25
^=ï -- ^ _^ -^, ï

^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

  • Upload
    others

  • View
    9

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

^=ï --

^_^

-^,

ï

Page 2: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

HISPANIA n.o 56 15 Junio de 19011

Número extraordinario dedicado al eminente pintor Joaquín Sorolla.

v+eae .a^asa'at~5MaiazaMa<asa4a4aMaiatAasasa: SU M ARIO a4a4,,c a4a4 .5:ac atas,aeakatas,at,aRasatas, Kat.4 .4.,5saI xat.

4cTEXTO: Joaquín Sorolla y Bastida, por Aureliano de Berrretc. (De «La Lectura»).14.• ILUSTRACIÓN: Portada. (Retrato Sorolla).—Retrato de mi hija.—Sorolla en distintas épocas de su vida. (Fo-

• tografías de D. A. García, Valencia). — Familia Sorolla.— Boceto.—Panneau decorativo. — La Parra. Prensa.Vendimia. Bacanal. (Panneaux decorativos).—Retrato de D. Raimundo de Villaverde.—Boceto.—Vistas del taller

55• de Sorulla. (Foto,;,rafías).—Retrato de niña. — Estudios.—Fin de la jornada.—La Primavera.—Fabricación de y^y4 pasa.—Almacén de pasa.—Idilio.—Triste herencia.— Saliendo del baño.— Suplemento: Estudios de desnudo. k.55:01<"2ei<2e3eh S'Y sei: ieh 2cieie2ori áel r toWYW 7"1" 20 20 ri ri WW:c ' toáoh V2 'á 2eti ie 20i0 1"acácácách i VVievr teá: WIC

RETRATO DE MI HIJA

196

Page 3: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

Joaquín Sorolla à los 18 años

$oKoLL U5TiJo^QII ^ r D+\

Lo primero que le ocurre al cate con espíritu críticocontempla una obra de arte, después de haber gozadosilenciosamente de la impresión que ésta le produce, espreguntarse cómo, cuándo, bajo qué influencia fué crea-da, cuál ha sido su génesis, por qué es así y no de otromodo, dada la infinita variedad de tipos á los cuales pudosubordinarse. Esta curiosidad despierta en el contempla-dor multitud de ideas y de recuerdos que le mueven ácomparar la obra que se los ha sugerido, con otras que leson familiares, las cuales de tiempo atrás se hallan estu-diadas y clasificadas por la crítica.

Al encontrarnos frente á la tan rica y variada produc-ción del artista objeto de este estudio, deseamos saberquién es ese artista, el cual, jo-ven aún, desconocido no hacemucho tiempo y discutido hastahace poco, está hoy reputadocomo una de las eminencias dela pintura contemporánea. Qui-siéramos, además, definir la ca-racterística de su estilo y ten-dencias, cosa difícil si se tratade un pintor del pasado, casiimposible tratándose de un con-temporáneo que se halla en elpleno florecimiento de sus fa-cultades naturales.

Algunos datos biográficos re-cogidos de labios del artista nosdarán idea de sus primeros pasosen su profesión, de los maestrosque le iniciaron en ésta, y tam-bién de su carácter y fisonomía.moral.

Nació Joaquín Sorolla en Va-lencia el 27 de Febrero de 1863.Huérfano de padre y madre, áquienes perdió en breves días,cuando él contaba dos años de

edad, víctima de la invasión colérica en aquella ciudad,en 1865, fué recogido, en compañía de su hermana, porsus tíos D. José Piqueles y D. a Isabel Bastida, esposa deéste y hermana de la madre de Sorolla. Á tan noble rasgode caridad debemos la salvación de una vida preciosa parael arte, y no sería .justo dejar de rendir el tributo de gra-titud que merecen aquéllos, que fueron, en realidad, lospadres y primeros protectores de Sorolla.

Nacido y criado en Valencia, tiene el pintor en sus venassangre aragonesa y catalana, pues su padre era natural deCantavieja, pueblo de la provincia de Teruel, y su madre,valenciana de nacimiento, era hija de padres catalanes.

Asistió en su infancia á la escuela Normal de Valencia,en la cual no demostró grandesaptitudes como alumno de pri-meras letras. En cambio, se ini-ció su vocación para las artes demodo tan manifiesto, que unode sus maestros, D. Baltasar Pe-rales, Director en la actualidadde aquella Escuela, al ver que elniño, en vez de aplicarse al es-tudio de la gramática, se entre-tenía incesantemente en borra-jear cuantas hojas de papel levenían á la mano, le regaló lá-pices y colores, y aun hizo lavista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión,no se ocupó desde entonces deotra cosa que de dibujar á sucapricho y copiar cuantas es-tampas le facilitaban sus com-pañeros.

En vista de que el muchachono sacaba fruto de la enseñanzade la Escuela, resolvió su tío,dueño á la sazón de un taller

197

Page 4: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

á 18 años á 19 años

HISPANIA n.o 56

de cerrajero, meterlo a aprendiz de este oficio, en el cual,ayudando á. los oficiales en las faenas de la fragua y de lalima, en lucha con las durezas del hierro, fué templandosu cuerpo para otras faenas más duras aún que en la vidale aguardaban.

Tuvo también su tío el buen acuerdo de ayudar la vo-cación del muchacho, haciéndole que asistiera, las horaslibres de la noche, á. las clases de dibujo de la Escuela deArtesanos. En ésta, y bajo la dirección del profesor DonCayetano Capuz, se aplicó Sorolla de tal suerte, que ob-tuvo el primer año todos los premios.

Á la edad de quince años entró en la Escuela de BellasArtes de San Carlos, abandonando definitivamente el ta-ller de cerrajería, y dedicándose en cuerpo y alma, día y

15 Junio de 1901

quez y Ribera. El último lo efectuó en la primavera de1884 para presentar en la Exposición su cuadro El Dosde Mayo, que acababa de pintar en Valencia, con el cualhizo su brillante aparición en el mundo del arte.

Pintado con el brío y la fogosidad de los veinte años;lleno de vida, de movimiento, de luz y color; inspiradoen un hecho que conmovió las fibras del artista enamo-rado de lo épico y legendario, reveló por completo estaobra las cualidades raras de su autor, haciendo presentirlo que de él podía esperarse en adelante.

Tan sólo acometerlo fué clara muestra de una intuicióngenial, pues no creemos que hasta entonces se hubieraintentado por nadie, en España al menos, pintar directa-mente un cuadro con figuras de tamaño natural en pleno

noche, al estudio del dibujo y de la pintura con tal apro-vechamiento, que en el primer curso ganó los premios decolorido, dibujo del natural y perspectiva.

Por aquellos días conoció á D. Antonio García, el cualadivinó bien pronto las dotes del joven y le dispensó des-de entonces abierta protección y amistad, concediéndoleuna pensión anual, que disfrutó el pintor hasta el día enque, habiendo logrado satisfacer las exigencias de la vidacon el fruto de su trabajo, y asegurada en lo posible suindependencia de artista, vió cumplidos los anhelos de sucorazón, uniéndose en matrimonio con la hija de su pro-tector, D.a Clotilde García.

Durante los años de su educación artística en la Escue-la de San Carlos de Valencia, hizo Sorolla á Madrid tresviajes: el primero, en 1881, realizado tan sólo para ver yestudiar la Exposición de Bellas Artes, en la cual presentótres cuadros de marina, que pasaron inadvertidos, y queél borró más tarde. Al año siguiente volvió para hacerestudios en el Museo del Prado, dedicándose á copiarexclusivamente varias cabezas de los cuadros de Veláz-

sol. Para realizarlo hubo de utilizar Sorolla, como taller,los corrales de la Plaza de Toros de Valencia, en donde,á fuerza de quemar pólvora y de envolver en humo á losmodelos, quiso resucitar ante su vista la escena real, paratrasladarla al lienzo tal y como su imaginación se la habíarepresentado.

Á pesar de que en el segundo, y principalmente en losúltimos términos del cuadro, donde aparece mayor elfragor del combate, no permite el humo que sean apre-ciados los detalles de las figuras, hizo gala el pintor desus conocimientos del dibujo y anatomía en las de primertérmino, especialmente en aquéllas que representan á losdos heróicos artilleros Daoiz y Velarde, en las cuales laexpresión de su fisonomía y las actitudes de piernas ybrazos le dieron ocasión de probar la maestría adquiridaen la escuela de San Carlos.

El cuadro El Dos de Mayo, premiado con medalla desegunda clase en la Exposición de 1884, fué adquiridopor el Estado y se halla hoy en el Museo Balaguer deVillanueva y Geltrú.

19 8

Page 5: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

Regresó Sorolla á Valencia después de su primer triun-fo, y no tardó en obtener otro, pues aquel mismo año de1884le fué otorgado el premio de la Diputación de aque-lla provincia en el concurso celebrado para la pensión áRoma por su cuadro El Palleter dando el grito de la Inde-pendencia, inspirado en un hecho histórico análogo al deEl Dos de Mato. Tiene con éste grandes analogías por elmovimiento y vida de las numerosas figuras que en él seven representadas.

Al cumplir veintidós años, á principios de 1885, partióá Roma, en donde bien pronto conoció á aquellos artistasque formaban la brillante colonia española, Pradilla,Villegas, Sala y otros, cuyas lecciones y consejos hubieronde guiarle en el desempeño de los estudios de desnudo

¿Quién sabe si no fué beneficioso para el desenvolvi-miento de su personalidad artística el hecho de que estainfluencia de los grandes pintores modernistas del Norte,no se haya dejado sentir en las obras de Sorolla sino al-gunos años más tarde, cuando, dueño ya de reprimir suasombrosa facilidad y su facultad creadora tan fecunda,pudo asimilarse las cualidades salientes de aquellos maes-tros sin detrimento de las suyas propias?

Durante los seis meses que permaneció en París, trabajóde manera vertiginosa, haciendo por el día estudios seriosen su taller, y tomando apuntes al lápiz de cuanto veíaen la calle, en los ómnibus y en los cafés animados delos bulevares, hasta las altas horas de la noche.

Regresó á Roma, en donde volvió á respirar una atmós-

á20ó21 años á 24 años

que como pensionado debía ejecutar. Á estos trabajosdedicó los primeros meses del año citado, y en la prima-vera del mismo marchó á París en compañía de su amigoel distinguido artista D. Pedro Gil.

En esta visita á París, ante las obras expuestas en elSalón de aquel año, en la Exposición de Menzel, y espe-cialmente en la de Bastien Lepage, abrió Sorolla sus ojospor vez primera al movimiento iniciado entonces en lapintura moderna.

Todavía, sin embargo, no se había presentado en París,en toda su pujanza, aquella pléyade de pintores escandi-navos y finlandeses que tanto sorprendió al mundo en laExposición universal de 1889, y cuyo principal méritofué el de hacer extensivos á todos los géneros de pinturalos procedimientos usados de mucho tiempo atrás por losgrandes paisajistas modernos. Á haberlos conocido en-tonces Sorolla, es seguro, dadas sus aficiones y tenden-cias, que se habría dejado influir por ellos, tan sinceros,tan vigorosos, tan coloristas y, sobre todo, tan indepen-dientes.,

fera artística bien diferente de la de París, y en oposiciónabierta á su temperamento de pintor. Á pesar de esto, lafuerza del medio ambiente le hizo abandonar la sendadel realismo tan fielmente seguida por él hasta entonces,y el deseo de hacer una obra de gran tamaño y de unasunto transcendental, le llevó á emprender el cuadro ElEntierro de Cristo.

Trabajó en éste más que en cuadro alguno. Empezó porllenar el lienzo de figuras que poco á poco fué haciendodesaparecer de él, no dejando al término de la obra sinoaquéllas indispensables para caracterizar la escena repre-sentada. Por fin, tras muchas vacilaciones y cambios,hubo de darlo por terminado y lo presentó en la Exposi-ción de Madrid de 1887, en la cual no dejó de sorprenderpor el contraste que ofrecía con El Dos de Mayo del cer-tamen anterior.

El entierro de Cristo, de Sorolla, no es un cuadro vulgar.La originalidad de su composición y el tinte dramático enque se halla envuelto, le hacen interesante. Pero hay quereconocer que, inspirado en un sentimiento ajeno al ca-

199

Page 6: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

'HISPANIA n.o 56

á 30 años

rácter y aptitudes de un pintor naturalista por excelencia,y con tendencias opuestas á las seguidas por éste en susobras anteriores, constituye una excepción entre todasellas. Y sea por esto, sea por otras causas, fué muy dis-cutido durante la Exposición, y no obtuvo el premio quedel esfuerzo que pintor de tantos alientos había empleadoen el desempeño de la obra podía esperarse.

Volvió Sorolla á Italia instalándose en Asís, á cuya his-tórica ciudad bien pronto se aficionó, alternando sus tareas,haciendo, ya estudios inspirados en los maestros italianosde los siglos mil y xiv que á su vista se ofrecían, ya otrosrecordando aquellas obras de Bastien Lepage que tantole impresionaron durante su permanencia en Paris. Fuéesta época un paréntesis en la vida del artista, un momen-to de descanso en aquel lugar tranquilo y solitario, que leprestó nuevos bríos para acometer las obras posteriores.

En Asís pintó el cuadro, último envío de pensionado,El Padre gofré amparando d un loco, el cual se halla enel Hospital provincial de Valencia.

Es un cuadro ecléctico, hecho bajo la influencia de otrosde diversas tendencias que le impresionaron en los estu-dios de Roma y en las Exposiciones de París. Lo más tí-pico de este cuadro, lo más verdadero, lo que mejor acusala personalidad del pintor, es la figura del protagonista,severa, real y de gran carácter. Es asimismo la que revelamayor maestría técnica.

Terminada esta obra, marchó á Valencia para llevar áefecto su matrimonio, cuya benéfica influencia en la vidaíntima del artista se reflejó desde entonces en sus creacio-nes pictóricas.

Su joven esposa, dotada de claro entendimiento y devirtudes que la modestia hace pasar inapreciadas, levantóel ánimo decaído del pintor en los días de desaliento, tem-pló no pocas veces la fogosidad impetuosa y la impresio-nabilidad de su temperamento nervioso; le auxilió, en fin,en todos los momentos difíciles, tan frecuentes en la vida

15 Junio de 1901

de un artista que lucha tenazmente en pos de un idealque jamás se alcanza.

Como muestra de la producción de Sorolla desde suviaje á Italia, á principios de 1885, y de lo mucho quepintó en París en este mismo año, pueden citarse las obraspresentadas por él en Madrid, en la Exposición de 1890,las cuales, con ser tantas y tan variadas, no reflejan, ádecir verdad, la genuina personalidad del artista.

En la imposibilidad de enumerar las obras de Sorollarealizadas desde aquella fecha de 1892, señalaremos tansólo las más capitales, empezando por la titulada El díafeliz, la cual, en unión de Otra Margarita, Después del

á 32 años

baño, y varios retratos y estudios, figuró en la citadaExposición de 1892.

La vuelta de la pesca lo reúne todo: composición gran-diosa de líneas, ponderación de masas y colores, justarelación entre los diferentes valores de los tonos, y con-junto y armonía en toda la obra. Abunda además en tro-zos de gran habilidad técnica, de la cual son buen ejemplola pareja de bueyes en la sombra destacando de las espu-mosas olas iluminadas por el sol; la enorme vela que cor-ta el cielo con una línea pintoresca y movida, y el mar,tratado de manera tan diferente según los términos delcuadro. Es éste uno de los más felices de su autor, y fuépremiado con segunda medalla, obteniendo en virtud deeste premio la honrosa distinción de artista Hors concours.Fué adquirido para el Museo del Luxemburgo de París,en donde se halla.

Este cuadro y el de la Bendición de la barca puedencitarse como tipos de la numerosa serie compuesta deotros muchos inspirados en escenas de las playas de Va-lencia. Los elementos que los constituyen son análogos,idénticos sus fondos, y casi todos se hallan iluminados deigual modo á la plena luz solar.

200

Page 7: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

La exposición de Madrid de 1899 y la Universal deParís, dieron ocasión al artista para mostrarse en toda suplenitud y madurez.

Vivo está el recuerdo de las obras de Sorolla en nuestraúltima Exposición, cuyo admirable y variado conjunto secomponía de los cuadros Cosiendo la vela, desconocidohasta entonces en Madrid, pero que venía precedido desus triunfos en París, Munich y Viena; el titulado Comien-do en la barca; los dos vigorosos estudios de paisaje deJávea, y dos retratos. La opinión de la mayoría de losartistas se pronunció aclamando á un pintor de persona-lidad tan saliente y que con tal pujanza se presentaba enaquel Certamen. Faltóle á Sorolla, sin embargo, la con-sagración oficial de estos entusiasmos, y no obtuvo lamedalla de honor, para la cual fué propuesto, único ga-lardón que le faltaba para completar la lista de dos pre-mios reglamentarios.

Llevó Sorolla á la Exposición universal de París casitodas sus obras expuestas el 99 en Madrid, más dos cua-dros pintados en la playa de Valencia en el verano delmismo año: El baño y Triste herencia.

Al lado de Triste herencia se hallaba colocado, en París,

á 33 años

el titulado Comiendo en la barca, en el cual se ven variospescadores comiendo, á la sombra de la vela, cuadro degran verdad y bello colorido, muy celebrado en Madriden la última Exposición. No lejos de ambos, en la mismasala, el lienzo de gran tamaño Cosiendo la vela, uno deaquéllos en los cuales Sorolla logró vencer las mayoresdificultades.

Á poco de abierta la Exposición, reunido el Jurado in-ternacional de Pintura, acordó éste visitar las seccionesde todos los países. Al entrar en la española los Jurados,entre los cuales tuve la honra de contarme, fuf testigo dela impresión causada por las obras de Sorolla. El nombre

del pintor fué aclamado con verdadero entusiasmo, y des-de aquel momento tuve confianza absoluta del éxito quehabía de alcanzar Sorolla en la votación de premios. Fuéésta honrosísima para él, pues obtuvo por gran mayoría,el primer día de la votación, uno de los veinte Diplomasde Gran Premio, únicos que se votaron; y fué aún máshonrosa la distinción si se tiene en cuenta el rango y lacalidad de los premiados. El nombre de Sorolla figuradesde aquel día al lado de los de Dagnan Bouveret, Len-bach, Alma Tadema, Kroyer, Zorn y algunos otros deigual fama.

Visité con Sorolla pocos días después la Exposiciónuniversal, y debo confesar en honor suyo que, lejos demostrarse envanecido con su triunfo, al comparar susobras con otras muchas de aquel gran certamen, y al verlas propias á una luz y en un ambiente tan diverso deaquél en que fueron creadas, declaró con noble sinceridadlas imperfecciones de que á sus ojos adolecían. En efecto:la intensidad de la luz de los países meridionales, mercedá la cual parecen tan colorados los cuadros pintados enéstos, les perjudica sobremanera al ser transportados alNorte, en donde quedan por lo común fríos y descolori-dos, cuando no tristes y obscuros. De ahí que, á pesar decuanto se cree y afirma, los grandes coloristas antiguos ymodernos abundan entre los pintores del Norte muchomás que entre los meridionales, pues aquéllos, á falta delcolor y brillantez de la luz que ilumina sus obras, se venobligados á suplir. estos elementos con los recursos de lapaleta. En pocas visitas á la Exposición se hizo cargo decuanto le interesaba conocer. Apasionado de los pintoresmodernos que más afinidad tienen con su manera de sen-tir y de interpretar la naturaleza, no llevó su entusiasmohacia ellos al punto de menospreciar á otros de cualida-des opuestas: antes al contrario, en su afán de perfeccio-namiento, presintió la posibilidad de realizar un arte que

a 36 años

20I

Page 8: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

HISPANIA n.o 55 15 Junio de 1901

armonizara tan diversas tendencias. Es imposible, decía,que no puedan reunirse en un mismo lienzo la sinceridadde Kroyer y el ambiente de Zorn, con el vigor y relievede un retrato de Bonnat y el carácter que sabe dar á susfiguras Jean Paul Laurens.

Sin detenerse en París más que algunos días, volvió áValencia y de allí marchó á la costa de Jávea á emprenderlas tareas del verano. La campaña ha durado menos tiem-po, pero ha sido más fecunda aún que las anteriores, y elresultado de ella da una nueva muestra de la ductilidadde su talento.

No nos detendremos en describir los diversos cuadrospintados á raíz de su visita á la Exposición; pero sí dire-mos que en dos de ellos, que titula Fin de la jornada yEscaldando la uva, aparecen de un modo claro transpor-tadas al lienzo las ideas que le despertara dicha Expo-sición. Estas dos obras muestran mayor riqueza y másbrillantez de color que sus obras anteriores. Además, seobserva en ellas gran contraste entre las figurasde los primeros planos, de mucha corporeidad yacento, y los otros términos, sin que esto per-judique al ambiente y al conjunto de dichoscuadros. (" `)

De un pintor que, joven aún, ha reveladoen tantas y tan diversas obras dones excep-cionales para el arte que cultiva, y que áestas prendas suma gran entendimien-to, penetración sagaz y laboriosidadconstante, se deben esperar, en elporvenir, nuevas y más sorprenden-tes creaciones. Confiados en estaesperanza, damos término al pre-

sente estudio, en el cual hemos procurado que no do-mine en modo alguno la pasión hija del afecto que pro-fesamos al amigo, ni la del entusiasmo que nos inspirael artista.

AURELIANO DE BERUETE

(') Las mismas cualidades se observan en las obras queacaba de exhibir en la Exposición Nacional de BellasArtes, en la cual ha obtenido una de las distinciones máscodiciadas por los artistas: el Premio de Honor.

Del papel hecho por el eminente artista en dicho Cer-tamen, no cabe decir otra cosa sino que ha sido en untodo digno de su fama. La crítica le ha prodigado en esaocasión los más entusiásticos elogios, ratificándose unavez más en el parecer de que Sorolla es uno de los prime-ros astros que han brillado en el cielo del arte español,como lo confirman todas las obras suyas que ha presen-

tado y entre las cuales las hay verdaderamente gran-diosas.

Triste herencia, (de que se habla más arriba ápropósito de la Exposición Universal de Pa-

rís), La familia, ¡Madre! y Los novios, soncuadros capaces de conquistar á cualquierartista una fama perdurable y de poner el

nombre de su autor al lado del de losmejores maestros.Y si con dichas obras no hubiese bas-tante, podrían sacarse á relucir losretratos que ha expuesto Sorolla enla misma Exposición, entre los cua-les figura el del autor de este estudio.

202

Page 9: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

'FAMILIA SOROLLA

203

Page 10: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

2 0

Page 11: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

PANNEAU DECORATIVO

205

Page 12: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

?AÑNËATJ X 13ËÓ1' ATIvÒŠ

2O

Page 13: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

HISPANIA n. o 56 15 Junio de 1901

RETRATO DEL EX-MINISTRO D. RAIMUNDO DE VILLAVERDE

203

Page 14: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

209

Page 15: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

2I0

Page 16: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

ES TUDIOS DE DESNUDO

Page 17: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

ESTUDIOS DE DESNUDO

Page 18: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

211

Page 19: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

RETRATO DE NIÑA

Page 20: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

ESTUDIO

213

Page 21: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

z

o

w

z

214

Page 22: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

LA P RIMAVERA.- VALENCIA

PANNEAU PARA REPRODUCIR EN AZULEJOS CARTÓN•PIEDRA. PROPIEDAD DE D. HERMENEGILDO MIRALLES

21 5

Page 23: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

HISPANIA n.o 56 15 Junio de 1901

FABRICACIÓN DE PASA

ALMACÉN DE PASA

216

Page 24: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

TRISTE HERENCIA

Page 25: ^=ï · pices y colores, y aun hizo la vista gorda respecto de la des-atención del chico hacia el es-tudio. Libre de toda reprensión, no se ocupó desde entonces de otra cosa que

H 1 SPA N I A n. o 56 15 Junio de 1901

SALIENDO DEL BAÑO

218