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Interrogantes sobre variaciones en la manera de celebrarla - Juan 4.20-24

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Las iglesias tienen derecho a modificar la manera de celebrar la Cena del Señor, siempre y cuando no alteren las instrucciones de Jesús. Los que cambian, añaden o quitan de lo que el nuevo pacto enseña están desobedeciendo a Jesús, al no observar todo lo que Él ha mandado (Mateo 28.20).

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la cenadel señor

Las iglesias tienen derecho a modificar la manera de celebrar la Cena del Señor, siempre y cuando no alteren las instrucciones de Jesús. Los que cambian, añaden o quitan de lo que el nuevo pacto enseña están desobedeciendo a Jesús, al no observar todo lo que Él ha mandado (Mateo 28.20).

Cuando el Movimiento de Restauración estaba comenzando, la mayoría de las congregaciones usaban vino en la celebración de la Cena del Señor. Hacia finales del siglo XIX, la situación cambió, de-bido a que el movimiento antialcohólico ejerció su influencia en los Estados Unidos. Desde entonces, la mayoría de las congregaciones de las iglesias de Cristo han utilizado solamente jugo de uva.

Además, durante los primeros años de la Res-tauración, la mayoría de las iglesias de Cristo usaron una sola copa. Las congregaciones más grandes comenzaron a utilizar dos copas, una para servir a la congregación y la otra para volver a llenar la copa cuando estuviera vacía. La iglesia de Cristo en Betania, Virginia (ahora Virginia Occidental), donde Thomas y Alexander Campbell predicaron, usaban dos copas de peltre1 para distribuir el fruto de la vid. Una copa era para el lado de los hombres en el auditorio y la otra para el lado de las mujeres. Las mujeres no querían beber después de hombres que masticaban tabaco.

Se comenzaron a usar varias copas debido a que «otro suceso en el siglo XIX, la alarmante propa-gación de la tuberculosis, motivó a que las iglesias sustituyeran el uso de la copa única con pequeñas copas individuales distribuidas en bandejas».2 A

1 «Peltre», Aleación de cinc, plomo y estaño, (Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 22ª edición); N. del T.

2 Paul M. Blowers y Byron C. Lambert, The Encyclopedia of the Stone-Campbell Movement (Enciclopedia del Movimiento Stone-Campbell), ed. Douglas A. Foster, Paul M. Blowers, Anthony L. Dunnavant y D. Newell Williams (Grand Rapids,

Interrogantes sobre varIacIones en la manera de celebrarla

Pasaje clave: juan 4.20–24

pesar del miedo de contraer tuberculosis, «algunas congregaciones siguieron utilizando solamente una copa, creyendo que Dios los protegería de contraer la enfermedad».

¿QUÉ del Uso de Una sola CoPa?Jesús dijo: «Esta copa es el nuevo pacto en

mi sangre, que por vosotros se derrama» (Lucas 22.20). De acuerdo con la gramática griega, lo que «se derrama» era «la copa», no el contenido, el cual representaba la sangre de Jesús. «Gramaticalmente, la frase [«que […] se derrama»] está ligada a pot-erion [«copa»], pero semánticamente se refiere a la sangre».3 En este pasaje, Jesús quiso decir que Su sangre sería derramada en la cruz, no que la copa de la que los apóstoles bebieron era derramada por ellos.

Al escribir a los corintios, Pablo se refirió al con-tenido de la copa, no a la copa literal cuando dijo: «… beber la copa» (1ª Corintios 10.21; 11.25–28). No nos bebemos literalmente una copa física. La palabra «copa» es una figura retórica. Cuando decimos: «Se comió todo el plato», queremos decir que alguien se comió todo lo que estaba en el plato, no el plato. Otro ejemplo es «El bebé se tomó su biberón». No quiere decir que el bebé se bebió el biberón mismo, por supuesto, sino que se bebió la leche que había en el biberón.

Cuando Jesús se refirió a «esta copa», estaba hablando sobre el contenido de la copa que sostenía en Sus manos (Lucas 22.20; 1ª Corintios 11.25). Si habría querido decir el recipiente en lugar del con-tenido, entonces, esa copa sería la única que podría ser utilizada. Cada congregación en el mundo es-taría obligada a utilizar la copa que Jesús tenía en

Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 2004), 491.3 J. Reiling y J. L. Swellengrebel, A Translator’s Handbook

on the Gospel of Luke (Manual del traductor sobre el Evangelio de Lucas) (Nueva York: United Bible Societies, 1971), 688.

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la mano para celebrar la Cena del Señor.La frase «copa del Señor» del pasaje es igual

que la frase «copa de los demonios» de 1ª Corintios 10.21. La frase es una referencia a beber el contenido y no a beber de un recipiente en específico. La copa de la que los paganos bebían no era una copa en específico, sino la bebida usada en el culto a los demonios. Asimismo, la copa del Señor es la bebida —el contenido de la copa— usada por todos los cristianos en todo el mundo, no la copa.

Si con decir «copa» Jesús se refería al fruto de la vid, no al recipiente, entonces eso era lo que los apóstoles habían de beber. Cuando tomamos el fruto de la vid, recordamos la sangre de Jesús, la sangre del pacto que se menciona en los evangelios (Mateo 26.28; Marcos 14.24; Lucas 22.20).

El primer pacto, el que Dios hizo con Israel, fue establecido con la sangre de animales (Hebreos 9.18). La sangre de Jesús, representada por el fruto de la vid, es lo que estableció el nuevo pacto.

«La copa» del Señor, el fruto de la vid que se encontraba en la copa, es la copa para todas las personas de todos los tiempos. Al igual que los que bebieron del pozo de Jacob (Juan 4.12) utilizaron muchos recipientes variados a lo largo de los siglos para sacar agua de ese pozo, también son necesarios muchos recipientes para tomar la copa de Jesús, sea una para cada participante por separado o una para cada congregación.

No hay nada de malo si una congregación pre-fiere beber de un solo recipiente, sin embargo, exigir el uso de un solo recipiente y causar división sobre el tema es imponer leyes que no se encuentran en la enseñanza de Cristo. Si el Nuevo Testamento afir-mara: «Todos tienen que beber de una sola copa», entonces se debe usar solamente un recipiente. En vista de que no se ha dado instrucción en cuanto al número de recipientes a usar, el asunto queda a discreción de cada congregación.

¿QUÉ en CUanto a Usar solamente Una PorCión de Pan?

Jesús tiene «un cuerpo» y solamente «uno», que incluye a todas las congregaciones de Su ig-lesia. Por lo tanto, «un cuerpo» no se refiere a una determinada congregación, sino a todas Sus congre-gaciones colectivamente. Pablo no estaba diciendo en 1ª Corintios 10.16, 17 que «uno solo el pan» era literalmente una porción para ser compartida por el cuerpo, la iglesia. En lugar de ello, el pan son las diferentes porciones comidas por Su único cuerpo de congregaciones dispersas en todo el mundo. R. C. H. Lenski estuvo de acuerdo con esto, co-mentando: «Él [Pablo] está hablando de todo el pan

que se usa en todas las celebraciones de la comunión en toda la cristiandad, y a todo este pan le llama [ei–ß a‡rtoß, eis artos, “uno solo el pan”]».4

Puesto que Dios no ha optado por uno ni por el otro, las congregaciones pueden elegir utilizar una o más porciones de pan o copas. El pan y el fruto de la vid son los requisitos, no así una sola porción de pan y una sola copa. Servirles con un solo recipiente a los varios miles de miembros de la iglesia de Jerusalén (Hechos 2.41; 4.4) que se reunían en el pórtico de Salomón (Hechos 5.12) habría requerido de una enorme porción de pan y de una gigantesca copa.

Lo más probable es que cada uno de los apóstoles bebiera de su propia copa cuando Jesús instituyó la Cena del Señor. Ello parece ser la conclusión que se justifica en función del contexto y la práctica de usar copas individuales durante la Pascua.

¿QUÉ en CUanto a Cantar dUrante la ComUnión?

Una práctica de algunas congregaciones es cantar durante la comunión. Hagamos dos obser-vaciones acerca de esta práctica.

En primer lugar, Pablo no permitió que más de una persona hablara al mismo tiempo (1ª Corin-tios 14.27–30). Escribió que habían de hablar «por turno». Al concluir el tema, escribió: «… pero há-gase todo decentemente y con orden» (1ª Corintios 14.40). No solamente han de hablar uno a la vez los que hablan, sino que «todo» ha de hacerse de un modo ordenado. El término «orden» proviene de la palabra ta¿xiß (taxis), es decir, actividades que se realizan «en secuencia», una después de la otra, en una «sucesión establecida», y no ambas al mismo tiempo.5 Nuestra adoración debe ser ordenada. El propósito de las prácticas en secuencia era evitar que una actividad interrumpiera la otra. Si una persona orara en voz alta mientras otra está predicando, a los miembros se les dificultaría concentrarse ya sea en la oración o el sermón.

En segundo lugar, un cántico durante la co-munión perturba la meditación privada. Puede que algún devoto no pueda concentrarse en las palabras de un cántico y al mismo tiempo en su

4 R. C. H. Lenski, The Interpretation of St. Paul’s First and Second Epistle to the Corinthians (La interpretación de la primera y segunda cartas de Pablo a los corintios) (Columbus, Ohio: Wartburg Press, 1946), 412.

5 Walter Bauer, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature (Léxico griego-inglés del Nuevo Testamento y demás literatura cristiana primitiva), 3a ed., rev. y ed. Frederick W. Danker (Chicago: University of Chicago Press, 2000), 989.

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relación personal con Jesús. La Cena debe venir antes o después de los cánticos, en vez de que ambos sucedan al mismo tiempo.

No hay precedente bíblico ni instrucciones en cuanto a tener un cántico durante el servicio del pan y el fruto de la vid o una oración para los dos símbolos antes de que ambos sean servidos. La op-ción segura es seguir el ejemplo de Jesús y realizar dos oraciones —una antes de servir el pan y otra antes de servir el fruto de la vid— y meditar sobre Su muerte a medida que comemos y bebemos.

¿QUÉ en CUanto a Celebrar Un «ágaPe»?

La única referencia en las Escrituras para un «ágape» se encuentra en Judas 12. No hay infor-

mación en el Nuevo Testamento en cuanto a cómo, cuándo o dónde eran celebrados. Los autores del siglo segundo declararon que los cristianos del siglo primero celebraban la Cena del Señor, la madrugada del domingo, por lo general, antes de ir a trabajar, luego se reunían de nuevo en la noche para comer una comida juntos.

La reunión tarde en el día, probablemente en la noche, era para cenar. Esta comida era probable el «ágape» (vea Judas 12) del que participaban en la noche a la hora de la comida principal del día.6

6 Everett Ferguson, Early Christians Speak (Hablan los cristianos primitivos), (Abilene, Tex.: Biblical Research Press, 1981), 84; Plinio Cartas 10.96.

Algunos miran atrás al Antiguo Testamento bus-cando un ejemplo de una comida de pacto junto con la Cena, como si ello sellara el pacto con Dios. Pocos pactos humanos fueron seguidos por el consumo de una comida. Es posible que Abimelec e Isaac compartieran una comida para mostrar que habían reconciliado sus diferencias y que ya tenían buenas relaciones debido a su pacto (Génesis 26.26–31). Jacob y Labán amontonaron un puñado de piedras como señal del pacto que habían hecho. Después, Jacob ofreció un sacrificio y ambos comieron juntos con sus parientes (Génesis 31.44–54).

Dios llamó a Moisés, Aarón, Nadab, Abiú y a setenta ancianos de Israel para que se «[inclinaran] desde lejos» (Éxodo 24.1), sin embargo, nada en el registro bíblico indica que esto se relacionaba con el pacto. Después de la dedicación del pacto, subieron al monte y comieron y bebieron delante del Señor (Éxodo 24.3–11). Después de esto, Moisés y Josué subieron al monte solos y recibieron las tablas sobre las que se escribió el pacto, los Diez Mandamientos (Éxodo 24.12–18; 34.27, 28).

En lugar de que comiera todo Israel, solamente los ancianos comieron y lo hicieron solamente una vez. Si la comida tenía relación con el pacto, ¿por qué no la comió todo el pueblo de Israel si el pacto los incluía a todos?

Cuando fue dado el pacto, Moisés ayunó dos veces durante cuarenta días y cuarenta noches en vez de comer una comida (Éxodo 34.27, 28; Deu-teronomio 9.9, 11, 18, 25). ¿Indica esto que el ayuno debe relacionarse con el nuevo pacto?

Si incluso la comida hubiera sido en conjunto con la dedicación del pacto, no es prueba de que Jesús diera instrucciones para que se comiera una

comida como parte de la Cena del Señor. Ningún pasaje enseña que así fue. Jesús y los apóstoles comieron la cena de Pascua antes de que Él instituy-era la Cena, sin embargo, no tuvieron una comida después de ello, pues poco después partieron hacia el monte de los Olivos (Mateo 26.30; Marcos 14.26; Lucas 22.39). El nuevo pacto no fue dedicado con la sangre de Jesús hasta el siguiente día.1

En resumen, el hecho de que las comidas tu-vieran relación con algunos pactos humanos no prueba que se deba tener una comida junto con la Cena del Señor. 1) No se puede demostrar de manera concluyente que haya habido alguna comida como parte de los pactos hechos por Dios. 2) Solamente los ancianos, no todo el pueblo, comieron después de que fue dado el primer pacto. 3) No se siguieron comiendo comidas que tuvieran relación con algún pacto. 4) La cena de la Pascua no fue parte ni de un pacto ni de la Cena del Señor. 5) No se dan ejemplos ni instrucciones a los cristianos en cuanto a comer una comida de pacto junto con la Cena del Señor. 6) La sangre de Jesús fue ofrecida —y no hubo ninguna comida— para dedicar el nuevo pacto. 7) Ambos pactos de Dios, el nuevo y el viejo, fueron dedicados con sangre, pero no tuvieron relación con una comida congregacional (Éxodo 24.7, 8; Hebreos 9.15–17). 8) Los escritos de Pablo y la historia de la iglesia demuestran que no se deben tener comidas junto con la Cena del Señor.

Owen D. Olbricht

1 Si bien algunos de los pactos de Dios estuvieron acom-pañados de símbolos, no estuvieron asociados a comidas (Génesis 9.11–17; 15.18; 17.2–21; Levítico 2.13; Números 25.11–13; Deuteronomio 29.1; Salmos 89.3, 4).

¿Podemos asocIar una «comIda de Pacto» con la cena del señor?

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No hay lugar para la cena del Señor en el contexto de esta comida, y la otra evidencia de Tertuliano está en contra de que la Cena del Señor todavía seguía siendo parte de la comida de comunión en este momento.7

Everett Ferguson escribió que, muy temprano en la historia de la iglesia, probablemente los cristianos celebraron la Cena del Señor junto con una comida ordinaria. «La eucaristía en la Didaché parece estar establecida en el contexto de una comida social. Puede que ello haya sido el escenario habitual durante los primeros días de la iglesia».

Philip Schaff presentó la misma idea, diciendo:

Al comienzo, la comunión estaba unida al ÁGAPE, y entonces se celebraba en la noche, en memoria de la última cena de Jesús con sus discípulos. Sin embargo, desde comienzos del siglo segundo, estos dos actos fueron separados y la comunión fue realizada en la mañana y el ágape por la noche.8

Ni Ferguson ni Schaff proporcionaron evidencias en cuanto a que los apóstoles, u otros hombres inspirados, autorizaran la celebración de la Cena del Señor y el ágape al mismo tiempo y en el mismo escenario. Pablo enseñó que debía ha-cerse una clara distinción entre la Cena del Señor y una comida (1ª Corintios 11.20–26, 33, 34), lo cual quiere decir que el comer una comida junto con la Cena del Señor era una idea de origen humano y no divino.

La instrucción de Pablo a los Corintios muestra claramente que la Cena del Señor debía ser totalmente independiente de las comidas ordinarias. Él escribió que los cristianos habían de tener sus comidas en sus casas, no junto con la cena. «Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada?» (1ª Corin-tios 11.22a). «Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio» (1ª Corintios 11.34a).

La carta que Plinio el Joven le dirigió a Trajano aseveraba que los cristianos tenían su adoración temprano por la mañana, luego se reunían en la noche para una comida regular. «… los cristianos se reunían en un día señalado (domingo) a la salida del sol […] Después (por la noche) se reunían de nuevo, a comer una comida ordinaria e inocente

7 Ferguson, 85. 8 Philip Schaff, History of the Christian Church (Historia

de la iglesia cristiana), vol. 1 (Nueva York: Charles Scribner and Co., 1869), 395.

(el ágape)».9

Si se celebraban la Cena y el ágape el mismo día durante el siglo primero, no se comían a la misma hora del día. No hay instrucciones que les digan a los cristianos tener un ágape junto con la Cena del Señor. Es un error asociar una comida regular, o un ágape, con la misma.

Pese a que la Cena del Señor fue instituida después de la cena de la Pascua, ello no es prue-ba de que Jesús pretendía que se sirviera una comida comunitaria junto con la misma. La Pascua era una fiesta conmemorativa, no una comida de pacto.

I. Howard Marshall señaló lo siguiente sobre el kiddush judío, o comida de la bendición,

Se sugiere entonces que este tipo de comida [kiddush] proporcionó el modelo para la Última Cena. Sin embargo, varios autores han desta-cado que no hay evidencia alguna de que el haburoth judío celebrara comidas que fueron de alguna manera diferentes a las comidas judías ordinarias, por tanto, la explicación del origen de los rasgos característicos de la Última Cena debe ser descartada del debate.

Pero la teoría de que la Cena de Jesús fuera una comida kiddush [bendición] no es factible, porque no existía una comida kiddush que no fuera la comida regular judía justo antes del día de reposo o día festivo, y también porque el día de reposo kiddush tenía lugar el viernes por la noche de acuerdo a nuestro modo de medir el tiempo, mientras que Jesús celebró su cena la noche del jueves. La teoría de un kiddush de Pascua especial por la noche antes de la cena del festival habitual es también una ilusión.10

La iglesia de Jerusalén tal vez se reunió como congregación en el pórtico de Salomón del templo (2.46a; 5.12b). Perseveraron en el «partimiento del pan» y «… partiendo el pan en las casas» (Hechos 2.42, 46b). «Las palabras partimiento del pan apare-cen en la secuencia de la enseñanza, la comunión y las oraciones de los servicios de adoración. Por lo tanto, entendemos el término como una descripción temprana para referirse a la celebración de la Santa Comunión».11

La congregación tenía sus comidas regulares en sus casas, no junto con la Cena del Señor. «En

9 Ibíd., 382.10 I. Howard Marshall, Last Supper and Lord’s Supper

(La Última Cena y la Cena del Señor) (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1980), 20.

11 Simon J. Kistemaker, Exposition of the Acts of the Apostles (Exposición de los Hechos de los Apóstoles), New Testament Commentary (Grand Rapids, Mich.: Baker Book House, 1990), 111.

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Jerusalén, los creyentes disfrutaban “todos los días” de estas comidas (vers.º 46a), como lo in-dica Lucas en el texto griego. Por consiguiente, debemos distinguir entre la comida regular y la celebración de la Cena del Señor».12 La evidencia es fuerte a favor de que la primera congregación del cuerpo del Señor, la iglesia de Jerusalén, no asociaba un ágape ni una comida regular con la Cena del Señor.

¿QUÉ en CUanto al laVado de los Pies en relaCión Con

la Cena del seÑor?Algunas personas asocian el lavado de los pies

con la Cena del Señor. El lavado de los pies no era una ceremonia religiosa, sino una expresión de servicio humilde con el propósito de limpiar los pies sucios. Una viuda sincera digna de apoyo por parte de una iglesia era una que, entre otros servicios prestados, lavaba los pies (1ª Timoteo 5.10). Era un acto de servicio humilde y de hospitalidad, no un acto de adoración.

Si el lavado de pies se observaba como una actividad de adoración, el Nuevo Testamento carece de instrucciones en cuanto a quién, cómo y cuándo ha de observarse. Tal carencia tiene que querer decir que lo que Jesús tenía en mente era un ejemplo de servicio humilde y no una práctica de adoración.

Jesús no dijo: «… ejemplo os he dado, para que lo que yo os he hecho, vosotros también hagáis», sino «como [kaqw»ß, kathos, «de manera similar»] yo os he hecho» (Juan 13.15). Estaba enseñándoles a Sus discípulos a servirles a los demás como Él humildemente les había servido a ellos al lavarles los pies. Este servicio puede incluir el lavado de pies, sin embargo, no se limita a ello.

resUmenTodos los que deseen agradar a Jesús deben

estudiar con diligencia Su Palabra y vivir cuida-dosamente de acuerdo a ella. Esto aplica a todos los aspectos del vivir cristiano, incluyendo la celebración de la Cena del Señor. Todos en la era cristiana serán juzgados por Su Palabra (Juan 12.48), no por las opiniones, ni tradiciones, ni enseñanzas de los hombres.

12 Ibíd., 113.

la hIstorIa de la comunIón«Nuestra peregrinación, al igual que lo que

buscaron los santos de la Biblia, nos recuerda tres verdades: 1) Somos soldados enfrascados en una batalla. 2) Las cosas no son lo que parecen. 3) Cada uno de nosotros tiene un papel eternamente impor-tante a desempeñar.

«Esta es la verdadera historia en la que vivimos. El villano, nuestro enemigo el diablo, se esfuerza por distraernos, engañarnos y destruirnos. Su dedo acusador señala nuestros pecados y nos dice que todo es inútil… ¡En gran contraste, cada domingo en la comunión, el Calvario y la tumba vacía nos repiten la verdad! Cada uno de los soldados del reino ha tenido la sangre de Cristo aplicada en su bautismo, en la muerte y resurrección del Salvador. Estos ensayos de la historia de Cristo confirman el mensaje de amor de Su cruz… Así, la comunión comunica que realmente habrá un “feliz para siempre”».

Feasting on Assurance (Gozo en la seguridad)

L. C. Gray

aUto-eXamenPablo dijo que debemos «probarnos» a no-

sotros mismos al comer del pan y beber de la copa (1ª Corintios 11.28). Si cualquiera que profesa ser cristiano es sincero en su auto-examen, teniendo un verdadero deseo por conocer su estado espiri-tual, Pablo afirmó que tal persona puede saber que Cristo está en ella, a menos que no pase la prueba (2ª Corintios 13.5).

Ciertamente, si un cristiano puede saber que el Señor está en él y que verdaderamente ama al Señor, puede con la misma seguridad saber que está preparado para participar de la Cena del Señor de una manera digna. ¿Cómo puede una persona saber realmente que ama y confía en el Señor, que el Señor habita en él y que por lo tanto está preparado de manera apropiada para participar en el servicio de la comunión? Por su actitud y forma de vivir (Mateo 7.16, 20; Juan 14.23; 1ª Juan 3.18, 19, 24).

El enfoque del auto-examen debe estar en la dirección del vivir cristiano, sea hacia arriba o hacia abajo, orientado a Cristo o al diablo, en esencia del lado del bien o del lado del mal.

Adaptación realizada de The Lord’s Supper (La Cena del Señor)

James M. Tolle

Autor: Owen D. Olbricht©Copyright 2012, por LA VERDAD PARA HOY

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