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revista de INDIAS Volumen LXX N. o 250 septiembre-diciembre 2010 Madrid (España) ISSN: 0034-8341 CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS MINISTERIO DE CIENCIA E INNOVACIÓN GOBIERNO DE ESPAÑA

01-Revista de Indias 250 f. Herrero

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Revista de Indias

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revista deINDIASVolumenLXX N.o250 septiembre-diciembre 2010 Madrid(Espaa) ISSN:0034-8341CONSEJOSUPERIORDEINVESTIGACIONESCIENTFICASMINISTERIODECIENCIAEINNOVACINGOBIERNODEESPAAFRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOSSOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRESPORFABIN HERREROConicet. Instituto Ravignani. Universidad de Buenos AiresEste estudio presenta indicios sobre la presencia de agentes artiguistas operando en la es-cenapolticadeBuenosAiresduranteel deceniode1810. Apartirdelosdocumentosqueofreceel ArchivoArtigas, losrganosdeprensalocal ydiferenteslegajosdegobiernodelArchivoGeneraldelaNacin,esposiblerastrearalgunasdesusactividadesyreconoceral-gunos de sus planes polticos. Toda esta evidencia pone en duda la imagen fuerte de la histo-riografafederalqueconsideraqueenestaprovincianosepresentanideasdeesesignodu-rantelosprimerosaosrevolucionarios.PALABRASCLAVE:Federalismo,artiguismo,poltica,revolucin,BuenosAires.En la ciudad de Buenos Aires, durante los primeros aos de la Revolucinde Mayo, he detectado la intervencin de varios actores que adhieren al llama-doartiguismo.Hacia1815,comosesabe,estetipodeiniciativatuvociertoimpacto en diversas provincias (como Santa Fe o Crdoba), las cuales forma-ron una coalicin cuya cabeza visible es justamente Jos Artigas. Sin embar-go, los historiadores del periodo no han advertido que, unos aos antes, es po-sible sealar una presencia pblica similar en territorio porteo. En las pginasque siguen, analizo, particularmente, una parte de mi investigacin sobre esashuellas del federalismo oriental, las cuales forman parte de un trabajo mayorsobre el federalismo bonaerense entre los aos 1810 y 18201.Mi objetivo central es examinar algunos indicios sobre la presencia de unode los actores estudiados, Felipe Santiago Cardoso, y, sobre todo, describir ydeterminar quideasfederalistasexpone. Paraunamejor comprensindelRevista de Indias, 2010, vol. LXX, nm. 250Pgs. 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.0201Herrero, 2008.tema, conviene indicar previamente algunos problemas de la cultura poltica.Qu ocurre con el nuevo poder local luego del derrumbe de la monarqua es-paola? Por qu los especialistas hablan de la importancia poltica de variosconceptos como soberana del pueblo y de los pueblos, centralismo y federa-lismo? Y en este ltimo caso, qu diferencias existen entre las dos principalesvariantes de ese signo, esto es, confederacin y estado federal?I. UNA NUEVA LEGITIMIDAD: SOBERANA DEL PUEBLO O DE LOS PUEBLOS,CENTRALISMO Y FEDERALISMOLasrevolucionesdeindependenciarompenconelmodelopolticodelamonarqua espaola. Esa ruptura, a decir verdad, no se da de cualquier mane-ra. Una de las primeras medidas que adoptan las ciudades americanas es tran-sitar por una especie de camino intermedio, debido a que rpidamente afirmanun estatuto de autonoma en el marco de la monarqua castellana. Siguiendoese sendero, como lo ha puesto de relieve Jos Carlos Chiaramonte, aparece deinmediato la alternativa que dividir profundamente a las fuerzas polticas y dehecho configurar el cauce fundamental de la cultura poltica del periodo. Porun lado, quienes entendan que las decisiones a tomar deban partir del conjun-to de los pueblos soberanos, los que en trminos del Derecho de Gentes eranpersonas morales en condiciones de igualdad, independientemente de su pode-roytamao,ysincuyoconsentimiento,segnelmismoDerecho,ningunadecisin que les concerniera posea legitimidad. Y, por otro lado, quienes con-siderabannecesarioorganizardeinmediatounnuevoEstado,acuyacabezadeba figurar la antigua capital del reino, en ese caso Buenos Aires, y frente ala cual los dems pueblos eran subordinados2.Esdeestemodoqueunadelascuestionesclavesqueseplantearonporesos agitados aos es la legitimidad del nuevo poder. Se trata, en rigor, de pen-sarydediscutircmoreemplazarlalegitimidaddelamonarquacastellanapor otra soberana igualmente legtima, la cual obviamente debera garantizarel orden social. Dentro de este marco, debe entenderse porque durante el pe-riodo de 1810-1820 ocupa un lugar central el complejo entrelazamiento de dosgrandes conflictos: el que opone, como ya sealamos, a los pueblos del te-rritorio del ex Virreinato con la antigua capital del reino, Buenos Aires con-flicto entre las tendencias autonmicas y las centralizadoras3. Para decirlo conotras palabras, dos tendencias chocan inexorablemente en la arena pblica: laRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020624FABIN HERRERO2Chiaramonte, 1997: 128. Golman, 2008: 9-18. Verdo, 2002, 2006.3Chiaramonte, 1997: 134-135.centralista como sinnimo de una sola soberana nacional y la del federalismocomo sinnimo de varias soberanas.Ahora bien, Qu se entiende por el vocablo federal? La voz federalismoresponde a significados diferentes. Por este motivo resulta conveniente tenerpresentequentendemostantoporestadofederal comoporconfederacin.Comienzo por este ltimo.Enellenguajepolticoeltrminoconfederacintienedossignificados4:uno genrico y otro especfico. Podra decirse que en la acepcin genrica esaproximadamente sinnimo de asociacin. Entidades deportivas, comerciales,educativas o gremiales, suelen organizarse de ese modo. Es lo que sucede porejemplo en el caso sindical, en donde las distintas organizaciones del pas sehan agrupado en lo que se denomina Confederacin General del Trabajo. En laacepcin especfica, de la que me ocupo aqu, el vocablo designa en cambioun tipo de asociacin entre estados5.Enquconsiste?Estaformadegobierno,sealaMontesquieu,consisteen un convenio, segn el cual, varios cuerpos polticos consienten en conver-tirse en ciudadanos de un estado mayor que se proponen formar6. Se trata, alfin de cuentas, de una sociedad constituida por otras sociedades y susceptiblede ir aumentando en virtud de la unin de nuevos asociados7. Compuesta porpequeas repblicas, contina diciendo el autor francs, goza de la excelenciadel gobierno interior de cada una y, respecto al exterior, tiene todas las venta-jas de las grandes monarquas en virtud de la asociacin8. Desde esta perspec-tiva, sealaqueHolanda, AlemaniaylaLigaSuizaestnconsideradasenEuropa como repblicas eternas.Por el contrario, el principio constitucional en que se fundamenta el estadofederal es la pluralidad de centros de poder soberanos coordinados entre s, detal manera que el gobierno federal (nacional), competente respecto de todo elterritorio de la federacin, se le confiere una cantidad mnima de poderes in-dispensables para garantizar la unidad poltica y econmica, y a los estados fe-Revista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020FRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOS SOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRES6254Federar, fin del siglo XIX; tomado del latn foederare, unir por medio de una alianza.Derivadodefoedus,tratado,pacto,alianza.Derivado,federacin,1463,nosehizofre-cuente hasta el siglo XIX, latn foederatio, onis, alianza. Federal, 1843, federalismo, federa-lista. Federativo. Confederar, hasta1460, latnconfoederare, unirportratado, asociar,confederacin, 1469, confederativo. Corominas, 1987: 270.5Bobbio, Matteuci, 1985: 349.6Montesquieu, 1984: 125.7El tema del federalismo surge en Montesquieu de una preocupacin de la poca, la segu-ridad. El ttulo del libro IX, dedicado al mismo es harto elocuente: De las leyes en su relacincon la fuerza defensiva. Montesquieu, 1984: 125.8Montesquieu, 1984: 126.derales, competentes cada uno en su propio territorio, se les asigna los poderesrestantes. Sobre esta base, la atribucin al gobierno federal del monopolio delacompetenciarelativaalapolticaexterior ymilitar permiteeliminar lasfronteras militares entre los estados, de manera que las relaciones entre los es-tados pierden el carcter violento y adquieren un carcter jurdico y todos losconflictos pueden resolverse ante el tribunal9. Las atribuciones de la sobera-na tanto la de los estados particulares como la del gobierno nacional (federal),conservan su autonoma y poder, pero sin anular la idea esencial y bsica deque el objetivo final de esas decisiones es claramente la de preservar el intersnacional.Dentrodeestaperspectiva,NatalioBotanahapuntualizado,enunbrillante texto sobre historia de las ideas por otra parte, que el nuevo federalis-mo debera entenderse como una forma poltica imaginativa que pudo asociardos instancias de poder autnomos, esto es, como un verdadero proyecto deconcordia entre la soberana establecida de los estados y la soberana emergen-te del gobierno nacional10.Pues bien, qu separa entonces a una confederacin de un estado federal?Al respecto, el juristaholandsKranenburgsealaunaspectofundamentalque claramente los distingue11.el mejor criterio para diferenciar un estado federal y una confederacin descansaen responder la pregunta de si los ciudadanos de un estado pequeo son o no afecta-dos directamente por las leyes de los rganos legislativos del todo compuesto. Enun estado federal los rganos centrales poseen derechos y obligaciones directos conrespecto a los ciudadanos, mientras que en una confederacin los derechos y obliga-ciones de los rganos del todo se realizan sobre las partes constituyentes y no sobrelos ciudadanos12.En suma, el estado federal modifica el edificio poltico confederal, lo ponepatas arriba. De esta manera, luego de este breve rodeo por algunos rasgos dela cultura poltica del periodo, estamos ahora mejor situados para entender quela presencia de Artigas en ese escenario juega un papel entre aquellos que op-tan por las tendencias autonomistas y federales frente aquellos, como las ad-ministracionesporteas(JuntasoDirectorios),quienessiguenelcaminodelcentralismo poltico.En ese marco, hay que comprender tambin que el frente centralista no tie-ne siempre las mismas creencias, las actitudes de sus partidarios no transitanRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020626FABIN HERRERO9Bobbio, Matteuci, 1985: 688.10Botana, 2005: 91.11Sobre las ideas de federalismo, vase Chiaramonte, 1997; Botana, 2005: 66 a 107; Sou-to, 2008: 175-194.12Mascareos, 1952.por una lnea recta. Si bien los que gobiernan s lo hacen, por el contrario, losque aparecen en algunos momentos en los espacios de oposicin, optan a ve-ces por una poltica ambigua en donde la voz federal, por ejemplo, juega unpapel. Comolohetratadodemostrar enotroestudio, algunosmorenistascomo Bernardo Monteagudo, apelan justamente a los derechos de confedera-cindelasprovinciasenmbitosdeopininnooficialescomolaSociedadPatritica, particularmenteentrefines de1811ydurantecasi todoel aosiguiente. Por este motivo, no es extrao que agentes artiguistas, como San-tiagoCardoso, mantengancontactos conellos yparticipenenel interiorde esos mbitos, como oradores en la Sociedad Patritica o que colaboren ensu diario. Esa ambigedad, sin embargo, se rompe en algn momento. En elcaso de Monteagudo y sus colegas de la Sociedad Patritica, se da justamenteen octubre de 1812 cuando cae el primer Triunvirato. Los miembros de ella ylos de la Logia, van a sostener a partir de ese momento una lnea poltica cen-tralista que puede advertirse claramente en su participacin en la administra-cincentral yenlasinstruccionesdelosdiputadosdeBuenosAiresenlaAsamblea del ao XIII. Es aqu donde los artiguistas son desplazados y perse-guidos.I.1. QuinessonlosartiguistasdeBuenosAires?IndiciosEs difcil precisar la cantidad con exactitud. No obstante, con certeza, esposible distinguir algunas de sus actividades desarrolladas en el espacio urba-no. Se trata de actores que poseen perfiles diferentes. He detectado, para decir-lo directamente, a un oficial del ejrcito, a religiosos y letrados, y a diputadosen las Asambleas nacionales de los aos 1812 y 1813. Pero tambin hay agen-tes que operan de manera annima, e incluso algunos de ellos cuentan con va-rios centenares de firmas (de conocidos vecinos de la ciudad) que bien podranservir como apoyo para algn reclamo poltico.Quizs los nombres de los miembros ms importantes sean los de SantiagoCardoso, Bruno de Rivarola y Vicente Fuentes, quienes se mueven all en for-ma conjunta como una suerte de asesores polticos del lder oriental. El prime-ro de los nombrados es la figura principal. De su trayectoria me ocupo pun-tualmente ms abajo. De los otros dos dispongo de menos informacin. Fuen-tes, por ejemplo, es un oficial del ejrcito que tiene una relacin directa con elgobierno de Buenos Aires. Sin embargo, no tengo noticias directas referidas aesas escenas que transcurren en el corazn del poder. Lo que se sabe, se sabepor los dichos de Rivarola y Cardoso, que en la correspondencia que mantie-nen con su jefe poltico, sealan puntualmente algunos de sus actos. Bruno deRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020FRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOS SOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRES627Rivarola, por el contrario, es un letrado reconocido en ambas orillas del Plataque ocupa lugares de relevancia en esta ciudad. Se conoce, por ejemplo, que esdesignadopor el Triunviratocomodiputadopor laBandaOriental paralaAsamblea de abril del ao 1812. En ese mbito defiende la idea de indepen-dencia impulsada por Artigas. Poco tiempo ms tarde, es uno de los seis dipu-tados artiguistas designados para integrar la Asamblea del Ao XIII13. En Bue-nos Aires, adems, estn presentes por esos das los otros representantes de esafraccin: adems de Felipe Cardoso, estn all Mateo Vidal, Marcos Salcedo,Dmaso Antonio Larraaga y Juan Dmaso de Fonseca. Todos son impugna-dos por la asamblea, salvo este ltimo que es admitido y puede desempear sufuncin dentro del recinto.Como lo he insinuado ya, de los actores individualizados me ocupo en otroestudio puntual14. A continuacin examino puntualmente a una de las figurasms relevantes.I.2. ElcasodeFelipeSantiagoCardosoComohademostradoFlavioGarca,FelipeSantiagoCardosonaceenlaciudad de Buenos Aires, el 1 de mayo de 1773. Su mbito familiar es la de unnotable de la ltima etapa colonial. Su padre, Jos, fue un importante hacen-dado regional, que lleg a ocupar cargos del Cabildo, Justicia y Regimiento deMontevideo, tales como Depositario General y Alcalde de 1.ervoto a fines delsigloXVIII. Poseytierrasendiversaszonasdel pasysolaresheredadosfrente a la ciudadela15.Ese rasgo relevante, el de un hombre notable, lo acompaa y lo distingue alo largo de toda su trayectoria vital. Su condicin econmica y social ha sidosealada casi en esos trminos al definirlo justamente como uno de los gran-des y antiguos latifundistas, en la medida que figura como uno de los encum-Revista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020628FABIN HERRERO13Actas del extinguido Cabildo de Buenos Aires, serie IV, Archivo General de la Nacin.Vaseenparticularlassesionesdeabrilde1812.Puedeconsultarseadems,ReyesAbadie,1994: 32. Cabe aclarar que Rivarola dejar, con el tiempo, de formar parte del artiguismo paraintegrar las filas del federalismo porteo (en la faccin de Soler). Este aspecto lo he abordadoen Herrero, 2008.14Herrero, 2008.15En 1799 denunci terrenos entre los ros Tacuaremb Grande y Chico, en el Yaguar yCaraguat, parasmismo, suhijoFelipe, yparaAntonioPereira. Encartatestamentariade1818, Don Felipe afirm tener una estancia en Tacuaremb Grande, sus ranchos, corrales, yhaciendas alzadas, que tom por denuncia a don Jos Artigas. Debe referirse a las asignacio-nes agrarias realizadas por ste en 1808 en esa regin. Garca, 1980: 12-13 (agradezco a AnaFrega el haberme advertido y facilitado esta informacin).brados integrantes de la Junta de Hacendados de la Banda Oriental16. Esta pri-vilegiada situacin econmica y social se corresponde tambin con su destaca-da situacin poltica y militar.Sus comienzos, como es habitual en otros actores de la poca, es en el m-bito militar. A decir verdad, su situacin es la situacin de un verdadero pione-ro en cuanto figura como uno de los primeros capitanes blandengues. Precisa-mente en ese ambiente forma amistad durante diez aos con un hombre queposteriormente se convierte en uno de los polos de la poltica regional: JosArtigas17. Exactamente, el 23 de diciembre de 1797, ingresa con el grado decapitn, al haber proporcionado al regimiento una de las ocho compaas debeneficio exigidas justamente para su fundacin18. Ms tarde ocupa una po-sicin relevante en las invasiones inglesas. Sus movimientos resultan verdade-ramente activos, en cuanto se tiene conocimientos precisos sobre su actuacinen la mayora de las operaciones previas a la ocupacin britnica de Montevi-deo el 3 de febrero de 180719. Esta etapa de su vida es ciertamente la de un hijode un notable rioplatense, en la medida que, como lo ha mostrado Tulio Halpe-rin, no escapa a la estrategia preferida por los notables criollos para sus hijosen el ltimo periodo colonial20.El primero de mayo de 1810 cambia de destino: Buenos Aires21. Su activi-dad militar se combina con su accin tpicamente poltica. Pues bien, cul essu participacin? En qu condicin lo hace? Qu postura asume en esos dasde conflictos cruzados? Se sabe que es uno de los 252 vecinos convocados alCabildo abierto del 22 de mayo, quienes tienen como principal misin delibe-rar y decidir sobre la nueva situacin poltica ante la invasin de Napolen enEspaa. Suparticipacinrevistecaractersticas precisas yparticulares. LoRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020FRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOS SOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRES62916De la Torre, Rodrguez, Sala de Touron, 1969: 121.17Es difcil precisar cuando Cardoso puede ser calificado de artiguista. La relacin de sufamilia con Artigas parece datar de fines del siglo XVIII. Todo parece indicar que uno de losprimeros encuentros fue en las filas militares. Con seguridad, dice un especialista, desde oto-o de 1797 data su vinculacin con Artigas. ste se haba iniciado en los Blandengues el 10 demarzo. Felipe Cardoso ingres al mismo como Capitn el 23 de diciembre, al haber proporcio-nadoalregimientounadelasochocompaasdebeneficioexigidasparasufundacin.Garca, 1980: 13-14.18Garca, 1980: 13. A punto de cumplir los veinticinco aos de edad, el ascenso de Cardo-so se produjo por el servicio que hizo de presentar cien hombres vestidos, y de caballos cadauno, para la formacin del referido cuerpo. Garca, 1980: 13.19Garca, 1980: 15.20Halperin Donghi, 1979: 123-167.21El 1 de mayo de 1810, en plena agitacin poltica, su jefe Ramrez de Arellano certificasu destino: Buenos Aires. Llevaba en su despacho de teniente coronel firmado por el ex Vi-rrey Santiago Liniers. Garca, 1980: 16.hace en su calidad de militar, Teniente Coronel urbano. Su intervencin nopasa en silencio. En esa clebre reunin, adopta finalmente la postura que si-guieron ms de las dos terceras partes de los concurrentes invitados, esto es, lasubrogacin del Virrey en el mando (con diversos matices agregados para en-carar la sustitucin)22.Cardoso, por cierto, sigue alerta a los hechos y movimientos de esa crucialsemana, acompaando la preocupacin militar del nombramiento de la Juntapresididapor Saavedraennombredel pueblobonaerense. Tal situacinsehace enteramente visible si tenemos presente que su nombre figura entre loscuatrocientos firmantes del petitorio correspondiente suscrito en la Plaza de laVictoria, y en forma conjunta con otros treinta y ocho asistentes y votantes alCabildo Abierto del 25 de mayo de 181023.Pero eso no es todo. Posteriormente, contina sus tareas como un hombrede la Revolucin al ser enviado a ocupar la Comandancia militar de Colonia.Si bien el hecho no es del todo claro, s se sabe que el intento fracasa, ya queno consigue asumirlo, y a su vuelta a Buenos Aires, es separado del servicio24.A la espera de su reincorporacin (objetivo que nunca logra) se vincula conlos grupos ilustrados de Buenos Aires25.Como ya habr advertido el lector, fue necesario alejarnos en el tiempo yaque de ese modo result enteramente posible mostrar con incontestable clari-dad que Cardoso no lleg a la ciudad-puerto de un momento para otro, esto es,no fue un recin llegado, un arrivista. Por el contrario, se trata de alguien naci-do all, con un pasado de hombre notable que explica en buena medida su si-tuacin posterior. Durante ese periodo, se ha visto cmo asimismo establece surelacin con Artigas y con los sujetos de poder de Buenos Aires. Y precisa-mente como un notable de la poca elige la carrera militar, en donde juega unpapel destacado, y figura como uno de los protagonistas de la Revolucin deMayo.En las pginas que siguen me interesa analizar su vinculacin con los sec-tores morenistas y sus primeras actividades como agente artiguista en BuenosAires, posteriormente, exploro su tarea poltica como diputado en el marco dela Asamblea del ao XIII.Revista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020630FABIN HERRERO22Garca, 1980: 19-21.23Garca, 1980: 21.24Garca, 1980: 23-26.25Garca, 1980: 27.II. EN LA SOCIEDAD PATRITICA Y EN LA ASAMBLEA DEL AO XIII.UN ARTIGUISTA CON PASADO MORENISTASu vinculacin con el sector morenista puede percibirse por sus actos deci-didamente contrarios al movimiento de los orilleros de abril de 1811, por suactividad (un ao despus) dentro del mbito de la Sociedad Patritica, y, porsu participacin (exactamente en el mes de octubre) en el movimiento de Pue-blo que empuja fuera de la zona central de poder al Primer Triunvirato26. A de-cir verdad, ese contacto y esa simpata no pasa inadvertida en las pginas dealgunos especialistas, quienes si bien no abordan el tema como aqu se presen-ta, s abiertamente sostienen que durante ese periodo nuestro escritor es parti-dario notorio de Mariano Moreno27.CundoCardosooperapolticamenteparaelcaudillooriental?Sesabecon certeza que ese tipo de vnculo e intervencin se da durante el ao 1812 y1813. Entre sus pertenencias, que son retenidas cuando cae preso en el mes dejulio de ese ltimo ao, pueden advertirse algunas cartas que ellos intercam-bian e incluso algunos borradores de textos sin enviar. El detalle puntual es elsiguiente: Tres cartas de Artigas a Cardoso, 2 de abril, 19 de mayo y 15 de ju-nio de 1812.-dos medios pliegos borradores de cartas escritas por Cardoso aArtigas, 23 de setiembre y 26 de noviembre de 181228. Incluso se retiene unaLicenciadeArtigasaCardosoparapasaraestaCapital,4deeneroltimo(1813)29.Durante ese ao, nuestro actor participa en las sesiones de la Sociedad Pa-tritica.Esprobablequeporunladosuvinculacinconelsectormorenistahaya ayudado de alguna manera para que se le permitiera ser socio y participa-ra de modo activo en sus reuniones. Por otro lado, su insercin en ese crculoilustrado no es extrao si tenemos presente que tiene una trayectoria pblicaen la ciudad con los grupos notables y que, al mismo tiempo, est en los acon-tecimientosmsrelevantesdesdelasInvasionesInglesaolaRevolucindeMayo, hechos que sugieren que su actuacin en la reuniones de la Sociedad nopueden resultar extraas.Revista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020FRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOS SOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRES63126Por razones de espacio no examino aqu la participacin de Cardoso en las jornadas deabril de 1811, s lo hago en un estudio particular. Herrero, 2008.27Ibarguren(hijo), 1961:95. Otroinvestigadortambinsugieresuvinculacinconlossectores morenistas. Garca, 1980: 27.28Detalle de la documentacin y dineros hallados en la casa de Felipe Santiago Cardo-so, Buenos Aires, 27 de julio de 1813. EnAA, T. XI.29Detalle de la documentacin y dineros hallados en la casa de Felipe Santiago Cardo-so, Buenos Aires, 27 de julio de 1813. EnAA, T. XI.Quparticipacintiene?Essecundaria, lateral, obienlohacedeunmodo central, alcanzando cierto protagonismo? No es un integrante ms, o al-guien que pasa simplemente desapercibido. Algunos de sus discursos aparecenen el rgano periodstico de ella: El Grito del Sud30. As, en las pginas de esediario se describe su accionar en alguna de sus sesiones, en momentos en queBernardoMonteagudoeselSecretariodelamisma.ElciudadanoCardosoafirma el redactor, ley ... una memoria, en que tambin se propuso pro-bar, que la falta de una constitucin era el origen de nuestros males...31. Enesa misma lectura menciona en trminos generales algunos ejemplos federa-les: Seratambinmuybuenosepublicasen, continanuestroescritor, lasconstituciones de los Estados Unidos de Norteamrica, los que ha formado lanacin Venezolana, y los que han hecho clebres y felices a otras repblicas,en lo antiguo y en lo moderno.32Como se ve, no slo interviene como un miembro ms de la Sociedad Pa-tritica sino que coincide en dos de sus principales banderas: constitucin e in-dependencia33. En un estudio anterior, he tratado de probar que en el esquemaargumentaldelmximoreferentedelaoposicin,BernardoMonteagudo,seentrecruzan no slo esas dos nociones, sino que ellas se conectan con la ideade un gobierno federal. Estos datos, por cierto, nos ayudan a entender el con-texto en el que acta nuestro escritor, esto es, por qu un artiguista puede en-contrar un espacio en donde su discurso poltico puede hallar odos dispuestosa escucharlo.Ese conjunto de ingredientes polticos se perciben en una accin concretaenlaquelaSociedadPatriticacumpleunrolprincipal, elMovimientodePueblo de octubre. Con certeza sabemos que Cardoso est presente en la Plazade Mayo y que firma la Representacin que all se redacta34. Quin es su prin-cipal impulsor? Qu resultados polticos tiene? Qu cuestiones se plantean?El principal promotor de ella es Monteagudo, quien encabeza con su firma di-cho documento. El resultado es exitoso, en cuanto se disuelve tanto el PrimerTriunvirato como la Asamblea que se constituye en ese momento35. Bajo el t-tulo de Manifiesto del gobierno, se publica en La Gazeta un texto de directaRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020632FABIN HERRERO30Prospecto,ElGritodelSud, 1812.31Reflexiones que dirige a la Sociedad Patritica literaria un socio de ella, El Grito delSud, 13 de octubre de 1812.32Reflexiones que dirige a la Sociedad Patritica literaria un socio de ella, El Grito delSud, 13 de octubre de 1812.33Sobre la necesidad de independencia puede leerse. Sin ttulo, El Grito del Sud, 17 denoviembre de 1812.34Manifiesto del Gobierno,LaGazeta, 22 de octubre de 1812.35Manifiesto del Gobierno,LaGazeta, 22 de octubre de 1812.redaccin por parte de los grupos opositores de Buenos Aires, en donde es po-sible leer la expresin las provincias confederadas como sinnimo de alian-za preexistente. As, refirindose a este suceso se afirma all:Congregados pacficamente en las galeras de la casa consistorial los eclesis-ticosmsrespetables,losempleadosciviles,losciudadanosilustrados,ylapartems honrada de todas las clases del vecindario, dirigieron al Excmo Ayuntamientouna representacin que entre otras cosas peda, que reuniendo el Cabildo las facul-tades del Pueblo, nombrase un nuevo gobierno provisorio, hasta la convocacin deunaasambleageneral extraordinariaquedebafijarlasuertedelasprovinciasconfederadas.36(Cursiva ma).Las cosas aparecen sustancialmente sugeridas, slo se subraya la preexis-tencia de hecho de la unin de las provincias, y la igualdad de derechos de es-tas para elegir el futuro gobierno37. No se menciona si son parte de la nacinespaola. Sospechamos que no, debido a que se trata de grupos que buscan enesos instantes la independencia38. No es el mismo empleo que se hace durante1811 cuando se apela al Rey39. De este modo, antes del 8 de octubre, para ob-tenerelapoyodelasprovincias,almenospasivo,seinvocaelconceptodeconfederacin poniendo especial nfasis en los derechos igualitarios de aqu-llas. Sin embargo, luego de que el movimiento se imponga, la realidad polticamuestra una cara diferente a la imaginada antes de la llamada Revolucin deoctubre. Un poco ms tarde, la idea de concentracin del poder retorna a es-cena, y los nuevos administradores ya no hacen ningn tipo de mencin sobrelosderechosdelospueblos40.Pruebaevidentedeestehecho,eslapropues-taconstitucional delos diputados deBuenos Aires paralaAsambleadelAo XIII, en donde se destaca la indivisibilidad del estado41.Desde octubre de ese ao y durante el ao 1813, sus movimientos pierdenfuerzaperosobretodovisibilidadpblicadebidoaquelarelacinentreelnuevo gobierno central y Artigas se deterioran por esos das. Por qu? Porque desde enero sesiona la Asamblea del ao XIII y la postura centralista depoder de Buenos Aires y la federal de Artigas chocan frontalmente en el do-Revista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020FRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOS SOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRES63336Manifiesto del Gobierno,LaGazeta, 22 de octubre de 1812.37Proclama de los que se alzan el 8 de octubre, all se habla de los derechos de los pue-blos confederados. Excmo Ayuntamiento de la Capital de Buenos Aires, La Gazeta, 22 deoctubre de 1812. En el Acuerdo del cabildo de Buenos Aires del 8 de octubre del mismo ao sereproduce este mismo manifiesto. Acuerdos del Extinguido Cabildo de Buenos Aires, Serie IV,tomo V, 1812-1813: 354.38Halperin Donghi, 1979: 168-186. Gonzlez Bernaldo, 3 (Buenos Aires, 1991): 7-29.39Herrero, 2008. Vase captulo 2.40Halperin Donghi, 1979: 168-186.41AA, vase especialmente tomo IX.minio pblico. Es uno u otro. Que esto es as lo prueban las persecucionesquedebenpadecerlospartidariosdeaquelsignopoltico42.Coneltiempo,esta situacin empeora an ms. Exactamente, en febrero de 1813, se cortanabruptamente las comunicaciones entre aqullos43. Los artiguistas, como astambin otros grupos que no se adaptan a los nuevos tiempos, quedan aisla-dos. Bien podra decirse que han quedado desguarnecidos, parados bajo cieloabierto.Ensuma, suvinculacinconelsectormorenistaparecedatardelmovi-miento de abril de 1811, aunque seguramente sus contactos son anteriores, suintervencinmsdirectacomoartiguistasedaenelespaciodelaSociedadPatritica. Esevnculo, finalmente, parecerompersecuandoMonteagudoyotro lideres morenistas optan por cambiar el paso, y forman parte del llamadopartido fuerte de Alvear, que, como se ha dicho ya, no reconoce los principiosconstitucionales independentistas iniciales.Su actividad pblica no culmina all. Como representante de Artigas, Car-doso realiza, asimismo, reuniones de carcter poltico y militar con integrantesdel gobierno central44. Su rol cobra ms resonancia e impacto unos meses mstarde cuando sea elegido diputado artiguista.El 15 de abril de ese ao, les son extendidas a nuestro escritor sus creden-ciales para asistir en la ciudad de Buenos Aires a la Asamblea Constituyenteen calidad de diputado por Canelones y su jurisdiccin, a la vez que se le en-tregan sus Instrucciones.Por qu se adopta esta resolucin? Todo parece indicar que la respuestatieneunaclavepoltica. Segnlos historiadores artiguistas, laexplicacindebe buscarse en que Buenos Aires y la Banda Oriental tienen objetivos muydiferentes45. La primera persigue una forma de poder centralista, es decir, con-tinuar con la estrategia desplegada desde los inicios de la Revolucin: BuenosAires debe mantener al mismo tiempo la sede capital de la nacin y procurar elfrreo control del gobierno nacional. Como sealo detalladamente ms adelan-te, el planteo artiguista se basa en las Instrucciones dadas a sus diputados, estoes, una plataforma confederal republicana y constitucional que ciertamente seRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020634FABIN HERRERO42Reyes Abadie, 1994: 82.43Reyes Abadie, 1994: 82-84.44En una carta ya citada escrita por Cardoso, pone de manifiesto los manejos del gobiernode Buenos Aires tendientes a usurpar su posicin en la Banda Oriental y aduearse de ella. Lepreviene contra esas maniobras, con las que se intenta incluso quitarle la vida, por lo cual leaconseja que no se fe de nadie. Vase, Carta de Felipe Cardoso a Artigas, Buenos Aires,4 de diciembre de 1812, enAA: 148-149, T. IX.45Garca, 1980.presenta como una oferta ideolgica alternativa a la propuesta centralista ima-ginada desde la otra orilla del Plata.II.1. LascreenciasfederalistasDistintos indicios nos permiten verificar cules son los componentes ideo-lgicos que, entre los aos 1812 y 1813, Cardoso difunde desde la ciudad deBuenos Aires. Se ha visto ya, cmo durante ese primer ao promueve las ideasde confederacin, independencia y constitucin, las cuales pueden detectarsetanto en su participacin en las reuniones de la Sociedad Patritica como enlas pginas de El Grito del Sud. Ellas son, adems, algunas de las bases ideo-lgicas que posteriormente animan el Movimiento del Pueblo exitoso de oc-tubre.En el transcurso del ao 1813 emplea dos tipos de materiales polticos di-ferentes que son necesarios examinar. En primer lugar, tiene a su disposicinlasinstruccionesdeabril ylasllamadaspretensionesartiguistas, lascualesconstituyenel ideariopolticofederal quelosdiputados, comoCardoso, noslo tienen como mapa poltico bsico sino que, segn lo resuelto en las jorna-das en donde se las elabora y define, debe rpidamente difundirse al resto delos territorios provinciales. Por esta ltima accin, recordemos, en el mes dejulio, es detenido por agentes de las fuerzas de seguridad portea. Los papelesfederalistas que llevan consigo los diputados para su amplia reproduccin y di-vulgacinconstituye,porconsiguiente,nuestroprimerpuntodeanlisis.Ensegundo lugar, es necesario precisar y determinar qu frmula poltica subyaceen el manuscrito constitucional hallado en su casa en momentos de su allana-miento. Se trata de un escrito poltico uniforme, esto es, tiene un fondo fede-ralista comn o bien estamos en presencia de variantes diferentes de ese sig-no? Son iguales las lneas ideolgicas impulsadas por Cardoso en el ao 1812que las reproducidas durante el ao 1813?II.1.1. Lapropagandapolticaelaboradaenabrilde1813El da 5, Artigas, como es sabido, inaugura con un discurso el Congreso deLas Tres Cruces. Los representantes reunidos all formulan un compromisoque queda finalmente fijado y determinado en las llamadas ocho condiciones.YesprecisamenteenfuncindeesecompromisorecinadquiridoquesloRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020FRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOS SOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRES63546Garca (1980): 37-38.unas jornadas ms tarde se discute y redacta las instrucciones a los diputados ar-tiguistas, las cuales estn compuestas exactamente por veinte artculos46.Cules son los principios bsicos que subyacen en esas instrucciones? Enel artculo 1 se sostiene la independencia absoluta de estas colonias, absueltasde toda obligacin de fidelidad a la Corona de Espaa y familia de los Borbo-nes47. Es conocido que dicha cuestin est en el centro de la mesa de discu-sin pblica desde los inicios de la Revolucin. En los hechos, sin embargo, lanica poltica que se aplica es la de dictar leyes impulsadas y sancionadas porJuntasyTriunviratosanombredelospoderesdeFernandoVII48. Tampocohay que pasar por alto que las actuales autoridades de Buenos Aires toman elpoder por asalto en octubre de 1812, anunciando, en ese recreado escenario, laprximasancindeunaconstitucinyladeclaracindelaindependencia.Ninguna de estas medidas son adoptadas. En este contexto de falsas promesas,debe entenderse justamente la propuesta artiguista que pretende, por cierto, in-terrumpir esa lnea que casi naturalmente los gobiernos de turno vienen impo-niendo.Qu forma de gobierno sealan? La forma de gobierno es la de la confe-deracinrepublicanadeEstados, unidadesestatalesquedeben, por cierto,mantenerse en una firme liga de amistad y alianza. En este sentido, el gobier-nosupremo,establecelasmismasinstrucciones,entendersolamenteenlosnegocios generales del Estado. El resto es peculiar al gobierno de cada provin-cia49. Como puede apreciarse, el gobierno nacional se hace cargo nicamentedelosllamadosnegociosgenerales, losasuntosgeneralmentevinculadoscon la paz y la guerra entre las provincias y los estados extranjeros. No obstan-te, los atributos mas sobresalientes quedan sealados para las provincias. Porlo dems, y como es habitual en este tipo de cdigos escritos, deben distinguir-se y especificarse en l los llamados derechos fundamentales del hombre y laslibertades,religiosas,civiles,econmicas,loscualessernconcebidasensumxima extensin50.Revista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020636FABIN HERRERO47Garca (1980): 32-33.48Garca (1980): 32-33.49As lo establecen los dos pliegos de Instrucciones del 5 y 13 de abril de 1813. Garca(1980): 33. Segn los artculos 16 y 17 de las Instrucciones orientales del 13 de abril, se sostie-ne la igualdad de las provincias, sus garantas contra la fuerza, su constitucionalizacin y parla-mentarizacin local como entidades territoriales autrquicas. Garca (1980): 34. La Constitu-cin garantizar a las Provincias Unidas una forma de gobierno republicano, as lo establecael artculo 20 de las Instrucciones de Artigas a sus diputados del 13 de abril de 1813. Demiche-li, 1962: 33.50El artculo 3 de las Instrucciones del 13 de abril se sostiene que promover la libertadcivil y religiosa en toda su extensin imaginable. Garca (1980): 33.En claro contraste con las formas que adquiere el poder desde la Revolu-cin de Mayo, se adopta la divisin tripartita del poder pblico, en la nacin yen la provincia, con un Legislativo Bicameral, los cuales jams podrn estarunidos entre s y sern independientes en sus facultades51. Cul es la formade su designacin? Los miembros de esos poderes no son designados de formadirecta ya que se emplea el sistema de representacin poltica, es decir, a partirdeeleccioneslibresypblicas52, queserealizantantoenel ordenlocalcomo nacional.Como se ve, una y otra vez se hacen visibles las ventajas de la sancin deun cdigo escrito que contenga una serie determinada y precisa de normas ju-rdicas orgnicamente relacionadas entre ellas. La ventaja de que sean escritases para impedir justamente aquello que constituye una queja permanente en al-gunos gobiernos de provincia, esto es, por un lado la irrupcin de gobiernosdespticos y por otro lado la preparacin del terreno para la construccin deun gobierno moderado como es el que los federales predican. En este sentido,como lo ha puesto de relieve Nicola Matteucci, la constitucin no slo regulael funcionamiento de los organismos de la maquinaria estatal, sino que ademsconsagra los derechos de los ciudadanos, puestos como claros lmites frente alpoder del Estado53. Es precisamente dentro de este cuadro, salpicado de lneasproclives a establecer lmites y garantas, en donde debe entenderse que paraevitar posibles fuentes de conflicto el artculo 18 dispone que mediante trabasconstitucionales se aniquilar el despotismo militar, asegurndose as la in-violabilidad de la soberana de los pueblos54.En el trasfondo de esta ingeniera poltica est tambin la preocupacin porel lugar en donde debe instalarse la sede capital. El artculo 19, sostiene clara-mente que la misma puede ubicarse en cualquier dominio fuera de los lmitesde la ciudad de Buenos Aires55. El tema no constituye una cuestin ciertamen-te menor. El largo lamento sobre la accin desplegada por los gobiernos porte-os y su privilegiada situacin de disponer de dichas autoridades nacionales ensu propio territorio puede verificarse desde los comienzos de la emergencia re-volucionaria. LainstalacindelCongresoConstituyentedelao1816enlaciudad de Tucumn se debe exactamente a ese motivo. Pero tambin es partede los reclamos de los confederacionistas que se alzan en Buenos Aires contralanuevadesignacindePueyrrednenesemismoaoy, duranteelcrticoRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020FRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOS SOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRES63751Garca (1980): 33.52Garca (1980): 33.53Matteuci (1998): 25.54Matteuci (1998): 40.55Matteuci (1998): 40.ao 20, retorna a escena como un ingrediente ms del discurso de ese mismosigno ideolgico56.Armar una maquinaria poltica confederacionista implica dotar de atributosprecisos y concretos a las partes que la nutren en forma esencial. En este caso,esas partes esenciales, son espacios provinciales. La provincia, establece el ar-tculo11,retienesusoberana,libertad,independencia,poder,jurisdiccinyderechos que no sean expresamente delegados a la confederacin por las pro-vincias juntas en Congreso57. Segn el artculo 17, ellas tienen derecho a le-vantar los regimientos que necesite, nombrar oficiales, reglar su milicia parasu seguridad y libertad, por lo que no podr violarse el derecho de los pue-blos para guardar y tener armas58.Las instrucciones contienen disposiciones que hacen a la Provincia Orien-tal,como,porejemplo,quelospuertosdeMaldonadoydeColoniapuedanrealizar un intercambio comercial con el exterior (artculos 12 y 13), y que nose dicte ninguna ley sobre bienes extranjeros que muerenabintestato, sobremultas y confiscaciones que antes se aplicaban para el rey, etc. (artculo 15)59.Los artculos 12 y 13 de las Instrucciones del 5 de abril de 1813, sostienen lalibre navegacin de los ros y el trnsito libre por todo el territorio. As se opo-nen a Buenos Aires, que mantiene durante medio siglo su puerto exclusivo consu sola y nica aduana centralizada para todo el Virreinato.En suma, frente al proyecto revolucionario que emerge en tierra bonaerense,exactamente, en el ao 1810, y que tiene como elementos bsicos de su expe-riencia (aunque no nicos ni exclusivos), a la centralizacin del poder y a la sub-ordinacindelospueblosaunaautoridaddecarcternacionalradicadaenlapropia ciudad portea, surge, hacia 1813, lo que Tulio Halperin ha denominadocomo la otra revolucin. Enmarcada en una clara postura independentista, elflamante plan, es en rigor un experimento confederacionista constitucional y re-publicano, con una divisin clara de poderes y en donde se deja abierta la posi-bilidad de que cualquier provincia pueda ejercer el derecho de ser sede capital.La necesidad de incrementar la propaganda federalista es esencial, ya queforma parte de una tctica, tan precisa como decisiva, en el marco de la dispu-ta por el poder dentro de la Asamblea que sesiona en Buenos Aires desde ene-ro. Carlos Segreti, en este preciso sentido, ha sealado justamente que Artigashaplaneadotodaunaestrategiabasadaenaritmticapoltica60. EnquRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020638FABIN HERRERO56Herrero, 2007.57Segreti, 1980: 39.58Segreti, 1980: 34.59Segreti, 1980: 41.60Segreti, 1980: 36.consiste?Elcaudilloorientalconfaenpoderapoderarseenteramentedelaspalabras y de los sueos de los diputados de los pueblos del ex virreinato delRo de la Plata. Precisamente, el 17 de abril, explica al gobierno paraguayo elequilibrio del fuego de los sufragios en la Asamblea, con seis diputados nues-tros (de la Provincia Oriental), siete de esa provincia grande (Paraguay) y dosdeTucumn,cuyoscabildanteshabanestadocuriosamenteencontactoconCardoso, decididos al sistema de confederacin61. Pero eso no es todo. Hayun voto ms. El diputado de Potos, ms tarde, tambin se manifiesta a favordel federalismo62.Sedespliegadeestamaneraunaestrategiapolticadepersuasinquehedenominado federalismo de hecho, en la medida que se presentan estas ideascomosiyaestnimpuestasenlospropiarealidad.Sufinalidadesobvia,setrata de convencer y seducir con la idea de que no puede desconocerse lo quese da naturalmente en el espacio social. Esta lgica, por cierto, no es exclusivade este contingente poltico, ms tarde es empleada por los confederacionistasde junio de 1816 y por los federales de 182063.sta es la atmsfera poltica que, sin lugar a ningn tipo de dudas, abona elterreno para el surgimiento de una estrategia que tiene como uno de sus aspec-tos sobresalientes la propaganda y la divulgacin. En ese marco, hay que en-tender entonces la puesta en funcionamiento de un movimiento poltico para-lelo: por un lado, se explica mejor por qu Cardoso hace una intensa actividadpropagandstica en momentos en que se persigue claramente a los partidariosde Artigas en la ciudad capital, y, por otro lado, debe comprenderse por qujustamente las autoridades locales lo buscan, lo detienen, le inician una causa,y finalmente lo condenan.Ahora bien, en qu consiste el proyecto de constitucin federal que se en-cuentra en su domicilio. Es el mismo? Son complementarios?II.1.2. ElllamadoproyectofederalSibienenelmanuscritoconstitucionalslofiguransusiniciales(FSC),nos sumamos a los historiadores que insisten en adjudicrsela a Cardoso64. Va-rios indicios parecen confirmarlo. Por una parte, esa documentacin est en sucasa y forma parte de su material de trabajo; por otra parte, las iniciales conRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020FRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOS SOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRES63961Oficio de Artigas al Gobierno de Paraguay, comunicndole los sucesos ocurridos en laBanda Oriental. Delante de Montevideo, 17 de abril de 1813. Citado en Garca, 1980: 47.62Segreti, 1980: 49.63Herrero, 2007.64Street, 1967: 124-126. Demicheli, 1962: 109-110.que aparece firmada corresponden a su nombre completo. La situacin puededeberseaqueenesosdas(comohesealadoconinsistenciaya)ocultarsuidentidad, usar letras indescifrables a simple vista o un seudnimo, est enton-ces en perfecta sintona con el clima de persecucin poltica que se vive en laciudad. Por lo dems, es del todo probable suponer que esas numerosas pgi-nas constitucionales las haya escrito o por lo menos las ha pensado en BuenosAires, ya que justamente entre los aos 1811 y julio de 1813, se encuentra casitodo el tiempo all.Ahora bien, Qu podemos decir acerca de esa constitucin federal65? Enprimer lugar que tiene un poco ms de sesenta artculos y que toma en prsta-mo distintas ideas de documentos similares de la poca66. Entre sus papeles sesabe que tiene las constituciones de Estados Unidos, la de Venezuela y una es-paola. En una primera mirada parece que se trata de una simple copia67. Unarpida lectura por los cdigos escritos en el ltimo periodo colonial de EstadosUnidos y la que redacta Cardoso, puede provocarnos ciertamente la sensacincontraria, la utilizacin de trminos y artculos completos extrados de aquellaexperiencia constitucional resulta, por cierto, muy evidente.Sin embargo, hemos podido verificar por un lado que utiliza prrafos casicompletos de los artculos de confederacin (primera Carta Magna de Esta-dos Unidos), as como tambin los de la segunda constitucin de la repblicadel Norte de 1787; incluyendo adems los correspondientes a la enmienda deestaltima68.Noobstante,unalecturamsatentanosmuestraque,porotrolado, toma de todos estos textos aquello que le sirve, no considerando algunostemas e incluyendo otros. Sobre ellos vuelvo puntualmente al final de este pa-rgrafo.Revista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020640FABIN HERRERO65Artculo1. El ttulodeestaconfederacinser: ProvinciasUnidasdeAmricadelSud. Los lmites geogrficos aparecen ntidamente recortados: Artculos de confederacin yperpetuauninentrelasprovinciasdeBuenosAires,SantaFe,Corrientes,Paraguay,BandaOriental del Uruguay, Crdoba, Tucumn. &, EnAA, T. 12.66Esta idea tambin es analizada por Demicheli, 1962: 32.67Se ha destacado la influencia de las constituciones de Estados Unidos y de las enmien-das en la redaccin de esta constitucin. Demicheli, 1962: 42-46.68De la primera constitucin de Estados Unidos, pueden verse rastros de ella en los ar-tculos 1 a 5, 27 a 35 y 64 de la Constitucin de Cardoso. De la segunda constitucin de Esta-dos Unidos, pueden consultarse los artculos 6 a 26, 36 a 45 y 54 a 63 de la Constitucin deCardoso. Y de los artculos de enmienda de la segunda constitucin, pueden verse los artculos46 a 53 de la constitucin de Cardoso. Resulta pertinente recordar que las primeras diez en-miendas fueron propuestas en el Congreso durante su primer periodo de sesiones, y ratificadasel 15 de diciembre de 1791. La enmienda undcima fue propuesta durante el primer periodo desesiones del tercer Congreso y su ratificacin fue anunciada por el Presidente de los EstadosUnidos en el mensaje que dirigi al Congreso con fecha 8 de enero de 1798. EnAA, T. 12.De qu tipo de constitucin federal se trata? No faltan razones para afir-mar que no se ajusta a los parmetros bsicos de un modelo poltico confede-ral. Estrictamente rene los ingredientes esenciales de un estado federal, enla medida que existen dos autoridades polticas, una nacional y otra que co-rresponde a las provincias69. La primera tiene un poder ms fuerte y domi-nante que las segundas, en cuanto posee tanto atribuciones econmicas comosobrelasrelacionesexterioresydejurisdiccinentrelasprovincias, perotambin forman parte de ellas las decisiones sobre el ejrcito, entre otras, lascuales le son delegadas por las unidades provinciales. En lnea con este or-den de ideas, el artculo 28 es muy claro y terminante: dispone que ni dos oms provincias entrarn en algn tratado, confederacin, o alianza entre s,cualquiera que sea, sin el consentimiento de las Provincias Unidas juntas encongreso70.Qu otros aspectos merecen destacarse? La forma de gobierno es republi-cana, existe divisin de poderes y cada provincia dispone de la facultad de dic-tar su propia constitucin. El territorio que menciona, son todas las provinciasexistentes en lo que se conoce bajo el nombre de las Provincias Unidas del Rode la Plata.Una de las formas de comprender el modelo de Estado Federal, es, justa-mente,sealandoculessonlosatributosqueelgobiernofederal(nacional)dispone para s. Para comenzar, anoto, entonces, algunos de los aspectos ex-clusivos del poder nacional con relacin a los temas econmicos: en el artcu-lo 29 se precisa que ninguna provincia establecer algunos impuestos o dere-chosquepuedanchocarconalgunasestipulaciones, tratadoshechosporlasprovincias unidas juntas en congreso con algn rey, prncipes o Estado. En elartculo 35 se sostiene que el congreso tendr poder para imponer tasas, dere-chos, impuestos y sisas, pagar las deudas, proveer a la defensa comn y biengeneral de las provincias unidas, regular el comercio con las naciones extran-jeras entre los diversos estados y provincias y tribus de los indios (pero todoslos derechos, impuestos y sisas, sern iguales en todas las provincias unidas);tomar dinero prestado a crdito de las provincias unidas; establecer una reglauniforme de naturalizacin y leyes uniformes sobre el asunto de bancarrotasentodaslasprovinciasunidas;acuarmoneda, regularelvalordeellayeldel cuo extranjero, y fijar la tasa de los pesos y medidas entre las provinciasunidas; regular el trfico y manejar todos los negocios con los indios que noRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020FRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOS SOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRES64169Art. 2. Cada provincia retiene su soberana, libertad e independencia, y todo poder, ju-risdiccin, y derecho, que no es delegado expresamente por esta confederacin a las ProvinciasUnidas juntas en Congreso. EnAA, T. 12.70AA, T. 12.sean miembros de algunas de las provincias unidas...; levantar y sostener ejr-citos71.Los problemas concernientes a las relaciones exteriores o de jurisdiccin,tambinencuentranenelpodernacionalsucentrodedecisin.Segnelar-tculo27, ningunaprovinciasinel consentimientodelasprovinciasunidasjuntas en congreso, mandar, o recibir embajadas, ni entrar en conferencia,acuerdo o alianza, o tratado con ningn Rey, Prncipe o Estado. Asimismo, porel artculo 31, ninguna provincia se empear en alguna guerra sin el consenti-miento de las provincias unidas juntas en congreso, a menos que la tal provin-ciaseaactualmenteinvadidaporenemigos. El artculo34, disponequelasprovincias unidas juntas en congreso, tendrn el solo y exclusivo derecho, ypoder de declarar la guerra y hacer la paz (excepto en los casos mencionadosen el artculo 31). Por ltimo, el artculo 36 sostiene que el congreso ser tam-binel ltimoresorteparalasapelacionesentodaslasdisputas, ydiferen-cias que susciten ahora o que puedan suscitarse en adelante entre dos o masprovincias; concerniente a lmites, jurisdiccin o alguna otra causa cualquieraque sea72.Las principales decisiones en el orden militar son emitidas por el poder na-cional.Elartculo30sostienequeningnbuquedeguerrasemantendrentiempo de paz por alguna provincia excepto aquel nmero solamente que seestimare necesario por las provincias unidas juntas en congreso, para la defen-sa de la tal provincia, o su trfico; ni se mantendr por alguna provincia cuerpoalguno de tropas en tiempo de paz, excepto aquel nmero solamente que a jui-cio de las provincias unidas juntas en congreso, se considerare indispensablepara guarnecer las plazas necesarias a la defensa de la tal provincia. Pero todaslasprovinciasmantendrnsiempreunamiliciabienregladaydisciplinada,completamentearmadayequipada; yprovendrnytendrnconstantementepronto para el uso. Finalmente, en el artculo 33, se afirma que todos los gastosde la guerra y dems expensas que ocurrieren por la defensa comn o prosperi-dad general, y permitidos por las provincias unidas juntas en congreso, serncosteados por la tesorera general de las provincias unidas73.Llegados a este punto conviene volver, entonces, sobre la naturaleza de es-tas ideas federalistas. A decir verdad, Cardoso no copia, palabra por palabra,los textos constitucionales del periodo. Lo que hace es adaptar el llamado esta-Revista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020642FABIN HERRERO71El artculo 25 dispone, adems, que Toda Ley para levantar Rentas tendr su origen enla Sala de Representantes; pero el senado concurrir con sus reparos como en otra cualquieraley.AA, T. 12.72AA, T. 12.73AA, T. 12.do federal a las condiciones existentes en el Ro de la Plata. Sealo algunosejemplos. El vocablo provincia es el predominante y no el de estado para refe-rirse a una unidad territorial soberana, esto tambin lo vimos en los otros usosde federalismo. Es el caso de Mariano Moreno, cuando analiza la nocin defederalismo en las pginas de La Gaceta en el ao 1810. En Venezuela se usanindistintamente uno u otro, y en Estados Unidos se emplea el de estado. La re-ligindebeser lacatlica, comofigurafrecuentementeenotrosproyectosconstitucionales rioplatenses. En Estados Unidos no se especifica ninguna enespecial, permitiendo que cada ciudadano practique la fe que desee.No se usa, adems, la nocin de Cmara de Representantes como en Esta-dosUnidosyVenezuela,sinoladeSala.Utilizaotrosaosdeduracindelmandato de los senadores, en la de Cardoso son dos o tres aos, con renova-cin de sus miembros cada ao; en la de Estados Unidos son seis aos y su re-novacin cada dos. Por otra parte, no hay eleccin sino sorteo. Los cambios enlos aos de duracin de los senadores responde a un espritu de equilibrio y l-mite del poder, que lo vemos durante toda la dcada, especialmente lo hemospercibidoenlosgrupospolticosubicadosenlaoposicin,comoEl Censorhacia 1816 y 1818, as tambin en los confederacionistas entre 1817 y 1820.Para comprender esta forma de apropiacin y reelaboracin de este letradooriental detengmonos, tan slo un instante, en algunos aspectos propios de lallamada recepcin de las ideas. Como anota con entera claridad Peter Burke,tanto los historiadores como los especialistas en temas literarios han puesto endudaladicotomaentreproduccinyconsumocultural, sealandoelmodo en que todos nosotros modificamos aquello que vamos a adquirir ade-cundolo a nuestras necesidades74. Es ms til dejar de poner el foco de nues-tra atencin en aquello que es asimilado o bien preguntar no por quin, e inda-gar, por el contrario, el proceso mediante el cual se produce esta absorcin, re-creacin, domesticacin y transformacin. Esta versin de la recepcin remitea lo que se ha denominado teora de la recepcin, esto es, la iniciativa de al-gunos investigadores de sustituir la nocin de la mera influencia por la no-cin ms sutil de un proceso de adaptacin creativa.En esta lnea, resulta conveniente retomar la lgica interpretativa de H. G.Gadamer, uno de sus exponentes ms lucidos y reconocidos. Segn su clsicotrabajo sobre este tema, la relacin entre texto y lector obedece a la lgica depregunta y respuesta75. El texto es, pues, la respuesta a una pregunta; dicho deRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020FRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOS SOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRES64374Burke, 1999: 50-51.75Esta lnea puede verse, por ejemplo, en un estudio de una sus figuras salientes: Gada-mer: 1977. Una visin muy interesante sobre el estado actual de la problemtica de la recep-cin puede consultarse en VV.AA., 1987.otra manera, slo percibo en un texto aquello que tiene algo que ver conmigo.Lo que me importa, lo que me interesa y est en lnea con mis intereses, ideasyvalores.Locierto,enesemarcodeverdaderareflexinpoltica,esquelarespuesta que el texto da a mi pregunta nunca es plenamente suficiente, de ma-nera que el propio texto plantea tambin preguntas, y es ahora al lector al quele toca encontrarlas. Cules son algunas de las preguntas que Cardoso hace almodelo de estado federal (ya que ese texto no se asimila a su paisaje poltico)y cules son sus respuestas? Bien podra decirse, utilizando casi las palabrasdeGadamer, queCardosoleeenlaconstitucindeEstadosUnidosaquelloque tiene que ver con l, es decir, para poner un ejemplo claro, con la respuestapretende imponer, un poder central, respeto a los derechos de las provincias,pero esto no es del todo suficiente, as ste plantea sus preguntas, sus preocu-paciones, aquello que debe adaptar a su propia constitucin, por ejemplo untpico indiscutible: la vigencia e imposicin de una sola religin, la catlica.Como se sabe, en el modelo de estado federal no se presenta la materia religio-sa en esos trminos, de ah la modificacin, la adaptacin que hace nuestro es-critor a la propia realidad local, a sus propios intereses.II.1.3. Fragmentosparaarmar.ArtiguistasenBuenosAires.Amododeconclusin.1. Qupuededecirseacercadel material federalista?Hacia1812, lasiniciativas polticas llevadas adelante en la ciudad de Buenos Aires por Cardo-so como un miembro de la oposicin coincide a grandes rasgos con las lneastrazadas en las instrucciones de abril, que, un ao ms tarde, como diputado deesa tendencia, recibe como mandato. En ambos momentos sobresalen dos mo-tivosideolgicos:laindependenciaabsolutaylainstauracindeunsistemaconfederal fijado en las pginas de una carta constitucional. No es verdad, en-tonces, que en este ltimo tramo de la experiencia artiguista, aunque se hablepermanentemente de Confederacin, como sostiene Carlos Segreti, lo que seintenta estructurar es un Estado Federal donde las partes integrantes conservenuna gran autonoma76.Es claro que el concepto poltico de estado federal no surge en las pginasdelasInstrucciones.Sinembargo,semergeenelllamadoproyectofederalencontrado en su domicilio y redactado por l. En este caso, no estoy de acuer-do con Alberto Demicheli cuando plantea que tal proyecto federal es plena-mente confirmatoriode las Instrucciones orientales77(confederacin), enRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020644FABIN HERRERO76Segreti, 1980: 41.77Demicheli, 1962: 43.cuanto se trata de una especie de paso previo a una organizacin nacional detipo federalista. Para el especialista del artiguismo, ambos modelos, la confe-deracin planteada en las Instrucciones y el estado federal expuesto en el Pro-yecto federal, no son del todo contradictorios, en la medida que uno es un es-caln necesario y obligatorio para llegar al otro. A sus ojos, se trata de un mis-mo plan, de un feliz viaje ascendente por las variadas formas de poder de esesigno ideolgico.Mi punto de vista es diferente, ambos planteos federales no son slo distin-tos, sino que adems son opuestos y excluyentes. En la experiencia norteame-ricana, aqullos que proponen el estado federal rechazan de plano la confede-racin, porque resulta un sistema poltico dbil para enfrentar la crisis polticaemergente en la lucha colonial78. El primero (es bueno insistir en ello) depositatodo el poder en la nacin y slo delega en los estados provinciales miembrosaquellas atribuciones que no atentan con el buen funcionamiento nacional. Eneste sentido, como ha sealado Natalio Botana, se trata de un pacto polticoentreestadosquerenuncianaunapartedesusoberana79. Esopuesto, porconsiguiente, a la confederacin, debido a que las provincias ceden muy pocasatribucionesalpodercentral,yesprecisamentedeestemodoquedehechopone ese proyecto al revs, cabeza abajo. El poder nacional es dbil aqu por-que los atributos ms sobresalientes corresponden a los estados provinciales,impuestos, ejrcitos, acuacin de moneda, etc. Se trata, en rigor, de dos pro-yectos distintos de Estado y de nacin.Pues bien, por qu tienen dos versiones diferentes de planes federalistas?Qu tipo de respuesta poltica se pretende dar con una constitucin que adop-ta la forma de un estado federal? Bien podra conjeturarse que la idea que pre-sentan sobre la mesa poltica los artiguistas es la de confederacin o alianza.Es lo que vimos anteriormente. Esa idea responde al clima de cuestionamientoque rodea al poder, expresa, ntidamente, las quejas y los reclamos de los pue-blos, quienes desean retomar su libertad y soberana local frente a la tendenciade subordinacin de Buenos Aires. Es probable que esta segunda constitucinfederalista haya sido pensada como una alternativa en una instancia de nego-ciacin con los sectores centralistas porteos, ya que responde a las condicio-nes polticas de la poca. Durante 1813 ya vimos cmo el gobierno de BuenosAires da muestras contundentes que la idea que flota sobre el aire de los tiem-pos es la concentracin del poder. Pero al mismo tiempo tambin se presentaun insistente reclamo de las provincias que piden que se respeten los derechosRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020FRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOS SOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRES64578Morgan, 2006. Vase tercera parte, La va estadounidense.79Botana, 2005: 95.de los pueblos. Es decir, existen las dos ideas en juego, por un lado la idea deconcentrar el poder por el nuevo contexto europeo y la amenaza de invasinen tierra americana y, por otra, las ideas de respetar los derechos de los pue-blos(supodersoberano).Estaaparenteoposicindepoderesencuentraunarespuestaenlasegundaconstitucinfederal deEstadosUnidos, encuantoaparecen all las soberanas, la nacional y la de los estados miembros.2. Comosueleocurrirenelterrenodelahistoria,noespermitidoqueuna nocin sea valida para cualquier poca, y muchas veces como se ha lla-mado la atencin ni siquiera se admite que sea adecuada a todos los aspec-tos que pretenda designar en un periodo determinado. Por consiguiente, a finde evitar disquisiciones abstractas (o falsas discusiones), para intentar definir alos artiguistas de Buenos Aires es preciso indagar tres nociones histricas: lade simpatizante, la de activista y la de partido80.La nocin de simpatizante alude a la idea de individuos que pueden mos-trarse atrados por las creencias o el accionar de un caudillo. Se trata de sujetosque pueden opinar a su favor, o es posible que participen ocasionalmente dealgn acto que lo favorezca. Sin embargo, no tienen un grado de compromisocon l, ni una tarea poltica concreta. La perspectiva del activista es diferente.Es la de alguien que s tiene una tarea poltica concreta y que responde a losmandatos de ese jefe. Puede participar de un Movimiento de Pueblo, redactaro distribuir pasquines, informar a sus superiores sobre el clima poltico que ge-neralmente rodea los pasos oficiales y de los de la llamada oposicin. La con-cepcin de partido antiguo, como los que se presentan en esta poca, es la degrupos poco uniformes si se los comparan con los partidos modernos de finesde siglo XIX argentino o los de la segunda mitad de ese siglo en Europa. Sonsegmentospolticosquegeneralmentesiguenaunlder,poseenunamnimaestructura organizativa, contactos aceitados entre sus miembros, y partidariosdispuestos a sostenerlo. No son simples simpatizantes, ni activistas individua-les, sino que pueden reunir un grupo de miembros en una tarea conjunta.Simpatizantes, activistas o partido artiguista? No son slo simpatizantes,ya que como se ha visto sostienen una tarea poltica en Buenos Aires. Tampo-co constituyen un partido organizado, no tienen una estructura organizativa vi-sible, ni hemos observado que se muevan en grupos numerosos. Es probableque sean activistas que participan como agentes o consejeros de Jos Artigas.Renen las caractersticas sealadas en los activistas.En resumen, los artiguistas mantienen contactos pblicos con autoridadesde primer orden del gobierno de Buenos Aires, adems, disponen en su agendaRevista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020646FABIN HERRERO80Todd, 2000.polticadediversascartasconstitucionalesyproyectossobrelaindependen-cia; y, es muy probable que hayan tenido, asimismo, adherentes entre los prin-cipales vecinos de la ciudad. Esos partidarios les cuentan a su jefe qu pasa enBuenos Aires: distintos movimientos de tropas y acciones polticas, sus reu-niones con los miembros del gobierno, etc. Participan, adems, en la polticalocal: Movimientos de Pueblo, en la plaza, en los diarios, en el club morenista.LatrayectoriapblicadeCardosoenBuenosAiresrevela, porejemplo,que tiene una larga participacin pblica en esa ciudad y que mantiene contac-tos con los sectores de poder poltico. En cuanto a los posibles contactos quepudieron mantener Cardoso y el grupo morenista bien podra decirse que exis-tieron y que ellos ocurrieron en momentos polticos de significacin. En pri-mer lugar, durante las protestas de abril de 1811 compartieron el descontentopor lo que all suceda. Esos das los encontraron, por lo menos, en la mismacorriente de opinin. En segundo lugar, los contactos parecen ser ms estre-chos en las sesiones de la Sociedad Patritica. Con ese grupo coincidieron enla necesidad de imponer una constitucin y en la declaracin inmediata de laindependencia, y, en la apelacin positiva a las bondades que proporcionara elestablecimiento de un sistema federal. En tercer lugar, durante la Revolucindeoctubrede1812,integraelgrupodecivilesquefirmalaRepresentacinque se redacta en la Playa de Mayo, representacin que firma en primer trmi-noMonteagudocomolderdelosgruposqueallestncongregados.Todosestos indicios sealaranlaposibilidaddequehayantenidoalgntipodevnculo.Perosielloformapartedelordendeloprobable,s,encambio,esfactible afirmar que compartieron por lo menos en esos tres instantes mencio-nados un campo comn de creencias.BIBLIOGRAFACanter, Juan, La Revolucin de abril de 1815 y la organizacin del nuevo directo-rio, Ricardo Levene, Historia de la Nacin Argentina, vol. 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BasedondocumentscontainedintheArtigas Archive, local press entities and governmental files from the General Archive of theNation, it is possible to trace some of their activities and identify some of their political plans.Together, this evidence calls into question the strong image provided by federal historiogra-phy, which holds that there were no Artiguist ideas in the province during the early revolution-ary war years.KEYWORDS: Federalism, Artiguist movement, politics, revolution, Buenos Aires.Revista de Indias, 2010, vol. LXX, n. 250, 623-650, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2010.020FRAGMENTOS PARA ARMAR. INDICIOS SOBRE LA PRESENCIA ARTIGUISTA EN BUENOS AIRES649