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Título: LA EVANGELIZACIÓN DE LA PATAGONIA: La experiencia jesuita y salesiana Autor: Javier Valdez Copete: “Hasta ahora los gobiernos no han hallado el modo de civilizar a los pobres patagones, y ni siquiera han hecho la prueba...” San Juan Bosco (1878) 1 Texto: Nuevamente propongo poner a consideración de todos los lectores un trabajo siguiendo un eje temático o de desarrollo para la investigación y el análisis que no pierde la linealidad con los anteriores 2 . En la búsqueda de herramientas o “armas” para entender muchos de los problemas actuales dentro de un marco que supera la dimensión regional 3 (La Patagonia), la historia nos empuja a remover escombros que siempre de forma directa o indirecta tienen un alcance temporal hasta nuestros días. Este artículo tendrá una doble intención, primero, tratar de realizar una mirada general del proceso de evangelización en el territorio patagónico, advirtiendo que en este sentido quedan en el camino muchos aspectos pendientes y por profundizar, y segundo, poder analizar en forma conjunta tres aspectos fundamentales que quedan enmarcados dentro de este proceso de evangelización: una doctrina, la cristiana; un espacio, la Patagonia y un sujeto, el indígena. 1 Bollettino Saleciano, noviembre de 1878. 2 En los números 3 y 4 de Cultura y Política presento dos trabajos que abordan un mismo espacio territorial, la Patagonia, y una problemática que los engloba, el desconocimiento general sobre “aquellos” temas, y para muchos, el desconocimiento de “aquellas” personas. El primero de los artículos es el de “Los Jóvenes viajeros Argentinos: Ramón Lista, y posteriormente, analizo el tema de la “Desestructuración del Mundo Indígena” . 3 Hoy, los problemas que se plantean con respecto a la compra masiva de miles de hectáreas de territorio patagónico por grandes empresas o grandes magnates de distintas naciones de los países del Norte; o la implantación de una mina de oro “a cielo abierto”, en Esquel (Chubut), con el uso de grandes cantidades de material tóxico (cianuro) que impactaría de forma drástica sobre el ecosistema regional, son algunos de los ejemplos de los problemas actuales que desbordan la cuestión regional para transformarse en problemas de carácter nacional.

La evangelización de la patagonia

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Título: LA EVANGELIZACIÓN DE LA PATAGONIA: La experiencia jesuita y salesiana

Autor: Javier Valdez

Copete:

“Hasta ahora los gobiernos no han hallado

el modo de civilizar a los pobres patagones,

y ni siquiera han hecho la prueba...”

San Juan Bosco (1878)1

Texto: Nuevamente propongo poner a consideración de todos los lectores un trabajo siguiendo un eje temático o

de desarrollo para la investigación y el análisis que no pierde la linealidad con los anteriores2. En la

búsqueda de herramientas o “armas” para entender muchos de los problemas actuales dentro de un marco

que supera la dimensión regional3 (La Patagonia), la historia nos empuja a remover escombros que

siempre de forma directa o indirecta tienen un alcance temporal hasta nuestros días.

Este artículo tendrá una doble intención, primero, tratar de realizar una mirada general del proceso de

evangelización en el territorio patagónico, advirtiendo que en este sentido quedan en el camino muchos

aspectos pendientes y por profundizar, y segundo, poder analizar en forma conjunta tres aspectos

fundamentales que quedan enmarcados dentro de este proceso de evangelización: una doctrina, la

cristiana; un espacio, la Patagonia y un sujeto, el indígena.

1 Bollettino Saleciano, noviembre de 1878. 2 En los números 3 y 4 de Cultura y Política presento dos trabajos que abordan un mismo espacio territorial, la Patagonia, y una problemática que los engloba, el desconocimiento general sobre “aquellos” temas, y para muchos, el desconocimiento de “aquellas” personas. El primero de los artículos es el de “Los Jóvenes viajeros Argentinos: Ramón Lista, y posteriormente, analizo el tema de la “Desestructuración del Mundo Indígena” . 3 Hoy, los problemas que se plantean con respecto a la compra masiva de miles de hectáreas de territorio patagónico por grandes empresas o grandes magnates de distintas naciones de los países del Norte; o la implantación de una mina de oro “a cielo abierto”, en Esquel (Chubut), con el uso de grandes cantidades de material tóxico (cianuro) que impactaría de forma drástica sobre el ecosistema regional, son algunos de los ejemplos de los problemas actuales que desbordan la cuestión regional para transformarse en problemas de carácter nacional.

La búsqueda de la integración de los territorios patagónicos para la corona española (en la colonia) o para

el Estado argentino posteriormente, planteó el problema sobre qué hacer con sus habitantes; y es en este

punto donde la Iglesia toma un papel primordial4. Aquí es donde se da la conjunción entre civilizar y

evangelizar. Primeramente, la civilización se llevó a cabo desde una visión eurocéntrica, y más tarde, los

estados americanos continuaran la línea civilizatoria con una base positivista; en ambos casos, la

superioridad de unos sobre otros dieron la justificación para un genocidio. Contrariamente, en la

evangelización no hay exterminación física del indígena; incluso se gestó una lucha muy fuerte para

frenar los excesos. De todos modos, el accionar de la Iglesia no dejaba de evidenciar una postura

eurocéntrica orientado a la extirpación de las idolatrías y las creencias religiosas autóctonas.

Los primeros intentos, más o menos sistemáticos, de evangelización dentro del territorio patagónico los

rastreamos a mediados del siglo XVII, pero no es sino hasta finales del siglo XIX cuando esta empresa

cobra envergadura y se logran resultados importantes para la doctrina cristiana. Muchas fueron las

órdenes que recorrieron la geografía referida, los jesuitas, franciscanos, lazarinos y salesianos; también

4 Desde el primer momento de la conquista existió una complementariedad entre la Corona-Iglesia o Estado-Iglesia, luego de las independencias, en el papel de “civilizar” a los pueblos originarios del continente. Desde México hasta el Estrecho de Magallanes las distintas órdenes (Franciscanos, Jesuitas, Dominicos, Salecianos, etc.) recorren exhaustivamente el extenso espacio de la geografía americana con el afán de propagar la palabra de Dios.

podemos encontrar algunos intentos evangelizadores de pastores o iglesias protestantes, pero son los

Jesuitas y los Salesianos los que pudieron establecerse y desarrollar su obra en forma más eficaz, con

variantes para destacar. Es en estas dos órdenes de la Iglesia donde se centrará el análisis.

Igualmente, entre los Jesuitas y los Salesianos encontramos claros contrastes, no solo en lo que ataña a lo

regional, ya que la obra de los primeros se circunscribe a un espacio mucho mas delimitado, la

Norpatagonia, y los Salesianos penetran el territorio patagónico abarcando toda su geografía, desde

Carmen de Patagones hasta Tierra del Fuego y las islas Malvinas.

En lo temporal, hay casi dos siglos que separan unos de otros en sus acciones misioneras, por lo tanto los

contextos sociopolíticos y culturales son notablemente diferentes. Los resultados que ambas órdenes

tuvieron en cada una de sus experiencias son lo más significativo si uno se embarca en un análisis de tipo

comparativo, pero no es mi intención hacerlo en términos de éxito y fracaso, pues en este caso, no se

tendría en cuenta lo recién mencionado y se pierde lo rico de la génesis, el desarrollo de cada uno de los

procesos en particular y la importancia o dimensión que sus obras significaron y significan en la

actualidad.

Hoy, recorrer un poblado de cualquier provincia que compone la región Patagonica, significa encontrarse

con las más variadas iglesias, las cuales están colmadas por “paisanos”5 que ahora son evangélicos,

católicos, pentecosteses o testigos de Jehová, pero que le siguen ofrendando a la Mapu6 o siguen

participando año tras año de los Camarucos7 en el caso de los Mapuche. Esto nos muestra claramente

como se fusionaron las creencias religiosas de los grupos que se “encuentran”, o mejor dicho, como a

través de diferentes estrategias algunos grupos americanos pudieron mantener estas creencias más allá del

tiempo y de las acciones llevadas adelante por la Iglesia.

Reconocer el papel de la iglesia en la actualidad en los demás pueblos originarios de la Patagonia es

imposible, ya que los Selknam, Yámanas, Alacalufes y Tehuelches fueron victimas del brazo civilizador y

ya no existen, si bien, órdenes como lo Salesianos y Jesuitas fueron, en este caso, protectores de los

indígenas ante el atropello español o argentino.

LOS JESUITAS 5 El concepto de “paisano”, es usado, casi en la totalidad de las provincias patagónicas para designar o designarse a los pueblos originarios, mayoritariamente mapuche, y no, como en muchas otras regiones donde con éste término hace se referencia al gaucho. 6 El término Mapu en mapunzugun significa tierra, y como para casi todos los pueblos originarios americanos, para el mapuche guarda un importancia capital dentro del ciclo de la vida. 7 El camaruco, camarucum o gillatun es una ceremonia anual mapuche donde el pueblo pide por un buen año, buena cosecha, que no falte agua, que sus animales se desarrollen, etc. Estas ceremonias varían en algunos aspectos de su realización al igual que en los meses en que se celebran según la distintas regiones.

Una de las primeras empresas religiosas emprendidas en la Patagonia es la llevada a cabo por los jesuitas,

centrándose en el actual territorio de Río Negro, más precisamente en la zona de Bariloche o Nahuel

Huapi. En este lugar, habrían de alentar el desarrollo de misiones evangelizadoras a lo largo de un período

bastante laxo.

Hacia mediados del siglo XVII, en la localidad de Castro (Chile) el padre de la Compañía de Jesús

(jesuitas) Nicolas Mascardi tenía bajo su dirección un colegio, este lugar será el centro neurálgico desde

donde durante ese siglo y el posterior partirán los empresas evangelizadoras hacia el este de la cordillera.

Según Sebastián Sánchez8, tres son las principales motivaciones de esta orden para llegar hacia los

extremos occidentales de la cordillera Patagonica. En un primer momento las noticias que circulaban

sobre la mítica Ciudad de los Cesares llevo al padre Mascardi a organizar una empresa en ese sentido.

Una segunda motivación tiene que ver con la pobreza espiritual en que se hallaban sus habitantes y una

tercera referida a asegurar la presencia de la Corona Española en zonas desprotegidas y a merced de los

8 Sánchez Sebastián. Jesuitas y Salesianos en la Norpatagonia. En revista La Bitácora, año III, N°14. Primavera 2000.

enemigos de España, Yo agregaría una que se desprende indirectamente de las anteriores: buscar un paso

por la cordillera para lograr una comunicación más fluida de individuos y productos entre las dos

regiones.

El padre Diego de Rosales, jesuita, llega a la zona pre-cordilleranas con el objetivo de negociar con los

caciques, llevando a su espacio varios de estos y luego de recorrer el Lago Nahuel Huapi y atravesar una

parte considerable del territorio del Neuquen.

Otro jesuita en incursionar en dicho territorio fue el padre Nicolás Mascardi, haciendo su entrada por el

oeste y estableciendo su base de operaciones en el actual territorio de Chile. Este religioso fundó las

misión “de las poyas” en 1670 , según Casamiquella9, Mascardi estará motivado por encontrar la “Ciudad

de los Césares” en este lado de los Andes al igual que tantos otros viajeros movilizados por la búsqueda

de esa mítica ciudad.

Mascardi, una ves establecido en la región se encargo de realizar en distintas lenguas (italiano, latín,

griego, puelche, español. poya (tehuelche), cartas a los Cesáres en demanda de una relación y en un

intento más de su búsqueda inútil; su vida se apago en esa búsqueda y en esa regiones en manos de los

pueblos que trataba de evangelizar.

Por otro lado, podemos rastrear a experiencia que llevo adelante el padre José de Zúñiga quien abrió una

misión sin expreso consentimiento de las autoridades reales en la falda oriental de los Andes, donde según

Cox10

Siguiendo los rastros del padre Mascardi llegan a la zona del Nahuel Huapi, en 1703, los jesuitas Van der

Meren y Guillelmo. El primero murió al poco tiempo de establecerse, juntos, introdujeron el primer

ganado ovino a la región. Se supone que la misión fue quemada por los indígenas surneuquinos en 1712 y

que el padre Guillelmo vivió por algunos años más en compañía del padre Hoyo.

Otro de los supuestos que rondan en torno del padre Guillelmo es que fue él el primero en descubrir el

paso cordillerano “de los Vuriloches”, una vía de comunicación más ágil entre la región de Chile y la de

Nahuel Huapi.

En 1716, muere el padre Guillelmo y lo sucede el padre Elguea, también con un final trágico y corto pues

su misión es quemada y el padre muerto en 1717.

Otro de los jesuitas que podemos rastrear porque dejo su trabajo impreso, es el padre Tomás Falkner11.

A partir de la publicación de la obra del misionero Tomás Falkner en 1774, mucho se a escrito y dicho al

respecto pues para la historiografía en general la publicación de este libro significó dar a conocer

territorio, población y problemáticas de las regiones españolas a los enemigos ingleses. Esto lo atestigua

9 Casamiquela Rodolfo. El otro lado de lo viajes. Editorial Universitaria de la Patagonia, (U.N.P.S.J.B). 1993 10 Cox E. Guillermo. Viaje en las Regiones Septentrionales de la Patagonia (1862-1863). Editorial Elefante Blanco. 1999 11 Falkner Tomás. Descripción de la Patagonia y de las partes contiguas de América del Sur. Editorial Hachette. 1974.

pasajes del libro donde el autor hace referencias directas sobre territorio totalmente desprotegidos por la

corona española.

De todas maneras, el relato no deja de ser una descripción pormenorizada de fauna, geografía, flora y

población, no de la región Patagonica en si, solo toma los extremos del norte. Su misión estuvo destinada

a la zona de Tandil junto al legendario padre Cardiel para los años 1744 –1746, fundando varias

reducciones de diferentes pueblos. Poco duró la vida de las precarias misiones pampeanas. En 1751 se

produjo un levantamiento general de los indígenas capitaneados por el famoso cacique Bravo, y una a una

fueron destruidas las misiones. Con estas pérdidas ,terminaba también la actuación misionera de Falkner.

El fin de los jesuitas en el Río de la Plata termino con la expulsión definitiva de la orden en 1767.

De esta manera queda prefigurado de forma sintética la actividad jesuita en la Patagonia, la

evangelización de esta región tendría que esperar algunos siglos, y tal obra sería finalizada por otra orden

católica.

LOS SALESIANOS

Los misioneros salesianos iniciaron la evangelización en la Patagonia de facto en 1778; pero sólo en 1880

fueron puestos en posesión de la Misión de Carmen de Patagones, como colaboradores de la

Arquidiócesis bonaerense. Todavía, debieron pasar cuatro años más, en 1884, para erigir un Vicariato

Apostólico.

Los planes y métodos que se propusieron, no se diferenciaban en teoría con los que habían llevado

adelante los evangelizadores Jesuitas y Franciscanos los siglos anteriores..., aunque, los salesianos ponían

especial énfasis en la dedicación particular a los jóvenes.

Una de las primeras particularidades que podemos observar en el comienzo de esta cruzada

evangelizadora es que se da en sincronía con la “Campaña al Desierto”, y que comparten con el Estado,

encarnado por Roca y su ejército, esa mirada de atraso, barbarie y salvajismo respecto a las poblaciones

indígenas. Ambas instituciones (Iglesia y Estado) aunadas, tienen que encaminarlas hacia la civilización y

la fe cristiana.

Esta concepción quedaba expuesta por el líder de la orden, San Juán Bosco cuando explicaba sus planes:

...”Solo a la Iglesia Católica le está reservado el honor de amansar la ferocidad de esos salvajes. para

alcanzar tan noble fin, se ha convenido con el inmortal Pío IX y con el eximio Metropolitano argentino el

plan siguiente: Fundar colegios y hospicios en las principales ciudades de los confines, y rodear, por así

decirlo, con estas fortalezas la Patagonia, recoger a los jovencitos indígenas en esos asilos de paz y

caridad, atraer principalmente a los hijos de los bárbaros o semibárbaros, e instruirlos, educarlos

cristianamente; y luego, por su medio y con ellos, penetrar en aquellas regiones inhóspitas par llevar y

difundir la luz del Evangelio, y abrir así la fuente de la verdadera civilización y del verdadero

progreso”...12

Siguiendo las directivas de su fundador, los misioneros se establecieron primeramente a orillas del Río

Negro. Tres son los períodos que podemos distinguir en el desarrollo de la acción evangelizadora:

1°) Ciclo de exploración de las regiones y población indígena (1879-1889);

2°) Fundación de residencias en los centros geográficos y demográficos: escuelas de artes y oficios, de

agricultura, primeras letras; hospitales, imprentas, periódicos; iniciativa en obras públicas en las

poblaciones, canales, plantaciones, caminos, observatorios metereológicos, iglesias, capillas (1889-1913).

3°)Prosecución de las misiones en las tribus no extinguidas.

En el primero de los períodos, los Salesianos se encargaron de realizar un importante reconocimiento de

la geografía y de la población Patagonica, para esto, los podemos ver acompañando la campaña militar o

las primeras exploraciones “científicas” que el gobierno argentino llevaba adelante13.

La organización de las misiones se realizaran una ves que las tribus de los pueblos indígenas son

reducidas por el Estado, es esto lo que les dará un mapa de la acción evangelizadora.

La primera parroquia y centro de misión se establece en Carmen de Patagones en febrero de 1880 (ya

estaban desde 1779). Su jurisdicción se extendía hasta tierra del Fuego y archipiélagos. Las tribus

rendidas habían fijado sus tolderías en Conesa, con 800 indígenas de Catriel y de Mariano Rosas; en San

Javier, la gente de Linares y la de Pailemán; en Choel Choel, la de Sayhueque; en Fiscomenocó, las de

Reuquecurá, Manquél y los restos de Namuncurá; en Valcheta, las de Pichalao, Andrés y Sacomatra; en

Fortín Villegas, sobre el Río Chubut, las de Inacayal, Foyel y sus capitanejos; en Bahía Blanca, la d

Ancalao14.

Todos estos grupos, aún bastantes compactos al llegar los salesianos, juntamente con los indígenas

dispersos, fueron alcanzados, instruidos y bautizados en su mayor parte ya que los misioneros también se

fueron diseminando a lo largo de todo el territorio dando prioridad al método de las misiones volantes o

circulares, siguiendo el modelo jesuita y su experiencia en el Nahuel Huapi. En la isla de Tierra del

Fuego, prefirieron en cambio, establecer reducciones de tipo más estables, dándoles formas arquetípicas

civilizadas de organización familiar, social, política y religiosa.

La principal preocupación de los salesianos radicaba, no solo en que estos pueblos no tenían una religión

cristiana, sino también, el estado en que se encontraban pues estaban expuestos a la acción de

comerciantes inescrupulosos, buscadores de oro y criadores de ovejas que llevaban adelante reiteradas

12 Bolletino Salesiano, noviembre de 1878. 13 El padre José Fagnano formó parte de la expedición militar de 1881 como capellán, también acompañó a Ramón Lista en su expedición a Tierra del Fuego en 1886; el padre Domingo Milanesio acompañó al coronel Manuel Olascoaga en la campaña al Neuquen. 14 Comisión Nacional de Monumento al Teniente General Julio Argentino Roca; La Conquista del Desierto, Diario del Capellán de la expedición de 1879, monseñor Mariano A. Espinosa. Buenos Aires, 1939.

matanzas de indígenas. También después de que el ejercito lo “barrió todo”, el panorama fue bastante

desalentador para estos pueblos:...”Busqué enseguida a los prisioneros de guerra para catequizarlos. La

miseria en que los encontré, es algo impresionante: Algunos estaban semidesnudos: no tenían sino una

piel de cordero para cubrirse. No tenían toldos, y dormían al raso sin ningún reparo. Hacía el oficio de

botella y de vaso una asquerosa vejiga que llenaban de agua. ¡Pobrecitos!...”15

El padre Domigo Milanesio se estableció en Chos Malal en 1889 creando una capilla y un centro

misionero. El mismo año, el padre Alejandro Stefenelli fundó la misión y el colegio de Roca. Guardia

Pringles (hoy, Mitre) había sido ya adelantada en 1884; Conesa y Choele Choel, en 1891; Junín de los

Andes, en el bajo Neuquen, en 1895, y Bariloche, en 1905.

La Patagonia central no pudo ser incluida en la acción misionera salesiana hasta 1892 con la fundación de

la misión, colegio y hospital de Rawson; en 1907, el colegio de Trelew, luego pasaron a Puerto Madryn y

Comodoro Rivadavia. La región de la cordillera comenzó a poblarse entrado ya el siglo XX, Esquel será

primeramente residencia de tránsito, y luego, misión y colegio. En estas regiones los Tehuelches no

15 Bollettino Salesiano, octubre de 1879. El comentario es del padre Santiago Costamagna, capellán de la expedición de 1789 a orillas del Río Negro.

habían intervenido en la lucha contra el ejército expedicionario del “desierto”. Solo una infausta

circunstancia los obligo a combatir en el último encuentro de Apeleg en 1885. El padre Angel Savio los

describía así, un año más tarde:...” Estos pobres Tehuelches están ahora divididos sin un cacique general,

y a menudo luchan entre sí, principalmente cuando están borrachos. En estas refriegas siempre queda

algún muerto y muchos horriblemente heridos. Por decisión del gobierno, han sido distribuidos en

secciones y habitan tres regiones distintas, unos entre el Rió Gallegos y el Santa Cruz; otros entre éste y

el Río Chico y los últimos hacia el Río Deseado”...

Para la Patagonia meridional en 1885 fue nombrado capellán del territorio de Santa Cruz el padre José M.

Beavoir, su acompañante: el padre Angel Savio. Este último recorrió el norte de Santa Cruz y la Isla

Pavón, para la época el reconocimiento de ese extenso territorio era imprescindible. Con respecto a la

población los describía así:...” Estos pobres Tehuelches están ahora divididos sin un cacique general, y a

menudo luchan entre sí, principalmente cuando están borrachos. En estas refriegas siempre queda algún

muerto y muchos horriblemente heridos. Por decisión del gobierno, han sido distribuidos en secciones y

habitan tres regiones distintas, unos entre el Rió Gallegos y el Santa Cruz; otros entre éste y el Río

Chico y los últimos hacia el Río Deseado”...16

La acción evangelizadora urgía no solo por las cuestiones ante señaladas, sino también por el desempeño

de algunos protestantes en la región. Algunos de estos recelos los podemos rastrearen el primer informe

que el padre Fagnano le presenta a Don Bosco: ...”Hay, asimismo, una colonia sobre el Río Chubut,

cuatrocientos kilómetros al sur del Río Negro, compuesta enteramente por ingleses del país de Gales,

protestantes todos, excepto unos cuarenta que son católicos, los indios van allá a vender cueros, pieles,

lanas y para comprar azúcar, mate, licores...”

...” La Tierra del Fuego es otro punto que debe ser tomado en cuenta, pues se halla habitada por miles

de salvajes, entre los cuales se han establecidos varios misioneros protestantes, cuya central está en las

Malvinas”17.

La zona de Tierra del Fuego entra en las acciones salesianas a partir de 1886, cuando el padre Fagnano es

nombrado capellán en la expedición de Ramón Lista hacia ese territorio, el primer encuentro con los Onas

no fue muy feliz. El padre Fagnano se establece en la Isla Dawson, en la zona chilena, pero su trabajo no

fue obra de un día. Primeramente, debió ganarse a los grupos indígenas, persuadirlos y llevarlos a la

reducción. A principios de 1888 comenzó a recorrer las islas y los canales con la ayuda del padre Ferrero

y el padre Borgatello. La obra de instalarse y desarrollar la evangelización de la Patagonia estuvo bajo la

dirección del Monseñor Juan Cagliero

16 Bollettino Salesiano, septiembre de 1887. 17 Bolletino Salesiano, noviembre de 1880.

El mapa de acción y los nombres propios que llevaron adelante la tarea de evangelizar y “cuidar” al

indígena en regiones en donde el Estado casi no tenía llegada, le dieron vida a la obra salesiana que hoy

esta a la vista en toda la extensa Patagonia.

DESTACADOS:

Este artículo tendrá una doble intención, primero, tratar de realizar una mirada general del proceso de

evangelización en el territorio patagónico, y segundo, analizar en forma conjunta tres aspectos

fundamentales que quedan enmarcados dentro de este proceso de evangelización: una doctrina, la

cristiana; un espacio, la Patagonia y un sujeto, el indígena.

“Muchas fueron las órdenes que recorrieron la geografía patagónica, los jesuitas, franciscanos, lazarinos y

salesianos; también podemos encontrar algunos intentos evangelizadores de pastores o iglesias

protestantes.”

“Reconocer el papel de la iglesia en la actualidad en los demás pueblos originarios de la Patagonia es

imposible, ya que los Selknam, Yámanas, Alacalufes y Tehuelches fueron victimas del brazo civilizador y

ya no existen ...”

... tres son las principales motivaciones de La Compañía de Jesus para llegar hacia los extremos

occidentales de la cordillera Patagonica. (..) las noticias que circulaban sobre la mítica Ciudad de los

Cesares (...). la pobreza espiritual en que se hallaban sus habitantes y una tercera referida a asegurar la

presencia de la Corona Española en zonas desprotegidas y a merced de los enemigos de España.

Una de las primeras particularidades que podemos observar en el comienzo de la cruzada evangelizadora

salesiana, es que se da en sincronía con la “Campaña al Desierto”, y que comparten con el Estado, una

mirada de atraso, barbarie y salvajismo.

...” La Tierra del Fuego es otro punto que debe ser tomado en cuenta, pues se halla habitada por miles

de salvajes, entre los cuales se han establecidos varios misioneros protestantes, cuya central está en las

Malvinas”. Padre Fagnano, Sacerdote Salesiano.