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PROMESAS QUE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, PROMETIÓ A SANTA BRÍGIDA, DE CONCEDER SIETE GRACIAS A LAS ALMAS QUE LA HONREN DIARIAMENTE CON SIETE AVEMARÍAS, CONSIDERANDO SUS SIETE DOLORES: 1. Pondré paz en sus familias. 2. Serán iluminados en los Divinos Misterios. 3. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos. 4. Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la Santificación de sus almas. 5. Les defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida. 6. Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre. 7. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen esta vocación (a mis dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su eterna consolación y alegría”. Según San Alfonso María Ligorio , Nuestro Señor reveló a Santa Isabel de Hungría que El concedería cuatro gracias especiales a los devotos de los dolores de Su Madre Santísima: 1. Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados. 2. Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente Diapositivas por: Emilio Perucha Herranz Punta Umbría, 3 de septiembre 2104

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7 Dolores de la Virgen María y 5 Apéndices. Diseño Emilio Perucha Herranz

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PROMESAS QUE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, PROMETIÓ A SANTA BRÍGIDA, DE CONCEDER SIETE GRACIAS A LAS ALMAS QUE LA HONREN DIARIAMENTE CON SIETE AVEMARÍAS, CONSIDERANDO SUS SIETE DOLORES:1. Pondré paz en sus familias.2. Serán iluminados en los Divinos Misterios.3. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.4. Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la Santificación de sus almas.5. Les defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.6. Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.7. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen esta vocación (a mis dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su eterna consolación y alegría”.

Según San Alfonso María Ligorio, Nuestro Señor reveló a Santa Isabel de Hungría que El concedería cuatro gracias especiales a los devotos de los dolores de Su Madre Santísima:1. Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.2. Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente a la hora de su muerte.3. Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo. 4. Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las gracias que quiera derramar en ellas.Meditar los siete Dolores de Nuestra Madre Santísima es una manera de compartir los sufrimientos más hondos de la vida de María en la tierra.

Diapositivas por: Emilio Perucha HerranzPunta Umbría, 3 de septiembre 2104

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Persignarse. Preparación, mentalización: Acto de contrición. Meditación de LOS SIETE DOLORES DE LA VIRGEN para obtener las PROMESAS que hizo a santa Brígida y santa Isabel de Hungría y realizar peticiones concretas por: nuestras familias, nuestra red social [email protected] y nuestros hermanos/as que sufren

Primer dolor. La profecía de Simeón, Palabra de Dios escrita en el evangelio de san Lucas, (Lc. 2, 25-35) ¡Dulce Madre mía! Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del anciano Simeón te sumergió en profundo dolor al oírle decir: “Este Niño está puesto para ruina y resurrección de muchos de Israel, y una espada traspasará tu alma”. Querida Madre, obtén para cada uno de los miembros de nuestras familias y de nuestros hermanos/as que sufren, un amoroso arrepentimiento de nuestros pecados, para que Jesús pueda ser nuestra salvación y resurrección. Rezar Avemaría.

Segundo dolor. La persecución de Herodes y la huida a Egipto, Palabra de Dios escrita en el evangelio de san Mateo, (Mt. 2, 13-15). Madre Dolorosa, como hizo San José, obedecer las órdenes recibidas en tres sueños: emigrar a Egipto, volver a Israel y residir en Nazaret; alcánzanos la gracia de perseverar en la confianza y el abandono a Dios, aún en los momentos más difíciles de la vida de los miembros de nuestras familias y de nuestros hermanos/as que sufren. Rezar Avemaría.

Tercer dolor. Jesús perdido durante tres días y hallado en el Templo, Palabra de Dios escrita en el evangelio de san Lucas, (Lc. 2, 41-50) A los doce años, mayoría de edad según la ley de Moisés, Jesús va al templo y se dedica totalmente a las cosas de su Padre porque se siente su Hijo, pero María y José no lo comprenden. Bajó con ellos a Nazaret y les estuvo sujeto hasta los treinta años. María meditaba todo esto en su corazón. ¡Virgen Inmaculada! Ayúdanos a nosotros, hijos de Dios, a superar las dificultades familiares en nuestras diferentes vocaciones y tiempos, a Dios, de los miembros de nuestras familias y de nuestros hermanos/as que sufren. Rezar Avemaría.

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Cuarto dolor. María encuentra a Jesús, cargado con la Cruz; Palabra de Dios trasmitida por la Sagrada Tradición, en revelaciones privadas y también en la 4ª estación del Vía Crucis tradicional. Verdaderamente, calle de la amargura fue aquella en que encontraste a Jesús, sucio, afeado, desgarrado y cargado con la cruz, porque se hizo responsable de todos los pecados de los hombres, cometidos y por cometer. ¡Querida Madre!, ayuda a todos los miembros de nuestras familias, a reconocer a Jesús en nuestros hermanos y hermanas que sufren. Rezar Avemaría.

Quinto dolor. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor, Palabra de Dios escrita en el evangelio de san Juan, (Jn. 19, 17-22; 25-30) Contemplamos los dos sacrificios en el Calvario - uno, el cuerpo de Jesús; el otro, el corazón de María. Triste es el espectáculo de la Madre del Redentor viendo a su querido Hijo cruelmente clavado en la cruz. Sus últimas palabras dirigidas a Ella fueron: "Madre, he ahí a tu hijo." Y a nosotros nos dijo en Juan: "Hijo, he ahí a tu Madre." María, nosotros te aceptamos como nuestra Madre y queremos recordar siempre, todos los miembros de nuestras familias y de nuestros hermanos/as que sufren, que Tú nunca le fallas a tus hijos, porque quieres que la Sangre de Jesús, derramada por nuestra salvación, no se pierda. Rezar Avemaría.

Sexto dolor. Jesús es bajado de la Cruz y puesto en brazos de su madre, Palabra de Dios trasmitida por la Sagrada Tradición, en revelaciones privadas y en la 13ª estación del Vía Crucis tradicional. Jesús muerto en brazos de María. Madre nuestra por este dolor, todos los miembros de nuestras familias y de nuestros hermanos/as que sufren, queremos recordar siempre, que si te rezamos con devoción y perseverancia, nos asistirás visiblemente en el momento de nuestra muerte, veremos el rostro de nuestra Madre. Rezar Avemaría.

Séptimo dolor. La sepultura de Jesús. Palabra de Dios trasmitida por la Sagrada Tradición, en revelaciones privadas y, en la 14ª estación del Vía Crucis tradicional. José de Arimatea y Nicodemo, tomaron el cuerpo de Jesús de los brazos de su Madre; acompañas a tu Hijo al sepulcro y dejarlo allí, solo. Tienes que volver entre los hombres, los que te hemos matado al Hijo, porque Él murió por todos nuestros pecados. Y Tú nos perdonas y nos amas. Madre nuestra perdón y misericordia. Oh Madre tierna y compasiva, alcánzanos a todos los miembros de nuestras familias y de nuestros hermanos/as que sufren, la gracia de vivir y perseverar siempre en el servicio de tu Hijo amadísimo, a fin de que merezcamos alabarlo eternamente en el cielo. Rezar Avemaría. Gloria al Padre.

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Calendario de oraciones para control del rezo y calidad devoción: octubre a diciembre de 2014

OCTUBREDía

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16

Rezo ydevoción

día 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31

Rezo yDevoción

NOVIEMBREDía

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16

Rezo yDevoción

Día 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31

Rezo yDevoción

DICIEMBREDía

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16

Rezo yDevoción

Día 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30

Rezo yDevoción

Abreviaturas empleadas: * Respecto a la realización del rezo: Las incidencias, se anotan como: O = olvido y E= enfermedad. * Respecto a la Calidad o grado de devoción del rezo: Grado: G1. Sin atención por negligencia o, con esfuerzo por causa enfermedad, pero sin conseguir el grado de respeto y devoción normal. Grado: G2. Atención mental, se va uno dando cuenta de lo que está rezando, (empleando los sentidos. como mínimo: vista, oído y voz, al leer en voz alta (con pausas en la puntuaciones, para no dar cabida a la distracción). Es oración como acto de razón y voluntad. Se añade: −, tantas veces como, según su experiencia, vaya considerando que ha rezado con menor devoción.Grado: G3. Se siente el rezo, acompañado con los sentimientos que nacen del tema de la oración. Se añade: +, tantas veces como, según su experiencia, vaya considerando que ha rezado con mayor devoción (si la devoción es un acto de amor a Dios. Si se hace por gusto propio, correspondería anotación negativa: −, −−, etc. (Para perfeccionar esta parte, tener en cuenta, al menos, las dos diapositivas siguientes, del Catecismo y de santo Tomas de Aquino).

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APÉNDICE 1Condiciones de la buena oraciónEn verdad, en verdad os digo que cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo concederá. Es la promesa que nos ha hecho Jesucristo. Pero debemos entender que con la condición de que recemos con las debidas disposiciones.Ya lo dijo el apóstol Santiago: Si pedís y no alcanzáis lo que pedís, es porque pedís malamente. Y San Basilio, apoyando esta sentencia del apóstol, escribe: Si alguna vez pediste y no recibiste, fue seguramente porque pediste con poca fe y poca confianza, con pocas ansias de alcanzar la divina gracia porque pediste cosas no convenientes o porque no perseveraste en la oración hasta el fin. En Diccionario Teológico de Santo Tomás. Textos de la “SUMA” por orden alfabético. De José A. Martínez Puche. O.P. EDIBESA. 2003 Condiciones: para la eficacia infalible de la oración Están concedidas las peticiones que se ajusten a las promesas de la Virgen que se refieren a la vida sobrenatural, citadas en la diapositiva anterior. Respecto a los bienes de esta vida el Evangelio nos dice, citado por el Catecismo Iglesia Católica, artículo 305: Jesús pide un abandono filial en la providencia del Padre celestial que cuida de las más pequeñas necesidades de sus hijos: "No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿qué vamos a comer? ¿qué vamos a beber? [...] Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura" (Mt 6, 31-33; cf Mt 10, 29-31). Si lo que pedimos para nosotros no conduce a la bienaventuranza, ciertamente no se alcanza, sino que más bien, al pedirlo y desearlo, perdemos el verdadero mérito (...).Otras veces lo que se pide no es necesario para la salvación eterna. ni tampoco manifiestamente opuesto. En este caso, aunque esa oración nos da méritos para la vida eterna, no se nos concede el objeto de la petición (...). Por esta razón no fue atendida la súplica de san Pablo de que Dios le librara del aguijón de la carne, pues no le convenía. Pero, si lo que pedimos es útil a nuestra bienaventuranza y concierne a nuestra salvación, entonces lo merecemos no sólo con la oración, sino también con cualquier otra obra buena‘. En este caso' siempre se nos da lo que le pedimos, pero en su tiempo debido (...). Y aún esto puede negársenos sino perseveramos en la oración (...).Y. puesto que el hombre no puede merecer para otro la vida eterna con mérito <de condigno>, tampoco puede merecerlo <de condigno> lo que conduce a ella. Por esta razón no siempre somos escuchados cuando oramos por otro.En consecuencia, siempre se consigue lo que se pide, cuando se cumplen estas cuatro condiciones :- primera, que se pida por sí mismo; - segunda, que se pidan cosas necesarias para la salvación; - tercera, que se ore con piedad; - cuarta. que se ore con perseverancia. Más en: http://www.caminando-con-jesus.org/LIGORIO/Ligoracion03.htm

Santa Teresa de Jesús (1515-1582) en una copia de un original de Fray Juan de la

Miseria.

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APÉNDICE 1 (CONTINUACIÓN)Medios para superar algunas de las dificultades en la oración4. Hacer "adiciones" San Ignacio dice que para orar hay que hacer "adiciones", es decir fomentar actos y actitudes que nos predispongan que sumen, que ayuden pedagógicamente a lograr aquello que deseamos. Hay, por lo tanto situaciones, que actúan como adiciones, es decir, que ayudan y que suman, y otras que no ayudan, que restan. Voy a enumerar algunas: _ Hacer práctica de poner la propia vida en las manos de Dios y no en las nuestras. Esto supone alimentar interiormente el deseo de moverse por pequeñas utopias y practicar la esperanza. - Ejercitar la misericordia con las personas que hay a nuestro alrededor. Estas u otras prácticas se deben encarnar en pequeños gestos que muestren su veracidad. En la vida ordinaria hay situaciones que nos pueden ayudar o estorbar para llevar una vida de oración. Así, por ejemplo: — Alimentar pensamientos de bondad o entrar en la dinámica del ataque o defensa. — Acostumbrarse a emplear palabras amables o dejarse llevar por la brusquedad. — Generar gestos solidarios o entrar en la dinámica del individualismo. — Emplear silencios acogedores o esperar que el otro termine de hablar para soltarle mi "rollo". — Acoger agradecidamente el amor de los demás o rechazarlo. 0 Aceptar mi situación de don o creerme que todo lo puedo a través de mi esfuerzo. — Practicar la soledad buscando allí una presencia gratuita o encerrándome en mi mismo sin dejar brechas de gratuidad. A veces nos preguntamos cómo tal persona que sabemos que hace oración de una forma asidua es incapaz de comprender a los demás, de trabajar en equipo y que va "a la suya---. La respuesta no es sencilla y la conciencia de cada uno es un misterio. Pero en general y sobretodo para aplicárnoslo a nosotros mismos, hay que decir que hay unos prejuicios que invaden la vida y que deben ser examinados a menudo. La oración pide abnegación, relativizar mis sentimientos especialmente sobre aquellas personas o situaciones ante las cuales me siento especialmente crítico. Por ello no podemos ser ingenuos porque si nos instalamos en la superficialidadMás en: chttp://jesuitascam.org/wp-content/uploads/2013/04/2012-EFI-Tema-7.-B-Dificultades-para-orar.pdf

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APÉNDICE 2 LA FAMILIA COMO SUJETO DE LA PIEDAD FAMILIARCONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS

DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA PRINCIPIOS Y ORIENTACIONESCIUDAD DEL VATICANO 2002

Papa Francisco. Una familia iluminada por el Evangelio es una escuela de vida cristiana. https://twitter.com/Pontifex_es/status/465068735187804161

El sujeto de la piedad popular67. El Magisterio de la Iglesia, al recordar que "la participación en la sagrada Liturgia no abarca toda la vida espiritual" y que el cristiano "debe entrar también en su cuarto para orar al Padre en secreto; más aún, debe orar sin tregua, según enseña el Apóstol", indica que el sujeto de las diversas formas de oración es todo cristiano – clérigo, religioso, laico – tanto cuando reza privadamente, movido por el Espíritu Santo, como cuando reza comunitariamente en grupos de diverso origen o naturaleza.

68. De una manera más particular, el Santo Padre Juan Pablo II ha señalado a la familia como sujeto de la piedad popular . La Exhortación apostólica Familiaris consortio, después de haber exaltado la familia como santuario doméstico de la Iglesia, subraya que "Para preparar y prolongar en casa el culto celebrado en la iglesia, la familia cristiana recurre a la oración privada, que presenta gran variedad de formas. Esta variedad, mientras testimonia la riqueza extraordinaria con la que el Espíritu anima la plegaria cristiana, se adapta a las diversas exigencias y situaciones de vida de quien recurre al Señor". Después observa que "Además de las oraciones de la mañana y de la noche, hay que recomendar explícitamente...: la lectura y meditación de la Palabra de Dios, la preparación a los sacramentos, la devoción y consagración al Corazón de Jesús, las varias formas de culto a la Virgen Santísima, la bendición de la mesa, las expresiones de la religiosidad popular".

184. Las relaciones entre la Liturgia y la piedad popular mariana se deben regular a la luz de los principios y las normas que han sido presentadas varias veces en este documento. En cualquier caso, con respecto a la piedad mariana del pueblo de Dios, la Liturgia debe aparecer como "forma ejemplar", fuente de inspiración, punto de referencia constante y meta última.

185. Sin embargo, conviene recordar aquí de manera sintética algunas líneas generales que el Magisterio de la Iglesia ha trazado respecto a los ejercicios de piedad marianos y que se deben tener en cuenta para todo lo referente a la composición de nuevos ejercicios de piedad, para la revisión de lo que ya existen, o simplemente para su celebración. Los Pastores deben prestar atención a los ejercicios de piedad marianos, dada su importancia; por una parte, son fruto y expresión de la piedad mariana de un pueblo o de una comunidad de fieles, por otra, a veces, son causa y factor no secundario de la "fisonomía mariana" de los fieles, del "estilo" que adquiere la piedad de los fieles para con la Virgen Santísima.

186. La directriz fundamental del Magisterio, respecto a los ejercicios de piedad, es que se puedan reconducir al "cauce del único culto que justa y merecidamente se llama cristiano, porque en Cristo tiene su origen y eficacia, en Cristo halla plena expresión y por medio de Cristo conduce en el Espíritu al Padre". Esto significa que los ejercicios de piedad marianos, aunque no todos del mismo modo y en la misma medida, deben:- expresar la dimensión trinitaria que distingue y caracteriza el culto al Dios de la revelación neotestamentaria, el Padre, el Hijo y el Espíritu; la dimensión cristológica, que subraya la única y necesaria mediación de Cristo; la dimensión pneumatológica, porque toda auténtica expresión de piedad viene del Espíritu y en el Espíritu se consuma; el carácter eclesial, por el que los bautizados, al constituir el pueblo santo de Dios, rezan reunidos en el nombre del Señor (cfr. Mt 18,20) y en el espacio vital de la Comunión de los Santos;- recurrir de manera continua a la sagrada Escritura, entendida en el sentido de la sagrada Tradición; no descuidar, manteniendo íntegra la confesión de fe de la Iglesia, las exigencias del movimiento ecuménico; considerar los aspectos antropológicos de las expresiones cultuales, de manera que reflejen una visión adecuada del hombre y respondan a sus exigencias; hacer patente la tensión escatológica, elemento esencial del mensaje cristiano; explicitar el compromiso misionero y el deber de dar testimonio, que son una obligación de los discípulos del Señor.

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APÉNDICE 3 ORACIONES POR NUESTROS FAMILIARES DIFUNTOSOraciones con indulgencia parcial, que deseamos aplicar por todos nuestros familiares difuntos.[La numeración que aparece en oraciones e invocaciones corresponde al Manual de indulgencias sobre Normas, Concesiones y Principales Oraciones del Cristiano. Persignarse: Señal de la cruz (se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que haga la señal de la cruz diciendo: En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén)

15 Comunión espiritual (realizada bajo cualquier fórmula, tiene indulgencia parcial): Creo que el cuerpo y la sangre de Cristo alimenta el alma y el espíritu de los creyentes e incluso el cuerpo de los santos que prescinden de toda otra comida. Deseo recibir sacramentalmente a Cristo y así, unirme íntimamente a Él. Te pido, Señor, que esta unión íntima me conceda realizar totalmente al mejor servicio de tu Voluntad, todo mi amor con todos mis talentos naturales que nos concedes en la creación de nuestra alma y los dones espirituales que nos otorgas en el bautismo y la confirmación. Talentos y dones cuya esencia y Tú influencia benefactora en ellos desconozco, pero cuya realidad quiero sentir y experimentar más cada día.

46 Señor, da a todos nuestros familiares difuntos el descanso eterno, y brille sobre ellos la luz eterna. Descansen en paz. Amén. (cf. Ritual de exequias).

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APÉNDICE 3. (Continuación)

Invocaciones piadosas: 31. Jesús, Señor compasivo, da a todos nuestros familiares difuntos el descanso eterno.

Oraciones7 Te damos gracias, Señor por todos tus beneficios, oh Dios omnipotente, tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

8 Ángel de Dios, tú que eres mi custodio, a mí, que he sido encomendado a ti por la piedad celestial, ilumíname, guárdame, dirígeme y guíame. Amén.

10 Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, purifícame. Pasión de Cristo, confórtame. Oh Buen Jesús, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a ti, para que con tus santos te alabe por los siglos de los siglos. Amén

31 María, madre de gracia, madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y acógenos en la hora de la muerte.

52 Santa María, socorre a los desgraciados, ayuda a los apocados, consuela a los afligidos, ruega por el pueblo, preocúpate por el clero, intercede por las mujeres; que experimenten tu ayuda cuantos te recuerdan con piedad.

62 Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor.

Invocaciones piadosas19. Jesús, José y María os doy el corazón y el alma mía; Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía; Jesús, José y María, descanse en paz con vos el alma mía.

20. Jesús, manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo. Amén

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APÉNDICE 4 LOS MODOS DE ORAR DE SANTO DOMINGO

El P. Fassio expuso que Santo Domingo había aprendido que lo mismo que el cuerpo refleja los sentimientos (“la cara es el espejo del alma”), también podemos provocar y favorecer nuestros sentimientos a través del cuerpo (“mírame y préstame atención”). Por eso las distintas posturas de oración y los gestos favorecían su diálogo con Dios y expresaban su diálogo con Dios; ya que lo importante de la oración es llegar a “mi” intimidad y, desde allí hablar con Dios y escucharle. Sin olvidar o, mejor dicho, recordando que la finalidad de todo ello es “ponernos” a la escucha del Señor con todo nuestro ser: alma y cuerpo (“Sed perfectos… que se debe traducir como Sed completos, enteros –si vienes, ven entero-“); en sinceridad: como somos en ese momento concreto, con nuestras luces y sombras; y en disponibilidad, para construir el Reino de Dios en nosotros y a nuestro alrededor.http://scalacoeliop.blogspot.com.es/2012/05/cronica-del-seminario-los-modos-de-orar.html

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APÉNDICE 5 UNOS DATOS SOBRE SANTA BRÍGIDA DE SUECIA27/10/2010 – SANTA BRIGIDA DE SUECIA (AUDIENCIA GENERAL) Benedicto XVILas Revelaciones de santa Brígida presentan un contenido y un estilo muy variados. A veces la revelación se presenta en forma de diálogos entre las Personas divinas, la Virgen, los santos y también los demonios; diálogos en los cuales también Brígida interviene. Otras veces, en cambio, se trata del relato de una visión particular; y en otras se narra lo que la Virgen María le revela acerca de la vida y los misterios del Hijo. El valor de las Revelaciones de santa Brígida, a veces objeto de alguna duda, lo precisa el venerable Juan Pablo II en la carta Spes aedificandi:«Al reconocer la santidad de Brígida, la Iglesia, sin pronunciarse sobre cada una de las revelaciones que tuvo, aceptó la autenticidad global de su experiencia interior» (n. 5).Siempre los cristianos han aprendido de la Virgen a mejor amar a Jesucristo. La devoción a los Siete Dolores de la Virgen María se desarrolló por diversas revelaciones privadas.La Virgen comunicó a Santa Brígida de Suecia (1303-1373):"Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios.“ http://www.corazones.org/maria/siete_dolores2.htm

Capítulo 42 pg, 486 http://aparicionesdejesusymaria.wordpress.com/ El Libro de las Revelaciones Celestiales Santa Brígida de Suecia Has de saber, hija mía, dice la Virgen a la Santa, que yo no necesitaba de Purificación como las demás mujeres, porque me dejó pura y limpia mi Hijo que nació de mí, ni yo tampoco adquirí la menor mancha, porque sin ninguna impureza engendré a mi purísimo Hijo. No obstante, para que se cumpliesen la ley y las profecías, quise vivir en todo sujeta a la ley, y ni aun vivía con arreglo a la posición de mis padres, sino que hablaba humildemente con los humildes, y no quise ser preferida en nada, sino que amaba todo lo que era conforme con la humildad. Tal día como hoy se aumentó mi dolor, pues, aunque por inspiración divina sabía que mi Hijo había de padecer; sin embargo, con las palabras que dijo Simeón, anunciándome que una espada atravesaría mi alma y que mi Hijo sería puesto en señal de contradicción, se atormentó más mi corazón con este dolor; y aunque se mitigaba por el consuelo que recibía del espíritu de Dios, nunca se apartó de mi corazón hasta que en cuerpo y alma subí al cielo. Has de saber también que desde ese día tuve seis clases de dolores:El primero fue por la meditación que hacía sobre esto que se me había anunciado, y así, siempre que miraba a mi Hijo, siempre que lo envolvía en los pañales y veía sus manos y pies, quedaba absorta mi alma en un nuevo dolor, porque pensaba cómo había de ser crucificado. El segundo dolor se refirió al oído; porque siempre que oía las afrentas que le hacían a mi Hijo, y las calumnias y asechanzas que le preparaban, padecía mi alma tal dolor, que apenas podía mantenerme, aunque por virtud de Dios este dolor guardó moderación y decoro, a fin de que no se me notase abatimiento ni flaqueza de alma. El tercer dolor residía en la vista, pues así que vi que a mi Hijo lo azotaban atado a una columna y que lo clavaron en la cruz, caí exánime en tierra, y al volver en mí permanecí afligida y sufriendo con tanta paciencia, que ni mis enemigos ni nadie veían en mí más que una seria dignidad. Consistió en el tacto mi cuarto dolor, porque yo con otras personas bajamos de la cruz a mi Hijo, lo envolví en un lienzo y lo puse en el sepulcro; y entonces aumentóse mi dolor de tal manera, que mis manos y pies apenas tenían fuerza para sostenerse. ¡Con cuánto gusto me hubiera entonces sepultado con mi Hijo! Padecía yo, en quinto lugar, por el vehemente deseo de unirme con mi Hijo, después que éste subió al cielo, porque aumentaba mi dolor la larga demora que en el mundo tuve después de su Ascensión. Padecía el sexto dolor con las tribulaciones de los Apóstoles y amigos de Dios, cuyo dolor era también mío, y me hallaba siempre temerosa y afligida: temerosa, de que sucumbieran a las tentaciones y trabajos; y afligida, porque en todas partes padecían contradicción las palabras de mi Hijo. Mas aunque la gracia de Dios perseveraba siempre conmigo, y mi voluntad estaba conforme con la del Señor, no obstante, mi dolor era continuo y mezclado de consuelos, hasta que en cuerpo y alma subí al cielo al lado de mi Hijo. Hija mía, no se aparte de tu alma este dolor, porque si no hubiera tribulaciones, poquísimos entrarían en el reino de los cielos. Cuenta la Virgen María a santa Brígida de un modo muy tierno la infancia y la vida oculta de Jesús. Es revelación muy propia para excitar en el alma el dulce amor del Salvador.