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La traduccin de este libro es un proyecto del Foro Purple Rose. No es ni
pretende ser o sustituir al original y no tiene ninguna relacin con la editorial
oficial. Ningn colaborador Traductor, Corrector, Recopilador ha recibido
retribucin material por su trabajo. Ningn miembro de este foro es remunerado
por estas producciones y se prohbe estrictamente a todo usuario del foro el uso de
dichas producciones con fines lucrativos.
Purple Rose anima a los lectores que quieran disfrutar de esta traduccin a adquirir el libro original y confa, basndose en experiencias anteriores, en que no se
restarn ventas al autor, sino que aumentar el disfrute de los lectores que hayan
comprado el libro.
Purple Rose realiza estas traducciones porque determinados libros no salen en
espaol y quiere incentivar a los lectores a leer libros que las editoriales no han
publicado. Aun as, impulsa a dichos lectores a adquirir los libros una vez que las
editoriales los han publicado. En ningn momento se intenta entorpecer el trabajo de
la editorial, sino que el trabajo se realiza de fans a fans, pura y exclusivamente por
amor a la lectura.
3
Crditos ::Moderadoras de Traduccin::
Auroo_J
Crsly
::Traductores::
.Hariel.
_ClaireElizabeth_
AariS
Auroo_J
Alyshiacheryl
Alina Eugenia
Cr!sly
Escorpio
Gisela
Isabella Night
Isane
Jo
Kachii Andree
Katiliz94
Kensha
Kirara7
Klarlissa
Mafernanda28
Mais020291
nanami27
PaulaMayfair
Polilla
RBK
Rihano
Rockwood
Salu... Lulu...
Vettina
Xhessii
4
::Recopiladora::
Xhessii
::Correctoras::
Andreasydney
Crsly
KatieGee
Klarlissa
La BoHeMiK
Nony_mo
Xhessii
::Diseo::
Lissarizz
Rockwood
5
Contenido Aviso ................................................................................................... 2
Crditos .............................................................................................. 3
Sinopsis ............................................................................................... 7
Captulo 1 ............................................................................................8
Captulo 2 .......................................................................................... 18
Captulo 3 .......................................................................................... 37
Captulo 4 ......................................................................................... 53
Captulo 5 .......................................................................................... 58
Captulo 6 ......................................................................................... 67
Captulo 7 ......................................................................................... 81
Captulo 8 ......................................................................................... 91
Captulo 9 ....................................................................................... 100
Captulo 10 ....................................................................................... 113
Captulo 11 ........................................................................................ 136
Captulo 12 ....................................................................................... 143
Captulo 13....................................................................................... 164
Captulo 14 ...................................................................................... 174
Captulo 15 ....................................................................................... 192
Captulo 16 ...................................................................................... 196
Captulo 17 ...................................................................................... 205
Captulo 18 ....................................................................................... 217
Captulo 19 ...................................................................................... 230
6
Captulo 20 ...................................................................................... 244
Siguiente Libro ................................................................................ 251
Sobre la Autora ............................................................................... 252
7
Sinopsis Corregido por Xhessii
Lia Weaver fue en contra de todo lo que haba conocido cuando
arriesg su vida para ayudar a un Lejano fugitivo llamado Gabe a escapar de
los soldados Aeralian, y su vida cambi para siempre. Y La Helada cambi
tambin los Lejanos se han apoderado de su aldea, un nuevo grupo de
Observadores que se hacen llamar los Capas Negras estn haciendo planes
para derrocar a los ocupantes Lejanos, y La Espina estn buscando que ella
se les una.
Lia pretende luchar contra el mal y la injusticia que ha invadido su
hogar, pero el peligro la acecha en cada esquina. Los monstruos que habitan
en las regiones ms profundas de La Helada se vuelven ms audaces y
peligrosos cada da, un noble Lejano se instala en la aldea con una misin
misteriosa, y Lia descubre que sus padres estaban albergando an ms
secretos.
A medida que el mundo congelado de La Helada se hace cada vez ms
peligroso, podr Lia sobrevivir?
8
Captulo 1
Traducido por Nanami27 & Elizzen (SOS)
Corregido por Klarlissa
Me qued sola en el medio del patio, el viento tirando de mi pelo y
escociendo mis labios partidos mientras me enfrentaba a la lnea de rboles.
El sol apenas se haba levantado y las sombras crearon una mancha oscura
en el borde de los campos de la granja. Mir fijamente el lugar donde la
azulada oscuridad toc el blanco inmaculado de la nieve recin cada y sent
una oleada de aprensin correr por mis venas.
Esas sombras eran una lnea de demarcacin, una advertencia, una
seal invisible gritndome que me quede fuera, porque ms all de ellas
estaba La Helada y no era seguro all.
Era temprano por la maana y el sol estaba oculto detrs de una
gruesa franja de nubes de tormenta. Pero bastante luz impregnaba el helado
aire para iluminar el patio de la triste granja de mi familia. A mi derecha, el
granero se agach contra el viento como una huesuda vaca con su espalda
medio cubierta por el hielo desde la noche anterior. El potrero1 rezagado
detrs de l en un crculo torcido. Varios de los postes de la valla estaban
atados con una cuerda para evitar que se aflojen. El hielo lo cubra todo con
un brillo pulido, siniestro.
La granja estaba a mi espalda, cmoda y slida a pesar del hecho de
que pareca a punto de caerse. Las blanqueadas tablas mezcladas con la
nieve, blanco sobre blanco sucio, como si la casa se estuviera escondiendo.
Las ventanas estaban a oscuras. Mi hermano y hermana an dorman.
No tena sentido levantarse antes del amanecer, ya que nadie sala cuando 1 Potrero: Sitio destinado a la cra y pasto de caballos.
9
todava estaba oscuro. Nuestro congelado mundo siempre lo
suficientemente peligroso con su poblacin de osos, panteras nieve y
mothkats. Pero por la noche deambulaban los monstruos ms peligrosos de
La Helada.
Los Observadores.
Busqu en la pared del bosque cualquier rayo de luz roja que
traicionara la mirada de un Observador. Me esforc por escuchar el sonido
de gritos que a veces producan, pero lo nico que escuch fue el susurro del
viento contra la Guardia de Observadores que colgaba sobre nuestra puerta.
Los trozos de madera y hueso resonaron juntos. Estaban pintados de azul y
tallados como como flores de invierno, las nicas cosas que se mantenan
lejos a los Observadores.
Tir mi capa alrededor de m cuando mi sangre cant con inquietud.
Cada vez que pona un pie en La Helada me recordaba una noche
hace dos meses. La noche en la que Adam Brewer y yo ayudamos a escapar
a un Lejano fugitivo llamado Gabe. La noche en la que me di cuenta de que
no era la misma persona que sola ser. Ahora, pensar en Gabe, envi una
daga de dolor a travs de mi pecho.
Un silencio lgubre se envolvi a m alrededor cuando cruce la oscura
barrera de las ramas hacia el bosque. Los rboles eran tajos de negro contra
el blanco, los copos de nieve que flotaban hacia abajo eran motas de
suavidad contra mis mejillas y pestaas. El aire vibraba con el silencio,
excepto por el silbido de mi aliento escapando entre mis dientes y la
hmeda salpicadura de mis botas contra las races de hielo bajo mis pies. Mi
corazn aporreaba contra mis costillas, pero segu adelante. No era una
chica de aldea, frgil, hecha de cristal. Era una Tejedora. Viva lejos de las
murallas que protegan a la mayora de los habitantes de La Helada.
No tena ms remedio que ser valiente.
Una rama se rompi en la distancia. Me presion contra un rbol, la
spera corteza araando mis manos cuando me aplast contra ella. Mis
manos encontraron el cuchillo en mi cinturn.
10
Una cierva blanca salt de un matorral y se lanz encima de m, sus
orejas titilando de nuevo para coger el sonido de mi suspiro.
Ninguna pantera de nieve. Ningn oso.
Ningn Observador.
Segu adelante, pero la parte de atrs de mi cuello hormigueaba con
aprensin a cada paso. Me sent como si un centenar de ojos invisibles me
observasen desde las sombras. Los recuerdos me invadieron de nuevo. El
resplandor rojo. Los gruidos guturales. El rpido corte de garras cuando
cavaron en la nieve.
En teora, el bosque estaba a salvo de los Observadores durante la luz
del da. Ellos solo salan una vez que las sombras se haban agrupado juntas
y la luna se haba levantado, el momento en el que nos acurrucbamos cerca
de nuestros hogares y nuestras hogueras ardan altas. Incluso podra hacer
el viaje hasta el lugar secreto en La Helada donde habamos llevado a Gabe,
el lugar donde la misteriosa verja que le haba arrastrado lejos de m se
qued esperando.
Pero me negu a terminar ese pensamiento. Gabe se haba ido. Ahora
tena que centrarme en la supervivencia.
Criaturas carroeras parecidas a murcilagos, llamadas mothkats, se
cernan ya sobre la trampa. Sus brillantes y saltones ojos se centraron en m
y revolotearon lejos mientras me acercaba. Agit mis brazos y se alzaron
hacia el cielo. Repugnantes alimaas.
Los mothkats no eran peligrosos de forma individual, pero una
manada bastante grande podra descender y quitar la carne con sus afilados
dientes y pequeas garras. No eran ms que otro aspecto peligroso de La
Helada.
Me agach y mir la trampa.
Un animal muerto se balanceaba entre las mandbulas de metal. Un
conejo blanco con pequeas patitas grises. Ivy tendra el corazn partido si
lo vea.
11
Levant el cadver, lo puse en mi saco y cuidadosamente restablec el
artilugio. Cuando era pequea, a veces haba salido al bosque con mi Padre
para poner trampas cuando nuestros suministros de alimentos disminuan y
todava faltaban das para nuestra cuota y la obtencin de alimentos frescos
de la aldea. Ahora, lo estaba haciendo sola.
El conejo era sobre todo piel y huesos, la prueba de un largo y duro
invierno. No sera suficiente para alimentarnos hasta el da de cuotas. Me
mord el labio y le di una ltima mirada al bosque antes de girarme de
vuelta a casa.
Corr todo el camino de vuelta. El conejo dejndose caer en mi contra.
El aire fro quem mis fosas nasales y hacia que me picasen mis mejillas. La
nieve se arremolinaba a m alrededor, levantada por mis botas y sacada de
mi paso a travs de ramas bajas.
Llegu a la granja jadeando. Un grito de mothkat se rompi en el aire
en algn lugar muy por encima de m. La Guardia de Observadores
repiqueteo y giro en el viento. El viento susurr dbilmente sobre la nieve.
Todo era msica de La Helada, salvaje e incierta y extraamente hermosa
de una manera que hizo que mi pecho doliera.
Me detuve para quitar la nieve de mis zapatos antes de abrir la puerta
y entrar en el interior.
La calidez de la casa se acurruc a m alrededor, descongelando mis
mejillas y labios congelados. Me quit mi goteante capa y cruc la
habitacin principal hacia la chimenea. Dej caer mi bolsa con el conejo y
aviv las brasas en llamas vacilantes. Mis entumecidos dedos estaban torpes
con la lea. Cuando el fuego ardi otra vez, saqu mi cuchillo de caza y me
puse a trabajar con el conejo.
Lia?
La voz de mi hermano gemelo Jonn era solo un susurro detrs de m.
Me di la vuelta.
12
Se apoy en el marco de la puerta de la habitacin inferior, la que
haban utilizado mis padres, las muletas debajo de los brazos
mantenindolo de pie. ramos mellizos, casi idnticos, aunque siempre me
haba burlado que l era el ms hermoso. Sus ojos eran demasiado grandes
para su delgado rostro, enmarcado por gruesas pestaas y pude ver las venas
en sus manos y debajo de sus ojos. Mir al conejo y luego al indicador del
nivel de agua encima de la chimenea.
Solo revisaba las trampas dije.
Mi mirada cay en su pierna izquierda y se desliz lejos. El miembro
bajo la tela de su pantaln era delgado y retorcido, y el pie desnudo que
asomaba brill con tejido cicatrizado. ramos mellizos, tena la misma edad
que yo, la edad suficiente para ser un hombre, pero no haba sido capaz de
caminar bien desde que era un nio pequeo, por lo que nunca haba
recibido una tarea o autorizacin de los Ancianos para formar una familia.
El accidente que le haba vuelto un invlido a los ojos de la aldea le haba
dado frecuentes convulsiones y tambin periodos de enfermedad. Poda
cojear con muletas, pero el esfuerzo le agotaba. Rara vez sala de casa. No
haba estado en el pueblo desde la muerte de mis padres. Mi padre lo haba
llevado los das festivos y a alguna de las Asambleas, pero ahora no haba
nadie para hacerlo, y adems, saba que las miradas de lstima y asco de
otros le hacan dao.
Estamos tan bajos en comida?
Siempre estamos tan bajos en estos das murmur.
l pareca como si fuera a decir algo, pero se lo pens mejor. En
cambio, coje hacia su silla junto al fuego y se sent lentamente en ella. Las
muletas cayeron al suelo con un ruido sonoro, y tom la canasta de hilos a
sus pies. El da de la cuota estaba viniendo, y no habamos terminado con el
hilado y tejido que debamos a la aldea de Ancianos a cambio del grano, sal,
y otros suministros que nos guardaban del hambre durante los meses de
invierno. Las manos ociosas son un lujo que ninguno de nosotros poda
permitirse.
13
Termin de desollar el conejo y puse la carne en una olla de estofado
sobre el fuego antes de limpiar y hundirme en la silla frente a l. El cojn
rado metido en la parte trasera de mis rodillas, donde las plumas estaban
comenzando a empujar a travs de la tela. Me mov, intentando alcanzar
una maraa de hilo para tirar tambin. El fuego crepitaba y se encenda en
la chimenea, y el viento susurraba en las ventanas y suspiraba en las grietas.
La habitacin ola a tabaco, lana hmeda, y polvo.
Qu estabas haciendo afuera tan temprano? pregunt. Por lo
general revisas las trampas despus del desayuno.
Las palabras se llenaron en mi boca y pesaban en mi lengua, excusas
en su mayora. No quera hablar sobre el quemante dolor que me impeda
dormir y me llevaba hasta el borde del bosque. No quera envolverlo en
nada que tuviera que ver con La Espina, o los Lejanos. Era demasiado
peligroso. Esta era mi carga, solo ma. Sacud la cabeza.
No poda dormir.
La voz de Jonn era baja, cruda.
l no va a volver, Lia.
Me estremec. Se refera a Gabe.
Gabe haba estado huyendo, a medio camino a algn otro lugar, en un
viaje fuera de aqu. Habamos hecho de todo para verlo en su camino, y
haba llegado a preocuparme por l, y ahora se haba ido
Y me qued sostenindome a m misma a su paso. Al igual que haca
siempre cuando alguien se iba. Pensaras que haba aprendido a estas alturas
a no preocuparme por la gente, porque no podas contar con ellos para
quedarse.
Mi hermano vio mi cara, y pude decir que estaba buscando indicios
de angustia emocional. Pero si esperaba que me rompiera como porcelana
fina, estaba equivocado. Estaba tallada por La Helada. Era la hija de un
tejedor. Era lluvia helada, de los bosques y congelada.
14
Me aclar la garganta.
Si crees que voy a caer aparte de extraarlo, ests equivocado
dije. No languidezco por la gente. Hay mucho en juego para estar abatida
o sentir lstima por m misma.
Jonn estaba en silencio. Sent la incredulidad en su falta de
comentario.
No soy as dije, con la frustracin arrastrndose hasta mi
garganta, con sabor a bilis. Nunca he sido as. l se ha ido. Ya est hecho.
Vamos a recoger los pedazos de nuestras vidas y seguir adelante como
siempre lo hacemos. Hay mucho ms de qu preocuparse que tontos apegos
emocionales.
Tontos apegos emocionales repiti l. Sus ojos se posaron en mi
mueca, donde llevaba el trozo de cuero que haba encontrado marcando el
lugar de Gabe en el libro que haba estado leyendo antes de dejarnos. Haba
estado usndolo desde la noche que Gabe nos dej.
Qu otra cosa lo llamaras? Pero no estaba de acuerdo conmigo
misma, incluso mientras deca las palabras. Me baj la manga para cubrir el
brazalete.
Lo mir hasta que baj la cabeza y enred sus dedos en el hilo. La
parte posterior de mis ojos quemaba, y mi garganta se contraa
dolorosamente apretada. No estaba segura de s era el tema o la obstinada
persistencia de Jonn en tratar con mis emociones que provocaban estas casi
lgrimas, pero de cualquier manera, tena que parar.
El silencio se hizo demasiado espeso, y me puso nerviosa. Me puse de
pie.
Debera ver a los animales. Y despus de eso, tengo que ir a la
aldea. Estamos casi sin comida, y necesitamos algo ms que ese trozo de
conejo para alimentarnos hasta que da de la cuota. A menos de que
prefirieras comer nada ms que nabos secos y patatas?
Lia
15
Estoy bien dije, apretando los dientes. De verdad.
l suspir y me dej cambiar de tema.
Pescado sera bueno. Solo ten cuidado. Ests de un nimo hoy. No
sulfures a los Lejanos.
No estaba de un nimo. Estaba harta de ser acosada. Pero todo lo
que dije fue:
Estoy acostumbrada a los Lejanos ahora.
Lejanos. Decirlo se senta como una maldicin.
Voy a ordear la vaca y recoger los huevos. Deberas asegurarte
que Ivy se levante. Ese hilo tiene ser acabado, la cuota es en dos das.
Sent su mirada en mi espalda todo el camino hasta la puerta. Me tir
encima mi manto, abr la puerta de un tirn, y me estamp de regreso
afuera en el patio.
Dej que el viento me picara los ojos hasta que manaron agua.
Ivy estaba de pie cuando regres a la casa. Sentada junto a la
chimenea, con el cabello castao recogido en una trenza con mechones
hmedos pegados a su cuello, y su boca apretada en una fina lnea de
frustracin mientras trabajaba.
Ella haba crecido ms alta en los ltimos meses, y ms delgada. Sus
muecas parecan palos y sus hombros eran bultos, como races fuertes que
brotaban de su piel. Era solo huesos, sin embargo. Todos estbamos hechos
de huesos estos das.
16
Buenos das dije, preguntndome qu haba causado el ceo
fruncido en su rostro.
Estoy de pie dijo ella. No tienes que hacer comentarios
desagradables.
No fue un comentario desagradable dijo Jonn, golpeando el pie de
ella con su pierna buena.
Ivy frunci el ceo. Se haba vuelto ms hosca ltimamente, lo que
podra haber sido debido a crecer ms alta mientras coma menos.
Revis el estofado al fuego. Se cocinara todo el da y estara listo para
comer para la cena. Mientras tanto, podamos comer patatas para el
desayuno. Las puse en el borde de las brasas para cocer al horno.
Despus de unos momentos de trabajo, mi hermana gru con
frustracin.
Este estpido hilo dijo ella, tirndola. Estoy tan harta de eso.
Tambin ests harta de comer? Porque eso es a lo que tenemos que
renunciar si no podemos hacer la cuota espet.
Las lgrimas picaron sus ojos.
Eres muy cruel. Por qu no puedes ser como mam?
Las palabras dolieron como bofetadas.
Lo siento, no he sido ms alegre mientras estoy tratando de
mantenerte con vida dije finalmente.
Sus ojos brillaron con lgrimas no derramadas. Ella se cruz de
brazos. Me pregunt por milsima vez qu estaba mal con ella estos das.
Mientras tejemos, te dir acertijos dijo Jonn. Est bien?
Se frot el brazo sobre los ojos y levant un hombro en un
encogimiento. No me mir.
17
Muy bien.
Me dirig a la cocina y me apret contra la estufa. Me mord los labios
para evitar decir las palabras que llenaban mi boca.
Quera darle una bofetada. El cumplimiento de la cuota no era una
opcin. No era algo que hiciramos porque queramos, o porque lo
disfrutramos. Era hacer esto o morir. Si no entregbamos nuestra cantidad
requerida de hilo a la aldea cada semana, no recibiramos nuestros
suministros de comida, suministros que ya estaban siendo racionados
debido a la ocupacin de los Lejanos. Si no hacamos la cuota, no seramos
alimentados.
Mi hermana tena casi catorce aos, casi una mujer adulta en nuestro
mundo. Ella lo saba. Tena que saberlo. No tenamos otra opcin.
Voy a la aldea anunci, y me diriga a la puerta.
18
Captulo 2 Traducido por Cpry, Jeyd3 & Katiliz94 (SOS)
Corregido por Klarlissa
La escarcha era fra. El hielo envolva las ramas de los rboles en
suave plata, y una neblina de sombra y nieve envolvan el bosque como un
velo. El camino era largo y torcido, y corr.
La capa flua detrs de m, un arcoris de azul en un mundo de blanco.
Todo a m alrededor, la nieve caa en lentas espirales como polvo de hadas.
Podra ser hermoso en algn otro lugar. Aqu es siniestro, porque aqu no
tenemos finales de cuentos de hadas solo historias de horror.
Flores azules alineadas en el camino, las flores que mantenan a los
monstruos en la orilla del bosque. Pero mientras me diriga al pueblo, los
Observadores no eran la primera cosa en mi mente.
Haba otras cosas que estar preocupada por la escarcha ahora.
Los Lejanos.
Mi estmago se retorci ante el pensamiento, y reduje la velocidad.
No quera ir al pueblo, pero no tena eleccin. Ese conejo no podra
alimentarnos durante dos das ms. Necesitbamos ms comida.
El silencio cubri los rboles y se aferr a la nieve que ms se
acercaba al pueblo. Ni siquiera las alas azules se agitaban en las ramas sobre
mi cabeza. Saba lo que tena a las criaturas tan perturbadas. Nuestro hogar
haba sido invadido. La balanza, precaria como haba sido, estaba
completamente disgustada. Hace dos meses, Gabe haba tropezado por la
Helada y en mi vida. Pero ahora se fue.
Me haba detenido.
19
Y as estuvo hasta que los soldados Lejanos haban venido a buscarle.
Mis botas crujieron en la nieve mientras daba un paso sobre un
miembro cado y pas por debajo de una rama colgando hacia debajo.
El camino se curvaba entorno a un grupo de rboles, con las ramas
alcanzndome como manos esquelticas. Mientras rodeaba la curva, me
detuve.
Los soldados permanecan de pie en el camino, con los rifles colgando
por sus brazos. Sus cabezas se giraron al unsono mientras capturaban una
visin de m, y me forc a seguir caminando. De repente mis manos
estaban hmedas con sudor en lugar del helado viento, y mi piel
hormigueaba.
Aqu el camino se volva encerrado por todos los lados por un tnel
como una jaula hecha de gruesos listones de metal entretejidos con hilos.
Los soldados Lejanos aguardaban en la entrada, armados con armas.
Estaban aqu por nuestra seguridad, decan.
Como si alguien creyese tal mentira.
Tragu saliva para humedecer mi seca garganta. Las huellas de mis
pies resonaban demasiado alto en mis odos mientras alcanzaba la entrada
al conducto del estriado metal que serpenteaba por el bosque como la
trquea del esqueleto de un dragn. La Jaula, como la habamos empezado a
llamar, por eso era lo que nos haca sentir como entrar en eso. Como
animales, atrapados.
Los pueblerinos esparcan el camino dentro de la Jaula, la mayora
campesinos y cazadores llegando o yendo desde sus trabajos a la luz del da
en el bosque o a lo largo de las orillas del cercano ro o del lago de hielo. La
mayora mantena las caras vueltas hacia el suelo apartadas de las miradas
de los soldados. Nadie hablaba.
Di un paso hacia la Jaula. Las barras de metal por encima y entorno a
mi bloqueaban algo de luz, pero todava dejaban pasar al abrasador viento.
Tir de mi capa al apretarla alrededor de m en el momento de escrutinio.
20
Lo odiaba. Cada segundo que caminaba hacia el tnel inoxidable de fro,
imagin a los soldados levantando sus armas y disparndome en la espalda.
Qu pasaba si de alguna manera descubran que era la nica que
haba protegido a Gabe? Qu pasara si supiesen que le haba ayudado a
escapar? Podran esperarme para aparecer por la Asamblea o el da de la
cuota y luego atraparme como un conejo?
Me forc a tomar unos pocos profundos respiros, para estar tranquila.
Luego una figura en un abrigo azul me llam la atencin.
Estaba de pie solo unos pocos pasos lejos, tendindose contra los
soportes de metal de la Jaula mientras ajustaba la flor de invierno
estampada en la tira de cuero de su mueca. Un hombre joven. Volvi su
cara a medida que me acercaba, y le reconoc al instante.
Adam Brewer.
Es alto y delgado, de pelo oscuro, con ojos que atraviesan como
flechas y una boca que raramente sonrea.
Siempre pareca llevar una mirada de intensa concentracin, como si
estuviese solventando todos los rompecabezas de La Helada detrs de esos
ojos oscuros.
Mi corazn dio un vuelco. Adam y yo compartamos un secreto
mortal, uno del que no nos atrevamos a hablar en pblico.
Adam era un operativo de La Espina, un miembro de una
organizacin secreta dedicada al derrocamiento de la corrupta y cruel
dictadura de Aeralian que haba matado y aprisionado a muchos.
Si los Lejanos saban quin era, podran dispararle sin dudar. Aun as
l estaba ah, sin temor, mientras los soldados Lejanos estampaban sus
botas para protegerse del fro solo unos pocos pasos ms all.
Nuestras miradas se cruzaron.
21
Un musculo tembl en su barbilla, como si hubiese algo que quisiese
decir pero que se contena. El aire entre nosotros se espesaba, sent su
atencin tan tangiblemente como si hubiese puesto la mano sobre mi brazo.
Me mora de ganas por reconocerle, por decir su nombre, por preguntar si
tena malas noticias, cualquier noticia. Era mi nico vnculo con Gabe, con
La Espina, con la doble vida de mis padres con todo lo que haba ocurrido.
Pero no poda. No poda hablarle aqu o en el pueblo, donde las
personas an se suponen que son nuestros enemigos. Y no le he visto solo
en el bosque desde la noche en que Gabe desapareci por el portal.
Estaba adolorida con el peso de un milln de preguntas. Quera
preguntarle sobre Gabe, sobre la puerta, sobre mis padres. Sobre lo que
estaba haciendo ahora, sobre lo que haba planeado hacer en el futuro. Me
he convertido en alguien ms, alguien a la deriva en un mar de secretos y
conspiraciones, y l estaba en una isla de respuestas, conocimientos y
fuerza.
Pero la parte de atrs de mi cuello se eriz con el conocimiento de los
Lejanos detrs de nosotros. Mi boca cay cerrada de golpe.
Los ojos de Adam se deslizaron sobre m mientras yo pasaba.
La esperanza de hablar con l, de hacerle cualquier pregunta sobre
todo, se dificultaba y haca aicos mientras continuaba hacia abajo del
camino a travs de la Jaula. El viento morda en mis enguantados dedos y
tiraba de los bordes de mi capa, camin ms rpido, mis pies mojados
haciendo crujir sonidos en la nieve. Gir por otra esquina echa de acero
estriado, y ech una mirada detrs de m.
Se fue.
Parpade una vez y mir adelante. Ahora poda ver los tejados de
piedras del pueblo asomndose sobre los rboles. Casi estaba descongelada.
El miedo fresco rompi sobre m, y ansiosamente comenz a devorar mi
estmago mientras alcanzaba la puerta del pueblo.
22
Espigas de metal apualaban el cielo fuera de las paredes de madera
que una vez hubieron estado de pie, y la entrada del pueblo haba sido
transformada en una red de jaulas de acero que se bloqueaban ante el
atardecer, manteniendo las cosas peligrosas fuera y otras cosas peligrosas
dentro. Los soldados patrullaron la parte superior de la entrada de un pasillo
que conduca entorno a todo el permetro del pueblo. Sus ojos estaban
ocultos por la mscara de ojos negra que vestan, pero an senta el peso de
sus miradas en m, y me estremec ante la visin de las armas en sus manos.
Las sombras proyectadas por las paredes ms alejadas se deslizaron
sobre mi piel mientras me deslizaba por la puerta. Pas bajo los soldados, y
luego estuve dentro del pueblo.
Las calles de piedra y las casas parecan diferentes ahora. Ms
mayores, ms tristes. Los soldados Lejanos estaban por todos lados.
La nieve en las calles estaba revuelta en un turbio lodo por sus botas.
Las cuotas del patio estaban llenas de esos descansos, hablar, y fumar.
Agarrando la capa alrededor de m, me dirijo hacia el mercado. No
quiero permanecer aqu.
Lia!
Mi mejor amiga, Ann, se precipit desde una tienda y desliz su
brazo en el mo. Su brillante capa roja caus una sensacin valerosa contra
la piedra oscura de los edificios a su alrededor, pero sus mejillas brillaban
plidas y los oscuros crculos rodeaban sus ojos. En menos de dos meses, se
haba ido del color rosa al demacrado. Su padre, el Alcalde, estaba
colaborando secretamente con los Lejanos. Haba traicionado la confianza
de sus propias personas con la del enemigo, y perfor el horrible
conocimiento en secreto. Para todo el resto del pueblo lo saba, l era tanto
una vctima como el resto de nosotros.
La abrac fuertemente.
No saba, si te vera hoy.
23
Nuestra amistad era como est ahora, distribuida en fragmentos de
conversaciones y susurros furtivos. No era seguro. Ya nada era seguro.
Me escap dijo, mirndome pasar ante el soldado en la cuota del
patio. Padre est ocupado besando las botas de Raine, como siempre.
Su mirada se movi sobre m, y sus cejas se vincularon estrechamente
mientras frunca el ceo.
Qu ests haciendo aqu? No hay una Asamblea de la que no s,
verdad?
Necesitamos harina de maz. Ivy est pasando por una etapa de
crecimiento. El hecho de que a todos se nos asignase raciones de comida
que haban sido reducidos no estaba ayudando, tampoco, pero desde que el
padre de Ann haba dado esa orden, no le enfatic nada.
Ann apret mis manos en las suyas, y su mirada se dej caer al suelo.
Ella lo saba. Pude ver la vergenza en la manera que encoga sus hombros,
como si enfrentase el fro en el viento.
Caminas conmigo? murmur, moviendo rpido otra mirada a
los soldados.
Cruzamos el centro del pueblo, donde las tiendas y casas de piedra se
amontonaban juntas como si se acurrucasen contra el frio. El liquen plido
cubra los tejados y paredes, y pintaba flores de invierno que adornaban
cada casa, talladas en las puertas y en los postes y los umbrales. Los
carruajes tirados por caballos traqueteaban al pasar sobre las empedradas
calles, donde las piedras eran dispuestas en patrones de flores azules
rodeadas de gris. Una leve polvareda de nieve sucia cubri todo.
Escuchaste las ltimas noticias? susurr ella, tan pronto como
pasamos a los soldados y salimos del alcance del odo.
La aprehensin se anudo en mi estmago. Sacud la cabeza
silenciosamente.
24
Observadores. Merodeaban las paredes la noche anterior,
probndolas.
Mi aprehensin se convirti en enojo.
Son los Lejanos y sus armas, su tecnologa dije. Estn agitando
todo aqu, convirtindolo en un frenes. Los Observadores nunca se
acercaron a los muros del pueblo antes de que ellos llegaran.
Ella vacil.
Tal vez s, pero Raine solo est usando esto para promover su
propia causa. Le dijo al Crculo de Ancianos justo esta noche que esto
solamente prueba que sus soldados son necesarios, para protegernos de los
Observadores. l dice que con sus armas y tecnologa, nos pueden
mantener ms a salvo de lo que nunca hemos estado.
Y ellos le creyeron? No poda creerlo. Los Lejanos estn
creando el problema y luego ofrecindose como la conveniente solucin.
Seguramente el Crculo se da cuenta de esto?
Ann sacudi la cabeza.
Ya no s lo que piensan. Los Ancianos se han vuelto ms retrados.
Estn asustados por su sustento, sus familias. Hacen y dicen poco en las
reuniones adems de sentarse ah como conejos. Mi padre habla la mayor
parte del tiempo, o Raine.
Sacud mi cabeza disgustada.
Ella se mordi el labio y se inclin ms cerca.
Hay ms, aunque esta parte no ha sido anunciada a la aldea todava.
Los Lejanos estn construyendo un consulado en el centro de la aldea. Ya
han discutido los planes con mi padre, y los trabajadores llegaron esta
maana cruzando el ro. Empiezan a trabajar esta semana.
Un un consulado? Mi mente gir con confusin. Te
refieres?
25
Ella baj su voz hasta un susurro.
Me refiero a que ellos planean quedarse.
Las palabras me golpearon como un puetazo en el estmago. Por
meses, nos haban prometido una resolucin pacfica a esta pesadilla. Los
Lejanos han entrado en nuestra tierra y ocupado nuestra aldea bajo el
pretexto de buscar un fugitivo, pero mientras el tiempo pas, se volvi cada
vez ms obvio que tenan ms en mente que encontrar a una persona. Y
ahora, estaban trayendo trabajadores?
Agarr a Ann por la mueca.
Dime exactamente lo que esto significa.
Un edificio de consulado solo puede significar que van a enviar un
representante oficial de Aeralis para gobernarnos. Mi padre ser un
gobernador marioneta, y algn diplomtico Lejano tomar las decisiones.
Oficial, Aeralis, gobernar, marioneta Mis rodillas se debilitaron,
mis manos se sentan entumecidas.
Y qu dice el Crculo sobre eso?
Como dije, los Ancianos no dicen mucho estos das. Los he visto
irse de la casa tarde por la noche, acompaados de soldados para que
lleguen seguros a casa, dice mi padre. Es una muestra de poder. Ellos saben
que no se atreven a hablar. Han sido silenciados.
Las garras afiladas del pnico se cerraron alrededor de m, apretando
y sacando el aliento de mis pulmones. Si el Crculo, un cuerpo gobernante
especialmente formado para la justicia y la proteccin, no peleara contra
los Lejanos y su injusta ocupacin de nuestra aldea, quin lo hara?
Pasamos por el Saln de Asambleas. Par al lado de uno de los
tallados en relieve, pintado azul como las flores de invierno del color del
cielo de la Helada. Lanc una mirada alrededor.
26
Y qu hay sobre los ataques de los Observadores? Los Lejanos no
tienen miedo?
Ella se apoy contra la pared y pas una mano enguantada sobre sus
ojos.
Escuch al Oficial Raine decirle a mi padre que planean continuar
reforzando las compuertas y los muros. Van a traer ms armas para
protegerse.
Tontos murmur. Ms armas significan ms Observadores
rondando en el bosque, agitados y agresivos. Van a agitar a los monstruos
en un frenes si empiezan a husmear con su tecnologa, y entonces quin
pagar? Nosotros. Pens en la granja de mi familia, solitaria y aislada
contra un fondo de rboles congelados. Quin nos defender si los
Observadores trataran de derribar nuestra puerta?
Ann jug con las cuerdas de su sombrero.
Escucha. Hay una cosa ms que o.
Me enderec y ech otra mirada alrededor para asegurarme de que
nadie pudiera escuchar.
Qu?
Ella traz el bordado en la orilla de su capa con un dedo.
El oficial le dijo a mi padre que que finalmente han confirmado la
identidad de los agentes de La Espina que trabajan en La Helada.
Todo el aire sali de mis pulmones. Me sent como si me hubieran
golpeado. Saban sobre Adam? Saban sobre M? Mis ojos volaron hacia
los de ella, pero ella mir a un parche de hielo en el suelo y no alz la vista.
Dijeron que era Cole Carver.
Mis piernas temblaron en alivio. No Adam. No yo. Las palabras
comenzaron a asentarse, y mi labio se curv.
27
Cole? Pero todos saben que los Observadores lo mataron.
Y por lo que todos saban, la verdad era tan simple y trgica como un
chico descuidado en un bosque peligroso. La aldea entera lo lament.
Record a sus padres, sus caras manchadas con el dolor mientras asimilaban
las noticias que Adam Brewer gentilmente les haba llevado. Record a la
gente del pueblo reunida en un callado crculo alrededor de ellos, afligidos
por una vida extinguida tan joven, y el funeral dos das despus donde
todos hablaron elogiosamente sobre su valenta y amabilidad. Incluso yo
haba dicho algunas palabras sobre mi examigo, el astuto y coqueto chico
quien no haba resistido cazar en La Helada durante la noche a pesar de sus
peligros, y todos haban asentido y limpiado sus lgrimas y susurrado entre
ellos que l pretenda casarse conmigo, y que, no era terriblemente triste?
De hecho, los aldeanos me haban estado dando miradas compasivas
por los ltimos dos meses, pensando que haba llorado su muerte y mi
inevitable soltera. Nadie sino Adam, su familia y la ma, y Ann, saban la
horrible verdad. Cole nos haba traicionado. Nos haba seguido a la Helada,
con intencin de exponernos a Adam y a m a los Lejanos por ayudar a
Gabe a escapar. Nos haba mantenido a punta de pistola y amenazado con
matarme. Pero haba sido capturado por un Observador antes de cumplir su
amenaza, y comido.
Record el nauseabundo crujido de hueso cuando el monstruo golpe
desde la oscuridad, la rociada de sangre en la nieve, los gritos. Presion una
mano sobre mis ojos, deseando que los recuerdos se alejaran.
Nunca recuperaron su cuerpo. Ann me record. Y eso no es
muy inusual, pero uno de los oficiales Lejanos le dijo a mi padre que cree
que Cole escap junto con el fugitivo. l dice que cree que el resto de
nosotros somos muy estpidos como para haber estado involucrados.
Ella sonaba enojada, pero yo me senta liviana como el aire. Si los
Lejanos pensaban que el nico agente de La Espina haba desaparecido, eso
significaba que no sospecharan de Adam. No sospecharan de m.
Mi familia estara a salvo.
28
El nudo de aprehensin en mi pecho disminuy un poco.
Bien le dije. Si creen que somos inteligentes, estarn ms en
guardia. Es bueno que no esperen que seamos listos.
Bueno, eso me enfurece ella susurr. Hace que me hierva la
sangre cuando pienso que ese traidor de Cole Carver obtiene todo el crdito
por toda tu valenta y buenos actos, aun si solo es a los ojos de los Lejanos.
Mir mis botas. No saba sobre Adam y su verdadera participacin
con los La Espina. En realidad, por todo lo que ella saba, l y yo todava
desconfibamos y odibamos el uno al otro. Hace dos meses crea
responsable a la familia de Adam por la muerte de mis padres, hasta que me
enter que Cole los haba matado y culpado a los Brewers. Ann saba ahora
que Cole haba matado a mis padres, y que haba ayudado a Gabe a escapar
con la asistencia de La Espina, pero mantuve el resto de las identidades de
los agentes, Adam y su familia, en secreto.
Los secretos nos mantuvieron a salvo.
Sin embargo, el peso del conocimiento que le ocultaba presionaba
fuertemente sobre m, y anhelaba decirle todo: Adam, mis padres, la
extensin de los secretos que permeaban nuestra aldea.
Pero no poda.
No dejes que te moleste dije. Esto es bueno. Si sospechan que
fue l, no estarn husmeando por otra persona. Esto me protege.
Lo s. Pero me amarga de todas formas. Y sospecho que el Oficial
Raine solo quiere terminar con ese problema para poder reportarlo como
resuelto. Pienso que como Cole est muerto y el fugitivo desapareci y no
ha habido ninguna seal de La Espina por meses, creen que todo se ha
terminado. Ella hizo una pausa. Y se ha terminado, verdad?
Pens en el broche escondido en el cajn de mi bur. Adam me haba
extendido una invitacin la noche en que habamos llevado a Gabe a la
compuerta, y todava no haba tomado una decisin. El conocimiento de ese
broche quemaba en mi mente, hacindome sentir inquieta e intranquila.
29
Al darme cuenta que ella estaba esperando por algn tipo de
respuesta, dije:
Se ha terminado. l se fue y no regresar.
Ella se vea aliviada, pero yo me senta increblemente vaca al decir
esas palabras en voz alta.
Gabe se haba ido, pero todo haba cambiado de todas formas. l
haba sido el catalizador, y ahora mi mundo entero estaba de cabeza.
Llegamos al mercado al aire libre, donde puestos y cabinas
enfrentaban la nieve y el viento mientras sus carteles revoloteaban en la
brisa, anunciando sus mercancas. Pas el puesto donde la vieja Tamma
venda hierbas y medicinas, y nuestras miradas se deslizaron lejos la una de
la otra. Una vez le haba comprado medicina para Gabe, y desde entonces la
haba sentido observndome como si supiera algo.
Me apret la capa sobre los hombros y me dirig a los puestos de
comida. Aqu las familias podan cambiar el exceso de sus productos
perecederos por otros bienes, pero durante los meses de fro invierno las
ofertas son escasas y limitadas mayormente a carne y pescado. Tenamos a
la vaca y las gallinas, y nuestras reservas de cebollas, nabos, papas y
manzanas secas del corto y brutal verano, pero yo no cazaba y las trampas
arrojaban escasas ofrendas. Con mis padres muertos y los Lejanos
comiendo mucho de los extras, los suministros de comida que recibimos a
cambio de nuestra cuota no eran suficientes estos das.
Cambi una bufanda tejida y un par de guantes por seis pequeos
pescados atrapados a travs de un agujero en el hielo sobre el ro. Un precio
alto, pero necesitbamos la comida. El vendedor los envolvi, y yo tom el
oloroso paquete bajo mi brazo. Me dio una lgubre inclinacin de la cabeza
de solidaridad, pero cuando sus ojos fueron hacia Ann l frunci el ceo y
murmur algo.
Ann no pareca ni sorprendida ni ofendida. Solo resignada.
30
Poda sentir las miradas que atraamos. O ms bien, las miradas que
Ann estaba atrayendo. La gente murmuraba y frunca el ceo en nuestra
direccin. Un escalofro cosquille en la parte trasera de mi cuello, y me
mord el labio. Precipitadamente negoci con otro vendedor por una taza de
harina de maz y tom el brazo de Ann para dirigirla de vuelta a la plaza de
la aldea.
Qu fue todo eso? Exig yo en cuanto salimos del mercado.
Por qu te miran de esa manera?
Ella jugaba con el borde de su manto.
La cooperacin de mi padre con los soldados no ha sido muy
popular entre algunos, se podra decir.
Solt un bufido.
Un gran eufemismo. Pero t no eres tu padre.
Ann no respondi a eso. No haba necesidad. Ambas sabamos que
podra ser cmo condenatoria una asociacin con un traidor.
Te has enterado de Everiss? pregunt ella en su lugar.
No, qu pasa? Fue la hija mayor Everiss Dyer, y ms amiga de
Ana que ma, pero yo la haba conozco desde nuestros das en la escuela del
pueblo.
Ella ha cancelado su compromiso.
Me qued muy sorprendida. La ltima vez que haba hablado, con
Everiss no haba hablado de otra cosa que el matrimonio y los bebs, y
entonces ella me reprendi repetidas veces para no ser yo misma prometida.
No lo s. Ella no quiere hablar de ello. Toda la familia est molesta
con ella. Hubiera sido un buen partido.
Tal vez ella decidi que amaba a alguien ms reflexion. Y en mi
mente vi la cara de Gabe, y me dola el pecho. Pero empuj el pensamiento.
l se haba ido. Tena que seguir adelante con mi vida.
31
Tal vez dijo Ann, y mir por encima del hombro como alguien le
susurr algo a ella. Debo volver a la casa, creo.
Fue bueno verte le dije, mirando a la persona que haba emitido la
burla que mascull a mi amiga. Ten cuidado.
Ella sonri con tristeza.
Yo soy la que debera decir eso.
Pero yo no estaba tan segura. En estos das, las cosas parecan tan
peligrosas que no importaba de qu lado de las murallas del pueblo vivas.
Ella se escabull, y me di la vuelta dirigindome hacia la puerta de la
Escarcha. Los peces fueron pesados en mis brazos, pero lo nico que poda
pensar era en lo que no eran lo suficientemente pesado como para el precio
que haba pagado, y lo pequea y frgil que Ann pareca, como si una fuerte
rfaga de viento la pudiera romper. Cundo ella haba puesto esa frgil
sonrisa?
Fue despus de que los soldados Lejanos comenzaran a ocupar el
pueblo, o incluso ms recientemente?
La preocupacin corroa mis entraas y murmur en mis
pensamientos. Casi no escuch la voz susurrando mi nombre.
Pssst, Lia Weaver!
Me detuve.
Las sombras en el callejn de la izquierda se movieron. Me volv
hacia el movimiento, incierto.
Hola?
Rpido. Por aqu.
Alcanc a ver un aleteo de tela negro y un destello de una mano
haciendo seas.
Dud.
32
La mano sali disparada y se cerr sobre mi mueca, tirando de m
hacia delante. De repente yo estaba presionada contra el costado de una casa
de piedra con una figura encapuchada sujetando una mano sobre mi boca.
El pnico me apual. Le di una patada, y mord la mano.
Clmate, muchacha.
Entonces sultame!
Me solt y dio un paso atrs. Me apart. Mi frenes haba desalojado
la capucha, y parpade en el reconocimiento. Era el segundo hijo del
herrero. Era de mi edad. Habamos ido juntos a la escuela. Yo lo saba, pero
solo vagamente. Nunca habamos hablado.
Leon Blacksmith?
Me solt y se ajust la capucha de su capa. Sus agudos ojos azules
brillaban con intensidad a medida que se encontraban con los mos. Un
escalofro recorri mi espina dorsal y bail a travs de mi piel.
Lo siento por el subterfugio, pero no poda ser visto dijo.
Fing ignorancia cuando me inclin para recuperar el paquete de
pescado y el saco de harina de maz que haba dejado caer.
Por qu no?
En lugar de responder, se llev un dedo a los labios y me hizo seas
para que lo siguiera. Luego se volvi y corri por el callejn. Todo lo que
tena en mente era: no quiero ser parte de ella. Me volv a escapar, pero su voz
se cort el aire.
Por favor.
Suspirando, me un a l. Dobl una esquina y se detuvo detrs de una
pila de lea. Se nos ocultaba de la vista de cualquier persona en la calle, y no
de las ventanas abiertas en este lado de la casa. Pude ver el muro alrededor
de la aldea de donde estbamos, pero los soldados estaban demasiado lejos
para or nada.
33
Qu es eso? Me exigi tan pronto como se detuvo.
La has encontrado?
Yo daba vueltas. Un par de muchachos salieron de detrs de la pila de
lea. Vagamente recordaba sus nombres. Seth Baker? Uno de los
muchachos Hunter? Una chica estaba con ellos, y yo no la conoca, excepto
de un recuerdo borroso.
S respondi Leon. Para m, me dijo: Este es Seth, Berna y
Onna. Seal a la muchacha, y ella se apart el pelo de los ojos y me dio
una sonrisa de oreja a oreja.
Qu est pasando? Escaneando sus caras por alguna pizca de
indicacin acerca de lo que queran.
Se lo dijiste? pregunt Onna.
Leon neg con la cabeza. l me mir.
He odo cosas buenas sobre ti, Lia Weaver dijo. T eres fuerte,
eres inteligente, y no son aprensivos cuando las cosas difciles que hay que
hacer. Viajas a travs de los tiempos de heladas varias semanas y vives lejos
de la seguridad de los muros de la aldea. Corre el rumor de que has visto un
Observador all afuera.
Y? le dije, demasiado inquieta para ser halagada. Cambi el
paquete de pescado y harina de maz en mis brazos y estamp mis pies para
protegerse del fro. Quieres que te cuente algunas historias
espeluznantes de la hora de acostarse o algo as?
Se ech a rer, aunque no hubiera estado realmente tratando de hacer
una broma.
Eres divertida, tambin dijo Leon. Pero no. Queremos que te
unas a nosotros.
A ustedes?
Vamos a deshacernos de los Lejanos intervino Onna.
34
Qu?
Ellos me miraban solemnemente, y me di cuenta de que hablaban en
serio.
Cmo?
Escucha dijo Leon. Los soldados estn oprimiendo a nuestro
pueblo. Se estn comiendo nuestra comida y agitando a los Observadores y
nos estn empujando. Somos un pueblo libre! No tenemos que soportar
esto. Pero nuestro Alcalde est bajo el pulgar de Raine. Si hay algo que va a
hacer, solo tenemos que hacerlo nosotros mismos. Nos estamos llamando a
los Capas Negras Hizo un gesto hacia todos ellos, y me di cuenta de las
bufandas negras y la ropa que llevaban puesta. Y vamos a salvar a este
pueblo.
Me mir fijamente. Eran nada ms que un par de harapientos jvenes
con fervientes expresiones y los puos apretados.
Y qu es exactamente lo que va a liberar al pueblo de los soldados
Lejanos?
Dirigimos actos de resistencia dijo Leon. Robar comida, daos
a la propiedad, dejando siniestros mensajes.
Dejar mensajes siniestros? No pude contener mi desprecio.
Eran estpidos?. Crees que voy a trabajar en contra de soldados
armados?
Sabes lo que quiero decir. Lo haremos tan insoportable para los que
se queden que los costos comenzarn a ser mayores que los beneficios. Si no
vale la pena ocuparlo, a continuacin, se irn.
O tomaran represalias le dije.
Vale la pena el riesgo. Leon se cruz de brazos. Y bien?
Me qued en silencio, evaluando mis palabras. Por ltimo.
Por qu yo?
35
Se ri sin alegra.
Al igual que he dicho. Tienes la reputacin de ser difcil. Y tienes
incursiones que el resto de nosotros no.
Las incursiones?
Onna sonri.
Vas a ser perfecta para cuando nos dirigimos a la Alcalda. Ya sabes
su hija. Podemos colarnos en su casa. Tal vez incluso se puede ir tras ella,
tambin. Estoy pensando en humillacin pblica.
Espera. Tom un paso atrs y respir rpido. Qu dice tiene
que ver Ann con todo esto?
Est relacionada con la escoria de traidores dijo. As que ella es
culpable por asociacin.
Tienes que estar bromeando. Un rubor se desliz por mis
mejillas, y el calor combinado entre mis omplatos. Ann no est de
acuerdo con lo que su padre hace. Y ella no tiene control sobre quines son
sus padres ms de lo que puede dejar de ser un herrero.
Salvar el patetismo de alguien que se preocupa. Se burl. Ann
la alcaldesa ha estado codendose con los oficiales Lejanos desde que
llegaron aqu, junto con su padre. Si no ests dispuesta a darle una leccin,
entonces ests fuera.
Est bien le espet. Entonces me voy.
Todos ellos me miraron fijamente. Leon abri la boca, pero no dijo
nada. Es evidente que no esperaban que yo dijera eso. Y est claro que no
me conocen en absoluto.
Ann la alcaldesa es mi mejor amiga. Apunt con un dedo a
Leon. Ella no tiene nada que ver con los Lejanos de empleo, y ella no
tiene control sobre las acciones de su padre, y no voy a sostenerla por su
36
responsabilidad de la injusticia que sucede. Y si alguno de ustedes tiene que
meterse con ella, se mete conmigo. Lo entienden?
Leon junt sus cejas formando una barra, enojado por encima de su
nariz.
Creo que sabes el camino de vuelta a la carretera.
Claro que s. Pasando, empuj a Onna.
Espera dijo Leon bruscamente.
Hice una pausa.
Si caminas lejos de esto ahora, entonces te has ganado un enemigo.
Entonces considrame tu enemiga gru.
Me qued mirndolo hasta que l apart la mirada. Yo estaba
demasiado enojada para hablar, as que no lo hice. Lo dej parado en la
entrada del callejn mientras me diriga a la escarcha, y no mir hacia atrs.
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Captulo 3 Traducido por Escorpio & Mafernanda28
Corregido por Klarlissa
Mi sangre estaba hirviendo a fuego lento todava por el aguijn en los
comentarios de Leon cuando llegu a casa, as que empuj el pescado y la
harina a Ivy sin decir una palabra, y fui al establo para ver a los animales.
Cepill a los caballos con rapidez, con movimientos duros mientras sus
acusaciones pasaban por mi cabeza. Ann no tena control sobre las
decisiones de su padre, y ella no era responsable de lo que le haba sucedido
a la villa. Y si la gente pensaba que iba a echarle la culpa por la invasin de
los Lejanos, estaban equivocados.
Termin con los caballos y lanc el cepillo tan duramente que una
nube de polvo se levant hasta donde golpe. Con un gruido de
frustracin, me gir para verificar a la vaca.
Y corr directo a los brazos de Adam Brewer.
Brewer? Me apart y me apoy en la puerta del establo, frotando
los brazos repentinamente temblorosos. No lo haba escuchado entrar. l
era anormalmente silencioso o mi ira haba sido tanta que haba absorbido
mi atencin hacindome descuidada?. Me asustaste.
Sus ojos se posaron en los mos. Estaba tranquilo, sosegado e
inescrutable como siempre, pero sent un zumbido de tensin en l, una
inquietud que hizo que me picara la piel en respuesta.
Cuando me mir, sent como vea ms de lo que yo quera que viera.
Me puso nerviosa.
Te llam por tu nombre dijo, su voz era un rico susurro
desenroscndose en la cercana oscuridad.
38
Apart un mechn de cabello me que haba cado en los ojos. Era algo
que hacer, porque de repente estaba demasiado inquieta, demasiado
consciente del aire que me rodeaba. Por qu tena ese efecto en m?
Qu ests haciendo aqu?
Cuando te vi hoy, pareca que queras hablar conmigo. Y he
pensado en hablar contigo.
Hablarme de qu?
Sin embargo, senta que ya lo saba.
Cuando tus padres fueron asesinados, dejaron un agujero en la red
de operativos de La Espina.
Mis dedos encontraron la pared, y me recost en ella. Mis piernas
empezaron a temblar.
Tienes el broche dijo, pero no me diste una respuesta definitiva
acerca de tus intenciones.
Pens en el cuarto secreto debajo de nuestros pies, lleno de mapas y
documentos. Pens en la ubicacin de la granja, lejos de la villa y rodeada
por el bosque.
Por supuesto que queran que trabajara para ellos. Era perfecto.
Pero qu hay de mi familia?
La seguridad de mis hermanos es mi prioridad. Consegu decir.
Los ojos de Adam se suavizaron.
El trabajo que hacemos es peligroso. No voy a fingir que no lo es.
Sin embargo negarse a luchar contra la ocupacin Aeralian es mucho ms
peligroso al final.
Es la ocupacin de los Lejanos a La Helada la prioridad de La
Espina?
39
No. Pero la derrota del dictador de Aeralian lo es, y si es destruido,
su ocupacin tambin terminar. Hizo una pausa. Pero olvidaste... que
sta es mi casa, tambin. Y la defendera con mi vida.
l no era un nativo de La Helada, pero an pareca ser parte de este
lugar de todos modos. Vivi aqu durante aos.
Consider sus palabras. Y por un lado, era un trabajo peligroso con un
final incierto. Por el otro, era el trabajo de mis padres y era noble. Crea eso.
Adam estaba esperando mi respuesta.
No lo s dije, aunque las propias palabras se sentan como una
rendicin al destino. Alc los ojos a los suyos, le sostuve la mirada a pesar
de que al hacerlo hice que mi estmago cayera a mis rodillas. Pero tomar
una decisin pronto.
Acept esta respuesta.
Si quieres comunicarte conmigo, cuelga una lmpara por la lnea de
los rboles. Esa es la seal.
Lo record. Habamos hecho lo mismo la noche que Gabe haba
viajado a travs del portal.
Lo recordar.
Asinti. An estaba observndome.
Uno de los caballos resopl, y me gir para calmarlo. Cuando me di la
vuelta Adam se haba desvanecido. La puerta del establo estaba
entreabierta, y el viento fro avivo mis mejillas.
Suspir.
40
Adam Brewer y La Espina, Leon Blacksmith y sus Capas Negras, los
soldados Lejanos y su consulado de planes, la tensin de todo golpeaba con
un dolor de cabeza detrs de mis ojos mientras me acomodaba para trabajar
por cuotas con mis hermanos pero hice lo mejor que pude para actuar con
calma.
Jonn pareca sentir mi frustracin, porque silenciosamente me daba
un par de palmaditas en el brazo, un gesto que solo me haca enfurecer.
Por qu siempre pareca pensar que era un cuenco de cristal
esperando ser roto en esos das?
Con el ceo fruncido, llen el hervidor con nieve fresca del patio y
regres a la habitacin principal para colgarlo sobre el fuego. Los hombros
de Ivy se tensaron cuando me acerqu a ella. An estbamos en desacuerdo
sobre la cuota.
Jonn estudi nuestras caras hasta que se qued en la ma y pude leer
la advertencia en sus ojos. l seal con la barbilla a Ivy, instndome a
hablar, y contuve un suspiro. Irritante o no, mi gemelo siempre supo cmo
ablandarme.
Lo siento dije, intentando ser gentil. Tienes razn. No he
estado de buen humor ltimamente.
Nadie lo est aadi Jonn, siempre el pacificador. Los Lejanos
estn haciendo que todo el mundo se tense.
Los ojos de mi hermana brillaron. Agarr su hilo y se inclin sobre l.
Dime algunos acertijos?
41
l me mir, silenciosamente instndome a participar.
Busqu en mi mente algn acertijo.
Uh... Qu trae peligro y lucha, pero tambin alivio y vida?
Somos uhh prisioneros de sta pero tambin estamos protegidos por
ella.
La nieve respondi inmediatamente, inhalando el triunfo. Saba
esa. Fue uno de los que nuestro padre nos haba dicho a menudo mientras
habamos trabajado la cuota como cuando ramos nios.
Qu cuenta historias con los dedos y mantiene a raya el hambre
con sus manos? inquiri Jonn.
Un Tejedor dijo Ivy. Porque hilamos hilos y cumplimos con
nuestra cuota. Algo ms difcil, Jonn.
Frunci los labios, pensando. Despus l sonri.
Qu, cundo se mantiene afilado, puede conseguir una esposa,
pero cuando se vuelve aburrido, puede costarle la vida?
Ella tena la frente arrugada.
Un cuchillo de cocina?
Cmo podra un cuchillo de cocina buscar una esposa? exig.
Frunci el ceo.
No lo s. Cul es la respuesta, sabionda?
El humor.
Me sac la lengua, sin embargo la atmsfera de la habitacin estaba
fra lo cual aliviaba el calor.
T lo sabes porque pap siempre te deca todas las respuestas de los
acertijos.
Puse los ojos en blanco.
42
Casi cierto.
Bueno, aqu est uno del cual ella que no sabe la respuesta dijo
Jonn. Qu tejido secreto te mantendr caliente?
Ella medit la pregunta.
No lo s. Me mir como si fuera mi culpa. Qu es?
Levant las manos con exasperacin.
Tampoco lo s... lo cual sirve para demostrar que l no me lo dijo
todo. Pap siempre se burlaba de eso, recuerdas?
Mam sola decir que era el amor.
Bueno, creo que eso es un hilo murmur.
Un hilo, no es una respuesta muy romntica dijo ella. El
enigma no es que el secreto romntico te mantendr caliente.
Sin embargo...
No creo que solo sea una respuesta interrumpi Jonn. A pap le
encantaba bromear y le gustaba vernos descifrar las cosas. Especialmente a
la listilla de all. l asinti en mi direccin. Hizo un camino de nueces
sin que supiera la respuesta de cada acertijo.
Solt un bufido para mostrar mi desprecio a tal afirmacin.
Ella sonri tmidamente, y el ambiente en la habitacin se calent.
La tetera empez a chillar, y me levant para hacer el t.
Sigue trabajando dije cuando Ivy mostr signos de
desaceleracin.
Me sac la lengua, y rpidamente el ambiente se arruin otra vez.
Jonn sacudi la cabeza en mi direccin, y reprim un suspiro de
frustracin.
43
Mi mente regres a la conversacin con Adam en el establo, y la
aprehensin me carcoma el estmago.
l quera una respuesta, pero no saba que decirle.
Estaba trabajando hasta el hueso tratando de ganarme la vida y
mantener a mi familia para que no muriera de hambre.
Cmo poda hacer otra cosa, mientras las cosas eran tan terribles?
Esa noche, me arrastr fuera de la cama y busqu en el cajn el broche
de La Espina que haba pertenecido a mis padres. La rama de plata brillaba
como hielo en la oscuridad mientras le daba vuelta, y en mi mente vi el
rostro de Adam cuando me lo dio hace dos meses.
Lo necesitars dijo.
Y sin embargo, hasta ahora, no haba hecho nada.
Cerr mi mano alrededor de la pieza, sintiendo la sensacin punzante
del metal contra mi mano, pens en los rostros de mi mam y mi pap. El
dolor me llen el pecho y quemaba la parte trasera de mis ojos. Con un
siseo de frustracin, met la caja debajo de mis calcetas, apart la colcha, y
camin hasta la ventana que daba al patio de abajo.
La luna proyecta un resplandor de plata sobre todo, y a travs de la
escarcha en el cristal, el bosque era un borrn negro contra el blanco
brillante de la nieve.
Apoy la frente contra el vidrio fro y exhal lentamente.
No saba qu hacer.
44
Las sombras se movan y se agitaban, y capt el ms leve rayo de luz
roja echando un vistazo a la nieve. Un Observador? O simplemente mi
imaginacin unida a mi mente cansada?
Me qued mirando el lugar donde haba visto el movimiento hasta
que mis ojos dolieron mientras me esforzaba por escuchar el sonido de las
garras en la nieve, pero la noche estaba silenciosa.
La respiracin de mi hermana llen la habitacin con un tono spero
y estable, y mi mente gir a un recuerdo de Gabe envuelto en mantas junto
al fuego, con el cabello hmedo en su frente febril, su boca se mova
mientras murmuraba delirantemente. Mi garganta se apret ante el
recuerdo y me mov inquieta en el asiento de la ventana.
Cuando los escalofros se apoderaron de m por el fro y la misma
soledad, regres a la cama y me acurruqu bajo las mantas hasta el
amanecer.
Por la prxima asamblea obligatoria, mis pensamientos estaban
todava en desorden. Las nubes oscuras coagularon el horizonte y
sumergieron La Helada en un estado cercano al atardecer, cuando corr en
los caminos, cada uno de mis sentidos armonizados para los sonidos del
bosque. Nada excepto unos arrendajos azules suscitando en los rboles, y
alcanc la jaula sin aliento pero ilesa como siempre.
Ann me esper en la puerta. Una fina lnea roja trazaba su mejilla, la
marca acentuada por su piel plida. Mire con el ceo fruncido la marca.
Qu te pas en la cara?
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Oh, no es nada. Ella tartamude, cepillado sus dedos sobre el
lugar.
Pero los haba manchado de rojo. Agarr sus hombros y la gir hacia
el sol, por lo que pude ver mejor.
Ests sangrando.
No es nada. Se solt y se alis el vestido. Su expresin era
cautelosa. Solo fue una pequea roca, eso es todo.
Una roca? Mi pulso martill, y mis dedos se rizaron en puos.
Respir hondo para estabilizarme. Fue uno de los soldados...?
No fue un Lejano interrumpi.
Romp mi mirada fija a la calle. Vi a unos nios malhumorados de
aspecto esconderse alrededor de una de las tiendas, pero ninguno de ellos
sosteniendo piedras. Ellos no me miraban a los ojos.
Quin, entonces?
Sacudi su cabeza.
Solo djalo ir. Por favor. Llegaremos tarde.
Le dejo callarse porque tena razn, bamos a llegar tarde, pero no
haba terminado con el tema. Enganch mi brazo a ella y juntos nos
apresuramos para el Saln de la Asamblea. Los aldeanos corrieron a travs
de las puertas azules esculpidas al pasillo, sus caras ojerosas y sus cuerpos
atados en un fardo en capas los colores de nieve y helada. Nos colamos
entre la multitud sin hablar dentro del edificio. El aire se haba puesto ya
caliente dentro, y la sala zumb con voces bajas, urgentes. Todo ola
ligeramente a sudor y lana hmeda. Tomamos asientos en la parte
posterior. Un nudo de soldados anduvo a zancadas por delante, y la
presencia de un hombre en particular hizo a cada uno temblar y girar sus
caras cuando coje por delante.
El Oficial Raine, el Lejano oficial a cargo de la ocupacin.
46
Su capa gris oscuro barri el piso detrs de l, y las condecoraciones
en el pecho de su uniforme brillaron en la plida luz solar cuando anduvo a
zancadas a travs de la muchedumbre. Su uniforme estirado a travs del
frente de su pecho, y los guantes en sus manos estaban sucios. Su pierna
izquierda estaba dbil de una vieja lesin, y dio tumbos con cada paso que
tom.
Exteriormente pareca benigno, casi triste. Pero el destello en sus ojos
hizo estremecimientos sobre mi piel como mil pequeas araas. La mirada
fija del oficial Raine rastrill sobre los aldeanos como si buscase signos de
desacuerdo. Me record de un gato que vidamente observa una jerarqua
de ratones. Su labio se riz, y l rompi sus dedos para los soldados que le
rodean.
Me qued mirando el piso hasta que se movi. Despus de que Raine
haba tomado su lugar al lado de la tarima, el Alcalde entr. Los soldados
Lejanos siguieron a su espalda, colgando atrs un poco para hacerlo mirar
como si se protegieran en vez de escoltarle. Pero yo saba la verdad. l era
su prisionero, y no se atrevi a desafiarles. Su piel pareca casi gris, y
sombras profundas rodeaban sus ojos. Junto a m, Ann inhal bruscamente
y apret mi mano a su aparicin.
Parece enfermo susurr.
Uno de los soldados volvi su cabeza y nos mir, sus ojos que
encontraron su rostro en ese breve instante de un momento, y se encogi
contra m. Me sent ms recta y puse mi brazo alrededor de ella. No me
estremec cuando encontr su mirada fija. Circul. Presion mis labios
juntos en un intento de mantener mi expresin neutra cuando gir mi cara
a la parte delantera de la sala.
El Alcalde camin en la plataforma e hizo seas para el silencio. El
murmullo de voces aument, y luego se calm, y un tenso silencio asol la
habitacin.
Mi pueblo dijo tranquilamente. Tenemos un grave asunto a
discutir.
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Fui la nica que not cmo le temblaban las manos? Me sent ms
recta, frunciendo el ceo. Siempre comenzaba la Asamblea leyendo las
seales, nuestra forma tonta de avergonzar a aquellos que no cumplieron
todas las pequeas reglas. Por qu lo cambiaba?
Un vistazo a Ann confirm que el comportamiento de su padre la
tena desconcertada, tambin. Abr mi boca para preguntarle cuando la
puerta de la sala sali volando, y ms y ms soldados Lejanos entraron.
Arrastraron a un hombre entre ellos. Vi un parche de cabello castao, una
cara blanca. Sangre gote de su nariz. Todo el mundo jade, y Ann agarr
mi brazo.
Ese es Edmond Dyer, el padre de Everiss.
El resto de la sala entera mir, cautivada, ya que los soldados
empujaron al hombre a la plataforma y lo empujaron en los pies del
Alcalde. Yaca en un montn, su cabeza en sus manos, gimiendo.
Edmond Dyer dijo el Alcalde, mirando abajo al hombre. Habl
con monotona, como si recitaba una lista de reglas. Un amigo para
muchos en esta ciudad, un miembro leal de esta comunidad... o eso cremos.
Por favor dijo con voz spera.
Uno de los soldados Lejano lo pate, y se arrug otra vez. La rabia
comenz a hervir a fuego lento en mi estmago. El apretn de Ann a mi
brazo se apret. La gente alrededor de m refunfu en el ultraje, pero nadie
se movi.
Edmond ha ofendido la seguridad de esta ciudad dijo el Alcalde.
Ofendido la seguridad de la ciudad? Qu quiso decir? Cul fue su
delito?
Como castigo, su propiedad se ha confiscado. Cumplir una
condena de trabajos forzosos. Su familia no se implicar en sus delitos.
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Los gritos ahogados resonaron por todas partes de la sala como las
palabras hundidas. Sus bienes, confiscados? Condenado a trabajo duro?
Qu podra posiblemente haber hecho para merecer esto?
La propiedad solo se tom de un miembro del pueblo si se probara
que eran fsicamente o mentalmente incapaces de mantenerlo, o si
desafiaron las rdenes de Los Ancianos. Qu haba hecho Edmond Dyer?
Estir el cuello, buscando Everiss, pero no poda ver su cabello castao
rizado en cualquier lugar. En su lugar vi Dan Tailor, su antiguo
pretendiente. l se sent encorvado en su silla, una mano apretada en un
puo con los nudillos presionados contra su boca como si sostuviese un
grito.
Nuestra... convivencia... con los Lejanos no siempre ha sido fcil,
pero es necesario que permanezcamos tranquilos y sigamos cooperando
dijo el Alcalde. No debemos tolerar tentativas de sabotear esta
cooperacin.
Qu cooperacin? refunfu, mirando con fuerza a los soldados
Lejanos junto a l.
Ann presion sus dedos en mi brazo, recordndome permanecer en
silencio.
Llvenselo pidi el Alcalde en voz ronca.
Su expresin era en blanco, pero cerr sus ojos cuando los soldados
marcharon por delante para levantar a Edmond Dyer nuevamente. l se
hunda entre ellos como si sus piernas estuviesen hechas de paja.
Por favor suplic Edmond, esta vez dirigindose a la multitud.
Su voz era spera y baja, torturada. Por favor... yo no
Cada aldeano se sent congelado, aturdido.
Por qu no se levantaba nadie? Por qu nadie estaba solicitando una
explicacin un juicio? Sent que me levantaba del banco, pero Ann tir de
m se echndome atrs.
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No seas estpida siseo en mi odo, feroz e indiferente a Ann. l
te lanzara a los Lejanos sin parpadear, igual que l est haciendo con
Edmond Dyer. Piensa en Jonn e Ivy.
Los soldados Lejanos agarraron los brazos de Edmond y tiraron de l
hacia la puerta. Chill una vez, un sonido chilln de la agona completa. La
puerta del roble pesada se cerr de golpe, y el sonido reson a travs de la
sala. Agarr el borde del banco tan fuertemente que mis nudillos
palidecieron, y morda mi labio inferior lo suficientemente fuerte como
para probar la sangre. No era esto qu siempre habamos temido podra
pasar?
Era una pesadilla.
Junto a m, Ann se estremeci. Sus ojos se apretaron cerrados. Al
frente del saln, el Alcalde hizo una mueca y se aclar la garganta.
Vamos a seguir dijo, ajustando el cuello de su camisa y lanzando
un vistazo al Oficial Raine. Hay otros asuntos por el orden del da hoy.
Nadie se mova. El resto de la sala pareca hipnotizada mientras
esperbamos a que l continuara.
Nuestros amigos de Aeralian han estado con nosotros desde hace
varios meses, como saben, y acabo de recibir la palabra que un
representante oficial nos acompaar aqu.
El Consulado del que Ann haba hablado?
Los murmullos barrieron la sala, y el Alcalde levant una mano para
pedir tranquilidad. Los sonidos se desvanecieron, y ense los dientes en
otra sonrisa. Pero su control fue debilitndose, y pude leer el temor en sus
ojos. Si ese miedo era de nosotros o los Lejanos, no poda saber.
Este representante estar aqu para garantizar nuestra seguridad.
Esto es por el bien de nuestro pueblo y por el bien de La Helada.
Los aldeanos alrededor de m se movieron y susurraron, y una
corriente submarina de la clera fea llen el aire. Pero nadie dijo nada.
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No. me susurr drsticamente Ann, cuando avanc poco a poco
adelante en el banco.
Los obreros construirn un lugar para el representante de la
Aeralian continu el alcalde, son peligrosos, y no deben hablar con
ellos. Tendrn que vivir y dormir en sus propios campos, y estas no
comprometerse con ellos.
El silencio era ensordecedor. Mi sangre se haba iniciado un lento,
ansiosos hervir en mis venas.
Hizo una pausa.
Ahora, vamos a leer las seales, verdad?
Casi corr del edificio cuando nos despidi. Mantuve la boca cerrada
y agach la cabeza cuando pase a los Lejanos que hacan guardia en la puerta
por tanto no podan ver la expresin en mis ojos. Fuera, el aire helado
abanic mis mejillas. Tirando a Ann detrs de m, rode la muchedumbre y
anduve en un callejn entre dos tiendas.
Tenemos que hacer algo. El recuerdo del grito de Edmond Dyer
fue grabada en mi mente para siempre. Comenc a marcar el paso. Por
qu estaba detenido? Escuchaste algo de tu padre?
No lo s. No he escuchado ni siquiera un susurro acerca de esto
antes. Y no tiene ningn sentido.
Limpi su pulgar a lo largo del borde de su ojo, quitando una lgrima
naciente.
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Se supone que el Crculo de los Ancianos se rene para cualquier
disciplina contra un aldeano, y no lo han hecho. Por lo general vienen a ver
a mi padre, o los encuentra en el Saln de la Asamblea. No ha habido una
deliberacin, estoy segura de ello.
El Oficial Raine lo orden, verdad?
No dijo nada, pero podra ver segn su expresin que crea que tena
razn.
Mi estmago se arremolin. Apenas poda ver directamente.
No haba ninguna advertencia, ningn juicio, ni siquiera ninguna
especificacin sobre sus delitos Y el resto de la familia? Qu pasar a
ellos? Su casa fue confiscada!
Sacudi su cabeza.
Se extendern alrededor a otras familias, supongo. Debo encontrar
Everiss.
Tenemos que hacer algo espet.
Qu podemos hacer?
Determinacin se quem en el hoyo de mi estmago. Poda hacer
algo.
S dije, agarrando sus manos y apretndolos para hacer su
enfoque. Encuentra Everiss y asegrate de que ella est bien. Djame
saber si hay algo que pueda hacer por ellos ms tarde. Pero ahora, me tengo
que ir.
Si no sala de la ciudad ahora, hara algo que lamentara. Lo podra
sentir en mis huesos.
Lia. Ann comenz.
Encontr sus ojos y su cara arrugada. Me envolvi en un abrazo
rpido y feroz.
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No lo podra soportar que si algo te ocurre susurr contra mi
hombro. As que ten cuidado.
Le di un apretn en respuesta y luego retroced.
Nos veremos pronto.
Estaba inmvil, mirndome cuando me alej rpidamente.
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Captulo 4 Traducido por Auroo_J
Corregido por Klarlissa
Me sent como si estuviera envuelta en una nube oscura y no poda
ver una forma de salir de ella. Necesitaba salir y despejar mi cabeza antes
de que hiciera algo precipitado, algo estpido. Mis botas levantaban un
espray de nieve mientras corra a travs de la Jaula por La Helada, y a mi
hogar. El viento sopl en mis ojos, picndolos y hacindolos aguarse. O se
trataba de lgrimas?
Los rboles se cerraron sobre mi cabeza, oscureciendo el cielo, y era
apenas un roce de azul en un mar de color blanco mientras tomaba el
camino a casa. Flores de Invierno pisoteadas llenaban mi camino, luciendo
como trocitos de cielo cado incrustadas en la nieve. Pas los dedos sobre las
flores que cuelgan de mi cuello, mi hbito nervioso, y corr ms rpido.
La granja qued a la vista mientras suba la cima de la ltima colina,
y me detuve para recuperar el aliento. Un zarcillo de humo se arremolinaba
de la chimenea de la casa de madera blanca que estaba sola en el centro del
patio, rodeada por una falda de nieve. Huellas penetraban un sendero desde
la puerta de entrada a la granja y de regreso. Ivy deba haber visto a los
animales ya.
Necesitaba un momento antes de entrar en la casa. Di media vuelta y
sal del camino hacia La Helada.
Las ramas heladas me envolvieron en un abrazo siempre verde. La
nieve se arremolinaba en mis ojos y sacuda mi pelo mientras empujaba a
travs de la vegetacin helada en la direccin de las trampas. Camin en
silencio, manteniendo mis odos atentos a cualquier sonido inusual. La
belleza salvaje, blanca del bosque hizo que me doliera el pecho. Mi
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respiracin quemaba en mis pulmones, siempre se senta ms fro en la
propia Helada.
Las trampas estaban todas vacas. Me tragu las malas palabras y
volv a casa. Y todos los pensamientos oscuros, rotos y temores pasaron
sobre m como una ola fangosa. Cada pedazo de mi vida se haba
desmoronado. Mis padres estaban muertos. Gabe se haba ido. Los Lejanos
haban ocupado nuestro pueblo. Y ahora mi mejor amiga tambin podra
estar en problemas.
Me sent tan impotente.
Pis en una rama, y la madera podrida se quebr como un disparo
debajo de mi bota. Hice una pausa y examin los rboles que me rodeaban
por costumbre, y la sensacin de ser observado que siempre flotaba en el
borde de mi conciencia en La Helada se desliz a travs de mi piel. Exhal.
Mi corazn lata ms rpido. Y me di cuenta que estaba buscando,
esperando, ver un aleteo de capa azul, una cabeza de pelo oscuro.
Pero l no estaba all.
Todo mi cuerpo se qued inmvil cuando una idea vino a m, claro
como una rfaga de viento fro. Dej que mis labios se curvaran en una
sonrisa triste y decidida.
Jonn me observ durante toda la cena, con los ojos entrecerrados. Lea
mis estados de nimo mejor que nadie, y estaba segura de que haba
percibido mi temperamento agrio. Tragu en seco los pedazos de papa y
mantuve mi mirada en mi plato.
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Al otro lado de la mesa, Ivy juguete con la comida y movi el pie
bajo la mesa. ramos un grupo silencioso.
Cmo estn las cosas en la ciudad? pregunt Jonn cuando
pensaba que estaba a punto de gritar por el peso de las palabras no dichas y
mis ansiedades apremiantes en mi contra.
Le lanc una mirada a mi hermana.
La Asamblea fue, bueno... Ivy, puedes poner ms agua sobre el
fuego para el t?
Lo puedes decir delante de m espet ella. No soy una niita.
Qu pas en la Asamblea?
Me mord el labio y vi a mi gemelo. Busc a tientas con el tenedor un
momento antes de asentir, y arrastr una respiracin profunda.
Arrestaron a Edmond Dyer. Le quitaron su casa y su medio de vida
y lo condenaron a trabajos forzados.
Qu? El cuchillo de Jonn choc contra la mesa. Por qu?
El Alcalde nos dio una historia ridcula de l poniendo en peligro al
pueblo. Solo repetir eso hizo que mi garganta y mi piel picaran con
furia. Los soldados Lejanos lo tiraron al suelo, le dieron patadas, le
arrastraron lejos... me alegro de que no estaban all para verlo, cualquiera de
ustedes. Ambos parpadearon, aturdidos.
Por qu crees que realmente lo arrestaron? exigi Jonn.
Una muestra de poder... venganza... estn tratando de asustar a
todos a la sumisin.
La ira subi a travs de m, haciendo que mis manos temblaran
mientras recoga mis cubiertos y los apilaba en mi plato vaco. Pens en lo
dems que haba ocurrido, Leon y el resto, tena mucho ms que decirle a
Jonn, pero no delante de mi hermana.
Ivy se llev los dedos a la boca.
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Tambin van a quitarnos nuestra granja?
Qu? No. Por supuesto que no.
Agarr mi plato vaco y me levant. Mi estmago se retorci an con
hambre, pero haba comido todo lo que atrev a disponer de nuestro
suministro de alimentos para el da. Tendramos simplemente que
apretarnos el cinturn hasta que nos dieran las raciones semanales. Recog
un puado de platos y los llev a la cocina. Los dej caer en el lavabo y me
apoy contra la pared y cerr los ojos.
Tena que dejar una seal para que Adam la viera. Tom la linterna
del gancho en la pared y cog las cerillas.
Tengo que conseguir algo en el granero les dije, en direccin a la
puerta.
Ivy estaba sentada y plida, temblando en su silla, y Jonn estaba
tratando de calmarla. Apenas me escucharon.
Me zambull al exterior. El viento haba golpeado de nuevo, trayendo
con l una rfaga de copos de nieve, y las motas de blanco bailaban ante mis
ojos y se fundan contra mis labios. Por encima de mi cabeza, la Guarda de
Observadores bailaba y cay. El sol se haba reducido a un carbn
encendido detrs de las nubes de nieve, y una neblina azulada baaba todo
en el crepsculo.
Tragando saliva para aliviar la sequedad que me llenaba la boca y la
garganta, levant la linterna y me dirig hacia los rboles. Cuando colgara
esta linterna, hara una seal a Adam. l iba a venir. Y yo le dara mi
respuesta. Estaba realmente preparada para hacer esto?
Mis pasos eran hmedos chasquidos en el silencio espeso, y el viento
arrastraba fros dedos por mi pelo. Pas por entre los rboles y busqu a
tientas un fsforo, golpendolo dos veces antes de que la llama
chisporroteara a la vida.
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Colgu la linterna en una rama, y el halo de luz que iluminaba un
crculo de duro blanco a m alrededor, pero no hizo nada para penetrar la
pared de sombras que sealaban el comienzo de La Helada.
Pinchazos se arrastraban sobre mi piel mientras miraba una vez ms
en la boca de La Helada, esforzndome por or y ver lo que se esconda ms
all, poniendo a prueba mi voluntad propia mientras estaba all, frente al
borde de la noche y la promesa de Observadores. Sonidos susurrantes se
deslizaron entre los rboles mientras el viento azotaba las ramas y gema en
los ventisqueros. Un mothkat grit a lo lejos.
A lo lejos en medio de las sombras, ms all de la seguridad de la
lnea de rboles, una rama se rompi y mis nervios se tensaron como un
arco. Lista para volar, temblando como una gacela asustada, baada por la
luz de la linterna y expuesta.
Dos figuras emergieron de los rboles. Mi pulso se triplic. Cog el
cuchillo mientras exploraba sus rostros. Un nio y una nia. Ambos
delgados, casi menudos. Las ojeras rodeaban sus ojos, y sus muecas eran
tan delgadas como palos.
Por favor dijo la chica, y levant su brazo. Aspir una respiracin
fuerte cuando vi las marcas rojas que cruzan sus muecas. Furiosas heridas
cicatrizadas, recin curadas cubran cada centmetro de la piel desnuda.
Luego mi mirada se desliz hacia abajo, y vi lo que tena en la mano.
Un par de palos atados con una cuerda.
El signo de La Espina.
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Captulo 5 Traducido por Isane33 & Auroo_J (SOS)
Corregido por Nony_mo
Me qued mirando los palos en su mano mientras mi pulso lata en
mis odos y mi cabeza se senta demasiado ligera. Era esto un truco? Una
trampa? Un ardid ingenioso inventado por los hombres de Raine para
atraparme?
Pero no. El signo de La Espina era secreto.
Deben haber sido enviados aqu, al igual que Gabe lo fue.
Mir sus cuerpos esquelticos y sus harapos delgados como el papel y
me devolvieron la mirada con el tipo de desafo endurecido por los golpes y
el hambre. Algo en m apret tan fuerte que no poda respirar. Ahora
tambin los nios eran presos polticos en Aeralis?
Puedo ayudarlos. Van a estar bien dije, haciendo mi mejor
intento para usar mi voz ms suave.
La nia hizo un sonido suave como el maullido de un gatito. Podra
haber sido un sollozo.
Por aqu dije. Di un paso atrs y mir por encima del hombro
para asegurarme de que iban a venir.
Despus de un momento de vacilacin, me siguieron. La nia apret
con fuerza la mano del muchacho.
Los pensamientos giraron en mi cabeza. Eran Aeralianos, las
caractersticas eran evidentes, al igual que la ropa. Reconoc el tejido suave
y sinttico y el corte extrao de las camisas. Cruzaron La Helada ellos
mismos? Quin los envi? La misma operacin que envi Gabe?
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Necesitaba a Adam. l sab
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