Las aventuras de Juan

1

El bailePuntos de Patida, cap. 9

2

3

Después de la fiesta en la casa de Silvana, Juan empezaba a llamarle a María todos los días, pero María nunca contestaba su teléfono [clic 1]. “Tarde o temprano tienes que hablar con él” dijo Silvana.“Sí pero por ahora, quiero hacerle sufrir,” dijo María. “Él me rompió el corazón [clic 2] al besarle a mi prima, y ahora tendrá que pagar.”“¿Así que, ahora no le quieres más a Juan?”“No. Ahora lo quiero más que nunca, especialmente ahora que sé que hay una competencia para ganar sus afecciones.”“¿Entonces, porque no hablas con él?” “Ay, Silvana. ¿Tengo que explicártelo todo? Cuando no contesto el teléfono esto sólo sirve para enloquecerles [clic 3] a los chavales aún más. Justamente cuando no pueden hablar conmigo es cuando más quieren hablarme.”“¿Y esto funciona con todos los chicos?”“Todos los chicos normales,” dijo María.“María, yo creo que tú eres la chica más cruel del mundo” dijo Silvana.

4

5

“¿Quién vas a invitar al baile de ‘Homecoming’ entonces?” preguntó Pedro. “No quieres perdértelo” dijo Pedro.“No sé. Conozco a alguien que tal vez iría conmigo. Se llama Beti. Teníamos matemáticas juntos el semestre pasado. Siempre platicábamos mucho y era muy buena persona. Pero no la he visto desde antes de la fiesta de las brujas.”“Así son las mujeres pana. Un día te están besando, y el otro día no las ves más” dijo Pedro.

6

En camino a casa Juan meditaba profundamente sobre el asunto de las mujeres. Juan pensaba que era raro que una mujer como María pudiera besarle así [clic 1], y después, desaparecer de su vida [clic 2]. Tal vez es imposible encontrar una mujer bonita que no es loca, y las mujeres que no son locas muchas veces no son bonitas, como era el caso de Beti. Juan recordaba las lindas conversaciones que tuvo con Beti cuando eran amigos en la clase de Cálculo el semestre pasado [clic 3]. En verdad, en aquel entonces, eran muy buenos amigos, y Juan anhelaba mucho verla otra vez. El único problema fue su cara. La pobre Beti era más fea que el traserito de un perrito [clic 4]. Sin embargo, Juan decidió que, a largo plazo, es mucho mejor tener a una mujer fea que a una mujer loca.“Voy a olvidarme de la maldita María, por más difícil que me sea, e invitarle a Beti al baile,” Juan dijo entre sí con resolución.

7

El día siguiente Juan llegó a la escuela temprano para poder plantar su invitación en el armario particular de Beti antes de su primera clase. Un tío de Juan trabajaba como bedel, y tenía llaves a todos los armarios de los estudiantes. Él abrió el armario de Beti para Juan y Juan plantó globos, confité, muchos dulces, y una notita que la invitaba al baile. Lo muy malo era que la escuela organizaba todos los armarios alfabéticamente, y por lo tanto, María Carrasco y su prima, Beti Carrasco tenían armarios contiguas, Beti arriba, y María abajo, pero al comenzar el año Beti le dio a su prima el armario de arriba porque María se quejaba tanto que no le gustaba arrodillarse para guardar sus libros en el armario de abajo. Así que cuando el tío de Juan le abrió el armario de Beti, en realidad, Juan puso todos los globos, el confité, los dulces y la invitación en el armario particular de María.

8

María abrió su armario particular y vio todo lo que Juan dejó para Beti. María se puso a leer la carta de Juan.

Hola, Tanto tiempo sin hablarte.  Quiero invitarte al baile de “Homecoming” este fin de semana, si ya no tienes cita.  Tal vez no te acuerdas de mí, pero yo me acuerdo muy bien de ti, y los lindos momentos que pasamos.  Si aceptas mi invitación, por favor, hazme saber.  También, no sé donde vives, así que tal vez me puedes dejar tu dirección.   Con cariño,  Juan

9

“Viste Sil” dijo María. “Yo sabía que Juan no me podría resistir.” “Lo veo, pero no lo creo,” dijo Silvana.“Vamos chica, ayúdame a contestarle a mi príncipe azul” dijo María. Y con eso, las dos muchachas sacaron todas las decoraciones del armario de María y las pegaron al armario de Juan con una nota escrita por María que decía solamente “Acepto” y María incluyó su dirección en la notita. Al terminar de arreglar todo, Silvana preguntó, “Pero, ahora, ¿qué va a pasar con Rigo? Él ya te invitó al baile, y tú aceptaste.”“Esta fue solamente una invitación preliminar. ¿Puede o no puede una mujer cambiar su mente?”

10

Después de la última clase del día, Juan va a su armario con Pedro y los dos ven la respuesta de María. Después de leer la notita Juan le dijo a Pedro, “¡Beti aceptó mi invitación! [clic 1] ¡Que bárbaro! Esto es estupendo!”“Sí, que bueno” dijo Pedro con tristeza. “No hay que preocuparte amigo. Yo sé que alguien va a aceptar tu invitación.” Pedro invitó a cuatro muchachas al baile en esa misma semana y todos dijeron que tuvieron que trabajar de niñeras y por eso no podían ir al baile [clic 2, 3, 4 y 5]. “Es que hay muchos niños en esta ciudad y alguien tiene que cuidarlos” dijo Pedro, mientras los dos amigos salían de la escuela al estacionamiento.

11

“Hola jóvenes,” dijo una voz baja.“Rigoberto,” dijo Pedro con un tremor en su voz.“Juan, María recién cortó conmigo. Ella dijo que ya tiene otra cita para el baile. Supongo que esta cita eres tú.”Antes de poder contestar, Rigoberto le pegó a Juan fuertemente en la barriga, y dijo, “tal vez querrás tomar el bus hoy.”

12

Cuando Juan se pudo parar otra vez, Pedro lo ayudó a llegar a donde estacionó su carro. Cuando llegaron, Juan se sentía aún peor en su estómago. “¿Qué pasó con mi carro?” dijo Juan.“Vamos chamo. Te llevo a casa en mi moto, y llamas la grúa desde allí.”

13

El carro de Juan, no estaba arreglado para el baile, así que Juan fue a recoger su cita en el carro de su padre. Al llegar a la dirección escrita en la nota pegada a su armario, Juan se sentía muy nervioso para ver su querida amiga Beti después de tanto tiempo. “Ding, dong” sonaba el timbre. Cuando María contestó la puerta, Juan casi se desmayó. Juan quiso preguntar por Beti pero María habló primero.“Estoy tan feliz que me invitaste Juan, nos vamos a divertir tanto. Anoche casi no podía respirar, pensando en lo muy divertido que va a ser esta noche.”

14

Antes de saber que ocurría, Juan estaba en el carro con María, conduciendo al baile. Juan quiso preguntar por Beti, y averiguar que confusión causó todo esto, pero María hablaba constantemente. De repente María le preguntó algo, pero Juan lo perdió.“Mande,” dijo Juan. “Pregúntamelo otra vez.” “Te pregunté, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre?”“Oh muchas cosas. Antes me gustaba solamente hacer camping [clic 1], pero en realidad ahora me gusta todo lo que tiene que ver con el aire libre. Me gustan todos los deportes [clic 2], montar a caballo [clic 3], patinar en línea [clic 4], pasear en bicicleta [clic 5], correr [clic 6]. ¿Qué pasatiempos te gustan a ti.”“Oh, no me gustan estas cosas. Me gusta escuchar música [clic 7], ir de compras [clic 8], hablar por teléfono [clic 9], . . .” María seguía con una lista larga de todas las actividades que uno puede hacer en el centro comercial. Juan, nunca antes, había sentido más aburrido en toda su vida.

15

“¿Nunca vas afuera?” preguntó Juan.“Por supuesto que voy afuera. En casa tenemos una piscina [clic 1] y voy afuera para nadar [clic 2] y por supuesto para broncearme [clic 3].” “¿Nunca juegas nada afuera?” dijo Juan, incrédulo.“Una vez hice un picnic [clic 4] afuera, pero no me gustó” contestó María. Por el resto del viaje al baile María hablaba y hablaba de viajes que hizo a muchos de los centros comerciales más famosos, alrededor del mundo. Juan no veía la hora para llegar al baile.

16

Cuando por fin llegaron al baile, la música estaba tan fuerte que ya no podía oírle a María, y Juan se dijo entre sí, “Aleluya.”Juan y María eran algunos de los primeros para llegar, poco después llegó Rigoberto acompañado por Silvana.“Me sentía mal por él. Alguien tenía que invitarlo” le dijo Silvana a María.Todos bailaban y lo pasaban bien cuando Juan dejó a María con Silvana para poder buscarles a Beti y a Pedro. Poco después Pedro llegó al baile, acompañado por la mujer más bella que Juan había visto en toda su vida. La música paró, y todos que estaban en el baile detuvieron sus conversaciones para mirarlos entrar. “¿Quién es ella? Es la más bonita muchacha del mundo.” dijo Silvana.“No es para tanto Sil,” dijo María con envidia.

17

“¿Quién es ella Pedro?” le susurró Juan a Pedro. “No es una niñera” susurró Pedro con una sonrisa grande. “En realidad me invitó a mí. Me vio afuera sin una cita y ella me dijo que tampoco tenía cita y me invitó a acompañarle.”“¡Escuchen todos! Quiero presentarles a mi cita, Betiana.” Dijo Pedro. Todos le saludaron a Betiana, la música empezó otra vez y el grupo empezó a bailar de nuevo. Juan seguía buscándole a Beti a cada rato, pero no la pudo encontrar.

18

“Okay, muchachos y muchachas, la próxima canción va a ser un baile en que las mujeres escogen a su pareja” dijo el DJ.“Pedrito, si no te molesta, voy invitarle a tu amigo Juan a bailar conmigo,” dijo Betiana. Pedro dio su aprobación y Silvana, viendo que por fin Pedro estaba libre, le invitó a bailar consigo. Al principio, Juan se sentía nervioso al bailar con una mujer tan linda como Betiana, pero al empezar a charlar, Juan sentía comi si Betiana fuera una amiga desde hace años. “Sabes que, tú me recuerdas tanto a una amiga de mi clase de cálculo el semestre pasado,” dijo Juan. “No hablemos de otras personas, ahora solamente somos tú y yo” dijo Betiana. La canción ya terminó y empezó otra, pero Juan y Betiana no lo reconocieron, sólo seguían bailando juntos. A Pedro no le molestó porque él lo estaba pasando tan bien con Silvana.

19

20

“Dime algo. Cualquier cosa,” dijo Betiana.“Okay. Me encantan los Phoenix Soles. Yo me disfracé de Steve Nash para el día de las brujas.”“A mi me gustan mucho los Soles también. Pero yo me disfracé de Cleopatra para el día de las brujas.”“¿Cleopatra?” preguntó Juan, y se quedó pensando [clic 1], Beti ya no le miraba en los ojos. “¿Qué más te gusta?” dijo Juan.“Me encantan las matemáticas. El semestre pasado en mi clase de Cálculo. . .”“Para, para. ¿Tú tuviste Cálculo el semestre pasado? [clic 2] ¿Qué período?”Ahora Beti trataba de no mirarle a Juan en los ojos. “Período cuatro.”“Con Bothel, entonces.”“Sí.” dijo Beti con vergüenza. Ya se estaba ruborizando.Y en este mismo instante Juan reconoció con quien bailaba. Era la misma Cleopatra que lo besó primero en la fiesta de las brujas, y la misma amiga en su clase de Cálculo [clic 3].

21

“¡Beti! ¿Eres tú.”“Sí.”“¿Qué te pasó?”Beti le contó de la manera en que le quitaron los frenillos [clic 1] y como había comprado lentes de contacto [clic 2]. Los dos se contaron de la confusión de cartas e invitaciones, y se rieron fuertemente. “¿Puedo darte algo que quise darte en la fiesta de las brujas?” Preguntó Juan. “Sí, con tal de que no sea otra carta.”Y con eso Juan le besó a Beti dulcemente delante de toda la escuela [clic 3]. Los dos se reían.“¿Por qué te rías?” preguntó Juan. “Porque te quiero” dijo Beti.“¿Por qué tú te rías?” preguntó Beti.“Porque tú sabes a sandía” dijo Juan y le dio otro beso entre risas y la nueva pareja seguía riendo y bailando toda la noche.

22

¡El Fin!