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MI OXÍGENO (Palabras del viento) ANACLARA DALLA VALLE

Mi OxíGeno

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Page 1: Mi OxíGeno

MI OXÍGENO

(Palabras del viento)

ANACLARA DALLA VALLE

Page 2: Mi OxíGeno

IMPERFECCIÓN TRIANGULAR

La imperfección triangular

de tu sonrisa,

se confundió tan irreversiblemente

con el sol,

con aquel soneto perdido,

que fue un grito de noche.

Y fue esa noche la culpable

de más dibujos,

de más paisajes y vuelos,

de blancos

o no tan blancos

precipicios.

Y en uno de esos círculos atiborrados,

omnipresentes,

salvajes,

silvestres,

fui sólo sombra,

un espejo húmedo en el

hueco de tu primer lágrima.

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Fue tu sonrisa la que enfermó

lo condenado de las heladas.

Mi condena fue ver tu oído,

preguntar por lo versátil

de tus regresos.

Y ya cansada del circo azul,

deshabito el mar donde

un aguacero nos despojó el alma.

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DOMINGOS

Los domingos

tienen ese no sé,

ese qué,

ese aire frío y de noche,

fogoso e indirecto,

versátil y sutil,

de verano,

de inercia,

de vos,

de las hojas,

del otoño,

de una nada divina,

de diarios,

de fideos, de familia.

Quizás por ser tanto,

no es más que domingo.

Domingo y lunes,

de sed o hambre.

Es domingo y estoy.

Aún acá y más allá.

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Es mar, es árbol,

es luz y brote,

es cueva.

Es domingo.

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I VERSO

Fue pura letra.

Pura carta.

Puro fuego,

furia y mundo.

Fui puro ojo,

Puro verso.

Puro adiós.

Pura presencia.

Te disfracé con mi cielo,

en esos días quemados,

y despedí tu mar al viento.

Y regresé.

Pura fruta.

Pura nada.

Esa luz

que siempre vuelve

ciñe mis letras,

extiende mi sigilo,

percibe mi caída,

y mitiga la censura de este invierno.

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ÉXODO

Podría llevarte al mismísimo

ombligo del infierno

y quebrarte con mi poco criterio,

hasta que mueran las letras

los faroles

las lapiceras

los planetas de tu boca

las viejas historias.

Podría desteñir la palma de tu mano,

para percibir la resistencia aguda

de esas benditas

yemas enredadas

Podría todo.

Podría nada,

para creer que el pecado es

sólo la traición de tu quietud.

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HÁBITOS

Besa con todo el cuerpo.

Con cada ángulo de su sombra,

con las reverendas escamas de su pelo,

con el cielo encendido de sus labios,

con la mirada llena de esquinas jugosas,

con la infalible tristeza de su lengua,

con el fuego paternal de sus uñas.

Te beso con todo el cuerpo,

con todos

mis aplausos

y todos mis versos.

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EXAMEN NOCTURNO

Imposible mirarlo

Tiene el respiro lleno de ojos,

sus oídos hartos de pisadas rancias

la espalda cubierta de dientes

y su cuerpo cansado de poemas y océanos.

Y circula mi madrugada,

mientras el suelo intenta callarlo.

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TRAMO

Camino

Otoño

Voces

Veces

Mar

Muerte

Inercia

Ver

Ser

No estar

Querer

Siembra

Rojo

Cielos

Mandarina

Reyes

Lejos

Muy lejos

Viejo

Veo

O siento

El ropero cruje un patio.

Un farol espera tierra con historias.

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Y el libro se cierra,

como ignorando los trazos, para ocultar la tormenta,

sintiendo amaneceres quebrados, sufriendo este suelo.

Y casi sin respiro

una música exigua se va despidiendo.

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Y QUÉ VAS A GRITARME DESPUÉS?

Cuando la poesía de tus ojos se queme

y las frutas de tu risa se vuelvan mustias.

Cuando la verdad más insólita

recubra tu boca

Y la belleza estupefacta de tus dedos,

grite.

Cuando la tristeza de tu sol calle en un minuto idiota,

cuando no alcancen los poetas,

cuando se desesperen las gaviotas

y yo decida irme al mar etéreo de tu voz

y no te encuentre

y deje de buscarte.

Cuando intente no creer que esto es irónico

porque comprenda la paradoja de esta historia.

Cuando no te vea,

cuando te sienta;

la poesía será

gris,

llanto,

cielo,

delirio.

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REDENCIÓN

No dejaré que atardezcan tus encierros,

ni que mueras en cada respiro de las venas,

ni que los roperos de tus ojos disgreguen los mios.

No dejaré que te vallas con el sol en tu espalda,

y la lluvia en tu mirada.

Haré que te quedes junto a mi lengua.

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CODICIA

Quisiera ser tu libro,

tu mar volátil,

tus versos,

tu bronca veraz,

tu daño fluido,

tu misa,

tu Borges.

Aún soñando me despierto.

Y sigo siendo la mustia figura de tu ignorancia.

La evasión de tus ojos.

El disfraz de este delirio.

La innegable magia del desencuentro.

La poesía inconclusa del invierno.

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MI PÁRAMO.

Aún siento que no te olvido,

que sólo creo en algún terrón

de suciedad,

que enmarca el recuerdo de tus dedos.

Otra vez soy la condenada

esclava de tus cabellos de aire,

sin brisas.

No sé si existo

o si sólo vivo mientras pueda mirarte.

Por que es ese,

el momento en el que huís de mis frutas,

cuando me entrego

a la muerte fugaz

de la sombra de tu espacio frío.

Te ruego

que me des tu vena de niño perdido,

de poeta clausurado.

Te ruego

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que no vuelvas al presente,

que te quedes ahí sentado

en alguna esquina de mi instinto.

Quedate acá,

conmigo,

como yo

en tu voz de primaveras aburridas.

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ESPEJOS

Como si no quisiera enfermar,

ese fantasma azul me ahoga.

La paranoia de lo perpetuo, rasguña un llanto viejo.

Fascinamos un poema,

un canto rojo,

entre gritos tenues,

entre mareos.

¿Qué tengo que ver con esto?

Sólo recuerdo que no quiero huir sin la montaña rusa de tus ojos.

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CÍRCULO

Pensar que el día viene con su melancolía,

con el sol que congela tu aliento,

con las nubes que fingen mentirte,

con las voces que nos emborrachan de ríos,

y con el desierto ahogado de tu cuerpo.

Pensar que el día viene con su melancolía

Y que terminarás yéndote,

donde algún verso te lleve

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CEGUERA

Me enfermé de sus ojos

Porque callan

abrazan,

queman.

O porque son todo

lo que la memoria

no libera al abismo.

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INVENCION I

En la esquina de la arena,

arena, arena y más noche.

Ante este sol del que mi vida huye,

te invento.

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INVENCION II

Podría morder el viento dulce

y bendito de este atardecer.

Pero estampo tu costilla

en mis ojos,

tibios por el aliento de la noche.