La vida física y la vida espiritual eterna

(Breves apuntes)

Por Jorge GuldenzophPresidente de la Conferencia del Liderazgo del

Uruguay

Olvidamos lo más importante

• El vértigo de la época en la cual vivimos hace que muchas veces nos olvidemos de lo principal, de la sustancia y propósito mismo de nuestra existencia, centrándonos en cuestiones aunque necesarias, menos importantes

La dimensión espiritual eterna

• Nuestros sentidos físicos atraen a nuestro ser sobre muchas cosas que tienen un valor efímero olvidándonos de otras, que son más fundamentales, que no son efímeras, y que son generalmente invisibles a nuestros sentidos físicos.

• Una de esas cuestiones, es la existencia dentro de cada uno de nosotros de un espíritu o alma humana eterna y la existencia de una realidad o dimensión de la vida más allá de la vida física, dimensión a la que podemos llamar “mundo espiritual” o “cielo” y que ha sido popularizado en los últimos años como “vida después de la muerte”.

En la Antigua Grecia

• “Con respecto a la muerte, nadie sabe si en realidad ella es o no, la mayor de las bendiciones que puedan alcanzar a un hombre, pero las personas le temen como si fuera el mayor de los males, y esa ignorancia (que piensa que sabe lo que no sabe), debe seguramente ser la más culpable de las ignorancias”.(Sócrates)

En Roma al comienzo de la Era Cristiana

• “El día ése, que temes como el último de tu vida, es del nacimiento a la eternidad”. Lucio Anneo Séneca, “Epistola a Lucilio”

En el Siglo XIX

• “La muerte no es un período de terminación de la existencia, sino solamente un entreacto, un paso de una forma a otra del ser infinito”.

(Alexander Humboldt)

En el Siglo XX• “Una vez más, a menos

que uno sea un campeón del materialismo científico (que ya está pasado de moda), no veo como puede sostenerse seriamente que la sobrevivencia post-mortem sea pura y simplemente impensable. Subsiste un margen de incertidumbre, y está queda abierta a la reflexión, como un aspecto del misterio implicado por nuestro destino” (Gabriel Marcel)

La ciencia y el cerebro humano

• Destacados científicos como el Premio Nobel Sir John Eccles, en sus famosos trabajos sobre el cerebro humano sostenía que la muerte del mismo no implica necesariamente la destrucción del ser subjetivo (mente).

• Lo único que puede inferirse es que esa mente, a la muerte física de los ser humano, cesa de tener una relación con el cerebro y así carece de información sensorial y expresión motriz física.

Creciente interés…

• En las últimas décadas hemos visto un aumento creciente de inquietudes espirituales entre quienes vivimos este fin de siglo. Uno de los signos de esa inquietud espiritual es la apertura a considerar el tema de la existencia de un espíritu eterno y una dimensión de la vida eterna.

• Difícilmente podríamos tener un deseo y sentimiento tan profundo si no hubiera dentro de cada uno de nosotros un aspecto relacionado con lo eterno.

No es casual sino que es causal

• Si la vida humana no es una casualidad sino el resultado de la obra de un Creador nuestra vida tiene una meta y nuestra naturaleza dispone de los medios para cumplir esa meta. Es obvio afirmar que lo físico es pasajero (“polvo eres y polvo volverás a ser”) y por ello esta dimensión de la vida no podría ser la meta última de la existencia.

Las etapas de la vida• Hay una primera etapa de nuestra existencia que se

desarrolla en el vientre de nuestra madre. Esa etapa es una etapa de formación para la etapa subsiguiente. Si algo pasa en esos nueve meses la vida humana puede frustraste o malformar algún aspecto de la naturaleza física afectando la calidad de su vida próxima.

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• Esos nueve meses nos abren el camino hacia 70 u 80 años de vida en la dimensión física de la vida. Pero somos conscientes o intuimos de que allí no sólo hay un cuerpo hay también un espíritu que busca expresarse ansiando amor, verdad, bondad y belleza. De la misma forma que cuando no comemos, nuestro cuerpo gime cuando no alimentamos nuestro espíritu, nuestro corazón gime

La meta de nuestra vida física

• ¿Cual es el propósito de los años de vida en el mundo físico? ¿Para que fuimos dotados de un cuerpo temporal y de un espíritu eterno? La respuesta: Para una tercera etapa en una dimensión diferente, una dimensión espiritual. Por ello de la misma forma que buscamos el crecimiento y desarrollo del cuerpo físico (temporal) tenemos la responsabilidad en buscar el crecimiento de nuestro ser espiritual por que será el nivel de crecimiento que alcancemos el que determinará la calidad de nuestra vida en una tercera y última etapa de nuestra existencia

La consecuencia eterna de nuestras acciones en el mundo físico

• Entonces, la implicación más importante que debemos considerar relacionada con la existencia de un espíritu eterno es que todas nuestras acciones en esta vida física tienen consecuencias eternas.

• De la misma forma que la calidad del cuidado y afecto que nuestra madre y nuestro padre nos dan cuando estamos en el vientre de aquella condiciona el futuro y calidad de nuestro próximo nivel de existencia, la calidad de nuestra vida espiritual y la calidad de nuestras acciones en consonancia con el mandato de nuestra conciencia (“fe y obras van juntas”) determinara la calidad de nuestra vida eterna.

Nuestra responsabilidad

• Cada uno es responsable por su vida espiritual eterna. Uno recoge lo que siembra. Uno no debería culpar a nadie más que a si mismo por los resultados que obtiene en la vida.

• Una vez alguien pregunto a un sabio cristiano a donde iremos en la “otra vida”, al “cielo” o al “infierno”. Este le contesto cada uno iremos al nivel espiritual en donde nuestro corazón ya esté.

• Aunque uno maltrate y sea maltratado en la vida eso no condiciona a que uno no pueda modificar su conducta o evitar el cáncer del resentimiento.

Pensar sobre la existencia espiritual eterna no es una disquisición filosófica, es la

raíz de la vida misma