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EL TRABAJO MÁS AMBICIOSO DE LUIS ROYO

Luis Royo

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EL TRABAJO

MÁS

AMBICIOSO

DE LUIS

ROYO

Su carrera profesional le ha llevado a alcanzar un gran éxito a nivel

internacional y un fuerte reconocimiento debido a la revolución

que ha causado en el mundo de la Ilustración. Más allá de sus

contenidos, de su estilo inconfundible, respira fuerza, y al mismo

tiempo, irradia una frágil transparencia. Caracterizado por un

tratamiento especial a la figura humana, especialmente a las

mujeres, junto con un tratamiento único del color desde las

gamas más saturadas hasta los contrastes de grises con algún

toque intenso que contribuyen a crear fascinación y admiración, a

la vez que a penetrar en sus complejos paisajes. Sin embargo, es

importante plantearse determinadas cuestiones: ¿De dónde viene

su inspiración? ¿Cuál o cuáles han sido sus puntos de partida a la

hora de realizar sus fantásticas Obras de Arte? Y, ¿qué podemos

decir acerca de sus musas? ¿En qué momento empezó su pasión

por el arte? Estas incógnitas planteadas realmente sólo nos las

puede resolver el propio autor. No obstante, podemos hacer una

recopilación biográfica desde su temprana edad hasta nuestros

días para intentar explicar el porqué y el cómo de todo este

trabajo y cuáles han sido los obstáculos a los que se ha enfrentado

mientras perseguía sus sueños.

Como ya sabemos, nació en Olalla (Teruel), en 1954,

envuelto en un país gris y oscuro, en un ambiente

infausto, rodeado de caras mustias debido a las

secuelas que había dejado la guerra. Se puede decir

que no fue hasta los siete años cuando empezó a conocer de

verdad el mundo; sí, hasta ese momento había vivido encerrado

en su pueblecito, en un hogar húmedo y miserable, un lugar del

que no encuentra ya en su madurez casi ninguna imagen para

el recuerdo. De manera que se trasladó a Zaragoza, a la vivienda

de una portería, a un nuevo hogar, a un nuevo barrio. Era un

pequeño piso de no más de 30 metros cuadrados, con una

ventana en una de las habitaciones donde tenía una panorámica

de prácticamente toda la ciudad. En ese momento sus ojos se

perdieron en el horizonte.

De la escuela recordaba aquellos grandes ventanales que le

llevaban al patio exterior. Unos ventanales donde junto a los

niños, calcaban figuras. Aquí empezó su afición y entusiasmo en el

dibujo, poniendo una hoja en blanco en el cristal y empezando a

calcar. Para aquel niño, la ventana se convirtió en una Diosa.

Pasaba horas y horas pegado al cristal y nunca se había sentido

tan bien como en aquellos ratos en los que veía aparecer en las

hojas en

blanco una figura tras otra, fruto de su buen manejo con el lápiz;

esto era lo que le hacía feliz.

Los años pasaban y pasaban con los ojos colocados en ese

horizonte urbano, revoloteando por los puntos oscuros de las

miles de ventanas de la ciudad. Incluso llegó a inventar personas y

mundos imaginarios en cada uno de esos puntos.

Llegó la adolescencia y vagabundeaba por las discotecas en

aquellas noches oscuras. Sentado en un rincón se vio deslumbrado

por las luces multicolores de la pista de una ventana que despertó

todos sus sentidos. En el fondo de esa ventana, una muchacha

joven bailaba al ritmo de la música, en un vestido corto. De nuevo

el mundo le llegaba por una ventana, aunque en este caso se

trataba más bien de una ventana de luces que le había dejado

atónito.

¿Será ciertamente el motivo real por su extraña afición a la

representación de rostros femeninos grotescos, expresivos, que

muestran los rasgos característicos de una mujer, en su máximo

esplendor? Parece ser que sí, puesto que finalmente logró la

conquista de esta jovencita que le llevó a la creación de

constantes dibujos y pinturas. Posteriormente se cambió de nuevo

de vivienda, y se mudó a la periferia de la ciudad; allí, de nuevo,

una ventana le devolvió al mundo gris cuyo horizonte estaba

rodeado de chimeneas y de talleres. De nuevo, colocó un gran

lienzo en la habitación, dibujó una retícula en el cristal, y como

cuando era niño, calcó y pintó en gris la triste ciudad. Pasaban los

años, y su vida giraba en torno a tres ventanas: la real, con vistas

de humo de chimeneas de fábrica; la blanca del papel para la

fantasía; y la negra de la pizarra de su hijo, para potenciar la

imaginación infantil.

Poco a poco los dibujos y pinturas fueron llenando cajones ¿Pero

cuándo fue realmente el momento clave que le llevaría a alcanzar

el éxito? Fue cuando todas estas ilustraciones comenzaron a ser

reconocidas y valoradas y empezaron a publicarse en numerosas

revistas nacionales. Estos dibujos aportaron dinero a la familia y se

trasladaron a vivir a Francia, en un lugar cercano a la playa, para

poder ver el horizonte, y cómo el cielo besaba el mar. Pero ya los

ojos habían perdido la capacidad de mirar tan lejos, pues ya se

había acostumbrado a vivir atrapado en los lienzos blancos y

papeles, obsesionados en convertirlos en miles de imágenes que

ya se estaban publicando mundialmente. La ventana era ese papel

blanco que le podía transportar una y otra vez a universos

imaginarios y le permitía la creación de una fantasía tras otra.

Asfixiado y sin saber por qué, volvió a la ciudad en la cual pasó su

infancia, con las ansias locas de vivir en un piso alto donde pudiera

volver a encontrar el horizonte de la infancia y alimentar de este

modo su retina. Aquella ventana le llenó de paz, pero no logró que

reviviera esos sueños. Seguía convirtiendo en ventanas, aquellos

papeles blancos, de manera que los sueños de papel se iban

sucediendo y pasaba más tiempo

dentro de ellos que fuera. Y poco a poco el horizonte real se hizo

cada vez más borroso.

Una mañana se asomó a la única ventana que nunca le había

dicho nada, el espejo del baño, y se vio reflejado a sí mismo, un

hombre ya de edad avanzada y de un rostro lleno de

imperfecciones. Esto le llevó a un deseo de viajar a lugares

repletos de playas , que le llevaran a mares lejanos.

Allí se dedicó a dibujar innumerables bocetos y cuando alzó la

vista, vio el horizonte, aquel horizonte que descubrió cuando tenía

siete años y que había perdido tantos años atrás. Entonces, fue

cuando se dio cuenta de que, de nuevo, estaba frente a una

ventana, una inmensa ventana de luz en uno de esos rincones

irrepetibles, y vio el cielo y el mar por primera vez. Aunque lo

había mirado antes, cientos de veces, y en diferentes lugares,

nunca lo había visto. Se dejó inundar por aquella magnífica

ventana, guardó sus pequeñas ventanas de papel, y por unos

momentos, se dejó llevar, confundido por ese horizonte.

Tras habernos adentrado en la intimidad del artista,

enfrentémonos ahora a la utilidad, a la definición, incluso al

sentido que le da él a la propia ilustración. Se podría percibir

¨iluminación¨ en sus obras,

desempeñando las ventanas un papel primordial. Sabemos que

hay cientos y cientos de opiniones sobre qué es el arte pero, ¿qué

decir sobre Luis Royo? ¿Qué decir para que este tema tenga

sentido? Solo podemos hablar de una pequeña ventana blanca de

papel que le llama, que le cautiva, que le guía, algo que nunca

enseña lo que realmente quiere ver, pero que quizás lo hace con

picardía. para que el autor tenga ganas de abrir otra ventana y

otra y otra, y así sucesivamente ¿Qué importan los conceptos y a

lo que llaman arte? El secreto se encuentra en un papel blanco

que busca la representación de lo inverosímil. El autor no pone

puntos ni comas, ni defiende un arte u otro. Más bien, su pasión

se encuentra en observar miles de ventanas, algunas de las cuales

son maravillosas.

¿Cómo definiríamos las obras de este impetuoso autor? ¿Cómo

definiríamos su estilo, como algo prefijado o cambiante? ¿A qué

viene ese afán por representar a las mujeres de forma tan

grotesca y a su vez sensual? ¿Es su manejo con el color lo que nos

invita a penetrar a sus paisajes?

Para ello debemos contemplar cada una de sus obras y sacar

una conclusión contundente. El estilo de Royo, a pesar de

mantenerse fiel a unas constantes, también refleja una clara

evolución. Basta con hacer un recorrido cronológico de su obra

para comprobar las variantes que han ido definiendo su estética y

a su vez, reforzando su tono, cada vez más poético. La aparente

sencillez de sus dibujos se sustenta en una compleja trama de

diversos recursos. Su éxito, es el resultado de una constante y

eficaz experimentación.

Una de sus principales obras ha sido La Bella y La Bestia; en la que

el artista ha logrado la transformación de este mito, llevándolo

desde el horror hasta el lirismo. Sus personajes se sitúan a medio

camino entre lo erótico y lo épico. Con miradas amenazantes,

cuerpos excitantes, girando en torno al sentido de la muerte. Para

el autor, el sexo gira en torno a lo grotesco, a la muerte, que

conlleva a una mayor atracción del público: el lado más oscuro.

En la mirada de los personajes hay un destello que nos lleva

al borde de la tragedia, que presupone un destino cruel y a su vez

atractivo. En colores oscuros, predominan la noche y las tinieblas,

los personajes en colores negros y blancos para integrarse a la

atmósfera del misterio y de las magias ocultas; a través de esa

oscuridad, el personaje de desenvuelve.

La luz aparece como un enemigo

para cada una de las figuras, algo

que rechazan para buscar la verdad.

Figuras muy tensas por cuyos

músculos brota esa fuerza que los

hace más bellos y dramáticos. La

percepción es que en cualquier

momento estos personajes serán

devorados por algún peligro externo.

Royo nos retrata ese penúltimo instante, el más

inquietante y dramático que nos hace presuponer lo que va a

pasar.

Una de sus mejores obras publicadas ha

sido la denominada ¨Secrets¨ (1996),

todo un clásico y un exponente de su

estilo más tradicional

Como podemos ver en la siguiente

ilustración, en la cual aparece de nuevo

la magia y la figura femenina, encerrada

en la oscuridad , en un mundo fantástico

en el que predomina la belleza y la

sensualidad. Una figura femenina ocupa

el marco central. Es atrevida, peligrosa,

inquietante, con una mirada muy

opresora y fulminante bajo la cual encontramos a una mujer triste,

trágica y

profundamente herida. Royo busca transmitirnos la fuerza de la

mirada femenina, agresiva, y además pretende la involucración

del público en este mundo mágico y opresor para que sintamos

más de cerca el dolor, la crueldad y el misterio identificándonos

con cada una de las figuras irradiantes de dolor, misterio.

Un par de años después,

publicó otro libro

denominado ¨III

Millennium¨ , uno de

los libros de ilustraciones

más míticos donde

renueva la paleta de

colores empleada hasta el

momento. Consigue una

visión hipnotizante del

tercer milenio en el que

nos encontramos, a través

de ilustraciones de un

tono oscuro, y las

siguientes imágenes que no dejarán a nadie indiferente.

En esta obra vemos la rebeldía interior de los personajes frente a

la sociedad alegre y conforme, expresándose con un fuerte

sentimiento negativo ante la vida entendida como expresión de

dolor, muerte, opresión, marginalidad, soledad, derrumbamiento

y tragedia. De algún modo, es una llamada de atención hacia la

existencia de estos elementos que también constituyen la vida. No

se desprecia la muerte, sino al contrario, la muerte es atractiva y

sensual. Y el dolor exalta la existencia.

Paisajes irradiantes

de magia, misterio,

cargados de figuras

extrañas,

elementos

fantásticos,

empleando tonos

muy oscuros,

sobrios y a la vez

con una pequeña

luz al fondo, al

mismo tiempo que

la existencia de

destellos

despiertan nuestra

atención. La figura

humana pasa más

a segundo plano y

se centra en el

entorno, en el

paisaje, en las

figuras

monstruosas, en

elementos

insólitos.

Enmarcado siempre bajo un mismo estilo, Royo también ha

intentado innovar, mostrar nuevas facetas, para lo que decidió dar

un giro a su trabajo, pero en la misma línea. Dio lugar a un trabajo

mucho más atrevido, en su libro denominado ¨Prohibited

Book¨ a finales de 1999, con un contenido erótico, en el que las

pasiones, incluso las inconfesables, tienen una gran importancia.

Las imágenes que componen este libro son, a su vez, tan

sensuales, como elegantes y provocadoras.

Como podemos ver, Luis Royo aborda la belleza como

arma de esplendor en la figura femenina, intentando desafiar lo

permitido, rompiendo con los límites de lo establecido mediante

mujeres desnudas repletas de tatuajes. En este libro, Luis Royo,

experimenta con diferentes formas de erotismo alejándose de

tópicos y centrándose ante todo en las emociones,

independientemente de su destinatario. Estas imágenes logran

despertar el placer, el dolor, que pasan a través de los ojos del

lector provocando diferentes sensaciones, describiendo de forma

acertada la belleza de la sensualidad en diferentes vertientes,

cuerpos, miradas, poses... etc.

Cada uno de los elementos que emplea provoca sensaciones,

ya sea con una cascada de hielo, o bien con la furia del fuego que

penetra en el interior de las figuras. Los protagonistas nos

muestran su íntimo goce y placer a la vez que sus torturas

personales. No estamos ante figuras simpes, no, más bien se

tratan de figuras cargadas de

secretos que comparten con el

lector y les ayudan a participar en

ellos, de manera que el arte cobra

vida y se cuela en nuestra intimidad.

A través de este libro, viajamos al

interior del autor, buscando el ideal

de belleza femenina, buscando los

límites más extremos del placer

de la carne.

Es importante destacar otra de sus obras denominada ¨Visions¨

(2003), en la que las imágenes están dominadas por la fantasía de

forma más acentuada junto con el talento creativo de Luis Royo,

con la incorporación de dragones y bestias grotescas que ocupan

una posición privilegiada junto a la figura femenina siempre

presente, sin abandonar el punto del erotismo, la pasión

prohibida, la magia y la sensualidad. Sus imágenes se muestran

desgarradas, irritantes, en torno a sensibles cuerpos femeninos

rodeados de figuras monstruosas, empleando un estilo infernal

con mundos post-apocalípticos en los que se percibe la tragedia

final pero a la vez el desconcierto al no saber con certeza el

destino final de las figuras.

Posteriormente, tras esta etapa, se trasladó al Barrio Gótico de

Barcelona y concibió su obra de una manera más profunda y

sumida en lo más profundo, en el lado más oscuro. Esta nueva

visión del trabajo entra en el deseo de avanzar a otros caminos

que una vez más sorprendan al público.

En ¨Prohibited Sketchbook¨ (Cuaderno de bocetos

prohibido), destaca la sensualidad y el deseo por los libros

prohibidos en sus etapas iniciales. Incluye dibujos originales en los

que la fuerza de las imágenes es evidente. Como atractivo

especial, incorpora bocetos de ilustraciones que, a pesar de su

fuerza increíble, no habían aparecido en las publicaciones

anteriores. Cada imagen está tratada con extremo cuidado

ofreciéndonos bajo su personal visión, toda la simbología de cada

figura, demostrando un nivel titánico de la documentación.

Como podemos observar, predomina la sensibilidad física del

personaje femenino, provocando sensaciones relacionadas con el

cuerpo. Esta se representa y

exterioriza por medio de

heridas, sangre, marcas de

materiales en la carne,

ornamentos peligrosos (que

pueden causar heridas), así

como metamorfosis humanas

hacia seres fantásticos, mágicos

y nuevos. El artista tiene una

sensibilidad muy aguda y por

eso es tan expresivo y busca

acercarse tanto al lector.

Posteriormente en 2005, vuelve a publicar un nuevo libro

¨Subversive beauty¨, ofreciéndonos el nuevo universo

femenino y transportándonos a diferentes mitologías

personalizadas por el autor.

En este libro demuestra su gran capacidad al tratamiento de

figuras humanas, nuevamente cargadas de sensaciones y

expresividad. Imágenes impregnadas de sensualidad y de

provocación que encaminan hacia la belleza personal e

individualista, desafiando a lo ya establecido, y que se ayudan en

numerosas ocasiones por adornos corporales mediante piercings,

y tatuajes.

Como podemos observar, predomina la sensibilidad física del

personaje femenino, que provoca sensaciones siempre

relacionadas con el cuerpo .

En el año 2006, Luis Royo, junto con Rómulo Royo pintan una

cúpula en un castillo de Moscú de más de 80 metros cuadrados, la

obra más grande realizada hasta la fecha por el autor. De este

trabajo, se publica el libro ¨Dome¨, que reúne el proceso y las

pinturas de la cúpula. Esta obra aborda la creación de un mundo

fantástico donde se intercalan diferentes escenas que reinventan

los mitos sexuales de la pintura clásica. Una cúpula con más de 40

figuras femeninas de gran tamaño, moviéndose sobre una

arquitectura llena de fugas de perspectiva.

Esta perspectiva está compuesta de una pieza central, y ocho

anexas que debían reunir juntas la sensualidad femenina. El

resultado es una espectacular pintura que representa a 45 bellas

mujeres que emanan elegancia, deseo, pasión, placer,

sensibilidad y, ante todo, belleza.

Como podemos ver, a Luis Royo no le asustan los retos. Más bien

le entusiasman, puesto que pintar en persona un fresco sobre una

cúpula de 80 metros cuadrados en Moscú, cobra más bien el

significado de aventura, una nueva experiencia en su compleja

composición artística, en la que, una vez más, se muestra

polifacético.

Se trata de una aventura real, en la que el autor se convierte

en el protagonista de la historia pues se traslada al frío invierno de

Moscú para plasmar sobre una cúpula una inmensa imagen en la

que los personajes cobrarían tamaño natural.

Obra inspirada en el estilo Barroco, caracterizada por el

ilusionismo, y el predominio de elementos arquitectónicos que la

remarcan, el rompimiento de gloria en el centro, y los escorzos de

los personajes.

En 2009 publica un nuevo libro, ¨Dead Moon¨, se trata de un

libro ambicioso con una historia épica e intimista al mismo

tiempo, con un final trágico y apocalíptico. Las imágenes

despliegan diversas técnicas, desde el grafito, a la ilustración

preciosista o la pintura de gran formato.

La publicación de este libro ofrece una nueva orientación en su

obra, un cambio de perspectiva, en el que las ilustraciones sirven

para explicar una historia, con una estructura claramente

narrativa. Aquí combina diferentes temáticas, bien sean del

mundo Oriental u Occidental, con unas figuras muy recortadas en

el paisaje, todo muy estéril, tonos claroscuros. Cada imagen

aporta una historia diferente, un nuevo mundo que el lector debe

descifrar y en el que debe participar.

Como podemos ver, Luis Royo ¨no ha parado¨, ha consagrado su

vida por y para la ilustración. Se podría definir como un estilo

diferente, innovador, extremista, erótico, que intenta romper con

los límites y abrirnos a un mundo diferente en el que nos podamos

encontrar a nosotros mismos sin importar el resto.

En el largo camino de los años dedicado a esta profesión, ha

pasado por diferentes etapas. En los primeros años la obra era

más heroica y más colorista. Poco a poco fue tomando una

perspectiva más sombría, tanto de concepto, como de contenidos

y tonos. Después entró en unos años inclinado exclusivamente al

erotismo. Y en estos últimos tiempos trata de envolver cada

imagen en un cuento, en referencias literarias que inspiran y

acumulan diversas técnicas y soportes.

Resumiendo, se trata de una recreación de las ideas y el proceso

para esperar nuevas sorpresas en el tablero, y que el trabajo

mantenga esa necesaria incertidumbre.

La

muerte