Viernes Con Araya Exegesis de Juan 5...Del Autor Aleman

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XEGESIS

EXGESIS

DE

JUAN 5, 1-18

SEGN LA OBRA

EL EVANGELIO SEGN SAN JUAN

DE

RUDOLF SCHNACKENBURG

alumno:

Patricio Gmez Valles

1. Delimitacin de la percopa.

El pasaje que nos ocupa es Juan 5, 1-18, que la Biblia de Jerusaln titula Curacin de un enfermo en la piscina de Betseba. La cuestin es que para nuestro autor hay dudas con respecto a la ubicacin del pasaje, y propone trastocar el orden de los captulo 5 y 6. Se aducen razones como que 6,1 enlaza mejor con 4, 58. Y se aduce que para el sentido de pasajes del captulo 7 es ms natural entender que a ste le precede el captulo 5.

Estamos ante el fenmeno del desplazamiento, en todo caso la percopa queda bien delimitada. Su comienzo (5, 1) muestra que comienza algo nuevo de lo anterior: Despus de esto.... Y en 5, 19 comienza un discurso largo de Jess que hace notar que la narracin precedente se ha acabado.

Schnackenburg estudiar el captulo 5 despus del 6 y antes del 7.

2. Contexto.

Dentro del evangelio de Juan nos encontramos con un pasaje inserto dentro del libro de los signos. Se nos est ofreciendo la historia de una curacin de Jess que va a estar enmarcada dentro del contexto legalista judo, ante el que Jess se enfrenta.

Dentro del ministerio de Jess se nos est presentando su actividad en Jerusaln o en sus cercanas. Aqu resuenan los problemas de la comunidad jonica con el entorno al que se enfrenta (o incluso resuenan problemas internos a la hora de atender a las demandas literales de la antigua Ley). As Jess tiene una polmica en el pasaje que a los lectores de entonces le resultaba, probablemente, paralela alas que ellos podran tener ante la animosidad de los judos de entonces.

Hay una clara finalidad polmico-apologtica sobre la cual est la revelacin positiva de Cristo y su importancia para la salvacin de los hombres.

3. Gnero literario. Estructura.

El gnero es claramente una narracin. Se nos est narrando una curacin milagrosa de Jess. Ahora bien, desde 9b, por ms que contine la narracin, ya se nos est narrando otra cosa: la polmica del sbado. Nuestro autor, en su estudio, distingue un primer momento desde 5, 1-15. Y luego desde 5, 16-30. La cosa quedara as:

I. La curacin del enfermo en la piscina de Betzab (5, 1-15).

1. El relato de la curacin 5, 1-9b.

2. Las consecuencias de la curacin en sbado, 5, 9c-15.

II. La persecucin de Jess por parte de los judos (5, 1618)

El autor estudia en esta seccin 5, 16-30, porque incluye el discurso sobre la plena facultad del Hijo para dar vida y juzgar.

4. Fuentes de la percopa.

Segn Schnackenburg, las semejanzas de esta historia con el relato sinptico de la curacin del tullido ha llamado siempre la atencin. San Juan Crisstomo conoce la opinin de que el hombre curado en la piscina de Betzat sera el mismo paraltico de Mateo 9, 1-8, pero hoy se duda. Sin embargo, el evangelista s parece tener cierto conocimiento del material sinptico, y podra estar influido por tal material, sobre todo en cuanto a lo que respecta al conflicto sabtico.

5. Comentario exegtico de la percopa.

El relato de la curacin: 5, 1-9b

(5,1. Tras el despus inicial se inicia una nueva seccin. Se nos habla de una nueva visita de Jess a Jerusaln por motivo de una fiesta de la que no se nos dice nada ms. Tampoco se interesa el evangelista por esto demasiado: lo importante es que tal fiesta sirve como marco para Jess y su revelacin.

(5,2. El lugar de Jerusaln donde se realiza la curacin fue desde antiguo venerado, y ha sido redescubierto por los arquelogos. El marco urbano ms que geogrfico- es perfectamente real.

(5, 3-4. Haba alli, en los prticos, muchos enfermos. Del hombre que ser curado se nos dice su edad, 38 aos, pero no qu enfermedad en concreto padeca. Curiosamente aparecen unas palabras muy raras en Juan, lo que quizs indique la existencia de alguna fuente prejonica.

Se supona que all se producan curaciones milagrosas, que los copistas primitivos glosaron a travs del v. 4, donde se nos narra la intervencin del ngel del Seor, lo cual refleja el sentimiento piadoso y milagrero de aquella poca. Glosa que no entr en los mejores manuscritos.

(5, 5-9. Que el hombre tuviera 38 aos es algo que preocup desde la poca patrstica, ya que bajo tal cifra se buscan referecias simblicas, como los 38 aos de peregrinacin por el desierto (Dt 2, 14). El hombre enfermo sera como un smbolo del pueblo judo.

Jess ya saba del largo tiempo de enfermedad (nico aadido del evangelista), y toma la iniciativa preguntando: Quieres recobrar la salud? v. 6. El hombre entiende esto como ofrecimiento de ayuda por parte de Jess. El hombre le narra a Jess sus anhelos de curacin, cmo querra l curarse, y le dice que no puede hacerlo por su incapacidad. Jess pasa a la accin y cura al hombre directamente. Vemos cmo Jess se muestra obrando muy por encima de nuestras expectativas.

Jess ordena al curar. Levntate, toma tu camilla y anda (v. 8). Es el mismo estilo (prcticamente un paralelo) de la curacin del tullido en Mc 2, 9-11 y paralelos. Se sigue el tpico: curacin de Jess (por medio de una orden, de un estilo imperativo l es el Seor-), y realizacin inmediata de la curacin. El hombre recobr la salud, tom su camilla y se puso a andar. Y aqu se entronca, en este momento dramtica con el que culmina la exitosa curacin, con la exposicin ulterior.

Las consecuencias de la curacin en sbado: 5, 9c-15(5, 9c-10. Ahora es cuando se nos advierte de que el da era sbado, y (en un parntesis) se pone al corriente al lector de lo problemtica que para los judos resultaba aquella accin de Jess. El conflicto con los judos est servido, y esto desembocar en el posterior discurso de revelacin (5, 19-47).

La cuestin est en que Jess ha ordenado al hombre que llevara su camilla, tal trabajo estaba prohibido en sbado. Se les llama judos, sin ms especificacin. Ya que la orden fue dada por Jess, ste ha sido el transgresor de la Ley.

Da la impresin de que Jess provoca, pues l sabe en qu contexto se mueve. Pero as el evangelista puede probar que Jess slo est atado a la voluntad del Padre, y que debe trabajar cuando ve trabajar al Padre, sin importar otra cosa (v. 17).

A la par Juan est reconociendo tambin la funcin provocadora de la revelacin para cuantos estn, como los judos de la narracin, aprisionados en el pensamiento humano.

(5, 11-13. A continuacin se desarrolla una escena dramtica. El sanado es interrogado, pero no sabe quin le ha curado. Se crea un pequeo intermezzo que prepara el golpe de efecto de lo que va a seguir, el nuevo encuentro con Jess del hombre sanado.

(5, 14. Sorprende que Jess le diga no peques ms al hombre sanado. Ahora es cuando hay alusin sobre la culpa personal de este hombre: la idea es que junto con la curacin fsica tambin ha otorgado Jess el perdn de los pecados. La voluntad del Padre de perdonar obliga al Hijo a trabajar (v. 17). Lo peor que puede ocurrir (desde una clave de lectura cristiana) sera la prdida de la vida verdadera y permanente junto a Dios (v. 14).

La cuestin es que la obra de curacin externa es smbolo de la obra mayor: transmisin de la vida eterna. La amenaza al mal mayor sera una referencia al juicio.

(5, 15. El hombre va a los judos y ya les puede dar el nombre de Jess, la informacin que ellos queran. Psicolgicamente esto puede plantear el problema de cmo puede el hombre sanado denunciar a su benefactor? Pero podemos entender que es un recurso del escritor para lograr el enfrentamiento entre Jess y los judos.

A continuacin se inaugura una de las partes ms profundas de Juan. Jess se autodesignar como el Hijo, que ejerce la funcin originaria y exclusiva de Dios de comunicar vida, de hacer patente el esfuerzo de Dios a favor del hombre.

(5, 16. Parece quedar claro que la enemistad con Jess la causa el celo de ste por Dios y su actuacin salvfica por encargo divino. Se dice que lo perseguan por violar el sbado, pero ni les impresiona el milagro ni se toman medidas contra l. Lo que se quiere destacar es que la base de la animosidad contra l se fundamenta en un no tener sentido de Dios.

(5, 17. Jess rechaza su culpabilidad como trangresor del sbado. Invoca el favor de Dios mismo, que sigue trabajando. No argumenta desde un liberarse dela casustica rabnica, sino que se arguye directamente a Dios y a su incesante actividad. La idea es sta: Jess hace lo mismo que su Padre: trabaja en sbado, se trata de la soberana del Hijo que no puede obrar ms que como el Padre y en estrecha comunin con l.

El Padre se compadece del enfermo y le perdona su culpa, por lo que tambin Jess acta y le otorga la salud y la vida.. Claro que esta estrecha vinculacin no se descubre hasta el v. 19.

(5, 18. Los judos parecen comprender qu est pasando y le reprochan la impiedad de hacerse igual a Dios. Esto no era posible en tiempos de Jess, Jess atendiendo a los sinpticos- no se habra designado abiertamente como Hijo de Dios. La disputa indica la comprensin de la comunidad cristiana.

El motivo de que se persiga a Jess sera, pues, la pretensin inaudita de Jess de ser el Hijo de Dios (para Juan). Esto sera intolerable a los odos incrdulos. La cuestin se agravara, para los judos, ya que estos entenderan que el meollo del problema radicaba en que Jess pretenda una filiacin singular con Dios en virtud de la cual tendra derecho a ejercer la misma actividad permanente que su Padre. Esto positivado- sera lo que confesaba la comunidad jonica. Jess no se pone el primero, no se pone en el lugar de Dios, sino que por el obrar del Padre se siente impulsado a su propia accin. En este sentido los judos no podan acusar a Jess de una autoexaltacin independiente, lo cual les hara a Jesus ms incomprensible. Es decir, incomprensible para aquellos que no tuvieran las claves de la comunidad.

BIBLIOGRAFA UTILIZADA:

Schnackenburg, R.: EL EVANGELIO SEGN SAN JUAN II; Herder, Barcelona, 1980.

BIBLIA DE JERUSALN; Descle de Brouwer, Bilbao, 1999.