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2 Corintios 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de
espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Muchas cosas se enseñan sobre la santificación pero bien es definitivo que para que una cosa o persona sea
santa debe estar separada. En Ezequiel 44:2 podemos notar como Dios mismo separa la puerta por la cual
Él (Dios) entra y sale del Templo (“Y me dijo Jehová: Esta puerta estará cerrada; no se abrirá, ni entrará por ella
hombre, porque Jehová Dios de Israel entró por ella; estará, por tanto, cerrada.”). Dios es santo y requiere de sus
hijos santidad, ese fue el motivo por el cual Dios sacó a Israel de Egipto (Ez. 11:45 "Porque yo soy Jehová, que
os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo."), y esto no fue
solo para Israel sino también para nosotros pues el Apóstol Pedro hace referencia a esta misma escritura: 1
Pedro 1:14hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15, como
aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16porque escrito está:
Sed santos, porque yo soy santo.
17Por lo cual,
de en medio de ellos, y apartaos, dice el
Señor,
no toquéis lo inmundo;
yo os recibiré, 18Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el
Señor Todopoderoso.
Sólo quienes han sido
verdaderamente regenerados y
son por tanto posicionalmente
limpios pertenecen a ella, y sólo
quienes están limpios
prácticamente como consecuencia
de una constante purificación por la
Palabra disfrutan de la comunión y
los privilegios que ella ofrece.
Juan 13:6-10 6Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le
dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? 7Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo
hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo
entenderás después. 8Pedro le dijo: No me lavarás los pies
jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare,
no tendrás parte conmigo. 9Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis
pies, sino también las manos y la cabeza. 10Jesús le dijo: El que está lavado, no
necesita sino lavarse los pies, pues está
todo limpio; y vosotros limpios estáis,
aunque no todos.
Santidad de la congregación del Señor
Santificar es, literalmente, "poner aparte para el uso o propósito especial", en sentido figurado "hacer
santo o sagrado", y etimológicamente del verbo latino sanctificare que a su vez se deriva de sanctus
"santo" y facere "hacer". Hacer a alguien santo por medio de la gracia . Dedicar a Dios algo. Hacer
venerable algo por la presencia o contacto de lo que es santo.
La congregación (qahal), la asamblea
de Señor (Yhvh), como la iglesia
(ecclesia) del Nuevo Testamento,
debía mantenerse apartada de toda
persona o cosa impura o que
contamina, por cuanto se trata de la
asamblea del Señor.
2 Co 6:14-18)
14No os unáis en yugo desigual con los
incrédulos; porque ¿qué compañerismo
tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué
comunión la luz con las tinieblas? 15¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O
qué parte el creyente con el incrédulo? 16¿Y qué acuerdo hay entre el templo de
Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el
templo del Dios viviente, como Dios dijo:
é y andaré entre ellos,
seré su Dios,
ellos serán mi pueblo.
Santificación Tomado de: Libro Conociendo a Jesús en el AT Eugenio Danyans,
Comentario Bíblico Matthew Henry, Manual Bíblico de Unger,
Diccionario Bíblico Vila Escuain, Biblia Versión Reina Valeria
Una congregación limpia
La congregación de Israel en el desierto ilustra
esta verdad al excluir al profano, al mutilado,
al bastardo, al amonita y al moabita.
Deuteronomio 23: 2–4
No entrará bastardo en la congregación de
Jehová; ni hasta la décima generación no
entrarán en la congregación de Jehová.
3entrará amonita ni moabita en la
congregación de Jehová, ni hasta la décima
generación de ellos; no entrarán en la
congregación de Jehová para siempre,4cuanto
no os salieron a recibir con pan y agua al
camino, cuando salisteis de Egipto, y porque
alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de
Petor en Mesopotamia, para maldecirte.
El amonita y el moabita, prefiguran a quienes
están en abierta enemistad con la plena
verdad de Dios y que se oponen a sus hijos
espirituales. También eran excluidos la ramera
(heb. qedešâ "prostituta religiosa") y el
sodomita (heb. qadešâ "prostituto religioso").
Éstos cumplían un papel sucio en el
degradado culto cananeo. Tales individuos
apartados para el pecado sexual—igual que
en los cultos paganos a la fertilidad, que
pensaban que de este modo agradaban a su
dios, como en el caso de los cananeos—eran
abominables para Dios. Las perversidades
sexuales amparadas por lo religioso
constituyen algo extremadamente abominable,
y el "sodomita", que recibía el nombre de
perro" (heb. kelev), recuerda la relaciones
sexuales de los animales.
Dios dejó muy claro que la tierra de Israel no
había de ser lugar de refugio para los impuros.
Una cosa es ser refugio de pecadores, y otra
muy distinta, ser refugio de pecados, ya que
todo pecador es admitido a comunión con
Dios, con tal que se arrepienta y crea,
mientras que el pecado no puede tener
comunión con Dios, como no la pueden tener
las tinieblas con la luz. (1 Juan 1:5 5es el
mensaje que hemos oído de él, y os
anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas
tinieblas en él.).
La tierra de Israel era todo un santuario, o
ciudad de refugio, para todo esclavo
maltratado por su amo, y que huyese a
guarecerse en Israel. Es cosa honorable y
caritativa ofrecer refugio y protección a los
débiles. El ángel ordenó a Agar que se
volviese a su señora, y Pablo devolvió a
Filemón su siervo Onésimo, porque ninguno
de ellos tenía motivos para marcharse de
casa, ni se exponían a peligro alguno si
volvían a ella.
La santificación como bien dice el manual
bíblico de Merrill F. Unger tiene tres aspecto,
el pasado, presente y futuro:
Pasado - Aspecto Posicional
1 Corintios 1:2a la iglesia de Dios que está en
Corinto, a los santificados en Cristo Jesús,
llamados a ser santos con todos los que en
cualquier lugar invocan el nombre de nuestro
Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:
1:30Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús,
el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría,
justificación, santificación y redención.
Todos los creyentes han experimentado dicha
santificación, desde los más pequeños hasta
los más ancianos, los más carnales tanto
como los más espirituales. La santificación es
inalterable, inseparable de la justificación,
resultado exclusivamente de nuestra unión
con Cristo.
Presente - Aspecto Experimental
Depende de nuestro grado de conocimiento de
la posición que tenemos en Cristo, y de la fe
que tengamos en ello. En esa medida nuestra
posición se transforma en experiencia.
Romanos 6:1-14¿Qué, pues, diremos?
¿Perseveraremos en el pecado para que la
gracia abunde? 2En ninguna manera. Porque los que hemos
muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3¿O no sabéis que todos los que hemos sido
bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
bautizados en su muerte? 4Porque somos sepultados juntamente con él
para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucitó de los muertos por la
gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva. 5Porque si fuimos plantados juntamente con él
en la semejanza de su muerte, así también lo
seremos en la de su resurrección;
6sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
crucificado juntamente con él, para que el
cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que
no sirvamos más al pecado. 7Porque el que ha muerto, ha sido justificado
del pecado. 8Y si morimos con Cristo, creemos que
también viviremos con él; 9sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de
los muertos, ya no muere; la muerte no se
enseñorea más de él. 10Porque en cuanto murió, al pecado murió
una vez por todas; mas en cuanto vive, para
Dios vive. 11Así también vosotros consideraos muertos al
pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús,
Señor nuestro. 12No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo
mortal, de modo que lo obedezcáis en sus
concupiscencias; 13ni tampoco presentéis vuestros miembros al
pecado como instrumentos de iniquidad, sino
presentaos vosotros mismos a Dios como
vivos de entre los muertos, y vuestros
miembros a Dios como instrumentos de
justicia. 14Porque el pecado no se enseñoreará de
vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo
la gracia.
La santificación tiene un estado progresivo,
cambiable, depende de la entrega a la
voluntad de Dios y de nuestra conformidad
con la Palabra de Dios. Romanos 12:2No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis
cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable
y perfecta. 2 Tesalonicences 2:13Pero nosotros debemos dar
siempre gracias a Dios respecto a vosotros,
hermanos amados por el Señor, de que Dios
os haya escogido desde el principio para
salvación, mediante la santificación por el
Espíritu y la fe en la verdad.
Futuro - Aspecto Final
Cuando veamos al Señor y seamos
transformados a su semejanza: sin pecado,
libres de enfermedad, sin muerte. 1 Juan 3:2Amados, ahora somos hijos de Dios, y
aún no se ha manifestado lo que hemos de
ser; pero sabemos que cuando él se
manifieste, seremos semejantes a él, porque
le veremos tal como él es.
Vestidura Sacerdotal
La Consagración Sacerdotal—Tomado del libro Conociendo a
Jesús en el A.T. de Eugenio Danyans
Aun cuando todos los hombres de la
tribu de Leví estaban dedicados al
servicio de Dios, solamente los que
pertenecían a la familia de Aarón
tenían el especial privilegio de
ejercer el sacerdocio y ministrar los
sacrificios.
Una Triple Organización
Los levitas, descendientes de Leví a
través de Gersón, Coat y Merari,
estaban dedicados a los servicios del
tabernáculo, como sustitutos de los
primogénitos de todos los israelitas.
En el nivel superior figuraban Aarón
y sus hijos, y solo ellos eran
sacerdotes en un sentido
restringido. Luego un nivel
intermedio compuesto por algunos
levitas que no pertenecían a la
familia de Aarón, y que tenían el
honor y la responsabilidad de
atender el tabernáculo. Y el nivel
inferior incluía a todos los
miembros de las familias de Gersón
y Merari, con deberes menores en
el tabernáculo.
Los sacerdotes eran levitas que
venían de la familia de Aarón, pero
no todos los levitas eran
necesariamente sacerdotes.
En el Nuevo Testamento el vocablo
que traduce “sacerdote” está
relacionado con un término que
significa “santo”, e indica la persona
consagrada al servicio de una causa
santa. O sea puesta aparte para la
obra de Dios.
Los términos consagración,
dedicación, separación, santificación
y santidad son diferentes
traducciones de la palabra hebrea
qodesh = santo o sagrado.
Los sacerdotes antes de oficiar
como tales, tenían primeramente
que purificarse y dedicarse, a fin de
que pudieran ayudar al pueblo a
hacer lo mismo:
a)Eran lavados con agua—La
pureza moral o santidad son
necesarios para ejercer el
ministerio.
b)Eran rociados con sangre: Las
vestiduras, esto indicada nuestra
santificación tanto interior como
exterior. La oreja derecha, para
escuchar lo que Dios dice. La mano
derecha, para el trabajo que el
Señor nos ha confiado. El pie
derecho, la conducta santa en
nuestro andar con Dios.
c)Eran ungidos con aceite—
Morada y presencia activa del
Espíritu Santo.
Santificación:
Hacer santo, purificar, poner aparte
para Dios, consagrarle personas,
objetos, días, etc., ritual y sobre todo
moral y espiritualmente. Los
sacerdotes eran santificados para su
servicio con una unción de aceite
santo, siendo revestidos de hábitos
consagrados, y mediante sacrificios y
la sangre de la expiación.
Santificarse significa purificarse,
separarse de toda contaminación, de
todo mal. Es un mandato: “Seréis
santo, porque yo soy santo” (Lv.
11:44-45; 19:2; 20:7)
La santificación es la obra del Espíritu Santo en nosotros, para purificarnos, separarnos del mal y hacernos conforme a la imagen de
Cristo y aceptos a Dios. De la misma manera que no podemos merecer nuestra salvación, tampoco podemos santificarnos mediante
nuestros propios esfuerzos. Es Dios quien purifica nuestros corazones por la fe (Hch. 15:9), en respuesta a nuestra fe. Es ÉL que nos
santifica 1 Tesalonicenses 5:23-24 “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. es el que os llama, el cual también lo hará."
¿Está nuestro vestir relacionado con la santidad? Llegue a su propia conclusión...
produjera sudor, y servían para cubrir
la desnudez del cuerpo desde la cintura
hacia abajo hasta cerca de las rodillas.
Descuidarle en utilizar esta pieza podía
causar la muerte.
Las vestiduras sacerdotales fueron
hechas por hombres sabios de corazón,
con espíritu de sabiduría, inteligencia,
ciencia y arte. Artífices que fueron
llenados del Espíritu de Dios para
mostrarnos que la obra del Señor es
consumada por ÉL para la gloria de su
Padre y en beneficio nuestro.
El pueblo en general
En el Oriente se necesitaba poca
vestimenta, la prenda interior
(kethoneth), una túnica larga que
llevaban hombres y mujeres. Se hacía
con lana, algodón o lino (a los
sacerdotes se le prohibió la mezcla de
estos materiales). En ocasiones se
llevaba otra prenda encima de la
túnica. Jesús usaba túnica de una sola
pieza, sin costura, tejida de arriba a
bajo. Los discípulos no debían ponerse
dos cuando el Señor los enviara (Mt.
10:10). Debían vestir como Jesús, con
una sola pieza. La otra prenda de vestir
es el manto exterior ancho (simlah).
Llevado por hombres y mujeres, y con
el que se cubrían por la noche. Podía
ser de cualquier material. El simlah era
la prenda que se rasgaba como señal de
duelo. En el Nuevo Testamento
corresponde a la capa (término griego
himation). Esta fue la prenda que los
soldados rasgaron en cuatro partes, la
túnica no fue tocada sino echada a
suerte entre los soldados (Jn 19:24).
Las otras partes de la vestimenta era el
cinto o cinturón, las sandalias y el paño
para cubrir la cabeza.
Vestiduras sencillas que cubren la
desnudez, tanto en el AT cómo en el
NT se nos da instrucciones de cómo
vestir. En Apocalipsis 3, Cristo le dice a
la iglesia de Laodicea (iglesia tibia) que
compre vestidos de Él para que vista
(3:8tanto, yo te aconsejo que de mí compres
oro refinado en fuego, para que seas rico, y
vestiduras blancas para vestirte, y
que no se descubra la verguenza de
tu desnudez; y unge tus ojos con
colirio, para que veas.
La Túnica Blanca
Exodo 28:39-42
39Y bordarás una túnica de lino, y harás
una mitra de lino; harás también un cinto
de obra de recamador. 40Y para los hijos de Aarón harás túnicas;
también les harás cintos, y les harás tiaras
para honra y hermosura. 41Y con ellos vestirás a Aarón tu hermano, y
a sus hijos con él; y los ungirás, y los
consagrarás y santificarás, para que sean
mis sacerdotes. 42Y les harás calzoncillos de lino para
cubrir su desnudez; serán desde los lomos
hasta los muslos.
La palabra túnica, significa “ocultar” o
“cubrir” e indica el privilegio de un hijo
bajo favor. La túnica de lino, de hechura
bordada primorosamente, de inmaculada
blancura y de la más fina calidad, formaba
parte de la ropa interior que debía vestir el
sacerdote, y era la primera pieza que se
ponía. Después de esa túnica y su cinturón
se le ponían los demás vestidos que
indicaban su oficio y dignidad como
ministro del Santuario. Pero no podía llevar
las vestiduras para honra y hermosura sin
que tuviera puesta antes la túnica de lino
bordada.
Se trataba de una prenda suelta, hecha de
una sola pieza, que descansaba sobre los
hombros y caía hacia abajo, llegando al
suelo, y cubría así todo el cuerpo del
sacerdote hasta los pies.
Calzoncillos de Lino
La enseñanza que encontramos en este
artículo tan íntimo contempla la
necesidad de pureza y decencia en
cada fase de la adoración a Dios. Los
calzones de lino fino, pues los
sacerdotes no podían usar nada que les
La vida que agrada a Dios
1 Tesalonicenses 4:1-8
1 Por lo demás, hermanos, os rogamos y
exhortamos en el Señor Jesús, que de la
manera que aprendisteis de nosotros cómo
os conviene conduciros y agradar a Dios,
así abundéis más y más.
2ya sabéis qué instrucciones os dimos por
el Señor Jesús;
3la voluntad de Dios es vuestra
santificación; que os apartéis de
fornicación;
4cada uno de vosotros sepa tener su
propia esposa en santidad y honor;
5en pasión de concupiscencia, como los
gentiles que no conocen a Dios;
6ninguno agravie ni engañe en nada a su
hermano; porque el Señor es vengador de
todo esto, como ya os hemos dicho y
testificado.
7no nos ha llamado Dios a inmundicia,
sino a santificación.
8í que, el que desecha esto, no desecha a
hombre, sino a Dios, que también nos dio
su Espíritu Santo.