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Lección 8 para el 21 de febrero de 2015

1T2015 Lección 8 - Palabras De Sabiduría - Presentación

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Lección 8 para el 21 de febrero de 2015

La igualdad de los hombres (Proverbios 20:9, 12)

La constancia en la vida (Proverbios 20:6)

La espera en Dios (Proverbios 20:17, 20-22; 21:5-6)

La misericordia (Proverbios 21:13; 22:16)

La educación correcta (Proverbios 22:6, 8, 15)

Las palabras de sabiduría contenidas en Proverbios 20, 21 y 22:1-16 nos indican los parámetros que deben regir nuestra vida cotidiana:

¿En qué aspecto primordial somos

todos iguales?

«El oído que oye, y el ojo que ve, ambas cosas igualmente ha

hecho Jehová» (Proverbios 20:12)

«Todos los hombres son creados iguales» (Tomas

Jefferson, Declaración de independencia, 4 de julio de 1776).

A pesar de las diferencias de raza, tamaño o género, cada uno de nosotros somos iguales, pues todos hemos sido creado por Dios (Hechos 17:26).

¿En qué otro aspecto somos

también iguales?

«¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy

de mi pecado?» (Proverbios 20:9)

El pecado es un cáncer que nos afecta a todos (Romanos 3:23)

Esto nos hace iguales también en la necesidad de un Salvador que nos redima de nuestro pecado.

Pero aquí radica la diferencia: solamente el que acepte a Jesús como su Salvador será creado de nuevo para vida eterna (2Co. 5:17)

«Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?» (Proverbios 20:6)

Ser alabado por un acto bueno que realices está bien; pero ¿qué hay del resto de los actos de tu vida?, ¿te pueden alabar por ellos?

No es un acto único y sensacional de amor o sacrificio lo que demostrará la elevada calidad de nuestras relaciones, sino la larga y constante serie de pequeñas acciones que realizamos cada día, paciente y regularmente.

¿Debo ser yo quien diga alos demás lo bueno quesoy? Al contrario,

«Alábete el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos» (Proverbios 27:2).

«Oh, cuántos están aguardando la

oportunidad de realizar una tarea

grande y abnegada, al mismo tiempo

que no prestan atención a las pequeñas

dificultades que Dios les envía todos los

días para probarlos. Son estas pequeñas

cosas de la vida las que desarrollan el

espíritu de hombres y mujeres, y

determinan el carácter. No se pueden

descuidar estas nimiedades y esperar al

mismo tiempo que el hombre esté listo

para soportar las pruebas más duras

cuando por fin les sobrevengan»

E.G.W. (Cada día con Dios, 15 de mayo)

«Tal vez sea agradable ganarse el pan con engaños, pero uno acaba con la boca

llena de arena» (Proverbios 20:17 NVI)

Transgredir la Ley de Dios para conseguir rápidamente lo que uno desea, parece ser provechoso en nuestra sociedad actual… si nuestra mira está puesta únicamente en los pocos años que vivimos aquí.

Si anhelamos una vida eterna, debemos ejercer plena confianza en Dios, obedecerle y esperar, dejando en sus manos las cosas que no podemos o no debemos manejar.

En los versículos 20-22, se nos dan dos ejemplos concretos de esto.

«Al que maldice a su padre o a su madre, se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa. Los bienes que se adquieren de prisa al principio, no

serán al final bendecidos»(Proverbios 20:20-21)

¿Son tus padres ricos y estás deseando que se mueran para recibir tu herencia? Éste es solo un ejemplo que Salomón pone para hacernos recapacitar en lo insensato de obtener bienes deprisa (de forma fraudulenta), pues de ninguna manera pueden ser bendecidos.

Confiemos en Dios para que Él nos dé lo que necesitamos en el momento que considere oportuno.

LA HERENCIA

«No digas: Yo me vengaré; espera a Jehová, y él te

salvará» (Proverbios 20:22)

Cuando necesitamos que se haga justicia por el agravio que se ha cometido contra nosotros; cuando clamamos por venganza… confiemos en Dios; él nos vengará.

Y mientras confiamos en Él, se nos invita a ser misericordiosos con el ofensor. De esta forma, «ascuas amontonarás sobre su cabeza» (Pr. 25:22). Tal vez, en el proceso, salvarás a tu enemigo, venciendo el mal con el bien (Rom. 12:21).

LA VENGANZA

«El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído» (Proverbios 21:13)

«El que oprime al pobre para aumentar sus ganancias, o que da al rico, ciertamente se

empobrecerá» (Proverbios 22:16)

1. Por causa de Dios. Dios considera los actos de bondad hacia el pobre como realizados a Él mismo (Pr. 19:17;Mt. 25:35-40).

La misericordia con la que tratamos a los demás es la vara que mide nuestro carácter (Lucas 10:26-37)

2. Por causa del pobre. Tanto el pobre como el rico han sido creados por Dios (Pr. 22:2); por tanto, el pobre es tan digno de atención como el rico (y más necesitado de ella).

¿Por qué debemos ser misericordiosos?

«Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él» (Proverbios 22:6)

«Por vuestra manera de obrar con los

pequeñuelos podéis, mediante la gracia

de Cristo, amoldar su carácter para la

vida eterna» (E.G.W., El hogar cristiano, pg. 274)

«El que sembrare iniquidad, iniquidad segará, y la vara de su

insolencia se quebrará» (Proverbios 22:8)

Aquello que dejamos para la posteridad es también parte de los parámetros que deben regir nuestra vida cotidiana.

Salomón compara la educación con la siembra. Aquello que plantemos en nuestros hijos, amigos o vecinos, dará su fruto a su tiempo; ya sea para bien o para mal.

«Puesto que la semilla sembrada

produce una cosecha, y ésta a su

vez es sembrada, la cosecha se

multiplica. Esta ley se cumple en

nuestra relación con otros. Cada

acto, cada palabra, es una semilla

que llevará fruto. Cada acto de

bondad bien pensado, de

obediencia o de abnegación, se

reproducirá en otros, y por medio

de ellos, todavía en otros… Así

prosigue la siembra del bien y del

mal para el tiempo y la eternidad»

E.G.W. (Palabras de vida del gran Maestro, pg. 63)