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la puntualidad, dice mucho de la disciplina y de lo que eres tu
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IBMPG Ps. Arquimedes Mayo Q.
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ACERCA DE LA PUNTUALIDAD
Significado de la palabra puntualidad: “Cuidado, diligencia y exactitud en hacer las cosas a su
debido tiempo”.
La puntualidad es una actitud que se adquiere desde los primeros años de vida mediante la formación de
hábitos en la familia, donde las normas y costumbres del hogar, establecen horarios para cada una de
nuestras actividades. También es un reflejo de respeto al tiempo de los demás, ya que el ser puntual es
un signo de buena educación. Al asumir compromisos ceñidos a un horario específico, debemos saber
que todas las actividades relacionadas con dicho compromiso, se desarrollarán de acuerdo a un
Programa de Trabajo preliminar, en su mayoría. Estos horarios permiten cierta flexibilidad, tomando en
consideración factores exógenos que puedan incidir en que no se cumpla un programa con la exactitud
esperada.
Sin embargo, en algunos casos hay personas que tienen como costumbre: “practicar la impuntualidad”,
generalmente presentan excusas, y esto ocasiona un retraso para todos, o distracciones que rompen con
el orden de las actividades. La puntualidad exige del ser humano, ejecutar algo en un tiempo
determinado, ya que aunque la acción sea realizada satisfactoriamente, la tardanza desequilibra el
balance de tiempo de todas las demás actividades; ya sea en el trabajo, en la escuela, en una cita o en
cualquier tipo de grupo social al cual se asista. La puntualidad es algo que debemos cumplir, pues todas
las personas merecemos respeto. El que se retrasa constantemente, causa perjuicio a los demás, pero
también él sufre un deterioro. Sus faltas de puntualidad demuestran que es incapaz de imponerse una
disciplina. Por todo lo expuesto anteriormente, y dado que resulta tan desagradable esperar,
propongámonos no hacer esperar a los demás. Es una decisión que debemos tomar para ser mejores
seres humanos. Te exhorto a que aproveches el inicio del año 2007 y lo anotes como una de tus metas, y
Dios te respaldará. Recuerda, que Dios nos manda a que seamos esforzados y valientes.
…………..
Todos nosotros pasamos por ciertas experiencias y situaciones, las cuales
requieren puntualidad. Estudiantes llegan a tiempo para las clases de la
escuela. Empleados llegan a tiempo a sus respectivos lugares de empleo.
Citados ala corte llegan a tiempo para sus casos. Pasajeros llegan a tiempo al
aeropuerto para viajar. Nosotros nos esmeramos muchas veces y damos el
máximo de nosotros mismos para llegar a tiempo para que otras personas
capten una imagen positiva de nuestra persona. Somos muy responsables.
Pero ¿respondemos con la misma puntualidad a nuestro Dios?
……………
Tratamos de minimizar el problema de la impuntualidad en nuestras vidas con dichos
como “Más vale tarde que nunca”. Que solo es una manera de decir que no es importante
ser puntual. Cuando uno ha sido bombardeado toda su vida con este concepto y otros, nos
ayuda a entender la mentalidad de nuestra gente. La puntualidad para muchos no es
importante. Pero, en mi opinión, la impuntualidad en nuestras vidas es una de las razones
principales por las cuales no hemos prosperado como nación.
……………….
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¿Cómo serían nuestras iglesias si los pastores siempre llegaran tarde a los servicios?
¿Cómo serían nuestros servicios si los que tocan los instrumentos llegaran tarde? En
estas situaciones, ¿funciona bien el dicho “mejor tarde que nunca”? ¿Porqué aceptar algo
mediocre en la vida en vez de exigir lo mejor, algo excelente?
……………….
Quiero ver algunos síntomas de este mal que está afectando la efectividad de los siervos
de Dios y de la obra de Dios en nuestro mundo. Es cierto que a cualquiera de nosotros a
veces le pasa algo imprevisto que impide llegara la hora indicada.
I. ES REVELADORA
Porque revela que somos indisciplinados. Dios nos dice por medio del rey Salomón en
Eclesiastés 3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su
hora”. Y Eclesiastés 8:5-6 dice, “El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el
corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio. Porque para todo lo que quisieres hay
tiempo y juicio;”
Todos tenemos siete días a la semana. Cada día tiene 24 horas. Hay mucho tiempo para
muchas actividades. Hay tiempo para dormir, para cocinar, para comer, para trabajar, y
hay tiempo para dedicar a Dios. Nada es más importante en su agenda y en su vida que el
tiempo que usted dedica a Dios. Son pocas horas al final de cuentas que nos reunimos
como pueblo de Dios. ¿No creen que debemos mostrara nuestro Creador que él es
importante para nosotros y que somos suficientemente disciplinados en nuestras vidas
para llegar a tiempo?
Tal vez algunos tendrán que alistar la comida del domingo la noche anterior; otros tendrán
que levantarse más temprano los domingos. Algunos llegan tarde a la iglesia porque están
haciendo en el día del Señor lo que deberían hacer en los otros seis días de la semana.
Este día no es de nosotros, el primer día de la semana es de y para nuestro Dios.
La impuntualidad demuestra indisciplina. Una característica de uno que administra bien su
tiempo es la puntualidad. Al llegar siempre tarde, damos a conocer que no sabemos
organizar nuestra vida ni nuestro tiempo.
El Sr. Donald Whitney dijo: “Una vida piadosa es el resultado de una vida espiritual
disciplinada. Y, en el centro de una vida espiritual disciplinada está la disciplina del
tiempo”. El Señor Jesús nos da un ejemplo: “Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con
él los apóstoles”. (Lucas 22:14). Su vida es un modelo de perfecto orden, armonía, y
disciplina.
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Sabemos que Jesucristo también vino al mundo en “el cumplimiento del tiempo” (Gálatas
4:4). Es decir en el momento exacto, en el momento puntual. Dios quiere que seamos
puntuales. Cristo siempre vivía Su vida cumpliendo en el momento preciso los propósitos
de Dios. Cada cristiano debe tener como meta crecer hacia la semejanza de Cristo, y parte
de esa semejanza es la puntualidad. El ser puntual es una disciplina básica e importante
de la vida.
II. ES PERJUDICIAL
Porque afecta negativamente nuestra iglesia y a nuestras vidas. I Corintios 14:40 dice,
“pero hágase todo decentemente y con orden”. En muchas congregaciones las reuniones
comienzan con unos cuantos hermanos presentes y de a poquito llegan los demás como
gotas. Es triste que tengamos que comenzar nuestros servicios para nuestro Dios con tan
pocas personas. ¿No merece el Salvador del mundo algo mejor que esto?
¡Qué tremendo sería que todos estuviésemos presentes 5 o 10 minutos antes del inicio de
nuestros servicios! Podríamos sentarnos y preparar nuestros corazones ante la presencia
del Señor. Y en el momento de comenzar, todos uniríamos nuestras voces en alabanza a
Dios. ¡Cuánto más ánimo y expectativa habría si todos participásemos juntos desde el
inicio de la reunión! ¡Qué diferencia habría en nuestros cultos si nos libráramos de los
perjuicios de la impuntualidad! La impuntualidad daña todo y a todos.
III. ES CONTAGIOSA
Porque se esparce esta costumbre negativa a otros. Gálatas 5:9 dice, “Un poco de
levadura leuda toda la masa”. Otro de los problemas de la impuntualidad es que es
altamente contagiosa. Mayormente son los hermanos nuevos que llegan a tiempo a
nuestros servicios. Algo negativo pasa con los que tienen mucho tiempo de haber creído
en Cristo. Al pasar el tiempo como creyente, muchos llegan a ser muy apáticos e
indiferentes en su vida cristiana.
Un recién nacido en Cristo da por hecho que todo creyente ha de tener un ferviente interés
en aprovechar cada minuto de un servicio que es dedicado a Dios. Pero con el correr del
tiempo, los nuevos observan que este no es el caso con los hermanos más antiguos y
pronto comienzan a seguir su mal ejemplo. Se acomodan a la costumbre general y así
otros más ingresan a las filas de los retrasados, digo retardados.
La Palabra de Dios nos exhorta: “decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano”.
(Romanos 14:13). Y I Timoteo 4:12 dice, “sé e jemplo de los creyentes en palabra,
conducta, amor, espíritu, fe y pureza”. ¿Qué ejemplo está dando usted en cuanto a la
puntualidad? Tenemos que poner un alto a esta costumbre contagiosa y demostrar con
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nuestra conducta que Dios es importante en nuestras vidas por medio de llegar puntuales
a la casa de Dios.
IV. ES VERGONZOSA
Porque es de mal testimonio. II Corintios 3:2 dice, “Nuestras cartas sois vosotros, escritas
en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;” Los demás oyen
nuestras palabras, pero sobre todo observan nuestras acciones. Nuestra vida es una carta
abierta que ellos leen cuidadosamente.
Cuando ven nuestra falta de preocupación para ser puntuales en llegar a la iglesia, ellos
leen un mensaje de apatía e indiferencia respecto de Cristo y Su evangelio en nuestras
vidas. Al ver nuestra impuntualidad es probable que los de afuera saquen conclusiones
como las siguientes:
1. “A esta gente no le interesa mucho lo que ocurre aquí”.
2. “Evidentemente no es algo muy prioritario para ellos”.
3. “Si los miembros de esta iglesia demuestran tan poquito apego a las cosas de Cristo,
creo que el asunto no me va a interesar mucho tampoco”.
Pero, si llegada la hora, nuestro auditorio está lleno de gente que canta y participa con
entusiasmo y fervor, los que entran dirán: “Aquí hay algo. Lo que veo en esta gente me
despierta el interés de saber más”.
Nuestra actitud respecto a la puntualidad podría decir mucho a los que nos observan.
¡Cuidado que de esa manera estemos poniendo tropiezos a otros! En nuestras iglesias
buscamos gente que ama a Dios con todo su corazón y con todas sus fuerzas. Se requiere
fuerza para ser puntual. Queremos gente que es puntual, no gente que tendrá vergüenza
cuando venga Cristo por nosotros.
V. ES CRIMINAL
Porque robamos tiempo de los demás. Efesios 4:28 dice, “El que hurtaba, no hurte más”.
Cuando otros tienen que postergar el inicio de la reunión a causa de nuestra
impuntualidad, les hemos robado tiempo. Otros disciplinadamente han llegado a tiempo
para adorar al Señor y nosotros hemos quitado tiempo de la adoración y hemos afectado
la calidad de la adoración por nuestra impuntualidad. Esto es criminal.
En este caso hemos jugado el papel de ladrón, robando a otros uno de sus bienes más
preciosos, su tiempo. Y no sólo hemos robado a los hermanos, también hemos robado a
Dios un tiempo de adoración. La Biblia nos exhorta “El que hurtaba, no hurte más”, y Lucas
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6:31 dice, “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced
vosotros con ellos”. ¿A cuántos les gusta que otros le hagan esperar? A nadie le agrada
eso. Entonces, no demos a otros el trato que no quisiéramos recibir de ellos. La
impuntualidad es un asunto serio, es criminal.
VI. ES IRRESPETUOSA
Porque demuestra falta de consideración por otros. La puntualidad es una forma de
demostrar alta estima por otras personas y su tiempo. Ser puntual es una parte del amor
cristiano. Es pensar en el bien de los demás y no solo en el mío. La impuntualidad es
desestimar a otros ya su tiempo.
Filipenses 2:3 nos dice, “estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;”
Una forma de mostrar esa consideración es por medio de la puntualidad.
Están fallando en cumplir el mandamiento más repetido en la Biblia, que nos amemos los
unos a los otros. Muchos no se dan cuenta de cuánta frustración han causado a otros por
sus atrasos a los servicios, y de cuánto desaliento han sembrado en la congregación de
Dios. Es importante tomar conciencia de ese hecho, porque la impuntualidad es
irrespetuosa.
Conclusión:
Mateo 25:1-13 nos relata la parábola de las Diez Vírgenes. En esa historia aprendemos
tres cosas de las vírgenes que llegaron tarde:
1. Llegaron atrasadas por no hacer los preparativos necesarios. La puntualidad requiere
preparar las cosas de antemano para poder evitar los atrasos. Necesito hacerme las
siguientes preguntas: ¿Qué cosas debo atender el día anterior? ¿Cuánto tiempo necesito
para alistarme? ¿Cuánto tiempo necesito para llegara la reunión a tiempo? ¿A qué hora
debo partir de mi casa?
2. Las que llegaron tarde son denominadas: “imprudentes”. Tendríamos que deducir de
esta historia que la impuntualidad es una imprudencia. ¿No seríamos prudentes en
corregir esta área de nuestras vidas hermanos?
3. Por su atraso perdieron una bendición grande. Por su impuntualidad las insensatas se
perdieron la boda. En esta parábola eso representa perder el reino de Dios. Fue un
pequeño descuido, pero resultó en un gran perjuicio. Los pequeños atrasos pueden
ocasionar grandes consecuencias negativas para nosotros.
¡Cuánto bien espiritual hemos perdido por habernos perdido el inicio de muchos servicios
de Dios! ¡Cuántas veces el Señor tenía una palabra para nosotros, pero no estábamos allí
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para recibirla! ¡Cuánto pan espiritual hemos perdido por nuestros atrasos! ¡Cuántas ho ras
de alabanza a Dios hemos desperdiciado!
Probablemente la mayoría de ustedes raramente fallan en su puntualidad a sus trabajos
seculares. ¿Hemos de hacer menos para Aquel que su vida dio por nosotros en la cruz? Si
nosotros cumplimos puntualmente con nuestros empleadores terrenales, ¿acaso no
merece mucho más nuestro Señor Jesús?
Cuando terminamos de sacar todas nuestras excusas, tenemos que admitir que en el
fondo tenemos un corazón que ha perdido su primer amor. Ya no es tan importante
nuestra presencia y puntualidad en la casa de Dios. Hemos sido infectados con apatía e
indiferencia. Mucho cuidado, hermanos, es un problema muy peligroso.
Hay un refrán que dice: “Cuando el corazón está bien, los pies son veloces”. Tal vez aquí
está la verdadera razón porqué nos cuesta llegar a tiempo. El problema no está en los
pies, sino en el corazón.
¿Hasta qué punto ha sido su vida afectada por esa enfermedad? Probablemente todos
tenemos que admitir que hemos sido contagiados. Posiblemente nunca nos hemos
propuesto seriamente a corregir esta costumbre negativa y dañina.
¿Está dispuesto a proponerse ante Dios a combatir este problema en su propia vida? ¿No
cree que es tiempo que usted abandone las filas de los retardados? Le animo a que
declare la guerra contra la impuntualidad. Aún no es demasiado tarde para hacerlo. ¡Qué
Dios nos ayude a ser puntuales para él en este mundo
En nuestra querida patria la gente no es puntual. A veces cuando llegamos tarde al
trabajo, a la universidad, o a lo que sea, inventamos miles de excusas para pasar
por alto la irresponsabilidad de ser impuntuales. Tenemos la mala costumbre de
culpar a otras circunstancias u a otros de nuestro atraso.
…………………….
La puntualidad.
Introducción.
La puntualidad es una cualidad del carácter de Dios que nosotros los
seres humanos, por ser hechos a su imagen y semejanza, tendríamos
que cultivar y manifestar en todos los aspectos de nuestra vida
personal, familiar, laboral y social, y con mayor razón, los cristianos,
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por cuanto Dios está formando el carácter de Cristo en nosotros (Rom
8.28-29). Es una cualidad derivada y que forma parte de la integridad
que nos es necesaria para vivir con El Señor. La puntualidad tiene que
ver con veracidad, confiabilidad y honradez, que también son
cualidades deseables del carácter de un creyente. La puntualidad, es
una cualidad que desafortunadamente cuesta encontrar aún en los
mismos creyentes. Muchos, igual que las personas del mundo, no
cumplen con los plazos para terminar tareas, llegan tarde a sus citas,
llegan tarde a la iglesia (aún aquellos a quienes se les ha asignado
privilegios), no cumplen con sus pagos y con sus compromisos en
tiempo, etc.
Este estudio va encaminado a que:
a) Entendamos que la puntualidad constituye un rasgo del carácter que
Dios quiere formar en nosotros.
b) Su importancia desde la perspectiva de Dios.
c) La desarrollemos y practiquemos en todos los aspectos de nuestra
vida.
Versículo clave.
“Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu
monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad
en su corazón. El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su
prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino. Aquel a cuyos
ojos el vil es menospreciado, pero honra a los que temen a Jehová. El
que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; quien su dinero no
dio a usura, ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas
cosas, no resbalará jamás.” (Sal 15:1-5).
Versículos de apoyo.
Gen 21:2, Ecle 3:11, Jer 8:7.
Desarrollo del tema.
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1. Definición de puntualidad.
Ser exacto en el cumplimiento del tiempo pactado con Dios y con
otras personas, para iniciar, realizar y terminar un trabajo o tarea,
llegar a una actividad y/o cita, efectuar un pago, cumplir un
compromiso, etc.
Es estar en un lugar a la hora que dijimos que íbamos a estar aún
cuando sepamos que los demás no van a estar allí.
Implica cumplir con nuestras obligaciones, responsabilidades y
deberes a tiempo.
Es una forma de mostrar respeto por el prójimo.
2. Consecuencias de la falta de puntualidad.
Muchas bendiciones se pierden no solo por no estar en el lugar debido
sino también por no llegar a tiempo a ese lugar. En la parábola de las
diez vírgenes, las cinco insensatas se perdieron la bendición de entrar
con su Señor a las bodas porque no estaban en el lugar ni en el tiempo
exacto para ello. Ello implica que si, por alguna razón, no somos
cuidadosos en el cumplimiento de nuestros compromisos y
responsabilidades, podríamos perdernos el arrebatamiento, por nuestra
insensatez.
Por la impuntualidad, muchas veces perdemos bendiciones de trabajo,
negocios, y otras parecidas que Dios quiere proveernos pero que
nosotros echamos a perder (por ejemplo, un contrato de negocios,
donde el tiempo de cumplimiento es importante para la otra parte,
pero nosotros llegamos tarde a la cita en la cual íbamos a cerrar el
negocio, dándole a la otra parte la idea de que no vamos a cumplir con
nuestro compromiso como no cumplimos con llegar a tiempo a la cita)
. Igualmente, por no cumplir con obligaciones de pago a tiempo
incurrimos en pagos de multas, moras, intereses ,etc.
Parte del problema de la impuntualidad es que no somos previsores en
el tiempo para cumplir nuestros compromisos. Es común en nuestro
país que no solo mencionamos sino que practicamos el hecho de la
“hora chapina” y de que “todo lo dejamos para última hora”. Como
consecuencia de ello, no solo llegamos tarde, sino que antes del
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tiempo de cumplimiento, por ejemplo, del pago de impuestos, las
ventanillas donde reciben los pagos están sin personas que atender,
pero el último día, hay una sobresaturación de personas,
congestionando no solo las ventanillas, sino el tráfico, los bancos,
recargando el trabajo de los empleados responsables de procesar esas
cosas, etc., y haciéndonos más vulnerables a los incumplimientos y
problemas derivados de ellos.
Pérdida de credibilidad de la persona, no solo en cuanto a cuestiones
relacionadas con la puntualidad, sino en todos los aspectos de su vida.
La persona no solo toma fama de incumplida sino de informal y
mentirosa, porque la impuntualidad no solo es impuntualidad: también
es informalidad, irresponsabilidad, burla y mentira,
En Guatemala la impuntualidad es tal que hasta es común hablar de
“hora chapina”, que significa una hora más tarde de lo pactado, lo cual
a muchos le parece normal pero en realidad es la institucionalización
en la sociedad de la mentira, el incumplimiento, la informalidad y la
irresponsabilidad, aunque se diga en tono de broma, o como una
justificación.
La impuntualidad también representa pérdidas de dinero para las
personas que nos tienen que esperar por cuanto que el tiempo de
espera por nuestro incumplimiento pudiera haber sido aprovechado
para realizar otras actividades productivas.
3. La puntualidad y el carácter.
Gen 21:2 dice “Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez,
en el tiempo que Dios le había dicho.” Ello implica que la puntualidad
en el cumplimiento de Sus promesas es una cualidad del carácter de
Dios.
Ecle 3:11 también dice que Dios todo lo hace hermoso en su tiempo
(no antes ni después).
Y en Rom 8:28-29 la Palabra nos da a conocer que la voluntad de
Dios para con nosotros, los que lo amamos, es que la imagen
(carácter) de Cristo sea formada en nosotros, y la imagen de Cristo es
la misma imagen de Dios, por lo tanto, una de las cualidades que Dios
quiere formar en nosotros, al igual que la obediencia, el dominio
propio, el fruto del Espíritu, etc., es la puntualidad.
IBMPG Ps. Arquimedes Mayo Q.
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Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la puntualidad es una
virtud que corresponde a la santidad, en tanto que la impuntualidad es
un mal hábito que corresponde al pecado, y como tal, es pecado en sí
misma. Por lo tanto, necesitamos verla como pecado, arrepentirnos de
ella, confesarla delante de Dios pidiéndole perdón por ella, y
proponiendo en nuestro corazón, despojarnos del hombre viejo
(impuntualidad) y vestirnos del hombre nuevo (puntualidad) de
acuerdo a lo que nos ordena Efe 4:22.24.