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REGULACIÓN DE LA CALIDAD EN LA ACTIVIDAD DE DISTRIBUCIÓN ELÉCTRICA
EN ESPAÑA: ESTUDIO DE EVALUACIÓN
Albert Santandreu Corretgéa, Miguel Cruz Zambranoa, Dr. Andreas Sumpera,b,c, Dr. Antoni Sudrià i
Andreua,b,c
aInstitut de Recerca en Energia de Catalunya (IREC), C. Josep Pla, 2, edifici B2, Planta Baixa - 08019
Barcelona, Spain
bCentre d’Innovació Tecnològica en Convertidors Estàtics i Accionaments (CITCEA-UPC), Universitat
Politècnica de Catalunya (UPC), C. Comte d’Urgell, 187, Pl. 1. 08036 Barcelona, Spain
cCentre d’Innovació Tecnològica en Convertidors Estàtics i Accionaments (CITCEA-UPC), Universitat
Politècnica de Catalunya (UPC), Av. Diagonal, 647, Pl. 2. 08028 Barcelona, Spain
Resumen
La introducción de un factor Q dentro de la fórmula del “revenue cap” como mecanismo de
regulación de la calidad en la actividad de distribución eléctrica en España pretende eliminar los
posibles efectos negativos de la regulación por incentivos. Este estudio evalúa el comportamiento
del factor Q así como una simulación de los incentivos que produce, obteniendo como resultado que
éste incentiva a la mejora continua de la calidad, proporciona distintos incentivos para cada empresa
y produce mayores incentivos para una reducción del tiempo de las interrupciones que para una
reducción de la frecuencia de éstas.
Palabras clave: regulación, incentivos, distribución eléctrica, calidad del servicio.
Clasificación JEL: D15, L51, L94
1. Introducción
El suministro de servicios públicos por empresas privadas que en alguna medida constituyen
monopolios naturales deben ser regulados (Berg y Tschirhart, 1988; Joskow, 2006) con el objetivo de
eliminar las ineficiencias del monopolio. Durante muchos años el método de regulación más
utilizado fue la regulación por “rate of return”. La regulación por “rate of return” fue criticada por
primera vez por Averch y Jonshon (1962) debido a que bajo esta regulación detectó en las empresas
reguladas el efecto “A-J effect” o de “sobrecapitalización”, el cual consiste en que si la regulación le
permite al monopolista obtener un beneficio que se define como una tasa máxima sobre el capital,
entonces dicho monopolista tendrá incentivos para sobreinvertir en activos, a efectos de
incrementar el total de sus beneficios. Por lo tanto, las empresas pueden tener relativamente poco
incentivo para minimizar los costes, ya que una reducción de costes produce una disminución de los
precios y, por tanto, de los beneficios (Spence, 1975).
Estos inconvenientes han ocasionado que muchos países hayan promovido iniciativas de reformas
regulatorias de las industrias de servicios públicos con objetivo de sustituir la regulación tradicional
por “rate of return” por una regulación de incentivos a fin de promover la mejora de la eficiencia
técnica y económica. A diferencia de la regulación por “rate of return” que induce a sobreinvertir en
capital y los niveles de calidad tienden a ser elevados e incluso mayores que el óptimo (Ergas y Small,
2001), la regulación por incentivos tiende a lo contrario, es decir, por el hecho de que los precios no
dependen directamente de los costes, la empresa regulada puede tener la tentación de reducir sus
costes mediante una reducción de la calidad del servicio, y así poder aumentar sus beneficios (Ai y
Sappington, 2002). Con regulaciones de incentivos del tipo “price cap” la empresa regulada no
puede aumentar el precio incluso si realiza inversiones para mejorar la calidad del servicio, y como
consecuencia tenderá a reducir las inversiones y los costes de operación y mantenimiento ya que
aumentarlos no le supone ningún incentivo, por tanto la calidad del servicio disminuirá.
Este efecto ha sido ampliamente estudiado, sin embargo tanto la teoría económica como la
investigación empírica no ofrece conclusiones inequívocas sobre los efectos de la regulación por
incentivos en la calidad del servicio (Jamasb, T. y Pollitt, M., 2007). Por un lado, están las
investigaciones que no encuentran relación entre la regulación y la calidad, como en el estudio de
Vickers y Yarrow (1998) que señalan que la calidad del servicio de British Telecom no se ha
deteriorado des de la privatización, pero tampoco ha mejorado mucho. Sappington (2003) en la
evaluación de los estudios empíricos realizados por Ai y Sappington (1998), Roycroft y García-Murrilo
(2000), Banerjee (2003), y Clements (2004), encuentra que con la regulación por incentivos algunos
aspectos de la calidad de servicio de las telecomunicaciones han mejorado mientras que otros
aparentemente se han reducido. Ai et al. (2004) también encuentran que la regulación de incentivos
se relaciona con una mayor calidad del servicio en algunas dimensiones (por ejemplo, la instalación
más rápida de un nuevo servicio telefónico, menos informes de problemas, y el aumento de la
satisfacción del cliente), pero significativamente menor en otras dimensiones (menos cumplimiento
de compromisos de instalación y más retrasos en la solución de problemas del servicio).
En cambio, por otro lado existen algunas investigaciones que sí encuentran alguna relación. Por
ejemplo, Kidokoro (2002) encuentra que un cambio de regulación de la “rate of return” hacia “price-
cap” cuando se relaciona la calidad del servicio con la inversión, el cambio de regulación reduce el
nivel de calidad del servicio entregado. Uri (2004) en su investigación empírica también encuentra
que la calidad del servicio se ha reducido con la aplicación de la regulación por incentivos. Ter-
Martirosyan (2003) concluye que todos los regímenes de incentivos tienen un impacto similar en la
calidad, es decir, causan un aumento significativo en la duración de las interrupciones eléctricas si no
se acompaña con parámetros estrictos de calidad, sin embargo no hay pruebas de que afecte a la
frecuencia de interrupciones.
No obstante, relacionar directamente la calidad del servicio con la regulación por incentivos puede
ayudar a evitar que con ésta se reduzcan las inversiones en la calidad del servicio. Esta relación es
estudiada por Tardiff y Taylor (1993) y Fraser (1994), que encentran que la calidad del servicio
mejora cuando la regulación por incentivos incorpora algún tipo de regulación de la calidad.
La regulación de la calidad bajo una regulación por incentivos tiene especial interés en la actividad
de distribución eléctrica, por su particularidad de ser un monopolio natural y por ser una actividad
intensiva en capital, y a su vez, a medida que aumenta el desarrollo del país los consumidores cada
vez son más exigentes con el nivel de calidad percibido. El cambio del marco regulatorio de la
actividad de distribución eléctrica en España hacia una regulación por incentivos que incorpora
incentivos a la mejora de la calidad, supone una evolución de la anterior regulación por incentivos,
que regulaba la calidad mediante estándares de calidad. La vigente regulación establecida en 2008
introduce en la fórmula del “revenue cap”, un factor Q, en consonancia con los estudios de Uri
(2004), Façanha y Resende (2004), y Currier (2007) que muestran que es deseable incorporar la
regulación de la calidad del servicio en la regulación por incentivos, por ejemplo, mediante un
parámetro de calidad, factor Q, que se incluya en la fórmula del cálculo del precio final.
El objetivo de este estudio es dar a conocer el funcionamiento del factor Q que se está aplicando en
la actividad de distribución eléctrica en España. El análisis de este factor aportará una mayor
comprensión de los efectos de la regulación de la calidad y de qué parámetros afectan a los
incentivos para la mejora de la calidad de las redes de distribución eléctrica. Sin embargo, el efecto
real de este factor no podrá ser evaluado hasta el final del actual periodo regulatorio en 2012,
cuando se dispondrá de valores reales de los índices de calidad. Por este motivo, en el estudio se
realiza un análisis de sensibilidad del factor Q y una simulación hipotética de qué incentivos se
hubieran obtenido para el periodo 2007-2010.
El artículo se estructura de la siguiente manera. La siguiente sección introduce las dificultades de
regular la calidad del servicio y los distintos tipos de esquemas de regulación que existen. La Sección
3 proporciona una visión general de qué indicadores se utilizan en España para medir la continuidad
de suministro y que evolución han tenido estos indicadores des de la liberalización del sector hasta
el momento. Asimismo, se proporciona una visión general de la nueva regulación de la actividad de
distribución, la cual introduce un factor Q. La Sección 4 analiza el comportamiento del factor Q. La
Sección 5 concluye que este factor Q proporciona incentivos a mejorar la calidad en mercados con
una baja calidad histórica, sin embargo en mercados donde la calidad presenta buenos valores, el
factor Q pierde fuerza en su objetivo de incentivar la mejora de la calidad. Y en la Sección 6 se
termina con una discusión de los efectos que produce el factor Q.
2. Regulación de la calidad
2.1. Dificultades de regular la calidad.
Como se introducido en la sección anterior, la calidad del servicio tiene un coste y hay una
preocupación de que la búsqueda de incentivos de ganancias por las empresas puede tener un
efecto negativo en la calidad del servicio. Elaborar una regulación por incentivos a gusto de todo el
mundo es muy difícil por varias razones. Las principales complicaciones se derivan, en primer lugar,
del hecho de que la calidad del servicio es multidimensional. El nivel óptimo de la calidad depende
de las preferencias de los consumidores, y estos pueden variar ampliamente. La medición de la
calidad puede ser difícil e incluso el comportamiento de los consumidores puede afectar a la calidad
de la red (Fumagalli et al., 2007). Además, las diferentes empresas que se enfrentan a un mismo
régimen regulatorio deben afrontar distintas estructuras de costes para ofrecer el mismo nivel de
calidad (Frontier Economics, 2003).
Esto es debido a que la calidad de servicio de una empresa depende de varios factores como: i) las
características demográficas de las zonas de suministro, por ejemplo la densidad de población que
afecta a los costes del servicio; ii) las consideraciones políticas, como requisitos y legislaciones
propias de cada zona de suministro sobre regulación de la calidad del servicio; iii) condiciones
económicas generales, como el ingreso per cápita o los salarios que afectan a la demanda y al coste
del servicio; iv) la estructura del sector, incluida la naturaleza y el grado de competencia de la
industria que incentiva a las empresas a proporcionar una mayor calidad del servicio; v) las
regulaciones del sector que afectan a los incentivos de una empresa o a la capacidad de suministro
de la calidad del servicio; vi) la tecnología de la industria, que puede afectar a la costes de la
prestación de servicios de calidad; y las vii) condiciones climatológicas (Ai et al., 2004).
Desde el punto de vista teórico, como se observa en la Figura 1, en el diseño de un esquema de
incentivos, el nivel de bonificación/penalización se debe establecer de modo que refleje el valor
social (beneficio marginal) de la unidad adicional de calidad que permita alcanzar el nivel de calidad
óptimo, punto donde se minimiza el coste total de la calidad (Rivier y Gómez, 2000). No obstante,
determinar el nivel óptimo de calidad no es una tarea fácil ya que en general no se conoce ni la
función de coste de las inversiones en mejoras de la calidad y ni la función de coste de la falta de
calidad para todos los clientes, ya que sí se puede calcular el coste de ambas con el nivel de calidad
actual pero no para niveles de calidad que aún no se han alcanzado. Tampoco hay razón para
suponer que el valor marginal de una unidad adicional de calidad es el mismo en todos los niveles de
calidad, por consecuencia el esquema de incentivos debería variar según la ubicación geográfica ya
que el coste de inversión varía en función del mercado que hay que suministrar.
Coste
(€)
CalidadNivel óptimo de
calidad
Costes de las
inversiones en mejora
de la calidad
Costes de la falta de
la calidadCoste total de la
calidad
Figura 1. Nivel óptimo de calidad. Fuente: Elaboración propia a partir de Rivier y Gómez (2000)1.
Además, en vista de la naturaleza evolutiva de la calidad del servicio, la aplicación de esquemas de
incentivos para la mejora de la calidad del servicio se puede y se debe ajustar con el tiempo,
moviéndose en dirección al conocimiento de las preferencias del consumidor y de los nuevos
métodos de recopilación y gestión de datos de la calidad.
1 El nivel óptimo de calidad o el coste total mínimo de la calidad, se alcanza cuando las derivadas parciales de
las funciones de coste de la inversiones y de la falta de calidad son iguales y de signo contrario.
2.2. Esquemas para la regulación de la calidad de servicio
Existen distintos tipos de instrumentos para regular la calidad del servicio. En su estudio Ajodhia y
Hakvoort (2005) los clasifica en tres tipos: instrumentos indirectos, estándares y esquemas de
incentivos.
Los instrumentos indirectos se basan en promover una buena calidad de servicio mediante la
obligación a las empresas reguladas a publicar la información de la calidad de sus redes. La idea
básica consiste en exponer la empresa regulada a la opinión pública, de este modo el efecto de la
reputación puede ser especialmente fuerte en empresas que también participan en mercados
competitivos (Weisman, 2002). Los estándares de calidad consisten en definir unos límites máximos
por zona geográfica que las empresas reguladas no deben sobrepasar. Estas únicamente reciben una
sanción en forma de multa o de rembolso al cliente en caso de no cumplir con estos límites. Y
finalmente, los esquemas de incentivos relacionan estrechamente el precio y la calidad. De este
modo cada nivel de calidad está asociado a algún tipo de ajuste en el precio en forma de
bonificación o de penalización.
3. Marco regulatorio de la actividad de distribución eléctrica en España
3.1. Regulación y calidad
Cuando en la regulación por incentivos se incorpora la regulación de la calidad, se reducen los
posibles efectos de compensación causados por la reducción de costes. Un ejemplo de la relación
positiva entre la regulación por incentivos y la regulación de la calidad en la actividad de distribución
eléctrica, son los estudios de Giannakis et al. (2005) y Joskow (2008) que encuentran que los
regímenes que regulan la calidad, ya sea con normas de calidad o mecanismos asociados, no
presentan un deterioro de la calidad del servicio. En la actividad de distribución eléctrica de España,
como se verá en el siguiente apartado, el establecimiento de la regulación por incentivos también ha
ido acompañada por una regulación de la calidad.
Los principales objetivos de la regulación de la calidad en España están focalizados, principalmente,
en la mejora de la continuidad de suministro estableciendo unos índices de calidad en función de la
frecuencia y el número de las interrupciones (RD 1955/2000) siguiendo las recomendaciones
establecidas a nivel europeo (UNIPEDE, 1997). A diferencia de muchos países en que estos
indicadores de continuidad están ponderados por el número de clientes (CEER, 2008), en España
están ponderados por la potencia afectada en aras de ofrecer una mejor comparación de los datos,
debido a que los grandes clientes pueden tener más interrupciones y más largas que los pequeños
consumidores.
La regulación de la calidad en la actividad de distribución eléctrica en España se basa en el
establecimiento de tres índices de calidad llamados TIEPI, Percentil 80 del TIEPI y NIEPI, indicadores
que miden la fiabilidad de la red eléctrica con una periodicidad mensual, teniendo en cuenta solo las
interrupciones de larga duración (Orden ECO/797/2002). El TIEPI se define como el tiempo de
interrupción equivalente de la potencia instalada en media tensión. El Percentil 80 del TIEPI es el
valor del TIEPI que no es superado por el 80% de los municipios del ámbito provincial definidos. Y el
NIEPI es el número de interrupciones equivalente de la potencia instalada en media tensión.
Cada distribuidora debe mantener los niveles de calidad individual y calidad zonal. La calidad
individual es la que hace referencia a cada uno de los consumidores, y por su parte la calidad zonal
es la referida a una determinada zona geográfica. Los índices de calidad zonales se clasifican a su
vez, por zonas en función de la densidad demográfica. En España se han definido 4 tipos de zonas: la
zona urbana para las poblaciones de más de 20.000 habitantes, la zona semiurbana para las
poblaciones entre 20.000 y 2.000 habitantes, la zona rural concentrada para las poblaciones entre
2.000 y 200 habitantes, y la zona rural dispersa, para las poblaciones de menos de 200 habitantes.
3.2. Regulación de la actividad de distribución 1997-2007
Desde la liberalización del sector eléctrico en España en 1997, se estableció una regulación por
incentivos del tipo “revenue cap”2 en la actividad de distribución eléctrica. El marco regulatorio de la
retribución que perciben las empresas distribuidoras que operan en el sector eléctrico español
adolecía de importantes deficiencias derivadas de la falta de transparencia, del no tratamiento
individualizado de las empresas, de la no consideración las especificidades propias de cada zona
geográfica y de no proporcionar incentivos a la mejora de la calidad (CNE, 2001; Gómez, 2007; Pérez-
Arriaga, 2005).
En referencia a esta última deficiencia, en el año 2000 se definió la calidad del servicio eléctrico que
debía tener la actividad de distribución mediante, entre ostros aspectos, el establecimiento de los
estándares de calidad, y en 2002 se estableció la metodología de recogida y cálculo de datos sobre la
calidad y la obligatoriedad de ser auditada.
La regulación por incentivos, en un principio no fue acompañada de ninguna regulación de la calidad
del servicio hasta que en 2004 se incorporó a la tarifa eléctrica una partida para el “plan de mejora
de la calidad de servicio y electrificación”, que consistía en una financiación mediante la tarifa
eléctrica de parte de las inversiones necesarias para las empresas que no cumplían con los
estándares de calidad. Si pasado dos años aún no se habían realizado las mejoras establecidas en el
“plan de mejora de la calidad de servicio y electrificación” o bien estas mejoras no habían sido
suficientes para tener unos índices de calidad inferior a los estándares, las empresas distribuidoras
podían ser sancionadas.
En la Figura 2 y la Figura 3 se puede observar que las ayudas del “plan de mejora de la calidad de
servicio y electrificación” para mejorar la calidad de las redes de distribución han contribuido a
mejorar los índices de calidad del servicio de la actividad de distribución eléctrica en España.
2 La regulación por “revenue cap” es una variación de la regulación por “price cap” que pretende obtener los
mismos efectos, sin embargo en lugar de limitar los precios de los servicios, se limitan los ingresos que pueden obtener las empresas reguladas por un periodo de tiempo determinado.
Figura 2. Evolución del TIEPI. Fuente: Elaboración propia.
Figura 3. Evolución del NIEPI. Fuente: Elaboración propia.
A pesar del establecimiento de unos estándares de calidad y la incorporación de una ayuda a la
mejora de la calidad, esta regulación seguía sin incorporar incentivos a la mejora de la calidad, ya
que el “plan de mejora de la calidad de servicio y electrificación” únicamente constituía una
subvención, no estaba integrado en la fórmula del “revenue cap” y además no retribuía a las
empresas distribuidoras en función de su nivel de calidad exigido.
3.3. Regulación de la distribución a partir de 2008
Desde 2008 la actividad de distribución eléctrica en España está regulada por una regulación basada
en incentivos del tipo “revenue cap” establecida en el RD 222/2008, que pretende eliminar las
deficiencias de la anterior regulación. El mecanismo “revenue cap”, especificado en la ecuación (1),
regula el nivel máximo permitido de ingresos de una empresa distribuidora. Este nivel máximo de
ingresos se calcula para cada empresa de forma individualizada para un año base, y en base a este
valor se va actualizando anualmente y por un periodo máximo de cuatro años en función de cuatro
parámetros: un índice de actualización de la forma IPC-X, un índice Y de variación de los ingresos que
incorpora los planes de inversión y el crecimiento de la demanda, un factor Q de bonificación o
penalización a la calidad de servicio, y otro factor P de bonificación o penalización por la reducción
de pérdidas de las redes de distribución.
Es de destacar que la regulación de la distribución eléctrica incorpora en la fórmula del “revenue
cap” un factor Q con objetivo de proporcionar los incentivos adecuados a la mejora de la calidad, en
lugar de regular la calidad mediante el establecimiento de unos estándares zonales que cumplir, tal
como se hacía en la anterior regulación de la actividad de distribución eléctrica. Aún no se puede
evaluar su eficacia debido a que entró en vigor el año 2008 y no será hasta 2012 cuando se podrá
obtener conclusiones fehacientes. No obstante, en el siguiente apartado se realiza un análisis de la
fórmula del incentivo a la calidad del servicio, el factor Q, que permita realizar una primera
aproximación del comportamiento de la regulación sobre la calidad.
0M€
20M€
40M€
60M€
80M€
100M€
0,00
0,50
1,00
1,50
2,00
2,50
3,00
3,50
4,00
19
97
19
98
19
99
20
00
20
01
20
02
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
Plan mejora TIEPI
0M€
20M€
40M€
60M€
80M€
100M€
0,00
0,50
1,00
1,50
2,00
2,50
3,00
3,50
4,00
2003 2004 2005 2006 2007 2008
Plan mejora NIEPI
4. Análisis del factor Q
Como se ha comentado anteriormente, no existe una única regla para regular la calidad del servicio,
dependiendo ésta de las características del sector donde se quiera aplicar. Aún así el esquema
aplicado en un sector determinado puede variar en el tiempo, sin embargo los cambios deben ser
coherentes con el esquema anterior y debidamente justificados.
En el caso de la distribución eléctrica en España la regulación de la calidad se basa en la introducción
de un factor Q en el cálculo de la fórmula del “revenue cap”. El factor Q es calculado ex post, y
puede tomar valores positivos o negativos. Cuando Q>0 significa que la calidad de las redes de la
empresa distribuidora ha mejorado por encima de lo requerido, proporcionando una bonificación, y
por el contrario, cuando Q<0 significa que la calidad ha mejorado por debajo de los valores
requeridos, proporcionando una penalización.
El esquema de incentivos basado en un factor Q, se estableció en la Orden ITC/3801/2008, de 26 de
diciembre, que consiste en una bonificación o penalización que se calcula de acuerdo con la
siguiente fórmula, sujeto a la restricción de:
donde:
Donde Rn-1 es la retribución de la empresa distribuidora en el año anterior. QTIEPIn-1 es el incentivo a
la mejora del índice TIEPI y QNIEPIn-1 es el incentivo a la mejora del índice NIEPI. El cálculo del
incentivo correspondiente al TIEPI está afectado por un parámetro económico de valor
PTIEPI=1€/kWh y a su vez, el cálculo del incentivo correspondiente al NIEPI por un parámetro de valor
PNIEPI =1,5€/cliente e interrupción.
Los valores de TIEPItz-OBJETIVO,n-1 y NIEPItz-OBJETIVO,n-1 individualizados para cada empresa se calculan para
cada tipo de zona geográfica como media aritmética entre los valores obtenidos por la empresa
distribuidora y la media nacional durante tres años.
Los valores de TIEPItz-REALIZADO,n-1 y NIEPItz-REALIZADO,n-1 individualizados para cada empresa en cada tipo
de zona geográfica se calculan como media aritmética de los valores obtenidos por la empresa
distribuidora durante los tres años anteriores a la fecha de cálculo.
La Figura 4 muestra que a medida que los valores realizados del TIEPI y del NIEPI son mayores que
los valores objetivos, el valor de la penalización que recibirá la empresa distribuidora tiende a -3% de
Rn-1. Cuando los valores realizado del TIEPI y del NIEPI toman el mismo valor que los valores
objetivos, la empresa distribuidora no obtiene ni bonificación ni penalización. Y por último cuando
los valores realizado del TIEPI y del NIEPI son menores que los valores objetivo, el valor de la
bonificación que obtendrá la empresa distribuidora tiende a +3% de Rn-1.
TIEPI/NIEPIOBJETIVO –
TIEPI/NIEPIREALIZADO
+3%·Rn-1
-3%·Rn-1
€
Figura 4. Esquema de bonificaciones y penalizaciones: estructura básica. Fuente: Elaboración propia.
En la Figura 5 se puede observar que este esquema establece un nivel de calidad de referencia
móvil, es decir el valor del TIEPIOBJETIVO y NIEPIOBJETIVO tomará un valor diferente para cada año, y
también para cada empresa, que dependerá tanto de la calidad propia de la empresa distribuidora
como de la calidad media nacional. La bonificación o penalización a recibir para cada empresa es
independiente de los estándares de calidad establecidos. De este modo presentar los mismos
valores de calidad en dos años consecutivos, puede suponer que un año n la empresa distribuidora
obtenga una bonificación y en el siguiente (año n+1) una penalización. Del mismo modo, obtener
unos altos niveles de calidad no siempre garantiza recibir bonificaciones y obtener unos niveles de
calidad bajos no siempre significa recibir penalizaciones.
€
Año n
Bonificación
Año n+1
Penalización
Nivel de
referencia
(año n)
Nivel de
referencia
(año n+1)
Calidad
Figura 5. Relación entre el nivel de calidad de referencia (TIEPI y NIEPI objetivo) y los incentivos a recibir. Fuente: Elaboración propia.
5. Análisis de sensibilidad
Para analizar el incentivo que proporciona el factor Q para la mejora de la calidad de las redes de
distribución eléctrica, se ha realizado un análisis por separado para cada índice de calidad. El factor
QTIEPI es el incentivo que produce aumentar o disminuir el tiempo de interrupción de las
interrupciones y el factor QNIEPI es el incentivo que produce aumentar o disminuir el número de
interrupciones de las interrupciones.
El factor QTIEPI, como se ha mencionado en la sección 4, proporciona un incentivo a la mejora de la
calidad que depende, aparte de los índices de calidad, de la potencia instalada. El incentivo unitario
a recibir, en €/MVA, será el mismo independientemente del tipo de zona geográfica. La bonificación
o penalización a recibir es lineal, proporcionando mayores incentivos unitarios a empresas con un
TIEPIOBJETIVO mayor. En la figura 6.a) se observa que dos empresas que reduzcan un 10% su
TIEPIREALIZADO respecto su TIEPIOBJETIVO obtendrán distinta bonificación unitaria. Por ejemplo, una
empresa distribuidora con un TIEPIOBJETIVO de 4 horas recibirá por reducir un 10% su TIEPIREALIZADO
(hasta llegar a las 3,6 horas) una bonificación de 400€/MVA, por su parte, una distribuidora con un
TIEPIOBJETIVO de 2 horas recibirá por reducir un 10% su TIEPIREALIZADO (hasta llegar a las 1,8 horas) una
bonificación de 200€/MVA, es decir, la primera empresa obtendrá una bonificación unitaria del
doble respecto la segunda. Este efecto, se observa para cualquier valor de reducción. Como se
observa en la figura 6.b) donde una empresa distribuidora con un TIEPIOBJETIVO de 4 horas recibirá por
reducir un 50% su TIEPIREALIZADO (hasta las 2 horas) una bonificación de 2000€/MVA, y a su vez, una
empresa distribuidora con un TIEPIOBJETIVO de 2 horas recibirá por reducir un 50% su TIEPIREALIZADO
(hasta 1 hora) una bonificación de 1000€/MVA.
Además, este efecto es simétrico entre bonificaciones y penalizaciones. La penalización por
aumentar el TIEPI un porcentaje determinado, proporcionará el mismo incentivo unitario pero en
valor negativo que una disminución del TIEPI del mismo porcentaje. En la figura 6.c) se muestra que
una empresa distribuidora con un TIEPIOBJETIVO de 4 horas recibirá por aumentar un 10% su
TIEPIREALIZADO (hasta llegar a las 4,4 horas) una penalización de -400€/MVA, y a su vez, una empresa
distribuidora con un TIEPIOBJETIVO de 2 horas recibirá por aumentar un 10% su TIEPIREALIZADO (hasta 2,2
horas) una penalización de -200€/MVA.
Figura 6.a) Bonificación con una reducción de un 10% del TIEPIREALIZADO.
Figura 6.b) Bonificación con una reducción de un 50% del TIEPIREALIZADO.
Figura 6.c) Penalización con un aumento de un 10% del TIEPIREALIZADO.
Figura 6. Estructura de los incentivos a recibir por modificar el TIEPIREALIZADO un porcentaje determinado. Fuente: Elaboración propia.
El factor QNIEPI proporciona un incentivo a la mejora de la calidad que depende, aparte del índice
de calidad NIEPI, del número de clientes que suministra la empresa distribuidora. El incentivo
unitario a recibir, en €/cliente, será el mismo independientemente del tipo de zona geográfica. La
bonificación o penalización a recibir es lineal, proporcionando mayores incentivos unitarios a
empresas con un NIEPIOBJETIVO mayor y simétrica, proporcionando el mismo incentivo unitario pero de
signo contrario para una reducción o aumento del NIEPIREALIZADO del mismo valor porcentual. Al igual
que con el QTIEPI, la figura 7.a) muestra que con el QNIEPI una empresa distribuidora con un
NIEPIOBJETIVO de 4 horas recibirá por reducir un 10% su NIEPIREALIZADO (hasta las 3,6 horas) una
bonificación de 0,6€/cliente, y por su parte, una distribuidora con un NIEPIOBJETIVO de 2 horas recibirá
por reducir un 10% su NIEPIREALIZADO (hasta las 1,8 horas) una bonificación de 0,3€/MVA, la mitad que
la otra empresa. En la figura 7.b) se observa el mismo efecto. Una empresa distribuidora con un
NIEPIOBJETIVO de 4 horas recibirá por reducir un 50% su NIEPIREALIZADO (hasta las 2 horas) una
bonificación de 3€/cliente, y a su vez, una empresa distribuidora con un NIEPIOBJETIVO de 2 horas
recibirá por reducir un 50% su NIEPIREALIZADO (hasta 1 hora) una bonificación de 1,5€/cliente.
0100200300400500600700800900
1000
00
,5 11
,5 22
,5 33
,5 44
,5 55
,5 66
,5 77
,5 88
,5 99
,5 10
QTI
EPI (€
/MV
A)
TIEPI Objetivo (horas)
Reducción 10% TIEPI
0500
100015002000250030003500400045005000
00
,5 11
,5 22
,5 33
,5 44
,5 55
,5 66
,5 77
,5 88
,5 99
,5 10
QTI
EPI (€
/MV
A)
TIEPI Objetivo (horas)
Reducción 50% TIEPI
-1000-900-800-700-600-500-400-300-200-100
0
0 0,5 1 1,5 2 2,5 3 3,5 4 4,5 5 5,5 6 6,5 7 7,5 8 8,5 9 9,5 10
QTI
EPI (€
/MV
A)
TIEPI Objetivo (horas)
Aumento 10% TIEPI
En la figura 7.c) se observa la simetría entre bonificaciones y penalizaciones. Una empresa
distribuidora con un NIEPIOBJETIVO de 4 horas recibirá por aumentar un 10% su NIEPIREALIZADO (hasta 4,4
las horas) una penalización de -0,6€/cliente, es decir, el mismo valor obtenido por disminuir un 10%
su NIEPIREALIZADO pero de signo contrario. A su vez, una empresa distribuidora con un NIEPIOBJETIVO de 2
horas recibirá por aumentar un 10% su NIEPIREALIZADO (hasta las 2,2 horas) una penalización de
-0,3€/cliente.
Figura 7.a) Bonificación con una reducción de un 10% del NIEPIREALIZADO.
Figura 7.b) Bonificación con una reducción de un 50% del NIEPIREALIZADO.
Figura 7.c) Penalización con un aumento de un 10% del NIEPIREALIZADO.
Figura 7. Estructura de los incentivos a recibir por modificar el NIEPIREALIZADO un porcentaje determinado. Fuente:
Elaboración propia.
Hasta el momento se ha comprobado que los factores QTIEPI y QNIEPI, proporcionan incentivos
unitarios diferentes, el primero en función de la potencia instalada y el segundo en función del
número de clientes, pero también es necesario saber si estos dos factores proporcionan un incentivo
del mismo importe para una misma reducción porcentual, ya que no tiene el mismo coste mejorar el
número de interrupciones que la frecuencia de éstas.
La Figura 8 muestra que una misma reducción porcentual del TIEPIREALIZADO y del NIEPIREALIZADO no
proporciona un incentivo del mismo importe, es decir, en unidades monetarias (€). Esta figura
representa en valor porcentual, la diferencia del importe a recibir por el factor QNIEPI respecto el
importe del factor QTIEPI para una misma modificación porcentual de los índices de calidad. El valor
0,00
0,30
0,60
0,90
1,20
1,50
1,80
00
,5 11
,5 22
,5 33
,5 44
,5 55
,5 66
,5 77
,5 88
,5 99
,5 10
QN
IEP
I (€/c
liente
)
NIEPI Objetivo (horas)
Reducción 10% NIEPI
0,00
1,50
3,00
4,50
6,00
7,50
9,00
00
,5 11
,5 22
,5 33
,5 44
,5 55
,5 66
,5 77
,5 88
,5 99
,5 10
QN
IEP
I (€/c
liente
)
NIEPI Objetivo (horas)
Reducción 50% NIEPI
-1,80
-1,50
-1,20
-0,90
-0,60
-0,30
0,00
0 0,5 1 1,5 2 2,5 3 3,5 4 4,5 5 5,5 6 6,5 7 7,5 8 8,5 9 9,5 10
QN
IEP
I (€/c
liente
)
NIEPI Objetivo (horas)
Aumento 10% NIEPI
obtenido se compara en función del ratio de potencia instalada por cliente de la empresa
distribuidora en cualquier tipo de zona.
Por ejemplo, en el punto 1 una empresa con un ratio de 1,5 kVA instalados por cliente, recibirá un
incentivo del mismo importe por aumentar o disminuir el mismo valor porcentual el TIEPIREALIZADO y el
NIEPIREALIZADO. En el punto 2 una empresa con un ratio de 3 kVA/cliente, el importe a recibir por el
factor QNIEPI serà un 50% inferior al importe del QTIEPI, modificando porcentualmente el mismo
valor del NIEPIREALIZADO que el TIEPIREALIZADO. En el punto 3 una empresa con un ratio de 6 kVA/cliente,
el importe a recibir por el factor QNIEPI será un 75% inferior al importe del QTIEPI. Así, una empresa
con las características del punto 3, si reduce a la vez, por ejemplo, un 50% el TIEPIREALIZADO y un 50% el
NIEPIREALIZADO respecto sus valores objetivos, obtendrá un importe en euros un 75% inferior por parte
del factor QNIEPI respecto al importe que recibirá del factor QTIEPI. Este efecto, se reproduce de
igual forma independientemente del porcentaje del aumento o disminución de los índices de
calidad, y para cualquier tipo de zona geográfica.
Figura 8. Diferencia de incentivos a recibir, en valor porcentual, del factor QNIEPI respecto el factor QTIEPI. Valores de porcentaje negativos representa que el QNIEPI proporciona mayores incentivos que el QTIEPI. Fuente: Elaboración propia.
6. Discusión
Analizado desde el punto de vista teórico, el esquema de incentivos a la calidad aplicado en la
regulación de la actividad de distribución eléctrica en España y realizado su análisis de sensibilidad,
se ha realizado una simulación (ver Anexo) del factor Q para comprobar los aspectos observados en
las secciones anteriores.
Para realizar la simulación del funcionamiento del factor Q, se ha formulado la hipótesis de que cada
comunidad autónoma equivale a una empresa distribuidora, debido que los índices de calidad de las
empresas distribuidoras no son públicos y que el objetivo de este estudio no pretende evaluar el
cumplimiento de las empresas distribuidoras que actúan en el sector eléctrico español sino la
aplicabilidad y los resultados que puede ofrecer este esquema en cualquier sector
(telecomunicaciones, transporte, agua, gas, etc.) y en cualquier país.
Como resultado, se ha encontrado que el factor Q ocasiona una serie de efectos para su discusión,
que se detallan en los siguientes puntos:
-60%-50%-40%-30%-20%-10%
0%10%20%30%40%50%60%70%80%90%
1
1,5 2
2,5 3
3,5 4
4,5 5
5,5 6
6,5 7
7,5 8
8,5 9
9,5 10
(QTI
EPI-
QN
IEP
I)/Q
TIEP
I (%
)
Ratio kVA/cliente
1 2 3
i. Se incentiva a la mejora de la calidad como media aritmética de los niveles de calidad
obtenidos los últimos tres años.
ii. Los niveles de calidad objetivos son valores móviles, que no se rigen por los estándares de
calidad sino que son un promedio de los índices obtenidos por la empresa distribuidora y la
media nacional durante tres años.
iii. El factor Q no proporciona los mismos incentivos para un mismo nivel de calidad ni para un
mismo esfuerzo de mejora de la calidad, para todas las empresas.
iv. El factor Q no hace discriminación por zonas geográficas de las modificaciones de los índices
de calidad.
v. Los factores QTIEPI y QNIEPI que forman el factor Q, proporcionan distintos incentivos a
igual modificación de los dos índices de calidad.
Estos efectos conllevan a una serie de ventajas e inconvenientes en la aplicación de este esquema de
incentivos que se discuten a continuación.
En referencia al punto i), calcular el incentivo en función de la media aritmética de la calidad durante
tres años provoca que se minimice la incertidumbre de tener algún año con baja calidad debido por
ejemplo, a condiciones climatológicas adversas. En este caso, al hacer el promedio de los últimos
tres años, el nivel de calidad obtenido para el cálculo del incentivo será mejor que el nivel de calidad
real, obteniendo un mayor incentivo a la calidad, y como consecuencia, se perjudica en menor
medida los incentivos a las inversiones a largo plazo. En la Figura 9 del anexo, se puede comprobar
que para la zona rural concentrada de Cataluña se obtuvo en 2009 un TIEPIREAL de 5,61 horas y en
cambio el TIEPIREALIZADO fue de 3,27 horas debido a los buenos niveles de calidad obtenidos durante
los dos años anteriores. Esto ha provocado que se haya obtenido una bonificación de 84€/MVA, en
lugar de haber obtenido una penalización de -2.300€/MVA, si se hubiera utilizado el TIEPIREAL.
Sobre el punto ii), el tener unos niveles de calidad objetivos que varían cada año en función de la
calidad propia de la empresa distribuidora y de la calidad del conjunto de las redes de distribución,
esto produce que la tendencia del incentivo también sea variable pero de dirección inversa. En otras
palabras, como se ha observado en la Sección 4, a medida que mejora la calidad del servicio del
conjunto de la red de distribución, el incentivo que proporciona el factor Q se reduce, y a su vez de
forma inversa, a medida que la calidad del conjunto de la red de distribución empeora el incentivo
que proporciona el factor Q aumenta.
Este efecto se puede considerar como un inconveniente a largo plazo, debido a que las empresas
distribuidoras con baja calidad del servicio tenderán en un principio hacia una mejora de la calidad
de sus redes, hecho que repercutirá en una mejora global de la calidad del servicio, provocando
finalmente una reducción de la diferencia entre el TIEPI o NIEPI objetivo y el TIEPI o NIEPI realizado y
en consecuencia se reducirá la bonificación a obtener. Con esto, se puede hacer la hipótesis de que
llegado a un nivel de calidad máxima (TIEPI y NIEPI = 0) para todo el conjunto de las redes de
distribución, las empresas no podrán obtener más bonificaciones aunque continúen invirtiendo en
calidad.
Tampoco hay que olvidar que para mejorar la calidad se requiere grandes inversiones que se
amortizan en una media de 30-40 años, y cuyos costes, llegado a un nivel óptimo de calidad, se
incrementan de forma exponencial a medida que aumenta la calidad. En resumen, debido al efecto
de que cuando se aumenta la calidad media del conjunto de la red de distribución se reducen los
incentivos, no existe la certeza de que el factor Q conduzca a alcanzar el nivel óptimo de calidad.
Además, se puede llegar a la situación que a las empresas distribuidoras les sea más beneficioso
dejar de invertir en calidad y pagar penalizaciones, que hacer inversiones muy costosas
económicamente y que luego no se les retribuya ese esfuerzo, lo que a largo plazo podría provocar
un “efecto boomerang”, es decir, la calidad aumentará hasta el nivel donde las bonificaciones
cubran los costes de las inversiones en calidad, y llegado a este nivel de calidad, con el paso de los
años, la calidad del servicio disminuirá ya que será menor el importe de las penalizaciones que el
coste de las inversiones a realizar para su mejora.
Por el contrario, a corto plazo y en sectores que presenten valores históricos con baja calidad, la
aplicación del factor Q establecido en la distribución eléctrica en España puede ser positiva, ya que
permite a una empresa obtener la máxima bonificación (+3% de Rn-1) incluso sin tener valores de
calidad mejores que los estándares. Esto hace que empresas con una baja calidad histórica, con poco
que mejore su calidad actual podrá obtener altas bonificaciones, del mismo modo que empresas con
una calidad del servicio actual mejor que la media del conjunto de las redes también podrán obtener
altas bonificaciones, reconociéndose de este modo su esfuerzo histórico en la mejora de la calidad
del servicio. En resumen, a corto plazo el factor Q reproduce los efectos del “plan de mejora de la
calidad de servicio y electrificación” en que las empresas con baja calidad del servicio reciben una
financiación económica para mejorar la calidad de sus redes, pero con la ventaja de que también se
proporciona una financiación económica para las inversiones en mejora de la calidad a las empresas
que presentan buenos niveles de calidad.
El punto iii) expone que el factor Q proporciona distintos incentivos a cada empresa para un mismo
nivel de calidad y para un mismo esfuerzo de mejora. Para comprobar la veracidad de este efecto se
han simulado cuatro casos, que se pueden clasificar en las dos siguientes categorías:
a) Empresas que hacen el mismo esfuerzo para mejorar la calidad obtienen distinto incentivo.
En la Figura 10 del anexo se observa como Canarias y Navarra reducen ambas un 65% el
TIEPIREALIZADO de sus zonas urbanas respecto a su valor objetivo. Canarias recibe una
bonificación de 1900€/MVA, en cambio Navarra recibe una bonificación de 880€/MVA, a
pesar de que esta última presenta una mejor calidad que la primera. Este mismo efecto se
observa para el factor QNIEPI, así en la Figura 11 del anexo, Aragón y Baleares reducen un
12% el NIEPIREALIZADO de sus zonas semiurbanas respecto a su valor objetivo, sin embargo
Baleares recibe una bonificación de 0,76€/cliente y Aragón de 0,42€/cliente, a pesar de que
esta última presenta una mejor calidad.
b) Empresas con índices de calidad “realizados” del mismo valor pueden obtener distintos
incentivos. Este es el caso que vemos en la Figura 12 del anexo, donde el País Vasco y
Valencia tienen en 2009 un mismo TIEPIREALIZADO para sus zonas semiurbanas y en cambio
obtienen distinta penalización unitaria, de valor -730€/MVA para el País Vasco y de
-250€/MVA para Valencia. También en la Figura 13 del anexo, Castilla y la Mancha, y
Andalucía obtienen el mismo NIEPIREALIZADO en sus zonas urbanas y en cambio Andalucía
obtiene una bonificación un 38% superior.
En definitiva, debido a esta particularidad del factor Q, se puede dar la situación que dos empresas
que operan en una misma región tengan distintos niveles de calidad objetivos a alcanzar, y por
consecuencia tendrán distintos incentivos para obtener un mismo nivel de calidad.
Posteriormente, el punto iv) expone que el factor Q proporciona el mismo incentivo unitario para
mejorar la calidad independientemente del tipo de zona geográfica. Como se ha observado en la
Sección 5 el factor Q no introduce de forma directa distintos incentivos en función del tipo de zona
geográfica. No obstante, sí que lo introduce de forma indirecta, ya que en general las zonas rurales
acostumbran a tener peor calidad que las zonas urbanas, por lo que tendrán un índice de calidad
objetivo elevado y en consecuencia tendrán un mayor incentivo a mejorar la calidad. Como
demuestran en sus estudios Ajodhia et al. (2006) y Formozo (2008) los costes de mejorar la calidad
en zonas rurales son superiores a los costes de mejorarla en las zonas urbanas, del mismo modo que
mejorar el número de interrupciones (NIEPI) es más costoso que mejorar la duración de las
interrupciones (TIEPI).
Esto último influye en lo expuesto en el punto v), en que los incentivos que proporcionan el QTIEPI y
el QTIEPI son distintos para una misma modificación de ambos índices de calidad. En la sección
anterior ya se observaba que una mejora del TIEPI proporciona mayores incentivos que una mejora
del NIEPI. En la simulación se ha comprobado esta particularidad, y se ha obtenido que una misma
reducción en valores porcentuales de los índices TIEPI y NIEPI, el factor QTIEPI, que es función del
valor del TIEPIREALIZADO y de la potencia instalada, produce un incentivo de mayor importe, en euros.
De este modo, una empresa obtendrá un mayor importe, en unidades monetarias, por reducir la
duración de las interrupciones que por reducir la frecuencia de estas.
Para el periodo 2007-2010, en la Tabla 1 del anexo se puede comprobar que las comunidades
autónomas señaladas en la Figura 14 del anexo, en las cuales se ha reducido el mismo porcentaje de
ambos índices de calidad respecto su valor objetivo e incluso en ciertos casos que se ha mejorado
más el NIEPIREALIZADO que el TIEPIREALIZADO, el incentivo del factor QTIEPI proporciona un mayor importe
que el del factor QNIEPI. Este efecto va en contra de lo que demuestran los estudios anteriormente
mencionados, por lo que en teoría se debería incentivar más la mejora del NIEPI que la del TIEPI o,
como mínimo, incentivar por igual ambos índices.
7. Conclusiones
La evaluación del factor Q como mecanismo de regulación de la calidad en la actividad de
distribución eléctrica en España ha permitido conocer el comportamiento del incentivo para
distintitos niveles de calidad.
Los incentivos que proporciona el factor Q son lineales y de tendencia opuesta a los niveles globales
de calidad. Es decir, a medida que mejora la calidad global de las redes los incentivos a recibir se
reducen y por el contrario, a medida que empeora la calidad global los incentivos aumentan. Por
esta razón, en teoría este esquema de incentivos parece adecuado a corto plazo, por ejemplo para
un primer periodo regulatorio, pero ofrece ciertas dudas de su eficacia a largo plazo.
El factor Q utiliza para calcular los incentivos, la media aritmética de los índices de calidad TIEPI y
NIEPI obtenidos durante tres años. De esta manera se favorece la mejora continua de la calidad, ya
que se reduce el riesgo de obtener penalizaciones por culpa de tener una menor calidad un año
puntual. Además, los valores de calidad objetivos que se deben alcanzar así como los valores de
calidad realizados varían cada año y son diferentes para cada empresa y para cada tipo de zona
geográfica. En consecuencia, los incentivos que proporciona el factor Q también son variables en el
tiempo y por empresa distribuidora.
Por una parte, esto produce cierta discriminación cuando dos o más empresas presentan los mismos
niveles de calidad o realizan el mismo esfuerzo porcentual en la mejora de la calidad pero reciben
distintos incentivos. Y por otra parte, si un año determinado el nivel de calidad alcanzado
proporciona una bonificación, no significa que el año siguiente el mismo nivel de calidad
proporcione la misma bonificación, pudiendo ésta aumentar o disminuir o incluso que derive a una
penalización.
El factor Q no produce de manera directa un incentivo distinto en función del tipo de zona
geográfica donde se haya mejorado la calidad ya que, por ejemplo, una misma mejora de la calidad
en distintos tipos de zonas geográficas proporciona el mismo incentivo, aunque sí lo hace de forma
indirecta. El motivo de porque el factor Q recompensa de forma indirecta según el tipo de zona
geográfica es debido a que las zonas rurales, generalmente, presentan niveles de calidad peores que
las zonas urbanas y debido a la particularidad del factor Q, el incentivo que proporcionará para
modificar la calidad de las zonas rurales será mayor que el de la zonas urbanas.
Finalmente, el factor Q produce mayores incentivos para mejorar el índice de calidad TIEPI que para
mejorar el NIEPI.
8. Trabajos futuros
Cuando se dispongan de todos los valores de TIEPI y NIEPI para el periodo 2009-2012 se deberá
comprobar los efectos y la eficacia real del factor Q en la búsqueda de mejorar la calidad de las redes
de distribución eléctrica.
Especialmente, habrá que poner mayor interés en los siguientes tres aspectos del factor Q:
i. Evaluar si los incentivos que proporciona conducen a alcanzar el nivel óptimo de la
calidad.
ii. Analizar si mejora tanto el tiempo de las interrupciones como su frecuencia o, si es
necesario modificar los actuales incentivos unitarios que incorpora el factor Q.
iii. Comprobar que los incentivos que produce de forma indirecta tienen su efecto en
mejorar en mayor medida la calidad de las zonas rurales que la de las zonas
urbanas. O bien, en caso contrario será necesario estudiar la introducción de un
incentivo unitario distinto para cada tipo de zona geográfica que favorezca la
mejora de la calidad en las zonas rurales.
Asimismo, una vez obtenidos los resultados se procederá a la comparación de dicho mecanismo con
otros similares aplicados en otros países.
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9. Anexo
Figura 9. Comparación del incentivo unitario a recibir en función de si se considera para su cálculo el TIEPIREALIZADO o el TIEPIREAL, para la zona rural concentrada de Cataluña. Fuente: Elaboración propia.
Figura 10. Comparación del incentivo unitario recibido por una misma reducción (del 65%) del TIEPIREALIZADO respecto su valor objetivo en zona urbana para las comunidades autónomas de Canarias y Navarra. Fuente: Elaboración propia.
-2500
-2000
-1500
-1000
-500
0
500
00,5
11,5
22,5
33,5
44,5
55,5
6
TIEPI Obj TIEPI Rzdo TIEPI Obj TIEPI RealCataluña
€/M
VA
ho
ras
Cataluña
TIEPI zona rural concentrada 2009
TIEPI Objetivo TIEPI Realizado/Real Incentivo unitario
0
500
1000
1500
2000
2500
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
TIEPI Obj TIEPI Rzdo TIEPI Obj TIEPI RzdoCanarias
€/M
VA
ho
ras
Navarra
TIEPI zona urbana 2009
TIEPI Objetivo TIEPI Realizado Incentivo unitario
65%
65%
Figura 11. Comparación del incentivo unitario recibido por una misma reducción (del 12%) del NIEPIREALIZADO respecto su valor objetivo en zona semiurbana para las comunidades autónomas de Aragón y Baleares. Fuente: Elaboración propia.
Figura 12. Comparación del incentivo unitario recibido por un mismo valor del TIEPIREALIZADO (2,6 horas) en zona semiurbana para las comunidades autónomas de País Vasco y Valencia. Fuente: Elaboración propia.
0,00
0,10
0,20
0,30
0,40
0,50
0,60
0,70
0,80
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5
NIEPI Obj NIEPI Rzdo NIEPI Obj NIEPI RzdoAragón
€/c
lien
te
ho
ras
Baleares
NIEPI zona semiurbana 2009
NIEPI Objetivo NIEPI Realizado Incentivo unitario
12%
12%
-800
-700
-600
-500
-400
-300
-200
-100
00
0,5
1
1,5
2
2,5
3
TIEPI Obj TIEPI Rzdo TIEPI Obj TIEPI RzdoPaís Vasco
€/M
VA
ho
ras
Valencia
TIEPI zona semiurbana 2009
TIEPI Objetivo TIEPI Realizado Incentivo unitario
Figura 13. Comparación del incentivo unitario recibido por un mismo valor del NIEPIREALIZADO (1,72 horas) en zona urbana para las comunidades autónomas de Andalucía y Castilla-La Mancha. Fuente: Elaboración propia.
0
0,2
0,4
0,6
0,8
1
1,2
1,4
1,6
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
NIEPI Obj NIEPI Rzdo NIEPI Obj NIEPI RzdoAndalucía
€/c
lien
te
ho
ras
Castilla la Mancha
NIEPI zona urbana 2009
NIEPI Objetivo NIEPI Realizado Incentivo unitario
Figura 14. Reducción de los valores TIEPI REALIZADO y NIEPIREALIZADO respecto sus valores objetivos durante el periodo 2007-2010 para cada comunidad autónoma. Se señalan las comunidades autónomas que en un mismo año reducen el mismo porcentaje de los valores de TIEPI REALIZADO y NIEPI REALIZADO, y las que reducen un mayor porcentaje los valores de NIEPI REALIZADO que los valores del TIEPI REALIZADO pero en cambio el factor QNIEPI produce un menor incentivo que el factor QTIEPI. Los valores negativos representan que los índices de calidad han empeorado respecto sus valores objetivos. Fuente: Elaboración propia.
-200,00%
-150,00%
-100,00%
-50,00%
0,00%
50,00%
100,00%
AN
DA
LUC
IA
AR
AG
ON
AST
UR
IAS
BA
LEA
RES
CA
NA
RIA
S
CA
NTA
BR
IA
CA
STIL
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LEO
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CA
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LA-L
A M
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CH
A
CA
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LIC
IA
LA R
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DR
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MEL
ILLA
MU
RC
IA
NA
VA
RR
A
PA
IS V
ASC
O
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Q2007
TIEPI NIEPI
-120,00%
-100,00%
-80,00%
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Q2008
TIEPI NIEPI
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CIA
Q2009
TIEPI NIEPI
-60,00%
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LEN
CIA
Q2010
TIEPI NIEPI
Tabla 1. Importe del factor Q obtenido por comunidad autónoma durante el período 2007-2010. El factor Q está desagregado por el incentivo que produce el factor QTIEPI y el factor QNIEPI, debido a la modificación de los índices de calidad TIEPI y NIEPI respectivamente. Fuente: Elaboración propia.
Q2007
Q2008
Q2009
Q2010
QTIEPI QNIEPI TOTAL QTIEPI QNIEPI TOTAL QTIEPI QNIEPI TOTAL QTIEPI QNIEPI TOTAL
ANDALUCÍA 21.742.928 6.970.953 € 28.713.882 € 23.398.910 € 7.218.593 € 30.617.503 € 28.115.428 € 6.834.330 € 34.949.758 € 16.483.834 € 2.429.239 € 18.913.073 €
ARAGÓN 5.613.626 € 1.206.307 € 6.819.933 € 5.651.430 € 1.201.304 € 6.852.734 € 6.501.507 € 1.303.095 € 7.804.602 € 3.514.853 € 982.768 € 4.497.621 €
ASTURIAS 365.422 € 35.395 € 400.817 € 1.161.785 € 333.420 € 1.495.205 € 1.559.341 € 448.875 € 2.008.217 € 478.797 € 620.614 € 1.099.411 €
BALEARES 5.110.553 € 915.533 € 6.026.086 € 4.997.171 € 932.975 € 5.930.147 € 4.258.006 € 1.033.232 € 5.291.239 € 806.298 € 532.491 € 1.338.790 €
CANARIAS 10.747.918 € 2.031.230 € 12.779.149 € 11.718.652 € 2.453.741 € 14.172.392 € 11.924.789 € 2.607.472 € 14.532.261 € 8.156.899 € 1.723.710 € 9.880.609 €
CANTABRIA 1.077.348 € 499.141 € 1.576.489 € 1.334.642 € 465.722 € 1.800.365 € 1.765.368 € 568.096 € 2.333.464 € 1.613.972 € 496.741 € 2.110.713 €
CASTILLA Y LEÓN 2.353.021 € 1.428.397 € 3.781.417 € 2.451.374 € 1.310.022 € 3.761.397 € 3.356.829 € 1.864.870 € 5.221.699 € 3.377.101 € 2.010.453 € 5.387.554 €
CASTILLA-LA MANCHA 410.864 € -1.155.741 € -744.877 € 1.187.452 € -515.979 € 671.474 € 3.339.626 € 170.345 € 3.509.970 € 5.008.070 € 1.016.107 € 6.024.177 €
CATALUÑA 19.448.660 € 3.607.755 € 23.056.415 € 21.625.010 € 4.626.849 € 26.251.859 € 27.276.145 € 5.649.502 € 32.925.647 € 10.193.904 € 5.350.318 € 15.544.223 €
CEUTA -506.497 € -217.036 € -723.533 € -378.022 € -175.162 € -553.185 € -334.519 € -148.188 € -482.707 € -135.418 € -58.225 € -193.642 €
EXTREMADURA 1.558.548 € -76.142 € 1.482.406 € 2.292.420 € 331.671 € 2.624.090 € 3.097.731 € 605.801 € 3.703.531 € 3.014.262 € 831.349 € 3.845.611 €
GALICIA -1.235.904 € 71.115 € -1.164.789 € 2.185.474 € 1.136.757 € 3.322.231 € 1.920.398 € 1.109.353 € 3.029.751 € -11.501.579 € 216.192 € -11.285.387 €
LA RIOJA 342.841 € 123.721 € 466.562 € 626.147 € 257.213 € 883.360 € 771.295 € 300.904 € 1.072.200 € 402.462 € 336.547 € 739.008 €
MADRID 7.888.562 € 1.671.362 € 9.559.924 € 10.986.376 € 2.335.377 € 13.321.753 € 13.263.312 € 3.290.387 € 16.553.700 € 15.440.404 € 4.332.858 € 19.773.262 €
MELILLA 448.439 € 43.952 € 492.392 € 408.191 € 46.220 € 454.411 € 502.655 € 37.902 € 540.556 € 474.150 € 24.518 € 498.668 €
MURCIA -1.679.923 € -1.118.202 € -2.798.126 € -1.789.235 € -1.372.871 € -3.162.106 € -87.012 € -1.028.042 € -1.115.054 € 1.396.186 € -530.058 € 866.128 €
NAVARRA 2.003.238 € 620.934 € 2.624.172 € 1.978.056 € 592.314 € 2.570.370 € 2.099.622 € 649.476 € 2.749.097 € 1.475.607 € 540.096 € 2.015.702 €
PAÍS VASCO 1.603.027 € 1.638.805 € 3.241.832 € 2.790.485 € 1.496.388 € 4.286.874 € 3.081.549 € 1.514.975 € 4.596.524 € -2.329.445 € 980.758 € -1.348.687 €
VALENCIA 2.462.722 € -882.104 € 1.580.617 € -1.361.239 € -2.236.339 € -3.597.578 € 1.532.874 € -1.463.537 € 69.338 € -1.153.431 € -1.714.892 € -2.868.323 €
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