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El Maravilloso Amor de Dios - Volumen 1 - 25 de Febrero 2017 (eBook)

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El Maravilloso Amor de Dios

Volumen N° 1

Enrique Martin

Información sobre esta Publicación

Vista General

El Maravilloso Amor de Dios es una documentación periódica mensual publicada por la editorial las Hojas del Árbol. Todo el trabajo realizado pertenece a Enrique Martin autor de la misma obra.

Breve Descripción

Este material tiene como fin dar a conocer el evangelio del Señor Jesucristo tal cual como lo enseñó a lo largo de su vida, por medio de sus palabras y con su ejemplo. Es nuestro deseo ayudar a todas las personas posibles a acercarlas al Dios Verdadero, enseñándoles su Santa Palabra, aconsejándoles e instruyéndoles continuamente en el conocimiento de su her-mosa voluntad.

Texto Bíblico

En esta obra las citas bíblicas han sido tomadas de la Biblia traducida al Español por Casiodoro de Reina del año 1.569 conocida como la Biblia del Oso. La traducción no ha sido alterada, sin embargo se han hecho las correcciones de las palabras a la gramática actual.

Enlaces

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Que el Señor le Bendiga con esta publicación.

II

Prefacio

Si la vida se pudiera resumir en una sola palabra ¿cuál palabra describirá mejor el

significado de ella?, sin duda alguna brotarían de los corazones muchas sugerencias,

pero sobre todas éstas, hay una que se encuentra muy por encima de cualquier otra, tan

alta como los cielos mismos que aún ni el ser humano puede comprender del todo, y le

permanece velado aunque de ella mucho habla y se goza pensando en conocerla.

Este es el resultado de un conocimiento imperfecto, producido por el poder con-

trario a la vida, el cual quebranta nuestra percepción de todas las cosas, alterando nues-

tros sentidos y transformando nuestra mente, hundiéndonos en un profundo abismo de

confusión y engaño; que difícilmente el ser humano puede llegar a comprender, pues

muchos ignoran esto “que el que creó la vida, nunca pensó en la muerte”.

Es por esta palabra y su compresión errónea, la confusión del mundo entero. Y al

no comprender el significado sublime de ella, resulta imposible entonces comprender

el significado de la vida. ¿Cómo pues el ser humano comprenderá lo que no ha podido

entender?.

Querido lector, ni aun la mente de más brillante intelecto puede llegar a la pleni-

tud de esta compresión, ya que el conocimiento de ella es ascendente, ilimitado y sin

fin; una mente finita jamás podrá abarcar lo infinito. Es por esto que para poder enten-

der según nuestra capacidad limitada y con todas sus dificultades, es necesario una re-

levación que solamente puede otorgar el mismo autor de la vida.

Cuando este sea buscado como la plata, como a un tesoro escondido, con toda el

alma y con todo el corazón, como si la vida dependiera de ello, entonces, y solo enton-

ces podremos conocer el verdadero significado de la vida, que tiernamente se reduce

en la sencilla palabra de “Amor”.

Que Dios te revele su maravilloso amor.

Enrique Martin

III

Índice

Información sobre esta Publicación…………………………II

Prefacio……………………………………………………….III

Himno: Canto el gran amor…………………………………..5

La Mayor Expresión del Amor……………………………….6

Has Dejado Tu Primer Amor………………………………..11

La Grandeza del Servicio…………………………………….16

Notas Explicativas…………………………………………….20

IV

Himno: Canto el gran amor

Canto el gran amor de Aquel

que primero a mí me amó,

pues dejó la gloria allá

y en el Gólgota murió.

Coro

Tal amor ensalzaré,

alabando al que murió

inmolado para que

vida eterna tenga yo.

2

Antes que llorara yo,

ya por mí lloraba él;

y antes que supiera orar,

él por mí gustó la hiel.

3

Este mundo nunca vio

tan profundo y santo amor,

que del mal me rescató

aliviando mi dolor.

4

Nada bueno se halla en mí.

¿Cómo puedes tanto amar?

Yo, Señor, me rindo a ti;

hazme, pues, mi amor mostrar.

F. E. Belden

5

Click para Escuchar

Te has preguntado en cierta ocasión, ¿Cuál de todas las cosas hechas por Dios representa la ma-yor expresión de su Amor?. Muchos pudieran con-siderar sin duda alguna que la mayor expresión de amor puede verse por medio de la obra de la crea-ción. Al contemplar las maravillosas obras de Dios, cuando alzamos nuestros ojos en alto, se despliega ante nosotros el horizonte de los cielos, formando un increíble espectáculo de inigualable asombro, obra de hermosura, indescriptible para el razona-miento humano; con tonos y colores que contras-tan unos con otros, armonizando y creando paisa-jes que ni la más excelsa obra de recamador puede superar. Sea de noche o de día, o cualquier tiempo de estación la gloria de los cielos nos señalan una indescriptible expresión del amor de Dios. La lluvia que riega la vegetación, las nubes que recorren las montañas, las coloridas aves que traen su canto por las mañanas, las flores tan delicadas con pre-ciosura y variedades incontables son sin duda algu-na evidencia del tierno amor de Dios por la huma-nidad.

Consideremos que el Dios Todopoderoso en su plan para la formación del hombre, tomó para si seis días completos para establecer el lugar que habría de ser el dulce hogar de la pareja edénica. Dios estableció las bases de la tierra, le puso por vestidos las nubes, la decoró con toda clase de plantas; y le puso lumbreras en el firmamento e hizo que habitaren en ella toda clase de criatura y de seres vivientes; y en cada detalle en la palabra de Dios en referencia a su obra creadora se dice a medida de cada paso “Y vio Dios que era bueno” Gen 1:10,12,18,21,25. Y en el sexto día se dice: “Y vio Dios que todo lo que había hecho, he aquí que era bueno y en gran manera” Gen 1:31. Toda la obra de la creación fue una de las mayores expre-

siones de amor de Dios, muy olvidadas en nuestro tiempo, y que a causa del pecado, este maravilloso mundo, se tornó en tinieblas, oscuridad y muerte.

El mundo tal cual como Dios lo había formado era de una condición imposible de llegar a creer hoy en día, pues cada criatura era inofensiva, no había temor de ninguna clase, el lobo, el oso o el león, vivían en armonía, no había violencia entre ninguno de los seres creados, todo lo que rodeaba era paz, justicia y amor. Ni la enfermedad existía, aún las plantas y los árboles no se marchitaban, pues la muerte no existía; Dios mismo es el autor de la Vida, y todo cuanto tiene vida, subsiste por medio de su poder. Este mundo formado por la mano de Dios mismo, era perfecto, la raza humana misma, era completamente diferente a la actual, sus facciones y rasgos eran perfectos, todas su fa-cultades físicas y mentales, estaban en su perfecto estado, y su naturaleza y carácter era semejante al de Dios mismo.

Imagínate por un segundo el haber estado en este mundo, donde no existe muerte, ni dolor, ni enfermedad, no había trabajo forzado, el deber de nuestros primeros Padres, era el cuidado de los ani-males y del mantenimiento del hermoso huerto que Dios había sembrado en Edén. La tierra daba sus frutos, no había preocupación por la comida, ni del vestido, pues no se usaba porque sus vestidos eran la Gloria misma de Dios, que los cubría como obra incomparable a la que pueda existir hoy en día. La misma sombra de los árboles eran el techo de su morada, con jardines hermosamente labra-dos por Dios, su habitación para dormir era sobre la

La Mayor Expresión del Amor

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