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EL ROL DE LA INSTITUCIÓN DE LA FAMILIAEN RESPUESTA A LAS
AMENAZAS SISTÉMICASDE SEGURIDAD DE COREA DEL SUR DURANTE EL
MANDATODE PARK CHUNG HEE (1961 – 1979)
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIA POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES
CARRERA DE RELACIONES INTERNACIONALES
BOGOTÁ DISTRITO CAPITAL
2018
2
EL ROL DE LA INSTITUCIÓN DE LA FAMILIA EN RESPUESTA A LAS
AMENAZAS SISTÉMICAS DE SEGURIDAD DE COREA DEL SUR DURANTE
EL MANDATO DE PARK CHUNG HEE (1961 – 1979)
JULIANA MURCIA SUÁREZ
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIA POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES
CARRERA DE RELACIONES INTERNACIONALES
BOGOTÁ DISTRITO CAPITAL
2018
3
Índice
Introducción ........................................................................................................... 4
Capítulo I – Marco Teórico .................................................................................... 5
Capítulo II – Estado Desarrollista ....................................................................... 15
Capítulo III – Chaebol .......................................................................................... 26
Capítulo IV – Saemaul Undong ........................................................................... 33
Capítulo V – Análisis y Conclusiones ................................................................ 40
Anexos .................................................................................................................. 54
Bibliografía ........................................................................................................... 56
4
Introducción
En el contexto de la Guerra Fría se dio la separación de la península coreana tras
la Guerra de Corea (1950-1953) dando lugar a la creación de dos Estados, al norte
la República Popular Democrática de Corea y al sur la República de Corea. Éste
último, a inicios de los años sesenta tuvo un proceso de reconstrucción e
industrialización bajo el gobierno de Park Chung Hee (1961-1979) que en la
actualidad es considerado un modelo para muchos países en vías de desarrollo.
Dicho proceso ha sido estudiado y explicado desde diferentes áreas, primando la
económica y la política. Generalmente se analizan las políticas económicas que
dieron lugar al desarrollo bajo un régimen autoritario. Sin embargo, diversos autores
señalan la importancia de entender las variables domésticas tales como el liderazgo,
la cultura y las instituciones sociales (Gilley, 2014; Pye, 1985; García, 2015; Roland,
2008;Tickner & Wæver, 2009)
En este contexto, el realismo neoclásico afirma que las variables domésticas
explican las respuestas de los Estados ante imperativos sistémicos, lo que conlleva
a cuestionarse cuál es la relación entre las variables sistémicas y domésticas en el
desarrollo de Corea del Sur 1 .La variable doméstica en Corea posee premisas
colectivistas, propias de la tradición nacional en la cual la familia, siendo una
institución social, se constituye como la base de la estructura nacional, de ahí que,
para comprender la relación entre las variables sistémicas y las domésticas en
Corea, es necesario comprender las instituciones que las componen. Por lo tanto,
esta investigación buscará responder a la pregunta ¿cuál es el rol que desempeñó
la institución de la familia como unidad de análisis doméstico en respuesta a las
amenazas sistémicas de Corea del Sur bajo el mandato de Park Chung Hee (1961-
1979)?
La investigación sólo abarcará este periodo porque permite ver de manera más clara
la relación entre la variable doméstica y las amenazas externas, puesto que el
1 En adelante sólo Corea
5
objetivo general es evidenciar cual es el rol que desempeñó la institución de la
familia como unidad de análisis doméstico en respuesta a las amenazas sistémicas
de Corea bajo el mandato de Park Chung Hee (1961-1979). Los objetivos
específicos son: primero, realizar un marco teórico a través del cual se responderá
a la pregunta planteada; segundo, examinar y comprender las dinámicas del modelo
desarrollista de Corea dentro de su contexto político y social; el tercer y cuarto
objetivo pretenden examinar dos casos: los chaebol2 y el Saemaul Undong3 a fin de
dimensionar la institución de la familia en la sociedad y quinto, con base en los
hallazgos y el marco teórico responder a la pregunta por medio de un análisis y
plantear unas conclusiones.
En cuanto a la metodología, para comprender la variable doméstica se tomarán
elementos como el institucionalismo, las dimensiones culturales de Hofstede y el
constructivismo social al igual que aspectos del confucianismo, para crear así un
panorama claro de la sociedad y articularlo a las premisas del realismo neoclásico
y la vulnerabilidad sistémica que permitan observar la relación entre las variables
sistémicas y domésticas. Asimismo, se hará una revisión bibliográfica de fuentes
secundarias analizando el desarrollismo, a los chaebol y al Saemaul Undong como
casos de estudio.
Capítulo I – Marco Teórico
El gobierno de Park Chung Hee en Corea del Sur enfrentó una serie de amenazas
externas que conllevaron a la creación de un gobierno desarrollista a fin de
aumentar las capacidades internas del país. En este contexto, este trabajo tiene
como objetivo evidenciar el rol de la familia como institución social articulada a las
políticas públicas del gobierno en favor del cumplimiento de los objetivos nacionales
y la seguridad nacional.
2 Conglomerados propios de Corea del Sur que se fortalecen bajo el gobierno de Park. 3 Proyecto de reforma rural del gobierno.
6
Se tomará el realismo neoclásico donde se parte del supuesto del realismo clásico
en el que el sistema internacional es anárquico y los países, en calidad de actores
centrales, deben aumentar sus capacidades y su poder a fin de garantizar la
supervivencia. Sin embargo, a diferencia de otras variantes del realismo, el realismo
neoclásico argumenta que el sistema internacional estructura y constriñe las
decisiones políticas de los países (Taliaferro, Lobell, & Ripsman, 2009, pág. 19).
De modo que analiza, no sólo las variables sistémicas, sino también las domésticas.
Entendiendo las domésticas como la influencia de los grupos e instituciones sociales
que se encuentran al interior del Estado (Taliaferro, Lobell, & Ripsman, 2009, pág.
4; 21). Lo que permite observar las medidas nacionales como respuesta a las
amenazas externas que enfrentan los Estados. Es decir, el realismo neoclásico
explica las posibles respuestas diplomáticas, económicas y militares de los Estados
ante imperativos sistémicos (Taliaferro, Lobell, & Ripsman, 2009, pág. 21).
En este sentido, los Estados deben evaluar y establecer las amenazas junto con
respuestas políticas a las mismas, en consecuencia, es a partir de la identificación
de una amenaza que se establece el objetivo nacional (Taliaferro, Lobell, & Ripsman,
2009, pág. 39). Por lo tanto, los actores domésticos y su percepción juegan un rol
fundamental, puesto que pueden aportar u obstaculizar las medidas que el gobierno
desee implementar, principalmente las élites (Taliaferro, Lobell, & Ripsman, 2009,
pág. 28). De manera que, entre más dependa el bienestar nacional de la
identificación de una amenaza externa, el costo del balance interno será llevado por
la sociedad en mayor medida, y asimismo cosechado por toda la nación (Lobell,
2009, pág. 60).
Sin embargo, también el gobierno puede verse en la necesidad de persuadir a la
población que puede no identificar las mismas amenazas. Por ello, éste puede
negociar con actores domésticos ya sea por medio de la economía, políticas
públicas, partidos políticos, entre otros, para poder llevar a cabo las medidas y la
movilización de recursos en favor de los intereses de seguridad y la supervivencia
nacional (Taliaferro, Lobell, & Ripsman, 2009, pág. 25). De esta manera, el realismo
7
neoclásico señala que el tomador de decisiones de política exterior no sólo debe
identificar amenazas a nivel sistémico, sino también a nivel doméstico. En
consecuencia, los líderes pueden estar actuando en un ámbito y estar esperando
resultados en otro (Lobell, 2009, pág. 51), siendo este el caso de Corea, donde el
gobierno implementó políticas a nivel doméstico con la finalidad de hacerse menos
vulnerable a nivel sistémico, en otras palabras, para proteger su seguridad nacional
se enfocó en actores domésticos y no internacionales (Ripsman, 2009, pág. 176)
En relación con la distribución de recursos nacionales, Taliaferro (2009) expone el
modelo extractivista desde el realismo neoclásico, donde la variable independiente
es el nivel de vulnerabilidad externa medida en el balance entre amenazas y
defensa, la distribución de poder y factores geográficos; la variable interviniente es
el poder estatal entendido como el grado en el que un Estado puede extraer los
recursos, ya sea coercitivamente o movilizando contractualmente a la sociedad,
medido a través de las instituciones estatales, nacionalismo patrocinado por el
gobierno y la ideología estatista; la variable dependiente es la posibilidad de adoptar
estrategias en favor de la supervivencia gubernamental, medida en la emulación,
innovación o persistencia en las estrategias (Taliaferro, 2009, pág. 214).
Por otro lado, la movilización puede darse de dos maneras; ya sea de manera
directa centralizando la planeación y los recursos por medio del aparato
administrativo; o de manera indirecta facilitando los medios con subsidios,
beneficios, entre otros (Taliaferro, 2009, pág. 215). En todo caso, el gobierno debe
invertir para que las medidas sean efectivas. Asimismo, las instituciones fuertes no
son la única manera de movilizar recursos, el rol del líder también es determinante
pues debe poseer la capacidad de ganar y mantener el apoyo doméstico para llevar
a cabo las estrategias (Taliaferro, 2009, pág. 217). El autor señala que para obtener
el apoyo de la sociedad los Estados deben establecer, en áreas secundarias,
políticas con una fuerte carga ideológica que permita formar alianzas domésticas
(Taliaferro, 2009, pág. 218).
8
Lo anterior expone que tanto la ideología como el nacionalismo patrocinado por el
Estado, se constituyen como elementos determinantes de poder estatal (Taliaferro,
2009, pág. 219). Por un lado, la ideología tiene el poder de facilitar o bloquear las
iniciativas del gobierno para movilizar recursos en torno a la seguridad nacional; por
otro lado, cuando el nacionalismo entendido como, un movimiento político donde
los individuos identifican sus intereses dentro de un colectivo por aspectos culturales,
étnicos o cívicos (Taliaferro, 2009, pág. 219) es promovido por el Estado,
principalmente en periodos de alta vulnerabilidad, aumenta la capacidad de
cohesión y voluntad de la población para sacrificarse en favor de objetivos
nacionales (Taliaferro, 2009, pág. 220).
Desde el realismo neoclásico se evidencia que las amenazas externas promueven
en los Estados la necesidad de implementar políticas a fin de fortalecerse
internamente y salvaguardar su supervivencia en el sistema internacional. En
relación con esto Doner, Ritchie, y Slater (2005) señalan tres escenarios que al
generarse simultáneamente dan lugar a lo que denominan vulnerabilidad sistémica.
Primero, la existencia de una amenaza contra los estándares de vida que pueda
generar inestabilidad nacional; segundo, alta inversión e intercambio para fines
militares causado por la inseguridad y, por último, un presupuesto limitado por la
escasez de ingresos básicos (Doner, Ritchie, & Slater, 2005, pág. 328) premisas
que se cumplen en el caso de Corea.
Dicha vulnerabilidad sistémica, según el autor, conllevó a la creación de Estados
desarrollistas en Asia. Estos se caracterizan por combinar una economía
exportadora con desarrollo industrial, bajo un gobierno intervencionista y autoritario.
Se define también como un Estado el cual centraliza suficiente poder, autonomía y
capacidades para promover condiciones que direccionen la economía hacia el
crecimiento económico o la habilidad de organizarla y coordinarla directamente con
el mismo objetivo (Leftwich, 1995, pág. 401).
La relación del gobierno con la sociedad responde a que la amenaza constante
legitima medidas de fortalecimiento interno en favor de la seguridad, convirtiéndose
9
en un interés nacional que a su vez promueve la creación de una serie de
coaliciones internas que buscan favorecer la supervivencia política y la
maximización de recursos y ganancias (Doner, Ritchie, & Slater, 2005, pág. 330).
La vulnerabilidad sistémica es por sí sola una razón suficiente y necesaria para dar
lugar al desarrollismo en los gobiernos (Doner, Ritchie, & Slater, 2005, pág. 330),
siendo las relaciones entre el gobierno y los actores domésticos un factor
característico en los Estados desarrollistas de Asia. Corea del Sur se plantea como
un exponente de ello, ejemplificando también la influencia de la cultura. Esta última
actúa como elemento articulador de las instituciones sociales y la movilización
nacional.
El institucionalismo es fundamental para comprender los lineamientos culturales de
la sociedad coreana y permiten comprender el comportamiento a nivel doméstico y
externo. Es entendido como una serie de reglas, regulaciones, normas o valores,
ya sean formales o informales, que moldean el comportamiento de los individuos
dentro de una sociedad (Morgan et. al 2010, pág. 3).
Asimismo, las instituciones se constituyen dentro de una relación recíproca donde
para entenderlas, se deben examinar tanto las reglas como los actores, viéndose
como un contexto interdependiente el uno para el otro (Jackson, pág. 66, 2010), el
cual cambia también por elementos contextuales como el tiempo, el espacio en que
se generan, ideologías o pensamientos preeminentes, entre otros factores.
Por otro lado, las instituciones son dinámicas puesto que, si bien pueden
considerarse como dadas, al ser llevadas a cabo mediante el comportamiento de la
sociedad, son producidas y reproducidas por la misma (Jackson, pág. 65, 2010) es
decir, la misma sociedad tiene la capacidad de modificar las instituciones a través
de sus acciones, ya sea de manera consciente o inconsciente, y es por ello que las
ideologías y corrientes de pensamiento pueden llegar a afectar y cambiar las
instituciones establecidas en determinada sociedad.
10
Roland (2008) desarrolla la diferencia entre instituciones de cambio lento y cambio
rápido. Las de cambio lento son instituciones sociales como valores, normas y
cultura las cuales tienen un cambio continuo, pero lento ya que están arraigadas en
elementos históricos o filosóficos. En contraste, las instituciones como las políticas
son de cambio rápido dado que pueden variar drásticamente con decisiones
centralizadas (Roland, 2008, pág. 142). En este sentido, las instituciones de cambio
lento influencian a las instituciones de cambio rápido, puesto que el constante
cambio de las primeras presiona a un cambio acorde en las segundas (Roland, 2008,
pág. 143) es decir, la cultura como institución social presiona a una coherencia en
las instituciones políticas dando lugar al cambio.
En el caso de Corea, el gobierno tomó las bases de las instituciones existentes
propias de la cultura llevándolas al consciente y fortaleciéndolas por medio de
políticas públicas y programas en favor del desarrollo y los intereses nacionales, es
decir, se basó en la existencia de un imaginario común que favorecería la
implementación de dichas medidas.
Las instituciones sociales en Corea obedecen a valores propios del confucianismo,
donde éste es entendido como una filosofía social que enfatiza la disciplina, el
desarrollo personal, la educación (Song, 2003, pág. 60) y parte de la naturaleza
relacional de cada ser humano, otorgándole un carácter colectivista a la sociedad
donde cada individuo, en el marco de dichas relaciones, debe desempeñar un rol
específico con el fin de mantener la armonía y la estabilidad social (Chen Yang,
2006, pág. 588). La familia se constituye, entonces, como la organización
comunitaria más representativa y es la base de casi todos los tipos de
organizaciones sociales en Corea (Song, 2003, pág. 73).
En este contexto, Quah (2008) expone el concepto de familia extendida el cual
proviene de la tradición confucianista. En la formación de nuevas familias dentro los
hogares, éstas, a fin de estar cerca de la casa paternal, creaban familias más
grandes las cuales no compartían un lazo de consanguinidad, pero convivían bajo
los preceptos de una autoridad centralizada basada en la jerarquía. En otras
11
palabras, la familia extendida es la que bajo las premisas de la institución familiar
abarca individuos que no comparten un lazo de consanguinidad, determinando así
la naturaleza de las dinámicas de dichos individuos y el mecanismo de resolución
de conflictos.
A fin de evidenciar las instituciones en la sociedad se hará un acercamiento teórico
a través de las seis dimensiones4 culturales de Hofstede, entendiendo dimensión
como “un aspecto de la cultura que puede ser medido en relación con otras culturas”
(Hofstede, 2010, pág. 31) y cultura como“la programación colectiva de la mente que
distingue a los miembros de un grupo o categoría, de otros” (Hofstede, 2010, pág.
344).
La primera dimensión es la distancia de poder definida como el grado en el que los
miembros menos poderosos de las instituciones sociales y organizaciones dentro
de un país esperan y aceptan la distribución desigual del poder (Hofstede, 2010,
pág. 61). Se observa que los países suelen tener una misma distancia de poder en
todos los ámbitos culturales, lo cual es producto de que ésta se encuentra también
en las ideas y valores que constituyen las instituciones y organizaciones (Hofstede,
2010, pág. 80)
La segunda dimensión es el individualismo – colectivismo. En las sociedades
colectivistas se nace integrado a grupos sociales cohesivos que se protegen a lo
largo de la vida a cambio de lealtad, por lo tanto, se forman dentro de una familia
extendida, priman el mantenimiento de la armonía y lealtad en las relaciones, la
opinión grupal está sobre la personal y se busca el consenso, es percibida desde
un “nosotros” y los logros son grupales más que del individuo, siguen ideologías de
igualdad y el patriotismo es común (Hofstede, 2010, pág. 92; 130). El autor señala
que la economía está determinada en gran parte por esta dimensión (Hofstede,
2010, pág. 128)
4 Para usar las dimensiones pertinentes a la investigación se omitirá la tercera dimensión: masculinidad - feminidad.
12
La cuarta dimensión es la evitación de incertidumbre definida como el grado en el
que los miembros de una cultura se sienten amenazados por situaciones ambiguas
o desconocidas (Hofstede, 2010, pág. 191). La evitación de incertidumbre es fuerte
en sociedades donde la incertidumbre inherente al ser humano es considerada una
amenaza, tienen altos niveles de estrés y ansiedad, se aceptan los riesgos a lo que
se es familiar mientras se evitan las situaciones ambiguas y poco familiares, ya que
lo diferente se considera peligroso (Hofstede, 2010, pág. 203).
La quinta dimensión es la orientación a largo y corto plazo. En la primera se
fomentan virtudes con recompensas a futuro, particularmente la perseverancia y el
ahorro, se caracterizan por ser constantes, aunque los resultados sean lentos y por
la voluntad de subordinarse a sí mismos en favor de un objetivo (Hofstede, 2010,
pág. 243).
Por último, la sexta dimensión es indulgencia – contención, donde las sociedades
con mayor contención tienen menos percepción de control sobre su propia vida y
por ello menos sensación de libertad, priman el ahorro, tener amigos para disfrutar
no es importante ya que el ocio no es favorable y poseen más disciplina moral
(Hofstede, 2010, pág. 291).
Todas las dimensiones culturales se ven permeadas por filosofías y valores sociales,
en consecuencia, el confucianismo juega un papel determinante a la hora de
examinar el comportamiento y las instituciones en la sociedad coreana.
Cuando un individuo nace en una sociedad que practica las tradiciones
confucianistas, se encuentra preparado para sacrificarse por ideales en favor de la
colectividad (Pye, 1985, pág. 62) dado que las decisiones y actividades de los
individuos están condicionadas a su rol dentro de las dinámicas relacionales y no a
sus propias decisiones (Rubio & Villa, 2016, pág. 23) lo cual, visto desde las
dimensiones de Hofstede evidenciaría el carácter colectivista y de contención en la
sociedad.
13
También se hablaría de mayor distancia de poder, puesto que la estabilidad social
parte de las relaciones desiguales en la sociedad, específicamente en cinco de ellas,
caracterizadas por la jerarquía y el deber recíproco entre el menor con el mayor, el
hijo con el padre, el trabajador con el jefe, entre otros (Hofstede, 2010, pág. 80).
Como se mencionó anteriormente, la familia se constituye como el prototipo por
excelencia de todas las organizaciones sociales y, por extensión, del gobierno
(Hofstede, 2010; Pye, 1985), de ahí que ésta se vuelve análoga a la familia y el
Estado cumpla el rol de padre para la sociedad (Pye, 1985, pág. 56) donde el
presidente la maneja como si fuera su propia familia (Song, 2003, pág. 73). En el
caso concreto de Corea, la estructura familiar es altamente cohesiva por factores
históricos y geográficos generando una cultura bastante homogénea, lo que
conlleva a una rápida difusión de la información (Song, 2003, pág. 56). Asimismo,
la concepción de familia otorga al padre la capacidad de tomar decisiones sin
consultarlas a fin de mantener el orden y la estabilidad en la unidad familiar (Pye,
1985, pág. 65), de ahí que se esperaba que la figura paternal tuviera un tinte
autoritario en el proceso de toma de decisión, lo que se tradujo al gobierno.
También es fundamental la importancia del padre a la hora de responder a las
necesidades e intereses de los hijos (Pye, 1985, pág. 75). Y de manera recíproca,
la piedad filial se convierte en otro eje central conllevando la obediencia, el respeto,
honor e incluso tributo del hijo hacia el padre (Hofstede, 2010, pág. 100). En este
sentido, retomando la analogía del Estado como padre, la sociedad debe mantener
la piedad filial hacia el gobierno (Shin, 2012, pág. 107), mientras éste último se
encarga de la protección, estabilidad y seguridad de la nación.
En relación con lo anterior, se observa que el confucianismo en la política coreana
se caracterizó por elementos de disciplina y costumbres formales, con un tipo de
autoridad rígida y distante (Pye, 1985, pág. 58). Desde el confucianismo el poder es
visto como un modelo a seguir en favor del bienestar común y no necesariamente
como un método para maximizar la capacidad de quienes están en el poder (Pye,
1985, pág. 56).
14
En este punto, es fundamental tener en cuenta el constructivismo social planteado
por Berger y Luckmann (1999) puesto que señala que el hombre se constituye como
un producto de la realidad social, pero a su vez es por medio de sus acciones y
pensamientos que dicho mundo es originado (Berger & Luckmann, 1999, pág. 37).
De esta manera, el hombre es producto de la realidad social dado que, por un lado,
éste llega a la reflexión de sí mismo cuando se somete a la interacción “cara a cara”
con otro (Berger & Luckmann, 1999, pág. 47) y por otro lado, porque en dichas
interacciones el hombre lleva a cabo un intercambio de significados subjetivos los
cuales son interpretados por el “otro” (Berger & Luckmann, 1999, pág. 48)
generando “tipificaciones” entre sí, las cuales definen el comportamiento de cada
actor interactuando, lo cual los autores denominan “esquemas de tipificación
recíproca” (Berger & Luckmann, 1999, pág. 49).
Dichos esquemas de tipificación recíproca pueden ser entendidos como el rol que
otorgan las instituciones a la sociedad. En el caso de una sociedad confucianista
las tipificaciones pueden traducirse a los roles establecidos por dicha filosofía, los
cuales generan determinadas interacciones entre las familias, la sociedad y el
gobierno. Asimismo, desde su rol, acciones y concepción social, cada individuo
prolonga las dinámicas confucianistas en la sociedad.
Por último, la política pública de los Estados en torno a la institución de la familia
muestra el valor de la sociedad en las decisiones gubernamentales. Quah (2008)
señala que los procesos de desarrollo en Asia, en la mayoría de los casos, se han
caracterizado por el intento de los gobiernos de utilizar a la familia como instrumento
de cambio social y desarrollo económico (pág. 41).
La política familiar o social es entendida por Quah (2008) como un plan de desarrollo
integral formulado por el Estado para reflejar los valores colectivos y alcanzar metas
sociales definidas (pág. 41). Dicha formulación requiere objetivos sociales definidos
en cuanto a las familias y basarse en los valores compartidos por el tipo de familia
que el país desea mantener y fomentar (pág. 42).
15
Quah (2008) señala que cuando la familia no posee la capacidad de enfrentar
problemas, que en este caso serán entendidos como la seguridad y las nuevas
dinámicas que surgen del desarrollo, los miembros no pueden desempeñar su rol
dentro de la institución correctamente, dando lugar a una crisis en la institución (pág.
165). De ahí, que la intervención del gobierno debe ser orientada al bienestar de la
familia en dos niveles, preventivo y remediador (Quah, 2008, pág. 180). En el
preventivo se deben garantizar las condiciones necesarias para el crecimiento y
desempeño de las familias y, en caso de que las familias lo necesiten, el remediador
debe intervenir con ayuda en forma de subsidios o recursos.
A lo largo de este marco teórico se buscó articular las premisas del realismo
neoclásico con conceptos de vulnerabilidad sistémica, institucionalismo y elementos
de análisis cultural con el fin de evidenciar la relación entre las variables domésticas
ante las amenazas sistémicas de seguridad de un Estado. Se observa entonces que
las interacciones sociales con base en ideales y valores confucianistas dan lugar a
instituciones, que al ser comprendidas explican el desarrollismo coreano como
respuesta a la vulnerabilidad sistémica en un contexto donde las políticas
nacionales se ven constreñidas por amenazas externas a la integridad del Estado
en el sistema internacional.
Capítulo II – Estado Desarrollista
Habiendo delimitado el marco teórico dentro del cual se regirá el análisis, en este
capítulo se observarán las características, principalmente políticas, del modelo
desarrollista de Corea del Sur. Inicialmente, se tratará el contexto histórico que dio
lugar a la vulnerabilidad sistémica, la cual tuvo como resultado la instauración del
desarrollismo y posteriormente se verán las características propias del modelo en
el aspecto público, cultural, económico y militar.
El panorama político y económico de Corea para inicios de los sesenta era complejo.
Desde 1910 había sido colonia del imperialismo japonés, posteriormente en 1945,
tras la rendición de Japón, fue liberada para cinco años después sufrir una guerra
16
civil que duraría tres años (1950-1953) terminando con un armisticio y dando lugar
a la creación de dos Estados con ideologías adversas divididas por el Paralelo 38:
al sur el capitalismo y al norte el comunismo, el cual pasó a ser una amenaza
constante a la seguridad nacional.
Tras la Guerra de Corea el país no poseía medios de “producción, sustento, ni
capacidad de ahorro, la población subsistía con ayuda, la cual se suministraba en
especie (alimento, ropa, medicinas, materias primas, entre otros bienes de
consumo). Por sus características, la asistencia recibida sólo alcanzaba para
atender las emergencias humanitarias” (Aymes, 2016, pág. 6). A lo largo de estos
años hasta 1960, tampoco hubo mayor crecimiento económico dado que el manejo
gubernamental fue “mediocre y el autoritarismo elevó la tensión política” (Aymes,
2016, pág. 8).
En 1961, el general Park Chung Hee llegó al poder mediante un golpe de Estado
(Han Y.-S. , 2011, pág. 52) afirmando que era necesario que los militares pusieran
fin a la corrupción y direccionaran el país en favor del crecimiento. Para ello,
estableció seis puntos como plataforma política donde se planteaba: la oposición al
comunismo, eliminar la corrupción promoviendo “principios morales y un espíritu
nacional”, construir una economía sólida y autónoma, aumentar la capacidad
nacional y finalmente volver a sus funciones militares una vez se hayan cumplido
los objetivos (Han Y.-S. , 2011, pág. 51). Se evidencia que Park se encontró con un
país que necesitaba un líder que garantizará la seguridad nacional, desarrollo
económico y un sistema político funcional (Moon & Jun, 2011, pág. 116), lo que le
permitió que el discurso a lo largo de su gobierno girara en torno a tales premisas y
a la necesidad de superar la vulnerabilidad sistémica aumentando las capacidades
nacionales por medio del crecimiento económico y militar.
En este orden de ideas, si bien el desarrollismo expuesto en el primer capítulo no
posee un carácter ideológico, en el caso de Corea la ideología nacionalista fue un
elemento transversal por medio del cual el gobierno alcanzó un alto nivel de
maniobra y movilización social, puesto que para Park el nacionalismo era una
17
construcción ideológica para acelerar la modernización económica, consolidar su
frágil poder político y movilizar a la sociedad a fin de cumplir sus objetivos en torno
a la transformación del país (Moon & Jun, 2011, pág. 123), volviéndose un elemento
articulador de sus políticas.
De manera que, las estrategias desarrollistas tenían un componente ideológico, y
como señalan Moon y Jun (2011) se dieron en tres frentes: el económico, adoptando
una economía nacionalista y dirigida con el fin de volver competitiva
internacionalmente a la industrial nacional; en el político, centrada en la democracia
guiada y corporativismo estatal, el cual reorganizó tanto a la sociedad civil como a
la política, a fin de ser controlada para funcionar en favor de la estabilidad y la
seguridad del régimen; y en el social, el Estado enfocó una reforma espiritual y de
movilización de recursos, fomentando la armonía nacional y el crecimiento
económico, junto con ideales militares de orden, disciplina y colectivismo (Moon &
Jun, 2011, págs. 115-116).
Con base en lo anterior, se observa que las ideas dentro de ideologías le dan la
capacidad al gobierno de adoctrinar y movilizar la sociedad (Moon & Jun, 2011, pág.
117). En Corea las estrategias de Park plantean constantemente la necesidad e
importancia de la armonía social e ideas como colectivismo, autosuficiencia,
sacrificio, entre otras, las cuales encuentran su origen en la tradición cultural del
país, siendo premisas confucianistas (Sleziak, 2013, pág. 45) De ahí, se pueden
observar dos elementos, (1) la tradición ya hace parte del imaginario social, de modo
que al traerlas a colación no necesariamente se hace referencia al confucianismo,
(2) sin embargo, al hacer referencia a la tradición de manera consciente, se pueden
obtener mejores resultados si el objetivo es la movilización social. Lo anterior se
esgrime en las dos posturas de Park frente al confucianismo a lo largo de su
gobierno.
Al inicio de su periodo Park se mostraba rotundamente en contra del confucianismo
a tal punto que en 1969 creó nuevos códigos rituales de la familia que restringían la
práctica de los ritos confucianistas (Moon & Jun, 2011, pág. 124). Aun así, como se
18
señaló anteriormente, sus políticas y principalmente las que eran dirigidas a la
sociedad, poseían elementos propios de la tradición cultural coreana, como el
énfasis en la disciplina, la armonía en las relaciones, entre otros. Posteriormente,
tras la instauración del régimen Yushin5, Park dio un giro en su postura afirmando
que la tradición de lealtad y piedad filial parten del amor y la dedicación a la
comunidad a la que se pertenece, siendo el Estado la comunidad grande y la familia
la comunidad pequeña en la vida de cada persona, por lo que el amor a ambas
comunidades, en esencia, es idéntico (Citado en Moon & Jun, 2011, pág. 124).
Adicionalmente, señaló que la tradición es la fuente del poder nacional en favor de
la modernización y no un obstáculo como había declarado en el pasado.
Se evidencia que el gobierno toma para su discurso instituciones sociales como la
familia, a fin de traducirlas al Estado y promover los ideales nacionalistas. De ahí,
se creó la Academia de Estudios Coreanos para la investigación y promoción de
valores e ideales históricos en la sociedad, y el Ministerio de Educación incorporó
los principios de lealtad y piedad filial en los currículos escolares (Moon & Jun, 2011,
pág. 124)
Para gran parte de la sociedad, Park era visto como un líder cuyo periodo en el
poder había protegido y consolidado al país. No obstante, la existencia de disidentes
motivó en el discurso una tradición con valores en común que favorecen la armonía
puesto que, al reconocer la tradición como parte de la cultura, ésta se vuelve más
eficiente para la movilización social, ya que la sociedad desde su propia cultura es
más susceptible a asimilarla.
La movilización del gobierno de Park se dio a través de reformas top-down (de arriba
hacia abajo) (Kim H.-A. , 2011, pág. 102), basándose en el modelo de la
Restauración Meiji de Japón, que enfatizaba la lealtad al gobierno principalmente
hacia el emperador como figura central, y poseía fuertes lazos con la burocracia y
grandes empresarios (Im, 2011, pág. 238) o zaibatsu, los cuales llegan a ser muy
5 (1972-1979) Periodo de mayor concentración de poder bajo un gobierno autoritario que eliminó los mecanismos democráticos favoreciendo las medidas desarrollistas del Estado.
19
similares a los chaebol de Corea. Sin mencionar su fuerte nacionalismo ideológico,
de donde tomó también su eslogan de “país rico, ejército fuerte” (Moon & Jun, 2011,
pág. 118) el cual permeó todas las áreas de su modelo desarrollista partiendo desde
la democracia administrativa hasta la implementación del régimen Yushin y su fuerte
enfoque hacia la industria química y pesada.
Se observa entonces que dentro del desarrollismo el carácter gubernamental que
planteaba Park era corporativista, afirmando que la nación es la suma de individuos
que la constituyen, y por ello la existencia de cada uno se derivaba de su relación
con otros y con la nación (Moon & Jun, 2011, pág. 125) de ahí se justificaba, en
favor del desarrollo y la seguridad, el establecimiento de estrategias de movilización
y reorganización social.
En relación con lo anterior, el modelo gubernamental en Corea consistió en una
democracia guiada o “democracia administrativa” planteada por Park, ya que
consideraba que el modelo democrático de occidente si bien poseía valores
compartidos a nivel global como la libertad e igualdad social, debía ser adaptado en
cada nación a sus propias instituciones y cumplir a su manera dichos objetivos (Park
C. H., 1979, pág. 39) puesto que, no había garantía de que un sistema político que
fue efectivo en otro país automáticamente funcionara en todas las naciones (Park
C. H., 1979, pág. 39). Dicho modelo no se adaptaba ni a la historia, ni contexto, ni
cultura coreana y por ello se debía incluir el liderazgo y la dirección en la concepción
de democracia, de la mano con el nacionalismo, a fin de que fuera un sistema
realmente coreano (Moon & Jun, 2011, pág. 129). La dirección del líder era
fundamental, de ahí que para que la democracia fuera efectiva debía ser
“administrativa”, es decir, que el orden político y la eficiencia estaban por encima de
los procesos democráticos, y dependían de una burocracia fuerte y leal al liderazgo
nacional (Moon & Jun, 2011, pág. 129) cómo se llevó a cabo en 1972 con el régimen
Yushin.
El aspecto económico es central a la hora de examinar los modelos desarrollistas.
En Corea, las estrategias de modernización fueron de una economía nacionalista,
20
siendo también preponderante el rol social e ideológico, puesto que para el
desarrollo era necesaria la autosuficiencia de la sociedad a fin de fortalecer el poder
a nivel nacional, tomando en cuenta las amenazas internacionales como el
comunismo y la dependencia en Estados Unidos (Moon & Jun, 2011, pág. 126). En
este contexto, el plan de desarrollo tuvo tres transformaciones fundamentales, la
primera, de agricultura a industria; segunda, de actividades mercantilistas a
manufactura industrial y, por último, de producción nacional para consumo a
producción nacional para exportaciones (Kim E. M., 1997, pág. 82).
La política industrial combinaba aspectos intervencionistas de Japón y premisas
económicas de occidente (Kim & Vogel, 2011, pág. 19) las cuales eran adaptadas
constantemente a los planes quinquenales o a las necesidades coyunturales para
el desarrollo, bajo lineamientos nacionales. En este contexto, Kim y Vogel (2011)
invitan a una postura más política que tecnocrática para la comprensión de dicha
política industrial, siendo que, se exigía a pequeñas industrias producción a gran
escala, mayor tasa de exportaciones e incluso competitividad internacional a
ensambladores que apenas empezaban (Kim & Vogel, 2011, pág. 12) en un
contexto inicial donde el mercado doméstico era pequeño, había deficiencia
tecnológica, escasez de capital y de recursos humanos, e industrias
subdesarrolladas (Lee N.-Y. , 2011, pág. 297).
Se dio una retórica de apertura económica, pero con medidas restrictivas y de
regulación en las importaciones ya que el gobierno buscaba proteger la industria
naciente y despejar el camino hacia la internacionalización por medio de
exportaciones. Se adoptaron entonces, políticas o liberales o proteccionistas en la
medida en que favorecieran los objetivos gubernamentales, fundamentalmente en
relación con los chaebol. Esto se ejemplifica en la Ley para la Protección de la
Industria Automotriz que prohibía la importación de vehículos terminados, partes y
componentes excepto si eran para el ensamble de vehículos, estos últimos incluso
tenían reducción de aranceles a la importación (Lee N.-Y. , 2011, pág. 302).
21
En el mismo sentido, el gobierno controlaba los capitales que entraban al país para
acomodarlos a las necesidades de desarrollo nacional. Esto fue un componente
esencial de la estrategia desarrollista de Corea, puesto que así desvinculaba los
mercados financieros domésticos de los internacionales (Noland, 2007, pág. 482) lo
cual fue posible por medio de la nacionalización de todos los bancos comerciales
bajo el Ministerio de Finanzas, convirtiéndose en instrumentos para el cumplimiento
de la política industrial (Kim & Park, 2011, págs. 270-271) y estableciendo una serie
de regulaciones a los capitales entrantes (Noland, 2007, pág. 486).
El área más restringida fue la inversión extranjera directa donde a finales de los
setenta a los extranjeros se les restringía incluso la posesión de tierras en Corea
(Moon & Jun, 2011, pág. 127). El objetivo era que tanto la industria como la toma
de decisiones fueran procesos netamente autónomos y nacionales, sin intervención
extranjera. Incluso en los periodos de crisis los chaebol “resistieron la dominación
extranjera aferrándose a los principios de propiedad local y gestión nacional”(Lee
N.-Y. , 2011, pág. 299). De ahí que, en cuanto a capitales extranjeros, el gobierno
prefería los préstamos internacionales ya que entraban directamente al gobierno y
podían ser distribuidos en torno a los objetivos vigentes de desarrollo, según los
planes quinquenales.
Como se mencionó anteriormente, las importaciones eran restringidas a fin de
desarrollar autonomía industrial. Para ello se adoptó la industrialización por
sustitución de importaciones (ISI) junto con el fortalecimiento de las exportaciones
(Doner, Ritchie, & Slater, 2005, pág. 333) así que, a diferencia del clásico modelo
ISI, donde sólo se busca la sustitución de importaciones, en Corea el objetivo fue
fomentar las exportaciones (ver tabla 1) (Aymes, 2016, pág. 16). Dicha orientación
a las exportaciones requirió medidas de promoción a la exportación, incentivos y
una gran inversión estatal en los empresarios, con base en el fortalecimiento y
competencia interna de los chaebol a fin de financiar al “campeón nacional” (Moon
& Jun, 2011, pág. 121). La intervención e inversión estatal fue tan determinante en
el aumento de exportaciones que éstas no reflejaban la economía coreana, pues
22
eran el resultado de subsidios, licencias, privilegios y no realmente de la
competitividad internacional de las empresas nacionales (Kim B.-K. , 2011, pág.
218). No obstante, según Horikane (2005) por esas medidas, las exportaciones
coreanas registraron un crecimiento fenomenal: pasaron de exportaciones anuales
de 55 millones de dólares en 1962, a 100 millones de dólares en 1964 y un billón en
1970.
Este modelo busca la promoción de exportaciones no sólo como estrategia de
crecimiento, sino también de desarrollo industrial (Aymes, 2016, pág. 14). Desde
1961 Park veía el desarrollo de la industria química y pesada como un elemento
necesario para el crecimiento económico, la seguridad nacional y la autosuficiencia,
así como una herramienta para superar los obstáculos del aumento del déficit
comercial, disminución de reservas de divisas y caída en las tasas de crecimiento
(Rhyu & Lew, 2011) en el proceso de desarrollo nacional. Sin embargo, la ausencia
de capital humano, infraestructura y escasez económica no permitió que fuera
llevado a gran escala desde un inicio, por lo que sólo se realizaban proyectos
separados y a pequeña escala (Im, 2011, pág. 256). No obstante, la crisis de
seguridad permite un cambio en este aspecto, como se desarrollará a continuación.
En primer lugar, la amenaza de Corea del Norte fue constante pero sus acciones
incrementaron aún más la percepción de vulnerabilidad hacia finales de los sesenta.
En 1968, en lo que se conoce como el Incidente del 21 de Enero, se infiltraron treinta
y un guerrilleros norcoreanos por la zona desmilitarizada que estaba bajo el mando
de Estados Unidos, con el objetivo de llegar hasta la Casa Azul y atentar contra el
presidente. Si bien no se logró, sí llegaron hasta Seúl causando desorden y
exponiendo la vulnerabilidad ante este tipo de ataques (Kim J.-H. , 2011, pág. 174).
De la misma manera, Kim Il Sung a finales de los sesenta buscó constantemente
provocaciones militares al sur con la intención de que las masas vieran debilidad en
el gobierno de Park y buscaran bajarlo del poder, sin embargo, la sociedad apoyó
aún más las iniciativas de Park por fortalecer las capacidades militares (Kim J.-H. ,
2011, pág. 176).
23
En segundo lugar, desde el armisticio con Corea del Norte, el país había contado
con el apoyo militar de Estados Unidos e incluso Park había tomado medidas
riesgosas con el objetivo de mantener las relaciones estratégicas y conseguir
concesiones. Esto se expone en la participación en la Guerra de Vietnam donde, en
oposición a la sociedad, Park envió tropas y apoyo militar, entre otras cosas para
que Estados Unidos no relocalizara bases militares que estaban en Corea para
Vietnam (Kim J.-H. , 2011, pág. 173). No obstante, el país evidenció la necesidad
de autonomía militar tras la postura de Estados Unidos ante el Incidente de USS
Pueblo6, seguido del Incidente del 21 de enero, pues Estados Unidos negoció
bilateralmente con Corea del Norte, dejando de lado la participación de Corea, la
cual tenía intereses nacionales en las conversaciones que se esperaba fueran de
manera multilateral puesto que habían sido amenazas consecutivas contra ambos
países (Kim J.-H. , 2011, pág. 175).
Posteriormente, en 1969 bajo el gobierno de Nixon, Estados Unidos declaró la
Doctrina Nixon o Guam, que tenía como objetivo su salida militar de Vietnam y
gradualmente de Asia, retirando un tercio de las fuerzas militares en Corea para
1971 (Kim B.-K. , 2011, pág. 221), lo que a ojos de Park fue visto como una medida
unilateral que volvía a Corea más vulnerable mientras lograba superar las
capacidades duras del norte (Im, 2011, pág. 253). Se generó entonces, una crisis
de seguridad al interior del país, que a su vez despejó el camino para establecer el
régimen Yushin (Im, 2011, pág. 258) y por medio de éste un crecimiento orientado
a la industria química y pesada a fin de ser más autosuficientes económica y
militarmente.
En este contexto y respondiendo a la lógica de “país rico, ejército fuerte”, en 1971
la macroeconomía fue dirigida al desarrollo de la industria química y pesada, la cual
para Park era la medida más efectiva a largo plazo para asegurar estabilidad
económica y fortalecimiento militar a la vez, por lo cual intentó que la sociedad lo
6 Se refiere al 23 de enero de 1968, cuando Corea del Norte captura miembros de la inteligencia americana operando en aguas norcoreanas.
24
percibiera como pidiendo sacrificios por el futuro del país (Moon & Jun, 2011, pág.
119) dada la necesidad de movilizar los recursos en favor de los objetivos de dicha
industria, de manera que esta política avanzó junto con el profundo sentido de
alienación en la sociedad (Im, 2011, pág. 256).
Este giro en la economía había recibido críticas a nivel nacional e internacional,
desde que se planteó en el Primer Plan Quinquenal, puesto que se consideraba
irracional tomando en cuenta los recursos y capacidades del país. Por ello, fue tres
meses después de la inauguración del régimen Yushin que se estableció la política
hacia el desarrollo de la industria química y pesada con tres elementos centrales:
defensa, industria química y pesada y la nueva meta de diez billones de dólares en
exportaciones, elementos suficientes para enfocar todos los esfuerzos nacionales
(Horikane, 2005, pág. 381) conllevando a la restructuración de las dinámicas
estatales, entre ellas los subsidios e incentivos a los chaebol en la entrada a
múltiples industrias no relacionadas (Kim B.-K. , 2011, pág. 163) y la canalización
del 79% de los recursos para la industria química y pesada en el periodo de 1977 a
1978 a expensas de la industria ligera (Kim B.-K. , 2011, pág. 228).
En este sentido, en 1968 en la inauguración de la Compañía de Hierro y Acero de
Pohang (POSCO), Park señaló que el “acero es poder nacional” (Rhyu & Lew, 2011,
pág. 322) y por ello se constituía como el motor de la industria química y pesada,
siendo fundamental para la construcción de armas y defensa nacional. Tras el
cambio en 1971 en la política de crecimiento, POSCO pasó a ser prioridad en la
agenda nacional por lo que se llevó a cabo una expansión en el complejo de acero
(Rhyu & Lew, 2011, pág. 340), junto con apoyo estatal, bajos intereses, préstamos
extranjeros garantizados por el gobierno, subsidios, entre otros, a tal punto que, se
afirma que fue la política y no la economía lo que hizo posible el desarrollo de
POSCO a nivel mundial (Rhyu & Lew, 2011, pág. 344).
El régimen Yushin permitió el fomento y fortalecimiento de dicha industria, puesto
que eliminó los obstáculos siendo implementado sólo con la decisión directa de Park
25
tras plantear la necesidad de responder ante la crisis de seguridad. Se observa
entonces que las amenazas externas legitimaron el cambio en la política industrial.
Por otro lado, la doctrina de Estados Unidos dio lugar a la distención de las
hostilidades producto de la guerra fría, por lo cual el discurso Yushin de Park
combinó la retórica realista de la Guerra Fría junto con la promesa de reconciliación
del periodo de détente, lo que disminuyó también las críticas de sus disidentes (Kim
J.-H. , 2011, págs. 187-188).
En síntesis, el pasado colonial seguido de la Guerra de Corea había producido en
el país inestabilidad interna y vulnerabilidad sistémica, generando hacia 1961 un
golpe de Estado y a su vez el establecimiento de un gobierno desarrollista. El
desarrollismo en Corea tuvo características propias como el nacionalismo y la
ideología en los diferentes frentes del desarrollo, siendo producto de las
instituciones culturales, las cuales fueron también instrumentalizadas por el
gobierno para lograr mayor legitimidad.
En la política se estableció la democracia administrativa bajo la dirección de Park
con el fin de adaptar la democracia a la realidad coreana. Asimismo, bajo una
economía nacionalista el gobierno tomó de Japón y Occidente las lecciones que le
favorecían y las llevó a cabo según los intereses gubernamentales en relación con
las estrategias vigentes de desarrollo establecidas por los planes quinquenales.
Se establecieron relaciones con el sector privado a fin de que se vinculara a los
planes nacionales, promoviendo el crecimiento económico del país y no de
pequeñas élites. Dicha relación se basó en subsidios, incentivos, beneficios y
competencia, lo que se esgrime en el caso de las exportaciones y el desarrollo de
la industria química y pesada, que siendo aspectos centrales en la agenda
económica tuvieron altos niveles de intervención gubernamental dando resultados
más eficientes, y en consecuencia manifestaban más la intervención del Estado que
la competitividad de las empresas.
26
En relación con la industria química y pesada, esta representaba no sólo crecimiento
económico sino el fortalecimiento de la defensa nacional, constituyéndose como la
meta principal del desarrollismo. Sin embargo, fue hasta la crisis de seguridad a
finales de los sesenta que, bajo el régimen Yushin, se estableció en la agenda
macroeconómica del país el desarrollo de dicha industria.
Capítulo III – Chaebol
Hasta este punto se ha evidenciado que, para la transformación económica de
Corea por medio de un modelo desarrollista, se contaron con una variedad de
elementos que permitieron inculcar en la población los intereses estatales. En este
contexto, el Estado coreano encontró en el sector privado un brazo económico para
llevar a cabo los objetivos nacionales. Este capítulo se concentrará en observar las
dinámicas y el rol de los chaebol en el desarrollo de Corea. Para ello, primero se
entenderá el concepto de chaebol; segundo se evidenciarán las instituciones
sociales en su estructura y por último, se comprenderá su relación con el gobierno
en el contexto desarrollista.
Los chaebol encabezaron el crecimiento económico de Corea basado en
exportaciones, tras formar una fuerte alianza con el gobierno, siendo la agencia
escogida por éste para llevar a cabo el desarrollo económico. Se constituyen como
grandes conglomerados familiares, altamente diversificados, involucrados en líneas
de negocio similares, con integración vertical y horizontal. Poseen un sistema
centralizado y jerárquico basándose en las premisas del confucianismo de piedad
filial, lealtad y familia, combinando la administración profesional de la empresa junto
con la organización familiar. En este contexto, no hay separación en el control
ejercido por profesionales y miembros de la familia dentro de la compañía. Si bien
se cuenta con gerentes de las mejores universidades del país por medio de
contrataciones normales, los más altos cargos y el control de la empresa se
mantiene en manos de los fundadores y sus familiares (Tsui-Auch & Lee, 2003, pág.
516; Sanidas, 2011, pág. 20; Kim E. M., 1997, págs. 20, 51, 54; Kwon & O'Donnell,
2001, pág. 4).
27
El funcionamiento interno de los chaebol y su cultura organizacional 7 permite
observar, por medio de las dimensiones de Hofstede (2010), el tipo de instituciones
existentes en Corea. Como señala el autor éstas se ven permeadas por ideales y
valores de la sociedad, en este caso, los valores del confucianismo priman en la
formación de las instituciones sociales reforzando la jerarquía, autoritarismo y
paternalismo en la cultura corporativa (Chung, Lee, & Jung, 1997, citado por Liu,
2012, pág. 38).
La distancia de poder es alta puesto que la estructura de los chaebol posee
jerarquías en cada nivel relacional de la corporación, donde el liderazgo implica un
toque paternalista y el nivel de autoridad determina la toma de decisiones,
profundizando así, la diferenciación en los rangos y responsabilidades (Liu, 2012,
pág. 33; Beck, 1998, pág. 1024). En consecuencia, se genera una relación recíproca
donde se espera que quienes están en menor rango mantengan lealtad y piedad
filial hacia quienes están en mayor rango, mientras estos cuidan de ellos (Choi J. T.,
2004, pág. 8)
En otro lugar, se podría hablar de instituciones colectivistas dado que se busca
desarrollar en los empleados un sentido de pertenencia en el grupo corporativo, lo
cual, según Chung, Lee y Jung (1997) (Citado por Liu, 2012, pág. 38), parte del
valor confucianista tradicional de familia extendida. Esto se expone en las
estrategias corporativas que buscan proporcionar un sentido de solidaridad en los
empleados a fin de que se sientan en un entorno familiar, también en la creación de
conciencia en torno a los lazos de confianza entre empleados – compañía y en el
involucramiento de los líderes en la vida personal de los empleados dando lugar al
desarrollo de relaciones sociales y no sólo profesionales. Esto dentro del marco de
una comunidad corporativa (Choi J. T., 2004, pág. 6) que a largo plazo promueve la
lealtad en los empleados y la permanencia en un mismo trabajo por períodos
prolongados (Liu, 2012, pág. 38).
7 Entendida como la programación colectiva de la mente que distingue a los miembros de una organización de otras (Hofstede, 2010, pág. 344).
28
Lo anterior se vio fortalecido después del establecimiento del régimen Yushin en los
setentas cuando el gobierno buscó mayor control del movimiento laboral, por lo cual
se promovieron aún más premisas familiares como: “empleados como familia,
compañía como mi hogar” en las áreas de producción e incluso en la estructura
interna de los chaebol (Kim H.-A. , 2005, pág. 143).
Estos elementos permiten una aproximación a las instituciones sociales promovidas
dentro de la sociedad coreana las cuales son reproducidas en cada ámbito
relacional de la misma, desde el interior del núcleo familiar hasta la relación Estado-
sociedad.
En cuanto a la relación de los chaebol con el gobierno Tsui-Auch y Lee (2003) citan
una serie de autores los cuales afirman que la burocracia gubernamental tenía
absoluto control sobre los chaebol por medio de incentivos y exigencias. Por otro
lado, se afirma que consistía en una relación vertical puesto que los chaebol debían
sujetarse a los planes del Estado (Sanidas, 2011, pág. 22). Sin embargo, Kim y Park
(2011) señalan que la naturaleza de la relación chaebol – Estado “no puede ser
capturada adecuadamente por conceptos estáticos y unidimensionales como Korea,
Inc. o capitalismo clientelista”. En contraste, dicha relación debe ser vista como una
permanente negociación, la cual es continuamente reinterpretada y moldeada de
acuerdo con las presiones socio económicas y los cambios políticos (Kim & Park,
2011, pág. 266).
En consecuencia, los chaebol no eran cautivos del Estado y tampoco se constituían
como jefes del mismo (Kim & Park, 2011, pág. 265) lo cual se hace evidente
después de los errores económicos cometidos por Park en su primer año, los cuales
lo llevan a reconocer que los chaebol poseían mayor experiencia en el manejo de
empresas, mientras él la tenía en el manejo de un Estado, permitiendo así que los
chaebol encabezaran el desarrollo económico (Kim & Park, 2011, pág. 266). De
manera que, a diferencia del modelo desarrollista donde el Estado retiene la
autonomía, en el desarrollismo surcoreano el Estado negociaba continuamente con
29
los chaebol los objetivos y las políticas públicas en torno al crecimiento industrial
(Kim B.-K. , 2011, pág. 200).
Se evidencia que la relación entre el Estado y los chaebol consistió en una sociedad
donde ambos actores eran complementarios puesto que, para Park los chaebol eran
indispensables para su desarrollismo con la premisa de “país rico, ejército fuerte” y
a su vez, para los chaebol los mecanismos implementados por Park fueron
indispensables para su crecimiento pasando de ser pequeñas y medianas
empresas en los años cuarenta a conglomerados a gran escala en los setenta (Kim
& Park, 2011, pág. 267; Kwon & O'Donnell, 2001, pág. 20).
El discurso en contra de la corrupción con la llegada de Park al gobierno conllevó al
arresto de veintiún empresarios con cargos por acumulación ilegal de bienes (Kim
& Park, 2011, pág. 273) lo cual dio lugar al inicio de conversaciones con los chaebol
a fin de solucionar su estatus legal, entre ellos con Lee Byung-chul fundador de
Samsung, quien al parecer fue de los primeros en comprender los objetivos
desarrollistas de Park, ofreciéndose para crear una alianza entre el sector público y
el privado para llevarlos a cabo y argumentando que si el objetivo del gobierno era
desarrollar la economía del país debía contar con el sector privado, puesto que
tenerlos en contra dificultaría el cumplimiento de los objetivos (Kim & Park, 2011,
págs. 274-275).
En consecuencia, las acusaciones hacia los chaebol por la acumulación ilegal, los
sentó en la mesa de negociación frente al gobierno desarrollista, permitiendo que
éste último estableciera los términos de la nueva alianza. Para 1962 las multas
impuestas a los chaebol ya habían sido reducidas en dos ocasiones restando casi
un 95% (Kim & Park, 2011, pág. 276), por lo cual se afirma que desde un inicio Park
tenía el objetivo claro de involucrarlos en sus estrategias desarrollistas y las
acusaciones legales se prestaron como instrumento para ello. Otro elemento de
coerción fue el relativo a la economía nacionalista con la centralización del sistema
bancario ya que los créditos quedaron bajo el gobierno y por consiguiente los
30
chaebol y las empresas privadas dependían de capital público (Kim E. M., 1997,
págs. 82-83).
La relación chaebol - Estado se caracterizó por una serie de elementos reguladores
tanto iniciales como producto de conflictos políticos, errores y experiencias de la
relación ya en marcha (Kim & Park, 2011, pág. 270). Sin embargo, en un principio
fue Park quien escogió, con base en la trayectoria, a los chaebol con los que se
asociaría dada su experiencia, voluntad de tomar riesgos, capacidades y que
compartieran su espíritu de “poder hacer”8; en segundo lugar, a fin de controlarlos
entre sí creó una estructura oligopolista de competencia permanente, donde
quienes no podían competir dejaban de ser aptos para recibir privilegios como
prestamos con bajo interés o subsidios (Kim E. M., 1997, pág. 38); en tercer lugar,
si bien el gobierno respaldaba con subsidios masivos a los chaebol, también
permitía que estos quebraran una vez aplicadas las medidas mitigadoras; y por
último, condicionó el apoyo estatal a la restricción del acceso al poder político para
los chaebol (Kim & Park, 2011, págs. 267-269).
Como se mencionó en el segundo capítulo, el gobierno desarrollista de Corea
planteaba objetivos con estándares muy altos para el contexto económico del país,
por lo que es necesaria una postura más política que económica para su
comprensión. En este sentido, se observa que Park premiaba o recompensaba a
los empresarios que tomaban riesgos para cumplir con las estrategias
gubernamentales, en lo que empresas como Hyundai se destacaron
constantemente, como se ejemplifica con su entrada a la manufactura automotriz
nacional sin tener mayor experiencia (Lee N.-Y. , 2011, pág. 300). Fue entonces, la
nacionalización de la banca la que permitió otorgar dichas recompensas y también
era usada para atraer más compañías que tomaran riesgos, asegurando subsidios,
garantías, privilegios en los impuestos, licencias, proteccionismo a la industria
nacional, entre otros (Kim E. M., 1997, pág. 83; Kim B.-K. , 2011, pág. 202).
8 “Poder hacer” fue otro eslogan utilizado por el gobierno de Park en este periodo
31
Asimismo, Park explícita o implícitamente prometía rescatarlos si quebraban y se
puede afirmar que se encargó de hacer dicha promesa creíble (Kim B.-K. , 2011,
pág. 202) dado que, aunque permitía que el más débil cayera, antes de ello, el
gobierno invertía recursos con el objetivo de intentar rescatarlos. Siendo
considerada una medida ineficiente desde un punto de vista económico, era
políticamente efectivo puesto que mantenía la lealtad y confianza de los
empresarios, a la vez que disminuía los riesgos morales de la inversión
gubernamental (Kim & Park, 2011, pág. 267).
Dado el contexto de la Guerra Fría la geopolítica sirvió como catalizador para el
desarrollo industrial en la economía nacional permitiéndole a los chaebol la
oportunidad de acceder al aprendizaje tecnológico y de ingeniería en términos
favorables (Choi & Glassman, 2014, pág. 1177). Por ejemplo, los conglomerados
más grandes como Samsung, LG y Hyundai encontraron en Vietnam dicha
oportunidad de aprendizaje. Este último, por su parte, durante la Guerra de Vietnam
recibió contratos para la construcción de cuarteles estadounidenses y la expansión
del aeropuerto nacional donde tanto las ganancias económicas como la experiencia
adquirida bajo el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos,
contribuyeron en su desempeño y crecimiento nacional en la industria química y
pesada (Choi & Glassman, 2014, pág. 1168).
Posteriormente, tras la crisis de seguridad, vista en el capítulo anterior, la premisa
de “país rico, ejército fuerte” moldeó la macroeconomía del país en mayor medida
en 1971, de manera que la construcción de capacidad militar se dio en el marco del
desarrollo de la industria química y pesada, dada la necesidad de autosuficiencia.
En su establecimiento, se planteó iniciar la manufactura de armas inmediatamente
a fin de alcanzar una reserva de 2.5 millones (Kim H.-A. , 2005, pág. 167) y dado
que era un plan inmediato, el gobierno buscó movilizar los sistemas de producción
vigentes de los chaebol en favor de la seguridad bajo las premisas de patriotismo y
nacionalismo económico (Kim H.-A. , 2005, pág. 206) de modo que en 1973 y 1974
se fundan Hyundai Heavy Industries y Samsung Heavy Industries respectivamente
32
(Forbes, 2017), entre otros conglomerados que se expandieron hacia la industria
pesada bajo los nuevos objetivos nacionales.
Por otra parte, en la misma medida en que las instituciones sociales se encuentran
en la cultura corporativa de los chaebol, también se reproducen en la relación de los
chaebol con el Estado. Anteriormente se señaló que no se trata de una relación
meramente vertical en cuanto a sus dinámicas de funcionamiento, sin embargo,
desde la óptica institucional se observa que el Estado ejerce un rol de liderazgo
entendido desde las instituciones sociales basadas en valores tradicionales, como
se observará a continuación.
Kim (2012) señala que los valores del confucianismo han jugado un rol fundamental
en la construcción de estructuras e instituciones sociales, y por consiguiente en la
forma en la que surgen las relaciones entre chaebol y Estado (Kim K. S., 2012, pág.
83). Por ejemplo, la competencia como medida para controlar a los chaebol y exigir
resultados parte de la disciplina (Kim K. S., 2012, pág. 95).
Lo anterior parte de un liderazgo autoritario en favor de resultados y a cambio de
protección por medio de subsidios, simulando la institución familiar donde el líder
otorga protección y recibe lealtad y piedad filial, exponiendo una alta distancia de
poder. Asimismo, cuando los chaebol no respondían satisfactoriamente o no
lograban cumplir las metas establecidas por el gobierno, éste en últimas, debía
quitar su apoyo a fin de redirigirlo únicamente al campeón nacional. Sin embargo,
si bien significó la quiebra de muchas empresas, no fue percibido por los chaebol
como una falta del gobierno a sus previos acuerdos de respaldo ante los riesgos,
sino como un ajuste inevitable impuesto por la fragilidad económica del país (Kim &
Park, 2011, pág. 267).
En síntesis, hasta este punto se observa que los chaebol se establecen como
conglomerados imprescindibles para las dinámicas del desarrollismo coreano, los
cuales reproducen al interior y en sus interacciones con el gobierno, las instituciones
sociales del país. Exponiendo la centralidad de la institución de la familia en los
33
aspectos relacionales y constitutivos de la sociedad coreana en un contexto
desarrollista direccionado al crecimiento económico y a aumentar las capacidades
nacionales.
Concretamente, la relación del Estado con los chaebol se caracterizó por ser una
alianza con beneficios y garantías mutuas, donde los chaebol se convirtieron en el
brazo económico del gobierno para llevar a cabo las políticas públicas relativas al
crecimiento económico y desarrollo industrial. Adicionalmente, también reproducen
las instituciones sociales, las cuales, en conclusión, son fundamentales para
comprender los mecanismos del desarrollo en Corea dado que explican posturas y
comportamientos que parten de la construcción social del país con base en factores
internos y externos.
Asimismo, se observa que su análisis generalmente reduce a una misma dimensión
su relación con el gobierno. No obstante, este capítulo buscó exponer que se
compone de dos ámbitos, por un lado, el operativo en donde para llevar a cabo las
estrategias desarrollistas se constituían como garantes mutuos y el uno era
indispensable para el otro y; por otro lado, el relacional que partía de las mismas
instituciones sociales presentes en el colectivo social.
Capítulo IV – Saemaul Undong
Tras el proceso de crecimiento económico de Corea, el Estado desarrollista se
encontró con la necesidad de fortalecer el sector rural dando lugar a la creación del
Saemaul Undong. El objetivo de este capítulo es comprender en que consistió,
exponiendo su importancia para la legitimidad del régimen Yushin, dada la
vulnerabilidad sistémica del país. Para ello, se observará el contexto de
implementación del Saemaul Undong y sus características tanto organizacionales
como ideológicas.
A grandes rasgos el Saemaul Undong, que puede ser traducido como movimiento
de la nueva villa o aldea, consistió en un programa de desarrollo rural integral,
basado en la comunidad, el cual es complejo de definir ya que su agenda y enfoque
34
varió constantemente (Park S. , 2009, pág. 114). Sin embargo, se encuentra
consenso en que los objetivos de éste eran generar ingresos, mejorar la
infraestructura rural y la calidad de vida, y la creación de capacidades y cambio
actitudinal (Park S. , 2009, pág. 116).
El Saemaul Undong surge ante la necesidad de legitimidad gubernamental. La
efectividad de las estrategias desarrollistas orientadas a la industrialización y las
exportaciones habían favorecido principalmente a las áreas urbanas, dando lugar a
una brecha con el sector agrícola que conllevó a un creciente descontento en la
zona rural alcanzando una disminución del 15% del apoyo en las votaciones de1969
(Park S. , 2009, pág. 115).
Por consiguiente, con el objetivo de disminuir la brecha entre sector urbano y rural,
el gobierno adoptó en 1969 una política de apoyo a los precios agrícolas la cual creó
un déficit en el presupuesto gubernamental (Song, 2003, pág. 163) que no llegó a
ser suficiente. En consecuencia, el 22 de abril de 1970 se crea el Saemaul Undong
(Lee Y. J., 2011, pág. 364; Kim H.-A. , 2005, pág. 133) a fin de simbolizar un cambio
en la política rural, contando con recursos gubernamentales y provenientes del
desarrollo industrial (Park S. , 2009, pág. 115). Por lo tanto, a inicios de los setentas
el sector rural vio una inversión anual del 10% de la inversión nacional, junto con la
inversión de los chaebol en agricultura e infraestructura rural (Song, 2003, pág. 199).
Previo al Saemaul Undong no se había establecido ningún programa de desarrollo
en esta área en tanto que las zonas rurales habían sido descuidadas por gobiernos
anteriores (Moore, 1985, pág. 587). Sin embargo, desde 1961 Park inició campañas
enfocadas en mejorar la calidad de vida de las zonas rurales (Kim H.-A. , 2005, pág.
137), no obstante, dichas campañas más que la inversión estatal primaban ideales
de cooperación, comunidad y armonía, como el Movimiento de la Segunda
Economía en 1968 (Kim H.-A. , 2005, pág. 136) que enfatizaba el espíritu tradicional
coreano de autosuficiencia, cooperación y frugalidad en un proyecto para aumentar
los ingresos y el desarrollo rural. No tuvo éxito, entre otras cosas, porque el nombre
35
de “segunda economía” fue interpretado como una tipificación de las prioridades
estatales (Kim H.-A. , 2005, pág. 136).
A diferencia de campañas anteriores, el Saemaul Undong inició con la distribución
de 335 paquetes de cemento, producto de una sobreproducción de cemento no
comercializable, a aproximadamente 34.100 comunidades rurales (Park S. , 2009,
pág. 115; Lee Y. J., 2011, pág. 365; Kim H.-A. , 2005, pág. 134) la cual fue
condicionada al uso consensuado y en favor de proyectos para suplir las
necesidades de toda la comunidad. Las decisiones colectivas fueron tan
preponderantes que las familias que se opusieron a cooperar con los intereses
comunitarios fueron desalojadas de sus viviendas (Kim H.-A. , 2005, pág. 135).
Dada la importancia de la ideología del desarrollismo en Corea, en este proyecto
Park también buscó reforzar aspectos no económicos como los ideales de
prosperidad económica que se habían intentado implementar desde movimientos
anteriores (Han S.-M. , 2004, pág. 74). Principalmente porque Park afirmaba que la
causa de la pobreza rural era la pereza y la falta de disciplina, por lo tanto, el
Saemaul Undong buscaba curar el malestar del ocio y complacencia que surgía
ante el menor signo de estabilidad (Citado por Moore, 1985, pág. 580).
Asimismo, veía un alcance limitado para el desarrollo rural y por ello inicialmente
sólo pretendía hacer mejoras estéticas e ideológicas enfocándose en cambios
dirigidos a la parte actitudinal, a fin de movilizar masas en favor del desarrollo de la
industria nacional y mantener el apoyo rural, sin mayor inversión gubernamental
(Kim H.-A. , 2005, pág. 138; Lee Y. J., 2011, pág. 365).
Sin embargo, antes del establecimiento del Saemaul Undong las villas poseían
reglas comunitarias basadas en tradiciones fraternales de cooperación, disciplina y
colectivismo producto de los valores confucianistas (Han S.-M. , 2004, pág. 124)
que habían generado cánones autónomos como el dure, siendo una tradición de
más de 500 años de cooperación a fin de realizar en equipo trabajos que no podían
ser realizados por sí solo, o el gyae, que consistía en pequeños ahorros, o el hyang-
36
yak que con base en preceptos confucianistas promovía la cooperación y las buenas
acciones en las villas (Han S.-M. , 2004, pág. 124).
El establecimiento de líderes locales fue un elemento central pues estableció las
relaciones jerárquicas propias de la cultura organizacional del país. Eran formados
en áreas militares, discusiones grupales, meditación y entrenamiento de la
metodología Saemaul en los ochenta y cinco institutos creados para el
entrenamiento de líderes del Saemaul Undong establecidos en 1972 tras la
instauración del régimen Yushin (Kim H.-A. , 2005, pág. 143).
El carácter ideológico del Saemaul Undong se consolidó a gran escala en 1973
pasando de ser un proyecto rural a ser una campaña de movilización nacional
masiva para la reforma Yushin (Kim H.-A. , 2005, pág. 140) constituyéndose como
un mecanismo de subordinación a la sociedad (Kim H. A., 2011, pág. 28) y
promoviendo el espíritu de autosuficiencia y determinación en torno al desarrollo
personal a través del desarrollo nacional, dando lugar a la reorganización de la
sociedad en tres categorías: lugares de trabajo, áreas residenciales y colegios,
donde cada categoría reflejaba una estructura piramidal de liderazgo (Kim H.-A. ,
2005, págs. 133,141).
En consecuencia, hacia 1974 el entrenamiento de líderes se expandió a todos los
sectores de liderazgo de la sociedad, y no sólo a los líderes sino a sus familias,
primando los ideales de construcción de nación (Song, 2003, pág. 270). Asimismo,
los universitarios e intelectuales eran considerados el grupo más importante para
aprender del liderazgo del Saemaul Undong y una vez habían aprendido debían
compartir su conocimiento y aportar ideas a los proyectos, esto con el fin de que las
élites y los estudiosos lideraran las reformas del régimen Yushin (Kim H.-A. , 2005,
pág. 144).
Con el objetivo de guiar la eficiencia y productividad de la comunidad industrial, la
ideología y metodología del Saemaul Undong fue recreada en las fábricas, áreas
urbanas, residenciales, entre otros (Kim H.-A. , 2005, pág. 142) donde Park buscaba
37
inculcar una “nueva cultura familiar dentro del Estado corporativo, incorporando
lazos de gestión laboral similares a la familia” (Citado por Kim H.-A., 2005, pág. 142)
denotando la filosofía de “mi cooperación = mi familia = mi patria” (Kim H.-A. , 2005,
pág. 142).
La seguridad nacional y la necesidad de desarrollo también primaron en el aspecto
rural, dado que el comunismo y las amenazas externas se constituyeron como un
elemento legitimador del régimen Yushin y la expansión del Saemaul Undong (Han
S.-M. , 2004, pág. 78). Por lo tanto, la oposición a estos por parte de la sociedad era
vista como un desafío al gobierno y a sus objetivos de reestructuración y seguridad
nacional.
Retomando la situación netamente rural, Han (2004) expone varios ejemplos que
evidencian que si bien la sociedad rural era consciente de que estaba siendo
subordinada, lo aceptaba ya que recibía apoyo gubernamental que no había tenido
antes (Han S.-M. , 2004, pág. 75) e incluso los inicios de los setentas fueron un
periodo ideal donde sus ingresos aumentaron velozmente, se podía producir
constantemente a bajos costos y el gobierno fijó su atención en las necesidades
rurales (Moore, 1985, pág. 595).
No obstante, a mitad de los setentas después de trasladar el Saemaul Undong al
ámbito nacional, el sector rural fue dejado de lado, ya que la atención
gubernamental de inicio de los setentas había perdido fuerza (Moore, 1985, pág.
592). En este periodo el gobierno dejó de otorgar recompensas por alto rendimiento
en la producción agrícola porque mantener la misma capacidad de inversión no era
sostenible para el gobierno ni económica, ni políticamente (Moore, 1985, pág. 593)
también dejo de asumir y subsidiar el costo de los consumidores y productores
agrícolas. Lo cual recayó en los precios de producción, conllevando a un atraso de
dicho sector en relación con la economía del país y creando resentimiento en los
agricultores en tanto que en varios sentidos el sector rural se encontraba peor que
como estaba antes del Saemaul Undong (Moore, 1985, pág. 593).
38
Lo anterior se ejemplifica en una de las entrevistas realizadas por Han (2004) donde
se encuentra con una mujer proveniente de una familia con escasos recursos que
al igual que su esposo se convirtió en líder del Saemaul Undong. Con resultados
efectivos frente a las metas gubernamentales y de desarrollo rural, ambos lograron
fortalecer una aldea durante casi diez años de trabajo, convirtiéndose en un ejemplo
de los ideales del Saemaul Undong ante la sociedad, siendo incluso reconocidos
públicamente por el gobierno, hasta 1977 cuando tras la visita de Park, se ordena
crear un complejo industrial en dicha villa en favor de la Nueva Modernización Rural
forzando al desalojo de las viviendas (Han S.-M. , 2004, págs. 87-88).
Por un lado, se afirma que el éxito del Saemaul Undong es evidente dado que los
objetivos propuestos fueron alcanzados. En contraste, se argumenta que si bien los
logros son ciertos y la movilización masiva de recursos junto con la intervención
estatal fue efectiva, el impacto no se mantuvo después de 19799 y por ello, no puede
afirmarse que fue exitoso.
De ahí, Park S. (2009) observa que el Saemaul Undong generó desarrollo a nivel
social con infraestructura, mayor responsabilidad en los gobiernos locales y
empoderamiento a las poblaciones rurales (ver anexo 3). No obstante, el impacto
en la reducción de pobreza y desarrollo económico fue limitado, ya que, si bien
mitigó la pobreza rural absoluta, no llegó a solucionar los problemas estructurales
donde la movilización de mano de obra no era suficiente, puesto que requerían
mayor inversión física y financiera (Park S. , 2009, págs. 116,117).
Se observa que inicialmente logró la reducción de la brecha entre el sector rural y
el urbano, en gran parte, producto de la disminución de población rural debido a la
industrialización, pasando de un 55% en 1965 de la población total a un 43% en
1972, mientras que el empleo agrícola disminuyó de un 56% a un 36.5% en 1978
(Kim H.-A. , 2005, pág. 138). Por otro lado, Han (1987) tras un estudio del impacto
del Saemaul Undong, expone que los participantes más activos eran los líderes y
9 Con el cambio de gobierno, tras la muerte de Park en 1979, el Saemaul Undong pasó de ser un programa de desarrollo rural del gobierno a ser un proyecto privado (Park S. , 2009, pág. 116).
39
granjeros adinerados a diferencia de los más pobres o los aldeanos en hogares no
agrícolas, puesto que, el aumento en los ingresos era proporcional al tamaño
agrícola de la casa, por lo que el autor concluye que el Saemaul Undong hizo más
ricos a quienes ya eran ricos, mientras empobreció aún más a los pobres (Citado
por Kim H.-A., 2005, pág. 136).
Desde el punto de vista socio político, se podría afirmar que el Saemaul Undong fue
efectivo en el sentido que cumplió con los objetivos del gobierno que, en un primer
momento, fue la legitimación del régimen ante la sociedad rural y el cumplimiento
de metas para el desarrollo económico (Park S. , 2009, pág. 116). Incluso es
interpretado por algunos autores como una campaña ideológica, moral y cultural
para ganar apoyo político y movilizar la sociedad por medio de los principios de
colectivismo y sacrificio en favor de los objetivos nacionales (Kwon & Kim, 2013,
pág. 519; Kwon & O'Donnell, 2001, pág. 20).
En síntesis, el rápido crecimiento económico con las estrategias desarrollistas dio
lugar a una brecha económica entre el sector urbano y el rural, lo que llevó a la
pérdida de apoyo de este último hacia el Estado. De ahí, surgió la necesidad de
establecer medidas gubernamentales para el crecimiento rural, otorgando
materiales y planes para la autogestión de las aldeas con la creación del Saemaul
Undong.
Dado que Park veía poco campo para el crecimiento rural en el Saemaul Undong,
si bien se contó con apoyo económico, el aspecto ideológico fue preponderante ya
que consideraba que la falta de disciplina era la causa de la pobreza en el sector
rural. Sin embargo, los planes de desarrollo para los agricultores fueron alcanzados
y la movilización social se constituyó como un éxito y un ejemplo para toda la
sociedad, lo que conllevó a que en 1973 se trasladara a todas las esferas de la
sociedad educando y reproduciendo la metodología en la comunidad industrial y las
áreas de liderazgo como instrumento de movilización.
40
De manera que, el Saemaul Undong fue determinante para la legitimidad y
seguridad nacional, ya que favoreció no sólo el modelo desarrollista de Corea sino
el establecimiento del régimen Yushin en el contexto de la crisis de seguridad,
permitiendo a la postre, la movilización social en favor del desarrollo económico en
cada área del país.
El siguiente capítulo analizará las políticas públicas del Saemaul Undong y las
relativas a los chaebol del Estado desarrollista coreano a la luz del marco teórico
propuesto en el primer capítulo.
Capítulo V – Análisis y Conclusiones
En el primer capítulo se desarrollaron las premisas teóricas que sirvieron como
marco para la investigación y el análisis que se desarrollará en este capítulo. En el
segundo capítulo se observó el contexto de inestabilidad interna de Corea, el
establecimiento del modelo desarrollista tras el golpe de Estado de Park y sus
características ideológicas y nacionalistas presentes en cada frente de las
estrategias: en el político, el económico y el social, las cuales tomaban elementos
propios de la tradición coreana como motor de movilización nacional.
En el tercer capítulo, se examinaron a los chaebol y las políticas públicas en torno
a estos, en el contexto de su relación con el gobierno la cual posee dos dimensiones,
una operativa y una relacional. Y a fin de observar las instituciones sociales
aplicadas en escenarios de interacción, en este capítulo se hizo un acercamiento a
la cultura organizacional de los chaebol.
En el cuarto capítulo, se expuso el Saemaul Undong como respuesta a la necesidad
de legitimidad interna del Estado para llevar a cabo las estrategias desarrollistas,
dada la pérdida de apoyo en el sector rural. Inicialmente el objetivo fue el
embellecimiento de las villas y mejoras en la infraestructura. Sin embargo, sus
resultados se dan a modo de campaña de movilización más que de crecimiento rural.
Con base en lo anterior, este capítulo busca analizar y exponer la influencia y
relación entre los factores domésticos y sistémicos, partiendo de las premisas del
41
realismo neoclásico como concepto macro del cual se desprende la vulnerabilidad
sistémica. Para comprender los aspectos domésticos, se evaluarán también desde
el institucionalismo y las dimensiones culturales, donde la familia es tomada como
la unidad de análisis del componente doméstico y la cultura es vista a través de las
dimensiones de Hofstede.
El realismo neoclásico señala que el Estado debe aumentar sus capacidades con
el objetivo de garantizar su seguridad y supervivencia. La variable sistémica
determina las amenazas y la doméstica los grupos sociales que influyen en las
decisiones del Estado (Taliaferro, Lobell, & Ripsman, 2009, pág. 21). Las
capacidades nacionales de Corea eran básicamente nulas, dado el periodo de
colonización, la guerra y la corrupción de los subsecuentes gobiernos.
Desde el aspecto sistémico, el fin de la guerra representaba aún la amenaza latente
de posibles acciones militares por parte de Corea del Norte. Estados Unidos se
constituyó como otro catalizador para aumentar las capacidades nacionales, ya que
el gobierno de Park era consciente de que no se debía depender militarmente de
otro Estado, como se evidenció en la crisis de seguridad. La variable doméstica
estaba constituida por una sociedad cuya base organizacional es la institución social
de la familia, que parte de valores confucianistas otorgando a la sociedad un
carácter colectivista, alta distancia de poder y evitación de incertidumbre, la cual es
dada a la contención y la orientación a largo plazo.
El realismo neoclásico encuentra relación entre las decisiones de los Estados y la
variable sistémica (Taliaferro, Lobell, & Ripsman, 2009, pág. 19). El desarrollismo
de Corea se da como una respuesta a las amenazas externas, siendo el crecimiento
económico la herramienta para la autosuficiencia nacional e independencia militar.
De manera que, las decisiones nacionales en la economía y la movilización nacional
obedecen a la necesidad de aumentar las capacidades y disminuir el impacto de las
amenazas internacionales.
42
Por lo tanto, es función del gobierno identificar las amenazas externas y
proporcionar respuesta a estas y en la medida en que dichas amenazas sean
compartidas por la sociedad habrá una distribución del costo a nivel nacional (Lobell,
2009, pág. 60; Taliaferro, Lobell, & Ripsman, 2009, pág. 39). En Corea, el carácter
colectivista de la sociedad permitió que el gobierno difundiera la existencia de
amenazas alrededor de la construcción de un discurso nacionalista que movilizó a
gran parte del país en favor del desarrollo, permitiendo que el costo fuera distribuido
en la sociedad. Un exponente de ello fue la incursión de los chaebol en la industria
pesada y de armamentos tras la crisis de seguridad, puesto que el objetivo
gubernamental era la producción nacional de armamentos y, bajo las premisas de
autosuficiencia e independencia, generó la movilización de los empresarios donde
el riesgo de éstos era el costo de la sociedad y la intervención estatal el costo
gubernamental.
En este contexto, si la población no reconoce la misma amenaza externa, pasa a
convertirse en una amenaza interna para los objetivos gubernamentales y por ende
para la seguridad del país (Taliaferro, Lobell, & Ripsman, 2009, pág. 25). El gobierno
debe entonces tener la capacidad de persuadir a la sociedad. Un claro ejemplo del
manejo que el gobierno de Park tuvo ante estos escenarios es el acercamiento a
los chaebol, puesto que buscó medios de coerción como las acusaciones legales y
la centralización del sistema bancario, siendo este su método de persuasión.
Asimismo, el sector rural se convirtió en una amenaza para la seguridad nacional
cuando retiró su apoyo al gobierno, menguando su legitimidad y la de sus políticas
desarrollistas, por ello, el Saemaul Undong es otro método de persuasión.
La movilización social fue fundamental para llevar a cabo las políticas
gubernamentales. Al observar el desarrollismo de Corea desde el modelo
extractivista de Taliaferro (2009), la variable independiente de nivel de
vulnerabilidad es alta, dado que las amenazas son superiores a las capacidades de
defensa y los factores geográficos solo aumentan la vulnerabilidad del país. En
cuanto a la variable interviniente, entendida como el poder estatal, medido por su
43
capacidad para la extracción de recursos nacionales, es alta puesto que el gobierno
usó la ideología y el nacionalismo basado en las instituciones sociales para movilizar
la sociedad, permitiéndole disponer de los recursos nacionales. La variable
dependiente, siendo la posibilidad de adoptar estrategias, también es positiva en el
desarrollismo coreano dada la cultura que favorece la variable interviniente
legitimada por la variable independiente, es decir, la vulnerabilidad legitimó el poder
estatal, fortalecido por las instituciones, en favor de la implementación de
estrategias para la extracción de recursos nacionales.
Para la variable interviniente, de poder estatal frente a la movilización social, ésta
se puede dar de manera directa o indirecta (Taliaferro, 2009, pág. 215). El gobierno
de Corea empleó simultáneamente los dos tipos de movilización. De manera directa,
el establecimiento del Estado desarrollista implicó la centralización económica y la
democracia administrativa en la política, ligando ambos aspectos a la dirección
gubernamental. Mientras la movilización indirecta se dio por medio de subsidios en
cada sector: educativo, rural, privado, entre otros.
Otro elemento que favorece la movilización es el rol del líder, ya que éste debe tener
la capacidad de ganar y mantener el apoyo doméstico para ejecutar los objetivos
nacionales (Taliaferro, 2009, pág. 217). Park se constituyó como un garante de la
protección y la seguridad nacional. Desde el golpe de Estado se proyectó como un
líder que desarrollaría el país y eliminaría la corrupción, aumentando las
capacidades nacionales como respuesta necesaria ante las amenazas externas.
Por lo tanto, las medidas adoptadas en su gobierno, si bien eran autoritarias, eran
percibidas como necesarias para el cumplimiento de tales premisas.
Lo anterior se expone a finales de los sesenta con las provocaciones militares de
Kim Il Sung que, si bien pretendían debilitar la legitimidad de Park, lograron
aumentar el apoyo de la sociedad a sus medidas para garantizar la seguridad.
Asimismo, en 1971 la crisis de seguridad sirve como justificación para direccionar
la economía hacia la industria química y pesada, la cual implicó la movilización
masiva de los recursos nacionales, sin embargo, fue aceptada puesto que Park lo
44
transmitió a la sociedad como una medida fuerte pero necesaria para poder seguir
garantizando la seguridad nacional.
Una herramienta para la obtención del apoyo de la sociedad es el establecimiento
de políticas con carga ideológica en áreas secundarias, a fin de formar alianzas
domésticas (Taliaferro, 2009, pág. 218). El mayor exponente de esta premisa es el
Saemaul Undong que poseía un fuerte carácter ideológico en torno a las tradiciones
sociales, junto con la responsabilidad propia del desarrollo personal que también
tendría resultados locales y nacionales. En este sentido, desde su aplicación rural
hasta su impacto nacional, el Saemaul Undong formó una alianza entre la sociedad
y el gobierno en favor del desarrollo del país, donde el colectivo social era
responsable del desarrollo dirigido por el gobierno.
En este orden de ideas, la ideología y el nacionalismo patrocinado por el Estado,
determinan el poder estatal. La ideología facilita o bloquea iniciativas
gubernamentales (Taliaferro, 2009, pág. 219). En Corea la ideología se valió de las
instituciones sociales y facilitó el cumplimiento de los objetivos nacionales. En los
setentas, bajo el régimen Yushin, el Saemaul Undong ya era una campaña nacional
y había reorganizado cada ámbito del país legitimando dicho régimen. Es el
resultado de una política rural que tomó ideales que hacen parte de las instituciones
coreanas, como principios articuladores de las estrategias gubernamentales.
En contraste, se evidencia la importancia ideológica en que una de las razones del
fracaso del Movimiento de la Segunda Economía en el sector rural, fue
precisamente la ideología detrás del nombre condicionándolos a ser la segunda
economía en las prioridades estatales, dando la apariencia de un líder
desinteresado y un sector poco importante para el desarrollo nacional.
El nacionalismo promovido por el Estado en periodos de alta vulnerabilidad aumenta
la capacidad de cohesión y voluntad de sacrificio en la población (Taliaferro, 2009,
pág. 219). En Corea la existencia de una amenaza unió al colectivo nacional en
torno a la necesidad de aumentar sus capacidades y ser garante de su propia
45
seguridad, bajo la dirección del gobierno de Park. De manera que, el nacionalismo
se encuentra presente en cada aspecto del desarrollo ya que para Park éste era
una herramienta para acelerar el desarrollo, consolidar su poder y movilizar a la
sociedad.
El establecimiento de un régimen desarrollista es producto de la vulnerabilidad
sistémica de los Estados, y ésta última, se genera si se cumplen simultáneamente
tres escenarios: una amenaza a los estándares de vida que den lugar a inestabilidad;
inversión militar necesaria y un presupuesto limitado, producto de la escasez del
país (Doner, Ritchie, & Slater, 2005, pág. 328). En el caso de Corea, los
antecedentes históricos y la inestabilidad nacional para inicios de los sesenta
llevaron al país a una vulnerabilidad sistémica.
Por un lado, el final de la Guerra de Corea detenida por un armisticio no aseguraba
que Corea del Norte no volviera a cruzar la frontera, por lo que se convirtió en una
amenaza constante a la estabilidad interna, conllevando a que los recursos y la
ayuda internacional fueran en gran parte dirigidos hacia la seguridad. Otro elemento
indicador de la vulnerabilidad sistémica fue la ausencia de un presupuesto nacional,
dado que la guerra había dejado al país sin medios de producción para llevar a cabo
estrategias militares. En consecuencia, es evidente la necesidad que tenía el país,
a inicios de los sesenta, de aumentar sus capacidades y garantizar su supervivencia
como Estado, dando lugar a la creación del régimen desarrollista en cabeza de Park
Chung Hee.
Partiendo de la definición de Estado desarrollista de cara al caso coreano, se tiene
que éste se caracteriza por un gobierno autoritario y centralizado (Doner, Ritchie, &
Slater, 2005, pág. 328). En Corea el gobierno poseía un carácter autoritario evidente
en el establecimiento de la democracia administrativa, en cabeza de Park, quien
afirmaba que el orden y la eficiencia en torno al desarrollo primaban sobre los
procesos democráticos. De ahí que se centralizó la economía por medio del sistema
bancario, al igual que la burocracia y la política ya que debían seguir los planes de
46
Park. Lo anterior se profundizó con el establecimiento del régimen Yushin
eliminando los mecanismos democráticos restantes en la política del país.
En el desarrollismo el Estado interviene activamente en la economía del país
promoviendo las exportaciones como motor de desarrollo nacional y en cooperación
con el sector privado promoviendo coaliciones nacionales, legitimadas por la
vulnerabilidad sistémica, que buscan favorecer la supervivencia del gobierno (Doner,
Ritchie, & Slater, 2005, págs. 328, 330). En Corea se implementó el modelo ISI,
pero fue orientado al fortalecimiento de las exportaciones. Asimismo, la intervención
del gobierno es constante ya que reguló el flujo de ingresos acomodando la
economía para el cumplimiento de los planes quinquenales, de ahí que su apertura
tuvo elementos proteccionistas ajustándose constantemente a las necesidades del
gobierno y no a las premisas liberales.
La relación con los chaebol surgió de la necesidad de crecimiento económico para
disminuir la vulnerabilidad sistémica y permitió que el desarrollo del país fuera
ejercido por las empresas privadas nacionales en cooperación con el gobierno, en
tal medida, que el éxito respondió a los riesgos de los chaebol respaldados por la
intervención estatal, y no a la competitividad de las empresas. Asimismo, los
resultados de la coalición establecida con los chaebol evidenciaron el éxito de las
medidas del Estado ante la sociedad, asegurando la legitimidad del gobierno
La relación entre los factores sistémicos y domésticos se hace más clara al
comprender las dinámicas internas del país. Para ello, el institucionalismo señala
que las reglas, normas y valores forman instituciones que moldean el
comportamiento de los individuos en la sociedad por medio de sus interacciones y
son interdependientes al contexto en el que surgen (Morgan et. al 2010, pág. 3;
Jackson, pág. 66, 2010; Berger & Luckmann, 1999, pág. 47).
El contexto social coreano posee una tradición confucianista la cual otorga a la
sociedad valores e ideales basados en la disciplina, el sacrificio y la armonía en las
relaciones que se desprenden de las dinámicas familiares, formando instituciones
47
que son reproducidas por medio de la interacción. Berger y Luckmann (1999)
afirman que las interacciones en la sociedad construyen tipificaciones recíprocas
que definen el comportamiento esperado y adecuado del otro (pág. 49). En este
caso, las tipificaciones recíprocas en la sociedad coreana responden a los roles que
otorga la institución de la familia a la cultura. Desde Roland (2008) la familia es una
institución de cambio lento puesto que está arraigada en la historia y filosofía de la
tradición nacional e influencia las instituciones de cambio rápido. En consecuencia,
las instituciones mueven a toda la sociedad tanto civil como política.
En este sentido se aplica la concepción de familia extendida donde los mecanismos
de la institución de familia abarcan individuos que no comparten lazos de
consanguinidad y al ser reproducida como institución determina también las
dinámicas de resolución de conflictos. La reproducción de la institución familiar
como familia extendida en Corea se da en cada esfera social, relación Estado-
sociedad, áreas laborales y de educación, entre otras. Y ello se puede observar a
través de las dimensiones de Hofstede presentes en el desarrollismo coreano.
La familia como institución posee una figura paternal fuerte y autoritaria, en el
sentido en que, para mantener la estabilidad, toma decisiones unilateralmente.
Asimismo, es responsabilidad de esta figura responder por las necesidades y actuar
como protector, recibiendo piedad filial y obediencia por parte del resto de la familia
(Pye, 1985, pág. 65;75). Desde las dimensiones culturales, estas instituciones
generan una sociedad con alta distancia de poder, de manera que los individuos
menos poderosos esperan y aceptan la distribución desigual del poder (Hofstede,
2010, pág. 61).
En Corea la figura del líder del Estado desarrollista y el régimen Yushin evidencian
alta distancia de poder, pues las decisiones gubernamentales son tomadas
unilateralmente y se justifican en la necesidad de aumentar las capacidades
nacionales dada la amenaza a la seguridad nacional. Esto se expone en que los
chaebol acepten que el gobierno deje que las empresas débiles quiebren y lo
perciban como una medida necesaria por el contexto de fragilidad económica.
48
Asimismo, como se vio en el modelo extractivista del realismo neoclásico, la
capacidad de persuasión del líder para movilizar recursos fue eficiente ya que Park
se proyectó como un líder garante de la seguridad del país, lo cual evidencia la alta
distancia de poder en la sociedad que se adhiere a las estrategias, aceptando y
esperando un líder fuerte que garantice la estabilidad y seguridad nacional, aunque
esto implique decisiones autoritarias. La distancia de poder se reproduce en cada
área de la sociedad como en la cultura organizacional de los chaebol. También, la
expansión del Saemaul Undong en cada ámbito nacional, inició con el
establecimiento de los ochenta y cinco institutos de entrenamiento a los líderes,
manifestando que una alta distancia de poder es preponderante en la organización
social del país.
En la institución de familia y los valores confucianistas el individuo nace siendo parte
de una serie de relaciones a las cuales debe responder y mantener (Pye, 1985, pág.
62). Lo cual se entiende en las dimensiones culturales como una sociedad
colectivista, puesto que los lazos de los individuos son estrechos y se forman dentro
de la familia extendida, percibiéndose como un “nosotros” y primando al grupo sobre
el individuo (Hofstede, 2010, pág. 92).
El desarrollismo coreano se caracterizó por el nacionalismo como elemento
potenciador de las capacidades del Estado en la movilización de la sociedad, el cual
responde a esta dimensión, puesto que, el carácter colectivista de la sociedad
favoreció el discurso de independencia y autosuficiencia nacional para responder a
las amenazas externas de seguridad. En la economía nacionalista el desarrollo de
la industria estuvo enfocado en la competitividad y la producción nacional, por lo
tanto, las regulaciones económicas se ajustaban a las necesidades de los chaebol,
protegiéndolos del libre mercado.
En cuanto a los chaebol, el Estado permitió que encabezaran el desarrollo
económico bajo la premisa de que los beneficios debían producirse en toda la
sociedad y no solo en las élites económicas, por lo tanto, los chaebol financiaron
49
políticas públicas como el desarrollo de la industria militar y programas como el
Saemaul Undong, entre otros, exponiendo el carácter colectivista de la sociedad.
También se evidencia en el discurso del Saemaul Undong en tanto que se afirmaba
que el desarrollo de las localidades por medio de la cooperación generaría un
desarrollo colectivo contribuyendo al crecimiento económico del país y, en
consecuencia, al cumplimiento de los objetivos nacionales para la seguridad.
Posteriormente, su efectividad en el sector rural hizo que fuera llevado a toda la
sociedad, ya que generaba la percepción de cooperación con los intereses de
seguridad nacional.
Los valores de armonía y estabilidad son centrales en la institución de la familia
(Chen Yang, 2006, pág. 588), por lo que una amenaza a esto conlleva acciones por
parte de la figura paternal pues, como se mencionó anteriormente, es la encargada
de garantizar dicha estabilidad. Esto da lugar a que la sociedad tenga una fuerte
evitación de la incertidumbre ya que se evaden escenarios desconocidos y no se
está dispuesto a enfrentar situaciones ambiguas que puedan alterar la estabilidad
(Hofstede, 2010, pág. 203).
En Corea la decisión del Estado de adoptar una democracia administrativa
evidencia esta dimensión en la sociedad. En lugar de implementar un modelo
plenamente democrático, externo a las instituciones nacionales y desconocido para
el gobierno y la misma sociedad, se articuló, por medio de la democracia
administrativa, a las instituciones sociales favoreciendo la figura del líder.
Asimismo, la doctrina Nixon como catalizador de la crisis de seguridad indica una
fuerte evitación de la incertidumbre, ya que la sola posibilidad de ser más
vulnerables ante las amenazas externas impulsó y redirigió el proceso de desarrollo
económico acelerando la producción de capacidades militares.
Otro aspecto que hace parte de la institución de la familia, predominando los valores
confucianistas es la voluntad de disciplina y perseverancia (Song, 2003, pág. 60), a
fin de cumplir el rol de cada uno. Este aspecto promueve en la sociedad una
50
orientación a largo plazo perseverando por resultados y subordinándose a sí mismo
ante un objetivo (Hofstede, 2010, pág. 243).
La orientación a largo plazo se evidencia en el proceso de desarrollismo que culminó
con el régimen Yushin. Es decir, desde el golpe militar Park buscó emular el modelo
japonés de la Restauración Meiji, sin embargo, fue hasta 1972 con el régimen
Yushin que logró centralizar el poder en su figura de liderazgo. Se evidencia también
en el establecimiento de estrategias consecutivas en el marco de los planes
quinquenales. Asimismo, en la voluntad de subordinación de los chaebol ante los
riesgos económicos en favor del posterior crecimiento y la voluntad del Estado en
tomar decisiones económicamente ineficientes, con resultados políticos a largo
plazo.
Por último, la familia se constituye como la unidad básica de las relaciones de cada
individuo, por ello, el cumplimiento de su rol frente a dichas relaciones condiciona
las decisiones personales a las dinámicas relacionales (Rubio & Villa, 2016, pág.
23), generando una sociedad dada a la contención en la cual los individuos poseen
poca percepción de control sobre su propia vida y de libertad (Hofstede, 2010, pág.
281; 291).
La contención se evidencia en que el gobierno logró interferir en tal medida en la
organización social movilizando masivamente al país, partiendo de premisas
ideológicas de autogestión y disciplina bajo un fuerte nacionalismo, que reguló el
comportamiento de la sociedad, como se da en el Saemaul Undong, que logró que
la sociedad sistemáticamente siguiera las premisas de dicha campaña establecida
como un marco para la autogestión, permitiendo el desarrollo personal para
favorecer el colectivo. Asimismo, se observa en la intención del Estado, en 1969, de
reformular los rituales familiares, ya que tal intervención gubernamental muestra un
control a la sociedad que limita las libertades sin necesidad de mayor coacción.
Como se ha mencionado, el realismo neoclásico expone la necesidad de tomar en
cuenta las variables sistémicas y las domésticas. En las domésticas se expone que
51
las dimensiones culturales responden al concepto de familia extendida en cada
ámbito social del individuo. Por lo tanto, el establecimiento del desarrollismo como
respuesta a las amenazas sistémicas se justifica en la evitación de la incertidumbre,
la cual incentiva a acciones que permitan mantener el control y en este caso
asegurar la supervivencia del Estado; el colectivismo y la distancia del poder
permitieron que la sociedad reconociera la misma amenaza externa que el gobierno,
legitimando las estrategias de éste. Asimismo, la institución de familia al ser
cohesiva y de cambio lento homogeneizó la cultura facilitando la difusión de la
ideología y el nacionalismo patrocinado por el Estado, puesto que, la reproducción
por medio de las interacciones fortalecía las tipificaciones recíprocas o roles
facilitando la implementación de un régimen autoritario bajo el rol de un líder fuerte
legitimado por la seguridad.
Es claro que la institución de familia generó en la cultura mecanismos y dinámicas
que se evidencian en cada área de la sociedad. Por lo tanto, es correcto afirmar que
la sociedad coreana, en este contexto, obedeció a la lógica de familia extendida, y
la política familiar, entendida como un plan para reflejar los valores colectivos y
alcanzar metas definidas (Quah, 2008, pág. 41), tuvo como objetivo el desarrollo del
país.
La política social o familiar debe establecer objetivos sociales relacionados con la
familia, basándose en los valores compartidos que el gobierno desee mantener y
promover (Quah, 2008, pág. 42). En Corea, el gobierno encontró en las dinámicas
familiares el medio para trasmitir a la sociedad sus objetivos desarrollistas, pues
esta institución no sólo moldea la cultura social, sino que, al ser usada
conscientemente por el Estado, moviliza a la sociedad desde su propia idiosincrasia,
lo cual se expone en los tres escenarios examinados anteriormente, donde los
objetivos en torno a la familia fueron fortalecer su tradición en medio de los cambios
que generaba el desarrollismo en el país, basándose en los valores de lealtad,
disciplina y sacrificio de la institución familiar, siendo promovidos
52
gubernamentalmente a fin de que fueran estos los mecanismos que operaran en la
gobernanza nacional ante los problemas de seguridad.
En el desarrollismo, el gobierno se vio en la necesidad de legitimar sus estrategias,
principalmente ante los disidentes. Por ello, directamente Park en 1969 señala que
la familia es la comunidad pequeña y el Estado la grande en la vida de cada
individuo y por lo tanto el amor y la lealtad a ambas era idéntico; en los chaebol la
eficiencia de la estructura interna y las áreas de producción nacional medían la
capacidad de crecimiento y competitividad empresarial, por lo tanto, Park con el
régimen Yushin acentuó la intervención movilizando a los trabajadores con valores
familiares estableciendo la percepción de la compañía como hogary los empleados
como familia.
En el Saemaul Undong, en los setentas, ya como campaña de movilización
implementada en sectores no rurales a nivel nacional, su metodología, señalaba
Park, buscaba inculcar una nueva cultura familiar con lazos de gestión laboral
similares a los de la familia, bajo la filosofía de “mi cooperación = mi familia = mi
patria” (Kim H.-A. , 2005, pág. 142).
Si bien se dio una intervención gubernamental constante en la familia extendida en
la sociedad, los tres escenarios observados evidencian que es a inicios de los
setentas que Park profundiza la intervención y la establece como un medio de
movilización social. Esto responde a la premisa de Quah (2008) en la que el Estado
debe intervenir más en situaciones problemáticas que generen una crisis en la
institución familiar afectando el desempeño de los roles.
Las dinámicas del desarrollismo, la crisis de seguridad y la inicial reticencia del
gobierno ante los rituales tradicionales de la familia llevaron a una crisis de la
institución familiar desdibujando los roles que cada uno debía desempeñar, y
afectando la legitimidad y participación social en las estrategias estatales que se
planteaban aumentar las capacidades nacionales. Frente a ello, observado desde
Quah (2008) la intervención se dio a nivel preventivo y remediador.
53
A nivel preventivo, el gobierno creó y fomentó la institución familiar en las áreas
productivas y sociales de los individuos, de manera que, la protegió de los cambios
que enfrentaba el país manteniendo un entorno que aplicara sus premisas como
mecanismo relacional y de resolución de conflictos en cada área; a nivel remediador,
aplicó las mismas premisas familiares mostrando su intervención como el
cumplimiento de su propio rol, en el sentido que responde y protege autoritariamente
a la sociedad ante la problemática de seguridad.
Conclusiones
Esta investigación buscó evidenciar la relación de las variables sistémicas y
domésticas en el desarrollismo coreano tomando la institución de la familia como
unidad de análisis doméstico. En este sentido, en respuesta a la pregunta se puede
afirmar que el rol de la institución de la familia en el desarrollismo coreano es
organizacional, reproduciéndose en cada esfera y constituyéndose como una
herramienta doméstica de movilización para que el gobierno responda ante las
variables sistémicas de seguridad.
La articulación del marco teórico permite concluir que hay una relación en las
variables sistémicas y domésticas que debe ser reconocida y analizada, ya que es
fundamental para la comprensión de las políticas gubernamentales en torno a la
seguridad nacional.
Se encontró que las decisiones de los gobiernos frente a amenazas externas están
ligadas a su contexto doméstico y a sus instituciones nacionales. Se concluye
entonces que el aparato estatal no está desligado de la cultura nacional a la que
pertenece, sino que la reproduce.
El éxito del desarrollismo es comprensible en función de las instituciones de familia
como variable doméstica. La cultura explica y facilita la creación de un liderazgo
autoritario con carácter nacionalista que, en lugar de la creación de alianzas o
adopción de ayudas dirigidas por actores externos al país para su reconstrucción y
desarrollo, implementó su propio modelo desarrollista basado en sus instituciones.
54
Se concluye también que el modelo no hubiera funcionado si se hubiera adoptado
bajo instituciones diferentes. Por ejemplo, la aceptación e implementación de la
democracia occidental no hubiera generado los mismos resultados, ya que la
herramienta principal del gobierno fue el fortalecimiento de instituciones nacionales
en torno a sus estrategias, conmoviendo directamente la idiosincrasia de la
sociedad. De ahí, también se concluye que el problema de seguridad fortaleció la
familia como institución y eje de la cultural nacional en Corea.
Anexos
Tabla 1
Balance de exportaciones e importaciones 1961-1979
Fuente: Peterson Institute for International Economics. (2003). The Miracle with a Dark Side: Korean Economic Development under Park Chung-hee. Peterson Institute for International Economics.
Tabla 2
Exportaciones de 1963 1971
55
Fuente:Kim, H.-A. (2005). Korea’s development under Park Chung Hee: rapid industrialization, 1961-1979. Taylor & Francis e-Library.
Tabla 3
Logros de los proyectos del Saemaul Undong en los setentas
56
Fuente: Park, S. (2009). Analysis of Saemaul Undong: A Korean Rural Development Programme in the 1970s. Asia-PacificDevelopmentJournal, 16(2), 113-140.
Tabla 4
Crecimiento de la población (en porcentajes)
Fuente: Park, S. (2009). Analysis of Saemaul Undong: A Korean Rural Development Programme in the 1970s. Asia-PacificDevelopmentJournal, 16(2), 113-140.
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