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Thorns (Prot)

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  • 3

    Crditos ::Moderadoras de Traduccin::

    Auroo_J

    Crsly

    ::Traductores::

    .Hariel.

    _ClaireElizabeth_

    AariS

    Auroo_J

    Alyshiacheryl

    Alina Eugenia

    Cr!sly

    Escorpio

    Gisela

    Isabella Night

    Isane

    Jo

    Kachii Andree

    Katiliz94

    Kensha

    Kirara7

    Klarlissa

    Mafernanda28

    Mais020291

    nanami27

    PaulaMayfair

    Polilla

    RBK

    Rihano

    Rockwood

    Salu... Lulu...

    Vettina

    Xhessii

  • 4

    ::Recopiladora::

    Xhessii

    ::Correctoras::

    Andreasydney

    Crsly

    KatieGee

    Klarlissa

    La BoHeMiK

    Nony_mo

    Xhessii

    ::Diseo::

    Lissarizz

    Rockwood

  • 5

    Contenido Aviso ................................................................................................... 2

    Crditos .............................................................................................. 3

    Sinopsis ............................................................................................... 7

    Captulo 1 ............................................................................................8

    Captulo 2 .......................................................................................... 18

    Captulo 3 .......................................................................................... 37

    Captulo 4 ......................................................................................... 53

    Captulo 5 .......................................................................................... 58

    Captulo 6 ......................................................................................... 67

    Captulo 7 ......................................................................................... 81

    Captulo 8 ......................................................................................... 91

    Captulo 9 ....................................................................................... 100

    Captulo 10 ....................................................................................... 113

    Captulo 11 ........................................................................................ 136

    Captulo 12 ....................................................................................... 143

    Captulo 13....................................................................................... 164

    Captulo 14 ...................................................................................... 174

    Captulo 15 ....................................................................................... 192

    Captulo 16 ...................................................................................... 196

    Captulo 17 ...................................................................................... 205

    Captulo 18 ....................................................................................... 217

    Captulo 19 ...................................................................................... 230

  • 6

    Captulo 20 ...................................................................................... 244

    Siguiente Libro ................................................................................ 251

    Sobre la Autora ............................................................................... 252

  • 7

    Sinopsis Corregido por Xhessii

    Lia Weaver fue en contra de todo lo que haba conocido cuando

    arriesg su vida para ayudar a un Lejano fugitivo llamado Gabe a escapar de

    los soldados Aeralian, y su vida cambi para siempre. Y La Helada cambi

    tambin los Lejanos se han apoderado de su aldea, un nuevo grupo de

    Observadores que se hacen llamar los Capas Negras estn haciendo planes

    para derrocar a los ocupantes Lejanos, y La Espina estn buscando que ella

    se les una.

    Lia pretende luchar contra el mal y la injusticia que ha invadido su

    hogar, pero el peligro la acecha en cada esquina. Los monstruos que habitan

    en las regiones ms profundas de La Helada se vuelven ms audaces y

    peligrosos cada da, un noble Lejano se instala en la aldea con una misin

    misteriosa, y Lia descubre que sus padres estaban albergando an ms

    secretos.

    A medida que el mundo congelado de La Helada se hace cada vez ms

    peligroso, podr Lia sobrevivir?

  • 8

    Captulo 1

    Traducido por Nanami27 & Elizzen (SOS)

    Corregido por Klarlissa

    Me qued sola en el medio del patio, el viento tirando de mi pelo y

    escociendo mis labios partidos mientras me enfrentaba a la lnea de rboles.

    El sol apenas se haba levantado y las sombras crearon una mancha oscura

    en el borde de los campos de la granja. Mir fijamente el lugar donde la

    azulada oscuridad toc el blanco inmaculado de la nieve recin cada y sent

    una oleada de aprensin correr por mis venas.

    Esas sombras eran una lnea de demarcacin, una advertencia, una

    seal invisible gritndome que me quede fuera, porque ms all de ellas

    estaba La Helada y no era seguro all.

    Era temprano por la maana y el sol estaba oculto detrs de una

    gruesa franja de nubes de tormenta. Pero bastante luz impregnaba el helado

    aire para iluminar el patio de la triste granja de mi familia. A mi derecha, el

    granero se agach contra el viento como una huesuda vaca con su espalda

    medio cubierta por el hielo desde la noche anterior. El potrero1 rezagado

    detrs de l en un crculo torcido. Varios de los postes de la valla estaban

    atados con una cuerda para evitar que se aflojen. El hielo lo cubra todo con

    un brillo pulido, siniestro.

    La granja estaba a mi espalda, cmoda y slida a pesar del hecho de

    que pareca a punto de caerse. Las blanqueadas tablas mezcladas con la

    nieve, blanco sobre blanco sucio, como si la casa se estuviera escondiendo.

    Las ventanas estaban a oscuras. Mi hermano y hermana an dorman.

    No tena sentido levantarse antes del amanecer, ya que nadie sala cuando 1 Potrero: Sitio destinado a la cra y pasto de caballos.

  • 9

    todava estaba oscuro. Nuestro congelado mundo siempre lo

    suficientemente peligroso con su poblacin de osos, panteras nieve y

    mothkats. Pero por la noche deambulaban los monstruos ms peligrosos de

    La Helada.

    Los Observadores.

    Busqu en la pared del bosque cualquier rayo de luz roja que

    traicionara la mirada de un Observador. Me esforc por escuchar el sonido

    de gritos que a veces producan, pero lo nico que escuch fue el susurro del

    viento contra la Guardia de Observadores que colgaba sobre nuestra puerta.

    Los trozos de madera y hueso resonaron juntos. Estaban pintados de azul y

    tallados como como flores de invierno, las nicas cosas que se mantenan

    lejos a los Observadores.

    Tir mi capa alrededor de m cuando mi sangre cant con inquietud.

    Cada vez que pona un pie en La Helada me recordaba una noche

    hace dos meses. La noche en la que Adam Brewer y yo ayudamos a escapar

    a un Lejano fugitivo llamado Gabe. La noche en la que me di cuenta de que

    no era la misma persona que sola ser. Ahora, pensar en Gabe, envi una

    daga de dolor a travs de mi pecho.

    Un silencio lgubre se envolvi a m alrededor cuando cruce la oscura

    barrera de las ramas hacia el bosque. Los rboles eran tajos de negro contra

    el blanco, los copos de nieve que flotaban hacia abajo eran motas de

    suavidad contra mis mejillas y pestaas. El aire vibraba con el silencio,

    excepto por el silbido de mi aliento escapando entre mis dientes y la

    hmeda salpicadura de mis botas contra las races de hielo bajo mis pies. Mi

    corazn aporreaba contra mis costillas, pero segu adelante. No era una

    chica de aldea, frgil, hecha de cristal. Era una Tejedora. Viva lejos de las

    murallas que protegan a la mayora de los habitantes de La Helada.

    No tena ms remedio que ser valiente.

    Una rama se rompi en la distancia. Me presion contra un rbol, la

    spera corteza araando mis manos cuando me aplast contra ella. Mis

    manos encontraron el cuchillo en mi cinturn.

  • 10

    Una cierva blanca salt de un matorral y se lanz encima de m, sus

    orejas titilando de nuevo para coger el sonido de mi suspiro.

    Ninguna pantera de nieve. Ningn oso.

    Ningn Observador.

    Segu adelante, pero la parte de atrs de mi cuello hormigueaba con

    aprensin a cada paso. Me sent como si un centenar de ojos invisibles me

    observasen desde las sombras. Los recuerdos me invadieron de nuevo. El

    resplandor rojo. Los gruidos guturales. El rpido corte de garras cuando

    cavaron en la nieve.

    En teora, el bosque estaba a salvo de los Observadores durante la luz

    del da. Ellos solo salan una vez que las sombras se haban agrupado juntas

    y la luna se haba levantado, el momento en el que nos acurrucbamos cerca

    de nuestros hogares y nuestras hogueras ardan altas. Incluso podra hacer

    el viaje hasta el lugar secreto en La Helada donde habamos llevado a Gabe,

    el lugar donde la misteriosa verja que le haba arrastrado lejos de m se

    qued esperando.

    Pero me negu a terminar ese pensamiento. Gabe se haba ido. Ahora

    tena que centrarme en la supervivencia.

    Criaturas carroeras parecidas a murcilagos, llamadas mothkats, se

    cernan ya sobre la trampa. Sus brillantes y saltones ojos se centraron en m

    y revolotearon lejos mientras me acercaba. Agit mis brazos y se alzaron

    hacia el cielo. Repugnantes alimaas.

    Los mothkats no eran peligrosos de forma individual, pero una

    manada bastante grande podra descender y quitar la carne con sus afilados

    dientes y pequeas garras. No eran ms que otro aspecto peligroso de La

    Helada.

    Me agach y mir la trampa.

    Un animal muerto se balanceaba entre las mandbulas de metal. Un

    conejo blanco con pequeas patitas grises. Ivy tendra el corazn partido si

    lo vea.

  • 11

    Levant el cadver, lo puse en mi saco y cuidadosamente restablec el

    artilugio. Cuando era pequea, a veces haba salido al bosque con mi Padre

    para poner trampas cuando nuestros suministros de alimentos disminuan y

    todava faltaban das para nuestra cuota y la obtencin de alimentos frescos

    de la aldea. Ahora, lo estaba haciendo sola.

    El conejo era sobre todo piel y huesos, la prueba de un largo y duro

    invierno. No sera suficiente para alimentarnos hasta el da de cuotas. Me

    mord el labio y le di una ltima mirada al bosque antes de girarme de

    vuelta a casa.

    Corr todo el camino de vuelta. El conejo dejndose caer en mi contra.

    El aire fro quem mis fosas nasales y hacia que me picasen mis mejillas. La

    nieve se arremolinaba a m alrededor, levantada por mis botas y sacada de

    mi paso a travs de ramas bajas.

    Llegu a la granja jadeando. Un grito de mothkat se rompi en el aire

    en algn lugar muy por encima de m. La Guardia de Observadores

    repiqueteo y giro en el viento. El viento susurr dbilmente sobre la nieve.

    Todo era msica de La Helada, salvaje e incierta y extraamente hermosa

    de una manera que hizo que mi pecho doliera.

    Me detuve para quitar la nieve de mis zapatos antes de abrir la puerta

    y entrar en el interior.

    La calidez de la casa se acurruc a m alrededor, descongelando mis

    mejillas y labios congelados. Me quit mi goteante capa y cruc la

    habitacin principal hacia la chimenea. Dej caer mi bolsa con el conejo y

    aviv las brasas en llamas vacilantes. Mis entumecidos dedos estaban torpes

    con la lea. Cuando el fuego ardi otra vez, saqu mi cuchillo de caza y me

    puse a trabajar con el conejo.

    Lia?

    La voz de mi hermano gemelo Jonn era solo un susurro detrs de m.

    Me di la vuelta.

  • 12

    Se apoy en el marco de la puerta de la habitacin inferior, la que

    haban utilizado mis padres, las muletas debajo de los brazos

    mantenindolo de pie. ramos mellizos, casi idnticos, aunque siempre me

    haba burlado que l era el ms hermoso. Sus ojos eran demasiado grandes

    para su delgado rostro, enmarcado por gruesas pestaas y pude ver las venas

    en sus manos y debajo de sus ojos. Mir al conejo y luego al indicador del

    nivel de agua encima de la chimenea.

    Solo revisaba las trampas dije.

    Mi mirada cay en su pierna izquierda y se desliz lejos. El miembro

    bajo la tela de su pantaln era delgado y retorcido, y el pie desnudo que

    asomaba brill con tejido cicatrizado. ramos mellizos, tena la misma edad

    que yo, la edad suficiente para ser un hombre, pero no haba sido capaz de

    caminar bien desde que era un nio pequeo, por lo que nunca haba

    recibido una tarea o autorizacin de los Ancianos para formar una familia.

    El accidente que le haba vuelto un invlido a los ojos de la aldea le haba

    dado frecuentes convulsiones y tambin periodos de enfermedad. Poda

    cojear con muletas, pero el esfuerzo le agotaba. Rara vez sala de casa. No

    haba estado en el pueblo desde la muerte de mis padres. Mi padre lo haba

    llevado los das festivos y a alguna de las Asambleas, pero ahora no haba

    nadie para hacerlo, y adems, saba que las miradas de lstima y asco de

    otros le hacan dao.

    Estamos tan bajos en comida?

    Siempre estamos tan bajos en estos das murmur.

    l pareca como si fuera a decir algo, pero se lo pens mejor. En

    cambio, coje hacia su silla junto al fuego y se sent lentamente en ella. Las

    muletas cayeron al suelo con un ruido sonoro, y tom la canasta de hilos a

    sus pies. El da de la cuota estaba viniendo, y no habamos terminado con el

    hilado y tejido que debamos a la aldea de Ancianos a cambio del grano, sal,

    y otros suministros que nos guardaban del hambre durante los meses de

    invierno. Las manos ociosas son un lujo que ninguno de nosotros poda

    permitirse.

  • 13

    Termin de desollar el conejo y puse la carne en una olla de estofado

    sobre el fuego antes de limpiar y hundirme en la silla frente a l. El cojn

    rado metido en la parte trasera de mis rodillas, donde las plumas estaban

    comenzando a empujar a travs de la tela. Me mov, intentando alcanzar

    una maraa de hilo para tirar tambin. El fuego crepitaba y se encenda en

    la chimenea, y el viento susurraba en las ventanas y suspiraba en las grietas.

    La habitacin ola a tabaco, lana hmeda, y polvo.

    Qu estabas haciendo afuera tan temprano? pregunt. Por lo

    general revisas las trampas despus del desayuno.

    Las palabras se llenaron en mi boca y pesaban en mi lengua, excusas

    en su mayora. No quera hablar sobre el quemante dolor que me impeda

    dormir y me llevaba hasta el borde del bosque. No quera envolverlo en

    nada que tuviera que ver con La Espina, o los Lejanos. Era demasiado

    peligroso. Esta era mi carga, solo ma. Sacud la cabeza.

    No poda dormir.

    La voz de Jonn era baja, cruda.

    l no va a volver, Lia.

    Me estremec. Se refera a Gabe.

    Gabe haba estado huyendo, a medio camino a algn otro lugar, en un

    viaje fuera de aqu. Habamos hecho de todo para verlo en su camino, y

    haba llegado a preocuparme por l, y ahora se haba ido

    Y me qued sostenindome a m misma a su paso. Al igual que haca

    siempre cuando alguien se iba. Pensaras que haba aprendido a estas alturas

    a no preocuparme por la gente, porque no podas contar con ellos para

    quedarse.

    Mi hermano vio mi cara, y pude decir que estaba buscando indicios

    de angustia emocional. Pero si esperaba que me rompiera como porcelana

    fina, estaba equivocado. Estaba tallada por La Helada. Era la hija de un

    tejedor. Era lluvia helada, de los bosques y congelada.

  • 14

    Me aclar la garganta.

    Si crees que voy a caer aparte de extraarlo, ests equivocado

    dije. No languidezco por la gente. Hay mucho en juego para estar abatida

    o sentir lstima por m misma.

    Jonn estaba en silencio. Sent la incredulidad en su falta de

    comentario.

    No soy as dije, con la frustracin arrastrndose hasta mi

    garganta, con sabor a bilis. Nunca he sido as. l se ha ido. Ya est hecho.

    Vamos a recoger los pedazos de nuestras vidas y seguir adelante como

    siempre lo hacemos. Hay mucho ms de qu preocuparse que tontos apegos

    emocionales.

    Tontos apegos emocionales repiti l. Sus ojos se posaron en mi

    mueca, donde llevaba el trozo de cuero que haba encontrado marcando el

    lugar de Gabe en el libro que haba estado leyendo antes de dejarnos. Haba

    estado usndolo desde la noche que Gabe nos dej.

    Qu otra cosa lo llamaras? Pero no estaba de acuerdo conmigo

    misma, incluso mientras deca las palabras. Me baj la manga para cubrir el

    brazalete.

    Lo mir hasta que baj la cabeza y enred sus dedos en el hilo. La

    parte posterior de mis ojos quemaba, y mi garganta se contraa

    dolorosamente apretada. No estaba segura de s era el tema o la obstinada

    persistencia de Jonn en tratar con mis emociones que provocaban estas casi

    lgrimas, pero de cualquier manera, tena que parar.

    El silencio se hizo demasiado espeso, y me puso nerviosa. Me puse de

    pie.

    Debera ver a los animales. Y despus de eso, tengo que ir a la

    aldea. Estamos casi sin comida, y necesitamos algo ms que ese trozo de

    conejo para alimentarnos hasta que da de la cuota. A menos de que

    prefirieras comer nada ms que nabos secos y patatas?

    Lia

  • 15

    Estoy bien dije, apretando los dientes. De verdad.

    l suspir y me dej cambiar de tema.

    Pescado sera bueno. Solo ten cuidado. Ests de un nimo hoy. No

    sulfures a los Lejanos.

    No estaba de un nimo. Estaba harta de ser acosada. Pero todo lo

    que dije fue:

    Estoy acostumbrada a los Lejanos ahora.

    Lejanos. Decirlo se senta como una maldicin.

    Voy a ordear la vaca y recoger los huevos. Deberas asegurarte

    que Ivy se levante. Ese hilo tiene ser acabado, la cuota es en dos das.

    Sent su mirada en mi espalda todo el camino hasta la puerta. Me tir

    encima mi manto, abr la puerta de un tirn, y me estamp de regreso

    afuera en el patio.

    Dej que el viento me picara los ojos hasta que manaron agua.

    Ivy estaba de pie cuando regres a la casa. Sentada junto a la

    chimenea, con el cabello castao recogido en una trenza con mechones

    hmedos pegados a su cuello, y su boca apretada en una fina lnea de

    frustracin mientras trabajaba.

    Ella haba crecido ms alta en los ltimos meses, y ms delgada. Sus

    muecas parecan palos y sus hombros eran bultos, como races fuertes que

    brotaban de su piel. Era solo huesos, sin embargo. Todos estbamos hechos

    de huesos estos das.

  • 16

    Buenos das dije, preguntndome qu haba causado el ceo

    fruncido en su rostro.

    Estoy de pie dijo ella. No tienes que hacer comentarios

    desagradables.

    No fue un comentario desagradable dijo Jonn, golpeando el pie de

    ella con su pierna buena.

    Ivy frunci el ceo. Se haba vuelto ms hosca ltimamente, lo que

    podra haber sido debido a crecer ms alta mientras coma menos.

    Revis el estofado al fuego. Se cocinara todo el da y estara listo para

    comer para la cena. Mientras tanto, podamos comer patatas para el

    desayuno. Las puse en el borde de las brasas para cocer al horno.

    Despus de unos momentos de trabajo, mi hermana gru con

    frustracin.

    Este estpido hilo dijo ella, tirndola. Estoy tan harta de eso.

    Tambin ests harta de comer? Porque eso es a lo que tenemos que

    renunciar si no podemos hacer la cuota espet.

    Las lgrimas picaron sus ojos.

    Eres muy cruel. Por qu no puedes ser como mam?

    Las palabras dolieron como bofetadas.

    Lo siento, no he sido ms alegre mientras estoy tratando de

    mantenerte con vida dije finalmente.

    Sus ojos brillaron con lgrimas no derramadas. Ella se cruz de

    brazos. Me pregunt por milsima vez qu estaba mal con ella estos das.

    Mientras tejemos, te dir acertijos dijo Jonn. Est bien?

    Se frot el brazo sobre los ojos y levant un hombro en un

    encogimiento. No me mir.

  • 17

    Muy bien.

    Me dirig a la cocina y me apret contra la estufa. Me mord los labios

    para evitar decir las palabras que llenaban mi boca.

    Quera darle una bofetada. El cumplimiento de la cuota no era una

    opcin. No era algo que hiciramos porque queramos, o porque lo

    disfrutramos. Era hacer esto o morir. Si no entregbamos nuestra cantidad

    requerida de hilo a la aldea cada semana, no recibiramos nuestros

    suministros de comida, suministros que ya estaban siendo racionados

    debido a la ocupacin de los Lejanos. Si no hacamos la cuota, no seramos

    alimentados.

    Mi hermana tena casi catorce aos, casi una mujer adulta en nuestro

    mundo. Ella lo saba. Tena que saberlo. No tenamos otra opcin.

    Voy a la aldea anunci, y me diriga a la puerta.

  • 18

    Captulo 2 Traducido por Cpry, Jeyd3 & Katiliz94 (SOS)

    Corregido por Klarlissa

    La escarcha era fra. El hielo envolva las ramas de los rboles en

    suave plata, y una neblina de sombra y nieve envolvan el bosque como un

    velo. El camino era largo y torcido, y corr.

    La capa flua detrs de m, un arcoris de azul en un mundo de blanco.

    Todo a m alrededor, la nieve caa en lentas espirales como polvo de hadas.

    Podra ser hermoso en algn otro lugar. Aqu es siniestro, porque aqu no

    tenemos finales de cuentos de hadas solo historias de horror.

    Flores azules alineadas en el camino, las flores que mantenan a los

    monstruos en la orilla del bosque. Pero mientras me diriga al pueblo, los

    Observadores no eran la primera cosa en mi mente.

    Haba otras cosas que estar preocupada por la escarcha ahora.

    Los Lejanos.

    Mi estmago se retorci ante el pensamiento, y reduje la velocidad.

    No quera ir al pueblo, pero no tena eleccin. Ese conejo no podra

    alimentarnos durante dos das ms. Necesitbamos ms comida.

    El silencio cubri los rboles y se aferr a la nieve que ms se

    acercaba al pueblo. Ni siquiera las alas azules se agitaban en las ramas sobre

    mi cabeza. Saba lo que tena a las criaturas tan perturbadas. Nuestro hogar

    haba sido invadido. La balanza, precaria como haba sido, estaba

    completamente disgustada. Hace dos meses, Gabe haba tropezado por la

    Helada y en mi vida. Pero ahora se fue.

    Me haba detenido.

  • 19

    Y as estuvo hasta que los soldados Lejanos haban venido a buscarle.

    Mis botas crujieron en la nieve mientras daba un paso sobre un

    miembro cado y pas por debajo de una rama colgando hacia debajo.

    El camino se curvaba entorno a un grupo de rboles, con las ramas

    alcanzndome como manos esquelticas. Mientras rodeaba la curva, me

    detuve.

    Los soldados permanecan de pie en el camino, con los rifles colgando

    por sus brazos. Sus cabezas se giraron al unsono mientras capturaban una

    visin de m, y me forc a seguir caminando. De repente mis manos

    estaban hmedas con sudor en lugar del helado viento, y mi piel

    hormigueaba.

    Aqu el camino se volva encerrado por todos los lados por un tnel

    como una jaula hecha de gruesos listones de metal entretejidos con hilos.

    Los soldados Lejanos aguardaban en la entrada, armados con armas.

    Estaban aqu por nuestra seguridad, decan.

    Como si alguien creyese tal mentira.

    Tragu saliva para humedecer mi seca garganta. Las huellas de mis

    pies resonaban demasiado alto en mis odos mientras alcanzaba la entrada

    al conducto del estriado metal que serpenteaba por el bosque como la

    trquea del esqueleto de un dragn. La Jaula, como la habamos empezado a

    llamar, por eso era lo que nos haca sentir como entrar en eso. Como

    animales, atrapados.

    Los pueblerinos esparcan el camino dentro de la Jaula, la mayora

    campesinos y cazadores llegando o yendo desde sus trabajos a la luz del da

    en el bosque o a lo largo de las orillas del cercano ro o del lago de hielo. La

    mayora mantena las caras vueltas hacia el suelo apartadas de las miradas

    de los soldados. Nadie hablaba.

    Di un paso hacia la Jaula. Las barras de metal por encima y entorno a

    mi bloqueaban algo de luz, pero todava dejaban pasar al abrasador viento.

    Tir de mi capa al apretarla alrededor de m en el momento de escrutinio.

  • 20

    Lo odiaba. Cada segundo que caminaba hacia el tnel inoxidable de fro,

    imagin a los soldados levantando sus armas y disparndome en la espalda.

    Qu pasaba si de alguna manera descubran que era la nica que

    haba protegido a Gabe? Qu pasara si supiesen que le haba ayudado a

    escapar? Podran esperarme para aparecer por la Asamblea o el da de la

    cuota y luego atraparme como un conejo?

    Me forc a tomar unos pocos profundos respiros, para estar tranquila.

    Luego una figura en un abrigo azul me llam la atencin.

    Estaba de pie solo unos pocos pasos lejos, tendindose contra los

    soportes de metal de la Jaula mientras ajustaba la flor de invierno

    estampada en la tira de cuero de su mueca. Un hombre joven. Volvi su

    cara a medida que me acercaba, y le reconoc al instante.

    Adam Brewer.

    Es alto y delgado, de pelo oscuro, con ojos que atraviesan como

    flechas y una boca que raramente sonrea.

    Siempre pareca llevar una mirada de intensa concentracin, como si

    estuviese solventando todos los rompecabezas de La Helada detrs de esos

    ojos oscuros.

    Mi corazn dio un vuelco. Adam y yo compartamos un secreto

    mortal, uno del que no nos atrevamos a hablar en pblico.

    Adam era un operativo de La Espina, un miembro de una

    organizacin secreta dedicada al derrocamiento de la corrupta y cruel

    dictadura de Aeralian que haba matado y aprisionado a muchos.

    Si los Lejanos saban quin era, podran dispararle sin dudar. Aun as

    l estaba ah, sin temor, mientras los soldados Lejanos estampaban sus

    botas para protegerse del fro solo unos pocos pasos ms all.

    Nuestras miradas se cruzaron.

  • 21

    Un musculo tembl en su barbilla, como si hubiese algo que quisiese

    decir pero que se contena. El aire entre nosotros se espesaba, sent su

    atencin tan tangiblemente como si hubiese puesto la mano sobre mi brazo.

    Me mora de ganas por reconocerle, por decir su nombre, por preguntar si

    tena malas noticias, cualquier noticia. Era mi nico vnculo con Gabe, con

    La Espina, con la doble vida de mis padres con todo lo que haba ocurrido.

    Pero no poda. No poda hablarle aqu o en el pueblo, donde las

    personas an se suponen que son nuestros enemigos. Y no le he visto solo

    en el bosque desde la noche en que Gabe desapareci por el portal.

    Estaba adolorida con el peso de un milln de preguntas. Quera

    preguntarle sobre Gabe, sobre la puerta, sobre mis padres. Sobre lo que

    estaba haciendo ahora, sobre lo que haba planeado hacer en el futuro. Me

    he convertido en alguien ms, alguien a la deriva en un mar de secretos y

    conspiraciones, y l estaba en una isla de respuestas, conocimientos y

    fuerza.

    Pero la parte de atrs de mi cuello se eriz con el conocimiento de los

    Lejanos detrs de nosotros. Mi boca cay cerrada de golpe.

    Los ojos de Adam se deslizaron sobre m mientras yo pasaba.

    La esperanza de hablar con l, de hacerle cualquier pregunta sobre

    todo, se dificultaba y haca aicos mientras continuaba hacia abajo del

    camino a travs de la Jaula. El viento morda en mis enguantados dedos y

    tiraba de los bordes de mi capa, camin ms rpido, mis pies mojados

    haciendo crujir sonidos en la nieve. Gir por otra esquina echa de acero

    estriado, y ech una mirada detrs de m.

    Se fue.

    Parpade una vez y mir adelante. Ahora poda ver los tejados de

    piedras del pueblo asomndose sobre los rboles. Casi estaba descongelada.

    El miedo fresco rompi sobre m, y ansiosamente comenz a devorar mi

    estmago mientras alcanzaba la puerta del pueblo.

  • 22

    Espigas de metal apualaban el cielo fuera de las paredes de madera

    que una vez hubieron estado de pie, y la entrada del pueblo haba sido

    transformada en una red de jaulas de acero que se bloqueaban ante el

    atardecer, manteniendo las cosas peligrosas fuera y otras cosas peligrosas

    dentro. Los soldados patrullaron la parte superior de la entrada de un pasillo

    que conduca entorno a todo el permetro del pueblo. Sus ojos estaban

    ocultos por la mscara de ojos negra que vestan, pero an senta el peso de

    sus miradas en m, y me estremec ante la visin de las armas en sus manos.

    Las sombras proyectadas por las paredes ms alejadas se deslizaron

    sobre mi piel mientras me deslizaba por la puerta. Pas bajo los soldados, y

    luego estuve dentro del pueblo.

    Las calles de piedra y las casas parecan diferentes ahora. Ms

    mayores, ms tristes. Los soldados Lejanos estaban por todos lados.

    La nieve en las calles estaba revuelta en un turbio lodo por sus botas.

    Las cuotas del patio estaban llenas de esos descansos, hablar, y fumar.

    Agarrando la capa alrededor de m, me dirijo hacia el mercado. No

    quiero permanecer aqu.

    Lia!

    Mi mejor amiga, Ann, se precipit desde una tienda y desliz su

    brazo en el mo. Su brillante capa roja caus una sensacin valerosa contra

    la piedra oscura de los edificios a su alrededor, pero sus mejillas brillaban

    plidas y los oscuros crculos rodeaban sus ojos. En menos de dos meses, se

    haba ido del color rosa al demacrado. Su padre, el Alcalde, estaba

    colaborando secretamente con los Lejanos. Haba traicionado la confianza

    de sus propias personas con la del enemigo, y perfor el horrible

    conocimiento en secreto. Para todo el resto del pueblo lo saba, l era tanto

    una vctima como el resto de nosotros.

    La abrac fuertemente.

    No saba, si te vera hoy.

  • 23

    Nuestra amistad era como est ahora, distribuida en fragmentos de

    conversaciones y susurros furtivos. No era seguro. Ya nada era seguro.

    Me escap dijo, mirndome pasar ante el soldado en la cuota del

    patio. Padre est ocupado besando las botas de Raine, como siempre.

    Su mirada se movi sobre m, y sus cejas se vincularon estrechamente

    mientras frunca el ceo.

    Qu ests haciendo aqu? No hay una Asamblea de la que no s,

    verdad?

    Necesitamos harina de maz. Ivy est pasando por una etapa de

    crecimiento. El hecho de que a todos se nos asignase raciones de comida

    que haban sido reducidos no estaba ayudando, tampoco, pero desde que el

    padre de Ann haba dado esa orden, no le enfatic nada.

    Ann apret mis manos en las suyas, y su mirada se dej caer al suelo.

    Ella lo saba. Pude ver la vergenza en la manera que encoga sus hombros,

    como si enfrentase el fro en el viento.

    Caminas conmigo? murmur, moviendo rpido otra mirada a

    los soldados.

    Cruzamos el centro del pueblo, donde las tiendas y casas de piedra se

    amontonaban juntas como si se acurrucasen contra el frio. El liquen plido

    cubra los tejados y paredes, y pintaba flores de invierno que adornaban

    cada casa, talladas en las puertas y en los postes y los umbrales. Los

    carruajes tirados por caballos traqueteaban al pasar sobre las empedradas

    calles, donde las piedras eran dispuestas en patrones de flores azules

    rodeadas de gris. Una leve polvareda de nieve sucia cubri todo.

    Escuchaste las ltimas noticias? susurr ella, tan pronto como

    pasamos a los soldados y salimos del alcance del odo.

    La aprehensin se anudo en mi estmago. Sacud la cabeza

    silenciosamente.

  • 24

    Observadores. Merodeaban las paredes la noche anterior,

    probndolas.

    Mi aprehensin se convirti en enojo.

    Son los Lejanos y sus armas, su tecnologa dije. Estn agitando

    todo aqu, convirtindolo en un frenes. Los Observadores nunca se

    acercaron a los muros del pueblo antes de que ellos llegaran.

    Ella vacil.

    Tal vez s, pero Raine solo est usando esto para promover su

    propia causa. Le dijo al Crculo de Ancianos justo esta noche que esto

    solamente prueba que sus soldados son necesarios, para protegernos de los

    Observadores. l dice que con sus armas y tecnologa, nos pueden

    mantener ms a salvo de lo que nunca hemos estado.

    Y ellos le creyeron? No poda creerlo. Los Lejanos estn

    creando el problema y luego ofrecindose como la conveniente solucin.

    Seguramente el Crculo se da cuenta de esto?

    Ann sacudi la cabeza.

    Ya no s lo que piensan. Los Ancianos se han vuelto ms retrados.

    Estn asustados por su sustento, sus familias. Hacen y dicen poco en las

    reuniones adems de sentarse ah como conejos. Mi padre habla la mayor

    parte del tiempo, o Raine.

    Sacud mi cabeza disgustada.

    Ella se mordi el labio y se inclin ms cerca.

    Hay ms, aunque esta parte no ha sido anunciada a la aldea todava.

    Los Lejanos estn construyendo un consulado en el centro de la aldea. Ya

    han discutido los planes con mi padre, y los trabajadores llegaron esta

    maana cruzando el ro. Empiezan a trabajar esta semana.

    Un un consulado? Mi mente gir con confusin. Te

    refieres?

  • 25

    Ella baj su voz hasta un susurro.

    Me refiero a que ellos planean quedarse.

    Las palabras me golpearon como un puetazo en el estmago. Por

    meses, nos haban prometido una resolucin pacfica a esta pesadilla. Los

    Lejanos han entrado en nuestra tierra y ocupado nuestra aldea bajo el

    pretexto de buscar un fugitivo, pero mientras el tiempo pas, se volvi cada

    vez ms obvio que tenan ms en mente que encontrar a una persona. Y

    ahora, estaban trayendo trabajadores?

    Agarr a Ann por la mueca.

    Dime exactamente lo que esto significa.

    Un edificio de consulado solo puede significar que van a enviar un

    representante oficial de Aeralis para gobernarnos. Mi padre ser un

    gobernador marioneta, y algn diplomtico Lejano tomar las decisiones.

    Oficial, Aeralis, gobernar, marioneta Mis rodillas se debilitaron,

    mis manos se sentan entumecidas.

    Y qu dice el Crculo sobre eso?

    Como dije, los Ancianos no dicen mucho estos das. Los he visto

    irse de la casa tarde por la noche, acompaados de soldados para que

    lleguen seguros a casa, dice mi padre. Es una muestra de poder. Ellos saben

    que no se atreven a hablar. Han sido silenciados.

    Las garras afiladas del pnico se cerraron alrededor de m, apretando

    y sacando el aliento de mis pulmones. Si el Crculo, un cuerpo gobernante

    especialmente formado para la justicia y la proteccin, no peleara contra

    los Lejanos y su injusta ocupacin de nuestra aldea, quin lo hara?

    Pasamos por el Saln de Asambleas. Par al lado de uno de los

    tallados en relieve, pintado azul como las flores de invierno del color del

    cielo de la Helada. Lanc una mirada alrededor.

  • 26

    Y qu hay sobre los ataques de los Observadores? Los Lejanos no

    tienen miedo?

    Ella se apoy contra la pared y pas una mano enguantada sobre sus

    ojos.

    Escuch al Oficial Raine decirle a mi padre que planean continuar

    reforzando las compuertas y los muros. Van a traer ms armas para

    protegerse.

    Tontos murmur. Ms armas significan ms Observadores

    rondando en el bosque, agitados y agresivos. Van a agitar a los monstruos

    en un frenes si empiezan a husmear con su tecnologa, y entonces quin

    pagar? Nosotros. Pens en la granja de mi familia, solitaria y aislada

    contra un fondo de rboles congelados. Quin nos defender si los

    Observadores trataran de derribar nuestra puerta?

    Ann jug con las cuerdas de su sombrero.

    Escucha. Hay una cosa ms que o.

    Me enderec y ech otra mirada alrededor para asegurarme de que

    nadie pudiera escuchar.

    Qu?

    Ella traz el bordado en la orilla de su capa con un dedo.

    El oficial le dijo a mi padre que que finalmente han confirmado la

    identidad de los agentes de La Espina que trabajan en La Helada.

    Todo el aire sali de mis pulmones. Me sent como si me hubieran

    golpeado. Saban sobre Adam? Saban sobre M? Mis ojos volaron hacia

    los de ella, pero ella mir a un parche de hielo en el suelo y no alz la vista.

    Dijeron que era Cole Carver.

    Mis piernas temblaron en alivio. No Adam. No yo. Las palabras

    comenzaron a asentarse, y mi labio se curv.

  • 27

    Cole? Pero todos saben que los Observadores lo mataron.

    Y por lo que todos saban, la verdad era tan simple y trgica como un

    chico descuidado en un bosque peligroso. La aldea entera lo lament.

    Record a sus padres, sus caras manchadas con el dolor mientras asimilaban

    las noticias que Adam Brewer gentilmente les haba llevado. Record a la

    gente del pueblo reunida en un callado crculo alrededor de ellos, afligidos

    por una vida extinguida tan joven, y el funeral dos das despus donde

    todos hablaron elogiosamente sobre su valenta y amabilidad. Incluso yo

    haba dicho algunas palabras sobre mi examigo, el astuto y coqueto chico

    quien no haba resistido cazar en La Helada durante la noche a pesar de sus

    peligros, y todos haban asentido y limpiado sus lgrimas y susurrado entre

    ellos que l pretenda casarse conmigo, y que, no era terriblemente triste?

    De hecho, los aldeanos me haban estado dando miradas compasivas

    por los ltimos dos meses, pensando que haba llorado su muerte y mi

    inevitable soltera. Nadie sino Adam, su familia y la ma, y Ann, saban la

    horrible verdad. Cole nos haba traicionado. Nos haba seguido a la Helada,

    con intencin de exponernos a Adam y a m a los Lejanos por ayudar a

    Gabe a escapar. Nos haba mantenido a punta de pistola y amenazado con

    matarme. Pero haba sido capturado por un Observador antes de cumplir su

    amenaza, y comido.

    Record el nauseabundo crujido de hueso cuando el monstruo golpe

    desde la oscuridad, la rociada de sangre en la nieve, los gritos. Presion una

    mano sobre mis ojos, deseando que los recuerdos se alejaran.

    Nunca recuperaron su cuerpo. Ann me record. Y eso no es

    muy inusual, pero uno de los oficiales Lejanos le dijo a mi padre que cree

    que Cole escap junto con el fugitivo. l dice que cree que el resto de

    nosotros somos muy estpidos como para haber estado involucrados.

    Ella sonaba enojada, pero yo me senta liviana como el aire. Si los

    Lejanos pensaban que el nico agente de La Espina haba desaparecido, eso

    significaba que no sospecharan de Adam. No sospecharan de m.

    Mi familia estara a salvo.

  • 28

    El nudo de aprehensin en mi pecho disminuy un poco.

    Bien le dije. Si creen que somos inteligentes, estarn ms en

    guardia. Es bueno que no esperen que seamos listos.

    Bueno, eso me enfurece ella susurr. Hace que me hierva la

    sangre cuando pienso que ese traidor de Cole Carver obtiene todo el crdito

    por toda tu valenta y buenos actos, aun si solo es a los ojos de los Lejanos.

    Mir mis botas. No saba sobre Adam y su verdadera participacin

    con los La Espina. En realidad, por todo lo que ella saba, l y yo todava

    desconfibamos y odibamos el uno al otro. Hace dos meses crea

    responsable a la familia de Adam por la muerte de mis padres, hasta que me

    enter que Cole los haba matado y culpado a los Brewers. Ann saba ahora

    que Cole haba matado a mis padres, y que haba ayudado a Gabe a escapar

    con la asistencia de La Espina, pero mantuve el resto de las identidades de

    los agentes, Adam y su familia, en secreto.

    Los secretos nos mantuvieron a salvo.

    Sin embargo, el peso del conocimiento que le ocultaba presionaba

    fuertemente sobre m, y anhelaba decirle todo: Adam, mis padres, la

    extensin de los secretos que permeaban nuestra aldea.

    Pero no poda.

    No dejes que te moleste dije. Esto es bueno. Si sospechan que

    fue l, no estarn husmeando por otra persona. Esto me protege.

    Lo s. Pero me amarga de todas formas. Y sospecho que el Oficial

    Raine solo quiere terminar con ese problema para poder reportarlo como

    resuelto. Pienso que como Cole est muerto y el fugitivo desapareci y no

    ha habido ninguna seal de La Espina por meses, creen que todo se ha

    terminado. Ella hizo una pausa. Y se ha terminado, verdad?

    Pens en el broche escondido en el cajn de mi bur. Adam me haba

    extendido una invitacin la noche en que habamos llevado a Gabe a la

    compuerta, y todava no haba tomado una decisin. El conocimiento de ese

    broche quemaba en mi mente, hacindome sentir inquieta e intranquila.

  • 29

    Al darme cuenta que ella estaba esperando por algn tipo de

    respuesta, dije:

    Se ha terminado. l se fue y no regresar.

    Ella se vea aliviada, pero yo me senta increblemente vaca al decir

    esas palabras en voz alta.

    Gabe se haba ido, pero todo haba cambiado de todas formas. l

    haba sido el catalizador, y ahora mi mundo entero estaba de cabeza.

    Llegamos al mercado al aire libre, donde puestos y cabinas

    enfrentaban la nieve y el viento mientras sus carteles revoloteaban en la

    brisa, anunciando sus mercancas. Pas el puesto donde la vieja Tamma

    venda hierbas y medicinas, y nuestras miradas se deslizaron lejos la una de

    la otra. Una vez le haba comprado medicina para Gabe, y desde entonces la

    haba sentido observndome como si supiera algo.

    Me apret la capa sobre los hombros y me dirig a los puestos de

    comida. Aqu las familias podan cambiar el exceso de sus productos

    perecederos por otros bienes, pero durante los meses de fro invierno las

    ofertas son escasas y limitadas mayormente a carne y pescado. Tenamos a

    la vaca y las gallinas, y nuestras reservas de cebollas, nabos, papas y

    manzanas secas del corto y brutal verano, pero yo no cazaba y las trampas

    arrojaban escasas ofrendas. Con mis padres muertos y los Lejanos

    comiendo mucho de los extras, los suministros de comida que recibimos a

    cambio de nuestra cuota no eran suficientes estos das.

    Cambi una bufanda tejida y un par de guantes por seis pequeos

    pescados atrapados a travs de un agujero en el hielo sobre el ro. Un precio

    alto, pero necesitbamos la comida. El vendedor los envolvi, y yo tom el

    oloroso paquete bajo mi brazo. Me dio una lgubre inclinacin de la cabeza

    de solidaridad, pero cuando sus ojos fueron hacia Ann l frunci el ceo y

    murmur algo.

    Ann no pareca ni sorprendida ni ofendida. Solo resignada.

  • 30

    Poda sentir las miradas que atraamos. O ms bien, las miradas que

    Ann estaba atrayendo. La gente murmuraba y frunca el ceo en nuestra

    direccin. Un escalofro cosquille en la parte trasera de mi cuello, y me

    mord el labio. Precipitadamente negoci con otro vendedor por una taza de

    harina de maz y tom el brazo de Ann para dirigirla de vuelta a la plaza de

    la aldea.

    Qu fue todo eso? Exig yo en cuanto salimos del mercado.

    Por qu te miran de esa manera?

    Ella jugaba con el borde de su manto.

    La cooperacin de mi padre con los soldados no ha sido muy

    popular entre algunos, se podra decir.

    Solt un bufido.

    Un gran eufemismo. Pero t no eres tu padre.

    Ann no respondi a eso. No haba necesidad. Ambas sabamos que

    podra ser cmo condenatoria una asociacin con un traidor.

    Te has enterado de Everiss? pregunt ella en su lugar.

    No, qu pasa? Fue la hija mayor Everiss Dyer, y ms amiga de

    Ana que ma, pero yo la haba conozco desde nuestros das en la escuela del

    pueblo.

    Ella ha cancelado su compromiso.

    Me qued muy sorprendida. La ltima vez que haba hablado, con

    Everiss no haba hablado de otra cosa que el matrimonio y los bebs, y

    entonces ella me reprendi repetidas veces para no ser yo misma prometida.

    No lo s. Ella no quiere hablar de ello. Toda la familia est molesta

    con ella. Hubiera sido un buen partido.

    Tal vez ella decidi que amaba a alguien ms reflexion. Y en mi

    mente vi la cara de Gabe, y me dola el pecho. Pero empuj el pensamiento.

    l se haba ido. Tena que seguir adelante con mi vida.

  • 31

    Tal vez dijo Ann, y mir por encima del hombro como alguien le

    susurr algo a ella. Debo volver a la casa, creo.

    Fue bueno verte le dije, mirando a la persona que haba emitido la

    burla que mascull a mi amiga. Ten cuidado.

    Ella sonri con tristeza.

    Yo soy la que debera decir eso.

    Pero yo no estaba tan segura. En estos das, las cosas parecan tan

    peligrosas que no importaba de qu lado de las murallas del pueblo vivas.

    Ella se escabull, y me di la vuelta dirigindome hacia la puerta de la

    Escarcha. Los peces fueron pesados en mis brazos, pero lo nico que poda

    pensar era en lo que no eran lo suficientemente pesado como para el precio

    que haba pagado, y lo pequea y frgil que Ann pareca, como si una fuerte

    rfaga de viento la pudiera romper. Cundo ella haba puesto esa frgil

    sonrisa?

    Fue despus de que los soldados Lejanos comenzaran a ocupar el

    pueblo, o incluso ms recientemente?

    La preocupacin corroa mis entraas y murmur en mis

    pensamientos. Casi no escuch la voz susurrando mi nombre.

    Pssst, Lia Weaver!

    Me detuve.

    Las sombras en el callejn de la izquierda se movieron. Me volv

    hacia el movimiento, incierto.

    Hola?

    Rpido. Por aqu.

    Alcanc a ver un aleteo de tela negro y un destello de una mano

    haciendo seas.

    Dud.

  • 32

    La mano sali disparada y se cerr sobre mi mueca, tirando de m

    hacia delante. De repente yo estaba presionada contra el costado de una casa

    de piedra con una figura encapuchada sujetando una mano sobre mi boca.

    El pnico me apual. Le di una patada, y mord la mano.

    Clmate, muchacha.

    Entonces sultame!

    Me solt y dio un paso atrs. Me apart. Mi frenes haba desalojado

    la capucha, y parpade en el reconocimiento. Era el segundo hijo del

    herrero. Era de mi edad. Habamos ido juntos a la escuela. Yo lo saba, pero

    solo vagamente. Nunca habamos hablado.

    Leon Blacksmith?

    Me solt y se ajust la capucha de su capa. Sus agudos ojos azules

    brillaban con intensidad a medida que se encontraban con los mos. Un

    escalofro recorri mi espina dorsal y bail a travs de mi piel.

    Lo siento por el subterfugio, pero no poda ser visto dijo.

    Fing ignorancia cuando me inclin para recuperar el paquete de

    pescado y el saco de harina de maz que haba dejado caer.

    Por qu no?

    En lugar de responder, se llev un dedo a los labios y me hizo seas

    para que lo siguiera. Luego se volvi y corri por el callejn. Todo lo que

    tena en mente era: no quiero ser parte de ella. Me volv a escapar, pero su voz

    se cort el aire.

    Por favor.

    Suspirando, me un a l. Dobl una esquina y se detuvo detrs de una

    pila de lea. Se nos ocultaba de la vista de cualquier persona en la calle, y no

    de las ventanas abiertas en este lado de la casa. Pude ver el muro alrededor

    de la aldea de donde estbamos, pero los soldados estaban demasiado lejos

    para or nada.

  • 33

    Qu es eso? Me exigi tan pronto como se detuvo.

    La has encontrado?

    Yo daba vueltas. Un par de muchachos salieron de detrs de la pila de

    lea. Vagamente recordaba sus nombres. Seth Baker? Uno de los

    muchachos Hunter? Una chica estaba con ellos, y yo no la conoca, excepto

    de un recuerdo borroso.

    S respondi Leon. Para m, me dijo: Este es Seth, Berna y

    Onna. Seal a la muchacha, y ella se apart el pelo de los ojos y me dio

    una sonrisa de oreja a oreja.

    Qu est pasando? Escaneando sus caras por alguna pizca de

    indicacin acerca de lo que queran.

    Se lo dijiste? pregunt Onna.

    Leon neg con la cabeza. l me mir.

    He odo cosas buenas sobre ti, Lia Weaver dijo. T eres fuerte,

    eres inteligente, y no son aprensivos cuando las cosas difciles que hay que

    hacer. Viajas a travs de los tiempos de heladas varias semanas y vives lejos

    de la seguridad de los muros de la aldea. Corre el rumor de que has visto un

    Observador all afuera.

    Y? le dije, demasiado inquieta para ser halagada. Cambi el

    paquete de pescado y harina de maz en mis brazos y estamp mis pies para

    protegerse del fro. Quieres que te cuente algunas historias

    espeluznantes de la hora de acostarse o algo as?

    Se ech a rer, aunque no hubiera estado realmente tratando de hacer

    una broma.

    Eres divertida, tambin dijo Leon. Pero no. Queremos que te

    unas a nosotros.

    A ustedes?

    Vamos a deshacernos de los Lejanos intervino Onna.

  • 34

    Qu?

    Ellos me miraban solemnemente, y me di cuenta de que hablaban en

    serio.

    Cmo?

    Escucha dijo Leon. Los soldados estn oprimiendo a nuestro

    pueblo. Se estn comiendo nuestra comida y agitando a los Observadores y

    nos estn empujando. Somos un pueblo libre! No tenemos que soportar

    esto. Pero nuestro Alcalde est bajo el pulgar de Raine. Si hay algo que va a

    hacer, solo tenemos que hacerlo nosotros mismos. Nos estamos llamando a

    los Capas Negras Hizo un gesto hacia todos ellos, y me di cuenta de las

    bufandas negras y la ropa que llevaban puesta. Y vamos a salvar a este

    pueblo.

    Me mir fijamente. Eran nada ms que un par de harapientos jvenes

    con fervientes expresiones y los puos apretados.

    Y qu es exactamente lo que va a liberar al pueblo de los soldados

    Lejanos?

    Dirigimos actos de resistencia dijo Leon. Robar comida, daos

    a la propiedad, dejando siniestros mensajes.

    Dejar mensajes siniestros? No pude contener mi desprecio.

    Eran estpidos?. Crees que voy a trabajar en contra de soldados

    armados?

    Sabes lo que quiero decir. Lo haremos tan insoportable para los que

    se queden que los costos comenzarn a ser mayores que los beneficios. Si no

    vale la pena ocuparlo, a continuacin, se irn.

    O tomaran represalias le dije.

    Vale la pena el riesgo. Leon se cruz de brazos. Y bien?

    Me qued en silencio, evaluando mis palabras. Por ltimo.

    Por qu yo?

  • 35

    Se ri sin alegra.

    Al igual que he dicho. Tienes la reputacin de ser difcil. Y tienes

    incursiones que el resto de nosotros no.

    Las incursiones?

    Onna sonri.

    Vas a ser perfecta para cuando nos dirigimos a la Alcalda. Ya sabes

    su hija. Podemos colarnos en su casa. Tal vez incluso se puede ir tras ella,

    tambin. Estoy pensando en humillacin pblica.

    Espera. Tom un paso atrs y respir rpido. Qu dice tiene

    que ver Ann con todo esto?

    Est relacionada con la escoria de traidores dijo. As que ella es

    culpable por asociacin.

    Tienes que estar bromeando. Un rubor se desliz por mis

    mejillas, y el calor combinado entre mis omplatos. Ann no est de

    acuerdo con lo que su padre hace. Y ella no tiene control sobre quines son

    sus padres ms de lo que puede dejar de ser un herrero.

    Salvar el patetismo de alguien que se preocupa. Se burl. Ann

    la alcaldesa ha estado codendose con los oficiales Lejanos desde que

    llegaron aqu, junto con su padre. Si no ests dispuesta a darle una leccin,

    entonces ests fuera.

    Est bien le espet. Entonces me voy.

    Todos ellos me miraron fijamente. Leon abri la boca, pero no dijo

    nada. Es evidente que no esperaban que yo dijera eso. Y est claro que no

    me conocen en absoluto.

    Ann la alcaldesa es mi mejor amiga. Apunt con un dedo a

    Leon. Ella no tiene nada que ver con los Lejanos de empleo, y ella no

    tiene control sobre las acciones de su padre, y no voy a sostenerla por su

  • 36

    responsabilidad de la injusticia que sucede. Y si alguno de ustedes tiene que

    meterse con ella, se mete conmigo. Lo entienden?

    Leon junt sus cejas formando una barra, enojado por encima de su

    nariz.

    Creo que sabes el camino de vuelta a la carretera.

    Claro que s. Pasando, empuj a Onna.

    Espera dijo Leon bruscamente.

    Hice una pausa.

    Si caminas lejos de esto ahora, entonces te has ganado un enemigo.

    Entonces considrame tu enemiga gru.

    Me qued mirndolo hasta que l apart la mirada. Yo estaba

    demasiado enojada para hablar, as que no lo hice. Lo dej parado en la

    entrada del callejn mientras me diriga a la escarcha, y no mir hacia atrs.

  • 37

    Captulo 3 Traducido por Escorpio & Mafernanda28

    Corregido por Klarlissa

    Mi sangre estaba hirviendo a fuego lento todava por el aguijn en los

    comentarios de Leon cuando llegu a casa, as que empuj el pescado y la

    harina a Ivy sin decir una palabra, y fui al establo para ver a los animales.

    Cepill a los caballos con rapidez, con movimientos duros mientras sus

    acusaciones pasaban por mi cabeza. Ann no tena control sobre las

    decisiones de su padre, y ella no era responsable de lo que le haba sucedido

    a la villa. Y si la gente pensaba que iba a echarle la culpa por la invasin de

    los Lejanos, estaban equivocados.

    Termin con los caballos y lanc el cepillo tan duramente que una

    nube de polvo se levant hasta donde golpe. Con un gruido de

    frustracin, me gir para verificar a la vaca.

    Y corr directo a los brazos de Adam Brewer.

    Brewer? Me apart y me apoy en la puerta del establo, frotando

    los brazos repentinamente temblorosos. No lo haba escuchado entrar. l

    era anormalmente silencioso o mi ira haba sido tanta que haba absorbido

    mi atencin hacindome descuidada?. Me asustaste.

    Sus ojos se posaron en los mos. Estaba tranquilo, sosegado e

    inescrutable como siempre, pero sent un zumbido de tensin en l, una

    inquietud que hizo que me picara la piel en respuesta.

    Cuando me mir, sent como vea ms de lo que yo quera que viera.

    Me puso nerviosa.

    Te llam por tu nombre dijo, su voz era un rico susurro

    desenroscndose en la cercana oscuridad.

  • 38

    Apart un mechn de cabello me que haba cado en los ojos. Era algo

    que hacer, porque de repente estaba demasiado inquieta, demasiado

    consciente del aire que me rodeaba. Por qu tena ese efecto en m?

    Qu ests haciendo aqu?

    Cuando te vi hoy, pareca que queras hablar conmigo. Y he

    pensado en hablar contigo.

    Hablarme de qu?

    Sin embargo, senta que ya lo saba.

    Cuando tus padres fueron asesinados, dejaron un agujero en la red

    de operativos de La Espina.

    Mis dedos encontraron la pared, y me recost en ella. Mis piernas

    empezaron a temblar.

    Tienes el broche dijo, pero no me diste una respuesta definitiva

    acerca de tus intenciones.

    Pens en el cuarto secreto debajo de nuestros pies, lleno de mapas y

    documentos. Pens en la ubicacin de la granja, lejos de la villa y rodeada

    por el bosque.

    Por supuesto que queran que trabajara para ellos. Era perfecto.

    Pero qu hay de mi familia?

    La seguridad de mis hermanos es mi prioridad. Consegu decir.

    Los ojos de Adam se suavizaron.

    El trabajo que hacemos es peligroso. No voy a fingir que no lo es.

    Sin embargo negarse a luchar contra la ocupacin Aeralian es mucho ms

    peligroso al final.

    Es la ocupacin de los Lejanos a La Helada la prioridad de La

    Espina?

  • 39

    No. Pero la derrota del dictador de Aeralian lo es, y si es destruido,

    su ocupacin tambin terminar. Hizo una pausa. Pero olvidaste... que

    sta es mi casa, tambin. Y la defendera con mi vida.

    l no era un nativo de La Helada, pero an pareca ser parte de este

    lugar de todos modos. Vivi aqu durante aos.

    Consider sus palabras. Y por un lado, era un trabajo peligroso con un

    final incierto. Por el otro, era el trabajo de mis padres y era noble. Crea eso.

    Adam estaba esperando mi respuesta.

    No lo s dije, aunque las propias palabras se sentan como una

    rendicin al destino. Alc los ojos a los suyos, le sostuve la mirada a pesar

    de que al hacerlo hice que mi estmago cayera a mis rodillas. Pero tomar

    una decisin pronto.

    Acept esta respuesta.

    Si quieres comunicarte conmigo, cuelga una lmpara por la lnea de

    los rboles. Esa es la seal.

    Lo record. Habamos hecho lo mismo la noche que Gabe haba

    viajado a travs del portal.

    Lo recordar.

    Asinti. An estaba observndome.

    Uno de los caballos resopl, y me gir para calmarlo. Cuando me di la

    vuelta Adam se haba desvanecido. La puerta del establo estaba

    entreabierta, y el viento fro avivo mis mejillas.

    Suspir.

  • 40

    Adam Brewer y La Espina, Leon Blacksmith y sus Capas Negras, los

    soldados Lejanos y su consulado de planes, la tensin de todo golpeaba con

    un dolor de cabeza detrs de mis ojos mientras me acomodaba para trabajar

    por cuotas con mis hermanos pero hice lo mejor que pude para actuar con

    calma.

    Jonn pareca sentir mi frustracin, porque silenciosamente me daba

    un par de palmaditas en el brazo, un gesto que solo me haca enfurecer.

    Por qu siempre pareca pensar que era un cuenco de cristal

    esperando ser roto en esos das?

    Con el ceo fruncido, llen el hervidor con nieve fresca del patio y

    regres a la habitacin principal para colgarlo sobre el fuego. Los hombros

    de Ivy se tensaron cuando me acerqu a ella. An estbamos en desacuerdo

    sobre la cuota.

    Jonn estudi nuestras caras hasta que se qued en la ma y pude leer

    la advertencia en sus ojos. l seal con la barbilla a Ivy, instndome a

    hablar, y contuve un suspiro. Irritante o no, mi gemelo siempre supo cmo

    ablandarme.

    Lo siento dije, intentando ser gentil. Tienes razn. No he

    estado de buen humor ltimamente.

    Nadie lo est aadi Jonn, siempre el pacificador. Los Lejanos

    estn haciendo que todo el mundo se tense.

    Los ojos de mi hermana brillaron. Agarr su hilo y se inclin sobre l.

    Dime algunos acertijos?

  • 41

    l me mir, silenciosamente instndome a participar.

    Busqu en mi mente algn acertijo.

    Uh... Qu trae peligro y lucha, pero tambin alivio y vida?

    Somos uhh prisioneros de sta pero tambin estamos protegidos por

    ella.

    La nieve respondi inmediatamente, inhalando el triunfo. Saba

    esa. Fue uno de los que nuestro padre nos haba dicho a menudo mientras

    habamos trabajado la cuota como cuando ramos nios.

    Qu cuenta historias con los dedos y mantiene a raya el hambre

    con sus manos? inquiri Jonn.

    Un Tejedor dijo Ivy. Porque hilamos hilos y cumplimos con

    nuestra cuota. Algo ms difcil, Jonn.

    Frunci los labios, pensando. Despus l sonri.

    Qu, cundo se mantiene afilado, puede conseguir una esposa,

    pero cuando se vuelve aburrido, puede costarle la vida?

    Ella tena la frente arrugada.

    Un cuchillo de cocina?

    Cmo podra un cuchillo de cocina buscar una esposa? exig.

    Frunci el ceo.

    No lo s. Cul es la respuesta, sabionda?

    El humor.

    Me sac la lengua, sin embargo la atmsfera de la habitacin estaba

    fra lo cual aliviaba el calor.

    T lo sabes porque pap siempre te deca todas las respuestas de los

    acertijos.

    Puse los ojos en blanco.

  • 42

    Casi cierto.

    Bueno, aqu est uno del cual ella que no sabe la respuesta dijo

    Jonn. Qu tejido secreto te mantendr caliente?

    Ella medit la pregunta.

    No lo s. Me mir como si fuera mi culpa. Qu es?

    Levant las manos con exasperacin.

    Tampoco lo s... lo cual sirve para demostrar que l no me lo dijo

    todo. Pap siempre se burlaba de eso, recuerdas?

    Mam sola decir que era el amor.

    Bueno, creo que eso es un hilo murmur.

    Un hilo, no es una respuesta muy romntica dijo ella. El

    enigma no es que el secreto romntico te mantendr caliente.

    Sin embargo...

    No creo que solo sea una respuesta interrumpi Jonn. A pap le

    encantaba bromear y le gustaba vernos descifrar las cosas. Especialmente a

    la listilla de all. l asinti en mi direccin. Hizo un camino de nueces

    sin que supiera la respuesta de cada acertijo.

    Solt un bufido para mostrar mi desprecio a tal afirmacin.

    Ella sonri tmidamente, y el ambiente en la habitacin se calent.

    La tetera empez a chillar, y me levant para hacer el t.

    Sigue trabajando dije cuando Ivy mostr signos de

    desaceleracin.

    Me sac la lengua, y rpidamente el ambiente se arruin otra vez.

    Jonn sacudi la cabeza en mi direccin, y reprim un suspiro de

    frustracin.

  • 43

    Mi mente regres a la conversacin con Adam en el establo, y la

    aprehensin me carcoma el estmago.

    l quera una respuesta, pero no saba que decirle.

    Estaba trabajando hasta el hueso tratando de ganarme la vida y

    mantener a mi familia para que no muriera de hambre.

    Cmo poda hacer otra cosa, mientras las cosas eran tan terribles?

    Esa noche, me arrastr fuera de la cama y busqu en el cajn el broche

    de La Espina que haba pertenecido a mis padres. La rama de plata brillaba

    como hielo en la oscuridad mientras le daba vuelta, y en mi mente vi el

    rostro de Adam cuando me lo dio hace dos meses.

    Lo necesitars dijo.

    Y sin embargo, hasta ahora, no haba hecho nada.

    Cerr mi mano alrededor de la pieza, sintiendo la sensacin punzante

    del metal contra mi mano, pens en los rostros de mi mam y mi pap. El

    dolor me llen el pecho y quemaba la parte trasera de mis ojos. Con un

    siseo de frustracin, met la caja debajo de mis calcetas, apart la colcha, y

    camin hasta la ventana que daba al patio de abajo.

    La luna proyecta un resplandor de plata sobre todo, y a travs de la

    escarcha en el cristal, el bosque era un borrn negro contra el blanco

    brillante de la nieve.

    Apoy la frente contra el vidrio fro y exhal lentamente.

    No saba qu hacer.

  • 44

    Las sombras se movan y se agitaban, y capt el ms leve rayo de luz

    roja echando un vistazo a la nieve. Un Observador? O simplemente mi

    imaginacin unida a mi mente cansada?

    Me qued mirando el lugar donde haba visto el movimiento hasta

    que mis ojos dolieron mientras me esforzaba por escuchar el sonido de las

    garras en la nieve, pero la noche estaba silenciosa.

    La respiracin de mi hermana llen la habitacin con un tono spero

    y estable, y mi mente gir a un recuerdo de Gabe envuelto en mantas junto

    al fuego, con el cabello hmedo en su frente febril, su boca se mova

    mientras murmuraba delirantemente. Mi garganta se apret ante el

    recuerdo y me mov inquieta en el asiento de la ventana.

    Cuando los escalofros se apoderaron de m por el fro y la misma

    soledad, regres a la cama y me acurruqu bajo las mantas hasta el

    amanecer.

    Por la prxima asamblea obligatoria, mis pensamientos estaban

    todava en desorden. Las nubes oscuras coagularon el horizonte y

    sumergieron La Helada en un estado cercano al atardecer, cuando corr en

    los caminos, cada uno de mis sentidos armonizados para los sonidos del

    bosque. Nada excepto unos arrendajos azules suscitando en los rboles, y

    alcanc la jaula sin aliento pero ilesa como siempre.

    Ann me esper en la puerta. Una fina lnea roja trazaba su mejilla, la

    marca acentuada por su piel plida. Mire con el ceo fruncido la marca.

    Qu te pas en la cara?

  • 45

    Oh, no es nada. Ella tartamude, cepillado sus dedos sobre el

    lugar.

    Pero los haba manchado de rojo. Agarr sus hombros y la gir hacia

    el sol, por lo que pude ver mejor.

    Ests sangrando.

    No es nada. Se solt y se alis el vestido. Su expresin era

    cautelosa. Solo fue una pequea roca, eso es todo.

    Una roca? Mi pulso martill, y mis dedos se rizaron en puos.

    Respir hondo para estabilizarme. Fue uno de los soldados...?

    No fue un Lejano interrumpi.

    Romp mi mirada fija a la calle. Vi a unos nios malhumorados de

    aspecto esconderse alrededor de una de las tiendas, pero ninguno de ellos

    sosteniendo piedras. Ellos no me miraban a los ojos.

    Quin, entonces?

    Sacudi su cabeza.

    Solo djalo ir. Por favor. Llegaremos tarde.

    Le dejo callarse porque tena razn, bamos a llegar tarde, pero no

    haba terminado con el tema. Enganch mi brazo a ella y juntos nos

    apresuramos para el Saln de la Asamblea. Los aldeanos corrieron a travs

    de las puertas azules esculpidas al pasillo, sus caras ojerosas y sus cuerpos

    atados en un fardo en capas los colores de nieve y helada. Nos colamos

    entre la multitud sin hablar dentro del edificio. El aire se haba puesto ya

    caliente dentro, y la sala zumb con voces bajas, urgentes. Todo ola

    ligeramente a sudor y lana hmeda. Tomamos asientos en la parte

    posterior. Un nudo de soldados anduvo a zancadas por delante, y la

    presencia de un hombre en particular hizo a cada uno temblar y girar sus

    caras cuando coje por delante.

    El Oficial Raine, el Lejano oficial a cargo de la ocupacin.

  • 46

    Su capa gris oscuro barri el piso detrs de l, y las condecoraciones

    en el pecho de su uniforme brillaron en la plida luz solar cuando anduvo a

    zancadas a travs de la muchedumbre. Su uniforme estirado a travs del

    frente de su pecho, y los guantes en sus manos estaban sucios. Su pierna

    izquierda estaba dbil de una vieja lesin, y dio tumbos con cada paso que

    tom.

    Exteriormente pareca benigno, casi triste. Pero el destello en sus ojos

    hizo estremecimientos sobre mi piel como mil pequeas araas. La mirada

    fija del oficial Raine rastrill sobre los aldeanos como si buscase signos de

    desacuerdo. Me record de un gato que vidamente observa una jerarqua

    de ratones. Su labio se riz, y l rompi sus dedos para los soldados que le

    rodean.

    Me qued mirando el piso hasta que se movi. Despus de que Raine

    haba tomado su lugar al lado de la tarima, el Alcalde entr. Los soldados

    Lejanos siguieron a su espalda, colgando atrs un poco para hacerlo mirar

    como si se protegieran en vez de escoltarle. Pero yo saba la verdad. l era

    su prisionero, y no se atrevi a desafiarles. Su piel pareca casi gris, y

    sombras profundas rodeaban sus ojos. Junto a m, Ann inhal bruscamente

    y apret mi mano a su aparicin.

    Parece enfermo susurr.

    Uno de los soldados volvi su cabeza y nos mir, sus ojos que

    encontraron su rostro en ese breve instante de un momento, y se encogi

    contra m. Me sent ms recta y puse mi brazo alrededor de ella. No me

    estremec cuando encontr su mirada fija. Circul. Presion mis labios

    juntos en un intento de mantener mi expresin neutra cuando gir mi cara

    a la parte delantera de la sala.

    El Alcalde camin en la plataforma e hizo seas para el silencio. El

    murmullo de voces aument, y luego se calm, y un tenso silencio asol la

    habitacin.

    Mi pueblo dijo tranquilamente. Tenemos un grave asunto a

    discutir.

  • 47

    Fui la nica que not cmo le temblaban las manos? Me sent ms

    recta, frunciendo el ceo. Siempre comenzaba la Asamblea leyendo las

    seales, nuestra forma tonta de avergonzar a aquellos que no cumplieron

    todas las pequeas reglas. Por qu lo cambiaba?

    Un vistazo a Ann confirm que el comportamiento de su padre la

    tena desconcertada, tambin. Abr mi boca para preguntarle cuando la

    puerta de la sala sali volando, y ms y ms soldados Lejanos entraron.

    Arrastraron a un hombre entre ellos. Vi un parche de cabello castao, una

    cara blanca. Sangre gote de su nariz. Todo el mundo jade, y Ann agarr

    mi brazo.

    Ese es Edmond Dyer, el padre de Everiss.

    El resto de la sala entera mir, cautivada, ya que los soldados

    empujaron al hombre a la plataforma y lo empujaron en los pies del

    Alcalde. Yaca en un montn, su cabeza en sus manos, gimiendo.

    Edmond Dyer dijo el Alcalde, mirando abajo al hombre. Habl

    con monotona, como si recitaba una lista de reglas. Un amigo para

    muchos en esta ciudad, un miembro leal de esta comunidad... o eso cremos.

    Por favor dijo con voz spera.

    Uno de los soldados Lejano lo pate, y se arrug otra vez. La rabia

    comenz a hervir a fuego lento en mi estmago. El apretn de Ann a mi

    brazo se apret. La gente alrededor de m refunfu en el ultraje, pero nadie

    se movi.

    Edmond ha ofendido la seguridad de esta ciudad dijo el Alcalde.

    Ofendido la seguridad de la ciudad? Qu quiso decir? Cul fue su

    delito?

    Como castigo, su propiedad se ha confiscado. Cumplir una

    condena de trabajos forzosos. Su familia no se implicar en sus delitos.

  • 48

    Los gritos ahogados resonaron por todas partes de la sala como las

    palabras hundidas. Sus bienes, confiscados? Condenado a trabajo duro?

    Qu podra posiblemente haber hecho para merecer esto?

    La propiedad solo se tom de un miembro del pueblo si se probara

    que eran fsicamente o mentalmente incapaces de mantenerlo, o si

    desafiaron las rdenes de Los Ancianos. Qu haba hecho Edmond Dyer?

    Estir el cuello, buscando Everiss, pero no poda ver su cabello castao

    rizado en cualquier lugar. En su lugar vi Dan Tailor, su antiguo

    pretendiente. l se sent encorvado en su silla, una mano apretada en un

    puo con los nudillos presionados contra su boca como si sostuviese un

    grito.

    Nuestra... convivencia... con los Lejanos no siempre ha sido fcil,

    pero es necesario que permanezcamos tranquilos y sigamos cooperando

    dijo el Alcalde. No debemos tolerar tentativas de sabotear esta

    cooperacin.

    Qu cooperacin? refunfu, mirando con fuerza a los soldados

    Lejanos junto a l.

    Ann presion sus dedos en mi brazo, recordndome permanecer en

    silencio.

    Llvenselo pidi el Alcalde en voz ronca.

    Su expresin era en blanco, pero cerr sus ojos cuando los soldados

    marcharon por delante para levantar a Edmond Dyer nuevamente. l se

    hunda entre ellos como si sus piernas estuviesen hechas de paja.

    Por favor suplic Edmond, esta vez dirigindose a la multitud.

    Su voz era spera y baja, torturada. Por favor... yo no

    Cada aldeano se sent congelado, aturdido.

    Por qu no se levantaba nadie? Por qu nadie estaba solicitando una

    explicacin un juicio? Sent que me levantaba del banco, pero Ann tir de

    m se echndome atrs.

  • 49

    No seas estpida siseo en mi odo, feroz e indiferente a Ann. l

    te lanzara a los Lejanos sin parpadear, igual que l est haciendo con

    Edmond Dyer. Piensa en Jonn e Ivy.

    Los soldados Lejanos agarraron los brazos de Edmond y tiraron de l

    hacia la puerta. Chill una vez, un sonido chilln de la agona completa. La

    puerta del roble pesada se cerr de golpe, y el sonido reson a travs de la

    sala. Agarr el borde del banco tan fuertemente que mis nudillos

    palidecieron, y morda mi labio inferior lo suficientemente fuerte como

    para probar la sangre. No era esto qu siempre habamos temido podra

    pasar?

    Era una pesadilla.

    Junto a m, Ann se estremeci. Sus ojos se apretaron cerrados. Al

    frente del saln, el Alcalde hizo una mueca y se aclar la garganta.

    Vamos a seguir dijo, ajustando el cuello de su camisa y lanzando

    un vistazo al Oficial Raine. Hay otros asuntos por el orden del da hoy.

    Nadie se mova. El resto de la sala pareca hipnotizada mientras

    esperbamos a que l continuara.

    Nuestros amigos de Aeralian han estado con nosotros desde hace

    varios meses, como saben, y acabo de recibir la palabra que un

    representante oficial nos acompaar aqu.

    El Consulado del que Ann haba hablado?

    Los murmullos barrieron la sala, y el Alcalde levant una mano para

    pedir tranquilidad. Los sonidos se desvanecieron, y ense los dientes en

    otra sonrisa. Pero su control fue debilitndose, y pude leer el temor en sus

    ojos. Si ese miedo era de nosotros o los Lejanos, no poda saber.

    Este representante estar aqu para garantizar nuestra seguridad.

    Esto es por el bien de nuestro pueblo y por el bien de La Helada.

    Los aldeanos alrededor de m se movieron y susurraron, y una

    corriente submarina de la clera fea llen el aire. Pero nadie dijo nada.

  • 50

    No. me susurr drsticamente Ann, cuando avanc poco a poco

    adelante en el banco.

    Los obreros construirn un lugar para el representante de la

    Aeralian continu el alcalde, son peligrosos, y no deben hablar con

    ellos. Tendrn que vivir y dormir en sus propios campos, y estas no

    comprometerse con ellos.

    El silencio era ensordecedor. Mi sangre se haba iniciado un lento,

    ansiosos hervir en mis venas.

    Hizo una pausa.

    Ahora, vamos a leer las seales, verdad?

    Casi corr del edificio cuando nos despidi. Mantuve la boca cerrada

    y agach la cabeza cuando pase a los Lejanos que hacan guardia en la puerta

    por tanto no podan ver la expresin en mis ojos. Fuera, el aire helado

    abanic mis mejillas. Tirando a Ann detrs de m, rode la muchedumbre y

    anduve en un callejn entre dos tiendas.

    Tenemos que hacer algo. El recuerdo del grito de Edmond Dyer

    fue grabada en mi mente para siempre. Comenc a marcar el paso. Por

    qu estaba detenido? Escuchaste algo de tu padre?

    No lo s. No he escuchado ni siquiera un susurro acerca de esto

    antes. Y no tiene ningn sentido.

    Limpi su pulgar a lo largo del borde de su ojo, quitando una lgrima

    naciente.

  • 51

    Se supone que el Crculo de los Ancianos se rene para cualquier

    disciplina contra un aldeano, y no lo han hecho. Por lo general vienen a ver

    a mi padre, o los encuentra en el Saln de la Asamblea. No ha habido una

    deliberacin, estoy segura de ello.

    El Oficial Raine lo orden, verdad?

    No dijo nada, pero podra ver segn su expresin que crea que tena

    razn.

    Mi estmago se arremolin. Apenas poda ver directamente.

    No haba ninguna advertencia, ningn juicio, ni siquiera ninguna

    especificacin sobre sus delitos Y el resto de la familia? Qu pasar a

    ellos? Su casa fue confiscada!

    Sacudi su cabeza.

    Se extendern alrededor a otras familias, supongo. Debo encontrar

    Everiss.

    Tenemos que hacer algo espet.

    Qu podemos hacer?

    Determinacin se quem en el hoyo de mi estmago. Poda hacer

    algo.

    S dije, agarrando sus manos y apretndolos para hacer su

    enfoque. Encuentra Everiss y asegrate de que ella est bien. Djame

    saber si hay algo que pueda hacer por ellos ms tarde. Pero ahora, me tengo

    que ir.

    Si no sala de la ciudad ahora, hara algo que lamentara. Lo podra

    sentir en mis huesos.

    Lia. Ann comenz.

    Encontr sus ojos y su cara arrugada. Me envolvi en un abrazo

    rpido y feroz.

  • 52

    No lo podra soportar que si algo te ocurre susurr contra mi

    hombro. As que ten cuidado.

    Le di un apretn en respuesta y luego retroced.

    Nos veremos pronto.

    Estaba inmvil, mirndome cuando me alej rpidamente.

  • 53

    Captulo 4 Traducido por Auroo_J

    Corregido por Klarlissa

    Me sent como si estuviera envuelta en una nube oscura y no poda

    ver una forma de salir de ella. Necesitaba salir y despejar mi cabeza antes

    de que hiciera algo precipitado, algo estpido. Mis botas levantaban un

    espray de nieve mientras corra a travs de la Jaula por La Helada, y a mi

    hogar. El viento sopl en mis ojos, picndolos y hacindolos aguarse. O se

    trataba de lgrimas?

    Los rboles se cerraron sobre mi cabeza, oscureciendo el cielo, y era

    apenas un roce de azul en un mar de color blanco mientras tomaba el

    camino a casa. Flores de Invierno pisoteadas llenaban mi camino, luciendo

    como trocitos de cielo cado incrustadas en la nieve. Pas los dedos sobre las

    flores que cuelgan de mi cuello, mi hbito nervioso, y corr ms rpido.

    La granja qued a la vista mientras suba la cima de la ltima colina,

    y me detuve para recuperar el aliento. Un zarcillo de humo se arremolinaba

    de la chimenea de la casa de madera blanca que estaba sola en el centro del

    patio, rodeada por una falda de nieve. Huellas penetraban un sendero desde

    la puerta de entrada a la granja y de regreso. Ivy deba haber visto a los

    animales ya.

    Necesitaba un momento antes de entrar en la casa. Di media vuelta y

    sal del camino hacia La Helada.

    Las ramas heladas me envolvieron en un abrazo siempre verde. La

    nieve se arremolinaba en mis ojos y sacuda mi pelo mientras empujaba a

    travs de la vegetacin helada en la direccin de las trampas. Camin en

    silencio, manteniendo mis odos atentos a cualquier sonido inusual. La

    belleza salvaje, blanca del bosque hizo que me doliera el pecho. Mi

  • 54

    respiracin quemaba en mis pulmones, siempre se senta ms fro en la

    propia Helada.

    Las trampas estaban todas vacas. Me tragu las malas palabras y

    volv a casa. Y todos los pensamientos oscuros, rotos y temores pasaron

    sobre m como una ola fangosa. Cada pedazo de mi vida se haba

    desmoronado. Mis padres estaban muertos. Gabe se haba ido. Los Lejanos

    haban ocupado nuestro pueblo. Y ahora mi mejor amiga tambin podra

    estar en problemas.

    Me sent tan impotente.

    Pis en una rama, y la madera podrida se quebr como un disparo

    debajo de mi bota. Hice una pausa y examin los rboles que me rodeaban

    por costumbre, y la sensacin de ser observado que siempre flotaba en el

    borde de mi conciencia en La Helada se desliz a travs de mi piel. Exhal.

    Mi corazn lata ms rpido. Y me di cuenta que estaba buscando,

    esperando, ver un aleteo de capa azul, una cabeza de pelo oscuro.

    Pero l no estaba all.

    Todo mi cuerpo se qued inmvil cuando una idea vino a m, claro

    como una rfaga de viento fro. Dej que mis labios se curvaran en una

    sonrisa triste y decidida.

    Jonn me observ durante toda la cena, con los ojos entrecerrados. Lea

    mis estados de nimo mejor que nadie, y estaba segura de que haba

    percibido mi temperamento agrio. Tragu en seco los pedazos de papa y

    mantuve mi mirada en mi plato.

  • 55

    Al otro lado de la mesa, Ivy juguete con la comida y movi el pie

    bajo la mesa. ramos un grupo silencioso.

    Cmo estn las cosas en la ciudad? pregunt Jonn cuando

    pensaba que estaba a punto de gritar por el peso de las palabras no dichas y

    mis ansiedades apremiantes en mi contra.

    Le lanc una mirada a mi hermana.

    La Asamblea fue, bueno... Ivy, puedes poner ms agua sobre el

    fuego para el t?

    Lo puedes decir delante de m espet ella. No soy una niita.

    Qu pas en la Asamblea?

    Me mord el labio y vi a mi gemelo. Busc a tientas con el tenedor un

    momento antes de asentir, y arrastr una respiracin profunda.

    Arrestaron a Edmond Dyer. Le quitaron su casa y su medio de vida

    y lo condenaron a trabajos forzados.

    Qu? El cuchillo de Jonn choc contra la mesa. Por qu?

    El Alcalde nos dio una historia ridcula de l poniendo en peligro al

    pueblo. Solo repetir eso hizo que mi garganta y mi piel picaran con

    furia. Los soldados Lejanos lo tiraron al suelo, le dieron patadas, le

    arrastraron lejos... me alegro de que no estaban all para verlo, cualquiera de

    ustedes. Ambos parpadearon, aturdidos.

    Por qu crees que realmente lo arrestaron? exigi Jonn.

    Una muestra de poder... venganza... estn tratando de asustar a

    todos a la sumisin.

    La ira subi a travs de m, haciendo que mis manos temblaran

    mientras recoga mis cubiertos y los apilaba en mi plato vaco. Pens en lo

    dems que haba ocurrido, Leon y el resto, tena mucho ms que decirle a

    Jonn, pero no delante de mi hermana.

    Ivy se llev los dedos a la boca.

  • 56

    Tambin van a quitarnos nuestra granja?

    Qu? No. Por supuesto que no.

    Agarr mi plato vaco y me levant. Mi estmago se retorci an con

    hambre, pero haba comido todo lo que atrev a disponer de nuestro

    suministro de alimentos para el da. Tendramos simplemente que

    apretarnos el cinturn hasta que nos dieran las raciones semanales. Recog

    un puado de platos y los llev a la cocina. Los dej caer en el lavabo y me

    apoy contra la pared y cerr los ojos.

    Tena que dejar una seal para que Adam la viera. Tom la linterna

    del gancho en la pared y cog las cerillas.

    Tengo que conseguir algo en el granero les dije, en direccin a la

    puerta.

    Ivy estaba sentada y plida, temblando en su silla, y Jonn estaba

    tratando de calmarla. Apenas me escucharon.

    Me zambull al exterior. El viento haba golpeado de nuevo, trayendo

    con l una rfaga de copos de nieve, y las motas de blanco bailaban ante mis

    ojos y se fundan contra mis labios. Por encima de mi cabeza, la Guarda de

    Observadores bailaba y cay. El sol se haba reducido a un carbn

    encendido detrs de las nubes de nieve, y una neblina azulada baaba todo

    en el crepsculo.

    Tragando saliva para aliviar la sequedad que me llenaba la boca y la

    garganta, levant la linterna y me dirig hacia los rboles. Cuando colgara

    esta linterna, hara una seal a Adam. l iba a venir. Y yo le dara mi

    respuesta. Estaba realmente preparada para hacer esto?

    Mis pasos eran hmedos chasquidos en el silencio espeso, y el viento

    arrastraba fros dedos por mi pelo. Pas por entre los rboles y busqu a

    tientas un fsforo, golpendolo dos veces antes de que la llama

    chisporroteara a la vida.

  • 57

    Colgu la linterna en una rama, y el halo de luz que iluminaba un

    crculo de duro blanco a m alrededor, pero no hizo nada para penetrar la

    pared de sombras que sealaban el comienzo de La Helada.

    Pinchazos se arrastraban sobre mi piel mientras miraba una vez ms

    en la boca de La Helada, esforzndome por or y ver lo que se esconda ms

    all, poniendo a prueba mi voluntad propia mientras estaba all, frente al

    borde de la noche y la promesa de Observadores. Sonidos susurrantes se

    deslizaron entre los rboles mientras el viento azotaba las ramas y gema en

    los ventisqueros. Un mothkat grit a lo lejos.

    A lo lejos en medio de las sombras, ms all de la seguridad de la

    lnea de rboles, una rama se rompi y mis nervios se tensaron como un

    arco. Lista para volar, temblando como una gacela asustada, baada por la

    luz de la linterna y expuesta.

    Dos figuras emergieron de los rboles. Mi pulso se triplic. Cog el

    cuchillo mientras exploraba sus rostros. Un nio y una nia. Ambos

    delgados, casi menudos. Las ojeras rodeaban sus ojos, y sus muecas eran

    tan delgadas como palos.

    Por favor dijo la chica, y levant su brazo. Aspir una respiracin

    fuerte cuando vi las marcas rojas que cruzan sus muecas. Furiosas heridas

    cicatrizadas, recin curadas cubran cada centmetro de la piel desnuda.

    Luego mi mirada se desliz hacia abajo, y vi lo que tena en la mano.

    Un par de palos atados con una cuerda.

    El signo de La Espina.

  • 58

    Captulo 5 Traducido por Isane33 & Auroo_J (SOS)

    Corregido por Nony_mo

    Me qued mirando los palos en su mano mientras mi pulso lata en

    mis odos y mi cabeza se senta demasiado ligera. Era esto un truco? Una

    trampa? Un ardid ingenioso inventado por los hombres de Raine para

    atraparme?

    Pero no. El signo de La Espina era secreto.

    Deben haber sido enviados aqu, al igual que Gabe lo fue.

    Mir sus cuerpos esquelticos y sus harapos delgados como el papel y

    me devolvieron la mirada con el tipo de desafo endurecido por los golpes y

    el hambre. Algo en m apret tan fuerte que no poda respirar. Ahora

    tambin los nios eran presos polticos en Aeralis?

    Puedo ayudarlos. Van a estar bien dije, haciendo mi mejor

    intento para usar mi voz ms suave.

    La nia hizo un sonido suave como el maullido de un gatito. Podra

    haber sido un sollozo.

    Por aqu dije. Di un paso atrs y mir por encima del hombro

    para asegurarme de que iban a venir.

    Despus de un momento de vacilacin, me siguieron. La nia apret

    con fuerza la mano del muchacho.

    Los pensamientos giraron en mi cabeza. Eran Aeralianos, las

    caractersticas eran evidentes, al igual que la ropa. Reconoc el tejido suave

    y sinttico y el corte extrao de las camisas. Cruzaron La Helada ellos

    mismos? Quin los envi? La misma operacin que envi Gabe?

  • 59

    Necesitaba a Adam. l sab