Heinrich WöLffli

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Universidad del RosarioHistoria del arte: métodos e investigaciónElaborado por: David Felipe Nieves.Ficha de lectura Heinrich WölfflinHeinrich Wölfflin fue un historiador del arte suizo de la corriente formalista nacido en

1866. Wölfflin provenía de una familia acomodada. Entre 1882 y 1886 Wölfflin realizó sus

estudios universitarios en la Universidad de Basilea, llegando a ser alumno de Jacob

Burckhardt, al cual más tarde sucedería como catedrático. Para 1901 fue profesor en la

Universidad de Berlín y luego se trasladaría a enseñar a la Universidad de Múnich.

Finalmente, en 1924 Wölfflin ingresó como profesor a la Universidad de Zúrich. No

obstante, ya en 1915 publicaría Conceptos fundamentales de la historia del arte, obra de

vital importancia para el estudio de la historia del arte y objeto del presente escrito1.

El objetivo de Wölfflin en el texto es establecer los conceptos fundamentales que permiten

explicar y comprender la evolución del arte a través de la historia, específicamente, para

precisar el cambio en las formas de representación que se dio en el arte para los siglos XVI

y XVII con el Renacimiento y el Barroco. En este sentido, la tesis del autor es que un

análisis calidad y expresión artística debe ir acompañado, a su vez, de un estudio del modo

de representación en sí mismo. Es decir, cada artista tiene una determinada óptica desde la

cual observa al mundo: “el descubrimiento de esos ‘estratos ópticos’ ha de considerarse

como la tarea más elemental de la historia del arte”2. Las fuentes utilizadas por Wölfflin

son esencialmente de carácter primario. Es mediante las fotografías de las diversas pinturas,

esculturas y estructuras propias del Renacimiento y del Barroco que el autor desarrolla su

texto. Por otro lado, en algunas ocasiones el autor se remite a textos propios de las épocas

para sustentar sus argumentos.

Wölfflin afirma que la evolución del arte durante los siglos XVI y XVII se puede observar

mediante cinco pares de conceptos, de los cuales se enunciará solo el primero: la evolución

de lo lineal a lo pictórico. No obstante, es necesario precisar que para Wölfflin el concepto

de ‘evolución’, no significa que un arte sea mejor que otro o que las formas de

representación y visión evolucionan por sí mismas: “el arte barroco no es ni una decadencia

1 Noriega, Simón. «Heinrich Wölfflin y la pura visualidad.» Presente y pasado, nº 21 (2006): 174-195.2 Wölfflin, Heinrich. Conceptos fundamentales de la historia del arte. Madrid: Espasa-Calpe, 1976.P. 33

ni una superación de lo clásico: es, hablando de un modo general, otro arte”3. En este

sentido, estas dos formas de arte se basan en diferentes concepciones del mundo. Al mismo

tiempo, el autor resalta que los años propuestos no deben ser tomados como unidades

estáticas de estilo, pues la producción artística durante estos siglos no fue homogénea.

De esta manera, Wölfflin procede a trazar la transición de estilo que se da entre el

Renacimiento y el Barroco mediante el cambio de una visión lineal a una pictórica,

representados en dos formas diferentes de concebir el mundo. Es necesario aclarar, afirma

el autor, que lo pictórico no necesariamente hace referencia a lo colorido. En primer lugar,

Wölfflin resalta que la diferencia entre la representación lineal y pictórica radica en que la

primera intenta presentar las cosas tal y como son, prefiere la figura firme y precisa,

mientras que la segunda retrata el mundo en cuanto visto y no en sí mismo. Así, la

delimitación uniforme de los cuerpos será propia del estilo lineal, mientras que lo

pintoresco se remite a la impresión de movimiento en las obras. Estas diferencias se

expresan en los dibujos, pinturas y colores.

Por otra parte, Wölfflin también resalta las diferencias de los estilos renacentistas y barroco

en el ámbito de la escultura y la arquitectura. No solo se pueden pensar las distinciones

entre estos estilos en los términos de planos tranquilos (clásico) y los movidos (barroco),

sino que, a su vez, debe considerarse el tratamiento de la forma. La escultura clásica niega

toda figura de la que no se pueda decir con qué orientación fue concebida, mientras en el

barroco no se puede fijar una orientación determinada. Así, en el barroco, “la

representación cuenta con efectos que no buscan ya la mano, sino la vista”4. En cuanto a la

arquitectura, la diferencia radica en que en los dos estilos ya no se expresan los

requerimientos imitativos sino el concepto de la decoración. En este sentido, en las

estructuras clásicas se observar una escena que permanece inmutable y tangible, mientras

que en el barroco se da la ilusión de que esta puede variar ante la vista.

Ahora bien, es necesario comentar y cuestionar uno de los conceptos tratados por el autor:

evolución. Si bien Wölfflin afirma que el arte clásico no es superior al barroco, ni este

último es mejor que el primero, sustenta que solo es a través de una concepción táctil es que

3 Wölfflin, Heinrich. Conceptos fundamentales de la historia del arte. Madrid: Espasa-Calpe, 1976.P. 374 Wölfflin, Heinrich. Conceptos fundamentales de la historia del arte. Madrid: Espasa-Calpe, 1976.P. 92

se puede concebir una visión óptico-pictórica. No obstante, para Wölfflin el arte

‘preclásico’ es considerado como primitivo y arcaico. De esta manera, es válido

cuestionarse ¿No entra en contradicción considerar a las obras preclásicas como arcaicas y

al arte barroco y renacentista como dos formas diferentes de ver y concebir el mundo?

¿Qué tan problemática es esta visión para la historia del arte? Aún más, el autor no da

cuenta de los diferentes procesos a nivel histórico, cultural y político que pudieron

condicionar los cambios al momento de concebir el mundo de una forma determinada: ¿En

qué medida son estos aspectos relevantes para clarificar la transición del arte renacentista

del siglo XVI al barroco del siglo XVII?