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UNIVERSIDAD PANAMERICANA _______________________________________________ _______________________________________________
ESCUELA DE COMUNICACIÓN
“EL PERFIL DEL PERIODISTA CULTURAL. ANÁLISIS Y PROPUESTA DESDE UNA PERSPECTIVA HUMANISTA”
T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
LICENCIADA EN COMUNICACIÓN P R E S E N T A: JESSICA OLIVA GARCÍA
DIRECTOR: JOSÉ LUIS LÓPEZ AGUIRRE
MÉXICO, D.F. OCTUBRE 2010
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
2
Agradecimientos A mis padres, responsables de todo lo bueno que hay en mí y pilares de mi vida. Gracias por ser el motor de mi esperanza y mi pasión, por su amor y apoyo incondicional. A mi mamá, por ser mi confidente, mi mejor amiga, mi inspiración y el sueño de mujer que quiero ser algún día. A mi papá, por ser la fuente de todas mis bendiciones, por ser la luz de mi hogar, el espíritu que me envuelve, mi ángel de la guarda. A Cris, mi hermano, por ser mi cómplice y mi compañero de juegos, cuyo cariño y apoyo constantemente me dan los ánimos que necesito para continuar. A mi abuelo Esteban, a quien extraño tanto, y a mi abuela Martha por ser los cimientos de todo lo que me ha dado felicidad. A mis otros hermanos; Abi, Jona, Arturo y Chino, por los momentos de alegría y fraternidad. A mis tíos, mis primos y sobrinos, por permitirme aprender de cada uno algo nuevo, la sola idea de su presencia es mi fuente de fortaleza. A mi madrina Paty, por creer tanto en su Nayeli. A la Universidad Panamericana y a todos aquellos que forman parte de la Escuela de Comunicación, especialmente al doctor José Luis López Aguirre. Su entrega y vocación me devolvieron la pasión por la escritura y me ayudaron a encontrar mi propia voz durante la elaboración de esta tesis. A mi otra familia, no de sangre, sino de alma. A Mabelita, mi gota y hermana, cuyo cariño y apoyo incondicional constituyen uno de mis motores más importantes. A Charbe, por ser la voz que no me deja caer y por tener fe en las posibilidades de lo bueno que llevo dentro. A mis niñas VIP, Adri y Chío, por dejarme crecer a su lado y por demostrarme que la verdadera amistad es atemporal. A Aldo, por empujarme siempre a ser mejor, por su confianza y aliento. A Eli, por ser la consciencia que desde siempre ha apostado a mi favor. A los comunicadores que compartieron sus opiniones, ideales y experiencias para enriquecer esta tesis y que enfrentan día con día los retos del periodismo cultural mexicano. Y finalmente, a aquellos que decidieron estar o no estar, porque su presencia o ausencia me hacen lo que soy hoy. A todos, muchas gracias. A Rodrigo, quien me hizo feliz cuando me amó, pero me hizo mejor cuando me dejó.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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Índice
Introducción …………………………………………………………………………... 6 Capítulo I. El hombre como un ser cultural …………………….……………. 10 Introducción …………………………………………………………………………. 10 1.1 Aproximación al concepto de hombre ……………………………………….. 11 1.1.1 Enfoques principales en el estudio antropológico ……………………... 13 a) El hombre como animal racional: la definición aristotélica ………………13 b) El hombre como espíritu encarnado: la noción de persona humana….. 15 1.1.2 La persona humana ……………………………………………………..... 17 1.1.3 Notas características de la persona humana ………………………….. 20 a) Intimidad ……………………………………………………………………… 20 b) Manifestación ………………………………………………………………... 22 c) Libertad para dar: la persona humana como ser social ……………….... 24 d) Dignidad personal…………………………………………………………… 26 1.2 Aproximación al concepto de cultura ……………………………………….. 27 1.2.1 Definición etimológica de cultura ……………………………………….. 28 1.2.2 Concepto de cultura ………………………………………………………. 29 1.2.3 Acciones de la cultura …………………………………………………….. 31 a) Acciones comunicativas …………………………………………………… 31 b) Acciones productivas ……………………………………………………….. 33 c) Acciones simbólicas ……………………………………………………….... 34 1.3 La dimensión cultural del hombre …………………………………………… 36 1.3.1 Dimensión objetiva de la cultura ………………………………………… 36 1.3.2 Dimensión subjetiva de la cultura ……………………………………….. 37 Capítulo II. El periodismo especializado en cultura ………………………... 40 Introducción ………………………………………………………………………… 40 2.1 Aproximación al concepto de periodismo: el problema de la objetividad… 40 2.1.1 Revalorización del concepto de periodismo desde una perspectiva humanista ………………………………………. 43 2.1.2 Definición de información periodística ………………………………….. 48 2.1.3 Factores de interés periodístico …………………………………………. 50 2.2 El periodismo especializado: puente entre conocimiento y sociedad …… 52 2.2.1 La necesidad de la especialización periodística ………………………. 55 2.2.2 Función social del periodismo especializado ………………………….. 60 2.2.3 Características del periodismo especializado ………………………….. 63 2.2.4 Definición de periodismo especializado ………………………………… 71 2.3 Periodismo cultural: comunicador, difusor y motor de cultura …………… 73 2.3.1 Breve historia del periodismo cultural mexicano ……………………… 79
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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2.3.2 Hacia una concepción de periodismo cultural ………………………… 87 2.3.3 El periodismo cultural a la luz de la antropología filosófica ………….. 92 2.3.4 Campo de acción del periodismo cultural: la importancia del enfoque ……………………………………………………………………... 95 2.3.5 Factores de interés para el periodismo cultural ……………………… 108 Capítulo III. Tras el perfil del periodista especializado en cultura …….. 113 Introducción ………………………………………………………………………. 113 3.1 ¿Qué significa ser periodista? ………………………………………………. 114 3.1.1 La prudencia, nexo entre conocimiento y virtud ……………………… 114 3.1.2 Cualidades distintivas del periodista …………………………………... 118 3.1.3 La formación ética, clave para el ejercicio periodístico ……………… 122 3.2 El periodista especializado: puente entre conocimiento y sociedad …… 128 3.2.1 La triple formación del periodista especializado ……………………… 128 3.2.2 Un cambio de actitud profesional: inmediatez vs. rigor informativo.... 134 3.2.3 El periodista especializado como investigador ……………………….. 138 3.3 Configurando al periodista especializado en cultura ……………………... 140 3.3.1 El periodista cultural: especialista de lo humano …………………….. 141 3.3.2 El periodista cultural como profesional especializado ……………….. 145 3.3.3 Una mirada humanista: el aporte de la antropología filosófica ……... 150
Capítulo IV. Voces y visiones del periodismo cultural mexicano ……… 158 Introducción ……………………………………………………………………….. 158 4.1 Periodismo cultural: más allá de Fuentes y Monsiváis …………………... 159 Entrevista con René Avilés Fabila, Director de la revista “El Búho” 4.2 Más crítica, sensibilidad y menos “chilanguismo” ………………………… 170 Entrevista con Ariel González Editor de Cultura de Milenio 4.3 Periodismo cultural: la luz en medio de la oscuridad …………………….. 179 Entrevista con Mario Saavedra Titular de la sección de Bellas artes de la revista “Siempre” 4.4 Periodismo cultural: más allá de la forma y de lo subterráneo ………….. 191 Entrevista con Bruno Bartra, Coeditor cultural de Reforma 4.5 La cultura, un sistema solar en constante cambio ……………………….. 200 Entrevista con Noé Cárdenas Jefe de redacción del portal de Noticias Veintidós
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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4.6 Periodismo cultural, al alcance de todos ………………………………… 209 Entrevista con Miguel de la Cruz Coordinador de Cultura de Canal 11 4.7 Periodismo cultural: ideas, metáforas y, sobre todo, servicio …………. 220 Entrevista con Pablo Espinosa Editor de Cultura de La Jornada Capítulo V. Conciliando la propuesta conceptual con el quehacer práctico …………………………………………………………………………… 229 Introducción ……………………………………………………………………….. 229 5.1 Testimonios significativos sobre cultura ………………………………….. 230 5.2 Puntos de encuentro: una realidad cercana a nuestra propuesta ……... 237 5.3 Puntos de desencuentro: cuestión de términos ………………………….. 253 5.4 Escenarios de oportunidad y retos del periodismo cultural ……………… 257 Conclusiones …………………………………………………………………….. 261 Bibliografía ……………………………………………………………………….. 269 Fuentes y recursos digitales ………………………………………………….. 272 Anexos …………………………………………………………………………….. 273
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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Introducción
El periodismo cultural es la rama especializada que se ha ganado el
título de la “la joya” de la labor periodística. Por un lado, es considerada un
ámbito que proporciona prestigio a los medios de comunicación, debido al
espacio que ofrece a las plumas de renombre para que elaboren reflexiones
profundas, críticas, ensayos o análisis sociales. Por otro lado, se trata de una
especialidad periodística que, como toda labor de este tipo, tiene la función de
proporcionar información útil y relevante que le permita al lector comprender y
acercarse al sector cultural.
No obstante, esta última finalidad a menudo queda olvidada. Sucede
que el periodismo cultural pierde de vista que su misión como rama
especializada no sólo es la de proporcionar un espacio a los intelectuales para
disertar sobre las ideas por las ideas mismas, sino la de acercar la cultura al
público no especializado, la de hacer accesible la información que le permitirá a
éste tomar decisiones y formar un criterio propio. El periodismo especializado
es un servicio y no un espacio de intelectuales para intelectuales. Y el olvido de
su función social es causa frecuente de que los espacios culturales caigan en
dos extremos en lo que respecta a sus contenidos: en el intelectualismo, sin
cabida para el público no especializado, o en las simples notas informativas
culturales, las reseñas de exposiciones, la cartelera, los asuntos de política
cultural, y demás textos puramente informativos que, si bien deben tener
presencia en toda sección cultural, no son contenidos de análisis profundo,
característicos del periodismo especializado.
A diferencia de otras ramas periodísticas, creemos que el reto principal
al que se enfrenta el periodismo cultural no es la falta de formación
especializada de sus comunicadores. Todo lo contrario, éstos generalmente
poseen un alto grado de especialización. El periodismo cultural es una de las
ramas que generalmente cuenta con un mayor número de expertos en distintos
campos del saber: literatos, historiadores, filósofos, artistas, investigadores,
entre otros. Las redacciones culturales de los periódicos son muy
heterogéneas, pues agrupan a varios especialistas que se dedican a nutrir las
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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páginas con contenidos profundos y analíticos. Sin embargo, aun cuando éstos
poseen los conocimientos necesarios para elaborar textos especializados, a
menudo olvidan su rol como comunicadores: pierden de vista al lector. El
resultado es la existencia de secciones culturales cuyos contenidos de mayor
calidad adquieren un tono demasiado académico e inaccesible para el público
no especializado.
La cultura es la huella que deja el ser humano en el mundo. Una
información cultural de calidad le permite a la sociedad verse en el espejo, la
sensibiliza, la invita a la reflexión, y, por lo tanto, a la participación. De ahí la
importancia de un periodismo cultural de calidad que acerque al público a la
cultura. El periodista que desee desarrollarse en esta rama debe ser
precisamente el puente entre ambos y para ello deberá saber que su trabajo no
sólo consiste en escribir o hablar sobre arte u otros asuntos culturales sin
importar si sus contenidos son accesibles al público o no, sino que debe ser un
servicio de comunicación útil para la sociedad, no sólo para los expertos. Dicho
servicio sólo será posible en la medida en que los periodistas conozcan la
función de su labor y las competencias que necesitan potenciar para cumplir
con ella. De ahí la importancia de explorar la figura del periodista especializado
en cultura.
En este sentido, el objetivo del presente trabajo es precisamente ofrecer
un perfil de periodista cultural que rescate las cualidades, conocimientos y
competencias que el profesional de esta especialidad debe desarrollar a fin de
convertirse en un experto en la comunicación de la cultura, es decir, un
profesional de la información que no sólo se limite a transcribir datos, a abordar
los temas o “lugares” comunes o a promover productos culturales, sino que
además de elaborar análisis profundos y accesibles al público no
especializado, sea capaz de identificar nuevas temáticas, proporcionar
información útil que incite a la reflexión, al mismo tiempo que construye
puentes dentro de la comunidad cultural y contribuye a su desarrollo.
La propuesta que presentamos es el resultado de la investigación
documental y de una serie de entrevistas con periodistas que actualmente
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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dirigen las secciones culturales de algunos de los medios de comunicación
mexicanos de mayor alcance. Nos pareció esencial incluir en nuestro análisis la
opinión de aquellos que laboran día con día dentro del periodismo cultural
mexicano; es decir, ir más allá de lo que los libros de texto nos dicen sobre el
periodista cultural para enriquecernos con los puntos de vista y las
experiencias de los protagonistas de esta labor. Ya que nuestra proposición
estará conformada y enriquecida tanto por nuestra investigación y las
entrevistas, como por el análisis de la primera y las segundas, la propuesta de
perfil del periodista cultural estará especificada al final de este trabajo, en las
conclusiones.
Cabe mencionar que para lograr precisar dicho perfil creímos esencial el
estudio y la aproximación a tres términos: cultura, periodismo y periodismo
especializado. Por lo tanto, el concepto de periodismo cultural que proponemos
en la presente tesis está basado en estas aproximaciones; en él se trasluce de
forma más clara el campo de estudio del periodista cultural, lo cual es
indispensable para acotar aquellos conocimientos, cualidades y demás
competencias que deberá poseer este profesional especializado. El marco
teórico en el cual se exploran dichos términos pretende señalar un camino
mediante el cual el periodista puede iniciar su especialización en el proceso
cultural, a fin de comprender sus complejidades y analizarlo desde una mirada
humanista.
Además, recurrimos a los conceptos de cultura y de persona humana
que ofrece la antropología filosófica, disciplina que tiene como objetivo el
estudio filosófico del hombre. Nos parece que el estudio antropológico-filosófico
de ambos conceptos le facilita al periodista hacerse de una idea más clara y
precisa de lo que es su campo de estudio y trabajo (la cultura), a pesar de
tratarse de un fenómeno vivo, dinámico, cambiante y determinado en cierta
medida por el tiempo o por la época. No obstante, es necesario aclarar que la
exploración antropológica- filosófica que realizamos no pretende ser
exhaustiva, ya que en este trabajo lo que nos concierne es el perfil del
periodista cultural.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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Una vez abordados los conceptos de cultura y de persona humana, nos
dimos a la tarea de estudiar el periodismo especializado: su función, sus
características principales, las necesidades que satisface y su rol como nexo
entre conocimiento y sociedad. Ciertamente, la especialización ayuda al
comunicador cultural a no dejar de lado la responsabilidad que como periodista
tiene para con sus lectores no especializados, sin por ello sacrificar
profundidad y calidad en sus contenidos.
Es precisamente de estas definiciones de cultura y de periodismo
especializado de donde surgen los rasgos que configuran nuestra propuesta
del perfil del periodista cultural y que posteriormente fue enriquecida por los
testimonios de nuestros entrevistados. Ellos aportaron a nuestra investigación
nuevas perspectivas y elementos que sólo se aprenden a través de la
experiencia y del quehacer práctico, y que ayudaron a detallar la silueta del
periodista cultural. Cabe subrayar que las entrevistas realizadas tuvieron como
objetivo principal contrastar nuestra propuesta de perfil con la práctica diaria de
un periodista cultural. Al respecto, obtuvimos tanto opiniones a favor como en
contra de los conceptos presentados en este trabajo. Finalmente, para lograr
reconciliar las distintas perspectivas de lo que debe ser un periodista cultural,
elaboramos un análisis inclusivo que toma lo mejor de nuestra investigación y
de los diálogos con los profesionales para llegar a un consenso de perfil de
periodista especializado en cultura.
Por último, esta tesis pretende ofrecer al periodista y estudiante que
desee incursionar en la cultura un marco teórico que no sólo arroje luz sobre su
objeto de estudio, sino que le permita comprender mejor su labor como
profesional especializado, lo cual resultará en la elaboración de contenidos
atractivos, accesibles, profundos y de calidad, que aporten conocimiento y al
mismo tiempo sirvan de puente entre los protagonistas de la cultura y el resto
de la sociedad. Creemos que la presencia de este tipo de profesionales de la
información en las redacciones constituye el primer y más importante paso en
el camino hacia una revalorización del periodismo cultural dentro de los medios
de comunicación.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
10
I. El hombre como ser cultural
Introducción
El presente capítulo tiene como objetivo proporcionar, bajo la luz de la
antropología filosófica, un concepto de persona humana y de cultura, a fin de
proveer al periodista cultural el marco teórico que le facilitará la comprensión de
los acontecimientos culturales y su relación con el hombre.
Para cumplir con este cometido, abordaremos, en primera instancia, el
tema de la naturaleza humana desde un punto de vista personalista, pues
estudiaremos al hombre no sólo como un animal racional, sino como una
persona capaz de innovar y dejar huella en el mundo externo gracias al
universo interno único que posee. Para llegar a un concepto de persona
humana se analizarán los dos enfoques filosóficos principales que han definido
al hombre en la historia de la filosofía, los cuales se completan uno a otro.
Una vez expuesto el concepto de persona humana, nos daremos a la
tarea de revisar el concepto de cultura, así como las características de las
manifestaciones culturales y el papel que juega el hombre en su creación.
Cabe señalar que el propósito que nos planteamos es revalorar la concepción
clásica del concepto de cultura, partiendo de sus raíces etimológicas.
Finalmente, definiremos las dimensiones culturales del hombre, como
creador y promotor cultural, así como fin último de la cultura. Dichas
dimensiones permitirán aclarar las dos perspectivas desde las cuales se puede
estudiar a la cultura, su relación entre ellas y su interdependencia. En ese
sentido, nos parece necesario ofrecer una visión más completa sobre lo que
significa el término cultura, evitando las escuetas definiciones que la reducen
sólo a las obras de arte, a la tecnología o a los puros conocimientos teóricos.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
11
1.1 Aproximación al concepto de hombre
El concepto de hombre ha sido objeto de estudio de diversas ideologías,
religiones y corrientes filosóficas. Desde el comienzo de la ciencia filosófica, su
definición ha sufrido cambios, dependiendo generalmente del contexto socio-
cultural de cada época.
La concepción de ser humano ha variado de una corriente a otra; sin
embargo, en la historia de las ideas sobre el hombre se pueden encontrar
elementos constantes en su definición:
En efecto, en la historia de la consciencia filosófica ha habido un
consenso casi generalizado en destacar dos principios en el hombre:
cuerpo y alma, o materia y espíritu. De esta manera, Platón concebía al
hombre como un alma encerrada en un cuerpo, mientras que Aristóteles
definía al hombre como un animal racional.1
En la Grecia antigua, cuna de la filosofía, surgieron los primeros
esfuerzos por conocer al ser humano a través del pensamiento filosófico. De
acuerdo con Carlos Kramsky los sofistas fueron los que centraron por primera
vez la investigación en el hombre, aun cuando no desarrollaron una
antropología filosófica en sentido estricto.
Protágoras es el prototipo del antropocentrismo sofístico: El hombre es
la medida de todas las cosas. Sin embargo, la Sofística no hizo en rigor
“ciencia” del hombre, pues desembocó en agnosticismo, relativismo y
escepticismo.2
Es a partir de Sócrates (469-399 a.c.), Platón (429-349 a.c.) y en
especial de Aristóteles (384-322 a.c.) cuando se sientan las bases teóricas que
1 GARCÍA CUADRADO, José Ángel. Antropología filosófica: una introducción a la filosofía del hombre.
Pamplona: EUNSA, 2001, p. 29. 2 KRAMSKY, Carlos. Antropología filosófica. México: Compañía Editorial Impresora y Distribuidora S.A.,
1997. p. 2.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
12
después influirían en las demás corrientes filosóficas de la Edad Media y en la
antropología filosófica actual, especialmente en la cristiana.
Sócrates fundó la ciencia y encaminó los pasos del saber filosófico sobre
el hombre. El Oráculo de Delfos: Conócete a ti mismo fue el principio y
mandato que orientó todas sus investigaciones. Sócrates precisó el
concepto de alma, se opuso tenazmente a los sofistas y cultivó
primordialmente la ética.3
Con estas bases, Platón formuló posteriormente una teoría sobre el
alma humana, la cual revela una nueva concepción de ser humano. Según este
pensamiento, el hombre es principalmente un espíritu pensante, atrapado en
un cuerpo, el cual debía liberarse de la materia para alcanzar la perfección,
pues “lo que sus sentidos dan a conocer son meras sombras de las realidades
ininteligibles, que el alma percibe tanto mejor cuanto más liberada está del
cuerpo”.4
Las ideas de Platón sobre el espíritu humano tuvieron gran
trascendencia en el estudio antropológico. Sus ideas destacaban la
inmortalidad del alma humana, por lo cual es considerado uno de los pilares
básicos de la cultura occidental.
No obstante, Aristóteles es el primer sistematizador de la antropología
filosófica; resume y lleva a plenitud la filosofía griega. Su definición de hombre
separó a éste de los demás seres animados, pues destacaba su racionalidad al
mismo tiempo que lo comparaba con los demás seres vivos. Es por esto que su
pensamiento se convirtió en uno de los enfoques fundamentales a la hora de
abordar el estudio de la persona humana.5
Cabe mencionar que la concepción grecorromana de hombre cristalizó
en el concepto de humanitas, impulsado especialmente por Cicerón, el cual
3 Ídem. 4 MONTES DE OCA, Francisco. Historia de la filosofía. México: Editorial Porrúa, 2003, p.44. 5 Cfr. KRAMSKY, Carlos. Op.cit. p. 2, y CUADRADO, José Ángel. Op.cit. p. 29.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
13
rescataba el ideal helénico de la educación integral del ser humano. La
humanitas romana pasó a la época medieval a través de la patrística cristiana,
complementando a la Teología con sus conceptos de hombre y de lo que lo
enriquece.6
1.1.1 Enfoques principales en el estudio antropológico
A continuación destacaremos dos enfoques principales desde los cuales
se ha estudiado al hombre a lo largo de la historia del pensamiento: la
definición aristotélica y la concepción de la persona humana como “espíritu
encarnado” o “cuerpo espiritualizado”, dentro del la cual se profundiza en su
carácter personal.
Ambos enfoques engloban definiciones de ser humano que, como
observaremos más adelante, no son contradictorias entre sí, sino
complementarias; de ahí la importancia de analizar cada una de ellas.
a) El hombre como animal racional: la definición aristotélica
En el pensamiento aristotélico, el hombre no es un espíritu atrapado en
la materia, sino la unión de éstos dos: una unidad compuesta de dos co-
principios inseparables: alma y cuerpo. En este sentido, Aristóteles definía al
alma como el acto primero de un cuerpo natural orgánico y afirmaba que todo
ser vivo está constituido por dos elementos o principios entitativos: materia y
forma.7 A este modelo se le conoce como hilemorfismo8, según el cual estos
dos co-principios se encuentran unidos esencialmente para formar un tipo de
ser específico.
6 Cfr. Gran Enciclopedia Rialp. Recuperado el 19 de enero de 2011 de
http://www.canalsocial.net/GER/ficha_GER.asp?id=5764&cat=filosofia 7 Cfr. ARISTOTELES. Sobre el alma, Libro II. 8 Según la concepción hilemorfista, todo ente móvil consta de materia y sustancia; es decir, alma y
cuerpo. Cada uno de estos elementos es un ser incompleto, es decir, no propiamente un ser, sino sólo un principio entitativo. El cuerpo no es tal sin alma, y el alma no es tal sin cuerpo. La sustancia completa (el ser vivo) es la resultante de la forma sustancial y la materia prima.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
14
De acuerdo con este pensamiento, todo ser vivo, ya sea vegetal o
animal, está formado por alma y materia. El resultado de esta unión es un
cuerpo animado, vivo, capaz de realizar cierto tipo de funciones vitales. Alma y
cuerpo no son contrarios, más bien sin alma no es posible la existencia de un
cuerpo.
Cada ser vivo, por tanto, es un cuerpo animado; sin embargo, no todos
los seres vivos son iguales. Esto significa que se puede hablar de distintos
tipos de cuerpos y, por ende, de almas. Aristóteles distinguía tres tipos de ellas,
dependiendo de la superioridad de sus facultades o funciones: vegetal, animal
y humana.
La definición aristotélica de hombre como un animal racional es producto
de la aplicación del hilemorfismo a la reflexión sobre el ser humano. Tal
concepción hace referencia a las características específicas del alma humana,
la cual se diferencia de las otras dos por su carácter espiritual, es decir, por su
capacidad de realizar operaciones espirituales, como las del intelecto y las de
la voluntad.
De acuerdo con Aristóteles, el hombre es un cuerpo vivificado por un
alma capaz de razonar; es en su razonamiento y voluntad en donde reside la
esencia de humanidad. Al mismo tiempo, el hombre participa de una dimensión
“animal”, pues posee instinto y pasiones además de que, al igual que los
demás seres vivos, nace, crece, se reproduce y muere.
Pues bien, para el Estagirita el hombre es una animal racional. Esta
definición es eminentemente lógica y sirve para mostrar lo que el
hombre (especie) tiene en común con otros seres vivos (género) y
aquello por lo que se destaca del resto de los vivientes (diferencia
específica): es decir, su racionalidad.9
9 GARCÍA CUADRADO, Jose Ángel. Op.cit. p. 31.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
15
El hombre entonces es un animal que razona, lo que lo hace superior a
los demás vivientes. Esta definición es de vital importancia, ya que considera al
hombre como resultado de dos planos: el material y el espiritual, además de
destacar su racionalidad y voluntad. El cuerpo del hombre no es considerado
como un mal, una simple envoltura, ni como un elemento totalmente
independiente del espíritu.
Las reflexiones aristotélicas sobre las facultades de los distintos tipos de
almas serían retomadas por Santo Tomás de Aquino y por la filosofía cristiana.
b) El hombre como “espíritu encarnado”: la noción de persona
humana
No obstante la importancia de la definición aristotélica, ésta tiene una
debilidad: no contempla el carácter personal del ser humano. Después de todo,
en el mundo no existe “el hombre” como concepto general, sino personas
únicas e irrepetibles, situadas en un tiempo y espacio específicos.
No se puede entender completamente al ser humano, su actuar, ni su
dimensión cultural sin entender que “la mayor perfección y grandeza del
hombre consiste precisamente en su carácter de persona”.10
La noción de persona humana apunta a lo más inédito y único que hay
en cada individuo, que hace posible su expresión y apertura al mundo. Esto
último no se ve reflejado en el animal racional de Aristóteles, pues debe de ser
estudiado a partir de la realidad espiritual y no a partir de las categorías físicas.
(…) la definición aristotélica no parece arrojar muchas luces acerca del
misterio del hombre y de su obrar: la cultura, la técnica, el lenguaje, el
arte, la religión, etc. Y sobre todo, parece dejar de lado los fenómenos
tan profundamente humanos como las emociones, la libertad, el amor,
etc.11
10 KRAMSKY, Carlos. Op.cit. p. 285. 11 GARCÍA CUADRADO, Jose Ángel. Op.cit. p. 32.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
16
El segundo enfoque fundamental retoma las ideas aristotélicas y las
integra en una perspectiva descendente (vista desde el espíritu humano),
desde la cual se puede analizar al ser humano como alguien dotado de
conciencia e intimidad, es decir, como una persona.
El planteamiento moderno tiende a fijarse en el hombre como espíritu
encarnado, es decir, considera al hombre como sujeto personal,
irreductible a las categorías del mundo natural. (…) Este nuevo camino,
o “vía de la conciencia”, se basa en una concepción del hombre
construida a partir de la experiencia de la libertad, de la dignidad y de la
intimidad personal.12
Mientras que la definición de Aristóteles responde a la pregunta ¿Qué
eres? (un animal que razona), la noción de persona responde a la pregunta
¿Quién eres?: “La persona es única e irrepetible, incomunicable, porque es un
alguien: no es sólo un qué, sino un quién”.13
Al enfoque de la existencia encarnada se le conoce en la historia del
pensamiento como personalismo. Este término muchas veces es utilizado
como sinónimo de “egocentrismo” o “individualismo”; sin embargo, para efectos
de este trabajo, y por su visión integral de lo que es la persona humana,
tomaremos como referencia la definición de personalismo presentada por el
Hugo Darquea:
En el vocabulario de la Filosofía cristiana, (la palabra personalismo)
sirve para compendiar la concepción valorativa del Hombre, tomándolo
no sólo como individualidad, sino como una totalidad de materia y
espíritu, como una integridad de elementos y como persona, esto es
como un ser portador de una autoridad conciencial, capaz de
12 Íbidem, p. 31. 13 YEPES, Ricardo. Fundamentos de antropología. Navarra: EUNSA, 2003, p. 65.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
17
trascenderse y de trascender sus límites singularizadores, para
realizarse socialmente y superar lo temporal.14
El pensamiento cristiano del medioevo, en especial el de Tomás de
Aquino, elaboró una integración equilibrada de las ideas aristotélicas y de la
perspectiva del espíritu encarnado. Esto permitió una mayor precisión del
término de persona humana, de sus características y de su papel en las
manifestaciones humanas.
Por ello, sólo a través del estudio del hombre como espíritu encarnado
es posible comprender su actuar y su dimensión cultural. El objetivo es lograr
una aproximación más acertada de lo que es la persona humana y cuál es su
papel en el origen de la cultura.
1.1.2 La persona humana
Para acercarnos al hombre desde una perspectiva integral de su
dimensión personal, primero nos daremos a la tarea de definir qué se entiende
por persona, cuáles son sus características y cuál es su relación con el
concepto de cultura.
El término de persona proviene del verbo personare, el cual significa
resonar, hacer eco o sonar con fuerza. A su vez, este término proviene de la
raíz griega prósopon, que era la máscara que utilizaban los actores de teatro
para que su voz fuera más sonora. Esta carátula también representaba un
rostro, pues identificaba a los personajes de la obra.
Desde sus inicios, el vocablo persona hace referencia a lo prominente, a
una voz que resuena y que trasciende. Sin embargo, es en la Edad Media
cuando este concepto se vuelve el centro de la especulación del pensamiento
cristiano, gracias a cuyas aportaciones se logró resaltar la dignidad personal.
14 DARQUEA, Hugo. El personalismo: hombre, sociedad y estado. Cuenca: Universidad Católica de
Cuenca, 1983, p.25.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
18
La definición de persona se le atribuye a Boecio, pero fue retomada y
precisada posteriormente por Santo Tomás de Aquino en su “Suma Teológica”:
“Persona es una sustancia individual de naturaleza racional”.15
De acuerdo con lo anterior, la persona primeramente es un individuo,
que significa literalmente “lo indiviso, lo no dividido, único y estrictamente
irrepetible”.16 Este término hace referencia a aquello por lo cual es posible
distinguir a un individuo de los de su misma especie.
En el caso del hombre, el cuerpo es el principio de individuación, es
decir, lo que hace que un hombre sea este hombre en específico y distinto de
los demás. Su cuerpo animado (cuerpo y alma), que se desenvuelve en un
tiempo y espacio determinados, es lo que lo hace único e inigualable: “En
síntesis, cada ser humano es un Individuo; y el principio de individuación
humano es la materia concreta y singular de cada uno.17
La persona también es sustancia (una sustancia individual), es
decir,“aquello que es sustrato de los accidentes (el peso, el color, la medida, la
figura, etc.). La sustancia existe en sí misma (posee en sí mismo el ser),
mientras que los accidentes sensibles existen en el sujeto subsistente”. 18
A diferencia de elementos como el color o la altura, la persona subsiste
por sí misma: no necesita de otro ente que le sirva de “cimiento”, como en el
caso del peso, la medida y los colores. Estos últimos sólo existen en algo o
alguien, y no por sí mismos.
Finalmente, la persona humana es de naturaleza racional, es decir, su
esencia le permite conocer el mundo que le rodea al “apropiarse de las cosas”
mediante su razonamiento. Su espíritu, formado por intelecto y voluntad, le
permite hacer abstracciones, como el aprendizaje de conceptos o ideas
universales. Esta premisa nos regresa a la perspectiva aristotélica.
15 BOECIO, De duabus naturis, c.3 ML 64, 1343. 16 KRAMSKY, Carlos. Op.cit. p. 286. 17 Íbidem, p. 289. 18 GARCÍA CUADRADO, Jose Ángel. Op.cit. p. 120.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
19
En este punto, cabe hacer una diferenciación entre alma y espíritu:
recordemos que el alma es el principio vital de un ser, mientras que el término
espíritu se utiliza sólo al hacer referencia al alma humana. El espíritu humano
es el principio vital que trasciende (por medio del conocimiento y del amor el
ser humano se trasciende a sí mismo); es el factor de poder creador de la
persona, formador del ser moral que va más allá de lo natural.19
Este énfasis en la esencia racional no debe hacernos olvidar que, como
fue planteado por Aristóteles, la persona es tanto cuerpo como espíritu. “El
hombre es un ser natural, forma parte de la naturaleza en virtud de su cuerpo,
cuerpo que está dondequiera que él está (…) La naturaleza no es el mal del
hombre: la encarnación no es una caída”.20
Como podemos apreciar, la elaboración de una definición de la persona
humana es tarea compleja, debido a que el hombre sólo define los objetos a su
alrededor y las personas no son objetos, sino sujetos. Su realidad subjetiva, su
naturaleza impredecible y única, así como su capacidad de trascender
cualquier límite impuesto por las palabras, hace imposible una sola definición
que englobe a toda persona. Cada una es diferente, posee diferente
personalidad.
La definición tomista, retomada de la de Boecio, aportó una noción
decisiva de la persona humana; sin embargo, de ella no se intuyen a primera
instancia algunas de las características fundamentales del universo personal,
como es la creatividad, la necesidad de manifestación, la intimidad y su papel
cultural. Es por eso que la mejor forma de comprender a fondo lo que significa
ser persona humana es estudiando aquellas características que definen su vivir
diario, y que le permiten relacionarse e impactar el mundo externo.
19 Cfr. Gran Enciclopedia Rialp. Recuperado el 19 de enero de 2011 de
http://www.canalsocial.net/GER/ficha_GER.asp?id=5703&cat=filosofia 20 MOUNIER, Emmanuel. El personalismo. México: Maica Libreros Editores S.A. de C.V., 2005, p. 25.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
20
1.1.3 Notas características de la persona humana
La dimensión cultural del hombre se fundamenta en las notas definitorias
de la persona, de las cuales se desprende su inherente necesidad de
expresión. “La persona es un ser que se manifiesta, puede mostrarse a sí
misma y mostrar las novedades que tiene, es un ente que habla, que se
expresa, que muestra lo que lleva dentro.”21 Sin embargo, para que el ser
humano se manifieste es necesario la existencia de un mundo interior, un
contenido que expresar, que constituye la primera nota definitoria que
abordaremos.
a) Intimidad
Lo íntimo hace referencia a lo interno de cada persona, a lo privado.
“Tener interioridad, un mundo interior abierto para mí y oculto para los demás,
es intimidad: una apertura hacia adentro”. 22
La intimidad personal es el grado máximo de la inmanencia. Lo
inmanente es todo aquello que se guarda y se queda en el interior. Algunas
operaciones inmanentes son conocer, vivir, leer, observar, percibir,
experimentar, entre otras. Todos los seres vivos poseen un “dentro”, y su
jerarquía depende de los distintos grados de inmanencia que posean. En este
sentido, los animales realizan operaciones más inmanentes que las plantas, y
los seres humanos efectúan operaciones más inmanentes que los animales.
Esta perspectiva es equiparable a la teoría de Aristóteles sobre los tipos y
jerarquía de almas.
La intimidad es “el santuario de lo humano”23; es el lugar interno en
donde se guarda todo aquello a lo que sólo uno mismo tiene acceso. Guarda la
riqueza espiritual de cada ser humano y se nutre día con día de nuevas
experiencias, conocimientos, sueños y percepciones. La intimidad es algo
21 YEPES, Ricardo. Op.cit. pp. 62,63. 22 Idem. 23 Ídem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
21
único, irrepetible, no existen dos iguales y es tan personal que existe un
sentimiento natural que lo protege: el pudor.
“La vergüenza o pudor es el sentimiento que surge cuando vemos
descubierta nuestra intimidad sin nosotros quererlo”.24 La intimidad es algo
privado, que sólo se muestra a aquellas personas cercanas, más no a todo el
mundo, ya que existen cosas de la persona humana que no tienen por qué
hacerse públicas.
En este sentido, de acuerdo con Emmanuel Mounier, “se comprende
que la vida personal esté ligada por naturaleza a un cierto secreto. Las
personas completamente externas, completamente en exhibición, no tienen
secretos, ni densidad, ni segundo plano (…) La reserva en la expresión, la
discreción, es el homenaje que la persona rinde a su infinitud interior”.25
El pudor está directamente relacionado con todo lo que es propio de la
persona y que pertenece a su intimidad: su cuerpo, su ropa, su habitación, sus
conversaciones personales, sus pensamientos y sentimientos más profundos.
Éstos sólo se muestran a quienes tienen nuestra confianza, quienes son
capaces de comprendernos.
Una de las características más importantes de la intimidad personal es
que no es estática. Es un universo hacia adentro, sin límites, siempre en
movimiento y en constante cambio. Es algo vivo, dinámico, como si siempre
estuviera en ebullición, listo para salir a la superficie.
Esta interioridad se enriquece con el exterior y, a su vez, es la que
permite al ser humano dejar una huella en el mundo que le rodea, pues es de
ahí de dónde brota la creatividad.
(…) no sólo es el lugar donde las cosas quedan guardadas para uno
mismo sin que alguien las vea, sino que además es, por así decir, un
24 Íbidem. p. 64. 25 MOUNIER, Emmanuel. Op.cit. p. 63.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
22
dentro que crece, del cuál brotan realidades inéditas, que no estaban
antes: son las cosas que se nos ocurren, planes que ponemos en
práctica, invenciones, etc. Es decir, del carácter de la intimidad surge
también lo creativo.26
Es debido a su mundo interno que el ser humano es capaz de innovar,
de cambiar su alrededor y llenarlo de elementos que antes no estaban: “Lo
propio del hombre es ser algo nuevo y causar lo nuevo”.27 De ahí la
importancia del concepto de intimidad en el arte y en la cultura, huellas de la
intimidad personal en el mundo. Las novedades del refugio interno personal
tienden a salir fuera, lo que significa que la persona tiene otra gran capacidad:
la comunicación.
b) Manifestación
La segunda nota característica de la persona humana es la
comunicación o la manifestación de lo que lleva dentro: “es el mostrarse a sí
misma y a las novedades que nacen de ella”.28 La riqueza interna del ser
humano tiende a brotar fuera, creando un impacto a su alrededor y
enriqueciendo otras interioridades.
La manifestación o comunicación se lleva a cabo mediante el lenguaje,
las acciones y el cuerpo, el cual, recordemos, no es un elemento extrínseco a
la persona, como la ropa, sino forma parte de su propio ser. Sin su cuerpo, la
persona no existe.
Por tanto, el ser humano no puede expresarse al margen de su cuerpo.
“La corporeidad es el modo de hacerse presente la persona entera (cuerpo y
alma) en el mundo y en el tiempo. Es decir, para la persona humana su modo
de vivir es en el cuerpo y a través de su cuerpo”. 29
26 YEPES, Ricardo. Op.cit. p. 62. 27 Ídem. 28 Íbidem. p. 65 29 GARCÍA CUADRADO, Jose Ángel. Op.cit. p. 133.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
23
La expresión de la intimidad personal mediante el cuerpo es evidente en
el rostro humano, que constituye la representación externa de la persona ante
el mundo. La persona manifiesta su intimidad, sus sentimientos y sus deseos
por medio de sus gestos, de su mirada y de su lenguaje corporal en general.
Asimismo, la intimidad personal se manifiesta por medio de acciones
significativas. Un apretón de manos, un abrazo, un saludo con la mano, son
formas de expresión exclusivas de la persona humana y sirven para manifestar
cierto sentir o pensar. “La expresión corporal son formas de expresar lo que
uno lleva dentro”. 30
Otra forma de comunicación propia de la persona humana es el lenguaje
y el diálogo. Expresarse mediante las palabras o sonidos con su prójimo es una
necesidad inherente al ser humano:
(…) hay en el hombre una tendencia a dialogar, a comunicarse, a abrirse
a los demás. El ser persona implica estar relacionado con el establecer
una comunión de aspiraciones y de inquietudes, de sentimientos y de
mutuos servicios. El hombre encerrado en sí, es un hombre sin
perspectiva.31
Es en esta necesidad de comunicación en donde se puede observar que
el ser humano necesita de la vida en sociedad. Por su carácter personal, el
hombre necesita el encuentro con el otro. Sin comunicación, no puede existir
tal encuentro.
La verdadera comunicación se logra cuando alguien recibe la
información. Sólo se puede hablar de diálogo en sentido estricto cuando existe
un emisor y un receptor. De nada serviría la manifestación de la intimidad
personal sin la existencia de otros seres humanos a quienes enriquecer. Es
más, no sería posible el enriquecimiento del propio mundo interior. Sin otras
30 Ibidem. p. 134. 31 Darquea, Hugo. Op.cit. pp.327,328.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
24
personas a quien dirigirse, la comunicación no tiene sentido, pues no hay nada
que decir, y si no hay nada que decir, la intimidad pierde todo sentido.
El mundo interno de la persona humana sólo existe en la medida en que
puede ser manifestado, de lo contrario, pierde su finalidad. De este
razonamiento se concluye que la persona humana tiene riqueza interior para
ofrecerla al mundo y a otros. De nada servirían toda esa creatividad, sueños e
innovaciones si permanecieran escondidos. De esta forma, la persona humana
da y recibe, un proceso que permite su crecimiento interior, espiritual,
emocional e intelectual. El ser humano está orientado al otro, lo que nos lleva a
la siguiente nota característica.
c) Libertad para dar: la persona humana como ser social
El ser humano posee intimidad para comunicarla y ofrecer su riqueza a
otros: es capaz de dar. Esto quiere decir que la persona humana alcanza su
perfección y se realiza cuando “extrae algo de su intimidad y lo entrega a otra
persona como valioso, y ésta lo recibe como suyo”. 32
La persona humana se enriquece y logra su crecimiento espiritual
gracias a lo que recibe de otros y lo que ofrece a otros. Como se mencionó
anteriormente, de nada serviría poseer un mundo interior si no estuviera
encaminado a ofrecerse, a impactar el mundo exterior.
Esta nota característica conlleva otra facultad propia de la persona
humana: la libertad. El hombre es libre para expresarse, así como para dar a
otros una parte de sí mismo, para entregarse. Es dueño de su cuerpo, de sus
actos y de sus propias decisiones; es decir, ejerce su libertad con
responsabilidad.
32 Íbidem. pp. 68,69.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
25
La persona es libre porque es dueña de sus actos y del principio de sus
actos. Al ser dueña de sus actos, también lo es del desarrollo de su vida
y de su destino: elige ambos.33
La persona humana elige darse a los demás, ofrecer su riqueza interna
para, a su vez, lograr su perfeccionamiento. De ahí su necesidad de compartir
su vida con sus semejantes. El ser humano, en este sentido, está llamado a la
entrega, a la donación y el máximo nivel de entrega que existe es el amor. De
ahí que el hombre sea esencialmente un ser social. Su supervivencia y su
crecimiento espiritual no serían posibles sin la presencia de otros seres
humanos, ya que no podría desplegar ni desarrollar sus cualidades en
completa soledad. “El ser humano se asocia para satisfacer sus necesidades
en función de su realización como persona, como integridad”.34 De tal forma
que alcanza su perfección cuando se da a los demás, cuando entrega parte de
su intimidad a otros y recibe una parte de los demás a cambio. El hombre se
perfecciona cuando sirve a su prójimo y al bien común:
En esta línea de la sociabilidad humana, nos enfrentamos a esa
tendencia que hace del hombre un servidor; más aún, compartir sus
bienes y su mismo existir; pero, fundamentalmente, al sentirse y al
saberse comprometido con el destino y la realidad de sus semejantes.35
En resumen, la persona humana está llamada al servicio, posee un
mundo interior que enriquece su entorno externo. Posee intimidad, capacidad
de expresarse y libertad para entregarse y servir.
Es en la libertad en donde se puede observar la supremacía de la
persona humana. Se trata de un ser que tiene cuerpo, pero es mucho más que
su cuerpo. La persona humana trasciende la realidad material, pues goza de
intelecto y voluntad (facultades espirituales), que le permiten tomar decisiones,
controlar sus instintos, conocer y aprender conceptos universales.
33 Ídem. 34 DARQUEA, Hugo. Op.cit. pp.328,329. 35 Íbidem, p.328.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
26
La persona humana es una realidad superior a cualquier otro ser vivo.
Es capaz de amar, así como de practicar valores como la esperanza, la caridad
y la fe. Y es en esta superioridad en donde radica la siguiente nota
característica de la realidad personal.
d) Dignidad personal
La persona humana trasciende la materia, e incluso el tiempo y el espacio.
No importa cuántos años pasen, nunca habrá una persona igual a otra. Es
capaz de conocer lo que no ve, de abstraer conceptos, de reflexionar (pensar
sobre el pensamiento), de amar y de sacrificar su existencia por amor.
La dignidad personal está fundamentada en la naturaleza superior del
hombre. Como se puede inferir, cada persona es un universo entero, cuyo
destino está ligado a todos sus demás semejantes. Es anterior a cualquier ley o
Estado; de hecho, éstos últimos están hechos por la persona y son para la
persona.
El hombre es el sujeto y la causa de las relaciones sociales, no medio ni
mero instrumento; sino base y cúspide de la sociedad humana en todas
sus formas y proyecciones.36
La sociedad es para la persona (para que cada miembro encuentre su
perfeccionamiento y crecimiento espiritual en ella) y no al revés. Para entender
al hombre como ser cultural, se le debe reconocer como principio y fin social.
El ser humano es mucho más que su propia vida. Sin embargo, no se
puede concebir ni reconocer la dignidad de la persona sin la conciencia de la
propia existencia, sin que la persona se conozca a sí misma. Si se adquiere
conciencia de nuestra propia trascendencia, del universo que somos, entonces
se valorará la dignidad del prójimo.
36 KRAMSKY, Carlos. Op.cit. p. 298.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
27
En síntesis, el hombre logra su mayor perfección en su carácter de
persona. La persona humana es única e irrepetible, capaz de dejar una huella
en su exterior gracias a la riqueza interna (intimidad) que posee y que
comunica. Su inteligencia y voluntad (su espíritu) le permiten decidir sobre sus
actos, los cuales están llamados a la entrega y al servicio. La persona humana
es un ser social, su naturaleza sólo alcanza la plenitud en compañía de otros.
Con una noción de la persona humana derivada de sus características
más intrínsecas se puede comprender el concepto de cultura de forma más
completa, ya que es precisamente el ser humano el origen de la misma.
1.2 Aproximación al concepto de cultura
La cultura se caracteriza por ser concebida de distintas formas.
Actualmente, de acuerdo con la cuarta acepción del Diccionario de la Real
Academia Española, cualquier costumbre u acto típico de una población, una
época o grupo social es considerado cultura. Esto genera confusión a la hora
de determinar qué es cultura y qué no lo es. Se habla de “cultura punk”,
“cultura mediática”, “cultura del rock”, “cultura de la muerte”, entre otras.
Elementos como la violencia y la antropofagia son considerados, defendidos y
aceptados como elementos culturales, típicos de ciertos grupos o poblaciones.
Este multiculturalismo proclama la igualdad de todas las “culturas” o
modos de vida, sin que exista una superior a otra. De acuerdo con este
pensamiento relativista, todos los estilos de vida son considerados cultura y
deben ser respetados como tales, no importa cual sea su naturaleza.
Sin embargo, esta acepción tan amplia lejos de ayudar al periodista
cultural crea confusión sobre su objeto de trabajo. ¿Qué es cultura? ¿Qué
manifestaciones humanas se apegan a la definición clásica de cultura y cuáles
no?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
28
El siguiente apartado pretende rescatar del concepto clásico de cultura,
partiendo de sus raíces etimológicas y del concepto de persona humana
analizado anteriormente. Tiene como objetivo, a través de la antropología
filosófica, proporcionar una definición que sirva de marco teórico para la labor
del periodista cultural.
1.2.1 Definición etimológica de cultura
La palabra cultura proviene del latín “col”, el cual hace referencia a la
acción de cultivar, definida en el ámbito de la agricultura como “la acción de dar
a la tierra y a las plantas las labores necesarias para que fructifiquen”.37 Por
analogía, al utilizarlo dentro del ámbito humano, el término cultura significa “la
acción mediante la cual el hombre se ocupa de sí mismo, no quedando en puro
estado natural”.38 En este sentido, el término hace referencia a la acción
mediante la cual el hombre se cultiva a sí mismo para perfeccionarse y para
alcanzar su potencial máximo.
Al ocuparse de sí misma, la persona desarrolla lo propiamente humano,
es decir, aquello que lo diferencia de los otros seres animados: su espíritu,
formado por intelecto y voluntad. La cultura engloba por tanto a todas aquellas
acciones humanas que sublimen y desarrollen el razonamiento, así como el
producto de este desarrollo en el mundo natural y en la sociedad. La cultura
también contempla entonces a las obras humanas, que son resultado del
trabajo intelectual y espiritual del hombre.
Desde el significado etimológico de cultura se puede vislumbrar su
relación estrecha con la esencia de humanidad: “Tanto la cultura como la
educación, pues, no son meras realidades externas al hombre y conformadoras
de su ser “desde fuera”, sino que radican en su misma naturaleza”. 39
37 Real Academia de la Lengua Española. Recuperado el 15 de enero de 2009 de
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=cultivar 38 ALVIRA, Rafael, Reivindicación de la voluntad, EUNSA, Pamplona, 1988.p.141. 39 MIGUENS, Fernando, Fe y cultura en la enseñanza de Juan Pablo II, Ediciones Palabra, Madrid
1994.p.85.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
29
Con esta definición etimológica ya se cuenta con dos premisas
importantes: la cultura es o debiera ser todo aquello que permite el desarrollo
del ser humano y, por tanto, tiene al ser humano como principio y fin.
Asimismo, la cultura engloba a los resultados externos de la actividad
intelectual y creativa del hombre, es decir, a los productos culturales, a las
obras humanas, y al trabajo intelectual que se traduce en ciencias y en
disciplinas.
1.2.2. Concepto de cultura
Como se mencionó en el apartado anterior, la persona humana tiende a
comunicar lo que hay dentro de ella, su intimidad. Mientras que a la
manifestación de este mundo íntimo se le llama comunicación o expresión, “a
la manifestación de la persona en sociedad se le conoce como cultura”. 40
En un sentido más estricto, y tomando como base la definición
etimológica, la cultura es cualquier manifestación humana; es decir, cualquier
manifestación que involucre y desarrolle el espíritu. En otras palabras, la
cultura es la huella que las personas dejan en el mundo exterior como
sociedad, así como la huella que su actividad espiritual deja en ellas mismas.
De ahí que José Ángel García Cuadrado señale que la cultura es un producto a
través del cual el hombre se humaniza a sí mismo y humaniza a la
naturaleza.41
Por medio de la cultura la persona humana añade nuevas formas e
innovaciones al mundo natural, es decir, crea a su vez un mundo artificial, su
propio hábitat. “Lo que define al hombre como ser cultural es esta capacidad de
revestir lo material, mediante una forma añadida, de un significado que procede
del mundo interior y que ordena la obra humana a otra cosa distinta de ella
misma”. 42 El hombre extiende el mundo natural, le añade elementos y les da
40 YEPES, Ricardo. Op.cit. p. 64. 41 Cfr. GARCÍA CUADRADO, Jose Ángel. Op.cit. p. 197. 42 YEPES, Ricardo. Op. cit. p. 244
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
30
un significado nuevo, de ahí que su entorno esté lleno de obras humanas:
edificios, arte, tecnología, etc.
Carlos Llano Cifuentes43 propone una acepción de cultura que
utilizaremos más adelante y que enfatiza precisamente la labor humana sobre
sí mismo y sobre el mundo. De acuerdo con Llano, cultura engloba todo lo que
el hombre piensa sobre él mismo y sobre el mundo (las ciencias exactas,
filosofía, antropología, historia, sociología, entre otras), así como todo aquello
que el hombre hace sobre sí mismo y sobre el mundo (tecnología, arte,
arquitectura, etc.).44 De ahí que incluya a las costumbres, creencias, leyes,
religión y formas de expresión de los grupos y comunidades. Sin embargo,
cabe aclarar que no toda costumbre, hábito o estilo de vida se debe considerar
como cultura, si tomamos en cuenta la definición etimológica y lo analizado
anteriormente.45 Cultura es toda manifestación humana que engrandece las
cualidades y sublima la vocación de servicio y de entrega del hombre. Al
respecto, Juan Pablo II afirma:
La cultura es aquello a través de lo cual el hombre, en cuanto hombre,
se hace más hombre, es más, accede más al ser (…) el hombre vive una
vida verdaderamente humana gracias a la cultura.46
Tras esta breve revisión del término, entendemos por cultura a toda
manifestación humana que desarrolle y exprese el espíritu del hombre (su
inteligencia y voluntad), y que permita la realización del ser, mostrándolo en
todo su esplendor. Cultura es lo que el hombre piense y haga sobre sí mismo y
43 Doctor en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y por la Universidad de
Santo Tomás en Roma. Profesor emérito y fundador del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE) y director editorial de la revista Istmo. Entre sus últimas obras se encuentran: “La amistad en la empresa” y “Dilemas éticos de la empresa contemporánea”. 44 Cfr. LLANO CIFUENTES, Carlos. La formación de la inteligencia, la voluntad y el carácter. México:
Trillas, 1999, p.61. 45 Hemos dicho, la cultura debiera ser todo lo que impulse la perfección del ser humano; sin embargo, no
hay que olvidar que lo cultural es un producto complejo, que surge del hombre mismo y, por tanto, no exento de defectos y excesos. Tal como el ser humano, la cultura siempre será perfectible. Existen manifestaciones, prácticas, costumbres o creencias que no subliman la existencia humana, sino todo lo contrario. Tal es el caso de la tecnocracia, la violencia y todos aquellos actos que no tienen como centro el bien de la persona ni de la sociedad. Estas manifestaciones no se apegan al concepto propuesto en este trabajo, pero sí conllevan un sentido cultural; es decir, son parte de la cultura, pero no debieran serlo. Se trata de problemas culturales que también son de interés para el periodista especializado en esta rama, y que deberán analizarse con miras a una verdadera evolución cultural. 46 Discurso en la sede de la UNESCO, París. 2 VI, 1980.N.7
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
31
el mundo. Es, al mismo tiempo, medio y testimonio del cultivo de la dignidad
personal, el servicio y la vocación de entrega inherente al ser humano. Sólo
aquello que engrandece al hombre es o debiera ser cultura y, por tanto, ya que
el ser humano es un ser eminentemente social, sólo aquello que impulsa el
bien común de la sociedad (el bien de cada uno de sus miembros) puede ser
considerado como cultura. Sin embargo, ¿cuáles son éstas manifestaciones
que perfeccionan a la persona y que le permiten crecer espiritualmente?
¿Cuáles son sus características? Para responder a estas interrogantes, el
apartado siguiente analizará lo que se conoce como acciones o
manifestaciones de la cultura.
1.2.3 Acciones de la cultura
Las acciones de la cultura muestran una visión más clara de la gran
capacidad creadora de la persona humana, la cual, como anteriormente se
mencionó, proviene de ese mundo íntimo que crece en su interior.
Por acciones de la cultura se entiende las características distintivas de las
manifestaciones culturales, que generalmente se dan siempre unidas: acción
comunicativa, productiva y simbólica. Esto quiere decir que cada manifestación
cultural, por lo general, será capaz de comunicar los sentimientos o ideas de
sus creadores (una verdad), será el producto del trabajo del hombre y tendrá,
además, un significado simbólico.
a) Acciones comunicativas
La cultura es en sí misma la manifestación de la intimidad humana, no
obstante, muchas veces se olvida, al ver las obras culturales, que dichos
objetos no son sino la expresión de una verdad vista a través de un persona o
grupo de personas. Se tiende a separar al objeto, al producto cultural, de la
creatividad del autor y del autor mismo.
(…)para entender cabalmente la cultura, es preciso no separarla de sus
autores, pues éste la crea inspirándose en las verdades, valores y fines
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
32
que contempla desde su mundo interior. La cultura, antes de ser obra,
es tarea creadora.47
En este sentido, toda obra o manifestación cultural tiene una dimensión
comunicativa, pues expresa lo que su creador piensa, siente y cree, de
acuerdo con su riqueza interna, sus experiencias y sus costumbres. Al analizar
una obra cultural se puede conocer al autor o autores (en caso de civilizaciones
culturales), y viceversa. “Es importante notar que la cultura no es sólo
expresión de una subjetividad, sino expresión de la verdad vista por una
subjetividad”. 48
La función expresiva y comunicativa de la cultura se deja ver más
claramente en aquellas acciones que el hombre realiza con miras a que, por
medio del espíritu humano, sus sentimientos e ideas puedan ser comprendidos
por otros. Es en estas manifestaciones culturales en donde se perfecciona la
función comunicativa de la cultura, pues la verdad expresada es comprendida
por otras personas al instante en que se lleva a cabo. Estas acciones son:49
1.- Los gestos: Saludar, sonreír, etc.
2.- El lenguaje hablado, el cual es la acción expresiva más importante de la
cultura
3.- Las costumbres y ritos, que no son otra cosa que gestos que se repiten y
que permiten la convivencia humana.
4.- Acciones receptivas, las cuales comprenden la forma en que las personas
se interesan por el mundo que les rodea, la forma de abrirse a él.
5.- Acciones relacionales, las cuales son aquellas acciones comunicativas que
son capaces de establecer una relación interpersonal, como enseñar, cuidar,
engañar, insultar, etc. Están dirigidas a los demás y pueden comunicar un bien
o un mal.
47 YEPES, Ricardo. Op. cit. p. 245 48 Ídem. 49
Cfr. YEPES, Ricardo. Op. cit. p. 246.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
33
b) Acciones productivas
Las manifestaciones culturales también son producto del trabajo del
hombre, el cual, a su vez, le permite desarrollar su creatividad e intelecto.
Como se había mencionado anteriormente, por medio de la cultura el ser
humano es capaz de dejar huellas en el mundo: obras humanas, producto de
su labor. En este sentido, el trabajo humano y su resultado material también
son parte de la cultura:
El trabajo, por tanto, no es sólo la actividad y el movimiento fatigoso
mediante los cuales el hombre satisface sus necesidades, sino también
es su resultado: la organización, transformación y continuación del
medio natural en el que el hombre vive; en definitiva, la mejora del
mundo.50
Las cosas creadas por el hombre son la objetivización de la creatividad
humana, de su trabajo intelectual y físico. Las manifestaciones culturales y
obras humanas, así como poseen una capacidad expresiva y comunicativa,
tienen una dimensión productiva, pues son resultado de la labor humana, la
cual cambia el mundo natural al añadir nuevas realidades y elementos a él. El
hombre toma los elementos naturales y los transforma: la madera de los
árboles la transforma en una silla, en una casa, en instrumentos, etc. Todas
estas adiciones que el hombre hace al mundo comunican una verdad vista
desde una subjetividad (ya sea una persona o un grupo social), pues reflejan
las costumbres, los valores, hábitos, estilos de vida.
De acuerdo con Ricardo Yepes, las principales acciones productivas de
la cultura, cuyo resultado deja huella externa del trabajo del hombre, son:
1.- La técnica: conjunto de instrumentos y de formas que el hombre utiliza para
apropiarse del mundo y habitar en él.
50 YEPES, Ricardo. Op.cit. p. 247
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
34
2.- Objetos simbólicos que reflejan valores morales o religiosos: libros,
monumentos, ornamentos, obras de arte, etc. Es a este grupo de elementos a
los que popularmente se reduce el término de cultura.
3.- El lenguaje comunicativo: refiriéndose a la palabra que se ha depositado en
un soporte más permanente, como es el caso del lenguaje escrito, el lenguaje
cinematográfico, visual, etc.
4.- La transformación de la tierra por medio del dominio de los medios
naturales: agricultura, ingeniería, arquitectura, etc.
5.- La economía (dinero y sistema económico), la cual constituye un añadido
más de la creatividad del hombre a su entorno.
6.- El derecho y el sistema de leyes e instituciones
Todas estas manifestaciones culturales tienen una característica
comunicativa al dejar ver los valores y creencias de sus creadores, así como
una característica productiva, por ser añadidos al mundo natural como
resultado del trabajo humano. No obstante, las manifestaciones culturales
también poseen otra característica importante: su presencia representa todo un
contexto cultural, son símbolos, cuyo significado remite siempre a otra cosa.
c) Acciones simbólicas
Todos los objetos culturales son simbólicos, es decir, remiten a algo distinto
a ellos. Un símbolo se distingue “por el hecho fundamental de ser una imagen
que alude a un objeto ausente, diferente de él mismo”.51 Por ejemplo, un león
que remite al concepto de la valentía, una paloma al concepto de paz, etc.
Las manifestaciones humanas remiten y hacen referencia a realidades
ausentes, además de representar materialmente la inteligencia humana. Por
medio de los símbolos, el hombre hace referencia a realidades ausentes, las
representa, ya sea por que no puede o no desea expresarlas de modo claro.
51 YEPES, Ricardo. Op. cit, p. 250
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
35
Por medio de la función simbólica de la cultura, el ser humano puede
expresar y, de cierta forma, apropiarse de realidades inmateriales. Los
conceptos abstractos como el amor, la esperanza, la fidelidad, la valentía, el
poder, no se pueden poseer de forma material; no obstante, gracias a la
capacidad simbólica de las cosas y de las manifestaciones culturales, el ser
humano puede adueñarse de ellas.
(…) podemos definir a un símbolo como la imagen de una cosa que
hace intuitivamente presente a otra distinta, de modo directo o
imperfecto, no completamente determinado, de manera que empezamos
a poseer de algún modo lo simbolizado. 52
Es así como la flor entre enamorados representa sus afectos, el anillo de
bodas es símbolo de compromiso, la cruz en la religión simboliza el sacrificio,
un diploma (que en verdad sólo es un papel) es símbolo de reconocimiento, y
la entrega de las llaves de una ciudad a un alcalde es símbolo de poder. En
este sentido, los actos simbólicos, frecuentemente, son acompañados de
ceremonias.
La función simbólica de la cultura, o la capacidad de representar aquello
que no está ahí (valores, creencias, costumbres, ideas, etc.), se deja ver más
claramente en tres acciones:53
1.- El arte: actividad que pretende materializar el concepto abstracto de la
belleza.
2.- El juego: representación de una situación que no es real.
3.- La magia: actividad que consiste en “dominar y poseer una realidad
ausente, por medio de una palabra, un signo o una acción que capturan esa
realidad y la ponen a disposición del „mago‟”.
En las tres anteriores manifestaciones culturales se deja ver una
intención de apropiarse de lo que no está presente, además de dejar claro otra
52 Íbidem. p. 251 53 Íbidem. p. 252
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
36
característica cultural que se deriva de la simbólica: la función convencional e
histórica.
Los objetos culturales son simbólicos porque remiten a otra realidad
ausente; no obstante, para que puedan hacerlo es necesario que exista una
convención entre los miembros de una comunidad sobre el significado de los
símbolos. El león en realidad no tiene nada que ver con la valentía: es producto
de un acuerdo social. Es el hombre quien le adjudicó dicho significado, y lo
comparte con sus semejantes por medio de una convención que está sujeta a
cambios históricos y de pensamiento.
1.3 La dimensión cultural del hombre
Como se mencionó anteriormente, la cultura es tanto el desarrollo del
espíritu humano, como su expresión y manifestación en el mundo. El hombre
es tanto creador de la cultura como receptor de los efectos de la misma. De
aquí que se pueda hablar de dos tipos, dimensiones o perspectivas de la
cultura: dimensión objetiva y subjetiva.
1.3.1 Dimensión objetiva de la cultura
La cultura en sentido objetivo comprende las objetivaciones del espíritu
humano, las cuales “son los productos elaborados por el hombre, expresión de
la racionalidad y libertad del mismo: las obras de arte, la producción literaria,
las instituciones jurídicas o educativas, el lenguaje, los avances tecnológicos,
etc.” 54
La dimensión objetiva cultural contempla los objetos producidos por el
hombre, producto de su inteligencia y voluntad. En este sentido, el hombre
añade elementos a su entorno, artificios, que le permiten adueñarse y
enriquecer el mundo que le rodea y crear su propio hábitat. Las producciones
54 GARCÍA CUADRADO, Jose Ángel. Op. cit. p. 196.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
37
humanas “no son algo separado y ajeno a la naturaleza, sino una continuación
de ella”.55
Como se mencionó anteriormente, la cultura objetiva, las obras humanas,
no pueden ser separadas de su creador, quien vivió en un tiempo y espacio
específicos. Los objetos culturales, por tanto, no serán iguales en toda época o
lugar.
Las realizaciones concretas dependen de los condicionamientos
históricos, geográficos, religiosos, etc., de tal manera que obtendremos
diversas expresiones culturales propias de la racionalidad y
espiritualidad humanas.56
El sentido objetivo de la cultura, aun cuando haga referencia a los objetos
materiales y concretos, producto de la manifestación humana, no puede ser
separado del sujeto, es decir, de su dimensión subjetiva.
1.3.2 Dimensión subjetiva de la cultura
La cultura subjetiva es el desarrollo del espíritu humano, su crecimiento
personal, mediante el ejercicio de la inteligencia y la libertad: “La cultura en
sentido subjetivo hace referencia, por tanto, al desarrollo intelectual y moral de
la persona humana.” 57
Lo subjetivo hace referencia a la dimensión del sujeto: el protagonista del
proceso del conocimiento. La dimensión subjetiva de la cultura se refiere al
cultivo y perfeccionamiento de las facultades humanas, el cual a su vez es
resultado de su manifestación y ejercicio en el mundo. Cabe recordar que el
espíritu de la persona humana se enriquece con su exterior, así como el
exterior se enriquece por la creatividad interna. De ahí que la cultura subjetiva
no pueda separarse de la objetiva, ambas son interdependientes y se
55 YEPES, Ricardo. Op. cit. p. 244. 56 GARCÍA CUADRADO, Jose Ángel. Op.cit. p. 196 57 Ídem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
38
enriquecen una a otra. El ser humano se perfecciona al poner en práctica su
razonamiento y libertad mediante el trabajo (cultura subjetiva); dicha labor deja
una huella externa, un producto laboral en su entorno (cultura objetiva), el cual,
a su vez, además de enriquecer al mundo externo, impacta de nuevo en el
espíritu de su creador y de sus semejantes (cultura subjetiva).
En síntesis, se puede afirmar que la cultura está, o debiera estar, al servicio
del desarrollo humano:
Si relacionamos los aspectos subjetivos y objetivos de la cultura,
comprobaremos que se da una estrecha correspondencia entre ellos,
pues la finalidad de la cultura objetiva es la cultura subjetiva. El hombre
cultiva y humaniza el mundo para cultivarse y humanizarse a sí mismo;
cultura significa humanización del hombre y del mundo.58
Expuesto lo anterior, podemos señalar que es un error reducir el término
de cultura únicamente a los objetos culturales, o viceversa, a los conocimientos
teóricos. Cuando se olvida la dimensión subjetiva de la cultura se produce una
“despersonalización” de la misma, y cuando se olvida la parte objetiva, se le
reduce a pura “erudición”.
La cultura, por tanto, debe estar al servicio del hombre, pues no es más
que el conjunto de manifestaciones sociales del espíritu que le permiten al ser
humano expresarse, entregarse al prójimo, crear su hábitat y desarrollar sus
propias capacidades al sacar de sí su riqueza interior.
Al estudiar la cultura, es importante no olvidar ambas dimensiones o
perspectivas de la misma, las cuales permitirán a los periodistas culturales
analizar ambos lados a la hora de contemplar un fenómeno cultural. En este
sentido, podrá preguntarse, ¿es este fenómeno una expresión del espíritu
humano? ¿Está al servicio de la perfección del hombre?
58 CRUZ CRUZ, J.,Intelecto y razón. Las coordenadas del pensamiento clásico, EUNSA, Pamplona,
España, 1998, p. 266.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
39
Cabe subrayar que si se separa la cultura objetiva de la subjetiva se
puede caer en la tecnocracia. Los efectos de este reduccionismo del término
de cultura ya se dejan ver en la sociedad actual:
La pérdida del afecto a la profunda espiritualidad de la persona, ha
conducido a la crisis de la familia y de la sociedad. Nuestra cultura
objetiva es más rica que nunca, pero nuestra cultura subjetiva parece
sufrir una profunda indigencia.59
Con base en lo expuesto, reafirmamos que la persona humana posee
una riqueza íntima (interior) que es capaz de innovar y de transformar la
realidad exterior. Está llamada a manifestar lo que lleva dentro, y alcanza su
plenitud cuando ejerce su libertad de dar y entregarse al servicio de los demás.
La persona humana se realiza cuando saca de sí la creatividad que lleva
dentro para ofrecerla a su prójimo y al mundo que le rodea.
La cultura, en este sentido, es la manifestación de la riqueza espiritual
humana en la sociedad. Es el cultivo del hombre y el resultado de ese cultivo
en el mundo externo: la huella del ser humano en el mundo y en el hombre
mismo. La verdadera cultura, al estar encaminada a servir a la perfección del
hombre, le permite a éste alcanzar su vocación de entrega.
Es importante evitar reducir el término de cultura a sólo las obras
humanas o los puros conocimientos teóricos, porque el ser humano es tanto
creador y promotor de la cultura como el fin de la misma.
59 ALVIRA, Rafael. Op. cit. p.147.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
40
Capítulo II. El periodismo especializado en cultura
Introducción
En este capítulo abordaremos en primera instancia el concepto de
periodismo. Para ello, revisaremos cuál es su naturaleza, objeto de estudio y,
primordialmente, su finalidad. De esta forma, pretendemos alejarnos de las
acepciones que conciben al periodismo como una práctica neutral, al margen
de las necesidades sociales. Asimismo, definiremos los factores de interés
periodísticos relacionados con la información cultural.
Posteriormente, para comprender las características esenciales del
periodismo especializado en cultura, profundizaremos en las notas definitorias
de la especialización periodística. Además, trataremos de arrojar luz sobre la
función social del periodismo especializado y expondremos su estrecha
relación con el periodismo de investigación.
Finalmente, con base en los conceptos antropológicos- filosóficos del
capítulo anterior, nos aproximaremos a una definición de periodismo
especializado en cultura. Nuestro objetivo es ahondar en el campo de acción
del periodista cultural y proponer una guía conceptual, capaz de abrir nuevos
horizontes temáticos al periodismo cultural, que le permitan hacerlo más
competitivo dentro de las exigencias de la Sociedad de la Información, útil en la
difusión de los hechos culturales que promueven el desarrollo de la persona
humana, y crítico con aquellos elementos dentro de la cultura que no lo hacen.
2.1 Aproximación al concepto de periodismo: el problema de la
objetividad
Para entender cabalmente lo que es el periodismo cultural nos daremos
primero a la tarea de definir qué se entiende por periodismo: cuál es su
naturaleza, su objeto, su finalidad y su resultado práctico. Asimismo,
abordaremos aquellos valores periodísticos que permiten optimizar su
realización, a fin de contribuir al bien común.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
41
Son muchos los autores que se han aventurado a formular un concepto de
periodismo. Una de las primeras definiciones de periodismo la ofreció el filósofo
alemán Georg Hamann en 1777. De acuerdo con él, el periodismo es la
“narración de los acontecimientos más recientes y más dignos de recordar,
impresos sin orden y coherencia especial”.60 En México, una de las primeras
definiciones de las que se tiene registro fue la de Juan Francisco de Sahagún
de Arévalo y Ladrón de Guevara, editor del periódico Gaceta de México a
finales del siglo XVIII, para quien el periodismo era “el nuevo arte, la industria
de divertir el ingenio en lo mismo que utiliza leyendo y llenando de erudición a
los curiosos”. 61
Muchas otras definiciones hacen referencia al periodismo como un oficio
amante de la verdad. La periodista mexicana Sara Moirón enfatiza a la verdad
como una cualidad periodística inherente: “El periodismo es un oficio, pero
también es una pasión que se retroalimenta con un afán por conocer la
verdad”.62 Por su parte, la Real Academia Española define a la labor
periodística como la “capacitación o tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico,
de la información en cualquiera de sus formas y variedades”.63 Cabe señalar
que existen organizaciones que se concentran más en la función social
periodística. Al respecto, la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felpa),
en su Código Latinoamericano de Ética Periodística, artículo 1, establece que:
“El periodismo debe ser un servicio de interés colectivo, con funciones
eminentemente sociales dirigidas al desarrollo integral del individuo y de la
comunidad. El periodista debe participar activamente en la transformación
social orientada al perfeccionamiento democrático de la sociedad, y consagrar
su consciencia y quehacer profesional a promover el respeto a las libertades y
a los derechos humanos”. 64
60 RIVADENEIRA PRADA, Raúl. Periodismo. La teoría general de los sistemas y la ciencia de la
comunicación. México D.F.: Trillas, 1977. pp. 17, 18. 61 Cfr. MUSACCHIO, Humberto. Historia del periodismo cultural en México. México D.F.: Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes, 2007, p. 21. 62 MOIRÓN, Sara. Cómo acercarse al periodismo. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes,
1994, p. 10. 63 Real Academia de la Lengua Española. Recuperado el 3 de agosto de 2009 de
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=periodismo. 64 PÉREZ FUENTES, Juan Carlos. Ética periodística. Principios, códigos deontológicos y normas
complementarias. Universidad del País Vasco, 2004, p. 31.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
42
Son tantas las definiciones que existen de periodismo que podría parecer
que en verdad no importa cuál se elija como base conceptual. Sin embargo,
una inadecuada acepción de lo que constituye el verdadero trabajo periodístico
deriva en una desnaturalización del mismo, en contenidos de mala cantidad y,
finalmente, en el relativismo. El concepto de periodismo lleva intrínseco la
necesidad de luchar por la verdad, de referir los hechos tal como son, de ser
objetivo. No obstante, una concepción equivocada de lo que constituye la
verdadera objetividad puede convertir al periodista en simple máquina para
“levantar acta” del acontecer actual, en un espejo social que refleje
absolutamente todo, sin objetivo alguno, aun cuando la información no traiga
consigo beneficios sociales, como la solidaridad y el conocimiento.
De acuerdo con Gabriel Galdón65, actualmente el paradigma dominante en
los medios informativos es aquél de la “idolatría de la realidad y de la
objetividad”, en el cual los periodistas, en su afán de ser objetivos, se limitan a
describir hechos de forma fragmentada, tal y como ocurrieron, sin contexto u
objetivo social alguno. Una de las principales causas de la “situación
desinformativa” en que vivimos en la actualidad, como así la llama Galdón, es
precisamente la falsa idea de la neutralidad informativa, la cual, a final de
cuentas, resulta igual o más tendenciosa que aquél periodismo en donde la
subjetividad del profesional se ve reflejada. 66
El concepto de objetividad es uno de los más discutidos en el ámbito
periodístico. En su afán por encontrar la verdad, los periodistas intentan
despojarse de su subjetividad, de sus prejuicios, ideologías, carencias e
intereses personales; es decir, intentan ser objetivos al relatar simplemente los
hechos tal y cómo sucedieron. Sin embargo, una malinterpretación o
extremismo del concepto de lo que es ser objetivo sucede cuando “la
objetividad se define en oposición a la subjetividad, lo que viene a ser un gran
65 Gabriel Galdón es Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra. Actualmente es
profesor agregado de Teoría de la Comunicación y de la Información en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Pablo-CEU. 66 Cfr. GALDÓN, Gabriel. De la objetividad a la prudencia. Hacia un paradigma informativo humanista.
Comunicación y Hombre. (2): 43- 53, 2006, p.46. 66 Íbidem. p. 47.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
43
error, pues aquella surge no para evitarla, sino más bien para reconocer su
condición de inevitable. Su verdadero significado está ligado a la idea de que
los hechos se construyeron de forma tan compleja que no podemos rendirles
culto como expresión absoluta de la realidad”.67 Por ello, el periodista debe
aceptar que no es posible dejar de lado por completo su subjetividad, puesto
que es un sujeto que mira y analiza los hechos desde sus propios ojos, desde
su punto de vista. Lo que debe de hacer es encontrar las herramientas y las
técnicas más objetivas posibles para realizar su trabajo: “es el método lo que
debería ser objetivo, no el periodista”. 68
2.1.1 Revalorización del concepto de periodismo desde una perspectiva
humanista
Como mencionamos en el apartado anterior, ante el creciente
relativismo derivado del paradigma periodístico objetivista, es necesaria una
revaloración de la finalidad del periodismo, así como de su naturaleza y de su
vocación de servicio al bien común. Dicha revaloración es evidente en la
concepción humanista de Galdón, en la cual nos basaremos para profundizar
en lo que constituye la actividad periodística.
De acuerdo con Galdón, el periodismo es “un saber prudencial que consiste
en la comunicación adecuada del saber sobre las realidades humanas actuales
que a los ciudadanos les es útil para actuar libre y solidariamente”.69 En esta
definición nos es posible vislumbrar la naturaleza específica, el objeto, y la
finalidad de la actividad periodística, los cuales conforman la totalidad del
concepto.
Por un lado, Galdón deja ver en su definición que el periodismo, primero
que nada, es un saber de naturaleza prudencial. En este sentido, la prudencia
es “el hilo conductor” que rige y unifica las distintas y heterogéneas funciones y
67 PENA DE OLIVERIA, Felipe. Teoría del periodismo. Sevilla: Comunicación Social, ediciones y
publicaciones, 2006, pp. 53, 54. 68 Íbidem. p. 55. 69 GALDÓN, Gabriel. Teoría y práctica de la documentación informativa. España: Ariel S.A.,
2002, p. 19.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
44
actividades periodísticas. La prudencia es la cualidad de la cual se derivan
todas aquellas virtudes, cognoscitivas y morales, que permiten a un periodista
encaminarse a la verdad y al bien social. 70
Asimismo, la prudencia conlleva la capacidad de previsión: un conocimiento
anticipado del futuro que se basa, a su vez, en el conocimiento adecuado del
pasado y del presente, y que da como resultado juicios mesurados, sentido
crítico y capacidad de discernimiento.71 De ahí que la prudencia sea la virtud
que da razón cabal de la naturaleza del periodismo, pues está encaminada y
fundamentada en la verdad. “Parece claro, por tanto, que la prudencia es la
cualidad inherente, natural, del periodismo en sus dimensiones cognoscitivas
de la realidad; en su tarea primigenia de conocer la verdad concreta”. 72
Además, la prudencia exige el conocimiento de la verdad para actuar. Es
por ello que este valor es la unión entre el desarrollo cognoscitivo y la
formación moral del periodista: un comportamiento fundamentado en la
prudencia siempre estará encaminado hacia el bien y la verdad, por ser ésta la
madre de todas las demás virtudes.73 Galdón reconoce el papel esencial de la
prudencia no sólo en el desarrollo de valores cognoscitivos, sino en el de
valores morales:
(…) cabe añadir que al ser esta virtud la unión o nexo entre las virtudes
intelectuales y las morales y, más aún, la principal de las morales y rectora
del resto, explica en su totalidad la unión entre verdad y bien en el
periodismo, y es el fundamento del sentido ético del periodista.74
70 Cfr. GALDÓN, Gabriel. Teoría y práctica de la documentación informativa. Op. cit. pp. 16, 17. 71 En el libro anteriormente citado, Gabriel Galdón proporciona una definición de prudencia que abarca
tres conceptos: prognoia (preconocimiento del futuro), frónesis (pensamiento o juicio maduro) y diácrisis (capacidad de discernimiento o discreción). De acuerdo con el autor, la prudencia es una sabiduría práctica, la cual tiene como objeto el conocimiento de la realidad. 72 Íbidem. p. 15. 73 En La vida lograda (2002, p. 131), Alejandro Llano afirma que la prudencia es la conexión de todas las
demás “excelencias” o virtudes. Sin esta conexión, el ser humano no podría practicar otros valores como la fortaleza, la valentía, la templanza o la justicia, ya que las virtudes no pueden estar aisladas unas de otras. De acuerdo con Llano, no es posible ser fuerte, sin ser templado; no es posible ser templado, sin ser sobrio, y no es posible desarrollar ningún valor sin ser prudente. De la prudencia depende la virtuosidad del ser humano. 74 GALDÓN, Gabriel. Teoría y práctica de la documentación informativa. p. 17
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
45
En conclusión, la naturaleza del periodismo no es la de la ciencia (ya que
no es una actividad meramente especulativa), ni la del arte (ya que no es una
actividad meramente técnica), sino la de un saber práctico de índole
prudencial. 75
Una vez expuesto el papel que juega la prudencia en el quehacer
periodístico, ahora analizaremos su objeto y su finalidad, que también se dejan
ver en la definición propuesta por Galdón. De acuerdo con la concepción
presentada anteriormente, el objeto del periodismo lo constituyen las
realidades humanas actuales, para lo cual es necesario tener verdadero
conocimiento sobre el presente.
Al respecto, el periodista Manuel Buendía afirma que el periodismo “no nos
permite vivir de „lo que fue‟, „de lo que el viento se llevó‟. Al contrario: nos obliga
a vivir para lo que es”.76 Sin embargo, como Galdón señala, para poseer
verdadero conocimiento del presente (y anticipar el futuro) “debemos tener en
cuenta que la episteme tiene relación con el pasado y, por tanto, con la
memoria. El verdadero saber es el que está fundamentado”.77 De ahí que el
periodismo esté estrechamente relacionado con la historia, con la investigación
y con la documentación.
En este sentido, el célebre periodista Ryszard Kapúscínski78 afirma que el
quehacer periodístico es “estudiar la historia en el momento mismo de su
desarrollo”.79 De acuerdo con el escritor polaco, el periodista está llamado a
indagar, a explorar y describir la historia en el momento en que sucede, para lo
cual necesita investigar las causas de los hechos y su vinculación con el
pasado:
75 Cfr. GALDÓN, Gabriel. Op. cit. p. 18. 76 BUENDÍA, Manuel. Ejercicio periodístico. México: Fundación Manuel Buendía, 1996, p. 25. 77 GALDÓN, Gabriel. Teoría y práctica de la documentación informativa. Op. cit. p.19. 78 Escritor y periodista polaco, considerado como uno de los mejores reporteros del siglo XX. Estudió
Historia y Arte en la Universidad de Varsovia, aun cuando se dedicaría al periodismo toda su vida. Durante su trabajo como reportero para la agencia de noticias Polish Press cubrió 17 revoluciones y procesos de descolonización entre los años de 1951 y 1981. Se convirtió en el autor polaco más traducido en el extranjero, con más de 20 libros publicados, entre los que se encuentran: El Emperador, El Sha, El Imperio, Ébano, La guerra del fútbol, Los cínicos no sirven para este oficio, Los cincos sentidos del periodista, entre otros. Fue acreedor al Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2003. 79 KAPÚSCÍNSKI, Ryszard. Los cínicos no sirven para este oficio. Barcelona: Anagrama, 2002, p. 58.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
46
El buen y mal periodismo se diferencian fácilmente: en el buen periodismo,
además de la descripción de un acontecimiento, tienes también la
explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio,
encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al
contexto histórico. 80
De acuerdo con lo anterior, una completa comprensión de las realidades
humanas sólo es posible gracias a la buena documentación, y un buen trabajo
documental depende del manejo adecuado de las fuentes informativas. “De ahí
que el proceso informativo no comience en la elaboración de la información,
sino en la labor intelectual de valoración, comprobación y estudio de las
fuentes que sirva para adquirir y fundamentar ese saber sobre la realidad que
se pretende comunicar y que en todas las fases del proceso informativo haya
que recurrir, de una u otra forma, al acervo documental”.81
Una vez que hemos ubicado a las realidades humanas como el objeto del
periodismo, así como a los procesos y cualidades periodísticas esenciales que
deben estar presentes para saber interpretarlas (sentido histórico y
documental), nos daremos a la tarea de profundizar en la finalidad periodística.
Cabe mencionar que son precisamente la naturaleza prudencial, así como la
documentación de las realidades humanas lo que permite al periodismo
alcanzar su verdadero fin.
De acuerdo con Carlos L. Wagner, el periodismo tiene como “propósitos
ineludibles informar, orientar y divertir”.82 Según esta premisa, el periodismo no
sólo da a conocer los hechos acontecidos, sino que, mediante un análisis y la
explicación de la información, logra orientar y deleitar al público. En esta
concepción de la función periodística podemos observar la importancia del
público y de los receptores: no se trata sólo de transmitir hechos, sino de lograr
un impacto en las personas con la transmisión de dicha información. ¿Qué tipo
80 Ídem. 81 GALDÓN, Gabriel. Teoría y práctica de la documentación informativa. p. 21. 82 ECHEAGARAY WAGNER, Carlos. Déjame que te cuente. Los géneros periodísticos y su ética
profesional. Editorial Trillas S.A. de C.V.: México, D.F., 2000, p. 16.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
47
de impacto? De acuerdo con Galdón, el periodismo tiene como finalidad
“comunicar adecuadamente las realidades humanas actuales que a los
ciudadanos les es útil para actuar libre y solidariamente”. 83
Para que dicha finalidad informativa pueda cumplirse debemos tomar en
consideración dos condiciones. La primera es que el medio informativo esté
consciente de dicha finalidad, “que sepa que su finalidad no es, por ejemplo,
servir a los diversos grupos o instancias que tienen poder en general, ni a tal o
cual grupo político, económico o de presión en particular, sino que debe servir
a los ciudadanos, a la entera sociedad”. 84
La segunda condición es que la información a comunicar sea relevante y de
utilidad para el público. Al respecto, Galdón señala:
Se requiere que lo que se comunique públicamente sea necesario o útil a
los ciudadanos. No basta que algo sea verdadero para ser comunicado
públicamente. Tiene que ser algo que, amén de verdadero, sea útil,
pertenezca a la esfera pública (y por tanto nada de lo íntimo o lo privado,
salvo por razones muy justificadas deba conocerse, es objeto del
Periodismo) y aporte verdadero conocimiento.85
El periodismo necesita de la presencia de destinatarios, pues conlleva
un diálogo implícito: para que se realice efectivamente es necesaria la
existencia de personas que utilicen, se interesen y se vean favorecidos por el
contenido y conocimiento que se transmite. Sin receptores, el periodismo no
tendría sentido. De ahí la importancia de que los lectores y la audiencia
comprendan la información que se les ofrece. Al respecto, Manuel Buendía
afirma que es fundamental respetar la inteligencia del lector. Para este
periodista, es esencial escribir con sencillez para que la información llegue al
83 GALDÓN, Gabriel. Teoría y práctica de la documentación informativa. p. 19. 84 GALDÓN, Gabriel. De la objetividad a la prudencia. Hacia un paradigma informativo humanista. p.46. 84 Íbidem. p. 47. 85 Ídem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
48
campesino y al obrero, lo mismo que al empleado y al político, sin necesidad de
utilizar lenguaje vulgar, innoble o torpe. 86
Por tanto, si tomamos como referencia la concepción de Galdón
podemos afirmar que la esencia del periodismo es dejar un impacto positivo en
los ciudadanos, además de proporcionarles las herramientas que potencien su
libertad y solidaridad. El periodismo no es tal si no deja una huella en el
público. Es por esto que Kapúscinski establece que “el verdadero periodismo
es intencional, a saber, aquél que se fija un objetivo y que intenta provocar
algún tipo de cambio”.87
En síntesis, el periodismo comunica, bajo la luz de la prudencia, las
realidades humanas actuales para impulsar la libertad y la solidaridad del
hombre. La actividad periodística debe ser útil y proporcionar lo necesario para
que las personas comprendan y se formen un criterio propio sobre lo que
acontece en su entorno. Su fin, entonces, es la persona humana.
2.1.2 Definición de información periodística
Como ya se mencionó, el periodismo es una actividad humana destinada a
ofrecer información de interés público, que proporcione a los ciudadanos
herramientas útiles para la toma de decisiones libre y solidaria. Esta actividad
da como resultado lo que se conoce como información periodística.
De esta forma, Galdón define la información periodística como “un saber
sobre las realidades humanas actuales con proyección e interés social,
compartido por periodistas y ciudadanos, mediante el diálogo sobre textos
elaborados por aquéllos y difundidos por los medios de comunicación.” 88 Es
decir, mientras que el periodismo se refiere a la acción, la información
periodística constituye su contenido y su resultado práctico, el cual, necesita de
la existencia de receptores a quien dirigirse, así como de los medios oportunos
86 Cfr. BUENDÍA, Manuel. Op. cit. p. 33. 87 KAPÚSCINSKI, Ryszard. Op. cit. p. 38. 88 GALDÓN, Gabriel, et al. “Información, desinformación y manipulación”. En GALDÓN, Gabriel (coord.).
Introducción a la comunicación y a la información. Barcelona: Editorial Ariel S.A., 2001, p. 47.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
49
para transmitirse. Asimismo, la información periodística debe ser clara,
verdadera y relevante. Para Galdón, el contenido o conocimiento que es
fragmentario, superficial, distorsionado, falso o irrelevante no se le puede
llamar información periodística, sino desinformación.
En conclusión, la información periodística debe estar fundamentada en la
verdad y ser, sobre todo, de interés público y social. Al respecto, el periodista
mexicano Carlos Marín señala que el interés público abarca dos dimensiones:
lo que le interesa a la gente y lo que debe interesarle. Estas dos dimensiones
deben estar idealmente incluidas en una fórmula que no elija entre una u otra,
sino que las reconcilie, las complemente y enriquezca. 89
Marín subraya que usualmente existe una disyuntiva entre ofrecer a la
gente la información que quiere o la que necesita. La forma en que se resuelve
este problema depende de la formación de los periodistas, así como de la
política editorial de cada medio. No obstante, aun cuando es una decisión en
gran parte subjetiva, existen factores que permiten el ejercicio periodístico lo
más objetivamente posible90; sin caer en la falsa “neutralidad” característica de
un periodismo que sólo transmite datos y declaraciones irrelevantes y
descontextualizadas que no ayudan al bien común. En este caso, la verdadera
objetividad reside en resolver la disyuntiva entre lo que el público desea saber
y lo que necesita saber, siempre con la finalidad periodística en mente.
Para cumplir con este cometido existen ciertos indicadores periodísticos
que explican el por qué una noticia es más relevante que otra o tiene más
impacto en los ciudadanos. Se trata de los factores de interés periodístico, los
cuales hacen más fácil la selección de la información a transmitir, así como la
determinación de la forma y el enfoque desde el cual transmitirla.
89 Cfr. MARÍN, Carlos. Manual de periodismo. Grijalbo: México, 2003, pp. 44-48. 90 Cfr. MARÍN, Carlos. Manual de periodismo. Op. cit. p. 51.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
50
2.1.3 Factores de interés periodístico
Los factores de interés periodístico son valores que miden el alcance de
los sucesos. “Hacen posible aplicar un criterio selectivo –determinar lo más
importante de cada acontecimiento- y resolver de forma periodísticamente
acertada el problema de la subjetividad que plantean todos los sucesos de
interés colectivo”.91 Wagner, en su libro Déjame que te cuente. Los géneros
periodísticos y su ética profesional, los define como aquellos “detalles que
provocan que un acontecimiento cualquiera se convierta en noticia de interés
para los medios de información”.92 Dichos detalles permiten a los periodistas y
medios de comunicación ser menos subjetivos a la hora de elegir la
información que los destinatarios necesitan y desean saber: aquella
verdaderamente útil, es decir, la verdadera información periodística.
Además, los factores de interés ayudan a detectar el lado y enfoque
periodístico de los hechos, lo cual permite determinar la mejor forma y el mejor
punto de vista desde el cual abordarlos. “La consideración de estos factores
regula, en beneficio de la objetividad a que debe aspirarse, el ángulo, el
despliegue, los tiempos, la extensión de los asuntos que se quiere difundir. Con
la práctica, lo que hace periodístico a un suceso se detecta casi por reflejo”.93
De esta forma, en su Manual de periodismo, Carlos Marín identifica y
define a los factores de interés periodístico más comunes:
1.- Actualidad: se refiere a que el hecho debe ser reciente, actual,
nuevo, desconocido y con relevancia social. La actualidad periodística
hace referencia al momento en que el suceso se da a conocer y no al
instante en el que éste ocurre.
2.- Conflicto: se refiere a la lucha de contrarios, la cual es explotada por
los medios de comunicación sensacionalistas o amarillistas. Ejemplos:
enfrentamientos, guerras, peleas, entre otros.
91 Íbidem. p. 47. 92 ECHEAGARAY WAGNER, Carlos. Op. cit. p. 20. 93 MARIN, Carlos. Op. cit. p. 51.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
51
3.- Expectación: este factor hace referencia a los acontecimientos que
se prolongan por varios años, meses o días, los cuales mantienen el
interés y las expectativas del público. Ejemplos: proceso electoral,
guerras, desastres naturales, entre otros.
4.- Hallazgo: es el descubrimiento o la localización de cualquier persona,
animal o cosa extraordinarios. Ejemplos de este tipo de factor de interés
periodístico son el hallazgo de un secuestrado, de un sobreviviente de
alguna catástrofe, entre otros.
5.- Humorismo: resalta un aspecto curioso y entretenido de un suceso.
Puede convertir cualquier hecho en un asunto periodístico y sirve para
“refrescar” el consumo de información.
6.- Hazaña: se refiere a lo que un hombre, un grupo de personas o un
animal realizan, y que se encuentra por encima de lo que sus
semejantes podrían hacer.
7.- Magnitud: las noticias con valor periodístico de magnitud son
aquellas cuya importancia reside en que ofrecen al público cifras,
estadísticas o proporciones, a fin de dar una idea sobre el alcance de
cierto fenómeno
8.- Prominencia: se refiere al carácter relevante que poseen algunas
personas, lugares, animales o cosas. Existen tres tipos de prominencia:
de personas (“personas noticia”) de lugar y de animales o cosas.
9.- Progreso: son los adelantos en el conocimiento, la tecnología o la
ciencia.
10.- Proximidad: se refiere a la cercanía, tanto física como mental, que
algunos sucesos tienen con respecto a los habitantes de una población.
Física, cuando los hechos se relacionan con personas, objetos o lugares
cercanos. Mental, cuando los hechos son cercanos en el ánimo de las
personas.
11.-Rareza: engloba lo imprevisible, lo extraordinario y lo que se aparta
de la rutina diaria.
12.- Trascendencia: se refiere a la repercusión que ciertos hechos tienen
en una población o sociedad entera, al afectar de forma importante su
porvenir.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
52
13.- Múltiple: los hechos pueden presentar varios factores de interés
periodístico combinados.
A esta lista de factores de interés, Carlos L. Wagner añade los
siguientes:
14.- Transgresiones a la ley: aquellos acontecimientos abordados por lo
regular en la nota roja.
15.- Humano o emotivo: se refiere a los acontecimientos que mueven al
corazón y apelan a los sentimientos de la gente: amor, alegría, tristeza,
pena, entre otros.
De acuerdo con Wagner, “la importancia de la noticia es relativa y es
directamente proporcional a los factores de interés que la producen o la
convierten en tal”.94 El periodista encuentra en estos valores la guía necesaria
para identificar los hechos relevantes y el aspecto más importante de dichos
acontecimientos. Con dichos factores, el periodismo se vuelve verdaderamente
objetivo: ofrece lo verdaderamente útil, (lo que el público desea y también lo
que necesita saber) sin importar los intereses y opiniones particulares.
2.2 Periodismo especializado: puente entre conocimiento y
sociedad
Una vez que hemos definido al periodismo, así como a los factores que
permiten su ejercicio objetivo y adecuado, abordaremos el concepto de
periodismo especializado, así como sus características, causas, objetivos y
relación con la responsabilidad social y la crisis de credibilidad que enfrentan
ahora los medios de comunicación. Esto con miras a profundizar
posteriormente en el quehacer periodístico de corte cultural. Cabe recordar que
para efectos de este trabajo es importante profundizar en las notas
características del periodismo especializado, pues éstas nos ayudarán a
configurar posteriormente el perfil del periodista especializado en cultura.
94 ECHEAGARAY WAGNER, Carlos. Op. cit. p. 21.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
53
Actualmente existe un debate sobre la definición de lo que algunos
autores llaman periodismo especializado y lo que otros rotulan bajo el término
de Información Periodística especializada (IPE).95 Son varios los conceptos que
los académicos en Ciencias de la Información han propuesto para referirse a la
especialización periodística; sin embargo, coinciden en cuanto al punto de
partida: el surgimiento de nuevos métodos de hacer periodismo y de
profesionales de la comunicación especializados responde a la necesidad de
enfrentar los nuevos retos de la Sociedad de la Información. “El PE (periodismo
especializado) intenta dar respuesta a los retos informativos planteados por la
sociedad libre, democrática y moderna. Es decir, en un mundo muy complejo,
tremendamente interrelacionado y dispuesto a alcanzar nuevas metas,
conectadas algunas de ellas tanto a los contenidos como a los medios y las
audiencias”.96
Como detallaremos más adelante, el periodismo especializado
constituye la forma en que los medios de comunicación abordan los problemas
de la especialización del conocimiento, fruto del avance científico y tecnológico,
y que ha resultado en audiencias más exigentes y nuevas demandas de
contenido. Al respecto, Montserrat Quesada, catedrática de Periodismo
Especializado de la Universidad de Pompeu Fabra, señala:
En la actualidad, los usuarios no se informan simplemente para saber
qué pasa en el mundo, sino que lo hacen para satisfacer la necesidad,
propia de los países desarrollados, de contribuir a la mejora de la
sociedad en la que viven y participar, en la medida de sus posibilidades,
en la reducción de los problemas/conflictos que espolean sus
95 En un escrito recopilado en el libro Introducción a la comunicación y a la información (2001, pp.
161,163) el doctor Juan Ramón Muñoz- Torres, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, da cuenta del total desacuerdo que existe para denominar a la especialización en el periodismo: algunos autores la llaman periodismo especializado, otros la denominan Información Periodística Especializada y otros más se refieren a ella como prensa especializada. Para Muñoz Torres, sin embargo, el periodismo especializado es el ejercicio profesional del periodista que informa acerca de un área específica del conocimiento científico, mientras que la Información Periodística Especializada denomina la disciplina académica que engloba los asuntos implicados en dicho ejercicio. Para efectos de este trabajo, utilizaremos el término periodismo especializado para referirnos al ejercicio periodístico que permite acercar el conocimiento de alguna disciplina del saber humano a la sociedad. 96 SANMARTÍ, Josep María, et al. “Periodismo Especializado, el nexo entre conocimiento y sociedad”. En
DE RAMÓN, Manuel (coord.). 10 lecciones de periodismo especializado. Madrid: Fragua, 2003, p. 8.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
54
conciencias (…) Los intereses informativos de las nuevas audiencias
señalan claramente el deseo implícito de comprender en profundidad el
mundo en el que viven.97
El avance científico ha obligado a las distintas disciplinas a parcelarse, a
subdividirse y limitar aún más su objeto de estudio para poder profundizar más
en él. Esta tendencia ha hecho necesario el nacimiento de nuevas formas de
comunicar dicho conocimiento, a fin de acercarlo de una forma asequible al
público, sin necesidad de vulgarizarlo. “El conocimiento es justamente lo que
intenta ofrecer la nueva disciplina del periodismo especializado, estableciendo
interfases eficientes entre la sociedad y las diferentes especialidades del
saber”.98 De esta forma, y como explicaremos más adelante, los profesionales
del periodismo especializado fungen como intermediarios, quienes hacen
posible el acercamiento del público a las distintas disciplinas y al saber de los
especialistas en dichas ciencias.
Estos periodistas realizan su trabajo con mayor rigor para responder a
las demandas de las nuevas audiencias, las cuales se han vuelto más
selectivas y deseosas de comprender a fondo los hechos. “La especialización
periodística como fenómeno profesional irrumpe originariamente por la
necesidad imperiosa de satisfacer el interés del público por conocer los
avances en las distintas parcelas del conocimiento científico y técnico y nuevas
formas de enriquecimiento cultural”.99 La aparición de nuevos intereses del
público se debe a que el desarrollo económico causado por el avance de la
ciencia y tecnología propicia que cada vez más gente disponga de mayor
tiempo para el ocio. El periodismo, obligado por una nueva demanda social
implícita, ha ido dejando atrás a los comunicadores generalistas, es decir, “va
cediendo paso al profesional de la información que desarrolla su trabajo con
mayor preparación y rigor, para poder sobrevivir en un mercado fuertemente
97 QUESADA, Montserrat, et al. “Periodismo especializado”. En GALDÓN, Gabriel (coord.). Introducción a
la comunicación y a la información. Barcelona: Ariel S.A., 2001, p. 126. 98 FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier, et al. “El periodismo especializado: un modelo sistémico para la
difusión del conocimiento”. En FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier (coord.). Periodismo especializado. Barcelona: Ariel S.A., 2004, p. 22. 99MUÑOZ-TORRES, Juan Ramón, et al. “Clarificaciones conceptuales sobre información periodística
especializada”. En GALDÓN, Gabriel (coord.). Introducción a la comunicación y a la información. Barcelona: Ariel S.A., 2001, p. 160.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
55
competitivo, orientado por las preferencias de un público cada vez más
exigente”. 100
En este sentido, el periodismo especializado surge como respuesta a las
nuevas exigencias informativas de nuestra sociedad: su esencia y sus
características están ligadas a las causas externas e internas que influyeron en
su desarrollo. Es por esto que, antes de que podamos definir qué se entiende
por periodismo especializado, es necesario abordar los factores sociales y
mediáticos que hacen necesario el surgimiento de profesionales de la
información especializados. Posteriormente, nos daremos a la tarea de
enumerar las características del periodismo especializado, alejándonos de las
concepciones reduccionistas que lo conciben únicamente como el ejercicio
periodístico que se limita a informar de un tema en específico, ya sea de
economía, de deportes, política, espectáculos o cultura.
2.2.1 La necesidad de la especialización periodística
En los inicios del saber científico (siglo VI a.C.), la filosofía griega
englobaba todo el conocimiento acumulado, resultado del análisis que los
primeros pensadores hicieron del mundo bajo la luz natural de la razón.
Posteriormente, conforme pasaron los siglos, las distintas disciplinas fueron
separándose y consolidándose, definiendo su propio objeto de estudio, sus
métodos característicos y sus objetivos.101 En la actualidad este proceso de
división continúa: con el avance del saber científico, las distintas ciencias,
incluyendo a las humanidades, se han visto en la necesidad de subdividirse,
especializarse y de limitar aún más su objeto de estudio, a fin de profundizar
100 Ídem. 101 En los albores de la ciencia, todo conocimiento que era resultado del estudio racional del mundo
formaba parte de la filosofía. Ciencias como la zoología, la medicina, la astronomía, la física, las matemáticas, la lógica, la geografía y la botánica aún no definían sus dominios, se encontraban integradas en el conocimiento general. Los primeros filósofos o científicos que buscaban las causas y los principios de la naturaleza mediante la razón, como Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes y Pitágoras, tenían como objeto de estudio al mundo en general, y realizaron descubrimientos científicos de toda índole: no distinguían una disciplina de otra. La ciencia natural y la filosofía de la naturaleza no estaban separadas en un principio. Posteriormente, cada una de las disciplinas se fue independizando del saber filosófico, hasta consolidarse como ciencias con objetos de estudio específicos. (Cfr. GARCÍA GUAL, Carlos. La ciencia en Grecia. Historia, Nacional Geographic. (49): 52-63, 2008, p.58.)
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
56
más en él y desarrollar un conocimiento más preciso. Al respecto, Francisco
Esteve Ramírez, estudioso del periodismo especializado, afirma:
Uno de los signos de nuestra época es la sectorización de la ciencia y
los conocimientos como respuesta a una necesidad de mayor
profundización investigadora, por una parte, y de una mayor exigencia
praxiológica por otra. A ello ha contribuido notablemente el avance y
desarrollo científico y técnico de nuestra sociedad que, por otra parte, ha
supuesto serios problemas con la automatización y la consiguiente
división del trabajo.102
La especialización de un saber “presupone –en el uso común de la
lengua– la delimitación más precisa posible del objeto de estudio”.103 De
acuerdo con Esteve, el proceso de especialización es algo común a todas las
ciencias: la parcelación de áreas de estudio se hace cada vez más necesaria a
medida que avanzan los distintos conocimientos, pues “el ser humano no
dispone de las necesarias posibilidades para conocer todo acerca de todo.
Necesita, por tanto, delimitar sus conocimientos para que éstos puedan
realizarse en profundidad”. 104 Sin embargo, la subdivisión de los
conocimientos no siempre ha sido vista con buenos ojos. Algunos autores
consideran que la especialización conlleva a una progresiva pérdida del sentido
unitario del conocimiento, tal como era entendido por los filósofos griegos.
“Mientras un sector considera positiva esta parcelación de los conocimientos
como instrumento necesario para una mayor profundización de los mismos,
otros consideran la especialización como una limitación del saber humano”.105
En este sentido, la fragmentación del conocimiento también tiene desventajas,
y puede convertirse en su peor enemigo. Una perspectiva caleidoscópica, sin la
visión de conjunto, sin conexión entre los distintos conocimientos, propicia la
falta de profundidad y de interés por los campos ajenos. Cada especialista
corre el riesgo de olvidar la interconexión e interdependencia de las ciencias en
102 ESTEVE RAMÍREZ, Francisco, FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier. Fundamentos de la información
periodística especializada. Madrid: Síntesis, 1996, p. 51. 103 MUÑOZ-TORRES, Juan Ramón, et al.”Clarificaciones conceptuales sobre información periodística
especializada”. Op. cit. p. 163. 104 ESTEVE RAMÍREZ, Francisco, FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier. Op. cit. p. 53. 105 Íbidem. p.51.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
57
general, al estar demasiado inmerso en su propia materia. A esto se le conoce
como “la barbarie del especialismo”.106
No obstante, no podemos negar los beneficios de la sectorización del
saber. Sin ella, no hubiera sido posible el desarrollo actual del conocimiento de
la humanidad. La especialización de la ciencia trae consigo cambios en la
forma en que se comunica y se asimila dicho conocimiento: nuevos retos
sociales e informativos. Y es precisamente en este contexto en donde surge el
periodismo especializado, que nace como una disciplina capaz de ayudar a la
sociedad a dar el salto de la era de la información a la era del conocimiento. Se
trata de una nueva forma de ejercer el periodismo, con profesionales de la
comunicación más preparados, capaces de comunicar y hacer asequibles las
distintas disciplinas y subdisciplinas. La diversidad de conocimientos hace
imprescindible la figura del especialista que sepa valorar y analizar
adecuadamente dicha información.
Para Fernández del Moral, el periodismo especializado nace para hacer
frente a la especialización en el conocimiento. No se trata, por tanto, de ofrecer
una disciplina específica sobre las distintas especializaciones en información,
sino de hacer posible al periodismo su penetración en el mundo de la
especialización, “no para convertir a nuestros profesionales en falsos
especialistas, no para obligar al periodismo a parcelarse, a subdividirse, a
compartimentarse, sino al contrario: para hacer de cada especialidad algo
comunicable, objeto de información periodística, susceptible de codificación
para mensajes universales”.107
Además de la especialización del saber científico, otro factor contextual
que contribuye a la necesidad de una especialización periodística es la
explosión de información, característica de la sociedad actual, lo cual ha
generado cambios profundos en la forma en que los usuarios consumen los
contenidos mediáticos. Quesada afirma al respecto:
106 Cfr. FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier, et al. “El periodismo especializado: un modelo sistémico para la difusión del conocimiento”. Op. cit. p. 23. 107 Íbidem. p. 24.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
58
El acceso mundial a hechos noticiables, lejos de saciar nuestra sed de
noticias, ha acabado por provocar una especie de incapacidad natural
para interesarnos por tal cantidad de información. (…) Hoy en día ya
resulta materialmente imposible registrar, tabular, comprender y analizar
toda la información a la que tenemos acceso y, en consecuencia, no nos
queda otro camino que el de declararnos integrantes de audiencias
sectoriales, esto es, interesadas sólo por determinados ámbitos
informativos.108
Como resultado de este boom de información, las audiencias se han
fragmentado y dividido: se han convertido en receptores bastante selectivos,
quienes buscan, en medio del mar de datos, sólo aquella información que es
de su interés. Asimismo, al concentrarse sólo en los asuntos que les atraen, las
audiencias se han vuelto más exigentes en cuanto a la profundidad y rigor de
los contenidos.
En el pasado, las audiencias se conformaban con la narración de los
sucesos tal como habían sucedido. Esta tendencia a apegarse únicamente a
los hechos surge como rechazo al yugo del periodismo ideológico que dominó
los medios de comunicación durante el periodo de entreguerras.109
Actualmente, el público desea contenidos que vayan más allá de la pura
descripción de los acontecimientos, e incluso más allá de la información
contextual. Como lo mencionamos anteriormente, las audiencias sectoriales
desean saber las causas de los acontecimientos, los antecedentes y su
explicación profunda. La falta de contenido de este tipo ha ocasionado una
108 QUESADA, Montserrat, et al. “Periodismo Especializado”. Op. cit. p. 123. 109 De acuerdo con varios académicos, en lo que respecta a los países occidentales, el periodismo ha
atravesado por tres etapas principales: periodismo ideológico, periodismo informativo y periodismo de explicación. La era del periodismo ideológico corresponde al periodo de entreguerras, y se caracterizaba por ser tendencioso y apegado a los intereses partidistas. El periodismo informativo surge como antagónico del ideológico, y es considerado como uno de los antecedentes del periodismo especializado, pues en él, se revalora la objetividad y el estricto apego a los hechos, alejándose de los textos de opinión tan propios del periodo de entreguerras. Con este tipo de periodismo surge el interés por los reportajes de viajes, y nace el corresponsal de guerra. No obstante, conforme pasaron los años, la audiencia comenzó a percibir que la simple descripción de los hechos podía resultar también una estrategia informativa tendenciosa, carente de información contextual y de sustancia. El periodismo explicativo o de interpretación surge para combatir este tipo de carencia, y como resultado del creciente interés por las cuestiones de responsabilidad social. (Cfr. ESTEVE RAMÍREZ, Francisco, FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier. Op. cit. p. 84.)
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
59
fuerte pérdida de la confianza de los receptores. De acuerdo con Francisco
Esteve, uno de los problemas más graves a los que se enfrentan los medios es
la falta de credibilidad social.
Esta falta de credibilidad, resultado de los excesos de la sociedad de la
información, y contextualizada en un mundo en donde el avance científico
exige una mayor delimitación del objeto de estudio, hace necesaria la aparición
de nuevos métodos periodísticos: más confiables, documentados, precisos y
profundos. El periodismo especializado no sólo es producto de la sectorización
de las audiencias, sino de las demandas cada vez más exigentes de dichas
audiencias, que a su vez, obligan a los medios informativos a centrarse en un
público más específico y en un contenido más delimitado temáticamente. La
demanda social ha hecho necesaria una reestructuración dentro de las
empresas informativas, las cuales a su vez, con sus contenidos precisos y
sectorizados, dividen aún más a la audiencia y alimentan su creciente
exigencia.
Esteve y Fernández del Moral identifican las causas exógenas (sociales)
y endógenas (dentro de los medios informativos) que han propiciado el
nacimiento del periodismo especializado. Entre las causas exteriores, se
encuentran la demanda social de una información más objetiva y profunda, así
como la sectorización de audiencias, que centralizan sus intereses en
contenidos específicos. Por otro lado, las raíces endógenas de la
especialización periodística son: la organización sectorial de las redacciones
periodísticas que permiten un mayor rigor en cada área, el avance en las
tecnologías de la información que proporcionan a los usuarios todo tipo de
accesos posibles a la información de su interés, así como el nacimiento de
nuevos profesionales que buscan satisfacer las exigencias de la audiencia: “la
necesidad de la especialización periodística surge, en primer lugar, de la propia
exigencia de superación del periodista, deseoso de encontrar nuevos cauces
para la transmisión de la información. Cada vez resulta más imperiosa la
necesidad de una formación permanente de los profesionales de la
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
60
comunicación, a fin de ofrecer una respuesta adecuada a las exigencias de la
sociedad”.110
El periodismo especializado surge pues como una respuesta natural a
las nuevas audiencias, más exigentes y fragmentadas según sus intereses, así
como una disciplina capaz de hacer frente a la parcelación del conocimiento.
Asimismo, nace como producto de una reestructuración dentro de los medios
informativos, deseosos de sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo,
y como resultado de la creciente necesidad de responsabilidad social, que
impulsa a respetar a la audiencia y a ofrecerle contenidos de más calidad.
2.2.2 Función social del periodismo especializado
Para que podamos ofrecer y comprender cabalmente el concepto de
periodismo especializado, es necesario ahondar en la función social y las notas
características que lo definen, las cuales responden directamente a los retos
sociales e informativos que describimos en el apartado anterior. Las notas
definitorias y el objetivo social serán las guías que nos permitirán quitar los
velos que reducen al periodismo especializado únicamente al ejercicio
informativo que se limita a proporcionar contenidos de un solo tema: deportes,
espectáculos, política, finanzas, entre otros. Una vez abordados tanto la
función social como las cualidades esenciales, será más fácil llegar a una
definición de periodismo especializado.
Como se mencionó anteriormente, la formación de audiencias altamente
selectivas y exigentes propicia cambios en la forma en que los medios
informativos elaboran los contenidos periodísticos. Asimismo, el avance del
conocimiento y la delimitación de objetos de estudio más precisos hacen
necesario el nacimiento de intermediarios que sepan comunicar dicho
conocimiento (el necesario para potenciar la toma de decisiones de los
ciudadanos) y acercarlo a la sociedad. Dicha función intermediaria toma forma
110 Íbidem. p. 95.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
61
en el periodista especializado, quien crea contenidos profundos y precisos, y al
mismo tiempo accesibles al público no especializado; es decir, sirve de puente
entre las distintas disciplinas del saber y la audiencia. Al respecto, Muñoz
Torres entiende la función social del periodismo especializado como la de
mediación entre la ciencia, en el sentido más amplio del término, y el resto de
la sociedad, a través de una adecuada labor de divulgación. 111
Por tanto, la función social del periodismo especializado es la de ser
vínculo entre conocimiento y sociedad, al hacer asequible la información de los
especialistas en las distintas disciplinas, sin vulgarizar el contenido, y de esta
forma contrarrestar la desconexión que existe entre ciudadanos y
conocimiento. Esteve Ramírez apunta que la Información Periodística
Especializada puede ofrecer una vía intermedia, acercando los conocimientos
científicos mediante la adaptación de estos temas a un lenguaje accesible para
público. “Se trata, por tanto, de adecuar el mensaje especializado a las
audiencias no especializadas sin caer necesariamente en una desvalorización
del propio contenido informativo. Para ello, se hace precisa la participación de
un intermediario”. 112
En este sentido, la especialización periodística permite que las personas
no especializadas puedan adentrarse en ella, sin que por ello se pierda rigor y
seriedad; es capaz de traducir a un lenguaje divulgativo y comprensible la cada
vez mayor complejidad actual, política, económica, social, cultural y humana
que caracteriza a nuestra sociedad moderna. Además, el periodismo
especializado permite un mayor conocimiento de la realidad y de los
acontecimientos, profundizando en los mismos e impulsando la credibilidad de
los medios informativos. De esta forma, “la información especializada viene a
potenciar este eslabón humano en el proceso comunicativo al desarrollar el rol
del comunicador como elemento fundamental en dicho proceso y garantizar
una mayor fiabilidad de la fuente”.113
111 Cfr. MUÑOZ-TORRES, Juan Ramón, et al. “Clarificaciones conceptuales sobre información periodística
especializada”. Op. cit. p.171. 112 ESTEVE RAMÍREZ, Francisco, FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier. Op. cit. p. 93. 113 Íbidem. p. 56.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
62
Asimismo, la función social del periodismo especializado está
directamente relacionada con el interés social, pues los contenidos del
periodismo especializado, además de potenciar el conocimiento, están
encaminados a proveer información relevante para el bienestar social y para la
toma de decisiones de los ciudadanos. De otra forma, sus contenidos se
convertirían en propios de las publicaciones especializadas o científicas,
lejanas al público general y que no responden a los intereses y necesidades de
éste. A pesar de ser una modalidad profesional que tiene como objetivo
transmitir conocimiento, no debe confundirse al periodismo especializado con
contenidos de índole científico, cuyos emisores y receptores son los mismos
especialistas o científicos, y por lo cual no son producto del periodismo. Los
contenidos periodísticos especializados y los no periodísticos se diferencian
principalmente por la función social:
(…) los textos periodísticos especializados se distinguen en principio de
los no periodísticos, entre otras cosas, en que cumplen una función
social diferente de los científicos: la de divulgar el conocimiento científico
en la medida en que es, supuestamente, interesante en cada momento
para el conjunto de la sociedad, por sus implicaciones prácticas. De
igual manera que no todo acontecimiento novedoso es objeto noticioso
si su conocimiento no tiene interés para la sociedad, el conocimiento
especializado es susceptible de convertirse en información periodística
sólo si tiene interés para el público.114
No olvidemos que el periodismo tiene como fin comunicar información
útil para potenciar la libertad de los ciudadanos: provocar un impacto y dejar
huella en la sociedad. En consonancia, el periodismo especializado tiene en la
mira primero que nada al público y lo que éste necesita saber para ejercer al
máximo su libertad: conocimiento en lugar de simples datos o información
superficial. Para poder cumplir con su función social, la especialización
periodística no se queda tan sólo con la descripción de los hechos, debe
recurrir a la profundidad, a los antecedentes, a las consecuencias, a la
114 MUÑOZ-TORRES, Juan Ramón, et al. “Clarificaciones conceptuales sobre información periodística
especializada”. Op. cit. p.170.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
63
investigación y a la documentación. De esta forma, el periodismo especializado
posee unas características propias que lo distinguen del periodismo
generalista, las cuales le permiten alcanzar su finalidad social y lograr la
profundidad y precisión que el avance de la ciencia y la complejidad de la
sociedad le exigen.
2.2.3 Características del periodismo especializado
Contrariamente a lo que se pudiera pensar, el periodismo especializado
no se caracteriza principalmente sólo por la delimitación temática de sus
contenidos; es decir, por la sectorización de la información en los ámbitos
cultural, deportivo, económico, político, etc. La delimitación temática es sólo un
camino para llegar al rigor, a la exactitud y a la profundidad demandada por el
público, las cuales constituyen las verdaderas cualidades esenciales del
ejercicio periodístico especializado. Dicha profundidad y rigor no serían
posibles sin la investigación y documentación adecuada.
De acuerdo con Joseph Maria Sanmartí, el periodismo especializado
requiere de dos elementos básicos: coherencia temática (la adscripción a un
campo del saber) y, sobre todo, tratamiento específico de la información
(diferente al utilizado por el periodista común). Dicho tratamiento de la
información deberá incluir: 115
a) una construcción de textos coherentes
b) unas fuentes de información específicas
c) una pretendida coherencia con el segmento de la audiencia a la que va
dirigida y la adopción de códigos comunes
d) periodistas especializados capaces de sistematizar la información y
contextualizarla en un determinado ámbito de discurso político
Esta nueva forma de elaborar los contenidos y de tratar la información es
más profunda, documentada y precisa. Como veremos más adelante,
115 Cfr, SANMARTÍ, Josep María, et al. “Periodismo Especializado, el nexo entre conocimiento y
sociedad”. Op. cit. p. 16.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
64
constituye el pilar y la cualidad principal del periodismo especializado. Es
gracias a este tratamiento y nuevos métodos de elaboración de los contenidos
que el periodismo especializado es capaz de dirigirse a las audiencias
sectoriales, satisfacer sus necesidades informativas y cumplir con su cometido
de intermediario del saber.
Es en este tratamiento específico de la información en donde
encontramos su correspondencia con la práctica de los periodistas
investigadores. Una de las notas definitorias más importantes de la
especialización periodística es su estrecha relación con los métodos propios
del periodismo de investigación. La especialización periodística se caracteriza
por hacer un análisis profundo de la realidad (no exhaustivo, pero sí lo más
preciso posible), con una contextualización global que, en un principio, podría
parecer contraria a la idea de reducir aún más el objeto de estudio, y sin
embargo no lo es: la información se presenta en un contexto, que le da forma y
unidad.116 Para ofrecer al público una explicación detallada del mundo que le
rodea, es necesario que los nuevos profesionales de la información se apoyen
en una metodología distinta, capaz de dar como resultado a la Información
Periodística Especializada (IPE). En este sentido, “la metodología profesional
con la que se selecciona, se elabora, se contrasta y finalmente se hace pública
la Información Periodística Especializada es la resultante de la adaptación de la
centenaria metodología utilizada por el periodismo de investigación”.117
El periodismo especializado se apoya en la metodología del periodismo
de investigación para elaborar sus contenidos, y es ahí en donde radica su
característica más importante: “(…) la especialización no reside en el hecho de
trabajar un mismo ámbito temático durante cierto tiempo, sino que es la
resultante de elaborar la información de ese ámbito temático desde las técnicas
metodológicas que se inspiran en el Periodismo de Investigación”.118 El objetivo
116 Cfr. ESTEVE RAMÍREZ, Francisco, FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier. Op. cit. p. 100. 117 QUESADA, Montserrat, et al. “Periodismo de Investigación: una metodología para el periodismo especializado”. En FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier (coord.). Periodismo especializado. Barcelona: Ariel S.A., 2004, p. 125. 118 Íbidem. p. 133.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
65
de esta metodología es garantizar la mayor fiabilidad posible (con miras a
potenciar la credibilidad del periodista y del medio informativo):
No permite dar por válido ningún dato, en tanto no haya sido
convenientemente verificado a partir del recurso de la documentación
escrita o a la contrastación con dos fuentes expertas e independientes y
que no tengan relación entre sí. (…) en definitiva de lo que se trata es de
explicar en profundidad los hechos que conforman la realidad social. 119
En el periodismo especializado la documentación adquiere gran
importancia: no se queda con la descripción de los hechos o con la información
proporcionada por las fuentes oficiales, las conferencias de prensa o los
comunicados. Retoma del periodismo de investigación la necesidad de
documentarse a través de fuentes especializadas e independientes a los
hechos. El acceso a la documentación específica se hace a través del contacto
permanente con fuentes especializadas, que son independientes con respecto
de los hechos de actualidad sobre los que el periodista les pregunta. “Cuanto
más experta e independiente sea una fuente, mayor será su nivel de fiabilidad
y el rigor documental que aportará al trabajo del periodista especializado”. 120
La metodología de la especialización periodística, retomada del
periodismo de investigación, se caracteriza por el uso de fuentes
especializadas, independientes de los acontecimientos, así como por el
conocimiento de las técnicas documentales y la profunda contextualización de
los hechos. Asimismo, dentro del ejercicio periodístico especializado, la
inmediatez es reemplazada por el rigor y la calidad. El rigor informativo
sustituye a la rapidez con la que habitualmente trabajan los medios de
comunicación porque en el periodismo especializado, “lo importante no es
llegar primero, no es perseguir desenfrenadamente la exclusiva, sino llegar con
la mejor información; esto es, con una información que dé respuestas a los
119 Íbidem. p. 134. 120
Ídem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
66
muchos interrogantes que siempre plantea cualquier información que debamos
elaborar”.121
Cabe mencionar que, a pesar de compartir ciertas similitudes, el
periodismo de investigación y el especializado difieren en su objetivo. “Mientras
el periodismo de investigación busca denunciar a persona, instituciones o
empresas cuyas actividades atentan en contra del interés público, el
periodismo especializado pretende únicamente explicar en profundidad unos
determinados hechos de actualidad”.122 También puede suceder que, a medida
que el periodista especializado realiza su investigación, éste logre el
descubrimiento de asuntos que permanecían ocultos al público y que exponen
a políticos u otros actores sociales que atentan en contra del bien común; sin
embargo, éste no es su meta principal.
El periodismo especializado además se diferencia sustancialmente del
estilo meramente descriptivo del periodismo generalista:
Pasar de la información de actualidad generalista a la información
periodística especializada significa, entre otras diferencias importantes,
llamar la atención sobre las causas y las consecuencias de los hechos
noticiables, de manera que ya no es suficiente con explicar lo que
ocurre, dónde y cuándo, sino que también hay que tratar de presentar el
porqué ocurre y las consecuencias que dichos acontecimientos pueden
llegar a comportar para la colectividad social. En el mismo sentido,
también implica explicar aquello que no se ha producido cuando, en
realidad, era preceptivo que ocurriera.123
Para dejar más claro las diferencias entre ambas modalidades
periodísticas, Quesada ofrece una tabla de comparación que a continuación
reproducimos:
121 QUESADA, Montserrat, et al. “Periodismo Especializado”. Op. cit. p. 131. 122 QUESADA, Montserrat, et al. “Periodismo de Investigación: una metodología para el periodismo especializado”. Op. cit. p. 125. 123 Íbidem. p. 124.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
67
Tabla 1
Periodismo
especializado
Periodismo generalista
Metodología
profesional
-Documentación
-Entrevistas personales
-Contrastación con dos
fuentes expertas e
independientes
-Agenda de expertos y
profesionales
especializados
-Textos interpretativos y
argumentativos
-Declaraciones
-Ruedas de prensa
-Contrastación de la
información con todos
los implicados
-Agenda de fuentes
oficiales
-Textos informativos e
interpretativos
Relación con las
fuentes
Las fuentes buscan a
los periodistas
Los periodistas buscan
a las fuentes
Formación Además de en
Comunicación, en el
ámbito específico de su
especialidad
En Ciencias de la
Información en sentido
genérico
Actitud profesional ante
la información
-Rigor informativo
-Información en
profundidad
-Selectiva con los
contenidos
-Rapidez informativa
-Informaciones en
exclusiva
-Receptividad genérica
Objetivos profesionales -Informar y formar a las
audiencias sectoriales
-Informar enfatizando el
cómo y el porqué;
-Ser un comunicador
experto en su área de
especialización
-Informar a las
audiencias de masas
-Informar sobre las
preguntas clave (quién,
cuándo, cómo, dónde)
-Ser un buen periodista
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
68
Fuente: Quesada, 2004. Como podemos observar en la tabla anterior, el periodista especializado
además de tener conocimientos sobre Ciencias de la Comunicación, debe
formarse en el campo de su especialidad; sin embargo, no hay que confundirlo
con el colaborador o con la fuente especializada. Los expertos en el tema
constituyen las fuentes especializadas, y el periodista es el intermediario entre
éstas y el público, al ser quien transforma el conocimiento en información
asequible y de relevancia social. Es importante recordar que el periodista
especializado no debe tomar el lugar de los expertos en los temas o en las
distintas disciplinas: él es el profesional que, utilizando sus conocimientos del
proceso comunicativo, acerca la información proporcionada por dichas fuentes
especializadas al público. Los periodistas especializados no son expertos en
las distintas disciplinas o campos de estudio, sino son expertos en la
comunicación de dichas áreas del saber.
Otras diferencias importantes entre la especialización periodística y la
modalidad generalista es la actitud profesional que los informadores presentan
a la hora de realizar su trabajo. El periodista especializado prefiere la
profundidad y el rigor a la inmediatez, mientras que el periodista generalista
lucha por ofrecer la exclusiva. Es claro que un periódico siempre necesitará de
los contenidos inmediatos, y por lo tanto, de periodistas generalistas. En este
caso, y como afirma Montserrat Quesada, la mejor fórmula radica en la
inclusión tanto de periodistas informadores como de profesionales del
periodismo especializado dentro de las redacciones, a fin de satisfacer las
necesidades de rapidez y las de profundidad.
La información periodística especializada y la información periodística
generalista también difieren en que ésta última está elaborada y dirigida para la
audiencia de masas, es decir, para todo el público. Por otro lado, los
contenidos especializados están destinados a las audiencias sectoriales y con
intereses específicos. El periodista especializado siempre está al pendiente de
las necesidades e intereses de su audiencia específica: transmite sus
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
69
mensajes en función de los sujetos receptores y crea lazos especiales con
ellos. “El especial conocimiento que se le supone al profesional especializado,
le posibilita una mayor conexión con los intereses reales de la audiencia,
estableciendo así un diálogo social de utilidad”.124 Por tanto, la confianza que el
público deposita en el profesional especializado aumenta a medida que recibe
contenidos de calidad, resolviendo el problema de la pérdida de credibilidad en
los medios.
El periodismo especializado tiene en cuenta las necesidades de su
público específico: lo considera un grupo consumidor conocedor, exigente y
que merece la información más precisa y profunda. Es esta especial
consideración de la audiencia lo que nos lleva a la otra característica inherente
al periodismo especializado: el papel activo que juega dentro de la teoría de la
responsabilidad social, la cual establece que “los medios de comunicación
influyen de una manera decisiva en la formación y evolución de la opinión
pública y en la consiguiente toma de decisiones, por ejemplo el voto”.125 La
teoría de la responsabilidad social implica que tanto periodistas como
empresas informativas deben asumir una responsabilidad ética, en la que la
comunicación y la información son consideradas de gran importancia para el
mejoramiento de la sociedad.
Si la teoría de la Responsabilidad Social estuvo por un lado en el origen
de los códigos éticos, por el otro lo estuvo en el de la Información
Periodística Especializada. La información no podía ser hecha ni de
forma descuidada, ni con propósitos estrictamente particulares, sino que
surgía de la sociedad, era un servicio a la comunidad y debía estar
atenta al bien común, y estos objetivos sólo podían conseguirlos los
especialistas por ser conocedores a la vez del tema objeto de la
información, de las técnicas comunicativas y de la audiencia a la que va
dirigida la noticia.126
124 ESTEVE RAMÍREZ, Francisco, FERNDÁNDEZ DEL MORAL, Javier. Op. cit. p. 101. 125 SANMARTÍ, José María, et al. “Periodismo Especializado, el nexo entre conocimiento y sociedad”. Op. cit. p. 12. 126 Íbidem. p. 14.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
70
De acuerdo con lo expuesto durante el VI Congreso Iberoamericano de
Periodistas Especializados y Técnicos (CIPET),127 el periodismo especializado
es la modalidad profesional que, por sus inherentes características que
favorecen la elaboración de contenidos profundos y precisos, puede y debe
generar el desarrollo de los sectores al servir de enlace entre éstos y el
conjunto de la sociedad. La información que ofrece el periodismo especializado
es útil, y por lo tanto tiene la capacidad de contribuir al progreso y al bienestar
social.
El verdadero periodismo especializado está asentado en la idea de que
la información es un bien común al que tienen derecho todos los ciudadanos, el
cual debe ser protegido por las leyes y los códigos nacionales. En este caso,
los medios informativos realizan un servicio público al ofrecer información. El
periodismo especializado no olvida que el ciudadano (la persona humana) es el
principio y el fin de su trabajo. Los ciudadanos son los clientes que merecen
información de calidad que les permita cruzar el abismo que existe actualmente
entre el mar de datos y el verdadero conocimiento de su entorno. Y todo esto
es posible debido al cambio de actitud profesional del periodista especializado
en contraste con el informador generalista.
Un periodista especializado está consciente de que los medios
informativos se nutren de información que proviene de la sociedad. Dicha
información es transformada en un relato periodístico y devuelta a los
ciudadanos para que éstos puedan conocer y, sobre todo, interpretar el mundo
que les rodea, tomar las decisiones más oportunas, fortalecer sus
conocimientos y, de camino, atender su entretenimiento. El periodismo
especializado, gracias a los métodos de investigación que le permiten
127 Dicho congreso se celebró en 1999, en el Palacio de los Congresos de Barcelona. En él se subrayó el
compromiso que el periodismo especializado debe mantener con la sociedad, el cual se basa en los postulados de la Teoría de la Responsabilidad Social. El CIPET es organizado por la Asociación Iberoamericana de Periodistas Especializados (AIPET) cada cuatro años y tiene como objetivos: brindar un ámbito profesional de discusión para analizar los aspectos principales del periodismo en la actualidad Iberoamericana, promover el intercambio de conceptos y normas de funcionamiento de la tarea periodística, impulsar a la integración iberoamericana a través del desempeño periodístico especializado, y fundamentar la importancia del periodismo especializado en la promoción científica y cultural. (Cfr. Asociación Iberoamericana de Periodistas Especializados y Técnicos. Recuperado el 10 de septiembre de 2009 de http://www.aipet.org/ai_presentacion.htm)
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
71
proporcionar información de mayor calidad, cumple con las exigencias de la
responsabilidad social de los medios, propicia la confianza del público y
resuelve el problema de la falta de credibilidad por parte de los receptores
hacia las empresas informativas. Son precisamente las características antes
mencionadas las que permiten que esta modalidad profesional alcance su
mayor finalidad: acercar el conocimiento a las personas para impulsar su
libertad.
En resumen, el periodismo especializado se caracteriza por una mayor
profundidad, documentación y contextualización de los contenidos adscritos a
un campo específico del saber, lo cual se logra mediante la aplicación de los
métodos propios del periodismo de investigación en la elaboración de los
mismos. Asimismo, se distingue por conceder más importancia a la precisión,
verdad y honradez, que a la inmediatez informativa, por lo cual es capaz de
crear nuevas relaciones de confianza entre el público y los periodistas.
Considera a la información como un bien común y un derecho, la cual es
ofrecida a la sociedad como un servicio público y elabora sus mensajes para
satisfacer las necesidades de una audiencia específica.
2.2.4 Definición de periodismo especializado
Expuestas las características principales y la función social que
desempeña el periodismo especializado, a continuación ofreceremos
primeramente diferentes definiciones de dicha modalidad profesional. Como
habíamos afirmado, no hay un acuerdo general entre académicos sobre el
concepto de periodismo especializado, por lo cual presentaremos algunas de
las definiciones más representativas, a fin de arrojar luz sobre los matices que
conforman la esencia de esta especialidad profesional. Finalmente, para
efectos de este trabajo, enarbolaremos la concepción de los autores Francisco
Esteve Ramírez y Javier Fernández del Moral, por ser en la cual se basan
muchos de los autores para elaborar la suya.
De acuerdo con Montserrat Quesada, el periodismo especializado es “la
modalidad profesional que permite activar rutinas metodológicas que tienen
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
72
como objetivo prioritario explicar en profundidad la sociedad en la que se
insertan los medios de comunicación.” 128 Para ello, es necesario que el
periodista, además de su formación como comunicador, posea una formación
en el ámbito temático sobre el que informa. Sólo con esa formación, el
periodista especializado podrá ser considerado por las fuentes expertas como
un interlocutor válido, capaz de comprender los mensajes complejos y de
traducirlos, sin desvirtuarlos, a un lenguaje accesible.
La definición de la catedrática española enfatiza el deber del periodismo
especializado de explicar con profundidad su entorno y de contar con
profesionales bien preparados para cumplir dicha misión. Sin embargo, otras
concepciones lo definen como disciplina, y abordan su función intermediaria
entre el saber y el público. Tal es el caso de la definición ofrecida por el
profesor de periodismo Muñoz Torres, la cual establece que:
La información periodística especializada es la disciplina que estudia la
producción y difusión de textos informativos orientados a divulgar las
distintas especialidades del saber experimental, social y humanístico, en
función de su pertinencia científica y de su interés, al mayor número
posible de personas, de manera principalmente narrativa, a través de los
medios de comunicación.129
Por otro lado, Fernández del Moral concibe al periodismo especializado
como una modalidad que, primero que nada, analiza la realidad y actúa con
base en las necesidades de sus audiencias sectoriales, de ahí que lo defina
como “aquella estructura informativa” que, a través de las distintas
especialidades del saber, analiza la realidad y la coloca en un contexto que
ofrezca una visión global al destinatario. Asimismo, dicha estructura informativa
“elabora un mensaje periodístico que acomode el código al nivel propio de
cada audiencia atendiendo a sus intereses y necesidades”. 130
128 QUESADA, Montserrat. “Periodismo Especializado”. Op. cit. p. 129. 129 MUÑOZ-TORRES, Juan Ramón “Clarificaciones conceptuales sobre información periodística
especializada”. pp. 173, 174. 130 En SANMARTÍ, José María, et al. “Periodismo Especializado, el nexo entre conocimiento y sociedad”.
Op. cit. p. 15.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
73
Esta misma concepción aparece ampliada en la obra conjunta de Esteve
Ramírez y Fernández del Moral, y es la que nos parece más completa en su
descripción de las características esenciales del periodismo especializado.
Dicha definición establece que la especialización periodística es “la estructura
informativa que penetra y analiza la realidad de una determinada área de la
actualidad a través de las distintas especialidades del saber, profundiza en sus
motivaciones; la coloca en un contexto amplio, que ofrezca una visión global al
destinatario, y elabora un mensaje periodístico que acomode el código al nivel
propio de la audiencia, atendiendo sus intereses y necesidades”.131 Esta
concepción engloba las notas definitorias de la especialización periodística que
sintetizamos anteriormente.
Una vez que hemos definido el periodismo especializado, sus
características y su función social, nos es posible avanzar a nuestro principal
tema de interés: el periodismo especializado en cultura.
2.3 Periodismo cultural, comunicador, difusor y motor de cultura
En el apartado anterior, nos adentramos en las características
esenciales del periodismo especializado, lo cual nos ayudará ahora en nuestra
tarea de profundizar en una de las especialidades periodísticas más difíciles de
definir, debido a que su objeto de estudio (la cultura) es concebido de forma
diferente por los estudiosos. No obstante, los conceptos ofrecidos en el primer
capítulo, aunados a las definiciones de periodismo y de periodismo
especializado anteriormente abordadas,132 nos permitirán finalizar el capítulo
con una concepción de periodismo cultural que abre nuevos horizontes: capaz
de acoger como objeto de estudio a todas las expresiones sublimes del ser
131 ESTEVE RAMÍREZ, Francisco, FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier. Op. cit. p. 100. 132 En el apartado anterior definimos al periodismo como el saber prudencial que consiste en la
comunicación adecuada del saber sobre las realidades humanas actuales que a los ciudadanos les es útil para actuar libre y solidariamente. Asimismo, adoptamos el concepto de periodismo especializado de Francisco Esteve y de Javier Fernández del Moral: la estructura informativa que penetra y analiza la realidad de una determinada área de la actualidad a través de las distintas especialidades del saber, profundiza en sus motivaciones; la coloca en un contexto amplio, que ofrezca una visión global al destinatario, y elabora un mensaje periodístico que acomode el código al nivel propio de la audiencia, atendiendo sus intereses y necesidades.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
74
humano, sin quedarse solamente en el arte o las costumbres populares.
Gracias a dicho acercamiento, a la luz de la antropología filosófica podremos
precisar y ahondar en el campo de acción del periodismo especializado en
cultura.
Si retomamos la principal característica del periodismo especializado
citada en el apartado anterior: elaborar la información de un ámbito temático
específico desde las técnicas metodológicas que se inspiran en el periodismo
de investigación, podríamos afirmar que el periodismo especializado en cultura
es la rama periodística que elabora información cultural desde las técnicas
metodológicas que se inspiran en el periodismo de investigación. Y si
rescatamos la función social y objetivo principal de cualquier especialización
periodística: ser puente entre saber y sociedad, podemos concebir al
periodismo cultural como aquella labor periodística que, aplicando los métodos
propios del periodismo de investigación, sirve de vínculo entre el saber cultural
y los ciudadanos, pues transmite el conocimiento necesario que ayude a éstos
a tomar decisiones adecuadas.
Dichas proposiciones enfatizan las características del periodismo cultural
en cuanto que se trata de una rama periodística especializada; sin embargo, no
arrojan luz sobre su campo de acción. ¿Qué manifestaciones, actividades y
conocimientos engloba la cultura?, ¿cuáles serán los temas sobre los cuales
pueden versar los contenidos de un periodista cultural? La respuesta a dichas
preguntas se puede obtener si nos acercamos al periodismo especializado en
cultura desde una perspectiva humanista y antropológica-filosófica, la cual,
como veremos a continuación, no es contraria a las diferentes concepciones
que varios estudiosos del tema tienen de esta labor.
Como en todas las áreas del saber, el periodista cultural también debe
hacer frente a la creciente exigencia por parte de las audiencias, y la demanda
de información cultural ha aumentado en los últimos años. “Muy pocos se
sienten plenamente satisfechos de la información cultural que ofrecen los
principales medios de información general. Todos quieren más. Unos
demandan mayor profundidad, estilo más creativo y mejor edición. Otros
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
75
reclaman el tratamiento de cuestiones de la vida cultural que figuran entre sus
preferencias y que muchas veces, por razones que desconocen, desaparecen
de las agendas de los periodistas”.133 En este sentido, ya no es suficiente con
ofrecer reseñas superficiales de exposiciones de arte, descripciones “objetivas”
de problemas entre actores políticos que se relacionan con el ámbito cultural.
Como afirmamos en el apartado anterior, ya no basta con que los periodistas
“levanten acta” de lo que sucede en el entorno, pues sólo añade datos mudos
al mar de información y, en el caso del periodismo cultural, contribuye a crear
más confusión sobre lo que es cultura, lo que no es y lo que abarca el campo
de acción del comunicador cultural.
La labor del periodista cultural en cada medio de comunicación
dependerá de cómo él y su empresa informativa conciban a la cultura; de ahí la
importancia de tener una definición adecuada. La agenda cultural de los
medios de comunicación, su capacidad de identificar posibles noticias o temas
dignos de reportajes, así como el tratamiento que le den a dicha información se
encuentra supeditado a su concepción de cultura. Al respecto, de acuerdo con
Francisco Rodríguez Pastoriza, el paradigma cultural que por el momento
domina a los medios de comunicación es lo que se conoce como cultura de
masas, el cual suele combinar las manifestaciones culturales con el utilitarismo
y el consumismo, y da como resultado cierto mercantilismo de los productos
culturales. Dentro de este paradigma, el periodismo cultural se vuelve entonces
un simple medio de promoción:
Los medios han potenciado un nuevo concepto de cultura
bautizado por la Escuela de Francfort como cultura de masas, propio de
las sociedades modernas en las que la cultura está muy condicionada
por la comunicación. En la actualidad, este término está siendo
sustituido o haciéndose equivalente al de industria cultura, aunque hay
que admitir que éste último contiene en sí mismo una cierta
consideración peyorativa al suponérsele parte de una estrategia de
133 LÓPEZ, Xosé, et al. “Información cultural: herramientas para comunicar la cultura en un escenario
marcado por la sombra de la mercantilización mundial”. En FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier (coord.). Periodismo especializado. Barcelona: Ariel S.A., 2004, p. 378.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
76
producción capitalista pensada para el consumo y que persigue un
beneficio de tipo económico en lugar de una finalidad de desarrollo
cultural, tanto en su aspecto de producción como en el de reproducción
y difusión. La cultura de masas es la que mejor se corresponde con la
divulgación de la cultura a través de los medios de comunicación: un
mensaje efímero emitido por una élite de comunicadores a un receptor
masificado, disperso y anónimo a través de medios de comunicación
centralizados, que dan prioridad a la novedad por encima del clasicismo
y legitiman como cultura productos de dudosas características
culturales. Y que, en ocasiones, degradan valores artísticos y culturales
al convertirlos en objetos de uso.134
El periodismo cultural que no tiene bien definido su objeto de estudio
suele caer en la promoción de productos “culturales”, en el mercantilismo, en la
simple transmisión de datos “neutrales” sobre las políticas culturales del
Estado; en un periodismo que se reduce sólo a las noticias sobre las bellas
artes (a pesar de que existen otro tipo de manifestaciones culturales) o en un
espacio académico destinado y reservado sólo a los ilustrados, filósofos y
escritores. Sin embargo, el periodismo especializado en cultura va mucho más
allá de esos tres reduccionismo. Si se tiene una concepción de lo que
verdaderamente es cultura, esta labor es capaz no sólo de servir de puente
entre conocimiento y sociedad, sino de contribuir a la creación y adecuada
difusión cultural (muy diferente al mercantilismo y promoción de productos). No
olvidemos que, según Pastoriza, “los medios de comunicación son en la
actualidad el mejor camino para la transmisión de la cultura y uno de los
lugares de privilegio para su creación”. 135
El periodismo cultural aborda un amplio horizonte, por su estrecha
conexión con la literatura, los espectáculos y con las publicaciones
especializadas elaboradas y consumidas por especialistas. Aun cuando es
considerada como una sección “soft” dentro de la prensa, se trata de un saber
bastante relevante para el fortalecimiento social. “La información cultural
134 PASTORIZA RODRÍGUEZ, Francisco. Periodismo cultural. Madrid: Síntesis, S.A., 2006, p. 13. 135 Ídem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
77
constituye pues uno de los pilares no sólo de la oferta informativa de los
principales medios de comunicación colectiva, sino uno de los conocimientos
necesarios de los ciudadanos bien informados del tercer milenio”.136 Por ello,
un tratamiento adecuado de la información cultural no sólo es capaz potenciar
el conocimiento, sino de crear cultura en su dimensión tanto objetiva como
subjetiva.
Para lograr lo anterior, el periodismo cultural, como todo frente
periodístico, debe superar los retos informativos actuales además de los suyos:
sectorización de audiencias y del saber, la demanda por contenidos de mayor
calidad, el mercantilismo cultural, el exceso de datos propio de la Sociedad de
la Información, la línea a veces invisible entre entretenimiento y cultura, los
reduccionismos del concepto de cultura, así como el rechazo popular hacia
este campo del saber, al que se le suele considerar demasiado rebuscado o
académico.
Para librar estos obstáculos, López afirma que el periodismo cultural,
primero que nada, debe dar el salto del periodismo generalista al
especializado:
La producción de la información cultural necesita de los periodistas, los
mediadores profesionales que analizan e interpretan los acontecimientos
actuales. Los periodistas precisan conocer bien un asunto para informar
con precisión, exactitud, profundidad, rigor y amenidad. Y lo pueden
hacer con la información periodística especializada, que dota al
informador de instrumentos para la codificación de mensajes universales
de cada especialidad. 137
Asimismo, el periodismo cultural debe ampliar sus horizontes temáticos y
redefinir su objeto de estudio, así como dedicar su trabajo a la explicación del
fenómeno cultural en toda su profundidad y en todas sus dimensiones. Según
136 LÓPEZ, Xosé, et al. “Información cultural: herramientas para comunicar la cultura en un escenario marcado por la sombra de la mercantilización mundial”. Op. cit. p. 392. 137 Ídem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
78
López, en la actualidad resulta necesario para el comunicador cultural trabajar
con un concepto más amplio de cultura, que deje atrás el elitismo y el
reduccionismo, cuyo espectro abarque más allá de las bellas artes. “Los
periodistas tienen que mirar más a los actores y a los procesos, a las
manifestaciones culturales, que a las ceremonias rutinarias programadas para
el anuncio de seudoacontecimientos”.138 El periodismo cultural, además de
escapar de concepciones elitistas, debe contar lo que ocurre en el terreno
cultural desde dentro, desde una inmersión en el mundo de la creación.
Se trata de incluir, además del análisis de las bellas artes reservado a
gente “ilustrada”, a todas las demás manifestaciones humanas sublimes,
corrientes de pensamiento, procesos sociales y demás elementos que
conforman la identidad de un pueblo, sin caer en el error de considerar que
todo es cultura. “Ni podemos reducir la cultura a la visión tradicional, de elite, ni
ampliarla al „todo es cultura‟. Entendemos que hay un camino que garantiza el
equilibrio entre ambas visiones”.139
La especialización periodística y una perspectiva cultural más amplia
proporcionarán las herramientas necesarias al periodismo cultural para
combatir los retos de la Sociedad de la información; y es precisamente aquí en
donde consideramos que la antropología filosófica puede tener un papel
fundamental. Como explicaremos más adelante, creemos que algunos
conceptos provenientes de la antropología filosófica, pueden cimentar las
bases que el periodismo cultural necesita para alcanzar la especialización, así
como para trabajar con un concepto amplio de cultura sin perder de vista sus
límites. Los conocimientos antropológicos filosóficos de lo que es la persona
humana y la cultura permitirán encontrar una mayor variedad de temas
culturales y enfoques sin caer en el error de „todo es cultura‟. Es una guía que
ayuda a encontrar el equilibrio entre las concepciones culturales reduccionistas
y la apertura del término a cualquier manifestación humana.
138 Íbidem. p. 393. 139 Íbidem. p. 380.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
79
2.3.1 Breve historia del periodismo cultural mexicano
En México, las primeras manifestaciones del periodismo cultural se
produjeron en las hojas volantes informativas que circulaban ya en la primera
mitad del siglo XVI, gracias a la llegada del primer impresor a México.140
“Materia informativa eran los arcos triunfales y túmulos funerarios, efímeras
obras de arte en las que se conjugaban la arquitectura, escultura, pintura y
poesía”. 141 Las hojas volantes, que frecuentemente llevaban poemas y
grabados, todavía se utilizan en algunos sindicatos, organizaciones sociales y
movimientos de masas.
En su libro Historia del periodismo cultural en México, Humberto
Musacchio afirma que en el siglo XVII aparece la folletería seriada, publicada
en fechas predeterminadas. En este tipo de periodismo temprano destacó en el
ámbito cultural el escritor Carlos de Sigüenza y Góngora, autor de textos
analíticos y críticos culturales. Entre sus escritos más famosos se encuentra
Triunfo parténico que en glorias de María Santísima inmaculadamente
concebida, en el cual narra un certamen poético convocado por la Real y
Pontificia Universidad de México y en el que participó Sor Juana Inés de la
Cruz.
Ya en el siglo XVIII, el primer periódico de información general, la
Gaceta de México, fundado por Juan Ignacio María Castorena, se ocupó de la
información cultural con sus secciones de Libros nuevos de México y Libros
nuevos de España, así como con su especial atención a las actividades
universitarias, descripciones de monumentos y su énfasis en temas que
exaltaban el nacionalismo, como el de la Virgen de Guadalupe. En las
versiones posteriores de la Gaceta de México, elaboradas y editadas por Juan
140 La historia de la imprenta mexicana comienza con la llegada a nuestro país del impresor italiano
Giovanni Paoli, quien castellanizó su nombre a Juan Pablos, como se le conoce actualmente. De los talleres de este impresor salieron papeles públicos conocidos como hojas volantes, relaciones, traslados, nuevas o noticias. Dichos documentos informativos no tenían periodicidad: aparecían cuando la ocasión lo ameritaba y cuando hubiera quien redactara el material informativo. Los oficiantes de la comunicación fueron llamados en un principio gacetilleros, publicistas, redactores o escritores antes de periodistas. Esta última denominación aparece hasta finales del siglo XIX, cuando ya se había generalizado la costumbre de la edición regular y periódica de impresos. (Cfr. MUSACCHIO, Humberto. Op. cit. p. 19.) 141 Ídem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
80
Francisco Sahagún de Arévalo y por Manuel Antonio de Valdés Murguía,
también habría información de tipo cultural: textos sobre el acontecer teatral y
musical, sobre certámenes de poesía, noticias científicas, entre otros. La vida
de la Universidad fue de especial interés para esta publicación: informaba
sobre ocupación de cátedras, nombramiento de rectores y defunción de
personajes de la vida académica. 142
Es en esta publicación en donde aparece por primera vez el
“suplemento” en el año de 1784. El Suplemento a la Gaceta de México
apareció para incluir a las noticias que faltaban en la publicación principal por
razones de espacio y de abundancia de acontecimientos. Aunque no se trataba
de una publicación cultural específicamente, sí contenía información de
educación y de poesía. Posteriormente, el II Suplemento a la Gaceta de México
del 8 de septiembre de 1784 publicaría la primer reseña bibliográfica, escrita
por León y Gama, a propósito de la aparición del Ensayo de metalurgia o
descripción por mayor de las catorce materias metálicas, del modo de
ensayarlas, del laborío de las Minas y del beneficio de los minerales de la plata,
obra de Francisco Xavier de Sarria.
Casi al término de la época colonial, en 1805, aparece la publicación que
sería un hito en la historia del periodismo cultural: el Diario de México. Dicho
órgano, además de ser el primer cotidiano publicado en el país, sería “el
primero también en tratar de manera sistemática la crítica teatral y literaria, así
como la crónica de costumbres que ejercía Carlos María Bustamante con tono
moralista y ojo certero”.143 En el Diario de México, aquellos que lo dotaban de
la mayor parte de sus contenidos culturales eran los neoclásicos que
pertenecían al grupo intelectual conocido como la Arcadia Mexicana, quienes
adoptaron el estilo de la Academia dell‟ Arcadia en Roma, fundadora de la
corriente neoclásica. Entre estos escritores se encontraban figuras como Juan
Nepomuceno y Manuel Martínez de Navarrete.
142 Cfr. MUSACCHIO, Humberto. Op. cit. p. 22. 143 Íbidem. p. 25.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
81
Musacchio asegura que durante la guerra independencia, la prensa
insurgente también contenía pequeñas aportaciones culturales, debido a que
en ella escribían intelectuales como José María Cos, Carlos María Bustamante
y Andrés Quintana Roo. Además de hacer énfasis en los pormenores de la
guerra y en sus respectivas causas, las publicaciones insurgentes elaboraban
reseñas de ceremonias en verso, publicaban poesía cívica e inauguraron el
ensayo político, utilizado especialmente en el Semanario patriótico americano.
A lo largo del siglo XIX, las publicaciones culturales estarían
estrechamente relacionadas con los personajes intelectuales y escritores más
importantes de la época. Las publicaciones servirían para difundir las corrientes
literarias y de pensamiento que dominaban la esfera pública mexicana y de
otros países como España y Estados Unidos. Los espacios culturales en los
periódicos eran aprovechados para difundir obras literarias, así como para
analizar temas científicos y de la vida política y social. A principios del siglo
XIX, los dos hombres que dictaban la batuta cultural en la ciudad de México
eran Andrés Quintana Roo, de lado liberal, y Lucas Alamán, quien fue promotor
de periódicos monárquicos, historiador y patrono de artistas y creadores. 144
En 1826 aparece Iris, la primer publicación de carácter cultural, fundada
por los italianos Claudio Linati y Florencio Galli, y el cubano José María
Heredia. Dicho periódico fue pionero en varios sentidos, pues en él aparece la
primera caricatura política titulada Tiranía, además de ser el primero en ser
ilustrado con litografías. Este órgano tenía como objetivo el de difundir la nueva
literatura, reseñar las actividades teatrales y dar cabida a lo “útil” y “agradable”.
Posteriormente, en 1832, surge el primer suplemento cultural de la ciudad de
México, el Registro Trimestre o Colección de Memorias de Historia, Literatura,
Ciencias y Artes por una Sociedad de Literatos. En esta publicación se abordó
la historia antigua y moderna del país, las artes, la ciencia, los fenómenos de la
naturaleza, la geografía, la estadística, la literatura y la lengua. La sociedad de
literatos a la que se hacía referencia fue el antecedente del Instituto de
144 Cfr. MUSACCHIO, Humberto. Op. cit, p. 41.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
82
Geografía y Estadística y de la Sociedad Mexicana de Geografía y
Estadística.145
De acuerdo con Mussacchio, otras publicaciones culturales importantes
que surgen a finales de la primera mitad del siglo XIX y principios de la
segunda son: Miscelánea (1829-1832), Minerva (1834), La Revista Mexicana
(1835-1836), El Zurriago Literario (1839-1840, 1843-1844 y 1851), El Mosaico
Mexicano (1836-1837 y 1840-1842), El Apuntador, revista teatral (1841), El
Año Nuevo ( 1837-1840), órgano oficial de la Academia de Letrán de la cual
eran miembros figuras literarias como Ignacio Ramírez, “El Nigromante”, y
Guillermo Prieto. En otros estados de la República surgieron: La Revista
Yucateca en Yucatán (1847-1849), La Esperanza en Guadalajara (1849), El
Fénix en Campeche (1848-1851), Aurora poética de Jalisco (1851), La Cartera
Veracruzana (1849), El Crepúsculo en Orizaba (1857), entre otras.
Por estas fechas también comenzaron a surgir publicaciones culturales
que tenían como destinatarias a las damas de sociedad, a fin de educarlas
para que estuvieran a la altura en el mundo moderno de los hombres de las
luces. Abordaban temas de literatura, moda, labores, ciencias, arte y consejos:
El Calendario de las Señoritas Megicanas (1839-1843), El Semanario de las
Señoritas Megicanas (1841), La Camelia, Semanario de Literatura, Variedades,
Modas, etcétera. Dedicado a las Señoritas Megicanas (1847), Presente
Amistoso Dedicado a las Señoritas Mexicanas (1851-1852). En éste último “las
gentiles lectoras” enviaban poemas que eran publicados en una sección
específica. Estas colaboradoras evolucionaron hasta convertirse en editoras de
otras publicaciones como: El álbum de la Mujer y La Ilustración, revista
literaria.146
En la segunda mitad del siglo XIX, el periódico El Siglo Diez y Nueve,
además de ser el diario más importante de la época, se convirtió en referencia
indispensable no sólo en la política, sino en la cultura. En sus textos mostró las
principales tendencias literarias de Estados Unidos y de Europa y tenía
145 Cfr. MUSACCHIO, Humberto. Op. cit p. 42 146 Cfr. MUSACCHIO, Humberto. Op. cit. p. 46.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
83
reservadas varias secciones a lo que hoy consideramos como periodismo
cultural: sección histórica, científica, y literaria. Dentro de la publicación,
“alrededor de la cuarta parte de las colaboraciones literarias son de autores
extranjeros -de 31 nacionalidades”.147 Entre éstos se encontraban personajes
del mundo de las letras como el poeta cubano José Martí, los franceses Emile
Zola, Alfonso Daudet, Alfonso de Lamartine y Víctor Hugo, los ingleses
Jonathan Swift, William Shakespeare, Lord Byron, Mark Twain y Edgar Allan
Poe.
Por su parte, La Revista Azul y la Revista Moderna son consideradas
como las publicaciones más importantes de finales del siglo XIX. “En ellas se
escenificaría la revolución literaria que significó el modernismo y se definirían
los talentos artísticamente más poderosos del Porfiriato”. 148 La primera de ellas
era dirigida por Manuel Gutiérrez Nájera y Luis G. Urbina, mientras que la
segunda contaba con la dirección de Amado Nervo y Jesús E. Valenzuela.
A principios del siglo XX algunas publicaciones culturales como Savia
Moderna (1906), órgano del grupo conocido como el Ateneo de la Juventud, y
Gladios (1916) dirigida por el futuro astrónomo Luis Enrique Erro, criticaban las
ideas prevalecientes y el conformismo que caracterizó a la época porfirista.
Con la publicación de Erro, se inicia la vida cultural posrevolucionaria: sus
escritores critican el afrancesamiento y el extranjerismo, y al mismo tiempo,
“profetizaban la eclosión artística que estallaría a partir de 1921 con José
Vasconcelos”. 149
A lo largo del siglo XX, las publicaciones culturales y las corrientes
literarias (producto de nuevas líneas de pensamiento) seguían teniendo una
relación muy estrecha: las publicaciones servían como órgano de difusión de
grupos intelectuales y de la obra de escritores contemporáneos. Tal es el caso
de México Moderno, revista literaria que era la carta de presentación de la
generación de 1915. Asimismo, el impreso Pajarita de Papel , fundado en
147 Íbidem. p. 51. 148 Íbidem. p. 54. 149 Íbidem. p. 78.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
84
1922, y formada por hojas sueltas y plegadas, publicaba textos inéditos de un
escritor contemporáneo junto con una viñeta. 150
Otras publicaciones importantes del siglo XX fueron: El Maestro. Revista
de Cultura Nacional (1921-1923), editada bajo la influencia de José
Vasconcelos; Ulises (1927-1928), fundada por Salvador Novo y Xavier
Villaurrutia, la cual posteriormente se convertiría en Contemporáneos. Esta
revista destacó “por el interés que despertó hacia todas las literaturas,
especialmente la francesa, por la consciencia que tuvieron de las
responsabilidades del escritor y la necesidad de extremar el rigor de su
formación intelectual. La misión de este grupo fue la de poner a México en
circulación con lo Universal”.151
Otras publicaciones que vale la pena citar son: Vértice (1929), Examen
(1932), Tierra Nueva (1940), publicación de Alí Chumacero; Revista de
Literatura Mexicana (1940), Revista Mexicana de Cultura (1947), suplemento
cultural del diario El Nacional; Letras de México (1937-1947), Suma
Bibliográfica (1947) y Ábside, la cual constituye un caso único en México. Se
trataba de una revista católica que nació en la época cardenista y que “debe
enorgullecer a la intelectualidad religiosa, entre otras cosas porque desmintió
aquello de que una revista católica es la que sale cuando Dios quiere. Ábside
fue puntual y fue muy buena”. 152
También es importante mencionar a aquellas publicaciones cuyo tema
de interés abarcaba otros ámbitos de la cultura o bellas artes. De acuerdo con
Musacchio, en el campo de la pintura se encontraban publicaciones como El
Tlacuache. Cuaderno de las Escuelas de Pintura al Aire Libre (1934) y ¡30-30!
Órgano de los pintores de México (1928). Por su parte, en la historia del
periodismo cultural también figuraban revistas sobre música, entre las que
destacan La Gaceta Musical (1896-1914), La Revista Musical de México
(1919), Orientación Musical (1941), Nuestra Música (segunda mitad de la
150 Cfr. MUSACCHIO, Humberto. Op. cit. pp. 79, 80 151 MILLÁN, María del Carmen. En MUSACCHIO, Humberto. Op. cit. p. 83. 152 Íbidem. p. 96.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
85
década de los 50), el suplemento La Música en México (1975), entre otras. En
el ámbito de las artes plásticas podemos encontrar a Artes de México (1953), y
en el del cine: Nuevo Cine (1961), Premier, Cinemanía, 24 por segundo, Cine,
Primer Plano, Nitrato de Plata y Estudios cinematográficos. El boom de las
revistas de fotografía se dio en los años noventa: Cuatrooscuro, Luna Córnea,
Alquimia.
En la segunda mitad del siglo XX destacan las publicaciones: México en
la Cultura (1949-1961), suplemento del diario Novedades, Revista Mexicana de
Literatura (1956), La Revista de la Universidad, la cual se convierte en punto de
referencia durante la década de los 60; El Corno Emplumado o The Plummed
Horn (1962-1969), revista literaria bilingüe; El Heraldo Cultural, suplemento del
diario El Heraldo; El Machete (1980-1981), revista de cultura política; Nexos
(1978), Generación (1988), Letras libres (1999), Equis (1998), La Tempestad (a
fines de los años noventa), entre otras.
Nuevas e importantes manifestaciones de periodismo cultural surgieron
de los periodistas que abandonaron el diario Excelsior a raíz del golpe de 1976.
Anteriormente, en 1971, Octavio Paz, miembro de la casa Excelsior, había
fundado la revista Plural, desde la cual hacía una fuerte crítica a las dictaduras
sudamericanas. Después del golpe al diario, Paz y su antiguo grupo de Plural
crearon la revista Vuelta, en agosto 1976. Desde su publicación, este escritor
mexicano impulsaba a pensadores afines, y causaba grandes polémicas por
sus críticas al sistema. Por su parte, el grupo de Julio Scherer, antiguo director
de Excelsior, concentró sus esfuerzos en la creación de Proceso, revista que
destacaría, entre otras cosas, por su sección dedicada al ámbito cultural por
ser un espacio de reflexión y polémica de la vida artística. Cabe destacar que
entre los 300 periodistas que salieron de Excelsior en 1976, se encuentraban
aquellos que posteriormente fundarían el diario Uno más Uno, dirigirían su
suplemento cultural Sábado y, poco después, encabezarían el suplemento
cultural actual de La Jornada: La Jornada Semanal.153
153 Cfr. MUSACCHIO, Humberto. Op. cit. p. 152, 153.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
86
Uno de los diarios más importantes en la historia del periodismo
mexicano, y que sería origen de diversas publicaciones culturales a lo largo de
este siglo, es El Universal. Nace el 11 de octubre de 1916 y al año siguiente,
bajo la dirección de Carlos González Peña y con pinturas e ilustraciones de
Saturnino Herrán, publica El Universal Ilustrado, uno de los suplementos
culturales más importantes del siglo XX. Esta publicación dio a conocer el
periodismo del escritor Salvador Novo, la corriente conocida como el
estridentismo y publicó los versos del poeta Xavier Villaurrutia. También abordó
el tema de la radio, invento considerado como la sensación del momento, así
como la tecnología y las actividades del mundo neoyorquino.
Una vez desaparecido este suplemento, El Universal publicó entre 1949
y 1973, cada domingo, la Revista de la semana. En 1971 surge la página
llamada El Universal en la Cultura, bajo la dirección de Humberto Mussacchio.
Posteriormente, en 1979, se creó La Letra y la Imagen, en donde participaron
varios colaboradores de la revista Vuelta, incluyendo al director de ésta:
Octavio Paz. Siete años después, Paco Ignacio Taibo I fundó El Universal y la
Cultura, la cual cedió su lugar en 1991 a la publicación El Universal Cultural.
Más tarde, en 2004, Héctor de Mauleón funda el suplemento Confabulario, el
cual se publica actualmente cada sábado. Esta publicación es dirigida por un
grupo de colaboradores, entre los que destaca Carlos Monsiváis.
Actualmente, además del El Universal, los periódicos más importantes
de la Ciudad de México poseen sus propios suplementos culturales, los cuales
son semanales. En 2004, Milenio Diario, fundado por Federico Arreola, publicó
por primera vez su suplemento Laberinto. Por su parte, el diario Reforma
publica todos los domingos el suplemento cultural titulado El Ángel, fundado en
1993. Mientras tanto, La Jornada da a conocer sus profundos análisis
culturales y expresiones literarias en la publicación La Jornada semanal.
Asimismo, destacan algunas revistas como es el caso de Algarabía, Universo
de El Búho y Letras Libres, entre otras.
En la historia del periodismo cultural mexicano cabe destacar el papel
que ha jugado el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) como generador de
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
87
publicaciones culturales. Algunas de las más importantes que aparecieron a lo
largo del siglo pasado fueron: México en el Arte (1948-1952), Bellas Artes
(1956-1958), Cuadernos de Bellas Artes (1960-1964), La Semana de Bellas
Artes ( 1977), entre otras.
2.3.2 Hacia una concepción de periodismo cultural
Todo periodismo es una manifestación cultural. Al respecto, el periodista
Musacchio afirma:
La expresión „periodismo cultural‟ es redundante, pues todo periodismo
se halla en el campo de la cultura si ésta se ha de entender como el
conjunto de conocimientos, hábitos y tradiciones, expresiones creativas
y recreativas, juicios y prejuicios de una colectividad. Sin embargo, la
costumbre ha legitimado la expresión periodismo cultural para hacer
referencia al que proporciona información, análisis, reflexión y crítica
sobre las manifestaciones intelectuales y artísticas, que incluye
frecuentemente muestras de creación literaria así como producciones y
reproducciones de obra plástica.154
La labor periodística nace para elevar el nivel de conocimiento de sus
usuarios, por lo cual no sería arriesgado afirmar que nació como un género
cultural antes de que fuese clasificado en cualquiera otra de las especialidades
informativas que hoy lo caracterizan. “Aún en la actualidad, el periodismo es de
manera destacada una forma de cultura porque en gran medida la difunde y la
fomenta, la recrea y la crea y, además, termina por convertirse siempre en
documento para la historia”.155 De ahí que definir el término de cultura dentro
de los medios de comunicación, y por ende de periodismo cultural, sea tan
difícil, pues parece ser que sus límites son infinitos: sencillamente cualquier
noticia de cualquier tema es cultural, por el simple hecho de ser parte del
patrimonio humano.
154 Íbidem. p. 13. 155 PASTORIZA RODRÍGUEZ, Francisco. Op. cit. p. 9.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
88
Como habíamos apuntado, la concepción de periodismo cultural
dependerá de lo que cada medio informativo entienda por cultura. La definición
de este objeto de estudio ha variado a través del tiempo, siendo abordado
desde diferentes disciplinas. No obstante, a lo largo de la historia se puede
afirmar que han existido dos principales acepciones o enfoques para el estudio
de la cultura:
Una proviene de la Ilustración y que generalmente se aplica para
designar a un grupo de personas que detentan „el saber‟ y el „buen
gusto‟, por lo que divide los grupos en cultos e incultos. Parte del
concepto tradicional de la cultura como herencia de obras culturales del
pasado, tiene una visión elitista y reduccionista. La otra visión, que
procede de la antropología, de la sociología y de la semiótica, es más
amplia y considera cultura como „todo el modo de vida de un pueblo‟.156
Estas dos visiones de la cultura, una reducida y otra más inclusiva, son
las que se encuentran detrás de las principales acepciones del periodismo
cultural. A esto se refiere el argentino Jorge B. Rivera, quien abre su análisis
sobre el tema al afirmar que el „periodismo cultural‟ se ajustó a lo largo de su
desarrollo histórico a dos concepciones básicas de la cultura: “la concepción
ilustrada que restringía el campo a las producciones selectivas de las „bellas
letras‟ y las „bellas artes‟, y la que –sobre todo a partir de la expansión de las
perspectivas de la antropología cultural– lo ampliaba hasta convertirlo en una
muestra más abarcativa e integradora”.157
La primera y la más restringida de estas perspectivas proviene de las
definiciones de cultura que hicieron pensadores como Ortega y Gasset y
Samuel Elliot, quienes concebían a la cultura como “un recorte escogido de las
reproducciones más refinadas del espíritu humano que estarían destinadas a
una minoría de conocedores”.158 Esta idea representa una concepción de la
156 LÓPEZ, Xosé, et al. “Información cultural: herramientas para comunicar la cultura en un escenario
marcado por la sombra de la mercantilización mundial”. Op. cit. p. 380. 157 RIVERA B., Jorge. El periodismo cultural. Buenos Aires: Paidós, 1995, p. 15. 158DE RAMÓN CARRIÓN, Manuel, et al. “Periodismo cultural”. En DE RAMÓN CARRIÓN, Manuel
(coord.). 10 lecciones de periodismo especializado. Madrid: Fragua, 2003, p. 136.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
89
cultura como actividad vedada a la inmensa mayoría, una visión elitista. De
acuerdo con esta concepción, los ciudadanos que no pertenecen al círculo
intelectual no tienen la capacidad de captar y comprender los matices y el
mensaje de las creaciones artísticas, debido a su falta de preparación o
insensibilidad. El periodismo cultural queda entonces limitado al círculo de
intelectuales, y su campo de estudio también queda restringido solamente al
área de las bellas artes.
La otra concepción, más abarcadora, tiene su origen en las ideas que
propuso el pensador E. B. Taylor en 1874, las cuales resultaron en la apertura
de los horizontes culturales hacia otros temas y públicos. En esta concepción
integradora se considera a la cultura como un “conjunto complejo del
conocimiento, creencias, arte, moral y costumbres, adquiridos por el ser
humano como miembro de la sociedad”; es decir, de todo lo que hace el
hombre.159 Esta acepción se fue nutriendo con la expansión y el
enriquecimiento del estudio antropológico: ubica al fenómeno cultural en toda
su complejidad, en su existencia en la sociedad. Esta segunda perspectiva no
reduce los temas culturales a las bellas artes, y tampoco olvida que la cultura
es parte del funcionamiento, las condiciones y el desarrollo de la sociedad y de
sus individuos. El concepto amplio de cultura no la limita a los sabios e
intelectuales, toma muy en cuenta el papel que juega la cultura en el desarrollo
de todo ciudadano.
La primera perspectiva de cultura fue retomada por los medios
específicos y selectivos, mientras que la segunda se infiltró en los medios
generalistas, y es la que actualmente origina la mayor parte de la información
cultural, por medio de secciones, suplementos, revistas, entre otros. Hoy se ha
generalizado cada vez más el concepto amplio de cultura, dejando atrás la
acepción reduccionista (aunque aún sigue viva), y es por eso que podemos
encontrar diversas definiciones que no sólo reducen el fenómeno cultural a las
bellas artes. Tal es caso de los conceptos ofrecidos por el autor Manuel de
Ramón Carrión, estudioso de la especialización periodística, en los cuales se
159 Íbidem. p. 135.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
90
establece en primera instancia que le periodismo cultural es “el encargado de
transmitir a la sociedad las noticias que generan las actividades más sublimes
que esa misma sociedad es capaz de albergar”.160 Posteriormente, el autor
proporciona una definición más extensa: “Todo periodismo es en sí un
fenómeno cultural, pero se ha consagrado el nombre de „Periodismo Cultural‟
para un conjunto muy heterogéneo de medios y géneros que transmiten las
noticias de las artes, las letras, la corrientes del pensamiento, las ciencias
sociales y humanas, y la llamada „cultura popular‟, entre otros. Su propósito
puede ser creativo, crítico, reproductivo o divulgativo”. 161
Otras concepciones, que también se inclinan por la perspectiva amplia
de cultura, hacen énfasis en la función periodística de difundir la cultura, así
como en su necesidad de especialización y de elaboración de mensajes para
público no experto. Ejemplo de esto son las definiciones que aporta Francisco
Rodríguez Pastoriza, quien considera al periodismo cultural como una práctica
informativa encargada de la difusión de la cultura. Se trata de una actividad
profesional que exige una mayor formación por parte de los periodistas que
ejercen esta especialidad, ya que “ tiene el deber de proporcionar acceso al
capital artístico a quienes no poseen los códigos, la formación intelectual y la
sensibilidad necesarios para asimilarlo y convertirlo en gratificante”.162 De
acuerdo con Rodríguez Pastoriza, el periodismo cultural tiene como principal
deber el de hacernos comprender, más que cualquier otra especialidad del
periodismo. Asimismo, asegura que el periodismo cultural es la labor que “trata
de canalizar la información que se genera en torno al mundo de la cultura y de
darle un tratamiento homogéneo como especialidad diferenciada y difundir esa
información con el fin de que llegue a los consumidores habituales de otro tipo
de noticias”. 163
Una de las definiciones más extensas es la de Jorge B. Rivera, quien
afirma que el periodismo cultural es “una zona muy compleja y heterogénea de
medios, géneros y productos que abordan con propósitos creativos, críticos,
160 Ídem. 161 Íbidem. p. 137. 162 PASTORIZA RODRÍGUEZ, Francisco. Op. cit. p. 13. 163 Íbidem. p. 10.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
91
reproductivos o divulgatorios los terrenos de las „bellas artes‟, las corrientes del
pensamiento, las ciencias sociales y humanas, la llamada cultura popular y
muchos otros aspectos que tienen que ver con la producción, circulación y
consumo de bienes simbólicos, sin importar su origen o destinación
estamental”.164 En esta concepción se deja ver el papel que juega el
periodismo cultural en el lanzamiento de productos culturales de consumo. Sin
embargo, si esta cualidad es llevada al extremo, puede devenir en la
mercantilización y en la simple promoción de productos en las secciones y
publicaciones culturales. Dicho reduccionismo lo podemos observar en la
definición del profesor Iván Tubau, quien define a esta especialidad periodística
como “la forma de conocer y difundir los productos culturales de una sociedad
a través de los medios de comunicación”. 165
La concepción amplia de cultura, que contempla dentro de su espectro
no sólo a las bellas artes sino a toda manifestación humana sublime, cada vez
va ganando más terreno dentro de la industria de los medios de comunicación.
Mientras que la acepción reduccionista ilustrada, la cual todavía logra hacerse
de espacios informativos desde los cuales se concentra en pocos temas y
pocos pero instruidos destinatarios, es considerada por los estudiosos del
periodismo cultural como un obstáculo que, de seguir dominando al periodismo
cultural, no permitirá a éste sobrellevar los retos de la nueva Sociedad de la
Información, la cual se encuentra deseosa de dar el salto y exige hoy en día
contenidos que le ayuden cruzar a la Era del Conocimiento.
Es claro que el periodismo especializado en cultura debe abrir sus
horizontes a nuevos temas y a nuevos destinatarios más demandantes; sin
embargo, la total apertura del término de cultura puede propiciar el problema
opuesto: creer que todo es cultura y puede ser analizado como tal, o que es
digno de ser abordado por el periodismo cultural. Para evitar este extremo, y
permitir un mayor equilibrio entre ambas concepciones de periodismo cultural,
proponemos un acercamiento al tema desde una perspectiva antropológica
filosófica, la cual ayudará a la acepción de un concepto de cultura capaz de ser
164 Íbidem. p. 15. 165 Ídem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
92
lo suficientemente elástico para satisfacer las demandas de las nuevas
audiencias, y lo suficientemente exclusivo para dejar fuera todo aquello que no
cumpla con las cualidades de una información cultural de calidad. Una visión
antropológica filosófica del periodismo cultural también ayudará a identificar
fenómenos culturales para posibles noticias, así como a determinar el enfoque
desde el cual se debe tratar dicho asunto, y que lo diferenciará del tratamiento
que este hecho pueda tener en distintas secciones o especializaciones
periodísticas.
2.3.3 El periodismo cultural a la luz de la antropología filosófica
Actualmente el periodismo cultural suele encontrarse con tres problemas
principales. Primero, se enfrenta al obstáculo que representa la concepción y
definición de su campo de estudio, pues la cultura es un concepto vivo que ha
cambiado a lo largo de la historia y que ha sido abordado desde distintas
perspectivas y disciplinas. Como observamos en el apartado anterior, dicha
variedad de acepciones se pueden englobar dentro de dos enfoques
principales: el elitista, producto de la Ilustración, y la definición amplia, que ha
ganado terreno en los medios de comunicación actual. Sin embargo, aunque
las múltiples acepciones hayan sido reducidas a dos categorías, el periodismo
cultural aún se tiene que debatir entre el extremo reduccionista y la perspectiva
amplia, que si bien es cierto no puede considerarse un extremo en primera
instancia, sí puede llegar a serlo si no se cuidan los límites y el concepto de
periodismo cultural se abre a “todo”, incluso a aquella información que no tiene
nada que ver con lo humano.
Cabe recordar que el periodismo cultural, como toda especialización, no
se caracteriza principalmente por su delimitación temática, sino por su
aplicación de métodos de investigación más precisos a la elaboración de
contenidos adscritos a un campo de saber específico. La sectorización de
disciplinas o secciones es consecuencia de la parcelación del conocimiento y
de las audiencias más demandantes, que exigen una mayor precisión y
reducción del objeto de estudio. No obstante, aunque la delimitación del campo
de acción no sea la característica principal de cualquier especialización
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
93
periodística, resulta esencial definirlo, y en el caso del periodismo cultural, es
necesario que se tenga muy presente qué se encuentra dentro del espectro
cultural y qué no.
Para tener una acepción eficaz de cultura resulta de mucha ayuda
encontrar un equilibrio entre los dos enfoques principales. Y es aquí en donde
proponemos a los conceptos antropológicos filosóficos de persona humana y
de cultura, abordados en el primer capítulo, como bases teóricas para
encontrar dicho equilibrio. Creemos que retomar la definición clásica de cultura,
entendida como la huella de la espiritualidad del hombre en el mundo y en él
mismo, mediante el estudio antropológico filosófico, es esencial para poder
ejercer el periodismo cultural, pues lo abre a posibilidades nuevas, disipa las
dudas sobre los límites de su campo de estudio, le proporciona a sus
profesionales herramientas teóricas para interpretar la gran heterogeneidad de
sus temas, así como para distinguir qué es cultura y qué no, además de evitar
las acepciones reduccionistas o demasiado inclusivas.
En el capítulo anterior, afirmamos que la cultura, desde el punto
de vista antropológico filosófico, es toda manifestación humana, obra o idea,
que desarrolle y exprese el espíritu del hombre (su inteligencia y voluntad), y
que impulsan la autorrealización del ser humano y lo muestran en todo su
esplendor. También propusimos la definición de Carlos Llano: todo lo que el
hombre piense y haga sobre sí mismo y el mundo, como resultado de su
camino a la perfección. Asimismo, señalamos que es imposible comprender lo
que es la cultura sin conocer a la persona humana: origen y finalidad de la
misma.
Retomando lo anterior, y uniéndolo a la definición de periodismo ofrecida
por Gabriel Galdón al inicio de este capítulo, y a las características principales
de la especialización periodística, podemos afirmar que el periodismo
especializado en cultura es el saber prudencial que consiste en la
comunicación adecuada de las manifestaciones humanas sublimes, a fin de
proporcionarle a la sociedad el conocimiento que le ayudará a su toma de
decisiones libre y solidaria.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
94
Esta acepción es resultado de la síntesis e integración de las
definiciones de cultura, periodismo y periodismo especializado que hemos
analizado anteriormente. En ella se pueden vislumbrar la naturaleza, el objeto y
la finalidad del periodismo cultural que proponemos, basándonos en los
estudios de otros autores. Nos parece que dicha definición, ofrece, en primera
instancia, un acercamiento del objeto de estudio que no permite el
reduccionismo porque se refiere a toda manifestación humana sublime
producto de su espíritu. Ni tampoco abre el concepto a prácticamente todo lo
que haga el hombre, pues especifica que el campo de estudio del periodista
cultural se limita a las manifestaciones humanas sublimes, es decir, a aquellas
que muestren lo mejor que hay dentro del ser humano, a aquellas que lo
perfeccionen y eleven su espíritu. Esto no quiere decir que el periodista cultural
deba ignorar a las manifestaciones que no entren dentro de la característica de
lo sublime, sino que debe analizarlas desde dicho ángulo, preguntándose: ¿por
qué no son sublimes? ¿Cómo deberían ser? ¿Se trata de problemas
culturales?
El concepto que hemos propuesto para el periodismo especializado en
cultura hace necesario el estudio de conocimientos básicos antropológicos
filosóficos de cultura y de persona humana, para su cabal comprensión y
adecuada interpretación. Dichos conocimientos sirven de anclas, puertas y
cercos del periodismo cultural. Son las anclas que le proporcionan bases
teóricas para analizar su información sin perderse en ella, son las puertas que
le abren nuevos horizontes temáticos con los cuáles competir en la actual
Sociedad de la Información, y son los cercos que filtran los sucesos y hechos e
impiden que cualquier tipo de información se convierta en contenido cultural.
Una vez que se tiene una definición equilibrada de periodismo cultural,
gracias a la luz que irradia la antropología filosófica, hace falta abordar el
segundo problema al que se enfrenta el periodismo especializado en cultura:
¿Cuáles son las manifestaciones que deberían forman parte de los contenidos
del periodismo cultural? ¿Cuál es su campo de acción?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
95
2.3.4 Campo de acción del periodismo cultural: la importancia del
enfoque
El campo del periodismo cultural es bastante heterogéneo. Algunos
medios periodísticos llenan sus secciones culturales de noticias de
exposiciones de arte, críticas literarias, espectáculos musicales, reportajes de
nuevos productos culturales, música, filosofía, danza, políticas culturales,
educación, arquitectura, escultura, etc. Esta variedad temática está supeditada
a lo que se entienda por manifestación cultural: el periodismo cultural
extenderá su interés tanto como su concepción de cultura se lo permita. “La
gama de temas e incumbencias del periodismo cultural es por cierto variada y
heterogénea, pero puede decirse que la amplitud o restricción del concepto de
cultura al que se adhiera una publicación limitará o expandirá
considerablemente su campo de intereses y, consecuentemente las
posibilidades de elección temática de sus colaboradores”.166
En los conceptos antropológicos analizados anteriormente ya se
vislumbra aquello que forma parte del campo cultural. En el capítulo anterior
señalamos que la cultura cuenta con dos dimensiones: la objetiva,
representada por los bienes culturales externos, y la subjetiva, que se refiere al
desarrollo espiritual del hombre. El análisis y el conocimiento de dichas
dimensiones arrojan más luz sobre los dominios de la cultura; para varios
autores tan sólo la parte objetiva de la cultura constituye por sí sola lo que
denominamos cultura: “la totalidad de los bienes subjetivos – en especial, los
bienes auténticos que son producto de actividades personales – y en especial,
los que son producto de acciones racionales- podría designarse como el reino
de la cultura del individuo”. 167
Sin embargo, para delimitar de forma más precisa el espectro cultural y,
por tanto, el campo de acción del periodismo especializado en cultura, vale la
pena recurrir a nuestra acepción. En la definición que propusimos, el
166 RIVERA B., Jorge. Op. cit. p. 28. 167 HUSSERL, Edmund. Renovación del hombre y de la cultura: cinco ensayos. Barcelona:
Anthropos ; UAM, Unidad Iztapalapa, Division de Ciencias Sociales y Humanidades, 2002, p. 44.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
96
periodismo cultural tiene como objeto de estudio a las manifestaciones
humanas sublimes, producto de su inteligencia y voluntad, y que lo muestran
en todo su esplendor. Sin embargo, es necesario explicar qué se entiende por
manifestaciones humanas sublimes, a fin de establecer un marco de referencia
más detallado. Tal como lo explicamos anteriormente, la cultura es todo aquello
que humaniza al hombre, lo hace más humano.
Para ahondar más acerca del campo de acción del periodismo
especializado en cultura, recurriremos a las anotaciones que Carlos Llano hace
en su libro La formación de la inteligencia, la voluntad y el carácter, en el que
analiza los campos del saber en los cuales la inteligencia del hombre debe
ejercitarse. En su texto, Llano analiza y profundiza en la definición de Reinhald
Maurer, la cual establece que la cultura es “lo que los hombres hacen de sí
mismos y de su mundo; y lo que ellos piensan y hablan al respecto”. 168
De acuerdo con Llano, esta premisa sobre la cultura hace evidente dos
ejes principales, que a su vez agrupan a cuatro dimensiones diferentes. “Una
dimensión subjetiva e interna: cultura es lo que los hombres piensan, hablan y
hacen de sí mismos; y por otro lado, una dimensión objetiva y externa: cultura
es lo que los hombres piensan, hablan y hacen de su mundo”.169 Asimismo, se
habla de una dimensión teórica o especulativa (lo que los hombres piensan y
hablan de sí mismos y de su mundo), así como de una dimensión práctica o
técnica (lo que los hombres hacen de sí y de su mundo).
De esta forma, podemos afirmar que la cultura es todo lo que el hombre
piensa sobre sí mismo y sobre el mundo, y es todo lo que el hombre hace
sobre sí mismo y sobre el mundo. Esta definición está en concordancia con la
dimensión objetiva de la cultura (la huella externa del hombre en el mundo) y la
dimensión subjetiva (la huella del desarrollo de su inteligencia y de sus
conocimientos en sí mismo). Según Llano, dentro de la dimensión de lo que el
hombre piensa sobre sí mismo se encuentran aquellas disciplinas que tienen
como objeto de estudio al hombre; su comportamiento, su naturaleza y su
168 LLANO CIFUENTES, Carlos. Op. cit. p.61. 169 Ídem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
97
mente, es decir, las ciencias humanas (antropología, sociología, psicología,
historia, ciencias políticas, etc.). Por otro lado, dentro de lo que el hombre
piensa del mundo se encuentran las ciencias naturales y exactas (biología,
química, geografía, entre otras).170 Dentro de estas dos dimensiones se
engloban aquellas manifestaciones humanas que aportan conocimientos
teóricos sobre los que es el hombre y el mundo.
Por su parte, la dimensión de lo que el hombre hace de sí mismo
engloba a la ética (una sabiduría práctica): los valores, las virtudes y todo
aquello que tenga la capacidad de transformar internamente al hombre.
Mientras tanto, la dimensión de lo que el hombre hace sobre el mundo engloba
todo aquello que sea huella externa de su espiritualidad, que transforme el
mundo: la técnica, dentro de cuyo espectro encontramos a la tecnología y al
arte.171 Dentro de ambas dimensiones se encuentran las manifestaciones
humanas que transforman, ya sea al hombre mismo o al mundo que le rodea.
Para sintetizarlo visualmente, Llano ofrece la siguiente tabla:
Tabla 2.
Dimensión Subjetiva
(de sí
mismos)
Objetiva
(de su
mundo)
Teoría
(lo que piensan y
hablan)
Humanidades Ciencia
positiva
Práctica
(Lo que hacen)
Ética Técnica
(arte y
tecnología)
Fuente: Llano, 1999.
170 Cfr. LLANO CIFUENTES, Carlos. Op. cit. p. 62 171 Idem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
98
La tabla anterior es una síntesis de las manifestaciones humanas
producto del esplendor de su inteligencia y voluntad, las cuales son tanto
teóricas como prácticas. En ella se demuestra cómo el arte, que pertenece a la
dimensión de lo que el hombre hace sobre el mundo, sólo es una pequeña
porción del espectro cultural, la cual comparte su categoría con lo que
generalmente se considera lejano al mundo artístico: la tecnología.
En las dos dimensiones teóricas (lo que piensan y hablan los hombres)
Llano coloca a la ciencia, tanto natural como humana y social. El conocimiento
científico es parte de la cultura: a través de él, el hombre comprende el mundo
que le rodea, en su deseo de dominarlo, además de que también es un medio
para comprenderse a sí mismo. Al respecto, Ernst Cassirer asegura que “la
Ciencia representa el último paso en el desarrollo espiritual del hombre y puede
ser considerado como el logro máximo y característico de la cultura. (…) No
hay ningún otro poder en nuestro mundo moderno que pueda ser comparado
con el del pensamiento científico. Se considera como el summun y la
consumación de todas nuestras actividades humanas, como el último capítulo
de la historia del género humano y como el tema más importante de la filosofía
del hombre”. 172
Dentro de la primer dimensión, lo que el hombre piensa y habla sobre sí
mismo, se encuentran las humanidades o ciencias que tienen como objeto de
estudio al hombre. Wilhem Dilthey, las denomina ciencias del espíritu, y
asegura que éstas, a las que el uso lingüístico general ha dado el nombre de
ciencias del hombre, de la historia y de la sociedad, “constituyen la realidad
que queremos no dominar, sino ante todo comprender”.173 Dentro de este
ámbito, Dilthey agrupa a la sociología, a las ciencias morales, históricas,
jurídicas y de la cultura misma. La dimensión de lo que el hombre piensa sobre
sí mismo también incluye a la antropología filosófica, y a todo conocimiento
teórico que aporte sobre lo que es el ser humano, sobre su comportamiento, su
172 CASSIRER, Ernst. Antropología filosófica. Introducción a una filosofía de la cultura. México: Fondo de
Cultura Económica, 1977, p. 304. 173 DILTHEY, Wilhem. Introducción a las ciencias del espíritu. Ensayo de una fundamentación del estudio
de la sociedad y de la historia. Madrid: Alianza, 1980, p. 40.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
99
esencia, su organización y los patrones conductuales de las personas:
economía, psicología, ciencias políticas, entre otras.
Por su parte, dentro de la dimensión de lo que el hombre piensa sobre el
mundo se encuentran las ciencias naturales y exactas; es decir, las disciplinas
que tienen como objeto de estudio a la naturaleza y que se caracterizan
principalmente por hacer uso del método científico. Dentro de este espectro se
encuentra la biología, la física, la química, astronomía, la geología y sus
derivadas: astrofísica, bioquímica, entre otras. También en esta dimensión
podemos agrupar otros campos de estudio como las matemáticas, la
ingeniería, la computación, agricultura, ciencias del espacio, geografía y todo
saber que aporte conceptos sobre la naturaleza y el mundo que rodea al
hombre.
Dentro del eje práctico del espectro cultural, en la dimensión de lo que el
hombre hace sobre sí mismo, podemos encontrar a la ética: el conjunto de
prácticas que transforman al hombre por dentro. “Por ética o filosofía moral
entendemos el estudio filosófico-práctico de la conducta humana”.174 Este
campo del saber tiene como objeto de estudio las acciones libres del hombre,
es decir, los actos humanos que son producto del ejercicio de su voluntad y
que el ser humano puede elegir realizar o no. La ética, a pesar estar basada en
conceptos teóricos, se encuentra clasificada en la dimensión práctica de lo que
el hombre hace sobre sí mismo debido a que está orientada a la práctica:
La Ética se ocupa de la conducta humana, y la conducta no es
para el hombre una realidad meramente especulable, como son las
realidades independientes de nosotros (los astros y su movimiento, por
ejemplo), sino una realidad operable, que la persona proyecta y realiza.
La ética es, por tanto, un saber que tiene como objeto de estudio un
objeto práctico. Pero además la ética estudia su objeto, que ya de suyo
es práctico, con una finalidad práctica. El objeto de la Ética no es
únicamente comprender cómo el hombre dirige su propia conducta, sino
174 Rodríguez, Ángel. Ética General. Pamplona: EUNSA, 2001.p. 19.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
100
también ayudarle a proyectar y realizar una conducta buena. Estudia la
conducta formalmente en cuanto que ha de ser proyectada y realizada;
es decir, es un saber práctico no sólo porque es un saber acerca de la
conducta, sino también porque es un saber directivo de la conducta.175
Los asuntos acerca de la conducta del hombre, de la bondad o falta de
ésta en dichas acciones libres, también se encuentran dentro del reino cultural.
La conducta del hombre, junto con las guías que le dan cauce (los valores y
virtudes), que son producto del ejercicio sublime de la inteligencia y voluntad
humana, tienen la capacidad de transformar al hombre y dejar huella en él.
Además de Llano, otros autores como Husserl reconocen el lugar de la ética
dentro de la cultura: “Ahora bien, la propia ciencia es una forma de cultura, un
ámbito de una posible vida colectiva y de sus logros colectivos. Y como la
ciencia en general, también la ciencia de la ética”. 176
Además de la ética, nosotros proponemos la inclusión de la religión
dentro de la dimensión de lo que el hombre hace sobre sí mismo, pues aunque
las manifestaciones religiosas tengan fundamentos teológicos sobre lo que es
el hombre y lo que éste debe hacer para alcanzar la perfección y la divinidad,
toda religión se encuentra encaminada a la vida práctica. Las manifestaciones
religiosas también transforman al hombre: los valores, los ritos, las costumbres,
las creencias de un pueblo tienen cabida en esta dimensión, en cuanto a que
pretenden influir en lo que el hombre hace sobre sí mismo.
En la última dimensión que conforma el campo de estudio de la cultura,
que corresponde lo que el hombre hace sobre el mundo, podemos encontrar a
la técnica, la cual a su vez es la responsable de la huella que el espíritu
humano deja en el mundo externo, es decir, de la cultura objetiva. La técnica
es el “conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o un
arte”, “habilidad para ejecutar cualquier cosa o para conseguir algo” o “relativo
175 Íbidem. p. 27. 176 HUSSERL, Edmund. Op. cit. p. 55.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
101
a las aplicaciones de las ciencias y las artes”.177 La técnica hace referencia a la
forma en que el hombre aplica sus conocimientos teóricos (lo que piensa sobre
sí mismo y del mundo) para crear un mundo artificial, para extender la
naturaleza y crear su hábitat. La técnica engloba al arte, a la tecnología (no
serían posibles ni uno ni otro sin la técnica) y a las manifestaciones concretas
del espíritu del hombre.
El arte es una de las formas en las que el hombre se apropia de lo no
presente, es decir, es de carácter simbólico, tal como lo afirmamos en el primer
capítulo. “El arte es la actividad humana creadora de belleza. Se trata de un
despliegue de la inteligencia y la voluntad creativa, es toda obra cultural dotada
de belleza”.178 La belleza a su vez es una de las cualidades conocidas como
trascendentales179 y tiene que ver con el orden, con la armonía y con la
perfección de los seres. La belleza no está supeditada a gustos particulares: de
acuerdo con la antropología filosófica, aquello que es verdadero, bueno, único
y refleja el esplendor de la naturaleza, es bello. El arte, en este sentido, es toda
representación que pretenda materializar dicho trascendental.
De acuerdo con Pastoriza, dentro del área del periodismo cultural, “la
información de las distintas manifestaciones del arte es una de las más
complejas y difíciles de abordar por su amplia variedad porque requiere de una
formación especializada y rigurosa por parte de los profesionales de los medios
de comunicación”.180 Dentro de ámbito artístico se incluye actualmente una
amplia serie de manifestaciones creativas que hacen más difícil abordar su
información por un único profesional: la pintura, la escultura, la arquitectura, la
fotografía, el diseño, el videoarte, y otras nuevas manifestaciones estéticas y
virtuales, como el infografismo, el holografismo y el arte mecánico. Pastoriza
también incluye como parte del arte al cine, al teatro o artes escénicas y a la
música.
177
Real Academia de la Lengua Española. Recuperado el 15 de septiembre de 2009 de
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=tecnica 178 YEPES, Ricardo. Op. cit. p. 253. 179 De acuerdo con la antropología filosófica, los trascendentales son cualidades que todos los seres
comparten y que, al mismo tiempo, trascienden a dichos seres; es decir, no se agotan en ellos. Los trascendentales son la belleza, el bien, la verdad, la unidad y el Ser. 180 RODRÍGUEZ PASTORIZA, Francisco. Op. cit. p. 17.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
102
Por su parte, la técnica, que engloba a todo aquello que es prueba de la
aplicación de los conocimientos del hombre, también incluye a la tecnología, la
cual hace referencia a la invención de instrumentos para hacer la vida más
confortable. De acuerdo con la Real Academia Española, la tecnología se
define como el “conjunto de teorías y de técnicas que permiten el
aprovechamiento práctico del conocimiento científico”.181 Todos los
instrumentos que el hombre fabrica para transformar el mundo que lo rodea es
tecnología. Al igual que en el caso del arte, sin técnica, no puede existir la
tecnología. Desde la fabricación de un robot, hasta los utensilios y objetos
cotidianos, como los cubiertos, los muebles, los artefactos caseros, entre otros,
son parte de la cultura, pues son huella externa de la espiritualidad del hombre.
Una vez definidas las diferentes dimensiones y manifestaciones
humanas que conforman a la cultura, el periodismo especializado en este
campo se enfrenta a un tercer problema: la variedad tan amplia de temas. De
acuerdo con la clasificación aportada por Carlos Llano, la cultura es
prácticamente todo conocimiento, descubrimiento, estudio, disciplina,
costumbre, práctica y expresión que deje ver el esplendor de su humanidad.
Sus dominios van desde la ética, la religión, el arte y las humanidades hasta la
ciencia exacta y tecnología. Esta concepción de cultura y de lo que la
conforma, aunque muy útil para abrir los horizontes temáticos, también puede
generar confusiones si no se sabe la verdadera clave del periodismo cultural.
Si la cultura también incluye a la música y los espectáculos como el teatro,
¿qué la diferencia del periodismo de espectáculos? Si engloba también a la
economía y a la política, ¿qué diferencia al periodismo especializado en cultura
del político u económico? ¿Cuál es el hilo que une a temas tan diversos?,
¿Cuál es el ingrediente que convertirá a un acontecimiento social, científico y
tecnológico en un contenido cultural? La respuesta es el enfoque.
El periodismo cultural no abordará los hechos sociales, científicos,
deportivos y los espectáculos de la misma forma o desde la misma perspectiva
181 Real Academia de la Lengua Española. Recuperado el 15 de septiembre de 2009 de
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=tecnica
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
103
en que lo hacen las especializaciones periodísticas que tienen a los anteriores
rubros o áreas temáticas como principal objeto de estudio. El tratamiento de la
información será la que ubique los contenidos en una u otra sección de un
periódico o en una u otra publicación periodística especializada. Al respecto,
Pastoriza asegura:
Existe, por otra parte, lo que en periodismo se denomina
tratamiento de la información, por el que una misma información puede
ubicarse en diferentes secciones dependiendo de su enfoque. Así, un
concierto musical organizado para obtener fondos para la lucha contra el
SIDA puede ser objeto del área de Sociedad, si se pone en primer
término esta consideración, o de la Cultura, si lo que se resalta son los
participantes o la calidad del concierto. En estos casos no es el tema de
la información, sino el tratamiento de ésta lo que la ubica en una u otra
sección.182
El enfoque o ángulo desde el cual se aborde el tema será el que hará la
diferencia. Para encontrar el enfoque adecuado y analizar adecuadamente las
manifestaciones humanas desde un punto de vista cultural, nosotros
proponemos utilizar los conceptos abordados en el primer capítulo. En él,
afirmamos que el hombre es el fin y el origen de la cultura. “Él mismo en cuanto
a hombre individual es a la vez sujeto de la cultura y objeto de ella; y es
simultáneamente objeto de la cultura y principio de todos los objetos
culturales.” 183 Cabe recordar que las dos dimensiones de la cultura –objetiva y
subjetiva – se enriquecen constantemente en un círculo virtuoso: lo que hace el
hombre mediante su inteligencia y voluntad sobre el mundo (cultura objetiva), a
la vez lo cultiva a él mismo y a sus semejantes (cultura subjetiva), lo cual les
permite, a su vez, transformar su exterior nuevamente. Lo anterior debe servir
como base teórica para todo acercamiento y tratamiento de la información
cultural.
182 RODRÍGUEZ PASTORIZA, Francisco. Op. cit. p. 15. 183 HUSSERL, Edmund. Op. cit. p. 44.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
104
El hombre, su papel creador de cultura y el efecto que ésta tiene en él
mismo es el enfoque que diferenciará a los contenidos culturales de los de
otras secciones o especializaciones periodísticas. Las manifestaciones
humanas provienen de la intimidad de las personas y demuestran lo que una
sociedad es y piensa de sí misma. En este sentido el enfoque del periodismo
especializado en cultura giraría en torno a preguntas como: ¿qué nos dice este
hecho sobre el hombre actual?, ¿qué dice sobre lo que la sociedad piensa de
sí misma?, ¿qué aporta a la humanidad?, ¿qué verdad quiso comunicar el
creador (si se trata de una obra de arte) y qué relación tiene ésta con lo que
pensaba de su sociedad y de sí mismo? No podemos separar a la cultura del
hombre, y esto es algo que el periodismo especializado debe recordar: su
objeto de estudio es la cultura, pero sobre todo el hombre.
Las cualidades de las manifestaciones culturales o acciones de la
cultura que abordamos en el capítulo anterior también arrojan luz sobre
posibles enfoques desde los cuales analizar un hecho o fenómeno cultural.
Recordemos que las manifestaciones culturales se caracterizan por poseer una
dimensión comunicativa, simbólica y productiva. De esta forma, el periodismo
especializado en cultura puede acercarse a la información desde ángulos
como: ¿Qué nos dice este fenómeno, obra, objeto o hecho acerca del trabajo
humano?, ¿Qué símbolos podemos encontrar en él?, ¿Qué verdad nos
comunica sobre la sociedad en que sucedió o fue creada y sobre las creencias
de ese pueblo? ¿Qué nos aporta dicha obra, objeto o suceso a la sociedad
actual?
Los conocimientos antropológicos filosóficos son herramientas que
ayudan al periodismo especializado en cultura a unificar sus temas tan
heterogéneos, a unirlos mediante una base teórica común, capaz de abordar
los fenómenos culturales desde un mismo puerto: el hombre. Incluso, mediante
este tipo de anclas, que le permiten encontrar enfoques diferentes y
enriquecedores, puede reconciliar algunas posturas sobre el periodismo
cultural: por ejemplo, la disyuntiva entre captar o crear tendencias. “La
sagacidad para detectar las tendencias vigentes es una de las claves del
periodismo cultural, pero podría decirse también que la capacidad para generar
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
105
una tendencia es la forma superlativa de esa clave”.184 El periodismo
especializado en cultura, mediante su análisis antropológico sobe el hombre,
es capaz de captar nuevas tendencias culturales e informar sobre ellas, pero
además, gracias a su interpretación profunda sobre lo que dichas tendencias
significan y nos dicen del ser humano, es capaz de crear y darle difusión a
dichas tendencias, es decir, también es difusor cultural en este sentido.
Un enfoque antropológico filosófico, que tiene como eje a la persona
humana para la elaboración de los contenidos culturales, también podría ser
parte de la solución de un problema actual. De acuerdo con Carlos Llano,
vivimos en una sociedad instrumentalizada, la cual se enfoca meramente a lo
técnico, a lo práctico, a la parte objetiva de la cultura únicamente. Se ocupa del
estudio del mundo y de su transformación, olvidando el estudio del hombre:
Parece que nos encontramos en condiciones de sostener que, en
general, la cultura contemporánea, tomada en su sentido más amplio, se
inclina, si es que no se polariza, del lado de lo que hemos llamado su
dimensión objetiva y práctica: se ocupa de transformar al mundo, para
hacer de él un hábitat confortable; eso es la técnica de la
transformación. Y se ocupa también –aunque con menos fuerza – del
estudio teórico del mundo (que es la ciencia), especialmente cuando
encuentra límites para su transformación. Esta preferencia de la
dimensión objetiva (hacer y saber sobre el mundo) por encima de la
dimensión subjetiva (hacer y saber sobre mí) es un grave error de
nuestra cultura. No es buen camino para esa formación preocuparse por
el mundo que nos rodea sin tener previamente un concepto del hombre
que se encuentra en el mundo. 185
Asimismo, según Llano, la sociedad actual también se caracteriza por
inclinarse más hacia lo práctico que a lo teórico, es decir, se aboca primero a la
transformación del mundo y deja de lado el conocimiento de la persona
humana (humanidades). “Nuestros sistemas de educación pretenden que
184 RIVERA, Jorge. Op. cit. p. 34. 185 LLANO CIFUENTES, Carlos. Op. cit. p.62.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
106
seamos de una determinada manera, sin partir de una concepto previo de lo
que naturalmente somos: nuestra formación es casi un vacío dar palos a
ciego”. 186 La cultura contemporánea sigue así un camino al revés: se persigue
primero cambiar el mundo (técnica), sin conocer previamente cómo es
(ciencia), y sin pensar cómo ha de ser el mundo para el hombre. Asimismo,
pretendemos cambiar al hombre (ética), sin saber lo que el hombre es
(humanidades).
El periodismo cultural también suele ser víctima de esta
instrumentalización si no cuenta con una base teórica que le proporcione un
concepto de persona humana que lo respalde y le ayude a cubrir al fenómeno
cultural en su totalidad. Sin los conocimientos antropológicos necesarios, el
periodismo especializado en cultura también se inclinará primero por lo técnico,
por lo práctico (arte y tecnología), en ocasiones por la ciencia, antes que por el
conocimiento de la persona humana. Para contrarrestar el problema, Llano
propone entonces una inversión del camino, un reordenamiento de la jerarquía
de dimensiones:
186 Íbidem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
107
Tabla 3.
Camino intelectual
inclinado actual
Camino
intelectual
propuesto por
Carlos Llano
1.- Técnica
(Transformación
del mundo)
2.- Ciencia
(Conocimiento del
mundo)
3.-Ética
(Transformación
del hombre)
4.- Humanidades
(Conocimiento del
hombre)
1.- Conocimiento
del hombre
(Humanidades)
2.-
Transformación
del hombre
(Ética)
3.- Conocimiento
del mundo
(Ciencia)
4.-
Transformación
del mundo
(Técnica)
Fuente: Llano, 1999.
En esta tabla se muestra el orden o la jerarquía que deben tener las
diversas dimensiones de la cultura (propuesta por Llano). El estudio y
transformación de la persona humana debe anteponerse a los conocimientos y
transformación del mundo. Esta propuesta debe tomarse en cuenta a la hora
de abordar y elaborar los contenidos culturales: se debe utilizar como base el
conocimiento de la persona humana, de su esencia, antes de interpretar lo que
ésta hace, es decir, antes de analizar el arte, la técnica, la tecnología y toda
manifestación de la cultura objetiva.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
108
El periodismo cultural tiene la oportunidad de ayudar en la solución del
problema del instrumentalismo, al dedicar sus contenidos a la comprensión
teórica y profunda de lo que es el hombre y el mundo en el que vive, como
base para la interpretación y análisis sobre lo práctico, la técnica, la tecnología,
el arte y las costumbres y valores morales. Es importante recordar que el
periodismo especializado en cultura también impulsa y enriquece la cultura
subjetiva, es decir, desarrolla y alimenta el espíritu de los receptores. Al ofrecer
contenidos profundos cultiva la espiritualidad de la audiencia, generando un
círculo virtuoso en el cual los destinatarios fortalecen y enriquecen su intimidad
con dicha información. El periodismo cultural ayuda al hombre a entenderse a
sí mismo, a través del análisis de lo que éste produce, de lo que crea y de la
huella que deja en el mundo externo. Y todo esto sin perder su objetivo
periodístico –ofrecer conocimiento útil para la toma de decisiones de los
ciudadanos– pues qué mejor conocimiento para las decisiones que el
conocimiento de uno mismo.
2.3.5 Factores de interés para el periodismo cultural
En los apartados anteriores se ha destacado el papel del periodismo
cultural como puente entre el conocimiento de las manifestaciones humanas
más sublimes y la sociedad, que alimenta el círculo virtuoso cultural al
enriquecer la cultura en su dimensión tanto objetiva como subjetiva. Ya
mencionamos que la interrelación entre ambas dimensiones culturales no debe
dejarse de lado a la hora de abordar e interpretar la información cultural; sin
embargo, tampoco podemos olvidar que el periodismo especializado en cultura
sigue siendo, primero que nada, periodismo; por tanto, los temas abordados
deben de ser relevantes y de interés social, como lo explicamos al definir la
función social de la especialización periodística. Por ello, a la hora de elegir un
tema o una manifestación humana sobre la cual elaborar un contenido, no sólo
es necesario analizarla desde el punto de vista cultural o artístico, también es
esencial tomar en cuenta su potencial periodístico: ¿qué relevancia social
posee el acontecimiento o hecho?, ¿es algo que los receptores necesitan
saber para su toma de decisiones?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
109
El periodismo tiene como fin último comunicar el saber necesario para la
toma de decisiones de los ciudadanos, y es esta premisa la que debe servir de
criterio para determinar qué es lo importante y qué no. Por su misma
naturaleza, resulta usual que el campo del periodismo cultural a menudo
contenga información que no satisfaga necesidades informativas urgentes de
los receptores; sin embargo, esto no significa que no deba cuidar que su
información siempre sea relevante, de interés social, que aporte, que gratifique
y que deje huella en los receptores no especializados. “Es evidente que para el
ciudadano lo importante es lo que le afecta, por lo que los medios están
obligados a tratar informaciones de acuerdo con la importancia que les otorgan
sus audiencias. Pero también es difícil llegar a un acuerdo para decidir qué es
lo importante”. 187
En este sentido, son precisamente los factores de interés periodístico,
los valores inherentes que miden el alcance de los acontecimientos y que
servirán de guía para determinar la importancia de un fenómeno cultural, en
función de su relevancia informativa y del interés e impacto que tiene en la
audiencia. No obstante, esta vez nos concentraremos en los valores
periodísticos que influyen en la noticiabilidad de un hecho informativo
relacionado con la cultura, los cuales varían un poco con respecto a los
factores de interés periodísticos generales propuestos por Carlos Marín. Al
respecto, Pastoriza ofrece los principales factores de interés y criterios de
valoración para la elaboración de la información cultural:188
1.-Interés informativo: se trata del interés mayoritario de la audiencia que
se traduce en lo que le afecta y tiene necesidad de saber. En cultura, el
interés tiene que ver con el servicio o satisfacción que el conocimiento
de cierta información le proporciona al receptor.
2.-Actualidad/Reactualización: hace referencia a la vigencia o
presencialidad temporal del hecho informativo cultural en el momento de
su emisión. La reactualización consiste en traer a la actualidad hechos
pasados.
187 PASTORIZA RODRÍGUEZ, Francisco. Op. cit. p. 80-86. 188 Cfr. PASTORIZA RODRÍGUEZ, Francisco. Op. cit. pp. 80-86.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
110
3.- Novedad o rareza: se refiere a lo inusual y lo infrecuente.
4.-Utilidad: se refiere a la información que proporciona al receptor cierto
servicio público, al serle útil para la vida cotidiana.
5.-Conflictividad: se refiere al choque de intereses, de personas, a la
lucha de contrarios.
6.-Emotividad: se refiere a la influencia dramática de la información en la
afectividad de la audiencia. Esta cualidad permite la utilización de un
lenguaje más creativo y literario.
7.-Proximidad: este valor mide la relación de cercanía, mental o física,
que los receptores tienen con la noticia.
8.-Familiaridad, prominencia, celebridad: se refiere a la proximidad
afectiva con algunas personas, lugares, animales o cosas, debido a que
éstas son muy conocidas o tienen un carácter relevante. Existen tres
tipos de prominencia: de personas (“personas noticia”) de lugar y de
animales o cosas.
9.-Entretenimiento: Pastoriza lo define como “la captación de la atención
por la curiosidad intrascendente”.189 Este valor hace referencia a las
informaciones que se inclinan más hacia los espectáculos.
10.-Disponibilidad/Accesibilidad: hace referencia a la capacidad de
aproximación de los informadores a las fuentes especializadas de
información. En el periodismo cultural, con frecuencia son los expertos y
protagonistas del mundo cultural los que buscan a los comunicadores
culturales para ser difundidos.
11.-Duración y extensión: este criterio de valoración tiene que ver con la
extensión y ubicación del contenido dentro del medio de comunicación.
Actualmente es inusual para el contenido cultural tener cabida dentro de
las primeras planas.
12.-Situación y orden de emisión: hace referencia a la situación de la
noticia en la portada o las páginas pares de un periódico o el orden de
emisión dentro del programa informativo.
13.-Enfoque: ángulo desde el cual un hecho o acontecimiento cultural es
abordado y desde el cual será desarrollado.
189 Íbidem. p. 84.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
111
14.-Imagen: El rango o importancia de una noticia se eleva si dentro de
su contenido existe la posibilidad de acompañar el texto con imágenes
significativas.
15.-Empresa: Los intereses comerciales, económicos e ideológicos de la
empresa informativa o medio de comunicación es un criterio muy
importante que se debe tener en cuenta a la hora de abordar un
fenómeno cultural y de determinar el enfoque desde el cual se
elaborarán los contenidos.
Pastoriza añade a estos criterios las aportaciones de Joan Costa190,
quien asegura que para que un hecho sea considerado como acontecimiento o
noticia debe de abarcar cuatro dimensiones. Dichas dimensiones también se
aplican a la información cultural y son:
-La dimensión de novedad o relevancia
-La dimensión de alcance social
-La dimensión de la implicación psicológica de una colectividad.
-La dimensión temporal: duración del hecho en la memoria colectiva.
Valores como la prudencia, la preparación en los métodos de
investigación (que aportan objetividad a su trabajo), así como el conocimiento
antropológico sobre la persona humana y la cultura son las herramientas que,
junto con los factores de interés periodístico, sirven al periodismo cultural como
una gran base que le permite adentrarse en su complejo y heterogéneo campo
de estudio sin perderse en él. Asimismo, le abrirán los horizontes temáticos que
necesita para hacer frente a la sociedad actual, sedienta de conocimiento y de
nuevos enfoques informativos. A la hora de seleccionar y elaborar la
información cultural, el conocimiento de los factores periodísticos y de las
dimensiones culturales de Llano, alejan al periodista cultural de los vicios
mercantilistas, elitistas y de aquellos que tienden a contemplar cualquier hecho
como cultura. Obligan al periodista cultural a medir el potencial periodístico que
190 Cfr. PASTORIZA RODRÍGUEZ, Francisco. Op. cit. p. 87.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
112
tiene su información o tema, es decir, a no perder de vista las necesidades de
los ciudadanos y, por ende, la función y objetivo primordial de su labor.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
113
Capítulo III. Tras el perfil del periodista especializado en cultura
Introducción
En este capítulo nos daremos a la tarea de explorar cómo debería ser del
periodista cultural a la luz de la antropología filosófica. Nuestro objetivo será
detectar aquéllas cualidades, conocimientos y habilidades que le ayudarán en
su labor, a fin de proponer un perfil de periodista especializado en cultura
basado en la concepción de periodismo humanista de Gabriel Galdón, y que
incluya las características principales de un profesional especializado. Haremos
uso de los conceptos analizados en el capítulo anterior para construir paso a
paso dicho perfil, desde lo que significa ser un periodista y un periodista
especializado, hasta lo que debe ser un periodista cultural.
En el primer apartado, abordaremos la importancia de su formación
académica y ética; es decir, los conocimientos y valores que éste debe cultivar
como periodista. Comenzaremos por analizar el papel de la prudencia, cualidad
que da razón cabal a la naturaleza del periodismo y de ahí enlistaremos los
principales valores cognoscitivos y éticos que le son esenciales.
Posteriormente, nos dedicaremos a explorar el perfil de un profesional
especializado, la necesidad de la formación en un área del saber, su cambio de
actitud profesional, su rigor y su alma de investigador. También señalaremos
cuál es la diferencia entre experto o colaborador y un periodista especializado.
Finalmente, nuestro último apartado estará dedicado a analizar las
características de un periodista especializado en cultura. Aquí abordaremos la
importancia de la antropología filosófica como parte de su formación, lo cual le
permitirá comprender cabalmente qué significado tiene la cultura en la vida del
hombre y viceversa. También abordaremos cualidades esenciales en este
ámbito, como la sensibilidad hacia la belleza y la capacidad de valorar e
interpretar todo aquello que exprese la intimidad humana.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
114
3.1 ¿Qué significa ser periodista?
Ser periodista es mucho más que sólo transmitir datos e información.
Implica tener una misión, un objetivo; de otra forma, el periodista sólo se
convierte en “notario de la realidad”, en una simple hoja al viento. Aquél que se
dedique al periodismo, como afirma Carlos Septién García, no es un científico,
dedicado a extraer teorías de la realidad; tampoco es un filósofo, pues no
busca comprender la esencia de las cosas; pero tampoco es un simple técnico
que sólo aplica procedimientos informativos. Su trabajo consiste en una
síntesis de conocimientos, habilidades y prácticas que tienen como materia
prima a los actos humanos y que, por lo mismo, requieren de una formación
ética que una todas estas actividades hacia un mismo fin. El periodista, de esta
forma, “lejos de limitarse a aplicar reglas y procedimientos, toma pie en éstos
para remontarse a principios superiores”. 191
Y si el periodista no es un científico, ni un técnico, ni un notario de la
realidad, entonces, ¿en qué consiste ser periodista?, ¿cuáles son las
características que lo definen?
3.1.1 La prudencia, nexo entre conocimiento y virtud
Como observamos en el capítulo anterior, la prudencia no sólo es una
virtud recomendable para el perfil del periodista, sino que es el hilo conductor
de su labor. La prudencia es la suma de valores cognoscitivos y éticos que le
permitirá realizar su trabajo de forma eficiente, pues le proporciona una serie
de herramientas sin las cuales la comunicación de las realidades actuales con
vistas al bien común no sería posible. Tal es el caso de la capacidad de
previsión, el pensamiento crítico y mesurado, así como la facultad de
discernimiento. En correspondencia con el periodismo, la prudencia exige el
conocimiento de la verdad para el obrar, para tomar decisiones adecuadas. Es
una virtud que tiene como función dirigir a la razón práctica:
191 SEPTIÉN GARCÍA, Carlos. El quehacer del periodista. México: Asociación Cultural Carlos Septién
García, 1979, p. 48.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
115
En efecto, la prudencia es una cierta sabiduría esencialmente práctica
que teniendo en cuenta los conocimientos concretos, los principios
éticos permanentes, el conocimiento intencional del fin y de los hombres
que pueden llevarlo a cabo, así como las circunstancias concretas
presentes, tanto regula el gobierno de los hombres como dictamina la
elección de los medios adecuados para la consecución de los fines
propuestos. Y, al mismo tiempo, es la que impera cada acto humano
individual, libre y deliberado. 192
De acuerdo con Galdón, la prudencia engloba a la pronoia, frónesis, y
diácrisis: preconocimiento o previsión, juicio mesurado y poder de discernir. En
este sentido, no sólo se reduce a la capacidad de evitar excesos, sino que
incluye la facultad de prever el futuro, utilizando el conocimiento del presente y
del pasado; presupone a la memoria y a la inteligencia y utiliza sus
conocimientos para anticipar lo que aún no sucede. Asimismo, la prudencia
significa discreción y sentido crítico, así como el desarrollo de un juicio
ponderado, maduro y no precipitado, capaz de diferenciar lo bueno de lo malo,
lo verdadero de lo falso, lo real de lo aparente. “La prudencia es, pues, en este
aspecto, una cualidad que reside en el entendimiento o razón, cuyo objeto es el
conocimiento de la realidad”. 193
La prudencia radica en la valoración objetiva de la situación concreta y
en la facultad de transformar ese conocimiento en una decisión personal. El
periodismo también parte de este conocimiento de la realidad y necesita de
estas facultades para la adecuada toma de decisiones sobre la producción,
selección y jerarquización de noticias, para su manejo de fuentes de
información, así como para elegir la mejor forma de redactar y presentar los
contenidos al público. De acuerdo con Josef Pieper, la prudencia es la virtud
madre que regula a todas las demás, y está fundamentada en la verdad. En
este sentido, desarrollar un comportamiento prudente significa estar consciente
de que la realización del bien exige un conocimiento de la verdad:
192 GALDÓN, Gabriel. Teoría y práctica de la documentación informativa. Op. cit. 16. 193 Íbidem. p. 14.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
116
El conocimiento objetivo de la realidad es, pues, decisivo para obrar con
prudencia. El prudente contempla por una parte, la realidad objetiva de
las cosas y, por otra, el „querer‟ y el „hacer‟; en virtud y a causa de este
conocimiento de la realidad determina lo que debe y no debe hacer. De
esta suerte, toda virtud depende en realidad de la prudencia.194
El párrafo anterior bien podría ser una descripción del trabajo del
periodista: primero debe conocer y analizar la realidad y, con base en ella,
tomar las decisiones informativas correspondientes. “Quien ignora cómo son y
están verdaderamente las cosas no puede obrar bien, pues el bien es lo que
está conforme con la realidad”.195 La prudencia actúa como guía del periodista:
le proporciona el criterio necesario para identificar lo que es digno de ser
informado y lo que no lo es; lo que ayudará al público a impulsar su libertad y
todo aquello que no servirá para nada. Es esta virtud la que evita que el
periodista se convierta en un simple espejo de lo que sucede o que responda a
intereses particulares.
Además de los valores cognoscitivos que la prudencia presupone, ésta
también es la suma y nexo de otros valores morales que son necesarios para la
profesión de un periodista. “La justicia, la fortaleza y la templanza dependen de
la prudencia, ya que ésta vincula al sujeto (en nuestro caso al periodista) a la
medida objetiva de la realidad, y lo conecta con el ser de las cosas”.196 El
periodista debe estar consciente de que su labor tiene una dimensión tanto
intelectual como moral, en la que la prudencia es la encargada de dirigir las
acciones intelectuales y artísticas, así como las aptitudes y actitudes que se
encuentran detrás de ellas.
Al respecto, Galdón asegura que esta virtud dictamina la forma en que el
periodista elije los mejores fines y metas, así como los principios editoriales que
deben ser asumidos por el medio de comunicación. La prudencia también
exige de los profesionistas una preparación adecuada, que les permita
194 PIEPER, Josef. Prudencia y templanza. Madrid: Ediciones Rialp, 1969, p.15. 195 Ídem. 196 GALDÓN, Gabriel. Teoría y práctica de la documentación informativa. Op. cit. p. 17.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
117
seleccionar los mejores medios y métodos, además de proporcionarles el
criterio adecuado para preguntarse si los hechos son comunicables en razón
de las necesidades del público, si son verdaderos, y si éstos tienen intereses
políticos detrás. En este sentido, la prudencia evitará lo que Galdón llama
“periodismo de declaraciones”, el cual se dedica a reportar lo que los líderes
sociales o políticos dicen unos de otros, sin tomar en cuenta las necesidades
del público.197
Un elemento básico de la prudencia, y que es esencial para el trabajo
del buen periodista, es la capacidad de prever las consecuencias personales y
sociales de las informaciones. “Hay muchas cosas que, aun siendo verdad,
pueden dañar a las personas y a la entera sociedad. Y, por tanto, cuando
deban ser comunicadas hay que poseer delicadeza y finura de buen cirujano
para enfocarlas con la mirada y la perspectiva adecuadas”. 198 Galdón también
hace énfasis en la prudencia como la cualidad que conduce al periodista a
pensar en las mejores formas de transmitir y de presentar la información, de
acuerdo con la naturaleza de esas mismas realidades y con las necesidades
de los receptores. Por ejemplo, un periodista prudente elige los mejores
géneros periodísticos para publicar los hechos: selecciona los mejores caminos
que lo conducirán con éxito a cumplir su función social.
De la prudencia nace el periodista consciente de sus actos y de las
consecuencias de sus actos. De acuerdo con Josef Pieper, una de las
características más importantes de la prudencia es precisamente la
consciencia, e incluso se puede utilizar a ésta última como sinónimo de la
primera. Pieper asegura que la prudencia consta de dos rostros: “uno de los
cuales se encara con la realidad objetiva, mientras el otro mira a la realización
del bien”.199 El sentido de la prudencia en el periodista radica en que el
conocimiento objetivo de la realidad se convierta en medida para su obrar. Su
labor, que está formada por una variedad heterogénea de actividades como la
selección, jerarquización, investigación y producción de noticias, encuentra su
197 Cfr. GALDÓN. De la objetividad a la prudencia. Hacia un paradigma informativo humanista. Op. cit. pp.
46-49. 198 Íbidem. p. 48 199 PIEPER, Josef. Op. cit. p. 56.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
118
hilo conductor en la prudencia, porque dirige todas y cada una de esas
acciones hacia el bien común.
3.1.2 Cualidades distintivas del periodista
Hablar del profesional del periodismo es hablar de un comunicador que
responde, primero que nada, a una vocación. John Hohenberg inicia su libro El
periodista profesional con una pregunta: “¿Qué es lo que hace al periodista? Si
su característica principal pudiera señalarse, ¿cuál sería esa característica?”.200
Después de mencionar algunas de las respuestas ofrecidas por profesionales
del periodismo, entre las que se encuentran la vitalidad, el empuje, el deseo
por desenterrar la verdad, la exactitud o los valores morales, Hohenberg señala
a la vocación como la característica esencial del alma del periodista:
Aunque ninguna respuesta puede ser completa en sí misma, existe un
elemento esencial, implícito, tanto en los hombres como en sus
respuestas. Ese elemento es el amor por el trabajo: una lealtad fiera e
inflexible hacia sus preceptos y un desprecio absoluto hacia todo aquello
que tenga visos de inexactitud, falta de integridad o adocenamiento. 201
La vocación del periodista será el motor que lo impulse a conocer, a
apasionarse por la verdad, por el acontecer humano y por el bien de su
sociedad. De acuerdo con el periodista cubano Carlos M. Castañeda, el
profesional del periodismo debe tener vocación de servicio, sentido de misión,
que se manifieste en su deseo de “despertar la sensibilidad social, de contribuir
a mejorar la convivencia en libertad (…) Ser periodista exige sentir pasión
profesional. Porque hay implícita una „misión‟ a realizar, el periodista está
requerido a sentir y vivir su profesión. Cuando se adopta esta profesión está
contrayéndose un compromiso social”.202 El periodista no se desviste de su
profesión a la hora que cierra su oficina de trabajo: lo es las 24 horas del día, y
esto requiere de pasión profesional.
200 HOHENBERG, John. El periodista profesional. Mexico DF: Editorial Letras S.A., 1962, p. 15. 201 Ídem. 202 M. CASTAÑEDA, Carlos. Ser periodista. La vida y legado de Carlos M. Castañeda. Miami, Florida,
2006. p. 4.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
119
La importancia de la vocación en la profesión periodística también es
abordada por Kapuscinski. De acuerdo con él, la labor del periodismo se
caracteriza por tres cualidades o premisas importantes, las cuales tienen que
ver con la vocación y el amor al trabajo periodístico. La primera de ellas es la
disposición de sacrificio, pues se trata de una profesión que requiere “de toda
nuestra alma, nuestra dedicación, nuestro tiempo”. 203 La segunda cualidad es
el constante estudio y la profundización de los conocimientos. Según
Kapuscinski, el periodista debe estudiar y aprender constantemente, pues se
encarga de describir y de investigar el mundo contemporáneo, que es
dinámico, revolucionario y cambiante. Finalmente, la tercera cualidad es la de
“no considerarla como un medio para hacerse rico”.204 El periodismo requiere
de pasión y entrega; para triunfar en la profesión el escritor polaco recomienda
dos elementos: sacrificio y estudio.
Según Hohenberg, la preparación que los periodistas necesitan ha
cambiado con el tiempo. A principios del siglo XX, eran raros los miembros de
las redacciones de los periódicos que poseían un título universitario. El
periodismo era visto como un oficio y un negocio, más que como una profesión.
No obstante, actualmente los periodistas necesitan de un título universitario, de
educación, de conocimientos en ciencias sociales y en humanidades para
poder triunfar, así como de los idiomas extranjeros. Hohenberg señala que las
escuelas de periodismo actuales pretenden que sus alumnos se vean a sí
mismos como profesionistas, con todas las responsabilidades sociales y
valores éticos que éstos conllevan. “Mientras milite en las filas del periodismo,
las marcas distintivas de su valor como profesional serán las siguientes: 1) su
responsabilidad y su criterio; 2) su educación, sus antecedentes y su
adiestramiento; 3) su capacidad técnica como reportero, escritor o editor, y 4)
su contribución hacia el progreso de las normas éticas profesionales”. 205
203 KAPUSCINSKI, Ryszard. Los cínicos no sirven para este oficio. Op. cit. p.33. 204 Íbidem. p. 34. 205 HOHENBERG, John. Op. cit. p. 20.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
120
Además, por ser comunicador de las realidades actuales, al periodista le
concierne lo que sucede en el presente. Sin embargo, también debe conocer e
interesarse por el pasado y por el futuro, al cual dirige su mente gracias a la
capacidad de previsión. La buena memoria, el alma de historiador y la
capacidad de relacionar acontecimientos pasados con el presente y con el
futuro son cualidades esenciales del periodista. Al respecto, Kapuscinski
asegura que “todo periodista es un historiador. Lo que él hace es investigar,
explorar y describir la historia en su desarrollo. Tener una sabiduría y una
intuición de historiador es una cualidad fundamental para todo periodista”. 206
El sentido documental e histórico tiene que ver con el deber del
periodista de analizar y de conocer las causas de los hechos. Galdón reconoce
al hábito de la documentación como una de las cualidades básicas del
informador, ya que el conocimiento de las vinculaciones entre los hechos entre
sí y entre los hechos y las ideas, es esencial para la comprensión de las
realidades humanas, sociales, objeto de la información”. Según Galdón, la falta
de sentido histórico y documental en los periodistas es la responsable de lo
que define como infopolución e idolatría de la actualidad, es decir, del
bombardeo de datos y declaraciones insignificantes y repetitivas en los medios
de comunicación. 207
Castañeda cita otras cualidades que definen al profesional del
periodismo, como la curiosidad y la avidez por conocer la verdad. Según este
autor, el periodista es aquél que pregunta, que insiste en la investigación, hasta
comprender el significado de los hechos. Este constante cuestionamiento y sed
de saber requieren de la lectura frecuente, del conocimiento de la agenda
informativa y de la capacidad autodidacta: debe ser consciente de que todos
los días se aprende algo nuevo. “El periodista tiene que saber de historia, de
economía, de geografía, de sociología, de las artes y las ciencias, los deportes,
y sentir avidez por leer publicaciones del exterior para ampliar horizontes (…)”.
208 Y no sólo eso, también debe nutrir y desarrollar su imaginación para
206 KAPUSCINSKI, Ryszard. Los cínicos no sirven para este oficio. Op. cit. p. 58. 207 Cfr. GALDÓN, Gabriel. Teoría y práctica de la documentación informativa. Op. cit. p. 20 208 M. CASTAÑEDA, Carlos. Op. cit. p. 5.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
121
encontrar nuevos ángulos periodísticos y romper con lo esperado y
convencional.
Por su parte, Carlos Septién García señala que uno de los deberes
principales del periodista es el de informar sobre los actos humanos. Para
cumplir con dicha obligación, el periodista deberá aplicar a su observación un
método y exactitud rigurosa, respetando la veracidad. Otras cualidades que
Septién García enlista como notas distintivas del buen periodista son: “rápida
percepción de situaciones, inquebrantable propósito de objetividad, criterio de
selección en cuanto a los datos principales y secundarios, capacidad de
síntesis, sentidos siempre alerta y adecuada y constante información acerca de
los sucesos que registra, de los relacionados con ellos, de sus antecedentes y
de sus pequeñas o grandes historias internas”.209 También añade la fidelidad a
los hechos, la lealtad a los lectores y la responsabilidad social.
Ser periodista exige también el conocimiento del idioma. Castañeda
señala que “no puede pensarse, mucho menos comunicarse, si no se sabe
cómo expresar las ideas”.210 El profesional del periodismo debe enriquecer su
vocabulario, así como perfeccionar su ortografía, gramática, y aprender sobre
estructura literaria, redacción y sintaxis. Asimismo, el buen periodista está
familiarizado con la forma en que se le da color a los textos, se enlazan
párrafos y se logra la descripción concisa y clara. El conocimiento del estilo
periodístico también es clave para la labor del periodista. Al respecto,
Hohenberg indica que “la regla fundamental es que empleen palabras
conocidas, frases cortas, párrafos breves, lenguaje vigoroso y, cuando sea
posible, que expresen una sola idea en cada frase”. 211
Castañeda también hace énfasis en la importancia de estar al tanto de
las nuevas tecnologías y de los nuevos medios de comunicación que
caracterizan a la Sociedad de la Información. “No solamente hay que saber
buscar la noticia y escribirla, el periodista del nuevo milenio tiene que ser un
209 SEPTÍEN GARCÍA, Carlos. Op. cit. p. 51. 210 M. CASTAÑEDA, Carlos. Op. cit. p. 5. 211 HOHENBERG, John. Op. cit. p. 16.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
122
„periodista total‟, quien debe saber también cómo digitalizar la información,
emplanarla electrónicamente, a veces transmitirla o comprimirla en un disco, o
enviarla a una procesadora de negativos, y muy pronto, llevarla directamente a
la plancha de impresión”.212
De cara al surgimiento de nuevos medios de comunicación que están
emergiendo del Internet, el criterio del periodista profesional para hacer énfasis
en lo verdaderamente importante adquiere mayor relevancia. El papel del
periodista en el boom de la información digital sigue siendo prioritario para
interpretar y analizar la gran cantidad de datos que están al alcance del
público, por lo cual éste debe saber identificar lo esencial, y saberlo comunicar
de forma concisa. “Si a fines de la centuria XX, el periodismo es una profesión
importante, más importante que en ningún otro momento, lo será más todavía
con la proliferación de la información. Habrá que darle calidad a la avalancha
de noticias, que ahora suscita más confusión que conocimiento”. 213
Otra cualidad esencial del periodista es la persistencia o, como la define
Hohenberg, la capacidad de aguante o “la determinación de no dejarse
descorazonar”.214 El periodismo es una profesión exigente, que necesita
constantemente de nuevos conocimientos, tanto culturales como en técnica
informativa, pero que alcanza su máximo desarrollo en la práctica. No obstante,
para alcanzar su finalidad y poder servir al bien común, el periodista necesita
más que conocimientos teóricos y de técnica informativa: requiere de virtudes
que guíen la aplicación de dichos conocimientos a la acción.
3.1.3 La formación ética, clave para el ejercicio periodístico
Al referirse al periodismo, Gabriel Galdón afirma que “pocas profesiones
hay que, si se realizan de acuerdo con su naturaleza propia, contribuyen más
eficazmente al bien común de la sociedad”.215 Y es precisamente esta meta de
mejorar la sociedad la que obliga al periodista a desarrollar un criterio y un
212 M. CASTAÑEDA, Carlos. Op. cit. p. 6. 213 Idem. 214 HOHENBERG, John. Op. cit. p. 17 215 GALDÓN, Gabriel. Teoría y práctica de la documentación informativa. Op. cit. 17.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
123
comportamiento ético. Para ser un buen periodista no es suficiente con la
preparación académica; la formación ética es indispensable por una razón
fundamental: el periodismo no puede ser neutro, siempre ha de ser intencional.
Septién García afirma que la naturaleza misma del objeto de estudio del
periodismo (las realidades y actos humanos), lleva en sí la exigencia de un
juicio. Y, a su vez, el juicio conlleva una capacidad valorativa basada en ciertos
principios.
Por dos razones necesita el periodista una sólida formación moral: en
primer lugar, porque la tarea periodística tiene por fin, una vez obtenida
la información, enjuiciarla a la luz de los principios morales sobre los
cuales reposa la existencia del hombre y de las instituciones de toda
índole que la favorecen, la sostienen y la perfeccionan; en segundo
término, por el poder del arma de expresión del periodista, que es la
palabra escrita.216
El periodismo necesita de la prudencia y de otras virtudes para
realizarse efectivamente y alcanzar su finalidad de servicio al hombre. La
función del periodista, por tanto, no puede ser neutra. Al estar encaminada a
impulsar la libertad de los ciudadanos, necesita de una jerarquía de valores
que le permitan elegir los medios informativos correctos para alcanzar dicha
meta. “Para el periodista no hay, en realidad, ni motivo de debate sobre este
punto; él sabe que los hechos humanos tienen un valor de bien o desvalor de
mal para la vida colectiva, y conforme a ese criterio habrá de enjuiciarlos”.217
Por tanto, el periodismo no puede escaparse de la dimensión moral, ni eliminar
el juicio de los hechos. Cada decisión del periodista tiene una repercusión
moral. Elegir publicar una historia o no, seleccionar los medios para hacerlo,
escoger las palabras a utilizar, las fuentes de información y los géneros
periodísticos son formulaciones morales.218
216 SEPTÍEN GARCÍA, Carlos. Op. cit. p. 57. 217 Íbidem. p. 58. 218 Lo moral es entendido genéricamente como lo opuesto a lo amoral y designa el modo específicamente
humano de gobernar las acciones. El sujeto de lo moral es la voluntad libre, es decir, solamente aquellas acciones que puedan ser consentidas por la voluntad, que el hombre sea dueño de hacer u omitir. Las acciones amorales son aquellas sobre las cuales no puede decidir el hombre, es decir, son involuntarias: tener hambre, sueño, etc.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
124
De ahí que necesite de valores, en especial aquellos que se conocen
como virtudes cardinales, fundamentadas en la prudencia: la justicia, la
fortaleza y la templanza. De acuerdo con Pieper, la justicia se define como “la
capacidad de vivir en la verdad con el prójimo”,219 y es resultado de la vida en
comunidad. El periodista justo es consciente de que es un ser sociable, parte
de un todo, y concibe al bien común, no como el bien de la mayoría, sino como
el bien de cada uno de los miembros de su comunidad. La justicia también
conlleva la virtud de la fortaleza, definida como “la disposición para realizar el
bien aun a costa de cualquier sacrificio”.220 La fortaleza prepara al periodista
para la batalla diaria, para superar los obstáculos del ejercicio periodístico, que
en ocasiones dificultan la labor de dar a conocer la verdad.
Por su parte, la templanza se entiende como la virtud ordenadora del
ser. Es aquella que dota de proporción y armonía al ser humano. La templanza
tiene un sentido y una finalidad, que es hacer orden en el interior del hombre.
De ese orden, y solamente de él, brotará luego la tranquilidad de espíritu.
Templanza quiere decir, por consiguiente, “realizar el orden en el propio yo”.221
Un hombre templado tiene la capacidad de enfocarse sobre sí mismo, sin ser
egoísta: alcanzar la armonía interna que necesita para vivir con los demás. La
templanza regula la interioridad, las pasiones; es una medida que frena los
excesos autodestructivos y propicia el equilibrio. El periodista templado no está
controlado por sus impulsos, por sus pasiones; es él quien tiene las riendas de
su propio ser, lo cual se verá reflejado en un equilibrio laboral. La falta de
templanza da como resultado a un periodista desordenado internamente,
disociado, sin disciplina o consciencia sobre sus actos, dominado por los
excesos, los impulsos, placeres y pasiones.
Además de las virtudes cardinales, existen otros valores que deben ser
desarrollados por el periodista. Tal es el caso de la empatía, pues el periodismo
no se puede ejercer sin el encuentro con el prójimo. De acuerdo con
219 PIEPER, Josef. Op. cit. p. 18. 220 Íbidem. p. 22. 221 Íbidem. p. 121.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
125
Kapuscinski, no hay periodismo al margen de la relación con otros seres
humanos: la labor del periodista comienza y finaliza con la persona humana. La
empatía es la cualidad que permite comprender al interlocutor: sus opiniones,
su carácter, sus problemas y sus motivaciones. El periodista polaco asegura
que sin la ayuda de los otros no es posible encontrar ni escribir los reportajes o
historias, pues el producto final informativo es resultado del trabajo de todo un
equipo, no solo del periodista: los miembros de la redacción, las fuentes de
información, y las personas involucradas en los hechos. La habilidad de
compartir, la amistad, y la capacidad de relacionarse con las personas, de
inspirarles confianza, así como de “ponerse en sus zapatos”, es una de las
cualidades más útiles y más enriquecedoras de un periodista. La experiencia
personal es fundamental, pues la fuente principal del conocimiento periodístico
son los otros.
Por supuesto que un periodista debe tener cualidades propias, pero su
tarea va a depender de los otros: aquel que no sabe compartir,
difícilmente puede dedicarse a este profesión. El periodismo, en mi
opinión, se encuentra entre las profesiones más gregarias que existen,
porque sin los otros no podemos hacer nada. Sin la ayuda, la
participación, la opinión y el pensamiento de otros, no existimos. La
condición fundamental de este oficio es el entendimiento con el otro:
hacemos, y somos, aquello que los otros nos permiten. Ninguna
sociedad moderna puede existir sin periodistas, pero los periodistas no
podemos existir sin la sociedad. 222
El periodista no debe olvidar que en su profesión, se trabaja con lo más
delicado de este mundo: las personas. Su trabajo tiene como comienzo y fin
último al hombre, por lo cual debe ser respetuoso, honesto y responsable con
la información que transmite. Kapuscinski acentúa la necesidad actual de
periodistas que desarrollen una sensibilidad hacia el prójimo. “Desde este
punto de vista, el criterio ético debe basarse en el respeto a la integridad y a la
222 KAPUSCINSKI, Ryszard. Los cinco sentidos del periodista. México: Fundación para un Nuevo
Periodismo Iberoamericano, Fundación Proa, FCE, 2003, p. 16.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
126
imagen del otro.” 223 Es de esa consciencia de lo que es la dignidad humana,
de la que nacerá una jerarquía de valores adecuada. Un periodista que
considere a los demás, que esté consciente de que lo que hace o deja de
hacer tiene un impacto en su comunidad, practicará el respeto, la tolerancia, la
honestidad y siempre tendrá en mente las necesidades del lector. También
comprenderá la importancia de ser humilde. De acuerdo con Kapuscinski, en el
periodismo no caben los arrogantes, ni aquellos que piensan que ya han
conseguido todo lo que desean, que ya no tienen nada nuevo que aprender. En
esta profesión “la experiencia no se acumula”:224 la humildad obliga al
periodista a considerar cada uno de sus pasos, a esforzarse por investigar, así
como a estudiar constantemente.
Ser periodista también exige ser persistente y diligente, además de
preocuparse por su país, por elevar el espíritu patriótico y por la cultura. De
acuerdo con Castañeda, “el concepto de libertad y de dignidad plena del
hombre, el valor de la vida y el honor de las personas; lo honroso del trabajo; el
respeto a la opinión ajena y a la privacidad personal constituyen los
fundamentos de la vida periodística”.225 A estas consideraciones, Septién
García agrega el respeto por la familia, por la comunidad, y por la naturaleza,
así como el cultivo de la ciencia, la fe y el cuidado de la salud del cuerpo y del
alma. El periodista mexicano afirma que estas son las realidades cuyo bien o
perjuicio señalarán las normas para el enjuiciamiento de los hechos. Son éstos
los que serán la base de la valoración ética del periodista.
El periodismo necesita de principios y valores o se convertirá en una
labor ciega, dañina para el bienestar social y para la convivencia. El periodista
está al servicio de la verdad y de la solidaridad, por lo cual no puede ser
imparcial, ni falto de objetivos. Debe tomar una serie de decisiones que
requieren de criterio y de fuerza moral; de ahí que Kapuscinski asegure que no
hay cabida para los cínicos en este profesión. Para que realice su trabajo
eficientemente, el periodista debe estar verdaderamente preocupado por los
223 Íbidem. p. 17. 224 Ídem. 225 M. CASTAÑEDA, Carlos. Op. cit. p. 4.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
127
problemas sobre los cuales escribe, además de ser propositivo y desear
provocar un cambio. Y para esto se requiere la presencia de virtudes.
Al respecto Kapuscinki asegura que “para ejercer el periodismo, ante
todo, hay que ser un buen hombre y una buena mujer: buenos seres humanos.
Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es buena persona
se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus
intereses, sus dificultades, sus tragedias. Y convertirse, inmediatamente en
parte de su destino”. 226 El periodista tiene una vocación de servicio, pero
también posee un espíritu creador, capaz de impactar a la comunidad y de
provocar cambios sociales que impulsen la solidaridad y la dignidad humana.
Posee un fuego interno que no le permite quedarse de brazos cruzados, y que
lo impulsa a proponer, a participar y a contribuir. A esta cualidad se refiere
Gabriel Galdón cuando aborda el tema del alma magnánima en el contexto del
ejercicio periodístico:
La persona magnánima es la que tiene misión creadora, la que se rebela
contra el adocenamiento y el conformismo generalizados, aquella cuyo
sentido de vivir y de ser significa hacer cosas grandes o contribuir a
hacerlas. Mientras que el pusilánime carece de misión, se conforma con
pasar la vida entre las cosas hechas por otros y, entre otros aspectos,
juzga como utópica o fuera de lugar cualquier rebeldía, cualquier
planteamiento o acción del magnánimo. 227
Al igual que la formación académica, el desarrollo ético del periodista es
esencial para esta labor. Solo la ética le dará el criterio necesario para tomar
sus decisiones, para encontrar su enfoque informativo, para relacionarse con
sus fuentes de información, y para identificar los acontecimientos importantes y
de verdadero interés social. Las virtudes y valores serán los ingredientes que
dotarán de pasión (una pasión dirigida hacia un fin) al periodismo; le dan
sentido y le iluminan las causas por las cuales luchar.
226 KAPUSCINSKI, Ryszard. Los cínicos no sirven para este oficio. Op. cit. p.38. 227 GALDÓN, Gabriel. De la objetividad a la prudencia. Hacia un paradigma informativo humanista. Op. cit.
p. 51.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
128
3.2 El periodista especializado: puente entre conocimiento y sociedad
En el capítulo anterior analizamos las características del periodismo
especializado. Ahora, nos adentraremos en las características de aquellos
profesionales del periodismo que sirven de puente entre el conocimiento de un
área específica del saber y el público, cada vez más segmentado.
Como observamos, la creciente demanda de contenidos más profundos,
precisos y de mayor calidad, hace necesaria la aparición de nuevos
profesionales que tengan la formación, conocimientos, destrezas y actitudes
capaces de satisfacer las necesidades de la Sociedad de la Información.
Dichos profesionales se distinguen de los periodistas generalistas en su
especialización en un área específica del saber, en su actitud profesional, en
su atención hacia las necesidades de las audiencias, en su manejo de fuentes
de información y en los métodos que emplean para elaborar sus contenidos.
Cabe mencionar que para ser periodista especializado se necesita más
que la delimitación de su objeto de estudio; también es necesario el desarrollo
de nuevas formas de trabajar dentro de las redacciones, así como de una
nueva jerarquía de los valores periodísticos, en donde se atesore la precisión,
por encima de la inmediatez y la exclusividad.
Sin embargo, la especialización en una parcela del conocimiento sí le es
necesaria para enfrentar las exigencias de los receptores actuales, para
satisfacer las necesidades informativas segmentadas, y para convertir la ola de
datos característica de la Sociedad de la Información en conocimiento.
3.2.1 La triple formación del periodista especializado
Una de las características principales del periodista especializado es su
doble e incluso triple formación. Además de conocer las técnicas periodísticas y
de poseer conocimientos en Comunicación (propios de cualquier profesional
del periodismo), el periodista especializado debe especializarse dentro de un
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
129
área específica del saber: economía, política, espectáculos, salud, cultura,
tecnología. No obstante, su formación en un campo concreto no significa que
se pueda dar el lujo de limitar su estudio; todo lo contrario, debe contar con la
formación del mejor de los periodistas generalistas, y además, debe ser un
experto en un área específica, lo cual le permitirá interpretar mejor la realidad.
Al respecto, Pedro Ortiz señala:
La formación del periodista no implica una parcelación de su
conocimiento, ni una limitación en su quehacer profesional; muy al
contrario, se trata de un valor añadido a su saber profesional
periodístico, que le permite, además, estar especializado en algún
campo concreto del conocimiento. (…) La especialización no divide, ni
resta, sino que suma y multiplica el saber del profesional.228
De esta forma, la formación del periodista especializado debe contar, en
principio de cuentas, con dos dimensiones: por un lado, debe ser especialista
en el área temática dentro de la cual se enmarca su trabajo, y por otro, tiene
que estar familiarizado con las reglas y las técnicas propias del periodismo,
para comunicarla adecuadamente. El profesional especializado necesita de la
formación de un periodista generalista, que comprenda las técnicas
informativas y el proceso de comunicación, que conozca el idioma, los géneros
periodísticos, y que esté familiarizado con el deber ser de su profesión; con su
ética profesional.
Por otro lado, este tipo de profesionales también necesitan de la
segunda dimensión (los conocimientos especializados) pues así, como señala
Sanmartí, “estará capacitado para entender, para valorar y profundizar en los
hechos relatados, que de otro modo pasarían inadvertidos al ciudadano; para
ponerlos en relación con acontecimientos similares o próximos; para evitar
visiones fragmentadas de la realidad social; y para analizar las fuentes y
contrastar los datos”.229 Es este segundo aspecto, con ayuda de la primera
228 ORTIZ SIMBARRO, Pedro. En SANMARTÍ, Joseph Maria, et al. “Periodismo Especializado, el nexo entre conocimiento y sociedad”. Op. cit. p. 22. 229 SANMARTÍ, Josep Maria, et al. “Periodismo Especializado, el nexo entre conocimiento y sociedad”.
Op. cit. p. 22.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
130
dimensión de su formación, el que le permitirá cumplir su función de
intermediario entre la sociedad (ciudadanos no especializados) y el saber
(especialistas, científicos, expertos, etc.), a través de un código de
comunicación y sin perder las características propias del relato periodístico.
A esta doble formación algunos autores le agregan una tercera y última,
resultado de un aprendizaje continuo. El profesional especializado está
obligado a trabajar en un permanente estado de aprendizaje por medio de
lecturas generales y especializadas en los dos terrenos descritos (conocimiento
generales y de un campo del saber específico), de conferencias, debates,
cursos, seminarios, jornadas, estudios de posgrado. Para Sanmartí, a la doble
dimensión en la formación periodística especializada se le suma una tercera: la
de un conocimiento sin horizontes, enriquecido constantemente, capaz de
hacer frente a los cambios, a los nuevos conocimientos y al avance del saber.
230
Cabe mencionar que la formación en un ámbito temático específico le
facilitará al periodista especializado la relación con sus fuentes (aspecto clave
para el periodismo especializado), pues le permitirá entender los términos y
conceptos utilizados por sus interlocutores, a la hora de entrevistar a los
expertos. De esta forma, podrá traducirlos, contextualizarlos e interpretarlos de
tal manera que su público no especializado sea partícipe de dicho
conocimiento. Un periodista especializado que se desarrolle en un ámbito
temático, será capaz de comunicar el saber de forma accesible, pero sin
desvirtuar los contenidos; sin vulgarizarlos. De acuerdo con Francisco Esteve,
la especialización en un campo concreto del conocimiento también garantiza
una mayor calidad en el tratamiento informativo, lo cual se traduce en una
mayor credibilidad por parte de los lectores y una mayor responsabilidad social
por parte de los periodistas.
Sin embargo, no se debe confundir al periodista especializado con el
especialista, con el científico o con el colaborador. Como observamos en el
230 Cfr. SANMARTÍ, Josep Maria, et al. “Periodismo Especializado, el nexo entre conocimiento y
sociedad”. Op, cit. p. 22.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
131
capítulo anterior, el periodista especializado no debe usurpar el lugar del
experto de su ámbito temático. Éste último constituye la fuente de información
que proporcionará al periodista el conocimiento que posteriormente será
transmitido al público como información periodística. Esteve afirma que “esa
especialización hacia el contenido no debe plantearse como una
profundización en el conocimiento de esa parcela del saber, sino en la
comunicación de esa parcela”.231 El periodista especializado es experto en la
comunicación de ciertos temas, pero no es el especialista; es el intermediario
entre el experto y la sociedad. Su preparación en las técnicas informativas le
permitirá encontrar el enfoque periodístico adecuado, así como jerarquizar la
información y comunicarla con un lenguaje accesible a la audiencia. Los
conocimientos periodísticos son esenciales para lograr una comunicación
efectiva.
A falta de periodistas suficientemente preparados en los campos
informativos, muchas empresas periodísticas utilizan a expertos o especialistas
en diversas áreas para cubrir dichas deficiencias. Estas personas se convierten
en lo que se conoce como colaboradores: especialistas en campos concretos
del saber que se involucran en las actividades periodísticas, y que sustituyen a
los periodistas especializados. Francisco Esteve señala que, de hecho, los
colaboradores constituyen el antecedente más claro del periodista
especializado, pues poseen cierto estatus dentro de las redacciones, sobre
todo, debido a sus aportaciones en los temas de carácter científico y técnico.
“Esta situación ha conducido a que muchos „especialistas‟ en determinadas
materias se hayan convertido en periodistas casi profesionales, desplazando
así al periodista especializado”. 232
La aparición de especialistas en las redacciones de los periódicos
responde a un intento de las empresas informativas por satisfacer las
demandas más exigentes de las audiencias. Estos colaboradores incluso se
han convertido en asesores dentro de las mesas de redacción, los cuales
aportan un valor añadido por sus conocimientos especializados. Sin embargo,
231 ESTEVE RAMÍREZ, Francisco, FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier. Op. cit. p. 162. 232 Íbidem. p. 89.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
132
aunque su presencia es valiosa dentro de las publicaciones, cabe recordar que
no son periodistas especializados, porque en principio de cuentas, no son
periodistas. Según Esteve, ya desde la era del periodismo informativo,233 se
volvió necesaria la aparición de periodistas que se especializaran en algún
campo, en lugar de que sean los especialistas quienes se conviertan en
periodistas:
Es el periodista el que debe especializarse, como hemos dicho antes, no
el profesional el que tome un ropaje periodístico, y la primera
especialización exigida es precisamente la de comunicador; es decir,
conocedor, creador y usuario de las técnicas de comunicación, basadas
en una teoría cada vez más identificada con la ciencia. Una vez logrado
esto, se debe abordar un contenido periodístico específico concreto
como materia de especialización, y volcar todos los conocimientos
anteriores en ese campo del conocimiento. 234
En el párrafo anterior podemos rescatar la importancia del papel del
periodista especializado en las redacciones. Aun cuando los colaboradores y
especialistas sean de gran ayuda por sus conocimientos, sigue siendo
necesaria la presencia de un periodista que sepa como comunicar dichos
conocimientos. A menudo se cae en el error de olvidar la importancia del
criterio, el rigor y de las técnicas periodísticas y de comunicación. La diferencia
entre el experto y el periodista especializado radica en que éste último es
capaz no sólo de comprender e interpretar los conocimientos especializados,
sino de traducirlos a un lenguaje comprensible para el público no
especializado, así como de encontrar el enfoque periodístico para que éstos
sea de interés social. El periodista especializado se aproximará al saber
especializado con los ojos de un comunicador: extraerá de ellos un contenido
periodístico, siempre tomando en cuenta las necesidades informativas de su
público.
233 Vid infra. p. 36. 234 ESTEVE RAMÍREZ, Francisco, FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier. Op. cit. p. 90.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
133
La presencia del periodista especializado es esencial en cualquier paso
del proceso informativo. De acuerdo con Sanmartí, la simple selección de
noticias requiere de un profesional especializado que domine los métodos de
selección y que escoja la noticia sobre la que se va a trabajar. Esta parte del
proceso es la que exige una mayor especialización y preparación por parte del
periodista. En las publicaciones que no cuentan con periodista especializados
se recurre entonces al colaborador, su precedente directo; sin embargo, “suele
tener el inconveniente de no dominar las técnicas periodísticas. Esto obliga a
duplicar el trabajo con el consiguiente peligro de incrementar los errores y
encarecer el proceso”. 235
Es por esto que es el periodista especializado quien debe traducir y
analizar el contenido que le proporcione el colaborador. “El progreso en
relación al colaborador es patente, porque es el periodista quien interpreta la
información y le da forma debida para su audiencia (…) El periodista tiene
entonces el control de todo el proceso informativo, y en consecuencia, se
responsabiliza de él. Es el profesional del periodismo el que entra en el terreno
de la especialización, y no el especialista el que entra en el campo de la
información”.236 Según Sanmartí, cuando el periodista especializado trabaja de
la mano del colaborador, generalmente se ponen de acuerdo a la hora de
definir las características de los textos, excepto en los géneros de opinión, en
los cuales el colaborador contará siempre con más libertad.
El papel de los colaboradores, como bien afirma Esteve, tiene gran valor
dentro de las redacciones. No obstante, la presencia del periodista
especializado es esencial; no es sustituible por la de los especialistas. Ambos
cumplen funciones diferentes. En la figura del periodista especializado se une
periodismo y conocimientos especializados: una unión imprescindible para
comunicar el conocimiento adecuadamente.
235 SANMARTÍ, Josep Maria, et al. “Periodismo Especializado, el nexo entre conocimiento y sociedad”. Op. cit. pp. 23, 24. 236 Idem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
134
3.2.2 Un cambio de actitud profesional: inmediatez vs. rigor informativo
Como señalamos en el capítulo anterior, el periodista especializado no
sólo es aquél que se limita a comunicar contenidos adscritos a un campo del
saber específico. Aquellas concepciones que describen su labor de esta forma
constituyen un reduccionismo, pues el periodismo especializado es mucho más
que limitar el trabajo a un campo temático: es una nueva forma de hacer
periodismo, que necesita de nuevos métodos de trabajo.
Una de las características principales de la especialización periodística
es el cambio de actitud profesional: los periodistas especializados desarrollan
una nueva perspectiva laboral y forma de trabajar. Los valores periodísticos
cambian: en la especialización se prefiere la profundidad y el rigor a la
inmediatez y exclusividad, y las fuentes de información adquieren aún más
importancia. Lo más importante ya no es obtener y divulgar la información
primero, sino ofrecer contenidos de calidad, que las audiencias puedan
comprender fácilmente y que respondan al cómo y al por qué de los hechos.
De acuerdo con Monserrat Quesada, el periodista especializado “tiene más en
cuenta el trabajo bien hecho que la rapidez informativa”.237
Los objetivos profesionales y las prioridades cambian. En el periodismo
especializado, se trata de ir más allá del cuándo y dónde: la meta es llamar la
atención sobre las causas y consecuencias de los hechos, de lo que éstos
significan para la sociedad. Incluso, como bien señala Quesada, el trabajo del
periodista especializado también implica explicar aquello que no sucedió pero
que debió haber pasado, así como las razones que lo impidieron. El periodista
especializado tiene el deber de elaborar sus contenidos con el máximo nivel de
contextualización posible, pues busca responder a todas las dudas que puedan
surgir en las mentes de los lectores.
La búsqueda de rigor y profundidad también propicia cambios en la
forma en que se concibe la objetividad y la precisión. De acuerdo con
237 QUESADA, Montserrat, et al. “Periodismo especializado”. Op. cit. p. 134.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
135
Sanmartí, el periodismo especializado es heredero del Nuevo periodismo238 de
los años setenta, el cual rechazaba al frío periodismo informativo y exigía más
color y calor humano en sus textos, y especialmente, más explicaciones de los
sucesos. La especialización nace también de la necesidad de investigar más a
fondo y de sustituir el trabajo “objetivo” y mecánico por el análisis crítico, pues
en ella “se valora más la honradez y sobre todo la veracidad que una
pretendida y quimérica objetividad”.239
El periodista especializado debe dejar de tratar de ser neutro. Son sus
métodos de trabajo y de investigación, y no él mismo, los que deberán ser
objetivos (lo que no es lo mismo que neutros), pues siempre estarán
encaminados hacia la verdad. Además de profundo y riguroso, el trabajo del
periodista especializado es siempre intencional: sus contenidos se elaboran a
partir de un enfoque específico (elegido por el propio periodista) y buscan un
propósito. De ahí que Fernández del Moral rescate la importancia de la opinión
crítica y responsable del periodista, la cual se fundamenta en la investigación y
en su contacto con las fuentes especializadas:
En el periodismo especializado no se puede seguir manteniendo el viejo
aserto sobre los hechos y las opiniones que ha marcado todo un estilo
en el viejo periodismo anglosajón. Los hechos siguen siendo sagrados,
pero las opiniones deben ser sobre todo responsables. El periodista
especializado debe opinar, se le pide que opine, y su opinión debe
valorarse en la medida que toda la opinión científica está presente.240
Gracias a sus métodos de investigación y a su trato cercano con los
especialistas de un campo de saber específico, el periodismo especializado
tiene al alcance los conocimientos que le permitirán opinar, así como elegir el
238 El Nuevo periodismo es una corriente periodística que tuvo como principal impulsor al escritor
estadounidense Tom Wolfe. De acuerdo con Francisco Esteve y Javier Fernández del Moral, esta tendencia nació como una reacción en contra del periodismo que se limitaba a “levantar acta” de la realidad, y abogaba por una mayor personalización, calor humano e interés por las vidas de los “olvidados”. El Nuevo periodismo se caracterizaba por combinar elementos literarios con las técnicas de investigación periodística. 239 SANMARTÍ, Josep Maria, et al. “Periodismo Especializao, el nexo entre conocimiento y sociedad”. Op. cit. p.17. 240 FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier, et al. “El periodismo especializado: un modelo sistémico para la
difusión del conocimiento”. Op. cit. p. 26.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
136
enfoque adecuado y de interés social. Un periodista especializado no es tal sin
el contacto con las fuentes especializadas. Como afirma Quesada, éste no se
conforma con las ruedas de prensa y comunicados oficiales; su agenda de
fuentes incluye a las oficiales y a testigos, pero también incluye a los
especialistas, externos a los hechos. Los periodistas especializados además de
contrastar su información con todas las partes del suceso, “la someten a la
opinión de sus fuentes expertas e independientes, que no están implicadas en
los hechos, con el fin de obtener un punto de vista lo más objetivo e imparcial
posible sobre los hechos de actualidad”.241
Otro aspecto característico del periodismo especializado es la especial
relación que tiene con sus fuentes. De acuerdo con Quesada, en el periodismo
generalista son los informadores los que buscan a las fuentes oficiales,
mientras que en el periodismo especializado, son las fuentes especializadas
las que generalmente buscan a los periodistas, cuando necesitan dar a
conocer algún hecho relevante en el ámbito de su especialización. Los
periodistas especializados no tienen gran interés por las declaraciones de una
misma fuente que varios medios de comunicación comparten, sino que su
relación con los especialistas tiene un sello de exclusividad.
En su búsqueda de rigor y de profundidad, el periodista especializado
cultiva y procura la relación con sus fuentes especializadas; sin embargo,
jamás descuida el otro lado de la ecuación: las necesidades informativas de
sus audiencias. Cabe recordar que el periodismo especializado es, primero que
nada, un periodismo de servicio, que está dirigido a una audiencia sectorial,
con intereses específicos, y no a un público masivo. El periodista especializado
conoce a su público: sus características, su estilo de vida y sus intereses
informativos. Según Quesada, también es esencial conocer los códigos de
comunicación que se utilizan en esa audiencia sectorial, después de todo, “no
se explica de la misma manera un mismo hecho de actualidad a una audiencia
241 QUESADA, Montserrat, et al. “Periodismo de Investigación: una metodología para el periodismo
especializado”. Op cit. p. 136.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
137
infantil, que a una audiencia juvenil, que a una audiencia integrada por amas
de casa o a otra de jóvenes ejecutivos”.242
El periodista especializado no debe olvidar que se dirige a una audiencia
no especializada. Él es el intermediario entre la fuente y el público, por lo cual
debe saber traducir y plasmar el conocimiento en contenidos comprensibles,
sin que pierda sustancia o rigor; cabe recordar que divulgar conocimiento no es
lo mismo que trivializarlo. Tampoco es sinónimo de contenidos vulgares, que
tienen como único objetivo “dar a la audiencia lo que desea”. Tal como señala
Fernández del Moral, divulgar consiste en contextualizar y en ofrecer visiones
generalistas que permitan conectar los conocimientos especializados entre sí, y
con la vida cotidiana de las personas:
Desde esta perspectiva, divulgar no consiste en contar historias
interesantes, sino en hacer interesantes las auténticas historias. Las
historias auténticas de cada uno de los especialistas que suelen ofrecer
perspectivas apasionantes de la vida, de la muerte, del individuo, de la
especie, de lo inmanente y de lo intrascendente, del cielo y de la tierra.
243
El periodista especializado debe tener la formación suficiente y además
un cierto sexto sentido para elegir las auténticas historias: debe ser selectivo.
Francisco Esteve añade al perfil especializado la función de gatekeeper, es
decir, la de “seleccionar la abundante información que llega a una redacción
con el fin de publicar solamente aquella que reúna una serie determinada de
condiciones de carácter objetivo y subjetivo”.244 El proceso de selección y
jerarquización necesita de ciertos conocimientos, habilidades y aptitudes que
sólo pueden encontrarse en un profesional especializado. El rigor característico
de la especialización no sólo se manifiesta en los textos profundos y calidad,
sino en el criterio de selección de temas.
242 Íbidem. p. 139. 243 FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier, et al. “El periodismo especializado: un modelo sistémico para la difusión del conocimiento”. Op. cit. p. 125. 244 ESTEVE RAMÍREZ, Francisco, FERNÁNDEZ DEL MORAL, Javier. Op. cit. p. 164.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
138
Finalmente, existe otro aspecto directamente relacionado con el trabajo
del periodista especializado: las nuevas tecnologías. La forma en que el
profesional de la información se relaciona con la tecnología también cambia en
la especialización, pues ésta adquiere mayor relevancia. El periodista
especializado no puede ser indiferente a las nuevas tecnologías. De ahí que
Sanmartí afirme que las habilidades del periodista tradicionalista ya no son
suficientes para satisfacer las demandas de calidad. Anteriormente, ser
periodista se trataba sólo de ser rápido para acumular datos y para
transmitirlos; de poseer olfato periodístico, así como cualidades psíquicas y
físicas, como resistencia, osadía y astucia. La experiencia lo era prácticamente
todo, y la figura del periodista era concebida como la de una especie de
detective, no como la de un profesional de la información.245
No obstante, actualmente en el periodismo especializado hay un cambio
en el juego: los periodistas se centran y valoran más el trabajo en equipo y la
capacidad de utilizar las nuevas tecnologías. Estos nuevos valores
periodísticos sustituyen algunas de las cualidades citadas anteriormente, y
ayudan al periodista especializado a ser más preciso y a alcanzar la
profundidad que requieren sus textos. De hecho, las nuevas tecnologías “se
han convertido en un instrumento muy útil para dar mayor rigor a las
informaciones, más celeridad en los procesos comunicativos y más proximidad
a las audiencias”. 246
3.2.3 El periodista especializado como investigador
Como mencionamos en el capítulo anterior, el periodista especializado
se caracteriza principalmente por el cambio en su metodología de trabajo. Está
interesado en explicar a profundidad, y no en informar lo más rápido posible los
pormenores de los hechos. Para alcanzar dicha profundidad pone en práctica
muchos de los elementos del periodismo de investigación, el cual se
245 Cfr. SANMARTÍ, Josep Maria, et al. “Periodismo Especializado, el nexo entre conocimiento y sociedad”. Op. cit. p. 23. 246 Íbidem. p. 24.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
139
caracteriza por el uso de fuentes independientes y por no dar absolutamente
nada por sentado.
Dicho esto, nos parece prudente mencionar algunas de las
características esenciales del profesional del periodismo de investigación,
muchas de las cuales trascienden al campo del periodismo especializado. El
periodista investigador es aquél que, “utilizando técnicas habituales de la
profesión u otras específicas y/o habitualmente atribuibles a profesiones ajenas
a la suya (detective, policía, abogado, historiador, etc.), elabora una
información producto de un número indeterminado de fuentes (atribuibles o no)
y de un análisis personal de datos, contrastados con mayor o menor eficacia,
que le conducen a comunicar una noticia sobre una realidad que, por su propia
configuración y naturaleza estaba destinada a permanecer oculta durante un
periodo de tiempo indefinido”.247 Por su parte, el periodista especializado crea
la noticia: elabora un contenido a profundidad basándose en la investigación
documentada, utilizando varias fuentes de información (no sólo las oficiales) y
ofreciendo un análisis preciso.
El periodista especializado y el investigador, aunque comparten
cualidades e intereses, difieren un tanto en sus objetivos profesionales. El
primero desea acercar conocimiento a la sociedad, mientras que el segundo
pretende denunciar a instituciones o personas que actúan en detrimento de la
comunidad. No obstante, ambos comienzan con una hipótesis, se apoyan en la
documentación, están interesados en verificar la información proporcionada por
las fuentes oficiales y se basan en una ética laboral férrea, que tiene el
bienestar social como principal objetivo.
El periodismo de investigación heredó al periodista especializado una
metodología profesional que, de acuerdo con la Montserrat Quesada, se
caracteriza por los siguientes elementos: documentación, contrastación con
dos fuentes expertas e independientes, entrevistas personales (en lugar de
ruedas de prensa y declaraciones oficiales), agenda de expertos y
247 RODRIGUEZ, Pepe. Periodismo de investigación: técnicas y estrategias. Barcelona: Paidós, 1994, pp.
23,24.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
140
profesionales especializados, y textos interpretativos y argumentativos. Los
documentos escritos adquieren un papel protagonista, así como las opiniones
de los especialistas. El periodista especializado también debe contar con ese
olfato, esa sensibilidad que le permitirá adivinar el mejor enfoque de un hecho:
que le diga dónde está la noticia. Este tipo de profesionales no buscan
responder a necesidades informativas inmediatas: la noticia será resultado de
su investigación y de los datos que recaude en su documentación.
Debido a que la investigación profunda de los hechos requiere
generalmente de más tiempo, Quesada afirma que los periodistas
especializados idealmente no deberían de estar sujetos al “cierre” de un
periódico, puesto que buscan calidad, mas no rapidez. Sin embargo, la
presencia de periodistas generalistas en las redacciones no debe ser
subestimada: su trabajo es esencial para el día a día. De hecho, la autora
propone un modelo en el cual periodistas generalistas y especializados
trabajen juntos. El cambio metodológico de la especialización periodística
“implica dejar que sean los periodistas generalistas los responsables de cubrir
la información de actualidad con la máxima rapidez informativa posible,
mientras que los periodistas especializados deberán asumir la función de
explicar el significado profundo de lo anunciado”. 248 Es la combinación de
ambos lo que permitirá al medio satisfacer tanto las necesidades informativas
inmediatas de la audiencia, como la demanda de profundidad, rigor,
contextualización e investigación.
3.3 Configurando el perfil del periodista especializado en cultura
El perfil del periodista cultural parece ser un misterio. Cada quien enarbola
su propia definición. Para algunos, el periodista cultural es alguien que ha
rotado por todas las secciones de un periódico y que, por azar, ha caído en los
terrenos de la cultura. Para otros, es quien se dedica a publicitar los productos
culturales; quien realiza reseñas de exposiciones en museos o quien se
encarga de elaborar la agenda de eventos culturales en las secciones de ocio.
248 QUESADA, Montserrat, et al. “Periodismo de Investigación: una metodología para el periodismo
especializado”. Op. cit. p. 124.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
141
También hay a quienes, al pensar en el término periodista cultural, les salta a la
cabeza la imagen de los colaboradores: especialistas de las bellas artes,
artistas, filósofos, escritores, historiadores y demás académicos que se han ido
incorporando a las filas de las redacciones.
Una nube de duda, de misterio y de élite rodea al perfil del periodista
cultural. Su campo de estudio es algo complejo: no es tan fácil definir los temas
que aborda y, por lo tanto, la formación que debe poseer como periodista
especializado. Un periodista político (aunque no es especialista en política)
debe saber de política; el económico debe contar con nociones de economía y
finanzas; el internacional deberá contar con una formación en derecho
internacional, geopolítica, geografía e historia, etc. Pero, ¿cuáles son los
conocimientos que necesita el periodista cultural? Queda claro que necesita
saber de cultura, pero ésta abarca temas muy heterogéneos.
Su estrecha relación con el periodismo de espectáculos, así como con el
científico y tecnológico, hace aún más difícil la delimitación de su área de
acción, pues estos ámbitos, aunque poseen su sección periodística propia (y
sus respectivas audiencias), también forman parte de la cultura. Y aquí radica
el problema de la formación del periodista cultural: prácticamente toda
manifestación humana y social que exalte el espíritu del hombre y que
enriquezca el bien común es cultura.
Entonces, ¿un periodista cultural debe ser todólogo?, ¿o debe elegir solo un
subcampo, como danza, escultura, música, ciencia, historia, etc? Si tal fuera el
caso, ¿es posible que pueda sustituir a los verdaderos especialistas en dichos
ámbitos? Para responder a estas interrogantes propondremos un perfil de
periodista cultural basado en los conceptos anteriormente tratados.
3.3.1 El periodista cultural: especialista de lo humano
En la vida de los periodistas especializados, la experiencia es la maestra
más importante. En el caso del periodista cultural, son los años de dedicación y
de labor dentro de su campo de acción lo que perfeccionará su formación y
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
142
desarrollará sus capacidades. Poco a poco irá elaborando su agenda de
fuentes especializadas, se familiarizará cada vez más con las obras, autores y
procesos culturales. Debido a que el ámbito cultural es muy extenso,
seguramente se verá obligado a especializarse a su vez en algún subcampo:
danza, literatura, historia, escultura, arquitectura, entre otros.
La formación de un periodista cultural es difícil de definir, debido a que
dentro de este ámbito labora un grupo bastante heterogéneo de profesionistas,
con características y conocimientos muy diversos (que corresponden a la gran
cantidad de temas culturales). En las secciones culturales hay quienes,
además de ser periodistas, son escritores, filósofos, historiadores, artistas,
entre otros. También hay quienes no son periodistas, sino académicos o
críticos de arte que han sido acogidos por las redacciones, debido a sus
conocimientos especializados. De hecho, la sección cultural es una de las que
generalmente alberga más colaboradores y especialistas. Incluso los objetivos
de los profesionales varían: de acuerdo con Manuel De Ramón Carrión,
aquellos que ejercen el periodismo cultural se dividen en dos. En el primer
grupo se encuentran aquellos que, mediante su labor, aspiran a ejercer una
influencia en las ideas, el gusto y la configuración de una corriente de
pensamiento; es decir, desean estar involucrados en la creación cultural. En el
segundo grupo, mientras tanto, se encuentran aquellos profesionales que se
limitan a describir las creaciones o manifestaciones de los integrantes del
mundo de la cultura: comunicadores que sólo buscan informar sobre el
acontecer cultural. 249
El mundo del periodismo cultural está, pues, formado por un vasto grupo
de intelectuales; todos enfocados hacia su propia esfera cultural. No obstante,
Jorge Rivera señala que aún así es posible homogeneizar su labor y enlistar
atributos y conocimientos en común, ya que, al fin y al cabo, todos se enfocan
a temas culturales. De acuerdo con este autor, en primer término, el periodista
cultural deberá contar con conocimientos globales de cultura, lo cual le
permitirá a su vez convertirse en especialista en algunas de sus ramas. Se
249 Cfr. DE RAMÓN CARRIÓN, Manuel, et al. “Periodismo cultural”. Op. cit. p. 138.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
143
necesita “la posesión de una cultura de carácter general suficientemente
extensa y profunda, que permita identificar y correlacionar fenómenos, épocas,
autores y obras significativas, tanto en el orden local como en el universal”.250
Rivera también hace énfasis sobre la importancia de una mente creativa,
con la capacidad de sintetizar y comunicar los complejos procesos culturales.
También es esencial contar con un estilo correcto, fluido y atractivo, que revele
un gran dominio del idioma y de lo ensayístico-periodístico. Estas cualidades,
afirma Rivera, pueden ser resultado de un estudio disciplinado, propio de
cursos o talleres, o puede desarrollarse mediante el análisis de los grandes
ejemplos o modelos: no hay que olvidar que “todo buen periodista cultural es,
en primer término, un buen lector”.251 Los estudios universitarios en carreras
humanísticas o de comunicación, como las escuelas de periodismo, también
proporcionarán al periodista cultural herramientas que le ayudarán a ser
eficientes en esta especialidad. Sin embargo, “ninguna formación suplirá el
motor esencial de este campo: la vocación y el interés profundo por las
problemáticas culturales, acompañados por un conocimiento definido o por lo
menos razonable de alguna de las disciplinas de las bellas artes, las bellas
letras o las ciencias humanas”.252
De acuerdo con Rivera, en un ámbito competitivo, en el que los medios
de comunicación masiva prefieren cultivar la colaboración con profesionales
con preparación técnica y cultural acabada, los periodistas culturales que
cuenten con aptitudes para elegir enfoques y cursos de acción de
comunicación más eficientes, tendrán una ventaja sustancial. Sobre todo, ante
el creciente desinterés de la audiencia por los lugares comunes, las viejas
fórmulas y los gastados enfoques que los medios masivos presentan para
abordar la información cultural. Para superar las viejas recetas y encontrar
originalidad, Rivera recomienda el uso y conocimientos sobre las nuevas
tecnologías, al considerarlas “el núcleo de un nuevo tipo de periodismo cultural
250 RIVERA, Jorge. Op. cit. p. 112. 251 Íbidem. p. 113. 252 Ídem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
144
que ofrezca repertorios originales y movilizadores a un consumidor con
características igualmente novedosas”.253
Rivera también aborda las cualidades que le son necesarias a un
periodista cultural a la hora de elaborar uno de los géneros más importantes de
esta rama periodística: la entrevista. Como cualquier profesional del
periodismo, el informador cultural deberá tener un conocimiento general del
tema, tacto y habilidad para preguntar, así como capacidad de escucha para
percibir las ideas generales del entrevistado. Sin embargo, Rivera añade otras
cualidades especiales al entrevistador cultural, pues éste tendrá encuentros
con figuras literarias o culturales que presentan rasgos inusuales. Primero que
nada, el periodista cultural debe informarse sobre la obra y la personalidad
entrevistada, deberá desarrollar cierto tacto, y , en especial, la virtud de la
paciencia.
Asimismo, deberá contar con cierta sensibilidad, capaz de recoger
matices y mensajes entre líneas: cabe recordar que, cuando de entrevistas
culturales se trata, el informador muchas veces acude a un encuentro con una
fuente sin saber cuál será la noticia o el enfoque, por lo que deberá ser capaz
de identificar la información de interés durante el diálogo. A estas cualidades se
une la habilidad para describir y para dotar al contenido de color: muchas
veces, los gestos, los ademanes y el ambiente nos revelan mucho más de lo
que el entrevistado puede decirnos. Rivera se refiere a esta capacidad como la
búsqueda de atmósferas en el discurso no dicho. La descripción del ambiente
en una entrevista también aporta datos significativos, y el periodista cultural
puede aprovecharse de la libertad creativa propia de su especialidad para
hacer uso de ella. No obstante, debe cuidarse de no caer en los excesos, pues
no debe poner los adornos literarios por encima de la información periodística.
253 Íbidem. p. 114.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
145
3.3.2 El periodista cultural como profesional especializado
El periodista cultural actual se enfrenta a varios desafíos. El primero de
ellos es el mismo al que se enfrenta todo periodista actual y medio de
comunicación: el cambio en las audiencias de la Sociedad de la Información y
la demanda por contenidos más profundos y explicativos. El periodista cultural,
entonces, se enfrenta al reto de buscar nuevas formas de comunicar cultura, lo
cual es un camino lleno de obstáculos, si no se cuenta con la formación
adecuada, debido a la complejidad de la dimensión cultural, la cual no sólo se
crea, sino que se consume, se produce, se difunde y cambia constantemente.
De acuerdo con Xosé López, “no sólo hay desafíos en el terreno donde los
periodistas realizan información especializada (en este caso información
cultural), sino que la redefinición de espacios bajo la sombra del cruce
entretenimiento- cultura ha aumentado los retos para quienes defienden la
necesidad de que los ciudadanos tengan posibilidades reales, mediante una
oferta variada con productos de calidad, de estar bien informados del acontecer
cultural”.254
Las nuevas demandas, las nuevas audiencias, la confusión entre
espectáculo y cultura, la multiculturalidad actual y la explosión de la información
hace necesario que los periodistas que trabajan en las secciones de cultura
den el salto al periodismo especializado. Según López, es precisamente la
especialización la que proporcionará al periodista cultural las herramientas para
vencer a los nuevos retos, así como para “curar las heridas de las prácticas
profesionales más condicionadas por la mercantilización de la información”. 255
El periodista cultural es primero que nada un periodista especializado:
con conocimientos sobre lo que es la persona humana y la cultura, interesado
en la investigación, el análisis y la comunicación de las manifestaciones
culturales. Y es por esto que el tema de las fuentes de información es crucial.
El periodista cultural es tan especializado como lo son sus fuentes. Es algo así
254 LÓPEZ, Xosé, et al. “Información Cultural. Herramientas para comunicar cultura en un escenario marcado por la sombra de la mercantilización mundial”. Op. cit. p. 378. 255 Ídem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
146
como: dime qué fuentes utilizas y te diré que clase de periodista eres. En este
sentido, el comunicador cultural debe poseer el hábito de la documentación y
no conformarse con la información de las fuentes oficiales ni con el relato de lo
que sucedió en tal festival o exposición, sino que debe procurar abrir su
agenda a todo tipo de organizaciones, especialistas, fundaciones y demás
protagonistas. Al respecto, Inmaculada Chacón y Antonio García Gutiérrez
enlistan algunas de las fuentes de información que todo periodista cultural debe
consultar, entre las que se encuentran: las obras de consulta especializadas,
como enciclopedias de arte, diccionarios especializados, dossieres de prensa y
los catálogos que envían los productores culturales, tales como editoriales,
productoras de teatro, de cine, casas discográficas y galerías de arte.256 Dentro
de esta categoría también se encuentran las librerías especializadas en temas
culturales.
En la agenda de fuentes culturales también es importante la presencia
de las oficiales y gubernamentales, como secretarías y ministerios de Cultura,
así como instituciones públicas nacionales. En el caso de los periodistas
culturales mexicanos se trata de organizaciones como el Instituto Nacional de
Bellas Artes (INBA), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
(Conaculta), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Centro
Nacional de las Artes (Cenart), la Comisión Nacional para la Preservación del
Patrimonio Cultural, el Fondo de Cultura Económica (FCE), entre otros. Dentro
de las fuentes también se encuentran los institutos estatales e internacionales,
tales como el Consejo Internacional del Cine, la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entre otras. 257
No obstante, las fuentes oficiales no son suficientes. Chacón y García
Gutiérrez añaden a la lista a las fuentes privadas. Tal es el caso de las
asociaciones culturales, que generalmente actúan sin ánimo de lucro, editan
boletines y se dedican a la información, asesoramiento o promoción de
256 Cfr. CHACÓN GUTIÉRREZ, Inmaculada, GARCÍA GUTIÉRREZ, Antonio, et al. “Fuentes documentales
para la Información Periodística Especializada”. EN DE RAMÓN CARRIÓN, Manuel (coord.) 10 lecciones de periodismo especializado. Madrid: Fragua, 2003. pp. 232, 233, 235. 257 El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) ofrece en su sitio de Internet
(www.ecultura.gob.mx) un catálogo de algunas de las instituciones culturales en el extranjero más importantes.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
147
actividades culturales. En esta categoría también podemos encontrar a las
instituciones no gubernamentales y academias, como la Academia Mexicana
de Artes y Ciencias Cinematográficas, la Academia Mexicana de la Lengua,
entre otras. Por su parte, no está de más considerar a algunas ONG que,
aunque por lo regular cuentan con un amplio espectro de objetivos
encaminados a ayudar a personas no favorecidas, entre sus metas también
figuran la educación y la cultura.
Dentro de las fuentes privadas también se encuentran los centros de
investigación y documentación, así como asociaciones profesionales: de
fotógrafos, galeristas de arte, cineastas, etc. Entre éstas últimas podemos
mencionar a la Asociación Nacional de Actores (ANDA), la Sociedad General
de Escritores de México (Sogem), la Sociedad Mexicana de Coreógrafos
(Somec), entre otras. También se encuentran las agrupaciones empresariales,
como la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT) y Cámara
Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), así como las
fundaciones e instituciones privadas que se dedican a impulsar la cultura, como
Fomento Cultural Banamex, la Fundación René Avilés Fabila, la Fundación
Cultural Televisa, Fundación Herdez, entre otras.258
Un periodista cultural deberá considerar cada una de éstas fuentes,
tanto privadas como oficiales, además de los contactos de especialistas y
expertos en distintos temas culturales. Asimismo, deberá contar con una
curiosidad sin límites, lo que le llevará a consultar otras publicaciones
especializadas. En México, existe una gran variedad de revistas culturales. De
acuerdo con el Catálogo de Revistas de Arte y Cultura de México, publicado
por Conaculta, existen 310 revistas especializadas que se ubican dentro de las
disciplinas de Antropología e Historia, Arquitectura, Arte y cultura, Artes
visuales, Cine y video, Comunicación, Cultura infantil, Culturas populares,
Danza, Difusión editorial, Música, Literatura, Patrimonio cultural y Teatro.259
258 El Conaculta también proporciona un listado de las organizaciones privadas y no gubernamentales
más importantes, dedicadas el desarrollo, distribución, producción e impulso cultural. 259 El Catálogo de Revistas de Arte y Cultura de México fue actualizado en 2006. El primer catálogo de
este tipo fue elaborado por Conaculta en 1999, a fin de tener una visión más precisa de la oferta de revistas culturales, de su periodicidad y de su tiraje. Para su actualización, trabajaron juntos el Programa Cultural Tierra Adentro y la Dirección General de Vinculación Cultural. De acuerdo con esta nueva
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
148
Asimismo, el periodista cultural deberá consultar las revistas electrónicas y los
sitios de Internet especializados en cultura.
Por su parte, otra nota característica del periodista cultural como
profesional especializado es el manejo de los géneros periodísticos y literarios.
Además de buscar la profundidad y calidad en sus contenidos, también
selecciona la mejor forma para comunicarlos. Al respecto, Jorge Rivera enlista
los géneros más representativos del periodismo cultural, entre los que se
encuentran: la reseña periodística, el perfil, la nota necrológica, la crónica, la
columna noticiosa y la entrevista.260 A estos géneros, Manuel De Ramón
Carrión añade el reportaje y el ensayo, así como los géneros literarios que se
encuentran presentes, sobre todo, en los suplementos culturales: la novela, la
poesía y el relato.261 Por su parte, Rodríguez Pastoriza agrega a la lista la
efeméride y el documental, en el caso de los medios audiovisuales.262
También cabe destacar a la crítica como un elemento esencial del
campo cultural. El periodismo cultural es y siempre ha sido, más que cualquier
otra rama informativa, un espacio de reflexión. Según López, una buena
información cultural no se limita a dar noticias, sino que propone temas de la
vida cultural interesantes. Y estas aportaciones necesitan de puntos de vista,
de opiniones, que valoren y hagan propuestas sobre los productos culturales:
La información cultural, que ha tenido un papel relevante en el debate, la
reflexión y difusión de las principales corrientes del pensamiento, las
artes y las letras de nuestro tiempo, no puede renunciar al fomento del
debate y la creación de opinión en una sociedad como la actual, donde
edición, la mayoría de estas publicaciones (104) versan sobre arte, mientras que el sector más olvidado es el infantil, con sólo dos revistas especializadas en este tema a nivel nacional. (Cfr. F. Marquez, Carlos.
“Actualizan el Catálogo de Revistas de Arte y Cultura en México de Conaculta”. La Jornada Michoacán. Recuperado el 10 de Noviembre de 2009 de http://www.lajornadamichoacan.com.mx /2006/12/10/11n1cul.html) 260 Cfr. RIVERA, Jorge. Op. cit. pp. 115-131. 261 Manuel De Ramón Carrión hace una descripción de los géneros que se encuentran generalmente en
las revistas culturales, aquellos que podemos encontrar en suplementos culturales, y aquellos que están presentes en las secciones diarias de los periódicos. De acuerdo con este autor, los géneros interpretativos y de opinión generalmente predominan en los suplementos y en las revistas, mientras que los informativos se encuentran principalmente en las secciones culturales de los diarios. (Cfr. DE RAMÓN CARRIÓN, Manuel, et al. “Periodismo cultural”. Op. cit. pp. 140-144.) 262 Cfr. RODRÍGUEZ PASTORIZA, Francisco. Op. cit. pp. 151, 158.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
149
la multiculturalidad es una de sus características. Todos los datos
apuntan que el fomento del debate y la reflexión sobre las corrientes de
pensamiento, las artes, y las letras constituyen los primeros cometidos
de una información cultural comprometida con los intereses de los
usuarios.263
La forma en que se comunica la cultura es especialmente importante.
Para que un lector comprenda una manifestación cultural, muchas veces es
necesario hacerle sentir dicha obra: llevarlo de la mano por los detalles, los
matices, los recovecos, las sensaciones y las verdades expresadas en ella. Y
esto no es siempre posible con la famosa fórmula periodística conocida como
la pirámide invertida. Se necesita una riqueza descriptiva, el uso del color, de
un estilo que, sin dejar de lado el rigor periodístico, sepa captar las mentes y
cautivar los corazones. De hecho, el campo de la información cultural “siempre
ha gozado de cierta libertad creativa y que, gracias a esta característica, ha
favorecido a la experimentación tanto con las modalidades expresivas como
con el tratamiento de las informaciones”.264 Es necesario encontrar nuevas
forma de contar historias, de tocar fibras sensibles para hacer entender al lector
por qué algo es bello, sin, como diría Manuel De Ramón Carrión, abusar del
lenguaje pedante o de la paciencia del público.
La consulta con las fuentes especializadas, una opinión fundamentada,
el manejo de los géneros, el desarrollo de un estilo atractivo y la libertad
creativa son cualidades de la especialización cultural, y facilitan al periodista el
acercamiento del conocimiento al público. No obstante, en dichas cualidades
también germina una de las dimensiones características de este periodismo: la
creación cultural. Un análisis profundo de las manifestaciones culturales, puede
cruzar las fronteras de la información para convertirse en verdadera tarea
creadora. Con su misión orientadora, capaz de señalarle a la audiencia en
donde se encuentra lo humano y lo bello, el periodista cultural tiene la
posibilidad de convertirse en creador: de impulsar movimientos con su reflexión
263 LÓPEZ, Xosé, et al. “Información Cultural. Herramientas para comunicar cultura en un escenario marcado por la sombra de la mercantilización mundial”. Op. cit. p. 389. 264 Íbidem. p. 379.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
150
o de arrojar luz sobre autores, obras y nuevas manifestaciones. Xosé López
hace énfasis en la misión creadora del periodismo cultural:
El trabajo de las redacciones debe organizarse de tal forma que se
fomente el talento de los periodistas. La información cultural reúne
características que, muchas veces, aconsejan un periodismo informativo
de creación, un periodismo literario, que está caracterizado por la
calidad. Los periodistas sabemos que la comunicación de la cultura en
los medios debe desbordar los límites mismos de la información para
constituirse, siempre que sea posible, en creación cultural. 265
Finalmente, no está demás recordar que la especialización periodística
viene de la mano de la responsabilidad social: de la ética. El periodista cultural
no es la excepción. Está consciente de que su labor debe estar dirigida a
mejorar la sociedad, a enriquecer y sensibilizar a su audiencia: a hacerla
reflexionar sobre el mundo que le rodea, sobre lo que tiene y lo que ha dejado
en el camino. El periodismo cultural no está exento de prácticas corruptas, que
favorecen intereses particulares o que están al servicio de las grandes
editoriales. De acuerdo con Xosé López, sucede que muchas de las compañías
de comunicación también están involucrados en distintos ámbitos de las
industrias culturales, lo cual puede condicionar su agenda y su independencia:
“la autopromoción se ha instalado como una parte de las páginas de cultura
mientras cada grupo cuida la promoción de los autores de „la casa‟”.266 Sin
embargo, el periodista cultural debe estar por encima de este tipo de
conductas, siempre con miras a servir a los ciudadanos.
3.3.3 Una mirada humanista: el aporte de la antropología filosófica
Como se ha podido apreciar, cultura general, creatividad, capacidad de
síntesis, estilo atractivo, tacto y cierta sensibilidad para detectar la noticia y
para describir el color y el ambiente son algunas de las características que,
según distinguen a los profesionales del periodismo cultural, sin importar su
265 Íbidem. p. 394. 266 Ídem.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
151
rama de especialidad. No obstante, en este trabajo nosotros proponemos otro
acercamiento conceptual: una ruta más que, nos parece, facilita el trabajo del
comunicador cultural y lo dota de la sensibilidad y el criterio necesario para
interpretar y analizar, uno de sus deberes fundamentales. Dichas herramientas
no son otras más que el conocimiento de lo que es la persona humana y la
cultura, a la luz de la antropología filosófica.
Mientras que el periodista político debe estar empapado de política, el
periodista económico de finanzas y el periodista internacional de los asuntos
del mundo, nos parece acertado decir que el periodista cultural debe ser
conocedor del hombre: de su esencia y de la huella que éste deja en el mundo.
Como vimos en el capítulo anterior, el campo de acción del periodismo cultural
es muy vasto, pues incluye (o debiera incluir) prácticamente toda manifestación
humana, desde las ciencias naturales, la tecnología y el arte, hasta la ética y
las ciencias humanas. El periodista cultural no se caracteriza o se diferencia,
entonces, por el área temática, sino por una particular forma de ver. Sus ojos
están entrenados para distinguir la esencia de toda obra, idea, creencia y
costumbre: para descubrir y señalar lo que dicha manifestación nos revela
sobre el hombre. El periodista cultural se distingue por el acercamiento o
enfoque que utiliza a la hora de abordar los temas, el cual se caracteriza (o
debiera caracterizarse) por resaltar lo humano en ellos.
A fin de cumplir con tal misión se necesita tener una sensibilidad capaz
de identificar lo esencial, a través de lo accidental, además de un criterio
incluyente, que sea consciente del vínculo humano que une comunidades,
naciones, épocas, religiones e individuos, sin dejar de reconocer por ello la
riqueza en las diferencias. Para adquirir dicha sensibilidad y criterio existen
varios caminos: desde la preparación académica, hasta el espíritu autodidacta.
No obstante, nosotros proponemos uno: el estudio y conocimiento de los
conceptos abordados en el primer capítulo, provenientes de la antropología
filosófica, de los cuales germinan nuevas perspectivas, y nuevas formas de
aprehender todo lo hecho por el hombre.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
152
Un periodista cultural que trabaje con dichas herramientas conceptuales
tendrá una base teórica firme que le ayudará a entender que todo lo que el
hombre añade al mundo natural, proviene de su intimidad, de su riqueza
interna: es producto de su inteligencia y voluntad y, por lo tanto, tiene una
historia que contar. También sabrá que la cultura tiene dos dimensiones
(subjetiva y objetiva), las cuales no pueden separarse, pues son
interdependientes. El periodista cultural que esté consciente de esto no se
limitará a informar sobre la dimensión objetiva (obras concretas y tecnología),
sino que también dará importancia a la subjetiva, es decir, al análisis de lo que
dichas obras revelan de la sociedad que las creó (su desarrollo y sabiduría) y
del impacto, bueno o malo, que tienen en ésta.
El conocimiento de lo que es la persona humana y la cultura facilita, a su
vez, el análisis y la interpretación, pues desarrolla en el comunicador la
habilidad de la introspección: al conocer lo que es la persona humana, se
comprende a sí mismo y, a su vez, logra comprender a otros. Esto le permitirá
descubrir las causas últimas de las manifestaciones, identificar la esencia
humana y desarrollar un espíritu cultivado. De acuerdo con Ricardo Yepes, una
mente cultivada consiste en “saber leer las obras humanas, poder detenerse
ante lo cotidiano que desvela algo majestuoso, descubrir la profundidad de lo
que se encuentra al alcance de la mano, no dejar que lo bello pase
desapercibido, o que sólo se considere como interesante lo ruidoso, lo grande,
lo llamativo o desproporcionado. Un gusto cultivado sabe de matices, llega a
donde no puede hacerlo el ignorante”. 267
De la misma forma, el periodista cultural que entienda ambas
dimensiones de la cultura nunca separará la obra cultural de su autor, y nunca
separará a éste de su contexto, y de los valores y verdades que caracterizaban
la época en la que vive o vivió. El camino conceptual que ofrecemos en este
trabajo le permite al profesional caer en la cuenta de que, para interpretar una
obra cultural, debe buscar la verdad expresada en ella y que, para entender
dicha verdad, debe comprender a la persona que la expresó. El periodista
267 YEPES, Ricardo. Op. cit. pp. 243, 244.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
153
cultural, al ser consciente de esta dimensión comunicativa de la cultura,
reconocerá la importancia de explicar el significado de la manifestación, idea u
obra desde dentro.
Otra ventaja evidente de dejarse guiar por el concepto de cultura268 que
proponemos es el amplio horizonte temático que sugiere. Si se cuenta con el
criterio suficiente para identificar la esencia y lo verdaderamente humano en
cada manifestación se puede abordar prácticamente cualquier tema, siempre y
cuando sea relevante y digno de análisis. De este modo, el periodista cultural
logrará salirse del predominio de la información literaria,269 para encontrarse
con otras manifestaciones que también hablan del espíritu humano, y de los
valores de una sociedad, como las artes culinarias, las ciencia naturales, la
ética y las ciencias humanas. El periodista cultural tendrá entonces la habilidad
para conectar hechos, para identificar procesos culturales y para encontrar
significado en lo que parecía no tenerlo a simple vista. No se dejará llevar sólo
por la agenda cultural oficial (comunicados, conferencias de prensa), ni por lo
que para otros medios masivos resulta actual. Como buen profesional
especializado, sabrá que los textos de calidad requieren de tiempo, y que los
temas no tienen que ser urgentes y satisfacer necesidades informativas
inmediatas para resultar actuales y de interés social.
Por otro lado, un conocimiento antropológico filosófico de la cultura
ayuda a comprender una premisa básica para el análisis cultural: no existen
hechos ni personas aisladas. No hay culturas ni sociedades que vivan como
islas, sino que se enriquecen y se impactan unas a otras. A las personas las
conecta la historia, las ideas, las costumbres, las creencias; el periodista debe
ver más allá del espacio geográfico y del tiempo. Esta premisa resulta
importante para cualquier periodista, pero especialmente para aquél que labora
en el ámbito cultural, pues constantemente deberá asociar, comparar y
conectar épocas, obras, ideas, creencias e individuos.
268 En este trabajo, entendemos por cultura a todo aquello que el hombre piensa y hace sobre sí mismo y
sobre el mundo. 269 De acuerdo con Manuel De Ramón Carrión, dentro de las secciones y de los suplementos culturales de
los diarios, la información cultural está formada principalmente por contenidos sobre literatura. Esto se debe al protagonismo y a la intensa actividad de los gabinetes de relaciones públicas de las grandes editoriales.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
154
El periodista cultural debe tener la capacidad de relacionar y de acercar
a la audiencia a las obras y a los protagonistas culturales. Debe hacerles sentir
y explicarles a sus lectores qué es lo que los conecta con personajes como
Platón, qué tienen en común con Shakespeare, qué los acerca a Sor Juana
Inés de la Cruz, qué tiene que ver el mundo en el que viven con Pablo Picasso,
con Homero, con Martin Luther King, con Nelson Mandela, con Franz Kafka,
entre otros. El periodista cultural es el encargado de hacer patentes estos
vínculos, que no son otros más que los lazos de interdependencia que unen a
las personas por el simple hecho de ser seres humanos, sin importar en qué
época hayan vivido. Y esta capacidad de relación, tan propia del periodismo
cultural, es más fácil si, desde un principio, entendemos que la cultura nos une,
pues es precisamente la forma que todos tenemos de vivir y de transformar el
mundo.
Otra cualidad esencial del periodista cultural que brotará del
conocimiento de la dignidad del ser humano, es la apertura a nuevas
experiencias y el desarrollo de una forma de pensar incluyente y tolerante. En
el periodismo cultural no hay lugar para los prejuicios de ningún tipo. Si se tiene
una buen idea de lo que constituye lo humano, se sabrá que cada persona y
cada sociedad es un universo entero: digno de atención y análisis. No habrá
cabida para los reduccionismos ni para la intolerancia. El periodista cultural
desarrollará entonces un criterio equilibrado y moderado, capaz de
concentrarse más en lo que las diversas sociedades tienen de complementario
que en lo que tienen de diferente u opuesto. Este otro modo de pensar,
solidario, que reconoce lo valioso en cada cultura y en cada hombre, es
descrito por Alejandro Llano en su libro El diablo es conservador:
Un modo de pensar en el que dialógicamente se armonicen la pluralidad
de métodos y de sensibilidades. Un modo de pensar analógico y flexible,
más atento al juego de las complementariedades que a la dialéctica de
las oposiciones. Un modo de pensar solidario, en el que se practique la
hospitalidad de considerar a extraños como propios, en lugar de la
hostilidad sistemática de considerar incluso a los propios como extraños.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
155
Un modo de pensar integral, abierto, capaz de hacerse cargo de las
tonalidades, los matices, las variedades y las variaciones, sin quedarse
en el cuantitativismo ni dejarse atrapar por el reduccionismo. Un modo
de pensar humanista que sepa ver en el rostro de las mujeres y de los
varones el resplandor de una dignidad intocable.270
La sensibilidad, el factor humano, la introspección, la capacidad de
análisis y unos ojos hábiles para reconocer lo bello y lo esencial, pues, son
algunas de las cualidades que no pueden faltar en el periodista cultural. No
obstante, no se puede reconocer la huella humana en el mundo externo si no
se tiene un concepto de persona humana271, y no se puede analizar una
manifestación desde el punto de vista cultural si no se tiene un concepto de
cultura. Nosotros proponemos las concepciones presentadas al inicio de este
trabajo como dos soluciones que no sólo arrojan luz sobre lo que es el hombre
y lo que éste hace sobre el mundo, sino que sirven como un buen inicio para
comprender posteriormente lo que es la belleza, el trabajo, los valores, la
religión, los símbolos, la comunicación, entre otras acepciones que tienen
mucho que ver con el ser humano y el desarrollo de la sociedad.
Las herramientas conceptuales que sugerimos como parte fundamental
de la formación de un periodista cultural provienen de la antropología filosófica;
sin embargo, con ello no pretendemos afirmar que el periodista cultural deba
ser un antropólogo o un filósofo. Como mencionamos anteriormente, la
comunicación de la cultura necesita de una forma especial y sensible de mirar
los actos humanos, y aunque una visión antropológica filosófica de la cultura
ayude a sensibilizar, a identificar lo esencial y a formar un criterio, el periodista
cultural no debe olvidar que, primero que nada, es un periodista. No tiene los
mismos objetivos que un antropólogo, pero puede hacer uso de algunos de sus
elementos para agudizar su mente y sus ojos: para apreciar lo que el ser
humano deja a su paso.
270 Llano, Alejandro. El diablo es conservador. Pamplona: EUNSA, 2001, p. 49. 271 Persona es una sustancia individual de naturaleza racional, dotada de intimidad, libertad, capacidad de
manifestación y dignidad.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
156
Es importante mencionar que nuestra propuesta no servirá de nada si el
periodista cultural no vive la cultura. El conocimiento de lo que es la persona
humana y de lo que es cultura resulta un buen inicio (bastante necesario a
nuestra forma de ver), pero es sólo eso: el inicio. El vasto campo cultural poco
a poco obligará al profesional a especializarse en alguna de sus ramas: danza,
arquitectura, pintura, literatura, cultura popular, entre otras. Y con
especializarse no nos referimos sólo al frío estudio académico y a distancia de
dichas manifestaciones, sino a la propia experiencia. El periodista cultural debe
vivir su especialidad: estar en contacto con sus protagonistas o, mejor aún,
convertirse en uno de ellos.
En síntesis, el periodista cultural es un profesional especializado que,
primero que nada, es conocedor de lo humano: capaz de vislumbrar la mano
del hombre en cada manifestación cultural y de reflexionar sobre ella. Un
concepto claro de cultura le permite desarrollar cierta sensibilidad, así como
encontrar nuevos matices, enfoques y temas, lo cual, a su vez, lo acerca a
nuevas y eficientes fuentes de información. Dicha sensibilidad le ayuda a
alcanzar una mayor profundidad de análisis sin dejar de lado la creatividad. Y
es la profundidad, la creatividad y la sensibilidad lo que lo ayuda a alcanzar la
creación cultural. El periodista cultural entonces abre espacios para que las
personas se conozcan a sí mismas y reflexionen sobre lo sublime, los procesos
sociales, las creencias y lo que su sociedad ha construido, a fin de que formen
un criterio, tomen mejores decisiones y escojan los mejores caminos para su
bienestar. Y de esta forma lograr lo que el periodista Carlos Septién señala:
Cada una de nuestras palabras será un fruto benéfico a la corta o a la
larga para México. Que es, en última instancia, el bien de cada uno de
nosotros; pues todo está hecho para el servicio y la felicidad del hombre,
y el periodismo, con su ciencia, su técnica, su arte y su ética, es quizás
el mejor intermediario de nuestro siglo entre el saber que la universidad
custodia, y el hombre para el cual ese saber ha de convertirse en
felicidad.272
272 SEPTIÉN GARCÍA, Carlos. Op. cit. p. 60.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
157
Expuesto lo anterior, en el siguiente capítulo contrastaremos nuestra
propuesta del perfil del periodista cultural con el quehacer periodístico cultural
que se ejerce en las redacciones de los diarios y diversos medios de
comunicación. Serán los mismos periodistas, protagonistas de este ámbito, los
que definirán su propia labor, su perfil y las características que consideran
indispensables para destacar en esta especialización periodística. Veremos
qué tanto de nuestra propuesta conceptual se cumple en el hacer periodístico
del día con día, mediante una serie de entrevistas.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
158
IV. Voces y visiones del periodismo cultural mexicano
Introducción
En este capítulo nos dimos a la tarea de recoger las opiniones y
aportaciones de algunos de los protagonistas del periodismo cultural mexicano,
aquellos que día con día se enfrentan a los retos de esta rama periodística. El
objetivo de este apartado es contrastar nuestra propuesta de lo que es el
periodismo cultural y de lo que debe ser el perfil del periodista cultural con el
quehacer práctico.
Para ello nos reunimos con periodistas como René Avilés Fabila,
director de la revista cultural “El Búho”; Mario Saavedra García, titular de la
sección de Bellas Artes de la revista “Siempre”; Ariel González Jiménez, editor
de la sección cultural de Milenio Diario; Bruno Bartra, coeditor de la sección
cultural de Reforma; Noé Cárdenas, editor en jefe de Noticias Veintidós; Miguel
de la Cruz, coordinador de la información cultural en el noticiario de Canal 11, y
Pablo Espinosa, editor de la sección cultura de La Jornada.
Cada uno de estos profesionales dirige la sección cultural de algunos de
los medios informativos mexicanos más importantes. Durante las entrevistas,
método que nos pareció el más adecuado para recabar información rica en
puntos de vista, compartieron sus experiencias y sus especulaciones.
Asimismo, aportaron nuevas ideas y enfoques que no estaban considerados en
lo expuesto anteriormente, apoyaron algunos de nuestros conceptos y
complementaron nuestra propuesta.
El orden en el que presentamos las entrevistas corresponde al orden en
el que nos fueron otorgadas. El estilo en que están escritas las mismas
pretende seguir lo propuesto en este trabajo, en lo que respecta al uso de
figuras literarias y a la descripción rica en ambientes, colores y matices.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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Periodismo cultural: más allá de Fuentes y Monsiváis Entrevista con René Avilés Fabila Escritor, periodista y docente.
Actualmente es editorialista en el
diario Excélsior, así como director y
fundador de la revista mensual
Universo de El Búho. Destaca por sus
colaboraciones en publicaciones
como: “Siempre”, “La Crisis”, “Revista
de Bellas Artes”, “México en la
Cultura”, “Revista de la UNAM”,
“Mester” y “Casa del Tiempo” (UAM).
Asimismo, ha laborado en
diarios como El Día, El Universal, El
Nacional, Excélsior, Diario de México,
y fue uno de los fundadores de
Unomasuno. En 1985 fundó el
suplemento cultural El Búho, el cual dirigió hasta 1999.
Su bibliografía reúne cuentos, memorias, artículos y novelas, entre las
que destacan: “La canción de Odette”, “El gran solitario de Palacio”, “Réquiem
por un suicida”, los volúmenes de cuentos “Hacia el fin del mundo”, “La lluvia
no mata a las flores” y “Fantasías en carrusel”, entre otras. Es docente de la
Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM desde 1975 y profesor de tiempo
completo en la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco.
Algunos de sus reconocimientos son: El Premio Nacional de Periodismo
por Difusión de la Cultura en 1991, premios nacionales de instituciones como el
Club de Periodistas, el Premio Colima al mejor libro de narrativa en 1997, entre
otros.
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El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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La Fundación René Avilés Fabila se encuentra un poco escondida. Para
quien pasea distraídamente por la calle de Yácatas, en la colonia Narvarte, el
edificio aparenta ser sólo una casa más, con la fachada apacible que
albergaría a una familia de cuatro, a dos perros y a un gato. Y sin embargo,
una vez dentro, el olor de los libros te revela que, ahí, no hay más que cultura.
En un primer momento, al mirar el vecindario y al acercarme al número
242, pensé que la cita sería en su casa, y no fue hasta que estuve lo
suficientemente cerca como para tocar la puerta que pude ver el pequeño
letrero, así como el búho metálico que sirve de logo a la organización. Después
de unos momentos de espera, un joven me hizo pasar a una amplia sala y,
posteriormente, a una estancia alargada con varias mesas rectangulares.
René Avilés Fabila se encontraba sentado en la primera de ellas, de
espaldas a mí, rodeado por bolsas de plástico etiquetadas y por decenas de
ejemplares de su más reciente obra: “El Evangelio según René Avilés Fabila”.
Con un cuchillo, el escritor cortaba el plástico que envolvía a cada libro, y
después colocaba los ejemplares en las bolsas con etiquetas. Dichos
paquetes, después me informó, estaban dirigidos a los medios de
comunicación.
Me saludó cordialmente, me invitó a sentarme a su lado y regresó a su
labor. No pasaron ni cinco minutos cuando yo ya estaba cortando plásticos y
organizando paquetes para los medios.
-Gánate tu entrevista- me dijo con una amable sonrisa.
Después de ayudarlo un poco con sus quehaceres literarios, me condujo
al fondo de la estancia para dar comienzo. Mientras le explicaba brevemente
los objetivos de este trabajo, sacó el nuevo número de la revista El Búho, lo
abrió y señaló una entrevista escrita que anteriormente le habían hecho, y en la
cual se encontraba la respuesta a mi primera pregunta:
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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¿Cómo define al periodismo cultural?
“Entiendo por periodismo cultural todo aquello que en los medios se
refiere a la cultura y el arte. En ambos casos, parto de una amplia
definición de cultura, que incluya manifestaciones populares. De lo
contrario, estaríamos solamente hablando de una parte sí muy
destacada, pero limitada de arte y cultura”.
Después de analizar detenidamente la definición que me proporcionó, y
a fin de comprenderla a fondo, nos dedicamos a abordar el concepto que, por
su complejidad y dinamismo, hace del periodismo cultural algo tan difícil de
definir.
¿Cómo define a la cultura?
-Yo creo que no importa, en este caso, qué es lo que yo piense de
cultura o cual sea mi definición. Mi definición tendrá que variar según qué es lo
que yo dirijo o manejo. Cuando fui director de “El Búho”, el suplemento cultural
de Excelsior, tenía yo una definición relativamente amplia: no era equiparable a
una definición antropológica en donde cabe todo aquello que ha hecho o
transformado la mano del hombre, pero tampoco era algo que sea equivalente
a las bellas artes, pues eso es insuficiente. Yo creo que depende de las
necesidades del medio y de uno como director. Cuando fui director de Difusión
Cultural de la UNAM, manejaba una definición muy amplia porque había danza,
música, literatura, periodismo, en fin, toda la gama imaginable de cuestiones
culturales artísticas. La definición va a variar según el medio. Dependerá de
cuál sea tu política editorial y el perfil de tus lectores.
Entonces, ¿los contenidos culturales dependerán de la forma en que
cada medio de comunicación conciba y aprecie la cultura, así como del público
que desea captar?
-Hay periódicos muy importantes hoy en día que no tienen ni siquiera
una sección cultural. Tienen una página o dos, que pueden no existir para darle
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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más espacio a otras cosas, y esto pasa en todo el país. Este es un país que no
tiene idea de lo que es la cultura. Los estados de la República y las
delegaciones de la Ciudad de México ponen dentro del mismo saco deportes,
espectáculos, entretenimiento y cultura. Por cultura entienden „estupideces que
entretienen a la gente de más edad y que no tiene ninguna aspiración artística‟.
Entonces, la definición va a variar según el caso.
Ahora, en una revista como la que tengo (“El Búho”), manejamos algo
más amplio, y lo mismo cabe un artículo sobre música clásica que uno sobre
rock „n roll; lo mismo entra un ensayo sobre literatura que sobre el cómic.
Manejo una amplia definición pensando en que este tipo de publicación va a un
amplio público lector.
¿Usted piensa que es mejor tener una definición restringida o amplia?
-Yo creo que entre más amplia sea es mejor, porque tú no puedes
excluir el cine, el teatro, el performance; manifestaciones que son novedosas y
recientes, que todavía no sabemos exactamente su valor, pero que ahí están.
No hay más remedio que incluirlas.
¿Cómo podemos encontrar el equilibrio entre un “todo es cultura” y
“cultura sólo es el arte”?
-Es cuestión de cierto olfato o cierta experiencia del director o dueño de
la publicación. Yo nunca rechazaría un artículo sobre el graffiti, por ejemplo. Y
debo decirte que a mí, en lo personal, el graffiti no me parece nada: como
dicen unos amigos míos, el graffiti es arte hasta que pintarrajean tu casa, ¿no?
Pero si el artículo es serio, bueno y profundo, tiene que estar ahí. Dependerá
de la calidad y de la intensidad con la cual el periodista analizó la situación.
Ahora, encontrar el equilibrio y elegir contenidos se ha hecho muy
complicado, sobre todo con el nuevo periodismo, con la tendencia a la
frivolidad y con la búsqueda del espectáculo. Los diarios buscan llamar a
atención. De pronto, la nota roja te aparece en primera plana, así como la
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noticia de si Micheal Jackson dejó una nariz artificial en una caja fuerte. De
todos modos hay límites, y esos los impone uno. Yo escribo en tres o cuatro
periódicos con políticas editoriales completamente distintas. Se manejan
siempre tratando de llegar a un amplio público, y al amplio público no le
interesa la verdadera cultura. Por eso, hoy en día México prácticamente no
tiene suplementos culturales, y las secciones culturales apenas existen.
¿Esta falta de contenidos culturales en los medios de comunicación se
debe a la escasez de oferta cultural mexicana o a la falta de criterio y de
formación de los comunicadores?
-La importancia de la cultura en nuestro país es extraordinaria: hay una
oferta cultural pasmosa. Se hacen diversas actividades y se promueven las
manifestaciones, pero, ¿dónde se ve reflejada? El problema es cómo
comunicarla. Realmente no hay interés, y las revistas especializadas suelen ser
pedantes, aburridas y tediosas: son para iniciados. Yo tiemblo cada vez que
tengo que leer la revista de la UNAM, y me sorprende mucho porque Nacho
Solares se formó en el periodismo, y de pronto lo tenemos convertido en un
académico francamente fastidioso.
Si el concepto de cultura, la selección de los contenidos y la forma de
comunicarlos dependen del medio, y especialmente, del criterio de las
personas que laboran en el medio, entonces la formación de los periodistas
culturales es esencial. ¿Existe tal formación?
-Antes, el periodista que llegaba a la sección cultural había pasado por
todas las demás. El periodismo cultural era parte de un aprendizaje: te
mandaban a la nota roja, a sociales y a las peores fuentes, con un desdén
absoluto. Ahora ya hay la tendencia, la idea y la vocación del periodista
cultural, desde hace buen rato, mucho más de 20 o 25 años. Ya existen
personas que no les interesa cubrir otro tipo de asuntos mas que las
cuestiones culturales. Por ejemplo, yo soy el director de tesis de periodismo
cultural en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), y no son pocos los
jóvenes que aspiran a titularse con una tesis de periodismo cultural. No les
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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interesa cubrir la Presidencia ni la Cámara de Diputados. Ya se están
formando, y buscan dónde desarrollarse, pero, por desgracia, en el periodismo
cultural mexicano vamos en sentido contrario a los grandes avances culturales
del país. Éstos no se ven reflejados en los contenidos de los medios de
comunicación.
¿Cómo es que no se ven reflejados? ¿Faltan nuevos temas?
-¡Este es un país con extraordinarios cantantes de ópera! ¡Con notables
pintores! Y parece que no. De pronto los medios culturales te dan una idea de
una enorme pobreza. ¿Cuánto llevamos haciéndole homenajes a Carlos
Fuentes, a Monsiváis, a Poniatowska? ¿No hay más?
Cuando he dirigido secciones o suplementos culturales, lo primero que
ha hecho el director es llamarme y decirme: „quiero que escriba aquí Fuentes y
Monsiváis‟. Exactamente los que yo no quiero. Están muy vistos, muy leídos,
no hay novedad. El éxito de Monsiváis, por ejemplo, es que no le entiendes: no
sabes si critica o elogia. ¿Y cómo puedes tomar en serio a una escritora que se
califica como “pejeviejita”? Sin embargo, hay ese empeño, y es una
responsabilidad de los medios: de pronto uno cree que México tiene 10
escritores y dos pintores. Es muy patética la visión que se presenta y los
medios son los culpables.
¿A qué se debe que no se vean reflejado el trabajo de otros artistas y
que no se le dedique más espacio a otras manifestaciones? ¿Por qué hay
tantos lugares comunes dentro de los medios culturales?
-Yo creo que estamos en un mal momento. Aquí hay un problema
interesante: el gran promotor de la cultura es el Estado y no la iniciativa
privada. Ésta empieza a jugar un cierto papel, pero todavía lo hace como un
negocio. El Estado ha cometido errores garrafales, y promueve todo aquello
que se traduce en votos. Se ha deshecho de medios de comunicación y de
canales de televisión: aquellos que conserva, hablo de IMER y del Canal 22 y
11, los está tratando de llevar a los mismos modelos que tienen los medios
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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electrónicos privados: hacia frivolidades, ligerezas y cosas poco trascendentes.
Yo hago mucho énfasis en las políticas culturales, porque de ellas dependerá
la forma en que se promuevan unas manifestaciones más que otras.
Si las políticas culturales del Estado tienen un papel crucial en el avance
cultural, ¿qué papel tiene el periodismo? ¿Por qué es importante para la
cultura?
-Es un medio de difusión cultural. El periodismo es un enorme
detonador, es una enorme acción cultural, y por eso la necesidad de que el
periodista se exprese muy bien, y tenga ética y valores.
¿Qué aporta a la sociedad el periodista cultural?
-Explica. Explica fenómenos que no son fáciles. La gente lee una novela
y piensa: „mmm, qué fácil, ahorita hago la mía‟. Una cosa es que te guste una
obra, y otra es comprenderla: lo que representa, lo que simboliza. Al
ciudadano, esto le es de una enorme utilidad. La gente poco a poco se ha ido
dando cuenta de que la cultura sí es importante. Tú no puedes hablar con 60
palabras al día, y repetir la mismas boberas: necesitas un vocabulario amplio,
que se obtiene con la cultura. Si tú sabes de música, de literatura o pintura,
puedes ser un vendedor exitoso, aunque vendas caramelos. Ahora, con esta
tendencia nociva de hacer libros de autoayuda y de superación personal, yo te
puedo decir algo: no hay nada mejor, que te ayude más a ser exitoso, que ser
culto.
¿Cuál es la diferencia entre el periodismo cultural y el de espectáculos?
-La intensidad con que trates el tema. Si vas a tratar el tema de Micheal
Jackson, preocupado por que se quería blanquear, pues lo pones en
espectáculos, pero si quieres hacer un análisis profundo y serio, entonces se
iría a Cultura. Depende del criterio y de la intensidad.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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Para alcanzar dicha intensidad y profundidad de análisis, ¿qué tipo de
formación, conocimientos y cualidades debe tener un periodista cultural?
-En un principio, la misma que todos: conocimiento del idioma y de los
géneros. Pero después viene la especialización. En la UAM, por ejemplo, su
formación es general, y ya en el último año entran a lo que llamamos “área de
concentración”, en la cual se especializan en periodismo cultural. El periodista
cultural debe estar especialmente preparado para eliminar las fobias o las
pasiones exageradas. Debe analizar con frialdad a los autores y desmitificar a
personajes como Carlos Fuentes.
Primero que nada, se necesita una sólida cultura general. Es cierto que
tú no tienes por qué ser experta en Fidel Velázquez, pero sí tienes que tener
una idea de quién era. También se necesita un manejo de leyes: hay gran
cantidad de disposiciones y reglamentos sobre la cultura en México, que es
necesario analizar. La cultura está llena de vericuetos legaloides: aunque
finalmente la manejan como se les da la gana. Por lo pronto, necesitas saber
qué entienden nuestros gobernantes por cultura, así como qué proyecto de
cultura tiene cada partido político.
También es muy importante la lectura de los clásicos, el conocimiento de
las artes y de otras manifestaciones culturales, como el cine y el teatro. El
periodista cultural debe basarse mucho en la gran literatura: eso es lo que le
permite escribir bien y conocer puntos de referencias. El conocimiento de la
literatura, en este caso, es invaluable. Asimismo, el periodista cultural debe
saber que no hay que desdeñar nada: en cultura no puedes darte el lujo de
desdeñar. Yo, en lo personal, hago mucho énfasis en los conocimientos de
política cultural. A mí me preocupa, por ejemplo, que el gobernante de la
Ciudad de México piense que con poner una pista de hielo en el Zócalo está
contribuyendo a la cultura.
En las secciones y publicaciones culturales se suele recurrir a los
especialistas y colaboradores para alcanzar un nivel más profundo de análisis.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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Dichos colaboradores llegan a reemplazar por completo a los periodistas ¿Es
esto adecuado? En términos de…
-No. No está bien en términos de nada. En una sección cultural lo que
debe haber son periodistas culturales de buen nivel, porque es el periodista
cultural el que le ayuda a los artistas y a las fuentes a descifrar su trabajo y a
comunicarlo al lector. En el suplemento sí puedes admitir al filósofo, al
politólogo, al sociólogo, el historiador, pero ojo, tú como periodista le debes
pedir que le baje. Él no puede ponerse a pontificar como lo haría en una
investigación académica: debe usar un lenguaje menos especializado para
dirigirse a un público más amplio. En este caso, la presencia de los periodistas
es esencial.
El periodista es el intérprete o el traductor del artista y del especialista, al
gran público: es el intermediario. El buen periodista debe traducir, interpretar,
decirnos que ciertos términos complicados quieren decir tal o cual cosa. Y
también hago mucho énfasis en la necesidad de defender el idioma español.
Nosotros proponemos conceptos de hombre y cultura, provenientes de
la antropología filosófica, como una herramienta que ayudará al periodista a
interpretar las manifestaciones culturales y a darle espacio a nuevas. ¿Qué
piensa de esto?
-Yo estoy de acuerdo contigo. Creo que definitivamente debes tener una
base sólida de ese tipo de conocimientos, incluso para poder valorar con
corrección. Uno necesita saber qué es lo que se entiende por cultura. Y debe
caber la cultura popular, pero no la cultura popular comercial de Televisa, esa
no necesita de publicidad. Hay una cultura urbana y rural que apenas
conocemos, pero lo malo es que eso no da resultados políticos: siempre debe
tratarse de lo espectacular.
Hay que tener una idea de lo que verdaderamente es cultura. Y aquí, el
Estado tiene un papel importante, pues debería promover otro tipo de
manifestaciones. Como periodista cultural debes defender lo propio, la
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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identidad mexicana, ante la perspectiva de una constante globalización. Esto
no es nada fácil, pues debes tener un criterio para identificar la verdadera
cultura. Ayer me preguntaban si la comida era cultura: ¡pero por supuesto que
la comida es cultura!
Entonces, ¿usted piensa que dichos conocimientos básicos son
importantes para desarrollar el criterio del periodista cultural?
-Indudablemente. Esos son los rudimentos, son como el arranque de
cualquier proyecto cultural, de cualquier civilización, incluso. Con eso nosotros
podemos explicarnos culturas que desaparecieron, religiones que ya no existen
más. Yo creo que nos permite tener un conocimiento de base, que nos ayuda a
interpretar. Sin esos conceptos, ¿cómo explicarnos la historia de la
humanidad? ¿Cómo interpretar la enorme presencia de lo griego en el mundo
actual? Tenemos que saber qué es, cómo nace y cómo cambia el hombre. ¿De
dónde nace la música y por qué?, ¿de qué necesidad humana nace esta
manifestación? Lo mismo sucede con la danza ¿Por qué la necesidad de
mover el cuerpo a un ritmo? Si no sabe uno eso, entonces está perdido.
Finalmente, ¿qué nos puede aconsejar a aquellos que deseamos
incursionar en el periodismo cultural? ¿Cuáles son los retos a los que nos
enfrentaremos?
-Bueno, uno de los retos es la dificultad para encontrar empleo. La
industria de la comunicación va creciendo con lentitud; pero hay que pensar
que, hay otras cosas: como periodista cultural tienes una buena cantidad de
instituciones culturales en las cuales te puedes desarrollar. El hecho de que los
empresarios descubran que la cultura libera de impuestos, ayuda bastante.
Ayuda a que empiecen a preocuparse por donar a museos y por incursionar en
este ámbito. Yo creo que tiene que hacernos sentir muy orgullosos, que, con
nuestros artículos y ensayos, contribuyamos a desarrollar un país.
Otro de mis consejos es la permanente lectura: la cultura está en
permanente movimiento, con nuevos artistas, cuadros, cine, etc. Debemos
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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estar siempre al día, analizando, entendiendo y explicando. Y es necesario
explicar de modo tan creativo como los propios creadores, pues no podemos
ser periodistas comunes y corrientes. A veces no tenemos oportunidad de ser
tan creativos por el tiempo, porque el periodismo es para ya. Y es por eso que
necesitas ser muy culto, y muy preparado, para hacerlo bien y rápido, y para
poder evadir los lugares comunes. Además, también te tiene que dar tiempo
para vivir, porque si no, ¿de qué escribes?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
170
Más crítica, sensibilidad y menos “chilanguismo” Entrevista con Ariel González Jiménez Ariel González Jiménez es el
editor de la sección cultural de Milenio
Diario. Cursó la carrera de Economía
en la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) y fue editorialista
en el periódico El Nacional y
columnista de su suplemento cultural,
El Nacional Dominical. Además, ha
sido colaborador en diversas
publicaciones dedicadas a temas de
comunicación, cultura y política.
Fungió como coordinador
editorial de la Agencia Mexicana de
Noticias, Notimex, fue agregado de
prensa en la Embajada de México en
Argentina, y desempeñó otros cargos públicos relacionados siempre con la
comunicación social.
Asimismo, ha sido conductor del programa radiofónico Vasos
Comunicantes de Radio UNAM, y de Con x de México, producido y transmitido
en Buenos Aires por FM Palermo.
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El edificio que sirve de sede a Milenio Diario no tiene ningún letrero o
seña externa que lo pueda identificar; pero pude distinguirlo tan pronto di vuelta
en la calle de Morelos, de la colonia Centro. Y es que el brillo de sus cristales
azulados lo separa de las viejas y sobrias construcciones que lo acompañan.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
171
Después de registrarme como visitante, me dirigí al piso tres, en donde
me esperaba Ariel González, editor de la sección cultural del periódico, quien
corría de un lado para otro. Me pidió que lo esperara unos minutos y me
dediqué a observar la sala de redacción. Un largo letrero verde de “la afición”,
la sección deportiva del diario, decoraba la entrada de la larga estancia, la cual
albergaba decenas de cubículos y escritorios. Los periodistas y redactores
trabajaban en sus computadoras, de vez en cuando contestando los teléfonos,
o prestando atención a los televisores. La sala era la representación exacta de
lo que una redacción debe ser.
Cuando encontró un respiro, Ariel González me condujo a un pequeño
patio con algunas mesas, a fin de dar comienzo a la entrevista. Al explicarle el
tema de esta tesis, el editor comenzó a hacer énfasis en la dificultad de
elaborar un concepto preciso de lo que es la cultura, sobre todo, cuando el
ámbito cultural mexicano está delimitado por las instituciones culturales:
-De hecho no es fácil que alguien te defina qué es la parte de cultura o la
sección cultural. Tal vez en la realidad lo más práctico es que los periodistas
culturales te contesten que ellos hacen su trabajo, en buena medida, en
función de las fuentes culturales, de las que son reconocidas como tales. Y en
este caso estamos hablando de fuentes institucionales y privadas, pero
siempre en función de un panorama que está mas o menos preestablecido: las
editoriales, los institutos de cultura, etc.
Lo mismo sucede con las personalidades culturales. Hay ciertos
personajes que ya sabes que están dentro del ámbito cultural, aunque otro día
puedan estar en las páginas de espectáculos, por una u otra razón. Pero yo
creo que originariamente, desde luego, el periodismo cultural empieza de la
mano de los hechos culturales más notorios: de las bellas artes, del libro y sus
autores. Por su puesto, la cultura se va enriqueciendo en el transcurso del
tiempo: no es algo que esté dado de una vez y para siempre; va cambiando, va
produciéndose según la época, las condiciones del país, etc. Y todas estas
circunstancias hacen que cambie la percepción de lo cultural. Ésta se ha
percibido de otro modo tanto por quienes hacen el periodismo cultural, como
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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por las instituciones que promueven la cultura. Desde hace ya más de una
década contamos con el Conaculta, pero es un invento institucional reciente:
antes teníamos otras instancias.
La discusión sobre lo que es cultura nunca es concluyente, siempre se
está mirando hacia otras posibilidades. Más que una definición estricta de lo
cultural, lo que tenemos es una realidad que todo el tiempo te convoca: una
serie de hechos e intenciones que son las que van modelando al periodismo
cultural del día a día. Yo creo que al final del trayecto que uno puede tener
dentro de esta rama periodística a lo mejor te acercas a ciertas nociones.
¿Cuál es su noción de cultura y de periodismo cultural?
-Yo tengo una muy general, muy vasta, que es la del conjunto de hechos
artísticos, literarios, reflexiones y prácticas que configuran nuestro disfrute
como seres humanos: nuestro enriquecimiento. Y el periodismo cultural es la
comunicación de este conjunto, siempre con miras a ofrecer algo
periodísticamente relevante.
En nuestro trabajo, nosotros proponemos un concepto de cultura que
engloba a todo lo que el hombre piensa sobre sí mismo y sobre el mundo, así
como a todo lo que el hombre hace sobre sí mismo y sobre el mundo. ¿Qué
piensa de esta definición? ¿es demasiado amplia?¿Funciona dentro del
periodismo?
-Esa es la definición más general de cultura. Ahí ingresa lo que
comemos, lo que vestimos, nuestras normas de educación, las costumbres,
etc. Sin embargo, en la realidad, el campo cultural en el periodismo está más
acotado, porque las fuentes culturales están más limitadas. Nosotros por
ejemplo, no llevamos muchos temas culinarios, a pesar de ser un tema central
y de gran relevancia. Sin embargo, yo, en lo personal, pienso que es mejor
manejarnos en esta dimensión amplia y flexible.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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Nuestra definición del periodismo cultural intenta también ser flexible, y
es la siguiente: el periodismo cultural es el saber prudencial que consiste en la
comunicación adecuada de las manifestaciones humanas sublimes, a fin de
proporcionarle a la sociedad el conocimiento que le ayudará a su toma de
decisiones libre y solidaria. ¿Qué piensa de esta definición?
-Hay algunos términos ahí que me saltan un poco. ¿Qué entiendes por
saber prudencial? Yo no me opongo, pero la verdad es que a veces es un
saber bastante imprudente. Tampoco estoy seguro de que el periodismo
cultural ayude a tomar decisiones libres y solidarias. Lo que sí es que debe
presentar las manifestaciones artísticas, porque tienen una implicación sobre
nuestro presente. Lo de “manifestaciones sublimes” también me parece algo
limitado. El periodismo cultural refleja lo que tienes a la mano, es un reflejo de
la realidad. No siempre habla de manifestaciones o actos sublimes: ahí tienes
por ejemplo a Hitler. Es parte de la historia humana, de la más indeseable
quizá, y no forma parte de la vida artística; sin embargo, debe caber en las
páginas del periodismo cultural. Entiendo que tu definición habla del deber ser,
pero me parece que estaría mejor si se apegara más a la realidad.
-Si el periodismo cultural no siempre ayuda a la toma de decisiones libre
y solidaria, entonces, ¿cuál considera que es su función?
-Decir que no. Decir que no a los montones de cosas que no respondan
con las exigencias de calidad. Distinguir entre el espectáculo y la cultura;
decirle que no a las editoriales cuando impulsan a autores de segunda,
presentados como de primera. Creo que una de las principales tareas es decir
que no. Y decir que sí a las propuestas que pueden enriquecer el panorama
literario y artístico, aunque suene muy presuntuoso. Su función es discernir
entre aquellas cosas que pueden ser de calidad y aquellas que solamente se
ostentan como tales. Esto resulta muy difícil y por eso digo que es una
aspiración.
¿Por qué es difícil?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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-Porque el día al día es muy complejo. Tu edición diaria es el resultado
de muchas cosas. Es resultado de las prisas, en primer lugar. Tenemos que
escoger hoy lo que publicamos. Y esa valoración inmediata que está llena de
presiones, te conduce a equivocarte y a no valorar correctamente.
¿Cómo se eligen los temas en la sección cultural? ¿Qué temas abordan
en Milenio?
-La sección cultural de Milenio ha querido ser una de referencia, siempre
aspirando a seguir el criterio de calidad e interés. En la sección ingresan todos
los temas: artes, literatura, música y tenemos críticos a lo largo de la semana
que se van ocupando de diferentes temas y disciplinas. Tenemos un crítico de
teatro, de cine, dos de libros, uno de música y hay otro que se ocupa de
espacios arquitectónicos.
¿Los críticos son periodistas que se han especializado o son
especialistas que han ido poco a poco incursionando en el periodismo?
-Hay de todo. Hay gente que hace teatro, que dirige teatro, y que escribe
crítica teatral. También tenemos a quien es arquitecto, y además es nuestro
crítico de Espacios. No necesariamente nuestros críticos son sólo periodistas.
Nuestro crítico de música de ópera es un académico, pero no es periodista: no
hace otra cosa más que ir a la ópera y hablar de ella. Pero por otro lado,
tenemos a Javier Quirarte. Él es un periodista cultural muy completo, y también
se ocupa de temas musicales. Es periodista cultural, pero él mismo es músico.
Tiene también esa doble vertiente: no sólo es el periodista que se especializó,
sino que también es músico. La mayor parte de la planilla crítica es gente
ligada a las actividades de las que se ocupa. Los periodistas que no están
ligados a alguna actividad o disciplina, se ocupan de la parte informativa: de la
cobertura de la agenda cultural. Y esa agenda les va dando herramientas de
carácter crítico, y con el tiempo muchos pueden terminar escribiendo crítica;
aunque no siempre, pero sí llega a suceder. Poco a poco se acercan a un tema
y obtienen las herramientas para ser críticos.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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-Eso es en cuanto a la parte crítica, pero también hay columnistas: hay
escritores, periodistas, editores, entre otros, pero todos están ligados a las
letras de algún modo u otro.
De unos años para acá se habla de un periodismo especializado, dentro
del cual los periodistas se ocupan de la comunicación de una parcela
informativa, y son capaces de elaborar textos profundos y de calidad. Los
académicos que describen la especialización periodística distinguen a los
colaboradores de los periodistas especializados. En la realidad del periodismo
cultural actual, ¿existe la figura del periodista especializado en cultura?
-Yo no veo una diferencia entre colaboradores y periodistas
especializados en cultura. El ambiente en las redacciones está muy mezclado.
La verdad es que son muy raros los que hayan estudiado periodismo en la
parte cultural. Y eso pasa en todo el diario. Son muchos los articulistas que no
son periodistas, y muchos que son reporteros no provienen de las filas del
periodismo académico: no estudiamos periodismo en alguna escuela. Yo por
ejemplo, estudié Economía. Yo creo que el valor de nuestra intervención en la
parte periodística puede provenir del hecho de que tenemos otra mirada sobre
las cosas: a veces no simplemente noticiosa, editorial o periodística.
Ya que el periodismo cultural está conformado por una gama
heterogénea de profesionistas, ¿qué conocimientos o cualidades deberían
tener en común?
-Vengas o no de la carrera periodística, yo creo que la condición
indispensable para el periodista cultural debe ser la lectura. La constante y
asidua visita de museos, estar al tanto de las novedades discográficas, etc. Yo
creo que el periodista cultural debe vivir por lo menos una parte de aquellas
cosas a las que se está acercando periodísticamente: disfrutarlas él mismo y
ser un espectador de primer nivel. Debe estar constantemente
retroalimentándose de perspectivas nuevas. Yo creo que, además, necesita de
una sensibilidad adicional: por ejemplo, si tu cubres la nota roja, y te llama la
Procuraduría de la República sobre un asesinato, no te vas a ir preguntando en
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
176
el camino cuál va a ser la noticia o por qué es importante esa información.
Sabes que tu trabajo será contar lo mejor que puedas el acontecimiento. Pero
el periodista cultural muchas veces sí se va a ir preguntando cuál será la nota
de, por ejemplo, una entrevista con José Luis Cuevas. Lo único que sabes en
principio es que vas a entrevistarlo. Debes tener un sentido adicional para
descubrir el valor periodístico en el diálogo con él.
Asimismo, hay otro sentido que debe tener el periodismo cultural:
imagínate al periodista que supo ver a Borges cuando éste no era famoso.
Borges ahora es un lugar común, pero hubo una época en la que no era un
escritor famoso. Imagínate lo que era entrevistar al joven Borges y reconocer
en él a un autor que en el futuro iba a brillar. Como periodista cultural debes
tener esa sensibilidad, no de adivinar el futuro, sino de reconocer que estás
frente a alguien de otro calibre. Ahí es donde tiene ese otro “sexto sentido”.
En este sentido, ¿el periodista cultural puede crear cultura?
-Desde luego que crea cultura. Cuando el periodista cultural dimensiona
correctamente un tema o personaje, puede ser el descubridor de un autor, de
un pintor. Puede ser el que hace un hallazgo en el mundo cultural. Muchas
cosas han cambiado a través de entrevistas. Muchas cosas servirán de fuente
documental para los estudiosos de las obras del presente o del futuro. Entre
mejor haya hecho su trabajo el periodista cultural, más riqueza de perspectiva y
fuentes documentales van a tener los que examinen al personaje en 20 años o
en cien o en 500. Por eso, sí somos partícipes de la visión sobre nuestros
hechos culturales. Los periodistas culturales destacan lo importante, lo
relevante, lo valioso del mundo cultural. Debemos llamar la atención sobre las
manifestaciones centrales. Ése el verdadero propósito del periodista cultural.
¿Qué tan importante es la formación ética en un periodista cultural?
-Es importante para todos los periodistas; pero tiene algunos matices en
el aspecto cultural. Nuestra materia es más noble, y pues evidentemente
nuestra ética se pone muchas veces a menos prueba que en otras áreas, como
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
177
en política. En el periodismo cultural nos quedamos con la pena de no poder
publicar todo. Diariamente tienes que discriminar y a veces se pierden las
actividades culturales pequeñas: las que no están respaldadas
institucionalmente, lo que no tiene mayor capacidad económica, o un espacio
representativo. Eso es una pena, porque ahí están las pruebas de lo que está
surgiendo. Y es en esta discriminación en donde entra en juego la dimensión
ética. Es importante no dejar que los intereses económicos o personales se
vean reflejados en la selección de los temas que vas a publicar. A veces
también interviene lo ideológico, lo cual mueve a soluciones poco éticas:
cuando no das voz a todos los actores de un problema, por ejemplo. Esto es
pernicioso.
En la sección cultural te vas a enfrentar con decisiones editoriales que
necesitan de un criterio ético. Lo que no me parece ético, por ejemplo, es
respaldar la idea de que todo artista es bueno per sé, o todo aquél que se
esgrime como tal. Alguna vez me llamaron unos ladrones de piezas de autos
que decían que eran artistas, para que los ayudara porque estaban presos.
Nos pidieron que los defendiéramos; pero yo no creo que la sección deba
hacer eso. En el ámbito cultural, en este gremio, se van a dar este tipo de
excesos, y el periodista cultural necesita de una ética firme para no caer en
ellos. No es tanto el que tú promuevas ciertos asuntos, sino cómo los
promueves, lo que te puede convertir en alguien corrupto.
¿Considera importante o útil que los periodistas culturales posean
conocimientos de antropología filosófica, en especial, sobre lo que es el
hombre y la cultura?
-La formación del periodista cultural siempre está en ascenso. El
reportero cultural sí debería tener conocimiento exacto de muchas cosas:
antropología, artes, historia, entre otros. Pero yo no creo que sea el resultado
de una formación académica, sino que se adquiere con la experiencia.
También es el resultado de la investigación, y este conocimiento yo creo que
es el mejor.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
178
¿Cuál es la importancia del periodismo cultural? ¿Qué le aporta el
periodista cultural a la sociedad?
-Es un reflejo muy importante de la sociedad misma: muestra cómo es
esta sociedad frente a sus artistas, a sus espacios públicos y a su memoria
histórica. Tú puedes elaborar un retrato cabal de un país al ver su prensa
cultural. Los medios culturales reflejan cómo es una sociedad: de sus miserias,
sus riquezas, sus posibilidades o fallas.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta un periodista
cultural?
-El reto es buscar ser más exigentes. Yo creo que la prensa cultural
mexicana está en un grave problema, porque está muy dominada por las
grandes editoriales. Tiene muy poca capacidad crítica o de respuesta frente a
estos productos que todos los días se nos ofrecen como “la gran novela”, “el
gran libro de arte”. Todo es muy complaciente. Hay que incrementar la
capacidad crítica. Hay ahí mucha pobreza: hace falta mirar hacia otros
espacios que no están a la vista. Falta mirar hacia otros temas y hacia otras
localidades. Hay que superar el chilanguismo, en el periodismo cultural.
Muchas veces se habla de cultura nacional, pero sólo se toma en cuenta a
aquellas manifestaciones del Distrito Federal. Tendríamos que ver lo que
sucede en los diferentes estados: hay un mundo de cosas que no miramos por
estar pendientes de las que se nos ofrecen todos los días como “las
importantes”, y que muchas veces sólo responden a los intereses de las
editoriales, de las galerías, de un museo determinado, o espacio cultural muy
influyente.
Debemos dejar de creer que porque viene de una editorial, es un libro
bueno. Debemos investigar más, generar la crítica y, con ella, la posibilidad de
acercarte a nuevos espacios. No hay que dejarse engañar por la idea de que lo
que forma parte del mercado, es malo, y de que todo lo que es independiente o
“contracultural”, es magnífico. Yo creo que esa es una gran mentira. Y es aquí
en donde entra en juego esa sensibilidad de la que hablábamos.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
179
Periodismo cultural: la luz en medio de la oscuridad
Entrevista con Mario Saavedra García
Escritor, periodista, editor, crítico y
catedrático. Colaborador en varias
publicaciones de circulación nacional y
titular de la sección de Bellas Artes en la
revista “Siempre”. Fue uno de los
principales colaboradores del suplemento
cultural del diario Excelsior, El Búho,
dirigido por René Aviles Fábila. Del 2000 al
2004 fungió como Coordinador de Áreas
Culturales del Instituto Chihuahuense de la
Cultura, en donde ahora se desempeña
como titular de la Oficina de Atención a
Creadores.
También fue uno de los fundadores de la Universidad de Periodismo y
Arte en Radio y Televisión y actualmente es coordinador y profesor del
diplomado de Periodismo Cultural que se imparte en dicho recinto educativo.
Asimismo, es miembro de la Unión Mexicana de Cronistas de Teatro y Música,
de la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro, y miembro honorario de la
Sociedad General de Escritores de México (SOGEM). Algunas de sus obras
más importantes son: el ensayo “Elías Nandino: Poeta de la vida, poeta de la
muerte”, la antología poética “Atardecer en la destrucción”, la obra “Rafael
Solana: Escribir o morir”, entre otras.
_______________________________________________________________
Mario Saavedra caminaba a mi lado, con una amplia sonrisa, mientras
buscábamos algún pequeño y silencioso café en el cual acomodarnos. Los
locales a lo largo de la Avenida México, en la colonia Condesa, tenían
bastantes clientes, a pesar de ser jueves por la tarde. El sol era tan intenso,
que sus rayos lograban pasar a través del follaje del parque México, y el sonido
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
180
de uno que otro organillero o guitarrista en la banqueta acompañaba a aquellos
que comían en los restaurantes.
Después de caminar unas cuantas cuadras, llegamos a un café que
también servía de pastelería. Nos sentamos en las mesas externas con
sombrillas, ordenamos dos cafés americanos y continuamos con la
conversación que nos tenía absortos desde hacía varias calles.
Como periodista cultural y director del Diplomado de Periodismo
Cultural en la Universidad de Periodismo y Arte en Radio y Televisión, ¿en qué
factores, conocimientos, cualidades o puntos clave hace énfasis a la hora de
abordar el tema de la especialización en cultura?
-En una de las cosas en las que insisto más es en que todos los
conocimientos le deben importar a un periodista cultural. A mí me parece que el
periodismo, a medida que se ha ido especializando, paradójicamente, se ha ido
debilitando. El periodista especializado debería tener más herramientas para
enfrentarse al mundo, pero, paradójicamente, esto no sucede en la realidad. Yo
sí creo que la especialización, mal entendida, limita el conocimiento, y esto no
debería ser. Me parece que los periodistas de antes, los que se hacían en el
oficio, y no en la carrera, eran los que realmente tenían una vocación de
conocimiento, de saber, de búsqueda: con el hombre como eje central. Este
problema es una paradoja de la modernidad: se aprende un aspecto de la vida
y se logra la especialización en eso, pero se suele dejar de lado otros
conocimientos.
Yo insisto mucho, por eso, en que el periodista debe tener un perfil
humanista, y esto implica un conocimiento de todo; aunque la mente y la vida
del hombre no den para todo, pero el periodista debe al menos tener la
pretensión de ese conocimiento absoluto. Con esto me parece que el periodista
cultural ganaría mucho: con el hambre de conocimiento.
¿Cómo definiría usted la cultura?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
181
-Es un concepto muy general. Cultura son todas aquellas instituciones
humanas: en el más amplio sentido del término, pues instituciones son todos
aquellos factores de invención del hombre. La ciencia es una gran institución,
así como el arte. Todos aquellos factores de creación del hombre, en relación
con otros hombres, es cultura. Lo que está ajeno a la creación del hombre, lo
que es parte de los instintos, no es cultura; pero los factores que regulan dicha
dimensión instintiva sí lo son. La política, la sociología, la antropología y demás
conocimientos son instituciones y, por lo tanto, son cultura. Dichas instituciones
regulan las relaciones humanas. Existen tres grandes pivotes de la cultura:
ciencia y tecnología, arte y religión. Éstos son los tres grandes pilares
culturales.
En nuestro trabajo, el concepto de cultura que proponemos es de todo lo
que el hombre hace y piensa sobre sí mismo y el mundo. ¿Qué opina de esta
definición?
-Es un planteamiento distinto, pero es lo mismo: ciencia, tecnología,
religión y arte. El hombre es teoría y práctica: es la acción y el conocimiento.
Yo creo que es un buen concepto.
¿Cómo define usted al periodismo cultural?
-El periodismo cultural es aquél espacio del periodismo en el que más
allá del factor informativo, que es trascendido, aunque no suspendido (porque
si no dejaría de ser periodismo), se permean otros aspectos que no se ven
mucho en otras áreas periodísticas: el factor humano, crítico, analítico, reflexivo
y creativo.
El periodismo surgió como una necesidad de reconocimiento del hombre
en el mundo, en el acontecer cotidiano. La historia, la antropología, la filosofía y
la sociología también buscan el conocimiento del hombre en el mundo, pero no
en el acontecer cotidiano. El periodista sí busca el lugar del hombre en dicho
acontecer: lo importante es la información. Eso es lo que define al periodismo.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
182
No hay que olvidar que, el periodista, aún el cultural, informa. Si no hay
información, no hay periodismo.
Entonces,¿usted cree que el periodismo cultural no está delimitado por
un campo temático específico?
-Yo digo que no. Puede analizar todo, desde distintas aristas: desde la
arista humanística, reflexiva, creativa y crítica. El tiempo en el periodismo
cultural también es un factor importante. En otras esferas del periodismo, el
tiempo del hoy es el que prevalece. Sin embargo, en el periodismo cultural ese
presente inmediato es superado. A diferencia de otras áreas periodísticas, en
las que la información del hoy es básica, en el periodismo cultural podemos
volver a un hecho de un pasado lejano o más distante. Ahora, ¿qué es lo que
lo hace periodístico? Pues el periodista cultural precisamente es aquél que
tiene la habilidad de volver al pasado, dándole al mismo tiempo un sesgo de
actualidad. Debe entender que no porque ya haya sucedido hace mucho
tiempo, no interesa al hombre del hoy. Debe darle una pertinencia de
actualidad, es decir, debe preguntarse: “¿por qué cabe reflexionar sobre ese
hecho en el presente?”, así como vincular épocas, contextos, corrientes,
escuelas. Sobre todo, debe crear vínculos con el presente.
El periodista cultural se conecta con y se interesa por todas las ramas
del conocimiento, pero debe darles un perfil de actualidad. Por ejemplo, ahora
vivimos en una sociedad con una gran crisis de valores, en la que parece ser
que el ser humano no cuenta; en una sociedad en la cual la educación está tan
deteriorada por la presencia de un sindicato voraz y por los malos gobiernos,
se hace pertinente reflexionar sobre un filósofo, por ejemplo, como Nietzsche.
Para lograr estas conexiones y asociaciones, imagínate el conocimiento que
debe tener un periodista cultural. El periodista cultural no se puede limitar a
informar.
Nosotros proponemos en nuestro trabajo el siguiente concepto: el
periodismo cultural es el saber prudencial que consiste en la comunicación
adecuada de las manifestaciones humanas sublimes, a fin de proporcionarle a
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
183
la sociedad el conocimiento que le ayudará a su toma de decisiones libre y
solidaria. ¿Qué piensa de esta definición?
-Algunos términos me saltan. En lo de prudencial me entra la duda.
¿Qué es lo prudente y lo imprudente? Los adjetivos son muy peligrosos. La
frase “comunicación adecuada”, por ejemplo, también hace ruido. ¿Qué es lo
adecuado? A lo mejor lo que es adecuado para unos es inadecuado para otros.
Por otro lado, me gusta que hables de lo humano (en manifestaciones
humanas) porque eso es básico. Es un concepto bastante flexible que incluye
no sólo al arte, sino a todo lo humano. En cuanto a lo de las decisiones libres y
solidarias, me parece acertado: lo solidario nos lanza hacia el reconocimiento y
entendimiento del otro; es decir, impulsa al conocimiento y evita prejuicios.
¿Cuáles serían las características distintivas del periodismo cultural?
-El análisis, la crítica, y, sobre todo, el factor humano. Si en otras ramas
lo que prevalece es la información dura, en el ámbito cultural debe predominar
lo humano. Y la verdad es que no debería ser de interés nada más para el
periodista cultural; pero es él quien, en su naturaleza crítica y reflexiva, debe
hacer notar esa ausencia de lo humano en las otras especializaciones
periodísticas. Sobre todo, porque el periodismo nació como una necesidad
humana: para entendernos a nosotros mismos y para entendernos en nuestro
tiempo. Es importante tomar en cuenta, especialmente, que no estamos al
margen de nuestro tiempo.
Y, por eso, el periodista cultural debe entender que el hombre está en su
transitar en el tiempo. Para entender lo que somos hay que revisar lo que ha
sido la historia de la humanidad, a través de la antropología, la sociología, el
arte y la filosofía. No podemos entender lo que somos hoy si no nos damos
cuenta de que somos el resultado de una cadena de acontecimientos. Sólo así
sabremos lo que somos y lo que no somos, e incluso podremos analizar lo que
fuimos y ya dejamos de ser.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
184
El mundo de hoy se caracteriza por una angustiosa pérdida de valores,
como te decía, pero también por una depreciación de las utopías y de las
grandes búsquedas. La gran paradoja de la modernidad es que, como decía
Freud: “esas muletas que son la cultura, se le quitan al hombre, y éste se
desvanece”. La tecnología, el celular, la computadora, son aditamentos que
nos han ido haciendo más vulnerables y dependientes, paradójicamente, a
pesar de que son resultado de la cultura. ¿Por qué? porque lo humano se ha
perdido de vista: las ideas, las emociones, los sentimientos. Ahora, la
tecnología ha excluido al hombre: es el hombre mismo el que ha dado más
importancia a la máquina que al ser humano.
El autor Carlos Llano propone un concepto de cultura que abarca dos
dimensiones: la teórica y la práctica (lo que el hombre piensa sobre sí mismo y
sobre el mundo, y lo que el hombre hace sobre sí mismo y sobre el mundo).
Llano señala que algunos de los vicios culturales se deben a que sólo nos
concentramos en la tecnología, la ciencia y en los mejores casos, en la obras
humanas, pero que se deja mucho de lado al estudio del hombre. (lo que el
hombre piensa sobre sí mismo) ¿Es a lo que usted se refiere?
-Claro, estoy totalmente de acuerdo. Y otras de las grandes paradojas
de las que habla Freud, es que la cultura, que aparentemente debiera hacernos
mejores seres humanos, no lo hace en verdad. Lo que llamamos evolución
cultural debiera hacernos más civilizados, y cuando hay una civilización
significa que los instintos primarios más negativos del hombre están dominados
por dicha civilización. Y la verdad es que no: ahí sigue el odio, la ambición, el
deseo de control sobre los demás, el instinto de destrucción. Ah, pero eso sí,
tenemos nuestros celulares último modelo. Ahí tienes a todos aquellos que
salen con una pistola, que también es un invento de la modernidad, a disparar
a otros. El periodista cultural, pues, es quien debe dar cuenta de estas
paradojas y reflexionar sobre esta falta de lo humano en nuestra sociedad.
Entonces, ¿se podría decir que el factor humano es esencial a la hora
de abordar los temas y problemas culturales? ¿qué pasa cuando se deja de
lado al ser humano?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
185
-Pues la postura de algunos teóricos como Freud y Lévi-Strauss es que
la cultura (concebida como una tecnocracia, como lo es hoy) es un fracaso,
porque ésta debiera habernos hecho seres humanos mejores, y no hay tal.
¿Y usted qué piensa? ¿el periodismo cultural puede ayudar a mejorar
esta situación?
-Para serte honesto, estoy en un momento bastante pesimista. Yo no
creo en el hombre. Yo he llegado al punto en que creo que precisamente
nuestro factor racional, aquello que nos hace superiores a las otras especies,
es nuestro talón de Aquiles. Somos depredadores. De acuerdo con Freud, de
los tres pivotes que conforman la cultura (religión, tecnología y arte), la única
que dignifica al hombre es el arte, y el periodismo cultural tiene que ver mucho
con el arte. No obstante, a veces pienso que el papel del periodismo cultural
actual pareciera ser el de un simple paliativo: los grandes capitalistas y dueños
de los grandes conglomerados no promueven realmente la crítica y la reflexión,
y tienden a impulsar lo digerible y lo que va de acuerdo con sus intereses
comerciales. Esos que ambicionan tener más, ¿cómo van a privilegiar que la
población se eduque para que después se les rebele? ¿Qué cree que pasaría
si en todos los pueblos del mundo fueran todos individuos preparados?
Pero, entonces, ¿por eso es importante la formación de buenos
periodistas culturales?
-Sí claro, pero en el presente, es una fuerza muy pequeña, y los buenos
periodistas culturales no tienen mucha cabida en los medios actuales. El
periodista cultural es un poco aquél que rema contra corriente. En los países
desarrollados, el periodismo cultural tiene más presencia: porque hay gente
más preparada y más reflexiva. Aquí tenemos que estar buscando espacios
que se cierran; casi como de castigo te mandan a la página cultural. Estamos
francamente en pañales. En esta imperfección de subdesarrollo, no hay
lectores o gente que le importe enterarse de lo que pasa, más allá del
amarillismo. A la gente no le gusta confundirse, esa es la verdad. Y es que el
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
186
periodismo cultural es como vernos en el espejo, y ver nuestras
imperfecciones. Es abrirse a pensar: “¡ah caray! ¿así somos?” Lo malo es que
la gente prefiere ver el estereotipo de la telenovela, de Big Brother, etc.
¿Cuál sería entonces la función del periodismo cultural? ¿Su deber ser?
-Dar luz en medio de esta oscuridad. En términos generales, todo
periodismo debería hacer eso. Sin embargo, como el periodismo cultural se
ocupa de información en función del valor del hombre, lo hace con mayor
razón. En el periodismo nacional esto significa, desafortunadamente, remar
contra corriente, porque los periodistas culturales son los más mal pagados: se
tiene la idea de que no vende, y de que a la gente no le interesa. El
pensamiento general es: ¿Para qué reflexionar si esa reflexión te causa
problemas? Y es que el reflexionar, te causa conflicto. Pero has de saber que
el conflicto es una condición de la existencia. No hay conocimiento sin conflicto.
Si queremos conocer nos tenemos que conflictuar.
¿Usted cree que el periodismo cultural también tiene la función de
crear?
-No puede dejar de informar, porque deja de ser periodista. Insisto, debe
darle un sesgo de actualidad. Sin embargo, puede informar creando, o crear
informando. Como decía Horacio en su poética: el arte debe ser dulce et utile.
pues el arte debe también inquietarnos. Retomando esta frase yo diría que el
periodismo cultural debería ser eso: dulce y útil.
Existe, a veces, una confusión sobre los que es el periodismo cultural y
lo que es el periodismo de espectáculos, ¿en qué se diferencian?
-La diferencia entre ambos es toda. Si existe confusión sobre en dónde
empieza uno y dónde acaba el otro es culpa de los medios y de los dueños de
esos medios. Los grandes conglomerados piensan que lo que vende es el
espectáculo, y entonces más vale confundir a la gente y decirle que es cultura.
Sin embargo, difieren en muchos aspectos. El periodismo de espectáculos
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
187
parte un poco de lo frívolo e intrascendente. El periodismo cultural tiene que
ver con lo que trasciende y marca épocas. El arte trasciende, el puro
espectáculo, por sí sólo, no. Sólo distrae y entretiene. El periodismo cultural
debe abordar lo que trasciende, lo que invita a la reflexión: lo que es universal.
Las obras que muestran la naturaleza humana.
¿Qué conocimientos y cualidades cree que deba poseer un periodista
cultural?
-El periodista cultural es, primero que nada, un humanista. Un periodista
en general debe serlo, pero en la medida en que el periodismo se ha
desvirtuado tanto, quien tiene que serlo exigentemente es el periodista cultural.
Ahí tienes a Leonardo da Vinci, Erasmo de Rotterdam, Cervantes, Miguel
Ángel, a quienes les interesaba todo: todo lo relacionado con el hombre. Por
eso siento que el conocimiento moderno ha limitado y momificado al hombre: lo
ha limitado a saber mucho de ese tema, pero no de otras cosas. Al hombre de
hoy lo sacas de su zona de confort y no sabe dónde vive. El periodista cultural
no debe ser ese tipo de hombre. Tiene que estar implicado con todos los
saberes: todos deben moverlo e inquietarlo. Este factor humanista me parece
fundamental.
La cualidad creativa también es importante, así como el carácter
reflexivo, analítico y de investigación. En otras especializaciones se utilizan
fuentes muy actuales, pero el periodista cultural no se deja engañar por el
factor tiempo, como habíamos mencionado. Busca fuentes documentales y
otras más que le expliquen el pasado para poder interpretar el presente.
Otra cosa importante es que no debe ser prejuicioso. El humanista es el
que le da cabida a todo lo que existe: obviamente con una mente crítica. Una
persona ignorante está llena de prejuicios; en cambio, una persona sabia se
abre a nuevas experiencias, y no es prejuiciosa. El periodista cultural tiene
hambre de conocimiento, y el conocimiento, entre otras cosas, erradica los
prejuicios.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
188
Como sabe son muchos los especialistas que, sin haber cursado las
carreras de periodismo o de comunicación, se han hecho miembros de las filas
del periodismo cultural ¿Qué tan importante es una formación en la
comunicación o en periodismo?
-La especialización cultural dentro de las carreras de Comunicación y de
Periodismo ya existe, y hay que aprovecharla; pero no en detrimento de abrirse
a otras esferas del conocimiento. Hay que evadir los peligros de la
especialización. Si existe la posibilidad de que el periodista cultural acceda,
mediante la formación académica, a la especialización, pues hay que
aprovecharlo, pero no debe limitarse a un área, dejando a un lado otras
esferas. Y yo también insisto mucho en el factor del lenguaje. Es
importantísimo. Bueno yo tengo la formación literaria, pero me parece que si el
instrumento del periodista cultural (o de cualquier periodista) es el lenguaje,
entonces debe saber expresarse bien. Si no, es una limitante: quien no conoce
el lenguaje no se puede comunicar, ni con extensión ni con claridad. Es aquí en
donde entra la importancia de los conocimientos en redacción o comunicación.
A mí me gustan los escritores claros, no los barrocos o rebuscados. El
estereotipo nos dice que entre más complejo es un escritor, es mejor; pero la
verdad es que entre más claro, es mejor. ¿Y cómo se logra ser más claro?
Teniendo más herramientas de conocimiento y de conocimiento del lenguaje.
Para alcanzar esta claridad recomiendo aprender la gramática y, sobre todo,
leer. Leer a los buenos escritores y a los grandes clásicos. No basta leer por
leer: hay que saber qué leer.
¿Qué tan importante es la formación ética para el periodista cultural?
-Es básica. El factor ético es esencial en el periodismo. El mundo está
lleno de paradojas: aquellos terrenos en los que debiera caber más la ética, es
en donde menos cabe, como en el periodismo, la política, etc. ¿Por qué pasa
esto? Pues porque el ser humano, como te dije, está lleno de contradicciones,
por naturaleza. Algunas de las virtudes que debe poseer el periodista cultural
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
189
son el hambre de conocimiento, la vocación profesional, la reflexión y la
sensibilidad.
¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta un periodista cultural actual?
-El primero es la falta de consciencia o reconocimiento de su espacio.
Hay que pelear con los editores y con los dueños de los medios para que le
den espacio al periodismo cultural. Como te dije, es como remar contra la
corriente. El segundo de los retos son las políticas culturales de los países. En
aquellos sistemas políticos que no atienden la educación, que no les importa
educar a su pueblo, ahí, por acto reflejo, el periodismo cultural no encuentra
cabida natural. En un país más educado y preparado, el periodismo cultural
tendrá más espacio de acción. La tecnocracia, la deshumanización, son otros
de los retos o campos de lucha para el periodista cultural: el mundo que
desplaza lo humano. Todos estos obstáculos resultan bastante difíciles de
sortear y por eso es importante la vocación, pues, si no, a las primeras de
cambio nos vamos a desilusionar.
¿Cree que el conocimiento sobre lo que es el hombre y la cultura, como
el que presentamos en este trabajo, ayuden al periodista cultural?
-Al hablar de conocimiento humanista, también me refería a ese tipo de
conocimientos, los cuales también que le debe importar al periodismo cultural.
Se trata de un saber en donde lo fundamental es el hombre, y obviamente,
debe ser un espacio natural de interés para el periodista cultural.
Usted ha dicho que no cree en que el hombre y la sociedad pueda
superar su tendencia al mal, entonces, ¿qué propósito tiene el periodismo
cultural? ¿de qué sirve a la sociedad?
-La luz en medio de la oscuridad nos da la posibilidad de acceder al
conocimiento en medio de la ignorancia. Nos permite acceder a lo ético en un
mundo carente de valores; a lo humano en un mundo deshumanizado. Es
volver a traer al hombre a la atención de sí mismo y de su condición.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
190
¿Entonces, el hombre sí tiene esperanza después de todo?
-A lo mejor yo estoy en una etapa muy desinflada. Con lo que estamos
viviendo en el mundo, yo no sé qué tanta posibilidad tengamos como especie.
Como periodista cultural, ¿no vale la pena luchar y reflexionar sobre lo
humano? ¿Se puede lograr algo con ello?
-Por supuesto, si no se pudiera, no habría arte, periodismo,
conocimiento, ciencia, música, antropología. No habría nada. Lo último que
podemos perder es la esperanza. Mientras vivamos tenemos que tener
esperanza. Creo en el hombre por sí mismo: así como no creo en él, creo en él.
¿Me explico? Porque también existe la posibilidad de ser solidario, la
posibilidad del amor. Tenemos la potencia de ser mejores. Y es en eso en lo
que también creo.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
191
Periodismo cultural: más allá de la forma y de lo subterráneo
Entrevista con Bruno Bartra
Bruno Bartra es coeditor
de la sección cultural del
periódico Reforma. Estudió la
carrera de Sociología en la
Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM). En sus años
de estudiante laboró en la revista
digital Elfoco.com, en donde
contaba con una columna sobre
música. Colaboró en la revista
Sónica, así como en algunas publicaciones locales en el extranjero.
Posteriormente, colaboró en el diario Reforma para la sección de Viaje y
de Espectáculos, así como en su suplemento cultural El Ángel. Fue guionista y
coproductor del programa de cultura alternativa Vías Alternas en TV UNAM.
Poco después ingresó a la sección de Cultura del periódico Reforma.
El periodismo cultural debe centrarse más en la creación artística, en
lugar de girar en torno a los movimientos políticos de la gestión cultural. Así nos
lo hizo saber Bruno Bartra, quien no dejó que el ruido constante de los
vendedores ambulantes y trovadores detuviera ni un momento la conversación.
Sentado en la mesa de uno de los pequeños cafés del centro de Coyoacán, el
coeditor de la sección cultural del Reforma afirmó que la esencia del
periodismo cultural no está precisamente en la forma, ni en lo subterráneo, sino
en la profundidad.
¿Cuál es su definición de cultura?
La cultura es un término muy amplio. Es una serie de códigos, que
engloba el lenguaje, la estética, las tradiciones, las costumbres y demás. Esa
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
192
es la definición amplia. En el periodismo o en los círculos intelectuales la
cultura se suele encerrar más hacia lo que está vinculado con la investigación
de ciencias sociales e historia, humanidades en general, y con las cuestiones
vinculadas al arte, nada más. Aunque la definición es mucho más amplia.
En periodismo, ¿qué es mejor? ¿Una definición amplia o restringida?
En periodismo tiene que ser restringida. Si usáramos el concepto amplio
tendríamos que abarcar prácticamente todas las secciones del periódico,
porque encierra todo. Hay veces en las que puedes utilizar el concepto amplio
para retomar asuntos de otras secciones, para después darles un ángulo
cultural; sin embargo, es preferible tomarlo desde el punto de vista restringido
para poder tener un límite, y para poder reconocer mejor tu campo de trabajo.
¿Cómo define al periodismo cultural?
El periodismo cultural se divide en dos. Por un lado, está la parte del
diarismo, que consiste en hacer reportajes los más objetivos posibles, notas
informativas, etc. Se trata de dar a conocer la información. Esa parte la tiene
todo tipo de periodismo, pero lo que hace al periodismo cultural es otra cosa. A
veces la gente se confunde y cree que el periodismo cultural es aquél que debe
estar escrito de una forma elaborada o especial. Esto no es cierto, todo el
periodismo debe estar bien escrito. La cuestión que distingue al periodismo
cultural va más allá de las palabras: son los temas que se abordan y el enfoque
por medio del cual se abordan. Por ejemplo, a una estrella de rock la puedes
entrevistar desde un punto de vista de espectáculos y desde una perspectiva
cultural. En la sección de espectáculos le van a preguntar acerca de su show,
¿qué va a tocar?, ¿con quién está saliendo?, etc. Y en cultura te centras más
en saber qué intenta comunicar con sus canciones.
Entonces, ¿la característica distintiva del periodismo cultural sería la
forma en que toca los temas y no tanto los temas en sí?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
193
Sí, la característica distintiva va a ser la forma en que toca los temas.
Bueno, obviamente sí hay temas que le pertenecen claramente al periodismo
cultural, porque están circunscritos al arte, y a las manifestaciones artísticas
que, aunque no necesariamente son subterráneas, no tienen esta frivolidad
que suelen tener otras expresiones.
¿Se podría decir que el periodismo cultural se caracteriza por dejar a un
lado la frivolidad y concentrarse en lo profundo de los temas?
Sí, y eso se debe ver sobre todo en las preguntas que haces como
periodista. A veces la gente confunde el escribir de una forma elaborada con el
contenido elaborado. Piensan que si está escrito de forma especial, entonces
es profundo. Sin embargo, la escritura elaborada y la profundidad no son lo
mismo. En el periodismo cultural, es el contenido el que debe ser más
elaborado y con más bagaje, además de estar bien escrito. Se debe encaminar
hacia cierto tipo de temas vinculados con la mente, con el espíritu y con la
creación. A veces la gente cree que el periodismo cultural sólo se caracteriza
por una escritura elaborada (que la clave está sólo en la forma de escribirlo), y
dejan de lado la importancia de la profundidad del contenido.
¿El periodismo es importante para la cultura? ¿La cultura necesita al
periodismo?
La cultura necesita del periodismo siempre y cuando se trate de un
buen periodismo. Hay dos grandes ramas dentro del periodismo cultural: uno
enfocado a la creación y otro más enfocado a los movimientos políticos de la
gestión cultural del país. La cultura se va a nutrir más si este periodismo está
más enfocado a conocer lo que se crea dentro del arte, en lugar de sólo decirte
quién va a estar dirigiendo tal organismo, o quién se peleó con quién. Esto
último enriquece menos a la cultura como tal, aunque a veces es más leído. Es
un poco como los chismes del ámbito cultural.
Un periodismo cultural centrado más en la creación impulsa a la cultura
y genera canales de comunicación entre la comunidad cultural. A la otra rama
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
194
(la de los movimientos políticos) no debes de ignorarla, pero le debes de dar un
lugar por debajo de la creación.
¿Cuál es, en su opinión, la función del periodismo cultural? ¿Qué aporta
a la sociedad?
Su primer objetivo es la difusión. Una difusión que haga crecer y que
comunique al sector cultural. Hay dos matices: una parte es la difusión dentro
del sector cultural, y la otra, que es la principal, tiene que ver con ampliar la
comunidad cultural. El hecho de que la comunidad cultural actual se encuentre
desconectada y de que no crezca tanto se debe a que gran parte de las
secciones culturales de los periódicos se centran más en la información sobre
los chismes políticos.
La clave está en que hagas un buen suplemento cultural en donde la
creación esté conectada con la actualidad. No debes hacer una sección en
donde sólo estés anunciando a los artistas: hay que meterlos en contexto,
haciéndole al lector saber cuál es su importancia. La cuestión es ofrecer otro
tipo de información y no sólo la puramente política.
¿El periodismo cultural también tiene la función de crear cultura?
No es una función. Es un hecho. Pero creo que no hay que limitarlo al
periodismo cultural, porque eso sucede con todo tipo de periodismo. La
diferencia está en el tipo de creación cultural que surge como resultado.
Cuando se trata de una nota diaria o un reportaje, la creación está en cómo
ordenas y cómo redactas la información, las entrevistas y demás. La creación
está en el orden y en la jerarquización. Los columnistas producen breves
ensayos, por ejemplo. Se crea en todo el periodismo. La forma importa en todo
el periodismo. Sólo es cuestión de recordar que el periodismo cultural no se
distingue en cómo está escrito, sino en el contenido, en el tipo de prioridades
que tiene y en la forma de jerarquizar. La creación en el periodismo cultural
está en la profundidad de los contenidos y no sólo en la forma.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
195
¿Cuál es el campo de acción del periodista cultural? ¿Qué lo distingue
del periodismo de espectáculos?
Es una delgada línea, pero, si no se sabe definir, puede hacer que las
secciones de cultura estén desorientadas. Hay que trazar muy bien esa línea.
La línea distintiva más obvia entre ambas secciones es el público hacia el que
van orientadas las manifestaciones artísticas o de espectáculos que se cubran.
Algunas de ellas son más asunto de lo cultural por su orientación. En lo que
respecta a las ciencias sociales y a las humanidades no hay tanto problema,
porque dichos asuntos nunca los cubre la sección de espectáculos. Sin
embargo, en donde hay más problema es principalmente en espectáculos de
teatro y en música, porque a ambos los cubren tanto las secciones de
entretenimiento como las de cultura. Aquí empiezan los malentendidos, porque
se suele creer que la sección cultural debe interesarse sólo por los
espectáculos que son “underground” o por lo que es música clásica. Esto es un
error. Cualquier artista musical que desee ofrecer un espectáculo para dar a
conocer un mensaje creativo (no necesariamente político ni social, ni nada de
eso) es de interés para el periodista cultural. No necesita ser música
subterránea, como se le conoce. Lo importante es que haga una propuesta
creativa de calidad.
Uno de los problemas de creer que al periodista cultural sólo le interesa
lo „no comercial‟, es que muchas veces se cae en el error de aceptar como arte
a todo tipo de manifestación sólo por ser „subterránea‟, sin ponerse a ver si
cumple con los estándares de calidad. De ahí la importancia de tener un
consejo dentro de las publicaciones que deliberen qué es lo que es bueno y
qué no.
Entonces, ¿todo se reduce al criterio?
Sí, totalmente, porque también puedes hacerle una entrevista de corte
cultural a Britney Spears, dándole un ángulo filosófico, creativo, etc. Los
ángulos culturales son varios. Uno es el informativo o aquél que da a conocer
el proyecto de un artista cuando éste está creando algo nuevo dentro del sector
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
196
cultural. Otras preguntas que pueden guiar el enfoque cultural son: ¿Qué
implica la creación de la música? ¿Qué intentan expresar con ello? El
periodismo cultural busca lo que está implícito, no lo que está explícito. Lo que
hay detrás de cada expresión. Claro que si entrevistas a un político o a un
presidente te vas a ir por sus gustos culturales y por sus planes para impulsar
la cultura. Todo depende del personaje.
¿Qué temas abarca la sección cultural de Reforma?
Es una sección amplia. Abarca la literatura: escritores, poetas, etc. Por
supuesto que se le da más cobertura a ciertos escritores, por su trayectoria.
Carlos Fuentes, por ejemplo, genera mucho mayor interés y por lo tanto tiene
mayor espacio dentro de la sección. También abarcamos música clásica:
intérpretes, compositores, etc. Dentro de la música popular abarcamos a cierto
tipo de rock que está buscando innovar en la música. Como dije antes, es muy
distinto el artista de música popular que sólo busca dar un espectáculo y
generar entretenimiento a aquél que busca ofrecer una propuesta creativa e
innovadora. Son a éstos últimos a los que cubrimos en la sección cultural.
También hay arquitectura, escultura y todas las ramas de las bellas artes, así
como la investigación en las ciencias sociales. Las ciencias duras, desde la
física hasta la biología, tienen su propia sección, pero también son otra rama
del periodismo cultural. Y bueno, no podemos olvidar a las políticas culturales.
¿Hay más académicos que periodistas en la sección cultural?
Creo que predominan los periodistas, pero son los que cubren la nota
diaria. Lo que más hay son columnistas, que en efecto son académicos,
empezando por mí, que soy sociólogo.
En los últimos años se habla de la especialización periodística.
¿Realmente existe la figura del periodista especializado en cultura?
Claro. Lo que pasa es que son periodistas que principalmente se
convierten en columnistas. Sus textos entonces son predominantemente de
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
197
opinión. Es gente que se va especializando en ciertas ramas de la cultura, y
con la experiencia dejan de hacer notas informativas para ofrecer su
interpretación de los temas. El problema es que generalmente dejan de hacer
reportajes también. En el periódico Reforma se busca que cada reportero, de
acuerdo a sus intereses, cubra tal o cual fuente para que se vaya
especializando. Hay quien cubre danza, música, escultura y pintura, etc. Se
procura que sí haya periodistas especializados en cada sección.
Sabemos que el ámbito del periodismo cultural es muy heterogéneo, y
que en él laboran comunicadores y académicos con conocimientos muy
diversos ¿Cuáles son las cualidades que considera esenciales para todo
periodista que desee involucrarse en esta rama periodística?
Depende del área del periodismo cultural para la cuál estés contratando.
Normalmente uno se comienza a formar como reportero. En particular, yo
busco que tenga un interés general por la cultura y que ya le interesen algunas
ramas específicas como danza, música, etc. Lo de cajón es que tenga buena
redacción y que tenga estudios de comunicación. También es importante que
sepa investigar los temas que va a dar a conocer y que tenga cierta
sensibilidad para intuir lo que a los lectores les va a interesar saber. Lo ideal es
que lea muchísimo (creo que eso lo debe hacer todo periodista) y sobre todo
que sea muy conocedor de alguna área de la cultura.
También es bueno que esté involucrado en el área cultural que cubre,
pero siempre es importante que marque la línea entre su labor como periodista
y su labor como bailarín, músico o lo que sea. Lo que puede pasar es que el
periodista cultural se vuelva vendedor de sus propios proyectos, lo cual le hará
perder credibilidad ante los lectores. Aunque seas músico, además de
periodista, debes mantener tu ética firme y no perder de vista tu labor
periodística. Hay que tener cuidado cuando desempeñas ambas labores, es
decir, cuando eres periodista y además protagonista del sector cultural.
En este sentido, ¿qué tan importante es la formación ética para el
periodista cultural?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
198
La formación ética es importante por esto mismo que acabo de decirte.
Si eres escritor, músico, pintor, escultor además de ser periodista, la ética le
permitirá al periodista marcar bien la línea y poner primero su objetivo como
informador. El periodista cultural no debe sacar beneficio de su labor
periodística para su creación artística, pues finalmente afectará de forma
negativa a su credibilidad como artista y como informador.
¿Cree que un conocimiento de los conceptos antropológicos filosóficos
de cultura y de persona ayuden a la labor del periodista cultural?
Sí ayudan, aunque creo que se deben tener claros desde la carrera
profesional, sobre todo para delimitar el área del periodismo cultural.
¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta el periodista cultural?
Como la cultura no es un fenómeno de masas, no es algo que le
interese a la mayoría de la gente, el reto es buscar formas para hacerla
interesante, a fin de evitar la extinción de las secciones culturales. Con esto de
la crisis económica, una de las primeras secciones en recortarse es la cultural;
ahí tienes por ejemplo el caso de El Universal, en donde desapareció la
sección como tal porque la unieron con espectáculos. También suprimieron su
suplemento cultural. Yo creo que, aunque se crea que la gente no lee lo
cultural, es ahí en donde se cimienta buena parte del prestigio de un periódico.
El reto entonces es aumentar el interés para atraer anunciantes, ya que es con
lo que se sostiene un diario.
¿De qué forma se podría hacer más interesante al periodismo cultural?
Tomar temas de coyuntura y hacer reportajes a partir de ellos, así como
no dejar de informar respecto a las actividades culturales de las bellas artes en
la ciudad, a fin de impulsar a los lectores a ir. También es importante la forma
de informar los eventos y el tiempo en que lo haces. Por ejemplo, si tienes una
entrevista con un autor que va a presentar su libro, es mejor que la publiques el
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
199
mero día, a fin de incrementar la afluencia de personas al evento. Poco sirve el
darle una primera plana un día después, ya que pasó. Como periodista cultural
debes estar consciente de que cuando escribes, estás dando, o deberías dar,
vida a la comunidad cultural.
En nuestro trabajo definimos al periodismo cultural como el saber
prudencial que consiste en la comunicación de las manifestaciones humanas
sublimes, a fin de proporcionarle a la sociedad el conocimiento que le ayudará
a su toma de decisiones libre y solidaria. ¿Qué piensa de esta definición?
Yo creo que eso de las manifestaciones humanas puede estar más
específico, pues hay definiciones de cultura más precisas. El concepto de
cultura que más me ha interesado es el del filósofo Bolívar Echeverría, que
define a la cultura como el momento en el que el hombre se cuestiona a sí
mismo y, a partir de ello, crea algo. También está la clásica definición de la
antropología: el conjunto de herramientas, libros y acciones del ser humano.
No obstante, esta definición es demasiado extensa, aunque tenga razón.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
200
La cultura, un sistema solar en constante cambio Entrevista con Noé Cárdenas Estudió Letras Hispánicas en
la Universidad Autónoma
Metropolitana (UAM). Comenzó su
carrera elaborando reseñas
literarias en la página cultural del
semanario Punto, dirigido por el
crítico José Carrillo Carlón.
Posteriormente, laboró en la Gaceta
de la UNAM como reportero de la
fuente cultural a la par que seguía
colaborando en otras publicaciones
culturales.
Poco después colaboró en el
Semanario Cultural de Novedades,
hasta convertirse en el secretario de redacción y, posteriormente, en jefe de
redacción de dicho suplemento. En esta publicación obtuvo la formación de
periodista cultural que lo llevaría unos años después a ser el editor del
suplemento cultural de La Crónica, el director del suplemento Sábado y de la
sección cultural del diario Unomasuno.
También laboró en la revista “Cambio”, publicación de Gabriel García
Márquez, y colaboró en revistas como “Letras Libres” y “Nexos”. Actualmente
es el editor en jefe de la página de Internet de Noticias Veintidós.
______________________________________________________________
Los pequeños senderos que conectan a cada uno de los edificios de los
Estudios Churubusco pueden parecer un poco laberínticos para quien visita las
instalaciones por primera e incluso por segunda vez. Los únicos que parecen
conocer bien los caminos, además de los empleados, son los gatos que de vez
en cuando se cruzan por los pies.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
201
Noé Cárdenas, editor en jefe de Noticias Veintidós, me condujo desde el
edificio Pedro Infante, casa de Canal 22, hasta la pequeña plaza del Ariel, en
donde encontramos un poco de silencio para la entrevista. La estatua que
representa el premio al cine mexicano se eleva en el centro de la misma, frente
al edificio Luis Buñuel. Desde las bancas de concreto que rodean a la figura
dorada es posible observar los edificios del Centro Nacional de las Artes, que
se alzan al otro lado de las vallas que rodean a los estudios.
Para los comunicadores que laboran en Canal 22, esta cercanía con el
CNA no es nada inusual, de hecho, como señalara nuestro entrevistado varias
veces, es sólo prueba física de una premisa básica: el periodismo cultural debe
vivir cerca de la cultura misma.
Primero que nada, ¿cómo define a la cultura?
Quizá sería más fácil empezar analizando qué es lo que
tradicionalmente se considera como sección cultural en este gremio. Es muy
curioso que, en muchos medios, sucedía que todo lo que no cabía en otras
secciones lo mandaban a Cultura. Las secciones culturales se convierten así
en una especie de vertedero para todo aquello que no se sabe manejar en
otras secciones; pero esto tiene su lado positivo, porque eso le otorga a la
sección cultural una libertad muy especial que no tienen las demás fuentes. El
término de cultura es amplísimo porque, prácticamente, toda manifestación
humana es cultura: la religión, los hábitos cotidianos, la comida, forma de vestir
etc.
Esta libertad que ha tenido la fuente cultural en el periodismo le permite
abarcar casi todos los fenómenos de la manifestación humana y aterrizarlos,
considerándolos como la consolidación de algo que nos compete a todos. Lo
más palpable es el arte. Normalmente se piensa que la sección cultural sólo
incluye a las bellas artes, pero la verdad es que también está la historia, la
antropología, etc. Todo este cosmos, que es una especie de sistema solar;
todas esas manifestaciones humanas que pueden ser compartidas y
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
202
comunicadas (esto es muy importante) son cultura. Y digo que es un cosmos
porque está en constante movimiento, en constante cambio. Son
manifestaciones que están íntimamente ligadas a la sensibilidad y al espíritu de
cada época. Es un todo orgánico, como un sistema solar dinámico, que puede
girar en torno al arte, o en torno a la filosofía, pero lo importante es que
constantemente se está renovando, y aquél periodista que se dedique a cubrir
este cosmos también deberá renovarse constantemente.
¿Qué temas aborda Noticias Veintidós?
Está determinado por las artes tradicionalmente destacadas: artes
plásticas (pintura y escultura, sus fusiones y las nuevas tendencias), literatura,
efemérides, música de conciertos, sinfónica o popular (de raíces tradicionales o
de mucha actualidad). Nunca descuidamos el rock o incluso el pop. Lo
importante es que queremos subrayar la idea de que la cultura no es elitista,
porque la gente generalmente la ve como algo exclusivo para determinados
públicos. En efecto hay ciertos espectáculos, literatura u obra de arte que sí
exigen una preparación previa o cierto bagaje cultural para entenderlo en su
totalidad, pero de lo que se trata es que incluso esas manifestaciones o alta
cultura se vuelvan compartibles. Para eso está el periodista.
¿Usted cree entonces que la finalidad del periodismo es ser el
intermediario que vuelva compartible y comprensible las obras?
Exactamente. Y es muy importante que se dé en ambos sentidos. Esto
quiere decir que se debe volver compartible la alta cultura para la gente que no
goce de tanto nivel cultural y, a su vez, debes ayudar a las altas esferas de
académicos, artistas y círculos intelectuales a comprender el valor de la cultura
popular. Hay gente más elitista que desprecia las manifestaciones populares,
pero como periodista debes hacérselas compartibles y comprensibles a ellos.
Es un proceso de dos sentidos, es como un círculo, un ciclo. Eso le da sustento
a la idea del sistema solar orgánico del que te hablaba anteriormente.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
203
¿Qué relación tiene la cultura y el periodismo? ¿Por qué es importante la
labor periodística para la cultura?
El periodismo en sí es una manifestación cultural. Tiene una clarísima
misión social, porque sirve como puente entre las diferentes instancias y
esferas, y en ese sentido es importantísimo. Su importancia radica en unir, en
tender estos puentes. Yo he encontrado que la línea divisoria entre el
periodismo y la cultura es prácticamente invisible, porque el periodismo es
cultura.
¿Cómo define al periodismo cultural?
Yo lo definiría como el periodismo que tiene la suficiente capacidad de
apreciación para valorar las manifestaciones humanas más sublimes y las
expresiones artísticas más sutiles y más delicadas, a fin de volverlas
compartibles.
¿Qué entiende por manifestaciones sublimes?
El arte es el ejemplo máximo de eso. Es el modo en que el ser humano
se puede manifestar de una forma espiritualmente más alta, siempre y cuando
esa manifestación tenga un grado de universalidad; es decir, que todos
podamos entender y nos podamos identificar.
¿Cuál es la función social del periodismo cultural? ¿Qué le aporta a la
sociedad?
El periodismo cultural es importantísimo para la sociedad. Cualquier
medio periodístico sin sección cultural está definitivamente mutilado. Las artes
en general existen porque no hay ninguna otra forma de decir las cosas más
que a través de ellas. Las obras de arte comunican una verdad que no se pudo
expresar de otra forma más que a través de ese cuadro, o escultura, o danza,
etc. Si el periodismo cumple cabalmente su misión de tender puentes, debe
incluir a estas formas únicas de ver el mundo. De otro modo estaría totalmente
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
204
cojo. Estaría ignorando una parte esencial del hombre. No podemos vivir sin
eso. Alimentar el espíritu es tan importante como alimentar el cuerpo. Muchas
personas consideran a las artes y a lo cultural como algo meramente accesorio,
pero esto está mal. Muchas veces sucede que nos respondemos a preguntas
latentes en nuestro interior a la hora de escuchar cierta música o ver cierta
pintura. Para eso sirve el arte, para abrir horizontes.
¿El periodismo cultural también tiene la función de crear?
Sí, el periodismo cultural muchas veces también es él generador de
cultura. Todo periodismo independientemente de la fuente de la que se
encargue tiene ciertas exigencias para que sea de altura: la objetividad, la
claridad, la economía de medios expresivos. Estos elementos comunes a todo
tipo de periodismo encuentran en el cultural un “caldo de cultivo”, por así
decirlo, o un modo muy adecuado para desarrollarse de mejor manera.
El periodista cultural ideal es aquél que tiene una preparación artística
mayor que la del periodista promedio, y esto permite que exista lo que yo llamo
voluntad de estilo, que se parece mucho al arte. Por ejemplo, una reseña
literaria periodísticamente hablando debe ser concisa, clara, directa, etcétera,
pero además de eso también puede ser bella, y eso implica voluntad de estilo.
Esto no quiere decir que tenga que ser muy “barroca”, pero sí infiere la
necesidad de desarrollar una buena prosa. Por supuesto que esto también
podría suceder con quienes se dedican a hacer crónicas policiacas, pero
sucede con más frecuencia dentro del periodismo cultural, por la libertad que
tiene y por el acercamiento permanente de éste con las manifestaciones
artísticas. En el caso literario es muy claro. Hay obras literarias que nacieron
como obras periodísticas.
¿Cuál es el campo de acción del periodismo cultural? ¿Qué lo distingue
del de espectáculos, por ejemplo?
Todo periodismo busca una nota. La cuestión reside en la pregunta: ¿En
dónde está la nota? ¿Qué es lo que persigue el periodista cuando va a cubrir
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
205
determinado evento? Muchas veces se piensa que el periodismo cultural es
cultural sólo porque aparece en la página dedicada a la cultura; pero luego
sucede que leemos notas en esa sección que en verdad son notas de
espectáculos. ¿Y cuál es una nota de espectáculos? Aquélla en a que es más
importante lo que le pasó al personaje en su vida privada que lo que desea
decir en su obra. El periodismo de espectáculos buscan el sensacionalismo, la
implicación que existe acusadamente entre la obra de teatro tal y la vida
privada de los actores o productores. Ahí encuentran la nota. En el periodismo
cultural la nota no estará en el chisme de la vida privada, sino en ver qué dice
la obra. Se preguntará: ¿cómo se podría resumir el mensaje o cómo es el
equilibrio entre la forma y el contenido?
¿Cuál sería entonces la característica distintiva del periodismo cultural?
El periodismo cultural tiene la característica importantísima de irse al
pasado. Tal es el caso de las efemérides. Da la oportunidad de escarbar en la
historia y recuperar una figura importante; un autor, por ejemplo. Si el periodista
es hábil y sus armas están bien afiladas lo puede traer a la época actual y
ofrecer una lectura nueva de una obra de hace siglos. La inmediatez no es una
de las preocupaciones principales del periodismo cultural, a menos que se
aborden acontecimientos que te la exijan, como lo es la política cultural. Pero
por ejemplo, en la página de Noticias Veintidós estamos ya preparando cosas
para abordar a José Lezama Lima, un gigante de las letras hispanoamericanas,
puesto que el próximo año se cumple su centenario.
Usted mencionaba que el periodismo cultural debía tener una gran
capacidad de apreciación. Para conseguir tal, ¿qué características debe tener
un periodista cultural?
Debe tener un bagaje cultural de primera: cultura literaria, pictórica,
musical. Eso no se compra, se vive diariamente. Muchos periodistas de los
suplementos culturales se sienten muy realizados ahí porque su trabajo tiene
mucha conexión con lo que les gusta. Es por eso que muchos periodistas
culturales no vienen de carreras de Comunicación. Este gusto artístico se debe
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
206
dar de una forma muy natural en él. Uno lee, no porque lo hayan obligado en la
carrera, sino porque es un lector, porque le gusta leer. Este gusto natural es el
elemento, diría yo, indispensable. De él sale todo lo demás.
¿Qué tan importante es la ética en la formación del periodista cultural?
Ahí yo creo que no hay distinción entre el periodismo cultural y el
periodismo de cualquier otra índole. Debes ser ético sobre todo con la gente
que te va a leer; ése es el compromiso fundamental. En el caso del periodismo
cultural debe haber un compromiso genuino con tu forma de cultivarte
cotidianamente, y no sólo limitarte a leer el libro del que vas a entrevistar. El
punto es que no tengan que decirte qué hacer. Debes conocer muchas cosas
para hacer una buena entrevista y ese conocimiento sólo surge de un gusto
natural por la cultura, no de imposiciones.
Lo no ético es también caer en promocionar marcas, o volverte vocero
de sellos discográficos o editoriales. Hacer negocios para satisfacer intereses
particulares es un comportamiento nada ético.
Existen académicos del periodismo especializado que afirman que el
periodista especializado debe ser, antes que nada, un periodista, y no un
académico o artista. De acuerdo con ellos, el periodista especializado es el
intermediario entre el artista o académico y el público, y no debe usurpar el
lugar de éstos. Sin embargo, usted señala que el periodista cultural debe vivir
la cultura e incluso ser un protagonista de ella, lo cual resulta a la mera hora en
una fusión del periodista y el artista o literato en uno solo. ¿Estas dos posturas
se contraponen?
No es tanto un dilema. Yo creo que no hay problema que ambas figuras
se fusionen mientras que no incurras en eso de ser juez y parte. Ahí sí estarías
violentando una de las reglas de oro del periodismo en general: la objetividad.
Si eres juez y parte serías subjetivo. Ese tipo de actitudes a lo que se dirigen
es a un término muy tradicional que ha cambiado de significado a lo largo de
los años, que es que el periodista en general es el intelectual. ¿Qué es ser
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
207
intelectual? Esta idea del intelectual la dio Emile Zolá cuando publicó una carta
muy encendida defendiendo a Dreyfuss en el conocidísimo caso del judío que
había sido acusado injustamente. Zolá se subió al foro público para defender
esta causa pública. Esa actitud de Zolá es la actitud del intelectual por
excelencia.
Un intelectual es una persona que puede provenir de cualquier área o
ciencia y que deja de ser lo que es (deja su ciencia de lado) para dirigirse a la
gente común y corriente sobre asuntos que le conciernen a toda la sociedad.
René Drucker, por ejemplo, es científico pero cuando publica sus artículos se
vuelve un intelectual, pues no sólo se dirige a los científicos, sino a todo lector,
con un lenguaje accesible. El mejor periodista sería entonces un intelectual. Tú
puedes ser un gran novelista y fungir como periodista al abordar temas que le
conciernen al público, ahí te conviertes en intelectual. Yo creo que el concepto
de periodista especializado de esos académicos que mencionas tiene que ver
mucho con esto y no tanto con que deban ser periodistas de carrera.
¿A qué retos se enfrenta el periodista cultural mexicano?
El primero creo que es el bombardeo impresionante de información
resultado de la explosión digital. El peligro es perderse en el camino y que te
confíes de que la información que estás “investigando” (porque hoy se
confunde googlear con investigar) es sólida. No debes conformarte con
Wikipedia. Debes estar preparado, leído, y debes de haber escuchado muchas
cosas. No necesitas tener ningún título en dirección de orquesta para haber
escuchado muchos conciertos y tener un conocimiento sólido y compartible.
Este último término, compartible, es importantísimo, porque ahí está la
clave del periodismo. Puede haber poemas o novelas muy crípticas o
complicadas, pero la verdad es que puede ser que a sus autores no les importe
si se entienden o no. El periodista no puede pensar así; a él sí le deben
entender. Siempre debe estar pensando en que lo que haga sea compartible y
entendible por todos. Si tienes una buena prosa vas de gane. Y para ser buen
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
208
intermediario debes estar preparado y tener un gusto natural por el
conocimiento cultural.
En nuestro trabajo proponemos un camino para la preparación del
periodista cultural: el conocimiento antropológico filosófico de lo que es la
cultura y lo que es el hombre. ¿Qué le parece esto?
Me parece excelentísimo. Además eso sirve para no caer en una
confusión muy común y saber diferenciar el concepto de cultura del de
educación. Sí es cierto que tienen una estrecha relación, pero cultura no sólo
es educación. La cultura sí sirve para educar pero esa no es su función
principal. Con esos conceptos claros vas a tener un mejor desempeño en tu
trabajo y vas a interpretar mejor las manifestaciones culturales, no me cabe la
menor duda. Por ejemplo, hay exposiciones de artes visuales que son muy
complejas de desentrañar. En ellas muchas veces es un poco absurdo o sale
sobrando el preguntarle al autor qué es lo que quiso decir. En esos casos, lo
más sensato que te van a contestar es: pues no lo puedo explicar con palabras
y por eso lo hice así, con artes visuales. Entonces, tú como periodista debes
saber lo suficiente de la naturaleza humana para descifrar el mensaje. Debes
tener la sensibilidad para describir lo que ves objetivamente.
La definición de periodismo cultural que proponemos es la siguiente: el
saber prudencial que consiste en la comunicación adecuada de las
manifestaciones humanas sublimes, a fin de ayudarle a la sociedad a su toma
de decisiones libre y solidaria.
Es muy general, pero es cierta. Me salta el término sublime, pero no
porque sobre, sino porque me parece que se queda corto. Creo que el
periodismo cultural también aborda cosas no sublimes. Muchas tendencias
artísticas nuevas pretenden romper con lo sublime precisamente. Si uno se
limita sólo a lo sublime, todo eso ya no entraría.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
209
Periodismo cultural, al alcance de todos Entrevista con Miguel de la Cruz Estudió Ciencias de la
Comunicación en la Universidad
Autónoma Metropolitana, plantel
Xochimilco.
Realizó su servicio social
en Imevisión (ahora TV Azteca) y
posteriormente ingresó al equipo
de producción del noticiario Hoy en
la cultura, del canal 11. Fue ahí en
donde comenzó su carrera como
reportero cultural.
Fue la voz institucional del canal durante cuatro años, además de ser
locutor y conductor del mismo noticiario cultural. Fue coordinador de la sección
de Ciencia de Once Noticias, y posteriormente se convirtió en el coordinador de
la información cultural. En 2003, recibió el Laurel de Oro a la Calidad por su
labor como periodista cultural.
Miguel de la Cruz descubrió que el periodismo cultural le interesaba más
que la producción televisiva. Cuando laboraba como asistente de producción
en el noticiario Hoy en la cultura, la ausencia de uno de los periodistas
principales le dio la oportunidad de convertirse en reportero cultural y de tomar
el micrófono por primera vez. El correcto uso del lenguaje que siempre lo había
caracterizado hacía de él un perfecto reemplazo, a los ojos del productor y del
jefe de información.
Miguel siempre estuvo en desacuerdo con la forma “estirada” de hacer
periodismo cultural, y ésta era su oportunidad para dar un giro. Una nota
cultural atractiva y amena, que versaba sobre la vida de una cuenta-cuentos,
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
210
fue el resultado de esta aventura. El coordinador de Cultura de Once Noticias
aún recuerda la entrada noticiosa que le valió el aprecio de los conductores y
que lo convirtió oficialmente en periodista cultural televisivo:
“En esta sesión todo fue puro cuento. Y no porque esta señora les
tomara el pelo a todos, sino porque eso fue lo que hizo: les contó
historias”.
Justo esa nota televisiva le abriría las puertas que lo llevarían, después
de más de una década, al lugar en donde platicábamos: El museo José Luis
Cuevas.
Ubicado en la calle Academia del Centro Histórico, el recinto se estaba
preparando para la inauguración de “Mundos Concéntricos”, la exposición de
dibujo y pintura que mostró la obra conjunta del artista José Luis Cuevas y de
su esposa, Beatriz del Carmen.
Tres días antes del vino de honor, Miguel de la Cruz, junto con algunos
miembros de la producción de Once Noticias, se encontraba grabando algunas
imágenes de las diferentes obras, en espera de la conferencia de prensa a la
cual lo habían invitado. Fue justo ese tiempo el que aproveché para
entrevistarlo en el patio del recinto.
¿Cómo define a la cultura?
Bueno, yo tengo una definición que surgió al tratar de explicármela a mí
mismo. No sé si sea correcta o incorrecta, pero a mí me satisface bastante. Yo
siempre he tratado de verla como un proceso.
Alguna vez leí el libro de “Expedición a la Violencia” de Santiago
Genovés, un antropólogo de la UNAM, que ha hecho muchos experimentos
muy interesantes. Por ejemplo, hizo uno en donde subió a nueve personas a
una lancha con provisiones para una semana, y tienen que alcanzarles para un
mes. Va un dentista, un ingeniero, una historiadora, una maestra de primaria,
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
211
bueno, gente diversa, y el objetivo es ver cómo reacciona cada uno,
dependiendo de su bagaje cultural, en situaciones de crisis. Lo que él rescata
ahí es la cultura que lleva cada uno. Hay una parte en el libro en dónde analiza
el origen de la cultura: el hombre de las cavernas de repente siente hambre, ve
un fruto, lo arranca, se lo come y le gusta. Al tercer día se da cuenta de que
con un garrote es más fácil obtenerlo, así que de ahora en adelante se lleva el
garrote para obtener su comida. Con este ejemplo, uno puede observar que al
hombre le surge una necesidad, busca la forma de satisfacerla, y repite dicha
acción constantemente. Entonces, yo me pregunto, ¿la cultura es un proceso o
el resultado de un proceso?
Tomando en cuenta lo que dice Santiago Genovés, yo creo que la
cultura es un proceso que se pone en marcha por las necesidades del ser
humano. Hay que tomar en cuenta que, además de las físicas, el ser humano
tiene necesidades emotivas. Necesita distraerse, alegrarse, etc. Para tomar
ese mazo y para darse cuenta de que si golpeaba el árbol con él era más fácil
obtener el fruto, el hombre necesariamente tuvo que desarrollar ideas; es decir,
también tiene necesidades intelectuales. La cultura es, pues, el proceso
sistemático para satisfacer las necesidades del hombre, ya sean físicas,
intelectuales o emocionales, con lo que le rodea. Aunque te diré que yo le
propuse a Santiago Genovés esta definición y me dijo que no era correcta.
¿A usted le sirve esta definición en su labor como periodista cultural?
Sí, aunque tampoco se me presenta como un instructivo. Tener esta
definición de cultura me ayuda a no discriminar. A ver como un producto
cultural lo mismo a un concierto de música grupera, que a la Sinfónica
Nacional. Las dos son partes de un proceso para satisfacer alguna necesidad
emocional e intelectual. Tener esta visión de cultura me ayuda a ser muy
abierto, y no considerar como cultura solamente a lo exquisito.
¿Qué es entonces el periodismo cultural?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
212
El periodista es aquél que registra los hechos trascendentes, que de
forma significativa van a repercutir en la sociedad. Tomando en cuenta esto, el
periodista cultural es aquél que teniendo en cuenta lo que es cultura, va a
detectar la información de los procesos culturales que puede interesar a un
mayor número de personas. Aunque, hay que tomar en cuenta que cualquier
proceso cultural puede ser trascendente. El periodismo cultural por ahí tiene un
truco: hasta lo que puede parecer insignificante, puede convertirse en algo de
mucha trascendencia. La labor del periodista cultural podría tener un
ingrediente más: ser más acucioso, intuitivo, más persistente, y sobre todo, que
no pierda su capacidad de asombro. Esto, para que pueda identificar los
productos culturales que, aunque a simple vista pueda parecer que no
repercuten en nadie, puedan ser interesantes. El periodista cultural puede
encontrar la nota en donde sea, pero no va a estar siempre a la vista. Hay que
mantenerse alerta para detectar la trascendencia hasta en lo más
“insignificante”.
No tengo una definición exacta de periodismo cultural, pero yo creo que
el periodista cultural es aquél que, partiendo de lo que es cultura, utiliza ciertas
metodologías de comunicación para identificar y transmitir los procesos
culturales, siempre con una mente abierta y alerta para encontrar la
trascendencia.
¿Qué relación existe entre periodismo y cultura? ¿Por qué es importante
el periodismo para la cultura?
Nunca me lo había preguntado, pero ahora que me lo planteas pienso
que periodismo y cultura, irónicamente, son como una pareja que siempre está
al borde del divorcio. Como una pareja que se lleva mal. ¿Cuántos noticiarios
culturales hay? Muy pocos. El canal 40 no tiene un noticiero cultural en forma,
el canal 22 tiene sólo uno, lo cual lamento mucho. El del canal 22 surgió
después del que había en el canal 11, el cual, después de 14 años de estar al
aire, desapareció.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
213
El culpable no es tanto el periodismo, sino las personas que lo ejercen.
Si tú prendes un día la televisión y te encuentras una nota de un periodista que
hable de forma ceremoniosa: “En el museo José Luis Cuevas se encuentra una
interesantísima exposición en la que convergen las corrientes….”. No pues el
80 por ciento del público le va a cambiar, el 20 restante no lo va a tomar en
cuenta, y un cinco por ciento sólo lo va a recordar para poder presumir ante sus
conocidos lo que escuchó, sin que de verdad la interese el contenido.
Entonces, ahí hay un error de quienes ejercen el periodismo cultural. La mala
práctica motiva, junto con otros factores, que haya una mala relación entre el
medio periodístico y la cultura. Le echas un vistazo a los diarios y te das cuenta
de que las secciones de cultura han sido reducidas a lo mínimo. El Universal
desapareció su sección y puso una paginita que se llama “Letras y Artes”.
Yo creo que quienes han llegado de forma casual a ejercer el periodismo
cultural les ha faltado profesionalismo y una metodología para identificar qué
es, y de ahí la importancia de tu trabajo de tesis. Me he enfrentado a infinidad
de personas que llegan al periodismo cultural con la intención de que les digan
cultos, y no tanto con el objetivo de desarrollar una verdadera comunicación
cultural. No les importa llegar al lector e involucrarlo en la cultura, lo único que
quieren es que, al estar ahí, los identifiquen como los “cultos”. Por ejemplo, le
reconozco a Loret de Mola el que haya metido una sección cultural en su
noticiario, que sale cada tres días, y reconozco el trabajo que hace Nicolás
Alvarado. Pero yo tengo una crítica constructiva: yo veo a Nicolás más como un
intelectual que como un periodista.
¿Cuál es la diferencia entre ambos?
Bueno, el intelectual se dedica a ejercitar las ideas por las ideas mismas,
de acuerdo con sus intereses, ya sea en cine, filosofía, historia, etc. Él lee,
reflexiona, escribe, pero su finalidad es el ejercicio intelectual, el desarrollo de
su pensamiento. Para el periodista el fin es otro: hacer que el público conozca,
darle información que pueda ser trascendente para su toma de decisiones.
Esta diferencia tan sutil es importantísima. Nicolás Alvarado te dice lo
importante de lo que vio, y te llena de los datos que son relevantes para él,
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
214
pero me parece que no hay una técnica definida ni una intención de crear
canales para que el público se acerque. Al final, a mí me queda la sensación
de que su fin es sólo decir: “¡Miren cuánto sé!”, que es lo que sucede cuando
los intelectuales aparecen en televisión, en lugar de pensar: “A ver cómo le
hago para que vayan a ver la obra de teatro o lo que sea”.
Esa es una diferencia total entre quienes por formación hacen sólo un
ejercicio intelectual en los medios, y entre quienes por formación tienen como
objetivo hacer mensajes que motiven al público a entender y a involucrarse en
los fenómenos culturales.
¿Usted cree que en el periodismo cultural predominan los intelectuales y
no los periodistas?
Los intelectuales muchas veces tienen cabida más rápido, porque la
credibilidad es mayor. Tú ves a Carlos Monsiváis y sabes que tiene autoridad
en muchos temas. Si el que está en la televisión da conferencias, ha escrito
libros y además pinta, toca el violín, el público confía en sus ideas. Y en efecto
lo que dice un intelectual es importante; sin embargo, los intelectuales no
tienen técnicas para comunicar mensajes que busquen atraer al público de
forma masiva. Aquí radica la importancia de tu trabajo, pues hay que descubrir
por medio de ciertas líneas generales quién está ejerciendo el periodismo
cultural y quién sólo habla de cultura, sin tener unas técnicas de comunicación.
Un periodista cultural debe tener como objetivo hacer accesible la
cultura al mayor número de personas posible. Lo malo es que eso no lo ves en
el grueso de periodistas culturales. El periodismo cultural no ha logrado ser
atractivo, aunque tiene todos los medios para serlo (tiene texturas, colores,
emociones, variedad de temas, libertad de estilo). Si te vas por el lado
“estirado”, intelectualizado, muy rígido y pesado en cuanto a la expresión de
ideas y de pensamientos, al primero que no interesas es al dueño del
periódico. Y es cuando vienen los cortes de presupuesto.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
215
Muchos intelectuales que incursionan en el periodismo cultural
consideran que el comunicar las manifestaciones culturales de forma masiva y
accesible al público no especializado es lo mismo que vulgarizarlas o
“rebajarlas”. ¿Esto es cierto?
No creo. Yo creo que hay un sentimiento de exclusividad sobre los
productos muy depurados de la cultura. Creo que tiene parte de razón, pero no
estoy totalmente de acuerdo. Hay algunos a los que les molestará que, en el
Festival Cervantino, la sinfónica esté interpretando obras maestras a lado de
los puestos de tacos y frente a muchas personas que seguramente jamás
asistirían a una sala de conciertos. Sí puedo entender la molestia, pero así es.
Lo valioso aquí es hacer llegar una expresión cultural a una gran
mayoría. Cómo lo disfruten, cómo lo aprecien, cómo les transforme o no la
vida, no lo sabes, pero de que tiene todas las posibilidades para generar un
impacto en cada persona del público, eso es un hecho. Yo soy enemigo de
negarle al público no especializado la posibilidad de comprender, de disfrutar y
de saber de las manifestaciones culturales, aun cuando se trate de las más
exquisitas o complejas, como las bellas artes. No sabes hasta dónde le va a
tocar el corazón a una persona del público lo que tú le comuniques sobre una
función de danza, una obra de teatro, un concierto de música, una historia de la
vida diaria. Y decir que esto es vulgarizar es lo mismo que discriminar. Un
periodista cultural debe fomentar la comunicación atractiva y accesible para el
público no especializado.
Y todo esto me hace volver a tu pregunta original. Hay un
distanciamiento marcado entre el periodismo y la cultura. En muchos medios se
ve esta tendencia de querer obtener prestigio a través de sus secciones
culturales. Si a un medio le gusta pararse el cuello, va a poner notas como las
funciones de Plácido Domingo en primera plana. Todo producto cultural da
estatus. No obstante, se busca más el tener prestigio mediante contenidos
pesados e “intelectualizados”, que involucrar al público en la cultura. No se
toma en cuenta la forma de hacerlo. Por la forma de hacerlo tan equivocada
hay un distanciamiento entre los medios periodísticos y la cultura.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
216
¿Cuál es la función del periodismo cultural?
Su función es acercar todo producto cultural al mayor número de
personas. No digo que sea fácil, pero debe ser su principal objetivo. Recuerdo
que el primer director de canal 22 alguna vez dijo: “Yo soy de la opinión que si
un programa es bueno, no importa que lo vean cinco personas”. Yo no opino lo
mismo. Primero que nada, hacer televisión es carísimo. Hacer un programa
que lo vean cinco personas es una irresponsabilidad. ¡Es presupuesto del
Estado! Debe de ser un programa excelente, bien hecho, con contenido
interesante, claro, pero necesariamente atractivo. Tampoco se vale que sólo
sea atractivo, pero no interesante o profundo.
Entonces, aquí le agregamos otra característica a su función: hacer de
los contenidos culturales algo atractivo. Y eso es lo que ha fallado, y lo que ha
hecho que el periodismo cultural no tenga el lugar dentro de los medios que
debería tener.
¿Cuál es el campo de acción del periodismo cultural? ¿Qué lo distingue
del periodismo de espectáculos?
Yo creo que al periodismo cultural le debe interesar de todo. Puede
hacer reflexiones de política, de cuestiones sociales, de educación, etc. El ojo
del periodista cultural debe detectar lo trascendental en lo aparentemente
insignificante. La diferencia entre él y el periodista de espectáculos es que el
cultural no le va a preguntar a Luis Miguel sobre su relación con Araceli
Arámbula.
¿Se podría decir entonces que una de las características distintivas del
periodismo cultural no es su delimitación temática, sino el enfoque con el cual
aborda los temas?
El enfoque es la parte fundamental. Si tú vas a un concierto de los
Tigres del Norte te fijas en todo lo que refleja su música, su vestuario (a veces
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
217
parecen arbolitos de Navidad con tanta lentejuela que se ponen), etc. Como
periodista cultural te vas sobre los procesos culturales detrás de cada
personaje u obra. Se podría decir que se adopta un enfoque humano. El
proceso cultural es absolutamente humano, se mueve por necesidades
humanas. Yo creo que lo que ayuda a echar a andar un enfoque cultural es
precisamente tomar en cuenta el proceso humano.
Usted ha hecho mucho énfasis en la formación de los periodistas
culturales, ¿qué características debería tener el periodista cultural para poder
comunicar la cultura de forma atractiva y profunda?
Existe la idea de que el periodista cultural debe saber todo. Pero esto es
imposible. Yo creo que si sabes mucho de una cosa, te va a ayudar mucho.
Pero creo que la característica no es que sepas todo, sino que estés abierto a
mucha información, y que tengas una metodología para procesarla de forma
sintética. También es importante que seas un excelente lector, porque la mayor
parte de la información que utilizas está escrita. Debes tener una curiosidad
muy grande, gran capacidad de asombro e intuición. Si pudieras volverte
especialista no está de más, aunque no es indispensable. Porque el periodista
cuando sabe mucho de un tema se convierte en el crítico, y no está mal, pero
su finalidad cambia.
Hubo una época en Hoy en la cultura, cuando dirigía Sari Bermúdez, en
que sólo se querían personas que supieran mucho de un solo tema. Así que
ingresaron al noticiario una chica que era especialista en danza, otra que lo era
en teatro, otra que era de artes plásticas, y otros expertos. ¡Hacían unas notas
de diez minutos! Yo creo que otra de las características del periodista cultural
es la capacidad de síntesis, de decir lo más importante de lo más importante.
Además de la capacidad de hacerlo atractivo y accesible.
Como podemos ver, el periodista cultural necesita de muchas otras
habilidades de comunicación que van más allá de que seas un erudito en una
materia. Es esencial tener una técnica para comunicar. Si sabes mucho de un
tema y además eres buen periodista y comunicador, pues qué mejor. Si el
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
218
académico tiene además la preparación de un comunicador no tengo ningún
problema. El periodista cultural debe ser sintético, pero hay que tener en
cuenta que esa es una cualidad que no siempre la tiene un intelectual o
especialista. El papel del periodista cultural es el intermediario entre el
especialista y el público, y por eso estar preparado para hacer buenas
preguntas a las fuentes especializadas. Siempre pensando en lo efectivo que
puede ser para el público.
¿Qué tan importante es la formación ética en el periodismo cultural?
Sí es muy importante. Lo malo es que hay periodistas que confunden lo
que debe de ser un verdadero código de ética y caen en el absurdo. Ser
verdaderamente ético no te permitirá condicionar tus notas a sobornos de las
editoriales, como regalos o compensaciones, pero tampoco hay que caer en
los extremos. Por ejemplo, los periodistas del Reforma tienen prohibido
desayunar en las conferencias de prensa, porque tienen la idea de que se
“venden” si participan en dicho desayuno.
En nuestro trabajo de tesis, nosotros proponemos el conocimiento de los
conceptos de cultura y persona humana, rescatados de la antropología
filosófica, como un camino que ayuda al periodista cultural en su labor. ¿Esta
de acuerdo?
Yo creo que es correcto. Si conoces estos conceptos, ejerces el
periodismo cultural de forma más plena. Tienes que tocar lo humano: al
hombre y su relación con su entorno. Entonces, yo sí creo que tu enfoque es
muy acertado. El que probablemente nadie lo tenga claro, pero sí se me hace
acertado.
¿Qué retos enfrenta el periodismo cultural en televisión?
El reto es ganar espacios. Para hacerlo es necesario generar productos
atractivos. Una cosa te va a llevar a la otra. El capital de imagen que le daría
un espacio cultural al noticiario de López Dóriga es infinito, pero existe el riesgo
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
219
de que metan a un intelectual que vaya a pararse el cuello y no logre lo que un
verdadero periodista cultural lograría.
¿Qué recomendaría a los jóvenes que queremos incursionar en el
periodismo cultural?
Que se apeguen a una definición de cultura generada por ellos mismos,
porque es lo que te da fundamento. Obviamente leer y que estén abiertos a las
manifestaciones culturales. Tener una mente crítica, realista, y no identificar
como sinónimo de cultura a las bellas artes. Lo son en una medida, pero no
totalmente. Si buscas un producto muy depurado de la cultura vas a dar con los
productos artísticos, pero tu campo de trabajo va a estar muy reducido. Cuando
le quitas a la cultura esas etiquetas, puedes trabajar de forma más plena.
En nuestro trabajo proponemos como definición de cultura la siguiente:
cultura es todo lo que el hombre hace y piensa sobre sí mismo y sobre el
mundo.
Pienso que sí está bien, pero que esa definición sólo alude a la parte
práctica e intelectual, ¿dónde queda lo emotivo? ¿lo que el hombre siente
sobre él y el mundo? Reducir en una definición lo que es cultura puede tener el
riesgo de cuadrarla mucho. Soy más de la idea de que se produzca una
descripción del proceso cultural, más que definirla con pocas palabras.
La definición que proponemos de periodismo cultural es la siguiente: el
periodismo cultural es el saber prudencial que consiste en la comunicación
adecuada de las manifestaciones humanas, a fin de proporcionarle a la
sociedad el conocimiento necesario para su toma de decisiones. ¿Qué piensa
de ella?
Me parece correcta. Lo único que le cambiaría es la forma en que está
redactada. Me gustaría que fuera menos académica y más coloquial, pero no
te preocupes, déjala así. Sé cómo son los sinodales…
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
220
Periodismo cultural: ideas, metáforas y, sobre todo, servicio
Entrevista con Pablo Espinosa
Periodista y escritor
mexicano con tres décadas de
experiencia dentro del
periodismo cultural.
Actualmente es el editor de la
sección de cultura del diario La
Jornada.
Es autor de “No por
mucho madrugar se redacta
más temprano”, un compendio de sus reportajes culturales y que forma parte
de la Colección de Periodismo Cultural del Consejo Nacional para la Cultura y
las Artes (Conaculta). Otras de sus obras son: “Si me han de matar mañana, lo
redacto de una vez”, “Escenarios de dos mundos” y “El fin de la nostalgia.
Nueva crónica de la Ciudad de México”.
Ha obtenido premios como el de Bellas Artes de Literatura (1986), el de
Sinaloa de Periodismo Cultural (1988) y el de la Fundación Friedrich Ebert, que
en 2003 le entregó el presidente de Alemania.
La redacción de la sección cultural de Pablo Espinosa se encuentra en
el sexto piso; sin embargo, uno comienza a sentir el vértigo de las alturas hasta
que entra a su oficina, decorada con decenas de ángeles y arcángeles. Alas
doradas, una que otra aureola y serafines de porcelana llenan de luz las
paredes, al mismo tiempo que custodian las espaldas del editor. Dicha
colección no falló en atraer mi atención durante toda la hora en que le robé
comentarios a quien dirige la sección “joya” de La Jornada.
¿Cómo define a la cultura?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
221
La cultura es todo aquello que nos ayuda a evolucionar como personas.
Una persona está constituida por cuerpo, mente y espíritu. Entonces, la cultura
no se restringe a los conocimientos. Los deportes forman parte de ella, aunque
se les considere como industria y como espectáculo, pues hacen referencia a
la idea griega de mente sana, cuerpo sano. Mente es todo el conocimiento y en
la evolución del espíritu entra el arte. Nosotros nos comunicamos por medio de
las palabras, pero también a través del arte. A través de la música de un
concierto hay una comunicación extraordinaria entre los músicos y los que
escuchan. Esto también sucede con quien se para enfrente de un cuadro. Ésta
es, sin afán de ponerla en términos académicos, lo que yo entiendo y vivo
como cultura.
¿Qué relación existe entre periodismo y cultura? ¿Por qué es importante
el periodismo para la cultura?
La esencia del periodismo es el servicio. El periodismo, más que una
carrera o empleo, es un servicio. Si entendemos esto, la relación con la cultura
es muy directa. Nosotros brindamos un servicio al dar información y al
contextualizarla, al acercar a las personas al pleno disfrute de los bienes
culturales y artísticos.
¿Cómo define al periodismo cultural?
Como un servicio y yo lo ampliaría, porque llevamos unos 35 años de
esta nueva etapa de una intensificación del periodismo cultural como tal. Éste
va más allá de la mera cartelera o del mero dar cuenta de las actividades de las
instituciones, sino que tiene como objetivo proponer una agenda imaginativa e
informativa que permita el desarrollo mismo de la cultura. En este sentido es un
servicio muy comprometido, muy amplio y muy intenso.
¿El periodismo cultural también tiene la función de crear la cultura?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
222
Sí, por supuesto. Si creamos los temas o una agenda, creamos cultura.
El compromiso consiste en imbuirnos del proceso creativo. Así como dije que
nuestro trabajo no se limita por la cartelera, y como la cultura es algo vivo,
nosotros proponemos fijar la atención sobre puntos en los que la cultura oficial
o dominante no se fijaría, como la migración. Ahí hay un campo virgen, porque
migración significa movimiento. Si una persona se mueve, mueve su cultura y
transforma la cultura que dejó y el lugar a dónde llega, porque modifica las
condiciones culturales con sus aportaciones.
¿Cuál es el campo de acción del periodismo cultural? ¿Qué lo distingue
de otras áreas como la del periodismo de espectáculos?
Es una buena pregunta porque la línea es delgada. La división más fácil
sería separar el concepto conocido como industria cultural de la industria del
espectáculo. Como industria cultural entendemos el consumo cultural, y no es
necesariamente un conjunto de empresas, no es un término de economía
monetaria, sino son fenómenos de consumo distinto: ¿qué libros leen?, ¿qué
libros compran? Porque déjame decirte que la cultura está dejando de ser un
bien común, un bien social, porque los estados, empezando por el nuestro, se
desentienden cada vez más de sus obligaciones sociales: privatiza y cobra.
Entonces, consumo cultural es todo aquello que tiene que ver con consumo de
libros, exposiciones, conciertos, y cuando digo la industria de espectáculo es
un negocio. Esa sería una primera gran división: lo comercial y lo cultural; pero
es una línea delgada, porque un museo cobra la entrada. Entonces, todo radica
en la intención. La intención sería la diferencia.
¿La intención del periodista?
La intención del periodista, pero atendiendo a la intención del producto
cultural o de espectáculos. Si la intención del producto es el lucro, ahí está la
diferencia. El lucro raramente va a privar en cultura, ni siquiera en Estados
Unidos, que tiene el modelo capitalista. Vas al Lincoln Center, pagas un boleto
de entrada, pero ese boleto, en términos de costos y beneficios, es baratísimo.
Está subvencionado. En términos de espectáculos difícilmente comprarás un
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
223
boleto subvencionado. La diferencia está en lo que busca el hecho informativo.
La diferencia está en si busca lucro o si busca ofrecer un servicio cultural como
tal.
¿Por qué es importante el periodismo cultural para la sociedad?
Porque es lo que tiene que ver con uno de nuestro componentes más
importantes, que es el espíritu. El crecimiento de una sociedad no está ligada
al confort físico solamente, sino a esta necesidad humana de expresarse, de
comunicarse, de crecer. Desde el punto de vista superficial, hay quienes
afirman que en medio de tanto caos mundial, las páginas de cultura son un
bálsamo. Hay algo de cierto en esto, pues la persona tiene necesidades
espirituales, que se manifiestan a través del hecho artístico. El ser humano
todavía se muestra constantemente en otras secciones como un ser violento y
nocivo. Y las páginas culturales muestran la parte espiritual de la persona
humana. Por cierto que esta tendencia de violencia en las secciones también
atiende a un afán de lucro de los diarios. A mí me parece que ahí el periodismo
deja de ser un servicio, pero bueno. Cada vez los periódicos están más en
manos de comerciantes y menos en manos de periodistas.
¿Cuáles son las características distintivas del periodismo cultural, frente
a las otras áreas?
Se distingue en que podemos profundizar en temas y comunicar ideas.
El periodismo informativo difícilmente transmite ideas. Nosotros trabajamos con
conceptos. Un pintor siempre va a expresar algo que resulta interesante para
los demás porque se dedica a crear algo que tienen que ver con las personas.
El periodista, por eso, debe tener una conjunción de sensibilidad,
conocimientos, experiencia y, sobre todo, sabiduría. La sabiduría es el correcto
uso de los conocimientos.
¿Qué cualidades, conocimientos y habilidades deberá tener un
periodista cultural para lograr ofrecer un buen servicio periodístico?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
224
La característica ideal es la del autodidacta. El periodista en general es
capaz de volverse experto de un tema, o tres temas, cada día. Para entrevistar
a un pintor debes hacerte experto en ese pintor. Esto tiene su contraparte,
pues puede suceder que tengas un conocimiento oceánico que tenga sólo
cinco centímetros de profundidad. Pero bueno, finalmente no somos
sabelotodos, somos profesionales de la información, y debemos atender a
cada información distinta. Las especializaciones en el periodismo cultural son
algo bello porque en otras áreas éstas tienen que ver con el afán de lucro.
Aquí, en el periodismo cultural, opera al revés, porque una especialización
garantiza un mejor periodismo, una mejor capacidad de comunicación, y
coberturas a mayor profundidad.
En cuanto a la especialización periodística hay que tener una cosa clara:
el proceso no es alienatorio o enajenante. Un periodista especializado no
puede dejar de manejar el entorno: un periodista especializado en música, no
puede serlo en verdad si no es capaz de cumplir una orden de trabajo de
danza o de otras expresiones artísticas. La especialización se explica por el
todo, pero generalmente eliges la rama que más te gusta. El mejor trabajo que
existe es el que más te gusta, porque lo haces con pasión. Así que otra parte
importante del perfil es la pasión y la curiosidad. También, más que en otras
áreas, el uso de las lenguas extranjeras. El conocimiento está ahí. Alguien que
domina idiomas es capaz de obtener información de primera mano, fidedigna.
¿Usted cree que la formación ética es importante para un periodista
cultural?
Claro, la honestidad hace la diferencia. Un periodista cultural honesto
logra mejores resultados informativos, porque está comprometido. Logra una
excelente nota de un tema gracias a que su honestidad le exigió haberse
preparado en ese tema. Lo que un periodista de cultura publica debe estar
confirmado, debe haber honestidad informativa, no importa que tan inusuales
sean las propuestas vertidas o los conceptos, todos deben estar
argumentados. Hay que recordar que el periodismo cultural tiene, entre sus
muchos encantos, una ventana abierta a lo novedoso y a lo imaginativo. Es
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
225
una ventana abierta a la divagación, pero siempre es periodismo y sigue todas
sus reglas. Su contenido es muy robusto, concreto, propositivo y analítico.
Muchos son los intelectuales que laboran dentro del periodismo cultural.
En algunos medios incluso son más los académicos que los periodistas. Esto
puede provocar que el periodismo cultural se perciba como un área demasiado
“estirada”, “académica” y lejana al lector. ¿Esto es cierto
Tienes mucha razón en eso. Se ha perdido el equilibrio que existía
antes. Los pensadores forman parte de las redacciones como colaboradores,
ese es su status. Son aportadores de opinión. El desequilibrio consiste en la
ausencia de mayor número de periodistas con solidez profesional. Y no es por
hablar mal de mis colegas. Yo creo que es tiempo, después de décadas de
desarrollar el periodismo cultural como profesión, de intensificar esto. Es
tiempo de involucrarnos más, apasionarnos más. Y de encontrar las muchas
oportunidades, que son enormes, y están en nuestras narices. Sólo es cuestión
de recurrir a la imaginación y a la creatividad. Esto para desarrollar un mejor
oficio periodístico. Los periodistas culturales nos sentiremos más satisfechos
de realizar un trabajo más propositivo, y entonces el lector encontrará una
mayor agilidad en la información. Un buen periodista cultural no puede adoptar
un tono académico ni didáctico porque deja de serlo. El periodista cultural es
un servidor, un comunicador de ideas.
¿Qué piensa sobre la aplicación de los principios del Nuevo Periodismo
o del periodismo literario dentro del periodismo cultural?
Yo estoy de acuerdo con crear mecanismos para la imaginación. Esto no
quiere decir que debamos limitarnos a copiar y a seguir la línea de los
pensadores del Nuevo Periodismo. Hay que recordar que se trata de un furor
ya viejo, de hecho. Pero claro, hay muchos que quisiéramos escribir reportajes
como Truman Capote. Y por supuesto que en el periodismo cultural se pueden
utilizar los recursos literarios. La relación entre literatura y periodismo es uno de
nuestros motores. Es falso que los periodistas de cultura seamos escritores
frustrados. Personajes como Ernest Hemingway, Gabriel García Márquez y
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
226
Alejo Carpentier fueron periodistas. El periodismo es literatura de no ficción. Es
literatura porque trabajamos con palabras. Es una cuestión de géneros.
Nosotros trabajamos con ideas y con palabras. Esa es la relación con la
literatura que nos mantiene con entusiasmo. A mí me encanta seguir modelos
de literatura en español, por ejemplo. Sigo a Cortázar, Vicente Leñero, a
Borges, entre otros. Si aspiramos a tener un estilo propio debemos leer no sólo
a Tom Wolfe. Estoy de acuerdo con el Nuevo Periodismo, pero también pienso
que hay que seguir los pasos de otros autores, y no sólo aquellos que
incurrieron en esta corriente. Por su puesto que se pueden utilizar metáforas
literarias en el periodismo cultural o en otras áreas, pero siempre dentro de las
reglas del periodismo. Si vas a usar una metáfora muy bonita pero que el
público no entiende, pues no tiene sentido. Como periodista debes seguir los
tres principios de nitidez, claridad y concisión. Si sigues eso, puedes hacerlo
todo. De nada sirve una nota en soneto, ¿verdad?
¿Considera que el periodista cultural debe hacer asequible la
información cultural al público? Existe quien piensa que hacer asequible las
manifestaciones culturales es vulgarizarlas. ¿Esto es cierto?
No. El no hacer asequible la información cultural es ser mal periodista. Si
entrevistas a un filósofo, que por cierto los filósofos hablan en jerga, y lo
transcribes tal cual, no te va a entender nadie. El periodista debe seguir tres
pasos: observar, asimilar y transmitir. Tienes que tener la capacidad de
entender el lenguaje técnico del filósofo, extraer la idea y, sin modificarla y sin
intervenir en ella, mostrarle al lector lo bello de esos conceptos. Debes contar
la historia, y esa es otra de las bondades del periodismo cultural: aquí podemos
contar historias, con mayor facilidad que en otras áreas.
En nuestro trabajo proponemos el conocimiento filosófico antropológico
de lo que es cultura y persona como un camino para la especialización cultural.
¿Considera que este tipo de conceptos ayudan a la labor del periodista
cultural?
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
227
Sí, por supuesto. La filosofía antropológica ayuda al periodista, pero
también la sociología, la historia, la antropología social. Tenemos que formar
un conocimiento ecléctico.
¿Qué temas aborda la sección cultural de La Jornada?
Todos. Con mis respuestas anteriores te estoy prácticamente revelando
la política editorial de la sección cultural de La Jornada. Son temas abiertos,
con una preocupación importante de crear nuestros propios temas. No
proponemos lo que nos parece interesante para nuestro gusto personal sino
también para los lectores. Nosotros otorgamos un servicio y le proponemos al
lector temas. La retroalimentación es muy importante, así sabemos si un tema
es bien recibido. Vamos detrás de los temas que no son muy tratados en el
periodismo cultural mexicano. Estamos muy atentos a lo que sucede en el
periodismo europeo, donde el periodismo cultural tiene raíces más hondas, a
diferencia del estadounidense, que es el modelo que siguen la mayoría de los
medios mexicanos.
¿Qué temas son los que trata de recoger la sección cultural de La
Jornada y que son generalmente ignorados en los otros medios?
El tema de las minorías, de las mujeres, de los niños, de la diversidad,
de la población indígena, de la filosofía y de la lectura, vista desde el punto de
vista del lector, y no del punto de vista de la industria del libro. El gran peso de
las editoriales es una realidad. No es que nosotros hagamos caso omiso de
ellas, por su puesto, pero luchamos por buscar un equilibrio.
¿Qué retos enfrenta el periodismo cultural mexicano?
Se enfrenta a cierto desencanto de muchos medios que fundaron
suplementos y secciones culturales con un afán equivocado, con uno de lucro y
de competencia comercial, y no con un afán de servicio periodístico. Muchos se
quejan de la desaparición de suplementos y de espacios de periodismo
cultural. Yo pienso que se trata de una transición. Considero que hubo un
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
228
tiempo de proliferación, en el que los periódicos sacaban una sección cultural
porque aumentaba su pauta de publicidad y sus lectores. Los diarios sentían
esta necesidad de sacar páginas culturales, pero de origen no lo hicieron por
una verdadera vocación, sino por un afán de lucro. Ahora, no les está dando
los resultados que esperaban, es decir, resultados económicos. Pero insisto en
que esto es una mera transición.
En nuestro trabajo entendemos por cultura todo aquello que el hombre
piense y haga sobre sí mismo y el mundo y que lo cultive como ser humano.
¿Qué piensa de esta definición?
Me gusta mucho porque coincide bastante con lo que yo te dije al
principio. Me parece adecuada.
Por su parte, la definición de periodismo cultural que proponemos es la
siguiente: es el saber prudencial que consiste en la comunicación adecuada de
las manifestaciones humanas sublimes, a fin de proporcionarle a la sociedad el
conocimiento que necesita para su toma de decisiones libre y solidaria. ¿Esta
definición le parece correcta?
Sí me gusta. Lo único que me salta un poco es la palabra “sublimes”. Es
una palabra muy bonita, pero siento que muchas personas, artistas o
pensadores se sentirían excluidos. Todos tenemos la capacidad de lo sublime,
pero es un término muy fuerte al que se le tiene mucho miedo, porque se
considera que se refiere sólo a la cultura de “entendidos”, “de unos cuantos”.
También hay que considerar que hay elementos negativos de la cultura. Por
ejemplo, Nietzsche analizaba todo esto que nos hace humanos, incluyendo al
lado oscuro.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
229
Capítulo V. Conciliando la propuesta conceptual con el quehacer práctico
Introducción
En este último capítulo nos daremos a la tarea de contrastar nuestro
concepto de periodismo cultural y nuestra propuesta del perfil del periodista
cultural con los testimonios de periodistas culturales obtenidos a través de las
entrevistas. El propósito es descubrir qué tanto se cumple nuestra propuesta
conceptual en la realidad del periodismo cultural mexicano, así como si resulta
útil para la labor diaria.
Asimismo, el análisis tiene el objetivo de rescatar aportaciones valiosas
y perspectivas nuevas otorgadas por los entrevistados que no hayamos
considerado en el curso de este trabajo. Se trata de opiniones, consejos y
sugerencias que son resultado de la experiencia y que probablemente no se
puedan intuir de los libros de texto. De ahí la importancia de conversar con los
protagonistas del periodismo cultural de hoy.
En el primer apartado destacaremos las ideas más significativas
reveladas en las entrevistas. Posteriormente, contrastaremos dichas
aportaciones con el camino conceptual expuesto en este trabajo, a fin de
ampliar nuestra mirada y, sobre todo, conciliar la teoría con la práctica de lo
que según este trabajo debe ser el periodista cultural y lo que en efecto es.
Para lograr una consenso lo más completo posible, identificaremos los puntos
de encuentro, los desacuerdos y las nuevas aportaciones.
Este ejercicio analítico pretende proporcionar al periodista cultural un
conocimiento de los retos de esta especialización periodística, de sus caminos
de oportunidad, de las cualidades y actitudes que necesita para desarrollarse
profesionalmente. Al mismo tiempo, le ofrece un marco conceptual que podrá
ayudarlo a desarrollar esa particular forma de mirar que le es tan necesaria; es
decir, a adoptar el enfoque desde el cual debe observar su entorno para
identificar lo relevante en términos culturales, así como para elaborar un
análisis desde el punto de vista humano que invite a los lectores a la reflexión
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
230
sobre sí mismos, su sociedad, sus costumbres, valores, patrimonio, arte y
sobre lo que debiera ser la evolución cultural.
5.1 Testimonios significativos sobre cultura
Los protagonistas de nuestras entrevistas son las cabezas de las
secciones culturales de algunos de los medios de comunicación más
importantes y con mayor alcance. Su noción de la cultura y, por lo tanto, del
periodismo cultural, será determinante en la forma en que aborden, analicen,
identifiquen, aprehendan y difundan los asuntos culturales. De ahí la
importancia del siguiente análisis.
La primer pregunta con que abordamos a cada uno de ellos no es fácil
de desentrañar, de ahí que haya sido una de las que obtuvo las respuestas
más variadas.273 El concepto de cultura es difícil de definir, está vivo y no se
puede separar totalmente del factor tiempo, pues, como afirmaría Noé
Cárdenas, “está ligado a la sensibilidad de cada época”. Varios de nuestros
entrevistados intentaron en un primer momento definirlo mediante la
delimitación de los temas o disciplinas que lo conforman; es decir, tratando de
delimitar lo que actualmente constituye el espectro cultural. Sin embargo, este
acercamiento los llevó también a reconocer que la percepción de lo que
constituye la cultura cambia dependiendo de la época, del medio de
comunicación de que se trate, e incluso del acceso a fuentes determinadas de
información.
Algunos entrevistados se apegaron más a la realidad que al deber ser y
afirmaron que, al final de cuentas, tener un concepto de cultura propio es
irrelevante en el ámbito periodístico actual. Para Ariel González Jiménez, editor
de la sección de cultura de Milenio Diario, el fenómeno cultural está delimitado
por las instituciones culturales. Su percepción cambia dependiendo de las
organizaciones que la promuevan. En este caso, él considera que tener un
concepto de cultura como guía muchas veces no es tan necesario, pues el
273 Dichas respuestas se encuentran en el capítulo anterior y son resultado de las entrevistas que cada
uno de los periodistas accedió a concedernos para completar este trabajo.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
231
periodista cultural hace su trabajo en función de las fuentes culturales. Lo que
mueve y define su labor diaria es el panorama cultural del país, un espectro
pre-establecido y limitado, con personajes ya conocidos:
(…) lo que tenemos es una realidad que siempre te convoca, una serie
de hechos e intenciones que son las que van modelando al periodismo
cultural día a día.
Por su parte, René Avilés Fabila, director de la revista cultural “El Búho”,
afirmó que la definición cambiará dependiendo del medio de comunicación de
que se trate, de su política editorial y de sus lectores. En este caso, lo que cada
quien piense del término cultura, no importa, pues todo está supeditado a las
necesidades de cada medio. El periodista también destacó que lo que se
entienda por cultura también tiene mucho que ver con las políticas culturales
del gobierno.
Sin embargo, en declaraciones posteriores, tanto González Jiménez
como Avilés Fabila reconocieron que esta falta de definiciones precisas,
aunque es una realidad, representa un problema. El editor de Milenio se
declaró a favor de utilizar un concepto más amplio, que incluya temas como las
artes culinarias y la moda, pero señala que no es posible trabajar así porque
las fuentes son pocas. Por su parte, el periodista Avilés Fabila lamentó la visión
de la cultura que los medios de comunicación ofrecen, debido a esta
supeditación a los intereses de cada empresa y a las malas políticas culturales
del Estado:
Hay periódicos muy importantes que no tienen ni siquiera una sección
cultural. Este es un país que no tiene idea de lo que es la cultura. Los
estados de la República y las delegaciones de la Ciudad de México
ponen dentro del mismo saco deportes, espectáculos, entretenimiento y
cultura. Por cultura entienden „estupideces que entretienen a la gente de
más edad y que no tiene ninguna aspiración artística‟.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
232
Por su parte, Bruno Bartra, coeditor de la sección cultural de Reforma,
se inclinó por una definición de cultura enmarcada por la práctica periodística y,
por tanto, restringida:
(La cultura) Es una serie de códigos que engloba el lenguaje, la estética,
las tradiciones, las costumbres y demás. Ésa es la definición más
amplia. En el periodismo, la cultura se suele encerrar más hacia lo que
está vinculado con la investigación de ciencias sociales e historia,
humanidades en general, y con las cuestiones vinculadas al arte. Nada
más.
Bartra proporcionó un concepto de cultura delimitado por lo que en la
profesión periodística se entiende como un contenido propio de la sección
cultural. Su definición está supeditada a lo que los medios regularmente
colocan en las secciones culturales. Sin embargo, reconoció la existencia de un
concepto más amplio aunque, de acuerdo con él, imposible de utilizar en el
periodismo, ya que “abarcaría prácticamente todas las secciones del periódico”.
Bartra señaló algunos de los beneficios de utilizar como guía un concepto
restringido, como es el “poder reconocer mejor tu campo de trabajo”.
Por otro lado, Mario Saavedra, titular de la sección de Bellas artes en la
revista “Siempre”, ofreció una definición que destacó por el simple hecho de
resaltar lo humano. Su definición es amplia e inclusiva (no incluye sólo a las
bellas artes), no está supeditada a las percepciones relativistas de cada medio
de comunicación y, como nosotros, intenta ofrecer elementos que permiten
identificar lo cultural a pesar del paso del tiempo. De acuerdo con él, cultura
son todas aquellas instituciones humanas, es decir, todo aquello establecido,
fundado, inventado y creado por el ser humano en función de otros seres
humanos, producto de una convención.
Asimismo, el periodista hizo una distinción importante entre lo cultural y
lo natural:
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
233
Todos aquellos factores de creación del hombre en relación con otros
hombres es cultura. Lo que está ajeno a la creación del hombre, lo que
es parte de los instintos, no es cultura; pero los factores que regulan
dicha dimensión instintiva sí lo son (…) Existen tres grandes pivotes de
la cultura: ciencia y tecnología, arte y religión.
La importancia de esta aportación radica en que define lo que es cultura,
especifica lo que no es cultura y además la divide en tres pilares
fundamentales que se acercan bastante a la concepción que nosotros
proponemos en el primer capítulo; pero aún hay diferencias sustanciales. Al
hablar de “los tres grandes pivotes de la cultura”, Saavedra se basó en e hizo
referencia a la definición freudiana de cultura. Cabe recordar que Freud
adquiere una postura radical al afirmar que el arte es el único pilar que sublima
al ser humano, pues considera que la religión lo somete y que la ciencia y la
tecnología lo excluyen.274
Como Freud, Saavedra se concentró en analizar principalmente la
función de la cultura como la reguladora de los instintos del hombre, y tal como
el padre del psicoanálisis, critica su incapacidad para llevar a cabo tal función.
Mientras nosotros consideramos lo cultural como todo aquello que sublima al
ser humano, el periodista lo ve como un fracaso que en verdad no logra
hacerlo. Consideró que la cultura, irónicamente, tiene dimensiones como la
tecnología que “excluyen al hombre”, por lo que no cumple (ni cumplirá) su
propósito de guiar al ser humano a la perfección. De ahí que Saavedra
mostrara una postura pesimista sobre el ser humano y su cultura:
La postura de muchos teóricos como Freud y Levi-Strauss es que la
cultura es un fracaso. (…) Para serte honesto, estoy en un momento
bastante pesimista. Yo no creo en el hombre. He llegado al punto en que
creo que precisamente nuestro factor racional, aquello que nos hace
274 En El malestar de la cultura, Sigmund Freud analiza el papel de la cultura como regulador de los
instintos humanos y hace énfasis en el fracaso de ésta para dotar de felicidad a la persona. De acuerdo con Freud, la cultura constituye las muletas de las cuales se sirve el hombre para intentar alcanzar la plenitud; sin embargo, nunca lo consigue, ya que existen elementos culturales (hechos por él mismo) que, paradójicamente, excluyen lo humano y obstaculizan su camino a la autorrealización. (Cfr. FREUD, Sigmund. El malestar en la cultura. Madrid: Alianza, 2008).
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
234
superiores a las otras especies, es nuestro talón de Aquiles. Somos
depredadores.
Mientras Saavedra eligió concebir a la cultura como un fracaso, nosotros
nos acercamos al término desde la perspectiva del deber ser cultural (lo que
sublima o debería sublimar al hombre). Es decir, mientras el periodista observa
al concepto con ojos críticos de desesperanza,275 nosotros elegimos ver a la
cultura con ojos críticos, pero con esperanza en la naturaleza humana y en el
proceso cultural. Al fin y al cabo, como él mismo reconoció al final de la
entrevista, el ser humano siempre tiene la potencia de ser mejor.
Otras definiciones que también destacaron el factor humano fueron las
proporcionadas por Noé Cárdenas, jefe de redacción del portal de Noticias
Veintidós; Miguel de la Cruz, coordinador cultural de Canal 11, y Pablo
Espinosa, cabeza de la sección cultural de la Jornada.
Cárdenas la definió como un cosmos, un sistema solar de
manifestaciones humanas dinámico, siempre ligado al tiempo. El jefe de
redacción hizo énfasis en el carácter cambiante de la cultura y en su naturaleza
cíclica e identificó a lo cultural como aquellas manifestaciones humanas que
puedan ser “compartidas y comunicadas”. Dicha premisa está en sintonía con
nuestra noción de la cultura como la manifestación de la intimidad personal en
sociedad, como algo compartido por un grupo de personas.
Asimismo, Cárdenas fue el único que, al definir al periodismo cultural,
utilizó y definió el término “manifestaciones humanas sublimes”. No obstante,
posteriormente señaló que la cultura engloba toda creación humana, aun
cuando no precisamente entre dentro de esta categoría. Aun así, la importancia
de su aportación radica en que concibe a la cultura como un sistema orgánico y
cíclico, que gira alrededor del ser humano, y en el cual el periodismo juega un
papel crucial para mantenerlo en movimiento y en evolución.
275
De acuerdo con Mario Saavedra, la cultura siempre será imperfecta, pues es producto del ser
humano, quien es imperfecto e inclinado a la violencia por naturaleza.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
235
Siguiendo el mismo acorde, Espinosa también consideró que la cultura
tenía que ver con lo intrínsecamente humano, con aquello que “nos ayuda a
evolucionar como personas”. El editor toma como referencia la idea griega de
“Mente sana y cuerpo sano” para delimitar lo cultural, y vuelve a enfatizar la
importancia de lo espiritual a lo largo de la entrevista:
(la cultura) tiene que ver con uno de nuestros componentes más
importantes: el espíritu. El crecimiento de una sociedad no está ligada al
confort físico solamente, sino a está necesidad humana de expresarse,
de comunicarse, de crecer.
Por su parte, De la Cruz también hizo referencia al movimiento y cambio,
al calificar a la cultura como un proceso. El periodista de canal 11 rechaza las
concepciones que pretenden encapsular lo que es la cultura, pues considera
que se trata de un proceso complejo, siempre abierto a renovaciones y
redefiniciones. Lo único que se aventura a especificar son los orígenes de las
manifestaciones culturales, que encuentran su génesis precisamente en la
naturaleza humana:
Yo creo que la cultura es un proceso que se pone en marcha por las
necesidades del ser humano. La cultura es pues el proceso sistemático
para satisfacer las necesidades del hombre, ya sean físicas,
intelectuales o emocionales, con aquello que le rodea.
Después de este breve recuento y análisis podemos observar que las
definiciones proporcionadas por los periodistas entrevistados son variadas; sin
embargo, en la mayoría de ellas se puede vislumbrar el factor humano. En
general, los conceptos proporcionados giran en torno a la evolución, desarrollo
o cultivo del ser humano. Los profesionistas del periodismo cultural reconocen
de esta forma que la cultura tiene como principal misión el desarrollo de las
facultades humanas, sea el cuerpo, la mente o el espíritu, o al menos,
reconocen que es algo que tiene que ver con lo que el hombre piensa y hace
para desarrollar dichas capacidades o para satisfacer sus necesidades. En
estas respuestas se trasluce la importancia del estudio de lo que es la persona
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
236
humana y su cultura, así como de que el periodista cultural labore con
definiciones precisas, que tengan como eje a la persona y a lo que la
desarrolla.
En cuanto a lo que se entiende por periodismo cultural y a lo que debe
ser el perfil del periodista especializado en cultura, los profesionistas
entrevistados ofrecieron posturas diversas, algunas apegadas más a la
realidad actual y otras a lo que debería ser el periodismo cultural mexicano. Al
pedirles su opinión sobre las definiciones ofrecidas en este trabajo, hubo
quienes concordaron con nosotros y hubo quienes criticaron el uso de algunos
términos, como “manifestaciones sublimes”, “saber prudencial”, entre otros.
Asimismo, aportaron perspectivas, argumentos y elementos frescos, no
considerados previamente por nuestro análisis, enriqueciendo así el horizonte
del perfil de periodista cultura que proponemos en los capítulos anteriores.
Los periodistas con quienes dialogamos pertenecen a diferentes medios
de comunicación: periódicos con diferentes políticas editoriales, canales de
televisión, diarios digitales y revistas especializadas. Sin embargo, las visiones
que mostraron sobre lo que es el campo de acción del periodismo cultural, sus
cualidades, sus necesidades de formación, sus retos y sus problemas no
fueron completamente dispares. Las declaraciones coinciden sobre todo en lo
que se refiere a la necesidad de una mejor formación por parte de los
comunicadores culturales; es decir, a la necesidad de una mejor
especialización.
A continuación analizaremos los puntos de encuentro y de desencuentro
entre nuestra propuesta del perfil del periodista cultural y lo que piensan los
protagonistas de esta rama especializada del periodismo mexicano. Asimismo,
haremos un recuento de las aportaciones más valiosas, a fin de ofrecer una
visión más completa sobre lo que es la labor del periodista cultural.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
237
5.1.1 Puntos de encuentro: una realidad cercana a nuestra propuesta
Como observamos anteriormente, uno de los primeros puntos de
encuentro entre nuestra propuesta y lo encontrado en las entrevistas fue la
constante identificación de lo cultural con todo aquello que ayuda, desarrolla y
hace evolucionar lo humano. La mayor parte de nuestros entrevistados
consideró a la cultura como todo aquello creado por el hombre y que permite
su crecimiento. Cárdenas incluso utilizó y definió el término de
“manifestaciones humanas sublimes”:
Es el modo en que el ser humano se puede manifestar de una forma
espiritualmente más alta, siempre y cuando esta manifestación tenga un
grado de universalidad, es decir, que todos podamos entender y nos
podamos identificar.
En cuanto al concepto amplio de cultura propuesto en este trabajo276,
seis de los siete entrevistados dijeron estar de acuerdo con ella; es decir, se
mostraron a favor de que el periodista cultural se deje guiar por una definición
amplia de lo que es cultura. Tan sólo Bruno Bartra se mostró en contra de
utilizar un concepto amplio de cultura, a pesar de que posteriormente citó la
definición del filósofo Bolívar Echeverría, que incluye prácticamente todo lo que
el hombre crea y que es resultado del cuestionamiento que se hace a sí mismo.
No obstante, Ariel González señaló que, aunque no siempre resulta
posible laborar con un concepto amplio, una definición más inclusiva sería lo
mejor para el periodista cultural. Por su parte, Avilés Fabila, Espinosa,
Cárdenas, De la Cruz y Saavedra se manifestaron a favor de una acepción que
incluya a los deportes, a las manifestaciones novedosas y recientes como el
performance, al rock ´n roll, a las artes culinarias, a la música popular, a la
moda, a los hábitos cotidianos, e incluso a ciertos espectáculos.
276 “Todo aquello que el hombre piensa y hace sobre sí mismo y el mundo y que contr ibuye a su
perfeccionamiento”. (Cfr. LLANO, Carlos. La formación de la inteligencia, la voluntad y el carácter. México: Trillas, 1999. p. 61.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
238
Asimismo, podemos encontrar varios puntos de encuentro entre lo que
muchos de los entrevistados plantean como el concepto de periodismo cultural
y nuestra propuesta.277 A pesar de que algunos se sintieron incómodos por el
carácter académico de nuestra definición (muchos de ellos prefieren las
nociones que les ha dado la experiencia y no los libros), así como por la
presencia de ciertas palabras, como “prudencial”, “toma de decisiones libre y
solidaria” y “manifestaciones sublimes”, encontramos concordancias de gran
relevancia.
Algunos de los puntos de encuentro más sobresalientes se refieren a lo
que los entrevistados consideran como la finalidad del periodismo cultural. La
mayor parte de ellos hizo referencia al servicio y al deber de ser el
intermediario entre el conocimiento y la sociedad.
Un ejemplo de ello es el editor de la sección cultural de La Jornada,
Espinosa, quien, como nosotros, considera que el periodismo cultural es un
servicio, que va más allá del dar cuenta de lo que dicen las instituciones
oficiales culturales. Se trata de un servicio que, mediante el análisis, pretende
crear puentes entre la cultura y el público, a fin de propiciar un bien social:
Nosotros (los periodistas culturales) brindamos un servicio al dar
información y al contextualizarla, al acercar a las personas al pleno
disfrute de los bienes culturales. (…) El periodismo cultural va más allá
de la mera cartelera o del dar cuenta de las instituciones, porque
propone una agenda imaginativa e informativa que permita el desarrollo
de la misma cultura.
Por su parte, Cárdenas hizo énfasis en el deber del periodismo cultural
de volver “compartibles” los fenómenos artísticos y culturales, mientras que
Ariel González y Miguel de la Cruz afirmaron que la misión es la de comunicar
aquello que sea “periodísticamente relevante” o “trascendente” para la
sociedad. En este sentido, De la Cruz señaló que el periodismo cultural debe
277 El saber prudencial que consiste en la comunicación adecuada del saber sobre las realidades
humanas actuales que a los ciudadanos les es útil para actuar libre y solidariamente. (Vid. infra. p. 25)
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
239
comunicar las manifestaciones humanas relevantes al mayor número de
personas posible, de modo que la información debe ser asequible y atractiva:
Yo soy enemigo de negarle al público no especializado la posibilidad de
comprender, de disfrutar y de saber acerca de las manifestaciones
culturales, aun cuando se trate de las más complejas, como las bellas
artes. (…) Y decir que esto es vulgarizar (la información) es discriminar.
Un periodista cultural debe fomentar la comunicación atractiva y
accesible para el público no especializado.
En su definición de periodismo cultural, el periodista de Canal 11
también enfatizó la importancia del uso de metodologías de comunicación para
ejercer el periodismo cultural. De la Cruz se caracterizó a lo largo de su
entrevista por reconocer la relevancia de los estudios de comunicación, pues
son éstos los que, de acuerdo con él, le permitirán al periodista cultural ofrecer
una información comprensible, concisa, relevante y profunda, sin por ello dejar
de ser atractiva.
En sintonía con nuestro análisis sobre los deberes de un periodista
especializado, Avilés Fabila señaló que la misión del periodismo cultural es la
de hacer que el público entienda las manifestaciones culturales complejas:
(el periodismo cultural) explica fenómenos que no son fáciles. La gente
lee una novela y piensa: „mmm, qué fácil, ahorita hago la mía‟. Una cosa
es que te guste una obra, y otra es comprenderla: lo que representa y lo
que simboliza.
Asimismo, Saavedra dijo estar de acuerdo con la finalidad propuesta por
este trabajo (ayudar a la toma de decisiones libre y solidaria), pues considera
que la solidaridad “nos lanza al reconocimiento del otro”. Además, aseguró que
el objetivo del periodismo cultural es el de “dar luz en medio de la oscuridad”;
es decir, el de investigar y analizar los fenómenos culturales con miras a
ofrecer al público las herramientas necesarias para formar un criterio que les
permita identificar los problemas culturales. Este periodista hizo constante
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
240
alusión al carácter profundo, reflexivo y de investigación de esta rama
especializada, la cual debe tener como género distintivo al artículo de análisis.
Para Saavedra el factor humano es la cualidad esencial del periodismo cultural;
de acuerdo con él, la falta de lo humano en nuestro entorno debería servir de
base para análisis del periodista dedicado a esta rama.
De hecho, la mayoría de los periodistas entrevistados coincidieron en
que son estas características (profundidad, análisis, investigación, reflexión y
enfoque humano) las que distinguen al periodismo cultural de otras ramas, y no
precisamente la delimitación temática. Como Bartra afirmó, existen
manifestaciones que siempre serán materia de interés para el periodista
cultural, como las bellas artes; sin embargo, “la característica principal va a ser
la forma en que toca los temas” y no tanto el tipo de temas que toca. ¿Y qué
forma es ésta? De acuerdo con Bartra tiene que ver con una perspectiva
encaminada hacia los asuntos vinculados con la mente, con el espíritu y con la
creación.
De la Cruz también opinó que al periodismo cultural le debe interesar
todo, ya que lo trascendente puede encontrarse detrás de lo que
aparentemente es insignificante. El periodismo cultural puede, en este caso,
hacer reflexiones de política, de educación, de cuestiones sociales, incluso de
espectáculos (como los de los Tigres del Norte) si es que encuentra la
profundidad necesaria y siempre y cuando tenga un enfoque que presente
como eje al “proceso humano”. Para el periodista de Canal 11, el ángulo desde
el cual se analice la información también es la característica principal y se
distingue por ir en busca de los “procesos culturales” detrás de cada obra,
personaje o manifestación.
Para Pablo Espinosa, el periodismo cultural no es aquél que comunica
sobre las bellas artes o sobre ciertos temas en específico, sino aquél en donde
es posible “comunicar ideas” y profundizar en ellas. En la comunicación de
dichas ideas lo importante es el enfoque y la profundidad con la que sean
tratadas. Eso es lo que distingue al periodismo cultural de otras ramas, en las
que el análisis de ideas resulta complicado. Espinosa afirmó que al periodismo
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
241
cultural le deben interesar temas diversos, como la migración, las minorías, las
mujeres y el de la infancia.
Por su parte, Cárdenas y Saavedra afirmaron que el periodismo cultural
no sólo no tiene un límite temático, sino que carece de un límite temporal. De
acuerdo con el periodista de Canal 22, esta rama periodística tiene la
característica de irse al pasado, de “escarbar en la historia” para recuperar a
figuras o hechos que resultan relevantes para el hombre de hoy, ya que la
inmediatez no es una de sus preocupaciones principales. En concordancia,
Saavedra comentó que “en otras áreas periodísticas el tiempo del hoy es el
que prevalece. Sin embargo, en el periodismo cultural este presente inmediato
es superado”. El periodismo cultural tiene la cualidad de volver al pasado
distante y darle un giro de actualidad, por lo cual no está limitado por la
temática reciente, ni por diarismo. Para este comunicador, el periodismo
cultural puede analizarlo todo, temas del pasado o del presente, siempre y
cuando se le dé un sesgo de trascendencia a la información y se aborde desde
la arista humanística, reflexiva, creativa y crítica.
Es debido a esta amplitud de temas que el periodismo cultural muchas
veces converge y retoma asuntos propios del espectáculo, ya que éste es parte
del fenómeno cultural. En este sentido, la mayoría de los entrevistados
reconocieron la delgada frontera entre ambas especialidades, las cuales
pueden elaborar sus contenidos a partir de los mismos hechos noticiosos,
como es el caso de una obra de teatro, un concierto de música popular, la
muerte de una figura del espectáculo, entre otros. No obstante, establecieron
como diferencias principales entre una y otra al enfoque humano y creativo y a
la profundidad con que el periodista aborde dichos hechos.
Para Avilés Fabila, “la intensidad” con la que se aborde un asunto será
lo que distinga a los contenidos culturales de los de espectáculos. Por su parte,
Bruno Bartra aseguró que lo que los separa es la ausencia de frivolidad en el
periodismo cultural, que se centra en analizar el mensaje creativo y humano
que hay detrás de cada obra o manifestación. El editor del Reforma rechazó la
idea de que el periodismo cultural esté acotado por aquello que es considerado
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
242
“subterráneo” o no “comercial”, pues considera que, con el enfoque adecuado,
un espectáculo de música popular también puede dar pie a un artículo de
análisis cultural:
Cualquier artista musical que desee ofrecer un espectáculo para dar a
conocer un mensaje creativo es de interés para el periodista cultural. No
necesita ser música subterránea, como se le conoce. Lo importante es
que haga una propuesta creativa de calidad.
En concordancia, Mario Saavedra aseguró que el periodismo cultural no
se fijará en el simple espectáculo, sino que utilizará la reflexión para encontrar
en el espectáculo u obra aquello que trasciende; es decir, “lo que es universal”.
Lo mismo opinó Noé Cárdenas, quien señaló que la diferencia entre el
contenido periodístico cultural y el de espectáculos reside en la pregunta del
periodista, en el ángulo que tome al comunicar el hecho.
Por otro lado, Pablo Espinosa fue el único de los entrevistados que no
consideró que la diferencia entre periodismo cultural y de espectáculos radica
en la profundidad o el enfoque. Para el editor de La Jornada, lo que distingue a
uno y a otro es la intención del evento o producto mismo. Si se trata de un
evento que tiene como fin único el lucro, entonces es materia de interés para el
periodista de espectáculos. En el caso de que el producto o evento tenga como
objetivo ofrecer un servicio cultural a la sociedad, entonces será parte del
campo de acción del periodista cultural. No obstante, él mismo reconoció que
esta distinción entre lo comercial y lo gratuito es algo precaria, ya que existen
muchas exposiciones de arte y eventos culturales que también tienen un costo
de acceso.
De cualquier forma, y una vez expuesto lo anterior, podemos observar
que nuestros entrevistados enfatizaron la gran amplitud temática que tiene o
que debería poseer el periodismo cultural por naturaleza. Tal como nosotros
expusimos en los capítulos anteriores, ellos señalaron que el periodismo
cultural no está definido por los tópicos, ni por la inmediatez, sino por el ángulo
y la profundidad de análisis, lo cual significa que es rico en temas.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
243
De acuerdo con Avilés Fabila, dicha riqueza temática debería verse
reflejada en los medios de comunicación culturales, ya que el campo de acción
del periodismo cultural es vasto y la oferta de manifestaciones en México es
muy grande. Sin embargo, el director de la revista “El Búho” lamentó la pobreza
de temas que caracteriza a las páginas y a las secciones culturales, las cuales,
en su opinión, sólo le dan espacio a los lugares y los nombres comunes:
¡Este es un país con extraordinarios cantantes de ópera! ¡Con notables
pintores! Y parece que no. De pronto los medios culturales te dan una
idea de una enorme pobreza. ¿Cuánto llevamos haciéndole homenajes
a Carlos Fuentes, a Monsiváis, a Poniatowska? ¿No hay más? (…) Sin
embargo, hay ese empeño, y es una responsabilidad de los medios: de
pronto uno cree que México tiene 10 escritores y dos pintores. Es muy
patética la visión que se presenta y los medios son los culpables.
Y precisamente esta visión reducida y mediocre de lo que es la cultura
apunta a otro de los puntos de encuentro entre nuestro trabajo y los periodistas
entrevistados: la necesidad de una mejor formación del periodista cultural. A lo
largo de las entrevistas podemos observar una constante referencia hacia la
necesidad de la especialización, de un mejor criterio y de una formación ética,
que le permita al periodista cultural ser un puente entre los creadores y el
público.
Al respecto, De la Cruz señaló que los responsables de los estragos que
enfrenta el periodismo mexicano actual son principalmente aquellos que lo
ejercen:
Yo creo que a quienes han llegado de forma casual a ejercer el
periodismo cultural les ha faltado profesionalismo y una metodología
para identificar qué es, y de ahí la importancia de tu trabajo de tesis. Me
he enfrentado a infinidad de personas que llegan al periodismo cultural
con la intención de que les digan cultos, y no tanto con el objetivo de
desarrollar una verdadera comunicación cultural. No les importa llegar al
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
244
lector e involucrarlo en la cultura, lo único que quieren es que, al estar
ahí, los identifiquen como los „cultos‟.
El periodista de Canal 11 culpó a la poca formación y vocación de
comunicador que poseen aquellos que están inmersos en el periodismo cultural
actual. De acuerdo con él, “la mala práctica motiva que haya una mala relación
entre el periodismo y la cultura”, y esta mala práctica se debe a que dentro del
periodismo cultural se cae constantemente en el intelectualismo, resultado de
una mayor presencia de académicos que de periodistas y comunicadores. De
acuerdo con De la Cruz, la diferencia entre ambos es digna de atención, ya que
los intelectuales no tienen como principal objetivo acercar al público al
conocimiento, mientras que los periodistas no pierden de vista las necesidades
del público no especializado:
El intelectual se dedica a ejercitar las ideas por las ideas mismas, de
acuerdo con sus intereses, ya sea en cine, filosofía, historia, etc. Él lee,
reflexiona, escribe, pero su finalidad es el ejercicio intelectual, el
desarrollo de su pensamiento. Para el periodista el fin es otro: hacer que
el público conozca, darle información que pueda ser trascendente para
su toma de decisiones. Esta diferencia tan sutil es importantísima.
Muchos periodistas de la televisión te dicen lo importante de lo que
vieron, y te llenan de los datos que son relevantes para ellos, pero me
parece que no hay una técnica definida ni una intención de crear canales
para que el público se acerque (a la cultura).
De acuerdo con De la Cruz, para ser periodista cultural no sólo es
suficiente que seas experto en un tema. Debes poseer conocimientos de
metodologías de comunicación, además de tener como finalidad el ofrecer un
servicio al público no especializado. El periodista de Canal 11 reconoció la
importante labor y el rol de los especialistas, los colaboradores y los
intelectuales, pero también afirmó que para que un especialista sea
considerado un periodista cultural, éste debe saber comunicar; es decir, servir
de puente entre el conocimiento y la sociedad. De otra forma, sólo será capaz
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
245
de elaborar contenidos “estirados”, en palabras de De la Cruz, “aburridos” y
poco efectivos.
Avilés Fabila también criticó el carácter académico e intrincado de
algunas publicaciones culturales. De acuerdo con él, “las revistas
especializadas suelen ser pedantes, aburridas y tediosas”, es decir, para
iniciados. El periodista puso de ejemplo a la publicación cultural de la UNAM, la
cual, en su opinión, presenta un estilo demasiado académico. En este sentido,
Avilés Fabila señaló que el periodista cultural debe ser el intermediario entre el
especialista y el público. Debe ser aquél que dentro de la redacción le pida al
filósofo, politólogo o historiador “que le baje”, es decir, que utilice un lenguaje
más accesible para el lector.
Otros entrevistados también hicieron patente la diferencia que existe
entre los colaboradores y los periodistas especializados en cultura, así como la
creciente necesidad de éstos últimos dentro de los medios. Pablo Espinosa,
por ejemplo, lamentó el desequilibrio que existe en las redacciones culturales,
en las que los supuestos periodistas adoptan un tono intelectual. De acuerdo
con el editor de La Jornada, un periodista cultural no puede adoptar un tono
académico o didáctico, porque en el momento en que lo hace, deja de ser
periodista. En este caso, el periodista cultural debe ser el intérprete que
acerque la información al lector; es decir, su especialización no lo convierte en
intelectual, sino en un mejor periodista:
El no hacer asequible la información cultural es ser mal periodista. Si
entrevistas a un filósofo, que por cierto los filósofos hablan en jerga, y lo
transcribes tal cual, no te va a entender nadie. El periodista debe seguir
tres pasos: observar, asimilar y transmitir. Tienes que tener la capacidad
de entender el lenguaje técnico del filósofo, extraer la idea y, sin
modificarla y sin intervenir en ella, mostrarle al lector lo bello de esos
conceptos. (…) Aquí, en el periodismo cultural, una especialización
garantiza un mejor periodismo, una mejor capacidad de comunicación y
coberturas con mayor profundidad.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
246
Por otro lado, Noé Cárdenas presentó una postura diferente, a primera
vista, pero una vez analizada, no tan distante de las anteriores. Para el editor
en jefe de Noticias Veintidós, el mejor periodista es el intelectual, siempre y
cuando sea capaz de apartarse de su rama de especialidad, es decir, siempre
y cuando sea objetivo, pueda comunicarse con un lenguaje accesible para el
público no especializado y aborde temas periodísticamente relevantes. De esta
forma, Cárdenas, al igual que De la Cruz, habló de un especialista que tenga
conocimiento de las herramientas de comunicación y que su finalidad sea la de
ofrecer un servicio al público no especializado.
Tal como nosotros, Saavedra y Espinosa señalaron que la
especialización periodística es un nivel de formación que no debe reducir el
conocimiento del periodista cultural, sino al contrario: un periodista
especializado en cultura debe poseer todos los conocimientos de un periodista
generalista, además de una formación especial en su campo de trabajo. El
periodista no puede encapsularse en su zona de especialización y prestar
oídos sordos al resto del saber. Al respecto, Espinosa señala:
En cuanto a la especialización hay que tener una cosa clara: el proceso
no es alienatorio o enajenante. Un periodista especializado no puede
dejar de manejar el entorno. Un periodista especializado en música no
puede serlo en verdad si no es capaz de cumplir una orden de trabajo de
danza o de otras expresiones artísticas.
Por su parte, Mario Saavedra advirtió del peligro de confundir la
especialización periodística con una limitación del conocimiento. Para evitar
dicha confusión, sugirió seguir el ejemplo de los “periodistas de antes”, quienes
de acuerdo con él se hacían en el oficio y no en la carrera. Saavedra señaló
que dichos profesionales se caracterizaban por poseer una vocación de
conocimiento y de búsqueda, “con el hombre como eje central”. Mario
Saavedra aseguró que un periodista, especialmente uno dedicado a la cultura,
debe sentir curiosidad con todo lo que tenga que ver con lo humano:
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
247
El periodista cultural es, primero que nada, un humanista. Un periodista
en general debe serlo, pero en la medida en que el periodismo se ha
desvirtuado tanto, quien tiene que serlo exigentemente es el periodista
cultural. Ahí tienes a Leonardo da Vinci, Erasmo de Rotterdam,
Cervantes, Miguel Ángel, a quienes les interesaba todo: todo lo
relacionado con el hombre. Por eso siento que el conocimiento moderno
ha limitado y momificado al hombre: lo ha limitado a saber mucho de ese
tema, pero no de otras cosas. Al hombre de hoy lo sacas de su zona de
confort y no sabe dónde vive. El periodista cultural no debe ser ese tipo
de hombre. Tiene que estar implicado con todos los saberes: todos
deben moverlo e inquietarlo. Este factor humanista me parece
fundamental.
De acuerdo con Saavedra, un perfil humanista evita que el periodista
cultural se convierta en aquél que sólo sabe de danza, o de ópera, o de
música, pero no sabe salir de su zona de confort. Un conocimiento de lo
humano le permite ser versátil y analizar los fenómenos culturales en su
totalidad, con el enfoque adecuado; es decir, le da criterio y afina su vista para
encontrar los temas adecuados.
Cabe mencionar que Saavedra no fue el único en estar a favor de un
conocimiento del hombre y de la cultura. Todos nuestros entrevistados dijeron
estar de acuerdo con la necesidad de que el periodista cultural posea
conocimientos filosóficos antropológicos de lo que es persona humana y
cultura. Noé Cárdenas, por ejemplo, consideró nuestra propuesta como algo
“excelentísimo”, porque le da las herramientas al periodista cultural para saber
distinguir el concepto de cultura del de la educación, así como para saber
identificar su estrecha relación. Asimismo, aseguró que dichos conocimientos le
pueden dar al comunicador cultural la sensibilidad para descifrar los mensajes
de una obra de arte.
Al respecto, Avilés Fabila señaló que dichos conceptos son los
“rudimentos” de cualquier proyecto cultural, los cuales ayudarán al periodista
cultural a entender qué es, cómo nace y cómo cambia el ser humano, así como
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
248
“¿de dónde nace la música y por qué?, ¿de qué necesidad humana nace esta
manifestación? ¿Por qué la necesidad de mover el cuerpo a un ritmo?”. A esta
opinión se sumaron Bruno Bartra y Ariel González; no obstante, mientras el
coeditor del Reforma señaló que dichos conocimientos deben tenerse claros
desde la carrera profesional, el editor de Milenio Diario opinó que éstos se van
formando mediante la experiencia laboral y la constante investigación que ésta
conlleva.
Por su parte, Miguel de la Cruz también señaló que nuestro enfoque es
acertado, pero afirmó que “probablemente nadie lo tenga claro”. Mientras tanto,
Pablo Espinosa consideró que el periodista cultural no sólo debe tomar algunos
conceptos de la filosofía antropológica, sino de la historia, la sociología, la
antropología social, entre otras disciplinas.
Esta sed de saber, el desarrollo de una mente crítica y de una especial
sensibilidad para detectar lo humano detrás de cada manifestación fueron
algunos de los comunes denominadores que podemos encontrar en las
entrevistas, en lo que respecta al perfil del periodista cultural. Al preguntarles
sobre las cualidades que debería poseer quien se dedique a esta rama
periodística, la mayoría de los entrevistados enfatizaron la importancia de la
constante lectura de la gran literatura, la capacidad de análisis, la importancia
de poseer un bagaje cultural amplio y un “sexto sentido”, además de la
necesidad de laborar con vocación y pasión. El correcto uso del lenguaje, así
como conocimientos de redacción y de gramática, también fueron cualidades
que se destacaron en la mayoría de las respuestas.
Asimismo, los periodistas culturales dieron importancia al constante
estudio y a la sed de conocimiento, sobre todo cuando se trata de las bellas
artes, y de otras manifestaciones culturales como el cine. De acuerdo con
Pablo Espinosa, el periodista cultural debe ser un autodidacta, capaz de
volverse experto en uno o hasta dos temas cada día. En este sentido, la
curiosidad y la pasión serán las cualidades que lo impulsen a investigar. El
editor señaló que no se trata de ser un “sabelotodo”, pero sí de atender a cada
información distinta, a pesar de que existe el peligro de poseer “conocimientos
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
249
oceánicos” con poca profundidad. En cuanto a la posibilidad de caer en esto,
Miguel De la Cruz señaló que la característica principal de un periodista cultural
no es que sepa todo de todo, sino que “esté abierto a mucha información, y
que tenga una metodología para procesarla de forma sintética”.
Otro punto de encuentro entre nuestra propuesta y la opinión de los
profesionistas fue la que hace referencia al criterio y a la capacidad de análisis
que debe tener todo periodista cultural. En muchas respuestas, los
entrevistados dejaron ver que, debido a la libertad temática y de estilo que
posee el periodismo cultural, la forma de abordar los temas y la selección de
los mismos es resultado del criterio y de la mente analítica del periodista. Ariel
González, por ejemplo, consideró que una de las principales funciones del
periodista cultural es la de tener una mente lo suficientemente crítica como
para “decir que no” a todo producto que no cumpla con las exigencias de
calidad (aun cuando provenga de las grandes editoriales), así como para
distinguir entre la cultura y el espectáculo.
Bruno Bartra también hizo referencia a la capacidad de análisis del
periodista cultural al afirmar que éste debe buscar “lo que está implícito, no lo
que está explícito”, al hacerse preguntas como ¿Qué intenta expresar el artista
con su creación? Asimismo, Avilés Fabila consideró que el periodista cultural
debería poseer las herramientas críticas suficientes para analizar objetivamente
la obra de muchos de los personajes culturales más comunes. De acuerdo con
él, “el periodista cultural debe estar especialmente preparado para eliminar las
fobias o las pasiones exageradas”.
Quizá fue Mario Saavedra quien subrayó con más insistencia la
importancia de esta capacidad de análisis. Según él, nuestra sociedad se
caracteriza por vivir en una tecnocracia, en donde el ser humano ha dejado de
ser el eje principal. Tal como afirmara Carlos Llano, algunos elementos que han
surgido en nuestra propia cultura, paradójicamente, han perdido de vista lo
humano: sus ideas, sus emociones y sus sentimientos. Saavedra opina que es
labor del periodista cultural poseer un espíritu lo suficientemente crítico como
para dar cuenta de la ausencia de humanidad en algunas costumbres,
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
250
prácticas y tendencias, así como para hacer patente esta carencia en otras
especializaciones periodísticas. En este sentido, el periodista cultural debe
analizar las paradojas, contradicciones y los problemas culturales. Esta
premisa concuerda con nuestra propuesta, la cual, basándose en lo expuesto
por Llano, señala que el periodista cultural debe ayudar a invertir la jerarquía
de valores, dándole prioridad a lo humano, por sobre de la tecnología y lo
material.
Saavedra también subrayó el alma de historiador dentro de todo
periodista cultural, así como su habilidad para hacer conexiones y
asociaciones. De acuerdo con él, éste debe ser capaz de volver al pasado y de
preguntarse “¿por qué cabe reflexionar sobre ese hecho en el presente?, así
como de vincular épocas, contextos, corrientes y escuelas. Sobre todo, debe
crear vínculos con el presente”. Asimismo, tanto él, como Avilés Fabila y Miguel
de la Cruz afirmaron que un comunicador cultural debe evitar prejuicios y “no
desdeñar nada”, sino que debe estar interesado en todo lo que le rodea.
Otra característica mencionada por los entrevistados y que coincidió con
nuestra propuesta es la necesidad de desarrollar una sensibilidad especial, es
decir, una especie de intuición o sentido adicional. Ariel González recordó que
en el periodismo cultural no siempre se puede saber con anticipación lo que
será “la nota”. Más bien, el periodista cultural debe poseer una especie de
radar para identificar las manifestaciones relevantes, así como para reconocer
a aquellos creadores de gran valor cuya carrera apenas despunta:
Yo creo que además necesita de una sensibilidad adicional. (…)
Imagínate lo que era entrevistar al joven Borges y reconocer en él a un
autor que en el futuro iba a brillar. Como periodista cultural debes tener
esa sensibilidad, no de adivinar el futuro, sino de reconocer que estás
frente a alguien de otro calibre. Ahí es donde tiene ese otro „sexto
sentido‟.
En sintonía, De la Cruz señaló que el periodista cultural debe ser más
acucioso, intuitivo, más persistente y, sobre todo, no debe perder su capacidad
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
251
de asombro. Esto, para que pueda identificar los productos culturales que a
simple vista parecen insignificantes, pero que en verdad esconden gran
trascendencia. Asimismo, Espinosa afirmó que el periodista cultural debe tener
una combinación de sensibilidad, conocimientos y experiencia, mientras que
Bartra reconoció que la intuición es muy útil a la hora de seleccionar el enfoque
periodístico.
De acuerdo con González y Bartra, esta sensibilidad se desarrolla más
fácilmente cuando el periodista cultural se encuentra cerca de la cultura misma;
es decir, cuando la vive él mismo. Ambos reconocieron que es aconsejable que
éste disfrute de y esté involucrado en aquellas manifestaciones a las que se
acerca periodísticamente, siempre y cuando sea capaz de marcar la línea entre
su trabajo como informador y su labor como músico, bailarín, pintor, etc. Al
respecto, Noé Cárdenas señaló que un gusto natural por la cultura ayudará al
periodista cultural a apasionarse, así como a desarrollar todas las cualidades
necesarias para ser un buen comunicador. Y ésa, de acuerdo con el jefe de
redacción de Noticias Veintidós, es la razón por la cual hay tantos académicos
y literatos en las filas del periodismo cultural:
Muchos periodistas de los suplementos culturales se sienten muy
realizados ahí porque su trabajo tiene mucha conexión con lo que les
gusta. Es por eso que muchos periodistas culturales no vienen de
carreras de Comunicación. Este gusto artístico se debe dar de una
forma muy natural en él. Uno lee, no porque lo hayan obligado en la
carrera, sino porque es un lector, porque le gusta leer. Este gusto natural
es el elemento, diría yo, indispensable. De él sale todo lo demás.
Además del disfrute natural por algún campo cultural, varios
entrevistados señalaron que el periodista cultural también debe ser creativo,
además de desarrollar un estilo atractivo que se alimente de los recursos
literarios. Para Mario Saavedra, el periodista cultural no sólo se debe limitar a
informar, sino que también debe crear cultura, mediante contenidos creativos y
bellos. De esta forma, el periodismo cultural no sólo debe ser útil, también debe
ser bello: “dulce et utile”. A este acorde se sumó Miguel de la Cruz, quien
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
252
consideró que el periodista cultural debe aprovechar la libertad de estilo y gran
cantidad de texturas y colores que caracterizan a esta rama periodística, a fin
de elaborar información atractiva.
Por su parte, Pablo Espinosa se mostró a favor del uso de “mecanismos
para la imaginación”, y recordó que el periodismo cultural se encarga de contar
historias. También defendió el uso de recursos literarios, como las metáforas, e
incluso definió al periodismo como literatura de no ficción. No obstante, el editor
de La Jornada advirtió que se puede utilizar elementos literarios siempre y
cuando el periodista no pierda de vista las necesidades del lector y siga las
reglas de claridad, concisión y nitidez.
En cuanto a la formación ética, todos los entrevistados reconocieron su
importancia. Pablo Espinosa incluso afirmó que el periodista cultural debe
poseer sabiduría, la cual definió como “el correcto uso de los conocimientos”.
Dicha acepción es equiparable al concepto de prudencia que presentamos en
el tercer capítulo. Además, el editor destacó la importancia de la honestidad y
la responsabilidad, pues impulsan al periodista cultural a buscar la verdad y
argumentar sus contenidos.
La mayoría de los entrevistados denunciaron la tendencia que existe
dentro del periodismo cultural de caer en la promoción de productos culturales,
ya sean los propios o los de las grandes editoriales y empresas culturales.
Todos concordaron en que el periodista cultural no debe convertirse en vocero
de ninguna empresa cultural: debe tener un compromiso con los lectores y
consigo mismo para ser objetivo y para cultivarse constantemente. En este
sentido, cada uno de los periodistas hizo referencia a los valores de la
prudencia, la fortaleza, la templanza y la justicia de una u otra forma, al hablar
de honestidad, buen criterio, responsabilidad, uso adecuado de la experiencia y
de los conocimientos, así como del ímpetu necesario para oponerse a los
intereses de la industria cultural.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
253
5.1.2 Puntos de desencuentro: cuestión de términos
La mayor parte de puntos de desencuentro surgieron al preguntarles a
los periodistas entrevistados su opinión acerca de nuestra definición de
periodismo cultural. Términos como “saber prudencial”, “comunicación
adecuada”, “manifestaciones humanas sublimes” y “toma de decisiones libre y
solidaria” provocaron ceños fruncidos, sonrisas complacientes, miradas de
confusión y hasta sonoras carcajadas. No obstante, basta mirar de cerca las
respuestas para descubrir que los desacuerdos radican simplemente en el uso
de términos que apuntan al deber ser periodístico, y que suelen levantar cejas
por su carácter filosófico y académico.
Muchos de nuestros entrevistados no concordaron con el uso de este
tipo de frases “idealistas”, pues las sintieron ambiguas, lejanas a la realidad y a
lo que ellos consideran que es la labor diaria del periodista cultural. No
obstante, y paradójicamente, a lo largo de sus entrevistas ellos mismos
defienden los conceptos que posteriormente rechazarían en nuestra definición
de periodismo cultural.
Ariel González, por ejemplo, consideró que la palabra “prudencial” no
era correcta para describir al periodismo cultural, ya que, en su opinión, esta
labor suele ser imprudente en la realidad. Sin embargo, posteriormente, él
mismo afirmó que una de las labores fundamentales del periodista cultural es la
de discernir (dimensión fundamental de la prudencia) entre las manifestaciones
culturales de calidad y las que sólo se ostentan como tales, así como de formar
un criterio sólido capaz de mayor análisis. También habló de la capacidad de
prever el futuro brillante de un creador, lo cual también es parte del uso
correcto de los conocimientos.
El editor de Milenio tampoco estuvo de acuerdo con la frase
“manifestaciones humanas sublimes”, pues considera que el periodista cultural
debe ocuparse de toda la realidad, tal cual es:
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
254
El periodismo cultural refleja lo que tienes a la mano, es un reflejo de la
realidad. No siempre habla de manifestaciones o actos sublimes: ahí
tienes, por ejemplo a Hitler. Es parte de la historia humana, de la más
indeseable quizá, y no forma parte de la vida artística; sin embargo,
debe caber en las páginas del periodismo cultural.
No obstante, al preguntarle sobre su noción de cultura, González la
definió como aquello que contribuye al enriquecimiento del hombre, es decir, lo
sublime. Por otro lado, el editor de Milenio también rechazó que la finalidad
principal del periodismo cultural fuera la de proporcionar conocimiento que
ayudará a la sociedad a su toma de decisiones libre y solidaria; sin embargo,
señaló que la función principal radica en tener el criterio suficiente como para
seleccionar temas y enfoques de calidad y de interés, lo cual nos parece es
parte de ofrecer al lector el conocimiento que necesita.
Mario Saavedra tampoco concordó con la palabra “prudencial”, ya que
considera imposible saber qué es lo prudente o lo imprudente (lo cual respalda
nuestro esfuerzo en este trabajo por presentar un concepto de prudencia).
Asimismo, señaló que la frase “comunicación adecuada” hace ruido dentro de
la definición, ya que en su opinión lo adecuado es muy relativo. Sin embargo, el
periodista fue uno de los que enfatizó la importancia de poseer una mente
crítica, de tomar en cuenta el conocimiento del pasado para interpretar el
presente (pronoia o preconocimiento), así como de partir del conocimiento de la
realidad para analizar el futuro. Al sugerir al periodista evitar los prejuicios, lo
está impulsando a desarrollar un juicio mesurado inclinado a la verdad, lo cual
también es parte de ser prudente.
En cuanto a la segunda objeción, a lo largo de su entrevista podemos
observar que Saavedra sí posee una opinión sobre lo que debe ser la
comunicación adecuada y, de hecho, está en sintonía con lo propuesto por
nuestro trabajo. En este caso, el periodista hizo énfasis en el correcto uso del
idioma, así como en la adquisición de conocimientos de redacción y de
comunicación:
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
255
A mí me gustan los escritores claros, no los barrocos o rebuscados. El
estereotipo nos dice que entre más complejo es un escritor, es mejor;
pero la verdad es que entre más claro, es mejor. ¿Y cómo se logra ser
más claro? Teniendo más herramientas de conocimiento del lenguaje.
De la misma forma, Saavedra hizo constante alusión a la necesidad de
que el periodista cultural haga asociaciones en sus contenidos: que
contextualice, que conecte, que vincule y que, además, le dé a la información
un sesgo de actualidad. Estas son también características de una
comunicación adecuada, porque facilitan la completa comprensión del mensaje
por parte del lector.
Otros entrevistados que protestaron un poco por el uso de la palabra
“sublime” fueron Pablo Espinosa, editor de La Jornada, y Noé Cárdenas, de
Noticias Veintidós. El primero de ellos consideró que utilizar dicho término para
describir a las manifestaciones de interés para el periodista cultural resulta un
poco excluyente, pues podría suceder que algunos creadores se sintieran fuera
de dicho espectro. Espinosa reconoció la incomodidad que suele causar dicha
palabra, pero se lo atribuyó a una confusión de su significado:
Es una palabra muy bonita, pero muchas personas, artistas o
pensadores se sentirían excluidos. Todos tenemos la capacidad de lo
sublime, pero es un término muy fuerte al que se le tiene mucho miedo,
porque se considera que se refiere sólo a la cultura de „entendidos‟, „de
unos cuántos‟.
Tanto él como Cárdenas consideraron que el término “sublime” era
inadecuado, pues excluía a todos los factores negativos de la cultura que no
subliman al hombre. No obstante, en las definiciones que ofrecieron ellos
mismos hicieron referencia a lo sublime. Cabe recordar que el editor de La
Jornada se refirió a lo cultural como aquello que ayuda a evolucionar al
hombre, mientras que Noé Cárdenas utilizó el término en su propia noción de
periodismo cultural:
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
256
Yo lo definiría como el periodismo que tiene la suficiente capacidad de
apreciación para valorar las manifestaciones humanas más sublimes y
las expresiones artísticas más sutiles y delicadas, a fin de volverlas
compartibles.
Cabe mencionar que el periodista de Noticias Veintidós incluso fue más
excluyente que nosotros al acotar el campo del periodismo cultural sólo a las
artes más “sutiles y delicadas”.
A pesar de estas pequeñas paradojas, estos puntos de desencuentro
causados por el uso de la palabra sublime son de gran relevancia, porque
apuntan hacia una pregunta crucial: ¿qué hacer con los elementos negativos
de la cultura? La objeción de ambos editores responde a una premisa que
explicamos en el primer capítulo: el periodismo cultural se encarga de la
comunicación de las manifestaciones humanas sublimes; sin embargo, también
son de su interés aquellos elementos, fenómenos o prácticas, producto de la
misma cultura, que debido a que son contrarios al desarrollo humano deben
ser superados. El periodista cultural debe recordar que dichos elementos
negativos de la cultura, como los llamó Espinosa, también son producto de la
intimidad humana, es decir, fueron creados por el hombre al buscar éste algún
bien o la satisfacción de alguna necesidad. Cabe recordar que la cultura es un
cosmos complejo y siempre perfectible, en el cual hay contradicciones, excesos
y defectos. El análisis de los problemas culturales también entra dentro del
campo de acción del periodista cultural.
Una vez expuesto lo anterior, cabe destacar que algunos de los
entrevistados también expresaron una que otra discrepancia en lo que respecta
a nuestra propuesta del perfil del periodista cultural. Ariel González, por
ejemplo, rechazó la idea de que el colaborador y el periodista especializado
tuvieran diferencias significativas:
Yo no veo una diferencia entre colaboradores y periodistas
especializados en cultura. El ambiente en las redacciones está muy
mezclado. La verdad es que son muy raros los que hayan estudiado
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
257
periodismo en la parte cultural. Y eso pasa en todo el diario. Son
muchos los articulistas que no son periodistas, y muchos que son
reporteros no provienen de las filas del periodismo académico: no
estudiamos periodismo en alguna escuela. Yo por ejemplo, estudié
Economía.
De acuerdo con el editor, la presencia de académicos en las
redacciones resulta benéfica, pues éstos aportan una mirada fresca, que no
siempre es noticiosa, editorial o periodística.
En este apartado también caben las reservas de Bruno Bartra y de
Pablo Espinosa en lo que respecta al campo de trabajo del periodista cultural.
Bartra se mostró en contra de que el periodista se deje guiar por un concepto
amplio de cultura, pues, en su opinión, una acepción restringida le permite
reconocer su campo de trabajo. Por su parte, Espinosa trazó una línea entre el
periodismo de espectáculos y el cultural utilizando como criterio la intención de
lucro de los eventos culturales. Asimismo, limitó el campo del periodista cultural
todo espectáculo o evento que no tenga como objetivo ser un negocio, sino
que sea parte del consumo cultural.
Para Espinosa, el periodismo cultural no se diferencia del de
espectáculos en el enfoque, sino en el tipo de eventos o manifestaciones que
cubre cada uno. En el caso del cultural, las manifestaciones no deben ser
“comerciales” o tener al lucro como un objetivo principal.
5.1.3 Escenarios de oportunidad y retos del periodismo cultural
A lo largo de las entrevistas podemos encontrar aportaciones valiosas
que completan nuestra visión de la labor de un periodista cultural. Se trata de
ideas que no habíamos considerado anteriormente, así como de advertencias y
de consejos. A continuación haremos un breve recuento de ellas.
En cuanto al concepto que proponemos de cultura, Noé Cárdenas y
Miguel de la Cruz añadieron matices valiosos. El editor de Noticias Veintidós
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
258
definió a la cultura como un cosmos en constante cambio y movimiento,
mientras que el periodista de Canal 11 la concibió como un proceso. Ambos
términos ayudan a comprender la complejidad del espectro cultural, ligado al
lapso del tiempo y eternamente relacionado con lo que cada civilización creyó
que era el camino y las costumbres adecuadas para su perfeccionamiento. De
la Cruz negó que la cultura pudiera encerrarse en una definición, más bien
recomendó tener conciencia de una descripción de dicho proceso cultural.
Asimismo, hizo una nueva aportación a nuestro concepto de cultura, ya que
añadió la dimensión emotiva; es decir, lo que el hombre siente sobre sí mismo
y el mundo.
Con respecto a la finalidad del periodismo cultural también cabe
destacar algunas ideas valiosas. A la misión de proporcionar el conocimiento
que ayude a la sociedad a su toma de decisiones libre y solidaria, Bruno Bartra
agregó otro objetivo: tender puentes de comunicación dentro de la comunidad
cultural. De acuerdo con el coeditor de Reforma, el periodismo cultural también
tiene la finalidad de generar canales de comunicación entre el mismo sector
cultural, a fin de ampliarlo e impulsarlo. Bartra aseguró que un periodismo de
cultura que se centra en el análisis de la creación cultural del entorno (en lugar
de dejarse llevar por los chismes políticos) logra conectar a la comunidad
cultural y , en consecuencia, logra fortalecerla:
Su primer objetivo es la difusión. Una difusión que haga crecer y que
comunique al sector cultural. Hay dos matices: una parte es la difusión
dentro del sector cultural, y la otra, que es la principal, tiene que ver con
ampliar la comunidad cultural. El hecho de que la comunidad cultural
actual se encuentre desconectada y de que no crezca tanto se debe a
que gran parte de las secciones culturales de los periódicos se centran
más en la información sobre los chismes políticos.
Noé Cárdenas también añadió otro matiz digno de atención. Para el
editor de Noticias Veintidós, el periodista cultural no sólo debe hacer
compartible el conocimiento para el público no especializado; también debe
hacer todo lo posible por que la comunidad de intelectuales, literatos,
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
259
académicos y creadores comprendan otro tipo de manifestaciones culturales
que no entran en la categoría de las artes exquisitas, como es la cultura
popular. De esta forma, el periodista sirve de intermediario en la comunicación
que va de intelectuales a la sociedad, y de la sociedad a los intelectuales. Es
decir, se encuentra en medio de un proceso de comunicación bidireccional:
Es muy importante que se dé (la comunicación) en ambos sentidos. Esto
quiere decir que se debe volver compartible la alta cultura para la gente
que no goce de tanto nivel cultural y, a su vez, debes ayudar a las altas
esferas de académicos, artistas y círculos intelectuales a comprender el
valor de la cultura popular. Hay gente elitista que desprecia las
manifestaciones populares, pero como periodista debes hacérselas
compartibles y comprensibles a ellos. Es un proceso de dos sentidos, es
como un círculo, un ciclo.
Por su parte, René Avilés Fabila añadió una característica al perfil del
periodista cultural que no habíamos considerado: el conocimiento de las leyes
y reglamentos que tienen que ver con la vida cultural del país. De acuerdo con
el periodista y escritor, las políticas culturales del gobierno también entran
dentro del campo de acción del periodismo cultural, ya que le corresponde a
éste analizar su eficacia. Al respecto, Bruno Bartra agregó otro matiz, pues
señaló que el periodista cultural debe estar al tanto de las políticas culturales;
sin embargo no debe hacer de éstas el eje de su labor o de su publicación.
Según el editor de Reforma, el periodismo cultural debe poner a las políticas y
“chismes” culturales por debajo de la creación cultural.
Pablo Espinosa, a su vez, aconsejó el aprendizaje de lenguas
extranjeras, pues, en su opinión, éstas le permiten al periodista cultural obtener
información de primera mano, sin necesidad de acudir a traductores. El
conocimiento de idiomas como el inglés, el francés, el italiano y el alemán
ayudarán al periodista cultural a vencer las barreras del lenguaje, que
frecuentemente obstaculizan la investigación.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
260
En lo que respecta al campo de acción de esta rama periodística, Ariel
González hizo énfasis en la necesidad de ver más allá de las manifestaciones
culturales del Distrito Federal, así como de todo aquello que se nos presenta
como lo importante:
Falta mirar hacia otros temas y hacia otras localidades. Hay que superar
el chilanguismo en el periodismo cultural. Muchas veces se habla de una
cultura nacional, pero sólo se toma en cuenta a aquellas
manifestaciones del Distrito Federal. Tendríamos que ver lo que sucede
en los diferentes estados. Hay un mundo de cosas que no miramos por
estar pendientes de las que se nos ofrecen todos los días como “las
importantes”, y que muchas veces sólo responden a los intereses de las
editoriales, de las galerías, de un museo determinado, o espacio cultural
muy influyente.
Tanto González como Saavedra exhortaron a los jóvenes periodistas
culturales a impulsar la crítica y a luchar por espacios dentro de los medios de
comunicación. De acuerdo con Saavedra, “el periodista cultural es aquél que
rema contra la corriente”, pues pone en evidencia la falta del factor humano en
los contenidos mediáticos. Asimismo, varios entrevistados advirtieron sobre la
importancia de encontrar nuevos temas, y no sólo eso, sino de saber ofrecerlos
al público no especializado de una forma creativa y atractiva.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
261
Conclusiones Después de haber explorado el perfil del periodista cultural a través de la
definición de conceptos como persona humana y cultura, periodismo,
periodismo especializado y periodismo cultural y, posteriormente, haber
contrastado y enriquecido nuestra propuesta con las aportaciones de las
cabezas del periodismo cultural mexicano, ha llegado el momento de presentar
nuestras conclusiones.
En el primer apartado, titulado Conclusiones generales, expondremos
las ideas principales e inferencias, sustentadas en la bibliografía utilizada y en
las entrevistas realizadas, que nos permitieron delinear la silueta de lo que es o
debería ser el periodista cultural. En el segundo apartado, titulado El perfil del
periodista cultural, nos daremos a la tarea de integrar nuestra investigación
documental con las aportaciones de los entrevistados, a fin de presentar un
perfil más preciso del periodista cultural; es decir, las características, valores y
conocimientos que le permitirán desarrollarse como un profesional
especializado en cultura.
Nos parece importante aclarar la razón por la cual nuestra propuesta de
perfil del periodista cultural se encuentra precisada en el último apartado de las
conclusiones. Esto se debe a que dicha proposición es el resultado tanto de la
investigación documental como de las entrevistas realizadas.
Conclusiones generales
1. El periodismo tiene como principal misión la de servir al bien común. De
ahí que no pueda ser neutro. La objetividad reside en los métodos de
investigación utilizados por el periodista y en su reconocimiento de los
factores de interés periodísticos, más no en sus intenciones. Su labor
siempre será intencional.
2. La prudencia es hilo conductor de la labor periodística. Esta virtud es la
suma de los valores intelectuales y morales que le permitirá al periodista
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
262
encaminarse a la verdad y al bien común, así como alejarse de la falsa
neutralidad que cae en el relativismo y de otros vicios que sólo buscan
satisfacer intereses particulares.
3. El periodismo especializado surge como una respuesta a la parcelación
del conocimiento humano, así como para atender las necesidades
específicas de información de la persona. Tiene como objetivo ser puente
entre el saber y la sociedad, así como satisfacer la demanda de profundidad
y precisión por parte de la Sociedad de la Información.
4. La característica principal del periodismo especializado no es la
delimitación temática, sino el uso de las técnicas del periodismo de
investigación, así como el cambio en los objetivos y métodos profesionales.
El periodismo especializado significa el salto del generalismo a un nuevo
paradigma profesional, cuya profundidad y análisis acerca a especialistas y
al público no especializado.
5. Por sus características inherentes, el periodismo especializado impulsa
la responsabilidad social, porque ofrece contenidos de mayor calidad.
Asimismo, genera desarrollo dentro de los sectores del saber, gracias a que
los conecta entre sí y con la sociedad. Por sus notas definitorias, permite
dar el salto de la información al conocimiento.
6. Un periodista especializado no es lo mismo que un académico o
especialista colaborador. El periodista, al especializarse en un ámbito
temático, se convierte en experto en la comunicación de dicha parcela del
conocimiento, más no en un especialista de dicho objeto de estudio. El
intelectual es aquél que desarrolla las ideas por las ideas, mientras que el
periodista especializado siempre tiene en mente las necesidades del
público lector, es decir, es el intermediario entre el experto y el público.
7. El periodismo cultural mexicano enfrenta tres dificultades principales: la
elaboración de su definición, el delineamiento del tipo de formación que
deben poseer sus periodistas y la delimitación de su campo de estudio.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
263
Para resolver dichos problemas resulta necesario tener un concepto de
cultura que permita explorar el complejo fenómeno cultural en todas sus
dimensiones. Uno de los caminos para lograrlo es utilizar como sustento el
concepto de cultura que ofrece la antropología filosófica, pues:
a) Permite elaborar una definición de periodismo cultural flexible e
inclusiva, al mismo tiempo que apunta al deber ser: comunicación de
las manifestaciones humanas sublimes.
b) Al surgir de las notas características de la persona humana, y debido
a que constituye un regreso a sus raíces etimológicas, ayuda al
periodismo cultural a delinear su campo de acción sin caer en el
reduccionismo ilustrado (al incluir sólo las bellas artes) ni en el “todo
es cultura”.
c) Aporta al periodismo cultural enfoques y puntos de referencia para el
análisis de las manifestaciones culturales.
d) A través de los cuadrantes culturales expuestos por Carlos Llano (lo
que el hombre piensa, hace y siente sobre sí mismo y sobre el
mundo), así como de sus ideas sobre lo que debería ser la jerarquía
de dichos cuadrantes, abre horizontes temáticos y le proporciona un
marco de referencia para el análisis e identificación de los fenómenos
culturales.
8. El periodismo cultural no se distingue por su delimitación temática, sino
por el enfoque con el cual aborde los temas. Dicho enfoque estará
caracterizado por analizar los fenómenos culturales desde el punto de vista
humano, del cual podrá surgir posteriormente un análisis artístico, político,
económico o social.
9. Una concepción antropológica filosófica de cultura ayuda al periodismo
cultural a evitar los reduccionismos, el relativismo y el mercantilismo o
simple promoción de productos, así como los enfoques superficiales o de
farándula. Asimismo, ayuda a su correcta difusión, propiciando el desarrollo
del sector cultural.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
264
Propuesta del perfil del periodista cultural
Una vez expuestas las premisas que sustentan nuestra propuesta, ahora
nos daremos a la tarea de delinear el perfil del periodista cultural, tomando en
cuenta tanto nuestra investigación documental como las aportaciones de los
periodistas culturales entrevistados. Al respecto, concluimos que:
1. El periodista cultural debe saber que, primero que nada, es un periodista
y que, como tal, está al servicio de la persona humana. La primera
característica de cualquier periodista es el conocimiento de la finalidad de
su labor, lo cual evitará que realice un trabajo neutro, insípido y propenso al
relativismo.
2. El periodista cultural debe poseer la formación de cualquier profesional
del periodismo, que engloba ciertos conocimientos, habilidades y virtudes.
Dichas competencias son:
a) Prudencia: La prudencia es la suma de los valores cognoscitivos y
éticos. Dicha virtud hace que el periodista utilice correctamente sus
conocimientos y habilidades, además de que lo hace consciente de
sus actos. Da cauce a su labor, pues exige la búsqueda de la verdad
como fundamento para la acción. La prudencia engloba la capacidad
de discernimiento, de previsión y el pensamiento crítico y mesurado.
Tres cualidades esenciales dentro del trabajo periodístico.
b) Vocación: La pasión por su trabajo será la que impulse al periodista
a encontrar la verdad, a librar los obstáculos para llegar a ella y a
defenderla por encima de intereses particulares. El periodista debe
tener un “sentido de misión y de servicio”.
c) Estudio constante, alma de historiador, buena memoria, capacidad
de documentación y de asociación de acontecimientos pasados con
el presente y con el futuro. Su interés por el pasado le permitirá
contextualizar sus contenidos y comprender las causas de los
acontecimientos actuales.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
265
d) Curiosidad, creatividad, intuición, capacidad autodidacta y de
observación, conocimiento de la agenda informativa y de las nuevas
tecnologías.
e) Conocimiento y dominio del idioma y de su estructura literaria,
gramatical, ortográfica y sintáctica. Es esencial que el periodista sepa
comunicarse, que tenga un estilo claro y conciso.
f) Formación ética: el periodista debe poseer un conjunto de valores
que encaminen sus decisiones y juicios. Por su naturaleza, el
periodismo no puede deshacerse de su dimensión moral. Debe
practicar la fortaleza, la templanza y, en especial, la justicia, virtudes
cardinales fundamentadas en la prudencia que lo impulsan a la
verdad y al bien. Asimismo, es esencial que cultive la empatía, a fin
de ser capaz del encuentro con el Otro.
g) Otras virtudes que deben regular el carácter del periodista son: el
respeto (a la persona, a la patria, a la naturaleza y a la vida), la
honestidad, la responsabilidad, la humildad, la diligencia, la
solidaridad y la determinación.
h) Finalmente, el periodista cultural debe estar consciente de que la
profesión periodística es precisamente eso: una profesión, con todo
un conjunto de conocimientos detrás, y no sólo un conjunto de
habilidades técnicas.
De la riqueza ética surgirá el carácter magnánimo a que hace referencia
Galdón y que impulsa al periodista a desarrollar un sentido de “misión
creadora”, a retar al conformismo y a generar cambios.
3. El periodista cultural, como profesional especializado, es el intermediario
entre el conocimiento cultural y la sociedad. A fin de cumplir dicha misión,
su trabajo se caracterizará por:
a) Un cambio en su actitud profesional y en su metodología laboral:
preferencia por la profundidad y rigor, en lugar de la inmediatez y
exclusividad. Uso de las técnicas del periodismo de investigación,
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
266
alto nivel de documentación para elaborar textos interpretativos,
carácter selectivo y contacto directo con fuentes especializadas.
b) Un cambio en sus objetivos profesionales: el periodista especializado
es aquél que tiene como metas principales el informar y formar a
audiencias sectoriales, contextualizando y profundizando en las
causas y consecuencias de los sucesos. Otro de sus objetivos es
convertirse en un experto comunicador en su área temática; en este,
caso, en el área cultural.
c) Una formación en un campo temático determinado, como valor
añadido a su trabajo. La especialización en una parcela del saber no
significa la limitación del conocimiento. El periodista especializado
debe poseer todos los conocimientos, habilidades y valores de un
periodista generalista. Su especialización es una formación añadida,
más no una limitante. Debe poseer una triple formación: la de un
periodista generalista (conocimientos y ética), la de su campo
determinado, y la que le proporcione el estudio constante.
d) La decodificación de los mensajes y el uso de un lenguaje accesible.
El periodista especializado no debe olvidar que su labor es comunicar
conocimiento al público no especializado. En el momento en que
pierde de vista las necesidades de la audiencia, su trabajo deviene
en contenidos incomprensibles y poco efectivos.
4. El periodista cultural, sea cual sea su subespecialización (danza,
música, historia, etc.), se caracteriza por una forma particular de mirar la
huella humana en el mundo. Los atributos que, en conjunto, le permiten
cultivar ese tipo de mirada son:
a) Un espíritu humanista: Así como el periodista económico debe ser
conocedor de Economía y el periodista político de Política, el
periodista cultural debe ser conocedor de lo humano; de la huella del
ser humano en el mundo.
b) Conocimiento antropológico filosófico de lo que es cultura y persona:
Un periodista cultural no puede ser conocedor de las manifestaciones
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
267
humanas si no tiene claro los conceptos de persona humana y de
cultura. De ahí la importancia de la base antropológica filosófica.
c) Conocimientos de cultura general y de literatura: No es necesario que
el periodista cultural sea todólogo, pero sí debe estar abierto a mucha
información. Asimismo, debe ser un asiduo lector de los clásicos
literarios.
d) Mente creativa, sensibilidad y gran capacidad de asombro: el
periodista cultural debe poseer un cierto “sexto sentido” para
identificar lo bello o trascendente en lo aparentemente
“insignificante”. Su creatividad le permitirá encontrar formas atractivas
de transmitir un mensaje y de describir atmósferas y de explorar
matices, enfoques y colores.
e) Carácter introspectivo y crítico: Una de las funciones principales del
periodista cultural es explicar y analizar. La introspección y el sentido
crítico lo impulsarán a no quedarse con lo superficial o frívolo, sino ir
en busca de la esencia de los objetos, obras o manifestaciones.
f) Conocimiento de las fuentes culturales privadas y gubernamentales
de su país, así como la elaboración de una agenda de expertos.
g) Conocimiento de los géneros periodísticos y literarios. Capacidad
para combinar ambos y desarrollar un estilo de escritura atractivo que
logre tocar fibras sensibles del público.
h) Capacidad para vincular épocas, corrientes, obras, culturas e ideas:
El periodista cultural debe ser capaz de traer al presente asuntos del
pasado, con un giro de actualidad. Asimismo, debe estar consciente
de la conexión de sociedades, de culturas, de eventos, de personas,
corrientes y obras.
i) Forma de pensar incluyente y tolerante, que evite los prejuicios: es
necesario que el periodista cultural cultive un pensamiento integrador
y abierto, concentrado en lo único y valioso de cada cultura. Esto
evitará caer en el localismo, al darle importancia también a otro tipo
de manifestaciones culturales.
j) Conocimiento y experiencia en algún campo cultural: El periodista
cultural podrá comprender y comunicar mejor una manifestación o
práctica cultural que él mismo experimente.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
268
k) Conocimiento de las políticas, leyes y reglamentos que tengan que
ver con la cultura: La gestión cultural del gobierno, así como el marco
legal que regula la cultura de un país también deben formar parte del
quehacer del periodista cultural; sin embargo, debe darle prioridad a
la creación, a fin de no convertirse en un comunicador de chismes
políticos.
l) Aprendizaje de lenguas extranjeras, como el francés, inglés, alemán
e italiano.
5. El periodista cultural es el intermediario entre intelectuales y el público
especializado, es el puente que permite la comunicación del sector cultural
con la sociedad y vicerversa. Por tanto, debe evitar caer en el
intelectualismo.
6. Los conceptos de cultura y persona humana que aporta la antropología
filosófica le ayudan al periodista cultural a desarrollar las características
antes citadas, ya que desarrollan su espíritu humanista, crítico e
introspectivo, además de dotarlo de un marco de referencia para
seleccionar, analizar, juzgar, elaborar y difundir las manifestaciones
culturales. Asimismo, le proporciona una definición de cultura flexible, lo
cual enriquece el espectro temático.
El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
269
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El perfil del periodista cultural. Análisis y propuesta desde una perspectiva humanista
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ANEXOS
ANEXO 1
Cuestionario base para entrevistas
1.- ¿Cómo define usted a la cultura? 2.- ¿Qué relación tiene ésta con el periodismo? 3.- ¿Qué es el periodismo cultural? 4.- ¿Cuál es la función del periodismo cultural? 5.- ¿El periodismo cultural tiene la función de informar sobre la cultura, de crearla, o de ambas? 6.-.- ¿Cuál es el campo de acción del periodismo cultural y qué lo distingue del periodismo de espectáculos? 7.- ¿Qué perfil deberá tener un periodista cultural?, ¿qué tipo de formación académica es la ideal? 8.- ¿Qué tan importante es la formación ética para un periodista cultural? 9.- ¿Considera importante que el periodista cultural tenga conocimientos de antropología filosófica?, ¿Cree que conceptos antropológicos como el de hombre y cultura ayudan a su trabajo?, ¿de qué forma? 10.- ¿Cuál es la importancia del periodismo cultural? ¿qué le aporta a la sociedad? 11.- ¿A qué retos se enfrenta el periodista cultural en la actualidad? 12.- ¿Por qué se considera que el periodismo cultural es una rama de elite?, ¿Considera que el periodista cultural debe hacer más asequible la información cultural para el público en general? O ¿Considera que esto sería “vulgarizar” los contenidos culturales? 13.- ¿Qué recomendaciones le daría a los jóvenes que desean ser periodistas culturales?
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