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Miguel Limia 18 no. 1: 18-26, enero-marzo de 1995. Filsofo. Instituto de Filosofa. ¿Hacia dnde van ¿Hacia dnde van ¿Hacia dnde van ¿Hacia dnde van ¿Hacia dnde van los estudios sociales? los estudios sociales? los estudios sociales? los estudios sociales? los estudios sociales? H asta hace relativamente poco tiempo, personas que se consideraban bien informadas acerca de la vida espiritual de nuestra sociedad se crean con fundamento para afirmar -sin remordimientos de conciencia de ninguna ndole-, que los estudios cientfico-sociales y su posible impacto en la vida de la comunidad dejaban mucho que desear, si no eran en rigor inexistentes. Estas opiniones, aun siendo prisioneras de una arraigada y sostenida subvaloracin institucional y social del lugar y papel de estas ciencias en la vida de la sociedad, no estaban sin embargo, carentes de cierto fundamento. Hoy la situacin ha cambiado de manera significativa. Si alguien desease no darse por enterado de lo que ha venido sucediendo en este terreno, difcilmente lo conseguira, y mucho menos lograra convencer a los demÆs de que tiene razn. En la etapa actual que vive nuestro pas no resulta posible comprender el estado de las ciencias sobre la sociedad -incluida la filosofa- si no se presta atencin a las profundas modificaciones a que Øste ha resultado compelido desde la segunda mitad de la dØcada de los aæos 80. La necesidad esencial de estas transformaciones ha sido de naturaleza interna, pues se ha engendrado por el estado de los nexos mÆs estables y profundos que caracterizan la vida de la sociedad, tanto en la esfera productivo-material, como socioclasista, gene racional, profesional, poltica e ideolgico-espiritual. 1 Sin embargo, en el desenvolvimiento histrico del polticamente denominado proceso de rectificacin de errores y tendencias negativas -el cual pretendi con un grado u otro de acierto darle una respuesta progresiva a la citada necesidad cambiaron radicalmente las condiciones de existencia externas del organismo social, y surgieron exigencias de una nueva naturaleza y complejidad. Las contradicciones del desarrollo interno tuvieron que enfrentarse dentro de una situacin radicalmente nueva de las relaciones internacionales. Ya entonces no se trataba slo de perfeccionar el socialismo que se vena construyendo, sino de salvaguardar las conquistas fundamentales logradas en el terreno de la independencia nacional, la emancipacin social y la dignificacin humana. Es decir, el asunto consista en garantizar el carÆcter irreversible de la obra positiva realizada en el sistema social. Se entr de lleno, Miguel Limia David Miguel Limia David Miguel Limia David Miguel Limia David Miguel Limia David

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  • Miguel Limia

    18

    no. 1: 18-26, enero-marzo de 1995.

    Filsofo. Instituto de Filosofa.

    Hacia dnde vanHacia dnde vanHacia dnde vanHacia dnde vanHacia dnde vanlos estudios sociales?los estudios sociales?los estudios sociales?los estudios sociales?los estudios sociales?

    Hasta hace relativamente poco tiempo, personas quese consideraban bien informadas acerca de la vidaespiritual de nuestra sociedad se crean con fundamentopara afirmar -sin remordimientos de conciencia deninguna ndole-, que los estudios cientfico-sociales ysu posible impacto en la vida de la comunidad dejabanmucho que desear, si no eran en rigor inexistentes. Estasopiniones, aun siendo prisioneras de una arraigada ysostenida subvaloracin institucional y social del lugary papel de estas ciencias en la vida de la sociedad, noestaban sin embargo, carentes de cierto fundamento.

    Hoy la situacin ha cambiado de manera significativa.Si alguien desease no darse por enterado de lo que havenido sucediendo en este terreno, difcilmente loconseguira, y mucho menos lograra convencer a losdems de que tiene razn.

    En la etapa actual que vive nuestro pas no resultaposible comprender el estado de las ciencias sobre lasociedad -incluida la filosofa- si no se presta atencina las profundas modificaciones a que ste ha resultadocompelido desde la segunda mitad de la dcada de losaos 80.

    La necesidad esencial de estas transformaciones hasido de naturaleza interna, pues se ha engendrado porel estado de los nexos ms estables y profundos quecaracterizan la vida de la sociedad, tanto en la esferaproductivo-material, como socioclasista, gene racional,profesional, poltica e ideolgico-espiritual.1

    Sin embargo, en el desenvolvimiento histrico delpolticamente denominado proceso de rectificacin deerrores y tendencias negativas -el cual pretendi con ungrado u otro de acierto darle una respuesta progresivaa la citada necesidad cambiaron radicalmente lascondiciones de existencia externas del organismo social,y surgieron exigencias de una nueva naturaleza ycomplejidad. Las contradicciones del desarrollo internotuvieron que enfrentarse dentro de una situacinradicalmente nueva de las relaciones internacionales.

    Ya entonces no se trataba slo de perfeccionar elsocialismo que se vena construyendo, sino desalvaguardar las conquistas fundamentales logradas enel terreno de la independencia nacional, la emancipacinsocial y la dignificacin humana. Es decir, el asuntoconsista en garantizar el carcter irreversible de la obrapositiva realizada en el sistema social. Se entr de lleno,

    Miguel Limia DavidMiguel Limia DavidMiguel Limia DavidMiguel Limia DavidMiguel Limia David

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    y de forma rpida, inesperada y traumtica, en el periodoespecial. As hubieron de fundirse, en un mismo proceso,la reestructuracin provocada por los factores externosy la condicionada por los internos; y todo ello con laexigencia de conservar la gobernabilidad del sistemapor medios esencialmente populares, humanistas, comocorresponde a la naturaleza del proyecto.

    Frente al sujeto de la direccin social se hanplanteado mltiples tareas gnoseolgicas, cuya solucincon un grado u otro de acierto o desacierto,condicionar tanto el resultado a corto plazo como elimpacto estratgico de las polticas implementadas.

    Los estudios sociales en el contexto actual:crisis y revisin

    Se ha hecho necesario determinar el contenidomismo de la reestructuracin a enfrentar, en virtud deunas y otras condicionantes, en los distintos terrenosde la actividad social; aclarar las formas de articulacinde las frmulas de sobrevivencia con las del desarrolloulterior, de acuerdo con las finalidades trascendentesdel proyecto social; precisar el contenido, las etapas,modos, vas, etc., de ambas reestructuraciones, a fin deque su despliegue resulte lo menos espontneo ycontraproducente posible; definir una nueva estrategiade desarrollo basada en una nocin reevaluada del tipode socialidad a que se aspira (me refiero a asuntos talescomo la propiedad, la relacin plan-mercado,descentralizacin-centralizacin, pluralidad-uniformidad, individuo-estado, estado-sociedad civil,participacin movilizativa ejecutiva-participacindecisoria, tica heroica-tica de la cotidianidad, mayora-minora, individuo receptor de derechos-individuopromotor de derechos y portador de deberes, etc., ascomo del tipo de hombre a formar y sus relacionesrecprocas.

    Esta nueva socialidad debe resolver un grupo deproblemas controversiales, como la propiedad social-individual y la relacin plan-mercado. La solucinexitosa de estas cuestiones funge como premisaespiritual indispensable para la actividad prctico-transformadora, poltica en particular. A mi manera dever, no resulta posible obtenerla a partir del paradigmahabitualmente afirmado en el discurso polticoinstitucional tradicional, pues los actuales procesossociales le han cuestionado sus fundamentosinstrumentales y determinadas premisas sociolgicas deimportancia.

    Se requiere de una bsqueda que trascienda losmarcos gnoseolgico-cosmovisivos del paradigmatradicional que ya ha entrado en paradoja con la realidad.Esto, que en etapas precedentes poda parecersimplemente una posibilidad terica, ahora es un

    requerimiento prctico, una demanda sin cuya solucinla poltica prctica, virtualmente slo podr moverseen el mismo lugar o retroceder.

    Otro asunto diferente -que aqu no abordaremoses cmo se ha de construir la articulacin de las nuevasproposiciones tericas con los fundamentos ideolgicosms profundos del proyecto. Una cuestin s quedasuficientemente clara: la continuidad es imprescindible,porque se trata del proceso de autoconciencia y deactividad prctico-transformadora de un mismo sujetomacrosociolgico sobre las condiciones de existenciay de s mismo.

    En virtud de lo dicho, los estudios cientfico-socialesy filosficos constituyen un momento cada vez msimportante de la actividad vital de la sociedad, en elsentido de que, sin su participacin activa, resultaimposible resolver -sobre la base del predominio delfactor consciente y los ideales del humanismo y lademocracia verdadera- los complejos problemasestratgicos que la poca contempornea plantea anteel pueblo cubano, particularmente ahora, cuando elendurecimiento de las condiciones externas de laactividad convierte en ms imperiosa la necesidad dela reorganizacin interna para poder sobrevivir y hacerprogresar al sistema social en su conjunto.

    Las mencionadas investigaciones estn sujetas, demanera directa, a la modificacin de la relacin teorasocial-prctica poltica que se ha empezado a llevar aefecto -aunque no a los ritmos que pudiramos desear-, como condicin indispensable y urgente para ladefensa y promocin ulterior de las conquistas delsocialismo, la consolidacin de la independencia nacionaly el consecuente desempeo exitoso de las tareasinternacionales de la Revolucin cubana.

    Para la mayora de las investigaciones sociales -enparticular para las socio filosficas y sociolgicasaplicadas-, este contexto cultural en que se insertan havenido implicando, ante todo, un cambio radical desus relaciones con la prctica social vista en sentidoamplio, y con la actividad poltica en primer trmino.Ello ha influido de manera directa en su objeto deestudio y en la configuracin e introduccin a la vidade sus resultados investigativos.

    A mi juicio, el rasgo decisivo de este proceso demodificacin sustancial del lugar y significacin socialesde las citadas disciplinas consiste en que han comenzadoa rescatar su papel de fermento de la cultura, suvocacin genuinamente prctico-revolucionaria. Estoha venido coadyuvando a un profundo cambio en lanaturaleza del propio objeto de investigacin y de losprincipios reguladores de ndole gnoseolgica yvalorativa que presiden su elaboracin y proyeccinsobre la sociedad. Pero ese cambio ha de marchar deprisa, so pena de quedarnos irremediablemente

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    retrasados en la canalizacin del aporte que sonsusceptibles de efectuar las ciencias sociales alperfeccionamiento y desarrollo de la sociedad y a sucorrespondiente impacto en la comunidad internacional,tanto en el plano funcional como en el estratgico.

    Este fenmeno resulta muy complejo ycontradictorio. En primer lugar, se lleva a trminodentro del marco de la agudizacin creciente,perceptible por todos, de las contradicciones internasde nuestra sociedad -que poseen como es lgico unaexpresin particularmente aguda y multifactica en lavida espiritual- y en el contexto internacionalcaracterizado por acuciantes y dramticos problemasglobales que exigen de la humanidad tomada como untodo, y de cada Estado-nacin en particular, unacodificacin cardinal del modo con que se ha asumidotradicionalmente la actitud hacia la naturaleza y el sistemade las relaciones internacionales. Este fenmeno sehecho ms complejo an con los procesos derestauracin capitalista que tienen lugar en los pases dela ex comunidad socialista europea. Estos ltimos hancontribuido a estructurar la marcha hacia un mundopolticamente unipolar que amenaza ser regido cadavez ms por los designios de los pases capitalistasdesarrollados, ante todo por los Estados Unidos deNorteamrica.

    A ello se ha sumado la conocida crisis de la variantedogmtica, esclertica, del marxismo-leninismo, queserva de base terico-ideolgica a estas experienciassocialistas en la etapa posleninista y que se nos refrendabapolticamente con la pretensin y dignidad de constituirun logro supremo de la civilizacin socialista comotal.

    Esta variante del marxismo-leninismo -que, dichosea de paso, no es la nica que se observ en EuropaOriental y la URSS, aun cuando muchos ahora afirmenlo contrario- influy en la vida poltica y espiritualcubana desde los aos de la repblica neocolonial. Supresencia se multiplic con creces despus de laRevolucin en los crculos cientficos y acadmicos atravs de las distintas formas de colaboracin que eranusuales entre los pases de la otrora comunidadsocialista. Aunque debe sealarse que no se introdujoen los predios intelectuales sin determinada resistencia,ni en concordancia con los principios esencialesinherentes a los fundamentos mismos de la culturanacional cubana. Sin embargo, mrense como se mirenlas cosas -sin nimo de absolutizar o de simplificar elpanorama-, sus huellas se hicieron manifiestas en ungrado u otro en una parte significativa de la produccincientfica social acadmica y en la actividad docente porvarios aos. Y, lo que es ms importante an, en lamanera de hacer de un considerable nmero deespecialistas.

    Esta variante del marxismo entr en irrevocablecrisis porque, a fuerza de determinados factores socioculturales sobre ella actuantes -y que no ha lugar analizaraqu-, fue condenada a hacer traicin al paradigmacosmovisivo, gnoseolgico y prctico-transformadorfundada por los clsicos de la teora.

    Ella sustituy el cuadro del mundo social plasmadoen la obra de Marx, Engels y Lenin, por unarepresentacin en lo esencial materialista metafsica yvulgar de los fenmenos sociales, hasta el punto deromperse la unidad de la marcha del proceso histricoen el acceso al anlisis de la construccin socialista y deldesarrollo del capitalismo despus de las primerasdcadas de este siglo. Al perodo de trnsito delcapitalismo al socialismo se le embelleca en el espritudel evolucionismo vulgar. Los procesos relacionadoscon el llamado Tercer Mundo se aprehendan, comoregla, desde una ptica eurocentrista. Al individuo se ledisolvi en supuestos mecanismos objetivos existentesparalelamente y ms all de la actividad.

    En virtud de ello, la sedicente ciencia social hechaen esos marcos, como regla, exclua del anlisis losproblemas de la cognicin, valoracin y conductacotidianas; dilua al hombre en el socium; absolutizaba laactividad y la cognicin cientficas en detrimento de laactividad prctica y del vnculo prctico-transformadorcon la realidad; se abstraa de la especificidad de lacognicin social; desatenda la necesaria elaboracinulterior de la teora del desarrollo, social en particular;haca caso omiso o rompa absolutamente con lasdiferentes variantes del pensamiento no marxistacontemporneo; desatenda el mundo de los valoresrealmente actuantes en la vida de los individuosconcretos, etctera.

    La actividad cientfica social incorpor de ciertamanera ideales gnoseolgicos que, por su contenido eimplicaciones, eran anteriores incluso a los delpensamiento temprano de la burguesa, aun cuandomanifestaran una forma externa contempornea. Setrata del dogmatismo, el escolasticismo y la especulacinhuera, criticados ya por Bacon en el siglo XVI.

    Dicho de otro modo, el cuadro del mundo socialinherente a este estilo de pensamiento en las cienciassociales, se construa, en mucho, como otra forma deexistencia del discurso poltico oficial; y los idealesgnoseolgicos realmente actuante s obligaban adiferenciar no tanto lo verdadero de lo no verdadero,como lo oportuno de lo inoportuno, lo convenientede lo inconveniente. Se entiende, entonces, queconsciente o inconscientemente, la diferenciacin sehiciera por medio de criterios tambin polticoscotidianos.

    En consecuencia, la ciencia social acadmica,construida sobre estos presupuestos, no se encontraba

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    en condiciones para orientar de manera eficiente laactividad cognoscitiva a la bsqueda de la verdad, puesno contaba con un criterio cientfico independiente deella. De lo cual se deriva que sustituyera, en mucho, sufuncin eminentemente crtica-constructiva encaminadaa la prctica, por una labor ante todo apologtica de loexistente. Dicho sea de paso, la prctica que se llevabaa efecto no demandaba una teora de otra naturaleza,sino todo lo contrario, estimulaba la generacin ypredominio de la que caracterizamos.

    Las investigaciones sociales, en fin, se han visto en lanecesidad de hacer frente a la mencionada crisis, noslo por exigencias epistemolgicas intrnsecas a ellas,sino adems y ante todo, por una demanda de ndoleprctica surgida de la totalidad del organismo social yque encontr eco directo en la propia actividad poltica:contribuir a garantizar la consolidacin de laindependencia nacional y las conquistas de justicia socialalcanzadas gracias al triunfo de la Revolucin cubana, yque devenan en precario en la misma medida que sefortalecan las tendencias reaccionarias en la arenainternacional.

    Las trasformaciones internas afrontadas por lasociedad cubana en los ltimos tiempos han planteado,ante las ciencias sociales y la filosofa, tareas especficasde carcter social estratgico, y que no podan serresueltas desde las posiciones del marxismo dogmtico,el cual -como antes se dijo- con mucha dificultad pudoengarzarse en un grado u otro al pensamientoparadigmtico de la Revolucin cubana.

    Para la asimilacin de los nuevos objetos reales deinvestigacin, los especialistas se han visto obligados yse vern ms constreidos an en la medida que seprofundice el reajuste de la sociedad como nicaalternativa posible de consolidacin de la nacin y lasconquistas sociales de la Revolucin, as como decontribucin constructiva con las fuerzas progresistascontemporneas- a ir modificando a fondo el viejocuadro del mundo social interno y externo, la imagendel hombre que tenemos y que proyectamos formar,la representacin elaborada acerca de losprocedimientos y vas para alcanzar estos objetivos, losideales gnoseolgicos de conformacin del saberpuestos en prctica, as como el propio estilo y formade produccin del conocimiento cientfico, de suresultado.

    Ha sido imprescindible, y contina sindolo, retornaral espritu del programa de investigacin ytransformacin de la realidad social fundado por losclsicos de la teora marxista, y al modo en que ste seha de desplegar en nuestra cultura nacional atendiendoa sus genuinos fundamentos histricos. Resulta necesariorestablecer integralmente el vnculo en mucho perdidocon el pensamiento cientfico de avanzada en el mundo,

    en particular con el de Amrica Latina, as como atendera las enseanzas que aporta el desarrollo de la culturanacional cubana en cuanto al lugar, naturaleza y funcinde la filosofa y las ciencias sociales, en el proceso deconquista de las aspiraciones siempre nuevas y msprofundas de nuestro pueblo.

    Dadas estas circunstancias, no resulta muy difcilcomprender que no todos los estudiosos de la sociedadhayan reaccionado de la misma manera frente a la crisisdel marxismo esclertica y a las nuevas exigencias de lavida en el pas; y ello no slo y no tanto motivado porla heterognea preparacin o madurez de losespecialistas y la dinmica especfica de los distintosgrupos de investigadores y docentes -que, desde luego,son factores que tambin han influido-, sino porque elproceso mismo ha sido demasiado complejo y lascontradicciones impulsoras del desarrollo social muydiversas y agudas, tanto en el plano interno como en elexterno.

    Es conocido que, en pocas de profundos cambiossociales, los excesos cosmovisivos de uno u otro gneroson comunes. Pero tanto el nihilismo como eldogmatismo, al fin y a la postre, no hacen otra cosams .que poner en evidencia que existen ms problemaspor resolver que respuestas ya elaboradas, por lo quese impone su bsqueda en unos marcos que aqullosresultan incapaces de proporcionar. Toda crisis contieneen s el germen de su superacin; de lo que se trataentonces es de que seamos lo suficientemente capacesy oportunos como para seleccionar la alternativa queviabilice no simplemente el mantenimiento de lasociedad, sino el progreso en las circunstancias actuales.

    Es por eso que, si bien de forma bastante masivase observa una tendencia a responder positivamenteante el reto planteado por la sociedad y la lgica internade las distintas especialidades -plasmada en el conjuntorelevante de resultados cientficos alcanzados en losltimos tiempos-, existen posiciones aisladas que cantanel rquiem al marxismo o tratan de asimilar la realidadsocial desde ngulos no situados en el rescate de esteparadigma de investigacin, sino acudiendo alindeterminismo y a ciertas variantes de idealismosubjetivo en la comprensin de la dinmica y lastensiones sociales.

    Ello, por supuesto, no excluye a aquellos que,sencillamente, permanecen perplejos, como el famosoasno de Buridan. Ante la imposibilidad de atenerse alas viejas formas de hacer y de pensar, cada vez menosadmitidas por la opinin pblica -por no hablar ya dela propiamente especializada-, acompaada adems dela carencia de una nueva y clara visin paradigmticaque posea la sancin unvoca de la comunidad cientfica,practican una forma u otra de eclecticismo.

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    En definitiva, estas diferencias tendrn a la largacomo piedra de toque a la propia prctica y no a lateora en s misma. La prctica ser la decantadora yevaluadora por excelencia de las capacidades de losdistintos intentos por contribuir a garantizar lasobrevivencia nacional y el ulterior florecimiento de lanacionalidad y de cada cubano, en un mundo que tienepor resolver, adems, complejos problemas globales yque exigen ante todo ms justicia social a escalaplanetaria.

    En los momentos actuales, uno de los rasgos msimportantes de la produccin cientfica social en pases la remodelacin organizativo-institucional que hacomenzado a sufrir su interrelacin con la prctica, antetodo con la actividad prctica poltica.

    Este proceso -orientado a la elevacin del papel delas ciencias sociales en la vida de la sociedad, a laadecuada jerarquizacin de su participacin en la tomade decisiones tanto en la determinacin de los finescomo de los medios de la actividad social- debe dealcanzar un nuevo nivel cualitativo con la organizacinde los polos cientficos,2 los cuales se encaminan aimpulsar el dilogo directo entre la poltica y la actividadcognitivo-valorativa inherente a las ciencias sobre lasociedad, a partir de su real diferenciacin comoactividades sociales relativamente independientes.

    Los polos en las ciencias sociales deben estarencaminados a constituir una forma nueva de interactuartanto estas disciplinas entre s como con la activida1poltica -aun cuando algunos en la ciencia y en la poltica,pongan el nfasis slo en lo primero-, la cual ha desuponer y perseguir el planteamiento de problemasespecficos en calidad de objetos de reflexin queconstituyan prioridades sociales de primer orden en elpas. Ello coadyuvar al enriquecimiento de ambasactividades y a la elevacin de la eficiencia y legitimidadde sus impactos sociales respectivos.

    Por la consecucin definitiva de estos objetivos pasael rescate -que viene configurndose-, no slo de lafuncin prctica humanista de las ciencias sociales enlas dimensiones tctica y estratgica, sino tambin de suvocacin revolucionaria emancipatoria, de cambio. Elloengendra, adems de modificaciones positivasimportantes en el papel social de estas disciplinas,transformaciones radicales en el ritmo, estilo y modode su actividad, tanto en la definicin de los objetos deinvestigacin como en la configuracin del propioresultado alcanzado. Esto exige transitar a formasnuevas de interaccin e integracin entre las disciplinacientfico-sociales.

    Todo lo antes considerado entraa, ante el sujetode direccin social, el requerimiento de canalizar eldesarrollo ulterior de las ciencias sociales de modo queresponda a las nuevas exigencias histricas, susceptible

    de potenciar las capacidades creadoras de estasdisciplinas en las condiciones actuales. As mismo esnecesario propiciar ajustes estructural-organizativos yde cultura y estilo de direccin, a fin de viabilizar elincremento de su impacto en el perfeccionamiento ymarcha ulterior de nuestra sociedad y su significacinen la arena internacional, tanto en lo que se refiere a lasinvestigaciones aplicadas como a las de naturalezafundamental.

    Tendencias fundamentales de desarrollo enlo adelante. Algunos problemas

    Tomando en consideracin lo anteriormente dicho,es evidente que entre las tendencias centrales deldesarrollo de la actividad cientfico-social en el pa sedeben encontrar las siguientes:

    La confluencia creciente de las distintasespecialidades en torno a problemas cuya solucinprctica resulte priorizada por la demanda social.Me estoy refiriendo a los hasta ahora conocidoscomo Programas Estatales y a otras formas deintegracin que han aparecido antes y alrededor dela experiencia de los polos cientficos. Ello estcondicionado por el carcter sistmico, integral, queposeen los asuntos actualmente acuciantes; por locual requieren respuestas del mismo corte, slosusceptibles de ser dadas por el conjunto de lasdistintas ciencias sociales en interaccin desde susdistintos ngulos de trabajo. Esto no suponeindiferenciacin de los perfiles, sino confluencia, sobreun mismo objeto problmico de distintos planosde investigacin. Por supuesto, ello requiere resolvertareas gnoseolgicas complementarias derivadas dela necesaria articulacin de los objetos. mtodos yresultados de investigacin. De ello se deriva entoncesuna creciente actividad cientfica en torno a problemas socialesmedulares para el desarrollo del pas, y, adems, unincremento de la autorreflexin metodolgica de las distintasdisciplinas y sus enlaces.

    Si tomamos en cuenta la lgica especial de nuestrasociedad actualmente, puede afirmarse que entre elconjunto de estos problemas cuya solucin integralse promueve a primer plano, se deben de encontrarante todo los relativos a la produccin material. Merefiero, particularmente, a las cuestiones de laorganizacin social y empresarial del trabajo, a lasrelaciones organizativo-tecnolgicas y organizativasde direccin, y a las relaciones propiamenteeconmicas en los distintos sectores o formas deproduccin del pas -incluidas las empresas mixtas,el turismo, etctera.

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    Desde mi punto de vista, la definicin de la suertehistrica y el lugar definitivo de los colectivos laborales resultacrucial para el futuro mediato e inmediato del pas,tanto en el marco de la propiedad estatal como enel de la mixta o la cooperativizada. Este asunto, hoyvislumbrado, por ejemplo, en la organizacin de lasunidades bsicas de produccin cooperativa, es detrascendencia estratgica para el devenir de lasociedad y debe ser enfrentado por las cienciassociales en toda su complejidad y hondura, tantopor su trascendencia econmica como poltica eideolgico-cultural.

    Por supuesto que esta tendencia incluye el estudiodel sector econmico de propiedad mixta, dadasde las implicaciones globales y de largo alcance quetiene para la vida del pas; no slo ofundamentalmente en el sentido tecnolgico yproductivo, sino en el mbito social, en la dimensinintegrativa de la vida de los grupos sociales objetivosque genera, y de otros que modifica, como resultadode las especficas relaciones sociales de produccin,distribucin, cambio y consumo, as como decarcter organizativo (relacin dirigentes-dirigidos).Las ciencias sociales estn llamadas a plantearse noslo los problemas puramente locales u organizativos,sino, adems, los de carcter estratgico a esterespecto.

    En los momentos actuales, la definicin de ladoctrina econmica del pas en lo ulterior es deimportancia estratgica, por lo que las ciencias socialeshan de desempear una funcin insustituible no sloen el diagnstico de la realidad econmica y surefractacin en las distintas comunidades eindividuos, sino tambin en la delineacin delmodelo estratgico a desenvolver en esta esfera tancrucial de actividad.

    Los problemas relativos a la organizacin,funcionamiento y desarrollo de la vida poltica delpas, en relacin con el conjunto del organismo socialy sus condiciones externas e internas de desarrollo,tambin parecen atraer sobre s el enfoquecoincidente de las distintas ciencias sociales, pues setrata de aportar soluciones originales y eficientes queconduzcan a la reestructuracin integral del sistemapoltico-jurdico, que tiene como sujeto real al pueblotrabajador y como mtodo de actividad laparticipacin democrtica.

    La necesidad de trabajar a fondo asuntos clavespara toda la evaluacin cognoscitiva de la realidadsocial cubana, como es el cuadro del mundo socialy el proyecto de hombre cubano a que se atienen,de forma ms o menos consciente, losinvestigadores al producir conocimiento. Ello exigecomprender ms cabalmente a nuestra sociedad

    como organismo contradictorio sujeto a desarrollode un corte u otro, y aprender a evaluarlo porcriterios humanistas genuinos a tono con el idealnacional-liberador, emancipador social y dignificadorhumano inherente al pensamiento revolucionariocubano genuino.

    El debate en torno a qu entendemos porprogresivo y qu por regresivo en nuestra sociedad,qu fenmenos son negativos, cules son positivos,cules de estancamiento, est objetivamentecondicionado. Las ciencias sociales no puedenrehuirlo, so pena de castrarse. Algunos investigadoresno concientizan el carcter esencial de este problema,pero constantemente les aflora a la hora de tenerque valorar, evaluar, las constataciones y correlacionesempricas obtenidas en los distintos temas deinvestigacin, segn sus implicaciones globales olocales para la sociedad, la clase, la generacin, lafamilia o el individuo concretos. Esto es hoy msimportante an porque, adems de las profundasindefiniciones y conflictos ideolgicos en que nosdebatimos, estamos sometidos a la tremenda presindel liberalismo y necesitamos encontrar nuestroverdadero lugar a partir de las capacidadesconstructivas propias. Es imprescindible desarrollarla doctrina de nuestras pretensiones utpicas, denuestro deber ser, corregido a tono con lasexperiencias del socialismo real derruido y laprctica revolucionaria de nuestro pas.

    De aqu se deriva la urgencia del papelincrementado que han de tener las investigacionessociales en la elaboracin de los fines estratgicos de lasociedad para garantizar la supervivencia y elprogreso del organismo social, como un todo, y delos distintos individuos.

    A la luz de lo dicho se comprende, entonces,que las investigaciones tericas en el marco de lasdistintas disciplinas sociales, y no slo de la filosofa,estn llamadas, en lo adelante, a ocupar un lugar, ami juicio, crucial. Dicho de otra manera, se han depriorizar, sin mengua de las investigaciones aplicadas,o mejor dicho, en estrecho vnculo con ellas, pues sepresuponen mutuamente. Ellas no slo respondern aexigencias irrecusables de la actividad cientfica en s misma,sino de todo el sujeto social que est en franca reorientacin desu paradigma de accin prctica, poltica en particular.

    La dinmica de nuestra sociedad advierte hoycontra la propensin a entender slo en un sentidoestrechamente utilitario a las ciencias sociales y, enconsecuencia, a privilegiar nicamente lasinvestigaciones aplicadas.

    La sociedad cubana demanda no sloconocimientos cientficos para regular sufuncionamiento de una manera ptima y mantener

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    la homeostasis a fin de hacerla gobernable en ciertosmarcos, sino adems, saber, ideas cientficas y humanistconfiables, susceptibles de garantizar su desarrolloprogresivo, su salida de la precaria situacin actual.Ello implica la crtica a fondo de los fundamentosmismos de la socialidad que hemos venidoconstruyendo, de la cultura, y la elaboracin depropuestas tericas de largo alcance estratgico, quepasen a formar parte del paradigma revolucionarioque fundamenta la actividad masiva. Satisfacer estaexigencia slo es posible priorizando lasinvestigaciones tericas en las distintas ciencias.

    De lo dicho se deriva que, de manera natural,sociedad parece exigir una renovacin del nexo entrelas ciencias sociales y la ideologa revolucionaria, quese encuentra, hoy por hoy, sometida a una profundarenovacin, pues conceptos, proposiciones yfrmulas de actividad, que se consideraban estables,confirmados por la prctica e inamovibles hanmostrado su relatividad o inapelable insolvenciahistrica.

    En los momentos actuales esto es msimprescindible an por el aporte que,necesariamente, estas disciplinas deben proporcionara la redefinicin los ideales sociales en su conjunto,del mundo de los valores, en primer lugar ticos.

    El incremento del volumen y la calidad delconocimiento cientfico social en el pas, de las tareasque ha de afrontar, as como de la calificacin deespecialistas, trae consigo, adems, que se dibujecomo una tendencia inevitable la priorizacin, delproblema de los ideales gnoseolgicos que rigen elproceso de investigacin de la realidad social.

    El examen de las investigaciones cientficassociales realizadas en los ltimos tiempos arrojacomo resultado un insuficiente grado deautoconciencia metodolgica entre los especialistas,un ndice no elevado de concientizacin de los idealesque se emplean para describir emprica y tericamente,para explicar lo conocido en un nivel u otro, paraconstruir tanto el conocimiento emprico como elterico y tambin para demostrar las diferentesproposiciones que se promueven. De ello se derivala necesidad ineludible de elevar el nivel de exigenciaen esta direccin, a fin de mejorar la calidad de losresultados que se obtengan y hacer ms eficiente elvnculo con la actividad prctica mediante un empleoms productivo del instrumental emprico y tericode la ciencia.

    En esta misma direccin parece imponerse lanecesidad de que las investigaciones sociales prestenms atencin a la forma en que construyen el vnculode salida de su resultado cognoscitivo a la prcticasocial. A mi manera de ver, se transparenta la

    necesidad de construir los resultados finalesatendiendo, cada vez ms, a las exigencias de la lgica,especial de la comunicacin social, del trato social, de lascaractersticas gnoseolgicas, valorativas, volitivas yconductuales del usuario de la informacin, a fin deelevar su eficiencia y grado de incorporacin a laprctica social.

    En mi opinin, sigue siendo una tendencia actualel anlisis de las fuentes (contradicciones dialcticas)y tendencias de desarrollo esenciales de la sociedadcubana, tanto en el plano interno como en el externo.No nicamente con la intencin de poner demanifiesto el estado de desarrollo alcanzado por elorganismo social y el grado de algidez de sus dismilesproblemas, sino tambin para develar suscontradicciones ms profundas y las vas, modos,mtodos y procedimientos para regularlas en elsentido del progreso. Dicho de otro modo, en ladireccin del afianzamiento de la independencianacional y del proceso de desenajenacin de los distintosgrupos sociales e individuos.

    Continuar el estudio de las caractersticasestructural-funcionales ms importantes delorganismo social, vistas desde una perspectivahistrica y con el objetivo de arribar a consideracionesque puedan contribuir a su optimizacin yperfeccionamiento organizacional. Esto incluye elanlisis sistemtico de las relaciones socio-clasistas,de las generacionales, del papel y lugar social de lasdistintas clases y grupos sociales, de la familia, etctera.

    Seguir investigando la formacin y el desarrollode la personalidad como resultado del proceso deproduccin y reproduccin social tomado en suintegridad.

    El proceso de formacin y desarrollo de lacultura, nacin y nacionalidad cubanas, as como desus tendencias actuales y el contexto econmico,poltico e ideolgico-espiritual internacional en el cualse inserta.

    Las peculiaridades del condicionamientogentico, el funcionamiento y desarrollo de la vidaideolgica-espiritual del pas; las complejidades queentraan los distintos fenmenos morales, polticos,religiosos, psico-ideolgicos, etc., que ocurren en laesfera de la conciencia social y su proyeccin haciala realidad productiva, social y poltica del pas.

    La dialctica de la relacin individuo-sociedadvista en sus mltiples dimensiones prctico-espirituales, contempla el anlisis de la correlacinderechos-deberes, libertad-responsabilidad, interesespersonales-intereses colectivos particulares e interesessociales generales. Este asunto, que, se percibe comouna demanda clave de las investigaciones sociales enCuba, obedece, en el plano ms general, a las

  • Hacia dnde van los estudios sociales?

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    el ciclo socializador, lo que incluye particularmentea la escuela y los medios de difusin masiva. Ello,ante todo, se refiere a la funcin cosmovisiva integralque deben desempear estas disciplinas en laformacin del rostro moral-volitivo y conductualde nuestras nuevas generaciones.

    Vistas as las cosas, resulta justificado afirmar que laparticipacin de las ciencias sociales, a fin de contribuira una salida progresista del actual perodo derestructuracin y reorientacin integrales que ocurre enla sociedad cubana, alcanza significacin estratgica. Portanto, en estos momentos deviene mscontraproducente e infundado que nunca lasubvaloracin o tratamiento prejuiciado de lasignificacin y lugar que en el conjunto de la sociedadposeen sus portadores y los resultados que producen.

    Notas

    1. Miguel Limia David, Jess Pastor Brigos, Carlos Delgado Daz, etal., Las contradicciones esenciales del desarrollo de la sociedad cubanacontempornea. Informe final de investigacin, Instituto de Filosofia,La Habana, mayo de 1990. (Indito.)

    2. El Polo de Humanidades es una forma organizativa coordinadapor la direccin del PCC, creada a inicios de los aos 90, parapropiciar la colaboracin y el intercambio entre s y conrepresentantes de organismos e instituciones estatales, polticas,docentes, sociales-masivas, etc. Ha contribuido a delimitar objetosde investigacin social altamente sensibles para el presente y futurodel pas (colectivos laborales de nuevo tipo, implicaciones socialesglobales del turismo, el Plan Montaa, etc.) y a estimular la aplicacinen la prctica social de lo resultados obtenidos por las investigacionescientficas.

    profundas transformaciones que han ocurrido enlos vnculos entre los individuos y las diferentescolectividades sociales, como resultado y en eltranscurso de la Revolucin cubana, lo que ha hechocaducar al modo con que se le asuma en los aos 60y 70, y ha levantado preguntas estratgicas imposiblesde resolver en los marcos de esos cdigos y lenguajespolticos-culturales.

    Una de las tendencias que ha de imponerse parael desarrollo progresivo de nuestra sociedad es elcrecimiento del papel de los colectivos de cientficosen la vida de la comunidad, en sus distintos nivelesde estructuracin. Estoy refirindome a la formade participacin democrtica de los colectivoslaborales de cientficos y de los investigadoresindividualmente tomados en la definicin,instrumentacin, promocin y control de las polticasen los niveles municipales, provinciales y nacional, atravs de mltiples vas, como los grupos deexpertos, los asesores o consultantes, los conveniosinterorganismos, las comisiones de trabajo. Ello, porsupuesto, exige modificar cuestiones importantes delos actuales estilos de direccin y cultura poltica, ascomo las formas de trabajo de los investigadores.

    En vista del incremento esperado de laintroduccin a la prctica de los resultados, as comode las diversas formas en que stos han deproducirse, se aprecia la necesidad de remodelar losmecanismos de legitimacin y aprobacin de losresultados cientficos, es decir, la labor de los consejoscientficos o grupos de expertos y colectividadeslaborales. Se impone la necesidad de agilizar el controlde calidad de los resultados de investigacin. Esta,sin duda, ser una de las tendencias de desarrollo delas investigaciones sociales, si las vemos en un sentidoamplio: la optimizacin de los mecanismos decontrol de la calidad y de definicin de estrategiasde investigacin.

    Es previsible tambin una renovacin eintensificacin del enlace entre las ciencias sociales y , 1995