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El defecto de OREJITAS
Realizado por:Mª Ángeles Ramos Infante
3º Educación PrimariaCurso: 2010/2011.
Orejitas es el oso más simpático de este bosque. Todos los
animalitos le conocen y le quieren, porque Orejitas, además de
simpático es muy trabajador y ayuda a
cualquiera que lo necesita.
Podríamos decir que es un oso ejemplar si
no fuera por su defecto: ¡es un gran
goloso!
Por eso a veces le suceden cosas
como esta…
¡Socorro! ¡No, no! ¡Dejadme en paz!
Sólo quería un poco de vuestra
miel, es tan dulce… Pero os
prometo que no volveré a tomarla.
Grita Orejitas mientras huye a toda prisa de un
enjambre de abejas que parecen tener malas intenciones.
Poco después, cuando logra despistar a las abejas, Orejitas se lamenta:
Me han picado por todas partes.
Son unas egoístas. Total, por un poco de
miel… Ellas tienen mucha.
Están cansadas de
tus andanzas, Orejitas. Eres
un goloso.
Le dice su amigo, Don Conejo.
Aquella noche, Don Conejo, reunió a todos los animales del bosque y les dijo:
Todos conocéis a Orejitas y estoy
seguro que, igual que yo, le queréis
muchísimo…
Interrumpen los animales.
Sí, sí.
Sí, sí.
Sí, sí.
Sí, sí.
Sí, sí.
Por eso os pido que me
ayudéis a curarle su defecto…
Cuando Don Conejo expone su plan, a todos los animales, les parece perfecto y se ponen de acuerdo para llevarlo a la práctica.
Don Conejo ha tenido una gran
idea.
Sí, esperemos que dé resultado y
Orejitas deje de ser tan goloso.
Comenta el mapache.
Dice la ardilla.
Al día siguiente, en todas las casitas del bosque hay una gran actividad. Todas las mamás ayudadas por sus hijos, están preparando dulces de todas clases.
De las cocinas sale un olorcillo estupendo que llega hasta la nariz de Orejitas…
… que se encamina, siguiendo el delicioso aroma, hacia una de las casas.
¡Caramba qué olor tan agradable! Creo que
es… a ver… sí, es eso… bizcocho bañado en
miel y recubierto con crema de chocolate.
Pero… también huelo a mermelada de moras…
y a dulce de pera…
Siguiendo los distintos aromas, Orejitas pasa por
todas las casas del bosque y en cada
una de ellas le regalan un pastel,
un helado, un flan y todas las golosinas
que podáis imaginaros. Y de regreso a casa…
¡Mmmm, qué banquete,
amigos! Todo está
delicioso.
Orejitas es tan goloso que en poco tiempo se
come más de la mitad de los dulces que le han
regalado. Aquella gran cantidad de pasteles es
demasiada y muy pronto su barriguita comenzó a
sentirse mal.
Oh, me duele la tripa. Creo que
he comido demasiados
pasteles. Pero están tan buenos…
Don Conejo, que no ha perdido de vista a Orejitas llega con el doctor justo a tiempo.
¡Me siento muy mal! ¡Cómo me
duele la barriga!
Tienes un gran
empacho, Orejitas.
Has comido muchos
pasteles. Un régimen a
base de frutas te curará.
Dice el doctor.
¡No debes ser tan goloso!
Cuando el doctor les deja solos… ¡Qué malito estoy! ¡Jamás
volveré a comer tantos dulces!
Dice Orejitas.
Eso es lo que queríamos conseguir, Orejitas. No te preocupes, pronto estarás
bien y espero que no olvides la lección que te hemos dado tus amigos.
Le dice Don
Conejo.
No, Orejitas no olvidaría jamás aquella lección. Desde entonces, solamente toma
dulces cuando en el bosque se
celebra alguna fiesta. Y en esas ocasiones, los
toma con moderación.
Naturalmente, ya no ha tenido más
problemas con las abejas ni
tampoco con su barriguita.