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A San José Fiesta: 19 de marzo.

A san josé

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A San José

Fiesta:19 de marzo.

"Si toda la Iglesia está en deuda con la Virgen María,

ya que por medio de ella recibió a Cristo,

de modo semejante le debe a San José, después de ella,

una especial gratitud y reverencia".

San Bernardo de Siena.

Santos que más han

propagado la devoción a San

José han sido:

San Vicente Ferrer, Santa

Brígida,

San Bernardino de Siena

y San Francisco de Sales,

que predicó muchas veces

recomendando la devoción al

santo Patriarca.

Pero sobre todo, la que más propagó

su devoción fue Santa Teresa de

Ávila,

que fue curada por él de una terrible

enfermedad que la tenía casi

paralizada, enfermedad que ya era

considerada incurable.

Le rezó con fe a San José y obtuvo

de manera maravillosa su curación.

Hacia el final de su vida,

la mística fundadora decía:

"Durante 40 años, cada año en la

fiesta de San José le he pedido

alguna gracia o favor especial, y no

me ha fallado ni una sola vez. Yo les

digo a los que me escuchan que

hagan el ensayo de rezar con fe a

este gran santo, y verán que grandes

frutos van a conseguir".

Y es de notar que a todos los

conventos que fundó Santa Teresa

les puso por patrono a San José.

"Querría yo persuadir a todos

fuesen devotos de este glorioso

Santo,

por la gran experiencia que tengo

de los bienes que alcanza de Dios.

No he conocido persona,

que de veras le sea devota y haga

particulares servicios,

que no la vea más aprovechada

en la virtud; porque aprovecha en

gran manera a las almas que a él

se encomiendan"

Santa Teresa de Avila

"No me acuerdo hasta ahora,

haberle suplicado cosa que la

haya dejado de hacer.

Es cosa que espanta las

grandes mercedes que me ha

hecho Dios por medio de este

bienaventurado santo, de los

peligros que me ha librado, así

de cuerpo como de alma, que a

otros santos parece les dio el

Señor gracia para socorrer en

una necesidad,

de este glorioso santo tengo

experiencia que socorre en

todas, y que quiere el Señor

darnos a entender que así como

le fue sujeto en la tierra,

(que como tenía nombre de

padre, siendo ayo, le podía

mandar),

así ahora en el cielo hace todo

cuanto le pide“.

Santa Teresa de Avila

“Fue el padre nutricio de Jesús,

y Jesús le estaba sometido.

Admira la humildad del Salvador, que,

pudiendo nacer en el palacio de Augusto o de

Herodes, prefiere elegirse un padre pobre y

desconocido,

un padre que debe trabajar con sus manos

para procurarle alimento y vestido.

A ejemplo de San José, nunca te separes de

Jesús:

que en todos tus actos sea tu compañero,

conversa a menudo con Él.

Haz un lugar a Jesús en medio de tus hijos:

que tu Señor venga a tu familia,

que tu Creador se acerque a su creatura”.

San Agustín.

"José fue un hombre

perfecto,

que posee todo género

de virtudes".

San Pedro Crisólogo.

“¿Cuánto no es también de creer aumentase la santidad de José el

trato familiar que tuvo con Jesucristo en el tiempo que vivieron juntos?”

José durante esos treinta años fue el mejor amigo,

el compañero de trabajo con quién Jesús conversaba y oraba.

José escuchaba las palabras de Vida

Eterna de Jesús, observaba su ejemplo

de perfecta humildad, de paciencia, y de

obediencia, aceptaba siempre la ayuda

servicial de Jesús en los quehaceres y

responsabilidades diarios. Por todo

esto, no podemos dudar que mientras

José vivió en la compañía de Jesús,

creció tanto en méritos y santificación

que aventajó a todos los santos”.

San Alfonso María de Ligorio.

Antigua oración a San José:

Oh San José, cuya protección es tan grande,

tan poderosa y eficaz ante el trono de Dios,

en vuestras manos entrego todos mis intereses y mis deseos.

Oh San José,asistidme con vuestra poderosa

intercesión.

Obtened para mí, de vuestro Divino Hijo, Nuestro Señor,

todas las bendiciones espirituales que necesito.

A fin de que, habiendo conseguido, aquí en la tierra,

la ayuda de vuestro poder celestial, pueda ofrecer mi gratitud y homenaje,

al Padre más Amoroso.

Oh San José, nunca me cansaré de

contemplaros con el Niño Jesús dormido en

vuestros brazos.

No me atrevo a acercarme mientras que el Niño reposa sobre vuestro

corazón.

Abrazadle fuertemente en mi nombre;y de parte mía, besad su fina y delicada

Cabecita.

Luego, suplicadle que me devuelva ese besoa la hora de mi último suspiro.

San José, patrón de los moribundos,

rogad por nosotros. Amén.

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Y que permanezcamos unidos

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