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Piramidacion politica. Gabriel Hidalgo Andrade

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Es posible que la piramidación de capitales tenga su equivalente en la política. El diseño denominado correctamente como “esquema de Ponzi” fue un sistema que permitió al italiano Calo Ponzi, en los años 20 del s. XX, levantar un enorme pero insostenible negocio de pago de intereses. Para recordarlo mejor es el esquema que aplicó el fallecido Notario Cabrera en Machala. El juego consiste en recibir en depósito cantidades variables de dinero y pagar un atractivo interés proveniente de los nuevos depósitos.

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Page 1: Piramidacion politica. Gabriel Hidalgo Andrade

Diario La Hora, domingo 26 de mayo de 2013

Sección de Opinión, p. A5

Piramidación

política Es posible que la piramidación de

capitales tenga su equivalente en la

política. El diseño denominado

correctamente como "esquema de

Ponzi" fue un sistema que permitió

al italiano Carlo Ponzi, en los años

20 del s. XX, levantar un enorme

pero insostenible negocio de pago

de intereses. Para recordarlo mejor

es el esquema que aplicó el falleci-

do notario Cabrera en Machala. El

juego consiste en recibir en depósito

cantidades variables de dinero y

pagar un atractivo interés prove-

niente de los nuevos depósitos.

He dicho que este esquema podría

tener un equivalente en la política

porque la confianza electoral,

aunque no es de ninguna manera

fraudulenta, puede colapsar un

sistema que es sostenido por pro-

mesas irrealizables. El esquema de

Ponzi es siempre una estafa, pero el

mandato representativo no es ni

fraudulento, ni obligatorio, aunque

exista la revocatoria del mandato.

Pero esa es otra discusión. ¿Cuáles

son las posibilidades de una

"piramidación política" en la

coyuntura ecuatoriana? Haré un

ejercicio imaginario para evitar

confusiones.

El presidente Correa se posesionó

después de alcanzar una victoria

electoral contundente. Su enorme

éxito tuvo resonancia en las elec-

ciones legislativas y el balance entre

ambos poderes refleja una histórica

mayoría. Ya no quedan enemigos

internos y ahora la excusa será el

imperialismo y los capitales finan-

cieros internacionales. Siempre

habrá culpables. Sin embargo, en

realidad el principal enemigo del

gobierno del presidente Correa será

su propia estructura de incentivos

legislativos. Con una mayoría tan

grande existen dos posibilidades: 1)

que los legisladores sean disciplina-

dos y voten por el partido (pero A P

ni es partido, ni tiene una disciplina

militante y partidista sólida); y, 2)

que las exigencias de los legislado-

res se incrementen clientelarmente

porque "querrán llevar" obra pública

a sus parcialidades electorales.

Existe una enorme posibilidad de

que los votos en la legislatura sean

cambiados por partidas para obras,

por cargos públicos, o por influen-

cia política en cada lugar de origen.

Pero los recursos no son ilimitados

ni los actores homogéneos. Las

arcas del Estado recaudan cantida-

des finitas de dinero mientras que

los legisladores provienen de pro-

vincias con diferentes necesidades y

con distintas formas de presionar al

poder. Los 100 de 137 asambleístas

no tienen otra opción que votar a

favor de la agenda legislativa

oficialista. Sin recibir nada a

cambio esto entra en frontal

conflicto con sus aspiraciones de

incrementar la base de apoyo

electoral en sus provincias y de

cumplir con sus ofertas proselitistas.

Muchos ignoran todavía que no

pueden construir escuelas u

hospitales, y algunos hasta tuvieron

el desparpajo de ofrecerlos en

campaña. La necesidad de

negociación podría progresivamente

incrementarse mientras se va

comprobando el favor a unos

asambleístas más que otros, y la

cotización de los votos por lo tanto

irá en aumento. Sin quererlo se

habrá producido el efecto más

perverso del capitalismo salvaje que

los oficialistas dicen combatir con

tanta pasión, "la ley de la oferta y la

demanda".

En este punto imaginario se habrá

creado una pirámide política.

Siempre quedará la opción de la

disciplina partidista. Ya lo veremos.

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