Una mañana, en la ciudad de New York, en la familia Brunswick, Michele, la hija mayor de los tres hermanos, estaba por cumplir su sueño: entrar en la secundaria Harvard. Para ingresar, tenía que rendir un examen de ingreso de sesenta preguntas, de todos los temas.

¡Ah! Después de tanto estudio, sólo faltaban cinco preguntas que eran del tema que ella odiaba desde 1er. Grado: MATEMÁTICA.

Sólo faltaba un día para entregar el examen

en la fantástica pero muy exigente escuela.

La madre, Cindy la llevó a comprar los útiles

y gastó una fortuna, pero no les molestaba

mucho porque eran ricos y herederos de una

gran riqueza.

Cuando llegó el momento, envió el examen

por correo y luego su padre, Winston, la

llevó a comprar el uniforme.

Por la tarde, Cindy fue a buscar el correo yal revisarlo descubrió una carta grande yblanca. Al dorso decía: Srta. MicheleBrunswick y en el frente: SecundariaHarvard. Se lo entregó enseguida a su hija.Cuando abrió el extraño sobre leyó sucontenido, casi se desmaya pues leinformaban que había aprobado el examencon 97 puntos. Sus padres organizaron una fiesta.

Por fin llegó el día: Michele estaba re

nerviosa y comía, comía y comía su manjar

favorito: las tortas que ella hacía.

Cuando llegó por fin y vio la escuela, sus

ojos verdes se iluminaron como dos perlas

brillantes y sintió que allí iba a hacer cosas

sorprendentes.

Riiiiiiiiiiiinnnnnnnnngggg!!!!! Sonó el timbre

para entrar en clase.

Al entrar en el aula, estaban los que serían

sus compañeros, la maestra Appleton pidió

que les contara un poco sobre ella: ¿De

dónde sos? ¿Cuál es tu nombre?

Asustada y vergonzosa, respondía todas las

preguntas pero distraída, escuchando poco.

Estaba mirando a la única persona que le

había agradado: Nicolás Chase. Aunque,

no sabía que él nunca la miraría.

Dos semanas después, tenía tres amigas: Chemy, Violet y Nancy. Les contaba lo quesentía por Nicolás y sus compañerasestaban sorprendidas, porque ninguna anteshabía comentado que sintiera aquellas emocionespor un chico.Cuando entró la simpatiquísima y divertidaprofesora de Lengua, dijo:- Buenos días, chicos. Antes que nada, quierodecirles que el próximo baile será la semana que viene… el sábado. Espero que todos consiganpareja.

Todas las chicas se pusieron de pie y

gritaron como locas, menos Michele, porque

como dije, Nicolás no la miraría ni le

hablaría…

Pero… se equivocó, porque él la estuvo

mirando el resto de la semana. La miraba

con intensidad, con amor, con dulzura, y ella,

no se daba cuenta. Sus amigas sí.

Entonces, lo filmaron con el celular para convencer

a Michele de que Nicolás la miraba.