandescente abrió mis ojos.

Qué culpa tienes tú de ser tan vívida

mes de Abril, siempre pensé que eras

como un hombre, pero ahora sé

que eres como una Diosa que sin hablar

nos dice cosas, nos transmite energía

y nos da ánimo para seguir adelante con la vida.

Monterrey, N. L. México.

8 de mayo del 2,003.

Ando en busca de ti.

La sin razón del mundo,

me deja en la mudez de las palabras,

tú te fuiste, me siento sola, abandonada,

no quiero ni voltear a ver,

los rescoldos de la lumbre,

que una vez nos alumbrara.

Ando en busca de ti.

Y me encontré la otra tarde,

en la Gran Piedra que está hacia el Norte,

en el cementerio de mi pueblo,

el musgo adherido de hace tiempo, y al entrar,

el rechinar de la puerta herrumbrosa y oxidada,

el olor a hierba inútil; y sin embargo,

que grata compañía, mi padre, mis tíos,

mi abuela Julia, todos los míos, allí juntos,

sin moverse, sin hablar, ¡qué triste!,

pero....¡qué grata compañía!, mi corazón henchido,

de ese inmenso amor, se parte en dos.

Camino hacia la reja, acomodo la Piedra,

Y mis ojos voltean a ver el cielo,

Ese manto infinito con estrellas azules,

Y la luna plateada, los guiños incesantes

Sin sentido, sin mensaje, me hacen pensar en alguien,

Ando en busca de ti, y no te encuentro,

Y mientras voy recordando el principio de la Historia,

Y el principio de antes de la Historia,

Cuando nuestros ancestros no sabían hablar, ni leer, ni escribir.

Todavía quedan hombres de esos.

Pero tu y yo nos enseñamos a hablar juntos,

A ver y a traducir las mismas cosas. Pero te fuiste,

Y yo me siento sola........Ando en busca de ti,

Y no te encuentro.

Te Amo.

12 de Agosto de 1998.

Monterrey, N. L. México.

El tiempo es oro en polvo

Sus diminutos granos se decantan

Y vuelan dentro,

En la doble copa de cristal sellada.

Uno a uno, números, y a la vez,

Abstracto concepto matemático,

Que dice más, de nuestro ser,

Y la existencia.

Abstracciones......en increíble vuelo

Asombran la sapiencia,

En delirio fugaz, se torna incomprensible,

Y los unos y los cuantos saben

Que en la aurora boreal,

Se resume el infinito.

Luz azul, tiempo abierto, infinito llano,

Nacemos de ello, morimos en ellos,

Trinidad invisible,

Oscuridad palpable,

Frío imaginado,

Única, verdadera soledad.

Mientras siga el viento volando,

Los diminutos granos áureos cadenciosos,

ni un cataclismo los perturba,

Vuelan, se asientan, permanecen,

Van y vienen.

A través de mis poemas

Hablo conmigo misma y

Con el Universo.

La sustancia del poema son los hombres.

Hablo con ellos.

Los que ya fueron, los que nunca han sido.

En la unión de la corola y el pistilo,

Nacen mis versos florentinos.

Insisto hoy,

Lo que ya fue,

Cuando el hombre era erectus,

Cuando no era homo sapiens,

Habitaba las cuevas,

No había higuera, sino hoguera.

Me siento con ellos.

Platico su destino,

Ni ellos saben

Del eslabón perdido.

Miran la luna y beben agua en la cuenca de sus manos,

Sus palabras son sonidos,

Se asemejan al viento que baila

Con las olas de los ríos.

En el atardecer, sus niños juegan,

Sus mujeres paren,

Sus ancianos mueren.

Todo es una conjunción perfecta

De latidos y sentidos.

En yuxtaposición al hielo, viajan,

Siguiendo sus sombras a la luz del sol.

En las orillas de los mares y las tierras

Se detienen.

Comen pescados y frutos de los árboles vecinos

Las montañas de conchas, mudas huellas.

En el estrecho más nórdico del mundo,

Huellas vivas de ancestrales humanos,

Reflejos en sus ojos

De luz antigua y cálida

Que se vislumbra y se traduce.

Embarcación, sus pies.

El agua se hace puente y ellos cruzan.

Es el tercer estado.

Bautizado con el nombre de Behring.

En el medioevo

El hombre se dispersa y puebla el mundo.

Incontables y diversas son sus lenguas,

Sus querencias, pareceres y fronteras,

Y sus poemas,

Resguardados como un sol, en los conventos,

Nos hablan de sus guerras, de sus dioses,

De sus haberes y sus pérdidas.

Cruzan el mar,

Los más audaces de estos hombres.

Erico el Rojo bautiza Groenlandia

Muda testificativa,

La isla colosal abandonada.

Por nuestra tierra,

Sin viajar, viajó Vespucio

Y después de él,

Los que sin andar,

Hicieron los caminos

Del futuro.

Kepler, Copérnico. Galileo.

Lucidez incomparable, la del hombre,

Sus signos ancestrales se entrelazan

En cuestionarios silábicos perfectos,

Destruidos por unos, revividos por otros,

A través de los siglos se hacen guiños.

Se dilucidan enigmas de otros tiempos,

Se descubre más y más, la esencia de la esencia,

Se corrigen los yerros inventados,

Sin adjetivos, el hombre se hace hombre.

En el lenguaje etéreo del amor,

El más sensible y respirable de todos los actos

De los hombres,

Se desdobla a su vez,

En lo más intangible e invisible,

No hay presentimiento,

Es la Consumación.

En la conjugación constante de este verbo

Nace la vida, muere la muerte,

Y eternamente el tiempo, se hace tiempo.

Yo estoy aquí, ahora, hablándote,

Mañana, en la aurora,

Mi alma será luz, esparcida,

Sin saber y sin sentir.

Ya no serán palabras nuevas, mis palabras.

Mi pensamiento ya no dará luz,

Será luz, tiempo, infinito,

Observable y observada,

No presentida.

Sin tiempo de mi tiempo,

Al infinito y con la luz

Viajará el cuerpo.

Siento que seré (soy)

Luz del tiempo, viajando al infinito.

Luz azul, tiempo abierto, espacio infinito,

Trinidad insoslayable

Hablo de ello, antes que se agote mi tiempo.

Razones sin sentido,

Sentido sin razones,

Infiltración de las falsas premisas,

De las vacuas premisas,

De las premisas inventadas.

Hablar con la verdad...dura tarea

Y a la vez, tan fácil.

Dar a luz, puntual y fidedignos,

Los paradigmas que la mente crea,

Fábrica incesante, procesa incansable

En las sinapsis, las ideas.

El hombre así, se pertenece

Compos sui, se lee a sí mismo,

Se conoce a sí mismo,

Descubre el socrático evangelio

Y se armoniza con el Universo.

La culpa nunca existe

Cuando somos buenos

Con nosotros mismos, y

Con los demás.

Las playas se parecen al Sahara, ¿ Hubo un mar allí ,

El fondo del Océano luce montañas escarpadas, alguna vez, ¿ fue tierra .

A través de los ojos, nuestra mente asiste a los demás sentidos,

Y a su vez, nos explican el Cosmos virtual, los mundos muertos y los vivos.

Todo es, todo fue,

Todo está siendo y siempre ha sido,

Siempre será. No hay vacío.

Los lenguajes heredados se interpretan,

No son tan viejos.

Después de la cueva y el bisonte,

Donde dejó sus huellas,

El hombre levantó su vista al cielo,

Un meteorito lo ilumina,

Luz divina, fugaz, pero indeleble en su memoria.

Sin culpa y sin castigos,

En esa noche prístina,

A través de la pequeña grieta,

En el techo de su cueva, por primera vez

Perplejo observa, el centelleo, ahora,

Descifrable lenguaje de las estrellas.

No nos legaron los primeros hombres, nuestros Padres,

La escritura. Ni soledad, ni miedo.

Heredad ó hegemonía, tampoco.

Conscientes de que ellos eran los primeros,

Y con la incertidumbre del mañana,

No nos dejaron huellas de barro,

Con el barro imitaron la bóveda celeste.

Percibiendo lo que ellos mismos percibieron

Debemos expandir por siempre,

Los secretos del Arcano.

Sabernos hombres de la tierra, y conocer el Cosmos,

Es sentirnos seres vivos.

Interpretarlo y heredarlo por aquellos elegidos,

Es hacerlo, y hacernos como especie,

Virtualmente, inmortales.

No hay razón para ofenderse

La ética y moral de nuestros tiempos,

Rebasa todo pragmatismo ilimitado,

Toda fantasía imaginada, sin freno la vuelven realidad,

Insospechada, desvirtuada, soslayada.

5,000 galaxias habitan espacios del tamaño de una burbuja en macro,

en la pantalla aparece la figura de un hombrecillo con cabeza,

formando el Cosmos, el asequible al Universo que nos rodea.

Los soles iluminan todas las estrellas,

Las estrellas que mueren, las estrellas que nacen,

Las que siempre fueron, las que nunca han sido,

Las que serán.

Acaso, no morirán del todo, y fueron siempre las mismas,

En el presente no se sabe, quizá el hombre en el futuro lo sabrá.

Incertidumbre ignota, es a veces,

Certidumbre vacilante, oscilante,

Hasta volverse comprensión total.

No importa. El tiempo es nuestro.

Estos signos, ¿ que son después ¡

También nos pertenecen.

Los Astros no nos miran a nosotros,

No preguntan, no sufren,

Son sistemas inconscientes y distantes,

Distintos, ajenos, lejanos.

A la luz del farol

Juegan mis niños,

Y yo de niña

Con la luz de la luna

Extraviaba mis sentidos.

Era de noche, y a la vez de día,

Luces de claridad

Redondeaba nuestras rondas

La nube ocasional, con su sombra

Arropaba ciertos nidos,

En el haz pasajero

Al espacio se viajaba,

Y en el corredor, en las noches sin luna,

Los cuentos de terror nos transportaban

A lejanos mundos, a mundos distintos, a ficticios mundos.

Y más tarde

Cuando los juegos y los cantos

Siguieron enseñando a nuevos niños,

A crecer con alegría, a saber de dignidad,

A querer a la Escuela Lauro Aguirre,

Al trabajo esforzado,

Adolescente yo,

Los primeros estragos del platónico amor,

A mi alma atormentaron.

La iglesia destechada y sin Cura, incrédula miraba al cielo.

Y yo en el cielo descubrí mi vida.

La luz del sol entró por mis pupilas.

Con mi mirada y un espejo, me conocí.

Era yo, y nadie más,

Soliópticamente, me reconocí.

Sentada entre las nubes,

Me enlacé con las manos de mi Padre muerto,

Él era mi Dios, Imaginario, Omnipotente,

Magnánimo, silente.

Con él viajé por todos los confines del planeta,

Y más allá,

Nunca me habló,

Jamás tampoco me ha negado su presencia.

El sol y su luz,

La nube y su agua,

La tierra y su luna,

Dualidades inmensas.

El Ser y su entender,

Uniformidad inconmensurable.

FIN

Por:

Alma Leal. 10 de agosto del 2004.

EL ENTIERRO.

¡ Quién dijera, que con luto y dolor.

El alma se acercara a tanta dicha,

Volviera a renacer aquel pasado, y por instantes,

Recorrer, en el presente ya marchito,

Los días jubilosos de mi infancia.

¡ Quién dijera, que fuera yo a pasar con el cortejo,

por última vez, por la casa cerrada de mi abuela,

que aún sin el negro crespón junto a la entrada, de todos modos,

la reja en la ventana ya vacía , donde me sentaba de niña a

platicar con la gente que pasaba, lucía una soledad insospechada;

la chimenea sin humo,

los años ya tan idos

que se habían llevado a los demás primero.

¡Quién dijera, que yo hubiera podido pasar con los restos mortales

de un tío tan querido, a dar el último adiós a la casa de su madre,

quien era el último varón de la familia Benavides de la Rosa,

descendiente de los primeros fundadores ,

llamados los Solís,

y dieron nombre al Soliseño, que en el título 100 de la Ordenanza

del 13 de Julio de 1573 dado en Segovia por el Rey Felipe II,

establecía:

.........por honrar sus personas y descendientes........

.........quede memoria loable, les hacemos hijosdalgo de solar conocido a ellos,

y a sus descendientes legítimos, para que, en el pueblo que poblaren....,

sean hijosdalgo y personas nobles, de linaje y solar conocido, y por tales

sean habidos y tenidos, gocen de todas las honras y preeminencias, y puedan hacer todas las

cosas que todos los hombres hijosdalgo y caballeros de los reinos de Castilla, según fueros,

leyes y costumbres de España, puedan y deban gozar”.

¡Quién dijera, que fuera yo a volver a ver aquel Granado de Castilla,

tan viejo que nació antes que yo,

tan erguido y tan sano

con todas sus granadas puestas, y aquella noria, y aquel aljibe,

y aquellas palmeras que sembró mi madre,

y aquella cerca de corral a medias,

con los toros cebú desperdigados,

rondando el cementerio por la tarde-

¡Quién dijera, que el cariño acendrado de las almas,

que se juntan para despedir a un ser querido,

se repliegue en su tristeza por instantes

y aflore el orgullo y la nobleza

con el último rayo de la tarde,

lo que da fuerza para salir del camposanto

con el deber cumplido y con la frente en alto,

y volver a el cuando sea necesario.

Por Alma Leal. 6 de abril,2004.

Monterrey, N. L. México.

Atar los Años.

Ellos, nuestros antepasados,

Itzcóatl, Moctezuma Ilhuicamina,

Moctezuma Xocoyotzin, ellos,

Los Emperadores Aztecas,

Ataban a los años,

Porque ellos eran libres,

Dueños del tiempo y del espacio,

Ofrendadores del Cosmos.

De la madre tierra Coatlicue,

De Toniatuh (el sol),

De Tláloc, ( la lluvia),

De Chicomecóatl, de Huehueteótl, el sabio,

De los proveedores,

De los resguardadores, de los protectores,

Se sacrificaban a sí mismos, por seguir

Gozando de este paraíso.

Ellos, nuestros antepasados

De quienes tenemos sangre en nuestras venas

Y amor en el corazón, nunca sacrificaron a sus Dioses.

Por: 9 de mayo, 2004.

Alma Leal. Monterrey, N. L. México.

Es un Zapatito.

Es un zapatito de mi corazón,

No le cabe mucho, tan solo emoción,

Es muy pequeñito, color amarillo,

De madera fina, de estructura fuerte,

De gran tradición, muy bien trabajado,

Zapatito sueco, es su descripción.

Ese zapatito de madera fina,

Color amarilllo, de gran tradición,

Trajo regocijo a mi corazón,

A la gente de Holanda y los Países Bajos,

Sus flores, sus pólders,

Felipe el hermoso, Cervantes Saavedra, Don Quijote y Don Sancho,

Molinos de viento que con mis ojos ví

Alberto, Faviola, en fin,

Trajo a mi mente, mil años de Historia,

Antigua, Medieval, Moderna,

Y ese es el tesoro de un historiador,

Que yo Alma Minerva, descendiente de un Emperador,

Que en el siglo 11avo. En España reinó,

En Castilla la Vieja y en el Reyno de León,

Y que luego a Navarra y a Aragón unió,

Guardo en un zapatito amarillo,

De mi corazón.

Por: Alma Leal. 7 de agosto del 2004.

Monterrey, N: L: México.

Altibajos del Alma.

Alborozada mi alma, por el cautivo color

Que a mis ojos brinda, el violeta y el rosa

Del cielo que agoniza,

Despréndese en el hálito mi humor sucedáneo,

Como huyendo con el sol al infinito.

Repercute en mi pecho ahora,

La azarosa realidad que por mis ojos entra,

Lacera cual dinteles labradores de roca,

Y apesadumbrada busco, en la reserva de mi mente,

Los recuerdos gratos.

Infundo en mi ánimo solemne, un statu quo,

Una dicha perenne, un amor incesante a la vida,

Un quehacer a mi memoria, terapéutico,

Que borde o que cultive mil botones en flor,

Que al florecer de encanto llenen, y a mi alma serenen,

Para poder seguir viviendo con fervor

Como se debe.

Por Alma Leal. 19 de agosto del 2004.

Monterrey, N: L: México.

EL POETA.

Inconfundible tu acento de poeta,

Que consuela al que llora,

Que sonríe al que padece soledad,

Que dice cosas tan profundas

Con una gran facilidad.

En estos días de duras competencias

En que se vuelve a Olimpia en Grecia,

Falta saber la Historia de estos juegos

Que en 730 antes de Cristo

Se iniciaron, y en 300 después de Cristo culminaron

Suspendidos por paganos

Tardaron 1,700 años en reanudarse

Vuelven a ser como siempre

Ni paganos, ni cristianos

Sino siguiendo el instinto del humano

La fuerza guerrera

Que derrota en buena lid

Y perdona la vida del contrario

XOCHICALCO.

Por. Alma Leal. 24 de octubre del 2004.

El viento sopla suavemente

Y las notas del caracol marino

Anuncian la fiesta matinal del día.

Todos se aprestan a la ceremonia

El incienso perfuma la brisa

Que mueve el pétalo de la flor sagrada

Llamada cacaloxóchitl

Blanca y amarilla en el centro.

Los huipiles de las mujeres

Muestran pintados a sus dioses

A Tonatiuh, a chicomecóatl

A tlahuizcalpentecutli o Quetzalcóatl

Todo es para rememorar , para revivir,

Para reverenciar, para vivir con alegría,

Para la tregua de la guerra

Para honrar a Coatlicue, a Tláloc.

También para recordar la congregación de los sabios

Ellos que vinieron en el año 650 d.c. desde el Golfo de México,

Los Totonacas, los Zapotecas de Oaxaca,

Y hablaron desde el observatorio

Cavado en una cueva

Para cotejar sus calendarios, y la medición de su tiempo,

Para ver que tan viejos eran

Cuánto sobrevivirían, cuándo había sido

Creado el cielo y la tierra,

Y el agua y el fuego.

Todos hablan matlatzinca, la lengua de los xochicalcas,

Pero también zapoteca y totonaca

Tienen a sus respectivos intérpretes y astrónomos.

Continuará……….