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Luego de la estrepitosa caída de Brasil frente a Alemania la eliminación de “España” y la constante dificultad de las selecciones llamadas grandes frente a otras a priori no tan poderosas nos va dejando entre líneas algunas evidencias y enseñanzas sobre lo que pudimos observar en este mundial. Cabe decir que un resultado tan abultado como el de la primera semi (Alemania 7 Vs Brasil 1), representa una de las excepciones que se dan de tanto en tanto en un torneo de tamaña importancia y exposición. No existe tal diferencia en ninguna competencia profesional que yo recuerde siquiera. Claro que Alemania es una potencia desde que el fútbol se ha hecho masivo. Agresividad, potencia, carácter, el agregado de la perfección en algunos gestos y combinaciones, generosidad constante en favor del movimiento o recuperación del balón parecen una máquina perfecta y sincronizada. Tal vez estemos en presencia de uno de los equipos que mejor ha interpretado como resolver ese continuo flujo del juego “defensa/ataque-defensa/defensa-ataque/ataque”. Este Brasil que pareció un fantasma que se arrastró tristemente por el “Itaquerao” de San Pablo no refleja en modo alguno la tradición de juego brasileña. La carga emocional que sufrían partido a partido sus futbolistas nunca pudieron absorverla.La mezcla explosiva que produce el sentimiento nacional, los tristes recuerdos del “maracanazo” como pesada mochila y la pérdida de su jugador talismán (Neymar) y una tarde fatal resultaron un conjuro indescifrable de planetas mal alineados. La verdad es que ni Alemania es tan bueno ni Brasil tan poco. Ahora bien, a las evidencias me remito, este mundial ha sido tacticista como ninguno. El “bloque” como rasgo distintivo para defender o atacar con respaldo no perdonó los errores. El mal retroceso o distancias entre líneas fueron penalizados como nunca. En un fútbol de arbitrajes “subjetivos y paternalistas” canchas mojadas y rápidas, el juego fue intenso y desgastante. En ese reparto algunos equipos supieron maquillar desde su “apoyatura táctica” las falencias propias y acrecentar sus puntos fuertes. Es imposible sin ese andamiaje que las figuras estelares logren sus momentos de genialidad aunque tengan el corsé de algunas obligaciones defensivas, quien no se mueve es difícil que piense para hacer “la diferencia” superando la constancia de los libretos a ultranza en partidos largos y cerrados. Me pregunto si a Argentina no le caben las generales de la ley en lo dicho anteriormente. Supo corregir algunos errores en la recuperación y momento de la presión. No logró aún resolver la inclusión de un tercer delantero que resulte determinante para el ataque, la presión o fijación de la defensa rival. La enseñanza de “Sudáfrica” con un equipo partido y angosto, que no pudo atacar o defender correctamente, como concepto general, se tragó las mejores intenciones de etiquetarse como “ofensivo” por presencias y hacerlo valer efectivamente. No se trata de pensar radicalmente en ser muy ofensivos o defensivos, más bien en un balance que permita ambas cosas. El rival de hoy, Holanda, es ese tipo de conjunto con el cual se necesita estar muy concentrados porque tiene futbolistas veloces y prácticos que mutan rápidamente de una fase a otra. Tiene a un jugador todo terreno como Robben y en ese triángulo Sneijder (organizador) y van Persie, referencia móvil y definidor importante.

SEMI FINAL BRASIL 2014

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comentarios sobre la marcha de Argentina en semi finales Brasil 2014

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Page 1: SEMI FINAL BRASIL 2014

Luego de la estrepitosa caída de Brasil frente a Alemania la eliminación de “España” y la constante dificultad de

las selecciones llamadas grandes frente a otras a priori no tan poderosas nos va dejando entre líneas algunas

evidencias y enseñanzas sobre lo que pudimos observar en este mundial.

Cabe decir que un resultado tan abultado como el de la primera semi (Alemania 7 Vs Brasil 1), representa una de

las excepciones que se dan de tanto en tanto en un torneo de tamaña importancia y exposición. No existe tal

diferencia en ninguna competencia profesional que yo recuerde siquiera.

Claro que Alemania es una potencia desde que el fútbol se ha hecho masivo. Agresividad, potencia, carácter, el

agregado de la perfección en algunos gestos y combinaciones, generosidad constante en favor del movimiento o

recuperación del balón parecen una máquina perfecta y sincronizada.

Tal vez estemos en presencia de uno de los equipos que mejor ha interpretado como resolver ese continuo flujo

del juego “defensa/ataque-defensa/defensa-ataque/ataque”. Este Brasil que pareció un fantasma que se

arrastró tristemente por el “Itaquerao” de San Pablo no refleja en modo alguno la tradición de juego brasileña.

La carga emocional que sufrían partido a partido sus futbolistas nunca pudieron absorverla.La mezcla explosiva

que produce el sentimiento nacional, los tristes recuerdos del “maracanazo” como pesada mochila y la pérdida

de su jugador talismán (Neymar) y una tarde fatal resultaron un conjuro indescifrable de planetas mal alineados.

La verdad es que ni Alemania es tan bueno ni Brasil tan poco.

Ahora bien, a las evidencias me remito, este mundial ha sido tacticista como ninguno. El “bloque” como rasgo

distintivo para defender o atacar con respaldo no perdonó los errores. El mal retroceso o distancias entre líneas

fueron penalizados como nunca.

En un fútbol de arbitrajes “subjetivos y paternalistas” canchas mojadas y rápidas, el juego fue intenso y

desgastante. En ese reparto algunos equipos supieron maquillar desde su “apoyatura táctica” las falencias

propias y acrecentar sus puntos fuertes.

Es imposible sin ese andamiaje que las figuras estelares logren sus momentos de genialidad aunque tengan el

corsé de algunas obligaciones defensivas, quien no se mueve es difícil que piense para hacer “la diferencia”

superando la constancia de los libretos a ultranza en partidos largos y cerrados.

Me pregunto si a Argentina no le caben las generales de la ley en lo dicho anteriormente. Supo corregir algunos

errores en la recuperación y momento de la presión. No logró aún resolver la inclusión de un tercer delantero

que resulte determinante para el ataque, la presión o fijación de la defensa rival.

La enseñanza de “Sudáfrica” con un equipo partido y angosto, que no pudo atacar o defender correctamente,

como concepto general, se tragó las mejores intenciones de etiquetarse como “ofensivo” por presencias y

hacerlo valer efectivamente. No se trata de pensar radicalmente en ser muy ofensivos o defensivos, más bien en

un balance que permita ambas cosas.

El rival de hoy, Holanda, es ese tipo de conjunto con el cual se necesita estar muy concentrados porque tiene

futbolistas veloces y prácticos que mutan rápidamente de una fase a otra. Tiene a un jugador todo terreno como

Robben y en ese triángulo Sneijder (organizador) y van Persie, referencia móvil y definidor importante.

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Con todo, se tratará de espacios, jugador y balón. Argentina tiene con qué preocupar y mucho a su rival que

defensivamente concede algunas opciones. Sin una gran salida o inicio, presionable en ese lugar, abusa del

juego largo. También tiende una trampa cuando repliega y es ese envío a Robben con el cual liquidó a España,

pensado y estudiado.

Argentina ya pasó por el purgatorio, si lo mostrado en cuanto a balance frente a Bélgica se mantiene podemos

pensar en una final, la buena noticia es que todavía no mostró su mejor cara y logró sortear obstáculos difíciles.

Es lo que todos esperamos.

Javier Graziottin