Mal de escuela

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Mal de escuela

Daniel Pennac

• El libro de Mal de escuela comienza presentando a un niño que, durante su etapa de escolarización, fue considerado como un “zoquete”.

• Además, sus padres lo comparaban con el resto de hermanos, que sacaban muy buenas notas.

• En cambio nuestro protagonista no hacía otra cosa que distraerse y, por supuesto, suspender.

• Transcurrida la primera parte del libro, podemos darnos cuenta que ese gran “zoquete” del que el libro nos hablaba, es hoy un profesor excelente, que nos regala a los lectores unas palabras que no tienen desperdicio…

• “Los profesores que me salvaron y que hicieron de mi un maestro, no estaban formados para hacerlo. No se preocupaban de los orígenes de mi incapacidad escolar, no perdieron el tiempo buscando las causas ni sermoneándome. Eran adultos enfrentados a adolescentes en peligro.”

• Menciona a una de sus alumnas, Nathalie, que le recordaba a aquella época cuando era pequeño.

• La niña se desmoralizaba, porque pensaba que no llegaría al ritmo del resto de la clase…

• “ agua sucia en el cráneo” decía ella que tenía en su interior…

• A esto, nuestro “zoquete” le responde afirmando que no cree que tenga nada de eso…todo lo contrario, un buen cerebro, excepcional, incluso.

• “ nuestros malos alumnos nunca van solos a la escuela”.

• Aquí hace referencia al término alumno-cebolla, esto es, que el niño tiene una gran cantidad de capas de pesadumbre, de miedo, de inquietud, de rencor, de cólera, de deseos insatisfechos, de furiosas renuncias acumuladas sobre un fondo de vergonzoso pasado, de presente amenazador y de futuro condenado.

• La clase sólo se puede empezar cuando la cebolla ha sido pelada.

• “ Sólo basta una mirada, una palabra amable, una frase de adulto confiado, claro y estable para disolver esos pesares, aliviar esos espíritus, instalarlos en un presente indicativo.”

• También nos muestra su desacuerdo con los internados.

• Por experiencia propia, claro está, ya que él estuvo en uno de ellos, donde notó la falta de cariño paternal.

• Otro de los puntos importantes que relataba en su obra, centraba su atención en el miedo del alumnado al futuro que les esperaba…

• “ La expresión “llegar a ser algo”, paraliza a los alumnos, porque expresa la inquietud o reprobación de los adultos.

• Cuando mis profesores me aseguraban que no llegaría a ser nada, al escucharles no podía hacerme la menor representación del tiempo, sencillamente, les creía…

• … pero siendo ya profesor, supe por instinto que era inútil blandir el futuro ante las narices de mis peores alumnos. A cada día su afán, a cada hora en esa jornada siempre que estemos plenamente presentes, juntos.”

• Hasta que por fin llegó el profesor de francés. Un hombre que vería en ese niño “zoquete”, un proyecto con el que trabajar.

• Su primera tarea, sería la de escribir una novela.

• ¡Por primera vez, nuestro protagonista estaba motivado en el desempeño de un trabajo!

• “ por primera vez, en toda mi escolaridad, un profesor me concedía un estatuto. Existía escolarmente para alguien.”

• Seguidamente, nos habla de su afición a la lectura y de un aliciente que recuerda como la mayor de las motivaciones por conseguir acabar sus estudios. EL AMOR.

• Gracias a sentirse enamorado y, además correspondido, consiguió sacar adelante sus estudios, su carrera, escribió su primera novela…

• “Soltar la pluma, volar con mis propias alas, por mi propio cielo. No quería nada más. Y que mi amiga siguiera amándome.”

• La siguiente parte del libro, comienza con una pesimista frase, citada por uno de los alumnos de nuestro profesor “ zoquete”

• “NO LO CONSEGUIRÉ”

A partir de este momento, nuestro maestro decide colocar a ese alumno en la pizarra, para proceder a escribir dicha horrible frase…

• Al principio la escribe de manera incorrecta, con faltas de ortografía y errores gramaticales.

• Y es en este momento cuando el grupo de alumnos empieza a aprender, consiguiendo finalmente, escribir la frase correctamente.

• Al final ese niño que no iba a conseguirlo nunca, llegó a Educación Secundaria… lo logró aunque no se lo imaginara.

• “ Nunca es demasiado tarde para empezar de cero, ¡ se piense lo que se piense los imperativos del programa!

• Otro recurso que utilizaba nuestro docente, era el dictado.

• Los niños se quejaban de que siempre sacaban un cero en ellos.

• Tras estas afirmaciones, decide realizar un dictado improvisado, tratando el problema de los ceros.

• Al término de éste, pregunta cuáles son los verbos, sus conjugaciones y toda una serie de conexiones para integrar lo que habían estudiado.

• ¡Y LO SABÍAN HACER!

• Como tarea para casa, el maestro mandaba a sus niños la realización de un dictado con palabras que hubiesen estudiado ese día concreto.

• Además jugaban con la poesía y su memorización.

• Los alumnos se estaban dando cuenta de que estaban aprendiendo y, sobretodo que estaban disfrutando con ello.

• “Hacían nacer entre ellos un clima de confianza lúdica, que fortalecía el espíritu de seriedad en cada uno de ellos. Habían terminado con el miedo. Era su modo de decirlo, de exclamar “¡por fin!””

• También nos cuenta otra de sus experiencias como profesional docente. Ésta iba a ser un poco más complicada, ya que trataba con niños con problemas de delincuencia y drogas.

• Nos resume así su visión de trabajo…

• “ Parte de mi oficio consistía en convencer a mis alumnos más abandonados por ellos mismos, de que la cortesía predispone a la reflexión más que a una buena bofetada, de que la vida en comunidad compromete, de que el día y la hora de entrega de un ejercicio no son negociables, de que unos deberes hechos de cualquier modo, deben repetirse para el día siguiente, pero nunca jamás ni mis colegas ni yo les dejaríamos en la cuneta…

• … para que lo pudieran lograr, era preciso enseñarles de nuevo la propia noción del esfuerzo, devolverles el gusto por la soledad y el silencio y, sobretodo, el dominio del tiempo, del aburrimiento, pues.”

• REFLEXIÓN PERSONAL

• Siento no haber sido capaz de resumir con mis propias palabras un libro tan sumamente bueno.

• Tal vez por este motivo no me haya atrevido a hacerlo.

• Me han encantado todas las experiencias que nos cuenta el protagonista de la obra…

• … sobretodo a la hora de valorar a nuestros niños y niñas.

• Cada sujeto tiene un infinito repertorio de posibilidades dentro de sí. Y es tarea de los maestros y maestras potenciarla para sacar el máximo de las personas.

• Por otro lado, me ha gustado mucho que nos hablara de su infancia, ya que con su experiencia vivida y sufrida directamente ha sabido qué hacer y qué no hacer con sus estudiantes.

• Es difícil que un “zoquete” acabe llegando tal alto… supongo que por eso, nuestro autor querrá reflejar este aspecto de tal manera que nos haga llegar a los lectores y, especialmente, a los profesores y profesoras, la importancia de no abandonar nunca a nuestros niños, la necesidad de estar pendientes de ellos para guiarles por el camino correcto.

• Para terminar con mi resumen, me gustaría añadir un párrafo del libro que me ha gustado mucho.

• Espero que sintáis lo mismo que yo al leerlo.

• “Armados con esa pasión, vinieron a buscarme al fondo de mi desaliento y sólo me soltaron una vez que tuve ambos pies sólidamente puestos en sus clases, que resultaron ser la antecámara de mi vida.

• No es que se interesaran por mí más que por los otros, no. Tomaban en consideración tanto a sus buenos como a sus malos alumnos y sabían reanimar a los segundos el deseo de comprender…

• … Acompañaban paso a paso nuestros esfuerzos, se alegraban de nuestros progresos, no se impacientaban por nuestras lentitudes, nunca consideraban nuestros fracasos como una injuria personal y se mostraban con nosotros, de una exigencia tanto más rigurosa, cuanto estaba basada en la calidad, la constancia y la generosidad de su propio trabajo.”

FIN

Trabajo realizado por:

Elena Blasco Cortés

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