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Sábado 14 de abril de 2018 EL UNIVERSALE12 CU LT U R A

PROYECTO UNAM Texto: Fernando Guzmán Aguilaralazul0210 @hotmail.com

Los lugares de memoria del 68El Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM invita, dentro delciclo de conferencias “Los sesentas, más que una década. En memoria del2 de octubre de 1968”, a la titulada “Los lugares de memoria del 68”, elmiércoles 18 de abril, de 12:00 a 14:00 horas, en el Salón de Actos del citadoinstituto, en Ciudad Universitaria. Se transmitirá por w e bs c a t.

E S P E

C I A L Ac u í fe ros

so b re ex p l ota d osen MéxicoDe acuerdo con Luis Francisco Sa-ñudo Chávez, secretario de Vincu-lación del Instituto de Ingenieríade la UNAM, 103 de los 653 acuí-feros que hay en México están so-breexplotados; por si fuera poco,de 30% a 50% del agua para abas-tecimiento se pierde en fugas, enla red hidráulica y en domicilios.Ante este difícil y complejo pano-rama, María Teresa Orta Ledes-ma, investigadora del mismo ins-tituto, opina que la alternativa esel reuso y reciclaje. “Nece sitamo smétodos eficientes de tratamien-to de aguas residuales para tenermás líquido disponible.”

Sistema analizala evoluciónde una sequíaExpertos del Instituto de Ingenie-ría de la UNAM desarrollaron elMonitor de Sequía Multivariadode México, un sistema que produ-ce mapas que identifican, de ma-nera objetiva, la evolución espa-cio-temporal de la magnitud y se-veridad de ese fenómeno natural aescala nacional, considerando di-ferentes escalas temporales. A di-ferencia de la metodología usadaantes, ésta permite hacer un aná-lisis multifactorial, con datos devariables hidrológicas como lluvia,humedad del suelo y escurrimien-to, para definir el comienzo, la per-sistencia y el fin de una sequía.

E S P E

C I A L

Proyectan convertir el dióxido de carbono

en rocas calizasEl incremento de este gasde efecto invernadero enlas últimas décadas haocasionado el aumentodel calentamiento global

Convertir el dióxido decarbono en rocas calizascomo un método para re-ducir la presencia de estegas en la atmósfera y asíayudar al mejoramiento

del medio ambiente es un tema de gran interéspara Ana Paulina Gómora Figueroa, investiga-dora del Departamento de Ingeniería Petrolerade la Facultad de Ingeniería de la UNAM.

Si no hubiera dióxido de carbono y otros gasesde efecto invernadero (metano, óxido de nitró-geno, gases fluorados…), el planeta sería muyfrío. Estos gases son necesarios para que la Tie-rra se mantenga a una temperatura óptima yhaya vida.

Sin embargo, el incremento del dióxido decarbono en las últimas décadas (pasó de 0.3 a 0.4gramos por cada kilogramo de aire que hay enla atmósfera) ha ocasionado el aumento de latemperatura promedio del planeta y, por con-siguiente, la alteración de los ciclos de la natu-raleza: ahora hay deshielos, sequías e inunda-ciones donde antes no los había; asimismo se haincrementado el poder destructivo de la tem-porada de lluvias y de los huracanes.

“En promedio, el dióxido de carbono repre-senta cerca de 70% de las emisiones de gases deefecto invernadero en el mundo. En abril de2017, su concentración en la atmósfera fue de406.17 partes por millón (ppm), esto es, 406 mi-ligramos o 0.4 gramos por kilogramo de aire. Ycada año aumenta aproximadamente unap p m”, dice Gómora Figueroa.

China y Estados Unidos, los países más in-dustrializados, son los que emiten más dióxidode carbono a la atmósfera. No obstante, mien-tras el primero busca el desarrollo de energíaslimpias y renovables, sin dejar de producir yser competitivo, el segundo se está retirandode los acuerdos internacionales sobre el cam-bio climático.

“México también ha incrementado sus emi-siones de dióxido de carbono por la quema decombustibles fósiles para generar energía y porla intensa actividad del transporte. Por otro lado,las emisiones de este gas por actividades de re-finación y petroquímica han disminuido con-siderablemente, en parte por el paro y abandonodel sistema mexicano de refinación y petroquí-m i c a”, agrega la investigadora.

Faja Volcánica Transversal MexicanaSegún el mapa de ruta tecnológica, publicado en2014 por la Secretaría de Energía del gobiernofederal, los principales focos de emisión de dió-xido de carbono son las industrias petrolera (ex-tracción de petróleo y gas, refinación y petro-química), eléctrica y del cemento y la cal, la ma-yoría de las cuales se ubica desde el centro hastael sureste del país.

En esta área también se encuentra uno de losocho puntos más ricos en basaltos del mundo:la Faja Volcánica Transversal Mexicana. Estaenorme franja de rocas ígneas, que cruza el paísdesde el Océano Pacífico hasta el Golfo de Mé-xico, tiene unos mil kilómetros de longitud yuna amplitud irregular de entre 80 y 230 kiló-metros. Está dividida en tres secciones: occi-dental, central y oriental. Científicos nacionalese internacionales la han estudiado a fondo y hanclasificado los diferentes basaltos que contiene,así como su origen.

En Islandia, isla del norte de Europa consti-tuida principalmente por basaltos, se ha logradoinyectar el dióxido de carbono en estas rocas yconvertirlas en rocas calizas.

En efecto, después de más 15 años de inves-tigación, y como parte del proyecto Carbfix—programa piloto académico-industrial-multi-nacional en el que participan Estados Unidos,Francia e Islandia—, se inyectaron cerca de 200toneladas de dióxido de carbono y otras impu-rezas en una zona cercana a la planta geotér-mica de Hellisheidi y, en menos de dos años,95% de este gas reaccionó con los basaltos y seconvirtió en rocas calizas.

“Simplificado, el proceso consiste en disolverel dióxido de carbono en agua. Ésta se vuelveácida y luego se inyecta en el subsuelo, dondereacciona con los basaltos, que de rocas ígneas

se transforman en rocas calizas (sedimenta-rias)”, explica Gómora Figueroa.

En este sentido es relevante conocer la fac-tibilidad y capacidad de los basaltos mexicanospara llevar a cabo su transformación como mé-todo de almacenamiento permanente de dió-xido de carbono. Con ese fin, la investigadorauniversitaria estudia la composición geoquími-ca y las propiedades de algunos basaltos super-ficiales, y su interacción con el dióxido de car-bono en agua.

Proceso de mineralizaciónLos basaltos son rocas ígneas y su formación sedebe al enfriamiento del magma expulsado porlos volcanes. Los basaltos poseen un alto con-tenido de hierro, calcio y magnesio, y un bajocontenido de silicio, en comparación con otrasrocas ígneas.

“Los basaltos que presentan la mayor cantidadde hierro, calcio y magnesio, y la menor cantidadde silicio podrían ser los mejores candidatos, almenos químicamente, para reaccionar con eldióxido de carbono”, dice Gómora Figueroa.

Para realizar el proceso de mineralización, losbasaltos se colocan en agua con burbujeo cons-tante de dióxido de carbono. Si hay reacción esposible determinar, por métodos químicos, lacantidad de metales liberados. El proceso es len-to, ya que se trabaja en condiciones de presióncercanas a la atmosférica.

El siguiente paso es efectuar el mismo procesoen el laboratorio, empleando celdas de presio-nes y temperaturas elevadas. Los basaltos, elagua y el dióxido de carbono se presurizan y ca-lientan en las celdas selladas. Días después seanaliza qué tanto se transformaron las rocas.

“A mis colaboradores y a mí nos interesa queel dióxido de carbono diluido en agua no se que-de en la superficie y pueda viajar a través de los

poros y fracturas de los basaltos subterráneos.De ahí que sea clave contar con muestras de ba-saltos colectadas a cierta profundidad”, indica lainvestigadora de la UNAM.

Pero precisamente éste es uno de los princi-pales obstáculos: falta información de la can-tidad, las propiedades y el comportamiento delos basaltos en el subsuelo mexicano. La indus-tria petrolera (Petróleos Mexicanos), la que ge-nera energía geotérmica (Comisión Federal deElectricidad) y la Comisión Nacional del Aguano cuentan con una base de datos disponibleque permita analizar las propiedades de los ba-saltos en el subsuelo del país.

“En caso de que a nivel experimental se puedainyectar dióxido de carbono en basaltos de Mé-xico, será necesario contar con patrocinadorespara explorar el potencial del subsuelo y deter-minar las zonas potenciales más prometedoras(deben estar cerca de una fuente que genere di-cho gas). Adicionalmente se requiere la parti-cipación de otras disciplinas y el apoyo del go-bierno federal para completar el proyecto conun estudio comercial, social y legal, haciendopartícipes a las comunidades cercanas a los po-sibles puntos de inyección”, comenta Ana Pau-lina Gómora Figueroa.

De acuerdo con la investigadora, una socie-dad informada del proceso de almacenamientode dióxido de carbono, así como de sus conse-cuencias y beneficios a la sociedad, puede teneruna mayor aceptación de la cadena de la tec-nología de captura, uso y almacenamiento dedióxido de carbono (CCUS, por sus siglas en in-glés), lo cual contribuiría al éxito de este tipo deproyec to s.

Actualmente, diferentes países desarrollanproyectos de CCUS para reducir las emisionesde dióxido de carbono a la atmósfera y así me-jorar el medio ambiente. b

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RUZ

“Simplificado, el proceso consisteen disolver el dióxido de carbonoen agua. Ésta se vuelve ácida yluego se inyecta en el subsuelo,donde reacciona con los basaltos,que de rocas ígneas setransforman en rocas calizas(sedimentar ias)”

ANA PAULINA GÓMORA FIGUEROAInvestigadora del Departamento de IngenieríaPetrolera de la Facultad de Ingeniería de la UNAM

E S P E

C I A L

En la atmósfera de la Ciudad de México hay constantemente niveles muy altos de este gas.

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