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F O N S y' A» VILADOT
HABLAMOS, ha pocas sema- único que de él podemos decir, ñas, de clasismo. Y dijimos Y no pasemos de ahí. Porque naque la concepción nos sabe cer del pico, del martillo o de la
a texto polvoriento de economía hoz un emblema de pureza idea-política, a pesadas disquisiciones de Herr Marx y Herr Engels: todo ello absurdo, indigesto, pedantesco.
Vaya'mos hoy a otro clasismo, menos académico y quizás por eso más difundido: aquel que, sin tener clara conciencia de lo que debe al pontífice de «El Capital» y a sus áridas teorías, ha hecho de la clase un blasón de nobleza y un escudo heráldico. Clasismo éste que se proclama antimarxista, pero que ha nacido a la sombra de la barba de Marx.
Y hagamos todavía otra discriminación: separando, por un lado, el orgullo de casta y ascendencia caro a las matronas de seis apellidos y ocho títulos, y, por otro, el orgullo proletario a ultranza, para quien el blasón nobiliario crece en proporción directa al número de callos que decora la palma de la mano.
Uno y otro clasismo—de apell idos y de cal los -son tan absurdos y ridículos. Para el primero, el hombre es ecuación que se resuelve apelando al árbol genealógico y a la renta fi ja que ha heredado. Para el segundo, la dignidad humana reside únicamente en los años de privación que se hayan vivido, y en la familiaridad con la fatiga física, con el pico, la pala y la hoz.
Dejemos de lado el clasismo de las rancias damas que exhiben las hazañas de un bisabuelo como propio blasón. Su estupidez hace obvio el comentario. Y ocupémonos del difundido orgullo proletario orgullo profesional, g r e m i a l - , para el cual el hecho de no haber experimentado nunca hambre es el pecado máximo en que el hombre pueda incurrir.
¿Aristocracia del callo y la miseria? Algo de eso hay. Y nos entristece, en verdad, justamente porque respetamos el callo y respetamos la miseria, pero resistiéndonos a convertirlos en motivos de culto. Respeto, sólo eso. Y no adoración grotesca, ni vano intento de exigir al revolucionario un aprendizaje del hambre y del pico como exclusivo diploma de idealismo y voluntad de lucha.
No hagamos del problema social un problema estrecho. No obliguemos a muchos idealistas, a quienes la pobreza ha sido extraña, a repetir la frase que un autor teatral ponía recientemen-en boca de su héroe: «¿No me será nunca perdonada mi infancia sin hambre?» Porque el hambre* no es, no puede ser certif icado de firmeza revolucionaria; como tampoco es, un escudo nobil iario, certificado de honradez ni hombría.
El trabajo manual es tan digno como cualquier otro: tal es lo
lista, supondría idéntica aberración que erigir un árbol genealógico en suprema medida de nobleza. Y la nobleza no está allí: ni en la ascendencia del hombre, ni en sus manos callosas, ni en sus títulos, ni en sus años de hambre. Está en su lucha, en lo que sabe y quiere dar de sí.
Todo clasismo — lo dijimos hace unas semanas y lo repetimos hoy — es un mito sin. alma y sin nervios. Para el revolucionario no hay divisorias ficticias. Oe ahí que, cuando un joven viene a nuestro campo sin haber sido impulsado por el hambre, atraído solamente por la belleza del ideal, digamos de él aquello que escribió un día Charles Peguy, en su época socialista: «C'est un morceau de Révolution Socia-le...»
RUTA
ótjQcunu& de \a
ROUTE, h e b d ó m a d a ! r e de La (Jt.dt.Q^- en Cizañee
Ano V I I I • J u e v e s
Precio 1 5 francos l O d e E n e r o d e
N° 3 2 8 1 9 5 2
(¡ticeoci&n. paca la Carreápandencia.-A d m i n i s t r a c i ó n R e d a c c i ó n M. Bot icar io - 4 , r u é Belfort, Toulouse - R- Mejías Peña
G'aia g-izoi (únicamente): Rtible CBenaige* C . C . P o s t a l N- 1 3 2 8 - 7 9 T o u l o u s e (H»e-Gne)
PRECIO DE LAS SUSCRIPCIONES:
3 meses: 195 frs. 6 meses: 390 frs. 1 año: 780 frs.
Los MONÁRQUICOS INSULTAN A FRANCO
LLAMÁNDOLE REPUBLICANO Tenemos a la vista un ejemplar
de <(La Víspera» (número 8, noviembre de 1951), periódico monárquico que aparece en España clandestinamente — aunque, como es bien sabido, tal clandestinidad esté lejos de representar un peligro muy grave para sus redactores: a oposición cortés, represión cortés... ¡Y vaya si lo saben los monárquicos!
Pero cortemos las disgresiones. El caso es que, en el editorial de
OS&Sdt
O AUTC c e re
T OMO la pluma indignado. Razones me sobran, y sobran a la humanidad entera, para poner el grito u el cielo, y para decirles a los representan tes del Vaticano qué concepto merecen a las gentes sensatas las estú
pidas y odiosas acciones que aquéllos llevan a cabo.
Imaginad, amigos lectores, que hace costumbres instauradas por la triste y tan sólo un par de semanas, la «Santa Madre Iglesia s. creyó en el deber
Quan (J)¿ntud& de resucitar las viejas prácticas de 1 Inquisición para someter a tormento a un curioso personaje que, por lo visto, quitaba realce y esplendor a ciertas
UNA BUENA NUEVA
Por, fin hoy, hablando de experimentos atómicos, no tenemos necesidad de referirnos a las explosiones en el polígono de Nevada, ni a una nueva bomba, ni a un arma de último modelo. Se trata esta vez de un experimento en el que, por primera vez, la energía eléctrica ha sido producida por energía atómica.
Así lo ha comunicado la comisión americana de investigacióntt nucleares, precisando que fueron producidos 100 kilowatts de energía, los cuales sirvieran pura suministrar luz a la estación de ensayos de Arcq, en el Estado de Idaho.
En bueno hora. Porque, a fuerza de explosiones, habíamos olvidado ya que la energía atómica puede servir para va- j p r < , t e n d o e s p rotest; r ooofa ñas cosas, y no solamente para ofrecer \ s e o s q u e h a n q u e r i d o preserv una muerte perfecta.
A Canallas de alta esfera pesar de que somos ya muchos los que estamos al cabo de la calle en
lo que se refiere a las enormes monstruosidades que el Estado y el capitalismo cometen en nombre de la economía, no podemos por menos
que sublevamos en ciertas ocasiones ante ellas y hacer oír nuestra enérgica protesta.
Vayamos al grano. Los capitostes r> r*> A T I A Q franquistas, que durante un montón de I — M O años se han justificado delante del país bastardos y las ganancias ilegales de je. con la excusa de que la miseria era rarcas y allegados, consecuencia de la «barbarie roja», de- Extractamos de una declaración de jan hoy asomar las orejas de lobo por los ministerios de Agricultura y C> >ie.--encima de la piel de cordero; y vamos ció, refiriéndose a la abundantísima co
secha de patatas: «Si el gobierno bloquea en los puntos de producción esta abundante cosecha y la inmoviliza para el consumo interior, es evidente que una buena parte de la patata de primera y segunda estación y la tardía alcanzarían precios Ínfimos.
A ello contribuiría no solamente lo (Pasa a la página 3.
a demostrar, por medio de sus propias manifestaciones, la realidad que quieren ocultar.
Para mayor comprensión conviene aclarar que el problema que hoy os ocupa tiene dos facetas: la que de muestra ia incapacidad administrativa y distributiva del sistema franquista, y
[ue intenta justificar los nti,"enes
célebre dinastía que tiene hoy su má xima expresión en el fanatismo o en la osadía de Pío XII.
La escena que tanta indignación me ha producido se desarrolló en la puerta de una iglesia. Allí se congregaron hasta doscientos cincuenta niños que dócilmente, como en las escuelas clericales, escucharon la arenga grotesca
I y virulenta de un aprendiz de -sacrís-I tía, convertido, para aquella circuns-1 tancia, en «Gran Inquisidor». Ll pro-I metedor mozalbete recitó su bien apren
dida lección, «demostrando» que el acusado era un monstruo, un ser incapaz de cumplir n ;ngún cometido en este mundo; una caricatura del pubre-cito y atribulado San Nicolás, y un ser indigno, en fin, de ocupar la plaza que ocupa en la mayoría de los hogares de no pocos países. Se trataba, c'aro está, de «Papá Noel», súbitamente caído en desgracia ante el dictador blanco.
Los niños, víctimas inocentes v vei-daderas de aquella grotesca mascirtda, ayudados por el tribuno-papagayo aceptaron condenar al acusado, felizmente hecho de tela, paja y algodón, y no de carne y hueso. Y el «Papá Noel» ardió por hereje... con el beneplácito inconsciente y dirigido de unas vocecitas infantiles que quizás unas horas antes cantaban alegremente: «Petit Papá Noel, (/twml tu desondra» da ciei...»
Pero, llegados aquí, quizás sea necesario decir que no es propósito mío hacer una defensa de un estúpido mito creado en el siglo XV, sino que lo que
los fsri-r su mi
to propio recurriendo a un simulacro de los procedimientos del odioso Tor-quemada.
Y es que, si la figura de «Papá Noel» es desechable por falsa y contraproducente, lo es también la de ¡os -Reyes Magos», y la del «Pesebre», por idénticas razones.
Los prestidigitadores üe la Iglesia bien podían haber evitado a los niños ese simulacro criminal. Pero no lo han hecho porque de lo que se trata es de robustecer la idea de Dios, asentada ésta, sobre una base de mitos más absurdos y de peores consecuencií's que el que han pretendido con-if-nar.
Esos doscientos cincuenta niños, que han sufrido la presión de cien embustes y que han condenado a un muñeco de paja, quizás un día se subleven contra sus inductores. Porque a loa niños, por lo menos a ellos, debe ha-cérceles gracia de toda inducción al odio. ¿O es que la Iglesia no tiene bastante con envenenar a los íombres?
Lo acaecido en la puerta de esa iglesia, el simulacro de condena y muerte de un ser, son cosas que repugnan y que no pueden por menos que acrecentar nuestro despreco hacia los autores del envenenamiento de una infancia que no es responsable, ni podrá serlo jamás, de ninguno de los mitos que la rodean y le abren el penoso camino de la simulación, de la mentira y hasta del crimen.
la aludida publicación, los perfumados guerrilleros de la monarquía dirigen a Franco varias acusaciones más o menos vehementes. Hasta ahi tedo va bien: un periódico clandestino, al fln de cuentas, debe justificar su condición de tal. Pero lo que no resulta ya tan bien — al menos, para los que se' empeñan en creer en los sentimientos democráticos que animan a los émulos de don Juan — es que tales acusaciones tengan un origen tan anti-republi-cano como el del régimen fascista.
Cedamos la palabra a los mismos monárquicos: «Y en fin, nadie sabe, a ciencia cierta, donde está la linea divisoria entre la República, de tan amargo recuerdo para la Patria, y el ficticio reino proclamado, que no tiene de tal otra cosa que el deslumbrador boato quincallero de una Corte que no existe, y el falso brillo de una Corona que no tiene Rey que la sustente y dignifique...» Y esta parrafada, luego de haberse referido a la derrota antifascista de 1939 como «...el triunfo resonante y definitivo que alcanzaron sobre la potencia demoledora y disolvente de las fuerza-; del mal, los sagrados y eter
nos ideales que la monarquía encarnó...»
Y bien, ya estamos al cabo de la calle. Franco nos resulta, según la real lógica de los monárquicos, un vulgar republicanillo vergonzante: no hay linea divisoria entre su régimen y el da la Constitución abrileña... Como consecuencia, pues, las fuerzas del mal — conocidas también con el nombre de antifascismo —, no tienen otro remedio que purgar el pecado de haberse defendido en julio de 1936...
Todo esto — y tal vez sea ocioso consignarlo — no nos dice nada nuevo sobre los sentimientos monárquicos. Hasta un niño de pecho conoce «la devoción democrática» de don Juan y sus versallescos hijos. Pero como da la coincidencia de que muchos hombres con canas ses niegan a saber lo que saben los niños de pecho, vale la pena dedicar tiempo y espacio a las elucubraciones de «La Víspera». De las que se desprende que una cabeza coronar!-—o con deseos de serlo — es siempre extraña a los plebeyos prejuicios de soberanía popular...
(Está bien claro? Para nosotros, al menos, si. Y también para los niños de pecho.
V S / V W ^ W W W W W M W V » CAPRICHOS Sobre los derechos del hombre C ITO, aunque no textualmente y si con añadiduras.
«Habréis visto—como cualquier mortal ha visto—escenas como ésta: . las manos primorosas de una doncella, tijeras en ristre, cortar por el
esbelto valle flores delicadas de sus capullos recién salidas. Y luego introducirlas, con cierta mezcolanza que se jacta de estética, dentro del búcaro chino para prolongar su existencia. Y agónicas, presidir fiestas, bodas, bautizos, banquetes, conmemoraciones y cortejos fúnebres.
La losa común, el carro de la basura; tal es el buen capricho del hombre.
Pues bi.-n, para mí esto es un sim-
El hombre ¿verdad?
¿Qué destino merecen y flores?
estaba en su den
tienen estas
¡•'.I tribunal de Sofía ha pronunciado su 1 credielo en el proceso al grupo de
^les americanos, ingleses y turcas . reconocidos culpables de espionaje en el territorio búlgaro. Ha habido cuatro condenas a muerte; y a otros seis acusados se les lian aplicado penas de prisión que van desde seis a veinte años de trabajos forzados.
Como de costumbre, los diez espías declararon unánimemente su culpabilidad, repitiendo de continuo sus gritos de «Mea culpa>. Ya es sabido que esta • o 1recta conducta de los delincuentes po_ '¡ticos es tradicional en Rusia y sus satélites.
Aunipie. por nuestra parte, preferimos •ilustras corrompidas tlclineuen\s de Occidente, que proclaman vu inocencia. Cuestión de gustos...
- r>—
Casi al mismo tiempo que Charles Sawycr, secretario norteamericano del Comercio, declaraba que el ciudadano estadounidense medio disponía de más-dinero que nunca, Sporichev, ministro soviético de Industria ligera, anunciaba que hs ruso» no han ido jamás mejor vestidos 1/ calzados que en la actualidad.
En resumen, que esta vida es un paraíso. Los étnicos que n piensan lo mismo son los ciudadanos americanos que tienen la osadía de ser negros, y los ciudadanos soviéticos que tienen ia osadía de no amar al venerado Stalin.
...Aunque unos y otros, naturalmente, han perdido el derecho a opinar.
* Según afirma el gobierno de Madrid,
la VI flota americana ha sido autorizada a efectuar una visita de cortesía por los puertos españoles del Mediterráneo.
Si la cortesía es virtud de la civilización, dan ganas casi de volver a las poé-
I ticas cavernas.
por Plácido BRAVO bolo explícito del sadismo humano. Echad una ojeada en el jardín devastado y comprenderéis mi sentencia.
Sólo sé deciros que en banquetes de tal suerte no puedo probar bocado, pensando en su martirologio, que con algazara los convidados celebran.
Y siguiendo la fúnebre comitiva olvido al muerto y lloro silenciosamente las cosas agonizantes, forzadas ellas, todo perfume, a respirar las fétidas emanaciones del descompuesto cadáver; a rezarse, ellas tan delicadas, con el crespón grasiento y negro.
Habréis visto—se ve corrient mente— indiferentes, flores en macetas o '¡estos vegetando difícilmente, perdiendo su natural lozanía, retorciéndose con angustia sus raíces prisioneras. Y luego adornar altares, ponerse lívidas en la penumbra de la nave catedralicia, asfixiarse con el tufo de cera e ;n:tenso.
La degollina florestal para e.elebrai la procesión de Corpus con pompa, a la que proceden ciertos pueblos de ia península, me recuerda la de Herodes. Inocencia de los niños y de las flores.»
El prólogo de la primera lección de derecho dada por este raro profesor, tuvo la virtud de originar la hilaridad general entre los alumnos.
Entonces, pasada la tormenta de car-
(Pasa a la página 3.)
El desprecio DEL INDIVIDUO
E N las conversaciones de Pan^Mun-Yom, el problema de los prisioneros de guerra presenta caracteres de verdadera tragedia. Después de -un pugilato que ha durado varios días, ambas partes habían accedido a presentar las
listas conteniendo los nombres de los combatientes oficialmente capturados. Mas, al hacer el recuento, caen en la cuenta de que las cantidades señaladas por una parte no corresponden a las cifras que la parte adversa consideraba como el total de hombres en poder del enemigo. Particularmente los aliados acusan a los sino-coreanos de no hacer figurar en sus listas cincuenta mil prisioneros sud-coreanos y más de mil prisioneros americanos que—según los primeros—cayeron en manos de los comunistas cuando se perdió por primera vez Seúl.
Los sino-coreanos responden que los prisioneros de Corea del Sur fueron puestos en libertad y que la mayoría se enrolaron por su propia voluntad en el ejército nordista. En cuanto a los prisioneros americanos, alegan que la mayor parte han sido víctimas de los bombardeos de su propia aviación o han perecido por no haber podido soportar los rigores del clima de Corea. El resto se ha evadido de los campos der prisioneros y suponen que han llegado a las líneas de las Naciones Unidas. Por su parte, los comunistas han pedido que sean puestos en libertad ios prisioneros civiles—unos treinta y siete mil—-que se encuentran en los campos de Corea del Sur.
Naturalmente, estos prisioneros no figuran en las lisias presentadas por los aliados. Según éstos, la suerte) de estos hombres depende del gobierno sudi-coreano y del alto mando de O.N.U., quienes procederán a su liberación progresiva. Conociendo el anticomunismo rabioso de los dirigentes sud-coreanos y de los generales americanos, es de suponer que la liberación progresiva puede significar para muchos hombres 'largos años de internamiento o de prisión. A menos que los sino-coreanos no estén dispuestos a abandonar a estos hombres que han abrazado su causa en Corea del Sw. Ellos tienen también en sus manos recursos que pueden hace* valer. Entre sus prisioneros civiles, figuran veinte miembros de la Asamblea nacional sud-coreana y otros partidarios del go-biemo de Syngman Rhee.
No ha de pasar mucho tiempo para que sepamos cuál va a ser la suerte de los miles de hombres que en los combates de Corea han caído en poder de uno u otro bando. Por humanidad, se tiene que desear que todos ellos sean puestos en libertad lo más pronto posible y que todos vudivan a sus hogares.
No obstante, no podemos resistir a la tentación de comentar más extensamente unos hechos que ilustran a que bajo nivel han descendido moralmente los hombres—no iodos, por fortuna—para que la vida y la libertad de sus semejantes tengan tan poco aprecio. En realidad, esas discusiones de Pan-Mun-Yom, en la que unos y otros se acusan de haber escamoteado infinidad de vidas humanas, no tienen nada de edificante. El hombre con un poco' de sentido común, el nombre no enceguecido por las pasiones políticas o por el odio de clase, debe sentirse asqueado por esa comedia antihumana. Si verdaderamente se desea ia paz, aUado» y comunistas no deben jugar al escondite y andar con regateos: lo primero que deben hacer es abrir de par en par tas puertas de los campos de concentración y de las prisiones.
La desvalorización del individuo representa un retroceso en la ascensión moral de la especie humana. No caemos en la ilusión de situar la Edad de Oro detrás de nosotros. En todas las épocas ha habido tiranos que han asentado \u autoridad sobre los sufrimientos y la muerte de miles de seres humanos. Pero en nuestro tiempo, la vida de cada hombre debería merecer más respeto. Desgraciadamente, no ocurre asi. Al contrario, los síntomas de ese desprecio por el individuo cada día son más inquietantes. La maldad de un déspota podía ser en tiempos pretéritos un mal episódico; la iniquidad de ahora se está convirtiendo en un mal colectivo y permanente.
Si no hubiera otras razones para justificar nuestra lucha por un mundo mejor, el desprecio del hombre sería motivo suficiente para combatir a la sociedad capitalista y estatal.
C. PARRA.
EN LA ALEMANIA SOVIÉTICA B L gobierno nos ayuda; nosotros ayudamos al gobierno»: tal es la con
signa oficial de la F.D.J. (Juventud alemana libre), organización juvenil de la Alemania del Este. Y verdaderamente, si de algo puede
estarse seguro, es de la realidad que encierra la segunda afirmación: la FDJ. ha nacido y se desarrolla con el único objeto de servir al gobierno del país.
¿Hará falta decir que no existe otra organización juvenil—legal, al menos— en la Alemania soviética? La F.D.J. cuenta con tres millones de adherentes y, teóricamente, no depende de los partidos políticos; decimos teóricamente,
ríaí de la población es hostil al gobierno. Pero esta oposición latente no les inquieta mucho. Lo que les inquieta es la existencia de «incontrolados»; porque el incontrolado es un peso muerto político, sobre el que no
porque la realidad es que un ochenta influyen la propaganda ni la educación por ciento de los jefes de ese moví- ideológica. De ahí que la organización miento son miembros del S.E.D. (Par- sea para ellos el principio indispensa-tido socialista unitario), así como todos ble de una penetración política en las los afiliados jóvenes de este último es- masas. tan inscriptos en la F.D.J. En consecuencia, la F.D.J. tiene
Los objetivos de este movimiento como objetivo agrupar todos los jóve-oficial de la juventud son fáciles de nes alemanes, con el objeto de incul-
xplicar. Los comunistas no son tan ingenuos como p ara pensar que los diez y nueve millones de alemanes que soportan su régimen, van a ser seducidos por el marxismo del día a la noche. Saben, incluso, pese a sus declaraciones públicas, que la gran mayo-
en di-
¡ D i IIIIBüü! INCONVENIENTES DE UNA TÁCTICA
En una reunión del gabinete, el Estado de Israel , se discuten versas soluciones a los graves problemas del país. Uno de los ministro.» prepone entonces:
—¡Declaremos la guerra a EE.UU.! —¿Está usted lceo?—le responden
sus colegas— Esa seria una verdadera imbecilidad.
—Nada de eso. Miren el ejemplo de Alemania: declaró la guerra, a, EE.UU., y hoy es uno de los países que recibe más ayuda. Lo mismo pa
sa con el Japón: enemigo antes , y hoy discípulo agasajado. Italia, ídem: emprésti tos, suministro de material . . . en fln, que la guerra a América es un negocio.
Los ministros, convencidos por estas razones, deciden poner en práctica la sugerencia. Y al levantarse la sesión, cuando se va a comunicar ya a los periodistas la declaración de guerra, un ministro se golpea de pronto la frente y exclama apresuradamente:
—¡Un momento! Hay una dificultad que no hemos previsto: ¿Y si llegamos a ganar la guerra?. . .
caries las reglas y normas caras al sta-linismo. Y la verdad es que resulta muy difícil, para un adolescente, escapar de sus redes, ya que casi todas las iniciatíVas sociales, cultúralas, sanitarias, deportivas, están en manos de la organización oficial. Hasta para jugar al fútbol es necesario pertenecer a la F.D.J.; e idéntico requisito hace falta para permitirse un mes de vacaciones gratuitas al borde del mar, o para colaborar en una publicación estudiantil.
La F.D.J., por otra parte, suministra al gobierno mano de obra gratuita y disciplinada. Brigadas de trabajo—«voluntarias», según se afirma en la prensa—, concursos de emulación que nada tienen que envidiar al staja-novismo y jornadas extraordinarias que se imponen a los afiliados sin permitírseles el derecho a la negativa. Todo ello en medio de una propaganda que derrocha millones de marcos, destinada a forjar una generación disciplinada y digna sucesora de la juventud hitle-risfa.
Esa es, en resumen, la triste situación de los jóvenes en la zona oriental de Alemania.
C L.
R U T A P A g . 2
R¥ 1 E¥
"Alicia en el País de las maravillas" y algunas palabras sobre su aufor
L A peor de las mediocridades, es la solutas y definitivas, donde su vida está
mediocridad satisfecha, que se regulada cL' antemano, sometida a un complace en aplastar todo lo que ritmo monótono,
la depasa. Es la mediocridad del ten- Quiere ir hacia el país que su imagi-dero bonachón y estúpidamente senti- nación fecunda le hace entrever, y que mental...
No es, la suya, una acción irruptiva. Es lenta. No aplasta con violencia; lo hunde todo con la sonrisa dulzona de su realismo de trastienda.
A esta categoría de mediocridades.
ella puebla con los recursos ríe su mente, con las imágenes convencionales de su espíritu en formación... ¿No es traicionar a esta chiquilla curiosa e inquieta, el achacarle el grado de perversidad que nos traducen las imágenes
pertenece—en el universo cinematográ- d e a " D i s n e v ? -fico—el popular Walt Disney... No> é s t e n o e s e l « P a * de Maravi-
Las enormes posibilidades de los di- , las>> 9 u e A h c i a qu'ere... Ningún chi-bujos animados, aquello que entrevi- 9 u l l l ° normal—y Lewis Caroll lo sanios en «Fantasía», no ha pasado de ser uno de esos destellos que se encuentran, a veces, hasta en los peores artistas.
Walt Disney no ha sabido salirse de la estupidez de la fábula, con o sin pretensiones moralistas.
Pero era «amable», se dejaba ver, y
bía—puede complacerse en lo horrible. Ningún chiquillo ni ningún otro ser a quien la poltronería no ha mutilado el espíritu.
La complacencia en lo deforme, en el horror de la maldad alambicada, más que consciente, está en el fondo del espíritu de Walt Disney ¡Cuan le-
el público no le pedía más, como en ) o s de la tremenda diatriba que encie genera! no pide más, al cine, que una r r a n los horrores de Buñuel!.. historia amable... Pero esta vez ha ido demasiado lejos para que podamos silenciarlo.
En «Alicia en el País de las Maravi-
«Alicia en el País de las Maravillas» es un atentado a la imaginación, a toda fuerza creadora. Un espantajo para que los espíritus no intenten salir
lias», no se conforma con no aportar del infierno de la mediocridad, nada nuevo; se ataca directamente a Lf l complacencia del público ha perla manifestación humana por excelen- mitido a Walt Disney infectar las pand a : la imaginación. Y nos da de ella ta"as con la ramplonería de sus his-una imagen monstruosa. torietas digestivas. Hasta el punte de
No se trata de puro onirismo, sino que la gente se pregunta ya si no hade una voluntad consciente de maravi- brá que echarle en alto. Este úitimo lioso. De un impulso poético. füm, estamos seguros de que aclara un
Alicia quiere abandonar el mundo poco la incógnita, banal y estúpido de la historia aburri- En tal caso, estemos seguros de que da, de los señorones engorrosos, el no faltarán buenos artistas, capaces de mundo de las hermanas tiránicas, de dar libre curso a la imaginación, y de los gatos con los que no se puede ha- crear auténtica poesía cinemUogiá-blar; el mundo en el que todo trans- fica. cune según unas leyes mecánicas ab- '• T.
SANEAMIENTO ETICO dentro de la estética teatral
E n l a s ú l t i m a s s e m a n a s ( n ú m e r o s 325, 326 y 327 d e R U T A ) h e m o s d a d o c a b i d a a l d e s a r r o l l o d e u n a p o l é m i c a e n t r e los c o m p a ñ e r o s A L B A N O K O S E L L y L U I S Z U R E A R A N , e n t o r n o a l a m i s ión ,y o b j e t i v o s d e l t e a t r o . H a b i é n d o n o s l l e g a d o a h o r a u n a r t i c u l o d e J . C A L V O , e n el q u e se a b o r d a p a r e c i d o t e m a — r e b a t i é n d o s e a r g u m e n t o s d e u n o de los p o l e m i s t a s — , h e m o s c r e í d o n e c e s a r i o d a r l o a c o n o c e r a n u e s t r o s l e c t o r e s , a m p l i a n d o a s i lo q u e h a s t a a h o r a fué u n d i á l o g o e n t r e d o s i n t e r l o c u t o r e s . P r o s i g a e n b u e n a h o r a l a d i s c u s i ó n - - c o r d i a l s i e m p r e , c o m o s e g u r a m e n t e h a d e se r lo—, y l ó g r e s e el f u n d a m e n t a l o b j e t i v o d e t o d a p o l é m i c a : o f r ece r a c a d a l e c t o r u n a i n c ó g n i t a y v a r i a s s o l u c i o n e s , p a r a q u e c a d a u n o — e n i n t i m o d i a l o g o — e s c o j a u n a d e e l l a s o d e s c u b r a l a p r o p i a .
L A R E D A C C I Ó N .
E L Teatro tiene una misión emo- la moraleja común a las directrices hiles, muy pulidas—apuñalan nuestro cional y recreativa—Artística—y apuntadas, situada la obra en su tiem- espíritu en alguna de sus fibras sensi-otra ambiental y didáctica—mora- po y en su ambiente, resaltan aquellas bles.
lizadora. c o n tanta precisión como en las obras A diferencia de las Artes plásticas, del Teatro contemporáneo,
que solo despiertan en nosotros el sen- Por ello seria erróneo que, sugestio-
Admiro el Arte en cualquiera de sus manifestaciones, ya se trate del Cristo de Saltillo, de «Da Maja Desnuda» de
timiento de la Belleza, el Teatro ambi- nados por la Belleza expositiva de Goya o de «La Concepción» de Mu rulo. Pero de ahi a que esas venera-ciona, además, conmovernos con la ciertas obras—o por los caracteres tra
idea de la Bondad. (Algo parecido a zados de mano maestra—, cerrásemos bl** figuras—venerables por el Arte lo que ocurre con la literatura respecto a la poesía.) Acaso sea excepción el Teatro lírico y el género revistable,
P o r J . C A L V O los oíos al puñal oculto en ellas, caque por lo general suele sacrificar par- J i • i i_u V i 4^* i „ . i , • j i paz de herir algo muy intimo en nues-cial o totalmente la moraleía de la { ° ' t- .. i . . . . .' , tras conviccionea. ficción a Ja estética pura y simple. ,c , . _ „ , .. v ' r (Sucede en esto como en los «ílus-
Por ello nos ocuparemos exclusiva- trados» que generalmente se ofrecen a mente del Teatro hablado, o sea de la l ^ B m í ^ _ _ y perdóneseme la compara-doble misión insoslayable, dejando c ión—que, a pesar del bello colorido aparte igualmente las obras mediocres o los «engendros» latosos y cursis, que no consiguen interesarnos a pesar del nobilísimo empeño puesto por sus
u otras, tomen forma corporal en la escena y nos lleven de la mano por caminos de frivolidad mundana o misticismo religioso..., ¡vaya, que no «trago!» Y menos todavía con que sean aficionados libertarios los que se caractericen de curas, frailes, caciques, marqueses, monjas, señoronas o simple mente obreros y obreras, como no sea con le finalidad instructiva—además
y dibujos, merecen, en su mayoría, un d e a r t í s t i c a _ _ d e f u s t i p r e j u i c i o s a t a . piadoso auto de fe.) v i c o s y e x a ) t a r v j r t u d e s p o p u l a r e s .
Les grandes maestros: VELí lZt jUEZ
autores, aunque alguna vez sean simpatizantes o afines nuestros.
Y vayamos al asunto. Toda ficción escenificada, como
todo argumento literario, se desarrolla
n u d o t y S d S L . í p ^ a S q u e e T S Í o £ 2 = * * teatral sea valorizada por el espectador, ha de llenar cumplidamente la doble misión artística y moralizadora
piadoso auto de fe.) Podemos perdonarle al Teatro clá
sico—y lo hacemos de muy buen grado— una moraleja filosófica, social o religiosa, discordante con nuestras inclinaciones, en gracia a la Belleza del conjunto y, sobre todo, porque esos viejos conceptos han sido definitivamente
lo mismo con el Teatro contemporáneo,
ambiente
No es obligada la arenga revolucionaria en nuestra escena, pero rechazo en absoluto la lección de «moral al uso» que con demasiada frecuencia nos dan los Grupos teatrales integrados por libertarios.
Nuestro estetismo es ¡no tanto!...
DIEGO Rodríguez de Silva y Veláz- Pacheco al referirse al de Velázqiwz,
quez nació en Sevilla, en la calle de !/ hasta el no asociarle en parte a su Gorgoja. Poco o nada se sabe de su glorie/, pijes la humanidad ha de agra-
prinura infancia, aunque es verosímil decerle el Iiaber comprendido a su gran la hipótesis de que siguiera algún curso discípulo, ti de haber fomentad," su de humanidades. Lo que de fijo es sa- inclinación y contribuido grandemente bido es que, notándeie sus padres mar- al desarrollo de sus facultades, sin ¡rucada afición y facilidades para la pin- posición de gustos ni doctrinas, antes tura, le hicieron entrar en el taller de Por el contrario, dejándole Ubre runda Francisco de Herrera, el Viejo, tan fa- para estudiar valientemente la natura-moso por su arte como por su mal ge- '<?za y compenetrarse con ella, mien-nio. Esta condición, que se reflejaba tras «» « maestro, trabajaba influyen la atormentada y cruda concepción ciado por el refinamiento, lindante en de sus cuadros, era causa de que du- >" exageración, del arte Habano. rasen poco a su lado los discípulos; y Ai llegar Velazquez a los 19 años, cansí remos que, a los catorce años, Ve- $óse con la hija de Pacheco. Marchó lázquez se separaba de él y entraba en w«go a Madrid donde, por encargo de el taller de Francisco Pacheco, otro pin- » suegro, hizo el retrato de GóngOra, tor de la época. l^e está hoM en « pr,ad°- P"" al
Este último, que también era escri- Poco ^mpo regreso a Sevilla por ra-tor, tenía relaciones con lo mejor de zones " " tonto difícil de precisar, aun-su tiempo, como el Greco, Góngora, aue es Permitido suponer que fueran Quevedo —con quien sostuvo polémi- to grandes dificultades que hallara
que recoge situaciones, ambiente e ideas que nos son familiares, para re-
" torcerlas y falsearlas con la finalidad Mas dos funciones es lo que califica de buena la pieza a representar. Por consiguiente, lo Bueno de su trama y desenlace es inseperable de lo Bello de la exposición total de la obra. De ahi
tiene asignada. El equilibrio de esias , j„„ r..__7 „ „ i _ . de servir objetivos decadentes o perni
ciosos? No y no..., al menos no nues-
que toda Pieza teatral tenga un obje tivo preciso: de orden filosófico, o poli-tico, o social, o psicológico, o religioso, o histótTco, etc., envuelto en la más finas galas del Arte. Ninguna obra se sustrae a la influencia bien definida de cualquiera de esos objetivos;
y no..., tros cuadros escénicos, que por algo están constituidos por libertarios.
De ahi la necesidad de preferir y alentar el género social dentro del buen Teatro. Es más, se impone la pauta de que, teniendo a nuestra disposición piezas de indiscutible valor artístico y filosófico—coincidentes en mayor o menor grado con nuestra filosofía—arrinconemos definitivamente las
LA IMPORTANCIA DE Y IY IR
EL ARTE DE TENDERSE EN LA CAMA ^ L filósofo L i n V u t a n g d e b e t a n t o a O r i e n t e c o m o a O c c i d e n t e ; tarse de la cama y a resolver todos los í p n a c i d o e n C h i n a , h i z o s u s e s t u d i o s e n l a s u n i v e r s i d a d e s d e problemas del día antes de limpiarse los ¡3f H a r v a r d y Le ipz ig . S u l i b r o « L a i m p o r t a n c i a d e v iv i r» — dientes.
d e l q u e p r e s e n t a r e m o s v a r i o s f r a g m e n t o s e n n ú m e r o s suce s ivos — es Allí, cómodamente estirado o enco-u n a c u r i o s a m e z c l a d e l a m i l e n a r i a c u l t u r a c h i n a y l a s m o d e r n a s gido, libre de la picante ropa interior de c o r r i e n t e s d e l p e n s a m i e n t o o c c i d e n t a l . E s c e p t i c i s m o , b u r l o n a i r o n í a , lana o la irritación del cinturón o los r o m a n t i c i s m o , r e a l i s m o , i n g e n u i d a d . . . Y e n v u e l t a s e n r o p a j e s t a n tiradores, y de la sofocación de los c o n t r a d i c t o r i o s , v e r d a d e s d e a p u ñ o : a l g u i e n d i j o q u e ese p u ñ o , si cuellos y los duros zapatos de cuero, b i e n d e h i e r r o , t r a e g u a n t e s d e t e r c i o p e l o . cuando los dedos de los pies están
emancipados y han recobrado la libertad Parece que estoy en camino de ser realidad están mucho tiempo tumbados q U e pierden inevitablemente durante el
un filósofo de mercado, pero no lo de día, moral y físicamente, puedo remediar. La filosofía, en gene- ¿Cuál es, pues, el significado de ten-ral, me parece la ciencia de hacer que derse en cama, física y espiritualmente? las cosas sencillas sean difíciles de com- Físicamente, significa retirarse consigo halla libre la cabeza, y s< prender, pero puedo concebir una filo- mismo, cerrarse al mundo exterior, cuan- ¿0 e s t a jjj^-g j a c a D e z a es posible pen sofía que sea ¡a cienc :a de hacer sen- do uno asume la postura física más in- s a r ¿e v e r d a d . En esa cómoda posición cillas las cosas difíciles. A pesar de nom. dicada para el descanso, la paz y la p u e d e discurrir sobre sus aciertos y erro-brea como «materialismo», «humanis- contemplación. Hay cierto modo ade- r e s d e a y e r > y desbrozar lo importante mo», «trascendentalismo», «pluralismo» cuado y lujoso de estar tendido en la ¿e fo t r i v i a ] e n e] p r o g r a m a ¿el día y todos los otros «ismos» muy largos, cama. Confucio, ese gran artista de la t ¡ e n e p o r delante sostengo que esos sistemas no son más vida, «nunca yacía derecho» en la cama profundos que mi propia filosofía. La <.como un cadáver», sino doblado hacia vida, después de todo, está hecha de co-
LIN YUTANG
ni siquiera al Teatro imperecedero de o b r a s 1 u e p u g n » o contradicen nues-Shakespeare, Calderón o Lope, pues t ™ concepciones. aunque hoy nos parezca que alguna de No se trata de rigidez ortodoxa liber-las piezas de los inmortales carecen de taria o revolucionaria, sino más bien
— I de saneamiento ético dentro de la estética necesaria al buen Teatro.
No pretendemos excomulgar a ningún autor, salvo en el caso de que pudieran obtener nuestros más encarnizados enemigos algún beneficio material o moral, a través de representaciones de sus obras. Por lo demás, el índice que pudiéramos condenar és menos extenso de lo que parece. Simplemente rechazaríamos lo que nos contradice o ataca y admitiríamos todo lo demás. Creo que obrando asi, ni Talia ni el Arte se resentirían en absoluto, y en cambio nuestra conciencia de hombres libres se libraría del espectáculo enfadoso de muchas ficciones teatrales que—muy artísticas, muy há-
día, puede pensar la verdadera cabeza de los negocios: porque solamente cuando están libres los dedos de los pies se
que
mer y dormir, de encontrar y decir adiós a los amigos, de reuniones y fiestas de despedida, de lágrimas y risas, de hacerse cortar el cabello una vez cada dos semanas, de regar la flor en una maceta y ver cómo cae desde el techo la del vecimo; y vestir nuestras nociones
Pero para el pensador, el inventor o el hombre de ideas, significa aun más tenderse tranquilamente en la cama durante una hora o dos. Un escritor puede obtener más ideas para sus artículos o su novela en esta posición, que sentándose tercamente ante el escritorio toda la mañana y la tarde. Porque allí, libre
nes trivialidades de la vida cotidiana, ve la vida a través de un cristal o de una cortina, diríamos, y se tiende una aureola de poética fantasía en torno al mundo, al que imparte una mágica belleza.
Toda buena música debe ser escu-
un lado. Creo que uno de los mayores placeres de la vida es enroscar o cruzar las piernas en la cama. En esta postura, cualquier poeta puede escribir poesía inmortal, cualquier filósofo puede revolu- d e l o s llamados telefónicos y de los vi
a estos* simples' fenómenos d« " o n a r el pensamiento humano, y cual- Cantes bien intencionados y las comu la vida con una jerga académica, no es quier hombre de ciencia puede realizar * mas que una treta para ocultar una ex- descubrimientos que hagan época. trema escasez o una extrema vaguedad Es sorprendente ver cuan pocas perso-de ideas por parte de los profesores uní- ñas se hallan advertidas del valor de la versítarios. La filosofía, por lo tanto, ha soledad y la contemplación. El arte de pasado a ser una ciencia por cuyo me- estar tendido en la cama significa algo dio empezamos cada vez más a com- más que el descanso físico después de , x ^ " a ""f1'"
, , i u u J j - j r j chada tendido en la cama. Un pensa-prender cada vez menos lo que somos, haber pasado un día de esfuerzo, y de , , . ... , H
Lo que han conseguido los filósofos es completo aflojamiento de los nervios des- , ° . ' J u e . s "̂ e , e a P r e n < 1 ' r • esto: cuanto más hablan, más confusos pues de que toda la gente que ha en- e S . C U c h a r , d e s d e e l l e c h
x° d c a n t 0 d e , l o s
quedamos. contrado uno, todos los amigos que han p a ) , a r o S f a m e »ece r . No sé como des-o J i _. j j ' L - i . X J I L cnbir estas canciones, salvo con el re-Sorprende ver cuan pocas personas de decir chistes tontos, v todos los her- , . . ,
• . . j i j i i . . J J curso de las notas musicales. Los aorrio-tienen conciencia de la importancia del manos y hermanas que han tratado de , e>"*»'u
arte de tenderse en cama, aunque en corregir el comportamiento de uno y de " ^ p a r e c e n d e s P e r t a r mas tarde que los realidad, a mi juicio, las nueve décimas llevarle al cielo, le han arruinado del ° t r , o s p á ) a r o s ' y s,u?on^° 9 u e l a r a z o n
partes de los descubrimientos más im- todo los nervios. Es todo eso, lo ad- d e b e S e r a ? U e d l ü " u e s t r 0 S r a n P o e t a
portantes del mundo, tanto científicos mito. Pero es algo más. Si se cultiva de- e p l C u r e ° U L l W e n S - L a s o t r a s a v e s t i e " como filosóficos, son realizados cuando bidamente este arte, debe resultar una n e " T e c a n t a r temprano porque siem-cl hombre de ciencia o el filósofo se especie de limpieza mental. p t e * ' e n e n , m i e d o d e l a s a r m a s d e o s
, ,, . j i j . nombres y las pjedras de los niños du-ha la acostado en su cama, a las dos o E n r e a l i d a d , muchos hombres que se r a n t e e ] d í a £los ' " MQ a las cinco de la mañana. vanaglorian de marchar a gran paso por p u e d , n c a n t a r t r a n q u i l o s a n t e s d e
Algunos se acuestan de día y otros la mañana y la tarde, y de tener siem- e s t a j n a g u a n t a b i e especie humana des-se acuestan de noche. Me refiero a la pre ocupados tres teléfonos en el escr!- p i e r t e d e su sueño. Tan pronto como vez a acostarse, a tenderse o tumbarse tono, no alcanzan a comprender que ga. , M h o m b r e s despiertan, los pájaros no física y moralmente, porque los dos as- nar.an el doble s. se dieran una hora de p u e d e n t e r m j n a r t ÜQS SJ c a n t o s
pecios coinciden. He notado que q u e - soledad, despiertos, en la cama, a la P e r Q l o ¡ ¡ i o I V S s i ? p o i q u e _ m 6 s d i . nes convienen conmigo en la creencia de una o aun a las nueve de la mañana. c h o s o s t o d a s , a yJ t o d o s ^ que estar tendido en la cama es uno ¿Qué importa, aunque se quede uno en i, i._.. u • _, , j i x J i J i J ^ u . i j - o w i hombres—no tienen miedo, y por lo de los mas grandes placeres de la vida, cama hasta las diezr Mil veces meior se- ,„„,.„ j i . „ ' r
. , ? , r 4 j , . tanto pueden dormir mas tiempo,
son los hombres honestos, en tanto que ría que se proveyera de una buena caja quienes no creen en la bondad de ten- de cigarrillos sobre la mesita de noche, ha semana próxima ¡ «EL ARTE DEL derse en la cama, son mentirosos, y en y que dedicara mucho tiempo a levan- OCIO».
POESÍA MODERNA
•, Pablo de Céspedes, etc. Es im- Para lu realización de sus designios, posible, pasar en silencio el nombre de P"r " ^ aue ^ ambición de honores y
de riquezas anduviere lejos de ser rasgo de su carácter.
Mas al poco tiempo, en 1623, hubo de volver a Madrid, ya que fué llamado por orden del Duque de Olivares. En este viaje le acompañó Pacheco, lo que no fué en balde, pues le indujo a pintar un retrato de Don Juan de Fon-seca, obra que fué llevada a Palacio apenas terminada, por un individuo de la alta servidumbre del Cardenal Infante Don Fernando, hermano del rey; aquella misma noche todos los miembros de la Corte miraron y admiraron la obra, decidiéndose que para empezar la serie de retratos que liabía de hacer, ejecutase el del Infante Cardenal. Luego hizo el del Príncipe de Gales, más tarde Carlos I de Inglaterra, que a la sazón se hallaba en Madrid.
La fortuna de Velásquez quedó asi asegurada, pues enseguida entró aü servicio del Rey como pintar oficial y único. Hizo entonces varios retratos de personajes de la nobleza, disporíiendo también de tiempo para dedicarse a otras obras de distinto género.
En 1629 logró realizar una de sus más caras ilusiones: la de poder ir a Italia, donde estuvo cuatro años y medio, recorriendo las principales ciudades de la península. De allá llevó a Madrid varios cuadros suyos y copias de otros, entre ellos de buena parte del Juicio Final de Miguel Ángel.
Su segundo viaje a Italia, en 1649, tuvo por objeto la adquisición de cuadros para el Rey. Este viaje fué realmente triunfal: el Conde de Sena salió a recibirle a una milla de la ciudad de Bolonia, y el virrey de Ñapóles le agasajó cumplidamente, así como Ribero, el Españoleto. Y en Roma, Juan Bautista Panfili, cmtiguo n-uncio en la corte de Madrid y a la sazón Papa con el nombre de Inocencio X, apenas supo su estancia en la ciudad, le encargó su retrato, que es admirado hoy en el palacio de los Doria.
De vuelta a España, a petición suya y en oposición a varios concurrentes, fué nombrado Velazquez Aposentador del Rey, a quien debía acompañar n todos .v;(.v viaje.'.. Este nombrami trajo aparejado el de Caballero de Santiago, por imposición del rey. en 1659.
Poco tiempo después, el 6 de agesto de 1660, a los sesenta y seis años de edad, murió Velazquez en Madrid. Su esposa, Juana de Pacheco, moría ocho días más tarde.
He aquí •:.!> ligero esquema biográfico de Diego de Velazquez, gloria de la pintura española i/ d»l arte universal, i
YAN0HAYFER1A EN MEDINA,BUHONEROS (Fragmento)
por León FELIPE
¿Cuándo, si no es ahora (yo pregunto, loqueros), cuándo, cuándo es cuando se paran los ojos y se quedan abiertos, inmensamente abiertos, sin que puedan cerrarlos ni la llama ni el viento? ¿Cuándo es cuando se cambian las funciones del alma y ¡os resortes del cuerpo, y en vez de llanto no hay más que risa y baba en nuestro gesto? Si no es ahora, ahora que la justicia vale menos, mucho menos que el orín de los perros; si no es ahora, ahora que la Justicia tiene menos, -infinitamente menos categoría que el estiércol, si no es ahora, ¿cuándo, cuando se pierde el juicio? Respondedme, loqueros, relojeros..., ¿cuándo se quiebra y salta roto en mil pedazos el mecanismo del cerebro? Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego, aquel estrafalario fantasma del desierto, y... ¡ni en España hay locos! Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo. «Qué bien marcha el reloj: qué bien marcha el cerebro, este reloj, este cerebro — tic, tac... tic, tac, tic, tac... es un reloj perfecto... perfecto... perfecto!
(el fragmento que hoy insertamos pertenece a «Llamadme publicano», libro en el que León Felipe ha reunido varios poemas — algunos de ellos inéditos — , unidos todos por «una nota oscura y sorda». Oscuridad, añadimos nosotros, en la que no está ausente una lejana luz).
Xo recuerdo dónde ni cuándo he leído que ulos hombres no son buenos porque no tienen tiempo». La frase es algo más que una broma ingeniosa: porque cier tamente, la bondad no es cosa conciliable con la semana de sesenta horas .
* ¿Cómo ser bueno cuando no hay
tiempo pa ra salir de sí mismo, ni tiempo para conocer lo ajeno? La verdad es que vivimos sin saber nada del mundo que nos rodea: de ahí que entonemos loas a la Humanidad (con
Journal imprimé sur les presses de la SOCIETE GENÉRALE D'IMPRESSION (Coopératlve Ouvriére de Productionj Siéee social : 26, rué Buflon, Toulo- M Átellers 61, rué des Amldonnler»
mayúscula) y desconozcamos los hombres (con minúscula).
* De cuando en cuando — y a veces
por pura conveniencia — alegamos que no se nos comprende. ¿Comprendemos acaso a los que están junto a nosotros? Muy poco, o nada: conocemos rostros, miradas , gestos, act i tudes; pero easi nunca llegamos al «por qué»... ni nos confesamos que existe un «por qué». ,
* Cuando descubrimos, de repente,
que lejos está de nosotros un amigo que creíamos ínt imo; o, a la inversa, cuando nos enteramos que alguien, hasta ayer extraño, surge a nuestro lado, quedamos desorientados: la experiencia no ha servido de nada . Y todo ello es lógico^ ya que la experiencia común es un simple roce habitual , con horario y descanso dominical .
* La más triste inferioridad del hom
bre es el no saber nada — terriblemente nada , absolutamente nada — de su vecino, de su hermano, de su vendedor de periódicos, de su aman te y de su tendero. Todos ellos motivos de decoración — lólo eso — para una
vida siempre encerrada: encerrada en robar tiempo al t iempo, dedicándolo una habitación, en una calle, en un al tendero y al hermano? Y así logra-taller, y siempre a solas pese a los remos que el amor a la Humanidad dpecrados. (pon mayúscula), sea consecuencia del
* amor a los hombres (con minúscula). ¿Por qué no hacer un esfuerzo para YO.
) cAue&a ptlaza ptaca el )
< CONCURSO JUVENIL ds CUEINT051 Habiendo llegado a esta Redacción cartas de distintos lectores, pi- I
I diéndenos prolongáramos el plazo para la presentación de trabajos \ I destinados al CONCURSO JUVENIL DE CUENTOS, hemos decidido fi- J 1 ja r una nueva fecha tope p a r a la recepción de los mismos. I | Hasta el 20 de enero, pues, tendrán tiempo nuestros amigos para hacer- I \ nes llegar los cuentos que serán sometidos al jurado (integrado, como I I ya dijéramos, por los compañeros J u a n Ferrer , José Peirats y el secre- | I tario de Cultura y Propaganda del C. N. de la F-I .J .L. I 1 Recordamos que los trabajos no deberán exceder el limite de dos mil I f pa labras . Toda la correspondencia se dirigirá a: Redacción de RUTA 1 1 (Concurso Juvenil de Cuentos), 4, rué Belfort, TOULOUSE. I I El tema es libre, y los autores de los tres mejores cuentos recibirán 1 I selectos lotes de libros, donados al efecto por el Servicio de Librería de I 1 la F.I.J.L. I I Al trabajo todos, demostrando que los jóvenes exilados aman la 1 \ l i tera tura . /
R U T A
PRECISIONES NECESARIAS
9L6C SOBRE DISCIPLINA A L intentar hoy hacer el presente
trabajo para nuestro querido vocero juvenil, no ru- guia la preten
sión de descubrir verdad alguna. Pero como sea que ya son varias las veces
(Q nuestra prensa, podemos ver empicada la palabra «drsciplina» en un sentido que se presta a confusión; y temo la misma palabra es también pronunciada por infinidad de compañeros en nuestras reuniones v asambleas, con el mismo sentido ya manifestado anteriormente, me decido a romper un silencio, largo ti mpo contenido, con el fin de aclarar lo que, personalmente, interpreto por disciplina.
Tal palabra, si leemos el diccionario, tiene variados sentidos v significaciones. Pero lo que a nosotros nos interesa dilucidar es cuando ella se refiere al mandar y al obedecer. En este sentido, pues, disciplina representa autoridad material que impele a hacer ejecutar todo aquello que b venga en gana, sin el más mínimo derecho a protestar ni a discutir por la parte llamada a obedecer. Siendo asi, disciplina equivale a autoridad, y ésta es la negación por excelencia de la libertad. Por lo pronto, la disciplina se encuentra totalmente reñida con nuestros medios, en los cuales nadie, absolutamente nadie, se encuentra sujeto u obligado a autoridad ejecutiva alguna.
Si queremos observar la cuestión, veremos que la disciplina se encuentra siempre en organismos e instituciones de carácter y de tipo autoritario. La vemos en el ejército, cuerpos uniformados, partidos políticos de toda índole, instituciones religiosas, y demás. Todos estos organismos se rigen a base de autoridad férrea. En ellos, sus componentes no tienen derecho a discutir nada que venga de la cúspide.
Cuando alguien entra en alguno de dichos templos de la autoridad, ya sabe cuál es su misión: obedecer y callar. Durante todo el tiempo que en ellos se encuentra, su voluntad y su personalidad quedan completamente anuladas como individuo pensante. Donde falte un sistema verdaderamente federalista v humano, hace falta la disciplina y la autoridad. Donde no exista el noble entusiasmo y la fe, junto con la voluntad espontánea y libre del individuo por un determinado objetivo, también hará falta la disciplina y su hermana gemela la autoridad. Un ejemplo lo tenemos en nuestra guerra de España: mientras en el corazón de los que salieron a combatir en los frentes.
en lo: primeros tiempos palpitó el entusiasmo d¿ defender una causa noble y humana, para nada hizo falta la disciplina y los fascista! no pasaron. Fué precisamente más tarde, cuando se había perdido la confianza (por la entra"-da en función de toda la politicalla) en la idea por la cual se había sal :do a ofrendar la vida, que aquélla se hizo imprescindible; y fué entonces también que los fascistas empezaron a pasar.
Por lo dicho, pues, y lo mucho que se podría decir aún, referente a la disciplina, me parece que lo lógico seria que dicha palabra desapareciera de nuestro léxico libertario como expresión catalogación de una, más o menos. consecuente conducta. Leemos en algunos trabajos, y oímos hablar a ciertos compañeros,' de «indisciplina orgánica», cuando verdaderamente poseemos la justa expresión para estos casos, que es: «inconsecuencia orgánica». ¿Por qué, siendo así, empleamos una palabra que expresa una idea totalmente contraria a nuestra manera de ser y sentir?
Mal podemos decir ni menos afirmar que en nuestros medios reina la indisciplina, cuando ésta no existe, ya que, de manera contraria, no seríamos lo que somos, o nos decimos ser.
Personalmente, he considerado siempre un error el emplear palabras que se encuentren reñidas con nuestros sentimientos de libertad. Para que un organismo de tipo social e ideológico, como el nuestro, funcione como es debido, no hace falta para nada la disciplina y afortunadamente podemos pasarnos muy bien de ella; convicc on ideológica y consecuencia orgánica, por parte de los que lo integren, es lo único que se necesita.
Y no quiero terminar él presente escrito sin subrayar, una vez más, mi adversión a la disciplina, ya como doctrina, ya como palabra; rechazando inclusive lo que muchos se complacen en llamar «autodisciplina», por tratarse de una acción realizada por el propio individuo, pero que considero no es menos una imposición que la otra. El individuo tiene necesidad de imponerse algo cuando este algo está en contra, o bien de su voluntad, o bien de sus sentimientos. Con lo que se siente o se quiere, no hay ninguna necesidad de imposiciones, ya que la satisfacción de haber alcanzado lo sentido o lo querido es el pago correspondiente al esfuerzo realizado.
V. CAUDET.
POESÍA Y MITO
REYES MAGOS 0 PADRES NOELES QUE los hombres sean imbéciles es
lastimoso, pero que dejen una imbecilidad para rendir pleitesía
a otra mayor, es reprobable, ridículo y descorazonador. Algunos que durante su vida en España. ya de niños como de mayores, pusieron siempre en las tradicionales fiestas invernales la poesía de los belenes, la han abandonado ahora para ocuparse de adornar y ernbell i i un árbol.
Tan reprobable es una costumbre como la otra. Nadie niega la poesia que encierran ambas, los momentos deliciosos que sobre todo a los in'ños propoi-cionan y el vuelo imaginativo que originan. La vida no consiste únicamente en satisfacer unas necesidades materiales como muchos quieren engañarse en creer; tiene también exigencias como las culturales, o de orden psíquico, que vo por no estar ligadas estrechamente a las exclusivas animales, dejan de tener una gran importancia. La parte de «sobrenatural» que se quiere encerrar en ambas costumbres es lo reprobable de ¡as mismas, con la ventaja para el «árbol» que, al descubrirse el engaño, el cerebro del niño queda virgen para toda clase de enseñanzas; mientras con la costumbre católica, al desaparecer la ilusión del «regalo de reyes», persiste el cuento de la divinidad en toda su extensión, tanta que, si bien con el transcurso de los años las distintas influencias que recibimos llegan a convencernos de las inverosimilitudes y patrañas de las religiones, no pueden llegar a expulsar de nosotros de una ma
nera absoluta el sentido de la divinidad.
Uno de los momentos más difíciles en la vida de los humanos, es sin duda aquel en que nos apercibimos que no han existido reyes magos ni padres noe-les que pusiesen las chucherías en nuestro calzado, y que era simplemente obra de las amorosas manos de nuestros progenitores, que en ocasiones debían de privarse de lo más necesario para que no nos faltasen esos momentos de tir-
tfedezieo o4enzin licidad. El niño se siente engañado, burlado, es quizás el más difícil momento de su vida, el punto crucial en que se apercibe que sus semejantes no han tenido confianza en él, e incapaz de comprender los móviles que han guiado a sus padres, supone que lo han tratado como a un tonto y que lo consideran como una cosa inferior. El amor propio del chiquillo siente el golpe, y a partir de ese instante deja de confiar en sus progenitores y en el resto de sus semejantes.
¿Es el mundo de fantasía que se le crea al niño y las delicias que le proporciona, una razón suficiente para no evitarle la tremenda desilusión de verse engañado? Plumas más profundas pueden responder a esta pregunta, pero que no se niegue la influencia que este primer golpe de la vida causa en la infancia.
Sería casi inhumano, en la época en que vivimos actualmente, negar a un
chiquillo esa alegría que proporciona lo fantástico. Querer sustituirla por lo meramente material, es condenar al niño a prescindir de una de las pocas causas de alegría que le están permitidas.
Estos días presentan una ocasión única para despertar en ellos ideas de solidaridad, para que en lugar de ser los padres quienes hacen regalos a sus hijos, fuesen éstos quienes los hiciesen a sus amiguitos, despertando en ellos esa idea excelsa de confraternidad que resolvería por sí sola cuantos problemas tiene planteados la humanidad.
También ahí existiría poesía; también de esa forma se haría volar las imaginaciones infantiles a cimas elevadísi-mas, pero si no llegamos a eso, por lo menos no caigamos en las ridiculeces del «árbol». En él no existe ningún valor auténticamente humano. Es simplemente un «buen hombre» que, por arte mágico, aparece una noche y deja unos regalos a los chiquillos que han sido buenos, con un tal sentido de la bondad que al muchachito del principal, que es un botarate, le obsequia mejor que al chico de la portera, que es un bend i to -
Si al cristiano «nacimiento» se le quita cuanto tiene de sobrenatural, queda un magnífico cuento de alto valor descriptivo y educacional. En él, un pobre niño estaba tan desamparado que tuvo que nacer en un pesebre. Los niños, instintivamente, sienten una simpa-lía por él que, sin mucho trabajo para los padres, pueden hacer extensiva a todos los niños en general, creando las bases .de un sentimiento humanitario.
Libros de hoy y siempre A p a r t i r d e e s t a s e m a n a , p u b l i c a r e m o s r e g u l a r m e n t e la l i s t a d e
v a r i o s t í t u l o s c o r r e s p o n d i e n t e s a l i b r o s q u e t i e n e e n v e n t a n u e s t r o S E R V I C I O D E L I B R E R Í A . E s t a s ecc ión , d e la q u e se h a h e c h o c a r g o u n n u e v o t i t u l a r , a c a b a d e r e e m p r e n d e r s u a c t i v i d a d . Y q u e d a a d i s p o s i c i ó n d e t o d a s l a s F F . L L . y c o m p a ñ e r o s p a r a a t e n d e r s u s pe d i d o s y s a t i s f a c e r sus c o n s u l t a s b i b l i o g r á f i c a s .
A ello ayudan los distintos episodios como la entrega de los presentes que le trajeron los pastores
«FERTILIDAD Y ESTERILIDAD EN EL MATRIMONIO»
Uno de los famosos libros de Van de Velde, indispensable para el conocimiento sexual.—Precio : 525 frs.
«EL GRAN PARTO»
Novela moderna, de tres autores uru-
UN CUENTO TRISTE EL REÍALO DE REYES
guayos, joya de la literatura surameri-cana. Precio : 320 frs.
«EL LIBRO DE LAS TIERRAS VÍRGENES
Magistral novela del autor inglés Ru-dyard Kipling, cuyo argumento de desa-rolla en la India.—Precio : 225 frs.
«AVERSIÓN Y ATRACCIÓN EN EL MATRIMONIO»
Otra obra consagrada, también de Van de Velde, digno complemento de la anterior.—Precio : 525 frs.
E RA Conchita un pequeño capullo de mujercita entreabierto. La cabeza ligera y el andar grá
cil; sus ojos negros fingían una seriedad que desmentía su risa pronta y sonora, de musicalidad atrayente. Toda íila era alegría y despreocupación. Con el pelo de sombras fundido y los ojos de noche, su naricilla y la risa galana de siempre, esperaba también aquel día la muchacha a su adorador. Llegó por fin, quizás un poco más tarde que de costumbre y otro poco más triste, pero sin perder aquel aire francote y abierto que era su mejor cualidad aparente. Escondidas adentro, guardaba bondades y ternuras que exteriorizaba en. ocasiones propicias, mientras el airecilio tristón de pesimista innato no le abandonaba nunca. Todo en él era gravedad y sensatez.
Pero allí estaba Conchita para curarle. La palabra cariñosa, la caricia casta y tierna estaban prontas para aliviarlo. Y la joven pareja que sumaba 36 años comenzó el diario camino de regreso. Camino lento que era un via-< ruéis de bienestar por las deliciosas estaciones a recorrer, reposando los ojos del uno en los otros ojos, anudados los brazos y soldadas las manos, haciendo los pasos más largos para hacerlos lentos y enfadados con el cruel reloj que les robaba los momentos más bellos: aquéllos que seguían a la separación y que no podían vivir juntos.
Conchita era modistilla y dejaba sus mejores horas entre agujas y telas haciendo vestidos de sueños rosados y vistiendo de seda sus sueños; uniendo las telas con dedos ágiles e hilvanando ilusiones eon el hilo tenue de MM recuerdos.
—¿Sabes, nena? No voy a poder hacerte el regalo que pensaba para Navidad. Tendré que esperar unos quince días porque no tengo bastante dinero.
—¿Y por eso estás triste?... Tonto... Si no me importa.
—A U, no; pero a mí, sí. Quiero regalarte algo...
—Pues cómprame una cosa más barata.
—Tengo que comprarte algo que sea digno de ti. Algo que se aproxime a lo que mereces.
Y siguieron el camino temblororos, casi sin atreverse él a levantar los ojos e incapaz ella aquel día de alegrar su olma desolada.
¡Que bueno era su patrono! Le había autorizado para que trabajase dos
horas más todos los días a destajo. Resultaba un poco duro, sobre todo porque debería prescindir del paseo cotidiano con la muchacha, pero lo haría pletórico de buen humor y de esperanzas; y el día de reyes, cuando los chiquillos encontrasen en sus zapatos los cachivaches y chirimbolos de sus ilusiones, también Conchita tendría su regalo ai lado de otras chuchería? y golosinas. No hacía tanto tiempo, todavía tardaba ella en dormirse en tal noclie intrigada con la aparición de los coronados personajes; y ahora, en m lugar, serian los rasgos un poco
Francisco FRAK tristones de su novio lo que esperaría, animados por la sonrisa que ella haría aparecer en su rostro de pesimista sustituyendo a las mueca de los viejos monigotes.
Era necesario, comprarle un regalo. ¿Y qué podría comprarle? ¿Flores? No era suficiente fiacerlp una ofrenda de rosas. Se decidiría por aquel collar que había visto en el comercio y que haría gozo verfo sobre el cuello de miel y pimienta de Conchita, el cuello que él adoraba y que algunas veces, insistiendo mucho, conseguía rozar con sus labios Era caro. Había que trabajar deprisa. Había que terminar piezas y más piezas en la máquina para que Conchita no se quedase sin regalo. Y el patrono no quería exponerse a perder dinero. Trabajo a destajo. Así sabía a qué atenerse en su contabilidad. ¡Qué bueno era! ¡Autorizarle a trabajarl
Fué difícil para ella el sacrificio impuesto Al salir del obrador, cuando ¡todas Vas muchachasi eran esperadas por sus novios respectivos, ella tenía que marchar sola y recorrer el camino que tantas veces habían recorrido juntos. ¡Que recuerdos! Aquella puerta... aquella esquina... aquel trozo de calle... los sitios preferidos para que él le pidiese de pararse un momentiio, muy corto, para hacer más intimo el abrazo o para cambiarse un beso. Tenía que estar siempre alegrándolo, haciéndole nacer sonrisas con el ejemplo vivo de las suyas.
Conchita se consolaba pensando que tan solo unos días duraría esta ausencia y que, transcurridas las fiestas de los reyes magos, nuevamente volvería a vedo todos los días. Su carácter se adaptaba bastarde mal a tal sacrificio. No estaba tan dicharachera esos días. Se había hecho mas raro su hablar pausado con cierto tonillo infan
til que se empeñaba en no abandonarle. Era ésta una de las cosas que más le agradaban a él. En su presencia se consideraba como un protector obligado ante la infantilidad,'y sentíase lleno de ternura y emoción infinitas. Llamábala muchas veces «nena», y es que en los gestos, en la voz, en la manera de accionar y en algunos movimientos graciosos y leves, daba una completa sensación de chiquillería. ¿Había dejado de ser completamente, en cuerpo y en espíritu, una chiquilla?
Y tendría el collar. Había que correr para ello. Si acababa aquella serie aquella tarde, podría comprarlo al día siguiente. Y... ¡qué mala suerte!... ¿pues no se había salido la correa de la polea cuando más prisa tenia? Quiso ponerla y entonces... con brutalidad inaudita le cogió la mano, que salió del encuentro retorcida y aplastada, colgando al extremo de un brazo del que se mantenía por un pingajo sanguinolento de carne destrozada. Un barrillo espeso de aceite y sangre, de esquirlas de hueso y virutas de acero, resbalaba lánguido por el píe de la máquina como una lágrima solitaria.
Contempló asombrado su mano o lo que de ella quedaba sin comprender exactamente y sin dejar escapar un sonido; y pensando que Conchita ya no tendría el día de reyes un collar como regalo, aquel collar que le esperaba tras la pantalla de vidrio de un escaparate y que mentalmente le había puesto a su novia. ¡No! No lo tendría. En su lugar debería contentarse con el muñón informe, donde el tuétano amarillento parecía un clavel blanco entre rojos claveles de sangre viscosa.
En un establecimiento de lujo, el patrono ensayaba unos guantes.
«NUESTRA SEÑORA DE PARÍS» La inmortal novela de Víctor Hugo,
verdadera obra de arte imperecedero. Precio : 225 frs.
«EL PORVENIR DE LA CIENCIA» El libro más conocido de Ernesto Re
nán, llemo de fe en el porvenir de ! humanidad.—Precio; 650 frs.
«La confesión de Claudio», de E. Zola: 175 frs.
«Teresa Raquin», ídem: 175 frs. «Magdelena Ferat», idem: 175 frs. «La Ralea», idem: 175 frs. «De regreso», de Erich M. Remar
que: 175 frs. «La inteligencia de las flores», de
Maeterlink: 175 frs. PEDIDOS Y GIROS A A. CODINA
(SERVICIO DE LIBRERÍA F.I.J.L.), 4, rué de Belfort, Toulouse.
dando ocasión a enseñar al niño cómo los buenos no permiten las peripecias y desigualdades en sus semejantes; y en resumen, a todas las peripecias pueden dárseles una explicación natural y human-I ' 'a.
Basta para ello el quitarle la parte de divinidad que el cuento católico posee, y de él pueden sacarse más provechosas enseñanzas que no del frió y seco árbol donde es necesario hacer un esfuerzo para poner en marcha la imaginación del chiquillo, mientras en el «nacimiento» todo se presta a ello: los corderitos, las gallinitas, 1 a nieve, los pastores al amor de la lumbre, etc.; a todo ello se le puede dar una versión conveniente.
Da interpretación humana del cuento de Belén, ¿no es el primer paso para impedir cargar al niño con el lastre de las ideas sobrenaturales? Y esto no quita poesía a la fiesta sino que la hace máe encantadora por su sencillez y más comprensible, dejando no obstante amplios espacios para que la imaginación vuele, con los mil y tantos detalles a que se presta.
En cuanto a lo que pueda haber de plagio, ¿no es la vida entera una repetición? ¿No tomaron los cristianos la idea monoteísta de los judíos y más tarde los mahometanos de aquéllos? ¿No tienen casi todos los misterios del dogma católico orígenes en otras religiones de las cuales los copiarori?
Antes que papanatas fríos que bajan por las chimeneas y olmos que nos regalan con peras, saquemos enseñanzas humanísticas de los belenes, que será un paso eficaz para terminar con las estrellas que juegan a guardias de la circulación y con los señores con barbas blancas que tienen piso con gas y cuarto de baño, en el barrio más aristocrático del cielo.
CHINITAS Y PEDRIMDZOS
A', de la ñ.—El artículo en que nuestro compañero FRANCISCO FRAK abordaba el tema de las corridas de toros, ha suscitado vivos comentarios. La semana pasada, PINTADO y MOLINA rebatieron los argumentos expuestos en el trabajo aludido. Y en nuestro próximo número publicaremos la colaboración enviada por «PIÓ CID», referente también al problema planteado.
Los toros, pues, han pasado al primer plano. Pero esta vez—afortunadamente para ellos—no hai/r i estocada final...
LAS CHINITAS DE HOY:
Hemos recibido un folleto «chino-rroide» titulado: ¿«Están permitidas la? huelgas en la Unión Soviética?» /Ahí No tiene intenciones cómicas; aunque se carcajee uno abundantemente con su lectura.
— o — «¿Por qué no están permitidas las
huelgas en Rusia? Sencillamente porque serían absurdas». Naturalmente, el suicidio es una forma de lo absurdo.
— o — «En U.R.S.S. no hay un solo hombre
que pueda decir «ganarás mi pan con el sudor de tu frente». Parece ser que Stalin se ha impuesto un tratamiento transpiratorio para pagar el pan que ha comido en los últimos 35 años.
— o — «Los obreros discuten las cuestiones
relacionadas con su nivel de vida; critican a su guisa, proponen mejoras y la DIRECCIÓN decide después de haberlos escuchado». Desde aquí se oyen los cencerros—.
— o — «En Rusia los obreros son los dueños
de su destino, como asimismo los dueños de las fabricas». «Cuando un obrero quiere dejar su trabajo para ir a otra fábrica, es la dirección quien de
cide si puede hacerlo o no». ¿No serán las fábrica? las dueñas de los obreros? ¿O habrá otro, dueño de ambos?
— o — «Cuando en Rusia las cosas no van
bien en los asuntos relacionados con el trabajo, son los mismos obreros quienes tienen poder para arreglarlas». Y llaman al señor losé, «el hojalatero-mayor», para que se las componga.
— o — «El Sindicato, el Partido y la prensa
están al servicio de los trabajadores para el mayor éxito de las proposiciones justas y eficaces». Ejemplo: el kamarada Papanatasch propuso trabajar gratis una hora diaria «extra» por la Paz (?). Satisfacción le fué concedida y todos los obreros de Rusia han seguido su iniciativa.
— o — «En Rusia ya no hay patronos».
Sólo hay un «padrecito»...
Y EL PEDRUSCAZO:
La cabeza del primer toro que ha estoqueado el Litri en Méjico, va a ser disecada y enviada al «pardal» para colocarla en su residencia de El Pardo. Quieren que haga juego con otra de semejantes características que existe allí.
CEDIPE.
1. ¿A q u i é n p e n s ó d e d i c a r B e h e -t o v e n su « S i n t o n í a H e r o i c a » , d e d i c a t o r i a q u e a n u l ó l u e g o ?
A G o e t h e A u n p r i n c i p e florentino A N a p o l e ó n B o n a p a r t e A u n a m u j e r q u e a m a b a A D a n t o n
2." ¿ C ó m o m u r i ó el p o e t a G u s t a vo Adol fo B é c q u e r ?
E n u n d u e l o S u i c i d á n d o s e A s e s i n a d o T í s i c o E n l a h o r c a
3. ¿ C u á l fué el n a v e g a n t e q u e d e s c u b r i ó el R i o d e l a P l a t a ?
H e r n á n C o r t é s P i z a r r o S e b a s t i á n E l c a n o M a g a l l a n e s J a c q u e s C a r t i e r So l i s
4.° ¿ Q u i é n fué el i n v e n t o r de l p a r a r r a y o s ?
B e n j a m í n F r a n k l i n T h o m a s E d i s s o n G u i l l e r m o M a r c o n i A l b e r t o E i n s t e i n T c r r i c e l l i
'5.° ¿ Q u é s ign i f i ca l a p a l a b r a ba -b i r u s a ?
A n t i g u a c o s t u m b r e d e los g a l o s R a i z t r o p i c a l A p a r a t o d e p r e c i s i ó n C e r d o s a l v a j e d e M a l a s i a E s c u d o u s a d o p o r los g u e r r e r o s
m o n g o l e s
6.° ¿ Q u i é n p r o n u n c i ó l a f r a s e «El E s t a d o soy yo»?
B e n i t o M u s s o l i n i L u i s X I V A t i l a , r e y d e los h u n o s J u l i o C é s a r E l c a r d e n a l R i c h e l i e u 7.° ¿ Q u i é n d e e s t o s a u t o r e s e sc r i
b ió o b r a s d e t e a t r o ? E m i l i o Z o l a C a r l o s D i c k e n s K a n t
L e n o r m a n d L i t t r é 8." ¿ A c u á l d e e s t o s s a b i o s se de
b e l a p e n i c i l i n a ? J e a n R o s t a n d P a v l o v J o l i o t - C u r i e P a s t e u r F l s m i n g
R E S P U E S T A S C O R R E C T A S
p u B u u o u a q 0-¿ A I X s i n q ,/9
BIS0[«W a P 3T«ATBS o p j a o . 6 UfI3lUBÍlJ UIUTBfuaH o t
s i l o s ..2 a s o p u B p p m s . '8
Si j iBdBuoa .uoaiod-BN. V . -I
En el Cine "ESPOIR" TOULOUSE
El s á b a d o 12 (noche ) y e l d o m i n g o 13 d e e n e r o ( t a r d e ) , e n l a s a l a de l c i n e « E s p o i r » G R A N F E S T I V A L P R O - R U T A a c a r g o d e los G r u p o s « J u v e n i l» e « I b e r i a » d e T o u l o u s e . E s t o s c u a d r o s a r t í s t i c o s , e n u n a d m i r a b l e e s fue rzo co l ec t i vo , p o n d r á n e n e s c e n a , p o r p r i m e r a vez e n F r a n c i a , l a a d a p t a c i ó n t e a t r a l d e l a f a m o s a n o v e l a d e A l e j a n d r o P é r e z L u g i n
La Casa de la Troya c o m e d i a e n 3 a c t o s , d e a m b i e n t e c o l o r i d o y ág i l , que p o r su g r a n n ú m e r o d e p e r s o n a j e s y sus d i f i c u l t a d e s d e p r e s e n t a c i ó n e i n t e r p r e t a c i ó n , h a exig i d o u n a p r o l o n g a d a l a b o r d e e s t u d i o p o r p a r t e d e l o s i n t e g r a n t e s d e los G r u p o s « Ibe r i a » y ( ( Juveni l» .
Sobre los derechos del imbre (Viene de la página 1)
cajadas, sin enfurecerse, pero con mayores bríos, prosiguió perorando asi:
«Nada os dirá tampoco el ton ein-plar aquel monte oscuro, pelado .1 rape, sin respeto de retoños; ayer con barbas o faldas áureas, con sus verdes líoeras, con sus azules patillas. Ahí lo tenéis hoy en carne viva, la erosión lo dejará esquelético, y huirán las gacelas, ya no se oirán los pajarillos entonando el «Heder» de la vida; se coliará el manancial rumoroso que daba vida al caudaloso río, y la ^ega fértil se trocará en árida estepa; i caravanas de hambre veréis entonces emigrar los campesinos de estos parces tristes, pero inconscientes del origen de su ruina. Madera no siempre destilada a sillas o cunas, muy a menudo sirviendo para labrar las cruces, las lápidas, las cruces, los látigos, los báculos o los ataúdes.»
La poética descripción del profesor iba haciendo mella en las juveniles ri sas. Los rostros tornábanse serios, íe-flexivos. Y prosiguiendo:
«Tampoco veréis ninguna analogía entre el ruiseñor en la jaula y el poeta en la celda. ¿Pues quién ha construido estas rejas?
Y el cazador volviendo orgulloso de sus correrías, colgándole del zurrón un racimo de perdices, acariciando al per-digacho traidor, dando palmadiías al perro que le sigue, su fiel evpia; esto también tien^ cierta analogía; mirad con un poco de imaginación el aspecto, indumentaria y psicología de ciertas condecoradas jerarquías.
El hombre, arrogándose derechos, empieza por algo mínimo, es cierto, pero acaba por avasallarlos todos, los de sus semejantes inclusive.
Reverso de la medalla. Una manzana sembrará la discordia entre todo ÍU linaje; liquidará hermandades por un puñado de lentejas; y por menos de treinta dineros hallaréis Judas por doquier.
Antes d.l derecho a desintegrar '.a
CAUNDMffl)
S. I. A. M e n s u a l , p a r a 1952, c o n i l u s t r a
c i o n e s d e C a l i y A n t o l i n y t e x t o s ú t i l e s y se l ec tos . E d i c i o n e s e n f r a n c é s y e s p a ñ o l . Su p r e c i o : 90 f r a n c o s .
P e d i d o s a 50, a l l é e s J e a n - J a u -rés , y 29, r u é d e s C o u t e l i e r s , T o u louse ( H a u t e - G a r o n n e ) .
(El beneficio de la venta irá dest inado a la obra solidaria de S.I. A. en Francia y en España.)
materia, tenía el de.ber de desintegrar el gregarismo de las masas humanas; haciendo de cada hombre un individuo consciente de sus derechos y atributos.
He ahí el mensaje que lanzo al iniciar el nuevo ciclo.»
Raro profesor que empezaba glosando el Código de "a Naturaleza, en menoscabo del Código Penal
El prólogo, como he dicho, movió los alumnos a risa, ñas luego tornáronse serios, y el epílogo púsolos Iris-temante pensativos.
PLACIDO BRAVO.
(QNQLLflS... (Viene de la página 1)
abundancia de la cosecha, sino la lentitud de todo el utillaje distribuidor, entorpecido por nuestra poca agilidad ferroviaria, lo que produciría d temor a la pérdida de las cosechas en los almacenes y el consiguiente derrumbamiento de los precios hasta el envilecimiento.»
Nos vemos obligados a decir que e¡ único envilecimiento existente es el de su canallezca conducta, ya que más lejos les vemos el plumero coa lo siguiente: «Consideran los ministerios aludidos que un equilibrio entre las clases modestas, puede hallarse mediante un juego inteligente entre los precios para el mercado interior, que no se e-levarán de la medida aceptable para las clases económicamente débiles, y ¡a autorización para desviar los excedentes hacia mercados exteriores...*
Con lo transcrito basta. Lo ;ue )z camarilla busca está bien >Uro: se trata simplemente de mantener en el interior la escasez, sacando así, como n\>-ta la fecha, saneados beneficios con 1« venta a precios altos y abusivos donde «la lentitud del utillaje distribuidor, entorpecido por la poca agilidad ferroviaria» puedan justificar tal abuso.
Sabemos que en la España franquista, el Estado es amo y s,-ñor de las cosechas. Se ha dado el caso pintoresco de que un productor se ha visto obligado a vender al Estado su cosecha a precio ínfimo, y tener que adquirir ese mismo producto en racionamiento a precios rebasando el 200 por 100, o el 1.000 por 100 al mercado negro. Así que el Estado compra al precio que le da la gana, vende al que quiere, exporta '.o que le sobra—él o sus allegados—y con las divisas adquiere automóviles de último modelo u otros objetos de vanidoso lujo para recreo personal, mientras el pueblo se muerde los puños a falta de otra, cosa a la que pueda 'legar su poder adquisitivo.
C. G. ATLAS.
El Comité Nacional de la F. I. J. L. en Francia ha organizado
una GRAN TÓMBOLA, cuyo sorteo tendrá lugar el día
1 de mayo próximo. Los fondos que en ella se recauden
serán destinados a incrementar las actividades de la F.I.J.L.
GRAN TÓMBOLA PRO-CU1TUKA lUVCNIl
Premios: 5 valiosísimos lofes de libros cuyo detalle exacto se dará a conocer próximamente en. RUTA
PRECIO DEL BILLETE: 20 FRANCOS ¡Que ningún militante libertarlo deje de prestar
su fraternal apoyo a esta obra !
LA EDUCACIÓN AMENAZADA por la crisis económica del pais
M AS de lo que uno pueda decir, los hechos son siempre más elocuentes, y éstos, a medida que transcurren las semenas, flemuestran el descrédito ante el pueblo del Partido Conservador que, con potestad
restringida, pero mayoritaria a la postre, ha iniciado una gestión gubernamental desastrosa. Dos meses de administración nacional, algunas semanas de vacaciones y todo el tiempo presentando inconvenientes al país.
Las sospechas que se tenían no eran infundadas y, aparte de que al fin de cuentas, es el pueblo británico el más perjudicado, la ocasión es propicia para que los laboristas cosechen simpatías situados en los escaños de la oposición parlamentaria, dado que las censuras y criticas que prodigan a las medidas del gabinete actual, no son otras que aquéllas que empiezan a notarse en el ambiente general y en la órbita de las Trade's Unions.
No satisfechos con el continuo aumento de precios—no" pasa día sin que se registren alteraciones desfavorables en la comida, carbón y otros productos—y con la socarrona demanda a los Sindicatos para que cesen las reclamaciones de aumento de jornales, otros nuevos problemas se han creado en Gran Bretaña: el temor originado por la circular número 252 del Ministerio de Educación, pidiendo una disminución del 5 por 100 en los gastos sobre Enseñanza, y la circular de la Asociación de Editoriales, anunciando un aumento en los precios de los libros en un 50 por 100 para el año empezado, como resultado de los costes de producción.
Ambos problemas vienen siendo objeto de comentarios diversos en prensa y revistas literarias, con tesón y objetividad.
«Freedom», semanario anarquista, ha dedicado media página de uno de . s u s números a estudiar el problema que se plantea con las medidas que tra-Stan de adoptarse sobre la primera de estas cuestiones. Lo mismo ha hecho *sobre la Enseñanza, «The Times Educational Supplement» y acerca de los
libros, el suplemento literario. «The New Statesman and Nation» y «Man-chestcr Guardian» han abordado ambos problemas en diversas ocasiones. Y con más o menos interés, el resto de rotativos han tenido que hacerse eco de tan enojoso problema a medida que la opinión pública inglesa venía interesándose.
«Freedom», en cierta ocasión, dio cuenta de un folleto editado por la Worker's Educational Association cuyo título es: «Expenditure on Educa-tion», en donde se indicaba la amenaza de que iba a ser víctima la educación por causa de los economistas; «el aumento de nacimientos determina el aumento de los gastos en la enseñanza»—dicen—. Más abajo, hace la siguiente exortación el mencionado folleto:
«Durante los años 1940 y 1941, el número de nacimientos se elevaba a 600.000. Paulatinamente ha ido en aumento, hasta alcanzar en 1946 la cifra de 820.000; éstos son los niños que ingresan este año en las escuelas. En 1947 nacieron más de 880.000, los cuales deben ingresar el próximo año de 1952...»
Si, como se rumorea, se altera la edad de ingreso y abandono del colegio, la cuestión hallará mayores inconvenientes. Actualmente, se tiene establecida la entrada a los cinco años de edad, y a los quinde se dejan las clases. La alteración sería a base de ingreso a los seis años y abandono a los catorce, cosa, sin embargo, que desean aclarar los parfamentarios de la
por GERMEN oposición, aunque el «Manchester Guardian» señala que el propio gabinete no tiene medidas concretas sobre el particular por el momento. Por su parte, la Secretaría Permanente del Ministerio encargado, ha declarado que «en modo alguno debe confundirse economía con parsimonia^ puesto que, no se intenta disminuir los gastos para la Enseñanza». No es empero esa ia opinión de los profesores afiliados a la Asociación Nacional, quienes ponen en evidencia que ya se ha hecho algo de restricción para el profesorado, en ocasión del último presupuesto local.
De cualquier forma, existe el hecho concreto: la amenaza a las Escuelas británicas, cuyas consecuencias han de lamentarse, de no hallarse remedios para que este aspecto—tan brillante hasta ahora—del desenvolvimiento escolar y cultural de Gran Bretaña, se mantenga alejado totalmente de las con-secuencis que crea y desarrolla el Estado en torno a sus problemas generales.
— o — Inglaterra es un pais de mucha lectura y por lo tanto de muchas pu
blicaciones. Recientes estadísticas demuestran que, incluso la prensa, es más leída en proporción que en cualquier otra parte de Europa y América, pese a ser más reducida su producción que en otros países.
Por esa misma razón el libro viene a ser en ésta un complemento del alimento diario de millares de personas. Salvo Islanda—que por el número de habitantes ha dado la mejor estadística en la producción literaria—Gran Bretaña ocupa un lugar preferente en este sentido.
Indiscutiblemente, este deseo casi general induce a que los editores aumenten sus catálogos e incluso a que se amplíe el marco de éstos. El hecho de q»e en el balance efectuado anualmente a finales de marzo, se cifraran en 314.000.000 los volúmenes retirados de las bibliotecas públicas, da una idea de la importancia del libro para los ingleses.
Durante el pasado año, el proceso en la alteración ininterrumpida del precio de los libros ha cosechado amenazas en tomo a ese futuro que parece llamado a ser fatal para la literatura contemporánea inglesa; y digo esto porque, aparte de anularse la posibilidad de conocer nuevos valores a bra-vés de sus obras, el número de éstas que se aceptarán de conocidos y popu-
erítores será mucho menor, habida cuenta de los costes de producción y de los derechos de autor, aumentados también a medida que no cesa J el encarecimiento de la vida.
Como he dicho, se ha anunciado una reducción en los gastos sobre educación y, el hecho de que las publicaciones selectas del futuro estén sujetas al estado económico del país, es decir, a los impuestos de Estado, parece indicar una etapa de peligro para la cultura en general.
Hace unos meses, el conocido escritor Herbert Read decía desde las columnas de «The Author»:
«La actual crisis del libro no es parcial, ni temporal, sino vital. El • de producción ha alcanzado un nivel muy alto, por cuyo motivo algunos libros no pueden publicarse, otros se publican con pérdidas y los demás se editan si alguien hace un penoso sacrificio. Los heclios son indudables. El precio del papel es cuatro veces superior a 1938; ia impresión sobrepasa el 110 por 100; el costo de la encuademación es tres veces y medio mayor que durante la pre-guerra...» Read dice que «nuestra civilización corre el peligro de ser destrozada a causa de los impuestos, como lo fué la romana'.
De todas formas, las consecuencias las tendrá que pagar el pueblo inglés, abonando, si quiere leer y conservar, un 50 por 100 más en el precio de un libro. Y como los más leídos y los rnás reclamados son precisamente los de carácter instructivo, éstos, como los demás, sufrirán el aumento anunciado por la Asociación de Editores el pasado mes.
Algunas recomendaciones tienden a que, dada la importancia del problema y puesto que otros países padecen también de tales inconvenientes, sea la O.Ñ.U. quien estudie la situación y aporte soluciones.
Afortunadamente hasta la fecha, tanto esa labor como la educativa en general tuvo resultados en ésta dignos de todo elogio. Es sumamente lamentable que esta obra llegue a ser víctima de los problemas políticos.
Aparte de lo indicado, Gran Bretaña ha sido y es de los países en donde la enseñanza ha sido labor primordial. Es por esa razón que sentimos que se mermen estas actividades que son, en todo momento, espejo de la vida cultural de un pueblo y de su propia capacidad.
SUMARIO: Terrorismo asalariado. - El noviazgo de Churchill.-Pintura política. - Tragedia en Miami. -La paz, pan racionado.-Un cristal empañado.
I
E L a n u n c i o d e r e c o m p e n s a s es cosa corr iente e n el m o d e r n o per iodismo. R e c o m p e n s a d e u n a l ibra por d e v o lv e r el g a t o e x t r a v i a d o d e
una so l t erona ing lesa: r e c o m p e n s a de tres p e s e t a s por devolver una car tera que c o n t i e n e mil; rec o m p e n s a de var ios m i l e s d e l iras a qu ien ayude a capturar un b a n d i d o i ta l i ano; r e c o m p e n s a s por encontrar , por devolver , por denunc iar , por informar , por ayudar. . . T o d o e s o f o r m a p a r t e de los a n u n c i o s h a b i t u a l e s d e u n periódico.
Pero el a s u n t o c a m b i a , y sa l e d e lo n o r m a l , c u a n d o se ofrece u n a r e c o m p e n s a por... m a t a r . Si, n a d a m e n o s que por m a t a r . Y s i endo la v i c t i m a e n c i erne todo u n genera l , el a s u n t o se a g r a v a todavía; a u n q u e n o por el lo deje d e ser verídico.
En efecto , el s e m a n a r i o eg ipc io «Al G a m h o u r A M i s r y » h a ptrometido u n a r e c o m p e n s a d e m i l l i b r a s — a p r o x i m a d a m e n t e un m i l l ó n d e f r a n c o s — a la persona que logre m a t a r al g e n e r a l Ersk ine , c o m a n d a n t e e n jefe h r i t á n i c o en Egipto . Y, e n p lan ya d e ser a m p l i a m e n t e m a g n á n i m o , o frece t a m b i é n c ien l ibras a todo aquél que m a t e un oficial ing lés .
Las c o t i z a c i o n e s de l p a t r i o t i s m o eg ipc io prosig u e n as i su m a r c h a a s c e n s i o n a l . Y si parece reg i s t rarse u n a baja en el m e r c a d o del e n t u s i a s m o popular , e l l a se c o m p e n s a con c r ece s g r a c i a s a la p r o d i g a l i d a d - - e n l ibras e s t er l inas c o n t a n t e s y son a n t e s — d e l s e m a n a r i o a ludido.
He aquí u n a m o d e r n a f o r m a d e a c t i v a r las g u e r r a s d e l iberación: i m p l á n t e s e el e s t a t u t o del a t e n t a d o — c o n s a b i a s r e c o m p e n s a s — y t o d o m a r c h a r á a las mi l m a r a v i l l a s . Matar , d e s p u é s de todo, es u n a profes ión c o m o cualquier otra .
II Y a t e n e m o s a W i n s t o n Church i l l e n Yanqui -
l m d i a . Con su c igarro y su c o n s e r v a d u r i s m o a cues tas , e s c o l t a d o por m u l t i t u d d e co laboradores y a y u d a n t e s , h a l l egado a W a s h i n g t o n . Ignoram o s todavía , a l escr ib ir e s t a s l ineas , el resu l tado d e sus e n t r e v i s t a s c o n el ine fab le T r u m a n . ^Vol-verá a Londres c o r o n a d o d e laure le s o mordis q u e a n d o r a b i o s a m e n t e su h a b a n o ?
S e a u n o u o tro el resu l tado , l o c ier to es que el pr imer m i n i s t r o b r i t á n i c o h a e m p r e n d i d o el viaje a l e n t a d o por su propio pres t ig io . De sobra sabe que, para el gob ierno d e Es tados Unidos , su n o m bre y. sus o p i n i o n e s i n s p i r a n m á s c o n f i a n z a que los del d e s v e n t u r a d o Att lee: e s t e ú l t i m o se perm i t í a el lujo de l l a m a r s e ( (social is ta»—las comi l las , por n u e s t r a parte , i n d i c a n el carácter s imból ico de l t é r m i n o — , y n a d i e i gnora que es ta palabra inspira e n W a s h i n g t o n escasa s i m p a t í a .
Ser m á s conservador que Att lee s u p o n e , pues , p a r a Churchi l l , u n a v e n t a j a sobre s u predecesor . ¿Pero bastará" la m i s m a para que logre seducir y conqui s tar la e squ iva Casa B l a n c a ? N o tardar e m o s m u c h o en saberloy e n t e r á n d o n o s si h a y n o v i a z g o o disputa; a u n q u e sí p o d e m o s af irmar, d e s d e ahora , que d e e s a p r e s u n t a u n i ó n n o h a d e nacer n i n g ú n n i ñ o robusto . La debi l idad, por des gracia , es hered i tar ia .
I I I La n o t i c i a que n o s o c u p a a h o r a es un prueba
e v i d e n t e d e que la p i n t u r a ex ige al a r t i s t a profundos c o n o c i m i e n t o s po l í t i cos , e c o n ó m i c o s , doc tr inar ios , m a r x i s t a s , l e n i n i s t a s , s t a l i n i s t a s y d e m á s a n e x o s que o m i t i m o s n o m b r a r .
Los d i scursos y l ibros d e u n f a m o s o s a b i o ruso , l l a m a d o José S t a l i n , n o s h a c í a n ya preveer la m e n c i o n a d a a s e v e r a r o n . Y l a r e c i e n t e n o t i c i a nos lo comprueba . Hela aquí: u n a rev i s ta sov ié t ica de arte , ref iriéndose a u n cuadro que repres e n t a a L e n í n y S t a l i n j u n t o a los revo luc ionarios de Es ton ia , e n 1918, pide que la obra sea parc i a l m e n t e re formada , y a que e l p in tor no h a sa bido d a r al rostro del Mar i sca l -gen io la e x p r e s i ó n .justa. Y b a s a su cr í t ica e n el h e c h o d e que el art i s t a d e s c o n o c í a el pape l dec i s ivo d e s e m p e ñ a d o por S t a l i n j u n t o a L e n i n en aquel la época , des c o n o c i m i e n t o que es consecuenc ia , a su vez, d e una c o m p l e t a i g n o r a n c i a sobre e l e m e n t a l e s princ ipios m a r x i s t a s - l e n i n i s l a s ( o m i t i m o s t a m b i é n los a n e x o s de práct ica) .
U n a c o n t e c i m i e n t o a l e c c i o n a d o r p a r a t o d o s los a m a n t e s d e la p intura: las c lases de dibujo y colorido n o b a s t a n ya p a r a formar un ar t i s ta . Es
ind i spensab le—y t é n g a n l o b ien e n c u e n t a los que quieren l l egar a a lgo—seguir un p r o l o n g a d o curso de bo l chev iqu i smo i n t e n s i v o .
IV Miami—¡quién lo ignora l—es u n a p laya amer i
c a n a de r e n o m b r e universa l . En e l la d e s c a n s a n y se c a n s a n las m á s célebres e s tre l las de Hol lywood, a el la a c u d e n p a r a v e n t i l a r s e per iódicam e n t e los financieros de Wal l -S tree t , y en el la se e x h i b e n los l i t e r a t o s de m o d a c u a n d o h a n agotado t e m a s y s a l o n e s new-york inos .
Pero Miami es t a m b i é n u n a c iudad d o n d e a veces p a s a a l g o m á s serio que u n a i n s o l a c i ó n o un divorc io e spec tacu lar . Ciudad donde a veces se a s e s i n a un negro , m i e n t r a s las o las golpfean la p laya y los b a ñ i s t a s r íen. Tal h a sucedido e n es tos d ías , al mor ir Harry Moore—secretar io , en el Es tado de Flor ida , de la Asoc iac ión p a r a el progreso de la g e n t e d e color—, al e x p l o t a r u n a bomba que h a b í a s ido c o l o c a d a en la v e n t a n a de su dormi tor io .
D e s d e j u n i o ú l t imo , la Flor ida , f eudo de l rac i s m o a m e r i c a n o , h a s ido f r e c u e n t e m e n t e t e a t r o de a t e n t a d o s de ese género , e n el que las v i c t i m a s fueron n e g r o s y judíos . A raiz de e s t e ú l t i m o ase s ina to , la Asoc iac ión n a c i o n a l de la que Moore era m i e m b r o des tacado , h a publ icado u n m a n i f i e s to en el que af irma que el rec i en te c r i m e n prueba la e x i s t e n c i a de un m o v i m i e n t o ant i -negro; y a g r e g a que la v i c t ima ((es un n u e v o m á r t i r de l re ino de terror y de v io lenc ia que, d u r a n t e los ú l t i m o s m e s e s , a s ó l a el E s t a d o d e Flor ida» .
Otro n u e v o márt ir , si. Y due l e e l a l m a c u a n d o se p iensa que en la p l a y a de Miami s e g u i r á n son a n d o risas: porque el cadáver de u n negro es poca cosa, cas i n a d a para la a legr ía d e los b a ñ i s t a s .
Pocas veces , como e n la ac tua l idad , h a ex i s t ido u n a p r o p a g a n d a t a n i n t e n s a , e x t e n s a y d e n s a por la paz. Día a día v a m o s d e s c u b r i e n d o que el pacifismo es v ir tud de l a que n o carece n i n g ú n gobern a n t e de los m u c h o s que pu lu lan por n u e s t r o travieso p l a n e t a . N o h a y d i scurso oficial e n el que fal te esa m á g i c a pa labra , ni d e b a t e p a r l a m e n t a r i o en el que n o se e m p l e e d iez veces , n i per iódico que n o la reproduzca e n c a d a p á g i n a . D e ahí que algu ien h a y a d icho , n o s in razón: «La paz es contó el p a n e n t i e m p o d e r a c i o n a m i e n t o : todos h a b l a n de él pero n a d i e lo ve».
...Y lo que v e m o s no es m u y a lentador . La Yu-g o e s l a v i a d e Tito , por e jemplo , a n h e l a la p a z — n o lo d u d a m o s - , pero cu l t iva c e l o s a m e n t e la guerra fría. Acaba d e publ icarse el proyec to de presupues to para 1952, y r e s u l t a que en tre los 282 mi l m i l l o n e s d e d i n a r s que el m i s m o c o m p r e n d e , h a y 210—es decir , las tres c u a r t a s partes—dedicados a la s fuerzas a r m a d a s y a l a indus tr ia bél ica.
¿La paz? Nada , n a d a . . . e x a c t a m e n t e igual que el p a n rac ionado .
VI Y d e Yugoes lav ia , p a s e m o s a E s p a ñ a . La d i s t a n
cia es grande , s i se m i d e e n k i l ó m e t r o s , pero d is m i n u y e al med ir se en dó lares . Y n o h a y e n es to acer t i jo a l g u n o , s ino r e a l i s m o de ú l t i m a hora . V e á m o s l o .
P a u l Porter , r e p r e s e n t a n t e espec ia l e n Europa de l n u e v o p r o g r a m a a m e r i c a n o de segur idad m u tua, h a a n u n c i a d o en una c o n f e r e n c i a de prensa que la E s p a ñ a f ranqui s ta rec ibirá p r ó x i m a m e n t e u n a a y u d a d e los E s t a d o s U n i d o s , e n las m i s m a s cond ic iones que la acordada a Yugoes lav ia .
Ta l ayuda es la c o n c l u s i ó n del i n f o r m e cursado a W a s h i n g t o n por Sufr in , r e p r e s e n t a n t e de la E. C.A. en E s p a ñ a . S e g ú n es te d o c u m e n t o , u n a invers ión de fondos ( (re la t ivamente modes ta» , d e s t i n a da a a u m e n t a r la producc ión agr íco la e industr ia l del país , t endr ía c o m o resu l tado la e s tab i l i zac ión de la s i t u a c i ó n e c o n ó m i c a e s p a ñ o l a . Todo el lo , nat u r a l m e n t e — m a l puede h a b e r invers ión s in beneficio—, e n v i s t a s a que F r a n c o «pueda m i r c a r el r a s o d e Occ idente en lo que conc ierne al program a mi l i tar» .
H a s t a la e s t a t u a de la Libertad s e n t i r á esca lo fríos, pese a que los d e m ó c r a t a s a m e r i c a n o s s e a n incapaces de sent ir los . Y si es c ierto que toda es s e g ú n el co lo r del cr i s ta l con que se mira , d i g a m o s que hay cr is ta les que. a fuer de e m p a ñ a d o s , s e m e j a n robustos m u r o s de cemento . . .
DESDE M O N T E V I D E O i S E ACABO EL P R E S I D E N T E ! R
ECIENTEMENTE, ha tenido lugar un plebiscito nacional para decidir sobre la modalidad del
poder ejecutivo. El presidente Martínez Trueba, de acuerdo con el parlamento, organizó este referéndum quu debía ratificar lo ya existente—presidencia unipersonal—o acordar una reforma en ese aspecto.
El plebiscito, digámoslo por adelantado, ha sido un completo fracaso: sólo el 35 por ciento del electorado fué a las urnas. Y el escrutinio dio como re-
Más penas de muerte en EE. üü«? La comisión parlamentaria de inn *•
ligación sobre las actividades «antiame-licanas., ha concluido su informe sobre (l espiónale soviético en Estados Unidos. El documento preconiza sanciones sevérrimas contra dichas actividades, lie. gando incluso a proponer la pena de muerte aun en tiempo de paz.
He aquí, pues, otra de las tantas con
secuencias de la psicosis bélica. El fantasma comunista, que Hitler agitó para cometer los crímenes mas horrendos y que Franco explota diariamente, ahora en la tierra de Jefferson y Lincoln para justificar una medida incalificable.
Ya exisíc, le sabemos de sobra, la
pena de muerte en EE.UU. ¿Y se pretende todavía ampliar su radio de acción, en nombre de una libertad que la propia comisión de investigación sobre las actividades «antiamericanas» ha vio- I lado mil veces? El peligro comunista no j ha de detenerse multiplicando las sillas j eléctricas: no es matando como se salva ¡a libertad.
multado 196.000 votos favorables a la reforma, contra 168.000 en contra de !a misma.
A partir del primero de mayo de 1952, pues, la República Oriental del Uruguay no tendrá ya un presidente. El actual, Martínez Trueba, será reemplazado por un «colegiado», cuerpo que asumirá el poder ejecutivo y estará compuesto por seis miembros de la mayoría parlamentaria y tres de la minoría. Cada uno de ellos, por tumos escalonados, ejercerá las funciones, sobre todo representativas, de la presidencia.
Sin lugar a dudas, ha sido la vecindad de Perón, en la orilla opuesta del río de la Plata, la que ha incitado al Uruguay a abolir el sistema personalista del poder ejecutivo. Transformando éste en un cuerpo de carácter colectivo, se desea evitar todo riesgo de dictadura; el slogan del partido batllista —el más importante del país, y favorable a la reforma constitucional—era justamente: «Nunca ha habido tiranías colegiadas».
Y vemos así qut este país, llamado
ya muchas veces «la Suiza suramerica-na», calca casi fielmente del modelo lilvélico el sistema del poder ejecutivo. Martínez Trueba será uno de los pocos jefes de Estado que preconiza una reforma cuya primera consecuencia es el término de su mandato.
Aunque, si bien se mira, la abdicación no es completa: ya que el mismo Martínez será el encargado de presidir el primer consejo federal colegiado. Ha sido ya designado, a ese efecto, por el partido batllista, junto con otros cinco miembros de dicha organización política. En resumen, que no pierde lodo el ejecutivo, sino simplemente una parle de él...
Se acabó el presidente, y comienza la era de los presidentes. Cambio que el pueblo no parece haber tomado muy en serio, dada la menguada asistencia a las urnas. El hombre uruguayo ;e dice, no sin razón: poca diferencia habrá entre un solo sillón presidencial y nueve sillones gemelos...
M. Z.
Cartas de Suecia
í) MANERA DE INTRODUCCIÓN OS c o m p l a c e m o s hoy en presentar la pr imera (¡Carta d e Sue
cia» e s c r i t a e s p e c i a l m e n t e para R U T A por n u e s t r o a m i g o N i s se Latt . Es t e c o m p a ñ e r o , del que o freceremos per iódica
m e n t e crón icas sobre la a c t u a l i d a d sueca , e s t u v o en E s p a ñ a d u r a n t e la R e v o l u c i ó n y conserva g r a n s i m p a t í a per el M o v i m i e n t o ibérico. S i r v a n las presente s l ineas , pues , para expresar n u e s t r a sati:-fac:-ión por la n u e v a co laborac ión que enr iauece a R U T A .
LA REDACCIÓN.
Cuando se me solicitó que escribiera algo sobre Suecia—costumbres del país y otros hechos que pudieran ser de interés para mis amigos españoles—, no pude dejar de preguntarme: ¿por dónde empezar, sobre qué cosas hablar?
Vayamos hoy a las generalidades. Suecia es—y vaya esto como noción de tipo escolar—un país de forma alargada, con gran diferencia de clima en los antípodas. En el Norte, hará unos 75 años, existían grandes bosques inexplo-tados, de enormes pinos y abetos; sobre el valor de los mismos, los habitantes del lugar no se podían hacer una idea exacta.
En los montes se escondían tesoros de hierro, la mayoría de veces casi en la superficie de la tierra. Aun hoy, habría tanto hierro como para armar a una Alemania dispuesta a emprender la tercera guerra mundial. Pero de los bosques, en cambio, no quedaría suficiente materia prima para hacer espadas de madera destinadas a una cuarta guerra mundial...
La causa es que los bosques fueron bárbaramente explotados. Fué la época de oro para los explotadores: con pequeñas cantidades de aguardiente y billetes de cien coronas, compraron territorios y bosques que se podían valorar en millones, convirtiendo al mismo tiempo a los pobres campesinos—que hasta entonces disfrutaban libremente de sus bienes—en modernos esclavos de la industria. La libertad desapareció de los bosques; la caza fué luego privada, ya que solamente las compañías imponían su ley, y a partir de entonces los funcionarios reinaron sobre hombres y bestias.
Los leñadores fueron sometidos a la esclavitud, caracterizada por una o dos coronas de salario diario, con la vida de meses y meses en el bosque, distanciados por decenas de kilómetros de los pueblos, sin casas dignas de ese nombre, sin confort ninguno. Para albergarlos se construyeron barracones, donde hombres y caballos vivían en promiscui
dad. En el centro de estos barracones había un gran hogar, donde se hacía la comida y se secaban las ropas de abrigo, tan necesarias en un crudo clima que muy a menudo llega a alcanzar 30 grados bajo cero y algunas veces hasta 50.
En la primavera, los ríos arrastraban troncos tras troncos hacia el mar. Esto les permitía a los nuevos poseedores extraer enormes beneficios. Aunque, poco a poco, los explotados comprendían la injusticia de su situación: el eco del mundo comenzaba a oirse en los bosques... Pero esto—como diría Kipling— es otra narración. Continuemos hoy con las generalidades sobre Suecia.
Sobre la historia del país, muy poco sabemos del período anterior al año 1000. En algunos lugares h«n quedado piedras de granito con inscripciones que hablan de crímenes, rapiñas y robos de los antiguos Vikyngs, en tierra natal y en el extranjero: viajeros infatigables, recorrían lejanos países a la búsqueda de nuevos productos y nuevas riquezas. La leyenda ha presentado como héroes estos hombres rudos y salvajes: heroicidad basada únicamente en su manera de viajar y matar...
Aparte de esto, existen muchas páginas vacías en nuestra historia. Muy poco se sabe de la larga dinastía de los' reyes llamados Karlos. Lo cierto es que fuimos «descubiertos» por los germanos, quienes arrasaron el país pero dejaron huellas de su relativa civilización en tierra sueca.
Desde entonces, famosos y conocidos reyes ha habido. Todos ellos se convirtieron en santos nacionales, después de haber arruinado totalmente el país, robando para enriquecerse. Si añadimos a esto la clásica y tradicional costumbre de asesinar hermanos y esposas, podréi constatar que la antigua monarquía sueca tuvo enorme semejanza con la de los otros cristianos y civilizados países...
N I S S E LATT.
En el próximo número: «Breve esquema de la situación actual .
CARTAS DE ITALIA V W * W V W W W » W > A
BAJO EL SIGNO DE LA MISERIA nace la «soberanía» ifalíana
E N una de las crónicas aparecidas hace unas semanas en las columna» de RUTA, traté el problema
relativo a la revisión del tratado de paz entre Italia y las naciones occidentales.
Los grandes magnates italianos, que quieren devolver a los fascistas la potencia que tuvieron hace un tiempo en esta desgraciada tierra, con el interesado apoyo de América, deseosos ele dar una apariencia de legalidad a las medidas belicistas que se adoptan desde hace algunos años por la defensa de sus intereses imperialistas de expansión y dominio, han finalmente con-
Por ALDO VINAZZA seguido el resultado esperado (que constan, en parte al menos, en las cláusulas restrictivas que fueron introducidas a voiuntad).
Hasta hoy, Italia parecía, en la forma, un país en estado de inferioridad moral, militar y piolitica en\ el conjunto de s-us colegas aliados. Desde ahora, sin alterar su situación de servidumbre política y económica ul imperialismo norteamericano (que se verá mayormente aumentada con la exportación a Italia de capitales extranjeros, exportaciones que fueron solicitadas por los financieros de Watt-Street), se comienza a hablar de «soberanía». En realidad, sólo los americanos podrían hablar de ella, ya qut se sirven de la italiana a su gusto y gana.
La satisfacción de los fanáticos nacionalistas italianos es enorme; y laminen lo es la de los industriales, que tienen ahora vía iibre, formalmente, para la producción de material bélico; y también la de De Gasperi y su séquito, por las respuestas a la petición italiana favorable a la revisión de los clausulas, especialmente militares, por parle de los gobiernos de Grecia, Francia}. Gran Bretaña, Estados Unidos, Nueva Zelandia, Brasil, Bélgica, Sur África y la China de Tchang-Kai-Chek... y la respuesta casi positiva de la Yugoeslavia de Tito.
Desde ahora, los generales italianos ex-fascístas, criminales legalizados, podrán proceder a las fortificaciones de las costas y podrán hacer concreta y efectiva la participación del pais en los planes de guerra estadounidenses, poniendo a la disposición de los procónsules de allende el Atlántico bases militares armadas para la participación en el próximo conflicto mundial.
Todo esto bajo el signo de la miseria y el hambre, ante un invierno que deparará aun mayores sufrimientos a
res millones de desocupados que pululan por Italia, y a los miles de víctimas de Polesine, que se encuentran sin casa, sin vestido, sin medios ni recursos—salvo los que les facilita la acción solidaria de los obreros.
El continuo y vertiginoso aumento
del costo de vida se agrava con el absurdo presupuesto del gobierno, que paraliza y absorbe millares de millones para la guerra, aumentando el cien por ciento los gastos de los ministerios y negándose en cambio a aumentar los salarios de hambre y las pensiones a los ancianos jfue se han desgastado dando lo mejor de sí por la patria... y el monedero de los burgueses italianos.
La oposición de las izquierdas continúa presentando temas viejos o de sentido nacionalista y burgués; continúa rompiéndose la cabeza contra barreras que no logrará derribar, y hace seguir a los trabajadores italianos una falsa rula que sólo hace acentuar la miseria.
Agravado todo ello, naturalmente, por los mismos trabajadores que no han comprendido todavía enteramente Í uántos peligros encierra esa batalla absurda en torno a la «soberanía», i/ i nán dañosa es la acción a que se les conduce por sus líderes.
Los encuentros y discusiones entre Oriente y Occidente facilitan la preparación de la guerra. Y, en ese sentido, la revisión del tratado de paz con Italia es un episodio más de esa campaña. La oposición bolchevique es también otro episodio, idéntico en el fondo.
La acción revolucionaria de las masas italianas es la sola que puede im-pedir la continuación de esa política de guerra por parte de las esferas gubernamentales. Si lográsemos hacer fracasar en Italia las ambiciones de ambos imperialismos, crearíamos un polo de atracción para el proletariado de otros países.
Crímenes en Brasil El ex-dictador Getulio Vargas, actual
presidente constitucional del Brasil por voluntad de sus olvidadizos ciudadanos, ha vuelto a las andadas. Recordando •sus antiguos tiempos—de 1931 a 1945— en cfie torturaba y fusilaba a los que se le oponían, repite sus hazañas: en Porto Alegre, una de las principales ciudades del pais, la policía ha abierto el fuego sobre una multitud de obreros que habían organizado una manifestación pública.
No nos interesa ahora si las víctimas jue ron o no comunistas. Son víctimas y basta. El ataque de la policía fué alevoso y premeditado, ya que ningún incidente se había producido en la manifestación.
¿Comprenderá al fin el pueblo brasileño que Vargas merece algo muy distinto al sillón presidencial?
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