Presentacin del cartel de la semana santa chiquita

Presentación del Cartel de la Semana Santa Chiquita 2011

PRESENTACIÓN DEL CARTEL DE LA SEMANA SANTA CHIQUITA 2011

Muy buenas noches, es desde luego para mi un orgullo, aunque suene a típico decirlo, el estar aquí esta noche frente a ustedes para mostraros algo que es vuestro, del pueblo. He de deciros que me siento algo raro al presentaros algo que ya conocéis, algo que desde hace ya más de 25 años lleva siendo la razón por la que muchos niños y niñas se desvelan año tras año. Todos hemos sido niños y la mayoría de nosotros ha aguardado con ansias ese gran sueño que era la llegada de ese domingo mágico.

Son esos, los sentimientos de los niños, los que giran y dan sentido a todo este trabajo que un grupo de personas lleva a cabo. Personas que trabajan por y para mostrarles a los más pequeños, con la mayor similitud posible, cual es el mundo cofrade de los mayores.

Para mi, hablar de la semana santa chiquita tiene un sentido especial, y es que soy de los que desde niño siempre se ha sentido cofrade, siempre ha sentido ese pellizco que hace que se nos encoja el corazón cuando divisamos un paso cualquiera.

Muerte y resurrección. De eso nos habla la Semana Santa. De los ciclos de la vida, de las múltiples caras de ésta, del ser humano en su totalidad. La Semana Santa no nos oculta nada, nos lleva al centro del dolor y nos dice que allí también hay Amor, también ha llegado Dios, hecho uno más de nosotros, a decirnos que no estamos solos.

Abramos nuestro corazón a esta enseñanza íntima y verdadera. A esta sabiduría que nos hará más humanos. No somos perfectos, no somos eternos, pero la Eternidad ha plantado su tienda en nosotros y ha dejado su semilla sembrada en el centro de nuestro corazón. Y esa semilla se llama “Amor”.

Antes de seguir, me gustaría hacer un par de agradecimientos, uno a mis compañeros de la SEMANA SANTA CHIQUITA por confiar en mi para poner mi granito de arena tanto con el cartel como con la humilde presentación que voy a hacer esta noche del mismo, y por otro lado agradecer también a Jesús Prieto por haberse brindado a colaborar con nosotros y por haberme dedicado esas palabras en su presentación.

Como he dicho antes, lo que nos acoge aquí esta noche es algo que ya todos sabéis: la presentación de un cartel que dentro de poco se podrá ver todo el pueblo y que no anuncia otra cosa, que nuestra SEMANA SANTA CHIQUITA.

Un cartel debe cumplir la función para la que nace, que no es otra que la de vender y promocionar lo que en él se muestra de manera gráfica. Éste, el que les vamos a mostrar dentro de unos momentos, ha sido un instante extraído durante el pasado año 2010. Se trata de una fotografía que pertenece a Francisco Rosa Berlanga y que como viene siendo usual, desde hace algunos años, muestra la replica, en la SEMANA SANTA CHIQUITA, del paso de la cofradía que protagoniza el cartel anunciador de nuestra SEMANA MAYOR.

Rafael Ángel Gómez García 1


Como todos sabéis, este año el privilegio que antes he mencionado le ha correspondido a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración, por lo que ya podéis deducir sin temor a equivocaros cual es la imagen que os vamos a mostrar.

(CARTEL)

Como podéis ver, es una fotografía que muestra la replica del paso del Cristo de la Expiración en la puerta de la Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen.

La fachada de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, con la reforma que se llevó a cabo por el sacerdote Félix Vázquez hacia 1965, aproximadamente, se vio despojada de todo ornamento que la pudiera guarnecer. Como podéis comprobar todo se reduce a la azulejería que recorre el trasdós del arco de medio punto de entrada, el cual era mayor, formando alfiz y albanegas.

Asimismo, ha desaparecido la imagen que se disponía en la hornacina

superior, cuya iconografía respondería seguramente a la Virgen del Carmen. Según Palma Varo, en la década de 1940 y bajo la alcaldía de Agustín Aranda Romero, el Crucificado que existía frente a la fachada fue cercado por una verja de hierro artística, rememorando al Cristo de los Faroles de Córdoba, obra del herrero aguilarense Cristóbal Lucena Varo. Éste, al parecer, señalaba el lugar que había ocupado la antigua ermita de la Vera Cruz. En un principio, miraba hacia la puerta, pero a raíz de su embellecimiento con la reja, se realizaría una ordenación de la plaza abierta existente y se giraría para que presidiese la citada explanada.

Desde esta portada comienza su Estación de Penitencia el Cristo de la Expiración la madrugada del Viernes Santo aguilarense, fría y oscura madrugada en la que se entrecruzan saetas de balcón a balcón cuando la imagen del crucificado va surcando las calles entre la niebla.

Esa Hermandad nace julio de 1940 cuando un grupo de aguilarenses decide construir una nueva hermandad penitencial bajo el título de Cristo de la Expiración. Ésta sale por primera vez en la madrugada de 1944. La procesión llama la atención por su sobriedad, hasta el punto de que la hermandad se conoce popularmente con el seudónimo de “cofradía del silencio”.

En 1900 se celebró su cincuentenario de la fundación. Con motivo de esta efeméride se realizaron un conjunto de actos conmemorativos: exposiciones de carteles y fotografías, un certamen de saetas,… y para cerrar estos actos, coincidiendo exactamente con el día de su fundación cincuenta años antes, realizaron un Vía-Crucis desde la Parroquia del Carmen hasta la Parroquia del Soterraño.

Es el Cristo de la Expiración, porque representa a Jesús recientemente fallecido, tristemente crucificado por nosotros, por lo que es Cristo de Salvación y Misericordia. Es Cristo del Silencio, porque ante su patética imagen solo cabe responder con la contemplación de todo un hombre, que es Dios, hecho misericordia por todos nosotros. Así lo ha visto el pueblo cristiano. Así lo han visto a través de generaciones sus devotos.

La imagen es una talla completa de la escuela granadina, de finales del siglo XVII y fue restaurada por Miguel Arjona en 1984.



Trasladándonos de nuevo a nuestra SEMANA SANTA CHIQUITA, al reencontrarnos con esos momentos y hablar de ese domingo especial es imposible hacerlo sin meterse dentro de la inocencia de un niño, sin pasearse por sus ilusiones siendo llevados por él de la mano para que nos enseñe sus sentimientos haciendo hincapié en sus sueños. Sueños que se desvelan en esta madrugada debido a la inquietud que siente su corazón. Faltan ya sólo unas horas mientras su madre le susurra: “tranquilo que ya falta poco, descansa que pronto el sol avisará al mundo de que amanece un nuevo día”

Hoy no hace falta que suene el despertador, ésta es la noche en la que los niños duermen con un ojo abierto y otro cerrado. Podría decirse que es la noche en la que duermen sin dejarse vencer por el sueño, o bueno si por un sueño si, en el que ansían volver a vestir su túnica e ir camino a la iglesia de la mano de sus padres el más pequeño o acompañado por los amigos y los compañeros de clase el mayor.

Una vez entra en la Iglesia, aquel niño que no podía dormir se sumerge en un mar de sensaciones. ¿Y que decir de lo que siente cuando ya esta frente a su paso? ¡Ahora ya si! Llego la hora y está en el lugar idóneo. De casualidad lleva detrás a uno de sus amigos y delante a un niño que no conoce, pero eso os aseguro que será hasta que salgan por esa puerta, cuando vuelvan serán los mejores amigos del mundo.

Tampoco podemos dejar pasar el llanto que tantos niños sueltan cuando llega la hora de separarse de sus padres y entrar a la Iglesia, llanto que una vez dentro se convierte en una sonrisa cómplice e inocente de saberse allí donde sus sueños de anoche le llevaron viajando entre nubes.

La gente ya esta ansiosa en la puerta, pero aún quedan unos minutos, los pasos aún no están completos, hay que colocar a los niños que faltan. Son niños, pero eso no les quita que su corazón esté limpio y que su alegría no guarde quizás una petición secreta que desde hace unos días lleve rondando su mente.

La banda ya está fuera y chirrían las puertas, los padres que esperaban en la portada se asoman al interior queriendo buscar a sus hijos entre un mar de cabezas que no dejan de moverse aleatoriamente. Por fin comienza el sueño para todos, ya están en la calle, cada niño mira hacia arriba queriendo ver como se mueve el paso sobre sus hombros.

Hoy ellos se sienten los dueños del mundo, hoy son los protagonistas, son los que con su sudor van a hacer que muchos mayores se reflejen en su particular espejo y recuerden aquella vez que se sintieron niños y se metían debajo de aquellos pasitos al sonido de un llamador.

Si hay estampas en Semana Santa a las que difícilmente puede uno resistirse es a la de los niños. Puede que nos quedemos embobados porque nos venga a la memoria el recuerdo de aquella primera cofradía que veíamos de la mano de alguien muy nuestro, o nuestra primera túnica. O tal vez, para quienes no tuvieron la suerte de tener unos mayores que les guiaran en la fe, porque sueñen con transmitir lo que sienten a otras generaciones. Lo cierto es que la visión de estos niños cofrades no nos puede dejar indiferentes, como estos costaleros, que cuando sean mayores seguro que saben, porque



los corazones valientes se entregan en los varales o bajo las trabajaderas. Estos niños, mañana serán jóvenes y adultos, y sentirán por las Hermandades el pellizco de su infancia y el cariño que les transmitieron sus padres.

En una sociedad en la que los niños son bombardeados con mil y una idioteces, con banalidades y héroes de barro, ¿habrá más verdad que esa ilusión y ese derroche de fe por sentirse costalero? Para un chiquillo ese momento permanece para siempre, pese a las vueltas que pueda dar la vida. Y por supuesto, la alegría y el orgullo de los padres que llevan a sus hijos, su sangre, de la mano.

Para todo el que tenga el recuerdo de su primera túnica, que me diga si no es posiblemente el más hermoso de los que tenga almacenados en el alma. Que les pregunten a esos niños costaleros si el mejor regalo que recibieron de sus padres no fue el darles un trozo de tela hecha túnica de su cofradía.

En definitiva, cuidemos este patrimonio humano incalculable. Los niños, sin duda, son la continuidad de la Semana Santa. En ellos nos vemos nosotros cuando éramos aprendices de cofrades. Que nunca falte en cada cofradía el mejor tramo, el de los niños cofrades. El sueño de muchos niños es meterse algún día debajo de los pasos de su Hermandad. Hagamos que su sueño sea tal y como lo han soñado.

Muchas gracias.


Spiritual

Presentacin del cartel de la semana santa chiquita