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Primera Comunión

Tema 4: El misterio de Dios: Dios es amor y amor entre las personas.

La Santísima Trinidad

Objetivo: Descubrir que Dios es amor y, por tanto, misterio de

comunión interpersonal. Descubrir que el amor hace que personas

distintas sean una sola cosa.

Oración: “Dios Uno y Trino que nos das misericordia, haz que tengamos

unión en nuestra comunidad.”

Nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios

En efecto, Dios es el más profundo misterio. Los creyentes anunciamos lo

que ni el ojo vio ni el oído oyó: "Dios nos lo ha revelado por el Espíritu. El

Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. ¿Quién conoce lo

íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Pues

lo mismo, lo íntimo de Dios lo conoce sólo el Espíritu de Dios" (1 Co 2, 10-

11). Dios está con nosotros. Dios nos ama. El Dios de Abraham, Isaac,

Jacob, Moisés es el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo. De tal

manera amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito (Jn 3, 16).

Jesús es el Hijo Unigénito del Padre. Las confesiones de fe de la Iglesia

primitiva proclaman Señor a Jesús, como en la Antigua Alianza el mismo

Yahvé fue denominado Señor. Jesús también promete a los suyos su

asistencia eficaz en la tarea de comunicar el evangelio a los pueblos:

«Yo estoy con vosotros todos Los días, hasta el fin del mundo» (Mt 28,

20). Los apóstoles comienzan la aventura de la predicación, fiándose de

esta palabra de Jesús. En seguida reconocen que la palabra de Jesús se

cumple, que Jesús actúa en medio de ellos, que está con ellos, que

colabora con ellos (Mc 16, 20). Jesucristo resucitado, en unión con el

Padre nos envía su Espíritu Santo. El Espiritu nos hace verdaderos hijos

de Dios. El Espiritu es el don del Padre, de cuya vida Él nos hace

participes. Por la acción del Espiritu somos capaces de transfigurar

nuestras relaciones, de amarnos unos a otros, de vivir como hijos de Dios

(Ga 4, 6; Rm 8, 15-16.26). El conocimiento de Dios, propio de los que han

nacido de Dios, se relaciona con la experiencia del amor fraterno: "todo el

que ama, ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama, no ha

conocido a Dios, porque Dios es amor" (1 Jn 4, 7-S). El hombre ha sido

hecho a imagen de Dios. El hombre es imagen de Dios cuando ama, pues

Dios es amor. Podemos amar nosotros, "porque Él nos amó primero" (1 Jn

4, 19).

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Ahora bien, el amor humano no es posible sino en relación a otros. Por

esto, podemos afirmar que cuando amamos a los demás

reflejamos hondamente este amor de Dios. Dios es amor y por

consiguiente, amor entre personas. El misterio de Dios no es un misterio

de soledad, sino de comunión de amor. En Dios, el que ama (el Padre), el

amado (el Hijo) y el don del amor (el Espiritu Santo) viven en comunión la

misma insondable riqueza divina.

Padre, Hijo y Espíritu Santo: el misterio de la unidad y Trinidad

de Dios: La distinción real de las Personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu

Santo, no sólo no se opone a que Dios sea uno, sino que precisamente las

tres personas divinas son el Dios uno a causa de las relaciones y vínculos

mutuos que se dan entre ellas:) En las tres Personas divinas, que son

eternas entre sí e iguales entre sí, la vida y felicidad del Dios enteramente

Uno.

Para reflexionar y compartir

1- Dios no es un misterio de soledad, sino de comunión, de amor (1 Jn

4, 7-8): ¿nos reconocemos creados a imagen de Dios? Experiencias

concretas.

2- La historia de la salvación tiene tres momentos culminantes

marcados por el "yo estoy con vosotros", del Dios de Israel, de Jesús

de Nazaret y del Espíritu. Comentar en grupo los pasajes bíblicos

correspondientes: Ex 3, 7-15; Jn 14, 15-26; Mt 28, 16-20.